Jeremías 20 Estudio - Felipe Estupiñan
Jeremías 20 Estudio - Felipe Estupiñan
Jeremías 20 Estudio - Felipe Estupiñan
Introducción.
Jeremías sigue adelante con su labor profética dando un mensaje chocante pero necesario para el
pueblo, al final del capítulo 19 Dios por medio del profeta les indica su destino utilizando la figura
de una vasija de alfarería quebrada.
En los primeros versículos del capítulo 20 podemos ver la agitación que estaba trayendo consigo el
mensaje del profeta, el cual no solo estaba alterando a las familias y la parte trabajadora del pueblo
sino que el mensaje también había llegado a las altas esferas de la sociedad. Recordemos que entre
las altas esferas se encontraban los sacerdotes y aquí se nos habla de uno en específico “El sacerdote
Pasur hijo de Imer que presidía como príncipe en la casa de Jehová”. Este sacerdote al parecer era
el subordinado directo del sumo sacerdote lo cual le daba una posición de liderazgo y era el
encargado de mantener el orden en el templo. Por lo cual al escuchar el mensaje del profeta
considero negativa sus palabras y procedió a azotarlo y a ponerlo en el cepo.
Este sacerdote no acepto las palabras de Dios para el pueblo por medio del profeta y al considerarlo
un mensaje falso le azota, pudo ser el mismo o uno de sus súbditos el que latigaba el profeta, pero
el punto principal no es quien fue, si no el lastimar a aquel que trae el mensaje verdadero de Dios,
algunos estudiosos consideran que el profeta pudo haber recibido hasta cuarenta azotes, basado
en la manera de castigo a los que se consideraban culpables de algún delito (Dt. 25: 1-3) no sabemos
a ciencia cierta cuantos azotes fueron, pero es claro que el profeta sufrió y no solo por los latigazos
que le estaban propinando sino que además el sacerdote lo coloco en el cepo, recordemos que el
cepo era una clase de artefacto de madera donde las manos y cuello, hasta pies en algunas
ocasiones eran fijados de una manera incomoda y dolorosa, lo cual nos muestra claramente que el
profeta estaba sufriendo en gran manera y de manera pública, sabemos que fue de manera pública
porque se nos indica que Jeremías fue puesto en el cepo en la puerta superior de Benjamín, la cual
era la puerta norte en los patios superiores del templo lo cual lo hacia uno de los lugares más
frecuentados de la ciudad.
En el versículo 3 se nos indica que el sacerdote al siguiente día saco a jeremías del cepo, no se nos
dice porque lo hace, tal vez pensó que era un acto de bondad o que luego de ese sufrimiento el
profeta podría haber aprendido una lección y dejaría atrás el mensaje por el cual fue castigado en
primer lugar. Pero nada más lejos de la verdad, el profeta no desacelero si no que prosiguió con el
mensaje de Dios, empezando con el sacerdote al cual le aclara que Dios no le llama Pasur si no
Magor-misabib. Esto debido a que Pasur puede ser traducido como “libertad” algunos académicos
consideran que aunque esa es una buena traducción podría también expresarse como
“tranquilidad” y al otro extremo de este nombre, está el cual por el que le conoce Dios: Magor-
misabib, este nombre se traduce como “terror en todos lados” entonces vemos claramente que
Dios no lo ve como libertad o tranquilidad, sino que como nos muestran los versículos siguientes lo
ve como terror por todos lados, los detalles de ese terror son explicados por el profeta del V.4 al 6.
Lo cual en resumen indica que su el mensaje no ha cambiado, Judá será conquistada por Babilonia
y Pasur y los más cercanos a el también habrían de morir en Babilonia.
1
“Su negativa a escuchar la palabra de Dios es la actitud misma que asegurará el destino terrible de
Judá. Irónicamente, el que pensaba que estaba guardando las instituciones y tradiciones estaba
haciendo justamente lo contrario; el templo con sus ritos y sus riquezas, que él estaba protegiendo
contra los alborotadores, pronto no existirían más, y el sacerdocio sería algo sin importancia en una
tierra extranjera. Ninguna institución, por buena que sea, puede ser un fin en sí misma; puede ser
buena sólo si señala hacia adelante al reino de Dios.”
Podemos entonces aprender de estos versículos muchas cosas, entre esas, que habrá momentos
que los que piensan que sirven a Dios cometerán errores y lastimaran a aquellos que
verdaderamente siguen a Dios y dan su mensaje, si alguna vez fuiste humillado por dar la verdad de
Dios no te desanimes, sino que como el profeta párate y sigue adelante con el mensaje del Dios
verdadero. También aprendemos que si estas comportándote como el sacerdote, defendiendo lo
que tu consideras correcto sin estudiar y analizar el mensaje que llevas, todo eso puede desaparecer
y mostrarte que nunca adoraste a Dios, si no que vivías de tradiciones y de lo que te hacía sentir
cómodo, es por esto que debemos estudiar la palabra correctamente y orar a Dios que nos guie, así
debamos dejar atrás lo que hemos creído durante toda nuestra vida con tal de servirle
correctamente.
El profeta cumple con dar el mensaje y no diluye ni lo rebaja luego de haber estado en el cepo, sino
que como lo vimos se levantó y brindo un mensaje crudo contra el sacerdote, pero esto no quiere
decir que su corazón no tuviera momentos de debilidad, y es en estos versículos que se nos permite
ver la angustia y su carga en el ministerio profético.
Su lamento comienza con la expresión “me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste
que yo, y me venciste” “El verbo seducir (pata) ocurrió en Éxodo 22:16 (cf. Jueces 16:5) en una ley
que hablaba de la seducción sexual. Jeremías parece estar diciendo que entiende que su relación con
Yahvé es como la unión de un matrimonio pero ahora clamaba que él había sido engañado, atraído
por Yahvé, quien lo había usado y desechado.” (Thompson). Jeremías le está diciendo a Dios que él
se sentía obligado con su trabajo profético, él no lo había buscado pero Dios le venció para que
tomara su trabajo como profeta.
1
Comentario Biblico Antiguo Testamento.
El profeta se lamenta en oración delante de Dios por los ultrajes que ha experimentado por el
llamado de Dios en su vida; y es en estos versículos que podemos ver la carga total del profeta y su
humanidad esto lo podemos dividir en:
Rendirse (V.9 -10) su ministerio profético no era fácil y muchas veces era doloroso, no solo
emocional o espiritual si no físicamente como lo que sufrió en el cepo, este mensaje nos muestra
que el profeta tuvo ocasiones donde contemplo darse por vencido o tal vez cambiar el mensaje.
Debemos reconocer que aunque tenía momentos de debilidad su mensaje en público era firme y
fiel en comunicar la voluntad de Dios, era en su soledad con Dios que abría su corazón y dejaba ver
sus debilidades.
Pero cada vez que pensaba en dejar atrás el mensaje por el escarnio, murmuración o juicio que
recibía por parte del pueblo y de los que él llamaba amigos, dice que no le era posible, él no podía
porque la palabra oprimía su mismo ser, como si fuera un fuego ardiente metido en sus huesos,
requiriendo una gran cantidad de energía para resistirlo (traté de sufrirlo, y no pude). El entendió
que sufriría más si no llevaba el mensaje que Dios le había encomendado. “El publicar esa palabra
en ocasiones trae sufrimiento; pero el detenerla trae un sufrimiento mucho más grande. Pablo
entendía esto cuando dijo, ‘Ay de mí si no predico el evangelio.” (Morgan).
Animarse (V.11) A pesar de sus sufrimientos Jeremías confía en Dios, encuentra confianza en su
magnificencia, esto le daba la energía para proseguir, pues entendía que sus dolores y sufrimientos
no podían compararse con el poder del Señor, y que el plan del Señor no pasaría por alto a aquellos
que están en contra del profeta, Dios le cuidaría y haría que aquellos que estaban en contra de él,
fallaran al final.
Pedir ayuda (V.12) EL profeta entendía que Dios era quien probaba y conocía a los justos y podía
descansar en su perfecta justicia respecto a lo que él estaba viviendo, por lo cual le pedía que fuera
El quien juzgara a sus perseguidores y guardara su causa.
Alabar (V.13) Luego de recordar que esta con el Dios verdadero su corazón se desborda de alabanza,
pues es confiando en Dios que se renueva la fuerza y se descansa en la comunión con el Señor. Esto
no quiere decir que el dolor o los problemas de jeremías fueran a desaparecer, pues quedaba
mucho por vivir, pero estas palabras confirman la confianza del profeta en Dios y que la victoria y
liberación llegaría a su respectivo tiempo.
Depresión (V.14-18) La división que hemos generado llega a su fin con la depresión del profeta, es
extraño leer esto luego de la recuperación de ánimo y la alabanza que leímos en los versículos
anteriores, no sabemos si estos sentimientos tuvieron el mismo orden en el que está escrito, pero
como lo hemos dicho en anteriores capítulos, si está escrito así, no es por casualidad, tal vez el
profeta quería mostrar su debilidad pues había cosas que no entendía pero aun así proclamaba la
grandeza de Dios, porque la fe y la confianza en Dios va más allá de los sentimientos y de lo que se
está viviendo.
En palabras de Lelan Rykend: “Estos versos pertenecen juntos. Puede que no lo parezca por lógica,
pero ¿Quién dice que la vida del alma es siempre lógica? Las maldiciones de Jeremías vienen después
de su adoración porque esa es la manera en la que sucedió durante esa oscura noche de su alma.”
El profeta no solo maldice el día en que nació y a aquellos que dieron la noticia, si no que
retóricamente pregunta por qué salió del vientre de su madre a lo cual responde ¿para ver trabajo
y dolor y que mis días se gastasen en afrenta? El profeta parece pensar que sus problemas se
terminarían si nunca hubiera nacido. El problema es que Dios lo llamó aun antes de que el naciera
o incluso, antes de que fuera concebido. (Jeremías 1:5). Pero así como fue llamado así mismo es
cuidado, pero en su debilidad no se acuerda de esto y continua su mensaje con la frase “que mis
días se gastasen en afrenta” esto se refiere es su incapacidad de evitar que la catástrofe llegue.
Vemos entonces a un profeta que experimenta, dudas, miedos, confianza, seguridad y toda clase de
emociones y pensamientos. Entonces podemos ver que existía un propósito de parte de Dios para
colocar esta sección inmediatamente después de una sección de fe y de triunfo, está para mostrar
que confiar en Dios no hace todo fácil o triunfante para Jeremías, la batalla continuaba y la
dependencia de Dios debía ser constante, al igual que debe ser en nuestras vidas.
Tal como lo expresa Frank Kidner: “Si alguna vez la moral de un sirviente de Dios llega hasta el fondo,
podemos reflexionar en que Jeremías ha estado ahí antes, y ha sobrevivido.”
Entonces, si algunas vez has considerado que tu vida no vale, o que no tienes un objetivo por el cual
vivir, recuerda que Dios te formo y tenía un plan para ti antes de nacer, no permitas que tus
emociones o lo que digan los demás de ti te controle, sino que tu fe siempre este puesta en Dios y
en su inmutabilidad, la cual nos permite descansar a los que somos sus discípulos e hijos. No quiero
decir que nunca sientas tristeza o que vivas en alegría en todo momento, porque sabemos que ese
no es el punto que nos enseña el profeta, pero sí que aprendamos de la confianza en Dios que
demuestra el profeta y su compromiso con el llamado que Dios le había dado, aun si era necesario
sufrir. Que sea así en nuestra vida al vivir y llevar el evangelio sin importar nada, recordando que
Dios es fiel y cuida de nosotros, así no lo comprendamos y estemos desanimados, que sea su
palabra, la oración y su exaltación la que nos llene de fuerza para sobrevivir a los momentos difíciles
tal como lo hizo el profeta.
Hasta aquí el estudio de este maravilloso capitulo, que el Señor les guie y bendiga.