Resumen Capitulo I - Sobre La Piedad Popular y La Liturgia
Resumen Capitulo I - Sobre La Piedad Popular y La Liturgia
Resumen Capitulo I - Sobre La Piedad Popular y La Liturgia
INTRODUCCION.
Carta Apostólica Vicesimus Quintus Annus “Juan Pablo II”: La piedad popular no
puede ser ni ignorada ni tratada con indiferencia o desprecio porque es rica en
valores, y ya de por si expresa la actitud religiosa ante Dios; pero tiene necesidad
de ser continuamente evangelizada, para que la fe que expresa, llegue a ser un
acto cada vez más maduro y autentico.
LOS DESTINARIOS.
LA TERMINOLOGÍA.
EJERCICIO DE PIEDAD.
DEVOCIONES.
el término viene usado para designar las diversas prácticas que animados de una
actitud interior de fe, manifiestan un aspecto particular de la relación del fiel con
las Divinas Personas, con la Virgen María o con los Santos, considerados en su
configuración con Cristo o en su misión desarrollada en la vida de la Iglesia.
PIEDAD POPULAR.
RELIGIOSIDAD POPULAR.
ALGUNOS PRINCIPIOS.
EL PRIMADO DE LA LITURGIA.
EL CANTO Y LA MÚSICA.
LAS IMÁGENES.
LOS LUGARES.
LOS TIEMPOS.
El ritmo marcado por el alternarse del día y de la noche, de los meses, del cambio
de las estaciones, está acompañado de variadas expresiones de la piedad
popular. La "fiesta", con sus días de preparación, hace sobresalir las
manifestaciones religiosas que han contribuido a forjar la tradición peculiar de una
determinada comunidad.
RESPONSABILIDAD Y COMPETENCIA
CAPÍTULO I.
LA ANTIGÜEDAD CRISTIANA.
Para las más antiguas comunidades cristianas, la única realidad que contaba era;
Cristo.
Sus palabras de vida.
Su mandamiento de amor mutuo.
Las acciones rituales que él ha mandado realizar en memoria suya.
A partir del siglo IV, por la nueva situación político-social, comienza la cuestión de
la relación entre expresiones litúrgicas y expresiones de piedad popular en la
Iglesia.
Desde el siglo VII hasta la mitad del siglo XV se determina la diferencia entre
Liturgia y piedad popular, hasta el punto de crearse un dualismo celebrativo, sus
causas son:
La Liturgia es competencia de los clérigos y los laicos son espectadores.
Clara diferenciación de las funciones en clérigos, monjes, laicos – da lugar
a formas y estilos diferentes de oración.
El conocimiento insuficiente de las Escrituras por los laicos, clérigos y
religiosos, hace difícil comprender la estructura y el lenguaje simbólico de la
liturgia.
Difusión de la literatura apócrifa; ejerce un influjo notable sobre la
iconografía, y al despertar la imaginación de los fieles, capta su atención.
La escasez de predicación de tipo hemolítico; la celebración litúrgica se
mantiene cerrada a la comprensión y a la participación activa de los fieles,
los cuales buscan formas y momentos cultuales alternativos.
La tendencia al alegorismo, desvía a los fieles de la comprensión de la
verdadera naturaleza de la Liturgia.
LA ÉPOCA MODERNA.
Durante la segunda mitad del siglo XV la devotio moderna, contó con insignes
maestros de vida espiritual y que alcanzó una notable difusión entre clérigos y
laicos cultos, favorece la aparición de ejercicios de piedad con un fondo meditativo
y afectivo, cuyo punto de referencia es la humanidad de Cristo – los misterios de
su infancia, de la vida oculta, de la Pasión y muerte.
Entre el final del siglo XV y el inicio del siglo XVI, por los descubrimientos
geográficos – en África, en América, y posteriormente en el Extremo Oriente -, se
plantea de una manera nueva la cuestión de las relaciones entre Liturgia y piedad
popular. La labor de evangelización y de catequesis en países lejanos del rito
romano se realiza mediante el anuncio de la Palabra y la celebración de los
sacramentos.
En los comienzos del siglo XV Los hombres más preocupados por una auténtica
reforma de la Iglesia, hay que recordar a los monjes camaldulenses Pablo
Justiniani y Pedro Querini, autores de un Libellus ad Leonem X; contenía
indicaciones importantes para revitalizar la Liturgia y para abrir sus tesoros a todo
el pueblo de Dios: formación, sobre todo bíblica, del clero y de los religiosos; el
uso de la lengua vernácula en la celebración de los misterios sagrados; la
reordenación de los libros litúrgicos; la catequesis, encaminada también a
comunicar a los fieles el valor de la Liturgia.
Las "misiones populares", surgidas en esta época, tienen por objeto conducir a
los fieles al sacramento de la penitencia y a recibir la comunión eucarística,
recurriendo a los ejercicios de piedad para inducir a la conversión, asegurando la
participación cultural de los mismos.
En el siglo XVIII, Luis Antonio Muratori, supo conjugar los estudios eruditos con las
nuevas pastorales en su célebre obra Della regolata devozione dei cristiani
propuso una religiosidad que tomara de la Liturgia y de la Escritura su sustancia y
se mantuviese lejana de la superstición y de la magia. También fue iluminadora la
obra del papa Benedicto XIV (Prospero Lambertini) que permitió el uso de la Biblia
en lenguas vernáculas.
LA EPOCA CONTEMPORANEA.
Los sumos pontífices han reconocido el aliento del Espíritu que animaron el
movimiento litúrgico, favoreciendo la compresión y el amor por la celebración de
los sagrados misterios, renovando en ellos la conciencia de pertenecer a un
pueblo sacerdotal.
Escasa conciencia del sentido de la Pascua y del lugar central que ocupa la
historia de la salvación.
Pérdida del sentido del sacerdocio universal, los fieles están habilitados
para "ofrecer sacrificios agradables a Dios, por medio de Jesucristo".
El desconocimiento del lenguaje propio de la Liturgia - el lenguaje, los
signos, los símbolos, los gestos rituales, los fieles pierden en gran medida
el sentido de la celebración.
Así pues, Liturgia y piedad popular son dos expresiones cultuales que se deben
poner en relación mutua y fecunda:
La Liturgia deberá constituir el punto de referencia para "encauzar con
lucidez y prudencia los anhelos de oración y de vida carismática" que
aparecen en la piedad popular;
por su parte la piedad popular, con sus valores simbólicos y expresivos,
podrá aportar a la Liturgia algunas referencias para una verdadera
enculturación, y estímulos para un dinamismo creador eficaz.
LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN.