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Psicoanálisis sin diván

Código:

Docente
Gustavo Eduardo López

Fundación Universitaria de Popayán


Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Programa de Psicología
Grupo 6
2019
Palabras Claves
Psicoanálisis, inserción social, práctica clínica, práctica analítica, dispositivos no
analíticos, síntoma, clínica, el Otro, salud mental, práctica analítica, amo, las ciencias, el
discurso analístico, instituciones.
Introducción
En el psicoanálisis sin diván la autora Irene Greiser afirma que el propósito es lograr que
el psicoanálisis pueda incidir en los organismos sociales y educativos, gubernamentales y
no gubernamentales. Este escrito muestra de qué manera se inserta el trabajo analítico en
las instituciones por la pérdida de la brújula que caracteriza al malestar contemporáneo,
explora sobre todo las que están relacionadas con delitos, violencia, criminalidad,
desamparo y la marginalidad.
El psicoanálisis sin diván pasa a ser un dispositivo en diferentes contextos ya no sería el
reclinarse en el diván si no se observa desde dispositivos como en lo es en sitios jurídicos,
educativos, asistenciales, e incluso carcelarios donde el analista se enfrenta con diversos
discursos. Y que es de gran importancia ya que podemos manejar el dispositivo no analítico
donde no se lleva un orden programado si no lo que realmente importa es lo ético cuando la
demanda no depende del sujeto si no de lo institucional lo podemos hacer en diferentes
enfoques de nuestra profesión como psicólogos y psicoanalistas.
No hay sujeto sin síntoma ni tampoco lazos que no sean sintomáticos¨. Dirigir lo
inclasificable de las estadísticas es una vía a el síntoma, es allí donde el psicoanálisis
desmiente las estadísticas y la salud mental, donde el sujeto logra colocar entredicho las
clasificaciones burocráticas que intentan configurar un delirio de normalidad
Cuerpo del informe.
El primer capítulo se dispare en diferentes subtemas como lo es el armado de una clínica
que lo que trata es el síntoma donde este es una herramienta ética , no lo q queremos
eliminar pues no hay un sujeto sin síntoma , implica una orientación ética que está regida
por principios ,el peritaje del psicoanálisis el discurso analítico no se trata de hacer lo
contrario si no situar el reverso que no esto es no es lo contrario , el otro materno y el otro
social para lacan es fundamental estos conceptos la distancia del objeto real y del objeto
simbólico el pedido del analista no fue realizado para responder a el amo si no para
responder a el sujeto pues ningún sujeto viene a el mundo por instinto no enseña a los
sujetos , el psicoanálisis o criminología lacan ubica la criminología en el horizonte ultimo
de las ciencias humanas ni lazo social ni peritación .
En, “el psicoanalista en la época de la regulación”, se realiza un acercamiento de como
el psicoanálisis se distancia del cognitivismo en tanto que los sujetos quienes no han
logrado tramitar su malestar mediante la terapia psicológica, se permiten en un espacio
analítico ser escuchada su singularidad a través del discurso que emerge en él. Así que se
puede inferir que en el psicoanálisis no existen las estadísticas, variables cuantitativas, ni
cualitativas, luego un debate interesante se presenta en los derechos humanos y la salud
mental, donde el discurso médico aparece como una herramienta de evaluación clínica,
contrastando con lo que procede el analista quien profundiza en la búsqueda de una
localización subjetiva, este apartado cuestiona el discurso capitalista que pretende totalizar,
globalizar, generalizar los derechos humanos y su accionar para proteger a sujetos como los
minusválidos, en un intento de gobernar al otro. Ahora bien, otro de los delirios planteados
en el texto sobre la salud mental es el de la prevención, donde se encuentra lo que no es
programable también se postula que “no hay relación sexual” un postulado lacaniano que
con lleva a buscar el trauma en la prehistoria del sujeto, también se ejemplifica el discurso
pedagógico escolar de el caso de una niña de la cual tenía un trauma evaluado por el
colegio, pero no se tiene en cuenta el discurso de la niña en particular.
Luego se plantea la misma solución para todos o para cada problema hay una solución
donde Jacques alain Miller y Jean Claude milner estos paradigmas que rigen al mundo
moderno; el síntoma es aquello que no funciona en el sujeto, para ello Lacan ubica el
sentido del síntoma como lo real, todo depende de que lo real insista, para ello el
psicoanálisis debe fracasar, y una de las maneras para fracasar es la de no aceptar al
síntoma como trastorno requerido por la institución, sino que también el síntoma es un
modo de gozar del inconsciente del sujeto. Para ello es importante reconocer una de las
diferencias que hay entre el síntoma y el síndrome, tiene que ver con la ética de la
psicología orientada por un delirio normativo y la del psicoanálisis que se orienta por el
sujeto y lo preserva con su síntoma. Lacan introduce la lógica del significante, ubica al
sujeto entre dos significantes que permiten el andamiaje de un análisis en el cual el sujeto
obtiene un saber en lugar de la verdad, eso dista mucho lo que se intenta al judicializar la
clínica con algunos nombres de orden de hierro (DSM, SAP).
Encontramos al analista en una condición preliminar orientada a suponer al sujeto, esto
va más allá de una impresión diagnostica. Cuando la demanda proviene de un juzgado de
una institución educativa o asistencial el analista se hace presente en parte de la experiencia
de aquellos escenarios, donde el discurso instituido como amo se pone en manifiesto
continuando con el apartado de la salud penitenciaria. la práctica analítica en las cárceles se
creó en argentina un programa donde la demanda proviene del juez y otra del sujeto la
primera es una gestión administrativa donde muchas veces al no saber con los reclusos que
tienen problemas con su grupo , en tanto la segunda demanda surge con lo” psi “ para que
se puedan readaptar a la vida en sociedad así entonces el analista en respuesta a este
escenario quizá no logre readaptarlos a la sociedad pero si le da lugar a una clínica del
sujeto para un sujeto cuyas condiciones en la cárcel que resultan del pasaje al acto son
también las mismas condiciones de goce así entonces la escucha funciona como un antídoto
y la palabra es un tratamiento posible para estos sujetos q están en condiciones inhumanas ,
cabe resaltar la citación amiller donde señala que en el interior de la familia de ese Otro
malvado esto relacionado con el pasaje al acto , la función del analista construirá en
reintregarlos pero no aal sociedad si no auna humanidad de ser parlantes . , en cuanto a la
clínica en el dispositivo analítico aborda el caso de una mujer quien fue internda
psiquiatrtica luego de intentrse suicida tomando pastillas en el análisis era difícil decidir si
su discurso estaba articulado al inconsciente o se trataba algo del orden de fuera del
discurso , frente a este panorama se debe indagar en aquellas lagunas posiblemente
producto de la represión o emdcacoin así como también si eran datos retasiados en el
sentido de la flourcusión.
Sin duda alguna, la sociedad como masa y multitud ha constituido un elemento
constructor de conductas y de universales anónimos; partiendo desde la cita “el estado se
orienta a la masa, el psicoanálisis se dirige a esa singularidad que es el sujeto extraído de la
masa” (p. 107), se deduce que el psicoanálisis le interesa partir de la particularidad de cada
sujeto, que se sabe que está inmerso en el amo o en el Otro pero que cada ente guarda su
interconectividad de vida, es decir, como si la sociedad estuviera fragmentada en pedazos,
pedazos que constituyen a cada sujeto, pedazos que cuando se unen forman una masa y esta
determinara, en grandes casos, la estructura de una conducta, que más tarde se hará propia
de cada sujeto llevando consigo la particularidad y el simbolismo de cada vivencia en
multitud.
Más allá de la diversidad que este capítulo trata, podemos decantar el supuesto básico
que realiza Freud en la correlación de individuo, sociedad o amo u Otro. Si bien es cierto,
sin importar lugar, ni la forma de organización social o distribución de poder la convivencia
entre el individuo y la sociedad es irremediablemente conflictiva, para poder convivir en
sociedad el individuo debería dejar a un lado los instintos, que de ser satisfechos harían la
convivencia imposible.
Por otro lado, la cultura, es otra “consecuencia” metodológica importante, ya que esta es
interpretable y que a partir de esta se forman los símbolos y prácticas que deben ser
interrogadas para poder acceder a contenidos latentes, es decir, ella tiene una grande
implicación dentro del Amo y que se contesta a partir de un discurso del Otro social, pero
que converge a un solo punto de lo singular y particular del individuo.
El saber del psicoanalista sin duda alguna se encuentra en la posición del no saber, es
decir, el analista “no busca, encuentra”. En las expresiones más vulgarizadas el analista
pierde tal dirección en el hecho de olvidar la singularidad de cada sujeto y convirtiéndose
en un ente más, como un amo. Si bien es cierto, en los casos periciales, los analistas deben
basarse del discurso institucional, pero es trabajo del analista no someterse a la masa que se
mueve en relación a la búsqueda de culpables o de tipificar conductas criminales, o de
estructurar y encasillar conductas.
Los analistas deben ser llamados a intervenir pero sin olvidar que estos trabajan con lo
que no anda, que es el síntoma; y el hecho de no abolirlo de la persona como lo hacen en
otras corrientes psicológicas, es lo que comprende “la cura” dentro del proceso, aunque,
desde esta óptica la cura debe entenderse como la experiencia analítica, ya que depende del
analista y el analizante pensarse como ser; es aquí donde cabe destacar que la ciencia, las
ciencias sociales, la psicoterapia y demás saberes no analíticos no acaban de comprender la
importancia de que el proceso no comparte discursos ni relaciones con otros sujetos, ya que
los problemas o vivencias de cada sujeto no pueden volverse masa o característica de todos,
es entonces, labor del analista cernir los discursos institucionales en subjetivos. En efecto,
las psicoterapias operan mediante el sentido de sugestión para lograr eliminar el síntoma,
pero se olvidan de aquello que verdaderamente importa, y es ahí donde el quehacer del
psicoanálisis opera, ya que este no le aplica un tratamiento, sino que lo implica en él, lo
cual el psicoanálisis no está en busca de la felicidad del sujeto ni tampoco querer encajarlo
en la sociedad, sino que hagan entre los 2 hagan una invención en esa experiencia analítica.
En este camino, el psicoanálisis se ocupa de “la verdad que habla” de aquello que sea
concerniente único del sujeto y que no deba reducirse a una cifra de estadísticas o que deba
verificarse bajo el mando de aparatos que dejen registro de la supuesta verdad, es solo del
sujeto y del analista lo que sucede dentro de un dispositivo o no, analítico, es decir, el
sujeto en tanto singular que es no responde a ningún patrón ni especie de humanidad, ya
que el sujeto está gobernado por el principio del placer.
Uno de los fundamentos principales del analista es olvidarse que quiere curar, ya que
esto se va a generar en la medida en que el mismo sujeto de paso a dicho proceso, a medida
que el sujeto se responsabilice de su síntoma, y ese, es el quehacer del analista. Además de
ocuparse de los restos que la ciencia fragmenta del sujeto, donde el psicoanálisis se ocupa
de aquello que se considera como trivial para el amo, se ocupa de esos restos, pues son
estos los que dan con seguridad la verdad real de los sujetos, de tal forma que no se
considere ni como absoluto ni como un saber universal, ni tampoco considerándose como
totalitario “para un psicoanalista este no es el campo de la verdad, sino la escucha que bajo
trasferencia hacemos de un sujeto” (p. 137).
Conclusión
En conclusión, la práctica analítica en diferentes enfoques fuera del discurso analítico
nos ayuda a conocer más sobre abordar el psicoanálisis sin diván esta vez que se dan más
en instituciones donde lo que se debe dar importancia es a la ética del analista de la
observación que hace en los diferentes dispositivos no analíticos.
Irene Greiser construye un camino muy escabroso sobre la concepción de la clínica y el
psicoanálisis en la misma modernidad, tal vez generando más dudas sobre la imposibilidad
del cognitivismo en función de la singularidad y de lo que es definido por el Otro en la
burocracia sanitaria de la salud mental.
La sociedad o el Amo ha construido patrones ideales de cómo el sujeto debe interactuar
con el otro y como este debe surgir en la vida, lo cual olvida la particularidad del mismo,
haciendo que a partir del discurso del otro se tomen patrones a seguir, sin responsabilizarse
de lo propio y tomando a la masa como el escudo para ampararse y sea parte de la
obediencia y del dominio del amo, ya que este sí toma decisiones o impera sobre el propio
sujeto, siendo parte del entramado del discurso social que ofrecen identificaciones a seguir,
lo cual el lazo social se convierte en un total ilusorio.

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Bibliografía

Greiser, I.B. (2012). Psicoanálisis sin diván. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós

SAICF

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