El Alma Sintesis
El Alma Sintesis
El Alma Sintesis
Semestre: 4 Sección: 01
El alma, en la mayor parte de los casos, no parece experimentar ni hacer cosa alguna sin el
cuerpo; por ejemplo, en colorizarse, temor, valor, desear y en general sentir. La función que
parece mas propia del alma es pensar; pero el pensamiento mismo, jamás puede producirse
sin el cuerpo.
Las razones de las afecciones del alma son materiales. Por consiguiente, ciertas
expresiones, como la de encolorizarse, significan un movimiento del cuerpo que esta en tal
estado, o un movimiento de tal parte del cuerpo, de tal facultad del cuerpo causada por
cierta cosa y teniendo determinado fin, la noción es la formula de la cosa; pero si la cosa
existe; es preciso que se de en una materia especial.
El ser animado parece definir del ser inanimado en dos cosas principalmente, el
movimiento y la sensibilidad, el alma es sobre todo y principalmente lo que produce el
movimiento. Creyendo que lo que no se mueve por sí mismo, menos podrá mover a otra
cosa, pues han crecido que el alma es uno de los seres que se mueven.
Todos estos filósofos creen que lo propio del alma es sobre todo el movimiento y que ella
es la que comunica este a todas las cosas, pudiendo además el alma es uno de los seres que
se mueven.
Definición del alma: el alma no puede ser sustancia sino como forma de un cuerpo natural
que tiene la vida en potencia, pero la sustancia es una realidad perfecta, una entelequia;
luego el alma es la entelequia del cuerpo, tal como la acabamos de definir.
Así como la facultad de cortar es la esencia del hacha y la visión, es la esencia del ojo, así
la vigilia es una realidad perfecta, una entelequia y el alma es como la vista y como la
potencia del instrumento, el cuerpo es solo lo que existe en potencia.
El alma es el principio de las facultades siguientes, mediante las que es definida: nutrición,
sensibilidad, pensamiento y movimiento. El alma es aquello mediante lo que vivimos,
sentimos y pensamos primitivamente; debe ser razón y forma no materia o sujeto, la
sustancia, en efecto, supone, como ya hemos dicho, tres cosas: la forma, la materia y el
compuesto que es resultados de estos dos elementos.
El epicureísmo: la carne no es una parte anatómica del cuerpo, sino en un sentido casi
fenomenológico y muy novedoso, al parecer, en filosofía, el sujeto del dolor y del placer, es
decir, el individuo. Este individuo sin el cual no se puede hablar de persona humana, es
solo en la carne que sufre se apacigua, en donde nuestro “yo” nuestra alma surge y se revela
a si mismo y al otro.
La misión de la filosofía, la misión de Epicuro será ante todo terapéutica; habrá que sanar la
enfermedad del alma y enseñar al hombre a vivir el placer.
La ética: una definición del verdadero placer y una ascesis de los deseos. Hay placeres en
movimiento, provocan una excitación violenta y efímera, estos placeres son insaciables y
habiendo alcanzado cierto grado de intensidad, se vuelven sufrimientos. Hay que distinguir
el placer estable, el placer en reposo como estado de equilibrio. Es el estado del cuerpo
sosegado y sin sufrimiento. El placer, como su presión del sufrimiento global, cenestésico,
de la propia existencia: el hombre por fin quedara libre de poder tomar conciencia de algo
extraordinario.
La física y la canónica: el temor a la muerte es la base de todas las pasiones que hacen
desdichados a los hombres, no es posible librarse del temor sino se sabe exactamente cuál
es la naturaleza.
Suprimir el temor a los dioses y a la muerte, los dioses no tienen nada que ver con la
producción del universo, no se preocupan por la conducta del mundo y de los hombres, la
muerte no es nada para nosotros, el todo es eterno, el ser no puede proceder más del no ser.
La física libra al hombre del temor a los dioses y a la muerte abría el acceso al placer de la
contemplación de los dioses, las diosas de Epicuro son la proyección y la encarnación del
ideal de vida epicúrea.
La elección fundamental: el hombre de bien considera que no hay otro mal que el mal
moral y que no hay mas bien que el bien moral, la elección estoica se sitúa pues en línea
recto con la elección socrática y es mentalmente opuesta a la epicúrea: la felicidad, el bien
moral sea accesible a todos aquí abajo.
La teoría moral: será moral lo que depende de nosotros; será indiferente lo que no dependa
de nosotros. Lo único que depende de nosotros es en efecto nuestra intención moral, el
sentido que damos a los acontecimientos, lo que no depende de nosotros corresponde al
eslabonamiento necesario de las causas y de los efectos, al destino, al curso de la
naturaleza, a las acciones de los demás hombres.
Esta teoría permite a la voluntad buena encontrar motivo de ejercicio, ser guiada por un
código de conducta practico y atribuir un valor relativo a las cosas indiferentes, que en
principio carecen de valor.
Leviatán.
La naturaleza es imitada por el arte del hombre en muchas cosas y entre otras, en la
producción de un animal artificial, la obra más racional y excelente de la naturaleza que es
el hombre. Pues mediante el arte se crea ese gran leviatán que se llama república o estado y
que es un hombre artificial para cuya protección y defensa fue pensado. La soberanía es un
alma artificial; la equidad y las leyes son una razón y una voluntad artificial. Quien ha de
gobernar a toda una nación debe leer en si mismo a la humanidad, no a este o aquel hombre
particular.
Cap. 1 del sentido: los pensamientos del hombre son todos una representación o apariencia
de alguna cualidad o de otro accidente de un cuerpo ajeno, un objeto. El arquetipo de todos
los pensamientos es el sentido (pues no hay en la mente humana concepto que, al
comienzo, totalmente o por partes, no surja desde los órganos del sentido).
La causa del sentido es el cuerpo externo u objeto, que dé sobre el órgano apropiado a cada
sensación, la presión del objeto, el objeto es una cosa y la imagen o fantasía otra, el sentido
es siempre fantasía original-causada por la presión o el movimiento de cosas externas sobre
nuestros ojos, oídos y otros órganos ordenados a tal fin.
Cap. 2 de la imaginación: los hombres solo miden a otros hombres partiendo de si mismos,
sino a todas las demás cosas igualmente; así también acontece con el movimiento realizado
en las partes internas del hombre cuando ve, sueña, etc. Pues todavía una imagen de la cosa
percibida, aunque no tan clara y a esto llamaban los latinas imaginación y no existe ningún
nuevo objeto capaz de dominarlos oscurecerlos con una impresión, un sueño debe
necesariamente ser mas claro que nuestros pensamientos en estado de vigilia.
El discurso mental es de dos tipos, el primero es sin guía, sin designio e inconstante; no hay
un pensamiento apasionado que gobierne y dirija hacia si a los que siguen, tales son por lo
general los pensamientos de los hombres.
El segundo tipo es más constante, pues está regulado por algún deseo o designio. Porque la
impresión causada por cosas que deseamos o tememos es fuerte y permanente y en caso de
haber cesado, retoma deprisa. A veces es tan fuerte que puede impedir y romper nuestro
sueño. Del deseo brota el pensamiento de algunos medios que producen cosa semejante
pretendida por nosotros.
La ciencia absoluta de lo absoluto, los griegos realizaron una profunda armonía entre lo
humano y lo divino, los judíos viven la escisión y el contraste total entre lo humano y lo
divino, es típico de la religión hebrea el sentimiento de esclavitud del hombre, la ley
impuesta por dios es dios mismo, ante quien el hombre se siente como objeto.
La realidad en cuanto tal es espíritu infinito, la estructura, la vida misma del espíritu, el
procedimiento a través del cual se desarrolla el saber filosófico- es la dialéctica, a
espiritualidad es dialéctica, el rasgo peculiar de esta dialéctica es el elemento especulativo.
El movimiento propio del espíritu, tres modos: ser en sí, el ser otro o fuera de sí, el retorno
a si o el ser en sí y para sí. El circulo de lo absoluto también sigue el ritmo tríadico del en
sí, el fuera de si y el retorno a si, se le denomina idea, naturaleza y espíritu. La vida del
espíritu no es aquella que rehúye la muerte, sino la que soporta la muerte y se conserva en
ella.
Las doctrinas filosóficas, los resultados de a la ciencia o las creencias mas obvias de la
actitud natural n pueden constituir puntos de partida indudables, que son los que necesita la
filosofía concebida como ciencia rigurosa. Por lo tanto, todas estas creencias hay que
ponerlas entre paréntesis.
La filosofía al analizar el modo de vida se abre siempre ante nuevos horizontes, tras las
concreciones que pretenden absolutizarse y esclerosarse, descubre la actividad y a la
creatividad intencionalidad la subjetividad, la fenomenología trascendental aspira
únicamente a hacer que la humanidad tome conciencia del hecho de que es sujeto que
siempre lo ha sido a lo largo de los proyectos fallidos y de las confusiones.
El ser y la nada revelan ante todo que la conciencia siempre es conciencia de algo que no es
conciencia, el mundo es lo en si y es lo dado formado de si mismo, opaco ante si mismo
porque esta lleno de si mismo, absolutamente contingente y gratuito.
La libertad no es un ser; es el ser del hombre, su nada de ser, la libertad es constitutiva de la
conciencia; estoy condenado a existir para siempre, mas allá de los móviles y de los
motivos de mi acto: estoy condenado a ser libre. Esto significa que no se pueden hallar
otros limites a mi libertad que la libertad misma; o si se ha sido arrojado a la vida, se vuelve
responsable de todo lo que hace, de su proyecto fundamental su vida.
El hombre es aquello que proyecta ser. Si soy movilizado en una guerra, esta es mi guerra;
me la he merecido, porque podía no enrolarme mediante el suicidio o la deserción, y si por
el motivo que sea me enrolo, en el fondo he elegido esta guerra.
Bibliografía.