Unidad 13 PDF
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OPERATORIA DE CHEQUES
1.DEFINICION:
El art. 1º del derogado decreto ley 4776/63 expresaba: “El cheque es una orden de pago pura y simple librada contra
un banco en el cual el librador tiene fondos depositados a su orden en cuenta corriente bancaria o autorización para
girar en descubierto”.
Fontanarrosa analizaba la definición legal, manifestando que: a) la palabra pago no está empleada en su acepción
técnico-jurídica, sino en su significado corriente de entrega de una suma de dinero; b) la orden de pago contenida en
el cheque debe ser pura y simple, esto es, incondicionada; c) la orden tiene que ser librada contra un banco y d) el
librador debe tener en el banco fondos depositados en cta. cte. bancaria o autorización para su funcionamiento. Es
decir, establecía como requisito interno del cheque y presupuesto de su normal funcionamiento, la existencia de la
provisión y de la cuenta corriente. Pero su inexistencia no conspiraba contra la validez formal del instrumento ni
contra su fuerza ejecutiva
El texto vigente (ley 24.452, modificado por la ley 24.760) no contiene definición alguna. Su artículo primero
distingue entre cheque común y cheque de pago diferido. Así que en términos generales: El cheque común es una
orden de pago librada en contra de un banco, pagable a la vista.
Por otra parte, el cheque sólo puede ser girado contra un banco, pero éste no es parte en la relación cambiario y
solamente está obligado con el librador mediante una relación contractual de naturaleza extracambiaria.
Nat: La denominación de «títulos valores» permite la inclusión de documentos que, aunque representan va-lores, no
reúnen los requisitos generales propios de la disciplina que comprende la materia y, por ende, no le pueden ser
aplicadas sus normas. El nombre de «títulos de crédito» deja fuera de su órbita los títulos valores que, aunque no
regulados por las normas específicas de la materia, no son representativos de créditos, como, por ejemplo, la acción
de una sociedad anónima.
El derecho interno y externo del Cheque, contenido del acto de creación (requisitos de fondo y forma).
Consecuencias de su omisión.
La capacidad para librar cheques es exactamente igual a la prevista para obligarse cambiariamente. Es decir, sólo
pueden librar cheques los mayores de edad, y los que no estén comprendidos en las capacidades restringidas.
El decr. Ley 4776/63, a diferencia del régimen cambiario, no contenía normas específicas que regularan la
representación en el cheque.
Innovando Respecto al régimen anterior, el ordenamieto del cheque trae normas específicas que regulan la
independencia de las obligaciones cambiarias y la representación; así el texto del artículo 10 establece:
ARTICULO 10.- Si el cheque llevara firmas de personas incapaces de obligarse por cheque, firmas falsas o de
personas imaginarias o firmas que por cualquier otra razón no podrían obligar a las personas que lo firmaron o a
cuyo nombre el cheque fue firmado, las obligaciones de los otros firmantes no serían, por ello, menos válidas.
El que pusiese su firma en un cheque como representante de una persona de la cual no tiene poder para ese acto,
queda obligado el mismo cambiariamente como si hubiese firmado a su propio nombre; y si hubiese pagado, tiene
los mismos derechos que hubiera tenido el supuesto representado. La misma solución se aplicará cuando el
representado hubiere excedido sus facultades.
En lo referente a la capacidad pasiva, nuestro ordenamiento solo permite que sea librado contra una entidad
financiera (banco).
ARTICULO 3º- El domicilio del girado contra el cual se libra el cheque determina la ley aplicable.
El domicilio que el librador tenga registrado ante el girado podrá ser considerado domicilio especial a todos
los efectos legales derivados del cheque.
ARTICULO 4º- El cheque debe ser extendido en una fórmula proporcionada por el girado. En la fórmula
deberán constar impresos el número del cheque y el de la cuenta corriente, el domicilio de pago, el nombre
del titular y el domicilio que este tenga registrado ante el girado, identificación tributaria o laboral o de
identidad, según lo reglamente el Banco Central de la República Argentina.
Cuando el cuaderno de fórmulas de cheque no fuere retirado personalmente por quien lo solicitó, el girador
no pagará los cheques que se le presentaren hasta no obtener la conformidad del titular sobre la recepción del
cuaderno. (se denomina formula al papel que el banco le entrega al cuenta correntista, sería lo que en la
práctica se conoce como formulario o libreta de cheque.)
ARTICULO 9º- Toda estipulación de intereses inserta en el cheque se tendrá por no escrita.
ARTICULO 11.- El librador es garante del pago. Toda cláusula por la cual se exonere de esta garantía se
tendrá por no escrita.
ARTICULO 33.- El cheque debe ser librado en la moneda de pago que corresponda a la cuenta corriente contra la
que se gira.
ARTICULO 2º- El cheque común debe contener:
1. La denominación "cheque" inserta en su texto, en el idioma empleado para su redacción;
2. Un número de orden impreso en el cuerpo del cheque;
3. La indicación del lugar y de la fecha de creación;
4. El nombre de la entidad financiera girada y el domicilio de pago;
5. La orden pura y simple de pagar una suma determinada de dinero, expresada en letras y números,
especificando la clase de moneda. Cuando la cantidad escrita en letras difiriese de la expresa en números, se
estará por la primera;
6. La firma del librador.
El título que al ser presentado al cobro careciere de algunas de las enunciaciones especificadas precedentemente
no valdrá como cheque, salvo que se hubiese omitido el lugar de creación en cuyo caso se presumirá como tal el
del domicilio del librador.
1. Denominación «cheque». Debe insertarse en el texto, en el idioma empleado para su redacción. Constituye un
elemento esencial y su omisión implica la invalidez del cheque.
2. Número de orden impreso en el cheque. El Nº de orden debe constar en el cuerpo del documento. El Nº de
orden corrido de los cheques permite determinar con rapidez y certeza si el cheque pertenece o no al cuaderno del
librador; individualiza el documento, permitiendo determinar la comprobación de un pago hecho por su intermedio;
dificulta maniobras ilícitas, etcétera. El art. 4º, párr. 1º, de la ley 24.452 dispone: «El cheque debe ser extendido en
una fórmula proporcionada por el girado. En la fórmula deberán constar impresos el número del cheque y el de la
cuenta corriente, el domicilio de pago, el nombre del titular y el domicilio que este tenga registrado ante el girado,
identificación tributaria o laboral o de identidad, según lo reglamente el Banco Central de la República Argentina».
3. Lugar de creación. El nuevo ordenamiento habla de creación del cheque y con ello se evitarán los problemas que
se planteaban con el texto derogado, que hablaba de emisión. Es importante determinar el lugar de creación, aunque
el cheque se rige por la ley de domicilio del banco girado (art. 3º, ley 24.452). El art. 2º, párr. 2º, dice: «El título que
al ser presentado al cobro careciere de algunas de las enunciaciones especificadas precedentemente no valdrá como
cheque, salvo que se hubiese omitido el lugar de creación en cuyo caso se presumirá como tal el del domicilio
del librador».
Por su parte, el párr. 2º del art. 3º dispone que el domicilio registrado ante el girado puede ser considerado domicilio
especial a todos los efectos legales.
4. Nombre del girado y domicilio de pago. La ley recientemente sancionada tiene, como requisito principal, la
inclusión del nombre del girado, así como el domicilio de pago. El art. 3º de la ley 24.452 dice: «El domicilio del
girado contra el cual se libra el cheque determina la ley aplicable. El domicilio que el librador tenga registrado ante el
girado podrá ser considerado domicilio especial a todos los efectos legales derivados del cheque».
5. Orden pura y simple de pagar una suma de dinero. Debe tratarse de una promesa pura y simple de pagar
ineludiblemente una suma de dinero, que debe estar perfectamente determinada en su calidad y cantidad. El cheque
debe tener especificada en letras y números una especie de moneda y solamente puede referirse a sumas de dinero.
El girado debe ser siempre un banco y éste no puede librar cheques contra sí mismo, porque significaría cambiar la
naturaleza jurídica del instrumento que, de una orden dirigida al girado, se convertiría en una promesa de pago de
éste. Sin embargo, la prohibición no opera en el caso del cheque librado entre dos establecimientos diferentes de un
mismo librador.
La promesa tiene que ser incondicionada, es decir, pura y simple, como se expresa en otros artículos; cualquier otra
condición impuesta quita al documento el carácter de título valor.
La suma de dinero debe ser “expresada dos veces, en letras y números, so pena de nulidad del título. En caso de que
difieran, la ley otorga mayor validez a la cantidad escrita en letras, porque considera que es más difícil de adulterar”.
Finalmente, sobre el cheque no pueden convenirse intereses, así establece el Art. 9º de la ley 24.452- «Toda
estipulación de intereses inserta en el cheque se tendrá por no escrita».
6. Firma del librador. La firma del librador debe cerrar la declaración cambiaria, aunque la ley no habla de
“suscripción” ni fija el lugar en el documento ni se refiere a la izquierda o derecha de su anverso.
Puede firmar personalmente o por representación. La impresión digital no suple la firma del cheque, aunque
existiere una declaración notarial referente a la identificación del autor de la huella dactilar.
Quien firma un cheque por sí o por intermedio de un representante con habilitación a tales fines, es el único obligado
cambiario, aun en el caso de que se haya utilizado un formulario perteneciente a una cuenta a nombre indistinto de
dos o más personas. Ante la falta de pago de un cheque perteneciente a una cuenta a nombre indistinto de dos o más
personas, librado por una de ellas, sólo a quien firmó se le pueden hacer los reclamos cambiarios pertinentes, y nada
puede reclamársele al titular de la cuente que no firmó el título.
La regla es que la firma debe ser de puño y letra del librador.
7. Fecha de creación. Importancia. La fecha de creación es de fundamental importancia, pues permite determinar
la capacidad del librador, la vida útil del cheque y el comienzo de la prescripción. La indicación de una fecha
imposible, es decir, de la que no se pueda determinar el día, mes y año, al igual que la existencia de dos fechas
distintas, invalidan el cheque.
2. PROVISIÓN. CIRCULACIÓN: formas típicas y atípicas. (Al hablar de esto nos referimos a todos los títulos
cambiarios, no sólo a los cheques).
Resulta importante destacar que el régimen de la letra de cambio y pagaré que instituye el decreto-ley 5965/1963 y
que no pierde vigencia por efecto de la derogación del Código de Comercio, no admite el libramiento de los títulos
mencionados al portador, sin perjuicio de lo dicho en torno a la posibilidad de que se creen y circulen sin alguno de
los recaudos formales imprescindibles, pero que deben hallarse completos al momento del vencimiento (arts. 1° y
101 de dicho decreto).
No sucede lo mismo en materia de cheque, ya que la emisión sin beneficiario está prevista y permitida en el art. 6°,
inc. 3 de la ley 24.452.Respecto del cheque:
ARTICULO 6º- El cheque puede ser extendido:
1. A favor de una persona determinada
2. A favor de una persona determinada con la cláusula "no a la orden".
3. Al portador. El cheque sin indicación del beneficiario valdrá como cheque al portador.
(Es importante señalar que los títulos con la cláusula “no a la orden” son transmisibles mediante cesión
ordinaria, es decir de crédito. Por su parte el extendido a persona determinada y al portador se transmiten
por endoso. Existen dos excepciones respecto del inc. 2, no harán falta dicha cesión de crédito cuando el
cheque sea transferido a una entidad financiera o a la comisión nacional de valores.)
ARTICULO 7º- El cheque puede ser creado a favor del mismo librador. No puede ser girado sobre el librador,
salvo que se tratara de un cheque girado entre diferentes establecimientos de un mismo librador.
Puede ser girado por cuenta de un tercero, en las condiciones que establezca la reglamentación.
En cuanto al régimen previsto para la letra de cambio, en el Art. 12 del decreto-ley 5965/63, establece: La letra de
cambio es transmisible por vía de endoso aun cuando no estuviese concebida a la orden.
Cuando el librador haya insertado en la letra de cambio las palabras "no a la orden" o una expresión equivalente, el
título sólo es transmisible en la forma y con los efectos de una cesión ordinaria, salvo que sea transferido a favor de una
entidad financiera comprendida en la Ley Nº 21.526 y sus modificatorias, en cuyo caso podrá ser transmitido por simple
endoso.
Respecto del pagaré, y su circulación es de aplicación (en razón del artículo 103) lo prescripto por el artículo 12
para la letra de cambio.
Títulos NO a la orden:
Respecto de los Cheques, aquellos que son emitidos, con arreglo al artículo 6, inciso 2 “en favor de una persona
determinada, con la cláusula “NO a la orden”, El art. 12, párrafo 3º de la ley 24.452 dice: “El cheque extendido a favor
de una persona determinada con la cláusula "no a la orden" o una expresión equivalente no es transmisible sino bajo la
forma y con los efectos de una cesión de créditos”.
Por su parte, en la letra de artículo 12 del Decreto-Ley 5965/63 aplicable tanto a la letra de cambio y al pagaré, la
incorporación de esta cláusula también tiene por efecto que la única forma de trasmisión sea mediante la cesión de
créditos, salvo cuando fuere transferido en favor de una entidad financiera, supuesto en el que podrá ser trasmitido
por simple endoso.
La cesión de crédito: Los títulos valores pueden transmitirse por intermedio de las normas de derecho común.
Para ello, es excepcional en razón de que el adquiriente queda en una posición “subordinada” a la que tenía el
transmitente.
En rigor, entre la transmisión estrictamente cartular, esto es, la transferencia mediante el endoso y la materialización
mediante el instituto de la cesión de créditos de un título valor, existe diferencias importantes que se manifiestan en
lo atinente a los requisitos a cumplir, pero lo esencial radica en la posición que asume el adquirente del documento, a
quien se le pueden oponer las defensas que se tenían contra al transmitente, es decir, que en tal hipótesis no juega la
autonomía. Pero, en ambos casos, el documento cumple una función de legitimación insoslayable; tanto el
endosatario como el cesionario necesitan del documento para hacer valer sus derechos emergentes.
El contrato de cesión se perfecciona por el solo consentimiento entre el cedente y el cesionario. La entrega del título
n hace al perfeccionamiento del contrato de cesión de crédito, sino que constituye la prestación debida en la etapa de
cumplimiento del contrato.
La cesión de crédito, para ser eficaz, requiere la notificación al deudor cedido. Hay que recordar que el cesionario
pasa a ocupar la posición que tenía el cedente; le son oponibles a aquél las defensas que se tenían con el cedente,
salvo la de compensación.
ARTICULO 5º Pérdida del cheque –“En caso de extravío o sustracción de fórmulas de cheque sin utilizar, de
cheques creados pero no emitidos o de la fórmula especial para solicitar aquellas, el titular de la cuenta corriente
deberá avisar inmediatamente al girado. En igual forma deberá proceder cuando tuviese conocimiento de que un
cheque ya emitido hubiera sido alterado. El aviso también puede darlo el tenedor desposeído.”
El aviso cursado por escrito impide el pago del cheque, bajo responsabilidad del titular de la cuenta corriente o del
tenedor desposeído. El girado deberá informar al Banco Central de la República Argentina de los avisos cursados
por el librador en los términos que fije la reglamentación. Excedido el limite que ella establezca se procederá al
cierre de la cuenta corriente.
Agrega la docente que en la práctica es común hacer, además, una denuncia policial que deberá conte-ner una copia
de la comunicación al banco, lo que deberá hacer no tan sólo el librador, sino también todo portador de buena fe del
cheque.
Por aparte, se deberá iniciar un juicio de cancelación de documento, en nuestra provincia aquella petición deberá
realizarse ante el fuero Civil y Comercial, solicitando al juez que cancele ese documento extraviado o sustraído en la
vía pública.
Si se presenta el cheque a cobro, el banco no deberá cobrarlo (cada vez que el banco no paga un cheque, deberá
poner un sello que diga la causal de no pago), luego deberá retener el cheque e identificar a la persona que lo quiso
cobrar. Debemos recordar que el banco no tiene poder de policía, por lo que carece de poder real de retención,
autores hablan en realidad de “demora”.
Si quien extravió el cheque es el librador del mismo, el Banco Central fija una multa que el mismo deberá pagar, que
se irá incrementando por cantidad de cheques perdidos por año. Recordemos que el cheque quedó retenido. En caso
de que alguno endosante inicie un juicio, el mismo podrá iniciarlo con una copia del cheque, sin necesidad de
presentar la documentación original.
Endoso: El endoso es la forma típica de trasmisión de títulos cambiarios, la expresión que hace referencia al lugar
del instrumento en donde suele colocarse (en el dorso).
La norma no define al endoso, el que podemos conceptualizar como “un acto jurídico cambiario unilateral completo y
formalmente accesorio, mediante el cual un sujeto llamado endosante transfiere a otro, denominado endosatario, la
propiedad de un título circulatorio, la titularidad de los derechos que este confiere, y la legitimación para ejercer
todas las potestades cartulares, convirtiéndose, a su vez, en garante del cumplimiento de la obligación cambiaria
inserta en el documento”
se trata de un medio de transmisión propio del derecho cambiario, suficiente a los fines de documentar las sucesivas
transferencias del título, y no recepticio, es decir que no se encuentra subordinado al reconocimiento o aceptación
del receptor ni de los restantes firmantes del documento.
Es incondicional y completo porque transmite íntegramente la prestación, y formalmente accesorio porque depende
de la existencia del título, que debe ser transmitido manualmente para que se perfeccione el acto. Quien lo transmite
es denominado endosante, y el que recibe el título es el endosatario. Puede serlo cualquier persona humana o
jurídica con capacidad suficiente.
Como principio, el endoso debe inscribirse en el mismo título, más algunas regulaciones como las de letra de cambio
y pagaré y la de cheque, admiten que se inserte en una hoja de prolongación unida al documento.
Art. 1839. Endoso. El endoso debe constar en el título o en hoja de prolongación debidamente adherida e identificada
y ser firmado por el endosante. Es válido el endoso aun sin mención del endosatario, o con la indicación "al portador". El
endoso al portador tiene los efectos del endoso en blanco. El endoso puede hacerse al creador del título valor o a
cualquier otro obligado, quienes pueden endosar nuevamente el título valor.
El Código no limita la cantidad de endosos que puede contener el título, sin perjuicio de lo que prevean regímenes
particulares, como en el caso del cheque en donde solo se admite un endoso por reglamentación del Banco Central
(art. 66, ley 24.452).
La posibilidad de que el Endoso sea escrito en la hoja de prolongación se halla expresamente prevista en la normatia
que rige respecto de Letras de Cambio y Pagaré, por el artículo 14.
Tipos de Endoso:
Endoso nominal Si en la extensión del endoso se indica al beneficiario, se trata de un endoso nominal o completo. Se
emite a nombre de una persona determinada, humana o jurídica. En este supuesto, se otorgan mayores seguridades
en la circulación para el caso de que el título fuera extraviado o hurtado. El único que podrá endosar nuevamente la
letra en este caso será el endosatario beneficiario, ya que de otro modo se interrumpirá la regularidad de la cadena
de endosos y se afectará la legitimación del portador.
Endoso en blanco Es el caso en el que el endosante solo inserta su firma en el dorso del documento o en su
prolongación, sin designar un beneficiario. Quien recibe el título en estas condiciones, puede proceder en los
términos del art. 1843, al que remitimos. Esta especie de endoso es la más utilizada por su mayor flexibilidad a la
hora de la negociación del título.
Endoso al portador Se diferencia del endoso en blanco en que puede incluir, junto con la firma del endosante,
expresiones como “al portador”, “a la orden del portador”, “por endoso al portador” o similares. La consecuencia de
ello será que el endosatario no podrá llenar el endoso con su nombre o el de un tercero, sino que se verá constreñido
a transmitir el documento mediante nuevo endoso o por tradición manual.
En la LETRA DE CAMBIO, y con arreglo al ART. 13 del Dec-ley 5965/63 El endoso al portador se considera endoso
en blanco; por aplicación de las normas del Endoso prescriptas para la Letra de Cambio prevista por el art. 103, la
misma consecuencia cabe respecto del PAGARÉ. El mismo artículo 13 en la Ley de Cheques, prevé idéntica
consecuencia.
Art. 1840. Condición y endoso parcial. Cualquier condición puesta al endoso se tiene por no escrita. Es nulo el endoso
parcial.
Este artículo constituye una prolongación de ese principio de incondicionalidad, eliminando cualquier obstáculo que
dificulte la circulación del documento.
La ley no admite endosos sometidos a condición, ni endosos parciales. La diferencia es que en el primer caso, la
condición se tendrá por no escrita de manera que el endoso mantendrá vigor con sus efectos plenos y particulares de
acuerdo a la clase de endoso de que se trate. En el caso de endoso parcial, el artículo dispone la sanción de nulidad.
Lo mismo se prevé en materia de LETRAS DE CAMBIO Y PAGARÉ, en virtud del ARTÍCULO 13 del Dec.-ley
5965/63. Lo mismo sucede en el artículo 13 de la Ley de Cheques.
Art. 1841. Tiempo del endoso. El endoso puede ser efectuado en cualquier tiempo antes del vencimiento. El endoso
sin fecha se presume efectuado antes del vencimiento. El endoso posterior al vencimiento produce los efectos de una
cesión de derechos.
El título puede circular de manera propia hasta el vencimiento, según lo que dispone genéricamente el Código. En el
caso de la letra de cambio y pagaré el endoso puede efectuarse hasta el protesto por falta de pago o vencimiento del
plazo establecido para protestar, de acuerdo al art. 21 del decreto-ley 5965/1963.
Queda limitada la circulación normal del documento hasta el momento que se fijó para el cumplimiento de la
prestación. El posterior endoso no se prohíbe, pero se modifican sus efectos propios ya que a partir del vencimiento
operará como una cesión de derechos. Podrá circular mediante endoso, pero el adquirente del título, sucesor ahora
del transmitente, se verá expuesto a las excepciones que posea el deudor respecto del cedente.
Art. 1842. Legitimación. El portador de un título a la orden queda legitimado para el ejercicio del derecho en él
incorporado, por una serie no interrumpida de endosos formalmente válidos, aun cuando el último sea en blanco.
Indicamos en el comentario al art. 1838, que uno de los efectos del endoso consistía en legitimar al endosatario como
titular del documento. El portador legitimado es propietario del derecho, sin deba probarlo a través de medios
ajenos al título. Para ello debe detentar materialmente el título, el que debe contener una serie regular de
transmisiones hallándose el portador al final de esa cadena.
El texto de la disposición es similar al del art. 17 del decreto-ley 5965/1963 para el caso de letras de cambio y
pagarés, y al del art. 17 de la ley 24.452 respecto de cheques.
En primer término, para ostentar legitimación el portador debe hallarse en la tenencia del documento y exhibirlo. A
su vez, en aquellos casos en los cuales el instrumento circuló, la legitimación se completa mediante la sujeción a la
ley de circulación.
Art. 1843. Endoso en blanco. Si el título es endosado en blanco, el portador puede llenar el endoso con su nombre o
con el de otra persona, o endosar nuevamente el título, o transmitirlo a un tercero sin llenar el endoso o sin extender
uno nuevo.
El único requisito del endoso en blanco, es la firma del endosante en el dorso del título o su prolongación en los
términos del art. 1839. Quien recibe el documento endosado en blanco puede presentarlo al cobro a su vencimiento,
o negociarlo.
En este caso, puede completar el endoso con su propio nombre transformándolo en endoso nominal en su favor.
También se halla facultado para llenar el endoso con el nombre de otra persona, supuesto en el cual la transmisión
queda perfeccionada con la sola entrega del título al sujeto en cuyo favor se ha completado el endoso, sin que quede
obligado cambiariamente en tanto no existe rastro documental de su participación en el propio instrumento, al igual
que cuando entrega el documento sin llenar el endoso o sin endosarlo nuevamente, circunstancia que también prevé
la norma.
Otra opción que otorga el artículo, por último, es la posibilidad de endosarlo nuevamente, ya sea a través de endoso
en blanco, al portador o nominado.
Art. 1844. Endoso en procuración. Si el endoso contiene la cláusula "en procuración" u otra similar, el endosatario
puede ejercer, incluso judicialmente, todos los derechos inherentes al título valor, pero sólo puede endosarlo en
procuración. Los obligados sólo pueden oponer al endosatario en procuración las excepciones que pueden ser opuestas
al endosante. La eficacia del endoso en procuración no cesa por muerte o incapacidad sobrevenida del endosante.
La disposición conteninda en este artículo armoniza con lo dispuesto por el artículo 19 del Dectreo-ley 5965/63
vigente respecto de las Letras de Cambio y Pagarés. Lo mismo se dispone por artículo 21 respecto de la Ley de
Cheques.
Al incorporarse al endoso la cláusula “en procuración” o similar, como por ejemplo “valor al cobro”, el endosante
transmite al endosatario la legitimación para el ejercicio de los derechos y acciones que surgen del título, pero
mantiene la titularidad de ellos. La circulación regular queda, entonces, limitada.
De ahí que el endoso no opera en su función traslativa de la propiedad del documento; el endosatario adquiere
calidad de mandatario del endosante al único fin de ejercer las acciones y derechos indicados.
El mandato debe ser cumplido según las instrucciones del endosante mandante, en cumplimiento de las normas
generales atinentes a dicho contrato (art. 1324 CCyC). Deberá, por ende, cumplir con todas las cargas cambiarias
indispensables, presentar el documento al cobro y en su caso promover las acciones que resulten necesarias para el
cumplimiento de la prestación, incluso en sede judicial, situación que la norma expresamente prevé, y finalmente
rendir cuentas de su gestión.
Pero dada la naturaleza cambiaria del acto, entendemos que no podrá promover acciones extracambiarias, para lo
cual la cláusula en cuestión no le otorga legitimación suficiente.
Al endosatario deben reembolsársele los gastos que hubiera hecho en cumplimiento del mandato y abonársele la
retribución que eventualmente se hubiera previsto. Como el endosatario recibe el documento al único fin expuesto,
solo podrá endosarlo en el mismo carácter en que lo recibió, es decir, en procuración.
Excepciones Una vez promovida acción judicial contra los obligados en virtud del título, solo podrán ser opuestas al
endosatario demandante las excepciones que hubieran podido oponer al endosante, y no aquellas que en su caso
tuvieran respecto del endosatario.
Fin del mandato El mandato del endosatario finaliza por las causas comunes atinentes al mandato común (art. 1329
CCyC), más la disposición que comentamos excluye la conclusión en los supuestos de muerte del mandante o
incapacidad sobreviniente, al igual que se dispone en el art. 19 del decreto-ley 5965/1963 para el caso de letra de
cambio y pagaré. La razón de la norma radica en la preservación del carácter literal del título, de modo de mantener
la seguridad en la circulación.
Art. 1845. Endoso en garantía. Si el endoso contiene la cláusula "valor en prenda" u otra similar, el endosatario puede
ejercer, incluso judicialmente, todos los derechos inherentes al título valor, pero el endoso hecho por él vale como endoso
en procuración. El deudor demandado no puede invocar contra el portador las excepciones fundadas en sus relaciones
con el endosante, a menos que el portador al recibir el título lo haya hecho a sabiendas en perjuicio de aquél.
La norma reproduce con algunas diferencias, el art. 20 del decreto-ley 5965/1963.
El endoso realizado con la cláusula “valor en prenda”, “valor en garantía”, “en caución” o análoga, implica la
constitución de una prenda sobre el título valor hecha en favor del endosatario, confiriéndole el privilegio
correspondiente. De tal modo, se garantiza un crédito que el endosatario posee contra el endosante, de naturaleza
extracambiaria.
En estos casos, el endosante sigue siendo propietario del documento, y el endosatario a quien le ha sido entregado,
no podrá transferirlo a un tercero salvo que lo hiciere mediante un endoso en procuración.
El endosatario podrá cobrar el importe del título a su vencimiento y cobrarse la acreencia garantizada, con
descuento de gastos y reintegro del remanente al endosante en prenda.
Nótese que en el caso, la diferencia respecto del mandato en procuración deviene como consecuencia de que en el
endoso en garantía, el endosatario actúa en nombre e interés propio.
Art. 1846. Responsabilidad. Excepto cláusula expresa, el endosante responde por el cumplimiento de la obligación
incorporada. En cualquier caso, el endosante puede excluir total o parcialmente su responsabilidad mediante cláusula
expresa.
El principio general que se desprende de la disposición, es que todo endosante del documento responde por el
cumplimiento de la obligación; más tal responsabilidad no quedará incluida en el régimen de las obligaciones
solidarias
Como excepción, el endosante puede excluirse de la obligación de responder mediante la inserción de una cláusula
expresa “sin garantía”, “sin responsabilidad” o similar, que será solo válida respecto de él y no de otros firmantes de
la letra por sus efectos liberatorios personales.
Para la inserción de la cláusula no existen fórmulas sacramentales, bastando que denote claramente la intención de
no obligarse.
Efectos del Endoso en la Letra de Cambio y el Pagaré – MISMOS ARTÍCULOS e IDÉNTICA REDACCIÓN EN LEY
de CHEQUES:
Art. 15. – El endoso transmite todos los derechos resultantes de la letra de cambio.
Si el endoso fuese en blanco, el portador puede:
1° Llenarlo con su propio nombre o con el de otra persona;
2° Endosar nuevamente la letra, en blanco o a nombre de otra persona;
3° Transmitir la letra a un tercero sin llenar el endoso en blanco y sin endosarla.
Art. 16. – El endosante es garante de la aceptación y del pago de la letra, salvo cláusula en contrario.
El puede prohibir un nuevo endoso; en tal caso él no será responsable hacia las personas a quienes
posteriormente se endosase la letra de cambio.
3. De la presentación y del pago
ARTICULO 23.- El cheque común es siempre pagadero a la vista. Toda mención contraria se tendrá por no escrita.
No se considerará cheque a la formula emitida con fecha posterior al día de su presentación al cobro o deposito. Son
inoponibles al concurso, quiebra, sucesión del librador y de los demás obligados cambiarios, siendo además
inválidas, en caso de incapacidad sobreviniente del librador, las fórmulas que consignen fechas posteriores a las
fechas en que ocurrieren dichos hechos.
ARTICULO 24. - El cheque no puede ser aceptado. Toda mención de aceptación se tendrá por no escrita.
ARTICULO 25.- El término de presentación de un cheque librado en la República Argentina es de treinta (30) días
contados desde la fecha de su creación. El término de presentación de un cheque librado en el extranjero y pagadero
en la República es de sesenta (60) días contados desde la fecha de su creación.
Si el término venciera en un día inhábil bancario, el cheque podrá ser presentado el primer día hábil bancario
siguiente al de su vencimiento.
ARTICULO 26.- Cuando la presentación del cheque dentro de los plazos establecidos en el artículo precedente fuese
impedida por un obstáculo insalvable (prescripción legal de un Estado cualquiera u otro caso de fuerza mayor), los
plazos de presentación quedaran prorrogados.
El tenedor y los endosantes deben dar el aviso que prescribe el artículo 39.
Cesada la fuerza mayor, el portador debe, sin retardo, presentar el cheque. No se consideran casos de fuerza mayor
los hechos puramente personales al portador o a aquel a quien se le hubiese encargado la presentación del cheque.
ARTICULO 27.- Si la fuerza mayor durase mas de treinta (30) días de cumplidos los plazos establecidos en el artículo
25, la acción de regreso puede ejercitarse sin necesidad de presentación.
ARTICULO 28.- Si el cheque se deposita para su cobro, La fecha del depósito será considerada fecha de presentación.
ARTICULO 29.- La revocación de la orden de pago no tiene efecto sino después de expirado el término para la
presentación.
Si no hubiese revocación, el girado podrá abonarlo después del vencimiento del plazo, siempre que no hubiese
transcurrido más de otro lapso igual al plazo.
ARTICULO 30.- Ni la muerte del librador ni su incapacidad sobreviniente después de la emisión afectan los efectos
del cheque, salvo lo dispuesto en el artículo 23.
ARTICULO 31.- El girado puede exigir al pagar el cheque que le sea entregado cancelado por el portador.
El portador no puede rehusar un pago parcial.
En caso de pago parcial, el girado puede exigir que se haga mención de dicho pago en el cheque y que se otorgue
recibo.
El cheque conservará todos sus efectos por el saldo impago.
ARTICULO 32. - El girado que paga un cheque endosable esta obligado a verificar la regularidad de la serie de
endosos, pero no la autenticidad de la firma de los endosantes con excepción del ultimo.
El cheque al portador será abonado al tenedor que lo presente al cobro.
ARTICULO 33.- El cheque debe ser librado en la moneda de pago que corresponda a la cuenta corriente contra la que
se gira.
4. AVAL EL AVAL COMO GARANTÍA CAMBIARIA TÍPICA: CARACTERÍSTICAS, FORMA Y EFECTOS. COAVAL Y AVAL
DEL AVAL.
El aval es un acto cambiario de garantía que como tal tiene los caracteres de todo acto cartular, esto es, goza de las
características de unilateralidad, literalidad, autonomía, abstracción e independencia. Presenta, sin embargo, una
característica diferencial respecto de las demás declaraciones cambiarias, pues es una obligación formalmente
accesoria de la obligación del avalado, por que apunta a asegurar el pago de una obligación “primigeniamente” ajena.
Para algunos autores, el aval constituye una obligación de garantía objetiva del pago de la letra. Según señala
Fernández Albor “para unos objetivad en el aval es sinónimo de autonomía. Para otros el aval es “objetivo” porque
no se otorga a favor de un acreedor determinado, sino del legitimo poseedor de la letra. Los mas, entienden, sin
embargo, que el carácter objetivo del aval se identifica con el hecho de que el avalista no asegura que el avalado
pagara la letra de cambio, sino que se obliga él, directa y personalmente, a satisfacer el crédito incorporado a la
cambial en caso de que sea necesario”.
El aval puede ser parcial o total, es decir que puede otórgaselo por la suma indicada en el titulo o por una cantidad
menor. (Art 32. Decr.ley 5965/63).
Como principio general no es necesario que el avalista declare la cantidad que avala, pues se considera que responde
como el avalado. Si se otorga el aval por una cantidad mayor a la expresada en el titulo o en la obligación avalada, la
garantía cambiaria solo será eficaz hasta la concurrencia del importe mencionado en aquella. En el supuesto del aval
por un importe superior al de la obligación de la persona a la que se avala, aun cuando fuere igual o menor al
importe del título, la garantía solo es eficaz cambiariamente hasta el monto de esa obligación.
Caracteres:
1) Unilateralidad: Basta la sola declaración de voluntad que, como tal, es irrevocable y recepticia. Por ello, el
portador tiene un derecho originario.
2) Literalidad: La naturaleza, calidad y contenido de los derechos y obligación surgen exclusivamente de su tenor
escrito.
3) Incondicionalidad: El aval es un acto cambiario, puro y simple, y no puede estar sujeto a condición alguna.
4) Abstracción: El aval esta desvinculado de lar elación causal que origina su creación.
5) Autonomía: El avalista no puede oponer al portador excepciones emergentes de situaciones personales con los
anteriores portadores.
6) Independencia: Es menester señal que el aval, si bien es un acto cambiario sustancialmente independiente de la
obligación avalada y de la que dio origen al título, tiene una indisoluble conexión con ellas: la invalidez formal de la
letra o del avalado determina la nulidad del aval.
La eficacia del aval no depende de la validez sustancial de la relación que origina el titulo ni la obligación
garantizada; aun en el caso de que la firma del suscriptor del título o de la persona avalada sea falsa, el avalista sigue
cambiariamente obligado (art 7 decr.ley 5965/63)
El art 34, parr. 2º del decr.ley 5965/63 establece que la obligación del avalista es válida, aun cuando la obligación
garantizada sea nula por cualquier causa que no sea un vicio de forma. El aval tiene carácter conexo (no accesorio)
con la obligación cartular, pero tal conexión es puramente formal.
La obligación del avalista subiste aunque la obligación garantizada o el titulo sean nulos por cualquier causa
sustancial; solo el vicio formal hace caerla garantía.
Aval y fianza: Ambos son institutos que tienen por objeto garantiza obligaciones, pero si buen los une la finalidad,
tienen diferente naturaleza. Se distinguen las siguientes diferencias:
1) EL aval es un acto jurídico cambiario; en cambio la fianza es un contrato que se encontraba regulado en el CCiv de
Velez y en el Ccom. Ahora se encuentra regulado en el nuevo CCCN en los artículos 1574 a 1598.
2) El aval solo puede garantizar títulos valores; en cambio la fianza puede utilizarse para garantizar contratos y
también una cambial.
3) La obligación del avalista es directa, independiente y solidaria; en cambio la del fiador siempre es accesoria.
4) El avalista no puede valerse de las excepciones personales del avalado; a diferencia del fiador que puede oponer
todas las defensas del deudor garantizado.
5) Con la sola firma en el anverso del título se presume el aval; en cambio la fianza no se presume.
6) El aval no puede ser sujeto de condición; la fianza sí.
7) El aval es irrevocable; la fianza puede ser revocada por medio de un acuerdo entre el fiador y el acreedor.
Sujetos del aval:
a) Avalista:
Para ser avalista se debe gozar de capacidad cambiaria general.
Todos los firmantes del título valor pueden ser avalistas, pero carece de sentido el aval otorgado por el propio
obligado principal (librador en el pagare o aceptante de la letra), porque su posición cambiaria no puede agravarse.
Por el contrario esta ello justificado en los demás casos. Así, el endosante que avala al aceptante, por tal circunstancia
responde frente a todos los demás obligados cambiarios, excluido el aceptante: todos los intermediarios entre su
endoso y la firma del aceptante mejoran su situación en virtud del aval y podrá accionar contra él, incluso dentro de
un plazo de prescripción mayor.
El aval puede darlo cualquiera de los obligados cambiarios: el aceptante, el librador, el endosante e incluso otro
avalista (aval del aval).
Además, el aval dado por el girado, cuando el no ha firmado el documento y, por tanto, no se ha convertido en
aceptante, no garantiza la aceptación, sino que precisamente supedita la propia validez a que esa aceptación se
produzca.
b) Avalado:
El art. 33 parr ultimo del decr.ley 5965/63 dispone: “El aval debe indicar por cuál de los obligados se otorga. A falta
de esta indicación se considera otorgado por el librador”.
Ante el silencio del avalista, que se limita a suscribir su letra, la ley presume que el aval se da a favor del librador. Por
consiguiente el aval en blanco tiene repercusión respecto de todos los firmantes posteriores al librador (endosantes
y sus avalistas). Teniendo en cuenta que los principios que rigen el derecho cambiario y la redacción de la norma, se
interpreta que se trata de una presunción que no admite prueba en contrario.
Formalidades del aval propio del título:
El aval debe efectuarse por escrito y es imprescindible la firma del otorgante.
El artículo 33 del decr.ley 5965/63 señala las diversas formas en que puede materializarse el aval.
a) La expresión “aval” u otra equivalente.
Debe constar en cualquier lugar del título o en su prolongación las expresiones “por garantía”, “caución”, “por
honor”, “principal pagador”, “solidariamente”, etc.
b) La simple firma en el anverso del título.
La simple firma del avalista tiene que estar en el anverso del título, cuando no se trata de la del librador o aceptante.
El mencionado artículo 33 parr 3º dispone: “Se considera otorgado el aval con la simple firma del avalista puesta en
el anverso de la letra de cambio, salvo que esa firma fuese la del girado o la del aceptante”. La norma tiene un error
de redacción: debe interpretarse racionalmente y conceptuarse como avalista al firmante en el anverso del título que
no sea ni librado ni el aceptante.
Se entiende de que en casos de duda, la naturaleza de la declaración deberá deducirse de todos los elementos
emergentes del título. ( por ejemplo, los términos de la redacción del título (singular o plural), si las firmas están en
una misma línea o no, etcétera.
Aval por documento separado:
Es válido que el aval conste en un instrumento separado pero para ello, debe contener los siguientes requisitos:
1_ Lugar de otorgamiento del aval; 2_ La expresión “aval” u otra similar”; 3_ La firma del avalista
Gran parte de la doctrina considera que estos requisitos resultan insuficientes ya que el avalista se encuentra en
peligro al no quedar identificado concretamente a quien avalando, cual es el monto, ni el titulo en el que consta esa
cifra. Por eso en la práctica se aconseja cumplir con los siguientes recaudos:
1_ Fecha en que se otorgo el aval; 2_ Identificación precisa de la obligación cambiaria que se avala; 3_ Monto de la
obligación: 4_ Identificación del obligado cambiario que se avala.
Obligaciones y defensas del avalista. (Efectos)
a) Obligaciones:
El efecto principal es el pago de la obligación cambiaria que conlleva la extinción de la misma.
El avalista es un obligado cambiario, y por tanto, contrae una obligación literal, abstracta y sustancialmente
autónoma que lo obliga solidariamente ante el portador del título.
La ley establece que el avalista queda obligado en los mismo términos que aquel por quien ha otorgado el aval. (Art
34 decr.ley 5965/63). Consecuentemente, el avalista queda obligado hacia los portadores del título en una posición
similar a la del avalado. Su posición cambiaria será de obligado directo o de regreso, según haya garantizado a un
obligado directo o a uno de regreso
La solidaridad del avalista frente al portador del título (arts. 34 y 51) se la debe enfocar teniendo en cuenta que
responde frente a todos los sujetos que podrían exigir el cumplimiento de la prestación al avalado; es decir frente
quienes tienen una posición cambiara posterior a la del deudor garantizado. La posición cartular del avalista como
obligado cambiario tiene relación con la ubicación física (anterior o posterior) de los demás actos cambiarios
respecto de la obligación avalada y no de la fecha del aval. Así, el aval garantizado al librador del pagare se puede
haber otorgado con fecha posterior al cuarto endoso y, sin embargo, el avalista va responder frente a todos los
endosantes, incluido el cuarto cuadro endosatario.
b) Defensas oponibles por el avalista y su vinculación con las del avalado:
No asume la obligación personal del avalado, sino que ocupa su misma posición cartular y queda obligado de la
misma forma que el deudor garantizado, aunque no se identifica con él. En efecto, el avalista, al obligarse, lo hace en
función y relación con la obligación avalada, materializada objetivamente en el tenor literal del documento. En razón
de ello, el avalista no se puede valer de las defensas personales que le competen al avalado contra el portador del
título. Como regla, el avalista no puede oponer al acreedor cambiario las excepciones personales propias del avalado.
Así, por ejemplo, la falta de capacidad del avalado o la falta de poderes representativos de quien firmo por él, impide
considerar el acto cambiario como vinculante respecto del avalado, pero no afecta al avalista que estará obligado en
los términos del aval que otorgo. Idéntica conclusión hay en el caso de falsedad del a firma dela valido, cuando esta
no es apreciable objetivamente a simple vista.
Hay que tener presente que aun cuando el avalista no tenga acción cambiaria contra el avalado, tal circunstancia no
lo exime nunca de su obligación de pagar el titulo al portador.
Cabe recordar que el avalista puede poner excepciones objetivas atinentes a la configuración del título (ej. La falta de
formalidades necesarias para configuración del documento cambiario) y las defensas subjetivas que le competen.
c) Derechos del avalista:
El avalista que paga adquiere los derechos que derivan del título en contra del avalado y de los que están obligados
cambiariamente hacia este (art34 parr. último)
La identidad de responsabilidad de avalista y avalado significa que en las relaciones externas- es decir, frente a
terceros- tienen el mismo grado cambiario, si bien en las relaciones internas- avalista y avalado- el avalista es
obligado de grado sucesivo respecto del avalado, de modo tal que, si paga la letra, además de estar facultado para
dirigirse contra los obligados que precedan al avalado en el orden cambiario, puede exigir de este el reembolso de las
cantidades satisfechas.
Por el hecho del pago el avalista adquiere ope legis, y de modo originario, un derecho autónomo, con la consecuencia
de que los obligados frente a los cuales puede ejercer la acción cambiaria no le pueden oponer las excepciones
nacidas de las relaciones persones que tuvieran con el acreedor satisfecho. En virtud de ello, el avalista que ha
cumplido el pago no subentra en los derechos del acreedor satisfecho, sino que deviene acreedor de modo originario
de los derechos inherentes a la cambial, de manera que los obligados cartulares, frente a los cuales el avalista tiene
derecho para accionar en regreso, no pueden oponerle las excepciones que eventualmente hubieran podido oponer
al acreedor, en cuyo favor el avalista ha efectuado el pago.
Coaval y aval del aval:
Nos encontramos frente a un “coaval” cuando el aval es dado por varias personas para una sola obligación cambiaria.
Las relaciones entre ellos se rigen por el derecho común.
En cambio el “aval del aval” se presenta cuando un avalista es a su vez avalado por otra persona. En este caso las
relaciones entre ambos se rigen por el derecho cambiario. Es decir, si el avalista paga el titulo valor tendrá acción
contra el avalado que es quien avalo al librador, endosante o aceptante de la cambial.
Vencimiento: modalidades admisibles en los títulos valores cambiarios.
Este es el momento a partir del cual se hace exigible la obligación cartural en función del acaecimiento del evento
previsto a tales fines por la ley. El vencimiento cumple múltiples funciones: es el momento en que debe cumplirse la
prestación dineraria; establece la oportunidad para el cómputo de la prescripción: fija el momento hasta el cual
puede transmitirse el titulo mediante endoso.
El plazo de pago, es el que determina el vencimiento, debe ser posible, único e incondicional, y debe surgir del tener
literal del título.
No se computa el día en que empieza a correr el plazo y este se cuenta por días corrido; los feriados intermedios
quedan comprendidos dentro del plazo. Si el día el vencimiento es feriado, el pago puede exigirse el primer día hábil
siguiente.
Formas:
La ley indica, taxativamente, cuatro formas de vencimiento que pueden presentar el pagare y la letra y que, de
acuerdo al art 35 son las siguientes:
a) A día fijo: El titulo a día fijo constituye la forma más simple y usual de vencimiento y es sumamente corriente en el
pagare: consiste en indicar un día determinado. El vencimiento puede determinarse de múltiples formas: el día, mes
y no, con cifras y letras, o de otra forma indubitable por ejempló: el primer lunes de mayo de un determinado año- o
mencionado el día y el mes con la expresión “próximo”.
b) A tiempo fecha: El vencimiento se produce por el transcurso del tiempo en el determinado, que se computa desde
la fecha del documento (v.gr “pagare a los tres meses de la fecha)
Los títulos a uno o varios meses fecha vencen en igual día del mes en el cual el pago debe efectuarse y si no se indica
día pertinente, vence el ultimo día del mes.
c) A cierto tiempo vista: El plazo de pago empieza a computarse a partir de la vista del documento por parte del
obligado principal.
En la letra a cierto tiempo vista el vencimiento surge 1) de la aceptación fechada efectuada en el propio título por el
aceptante; 2) del protesto por falta de aceptación; 3) del protesto por falta de fecha en la aceptación, y 4) a falta de
protesto, la letra en la que consta la aceptación, pero no así la fecha, se considera aceptada el ultimo día del plazo
establecido para su presentación a ese fin. (Arts. 37 y 35 del decr.ley 5965/63)
Con respecto al pagare que por su naturaleza no requiere aceptación, el ordenamiento cambiario establece que debe
presentárselo para su vista al suscriptor dentro del año de su fecha y el comienzo del plazo corre : 1) desde la fecha
de la vista firmada y fecha por el librado; 2) desde el protesto por la negativa del librador de dejar constancia de la
vista; 3) dese el protesto por la falta de fecha de la vista, y4) a falta de protesto, en el caso del pagare en el que existe
constancia de la vista pero esta carece de fecha, se considera realizada, respecto del suscriptor, el ultimo día del
plazo establecido para su presentación a ese fin.
En cuanto al computo del tiempo en estos títulos, son validas las mismas consideraciones realizadas para los títulos
a cierto tiempo fecha: vencen en igual día del mes en que el pago debe efectuarse; se computan primero, en caso de
haberse librado a uno o varios meses y medio vista, los meses enteros; si no se indica día correspondiente vencen el
ultimo día del mes.
d) A la vista: El titulo a la vista es pagadero a su presentación. Debe presentarse para el pago dentro del plazo de un
año desde su fecha, pudiendo el librador abreviar o ampliar dicho plazo.
En los títulos a la vista, el vencimiento se produce con la presentación al cobro. (La presentación al cobro es la que
hace producir el vencimiento.)
En la letra a la vista, el vencimiento surge: 1) de la fecha de la vista puesta en el propio título por el girado y 2) del
protesto ocasionado por falta de pago correspondiente en la oportunidad de la vista. En estos títulos, la clausula sin
protesto se debe considerar como no escrita.
En el pagare el vencimiento surge: 1) de la fecha de la vista puesta por el librador, y 2) del protesto por la negativa
del librador a pagar el titulo en el momento de la vista.
Cabe señalar que la ley no admite otras formas de vencimiento que las mencionadas y expresamente dispone que los
títulos con ”vencimiento sucesivos” son nulos.
ARTICULO 61. - Las acciones judiciales del portador contra el librador, endosantes y avalistas se prescriben al año
contado desde la expiración del plazo para la presentación. En el caso de cheques de pago diferido, el plazo se
contará desde la fecha del rechazo por el girado, sea a la registración o al pago.
Las acciones judiciales de los diversos obligados al pago de un cheque, entre sí, se prescriben al año contado desde el
día en que el obligado hubiese reembolsado el importe del cheque o desde el día en que hubiese sido notificado de la
demanda judicial por el cobro del cheque.
La interrupción de la prescripción sólo tiene efecto contra aquél respecto de quien se realizó el acto interruptivo.
El Banco Central de la República Argentina reglamentará la emisión de una certificación que permitirá el ejercicio de
las acciones civiles en el caso de cheques generados y/o transmitidos por medios electrónicos.
ARTICULO 62. - En caso de rechazo del cheque por falta de provisión de fondos o autorización para girar en
descubierto o por defectos formales, el girado lo comunicará al Banco Central de la República Argentina al librador y
al tenedor con indicación de fecha y número de la comunicación, todo conforme lo indique la reglamentación. Se
informará al tenedor la fecha y número de la comunicación.
ARTICULO 63. - Cuando medie oposición al pago del cheque por causa que haya originado denuncia penal del
librador o tenedor, la entidad girada deberá retener el cheque y remitirlo al juzgado interviniente en la causa. La
entidad girada entregará a quien haya presentado el cheque al cobro una certificación que habilite al ejercicio de las
acciones civiles conforme lo establezca la reglamentación.
ARTICULO 64. - Contra los rechazos efectuados por la entidad financiera girada que dieren origen a sanciones que se
apliquen conforme a la presente ley, los libradores y titulares de cuentas corrientes podrán entablar acción judicial,
ante los juzgados con competencia en materia comercial que corresponda a la jurisdicción del girado, debiendo
interponerse la acción dentro de los quince (15) días de la notificación por parte del girado, siendo de aplicación el
Código Procesal Civil y Comercial de la jurisdicción interviniente.
Las acciones que se promovieran contra los girados, sólo producirán efecto suspensivo respecto de las multas que
correspondieran aplicarse. No obstante la promoción de estas acciones se computarán los rechazos a los efectos de la
inhabilitación.
6. Acciones cambiarias.
Concepto y tipos: La expresión “acción cambiaria” comprende tanto lo netamente sustancial como la cuestión
procesal. En realidad, sería más apropiado hablar de “pretensión cambiaria” , para designar el derecho de fondo o
sustancial, y de “acción cambiaria” para aludir a la facultad de peticionar ante la justicia, mediante un determinado
mecanismo procesal, la satisfacción de las pretensiones cambiarias invocadas.
La acción cambiaria, como pretensión, se refiere al “derecho incorporado” al título, a la facultad sustancial de
obtener el pago o reembolso del importe de la obligación cartular, más los accesorios pertinentes.
Además, la acción cambiaria, en tanto facultad que corresponde a una persona para que requiera la intervención del
Estado, a efectos de tutelar la pretensión jurídica material, hace referencia al tratamiento procesal que reciben, en
juicio, los títulos circulatorios.
El art. 60 del decr. ley 5965/63, al otorgar la vía ejecutiva para el cobro de los títulos de crédito, incursiona en
aspectos procesales indisolublemente unidos al derecho sustancial, pero no por ello impide el ejercicio de las
pretensiones cambiarias en juicio ordinario.
Dicha acción puede intentarse tanto en un proceso ejecutivo como en un juicio ordinario. Es el actor quien puede
elegir entre la vía rápida y expeditiva, otorgada por el primero, o la amplitud e irreversibilidad propia de segundo.
No obstante, no hay que perder de vista que el carácter cambiario de la pretensión surge del derecho de fondo y que
la naturaleza de juicio es una cuestión de vías procesales. El derecho de fondo siempre es el mismo.
En el proceso ordinario rigen los principios y normas sustanciales propias de los títulos valores y aunque hay una
mayor amplitud para la interposición de defensas y pruebas, ellas deben ser receptadas solamente en cuanto
configuran situaciones admitidas por la ley cambiaria.
La acción cambiaria ejercida en un juicio ordinario presenta una ventaja, cual es la de conducir a la cosa juzgada
material que, como tal, es irrevisable.
Acción ejecutiva: El art. 60 del decreto ley 5965/63 otorga la vía ejecutiva para el cobro de la letra de cambio y el
pagaré.
Solidaridad cambiaria.: La solidaridad pasiva presupone la existencia de dos o más deudores y tiene por objeto
asegurar al acreedor el íntegro pago de su crédito haciendo recaer la totalidad de la deuda en más de un sujeto, con
la consecuente dispersión del riesgo que ello implica. De tdal modo, se resguarda al acreedor de las contingencias
que puedan afectar a uno o más de sus deudores.
Un aspecto esencial del régimen cambiario es el referente al régimen de responsabilidad solidaria entre los
diferentes obligados cartulares, que es distinto al del derecho común.Yadarola ha expresado que en el derecho
cambiario las olidaridad se encuentra influenciada por un principio esencial de la materia: el de la independencia de
cada una de las obligaciones cartulares,en razón de la cal cada deudor contrae una obligación distinta a la de los
otros firmantes.Una prueba de ello le da la interrupción de la prescripción que sólo opera en contra de quien realiza
el acto interruptivo (art. 97, decr. ley 5965/63).
El art. 51 del decreto ley 5965/63 dispone que “todos los que firman una letra de cambio,sea como libradores,
aceptantes, endosantes o avalistas, quedan solidariamente obligados hacia el portador. El portador tiene
derecho de accionar contra todas esas personas, individual o colectivamente, sin estar obligado a observar el
orden en que las obligaciones han sido contraídas”.
Conforme lo expresa el artículo citado, no son obligados cambiarios los que reciben el título endoso en blanco o al
`portador, y posteriormente lo transmiten mediante la simple tradición o completan el endoso con el nombre de otra
persona a quien le entregan el documento sin insertar su firma.
Además, hay algunos firmantes del t´tulo que no son obligados cambiarios: a) el transmitente del título mediante una
cesión de crédito propiamente dicha;b) quien endosó el título con posterioridad al protesto o a la fecha
para hacerlo,asimilado al cedente; c) el endosante en procuración, y e) el endosante de un título “no a la orden”.
El portador, es decir,quien se halla legitimado por la posesión del documento en función de su ley
de circulación,tiene amplia libertad para escoger el deudor o deudores cambiarios y no está obligado a seguir un
orden ni a ir contra los obligados más próximos.
El portador puede ir en contra de todos y cada uno de los firmantes del documento en forma simultánea o sucesiva e
incluso puede cambiar de rumbo sin necesidad de cumplimentar requisito sustancial alguno: puede demandar a uno
y, posteriormente,cumplimentando los requisitos procesales para el caso, cambiar de rumbo reclamándole a otro o a
todos los restantes obligados. El acreedor, en caso de incumplimiento, no se verá obligado a intentar tantos juicios
como deudores haya,sino que le bastará demandar a uno o a todos ellos por la totalidad del crédito.
El art. 51, parte última, del decreto ley 5965/63 estatuye: “la acción promovida contra uno de los obligados no
impide accionar contra los otros, aun cuando fuesen posteriores a aquel contra el cual se ha procedido
primero”.
Quien al abonar el título cumple la prestación debida, no sólo no libera a los de igual categoría anteriores a él ni al
obligado principal y directo, sino que tiene acción cambiaria en contra de todos ellos. Además, y por la misma razón
señalada, quien abona el documento se convierte en acreedor por la totalidad de la deuda respecto de los
suscriptores anteriores a él y puede exigir el reembolso del valor del título y de los intereses y gastos legítimos que
haya oblado. En ese sentido, puede dirigirse contra los obligados precedentes, por ejemplo, endosantes anteriores,
obligado principal y directo y los respectivos avalistas.
Solamente el cumplimiento de la prestación -pago- por parte del obligado principal y directo extingue la totalidad de
las obligaciones incorporadas al título de crédito y de esa forma se liberan todos los firmantes del título.
Finalmente, el firmante que paga la totalidad del crédito tiene derecho a requerir de su coobligado parigrado la parte
proporcional correspondiente; en tal caso, a los efectos del reembolso, rige la solidaridad del derecho común y la
acción es de naturaleza extracambiaria. En este caso, la solidaridad es la emergente de las normas de derecho común,
aplicable solamente entre los que han asumido una misma obligación cartular; entre los “coendosantes”,
“colibradores” o “coavalistas” no existe acción cambiaria y sus relaciones se rigen por las disposiciones relativas a la
solidaridad común.
En síntesis, todos los obligados cartulares responden solidariamente frente al portador legitimado, y ninguno de
ellos puede oponer el beneficio de división ni el de excusión.
Acción directa y de regreso.: El art. 46 del decreto ley 5965/63, establece: “La acción cambiaria es directa o de
regreso; directa contra el aceptante y sus avalistas; de regreso contra todo otro obligado”. Por lo tanto,
entendemos que distingue entre acción directa y de regreso. Se diferencian en razón del obligado cartular contra el
cual se ejerce el derecho de cobro de título.
Mediante el ejercicio de la acción directa se puede r en contra del aceptante de la letra o del suscriptor o librador del
pagaré y de sus respectivos avalistas.
Por medio del ejercicio de la acción de regreso se puede ir contra el librador de la letra, de los endosantes y sus
respectivos avalistas.
En el pagaré, los endosantes y sus avalistas son los obligados de regreso.
El art. 47 dispone que: “El portador puede ejercer las acciones cambiarias de regreso contra los endosantes,
el librador y los otros obligados:
a) Al vencimiento, si el pago no se hubiese efectuado;
b) Aun antes del vencimiento:
1° – Si la aceptación hubiese sido rehusada en todo o en parte;
2° – En caso de concurso de girado, haya o no aceptado, o de cesación de pagos aunque no mediara
declaración judicial, o cuando hubiese resultado infructuoso un pedido de embargo en sus bienes;
3° – En caso de concurso del librador de una letra no aceptable.”
El portador del título, como último endosatario, está facultado para accionar en contra de los obligados cambiarios
anteriores a él, reclamándoles el pago del título.
La acción de reembolso, que es directa o de regreso según contra quien se dirija, constituye una acción autónoma,
esto es, distinta de la que pueda haber sufrido quien abonó el título aunque se rige por normas similares a las de las
otras acciones.
Está legitimado para ejercer el reembolso el obligado cambiario portador del título que lo abonó,y goza de una
acción en contra de sus garantes (art. 53, del mismo decreto): obligado principal directo y de regreso anteriores a él
y los respectivos avalistas.
También puede ejercer el reembolso el avalista que abonó el título en contra de su avalado y de quienes están
obligados cambiariamente respecto de éste, en su caso, con los límites del art. 59.
La acción cambiaria, la vía ejecutiva y el artículo 60 del decreto ley 5965/63: El art. 30, párr. 2º, del decreto
ley 5965/63,al otorgar al portador acción cambiaria en contra del obligado directo, no hace referencia alguna a la
vía procesal en que pueda actuarse. Ello no obstante, es plenamente aplicable lo preceptuado por el art.60 del
decreto ley que otorga la vía ejecutiva, aunque éste, aparentemente sólo se refiere a la acción de regreso.
La referencia del art. 60 es equívoca, pues el giro “debidamente protestada” puede dar a entender que siempre se
requiere el protesto del título, lo cual ha permitido que un sector de la doctrina sostenga la necesidad del protesto
para ejercer la acción cambiaria directa, en un juicio ejecutivo. Se arguye que la expresión “debidamente protestada”
requiere, indefectiblemente, el protesto del título a fin de poder utilizar la vía ejecutiva para ir contra el obligado
directo y,en su defecto, preparar la vía ejecutiva mediante el reconocimiento de la firma prevista por el
ordenamiento procesal.
Sin embargo, la expresión “debidamente protestada” tiene otro alcance y es el de comprender solamente los casos en
que el protesto se exige para la conservación de las acciones cambiarias de regreso.
Ejercicio de la acción directa: El ejercicio de la acción cambiaria directa presupone la presentación judicial del título
valor y que de él resulte la investidura formal o aparente del portador.
Si se hubiere perdido, robado o destruido el título,se debe acompañar la copia certificada de la resolución que
dispuso su cancelación y de la cual surja la legitimación del actor, y la constancia judicial de que no se dedujo
oposición o que se la rechazó definitivamente. Si se demanda el avalista del aceptante de la letra o del suscriptor del
pagaré, obligado por documento separado, se tiene que acompañar el instrumento en que conste el aval.
Acción cambiaria de regreso y su ejercicio: Se puede ejercer la acción cambiaria de regreso en contra del librador de
la letra de cambio, los endosantes y sus avalistas o intervinientes, así como contra los endosantes del pagaré y sus
avalistas. Es decir que mediante el “regreso” se puede accionar en contra de todos los suscriptores del título, salvo el
principal obligado y sus eventuales avalistas.
Sin embargo, hay que recordar que algunos firmantes no son obligados cartulares y, por lo tanto, no pueden ser
demandados cambiariamente:a) quien se liberó de la garantía de pago; b) el endosante en procuración; c) quienes
hicieron una cesión de crédito, aunque ésta se formalice mediante un “endoso”, y d) endosante de un título no a la
orden.
Presupuestos sustanciales: El ordenamiento cambiario impide el ejercicio de la acción de regreso al portador del
título que omite: 1) presentar el título a la vista o a cierto tiempo vista para su vista; 2) presentar el documento para
su pago, aun cuando lleva la cláusula “sin protesto”; 3) levantar el protesto, sea por falta de aceptación o de pago, y 4)
presentar la letra para su aceptación en los términos establecidos por el librador. Dada la función del protesto, la
problemática de la acción de regreso gira alrededor de él y de la cláusula que lo dispensa.
En síntesis, como las pretensiones surgen exclusivamente del derecho sustantivo, es improcedente la preparación de
la vía ejecutiva para el ejercicio de la acción cambiaria regresiva, cuya caducidad se produjo por la ley de fondo.
El art. 61, parte 2ª del decreto ley 5962/63, dispone que la acción causal no puede ejercerse “sino después de
protestada la letra por falta de aceptación o de pago. El portador no puede ejercitar la acción causal sino
restituyendo la letra de cambio y siempre que hubiese cumplido las formalidades necesarias para que el
deudor requerido pueda ejercitar las acciones regresivas que le competan”.
La acción causal procede entre sujetos que han sido partes en la relación subyacente que sirvió de causa a la emisión
o transmisión del título (librador y tomador, endosante y endosatario, suscriptor y tomador, etcétera). En principio,
es menester que del propio título surja la vinculación causal entre los obligados causales, pero se puede ejercer la
acción causal contra la persona que transmitió un título que estaba endosado en blanco y lo entregó sin endosarlo,
en cuyo caso el actor tendrá a su cargo una prueba más severa.
Corresponde el ejercicio de la acción causal por los montos emergentes de ella que no necesariamente deben
coincidir con la parte instrumentada en el título (puede ser mayor, menor o igual).
En síntesis, las condiciones para poder ejercer la acción referida son: 1)que la relación subyacente otorgare algún
derecho; 2) que actor y demandado hayan sido vinculados directos; 3) que no haya habido novación; 4) que el actor
hubiere cumplido las formalidades necesarias para que el deudor requerido pueda ejercitar las acciones regresivas
que le pudieran corresponder; 5) que se hubiere efectuado el protesto, si correspondiere, y 6) que el portador
restituya el documento cambiario.
Acción de enriquecimiento:
El art. 62 del decreto ley 5965/63 dispone que: “Si el portador hubiese perdido la acción cambiaria contra
todos los obligados y no tuviese contra ellos acción causal, puede accionar contra el librador o el aceptante o
el endosante por la suma en que hubiesen enriquecido injustamente en su perjuicio”.
La ley requiere: a) la pérdida de la acción cambiaria; b) la falta de acción causal, y c) el enriquecimiento indebido del
demandado, a costa de un correlativo empobrecimiento del portador del documento.
No se trata de una acción cambiaria, aunque esté vinculada con la pérdida de los derechos cartulares: el título de
crédito sólo funciona como elemento de legitimación ad causam y el monto por el cual se libró el título obra como
límite máximo del empobrecimiento reclamable por esta vía. Como se trata de una acción extracartular, no juegan
los principios de la literalidad y la autonomía,y el deudor entonces puede oponer todas las defensas inherentes a la
relación subyacente,a la cual tiene que hacer referencia necesariamente el actor para determinar la medida del
enriquecimiento indebido.
Es una acción de carácter netamente subsidiario, pues no puede ejercerse cuando el portador del documento puede
iniciar otras acciones. Así, es menester que: a) se hayan perdido por caducidad todas las acciones de regreso; b) se
hallen prescritas todas las obligaciones cambiarias, sin embargo, no es necesario que la producción de tales eventos -
caducidad y prescripción- haya sido constatada y declarada previamente por la justicia, y c) además, se requiere que
el portador carezca de acción causal alguna, carencia que debe darse ab origine, pero que en modo alguno puede
darse cuando el documento nunca tuvo valor cartular por la falta de alguno de los elementos estipulados por la ley.
La prueba del enriquecimiento efectivo del deudor demandado le corresponde al actor, quien también deberá
demostrar como presupuesto de su accionar los otros extremos que hacen viable su demanda (carencia de acción
causal y pérdida de las cambiarias).
La autonomía significa que cada adquisición del título y,por ende, del derecho incorporado, sea independiente de las
relaciones existentes entre el deudor y los poseedores anteriores del título.
La abstracción consiste en la desvinculación del documento respecto de la relación causal, esto es,de la relación
subyacente.
La autonomía, abstracción e independencia de las obligaciones cambiarias han permitido que Cámara diga que
“prosperando la excepción opuesto por uno de los deudores cambiarios no existe óbice para que la sentencia se dicte
contra los demandados”. En otras palabras, debido a su situación personal y a las relaciones con el portador, algunos
demandados pueden ser condenados a pagar y otros pueden quedar exentos.