15 de Un Golpe. Instantánea de Poesía Cubana

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(instantánea de poesía cubana)

15 DE UN GOLPE

Colección Arpones
POESÍA
[10]
15 de un golpe / (instantánea de poesía cubana)

Selección y presentación: Jamila Medina Ríos

Primera edición cartonera: Atarraya Cartonera, Puerto Rico, 2015


[email protected] / http://atarrayacartonera.blogspot.com
Tel. (787) 381-1307, (787)407-3993

Diseño: Nicole Cecilia Delgado / Xavier Valcárcel


Ilustración [p. 29]: "Babalú", cortesía de Arema Arega, Music, Painting &
Fashion, derechos reservados.

Algunos proyectos análogos: Eloísa Cartonera (Buenos Aires, Argentina),


Barcoborracho Ediciones (Buenos Aires, Argentina), Santa Muerte
Cartonera (Ciudad de México, México), Cohuina Cartonera (Tuxla
Gutiérrez, México), Sarita Cartonera (Lima, Perú), Animita Cartonera
(Santiago, Chile), La Cartonera (Cuernavaca, México), Yiyi Yambo
(Asunción, Paraguay), Felícita Cartonera (Asunción, Paraguay), Dulcineia
Catadora (Sao Paulo, Brasil), Mandrágora Cartonera (Cochabamba, Bolivia),
Yerba Mala Cartonera (La Paz, Bolivia), Matapalo Cartonera (Riobamba,
Ecuador), Regia Cartonera (Monterrey, México), Cartonerita Solar
(Neuquén, Argentina), La Cabuda Cartonera (El Salvador), Patasola
Cartonera (Bogotá, Colombia), Nicotina Cartonera (Santa Cruz, Bolivia),
Katarina Kartonera (Florianopolis, Brasil), La Cizarra Cartonera (Santiago,
Chile), Luzazul Cartonera (República Dominicana), La Rueda Cartonera
(Monterrey, México), Mamacha Cartonera (Paraguay), Otra Cosa Cartonera
(Perú), Papperlapapp (Alemania), Poesía con C (Suecia), Ratona Cartonera
(México), Textos de Cartón (Córdova, Argentina), Ñasaindy Cartonera
(Formosa, Argentina), Mburukujarami Kartonera (Paraguay). Casamanita
Cartoneira (Galicia, España), Valle Cartonera (Valle de Bravo, México),
Cuxtitali Kartonera (San Cristóbal de las Casas, México), Diablo Rojo
Cartonera (Panamá).

Esta obra está bajo una licencia Reconocimiento-


No comercial-sin obras derivadas 3.0 Puerto Rico,
de Creative Commons.

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ENTRAR A PALADEAR la poesía cubana de hoy como quien
da click en algo que le pareció atrayente (es decir, procaz,
violento, abierto; o acaso frívolo, irónico, juguetón…).
Visitarla sin aviso, como un paparazzi que busca una
instantánea atrevida. (Sorprenderla con rolos, sorprenderla en
el baño; atraparla durmiendo, despertarla: flash, flash…)
Bojear títulos que provocan a traspasar el umbral: Marabú,
El derrumbe, Los malos inquilinos, Té para los bárbaros,
Maldita sea, Examen de los institutos civiles, Chicle, Poda, Día
mambí, Chupar la piedra, Lento mapa del ojo… Y otros que
llaman a detenerse un rato más en estas páginas, aunque sea
moviendo ansiosamente el cursor: «Pájaros de combate», «De
riposta», «La horma de tu zapato», «La canción de nosotros»,
«Super bowl», «El dictador»…
Zigzaguear de una pestaña a otra (en medio de una
conexión paradisiaca), tomando con pinzas ciertos versos que
estarían rebien en un pulóver o en un sellito prendido a los
tirantes de la mochila. Versos salvoconducto, versos escudo,
versos lema:

«los combates de boxeo y mis poemas/ son lo mismo»


(O.C.)
«hay palabras vulva» (L.M.)
«aquí hasta el fango es heroico» (F.S.)
«Quien haya perdido una mano/ no servirá en el ejército»
(S.G.Z.)
«soy la perra dócil de la poesía/ cubana…/ y sola/ voy/
a desenterrar/ el hueso» (L.R.I.).

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Poner la flash e intentar guardar algunos docs antes de que la
conexión se vuelva infierno. Estirarte, salir de google conven-
cidx de que en la Isla se escribe lo mismo de amor que de polí-
tica; incluso de autocensura, de viveros, de la caña de azúcar,
de los muros; incluso del árbol nacional, y de boxeo y de pe-
lota, y de sexo y hasta de pajas matutinas, por qué no…
Y presentir que ha cambiado el tono, el peso de los adjetivos,
el (d/c)olor del paisaje, la rebelión frente a los mitos y los ritos,
que han vuelto risa y ligereza.
Levantarte inquietx por no haber compartido ningún link
para llegar allí, a ese sitio al que no sabes si hallarás el camino
otra vez, alguna vez… Extrañamente feliz por una visita que te
dejó en la lengua (y en los dedos) el picor de regresar.

JAMILA MEDINA RÍOS

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EL ÁRBOL NACIONAL

Marabú, Aroma, Aroma francesa,


Aroma blanca, Espina del diablo, Weyler.
Dichrostachys cinerea, Dichrostachys glomerata,
Mimosa glomerata, Acacia cinerea.
Familia: leguminosas. Subfamilia: mimosáceas.
Del francés marabout y este del árabe dialectal marbut.
Arbusto o árbol pequeño oriundo de África
que alcanza alturas de 4 a 5 metros y,
excepcionalmente, en suelos propicios y húmedos,
hasta 10 metros. Sus troncos son tortuosos,
con numerosas ramificaciones gruesas y finas,
muy espinosas, que suelen formar entramados impenetrables.
La corteza es gris, pardo grisácea o blanquecina,
y las espinas solitarias, gruesas y punzantes,
de 1 a 3 centímetros de largo. Florece en los meses
de abril a septiembre. Flores hermafroditas: amarillas.
Flores masculinas: rosadas. Los frutos, lineal coriáceos,
retorcidos e indehiscentes, maduran hasta el invierno
en que secan, permaneciendo sin caer por algún tiempo.
Semillas obovales comprimidas. Es muy heliófila, y crece
desde 0 a 1 500 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Soporta un amplio rango de precipitaciones pero no tolera
terrenos inundados. Fue introducida en Cuba en el siglo XIX
y hay distintas versiones de este hecho: por la señora
Monserrate Canalejo, como ornamento en su finca La Borla,
en las afueras de la ciudad de Camagüey; por José Blain,
en Taco-Taco, Pinar del Río, para estudiar las plantas;
por el ganado extranjero (Colombia) traído después
de la Guerra Grande, que deyectó las semillas
luego de haber ingerido los frutos en sus lugares de origen.
No prolifera con sombra. Naturalizada en toda Cuba,
la extensión excesiva comienza en suelos ligeros,
tanto arenosos y ácidos como calizos y ultrabásicos neutrales.
Prefiere los terrenos arcillosos y seguir el curso de los ríos.

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Una vez establecida se expande y resulta difícil de erradicar
porque sus largas raíces originan retoños dondequiera
que emerjan a la superficie. Destruye la vegetación natural.
Su corte o quema aumenta el número de retoños.
Se propaga fácil y forma bosques impenetrables.
Sus raíces, numerosas y profundas, penetran en el suelo
y facilitan que se ventile y divida. Protege grandes áreas
contra la erosión. Da refugio a especies de la fauna nativa
afectadas por especies depredadoras o por la caza furtiva.
Sirve como planta apícola. Es fuente de alimento proteico
para el ganado. Su madera es dura, inmune al ataque de hongos
e insectos, de textura fina y grano recto, difícil de trabajar.
Se utiliza como leña y es muy buena para hacer carbón.
Fija nitrógeno al suelo. Llegó a ocupar
más de un millón de hectáreas: el 10 % del territorio nacional.

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Pájaros de combate

Los pájaros de juguete llegaron de una vez


como la inmóvil avanzada de un ejército.
Los había de plástico, madera y papel,
algunos sin pintar y apuntaban
en la misma dirección: el interior de la casa.
Cada vez que los cruzamos temblaban
de furia contenida: firmes en su sitio.
Esa noche fue serena excepto
por la íntima reunión en el patio.
Los pájaros en la penumbra
continuaban su guardia
como un homenaje a la muerte.
Al día siguiente notamos
que habían retrocedido
apretándose a las paredes.
«¡Qué lindo!» (dijo alguien),
«parece que nos respetan».
«No» (respondí), «es una señal de combate».

JOSÉ RAMÓN SÁNCHEZ LEYVA


[email protected] (Guantánamo, 1972). Poeta de la costa sur.
Ha publicado: Aislada noche (Letras Cubanas, 2005), Marabú (Torre
de Letras, 2012) y El derrumbe (Letras Cubanas, 2012). Codirige la
revista literaria la noria.

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TENGO LAS MANOS PUERCAS DE FANGO
SOBRE UNAS LETRAS QUE ME HA ESCRITO LA MUDA

I
El agricultor me regala unas maticas del vivero.
Dice el agricultor que yo parezco más joven. Mucho más.
El agricultor es casi un niño. Se mueve ágil entre tantas
macetas y bandejas de alveolos.

II
El agricultor me regaló unas maticas del vivero.
Dijo el agricultor que yo parecía más joven. Mucho. Mucho
más.
El agricultor era casi un niño. Se movía ágil entre tantas
macetas y bandejas de alveolos.

III
Detrás del agricultor veo las indicaciones:
CÓMO CREAR UN SEMILLERO.
El agricultor atiende una orden. Empiezo a leer:
Usa bandejas de alveolos y llénalas de turba sola o mezclada con
arena de río, mitad y mitad.
Coloca 2 o 3 semillas en el centro de cada celda o alveolo para
más garantía y cúbrelas ligeramente.
(Ver fotos superiores)
En el recuadro se ven los dedos de una mujer. El mismo color
de las uñas es el mismo color de la bandeja de alveolos. Las
semillas están todavía en los dedos. Como esperando desapa-
recer en el alveolo próvido.

IV
Soy fan del vivero. Le cuento a La Muda. Respondo su carta
con las manos puercas de fango. Aunque riegue con suavidad
para que no se muevan las semillas, para mantener la turba
húmeda y no encharcada, siempre termino con las manos
mugrientas.

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V
―Es el aire.
Vuelve mi cabeza al Huerto de Dios.
A la tierra a raíz del postigo. Olvidaba boberías del nicho.
Habla el agricultor sobre la laxitud de los retoños a diferentes
Grados Celsius.

VI
La Muda escribe dos hojas de libreta que parten el alma.
Enfatiza la palabra plétora en la segunda hoja. Se explaya vaga
la modulación de plétora en boca de La Muda. El fango en-
vuelve un tramo de la hoja y aparecen desvaídas algunas
palabras que acompañan a plétora.
Leo la carta de vez en vez. Me hundo en las palabras: hastío y
errar —como sinónimo de ir por ahí. La carta empieza:
Querido, querido Rabbuni

VII
Ser un viejo cagalitroso en el podio de una ventana.
Ser un viejo que hurga sobre La Avenida.

VIII
Ser un viejo cagalitroso en el podio de una ventana. Ser un
viejo que hurga en los cuádriceps tonificados por el fitness. Los
severos cuádriceps en la planta baja del edificio lindante.
Desde La Avenida un fragmento de bandeja de alveolos llama
la atención sobre el podio.

IX
Qué felices serían los agrestes en el ir y venir inmutable del
agricultor.
A la que compra posturas envueltas en nylon: Pones los tomates
verdes en una bolsa de papel cartucho junto a una manzana y
espera tomates maduros gracias al etileno.
Una cesta donde sobresalen tomates verduscos.
—La urdimbre de la cesta que está maltrecha en el asa.

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X
Por las mañanas salgo minutos al jardín. Viejos aprenden a
escindir el follaje de las macetas como si fueran árboles de La
Avenida.
Logran figuras enrevesadas. Tomo asiento para echarle un
vistazo a los aprendices de jardinería. Me figuro que los viejos
se marean al deslizar las tijeras de podar entre las ramas. Que
tal vez lían la hojarasca sobrante y componen otras figuras
enrevesadas y bonitas.

XI
Si tú supieras, agricultor.
Donde me veo es de frente a las vidrieras del Ten Cents.

LARRY J. GONZÁLEZ
[email protected] (Los Palos, 1976). Graduado en Historia del Arte
en la Universidad de La Habana y profesor de la Universidad de las
Artes. En poesía ha obtenido premios como la Beca de creación
Prometeo 2010 y La Gaceta de Cuba 2015 ─ambos otorgados por esa
revista─, así como el David 2011 por La novela inconclusa de Bob
Kippenberger (Unión, 2011), y el Julián del Casal 2012 por Osos
(Unión, 2013) ─ambos de la Unión Nacional de Escritores y Artistas
de Cuba─. Dos fetiches: Charlotte Gainsbourg & Francesco
DʼMacho. Ha incursionado en la narrativa, en el rasgado y en arduas
sesiones de gym.

  10
PÁJAROS EN INVIERNO

Pocos los pájaros que quedan en una estación continua,


rezagados,
mudando sus colores
a versiones de un gris abigarrado,
como ceniza mezclada de suelos diferentes.
Busco alimentarlos,
mientras orean bajo un sol escaso
sus plumas erizadas.

Parto el pan entre ellos,


ninguno entiende las primeras migajas.
Luego agarran de un brinco, con precisión feroz,
esos pedazos de panes o de peces,
como si lo que echase fuera a perderse en el suelo
y convertirse en una de esas piedras que saltan
al sacudir caótico
de los huesos del ala, las plumas desprendidas.

Veinte pájaros para dos migajas.


No hay mucho que escribir aquí,
nadie puede pensar veinte pájaros distintos al unísono.
Aunque no exista al ojo un pájaro en particular,
todos los animales hambrientos son el mismo.

El polvo levantado, como el humo en el fuego,


mide la intensidad del caso.
Las piedras pequeñas se dispersan
incapaces de evitar las sacudidas.
Y la migaja irá a parar a cualquier estómago.
Nuestra época dice que al más hábil.

Un pájaro viejo y torpe riñe con otro joven, su hijo quizás,


/por la misma migaja.
Si yo fuera este pájaro viejo también lo mataría.

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Frente a una heladería en Times Square

«ARE YOY ENSLAVED TO YOUR HAIR?»


en un rótulo enorme, con un calvo optimista
y una nueva navaja, utilizas tu ojo:
¡mírale, te sonríe!
Más pasos,
más zapatos,
o más años, o vidas, un lumínico advierte,
«TIMES SQUARE IS WHERE YOU´RE STANDING».

Es raro, comenzaste hace mucho


a verte en un letrero de una sola bombilla
(fue, claro, en otro mundo)
tuviste que rodearle para llegar al punto
exacto de la luz, y revelada
vino así la verdad: «1 SABOR: MENTA-FRESA»,
y lo demás tachado.
Entraste aunque sabías
que iba a arder en tu boca, estropeada por llagas,
que un asqueroso vino, de mística factura
te vendiera. El vino que tú tomas.
No hacía frío. Bebiste
muy apurado
la derretida baba
y era cierto, dolía.
Pensabas, Sabor Único, Maldito
Sabor único.

ICE CREAM SHOP,


HUNDRED FLAVOURS: VANILLA, DUST, OBLIVION,
CHOCOLATE, TIME, STRAWBERRY.

Y aquí entrarás escéptico,


nihilista rotundo, de encontrar lo que buscas.

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Te tocas la cabeza.
¿Esto es la libertad, perder el pelo?

En cristal de vidriera te ha susurrado Dios


sobre el infierno.

MICHEL TRUJILLO GONZÁLEZ


[email protected] (La Habana, 1977). Licenciado en Historia.
Premio David 2005 en poesía por Cántico de las islas penúltimas
(Unión, 2006). Premio en el IV Concurso de Minicuentos El
Dinosaurio 2005 por «Quórum» (Caja China, 2006), llevado al
lenguaje cinematográfico en 2009 por Milena Almira. Premio Beca de
creación Dador 2009 en poesía por el proyecto «Física». Incluido en
las antologías: La isla en versos: Cien poetas cubanos (La Luz, 2011) y
El árbol en la cumbre: Nuevos poetas cubanos en la puerta del milenio
(Letras Cubanas, 2015). Sus textos, cambiantes y de aparición escasa,
poseen un tono marcadamente reflexivo, enunciado en un lenguaje
figurativo y nítido. Reside en Buenos Aires desde 2010.

  13
CANCIÓN

existe lo que amé


y lo que amo: el verde ramaje
de ese árbol que en mi mente
reduzco a machetazos.

existe lo que amé


y lo que amo: un perfecto cuadro
de Mal y Montaña con decenas
y decenas de muchachas que traen
en el cuello mucho talco, y también
entre las piernas mucho talco,
y usan brillos, argollas
y chancletas.
muchachas que en el día buscan
el pan y se ríen al pasar
con un muchacho que de vez
en cuando las invita a desquitarse.

existe lo que amé


y lo que amo; pero también existe
el hacha con que abro y disecciono
tu madera. si me ves
y no tienes hacha, búscate una.
redúceme con rabia a tu tamaño.

es esa la grandeza de los hombres.


es esa la importancia de talarse.

para ti y para todos los que aman,


el árbol de la muerte tendrá siempre
las ramas demasiado verdes.

  14
De riposta

mirando una pelea


entre Antonio Margarito
y Many Pacquiao, recibo
lecciones de poesía.
cada piñazo es un poema
colocado con precisión
en la cara del latino.
cada poema lleva dentro hematomas,
torsiones, cortaduras.
el poema como fiesta de los golpes.

más de media hora castigándose


en el ruedo frente a una multitud
que orgullosa los contempla.
cada detalle no persigue otro fin
que la belleza.

asimismo,
todo en su conjunto es hermoso.
pero es bueno que estemos advertidos:
sonríe el ganador, sonríe. sus poemas cortan.
sonríe el perdedor, sonríe. su sonrisa corta.
ambos llevan en sí la resistencia
de años enteros sin amparo.

es por esto
que los combates de boxeo y mis poemas
son lo mismo.
es por esto
que las putas prefieren al que gana.
yo, que soy un perdedor,
me subo cada día al encerado
en busca de placeres.
afuera, como siempre, una multitud
ansiosa de torsiones y hematomas
me contempla.

  15
lo mío es hacerlos sonreír.
ellos, en su mierda, son hermosos.

qué importa vencedor o vencido.


al final de la velada, algún hijo de puta dirá
que fueron peleas deslucidas.

OSCAR CRUZ
[email protected] (Santiago de Cuba, 1979). Graduado en
Historia (2003). Editor. Ha obtenido premios como el David 2006,
el Pinos Nuevos 2009 y La Gaceta de Cuba 2010. En poesía tiene
publicados: Los malos inquilinos (Unión, 2008), Las posesiones (Letras
Cubanas, 2010) La Maestranza (Unión, 2013). Tradujo, de Georges
Bataille: El pequeño (Santiago, 2011). Codirige la revista literaria
la noria. Planea una segunda invasión a Occidente.

  16
FORMA DE LAS COSAS QUE VENDRÁN

Cae la noche y siguen en pie,


porque no duermen.
LUIS ROGELIO NOGUERAS

La historia de una mujer está en sus cosas —pienso—, las cosas


hacen de una mujer, una historia. el blúmer agujereado en el
cordel. el creyón gastado en la gaveta. el tacón partido de su
zapato izquierdo en su dieciocho cumpleaños, cuando todo
resultaba trascendente y pletórico. la historia de las cosas de
una mujer es simple —pienso. la simplicidad de una mujer está
en su historia. sus labios pintados por primera vez. sus zapatos
de tacón recién estrenados. su blúmer de encaje aún con la
etiqueta. solo estrena lencería quien quiere que alguien se la
quite en la noche, es el significado de ese blúmer. solo se pinta
los labios quien quiere que alguien le arranque la pintura, es el
significado de ese creyón. solo se sube en tacones quien quiere
que alguien la vea caminar, es el significado de esos zapatos. la
historia de una mujer está en sus cosas —pienso. la historia de
esta mujer es simple: nacer, crecer, cumplir dieciocho, desear
a alguien, arreglarse para él, abrirse para él, amarlo, no
importarle a alguien más que en la noche de sus dieciocho,
maldecirlo, desear su muerte, seguirlo amando por un tiempo,
por toda la vida, por gusto. yo aún no tengo nada. soy una
mujer compleja.

  17
La horma de tu zapato

He de poner en tu pie
un zapato más pequeño
así, con el paso del tiempo
no crecerá ni un centímetro
pie bonsái
como en la antigua Asia se obligaba a las geishas
así, con el paso del tiempo
el pie no les crecía ni un centímetro.
A los hombres les encanta que le hagan un foot job
y dicen
mientras más grande el pie
mejor el agarre
la técnica es sencilla:
con los pies coges el pene y le das
para arriba y para abajo
para arriba y para abajo
para arriba y para abajo
así, con el paso del tiempo
el pene no les crece ni un centímetro
pene bonsái
aunque algunos hombres crean
que un foot job hace crecer
sin embargo
a las mujeres un foot job no les funciona
nada tienen para coger y darle
para arriba y para abajo
para arriba y para abajo
para arriba y para abajo
por eso
he de poner en tu pie
un zapato más pequeño
para con él recrear la pezuña de una geisha
pie bonsái

  18
con el que darme
para adentro y para afuera
para adentro y para afuera
para adentro y para afuera.

ANISLEY NEGRÍN RUIZ


[email protected] (Santa Clara, 1981). Narradora y poeta.
Amante de los gatos. Licenciada en Derecho. Con ningún tatuaje en
su cuerpo. Maniática del orden. Profesora. Un tanto fashionista.
Tiene publicados los libros Sueños morados/ Sueños rojos (Sed de
Belleza, 2008; Premio Puerta de papel 2009), Feeling (Premio Félix
Pita Rodríguez; 2008), Temporada de patos (Premio Alcorta; 2008),
Diez cajas de fósforos (Premio David; 2009), Mundo Báthory (poesía;
Premio Hermanos Loynaz; 2011) y Todos vamos a ser canonizados
(Premio Sed de Belleza; 2013). Ha obtenido premios como el Ser en el
tiempo (2009) y la Beca de creación Prometeo que otorga en poesía la
revista La Gaceta de Cuba, así como su Premio de Cuento (ambos en
2013). Textos suyos obtuvieron sendas menciones en el Premio
Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar (2008 y 2011).

  19
I
YO QUERÍA ESCRIBIR un libro que enalteciera la historia
literaria de mi país. Un poema donde algo cambiara. Y me
salen estas pifias a caballo… Sobre el animal de la
independencia pude significar un grito. Pero acaso significo
algo sin el acto de escritura. Vivo entre el amago de una cosa y
la otra. Ni tratados ni poesía. Pienso al igual que H: «¿Y para
qué poetas en tiempos de penuria?» Si mi última salida es
tumbarme sobre la bañera, en la espuma me tiendo. Yo
también puedo ser un revolucionario.

II
Consciente de la época en que vivo, no podré vivir más en mi
época. No hablo de la locura ni de consumirme en la hoguera
de los justos. Pocas cosas se perdonan de antemano, y yo
prefiero la impiedad. Me vienen a la memoria, las mariposas de
la isla de Okinawa. ¡Okinawa mi amor! Saltaban desde el
farallón al galope de la ola, por lo menos diez mil fueron
tragadas. Son números que nada dicen pero temo los absurdos
de la Historia.

III
Lo de aquí está sucio. Está descascarado. Feo. Escribo
nerviosamente sobre la isla, en la pantalla del computador se
interesan por mí. Oportunidad para clientes del ciberespacio:
very important person. Mi astucia fue bordada a machete sobre
el teclado. Pertenezco a una generación que busca los
contactos. Especifico, lo táctil. No soy todo lo que vende el
perfil. Me delatan bocadillos al estilo de un ser cosmopolita.
Poesía, ¿cuándo voy a evitarte? Al final del túnel una mosca
tensa la tela digital. Sobre la taza de café Cubita, pongo azúcar
y vierto cizaña.

  20
V
Se traba al toro por los cuernos, aunque bufe candela. Así sabrá
quién manda. Una cuerda trenzará hábil las patas; impedido
rebelarse a las habilidades. Masajear el músculo depende de
cada mayoral. El procedimiento es como sigue. Una planchuela
de metal retorcido, con signo cifra o serie ―el tono indicará
hacia el rojo fovista― se estampa sobre el cuero achicharrado.
Curada la turgencia aparece la magia, imposible de borrar por
nada en este mundo. Ni siquiera, el larvario de una muerte
demasiado ufana. La perla de mi cofre, alardea el patrón con
los invitados. A saber las cadenas de la vida, siempre somos
propiedad de un alguien.

VI
Muchachas que ofenden a la patria, ¿quién hablará de nosotras
cuando hayamos muerto? Cuerpos escamados, cuerpos sin
gloria se resisten a ser carne de cañón. Las que vamos a morir
te saludan. ¡Qué tontos! Todos vamos a morir (tarde o
temprano, bien o mal). Levanten los ojos frente a la tribuna,
hinchen el pecho; mejor decir las farsas que incitan la
persecución. Ignoradas ―incluso― por la crónica roja. No
existimos este día. ¿Quién destripará de nosotras: maricones
travestis transexuales: blanquísima basura nacional? Alguien
tiene que pagar. ¿Usted se arriesgaría, señor? Las ratas tupen
las cloacas, riegan sus enfermedades, embarran el diamante de
la sociedad. El sótano de mi país es poco para desterrarlas.
Aquí hasta el fango es heroico.

IX
Estoy escribiendo la literatura del tránsito, alma vaga hacia
ninguna parte. Abandono las metáforas para documentar una
verdad histórica. ¡Tengo miedo no asombrarme de mis propias
palabras! La poesía nada cambia; un escritor: un cobarde.
¿Conviniera enrumbar a la política? ―Del griego polis: parte

  21
consubstancial de una sociedad―. Lento, amargo animal el
animal castrado. Yo no existo fuera del lenguaje.

FABIÁN SUÁREZ ÁVILA


[email protected] (Holguín, 1981). Poeta, dramaturgo,
cineasta, fotogénico. Estudió periodismo en la Universidad de
Oriente. Graduado en la especialidad de Dramaturgia por el Instituto
Superior de Arte. Mención en el Premio David por Estática milagrosa
en 2006, Premio Ciudad de Holguín por Mis días en la tierra en 2007,
Premio Calendario de poesía por Heroica de la bestia en el año 2007.
En teatro ha publicado: Caballos (Holguín, 2008), en torno al
fotógrafo Robert M. Mapplethorpe; y Cementerio de elefantes (Abril,
2008). Su obra ha sido compilada en distintas antologías de
Dramaturgia nueva de Cuba. En 2012 dirigió el corto Kendo
Monogatari, con guion suyo.

  22
LAS BOCAS

Son cavidades sin protección, de lejos parecen una línea, una


recta casi del mismo color de la cara. Pero las hay húmedas,
rosadas, de labios hinchados; los labios son las partes del
cuerpo más sensuales, se mantienen siempre a la intemperie,
mostrándose, incitando. Algunos se muerden el labio inferior,
otros lo fruncen. A veces me gustaría ir por ahí besando esas
bocas. He tenido bocas que no puedo olvidar, bocas de las
cuales guardo imágenes imborrables. Las bocas posesionan,
absorben, y hasta crees que te pueden tragar; las hay que
muerden pero el dolor es poco, después aparecen moretones,
marcas que te recuerdan lo sucedido. Un labio entre los míos,
otro por debajo, una marea de lenguas, un puente de papilas
gustativas. Una lengua en mi cuello, detrás de la oreja, en el
ombligo. Las bocas en los pies traen una sensación placentera:
se empieza chupando un dedo y terminas con todos. Luego
pasas la lengua hasta las piernas subiendo por los muslos, ahí
los sonidos son más expresivos que las palabras, el silencio
habla, la respiración, los susurros. Las bocas no sienten
vergüenza de lo que hacen, saludan a familiares, amigos, dan
consejos y hasta clases. Las hay que tienen olor a cigarros, a
bebidas, a medicamentos, pero las hay que tienen el aroma casi
imperceptible del deseo. Cuando eso sucede es una unión muy
fuerte, una lengua se engarza con la tuya, los fluidos se
intercambian en una sensación violenta. Cuando dos bocas
armonizan en un beso, la unión va a ser imperecedera. Estoy
mirando los labios que se posan al borde del vaso de agua fría.
Él bebe su líquido sin saber que yo también estoy bebiendo de
él. Siempre es igual.

  23
Lo que veo

Me desplazo sobre charcos, objetos, cuerpos. Tomo café cuan-


do tengo dinero, escucho a los demás, crujo los dientes. Se me
acaba la comida, el perfume, el desodorante, el tiempo. Por
estos días no he escrito una palabra. Las luces de los carros de
la patrulla alteran la paz de las sombras de los árboles. Unos
hombres fuertes llevan tres días escalando una chimenea, la
escalan aprisionando anillas alrededor de ella, donde ponen
plataformas. Es un trabajo difícil y largo. Hay momentos en
que la plataforma es piso, y en otros momentos la plataforma
es techo. De lejos se ven pequeños, inofensivos, suspendidos en
el aire. Su objetivo es poder pintar unas letras en la chimenea.
Las chimeneas son grandes tubos, túneles por donde viajan los
residuos, humo, niebla espesa que se convierte en nubes y
luego cae encima de todos como agua. Cuando desprenden
humo el cielo se vuelve plomizo, casi negro. No sé qué tipo de
relación establezco con lo que veo. Después todas estas imá-
genes aparecen en mi cabeza como una secuencia de un
proyector de vista fija. Los hombres son fuertes, siguen
subiendo por las escaleras, la caída podría ser mortal. Ante sus
ojos tienen una vista única. Quisiera conversar con ellos, que
me digan qué se siente allá arriba. Los envidio, un frío extraño
me hiela el estómago, también siento ese frío cuando estoy
frente al muchacho súper delgado de dedos largos que me sirve
vasos de yogurt.

YANIER H. PALAO
(Bijarú, 1981). Escritor y productor de cine itinerante. Tiene
publicados los poemarios: Sombras del solo (Holguín, 2005), Peces en
bolsas de nylon (Premio Poesía de Primavera; Ávila, 2009), Música
de fondo (La Luz, 2010), A la intemperie (Premio de la Ciudad
de Holguín; La Luz, 2011) y Vaciados (Aldabón, 2012). Ha incursio-
nado también en la narrativa y en la plástica.

  24
VOZ

Entrada

Hay palabras vulva. Se esconden y se arrastran por los agujeros.


De hilo a hilo no va nada, solo nudos. Amarres productos,
amarres dimensionales, amarres bala.
La aguja adquiere la relevancia de su paso por los agujeros.
La aguja es su paso por los agujeros.
La aguja es una historia potencial. Aún antes de horadar
espacio alguno.
La aguja no es, sino los agujeros.

------

Aguja

Laurie dice: «No mata la bala, es el agujero».


Había un agujero antes de dispararse bala alguna.
Hay un agujero. No mata la bala.
(No mata el agujero o la bala.)
No existe el agujero receptor. El agujero fluye, es una zona
cóncava, plana o elástica a conveniencia. No a conveniencia
del portador de agujero –un portador de agujero es siempre y
antes un portador de aguja(s)–; no a conveniencia del
canalizador de bala(s)… A conveniencia de una confluencia
dada tal vez, del encuentro acontecido en otra parte (no en el
cuerpo del portador de agujero, no en el cuerpo bala), no se
sabe bien dónde –no se sabe dónde por lo general–, porque la
sustancia del encuentro es siempre el elemento –¿la baraja?–
menos visible.
No mata el agujero o la bala.
Entonces pues, lo que mata es la visita.

------

  25
Entrada

El recorrido. A través de los agujeros. Es lo que irá des-


cribiendo direcciones o no, pero que dejará defunciones y/o
nacimientos a su paso. A la manera en que cualquier forma de
vida describe una trayectoria.
Habría que ocuparse pues, de los sucesos, no de la suce-
sión. Habría que particularizar en los agujeros.
Y hay palabras vulva. Diseminadas. Por doquier.
Tienen la intuición y la condición del agujero. En este y
muchos otros sentidos, se podría convenir con Sartre cuando
dice: «Semi-víctimas, semi-cómplices, como todo el mundo».
(Frase colocada por Simone en su libro El segundo sexo. La
experiencia vivida). La incisión fría de nuestra lectura –una
aguja, cual herramienta usada para el análisis ginecobstétrico,
es siempre pieza de metal– es llevada a cabo en la segunda
zona de la frase: «…como todo el mundo», dice Simone que
Sartre dice. Es nuestro cuerpo, nuestra experiencia, quien se
coloca en tela de juicio. Simone habla (de) Simone desde
Sartre. Sartre habla (de) Simone desde Sartre. Simone utiliza
la referencia para autoenunciarse desde el otro. Hay un juego
de máscaras, pero en definitiva, un zurcido. Hay un incidir
sobre lo propio con la frialdad aparente y siempre extraña de
una tercera mirada. Ni Sartre ni Simone. Tampoco el tercer
ojo. Horadar a través de la aguja / realizar la tensión del hueco
produciendo otro hueco: el hilo no es un puente ni es nada. El
hilo es la sustancia finita que aparenta sostener la ausencia.
El hilo una excusa.
Una vestidura para engañar al ojo.
Ni siquiera como mapa, el destejido es inútil desde el hilo.
Ha sido el hilo, pero han sido también los engañosos nudos, la
huida. El empate. La emergencia. Se teje desde una estancia
inmóvil pero ilocalizable. Se teje. Allí el tránsito es impres-
cindible, de hueco a hueco, como a horcajadas: sobre nuestras
cabezas, las armas vacilantes de los hombres. Sobre nuestras
cabezas. Sobre nuestras cabezas. (Mi cabeza no es la cabeza de
más nadie, sin embargo. Pequeñísima cabeza de alfiler.) Es la
aguja la visita. (La aguja no arroja líneas, sino cortes.)

  26
La aguja, como de hermana a hermana, incita. Las
hermanas perdonan, hacen vista gorda. Para las faltas. Orto-
gráficas y silábicas, táctiles y enunciadas. Y la aguja corta
entonces. Para terminar ellas mismas, parcas, el destino, otra
vez y falazmente. Librarse por un segundo, con un nudo, con
un tijeretazo, con un cambio de tela, con el murmullo recono-
cible y seco de la superposición de texturas, de la incerti-
dumbre.
Simone horada el cuerpo femenino de Simone desde la
boca (de) Sartre. Y no sabemos bien –¿acaso Simone podía /
quería saber?– cuál es la naturaleza de la visita. Sin embargo,
la marca ha sido hecha. Otra vez ha sido «hecho», a través de
la aguja y su frialdad convenientemente antiséptica, conve-
nientemente presentable, la reiteración del agujero. Como un
antifaz tras el antifaz tras el antifaz, la persistencia de la cos-
tura, su obstinación, consiste en salir del encasillamiento de
superficie poniendo en práctica la polisemia del encasilla-
miento. La costura es invisible para el que no ha hecho uso de
la aguja sobre las vestiduras. Quedan entre las manos, en el
tejido de la piel que hizo contacto con la pequeñísima herra-
mienta metálica, las historias del cosido, las ilaciones abor-
tadas, las rupturas, el entrecruzarse, el azar descrito por los
nudos. La aguja calla más que dice. La aguja juega a ocultar. Y
sobre todo juega a que desconoce el agujero y sus entradas.

LIZABEL MÓNICA
[email protected] http://twitter.com/lizabelmonica; http://
paladeOinDeleite.blogspot.com (La Habana, 1981). Escritora y artista
multidisciplinaria. Fundadora del proyecto internacional Desliz en
2007 (www.desliz.net.tc). Su trabajo editorial incluye dos antologías
que estudian la obra del escritor cubano Octavio Armand, y una
tercera que recoge una muestra de la poesía cubana más reciente:
Distintos modos de evitar a un poeta: poesía cubana del siglo XXI
(El Quirófano, 2012). Tiene en proceso editorial la novela «Tim
sin Tina» y el poemario «Nudos». Actualmente cursa un doctorado
en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Princeton. Inves-
tiga las relaciones entre arte, literatura y tecnología.

  27
  28
AREMA AREGA

  29
RECORDANDO UN FILME
SOBRE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Trasquilados los judíos


sus despojos se amontonan
en oscuros lavatines
donde el beso de la sangre
es vencido por el cloro.
Mientras el horno doraba
el obsceno pan de los cuerpos,
docenas de tiendas se inauguran
en una noche,
surtidas por tela de judío,
cosidos los golpes, evaporado el grito.
En almacenes de torpe anatomía
erigidos sobre la Isla
como obras del calor,
reposan tristes piezas de vestir,
ajadas por el invierno europeo,
testigos del cuerpo que las hizo suyas
por vez primera.
El látigo del gas alemán
no resiste ciento veinte años.
¿De qué granjero americano
será esta camisa que regalo a mi padre,
de seguro acostumbrada a pastorear
rebaños infinitos?
Mi padre, quien solo pastorea
una terca bicicleta,
se creerá en su inocencia
poseedor de una pieza de algodón
recién cortado,
para el arco de su espalda.
¿Cómo no acordarse del judío mutilado
cuando hurgamos la montaña de tela,
buscando la menos violada,
que nos haga fingir como nuevos?

  30
Hierros de carnaval

Fraguados en herrerías clandestinas


viajan sobre trailers ominosos
por la cicatriz nacional,
artefactos para la diversión,
que en carnavales de barrio
se erigen en solo una hora.
Piezas de antiguos centrales
adobadas por años en el alcohol
de almíbar,
ahora toman sitio
en sillas voladoras y en
botes suspendidos en el arco
de su viaje.
Quien no asistió al esplendor
de los parques eléctricos,
podrá encontrar aquí
una desleal imitación.
Di adiós a tu hijo mientras
resiste su vértigo
en las pequeñas jaulas
de «El Exterminador».
Subamos a «El Dragón»
cuando su mal trazado ojo
ve derramar la cerveza sin nombre,
detenida en odres de extraño níquel
y disputada por caballeros de sed medieval.
Sobre las esteras de montaña rusa
oyendo crujir los frenos de la noria,
te dije: qué triste el país.
—Diviértete, fue la respuesta
mientras me alcanzabas un
algodón de azúcar,
traída del gran Brasil

  31
en oscuras bodegas
de lujosos trasatlánticos.

LIUVAN HERRERA CARPIO


[email protected] (Fomento, 1981). Poeta, investigador lite-
rario, editor. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Las
Villas (2005) y Máster en Cultura Latinoamericana (2014). Desde
2012 reside en Riobamba (Ecuador). Profesor de la Universidad
Nacional de Chimborazo. En poesía ha publicado: Entre dos cristos
(Luminaria, 2005), Animales difuntos (Sed de Belleza, 2006), Discurso
del hambre mientras se marchitan dos ciudades (Vigía, 2009), Muertos
breves (Premio Eliseo Diego; Ávila, 2011) y Flashes (La Luz, 2011). Y
en ensayo: La sencilla palabra. Franciscanismo poético en la obra de
Dulce María Loynaz (Premio Pinos Nuevos 2011; Letras Cubanas,
2012). En ese género ha obtenido, entre otros, el Premio Segur
(2009), el Premio al mejor Ensayo de la revista cultural Matanzas
(2011), el Premio Eliseo Diego (2012) y el que otorga la Editorial El
Mar y la Montaña (2012). Solía atemperar en los Juegos Florales de
Ciego de Ávila y en su lúcida ensayística nuestras polémicas sobre la
salud de la poesía cubana y otros des(a)tinos.  

  32
INDULGENCIA

Expón tus escrotos a la intemperie, al campaneo impreciso


contra el límite de piernas, al choque con el borde de las rocas
que la torpeza ambiental los endurece. A las niñas incluso que
hizo el padre con el fin apacible de engullirlas. A la torpeza
ambiental y la junta con las bestias que emparienta nuestras
pieles con el cuero disimula el dolor, la condición humana.
Expón tus escrotos y tus ojos y todo lo blando que por
costumbre de hombre se protege.
Expón tus escasas ventajas de ser hombre y así, errante e
inadaptado, intenta pujar contra corriente donde andar es
imposible si igual no eres de agreste. Lo blando que expones al
rigor no será más carne trivial: el ciclo con las piedras lo
armoniza. Es decir, tus escrotos en la aldea expuestos sin
reparo a la intemperie, torpeza contra torpeza, hasta que no
sangren.

  33
La cabeza entre mis manos

Zigzagueando el litoral el muro de contención aísla y protege.


Contrasta con el mar las migraciones humanas que concurren
la aldea. A lo largo del muro reservorios de gente ya vencida
han perdido su cabeza. De este lado, no se halla la posibilidad.
Después del muro, quizás esté la posibilidad. La cabeza es un
signo vital de sentimientos. La encimo sobre el muro para que
vea en lontananza, sobre el mar, una ciudad posible, infinita. La
vuelvo contra mí para que observe, me observe, sepa de mí.
Luego podrá tomar sus decisiones. La cabeza entre mis manos
no podrá perderse, no podrá tomar terribles decisiones. Una
mujer sin cabeza es una loca, un hombre sin cabeza es como
una loca; pero un hombre que no quiere perder su cabeza,
como yo, la aprieta entre sus manos, la aprieta y la acaricia:
imaginar compensa. En un barquito de papel hay una aldea. En
la aldea hay un hombre solo, un hombre que enfila su cabeza
entre las grietas del muro y queda allí perplejo hacia la nada, lo
incensurable.

YANSY SÁNCHEZ FERNÁNDEZ


[email protected] (Santiago de Cuba, 1981). Poeta y stripper.
Licenciado en Letras en la Universidad de La Habana (2008).
Profesor de literatura universal en la Universidad de las Artes.
Premio de Poesía Pinos Nuevos 2006, Beca de creación Prometeo de
La Gaceta de Cuba 2014. Entre sus publicaciones se cuentan Té para
los bárbaros (Santiago, 2006) y Maldita sea (Letras Cubanas, 2006).
Su poesía figura en antologías como: Cuatro rostros de la palabra y
Para subir al cielo (ambas en Ediciones Santiago, 2006 y 2007); Rosa
Caribe poesía de Venezuela y Cuba (La Mancha, 2011); Distintos
modos de evitar a un poeta: poesía cubana del siglo XXI (El Quirófano,
2012); La calle de Rimbaud. Nuevos poetas cubanos (Capiro, 2013).
Sueña con montar un gimnasio.

  34
RECATO

Por si las moscas vienen a posarse


póngome la cinta
de este lado del cuello
me anudo el lazo
sobre el lugar exacto de la abertura
de tal manera
que el sugerente comodín
funciona como adorno y como tapón
la elegante textura de la seda
se aviene al refinamiento
justo para despistar a los curiosos
y a quienes pretendan acusar
falta de compostura
la meticulosa hechura del nudo
se ajusta al torrente con tal precisión
que la sangre no logra salir a borbotones
una vez corregida la desmesura del afluente
podría abandonar el artilugio
y ventilar sin dilación la herida
pero descubierta
vulnerable
quedaría expuesta a la contaminación
como las abiertas llagas
de un animal corrompiéndose a la intemperie
mi sangre amenaza aún con la hemorragia
he de cuidar mi salud
mejor me anudo el lazo
por si las moscas

  35
Decapitaciones

Las redes artesanas del esmero


condecoran el tiempo de la rueca
con un hilo preñado de quimeras.
JESÚS DAVID CURBELO

Aquella voz
que nació hueca
hincó la aguja
en el pajar
de la memoria
llega la hoz
rompe la rueca
en que se embruja
al hilvanar
la furia de la Noria.

La adversa cavidad
en la que adentra
el disparo precoz
con sobrada euforia
remueve su quietud
por la celeridad
con que crece y avienta
el fuego y la furia de la noria

la cabeza cortada en la estera


yace con un halo de luz irredenta
el hilo de sangre teje aún la voz
la lumbre del disparo se confunde
en la pugna fatal por la quimera
la aguja y la rueca dan muerte lenta
inmediatas son la bala y la hoz
con la furia toda la paja se hunde

  36
II

Sin la paja
el fuego
se apaga

YANELYS ENCINOSA CABRERA


[email protected] (Bejucal, 1983). Escribe poesía y ensayo.
Licenciada en Letras en la Universidad de La Habana (2006). Tiene
publicados Del diario de Eva y otras prehistorias (Premio David 2007;
Unión, 2008) y (Des)equilibrios y una cuerda para asirse (EDP
University de San Juan, 2015). Como ensayista, ha obtenido, entre
otros, el premio de la Revista Cauce, de Pinar del Río (2006) y el
Razón de ser (2008) de la Fundación Alejo Carpentier. Ha
participado en festivales de poesía y otros eventos culturales en
Ecuador, México y Colombia. Coordina anualmente el Encuentro de
Jóvenes Escritores de América Latina y el Caribe que se realiza en la
Feria Internacional del Libro de La Habana. Trabajó en el Centro
Cultural Dulce María Loynaz, en la gestación del Centro de
Información sobre la Literatura Cubana Actual. Es promotora de la
revista de poesía Amnios, en cuya sede conduce la tertulia Latitudes
paralelas. Escribe de noche, trabaja de día y las 24 horas se empeña en
sus mejores poemas: Carmen Alicia y Carmen Sofía.

  37
LA CANCIÓN DE NOSOTROS

Yo me autocensuro.
Podría (incluso) decir un par de cosas
pero yo me autocensuro.

«Cavilar (en la expresión) la doble funcionalidad del verbo:


lo subjetivo y lo disciplinario.
Estoy en Santiago. Estoy
bajo la influencia de la isla».

Yo me autocensuro.

«De un lugar a otro con la misma


incisión emocional, donde a un gesto
que se mueve le responde un gesto que
se mueve rector, en el mismo punto».

(Hacia abajo
hacia abajo y nunca en dirección contraria.)

Yo me autocensuro.

Y bien. Porque he nacido


bajo el peso de la gravedad
bajo el estricto peso del movimiento vertical
hacia abajo
y nunca en dirección contraria.

Como un símbolo.
Como un símbolo.
Como un símbolo.
Yo me autocensuro
etc.

  38
Ah, sí.
En el día
del Gran Aburrimiento
(a la hora
del
degüello
en la que
no
llegaste)
todo
lo que hice
fue
pasar
por ese sitio
donde
SE LIMPIAN
CALIBRAN
COMPRUEBAN
BUJÍAS—

JAVIER L. MORA
[email protected] (Bayamo, 1983). Filólogo. Poeta y
traductor. Ha publicado Examen de los institutos civiles (Premio
David; Unión, 2012). Obtuvo la Beca de creación Dador de Ensayo
(2014). Parte de su tesis de grado sobre el grupo Diáspora fue
incluida en Revista Diáspora(s). Edición facsímil (1997-2002).
Literatura cubana (Linkgua, 2013). Consta en Santiago literario
(Fundación Caguayo-Editorial Oriente, 2013), y en las antologías La
calle de Rimbaud. Nuevos poetas cubanos (Aldabón, 2013) y Caminos
poéticos. Voces nuevas de Cuba y de Haití (Tres Américas, 2014).
Recién se editaron sus traducciones de El portero suplente y otros
poemas (selección de Kobarid, del italiano Matteo Fantuzzi). Reside
en Santiago de Cuba. De su ejercicio ha dicho: «la escritura es
también el pensamiento, la intentio mentis, que sigue necesariamente
a la experiencia».

  39
TE PIDO
que no interpretes
los ámbitos culturales
porque sabrías
que soy la perra dócil de la poesía
cubana
la perra sin hueso
ni sopa
hay otros perros
sarnosos
pero menos resquebrajados
menos dolidos
que yo
hay otros gatos también
te pido
que en paz me dejes
que tranquila me dejes
y sola
voy
a desenterrar
el hueso.

  40
La costumbre

Siempre le pido a mi mano


una paja matutina
con el dedo que le sigue al dedo gordo
para salir a la calle en forma
y enfrentarme al mundo
y vencer
el dedo del medio también me agrada
pero no tiene tanta movilidad
los dedos largos sirven para otra cosa
el anular y el meñique
inútiles por completo
mas cuidado con el gordo
ese es un dedo que vale
por cinco
a mi mano no le falta
un solo dedo.

LEGNA RODRÍGUEZ IGLESIAS


[email protected] (Camagüey, 1984). Analfabeta, la misma can-
tidad de tatuajes que de años, un piano de cabecera y dolor. El piano
está enterrado. Obtuvo el Premio Iberoamericano de Cuento Julio
Cortázar 2011. Su último libro publicado es La mandarina mecá-
nica (literatura infantil, Reina del Mar, 2015). Mereció el Premio
Wolsan-CubaPoesía 2013 con La Gran Arquitecta (poesía, Colección
Sureditores, 2014). Ha publicado los poemarios: Chicle (Proyecto
Literal, 2013); Chupar la piedra (Abril, 2013); Tregua Fecunda
(Unión, 2012) y El momento perfecto, así como la novela Mayonesa
bien brillante (ambos en Ediciones Matanzas, 2012). Otros libros
suyos son: Dos uno cero (selección de poesía y cuento, Thesaurus,
2012); ¿Qué te sucede, belleza? (cuento, Sed de Belleza, 2011), Ne me
quitte pas (cuento, Abril, 2011), Los Mágicos (literatura infantil,
Cauce, 2008)… Pronto saldrá de imprenta No sabe/ no contesta
(cuento, Caja China). Un bulldog francés va con ella a todas partes.

  41
TIJERAS

Terror y fascinación son las tijeras,


las enormísimas tijeras de la poda
colgadas en la pared.
Aprendí de mi abuelo el arte de azuzarlas
y la costumbre de responder con monosílabos:
los filos se abren
–Sí
los filos se unen
–No
Cada chasquido es el lenguaje del tajo
y nada puede rescatarnos del ensimismamiento
ni de la idea fija en la sajadura.

Terror y fascinación son las tijeras,


las enormísimas tijeras.
Han tomado con los años la rigidez de mi abuelo
y el hábito de callar como él.
Hasta ahora no pensé en necesitarlas,
ni en el velado poder
que ejercen
sobre nosotros.

  42
Ventajas de la poda

Las muchachas cortan sus cabellos


con la esperanza del renuevo.
En un tiempo la cosecha segunda
fue tan vasta como el primer corte.
En un tiempo el pordiosero
cortó nuestro césped
por la baratija de su alcohol.
Ciertos animales podados en luna nueva
son ahora más dóciles, más nuestros:
los gallos de la lidia,
perfectos como águilas de patio,
el perro desorejado,
el toro nocturno que amanece buey.
Ciertos frutos tomados en menguante
alcanzan la real maduración.
Así, de lo infértil y demasiado
podan tu vida hasta que parece bella.
Quien haya perdido una mano
no servirá en el ejército.

SERGIO GARCÍA ZAMORA


[email protected] (Esperanza, 1986). Licenciado en Letras.
Autor de los poemarios: Autorretrato sin abejas (Sed de Belleza,
2003), Tiempo de siega (Premio Poesía de Primavera; Ávila, 2010), El
afilador de tijeras (Sed de Belleza, 2010), Poda (Premio Calendario;
Abril, 2011), El Valle de Acor (Premio Fundación de la Ciudad de
Santa Clara; Capiro, 2012), Día mambí (Premio Digdora Alonso;
Vigía, 2012), La violencia de las horas (Premio José Jacinto Milanés;
Matanzas, 2013); Las espléndidas ciudades (Premio Eliseo Diego;
Ávila, 2013); Libro del amor feliz (Premio Emilio Ballagas; Ácana,
2013), Caballería insurrecta (Premio Manuel Navarro Luna; Orto,
2013), Pabellón de caza (Sed de Belleza, 2013; Premio Puerta de Papel
2014), Pensando en los peces de colores (Entre líneas, 2013) y Animal
político (Premio Regino Boti; El mar y la montaña, 2014).
Galardonado también en 2014 con el Premio Raúl Ferrer, La Gaceta
de Cuba y el Wolsan-CubaPoesía. Entre otras obsesiones, teme
quedarse ciego y gusta de jugar al solitario.

  43
EL DICTADOR

El dictador como un invento decimonónico.


Un invento bello,
magnífico,
atractivo,
pero inútil.
Un invento más allá de las leyes del mercado,
para admirar en un museo de maravillas,
en una exposición de curiosidades,
para verlo unos segundos
y dejarlo atrás
y olvidarlo para siempre.

El dictador como un reloj de viento o un piano de vapor.

  44
Super bowl

Las leyes del beisbol.


Golpear la pelota con toda la fuerza contenida.
Con la fuerza del golpe que no se asestó.
Correr sin una firme convicción.
Correr levantando el polvo del campo.
Correr como si cada lado del cuadrilátero pudiera atravesarse,
romperse su esquemática figura geométrica.
Diagonales que se trazan sin sentido.
Una pelota maya.
Un cráneo como pelota.
Peloticas de pingpong.
De básquet.
De fútbol americano.
Pelotas de tela.
De papel periódico.
De papier maché.
Pelotas descosidas.
Rotas y vueltas a arreglar.
Una pelota para partir un cristal.
Como una piedra.

GELSYS MA. GARCÍA LORENZO


[email protected] (Camagüey, 1988). Licenciada en Letras en la
Universidad de La Habana. Tiene publicados por Ácana:
Vesania (2005) y Anábasis (2007). Con el texto «Teatralidades
expandidas» obtuvo el Premio Internacional de Ensayo Teatral,
auspiciado por la revista Paso de gato (México) y por Artez: Revista
de las Artes Escénicas (España). Ya no toma café (ni desca-feinado ni
instantáneo ni capuchino).

  45
  46
ÍNDICE

El árbol nacional • Pájaros de combate


JOSÉ RAMÓN SÁNCHEZ, 5-7

Tengo las manos puercas de fango sobre unas letras


que me ha escrito La Muda
LARRY J. GONZÁLEZ, 8-10

Pájaros en invierno • Frente a una heladería en Times Square


MICHEL TRUJILLO, 11-13

Canción • De riposta
OSCAR CRUZ, 14-16

forma de las cosas que vendrán • La horma de tu zapato


ANISLEY NEGRÍN, 17-19

I, II, III, V, VI, IX (fragmento)


FABIÁN SUÁREZ, 20-22

Las bocas • Lo que veo


YANIER H. PALAO, 23-24

Voz
LIZABEL MÓNICA, 25-27

Recordando un filme sobre la Segunda Guerra Mundial •


Hierros de carnaval
LIUVAN HERRERA CARPIO, 30-32

Indulgencia • La cabeza entre mis manos


YANSY SÁNCHEZ, 33-34

Recato • Decapitaciones
YANELYS ENCINOSA CABRERA, 35-37

  47
La canción de nosotros • Ah, sí…
JAVIER L. MORA, 38-39

Te pido… • La costumbre
LEGNA RODRÍGUEZ IGLESIAS, 40-41

Tijeras • Ventajas de la poda


SERGIO GARCÍA ZAMORA, 42-43

El dictador • Super bowl


GELSYS MA GARCÍA LORENZO, 44-45

  48
Atarraya Cartonera forma parte de un movimiento
latinoamericano de editoriales independientes que hacen
frente a los entramados intereses del mercado editorial actual
y a la lógica neoliberal que controla los mecanismos
de producción, distribución y venta de mercancías culturales.
Más allá de producir libros de calidad a bajo costo y hacerlos
circular mediante vías alternativas, las cartoneras aprovechan
para su producción de libros-guerrilla la abundancia
de materiales desechados tras el consumo capitalista.

Fundada en Puerto Rico en el año 2009, Atarraya Cartonera


es el primer proyecto de este tipo en aparecer en el Caribe.
Con el objetivo de enriquecer el acervo literario nacional
y el intercambio y diálogo entre literaturas, publica poesía reciente
y fuera de circulación de Puerto Rico, el Caribe y Latinoamérica.
Actualmente, Atarraya Cartonera complementa su gestión
editorial con talleres, exposiciones, colaboraciones y otras
actividades en favor de la difusión de poesía.

  49
NUESTRAS COLECCIONES

[[ PLOMOS ]]

La colección [[PLOMOS]] es una plataforma de publicación


de obra nueva de autores puertorriqueños. Los plomos
son pequeñas cuentas que se amarran a la red de pescar
para darle peso bajo el agua. La relación del término con
los nocivos estragos contaminantes de algunos metales pesados
es inevitable e intencional.

[[ HILO DE PESCAR ]]

La colección [[HILO DE PESCAR]] tiene como objetivo


la divulgación de textos puertorriqueños publicados anterior-
mente en ediciones agotadas y/o fuera de circulación.

[[ ARPONES ]]

La colección [[ARPONES]], con una mirilla de mayor alcance,


ofrece la oportunidad de acceder a textos escritos por autores
de Latinoamérica.

[[ ESPUMA ]]

La colección [[ESPUMA]] de Atarraya Cartonera pone


a su disposición poemas ilustrados para colorear, dirigidos
a fomentar la lectura desde temprana edad.

  50
OTROS TÍTULOS
[[ PLOMOS ]]
Candada por error, Mara Pastor
Sin cabeza, Yarisa Colón
Intimidad de los extraños, Raquel Albarrán
Ilusos, Edwin Torres, Trad. Urayoán Noel
Monógama en serie, Karina Claudio Betancourt
Revienta, José Miguel Curet
Plomos, Antología
Wéilsong, Rubén Ramos
400 nuevos soles, Cindy Jiménez Vera
Los días porosos, Urayoán Noel
Época opaca, Yara Liceaga

[[ARPONES]]
LSD, Héctor Hernández Montecinos
ADN digital, Yaxkin Melchy
El libro de las inundaciones, Ariadna Vásquez
Mar inclinada, Ámbar Past
Transversos, Gastón Malgieri
Alguien quiere ser tu amigo en facebook, Legna Rodríguez Iglesias
Humedales/Wetlands, Javier Norambuena
Guía de despacho, Enrique Winter
Traffic Jam, Jamila Medina Ríos

[[HILO DE PESCAR]]
Imago, Néstor Barreto
Dios es ateo, Yván Silén
De pez ida, Irizelma Robles

[[ESPUMA]]
No es fácil ser un niño poeta, Alonso Gordillo

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Este libro-guerrilla se publicó por primera vez en el mes de mayo de 2015. La encuadernación rústica
fue realizada a mano, utilizando materiales desechados por grandes tiendas multinacionales.
La tirada inicial fue de 50 ejemplares.

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