Comentario Exegetico Salmo 140
Comentario Exegetico Salmo 140
Comentario Exegetico Salmo 140
Resumen
* Sacerdote de la diócesis de Chiquinquirá desde 1997. Doctorem in Sacra Theologia cum speciali-
zatione in Theologia Biblica (Pontificia Universidad Gregoriana: 2009), Licenciatus in Re Biblica
(Pontificio Instituto Bíblico de Roma:2004), Licenciatus in Theologia (Pontificia Universidad Javeria-
na de Bogotá:1997), Especialista en Educación Sexual (Fundación Universitaria Juan de Castella-
nos: 1997) Licenciado en Ciencias Religiosas y Ética (Fundación Universitaria Juan de Castellanos:
1995), Baccalaureum in Theologia (Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá:1995). Profesor de
Sagrada Escritura en la Universidad de San Buenaventura, Universidad Javeriana y director del
Instituto Bíblico Pastoral Latinoamericano de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Pertene-
ce al grupo de investigación Teología Biblia y Religión de la Universidad de San Buenaventura que
financia el proyecto en el que se inscribe este artículo: “Lectura bíblica del pluralismo religioso”,
iniciado el 1.º de febrero de 2010 y culminado el 31 de enero de 2012. Contacto: [email protected].
300 Wilton Gerardo Sánchez Castelblanco
Palabras clave
Abstract
Keywords
1 Para una descripción de la situación de violencia en Colombia a la que se alude, cf. Saúl Franco
Agudelo, “Momento y contexto de la violencia en Colombia”, Revista Cubana de Salud Pública 29
(2003): 18-36, http://bvs.sld.cu/revistas/spu/.
1. El texto
2 Existe literatura abundante de lo que ocurrió ese día, cf. Mary Englar, September 11. We The People.
(Minneapolis: Compass Point Books, 2007), 4-33; Robert Reeg, “The Twin Towers Fall”, American
History 39, 4 (2004): 38-39, 78-81.
3 En efecto, los atentados del 11 de septiembre parecen abrir el debate acerca de la legitimación de
la violencia desde el discurso religioso. Cf. Denis Pelletier, “Religion et violence”, Vingtième Siècle.
Revue d’histoire 76 (2002): 25-29.
4 Cf. Paul Joüon y Takamitsu Muraoka, Gramática del hebreo bíblico (Estella: Verbo Divino, 2007),
583 §148 a.
5 Cf. Johannes Kühlewein, “vyai ´îš Hombre”, en Diccionario Teológico manual del Antiguo Testamento.
I. ed. Ernst Jenni y Claus Westermann (Madrid: Cristiandad, 1978), 215.
6 Cf. Hermann Gunkel, Die Psalmen (Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1965), 594.
7 Cf. James Sanders, The Psalms Scroll of Qumrân Cave 11, DJD, IV (Oxford: Clarendon Press, 1965), 48.
8 Cf. Dieter Kellermann, “rWG gûr”, en Grande Lessico dell’Antico Testamento, I, ed. Johannes Botter-
weck y Helmer Ringgren (Brescia: Paideia, 1988), 2001.
9 Cf. Paul Joüon y Takamitsu Muraoka, op. cit., 193 §71 b.
10 Cf. Ibíd., 354 §103 g.
11 Cf. Luis Alonso Schökel y Cecilia Carniti, Salmos II (Estella: Verbo Divino, 1996), 1602.
12 Cf. Mitchell Dahood, Psalms III (Garden City: Doubleday, 1970), 303.
13 Cf. Mitchel Dahood, “The compositive Name in Psalms 89,16-17 and 140,9”, Biblica 61 (1980): 278.
2. Estructura
hw"hy> ynIceLx. ; A
[r" ~d"a'me B
~ysim'x] vyaime B’
ynIrEc.n>Ti A’
En los versículos 3 y 4 se encuentra la exposición de las accio-
nes de [r" ~d"a'me y ~ysim'x] vyaime. Esta unidad está delimitada al inicio por
la partícula rv,a] que introduce la descripción25, y al final por el hl's,,
que indica una pausa. De acuerdo a la terminología tradicional esta
descripción recibe el nombre de “lamento”26.
La estructura de la súplica del segundo versículo se repite en 5a.
La novedad está en el verbo y en el primer elemento del quiasmo
que conservan la misma disposición. El fuerte paralelismo entre el
v. 2 y el v. 5a se aprecia a simple vista27:
25 Cf. Pierre Auffret, Merveilles à Nos Yeux (Berlin: Walter de Gruyter, 1995), 210.
26 Cf. Hermann Gunkel, Introducción a los Salmos (Valencia: Edicep, 1983), 229-232.
27 Para una profundización acerca del paralelismo semántico en los salmos, cf. Mark A. Futato, Inter-
preting the Psalms. An Exegetical Handbook (Grand Rapids: Kregel Publications, 2007), 36-37.
las peticiones de auxilio del inicio del salmo; así mismo la locución
!Avl' vyai evoca la descripción de las acciones de los hombres malvados
mencionados en el versículo 4: ~n"Avl. Wnn]v.'
El versículo 13 es una fuerte afirmación de confianza en Yahvé,
que se relaciona con el v. 8 pero, a diferencia de este, aquí no se
describe únicamente la acción salvífica de Dios en auxilio del orante,
sino que se amplía en favor del oprimido y del pobre.
El razonamiento del versículo 13 da como resultado la esperanza
del versículo 14; la relación entre estas dos partes se evidencia por
medio de la partícula %a; que indica cómo se precisa una circunstan-
cia31. Se puede ver una relación entre 7 y 14, pues mientras que allí
es el orante el que ha reconocido a Yahvé como su Dios, aquí son los
justos los que lo reconocerán mediante la alabanza de su nombre.
Ahora bien, mientras que con base en 7a, 7b constituía una súplica
a Yahvé, en 14 b el nivel de esperanza y de confianza se aumenta:
“los rectos morarán en tu presencia”.
Con base en las anotaciones hechas hasta el momento la estruc-
tura del salmo se puede delinear de acuerdo al siguiente esquema:
Título (140,1)
A Primera petición de auxilio (140,2)
B Primera descripción de los malvados (140,3-4)
A’ Segunda petición de auxilio (140,5a)
B’ Segunda descripción de los malvados (140,5b-6)
C Primera afirmación de confianza (140,7-8)
A’’ Tercera petición de auxilio (140,9-12)
C’ Segunda afirmación de confianza (140,13-14)
Esta visión de conjunto del salmo deja ver que después del título
hay tres partes que se distinguen con claridad. Tanto la primera como
la segunda parte del salmo comienzan por una petición de auxilio (A
3. Exégesis
3.1 Título
140,1 dwId"l. rAmz>mi x;Cen:m.l;
Al director: Salmo de David.
La presencia del título al inicio del salmo merece una atención
adecuada. El término x;Cen:m.l;, que aparece al inicio de 56 salmos,
proviene de la raíz xcn que en piel significa dirigir (Esd 3,8.9); sin
embargo, la utilización del participio en Ha 3,19 junto a la palabra
hn"ygIn>, que significa música o instrumento musical, permite concebir
en ese participio una interpretación musical33 y, más estrictamente,
un tipo de director musical. La preposición l. que antecede a x;Cen:m.
indica a quién va dirigido especialmente el salmo34, mientras que la
misma preposición acompañando a dwId" puede entenderse sea como
una lamed auctoris35, de manera que el salmo mismo se atribuye a
David, sea como la indicación de la pertenencia del salmo a una
colección, en este caso la colección de David36.
37 Cf. Fritz Maass, “~d"a' ´ädäm”, en Grande Lessico dell’Antico Testamento, op. cit., 161, 182.
38 Cf. Hans Stoebe, “[[r r`` Ser malo”, en Diccionario Teológico manual del Antiguo Testamento, op. cit.,
1007.
39 Cf. Nikolaus Bratsiotis, “vyai hIv'ai ´îš, ´iššâ”, en Grande Lessico dell’Antico Testamento, op. cit., 473.
40 Cf. Herbert Haag, “sm'x' Hämäs”, en Grande Lessico dell’Antico Testamento II, op. cit., 1116.
41 Cf. James Luther Mays, Psalms (Louisville: Westminster John Knox Press, 2011), 430.
42 Cf. Georg Sauer, “rcn ncr Vigilar”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, op. cit., 139.
43 Cf. Howard N. Wallace, Psalms (Sheffield: Sheffield Phoenix Press, 2009), 188.
44 Cf. Willy Schottroff, “bvx HšB Pensar”, en Diccionario Teológico manual del Antiguo Testamento, op. cit., 890.
45 Cf. Maurice Cocagnac, I Simboli Biblici. Lessico Teologico e Spirituale (Bologna: EDB, 1993), 477.
46 Cf. Ernst Jenni, “~Ay yöm Día”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, op. cit., 986-987.
47 En efecto, el salmista denuncia abiertamente el ataque que sus enemigos le hacen mediante sus
palabras falaces. Cf. Steussy Marti J., Psalms (Danvers: Chalice Press, 2004), 198.
48 Cf. Gianfranco Ravasi, Il libro del Salmi. Commento e Attualizzazione III (Bologna: ed. Dehoniane, 1985), 838.
49 Cf. Maurice Cocagnac, op.cit., 404.
50 Cf. Klaus-Dietrich Schunck, “hm'xe Hëmâ”, en Grande Lessico dell’Antico Testamento, op. cit., 1094.
51 Cf. Marti J. Steussy, op. cit., 198.
52 Cf. Georg Sauer, “rmv šmr Custodiar”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, op.
cit., 1235.
[r" ~d"a'. Así pues, esta palabra identifica al hombre que puede hacer
cualquier tipo de mal. El sentido metafórico de dy" evoca un fuerte
matiz de potencia (1Cr 18,3; 1Sm 23,7)53, en este caso señala que
el orante se encuentra en poder de los malvados, y por eso exige la
liberación de parte de Yahvé. Con el término dy" se puede ver también
la evolución creciente de la maldad, que nace en el corazón, sale por
la boca (labios) y se realiza con las manos54. Finalmente la repetición
de la segunda parte del quiasmo resalta una vez más el contexto
violento del cual el orante pide ser liberado.
3.3.2 Segunda descripción de los malvados (B’)
140,5b ym'['P. tAxd>li Wbv.x' rva]
Que maquinan para enredar mis pies.
Como en la sección anterior, el final de este versículo describe
los planes malévolos de los violentos, que empeñan su pensamiento
en enredar los pies del orante. El sustantivo ~[;P; cuando se usa como
sinónimo de lg<r,< posee una connotación metafórica que hace alusión a
la firmeza para permanecer en los caminos de Yahvé (Sal 17,5). A este
propósito se puede entender que el proyecto de los enemigos es hacer
alejar al orante de Yahvé, es decir, hacerlo caer (Sal 57,7) mediante
todo tipo de artimañas entre las que se encuentra el engaño (Pr 29,5).
140,6 hl's, yli-Wtv' ~yviq.mo lG"[.m;-dy:l. tv,r, Wfr>P' ~ylib'x]w: yli xP; ~yaigE-Wnm.j'(
Los orgullosos esconden un lazo y cuerdas contra mí,
han extendido una red al lado del sendero, han puesto trampas
contra mí.
Ahora los que acosan al orante vienen llamados ~yaiGE, en efecto
es frecuente encontrar que los pobres son perseguidos por los or-
gullosos y los soberbios55, que a su vez se encuentran en estrecha
relación con los malvados (Job 40,12), pues el orgullo es una de las
53 Cf. Adam Simon van der Woude, “dy" yäd Mano”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testa-
mento, op. cit., 925.
54 Cf. Luis Alonso Schökel y Cecilia Carniti, op. cit., 1604.
55 Cf. Dieter Kellermann, «ha'G" gä´â en Grande Lessico dell’Antico Testamento, op. cit., 1801.
56 Para una aproximación al llamado de venganza en las denuncias de Jeremías, cf. Michael Avioz, “The
call for revenge in Jeremiah’s complaints (Jer xi-xx)”, Vetus Testamentum 55, 4 (2005): 430-437.
61 Cf. Otto Wilhelm Hermann Eissfeldt, “!Ada' yn"doa] ´äDôn, ´áDönäj”, en Grande Lessico dell’Antico Testa-
mento, op. cit., 133-134.
62 Cf. Adam Simon van der Woude, “zz[ `zz Ser fuerte”, en Diccionario teológico manual del Antiguo
Testamento, op. cit., 330.
63 Cf. Fritz Stolz, “[vy yš` ayudar”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, op. cit., 1080.
64 Cf. Hans –Peter Müller, «varo röš Cabeza», en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento,
op. cit., 887.
a las armas en general (1Re 10,25) en tanto que ~AyB. posee un matiz
más bien adverbial, de manera que qv,n" ~AyB. evoca un tiempo pasado
en el que se usaron las armas, es decir, un tiempo de violencia, de
guerra y de batallas durante el cual Yahvé preservó al orante del
peligro grave en el que se encontraba y que habiendo tenido esa
experiencia salvífica en el pasado robustece su confianza presente65.
3.4.2 Tercera petición de auxilio (A’’)
140,9 hl's< WmWry" qpeT'-la; Amm'z> [v'r" yYEw:a]m; hw"hy> !TeTi-la;.
No concedas Yahvé los deseos del malvado, su plan no realices,
para que no se exalten.
Esta es la última alusión directa que el salmo hace a las acciones
del [v'r". Este término evoca las faenas perjudiciales descritas en los
versículos anteriores. En efecto, los deseos (yw:a]m;) del malvado esen-
cialmente son el [r: (Pr 21,10)66. El sufijo pronominal que acompaña
la palabra ~m'z" atribuye al malvado el propósito malévolo que se pide
a Yahvé de hacer fracasar. De otra parte la raíz ~mz posee casi siempre
una connotación negativa que describe las maquinaciones y acciones
del malvado en contra del justo (Sal 37,12). Si, por una parte, el deseo
del malvado es actuar en contra del justo para hacerlo caer (5c-6), de
manera que su caída se convierta en el éxito o la exaltación arrogante
del malvado67, por otra parte, el deseo del justo es que el malvado no
se exalte (WmWry") y que el primero no caiga (Sal 21,3).
140,10 AmWSk;y> Amytep'f. lm;[] yB'sim. varo
La perfidia de sus labios cubra la cabeza de los que me rodean.
Hasta ahora el salmo había enfatizado en el plan de los malvados,
cuyo fracaso se espera por parte del perseguido, como consecuencia
de la intervención de Yahvé. A partir de este versículo el orante es
más concreto acerca de sus propios anhelos en contra de los que lo
persiguen, descritos con el participio del verbo bbs que indica el acoso
que estos provocan (Sal 17,11; 109,3; 118,10-12). Si una vez el pro-
ducto de los labios de los malvados estaba en contra del orante (v. 4)
ahora este último pretende que esa lm'[' en cuanto actuación malvada,
embustera y violenta68, se vuelva en contra de ellos. Mientras que
Yahvé recubre/protege (%ks) al orante, la adversidad de los labios de
los malvados cubre (hsk) su propia cabeza. Es decir, cubre la totalidad
de su persona, pues el verbo hsk hace referencia al cubrimiento de
un objeto causando su ocultación o anulación completa (Gn 9,23;
Ex 8,6). Muchas veces el sujeto de esta acción son las aguas (Sal 78,53)
o las tinieblas (Job 23,17) como metonimia de la muerte (Sal 44,20). Se
espera, pues, que la adversidad que anida en la boca de los malvados
y que aumenta continuamente, les sea adversa para que en vez de ser
un peligro para el orante, sea, irónicamente, causa de su salvación.
140,11 WmWqy"-lB; tArmoh]m;B. ~lePiy: vaeB' ~ylix'G< ~hyle[] Wjymiy"
Que les caigan brasas de fuego, los tumben en abismos para que
no se levanten.
Aquí aparece una nueva imagen, en la cual también se aprecia
que la esperanza del perseguido es que la maldad (lm'[') del malvado
se vuelva en su contra (Sal 7,17). Así pues la palabra hm'xe, que según
el versículo 4 anida bajo los labios de los malvados, pone en relación
los conceptos veneno (Sal 58,4), e ira (Gn 27,44) que se suele expre-
sar con la metonimia del fuego que arde y consume (Est 1,12; Lm
4,11). Pues bien, esa furia vehemente tan peligrosa como el veneno
de una serpiente se plasma ahora en la figura de las brasas de fuego
cuya imagen originaria, con una connotación del poder destructor de
Yahvé, se remonta al relato de la destrucción de Sodoma y Gomorra
(Gn 19,24)69. La radicalidad del castigo, en el versículo anterior se
enfatizaba mediante la mención de la cabeza, aquí dicha mención se
recuerda mediante la preposición ~h,yle[;] en efecto, la parte superior
68 Cf. Siegfried Schwertner, “lm'[' `ämäl Fatiga”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamen-
to, op. cit., 426.
69 Cf. Hans Ferdinand Fuhs, “lxg GHl”, en Grande Lessico dell’Antico Testamento, op. cit., 2057.
70 Cf. Siegfried Morenz, «Feurige Kohlen auf dem Haupt», Theologische Literaturzeitung 3 (1953): 192.
71 Cf. Gianfranco Ravasi, op. cit., 841.
los malvados sino que le basta llamarlos !Avl' vyai. El verbo !wk en nifal
expresa la firmeza e inamovilidad de las cosas (Jue 16,26.29)72, con-
dición que suele tener un matiz de perpetuidad (Sal 89,38; Pr 29,1).
Por eso su ausencia indica, en este contexto, la fugacidad de la vida
y obras del malvado, que no puede servirse de su maldad y actitud
embaucadora para afianzarse en el mundo (Sal 101,7; Pr 12,3). La
ironía continúa, pues el orante pide que sea precisamente el mal,
que al inicio los enemigos disponen en su contra, el que ahora dé la
caza al sm'x-' vyai. No se pide un alivio temporal de la persecución sino su
desaparición total, sea por la conversión de los malvados como fruto
del castigo divino (v. 11a), sea mediante su destrucción mediante la
persecución que comporta que ellos caigan en las trampas (tArmohm] /; tpoxde m> );
preparadas por ellos mismos.
3.4.3 Segunda Afirmación de Confianza (C’)
140,13 ~ynIyOb.a jP;v.mi ynI[' !yDI hw"hy> hf[]y:-yKi yTi[.d;y"
Yo sé que Yahvé hace justicia al oprimido, juicio a los pobres.
Así como en la primera afirmación de confianza, el orante justi-
fica su súplica en la acción salvífica de Yahvé. En efecto Él no sólo
ha actuado en el pasado, sino que su acción también se realiza en el
presente haciendo justicia a pobres y oprimidos. La forma de profe-
sión de fe se subraya por la presencia de [dy que en el mundo bíblico
describe una acción que compromete la inteligencia, la voluntad, la
pasión y la acción73 y que, como en este caso, referido a Yahvé signi-
fica su reconocimiento positivo y el recto comportamiento para con
él74. La acción que se atribuye a Yahvé es la defensa del pobre y del
oprimido (Pr 31,9), que en este caso se expresa en forma de quiasmo
en la que ambos elementos se corresponden sinonímicamente75 ya
que hay una estrecha correspondencia sea entre !yDI y jP;v.mi, así como
72 Cf. Erhard Gerstenberger, “!wk kûn Estar firme”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testa-
mento, op. cit., 1115.
73 Cf. Gianfranco Ravasi, op. cit., 842.
74 Cf. Willy Schottroff, “[dy yd` Conocer”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, op.
cit., 959.
75 Cf. Vinzenz Hamp, “!yDI dîn”, en Grande Lessico dell’Antico Testamento, op. cit., 216.
76 Cf. Klaus Koch, “qdc cdq”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, op. cit., 658-659.
77 En efecto, el lugar de la alabanza por excelencia es el templo (Sal 138,2).
78 Cf. Claus Westermann, “hdy ydh Alabar”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento,
op. cit., 938.
79 Cf. Adam Simon van der Woude, “~ve šëm Nombre”, en Diccionario teológico manual del Antiguo
Testamento, op. cit., 1194-1195.
80 Cf. Gerhard Liedke, “rvy yšr Ser derecho”, en Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento,
op. cit., 1087.
4. Conclusión
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