ENSAYO Por Qué La Necesidad de Un Código de Ética Del Abogado

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Ensayo

¿POR QUÉ LA NECESIDAD DE UN CÓDIGO DE


ÉTICA DEL ABOGADO?

CURSO: Ética Profesional – Derecho

DOCENTE: Víctor Manuel Álvarez Pérez

CARRERA: Derecho

INTEGRANTES:
 Ruiz Sánchez, Viviana
 Zapata Chavesta, Miguel

2019
INTRODUCCIÓN

La ética se relaciona con el estudio de la moral y la acción humana. A partir de ello


se analiza el bien y el mal de las cosas o situaciones que vivimos diariamente.

El Código de Ética del Abogado, fue elaborado y aprobado el 24 de febrero de


2012, por la Junta de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú, este cuerpo
normativo fue elaborado en base al Código Voluntario de Buenas Prácticas del
Abogado de la Red Peruana de Universidades, por ello es que decidimos elaborar
este ensayo para analizar un poco más, la razón por la que debía crearse este
nuevo Código, a pesar de que ya existía uno que abarcaba diversas situaciones
que se presentan en el ejercicio de la profesión.
El Código de ética de los abogados en el Perú, fue elaborada y aprobada por la
Junta de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú, el 24 de febrero de
2012, en la ciudad de Puno. Este Código fue elaborado en base, entre otros, al
Código Voluntario de Buenas Prácticas del Abogado de la Red Peruana de
Universidades.

La profesión de abogado, a diferencia de otras como por ejemplo la de


administrador o contador, tiene un papel fundamental en la sociedad, el cual
consiste en ayudar a conseguir una convivencia armónica y pacífica entre los
hombres, a través de la obtención de justicia. Es por ello, que la aprobación de un
Código de ética para los abogados, ayuda a uniformizar su perfil y mejorar el
ejercicio de la profesión.

Pero es aquí en donde ingresa la interrogante de nuestro ensayo,

¿EXISTÍA REALMENTE LA NECESIDAD DE ELABORAR UN CÓDIGO DE ÉTICA


A PESAR DE QUE YA EXISTÍA UN CÓDIGO VOLUNTARIO DE BUENAS
PRACTICAS DEL ABOGADO?

Primero, es cuestión de analizar qué tanta diferencia tienen ambos códigos; en


base a ello, lo segundo es observar si, al quitarle la denominación de “voluntario”,
el código de ética resultaría obligatorio, debido a que ante su incumplimiento
existiría una sanción.

No es un secreto que los abogados, por lo menos en nuestra sociedad peruana,


desde hace ya mucho tiempo, tienen una mala imagen, una imagen de seres que
solo buscan beneficiarse económicamente con los problemas de los demás,
situación que, no podemos negar, en algunos casos ocurre.

Este concepto, aplicable para algunos profesionales del Derecho, es una de las
tantas razones, por las cuales el Código de ética, se podría considerar obligatorio,
debido a que, si se practicaría de la manera adecuada, cambiaríamos la mala
imagen que la sociedad tiene de los abogados, demostrando que son seres que
luchan por justicia y ejercen el derecho de manera correcta.
Volviendo a nuestra pregunta planteada, en la Sección Primera – Disposiciones
Generales, el Código de Ética, claramente indica en su artículo 1°, que: las
disposiciones contenidas en este Código son obligatorias para los abogados
inscritos en los Colegios de Abogados de la República, miembros de la Junta de
Decanos de los Colegios de Abogados del Perú; indicación que no se menciona
en Código Voluntario de Buenas Prácticas del Abogado.

En las universidades de nuestro país, no existe una cultura enfocada a brindarle


importancia al tema de ética en la profesión de abogado, y ello se evidencia, en
los pocos cursos de la carrera que abarcan dicho tema, así como en la poca
difusión que existe, lo cual genera que el abogado en formación, solo se concentre
en la parte de conocimientos, dejando de lado su otra mitad importante, que es la
de formarse como “profesional ético” para desempeñar su función en la sociedad.

El abogado, siempre va a ser un profesional con mayor ventaja que las demás
profesiones en la sociedad, ellos tienen los conocimientos técnicos jurídicos que, a
diferencia de las demás profesiones, aportan mucho para una convivencia de paz.
Son estos conocimientos, los cuales también pueden ser utilizados para que dicha
convivencia deseada no se realice; es aquí donde ingresa el papel del Código de
Ética y el Código Voluntario de buenas prácticas, los cuales permiten que las
acciones de los abogados se regulen y a su vez sean controladas, para que no
caigan en excesos, considerando el gran poder que tienen.

Al respecto entonces, podríamos aseverar que el Código de ética se elaboró como


una especie de regla del juego obligatoria, la cual ya existía (Código Voluntario
de Buenas Prácticas del Abogado), pero que simplemente era aplicada por los que
querían, sin existir ninguna sanción para los que simplemente no lo ejecutaban.

Ahora bien, el Código de Ética de los Abogados, contiene una serie de


lineamientos que tienen que ver con su responsabilidad como profesionales de
Derecho, ya sea frente a su cliente, colegas y terceros, así también, a diferencia
del Código Voluntario de Buenas Prácticas, contiene en su Sección Novena, la
explicación respecto al PROCESO DISCIPLINARIO, al cual estarían sujetos en
caso transgredan alguna de las conductas estipuladas en el mencionado Código.
Personalmente sostenemos que el ser ético no se obliga, esto nace de una
formación constante en los principios de cada persona y su forma de desarrollarse
en la sociedad. Así pues, por ejemplo, Miguel Ángel Polo Santillán, en su escrito
de Ética Profesional, indicaba lo siguiente: “La ética tiene que ver con el
compromiso de ser una “buena persona”, la cual pasa por la realización del bien
común y la búsqueda de la plenitud de nuestra existencia”.

Ante esta aseveración, con mucha verdad, por cierto, podemos darnos cuenta que
nadie puede obligarte a ser “buena persona” si no lo quieres ser, y en el caso de
los profesionales de Derecho, pueden tener infinidad de conocimientos, actitud y
personalidad para ejercer la profesión, pero si ellos no son éticos, todo lo
intelectual que puedan tener, nunca van a aplicarlo de manera adecuada, porque
simplemente tienen un pensamiento errado, viendo su profesión solo como el
medio para conseguir dinero a toda costa; y es en este grupo en el que están esos
abogados corruptos, los que, pueden ser muy inteligentes, prestigiosos, oradores
a más no poder, pero que no tienen esa capacidad de analizar si lo que están
haciendo es bueno o malo, ayuda a la sociedad, lo ayuda a él a crecer como
persona, en fin; y todo por estar cegado con sus propios intereses, en su mayoría
económicos.

El problema de tener un Código Voluntario, sostenemos que se centra en que,


todos los hombres, somos seres que día elegimos una u otra opción, y esta
elección depende siempre de lo que nos puede beneficiar o perjudicar
directamente. Entonces, al existir estos lineamientos, los cuales más parecen
consejos para un profesional en Derecho; que regulan de alguna u otra manera el
proceder “CORRECTO” de cada profesional, pero que no son exigibles, dejan a
elección de cada uno su práctica o no al momento de ejercer; en ese sentido,
poniendo solo un pequeño ejemplo, el caso del abogado que coloquialmente se
dice “le entra a todo”, el típico abogado que, por la misma necesidad que tiene,
agarra todos los casos que se le presentan, incluso hasta patrocina a dos clientes
con intereses adversos, en procesos simultáneos, sin previo conocimiento, claro
está a través de un tercero; esto, según el Código Voluntario de Buenas Prácticas,
resultaría un conflicto por patrocinio simultáneo (Art. 45°), el cual señala: El
abogado no debe aceptar el patrocinio de intereses adversos en asuntos
simultáneamente relacionados, salvo que cuente con el consentimiento informado
expreso previo y por escrito de los clientes involucrados.

Es esta una de las tantas situaciones que se presentan no solo en nuestra


sociedad, sino en diversas alrededor del mundo, las cuales deben ser
sancionadas para que no se vuelvan a repetir, es por ello que la elaboración del
Código de Ética del Abogado, cumple una función primordial en la corrección y
prevención de estas situaciones, con la aplicación del proceso disciplinario.

Resulta irónico pensar que, solo obligando a alguien a actuar de tal o cual forma,
se puede crear una convivencia armónica y de paz, que el aplicar sanciones tenga
que ser el medio para obtener algo. Pero eso es algo normal en la sociedad, las
sanciones se aplican para crear una especie de respeto hacia algo y que no
puedan vulnerar su naturaleza. En el presente caso, la profesión de abogado,
como se mencionó líneas arriba, conlleva mucha responsabilidad, el conocer
sobre nuestro ordenamiento jurídico de manera más profunda, a diferencia de un
ciudadano normal, crea un tipo de poder que, si no es bien utilizado, puede
generar daños irreparables a nuestra sociedad. Es por ello que, todos los Colegios
de Abogados del Perú habrán observado la necesidad de elaborar un Código de
Ética que no solo obligue al abogado a que cuide su comportamiento, sino que
también le señale que, en caso incumpla podrá perder “el poder” que en algún
momento se le asignó; debido a que según el artículo 102° de este cuerpo
normativo, señala que una de las sanciones al determinarse la responsabilidad
disciplinaria sería la expulsión definitiva del Colegio Profesional.

Y es aquí donde surgiría otra pregunta, ¿Si soy un abogado no agremiado a algún
Colegio de Abogados del Perú, no podré ejercer mi profesión? Nuestra pregunta
se basa en que con esta disposición se estaría violando el derecho al libre
ejercicio de la profesión para la cual nos hemos formado; pero existe una muy
fuerte razón por la cual se estableció ello, la cual me parece importante
compartirla, y la respuesta es que: la única razón que justifica que se condicionen
tales derechos a la colegiación obedece al objetivo de garantizar un control ético
en la abogacía. Existen una razón de interés público para ello: la sociedad confía
en los abogados el uso de conocimientos técnicos sobre el ordenamiento jurídico
en un contexto en el que el resto de ciudadanos, como regla general, lo
desconoce. (Legis.pe, 2018)

Justo se hace referencia a lo que mencionábamos líneas anteriores, los


conocimientos técnicos sobre el ordenamiento jurídico, que diferencian al abogado
de los demás ciudadanos. Entonces, el que una violación al Código Ético, nos
prive de poder ejercer la profesión para la cual tanto nos hemos formado, crea una
sensación de miedo lo cual conllevaría a que se respete las conductas éticas
estipuladas en el mencionado código.

Una frase que nos pareció interesante analizar, es respecto a garantizar el control
ético, y como mencionábamos, ¿por qué tendría que obligarse a una persona a
que sea ética?, ¿por qué controlar que actúe de manera ética?, si eso debería ser
algo natural en un profesional que ha sido formado también con esos principios,
¿por qué obligarla a ser “buena”; y es aquí donde juegan un papel importantísimo
las casas de estudio, las universidades, las cuales forman a estos “profesionales”,
pero que lamentablemente hasta la actualidad únicamente se centran en
inyectarles conocimientos, los cuales no decimos que esté mal, profesional que no
tiene conocimientos en su carrera no podría llamarse “profesional”; pero nos
referimos a que paralelamente se le debería dar también una formación basada en
valores, en conciencia del papel que deben desempeñar al salir a la “cancha”,
como se dice coloquialmente. Se les debe enseñar no solo el respeto, sino el amor
por su profesión, porque una persona que ama lo que hace, no la daña y peor aún,
no la ejerce de manera errada.

En las universidades se debe de promover que cursos como filosofía, ética, entre
otros relacionados a la formación ética de sus profesionales, sean impartidos
desde los primeros ciclos de la carrera, a la par con sus cursos básicos de
conocimientos. Ello con el único fin que, desde los inicios de su formación, los
profesionales no sean ajenos a este tema, que lo practiquen desde antes de
graduarse o como actualmente pasa, solo llevar un par de cursos en los últimos
dos ciclos de la carrera.

El Código de Ética del abogado, es un instrumento que no debería de existir, si


cada uno de los profesionales en Derecho saben desde un inicio el papel que
deben desempeñar en nuestra sociedad y el comportamiento y características que
definen correctamente a un Abogado. Lo cual únicamente se les puede enseñar
desde su formación, en sus universidades.

Pero nuestra realidad es otra, aún queda mucho por trabajar no solo en la
profesión de abogado, sino en diversas profesiones, como por ejemplo la de
médico, contador, entre otras.

Un último punto a tocar, para profundizar el conocimiento de este tema, es


respecto al Código de Ética como norma jurídica. Alexis Luján señala que: son
verdaderas normas jurídicas, ya que cumplen con los requisitos de validez de
estas: generalidad, origen público, estructura normativa, son mandatos de
conductas y respaldo en la fuerza del Estado.

Al respecto es importante mencionar que, ya desde el inicio de nuestro ensayo


indicábamos que el Código de Ética a diferencia del Código Voluntario, señala su
obligatoriedad en el artículo 1°, para todos los abogados pertenecientes a los
Colegios de Abogados del Perú.

En ese sentido, al ser obligatorio para algunos, la obligatoriedad no era general, y


en efecto, porque dicho Código de Ética había sido elaborado por abogados para
abogados, mediante el cual se busca regular el ejercicio de la profesión. La
práctica de la abogacía, conlleva a una gran responsabilidad, por ello, debía ser
regulada para evitar conflictos, de ahí parte la idea de crear un Código de Ética
que regule la conducta de los agremiados a los Colegios de los Decanos que
participaron en su elaboración.

Se podría también hablar de la estructura del Código Ética de los Abogados, la


cual está elaborada como norma jurídica, debido a que establece que, ante un
supuesto de hecho, corresponderá una consecuencia jurídica que, en caso de los
abogados, son sanciones entre las cuales la más perjudicial sería la expulsión
definitiva, del Colegio de Abogados al cual pertenecen.

Sobre las situaciones que se exponen en el mencionado código Alexis Luján


(2018), indica: Los parámetros de conducta recogidos en las normas del Código
de Ética consideran aquello que, de acuerdo con las características, principios y
valores de la propia profesión, se considera como correcto.

Aquí podríamos preguntarnos respecto a ¿por qué lo que la Junta de Decanos de


los Colegios de Abogados del Perú, considera correcto, de verdad es lo
correcto?, y la respuesta se basaría simplemente en la experiencia que estos
profesionales han podido adquirir a lo largo del ejercicio de la profesión; y también
en los conocimientos y experiencias propias vividas.

Y finalmente podríamos hablar del respaldo que el Estado le ha brindado al


Código de Ética de los abogados, que a pesar de ser una norma aplicable a un
círculo privado cerrado (Colegios de Abogados del Perú), entienden que se trata
de una profesión importante para la sociedad, por lo que mediante el Decreto
Legislativo N° 1265, Decreto que crea el Registro Nacional de Abogados
Sancionados por Mala Práctica Profesional, se señala que, las sanciones que
imponen los colegios de abogados, son aplicables en todo el territorio nacional.

Para terminar, este Código de Ética del Abogado, que aún no tiene ni diez años de
aprobado; debe ser el inicio para un cambio real de esta profesión, un cambio que
empiece desde la formación de estos profesionales, y perdure en el ejercicio de
esta. La ética nunca va dejar de ser un tema importante para el desarrollo de una
sociedad, y más aún si los profesionales que la conducen no la practican. Es
necesario que existe un replanteamiento del sistema educativo en las
universidades peruanas y por qué no decirlo, en los colegios también, cursos
como personal social, cívica, ética, filosofía, entre otros, son cursos que ayudan a
la formación del hombre como persona que vive en sociedad.
BIBLIOGRAFÍA

 Polo Santillán, Miguel Ángel: Ética Profesional. Lima. 2003


 Código Voluntario de Buenas Prácticas del Abogado de la Red Peruana de
Universidades. (2012). Recuperado de:
http://facultad.pucp.edu.pe/derecho/noticias/5512/
 Junta de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú. Código de Ética
del Abogado. (2012)
 Luján, Alexis: La habilitación profesional: función pública a cargo de los
colegios de abogados. (2018) Recuperado de: https://legis.pe/habilitacion-
profesional-funcion-publica-colegios-abogados/
 Luján, Alexis: ¿Es realmente obligatorio el Código de Ética del Abogado en
el Perú? (2018). Recuperado de:
https://www.enfoquederecho.com/2018/03/15/es-realmente-obligatorio-el-
codigo-de-etica-del-abogado-en-el-peru/

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