1 y 2 Semana
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Por este motivo, el sílabo de Policía Comunitaria, pretende acercar a los Alumnos
PNP al conocimiento de la normatividad vigente en materia de: Policía
Comunitaria, seguridad ciudadana, comunidad, violencia social, trabajo en equipo,
principios filosóficos, funciones, características psicológicas, liderazgo y
habilidades necesarias para la labor encomendada, principales programas
preventivos que promueve la Policía, a través de la Dirección de Seguridad
Ciudadana PNP, los modelos, principios y estrategias de intervención comunitaria,
así como el planeamiento estratégico para el trabajo del policía comunitario, para
la correcta aplicación en el ejercicio de la función policial. Guía, ésta, que deberá
conocer y poner en práctica cuando egrese y pase a prestar el servicio policial, en
sus diversas intervenciones, en las que tendrá en consideración la Constitución, la
ley, los valores éticos y el respeto a los derechos humanos, lo que le permitirá
enfrentar con éxito las nuevas formas de asistencia y defensa de la sociedad, ya
que el fin de la Policía es: servir y proteger. La naturaleza de la función policial es
compleja, variada y crítica; no sólo se produce después de un hecho anómalo, de
manera reactiva, sino aun con mayor énfasis antes de éste, obligando a la
adopción de múltiples medidas preventivas.
DEFINICION DE TERMINOS.-
POLICIA.- La palabra policía viene el latín “politia” y ésta del griego “politeia”,
referido al cuerpo civil encargado de velar por el mantenimiento del orden público
y la seguridad de los ciudadanos.
Consiste en el respeto mutuo entre las personas, las cosas y el medio en el cual
vivimos y desarrollamos nuestra actividad diaria. Decimos de la importancia de las
leyes porque éstas regulan y garantizan el cumplimento de esa convivencia social.
SESIÓN 1
ANTECEDENTES INTERNACIONALES
En términos generales, la policía montada de Canadá nunca ha significado un
problema político o público para su gobierno, como ha sucedido en otros muchos
países. Por el contrario, la institución disfruta en general de una buena reputación
nacional e internacional al contar con estructuras sólidas, financiamiento
suficiente, autonomía política y apoyo popular. Esto le ha brindado la oportunidad
de innovar en sus prácticas cotidianas y dedicar tiempo a la investigación de
modelos y acciones para determinar qué sirve y que no. En este sentido, el
modelo de policía comunitaria fue adoptado más como el resultado de una
decisión bien analizada que como consecuencia de presiones coyunturales.
A diferencia de Canadá, la policía metropolitana de Londres, reino unido en
Inglaterra incursionó en el modelo de policía comunitaria como consecuencia de
una fuerte presión social. Entre las razones principales destacaban el deterioro de
la confianza pública en las instituciones policiales, así como, una mayor exigencia
de transparencia y rendición de cuentas y la necesidad de contar con una mayor
participación de la ciudadanía, en especial después de varias revueltas
ocasionadas por problemas de racismo y discriminación.
La policía nacional de Japón, tras la debacle de su participación en la
Segunda Guerra Mundial, los japoneses establecieron un modelo policial que en
muchas maneras refleja la filosofía del esquema comunitario. Los métodos que
seleccionaron surgieron de una mezcla entre los valores y principios de su cultura
y la aplicación de la versión estadounidense de poli- cía. Una de las claves del
éxito para disminuir los índices delictivos en Japón fue la cercanía entre las
instituciones policiales y la comunidad. Quizás esto tiene que ver más con la
concepción cultural del rol de la policía que con cualquier método aprendido, pero
lo cierto es que la policía en este país ha ido más allá de la preservación del
Estado de derecho y se ha enfocado también en ayudar a la comunidad a resolver
muchos problemas o situaciones que en su momento podrían haber desembocado
en desorden, violencia y criminalidad.
Los Carabineros en Chile, la policía preventiva de carácter militarizado,
denominada Carabineros, logró posicionarse con éxito entre la comunidad: se ha
distinguido por su buena disciplina y se le considera libre de corrupción. Gracias a
su buena imagen y en respuesta al incremento de los robos con violencia en las
áreas urbanas en años recientes, los Carabineros pusieron en marcha una serie
de cambios institucionales, con el objetivo de que más policías resguardaran las
calles y se fortalecieran los lazos con la comunidad. Esta innovadora iniciativa de
servicio policial, llamada Plan Cuadrante, constituyó un punto de partida en este
país: por primera vez la ciudadanía participaba en la prevención del delito.
Hace 20 años, Corea, Vietnam y Singapur, eran casi iguales o peores que
el Perú, en el aspecto económico y de inseguridad ciudadana, hoy son potencias.
Estos cambios fueron generados a través de un impulso en educación y la
innovación tecnológica. Esto se debe aprender de Asia. Actualmente, los países
de Costa Rica y el Salvador, tienen como Política de Estado la prevención y
seguridad, la denominan como “Seguridad Comunitaria”; pero, en el Perú, se
denomina “Seguridad Ciudadana”, estas acciones son similares y tienen los
mismos fines.
En 1993, el Gobierno de Colombia dispuso la reorganización de la Policía
Colombiana y la implementación de los cuadrantes (Plan Cuadrante de la Policía
Comunitaria), como método alternativo para la articulación entre el policía y
ciudadano denominado de “a pie”. Los desafíos de este plan, la evaluación de los
resultados generados por esta implementación, así como la percepción de la
ciudadanía sobre el cambio en la forma de conducir la lucha contra la
delincuencia, son interesantes reflexiones que deben ser tomadas en cuenta en el
país.
La Policía de San Diego (EEUU), también realizó un estudio en la década de los
70, donde se concluyó que el desarrollar lazos fuertes con los miembros de la
comunidad ayudaba a mejorar las actitudes de los Oficiales de Policía, hacia su
trabajo y hacia la comunidad, fomentaba desarrollar soluciones creativas para
problemas complejos que afectaban a los ciudadanos. En adición, los Oficiales
obtenían valiosa información sobre las actividades criminales y de posibles
sospechosos. Surge, así, la conveniencia de asignar policías a lugares y turnos
permanentes.
El policía de la comunidad no es un sueño, mucho menos una utopía; es
una alternativa que está dando resultados en muchos países para prevenir,
controlar y reducir la incidencia criminal.
ANTECEDENTES NACIONALES
En el Perú, la inseguridad es un mal que destroza la vida, afecta la economía,
deteriora la convivencia y mantiene en zozobra a las personas. Un alto número de
ciudadanos piensa que será víctima, la delincuencia se hace más violenta, los
homicidios tienen una elevada alza y las instituciones encargadas de dar
seguridad no cumplen de manera cabal su función y, más aún, son instituciones
asociadas a la corrupción. Por ejemplo, según el latino barómetro, los peruanos no
confían ni en la Policía ni en el Poder Judicial. Entonces, ¿Qué hacer en una
situación de más violencia, donde las personas desconfían de sus instituciones?
El epicentro de la delincuencia y la violencia se focaliza en la ciudad de
Lima, que exhibe los índices de inseguridad más elevados del país. En los
sectores más pobres y en los barrios urbano-marginales, el pandillaje juvenil en
sus manifestaciones barriales, escolares y las denominadas “barras bravas”, se
consolidan como un problema grave, cuyos múltiples factores causales de
profunda raigambre social y cultural le confieren un carácter especialmente
complejo. La Policía peruana nutre su fortaleza en la propia comunidad, al
integrarse estrechamente con los ciudadanos en forma proactiva, preventiva,
disuasiva, coercitiva y represiva. Esto, se descuidó mucho en la época del
terrorismo, que tenía prácticamente cercada la ciudad de Lima. Toda la
preparación, capacitación y especialización del personal se orientó a la lucha
contraterrorista en lugares lejanos, los recursos económicos y logísticos se
dirigieron en ese sentido. Hoy en día, la estrategia es el acercamiento del binomio
“Policía-comunidad”; por lo tanto, se tiene que dinamizar la implementación y
desarrollo del modelo como una estrategia Institucional, que busca cambios
positivos del personal policial en interrelación con la comunidad, con la finalidad de
identificar, priorizar y dar solución a los problemas sociales relacionados con esta
función.
Asimismo, en la ciudad de Trujillo, se puso en práctica como “Proyecto
Piloto” durante los años 2003-2005, la Policía Comunitaria, integrada por sesenta y
cinco (65) policías, desconcentrando la toma de decisiones de los mandos
policiales (Comisarios), tomando en cuenta la opinión de los vecinos para la
determinación de sus estrategias (“Plan de Barrio”) y enfrentando de manera
proactiva los problemas de inseguridad, desarrollando una serie de programas de
prevención social y prevención situacional frente al delito, entre ellos: Cuadras
solidarias, vecinos vigilantes, escuelas de seguridad ciudadana, Juntas Vecinales
de seguridad, integración familiar, conversando con los vecinos, infractores
potenciales, víctimas potenciales, rescatando valores, acción cívica, comunidad
segura.
Es decir, se trató de tener una Policía Comunitaria que se involucrara en la
vida comunal de los barrios de la ciudad y que, desde dentro de esa vida comunal,
pudiera resguardar la seguridad comunitaria; como se hizo en cada uno de los
Centros Poblados Comunales de la ciudad de Trujillo, que llegaron a tener sus
respectivos policías comunitarios, totalmente identificados con su comunidad. Esta
modalidad, fue desactivada en ABRIL-2005, por el Ministro del Interior de ese
entonces, probablemente por desconocimiento. En conclusión, la Policía
Comunitaria cumpliría sus servicios en la comunidad, con la comunidad y por la
comunidad.
En el año 2007, la Dirección General PNP, consciente de su rol dentro de la
sociedad peruana y considerando sus múltiples funciones, diseñó una estrategia
del modelo de la Policía, que debe conocer y desarrollar todo miembro de la PNP,
cualquiera fuera su especialidad. Esta estrategia, está contenida en la RD Nº
0062007-DIRGEN/-PNP/DIRPACI, donde se establece, con absoluta claridad, que
el policía en el Perú debe realizar su labor y funciones basado en dos modelos: el
Modelo Profesional y el Modelo Comunitario, es decir, que el policía es un
profesional y, además, es un funcionario, vinculando estrechamente a la
comunidad (como cualquier policía en el mundo que tiene éxito), porque la razón
de la Policía es un servicio orientado a la comunidad, estrategia que aún no ha
sido desarrollada plenamente por diversas situaciones coyunturales, sociales y
políticas; pero, que, en las actuales circunstancias, resulta imprescindible aplicar a
nivel nacional. De esta manera, la actividad policial se fortalece con la
participación de los vecinos y, estos, sienten a la Policía “como suya”, como parte
integrante de su comunidad y que entiende sus necesidades, teniendo como
objetivo común el alcanzar una comunidad segura.