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Tumaco

El terremoto de Colombia de 1979 en Tumaco fue uno de los más fuertes del siglo XX en el país. Tuvo una magnitud de 8.1 y generó un tsunami devastador que afectó las costas de Nariño y Cauca con olas de hasta 6 metros, destruyendo pueblos, viviendas y causando más de 400 muertes. El tsunami arrasó completamente la población costera de San Juan de la Costa, dejando al menos 220 fallecidos.

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Tumaco

El terremoto de Colombia de 1979 en Tumaco fue uno de los más fuertes del siglo XX en el país. Tuvo una magnitud de 8.1 y generó un tsunami devastador que afectó las costas de Nariño y Cauca con olas de hasta 6 metros, destruyendo pueblos, viviendas y causando más de 400 muertes. El tsunami arrasó completamente la población costera de San Juan de la Costa, dejando al menos 220 fallecidos.

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TERREMOTO DE COLOMBIA DE 1979 – TUMACO

Ocurrió un miércoles 12 de diciembre de aquel año, a las 2:59 de la madrugada.


Convirtiéndose en uno de los sismos más fuertes del Siglo XX registrados hasta
ese momento en Colombia. 

Como se trató de un terremoto submarino, su epicentro fue localizado en


el Océano Pacífico, a unos 75 kilómetros de la costa del puerto de Tumaco,
departamento de Nariño. Su ubicación específica fue de 1.602º N y 79.363º
W, con una magnitud de 8,1 (Mw), y una profundidad superficial registrada por los
entes de control de esa época.

Una de las principales consecuencias de este movimiento telúrico, es que originó


un gigante tsunami que afectó las costas de los departamentos de Nariño y
Cauca, fundamentalmente la zona comprendida entre Guapí y San Juan de la
Costa. De acuerdo a testimonios y observaciones de varios supervivientes como
testigos, se presentaron tres olas de gran magnitud con una altura mayor a 6
metros, las cuales borraron del mapa a personas, animales, viviendas y muebles.

El evento de 1979, que afectó a gran parte de los habitantes de la bahía de


Tumaco (Nariño), fue significativamente desastroso. Los daños, tanto materiales
como humanos, originados como consecuencia de este sismo-tsunami a lo largo
de la costa sur de Colombia, desde Tumaco hasta Guapi, fueron sumamente
graves. Sólo en el departamento de Nariño se registraron cerca de 452 muertos y
1011 heridos, alrededor de 3080 viviendas fueron destruidas por completo y más
de 2100 averiadas.

Parte de la línea de costa de Colombia fue barrida por este tsunami. Caso puntual
de la población costera de San Juan de la Costa, ubicada a 60 km al norte de
Tumaco, la cual fue destruida en su totalidad. El tsunami arrasó la isla barrera
sobre la cual estaba asentada esta población, destruyendo todas las
construcciones y dejando un saldo de por lo menos 220 personas fallecidas, en su
mayoría niños. En el sector noroccidental de Tumaco se registraron inundaciones
de carácter local, mientras que la isla barrera de El Guano, ubicada al frente de las
islas de El Morro y la Viciosa, desapareció.

El tsunami arribó a la costa en marea baja, por lo que los daños causados no
fueron mayores. Se estima que si este tsunami hubiera ocurrido durante marea
alta, el área inundada en Tumaco habría sido hasta cuatro veces mayor, por lo
que el impacto adverso del fenómeno podría haber sido devastador. Además de
los efectos directos sobre las costas, también se presentaron repercusiones a
escala tectónica.
Por comparación entre el nivel de marea anterior y posterior al evento
tsunamigénico de 1979, de acuerdo con los relatos de los habitantes y por las
señales recogidas en campo (i.e. árboles antes verdes, medio secos y
sumergidos), se comprobó la ocurrencia de subsidencia o hundimiento a lo largo
de por lo menos 200 km de la costa del sur del Pacífico colombiano y norte del
Ecuador.

Cabe señalar que previamente al evento de 1979 ya se había pronosticado la


zona de su ocurrencia, con base en las observaciones del desplazamiento hacia el
norte de los epicentros superficiales de los terremotos de 1942 y 1958 a lo largo
de la línea costera Colombo-Ecuatoriana. La ruptura del terremoto de 1979 cubrió
una brecha en la zona sísmica superficial del noroeste de Ecuador y sureste de
Colombia en la región en que se había pronosticado que ocurriría. Estudios
recientes sugieren que esta brecha no está completamente cubierta, por lo que es
probable que se presenten fenómenos de similar magnitud siguiendo la dirección
norte. 

IMPACTO DEL TSUNAMI

Un tsunami está conformado por una serie de ondas oceánicas generadas por
perturbaciones fuertes y abruptas de la corteza oceánica. La mayoría de los
grandes tsunamis son causados por terremotos generados bajo la corteza
oceánica. El movimiento repentino del fondo del mar en la fuente sísmica (falla
tectónica) causa una deformación casi inmediata en la superficie del agua. La
energía potencial transmitida al volumen de agua desplazada es convertida en
energía cinética por la fuerza gravitacional, que trabaja como fuerza restauradora
del sistema.

En cuanto a la propagación, como resultado de la perturbación en la superficie del


agua se genera un grupo de ondas de período muy largo llamadas solitones (i.e. 5
a 100 minutos). La onda inicial, o líder, tiene una longitud de onda proporcional a
las dimensiones de la fuente generadora, que en el caso de grandes terremotos
puede alcanzar los 500 km de longitud. La velocidad de propagación depende de
la profundidad del océano, en el océano Pacífico los solitotes pueden alcanzar
velocidades hasta de 700 km/h. Sin embargo, la amplitud de la onda típica de un
tsunami en aguas indefinidas es usualmente muy pequeña, del orden de
centímetros a dos metros, lo cual dificulta su detección porque se confunde
fácilmente con el oleaje generado por el viento. Sin embargo, cuando el tsunami
alcanza la región costera, donde se reducen en forma considerable las
profundidades del agua, la amplitud de las ondas se incrementa
significativamente, mientras que la longitud de onda disminuye en forma
apreciable.

PROPAGACIÓN Y EFECTOS 
Una vez que el sismo ha generado una perturbación en la masa de agua, las
ondas se propagan por la plataforma continental generando una serie de ondas
con forma estable, llamadas solitones, y una cola oscilatoria. A medida que un
tsunami se acerca a la costa, las ondas que lo conforman cambian sus
características (e.g. longitud de onda, amplitud, dirección de propagación) debido
a la influencia de accidentes costeros tales como: arrecifes, plataforma continental,
islas, ensenadas, entre otros.

El cambio brusco de profundidad por a la presencia de la plataforma continental


es, posiblemente, el factor que más cambios origina en los solitones que
componen un tsunami. Se ha mostrado que la reflexión producida por un cambio
brusco de profundidad (e.g. como el existente en el cantil de la plataforma
continental) da lugar a que el volumen de agua que supera este cambio brusco de
profundidad no esté en equilibrio con la nueva profundidad, lo que da lugar a una
nueva descomposición en solitones y tallo oscilatorio. Incluso, una vez superado el
cantil de la plataforma los tsunamis sufren importantes modificaciones por
refracción y resonancia.

Cuando un tsunami inunda la costa resultan cinco tipos de fuerzas:


1. las fuerzas boyantes generadas por una parcial o total sumergencia, que
tienden a levantar las estructuras de sus cimientos;
2. las fuerzas de arrastre debido a las altas velocidades del agua que inunda
las zonas de tierra, capaces de destruir o arrastrar hacia la tierra (Run-up) o
en dirección al mar (Run-down) estructuras o elementos con la ayuda de las
fuerzas boyantes, y también generar importantes procesos de socavación
en las bases de las estructuras;
3. las fuerzas de impacto debido a la onda líder del tsunami;
4. las fuerzas de impacto causadas por edificios, botes, vehículos, tanques de
combustible, árboles rotos o cualquier elemento arrastrado por el agua, que
pueden destruir estructuras por impacto o porque generan cantidad de
movimiento que al sumarse a las otras fuerzas desplazan las estructuras en
la dirección de la corriente,
5. las fuerzas hidrostáticas, capaces de hacer colapsar estructuras o muros.

En cualquier caso, la cota máxima de inundación alcanzada por un tsunami


depende de la geometría de la costa, del período del tsunami, su posibilidad de
rotura y la fricción del lecho. 

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