Guía de Práctica Clínica para La Rehabilitación Del Paciente en Estado Crítico

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Guía de práctica clínica para la

rehabilitación del paciente en estado


crítico.
Clinical Practice Guidelines for Rehabilitation of Patients in critical Condition.
José Gómez Cruz,1 Liliana Teresa Caneiro González,2 Roberto Polo Amarante,3 Yacqueline
Madrigal Torres,4
RESUMEN
Guía de práctica clínica para la rehabilitación del paciente en estado crítico. Rehabilitación
con valoración más integral y multidisciplinaria, capaz de prever con tiempo suficiente
todas las posibles secuelas acarreadas por la enfermedad o lesión; concebida como el
grupo de procederes poco invasivos, gentiles, tolerables y adecuados al estado de cada
paciente (individualizados) y generalmente encaminados a conservar la indemnidad de las
estructuras y funciones que no han sido involucradas en el proceso patológico. Se
enumeran sus principios y fases de intervención, instrumentos y escalas de evaluación
internacional aplicadas para la valoración y tratamiento del paciente grave, así como sus
principales variantes terapéuticas. Concluye con su guía de evaluación, enfocada en los
aspectos más importantes a cumplir.
Palabras clave: Rehabilitación; guía de práctica clínica; urgencias médicas; cuidados
críticos; tratamiento de urgencia
ABSTRACT
Clinical Practice Guidelines for Rehabilitation of Patients in critical Condition. It is the
integral, multidisciplinary rehabilitation, including the prevention in advance of all possible
sequels caused by the disease or lesion. Understood as a group of non invasive,
appropriate and tolerable procedures meeting the individual needs and aimed at preserving
the indemnity of structures and functions that have not been involved in the disease. We list
its principles and intervention stages, instruments and international evaluation scales used
for assessment and treatment of patients in critical condition and it therapeutic alternatives.
It includes assessment guidelines focused on the most important aspects to be
accomplished.
Key words: Rehabilitation; practice guideline; emergencies; critical care; emergency
treatment
INTRODUCCIÓN
La práctica fisioterapéutica y de rehabilitación, basada hoy en la evidencia, fue definida por
la OMS como el uso concienzudo, explícito y juicioso de la mejor evidencia disponible para
la toma de decisiones sobre el cuidado, tratamiento y evolución de cada paciente. Los
sistemas de salud modernos necesitan cada vez más de este enfoque para cerrar el ciclo
preventivo curativo de los pacientes.

Rehabilitación: Es una especialidad que tiene por papel coordinar y asegurar la puesta en
marcha y aplicación de todas las medidas encaminadas a prevenir o a reducir al mínimo
las consecuencias funcionales, físicas, psíquicas, sociales y económicas de las
deficiencias o de las discapacidades, utilizando para ello diversos métodos de evaluación
funcional, proponiéndose objetivos terapéuticos específicos para cada caso, diseñando
pautas de tratamiento personalizadas y estableciendo el pronóstico rehabilitador a cada
individuo, según la magnitud de su discapacidad. También incluye no sólo el entrenar a
personas discapacitadas y sus familiares a adaptarse a su entorno, sino también el
intervenir en su entorno inmediato y en la sociedad para facilitar su integración social.
Rehabilitación intensiva: Se refiere al incremento de las sesiones de tratamiento
aplicadas al paciente, de las veces que este recibe atención en cada jornada (casi siempre
más de dos veces), sin que esto signifique aumento del número de procedimientos
previamente indicados para cada sesión. Los pacientes graves no son buenos candidatos
a tratamientos intensivos de rehabilitación (cualquier procedimiento basado en el ejercicio
físico, e incluso, los cambios posturales, requieren gasto cardíaco, respiratorio e
incremento de las funciones metabólicas en general), por lo que estos se reservan para
aquellos que ya se encuentran en la etapa subaguda o crónica de su enfermedad.
Rehabilitación del paciente grave: Se basa en una valoración más integral y
multidisciplinaria, capaz de prever con tiempo suficiente todas las posibles secuelas
acarreadas por la enfermedad o lesión y que en el futuro se constituirán en limitantes
físicas o mentales (discapacidades) de no ser diagnosticadas y tratadas a tiempo, muchas
de ellas perfectamente previsibles y abordables. Se trata de procedimientos precoces
(primeras horas) poco invasivos, gentiles, tolerables y adecuados al estado de cada
paciente (individualizados), generalmente encaminados a conservar la indemnidad de las
estructuras y funciones que no han sido involucradas en el proceso patológico, así como al
rescate de patrones funcionales comprometidos, teniendo en cuenta que la cronicidad
implica la disminución de las posibilidades recuperatorias; por ello, cuanto antes se inicie,
mayores y de mejor calidad serán los resultados. Deben tenerse en cuenta otras
enfermedades de base o asociadas a la actual.

Teniendo en cuenta las disímiles enfermedades que se atienden, las múltiples y variadas
secuelas, así como el alto riesgo a que está sometido el paciente, esta atención deberá
llevarse a cabo por personal de alta calificación y competencia, con probada experiencia y
cientificidad.
Es necesario esclarecer que la detección precoz de las secuelas no siempre es posible
cuando se trabaja con pacientes en estado crítico, debido a que para obtener datos
confiables de un examen físico o cualquier otra exploración, muchas veces se hace
indispensable la cooperación del paciente, la cual no puede esperarse cuando se
encuentra comprometida la conciencia o se está bajo los efectos de la sedación, necesaria
para la aplicación de muchos procedimientos en las unidades de cuidados intensivos.
Tampoco es posible realizar una perfecta evaluación de la fuerza muscular que conlleva
someter al paciente a grandes gastos cardíacos o respiratorios, ni explorar la movilidad
articular en las zonas que han sufrido traumatismos con ruptura ósea, de partes blandas o
edemas agudos. La mejor herramienta en estos casos resulta ser la pericia, habilidad,
experiencia y conocimientos del profesional.

PRINCIPIOS DE LA INTERVENCIÓN EN UNIDADES DE CUIDADOS INTENSIVOS (UCI)


La rehabilitación funcional en UCI debe ser holística, considerando al individuo como un
ser bio-psico-social, que abarque tanto al paciente como a su familia y al entorno. Debe
estar basada en el trabajo interdisciplinario por parte de un equipo de profesionales
altamente capacitados, que ajusten sus intervenciones a las necesidades de cada
individuo en las diferentes etapas de su recuperación.
Objetivos de la rehabilitación del paciente en UCI

 Diagnosticar y tratar de forma precoz las secuelas discapacitantes (deficiencias)


originadas por la enfermedad o lesión, y prever aquellas de posible aparición
(complicaciones secundarias) en los pacientes, teniendo en cuenta todos los
padecimientos anteriores a la afección actual o sobreañadidos a esta.
 Indicar pauta de tratamiento rehabilitador, acorde al resultado de la evaluación
multidisciplinaria, al estado del paciente y teniendo en cuenta el criterio del médico
intensivista de cabecera.
 Restablecer, según sea posible, las funciones pérdidas o disminuidas.
 Preservar a toda costa el funcionamiento de las estructuras indemnes.
 Entrenar y explicar a los familiares todos los pormenores de los procedimientos,
así como su importancia, logrando que estos se constituyan en apoyo al tratamiento
rehabilitador, sobre todo en los momentos en que está ausente el profesional de
asistencia de rehabilitación, facilitándole el cuidado y maniobrabilidad de su enfermo.
 Dar información a la familia y/o paciente sobre su nueva condición de salud y su
participación en el proceso de rehabilitación.
 Compartir criterios y tomar medidas de conjunto con los profesionales de
enfermería que beneficien al paciente y favorezcan el proceso rehabilitador.
 Crear un ambiente facilitador y estimulante para la recuperación del individuo.
 Apoyar emocionalmente al paciente y su familia.

FASES DEL PROCESO DE REHABILITACIÓN FUNCIONAL EN UCI


Valorar:

 Situación de salud del paciente: edad, nivel de conciencia, estado mental,


magnitud de la afección.
 Nivel de funcionalidad conservado: Útil, parcialmente útil, sin utilidad.
 Deficiencias presentes: Leves, moderadas, severas.
 Clasificación de las secuelas.
 Deficiencias de posible aparición: Poco probables, probables, inminentes.
 Limitaciones reales para la realización de las actividades de la vida diaria:
Limitación ligera, moderada, severa.
 Factores personales, familiares y socio-ambientales: Procedencia, nivel cultural,
ocupación, hábitos de vida.
 Estado psíquico y emocional: Ajeno, optimista, pesimista, depresivo, premórbido,
cooperador, pseudoeufórico.

Establecer:

 Objetivos y metas reales de tratamiento, acordes a la evaluación.


 Dejar por escrito en la historia clínica (HC) la primera evaluación fisiátrico técnica.

Implementar: Un plan de manejo ajustado a las necesidades de cada paciente


(individualizado).
Vigilar: La evolución del paciente desde cualquier punto de vista (clínico-quirúrgico-
psicológico-fisiátrico).
Evaluar: Resultados que se obtienen con la pauta de tratamiento indicado (basadas en los
objetivos a alcanzar) y realizar los ajustes pertinentes ante cualquier variación del estado
del paciente, ya sea evolutiva o involutiva.
Controlar:

 Registrando en la HC todo lo concerniente al paciente, desde la primera visita para


evaluar e indicar pauta, el examen físico fisiátrico, hasta cada sesión de tratamiento
aplicado, incluyendo cualquier incidencia por insignificante que parezca. Si se deciden
variaciones terapéuticas, estas deben registrarse de inmediato y explicar el por qué se
realizan, comunicándolo de inmediato al médico intensivista de cabecera, al
especialista correspondiente y a la familia.
 En la HC deben pueden quedar archivados la valoración conjunta de los resultados
de exámenes que se realicen y las escalas de evaluación funcional.
 El registro en la HC no debe convertirse en un simple cumplido de rutina, debiendo
sintetizar de manera profunda y con la cientificidad necesaria todo el interactuar con el
paciente, de tal manera que sirva de referencia y sea tenido en cuenta por cualquier
fisiatra que revise el historial.

Coordinar:

 Establecer relaciones con otros servicios por donde pudiera transitar el paciente al
ser transferido de la UCI, explicándole todos los detalles concernientes a la
rehabilitación al especialista correspondiente, garantizando así su continuidad.
 Convocar a los miembros del equipo multidisciplinario siempre que sea necesario
para una nueva evaluación integral u otra situación específica.
 Extender los vínculos con el área de salud comunitaria (servicio de rehabilitación
integral) a donde finalmente egresará el paciente al salir de la institución.

Acciones del rehabilitador.

 Interacción multidisciplinaria con los especialistas responsables.


 Evaluación integral del paciente teniendo en cuenta la etiología y las posibles
secuelas (somáticas, psicológicas, neurológicas y psicosomáticas).
 Posibilidades de colaboración del paciente en el proceso rehabilitador.
 Los procesos óseos como fracturas, luxaciones, posturales incorrectos, etc.
 Cumplimiento estricto del tratamiento postural por parte del fisioterapeuta,
enfermeros y familiares, por ser un pilar fundamental para evitar úlceras por presión,
retracciones tendinosas, anquilosis, etc.
 Prevención de complicaciones respiratorias por disminución de la ventilación
pulmonar.
 Mantenimiento de las amplitudes fisiológicas del movimiento.
 Diseño y uso de órtesis y prótesis y vendajes correctores desde la etapa aguda,
con el fin de prevenir posturas antifisiológicas y deformidades.
 Prevención de problemas circulatorios y úlceras de decúbito.
 Adiestrar a los familiares en técnicas y procedimientos, como parte del proceso
rehabilitador.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico en rehabilitación, también llamado diagnóstico fisiátrico, no discrepa en
ningún momento con el diagnóstico clínico o quirúrgico que pudiera plantearse en un
momento dado, solo que el primero se enfoca más a la detección y tratamiento de aquellas
limitaciones del validismo o disminución de las capacidades funcionales que se derivan o
pudieran relacionarse con determinado proceso patológico (congénito o adquirido),
tratamiento quirúrgico, accidente, e incluso, deterioro del estado mental. Es decir, en
Fisiatría, el diagnóstico se expresa en términos referentes al movimiento corporal
(cinética), a las capacidades de desplazamiento (cinemática), a la funcionabilidad articular
(artrocinemática), a la fuerza del músculo y su inervación, a la relación armónica existente
entre el Sistema Nervioso Central y las funciones propias de la especie. Además, abarca la
comunicación humana, la interrelación hombre-familia-comunidad, su interacción y disfrute
social. Este diagnóstico se establece sin pasar por alto jamás una afección primaria y
teniendo siempre en cuenta las enfermedades asociadas o sobreañadidas en cualquier
caso.

PRONÓSTICO
Para establecer un pronóstico fisiátrico, es sumamente importante el conocimiento
etiológico, la ubicación anátomotopográfica y la fisiopatología de la afección, así como la
evaluación de la magnitud y severidad de la secuela, permitiendo adecuar los objetivos de
tratamiento a las posibilidades reales y expectativas de recuperación. Se tendrá en cuenta
otro grupo de factores de riesgos (modificables y no modificables), tales como: edad, sexo,
raza, herencia, hábitos y estilos de vida, nivel cultural, medio social, entorno familiar,
medios económicos, apoyo comunitario y estado psicológico o mental del paciente que le
permitan optimismo y cooperación ante el tratamiento.
La ausencia de factores de riesgo, las edades jóvenes, el ambiente social y familiar
adecuados y un óptimo estado mental, favorecen en gran medida la recuperación,
mientras que los numerosos padecimientos, la edad avanzada, los ambientes
desfavorables y el deterioro mental, constituyen grandes limitantes en el proceso
rehabilitador. Independientemente de todo esto, resulta imprescindible la evaluación de las
capacidades residuales del individuo, o sea, aquellas estructuras y funciones que
quedaron indemnes y útiles; cuando estas resultan escasas, el pronóstico se ensombrece
considerablemente.
De manera global puede decirse que:

 Paciente que tiene la posibilidad de realizar exitosamente actividades de la vida


diaria y reinsertarse al medio familiar social y laboral: Buen pronóstico.
 Paciente que dependerá de ayuda para sus actividades de la vida diaria y estará
confinado al domicilio, sin participación social: Mal pronóstico.

ENFERMEDADES PROPENSAS A VALORACIÓN Y TRATAMIENTO REHABILITADOR


EN UCI
Disímiles resultan las afecciones que demandan de la evaluación y tratamiento
rehabilitador dentro de las UCI; en estos servicios de atención altamente especializados se
reciben pacientes con los más variados padecimientos, desencadenados por
enfermedades crónicas, adquiridas o por lesiones de ocurrencia súbita e intempestiva;
además de aquellos casos, que por lo complejo y prolongado de un tratamiento quirúrgico
de urgencia o electivo, requieren de atención especializada y diferenciada en los primeros
momentos de su posoperatorio. Teniendo en cuenta que la estadía de los enfermos en
estas unidades pudiera prolongarse, acompañándose en la mayoría de los casos de la
permanencia en cama y que su estado crítico compromete funciones vitales, resulta de
gran importancia contar con los servicios de la rehabilitación, tanto para fines preventivos
como diagnósticos, pronósticos y terapéuticos. Los conceptos actuales posibilitan el
manejo de casi la totalidad de estos pacientes.
Instrumentos de exploración recomendados para la valoración inicial y evolutiva del
paciente en UCI
Escalas evaluativas (cuantitativas y cualitativas) para la valoración del paciente en
UCI
TRATAMIENTO
La valoración fisiátrica debe iniciarse lo antes posible, una vez lograda la estabilidad
hemodinámica y previa coordinación con el médico intensivista de cabecera. Resulta de
gran utilidad que durante la primera evaluación, encaminada a identificar todas las
secuelas o las situaciones que pudieran favorecer la aparición de estas, esté presente todo
el equipo multidisciplinario que seguirá atendiendo al paciente en lo adelante (médico
intensivista de cabecera, médico especialista y enfermero a cargo del caso, rehabilitador,
psicólogo, logopeda, terapista ocupacional, ortesista-protesista, defectólogo y otros que
sean necesarios según el caso). Es sugerente que durante esta etapa esté presente un
familiar responsable y comprometido con la recuperación de su paciente o que al menos
se le informe de inmediato acerca de los resultados de la valoración, explicándosele todo
lo concerniente a la parte que corresponde a la familia y la importancia del papel que esta
debe jugar.
El rehabilitador, luego de los pasos descritos para las fases del proceso de rehabilitación,
dejará por escrito en la historia clínica el plan a cumplir el resto del día incluidos los
aspectos para el entrenamiento familiar y los cuidados de enfermería, cada sesión de
trabajo quedará registrada y previo al traslado o alta se hará una nueva evaluación para
medir (uso de escalas) los progresos en relación con el inicio de la rehabilitación.

Tratamiento postural:
Si las condiciones del paciente lo toleran, se realizará diariamente, durante las 24 horas
del día y se mantendrá mientras el paciente guarde decúbitos prolongados, es decir,
siempre que permanezca más de ocho horas en cama diariamente. Incluye la higiene
corporal, del vestuario y el lecho donde guarda reposo el paciente. El logro de la
sedestación precoz resulta un gran paso de avance.
Objetivos:
1. Prevenir y/o tratar las úlceras de la piel, causadas por la presión mantenida sobre un
mismo punto de apoyo y la presencia de arrugas en el vestuario corporal y del lecho,
afectando principalmente las prominencias óseas.
2. Evitar deformidades, anquilosis articulares y retracciones de partes blandas,
ocasionadas por la adopción y el mantenimiento de posturas antifuncionales.
3. Garantizar una higiene adecuada que impida la instauración y desarrollo de afecciones
dermatológicas u otros procesos sépticos.
Pautas:
1. Cambios de decúbito cada dos horas. El uso de las diferentes posturas (supino, prono,
lateral, sedestado, en fowler, semifowler o bípedo), estará en correspondencia con el
estado del paciente y la opinión del intensivista o especialista a cargo del caso.
2. Protección de las zonas de apoyo y prominencias óseas mediante el empleo de calzos,
almohadillas, rodillos, bolsas de gel, etc. Puede aplicarse la suspensión del segmento en
riesgo, de ser necesario y siempre que sea permisible.
3. Uso de colchón antiescaras (de aire, agua, gel, etc.).
4. Empleo de la masoterapia con cremas hidratantes, haciendo énfasis en aquellas
maniobras del masaje clásico que más favorezcan la tonificación y estimulación.
5. Colocar, de ser necesario, correcciones ortésicas o bandajes; sobre todo para aquellos
segmentos con parálisis flácidas, disminución considerable del tono y la fuerza muscular,
así como regiones con fracturas óseas que requieren estabilidad e inmovilidad. Los más
empleados son: corrector de varo-equino, teswter desrotador, férula dinámica para
extensión mano-dedos, cabestrillos, minervas, collarines, corsé de Taylor, de Milwaukee,
etc.
Fisioterapia respiratoria:
Según el estado del paciente, pueden aplicarse de dos a cuatro sesiones en veinticuatro
horas, espaciadas cada cuatro horas una de otra, y con una duración de 20 a 30 minutos.
Objetivos:
1. Relajar los músculos propios de la mecánica respiratoria.
2. Eliminar las formas incoordinadas e ineficaces de actividad muscular respiratoria,
logrando respirar suavemente, de forma relajada y rítmica, disminuyendo el trabajo
agotador de los músculos respiratorios.
3. Aumentar la capacidad pulmonar y torácica.
4. Disminuir la frecuencia respiratoria.
5. Mejorar la saturación de O2.
6. Eliminar o reducir al mínimo las necesidades de ventilación mecánica.
7. Fluidificar y eliminar las secreciones.
8. Mejorar el transporte cilial
9. Mantener una vía aérea permeable para evitar la hipoxemia y la acidosis.
10. Facilitar la tos y expectoración.
11. Mejorar la función pulmonar.
Pautas:

 Paciente en ventilación mecánica:

1. Succión endotraqueal.
2. Posicionamiento en cama.
3. Humidificación adecuada.
4. Percusión (si hay presencia de secreciones en vías aéreas medias y altas)
5. Utilización de suspiros.
6. Mínimo nivel de presión positiva al final de la espiración(5 cm H20).
7. Hiperinsulación manual.

 Paciente extubado:

1. Drenaje postural de los diferentes segmentos pulmonares en Trendelemburg y


decúbitos laterales.
2. Ejercicios respiratorios.
3. Posicionamiento en cama.
4. Sistema de oxígeno adecuado (humidificado).
5. Maniobras respiratorias:

 Percusión (si hay presencia de secreciones en vías aéreas medias y altas).


 Respiración diafragmática.
 Vibraciones.
 Compresiones.
 Tos efectiva.

6. Re-expansión pulmonar.
7. Incentivo respiratorio.
8. Presión positiva en la variante presión positiva al final de la espiración (PEEP) o presión
positiva continua en la vía aérea (CPAP): 5 cm H20).
9. Tos asistida a bajos volúmenes (iniciada en la capacidad residual funcional, si el
paciente es colaborador).
10. Aerosolterapia.

Kinesioterapia o cinesiterapia:
Este procedimiento, fundamentado en los principios de la biomecánica humana, es
imprescindible, pues enmarca leyes dialécticas relacionadas con la evolución de la
especie; el movimiento es la base del aprendizaje motor, la capacidad motora unida al
lenguaje, nos distingue de las especies inferiores y, la posibilidad de movernos y
comunicarnos nos permite participar de la sociedad en que vivimos. Las movilizaciones
deben aplicarse siempre, ya sean pasivas o activas, en dependencia del nivel de
conciencia y participación del paciente; excepcionalmente se contraindican en regiones
corporales donde existen focos de fracturas, cirugías recientes de una articulación,
procesos sépticos articulares o compromisos vasculares severos, pero aún así, se
recomienda movilizar gentilmente las articulaciones vecinas a aquellas en las cuales
queda totalmente prohibido el movimiento. La inmovilidad es sinónimo de deterioro, atrofia,
anquilosis y daño irreversible.

Variantes de la kinesioterapia aplicables al paciente grave:


Kinesioterapia pasiva sin la participación conciente: Aplicable a pacientes con toma de
la conciencia o bajo los efectos de la sedación.
Objetivos:
1. Conservar los arcos articulares.
2. Evitar retracciones de partes blandas.
Kinesioterapia pasiva concientizada: Usada en pacientes capaces de dar seguimiento
visual, recibir estímulos auditivos provenientes de la repetitividad verbal del rehabilitador o
estímulos táctiles propios de la manipulación (concientizar).
Objetivos:
1. Estimular la memoria motora mediante la propiocepción.
2. Reeducar patrones fisiológicos del movimiento.
3. Conservar indemnes las articulaciones y evitar atrofias por desuso.
Kinesioterapia activa asistida: Destinada al tratamiento de zonas que a causa de la
disminución de la fuerza muscular, producto de enfermedades neuromusculares u otras
afecciones, inicien el movimiento activo pero no sean capaces de recorrer todo el arco
articular, solo una parte del él. El terapeuta completará manualmente el recorrido de
movimiento restante.
Objetivos:
1. Conservar la fuerza muscular útil para el trayecto que el paciente es capaz de recorrer.
2. Lograr progresivamente una ganancia funcional, usando el segmento que debe ser
desplazado como peso (resistencia) a vencer.
3. Motivar al paciente en el logro del objetivo, consiguiendo así mayor cooperación.
4. Más todos los objetivos anteriormente expuestos.
Kinesioterapia activa libre: Empleada para tratar zonas corporales que no han sufrido
lesiones neuromusculares severas y que conservan la integridad articular y una fuerza
muscular útil para iniciar y completar el rango de movimiento. Tal vez estos pacientes sean
capaces de vencer resistencias opuestas, pero dado su estado no se sugiere para evitar
grandes gastos respiratorios, agotamiento y fatiga. El rehabilitador empleará la voz de
mando como instrumento de concientización y para el logro de movimientos rítmicos y
armónicos.
Objetivos:
1. Conservar la fuerza muscular.
2. Más todos los objetivos anteriores.
Pauta:
Kinesioterapia pasiva, concientizada o no, kinesioterapia activa libre a voz de mando o
combinaciones según necesidades y/o posibilidades dos veces por día.

Masoterapia:
Resulta una manera de contacto cuerpo a cuerpo entre paciente y terapeuta que, aunque
considerado por los desconocedores como un procedimiento inocuo, puede causar
muchos efectos adversos si se emplea inadecuadamente. En la actualidad han surgido
muchas variantes manuales "mal incluidas" dentro de la masoterapia, por lo que no deben
ser aplicadas dentro de procedimientos serios y científicos. La ciencia médica reconoce
hasta el momento al "masaje clásico", que cuenta con sus siete maniobras muy bien
definidas: roce, fricción, amasamiento, percusión, vibración, deslizamiento de la piel y
sacudimiento; cada una de ellas con sus efectos fisiológicos propios, donde la sumatoria
de ellos, resulta en los efectos fisiológicos generales del masaje. Los efectos más
deseados en los pacientes que se encuentran en estado crítico o que sufren parálisis, son
aquellos que favorezcan la tonificación y estimulación muscular, la vasodilatación y activen
los receptores. Debe aplicarse masoterapia al menos una vez por día. En los pacientes
encamados, con edemas acentuados, parálisis y trastornos de la sensibilidad, no se
sugiere el empleo de cremas o pomadas analgésicas cuyos componentes resulten
irritativos, debiendo aplicarse aceites aromáticos, naturales o cremas hidratantes de la piel.
Queda totalmente contraindicado sobre regiones con focos de fractura, procesos sépticos,
heridas suturadas o sin cicatrizar y extremidades con trombosis venosa profunda.
Objetivos:
1. Preparar la zona que será manipulada.
2. Lograr vasodilatación sanguínea.
3. Eliminar la concentración de ácido láctico.
4. Regular el tono muscular.
5. Eliminar las contracturas.
6. Favorecer la nutrición celular.
7. Eliminar desechos del metabolismo.
8. Estimular la aparición de reflejos afectados.
9. Ejercer acción analgésica.
10. Evacuar los edemas.
Pauta:
Masaje manual con crema hidratante, previo a la movilización, sobre los grandes grupos
musculares y zonas de apoyo corporal, haciendo énfasis en la tonificación y estimulación.

Transferencias precoces, según posibilidades y evolución del paciente:


La primera transferencia que se pretende obtener dentro de una UCI es la extracción del
paciente del lecho y la adopción de la postura de sentado; siempre que esto sea posible
significa un gran paso de avance hacia la rehabilitación.
Objetivos:
1. Reorganizar los órganos internos.
2. Facilitar el drenaje de vías urinarias, vesicular, respiratoria y digestivas.
3. Mejorar la función cardiovascular y pulmonar.
4. Mejorar el retorno venoso.
5. Estimular psicológicamente al paciente.
6. Facilitar la estimulación propioceptiva.

Terapias complementarias: Aplicables a casos que así lo requieran o como complemento


de los tratamientos de rehabilitación del paciente grave.
Agentes físicos: Crioterapia, termoterapia superficial y profunda, electroterapia,
fototerapia, ultrasonoterapia y magnetoterapia.
Psicoterapia: Electrosueño, psicoanálisis, ajuste emocional, adecuación de expectativas,
autoaceptación, entre otras.
Logofoniatría:
Útil en el tratamiento de los trastornos de la comunicación verbal (disfasias, afasias,
dislalias, alalias, anartrias, etc.) y en casos de lesiones severas, aprendizaje de
comunicación extraverbal.
GUÍA DE EVALUACIÓN

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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1. Licenciado en Fisioterapia y Rehabilitación. Profesor Asistente.   


2. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Especialista de I Grado en
Medicina Física y Rehabilitación. Ms.C. en Medicina Bioenergética.  
3. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Especialista de I Grado en
Medicina Física y Rehabilitación. Ms.C. en Rehabilitación Integral.  

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