(Matematicas) La Teoria de La Medida (Fernando Bombal) (MadMath)
(Matematicas) La Teoria de La Medida (Fernando Bombal) (MadMath)
(Matematicas) La Teoria de La Medida (Fernando Bombal) (MadMath)
Fernando Bombal
Digitalización: [email protected]
Índice
1. Introducción 1
2. La integral de Cauchy 3
3. La integral de Riemann 8
5. La década 1880-1890 16
6. El concepto de contenido 19
10.Lebesgue 29
Bibliografı́a 47
La Teorı́a de la Medida. Fernando Bombal 1
1. Introducción
con
Z a Z a
1 nπx 1 nπx
an = f (x) cos dx bn = f (x) sen dx
a −a a a −a a
claro que su noción es la del siglo xviii y que el término de ((función arbitra-
ria)) es sinónimo para él de lo que podrı́amos llamar actualmente ((función
regular a trozos)).
A) ¿Cuándo puede representarse una función acotada por una serie tri-
gonométrica?
2. La integral de Cauchy
En efecto, Cauchy observa que, para una subdivisión Q del intervalo más
fina que P , se tiene
n
X
SQ = (xi − xi−1 )f (xi−1 + θi−1 (xi − xi−1 )) 0 < θi−1 < 1
i=1
La Teorı́a de la Medida. Fernando Bombal 4
y poniendo
obtenemos
n
X
S Q = SP + εi (xi − xi−1 )
i=1
Una de las ventajas de esta definición es que, por primera vez, permite de-
mostrar de modo riguroso1 la existencia de función primitiva de una función
Rx
(continua) dada. En efecto, Cauchy considera la función F (x) = a f (t) dt
y establece los tres teoremas fundamentales siguientes:
((Toda función de una sola variable puede considerarse una derivada exacta;
pues si no tiene una primitiva de modo natural, siempre puede obtenerse
una por series... expresando la función dada en una serie de la variable y
tomando la función primitiva de cada término)).
Las extensiones de I), II) y III) van a motivar gran parte de las investi-
gaciones sobre la extensión del concepto de integral y, en consecuencia, de
la noción misma de función. Precisamente, la definición de Cauchy no exige
que la función f tenga una expresión analı́tica concreta, lo que podrı́a ha-
ber motivado un cambio importante en la noción de función. Sin embargo,
no parece que Cauchy considerara seriamente la posibilidad de extender la
noción de función como correspondencia ((arbitraria)) entre números.
f (x+) + f (x−)
2
Dirichlet creyó que podı́a extender este resultado para funciones más
generales, siempre que tuviera una buena definición de integral definida,
y expresó su convencimiento de que esto podrı́a hacerse para una función
acotada tal que el conjunto de puntos de discontinuidad fuera ((pequeño)).
Concretamente, la condición impuesta por Dirichlet es que dados dos puntos
cualesquiera a < b del intervalo de definición, existieran r y s, a < r <
s < b, de modo que f fuera continua en [r, s] (en terminologı́a moderna,
que el conjunto de puntos de discontinuidad fuera diseminado). Dirichlet
prometió una nota sobre este tema, que nunca apareció, aunque su programa
fue llevado a cabo por su discı́pulo Rudolf Lipschitz (1832-1903) en su tesis
doctoral (1864). En su investigación sobre la demostración de Dirichlet y
su extensión, Lipschitz supone que f es una función acotada que cumple la
condición de Dirichlet y concluye que el conjunto derivado D0 del conjunto
D de discontinuidades de f , es finito.
integrales
Z xi −δi
f (t) dt i = 1, . . . , n εi + δi < xi − xi−1
xi−1 +εi
[Di] f (acotada o no) es integrable en [a, b] si existe una única función con-
tinua (salvo constantes) F en [a, b] tal que en cada segmento [x0 , x00 ] ⊂
[a, b] en el que f sea continua, se cumpla
Z x00
F (x00 ) − F (x0 ) = f (t) dt
x0
3. La integral de Riemann
Pn
[R1] lı́mkP k→0 i=1 ωi ∆i = 0, donde ωi es la oscilación de f en el segmento
Ii = [xi−1 , xi ] de la partición P = {a = x0 < x1 < . . . < xn = b}; y
∆i = xi − xi−1
(esto no es obvio, y fue probado por Thomae en 1875, quien introdujo las
sumas superiores e inferiores correspondientes a una partición, comprobando
R R
que convergen. La notación f y f para designar las integrales superior
e inferior, fue introducida por Volterra en 1881. Con esta notación [R1] se
R R
traduce en la condición f = f )
[R2] Para todo ε, δ > 0, existe d > 0 tal que si kP k < d, entonces s(P, δ) =
suma de las longitudes de los intervalos I, de la partición P en los que
la oscilación de f es ≥ δ es menor que ε.
La Teorı́a de la Medida. Fernando Bombal 9
∞
X (nx)
f (x) =
n2
n=1
∞
1 X 1 π2
f (xkn + 0) = f (xkn ) − = f (xk
n ) −
2n2 (2i + 1)2 16n2
i=1
∞
1 X 1 π2
f (xkn − 0) = f (xkn ) + = f (xk
n ) +
2n2 (2i + 1)2 16n2
i=1
mantuvo sin publicar su trabajo durante toda su vida, y no fue hasta que
Dedekind lo incluyó en 1867 en una colección de trabajos, cuando se dio a
conocer a la comunidad matemática.
1a Funciones continuas.
Sr = {x : f tiene salto ≥ r en x}
Rx
I’) Si F (x) = a f , cada una de las 4 derivadas difiere de f en una
función de integral nula en cada intervalo.
(Notemos que si una función tienen integral nula en cada intervalo, es nula
Rx
en casi todo punto, luego el resultado de Dini es equivalente a que ( a f )0 =
f (x) en c.t.p., aunque desde luego estas consideraciones eran extrañas al
pensamiento de Dini.)
Después, Dini abordó también el teorema II), dando una elegante demos-
tración de que si F es continua y una de sus 4 derivadas, DF , es integrable,
Rb
entonces a DF = F (b)−F (a). Dini fue el primero en destacar que la hipóte-
sis de integrabilidad sobre la derivada (en algún sentido) no era superflua.
Supongamos, decı́a Dini, una función continua F , con F (a) 6= F (b) y con
La Teorı́a de la Medida. Fernando Bombal 15
5. La década 1880-1890
Prueba que dos funciones integrables tienen la misma integral si son igua-
les ((en general)) e incluso cree haber encontrado una extensión satisfactoria
del teorema III), afirmando que si f es continua y su derivada es cero ((en
general)) en [a, b], f es constante (un contraejemplo de Cantor, análogo a la
función descrita en la pág. 15, cuya existencia no pudo probar Dini, muestra
la falsedad de esta afirmación). Incluso creyó haber probado la convergencia
((en general)) de la serie de Fourier de una función acotada integrable, aunque
pronto reconoció su error.
6. El concepto de contenido
R
para las cuales la integral múltiple P dx1 . . . dxn tenı́a sentido y por tanto
también estaba definida la integral
Z
Q(r) dx1 . . . dxn
(hasta los trabajos de Jordan en 1892, la teorı́a de integrales múltiples no
se desarrolló con la generalidad y precisión que requerı́a el tratamiento de
Cantor). Supuesto esto, la función
Z
F (r) = Q(r) dx1 . . . dxn
decrece con r. Cantor define entonces el contenido (((Inhalt))) de E como
J(E) = lı́mr→0 F (r). Probó entonces que J(E) = J(E (α) ) para cualquier α;
en particular, J(E) = J(E), relación que influyó poderosamente en la re-
nuncia a aceptar las ideas de Borel sobre distintas nociones de medida,
que podı́an asignar medida 0 a conjuntos densos. También Cantor se preo-
cupó sobre las propiedades de aditividad del contenido, probando que la
relación J(E ∪ D) = J(E) + J(D) podı́a no ser cierta si E ∩ D 6= ∅. Las
motivaciones de Cantor, al menos en parte, hay que buscarlas en sus traba-
jos sobre el continuo y la teorı́a de la dimensión, aunque no desarrolló sus
ideas, probablemente por su dedicación absoluta a su teorı́a de números
transfinitos.
dividir el plano en rectángulos Rij , de lados ∆xi , ∆yj , por lı́neas paralelas a
los ejes, lo que inducı́a una partición de E en conjuntos Eij (algunos iguales
a los Rij , otros, los que contienen partes de la frontera de E, irregulares).
R
Se definı́a entonces E f por analogı́a al caso de dimension 1, como el lı́mite
de las sumas
X
f (xi , yj )a(Eij ) ((xi , yj ) ∈ Eij , a(Eij ) = ((área)) de Eij )
embargo, para que esta última definición tuviera sentido, incluso para fun-
ciones muy regulares, habı́a que suponer que las áreas de los rectángulos Rij
que cortaban a la frontera de E tendı́an a 0 al refinar las particiones (e.d.,
que E es medible). Para algunos autores ésta era una propiedad evidente
de E (debido a los ejemplos habituales, que solı́an ser recintos acotados por
curvas regulares), o bien imponı́an condiciones sobre E para que esta con-
dición implı́cita de medibilidad se verificara automáticamente (por ejemplo,
Arzela impone que E esté acotado por curvas cerradas simples, continuas
y rectificables; Picard supone que las rectas paralelas a los ejes cortan a
la frontera de E en a lo más N puntos, con N fijo, etc.). El problema se
agudizaba al estudiar la reducción de una integral doble a integrales reite-
radas; pues las funciones parciales x → f (x, y) e y → f (x, y) podı́an no ser
integrables aunque lo fuera f (x, y). Ası́ por ejemplo, Du Bois-Reymond en
1883 pone el ejemplo de la función
1 2n + 1 2m + 1
f (x, y) = p si (x, y) = , , y 0 en otro caso
2 2p 2q
1 1
"Z # "Z #
Z Z 1 Z 1
f (x, y) dxdy = dy f (x, y) dx = dx f (x, y) dy
R 0 0 0 0
basaban en una doble asunción: todos los dominios E tienen una determi-
nada ((área)), y este área es, en nuestras palabras, finitamente aditiva. Pero
estos supuestos no son en absoluto evidentes cuando se admiten dominios
arbitrarios (Remarques sur les intégrales définies, 1892).
(Los Gy pueden no ser medibles, pero las integrales entre corchetes están de-
finidas.) Como señaló Jordan, la hipótesis esencial sobre E es la medibilidad.
Esta versión del teorema de Fubini, incorporada a la 2a edición de su Cour-
se d’analyse, fue ampliamente difundida, y las ideas de Jordan influyeron
decisivamente en Borel y Lebesgue.
P
con mn ≤ N (fijo), |An | < ∞ y (an ) denso en C. Borel probó que f
(definida en S ∪ T ) verifica muchas de las propiedades de las funciones
analı́ticas, como por ejemplo el teorema de identidad. Más aún, si se toma
|An |1/2 < ∞, todo punto de T puede unirse con cualquier punto de S por
P
3. Si los (En ) son disjuntos, cada uno con medida sn , entonces su unión
P
tiene medida, igual a sn .
Los conjuntos para los que se puede definir una medida que verifique las
propiedades anteriores, se llaman medibles.
En cualquier caso, hacia finales del siglo xix nadie ponı́a en duda la uti-
lidad de la integral de Riemann ni concebı́a la posibilidad de una definición
alternativa. Las excepciones y contraejemplos que habı́an ido surgiendo se
aceptaban y eran más o menos esperados, al igual que habı́a pasado con la
teorı́a de las funciones de variable real. La idea general era descubrir tantos
fenómenos excepcionales como fuera posible, para determinar las leyes que
permitieran su clasificación.
10. Lebesgue
me (E) + me (I − E) = b − a (10.2)
La Teorı́a de la Medida. Fernando Bombal 31
Por tanto, para los conjuntos medibles al menos, existe una y solo una
solución al problema de la medida, que es m(E) = me (E) = mi (E). (Lebes-
gue probó que la unión contable de conjuntos medibles, es medible y que se
cumple 3)). De la desigualdad evidente
Lebesgue deduce que todos los conjuntos medibles Jordan, son medibles y
tienen la misma medida. Después establece muy fácilmente que E es me-
dible si y solo si existen dos conjuntos de Borel A1 ⊂ E ⊂ A2 tales que
m(A1 ) = m(E) = m(A2 ), con lo que los conjuntos medibles resultan ser los
que poseen una medida definida en el ((cálculo de desigualdades)) de Borel.
Z b n−1
X n−1
X
f = lı́m ai m(Ei ) = lı́m ai+1 m(E) (10.4)
a kP k→0 kP k→0
i=0 i=0
Para que este razonamiento tenga sentido, los conjuntos Ei deben ser
medibles. En efecto, Lebesgue prueba que si f es integrable en su sentido,
para cada r ∈ R el conjunto {x : f (x) > r} es medible, y de ahı́ deduce
fácilmente la medibilidad de los Ei . A las funciones que cumplen esta con-
dición las llama ((sumables)), aunque posteriormente pasó a denominarlas
((funciones medibles)), que es la nomenclatura que emplearemos nosotros.
Ası́ pues, Lebesgue probó que si f es medible y acotada en [a, b], entonces
es integrable, y su integral viene dada por (10.4).
Rb
B) Si f 0 existe y es acotada en [a, b], entonces f 0 es integrable y a f0 =
f (b) − f (a).
La Tesis de Lebesgue ha sido, sin duda, una de las más notables que jamás
se han escrito. Sin embargo, algunas propiedades de la integral de Riemann
no las pudo demostrar. En particular, no hay ninguna referencia al teorema
R x 0
fundamental I) (e.d., a f = f (x) ((en general)), según la terminologı́a de
Harnack). También encontró dificultades Lebesgue en establecer la versión
de Dini del teorema II) (pág. 14).
Rb R b+h
1) a f (x) dx = a+h f (x − h) dx
Rb Rc Ra
2) a f + b + c f =0
Rb Rb Rb
3) a (f + g) = a f + a g
Rb
4) Si f ≥ 0 y b > a entonces a f ≥ 0
R1
5) 0 1=1
R R
b b
6) Si ((fn (x)) % f (x), entonces a fn % a f
La Teorı́a de la Medida. Fernando Bombal 35
Rb Rb Rb
3) y 4) implican que a f y 1), 2) y 3) que a 1 = b − a. De aquı́ se
kf = k a
R
deduce que la única posible definición de χE para E medible, es m(E).
n−1
X n−1
X
ϕ= ai χEi ; Φ= ai+1 χEi
i=0 i=0
entonces
Z b X Z b X
ϕ= ai m(Ei ) y Φ= ai+1 m(Ei )
a a
R x 0
F) Si f es integrable en [a, b], entonces a f = f (x) para casi todo x
de [a, b].
nack en relación con su noción de integración (pág. 18). Sin embargo, Lebes-
gue dio en 1907 una demostración más simple de este resultado, que es un
buen ejemplo de la utilización del método de la cadena de intervalos: si F es
absolutamente continua, es de variación acotada, luego es derivable en casi
todo punto. Sea f (x) = F 0 (x) en donde exista la derivada, y 0 en el resto. Pa-
Rx
ra demostrar que F (x) = a f (de la demostración de [E] resulta fácilmente
Rx
que f es integrable), Lebesgue considera la función g(x) = a f − F (x),
que es absolutamente continua y con derivada 0 en casi todo punto. Para
demostrar que entonces g es constante, Lebesgue procede ası́: sea r > 0 y
y prueba que Yi contiene a los cerrados y verifica las propiedades que habı́a
establecido Lebesgue para los conjuntos medibles.
lo que indica que esta definición podı́a servir para generalizar la definición
usual de integral (Riemann); pero sin embargo, el hecho de que su definición
no coincida con la noción habitual de integral superior e inferior de Dar-
Rb Rb
boux (piénsese en f = χQ , en cuyo caso (Y ) a f = (Y ) f = 0 mientras
a
R1 R1
que f = 0 y 0 f = 1) le plantea dificultades. Extiende estas nociones
0
para integrales sobre conjuntos medibles arbitrarios (y no solo sobre con-
juntos cerrados como en su trabajo anterior) e intenta repetir lo que habı́a
hecho en su trabajo sobre integrales inferiores y superiores de Riemann, pro-
bando resultados análogos para su definición. Solo más tarde decide Young
olvidarse de sus escrúpulos y definir una función integrable por la condición
Rb Rb
(Y ) a f = (Y ) f que, como él dice ((ya vimos que no coincide con las defi-
a
niciones usuales)). Concluye el artı́culo mostrando que cuando f es acotada
y medible, su definición coincide con la de Lebesgue. Tanto el trabajo de
Young como el de Lebesgue se inspiraron en las ideas de Jordan y Borel
sobre la medida de conjuntos, y ambos obtuvieron generalizaciones de la no-
ción de integral, que son esencialmente la misma. Pero mientras que Young
culmina con su definición de integral, para Lebesgue este es solo el punto de
partida sobre el que construye una teorı́a sustancial y potente.
R
como Ec f . Esta extensión natural no fue, sin embargo, considerada por Le-
besgue (quien solo se permitió esta identificación de integrales cuando E era
finito), y debe mucho al estudio del problema de expresar una integral doble
por medio de integrales reiteradas. En efecto, cuando Lebesgue abordó es-
te problema en su Tesis, se encontró con las mismas dificultades que sus
predecesores, y las intentó solventar también del mismo modo, definiendo
las integrales inferiores y superiores y obteniendo versiones similares a la
de Jordan para la integral de Riemann. Sin embargo, Lebesgue hizo una
observación que sugirió posteriormente a Fubini la solución del problema:
si f es medible Borel (y no solo medible Lebesgue) en un rectángulo R del
plano, entonces las funciones parciales x → f (x, y), y → f (x, y) son también
medibles Borel, y entonces las integrales superiores e inferiores en la expre-
R
sión de R f (x, y) dxdy como integral reiterada, se convierten en integrales
ordinarias. Por otro lado, analizando los contraejemplos existentes sobre el
tema en la integración de Riemann, Hobson (1856-1933) señaló que tales
contraejemplos desaparecı́an si se consideraba la integral de Lebesgue, ya
que los puntos excepcionales formaban conjuntos de medida 0 ((y la integral
de Lebesgue es independiente de los valores de la función en estos puntos));
es decir, Hobson asumı́a tácitamente la integración de funciones definidas
en casi todo punto. Esta observación de Hobson, junto con la versión de
Lebesgue del teorema de integración reiterada, condujeron a Fubini (1879-
1943) al descubrimiento del teorema que lleva su nombre, sobre integración
reiterada: si f es integrable en un rectángulo [a, b] × [c, d], las funciones
x → f (x, y), y → f (x, y) son integrables para casi todos los valores de y
y x, respectivamente. Además, las funciones (definidas en casi todo punto)
Rb Rd
y → a f (x, y) dx y x → c f (x, y) dy son integrables y
Z Z d Z b Z b Z d
f (x, y) dxdy = dy f (x, y) dx = dx f (x, y) dy
R c a a c
plo, Lebesgue probó que si una función acotada se puede expresar como
suma de una serie trigonomérica, esa serie es necesariamente la de Fourier,
haciendo buena la afirmación de Fourier y extendiendo el resultado de Du
Bois-Reymond para las funciones integrables Riemann. También extendió el
teorema de Fejer sobre convergencia Cesaro de la serie de Fourier de una
función continua, consiguiendo una elegante demostración de la identidad
de Parseval para funciones acotadas de cuadrado integrable (¡resultado que
se creı́a falso incluso para funciones integrables Rieman!). Posteriormente,
Fatou extendió este resultado para funciones no necesariamente acotadas, y
obtuvo importantes éxitos en relación con la formula de Poisson y la con-
vergencia Abel de la serie de Fourier de una función de cuadrado integrable.
Es fácil ver que las funciones sumables en el sentido de Riesz son pre-
cisamente las funciones acotadas medibles Lebesgue en [a, b], y la integral
de Riesz es la integral de Lebesgue. El caso de la integración Riemann es
tratado por Riesz por separado: una función sumable f es integrable Rie-
mann si y sólo si existe una sucesión de funciones simples que converge a
f uniformemente en casi todo punto (e.d. para cada r > 0 y casi todo x
existe un n0 y un entorno Vx de x, tales que |fn (y) − f (y)| ≤ r para n ≥ n0 ,
y ∈ Vx ).
simples semicontinuas inferior (l) o superiormente (u), para las que se toma
como integral la de Riemann. A continuación se consideran las funciones (u)
(resp. (l)) que son los lı́mites de sucesiones decrecientes (resp. crecientes) de
funciones u-simples (resp. l-simples). Su integral es, por definición, el lı́mite
de las integrales de las funciones simples aproximantes, probándose que este
lı́mite no depende más que de la función lı́mite. Si ahora f es una función
arbitraria en [a, b], consideremos
R
Lf = ı́nf{ ϕ : ϕ es s.c.i. y ≥ f }
R
Uf = sup{ ψ : ψ es s.c.i. y ≤ f }
ciones. Para ello, se considera primero la clase T1 , de las funciones que son
lı́mites puntuales de sucesiones crecientes de funciones de T0 (el análogo a
las 1-funciones de Young). Si f ∈ T1 y (fn ) ⊂ T0 es tal que (fn ) % f ,
la sucesión (U0 (fn )) es creciente, y su lı́mite (=supremo) no depende de la
sucesión (fn ) elegida, sino de la función lı́mite. Por,definición
U1 (f ) = lı́m U0 (fn )
µ∗ (B) = µ∗ (B ∩ A) + µ∗ (B ∩ Ac ), ∀ B ⊂ Rn
probando que las medidas consideradas por Radon son regulares. Para este
tipo de medidas, la mayor parte de las propiedades de la medida de Lebesgue
se trasladan sin dificultad.
Bibliografı́a