Casa de Las Americas

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Adiós a Roberto

de las Américas 296-297 3  Este es el primer número...


julio-diciembre/2019 5  Ante la muerte de Roberto Fernández Retamar. Declaración de la Casa
año LXI de las Américas
Órgano de la Casa de las Américas 7  Miguel Díaz-Canel Bermúdez • Hay luto en la Casa...
7  Nicolás Maduro • Toda la solidaridad de los venezolanos...
Fundada en 1960 7  Evo Morales • Nuestras luchas, nuestras revoluciones...
por Haydee Santamaría
y dirigida a partir de 1965,
durante más de doscientos cincuenta números,
Para, de, con Roberto Fernández Retamar
por Roberto Fernández Retamar 8  Roberto Fernández Retamar • A Juan Gelman, en Buenos Aires
Director:
9  A Fayad Jamís
Jorge Fornet 11  A Roque Dalton
13  Oyendo un disco de Benny Moré
Subdirector: 14  Fanon y la América Latina
Aurelio Alonso
21  Hacia una intelectualidad revolucionaria en Cuba
Consejo de Redacción:
38  Academia Cubana de la Lengua / Aurelio Alonso / Vicente Battista / Frei
Luisa Campuzano, Pablo Armando Fernández,
Jaime Gómez Triana, Marcia Leiseca, Betto / Jorge Boccanera / Miguel Bonasso / Atilio A. Boron / Fernando
Nancy Morejón, Zuleica Romay, Butazzoni / Rosalba Campra / Álvaro Castillo Granada / Consejo
Caridad Tamayo Fernández, Roberto Zurbano Latinoamericano de Ciencias Sociales / Gabriel Cortiñas
Editora-redactora: 48  Roberto Fernández Retamar • Que veremos arder
Lorena Sánchez 49  Cuerpo que no está claro
Correctora:
50  Caliban
Anele Arnautó Trillo 94  Para una teoría de la literatura hispanoamericana
103  Nuestra América y Occidente
Diseño y emplane:
Ricardo Rafael Villares 133  José Luis Díaz-Granados / Alexis Díaz Pimienta / Ariel Dorfman /
Paul Estrade y Mouny Estrade / Laidi Fernández de Juan / Fun-
Realización computarizada:
dación Juan Bosch / Mario Goloboff / Julio César Guanche /
Roxana Monduy
Sergio Gutiérrez Negrón / Eduardo Heras León / Sylvia Iparra-
Coordinador de producción: guirre / Andrea Jeftanovic
Jorge Alberto Tartabull
148  Roberto Fernández Retamar • Juana
Redacción: 149  Aquiles
Casa de las Américas, 3ra. y G,
151 ¿Y Fernández?
El Vedado, La Habana 10400, Cuba.
Teléfonos: (537) 838 2706 al 09, ext. 108 155  Ahora, en Managua
(537) 836 7601 157  Nosotros, los sobrevivientes
Correo electrónico: [email protected] 159  A mi amada
Sitio web: www.revistacasa.casadelasamericas.org 160  Caliban en esta hora de nuestra América
Suscripción: [email protected]
178  Ángel Rama y la Casa de las Américas
Precio del ejemplar en Cuba: $ 5 (MN)
A D I Ó S A RO B ERTO

E
ste es el primer número de la revista Casa de las Américas
que Roberto Fernández Retamar no alcanzará a ver. Resulta
difícil imaginar que nunca volveremos a contar con su ca-
pacidad de convocatoria y de diálogo, que ya no dispondremos
de su sabiduría y su cultura infinitas, ni de su vocación a toda
prueba, su pasión encendida y su aguzado sentido crítico. No
contaremos con sus microscópicas y enrevesadas anotaciones
al margen, esas que acompañaron miles y miles de páginas de
colaboraciones, leídas minuciosamente por él a lo largo de casi

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 3-4


cincuenta y cinco años.
Es mucho lo que nos falta ahora que Retamar no está. Pero
es mucho más lo que le deja a la Casa de las Américas toda y
a esta revista en particular, después de dirigirla durante más de
doscientos cincuenta números. Cuando Haydee Santamaría lo
invitó a encabezarla en 1965, nuestra publicación ya había ido
ganando un espacio notable entre sus homólogas del Continen-
te, contaba con colaboradores de primera línea y con algunos
números sobresalientes. Pero desde aquel número 30 en que
Retamar comenzó a dirigirla, la revista se fue consolidando –y
gracias en primer lugar a él–, como punto de referencia y uno
de los medios más leídos e influyentes entre la intelectualidad
de izquierda del Continente. Sin dejar de ser, ante todo, el pro-
yecto de una institución, Casa de las Américas tuvo también el
indeleble sello de su director.

3
Este número es el homenaje más inmediato y Los demás textos –los debidos a otros cola-
explícito que podemos ofrecerle, preámbulo de boradores– fueron escritos a raíz de la desapa-
una trayectoria futura que será parte del legado rición de Retamar. Son mensajes, evocaciones,
de su máximo inspirador y responsable. Además acercamientos diversos a su figura y su obra. La
de la Declaración que la Casa de las Américas abundante aparición de unos y otros también
hizo pública inmediatamente después de su nos ha obligado a prescindir de muchos que
muerte, de los mensajes de los presidentes Mi- habrían merecido ser incluidos en estas páginas.
guel Díaz-Canel Bermúdez, Nicolás Maduro y Por su parte, la sección «Recientes y próximas»
Evo Morales; además de ello, repetimos, ocupa reproduce parte de las palabras pronunciadas,
la mayor parte de esta entrega una selección de en el homenaje que se le brindó a Retamar en
textos de Retamar aparecidos en esta misma la sala Che Guevara de la Casa el pasado 27 de
revista, algunos de ellos antes, incluso, de que septiembre.
él comenzara a dirigirla. A raíz de la muerte de Cortázar, nuestra revista
Siguiendo el modelo de la colección Materiales le dedicó un número doble (145-146, de 1984).
de la revista Casa de las Américas, creada por él Los disímiles textos reunidos allí (cartas de las
y de la que nuestro Fondo Editorial ha publicado que él era autor o destinatario, ensayos, evoca-
varios títulos, hemos seleccionado parte de las ciones y poemas de decenas de colaboradores)
colaboraciones más sobresalientes de Retamar fueron agrupados bajo el nombre «Para, de, con
en las páginas de esta publicación, muestra de Julio Cortázar». Hemos querido retomar ese título
su amplio espectro intelectual. Por inevitables (debido, obviamente, al propio Retamar) para
razones de espacio debimos prescindir de muchas encabezar la sección central de este número. Las
otras no menos valiosas. Algunas han aparecido en fotografías y obras que lo ilustran pertenecen tanto
los números más recientes de la revista o lo harán al Archivo de la Casa de las Américas como a la
en próximas publicaciones de la Casa, y resultan, colección particular del homenajeado, custodiada
por tanto, más accesibles. Es preciso aclarar que si hoy por su hija Laidi Fernández de Juan, a quien
bien se brinda información sobre la fuente de cada agradecemos la generosidad de facilitárnoslas.
uno de los textos incluidos, no reproducimos aquí Dentro de pocos meses Casa de las Améri‑
las versiones originales. Su autor era obsesivo cas cumplirá sesenta años de vida y alcanzará
revisando y retocando sus propios textos, y hemos la insólita cifra de trescientos números. Seguir
respetado ese perfeccionismo, de manera que el sosteniendo este empeño, hacerlo digno de su
lector encontrará en estas páginas las versiones pasado y de quien fuera su alma por más de
definitivas, cuando sea el caso. medio siglo, es el mejor adiós a Roberto. c

4
Ante la muerte
de Roberto Fernández Retamar.
Declaración
de la Casa de las Américas

«P uso a disposición de los hombres lo que tenía de


inteligencia. // [...] Les entregó lo que tenía de co-
raje. // [...] Hizo su parte, llegado el momento // [...]
al final, declaró que volvería a empezar si lo dejaran». Así se
expresaba el poeta en los versos titulados «Sería bueno merecer
este epitafio», y así lo recordamos.
La muerte de Roberto Fernández Retamar es una pérdida
irreparable para la cultura cubana. Desde que se dio a conocer
en 1950 con el poemario Elegía como un himno, su obra fue

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 5-6


abriendo cauces y marcando hitos en la poesía de lengua españo-
la, a la que legó textos que quedarán para siempre como «Felices
los normales», «¿Y Fernández?» o «Con las mismas manos».
No menos relevantes son sus penetrantes y esclarecidos en-
sayos, que ponen en evidencia la vastedad de su pensamiento
y la magnitud de su labor intelectual, tanto si recordamos ese
clásico de la reflexión latinoamericana y caribeña, «Caliban»,
como si pensamos en Para una teoría de la literatura hispa‑
noamericana, en su fervorosa pasión por la obra martiana, o en
sus lúcidos ensayos sobre el papel del intelectual y los procesos
de descolonización cultural en nuestra América.
Es imposible disociar su nombre de la historia de la Revo-
lución Cubana, separarlo de un fenómeno que ha sido asunto
e inquietud permanente, tanto como escenario vital y caja de
resonancia de su figura y su obra.

5
Sería mucho ya si ese fuera el legado de descomunal e inconclusa tarea de la integración
Roberto, pero a su obra literaria habría que cultural de la América Latina y el Caribe.
añadir su labor docente y su inigualable faceta En ocasión de la dolorosa pérdida de Haydee,
de editor, que lo llevó a dirigir diversas revistas la Casa de las Américas dio a conocer una decla-
antes de asumir en 1965 la dirección de Casa ración –en la cual se transparenta la escritura de
de las Américas, para consolidarla como uno Roberto– que concluía afirmando: «Es necesario
de los más importantes referentes culturales de decir que estará con nosotros, en nosotros. [...]
nuestra América. Pero desde ahora somos más pobres, aunque nos
Pero aún haría más, al frente de la Casa de las acompaña para siempre el honor de haber traba-
Américas toda desde 1986, como continuador de jado bajo su guía, bajo su aliento, que seguimos
la heroína y fundadora, Haydee Santamaría, y del sintiendo, orgullosos y entrañablemente conmovi-
gran pintor Mariano Rodríguez. El privilegio de dos, a nuestro lado». Esas palabras siguen siendo
que Roberto presidiera en las últimas décadas válidas para Haydee, tanto como lo son para este
esta Casa contribuyó a que –bajo su conduc- entrañable hermano suyo que acaba de dejarnos.
ción– ella apostara por el riesgo sin dejar de ser Las hacemos nuestras para ti, en este momento
fiel a sí misma, al espíritu que la vio nacer en la de infinita tristeza, querido Roberto. c

Con Mariano Rodríguez y Haydee Santamaría en el Premio Casa de 1980

6
Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Presidente de la República de Cuba

H ay luto en la Casa de la intelectualidad latinoamericana, en


Cuba y en nuestra América. Retamar ha muerto. Abrazo
sentido a su hija Laidi y a toda su familia de sangre y de la Casa
de las Américas. Querido Roberto, gracias por dejarnos obra,
lucidez y compromiso.

Nicolás Maduro
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

T oda la solidaridad de los venezolanos con el pueblo cuba-


no, ante la irreparable partida física de Roberto Fernández
Retamar. Un poeta excepcional y uno de los más grandes de
la cultura cubana. Envío mis sentidas condolencias al movi-
miento cultural cubano, familiares y amigos.

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 7


Evo Morales
Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia

N uestras luchas, nuestras revoluciones no son nada sin el


apoyo de la cultura. Enviamos nuestras condolencias al
pueblo cubano y familiares de Roberto Fernández Retamar.
Nos quedan sus ideas que inspiran el rumbo de los pueblos
libres que mantienen vivo su legado de resistencia.

7
PARA, DE, CON ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

A Juan Gelman, en Buenos Aires*


«¿alguien se llama juan?
¿quién se llama roberto todavía?»
J.G.

Aquí donde ya casi todo se llama juan,


Alguien que todavía (aunque no por demasiado tiempo) se llama roberto,
Te dice que tu carta del sur le ha traído en sus alas
Una nueva tristeza.
Las cartas, a la verdad, no deben hacer llorar
Como la tuya ha hecho.
En vano el mar
Está ahí, al lado, porque el propio mar corre,
Leyendo tu carta, hacia el frágil poblancón de pescadores,
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 8-9

Y subiendo precipitado las maderas, dejando atrás el vino y los panes


Con pescado, no deteniéndose ante nada, se va a buscar el banco
Alto donde estás sentado, lágrima en mano, donde no estás sentado
Y podemos buscar sin hallarte hasta que la noche se traga banco y pueblo
Y vuelve el mar cariacontecido al mar.
En cambio, hay
Gente canturreando en una bodega,
Un puñado de soldados muy jóvenes que bajan de la loma,
Y niños desperdigados bajo los flamboyanes, asomándose al escenario,
Apedreando la sombra de una chiva.
¿Qué más,
Juan, qué más?
Ah, no molestes.

* Este poema y los dos siguientes fueron publicados en Casa de las Américas, No.13-14, julio-octubre de 1962, pp. 27-30.

8
¿Acaso no ha habido siempre tristeza en el corazón del hombre?
¿Acaso la tristeza no nos acompaña con más fidelidad que un perro?
Mi perro va conmigo, y me recuerda
La soledad de la noche, me recuerda que charlamos
Hasta que ya no quedó espacio entre memoria y esperanza.

Hay la Revolución, el amor inmenso de la Revolución


Que es un amor de hombre y mujer
Que fueran todos los hombres y todas las mujeres.
El oído se inclina sobre el pecho del pueblo
Y distingue en el estruendo una voz, y (aunque triste) sigue feliz calle arriba,
Sabiendo que esta es sin duda nuestra Revolución,
Mientras allá se deshojan unas ramas, atruenan los gorriones, arde un fuego,
Alguien baja silbando, se desbarata el ronco mar.

A Fayad Jamís
Por poco olvidamos para siempre aquel primer encuentro.

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 9-11


Afortunadamente no ha sido así: por aquí andas
Todavía, entregando a un vejete aquel libro de carátula rizada
Y verde. Tienes cara de tomar en serio ese hecho,
Y por todas partes la provincia sopla en ti como en un acordeón.
Hay todavía a la puerta, entre olor de frituras y de mar,
Y gente que pasa voceando periódicos chorreados de noticias
Y un billetero cojo, y muchas otras cosas; hay todavía a la puerta,
Algo después, dos muchachos recelosos que hablan de poesía.
Creo que éramos muy jóvenes, pero no estoy seguro. Probablemente
Es ahora que somos jóvenes, y entonces teníamos mil años cada uno.
Tus mil años habían transcurrido entre pueblos que se espolvorean
En el mapa, y dejaban sabor a ómnibus, a guitarra, a hierba.
Pero los más tremendos iban a ser los próximos mil años.

9
Cuando siglos después, subí aquella escalera
De la calle Reina, lo supe así. Era en vano subir, porque no se subía
Hacia la luz. Aquella mentira verdadera era una vida
De poeta, y aquel camastro en que yacías, y aquellos libros
Echados entre zapatos, eran un cuarto de poeta.
Creo que has hablado
Bastante de las moscas, la escalera, el polvo, algún sillón, los amigos,
Así se hacía la poesía entonces. Pero era duro y lejano,
Y un día apareciste en París, desde luego.
En París
Te fui a ver entre lechugas y botellas vacías de vino,
Al fondo de no sé qué fondo, más atrás, a la derecha,
Doblando luego, encogiéndose, agachándose hasta pasar detrás
De lo más escondido, y luego, todavía un poco más atrás.
Allí te encontré, no sin antes esquivar unos cajones grandes como
/ abuelos.
Pero al fin llegué; o mejor, llegó mi abrigo y me arrastró.
Y volví a ver el camastro que te habías llevado a cuestas
Dios sabe cómo, a través del océano y calle Daguerre arriba.

Pero en realidad, mi querido Moro, me parece que todavía no habíamos


/ empezado a hablar.
Teníamos tantas cosas que callar, cada vez que íbamos a decirnos algo
Transcurrían muchos años, pasaba un vendedor de frutas,
Llegaba un policía o algo por el estilo. Y lo dejábamos para más ver.
Para menos oír.
Entonces llegó la Revolución.

Entonces llegó la Revolución. Y tuvimos tantas cosas que decirnos,


De repente, en torno a un viejo soldado muerto,
Mientras alguien leía sus antiguos poemas en la Universidad,
Junto al mar de Casablanca donde casi todo sucede,
Especialmente si hay estrellas en la noche.

Lo demás no es historia, no es memoria:


De aquella brújula pequeña y herbosa en la mano de un niño,
De aquel polvo, aquellos pasos en la penumbra semicerrada,
Claro que iba a levantarse esta guitarra limpia que hoy celebramos

10
Los amigos de ayer y sobre todo los amigos en el porvenir
Donde seguiremos cantando canciones bellas como las que soñamos
Hace doce años, a la puerta del caserón, entre olor a frituras
Y sabor marino y periódicos en los que en vano buscábamos entonces
Esas noticias que hoy florecen en las páginas ¿de los periódicos?,
/ ¿de los poemas?

A Roque Dalton
Roque Dalton, caramba,
La verdad es que no esperaba encontrarme tu poesía
En aquel montón, y de pronto
Empezaste a escupir y a reírte desvergonzadamente
De tantas cosas, y supe
Que allí estaba un poeta.
Luego fue entrando cada vez más,
Por puertas y ventanas, en aquel libro

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 11-12


Que los profesores pudibundos no van a poder
Enseñar a sus alumnos,
Y del que van a tener que sacar con cuidado
Los versos si es que quieren mostrarlos en las antologías.
(Cosa que, por lo demás, deben hacer
Para que los muchachos les tiren piedras después).
Da la impresión de que de tus poesías
Salen desbaratándose y manchando esas palabras que parecen tan
/ poderosas a los niños
(Aunque después averiguaremos melancólicos que son como las otras);
Palabras con las que uno esperó una pequeña fama en el barrio,
Y apenas lee ahora en los libros con que sustituimos el haber dejado de
/ ser niños.
Verdaderamente, me encontré muchas cosas en tu poesía.
Desde luego, había cárcel, había recuerdos, había insultos,

11
Había amores sobre la hierba como el del toro y la vaca,
Había muchachas fragantes y viejas menos fragantes.
Había amigos, había viajes,
Había la desdicha y el crimen, la estupidez y la cobardía,
Los tiranos y los tontos.
Y había la Revolución tal como la hacen los hombres (no los libros),
Llena de coraje y cosas, grande como un fuego, con odio a tus curas
Y con ganas de cobrársela de una vez para siempre
Al embajador americano.

Para qué te voy a decir otras cosas: en nuestra isla vienen bien
Estos desparpajos de puma borracho.
Ya ves cómo está listo nuestro aire para rajar el mundo.

La Habana, marzo-abril, 1962. c

Reunión del Comité de Colaboración de la revista Casa de las Américas en 1967. De izquierda a derecha: Ángel Rama,
Roque Dalton, Manuel Galich, RFR, Genoveva Daniel, Marcia Leiseca, Julio Cortázar y René Depestre.

12
Oyendo un disco de Benny Moré*
E s lo mismo de siempre:
¡Así que este hombre está muerto!
¡Así que esta voz
Delgada como el viento, hambrienta y huracanada
Como el viento,
es la voz de nadie!
¡Así que esta voz vive más que su hombre,
Y que ese hombre es ahora discos, retratos, lágrimas, un sombrero
Con alas voladoras enormes
–y un bastón!
¡Así que esas palabras echadas sobre la costa plateada de Varadero,
Hablando del amor largo, de la felicidad, del amor,
Y aquellas, únicas, para Santa Isabel de las Lajas,
De tremendo pueblerino en celo,
Y las de la vida, con el ojo fosforescente de la fiera ardiendo en la sombra,
Y las lágrimas mezcladas con cerveza junto al mar,
Y la carcajada que termina en punta, que termina en aullido, que termina
En qué cosa más grande, caballeros;
¡Así que esas palabras no volverán luego a la boca

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 13


Que hoy pertenece a un montón de animales innombrables
Y a la tenacidad de la basura!

A la verdad, ¿quién va a creerlo?


Nosotros mismos, con no ser más que nosotros mismos,
¿No estamos hablando ahora? c

* Publicado en Casa de las Américas, No. 22-23, enero-abril de 1964, p. 59.

13
ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

Fanon y la América Latina*

L
os condenados de la tierra1 no es el primer trabajo de
Frantz Fanon que aparece publicado en Cuba. En 1961, por
ejemplo, el libro Argelia, año 7 (La Habana, Editorial Van-
guardia Obrera), que debía a Fanon incluso el título, recogió,
entre otras colaboraciones, su ensayo «La familia argelina en
la revolución», proveniente de L’an V de la révolution algé‑
rienne (1959). Pero esta edición de ahora es la que lo ha dado
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 14-20

a conocer ampliamente entre nosotros.


Nacido a mediados de la década de 1920 en Martinica, Fanon
perteneció a la generación de hombres de los países subdesa-
rrollados que están cambiando el curso de la historia: Fidel
Castro, Ben Bella, Nasser (un poco mayor en edad), Lumumba,
asesinado por el imperialismo en sus primeros pasos políticos,
son algunos de sus nombres.2 Fanon, además, hijo de América,

1 Frantz Fanon: Los condenados de la tierra, pref. de Jean-Paul Sartre, trad.


de Julieta Campos, La Habana, Ediciones Venceremos, 1965.
2 De esta generación ha escrito el propio Fanon: «Cada generación, den-
tro de una relativa opacidad, tiene que descubrir su misión, cumplirla o
traicionarla. En los países subdesarrollados, las generaciones anteriores
han resistido la labor de erosión realizada por el colonialismo, y al mis-
* Publicado en Casa de las Américas, No. mo tiempo han preparado la maduración de las luchas actuales. Hay que
31, julio-agosto de 1965. abandonar la costumbre, ahora que estamos en el corazón del combate,

14
formado profesionalmente en Francia (fue médi- En el prólogo al libro, Sartre nos adelanta
co siquiatra) y enraizado por último en Argelia, que para Fanon «la verdadera cultura es la re-
con cuya revolución libertadora estuvo vinculado volución». Podría habernos dicho igualmente
hasta sus últimos días, es un ejemplo admirable de que la verdadera patria de un colonizado es una
ese hombre nuevo que, en el seno de los países co- colonia en revolución. Nuestras revoluciones son
loniales, se siente uno frente al enemigo común. una sola revolución, y por eso nuestros países,
No es el menos conmovedor de los pasajes de al parecer heterogéneos, forman una unidad.
su libro, aquel en que oímos decir a este hombre ¿Y cuáles son esos países nuestros? Indudable-
que en Europa sintió y analizó lúcidamente su mente, los que ahora llaman subdesarrollados o
condición de negro entre blancos:3 «Nosotros, del tercer mundo; los que Marx nombró alguna
los argelinos...» (175). He aquí una prueba de la vez «secundarios», y son conocidos, en general,
unidad de nuestro mundo. Por cierto que en la como las colonias. «El Tercer Mundo», dice
América Latina conocemos bien este préstamo
de grandes figuras de una tierra a otra, y es po- haría pública el 3 de octubre de ese año, ratifica dra-
sible que ningún otro país nuestro, a lo largo de máticamente lo que dije en aquellas líneas. Por otra
parte, el parentesco entre Fanon y el Che Guevara es
su historia, se haya beneficiado más con esto que considerable. No es extraño que Los condenados de la
la propia Cuba: el dominicano Máximo Gómez, tierra se publicara en Cuba a sugerencia del Che. La
que dirigió nuestras tropas contra España; el ve- cercanía de estos dos hombres abarca incluso aspectos
nezolano Carlos Aponte, que después de pelear profesionales: Fanon fue médico siquiatra, y el Che
en las filas de Sandino murió junto a Guiteras, es médico, y se sintió atraído a la medicina, según me
dijo, por las obras de Freud. Fanon adquirió una sólida
y el argentino Ernesto Che Guevara son solo formación cultural en Francia, y el Che, aunque más
algunos ejemplos.4 autodidacto, es buen conocedor de literaturas hispánicas
y francesa, y versado en varias disciplinas científicas.
Ha escrito versos, y escribe una excelente prosa. Pero
de reducir al mínimo la acción de nuestros padres o
ambos descubrieron la imposibilidad de aplicar mecá-
fingir incomprensión frente a su silencio o su pasividad.
nicamente formas europeas para interpretar y expresar a
Ellos lucharon como pudieron, con las armas que poseían
nuestros países, exaltaron la violencia y defendieron la
entonces, y si los ecos de su lucha no repercutieron en la
dolorosa especificidad de nuestro mundo. Para ello los
arena internacional, hay que ver la razón menos en la falta
ayudó el desplazamiento físico más allá de sus fronteras
de heroísmo que en una situación internacional funda-
nacionales, la certidumbre de pertenecer a una vasta
mentalmente diferente [...]. // Nuestra misión histórica,
comunidad de desheredados. Si Fanon va a identificarse
para nosotros que hemos tomado la decisión de romper
con un país africano que le permitirá comprender al
las riendas del colonialismo, es ordenar todas las rebel-
tercer mundo en su conjunto, el Che Guevara, después
días, todos los actos desesperados, todas las tentativas
de desempeñar una tarea de primer orden en la revolu-
abortadas y ahogadas en sangre» (Los condenados...,
ción latinoamericana, será impresionado vivamente por
pp. 190-191).
África, antes de partir hacia «otras tierras del mundo».
3 Frantz Fanon: Peau noire, masques blancs, París, Edi- Más completo aún que el martiniqueño, el argentino,
tions du Seuil, 1952. uno de los hombres más conmovedores y ejemplares
4 Este texto fue escrito a mediados de 1965, cuando de este siglo, ha podido estar, en la acción, a la altura
se ignoraba aún que el Che Guevara había salido de de su pensamiento, y todavía nos reserva sorpresas y
Cuba. La carta suya dirigida a Fidel Castro que este lecciones (Nota de agosto de 1966).

15
Sartre, «se descubre y expresa a través de esa gunda Guerra Mundial, y especialmente a partir
voz». Conviene poner en claro el sentido de ese de 1948, en que queda consolidado en Europa el
término que hace unos pocos años está en boga: conjunto de las democracias populares (lo que
tercer mundo. permite un fortalecimiento notable del socialis-
No hay demasiada claridad sobre esta expre- mo en el mundo, y una consiguiente debilitación
sión. Pero no cabe duda de que ha ido imponién- del capitalismo), lo más sobresaliente de la his-
dose, y ya que todos la usamos, necesitamos saber toria ha sido la obtención de la independencia
a qué atenernos a propósito de ella. En el que quizá por muchos de estos países subdesarrollados,
sea el libro más reciente sobre el tema, Le pillage pertenecientes pues al tercer mundo, y el paso
du tiers monde, (París, Maspero, 1965), su autor, de no pocos de ellos al socialismo: en 1949,
Pierre Jalée, después de expresar sus reparos al surge la República Popular China, e Indonesia se
término, nos da esta clasificación de los países independiza; en 1950 la India, y en 1953 Egip-
en la actualidad: to, se convierten en repúblicas; en 1954, tras la
magnífica victoria indochina de Dien Bien Phu,
Grupo de países socialistas: Unión Soviética, estalla la insurrección argelina.
democracias populares de Europa, compren- Para entonces, ya puede hacerse un primer
dida Yugoslavia, China, Mongolia, Corea del balance de la descolonización. Ese balance tiene
norte, Vietnam del norte, Cuba. lugar al año siguiente, 1955, en Bandung. No
Grupo de países capitalistas: cabe duda alguna: los pueblos de color entran
A) Zona del imperialismo: los Estados Unidos en escena. En 1956, el año del xx Congreso del
y Canadá, Europa excepto la Unión Soviética PCUS y de los sucesos de Budapest, Nasser na-
y las democracias populares, Japón, Israel, cionaliza el canal de Suez, fracasa la intervención
Australia y Nueva Zelandia. anglofrancesa, y Fidel Castro desembarca en
B) Tercer Mundo: América excepto los Esta- Cuba; en 1958, se constituye la RAU, se forma
dos Unidos, Canadá, y Cuba; África completa; el GPRA y Guinea se independiza; en 1959, la
Asia, excepto los países socialistas, Japón e Revolución Cubana llega al poder, y en 1960 el
Israel; Oceanía, excepto Australia y Nueva Congo obtiene su independencia, con Lumumba
Zelandia [12]. al frente. Se ha ido más lejos que cuando Ban-
dung: los tres continentes «atrasados», todas las
Naturalmente que esta clasificación, que por «razas» participan ya de la descolonización. A
lo menos tiene la virtud de existir y de ser clara, la luz de estos hechos, y especialmente de sus
es discutible: véase el propio caso de Cuba, por experiencias directas en la lucha independen-
mencionar un solo ejemplo, que, siendo un país tista argelina, Fanon escribe Los condenados
de gobierno marxista-leninista, participa en las de la tierra. Se trata de un nuevo balance del
reuniones de «países no alineados», junto a aque- proceso, donde se recogen y depuran las expe-
llos del tercer mundo que, a diferencia del resto riencias, y se incita a nuevas luchas. Aunque
de la América Latina, tienen políticas exteriores Argelia obtendría su independencia al año
independientes. Por otra parte, a partir de la Se- siguiente, sabemos que a partir del asesinato

16
de Lumumba, gran amigo de Fanon, en 1961, ble el caso de Cuba. El libro, sin embargo, está
el imperialismo ha recrudecido los medios a escrito desde una perspectiva anterior a Girón y
su alcance para intentar (vanamente) frenar la a la declaración por Fidel del carácter socialista
descolonización: los nuevos acontecimientos de nuestra Revolución. (Solo una nota al pie,
en el Congo, Vietnam y Santo Domingo son en la página 92, parece haberse hecho después
un índice claro de ello. Pero ya esto escapa a de esos acontecimientos). En cualquier caso, su
la visión de Fanon, muerto de leucemia hace muerte prematura impidió a Fanon ratificar, en
cuatro años, a raíz de aparecido su libro.5 el caso de Cuba, en qué forma un país del tercer
El primer capítulo, «La violencia», es también mundo, al acometer su revolución radical, ve
el más importante: aquel que expone y sustenta cómo esa revolución es socialista, sin por ello
la tesis central del libro. La descolonización solo perder, antes al contrario, su fuerza de creación
puede obtenerse por la violencia, «la partera de y originalidad.
la historia». En el ejercicio de esa violencia, Sin duda en este capítulo –y en el siguiente,
el colonizado se hace otro, un hombre nuevo. «Grandeza y debilidad del espontaneísmo»,
Por otra parte, ese proceso debe realizarse to- que es su complemento– encontramos no pocas
mando en consideración los rasgos específicos observaciones válidas para nosotros los lati-
de los países del tercer mundo, sin apresurarse noamericanos, pues aunque el libro se dirige de
a aceptar fórmulas válidas para otras zonas. preferencia a los pueblos africanos, contempla
Fanon llega a afirmar: «los análisis marxistas el horizonte general de nuestros países todos,
deben modificarse ligeramente siempre que se con problemas comunes en no pocos puntos.
aborda el sistema colonial». El propio Lenin Cuando Fanon nos habla del papel radical del
había dicho que lo más esencial del marxismo, campesinado, de las guerrillas, del surgimiento
el alma viviente del marxismo, era el análisis de nuevas organizaciones revolucionarias, con
concreto de las situaciones concretas. No es pues cuadros que se reducan en la lucha campesina,
sorprendente lo que propone Fanon. Pero a él le ¿cómo no pensar en nuestras tierras? ¿Cómo
interesa subrayar, dramáticamente, la necesidad no sentirnos involucrados cuando Fanon nos
que tenemos de arribar a soluciones propias, de recuerda, con vehemencia, algo que Marx ya
pensar con nuestra cabeza, de ser originales no había señalado en El capital: que el mundo de-
por prurito de novedad, sino por fidelidad. Para sarrollado se ha hecho gracias a nosotros, sobre
que ello no sea confundido en forma alguna –y nosotros? Marx escribió:
no es esa intención de Fanon, como lo reitera
Sartre en su prólogo– con la defensa de una El descubrimiento de los yacimientos de oro
ilusoria «tercera vía», sirve de ejemplo admira- y plata de América, la cruzada de exterminio,
esclavización y sepultura en las minas de la
población aborigen, el comienzo de la con-
5 Véase una cálida evocación de los últimos días de Fanon,
y en general de varios contactos con él, en el último tomo
quista y el saqueo de las Indias Orientales, la
de las memorias de Simone de Beauvoir: La force des conversión del continente africano en cazade-
choses, París, Gallimard, 1963, pp. 619-624, 633-635. ro de esclavos negros: son todos hechos que

17
señalan los albores de la era de producción excepción. Confesemos que es una dura prueba,
capitalista. Estos procesos idílicos represen- pero, a la vez, que solo así contribuiremos a
tan otros tantos factores fundamentales en el evitar males de otros, y también a entendernos
movimiento de la acumulación originaria [Ed. a nosotros mismos. Es un ejercicio de humil-
cubana, La Habana, 1962, I, p. 688]. dad; también de autoconocimiento. Oigamos
a Fanon en el capítulo tercero, «Desventuras
Fanon corrobora hoy: de la conciencia nacional». Como para él «en
los países subdesarrollados la etapa burguesa
Europa [y, desde luego, también los Estados es imposible», nuestros países le sirven para
Unidos] se ha inflado de manera desmesu- mostrar (casi pudiéramos decir que experimen‑
rada con el oro y las materias primas de los talmente), sobre todo a África, para qué sirve
países coloniales: América Latina, China, nuestra viceburguesía:
África. De todos estos continentes, frente
a los cuales la Europa de hoy eleva su torre La burguesía nacional organiza centros de
opulenta, parten desde hace siglos hacia esa descanso y recreo, curas de placer para la
misma Europa los diamantes y el petróleo, burguesía occidental. Esta actividad tomará
la seda y el algodón, las maderas y los pro- el nombre de turismo y se asimilará circuns-
ductos exóticos. Europa es, literalmente, la tancialmente a una industria nacional. Si se
creación del tercer mundo [96]. quiere una prueba de esta eventual transfor-
mación de la burguesía excolonial en organi-
El juicio, pues, sobre lo que nosotros somos zadora de fiestas para la burguesía occidental,
capaces de provocar en belleza y esplendor, vale la pena evocar lo que ha pasado en la
podemos anticiparlo desde ahora en Europa y América Latina. Los casinos de La Habana,
los Estados Unidos; y al revés: el juicio sobre de México, las playas de Río, las jovencitas
los crímenes y las devastaciones del capitalismo brasileñas o mexicanas, las mestizas de trece
debe hacerse, sobre todo, aquí: no en Europa, años [142-143].
sino en el Congo; no en los Estados Unidos, sino
en Vietnam. Solo el tercer mundo conoce en toda ¿Pero no han tenido nuestros países gobiernos,
su integridad el horror del capitalismo. De ahí su delegados internacionales, banderas, himnos,
carácter de encrucijada esencial de nuestros días. escudos, ejércitos?
Pero a nosotros los latinoamericanos el libro
no solo nos ofrece meditaciones de esta natura- La América Latina, formada por países inde-
leza, válidas para toda la comunidad de pueblos pendientes con representaciones en la Onu y
subdesarrollados, y la misma certidumbre de con moneda propia, debería constituir una lec-
que esa comunidad existe, sino además nos ción para África. Esas antiguas colonias, desde
invita a ofrecer nuestra historia inmediata a los su liberación, sufren en medio del terror y las
demás países del tercer mundo como ejemplo privaciones la ley de bronce del capitalismo
de desbarajuste y fracaso, con alguna que otra occidental [92, n.].

18
Y en los gobiernos que hemos contraído, países laterales: «El pueblo cubano sufrirá, pero
¿qué pueden aprender los países curiosamente vencerá [...]. También los Estados Unidos van a
llamados nuevos? retroceder un día, quizá ante la voluntad de los
pueblos. Ese día lo festejaremos, porque será
Lo mismo que la burguesía nacional esca- un día decisivo para los hombres y mujeres del
motea su etapa de construcción para entre- mundo entero» (92, n.).
garse al disfrute, en el plano institucional En cierta forma, el libro de Fanon, en su as-
salva la etapa parlamentaria y escoge una pecto más estructurado al menos, concluye con
dictadura de tipo nacional socialista. Ahora este tercer capítulo. Y, sin embargo, los otros dos
sabemos que esa caricatura de fascismo capítulos de que también consta distan mucho
que ha triunfado durante medio siglo en la de ser meros añadidos: uno («Sobre la cultura
América Latina es el resultado dialéctico nacional») es una comunicación dirigida al Se-
del estado semicolonial de la etapa de in- gundo Congreso de Escritores y Artistas Negros,
dependencia [159]. Roma, 1959;6 otro («Guerra colonial y trastornos
mentales»), es un conjunto de hojas clínicas en
En otras palabras: a los ojos de Fanon, la que se nos da a conocer una serie de alteraciones
América Latina ha resultado un conejillo de síquicas provocadas por la guerra. En este últi-
Indias para las otras regiones subdesarrolladas. mo, el siquiatra que nunca dejó de ser Fanon nos
En nuestras vacunas pueden ellas contemplar ofrece in vivo la prueba de cómo el sicoanálisis,
qué les ocurrirá si persisten en aspirar a una im- al margen de sus aberraciones evitables, es fértil,
posible etapa burguesa, realizable en el siglo xix desde una perspectiva marxista, para la compren-
para los países en vías de desarrollo; entre los sión y curación de numerosos casos. Más allá
cuales, por cierto, no se encontraba España, y de la polémica, que puede hacerse bizantina, en
menos aún sus desprendimientos ultramarinos. torno a la sobrevivencia parcial del freudismo a
Para esos países, como lo había anunciado ya la luz del pensamiento marxista, Fanon ofrece
nuestro Mariátegui, solo una solución es posi- aquí ejemplos, experiencias.
ble hoy. En su prólogo, la resume así Sartre: En el capítulo «Sobre la cultura nacional» no
«Fanon explica a sus hermanos de África, de podemos entrar sin que de nuevo América nos
Asia, de la América Latina: realizaremos todos dé en la cara. Esta vez, no necesariamente por-
juntos y en todas partes el socialismo revolu- que ella nos sea nombrada, como en el capítulo
cionario, o seremos derrotados uno a uno por
nuestros antiguos tiranos» (15). Es natural que, 6 Es interesante confrontar esta con su intervención en el
a partir de este criterio, Fanon se refiera de Primer Congreso, París, 1956, que ha sido publicada con
modo especial a la Revolución Cubana, como el nombre «Racismo y cultura» en su libro póstumo Pour
la révolution africaine (écrits politiques), París, Maspe-
aquel movimiento que significa para nuestro
ro, 1964. Este libro, que contiene varios trabajos suyos
Continente la salida del criptocoloniaje en que escritos durante la guerra argelina y publicados la mayor
hemos sido situados, hermanándose por ello al parte en periódicos, es un importante complemento de
vasto movimiento de descolonización de los Los condenados... (Hay edición cubana. Nota de 1967).

19
tres; sino porque esa anhelante búsqueda de los latinoamericanos es la de la mayoría de los
nuestro ser nacional ha sido un tema obligado pueblos de la periferia. Por primera vez, desde
para nuestros escritores durante todo el siglo xx hace más de trescientos años, hemos dejado
(Ariel, de Rodó, es de 1900; Lima, la horrible, de de ser materia inerte sobre la que se ejerce la
Salazar Bondy, de 1963), y buena parte del xix. voluntad de los poderosos», 172); y Martínez
Con razón dice Fanon: Estrada, en la que acaso fue la última página
que escribió («Prólogo inútil» a su Antología,
Ha podido sorprender la pasión dedicada por México, 1964), reconoce que tuvo oscura con-
los intelectuales colonizados a defender la ciencia de este hecho, y menciona incluso a
existencia de una cultura nacional. Pero los Fanon, coincidiendo a posteriori con él.
que condenan esa pasión exacerbada olvidan Desborda ya los límites de esta nota insistir
singularmente que su mentalidad, su yo se en las agudas observaciones de Fanon sobre este
abrigan cómodamente tras una cultura fran- punto: su análisis de la «negritud»; su justa ubi-
cesa o alemana que ya ha sido demostrada y cación del folclor («la cultura nacional no es el
que nadie pone en duda [193]. folclor donde un populismo abstracto ha creído
descubrir la verdad del pueblo»), y, sobre todo,
Cuando leemos, además: «Esta búsqueda su síntesis de la verdadera cultura nacional: «La
apasionada de una cultura nacional más allá de cultura nacional es el conjunto de los esfuerzos
la etapa colonial se legitima por la preocupación hechos por un pueblo en el plano del pensamien-
que comparten los intelectuales colonizados to para describir, justificar y cantar la acción a
para fijar distancias en relación con la cultura través de la cual el pueblo se ha constituido y
occidental en la que corren el peligro de su- mantenido» (215). Y también: «Creemos que la
mergirse», tenemos presentes esas obras que, lucha organizada y conciente emprendida por un
como las de Martínez Estrada (Radiografía de pueblo colonizado para restablecer la soberanía
la pampa, 1933), u Octavio Paz (El laberinto de la nación constituye la manifestación más
de la soledad, 1950), al mismo tiempo que fijar plenamente cultural que existe» (226). ¿Cómo
esas distancias y subrayar lo específico de sus no recordar la figura y la obra de José Martí?
países respectivos, han abordado (sobre todo En otro lugar he intentado demostrar que solo
Martínez Estrada) la denuncia de las deforma- situándolo en el contexto de lo que iba a llamarse
ciones de esos países. Tales deformaciones, e tercer mundo podemos entender plenamente el
incluso sus mismas peculiaridades, no podían sentido de la tarea y el pensamiento de Martí.
encontrar explicación suficiente sino a partir de Con este libro de Fanon se nos ratifica que lo
ese hecho que Fanon desliza en su observación: que en tierras de América pensó e hizo aquel
los meditadores son «intelectuales coloniza- hombre mayor, encuentra comprobación y con-
dos». Por ello Paz, en la segunda edición de su tinuidad en áreas más dilatadas. Ahora, Fanon
libro (1960), añade un capítulo en que considera tiene muchas cosas que enseñarnos a nosotros
a los países subdesarrollados («La situación de los latinoamericanos. c

20
Hacia una intelectualidad
revolucionaria en Cuba*

Q uiero aprovechar esta ocasión para ordenar opiniones


que durante años he expuesto sobre este asunto en tra-
bajos anteriores. El posible (y casi imposible) lector que
estuviera familiarizado con ellos, se encontrará pues, en estas
notas, con algunos criterios conocidos, aunque sobre todo con
relaboraciones. En todo caso, no me resigno a sucumbir a las
citas propias, pareciéndome mucho más saludable la norma de
Alfonso Reyes: Prefiero repetirme a citarme.1

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 21-36


Cultura. Intelectuales. Generaciones
Quizá no esté de más entendernos de entrada sobre los términos.
«Cultura» e «intelectuales» son términos que voy a emplear

1 Por una sola vez mencionaré varios de esos trabajos. Algo se encontrará
en La poesía contemporánea en Cuba, 1927‑1953, La Habana, 1954, y
sobre todo en Papelería, La Habana, 1962, y «Martí en su (tercer) mundo»,
Cuba Socialista, No. 41, enero de 1965. En varios momentos he intentado
un balance de la creación artística durante la Revolución; por ejemplo, en
Marcha (26 de enero de 1962), y en «La Cultura en México», Siempre! (8
de agosto de 1962). No es esto lo que intento ahora, aunque me valga de
ideas expresadas allí, y en varias encuestas, sobre todo la que Carlos Núñez
publicó simultáneamente en Marcha y en Casa de las Américas (No. 35,
* Publicado en Casa de las Américas, marzo‑abril de 1966) sobre «El papel del intelectual en los movimientos
No. 40, enero-febrero de 1967, pp. 4-18. de liberación nacional».

21
en el sentido restringido con que corren habi- han empezado a dar muestras valiosas de su tra-
tualmente, aunque sepa que con ello limito sus bajo. Esas generaciones son, una, la «generación
acepciones posibles. No proceder así, me obli- vanguardista», la de los hombres de sesenta años;
garía a escribir otro trabajo. Aunque «cultura» otra, la «generación de entrerrevoluciones», que
es toda la creación de una comunidad humana, madura entre la fracasada revolución de 1933 y
aquí voy a referirme a ella sobre todo en relación el acceso al poder de la actual revolución, en 1959;
con la literatura, las artes y el pensamiento. No y, por último, la «primera generación de la re-
es prescindible, sin embargo, la otra acepción, volución», que madurará en el proceso de esta.
especialmente en nuestro país, de modo que Los más precoces entre quienes están surgiendo
más de una vez habrán de interferirse ambos ahora («segunda generación de la revolución»)
campos. «Intelectuales», por su parte, no son coinciden en no pocos puntos con esa generación
solo, como Gramsci ha hecho ver con claridad, última, de modo que muchos de estos comen-
los escritores, artistas y pensadores, sino muchos tarios también los aludirán,2 aunque habrá que
otros, incluyendo por cierto a los políticos. Pero esperar, por supuesto, a los años venideros para
aquí voy a utilizar la palabra en el sentido habi- conocer el desarrollo y sentido de su obra.
tual, aunque no pueda olvidarse esa ampliación Es sabido que a esta división en estratos cro-
o restitución semántica, que por otra parte se nológicos hay que añadir la rajadura vertical de
aviene con los problemas de una sociedad que las posiciones clasistas (no hablo de origen, sino
carece de cuadros suficientes, y requiere que de actitud de clase, pues todavía el origen de la
prácticamente todos los que hayan rebasado la mayoría de los intelectuales cubanos es peque-
enseñanza primaria desempeñen variadas tareas ñoburgués). Así, en la generación vanguardista,
de servicio. Por último, los problemas abordados por ejemplo, Marinello representará la vertiente
aquí afectan sobre todo a los hombres y mujeres revolucionaria, y Mañach la conservadora; se-
cuyo desarrollo intelectual coincide con el de la paración que en la generación siguiente podría
revolución triunfante. Pero no es posible dejar verse encarnada en Carlos Rafael Rodríguez y
de aludir a la presencia de otros, aunque, por Humberto Piñera. Esta división es evidente, e
encontrarse ya formados al llegar la revolución impide todo excesivo enamoramiento con las
al poder, su repertorio de problemas no coin- determinaciones provocadas por las generacio-
cide necesariamente con el que aquí comento. nes. Pero no es menos cierto que un hombre o
Ofrezco pues, en primer lugar, un breve esquema
generacional de este momento cubano: por su- 2 En un artículo sobre el tema («Generaciones y revo-
puesto que sin el menor fanatismo por tema tan lución. Meditación inconclusa sobre un problema»,
vapuleado como el de las generaciones. El Caimán Barbudo, No. 6, 1966), el joven ensayista
En Cuba hay tres generaciones bien visibles, Ricardo Jorge Machado coincide en señalar este acerca-
flanqueadas por los sobrevivientes de una mayor, miento entre los hombres que, en dos oleadas, madurarán
con la revolución: «Estas dos últimas generaciones», ha
de ancianos –el más prestigioso de los cuales es escrito Machado, «han sellado una profunda alianza y
Fernando Ortiz, nuestra primera figura intelec- su identificación espiritual es tal que apenas es posible
tual–, y los jóvenes en vías de formación, que ya encontrar diferencias entre sus puntos de vista» (14).

22
una mujer que tuviera cerca de cincuenta años temas, muchas de sus preocupaciones vuelven
en 1959, no puede haber vivido el proceso revo- a ser asumidos en nuestros días, comenzando por
lucionario como la experiencia formadora que el propio marxismo. Es evidente el nuevo interés
ha sido para quienes entonces andaban, como que ha cobrado la presencia de lo negro en nues-
promedio, entre los veinte y los treinta años. tro país, interés que hizo eclosión con aquellos
En estos, y desde su perspectiva, pienso en las hombres. También ellos se preocuparon por la
notas que siguen. unidad del Continente nuestro, por nuestro ca-
rácter colonial, así como por lo que entonces se
Generación vanguardista llamó, bastante candorosamente, «lo nacional y
lo universal», todo lo cual se tradujo en un arte
Los hombres y mujeres de sesenta años, los de la de voluntad nacional, genuina. Naturalmente
generación que surge alrededor de 1925, están hoy, que estas preocupaciones, al ser retomadas, lo
o muertos (Martínez Villena, Mañach, Ballagas, son ahora, por así decir, a un nivel más alto de
Roldán, Caturla, De la Torriente, Enríquez, Abela) la espiral. El marxismo, que después de la Revo-
o exiliados (unos pocos importantes, como lución de Octubre y los sustanciales aportes de
Novás Calvo, Montenegro, Lydia Cabrera) o Lenin apenas había progresado (con excepciones
consagrados (Carpentier, Guillén, Dulce María como Mao, Gramsci y Lukács), ha reverdecido,
Loynaz, Labrador Ruiz, Lam, Amelia Peláez). con el francotirador Sartre, Althusser, Della Vol-
En cualquier caso, su participación activa en la pe, Luporini, Fischer, Kosik. La preocupación
vida cubana actual, salvo excepciones, es escasa. por lo negro, la unidad continental, el carácter
Entre esas excepciones, además de a varios de colonial son ahora aspectos de nuestras preocu-
los últimos, cabe destacar a Juan Marinello y paciones como país subdesarrollado: la asunción
Raúl Roa. Pero es claro que esa generación ha de este hecho, en relación con el marxismo, ha
desempeñado un papel de pórtico. Es justo que ido engendrando en el planeta un pensamiento
se la considere como introductora de la van- propio del tercer mundo: Fidel, Che, Fanon. En
guardia. (Buena parte de ella se nucleó en torno vez de «lo nacional y lo universal», hablamos
al órgano de la vanguardia en Cuba, la Revista ahora de «el subdesarrollo y el pleno desarrollo».
de Avance [1927‑1930]). En ella surge la nue- Términos que, por otra parte, también pueden
va música, que inauguraron Amadeo Roldán y convertirse en retóricos.
Alejandro García Caturla volviéndose hacia los
aportes negros; en ella, la nueva pintura, con el Generación de entrerrevoluciones
pionero Víctor Manuel a la cabeza; e incluso
el nuevo pensamiento revolucionario, con la in- La generación que empieza a darse a conocer
serción del marxismo en la historia cubana, que algo antes de 1940, «generación de entrerre-
arranca concretamente de Julio Antonio Mella voluciones», es una de las más asfixiadas de
(uno de los fundadores, en 1925, del primer nuestra historia. Se abre a la vida entre los
partido comunista de Cuba) y Rubén Martínez rescoldos de la abortada revolución de 1933,
Villena. Es interesante ver cómo muchos de sus cuyas frustraciones van a ser su aire cotidiano,

23
y será ya madura para cambiar cuando un grupo volucionarias. En el grupo de Orígenes el interés
de jóvenes lleve la revolución al poder en 1959. por lo negro se evapora. La atención hacia lo
En ella hay que distinguir un grupo que mantie- continental se fragmenta, y «lo cubano» parece
ne vivo el pensamiento marxista: José Antonio desmesurarse. Crecen la intimidad y los «inte-
Portuondo, Mirta Aguirre, Julio Le Riverend, riores» (véase la excelente pintura de interiores
Carlos Rafael Rodríguez, Juan Pérez de la Riva. que debemos por ejemplo a Portocarrero). Es una
Son investigadores más que creadores. Cerca de actitud de repliegue, una búsqueda angustiosa
ellos debe mencionarse a escritores como los de los últimos destellos de una sensibilidad que
narradores Dora Alonso y Onelio Jorge Cardoso en la Isla había conocido su momento de fuerza en
y el dramaturgo Carlos Felipe; y, suelto y origi- el siglo xix. Pues este grupo no representa ya el
nal, al creciente Samuel Feijoo. Pero el cuerpo estado de espíritu de la burguesía cubana de su
más visible de los creadores de la generación se momento –burguesía entonces desarraigada,
centra en la poesía, y se expresa en revistas como presa en los módulos estadunidenses de vida–,
Orígenes (1944‑1956), de singular relevancia. sino de la que, con un sentido nacional, brilló
Ellos trasmitirán a los más jóvenes, desde sus en el siglo pasado. Como, al mismo tiempo, no
posiciones literarias rectoras, el desasimiento se resigna a la mera repetición de formas, se da
político. Mientras otros escritores se exilian o se a un curioso universalismo imaginario. La ima-
dan a actividades como el periodismo y la radio, ginación está obligada a suplir lo que la historia
ellos persisten en una tarea obstinada, de con- misma no puede entregar. La creación se mueve
fianza, ya que no en la historia presente, en los entre la nostalgia de un pasado armonioso (Eliseo
valores espirituales, que acaban confundiéndose Diego), la visión grotesca de un presente absurdo
con las esencias secretas3 del país, destartalado (Virgilio Piñera) y el frenesí de la imaginación
en casi todos los órdenes. Su ideario encarnará en (José Lezama Lima). Por su actitud religiosa,
el libro Lo cubano en la poesía (1958), del mejor varios de estos escritores recuerdan a los que
crítico de poesía de estos años, Cintio Vitier. en la Rusia de entrerrevoluciones (1905‑1917)
Si repasamos el repertorio de temas de la an- fueron llamados «los buscadores de Dios», y que
terior generación, veremos qué pocos atrajeron a influirían en su momento sobre el propio Gorki.
esta. Fuera de aportes como los de la importante La racionalización triunfa sobre el razonamiento,
revista Dialéctica (1942‑1947), es escaso el la ideología sobre la ciencia. El costado positivo
desarrollo del marxismo, que en lo internacional de esta tarea, sin embargo, es digno de señalarse:
está conociendo los estragos de lo que luego por ejemplo, la salida del pintoresquismo, que
se llamará el «culto a la personalidad», y en el había sido la trampa que acechaba a la genera-
interior el decaimiento de las posibilidades re- ción anterior y en la que sucumbirían los débiles
de esta. Artistas como Portocarrero o Mariano;
poetas como Lezama, Baquero, Vitier, Diego o
3 Ver el notable ensayo de María Zambrano «La Cuba
secreta», Orígenes, No. 20, invierno, 1948, que
García Marruz; dramaturgos como Piñera re-
comenta la antología de Cintio Vitier Diez poetas presentan un considerable enseriamiento en el
cubanos 1937‑1947 (1948). trabajo expresivo de la Isla.

24
La contrapartida de esta actitud en otros ór- Fidel Castro realiza la acción homóloga de
denes es menos feliz. A pensadores marxistas aquellas –que esta vez sí logrará desencadenar
no bastante formados, pero con vislumbres la revolución–, al atacar el cuartel Moncada, en
magníficas, como Mella y Martínez Villena; e Santiago de Cuba. En aquellas acciones de 1923,
incluso a francotiradores conservadores pero tuvieron participación destacada los intelectua-
inteligentes, como Mañach (véanse Indagación les. No ocurriría otro tanto en esta de ahora. En
del choteo, 1928, y Martí, el Apóstol, 1933), que el proceso insurreccional reabierto en 1956, y
comprendían que su pensamiento o abordaba que conduciría a la toma del poder político al
nuestros problemas o no pasaba de una especu- romper el año 1959, la participación de los in-
lación hueca, sucede el equipo mediocre de la telectuales coetáneos de los dirigentes políticos
Revista Cubana de Filosofía. Si aquellos no eran fue escasa. Aunque los de más claridad política
filósofos, pero sí pensadores –de acuerdo con el se nuclearon en la sociedad Nuestro Tiempo –que
útil distingo de Gaos–, estos no serán ni filósofos fue un centro de actividades culturales y no de
ni pensadores, sino pedantes enseñadores de filo- creación–, y a pesar de contribuciones persona-
sofía. Con su mera repetición de temas que tenían les a la insurrección, el desaliento e incluso el
cierta vigencia en otras circunstancias, represen- despego político que se habían entronizado en
taron, con pocas excepciones, la vaciedad de este la parte más visible de la anterior generación si-
momento. En vano buscaríamos entre ellos algo guieron cundiendo.4 No podría decirse, además,
comparable a la Teoría del hombre, del argentino que hubiera mejorado la situación intelectual del
Francisco Romero, o a los trabajos del mexicano movimiento marxista internacional, mientras
Leopoldo Zea. Probablemente no es un azar que que el macartismo ganaba terreno en muchos
este haya sido el único equipo intelectual de esta órdenes. La podredumbre del país era mayor
generación que abandonaría el país después del que nunca antes en su historia. Esa podredum-
triunfo revolucionario. Algunos de ellos –caso bre la encarnaba la tiranía de Fulgencio Batista,
excepcional entre los intelectuales cubanos–, la auspiciaban con plena conciencia el sistema
incluso habían llegado a encontrar conciliables sus imperante en los Estados Unidos y sus secuaces
pretensas vocaciones filosóficas con el régimen locales, que habían hecho de Cuba el lupanar del
tiránico de Batista. Caribe (los periódicos norteamericanos procla-
maban en 1958: «Visit Havana, the Las Vegas of
Primera generación de la Revolución the Caribbean»), y generaba una actitud de lucha

En 1923 han tenido lugar en Cuba la Protesta 4 Para decirlo en palabras de Lisandro Otero, «algunos
de los Trece, capitaneada por Rubén Martínez escritores, los menos, participamos en mayor o menor
Villena (en la que un grupo de escritores jóvenes medida en la resistencia clandestina urbana. Ninguno
expresó su repudio a un gobierno corrompido), llegó a destacarse en las guerrillas rurales que luego
tuvieron un decisivo papel en el rumbo tomado». So-
y el intento de Reforma Universitaria, con Julio bre varios puntos tratados aquí, ver de L.O.: «Cuba:
Antonio Mella a su frente. Treinta años (o dos literatura y revolución», «La Cultura en México»,
generaciones) después, el 26 de julio de 1953, Siempre!, 15 de junio de 1966.

25
violenta entre los más aguerridos y alertados tiene Fidel Castro cuando ataca el Moncada. Que
políticamente, y una actitud de rechazo incluso está dotado de extraordinaria claridad política en
entre los intelectuales de menos participación sus propósitos, lo demuestra su impresionante
política. Se incrementa así entre estos un des- alegato La historia me absolverá. Pero previa-
tierro voluntario que los llevaría a Nueva York, mente no ha considerado necesario realizar nada
a París, a Madrid, a Roma. Por descontado, se comparable a la crítica de Mella sobre Acosta,
trataba de intelectuales de procedencia burguesa al diálogo con los intelectuales coetáneos. En-
o pequeñoburguesa. La clase obrera y el cam- tre esos coetáneos, por otra parte, no existe un
pesinado difícilmente podían dar de sí una zona Martínez Villena; iba a escribir: ni una Revista de
intelectual, sumidas como se hallaban en estado Avance, pero esto último no sería justo: la edad
de analfabetismo total o parcial. Mientras tanto, promedio de los editores de la Revista de Avance
según ha descrito el Che Guevara, se va gestando al comenzar a publicarse era más o menos la edad
una verdadera vanguardia del país en las mon- que teníamos nosotros al llegar la Revolución al
tañas.5 No es cuestión de presentar ahora como poder, en 1959. Al decir «nosotros», pienso en
idílicas las relaciones entre los intelectuales quienes en esa fecha no llegábamos a los treinta
políticos y los otros intelectuales en la genera- años. Así como aquella es llamada por muchos
ción «vanguardista» (¿es que lo han sido alguna generación de la vanguardia o de la revolución
vez?): que no fueron idílicas, lo demuestran el antimachadista, no veo de qué otra manera
ensayo de Julio Antonio Mella sobre Agustín podría ser llamada la nuestra que «primera ge-
Acosta, o las actitudes y polémicas de Rubén neración de la revolución», pero entendiendo
Martínez Villena una vez que se convirtió en di- esta a partir de 1959. Pues si para la vanguardia
rigente político. Este último, en 1927, el mismo política la revolución comienza en 1953, con el
año en que aparece la Revista de Avance, dirige ataque al Cuartel Moncada, y adquiere nuevo
la revista América Libre, de sesgo enteramente impulso en 1956, con el desembarco del Granma
político. Pero sea como fuere, hubo relaciones: lo y el ascenso a la Sierra Maestra –y durante esos
atestiguan la Protesta de los Trece o el Grupo Mi- años se va forjando esa vanguardia–, es a partir
norista, cuya «Declaración» programática (que de 1959, es decir, a partir del momento en que la
fue también el canto de cisne del Minorismo) Revolución está en el poder, cuando la vanguardia
redactó en 1927 Martínez Villena. En general, intelectual recibe una verdadera conmoción que la
ese no fue exactamente nuestro caso. Mella tiene hace madurar, le va dando su fisonomía histórica.
veintiséis años cuando es asesinado. Esa edad De entrada, un hecho es evidente: en relación
con la vanguardia política, esta vanguardia inte‑
5 Ernesto Che Guevara: El socialismo y el hombre en lectual quedó retrasada. No desempeñó siquiera
Cuba, La Habana, 1965. Se trata de la carta abierta que el papel de los futuristas rusos en relación con los
el Che enviara a Carlos Quijano, el director de Marcha.
acontecimientos de octubre de 1917. Por supues-
Sobre la construcción de esta vanguardia en el proceso
insurreccional de un país subdesarrollado, ver también to que en esto hay responsabilidades personales,
la intervención de Amílcar Cabral en la Conferencia que no hay por qué soslayar; pero que tampoco
Tricontinental. hay que abultar, olvidando que los hombres

26
hacen su historia, pero dentro de condiciones Por tanto, no es en un medio tenso por la
que ellos no han hecho. La intelligentsia rusa espera de la revolución, sino en un medio lleno
estaba cargada de inquietud revolucionaria mu- de escepticismo y despego (escepticismo y des-
cho antes de que los futuristas empezaran a salir pego traducidos en la difícil vida intelectual), en
a la calle con blusas amarillas. Desde el último el que Fidel Castro va a desencadenar una de las
cuarto del siglo xix, se sabe que el centro de la más profundas revoluciones de la historia, con su
revolución europea se ha desplazado a Rusia. asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.
Voy a mencionar dos ejemplos curiosos, entre Su apoyatura intelectual no va a recibirla de
los numerosísimos que pueden aducirse, de la pensadores inmediatos a él, sino de José Martí.
conciencia que se tenía, desde nuestra lengua, Y esto, que hoy nos parece lo más natural del
de esto: uno es el libro, injustamente olvidado, mundo, esto solo, el saltar por encima de la
de Emilia Pardo Bazán La novela y la revolución mediocridad ambiente e ir a entroncar de modo
en Rusia, que data de 1885; otro, las numerosas vivo con el único gran pensamiento original que
anotaciones que sobre el hecho ha dejado, en se había engendrado en esta tierra, ya era una
sus cuadernos de apuntes y fragmentos, José definición. También en la manera de conducir la
Martí, y que, a pesar de su importancia, no han lucha militar, a partir de 1956, lo veremos pres-
sido, que yo sepa, estudiados separadamente. cindir de las tácticas que una y otra vez habían
Pues bien: ese desplazamiento a Rusia de la demostrado su inutilidad durante la República
posibilidad revolucionaria, esa espera de la re‑ mediatizada, y hacer renacer entre nosotros la
volución, del gran vuelco, está presente, aunque guerrilla de los mambises. Después de todo, no
con altibajos, en la vida intelectual rusa durante es tan sorprendente que Fidel haya sobrepasado
varias generaciones, y será expresada dramáti- a los intelectuales cubanos, quienes vivían bien
camente, llegada la revolución, no solo por los confundidos y desesperanzados en esta tierra,
marxistas y por los futuristas, sino incluso por cuando a los políticos más avezados (pienso
un simbolista religioso con Alexandr Blok, en en la izquierda, por supuesto) también los sor-
sus sobrecogedores poemas «Los doce» y «Los prendió y sobrepasó. En un orden como en otro
escitas». No era equivalente la vida intelectual –aquí es el momento de recordar de nuevo que
cubana del cuarto de siglo anterior a 1959. No el político es un intelectual, y que solo conven-
me refiero solo a densidad intelectual, que haría cionalmente es dable separar estas tareas– puso
grotesco el paralelo, sino a tensión esperanzada. el dedo en la llaga.
Desde que en enero de 1934 un fugaz gobierno Pero sea como fuere, es lo cierto que, a los ojos
revolucionario es derrocado por Batista, y más de la revolución, como lo han expresado Fidel
aún desde que en 1935 este hace asesinar a An- y el Che, los intelectuales teníamos que recupe-
tonio Guiteras, alma de aquel gobierno, el país rar el tiempo perdido, recuperarnos a nosotros
vivirá –también con altibajos, desde luego– de mismos, hacernos intelectuales de la revolución
la desesperanza y la desilusión. Esa es la acti- en la revolución. Y esto debía ocurrir en una re-
tud que reflejan los «buscadores de Dios» de la volución que ya era poder. Así como el partido
revista Orígenes. iba a ser constituido después de ser la revolución

27
gobierno –mientras que, habitualmente, una algunos se han revelado simples juicios, como
de las metas de un partido revolucionario es la en lo tocante al «realismo socialista».
toma del poder político–, de manera similar, Ese proceso personal no es con frecuencia sino
los intelectuales de la revolución iban a hacerse la interiorización de un proceso colectivo que
tales, en medida considerable, después de esa debemos ver en su conjunto, y en sus distintos
toma del poder político. (Todavía a principios momentos. Esos momentos no se separan por una
de 1965, en su carta abierta a Carlos Quijano fecha, pero tampoco son enteramente imprecisos.
[«El socialismo y el hombre en Cuba»], el Che Podrían señalarse grosso modo tres instantes:
expresará su impaciencia por esa intelectualidad uno inicial, que abarcaría hasta la victoria de Gi-
revolucionaria. Pero el 15 de diciembre de 1960 rón; otro, que incluye la denuncia del sectarismo
¿no se había dirigido Fidel a la propia clase y la Crisis de Octubre, en 1962, y se extiende
obrera para recordarle que su misión no era hasta 1964 al menos; y otro, en nuestros días.
luchar por migajas, sino por el poder político?). El momento inicial de este proceso es de
Ahora bien: no se trata de lamentar la ayuda exaltación precrítica. La revolución –que por
que como guerrilleros hubieran podido prestar entonces muchos tienden a entender tan solo
los intelectuales, sino de conocer (para aliviar) negativamente, como lo otro opuesto a la tira-
el retraso en su formación como intelectuales nía batistiana– es tanto una realidad como una
revolucionarios. posibilidad: vive una indefinición que no hace
sino traducir las tensiones internas mantenidas
Etapas de una formación durante ese tiempo entre quienes pretendían
amoldar la revolución a esquemas burgueses
Los problemas para esa formación no son, por tradicionales, y quienes comprendían que ella
supuesto, simples. No basta con adherir verbal- estaba obligada, más temprano o más tarde, a
mente a la revolución para ser un intelectual hacer estallar esos esquemas. En el orden de
revolucionario; ni siquiera basta con realizar las la creación artística, ese instante de exaltación,
acciones propias de un revolucionario, desde el mezcla de fervor y confusión, está expresado,
trabajo agrícola hasta la defensa del país, aunque principalmente, en el semanario Lunes de Re‑
esas sean condiciones sine qua non. Ese intelec- volución. Hay, en general, más entusiasmo, e
tual está obligado también a asumir una posición incluso embullo cubano, que reflexión sobre lo
intelectual revolucionaria. Es decir, fatalmente que estaba ocurriendo de veras. La reflexión, por
problematizará la realidad, y abordará esos pro- otra parte, no podía anteceder a la clarificación
blemas, si de veras es revolucionario, con criterio de los hechos mismos. Por supuesto, apenas hay
de tal. Pero ello es resultado de un proceso, tan algo que pueda llamarse entonces un arte o una
intenso y violento como la propia revolución lo literatura de la revolución. Las gavetas se han
ha sido entre nosotros. En ese proceso pesará abierto, y una papelería guardada durante años
su formación anterior, las influencias que han ha salido a la luz. Habría que ir a buscar la ex-
gravitado (y no dejarán de hacerlo de repente) presión literaria y artística de este momento en
sobre él, y prejuicios diversos, entre los cuales grandes piezas oratorias, en ciertos reportajes, en

28
algunos poemas y narraciones testimoniales, en en abril de 1961, al día siguiente del bombardeo
fotos y documentales intensos. La imaginación, norteamericano a Cuba que preludió la invasión.
que había podido reinar unos años atrás, cede su La indefinición ha concluido. La Revolución Cu-
lugar al testimonio, incluso al documento. Pero bana, dicho por boca del propio Fidel Castro, es
junto a estos crecen formas experimentales que reconocidamente socialista: marxista‑leninista,
irán desarrollándose en los años sucesivos y que, como se especificará más tarde. Cuba forma parte
aunque no constituyan siempre una novedad, de la comunidad de países socialistas. Nadie
garantizan una continuidad imprescindible para podrá llamarse a engaño sobre este punto. Con
ulteriores desarrollos. En las artes plásticas, por los mismos hombres al frente, la Revolución Cu-
ejemplo, alcanzan su madurez artistas de surgi- bana ha conocido una radicalización que la hace
miento anterior, de Mariano a Servando Cabrera pasar de una etapa a otra. Además, la victoria
Moreno, y se reconoce como de primera fila a obtenida por Cuba hace que aquella definición
jóvenes como Raúl Martínez, Antonia Eiriz y vaya acompañada por un sentimiento de triunfo.6
Ángel Acosta León, con quienes se aclimatan Pero a pesar de ese sentimiento de triunfo, el
en Cuba desde el expresionismo abstracto hasta hecho de que Cuba se haya convertido en uno
la nueva figuración, el pop art y un original de los países socialistas hace que muchos se in-
lirismo onírico. En la música, se sale al fin del terroguen sobre el destino de la vida intelectual,
folclorismo en que (con excepciones como la de especialmente del arte. ¿Se conservará la libertad
Ardévol y Gramatges) se desangraba la herencia de expresión de los dos años anteriores? ¿O, por
de Roldán y Caturla, y con Juan Blanco y otros el contrario, Cuba, como otros países socialistas,
músicos más jóvenes se inicia la creación de la va a implantar normas estrechas a la expresión ar-
música serial y electrónica, que llegará a utilizar- tística? Estas preocupaciones acaban por conducir
se en grandes actos masivos. Pero este desarrollo a memorables reuniones de escritores y artistas
de lo que había parecido natural en aquel pri- con Fidel y otros dirigentes de la Revolución,
mer momento, no se realiza armoniosamente, en junio de 1961. Al final de esas reuniones, en
sin tropiezos: o al menos, sin sobresaltos. Los las que muchos hablan copiosa si no siempre
acontecimientos de 1960 precipitan en Cuba la lúcidamente, Fidel pronuncia el discurso que
radicalización. Los intentos estadunidenses por será publicado con el nombre Palabras a los in‑
aplastar violentamente a la revolución dividen telectuales, en que afirma que la Revolución no
las aguas: la burguesía decide traicionar al país, implantará norma alguna en cuestiones de arte,
mientras las clases populares se aprestan a de- no existiendo más limitaciones para este que la
fender el poder revolucionario. En una sucesión propaganda contrarrevolucionaria. Sin embargo,
dramática de golpes yanquis y contragolpes las preocupaciones no se desvanecen del todo,
cubanos, la revolución va asumiendo medidas porque el país va a conocer lo que el propio Fidel
cada vez más profundas. Ya en septiembre de ese
6 Sobre la evolución histórica de la Revolución Cubana,
año, en la primera Declaración de La Habana, ver el trabajo imprescindible del Che Guevara «Cuba:
se expresa, sin nombrarse, el carácter socialista ¿excepción histórica o vanguardia en la lucha anticolo-
de la Revolución. Y el nombre se hará explícito nialista?», Verde Olivo, 9 de abril de 1961.

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desenmascarará, el 26 de marzo de 1962, con el íntimamente connaturalizado con los «artistas
nombre de sectarismo. Sectarismo y dogmatismo posibles» y con las «obras de artes posibles».7
han encontrado siempre en el arte una víctima
particularmente propicia para ejercer sus errores. Aun vueltos sobre los problemas gremiales,
Nuestro caso no habría de ser la excepción. Ello habíamos ido a dar, pues, con el meollo de la
explica las enconadas polémicas mantenidas esos revolución toda, la «nueva vida moral», dicho
años en torno a los problemas estéticos. Sim- en términos de Gramsci, o la construcción del
plificando los términos de esas polémicas, que «hombre nuevo», en palabras retomadas por el
involucraban a artistas y a algunos funcionarios, Che. Así entramos en lo que podríamos llamar
sus extremos podrían ser, uno (sobre todo el de el tercer instante de este proceso: ni precrítico ni
algunos funcionarios), la postulación de un arte defensivo, sino crítico y confiado, en la medida
más o menos pariente del realismo socialista; otro en que los hechos mismos, tanto como la medi-
(el de la gran mayoría de los artistas), la defensa tación sobre esos hechos, han ido obligando al
de un arte que no renunciara a las conquistas de desarrollo de intelectuales revolucionarios.
la vanguardia. La derrota del primer punto de vista Naturalmente que estos instantes no se separan
fue sancionada cuando el Che, en El socialismo y bruscamente ni, en rigor, se extinguen. Un poco
el hombre en Cuba, dio el puntillazo al realismo a la manera de las etapas de un artista, de las que
socialista, aunque no le pareciera enteramente con tanta lucidez ha hablado Cortázar, encon-
satisfactorio el segundo punto de vista: para él, es tramos de pronto un brote, un reverdecimiento
menester no contentarse con esa posición, sino ir de actitudes que habíamos dado por muertas.
más allá. Solo que para ir más allá hay que partir Acaso podrían presentarse estas etapas como
de algún lado, y la vanguardia parece un buen el predominio de unas fuerzas sobre otras, pero
punto de partida –si no de llegada. no necesariamente como el exterminio de unas
Por supuesto, las discusiones sobre temas es- u otras. Hay un momento en que predomina el
téticos no eran solo eso. Criterios extraestéticos dogmatismo y hay otro en que está mitigado,
diversos, como no podía menos de ser, estaban en retirada. Pero el dogmatismo es un mal que
en el fondo de esas polémicas. Conviene recordar acecha a la Revolución, porque se apoya en la
la observación de Gramsci: comodidad y en la ignorancia, porque dispensa de
pensar y provee de aparentes soluciones fáciles a
Luchar por un nuevo arte significaría luchar problemas intrincados. El antidogmatismo es su
por crear nuevos artistas, lo cual es absurdo, contrapartida: se justifica su vigilante presencia en
ya que estos no pueden ser creados artificial- la medida en que, efectivamente, el dogmatismo
mente. Se debe hablar de lucha por una nueva amenaza; pero bajo su máscara simpática puede
cultura, es decir, por una nueva vida moral, encubrirse quien prefiera decir que está comba-
que no puede dejar de estar íntimamente ligada tiendo al dogmatismo para no decir, abiertamente,
a una nueva intuición de la vida, hasta con- que es a la Revolución a la que combate.
vertirla en una nueva manera de ver y sentir 7 Antonio Gramsci: Literatura y vida nacional, trad. del
la realidad, y, por consiguiente, en un mundo italiano por J.M. Aricó, Buenos Aires, 1961, pp. 25‑26.

30
Algunos problemas del intelectual ello supone. Pues no se trata de posar de primi-
revolucionario tivo, de pintarrajearse de salvaje, sino de asumir,
concientemente, la verdadera condición de nues-
Hace poco me preguntaba en México Víctor tra historia. Es como si se nos hubieran hecho
Flores Olea por qué los intelectuales cubanos no transparentes cuestiones consideradas en libros
participaban sino excepcionalmente en las discu- como Radiografía de la pampa, de Ezequiel
siones sobre problemas de tanto interés como las Martínez Estrada, o El laberinto de la soledad, de
referidas al estímulo material y al estímulo mo- Octavio Paz. ¿Y por qué no en el ya lejano Ariel,
ral, a la ley del valor, etcétera, asuntos que solían de Rodó? Con los instrumentos a su alcance, el
ser tratados por el Che, Dorticós y otros. Creo uruguayo se planteaba problemas que siguen
que le respondí que tales compañeros también conmoviéndonos. Solo que ahora sabemos en
eran intelectuales, y que, por la naturaleza de su qué consiste el «secreto» de nuestra América y
trabajo, abordaban tales asuntos. Incluso añadí los vínculos que la unen entre sí, los cuales no
que, dada su formación, de ser él, Flores Olea, están sustentados en sentimentalismos ni en ac-
un intelectual cubano actual, muy probablemente titudes idealistas, sino en visibles razones estruc-
hablaría no como un francotirador, sino desde una turales que destacaría, por ejemplo, Mariátegui.
posición de gobierno, como era el caso de los En el Primer Congreso de Escritores y Artistas de
compañeros mencionados. La pregunta queda- Cuba, en agosto de 1961, dijo Alejo Carpentier
ría pues transformada en esta otra: ¿por qué los que nos hacía falta un Rodó que supiera econo-
poetas no hablan sobre los estímulos materiales mía.8 Cuando se lo comenté a Martínez Estrada,
y morales?, ¿por qué los dramaturgos no abordan él me dijo: «Ya existió. Fue Martí». En efecto, el
la ley del valor?... Si efectivamente respondí así primer intelectual latinoamericano en comprender
(como creo), la respuesta podría ser ingeniosa, a plenitud nuestra pertenencia a eso que iba a ser
pero era insuficiente. La pregunta va más lejos, llamado tercer mundo, fue José Martí. Él vio la
y, entre otras cosas, roza este punto: los intelec- trampa que yacía detrás de la fórmula «civilización
tuales cubanos, que han debatido lúcidamente contra barbarie», propagada por Sarmiento. Su
sobre cuestiones estéticas, deben considerar
otros aspectos, so pena de quedar confinados en 8 «Para que Ariel, de Rodó, significara algo más que una
límites gremiales. De hecho, como dije arriba, grácil divagación en torno a la democracia y el utili-
tal abordaje está ocurriendo, en ese proceso de tarismo», dijo Carpentier, «[...] hubiese sido preciso,
sencillamente, que Rodó estudiase un poco de economía
conversión en intelectuales de la Revolución, que
política». Este discurso fue recogido por Carpentier,
no lo serían si no se plantearan problemas así, con el nombre «Literatura y conciencia política en
referidos a la construcción de una nueva cultura. América Latina», en Tientos y diferencias (México,
En esa ampliación del conjunto de problemas 1964), y constituye una admirable toma de posición del
propio de un intelectual, hemos topado con la gran novelista. Un enfoque moderno de Rodó, donde
incluso se recogen páginas antintervencionistas casi
condición real de nuestro país, la condición de
desconocidas del autor de Motivos de Proteo, nos lo da
país subdesarrollado, de país del tercer mundo, Mario Benedetti en Genio y figura de José Enrique
con toda la secuela de problemas laterales que Rodó, Buenos Aires, 1966 (ver sobre todo pp. 104‑105).

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pensamiento y su acción estuvieron consagrados cada semana L’Express o leer cuatro idiomas.
a conquistar el ámbito verdadero que corresponde Su óptica toda quedará enmarcada dentro de esa
a la que él mismo llamó «nuestra América» para realidad. Escribirá, y sobre todo pensará, dentro
distinguirla de «la América europea». Ese ámbito de ese contexto.
verdadero no podría ser, de ninguna manera, una Es dentro de ese contexto, por ejemplo, que
réplica boquiabierta de la presunta «civilización», nos planteamos un hecho tan importante para
sino algo nacido orgánicamente de nuestros pro- nosotros como la irrenunciable herencia de los
blemas. No me parece exagerado decir que Martí hallazgos de la vanguardia contemporánea. En
es el primer pensador del tercer mundo. No es Europa ha vuelto a discutirse últimamente sobre
por eso raro que el pensamiento de la Revolu- la vanguardia. Pero nosotros, en la América
ción Cubana se haya vuelto a él desde el primer Latina, apenas lo hemos hecho en relación con
momento (recuérdense las numerosas alusiones nuestra realidad. Apenas hemos discutido sobre
a Martí en La historia me absolverá), y que los las relaciones entre vanguardia y subdesarrollo.
intelectuales cubanos, al afrontar los problemas Sin embargo, consideraciones teóricas previas,
inherentes a nuestra condición subdesarrollada, que apuntaban a este tema, no nos faltan: en
para entender el curso de la Revolución, se hayan Martí, en Mariátegui, en el mismo Vallejo, por
encontrado releyendo (a veces como si leyeran por ejemplo. La vanguardia nace en Europa de la cri-
vez primera) sus páginas. Volver a Martí después sis del mundo capitalista. Sucede, sin embargo,
de haber conocido a Fidel, al Che, a Fanon, a que nuestras sociedades atrasadas no presentan
Amílcar Cabral, es por lo menos un sacudimiento. ni pueden presentar crisis similares. ¿Vamos por
¡Cuántas cosas habían sido dichas ya por ese eso a prescindir de lo que ha conquistado esa
hombre! Y no es solo hojeando ciertos textos vanguardia? ¿Vamos a recluirnos en expresiones
o escuchando los violentos o pedagógicos agrestes y deplorablemente folclóricas? Y si
discursos de Fidel como un intelectual cubano no, ¿cómo vamos a separar lo que corresponde
verifica su necesaria pertenencia al conjunto de a la sociedad capitalista y lo que es utilizable,
pueblos cuyos representantes se reunirían en la asimilable por nosotros? En nuestro caso, a los
Conferencia Tricontinental en 1966. Vivir en La términos vanguardia –de por sí bastante conflic-
Habana –como supongo que le ocurrirá a quien tivo– y subdesarrollo, se añade el de revolución.
viva en la Ciudad de México, en Buenos Aires o Se trata de hacer un arte de vanguardia en un país
en Caracas– puede no auxiliar demasiado a esa subdesarrollado en revolución.
verificación. Pero a diez kilómetros de La Habana Hacer un arte de vanguardia en un país en
empieza el tercer mundo, empiezan los bohíos revolución ya se había revelado bastante enma-
que recuerdan a chozas africanas, empieza el rañado. Una de las infelicidades de este siglo ha
brutal trabajo agrícola a mano. Ningún cubano sido, precisamente, la separación entre las dos
que haya pasado una temporada cortando caña, vanguardias, la política y la estética, las cuales
en el momento en que el hombre se pasea por el habían demostrado que podían fertilizarse mu-
cosmos, duda de que el suyo sea un país subdesa- tuamente, en los primeros años de la Revolución
rrollado, aunque personalmente él pueda recibir Rusa, los años de Lenin y Lunacharski, de Eisens-

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tein y Mayacovski, de Meyerhold y Babel, de los vanguardia estética. El resultado ha sido la bifur-
constructivistas y de los llamados formalistas.9 cación entre una cultura oficial convencional y
Enzensberger ha llamado la atención sobre las una cultura real de vanguardia, pero marginada.
vicisitudes del propio término «vanguardia», que Es aspiración nuestra que esto no ocurra en Cuba,
saltó del habla militar a otras hablas: según él, Lenin como no ha ocurrido hasta ahora.10
es acaso el primero en aplicarlo a la vanguardia El asunto se complica entre nosotros por
política. Sea como fuere, hoy es moneda de uso nuestra condición de país subdesarrollado.
corriente entre los revolucionarios. La vanguardia Vivir en un país subdesarrollado quiere decir
política es minoritaria, pero no es una minoría, sino vivir en un país que es (en nuestro caso, ha
la avanzada de una clase. La vanguardia artística, sido) saqueado, cuya población es semianal-
de modo similar, si de veras es una vanguardia, no fabeta, a menudo con escasa confianza en sus
es una minoría, una torre de marfil, una pandilla, valores, complejo de inferioridad y fascinación
una «trenza» (como se dice en el Río de la Plata) o consecuente por otras formas de existencia.
una «piña» (como se dice en Cuba), sino la avan- Parece innecesario insistir en que este cuadro
zada de un conglomerado que va a recibir, más puede auxiliar muy poco al desarrollo de una
tarde o más temprano, las consecuencias de esa expresión de vanguardia. Pero es evidente que
vanguardia. Hoy, aun los más ignorantes de las la Revolución, con la campaña de alfabetiza-
realizaciones de la pintura moderna es probable ción primero y de seguimiento después, ha
que trabajen en casas, monten en vehículos y uti- afrontado en la raíz misma el desafío cultural
licen cucharas, ceniceros y vestidos que son una básico. Sobre estas soluciones se está edificando
consecuencia de lo que la vanguardia artística la nueva cultura. Esas campañas masivas, lejos
ha conquistado durante más de medio siglo. Sin de estar en oposición a una creación rigurosa y
embargo, como sabemos, los que comprenden exigente, son la condición para su desarrollo.
bien la necesidad de una vanguardia política no A veces, sin mucho rigor, hemos comparado
siempre han comprendido la necesidad de una las actividades intelectuales con las deportivas:
¿cómo, si no gracias a la participación masiva
9 Es evidente que este asunto, que apenas es rozado aquí, en el deporte, podríamos encontrar sus mayores
debería considerarse partiendo de un saneamiento del figuras?; ¿cómo, si no gracias a la participación
propio término «vanguardia». Además de su primer masiva en las actividades de cultura, podríamos
significado militar, y de su desplazamiento político, en tener una cultura rigurosa? Esta se desarrollará
el orden intelectual la palabra «vanguardia» ha sido em-
pleada con estas acepciones: a) conjunto de intelectuales en el futuro. Pero esa creación de vanguardia en
de avanzada; b) arte renovador; c) momento particular un país subdesarrollado en revolución no es solo
de ese arte, ubicado cronológicamente, entre nosotros,
más o menos en la década 1920‑1930. Todavía puede
dividirse más este cabello. Se encontrará un enfoque 10 A lo largo de estos años, abundan los ejemplos in-
interesante del último punto, tomado en escala euro- dividuales de coincidencia de ambas vanguardias:
pea, en el libro de Mario de Micheli Las vanguardias Mayacovski, Picasso, Eisenstein, Brecht, Vallejo,
artísticas del siglo veinte, trad. del italiano por G. de Alberti, Neruda, Hikmet, Éluard, Nezval son solo
Collado, La Habana, 1967. algunos nombres.

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una teoría. Ya van existiendo una poesía (Jamís, que significa para un pequeño país de desarrollo
Fernández, Padilla, Barnet), una narrativa (Soler, cultural relativamente escaso.11
Otero, Desnoes, Díaz), una pintura (Martínez, Eiriz, En la consideración de estos problemas, no se
Peña), un cine (Álvarez, Gutiérrez Alea, García procede solo como un especulador puro. Un error
Espinosa, Solás), una música (Blanco, Fariñas, teórico, cometido por quien puede convertir sus
Brouwer), una dramaturgia (Estorino, Brene, Quin- opiniones en decisiones, ya no es solo un error
tero), una fotografía (Corrales, Korda, Mayito), una teórico: es una posible medida incorrecta. Con
crítica (Fornet, G. Pogolotti, Leal, De Juan) que
responden a estos criterios. 11 No sé si se deberá a esta voluntad nuestra de no cerrar-
nos dogmáticamente sobre unas cuantas verdades
Importancia particular tiene para nosotros el
reveladas, sino, por el contrario, abrirnos a la amplia
pensamiento que necesariamente habrá de con- discusión del marxismo contemporáneo –abertura que
siderar hoy un intelectual en Cuba. «Se era car- nos ha llevado a publicar a Althusser, Fanon, Sánchez
tesiano, se es marxista», sentenció con gracia Vázquez, Debray y otros en la revista Casa de las
el pintor Braque hace años. Pero hoy, ese «se» Américas–; no sé, digo, pues ella no lo especifica, si
se deberá a este hecho el haber recibido este comenta-
no es tan deliciosamente unívoco como la frase
rio de una amiga como Sol Arguedas: «Para aquellos
podría hacernos creer. En el campo socialista, latinoamericanos que vamos conociendo el socialismo
al congelamiento monolítico de muchos años a través de las experiencias de Cuba, y estudiando,
ha sucedido, en lo político, el pluricentrismo; para aprovecharlas, sus enseñanzas prácticas y sus
en el pensamiento en general, una flora todavía concepciones teóricas, resulta muy desconcertante
leer algunos artículos que aparecen, o aparecían de vez
más ambiciosa que rica. Entre los que nos han
en cuando, en la revista Casa de las Américas» (Sol
descrito con la mayor lucidez la situación está Arguedas: «¿Dónde está el Che Guevara?», Cuadernos
Louis Althusser. El propio Althusser represen- Americanos, mayo‑junio de 1966, p. 68). Y a propósito
ta uno de los mejores ejemplos existentes. Él de esto: lo que es verdaderamente descocado es lo que
descubrió para el marxismo lo que Chesterton ha escrito en Politika, de Belgrado, Frane Barbieri, al
comentar aviesamente la carta que un grupo de escri-
para el catolicismo: que la más sensacional de
tores cubanos enviamos al gran poeta chileno Pablo
las heterodoxias podía ser la ortodoxia. Otros, Neruda. «En las páginas de la revista habanera Casa
con menos rigor e inteligencia, saltan de una de las Américas, y en manifestaciones de los artistas
ortodoxia sin ventanas a una heterodoxia sin latinoamericanos publicadas en esta revista, en La Ha-
sentido. De cualquier forma, el panorama se bana», afirma este impávido calumniador, «comenzó
a recibir una fisonomía cada vez más determinada la
ha hecho variado. Indudablemente, el mar-
tesis extremista sobre la revolución cultural en este
xismo ha vuelto a reverdecer. Sin embargo, continente» (sic). De esta manera, el país socialista que
no contamos aún no solo con una estética al mismo tiempo que realiza una gigantesca campaña
marxista suficiente –cuya ausencia fue acaso de alfabetización publica masivamente a autores como
la primera en que reparamos–, sino tampoco Kafka, Joyce, Proust, Robbe‑Grillet; el país que se en-
orgullece de contar entre sus grandes figuras artísticas
con una ética; y, según preocupa al Che, ni
a creadores de vanguardia como Carpentier, Guillén,
siquiera con una economía política del período Lezama, Lam, Portocarrero, es tranquilamente acusado
de transición. Si ello puede decirse a escala de fomentar una llamada «revolución cultural» como la
internacional, no costará trabajo comprender lo que estamos presenciando ahora, preocupados (e insu-

34
medidas incorrectas hemos topado, y ellas plan- con nuestro concurso contribuimos a modificar
tean, por lo pronto, un problema de conciencia ese proceso; de alguna manera, somos la Revo-
a un intelectual revolucionario, que no lo será lución. Hay un momento en que, al hablar de
de veras cuando aplauda, a sabiendas de que ella, se dice: «Hemos hecho esto porque...». Ese
lo es, un error de su revolución, sino cuando momento, si es genuino, decide nuestra vida. Ya
haga ver a quien tenga que hacérselo ver que no discutiremos palabras, ni (solo) las últimas
se trata de un error. Su adhesión, si de veras teorías, sino hechos, y las meditaciones reales
quiere ser útil, no puede ser sino una adhesión sobre esos hechos. No creeremos en la salvación
crítica, puesto que la crítica es «el ejercicio del individual, calvinista, en busca de la cual salen
criterio», según la definición martiana. Cuando tantos fuera del país. Entenderemos por qué
hemos detectado tales errores en la Revolución, hombres y mujeres mucho mejores que noso-
los hemos discutido. Así ha pasado no solo en tros pudieron consagrar y consagran sus vidas
el orden estético, sino con equivocadas concep- al mejoramiento colectivo, a la erradicación de
ciones éticas que se han traducido en medidas la miseria, de la humillación, de la ignorancia,
infelices. Tales medidas fueron rectificadas, de la fealdad, del sinsentido. Una revolución no
unas, y otras están en vías de serlo. Y ello, en es un paseo por un jardín: es un cataclismo, con
alguna forma, por nuestra participación. No ha- desgarramientos hasta el fondo. Pero es sobre
blo de esto para felicitarnos. Más bien para decir todo la deslumbrante posibilidad de «cambiar
que en discusiones así va integrándose más a la la vida», como anhelaba Rimbaud. Cuando así
Revolución un intelectual. La Revolución no es lo hemos asumido, podemos decirle a nuestra
una cosa ya hecha, que se acepta o se rechaza, Revolución lo que José Martí dijo a su verso: «o
sino un proceso, cuyo curso ya no es exacta- nos condenan juntos, / O nos salvamos los dos!».
mente el mismo una vez que estamos inmersos
en él: de alguna manera, por humilde que sea, Septiembre de 1966

ficientemente informados), en China. En contraste con Posdata de diciembre de 1992


estas mentiras goebelsianas, es interesante saber lo que
ha escrito órgano tan poco sospechoso de radicalismo En este ensayo, hecho de hipótesis garabateadas
como el londinense Times Literary Supplement (el 11 de prisa hace veintiséis años en medio del fue-
de agosto de 1966) sobre la encuesta aparecida en el go, es poco lo que he retocado, no obstante la
número 35 de Casa de las Américas. Esta encuesta ver-
só sobre «El papel del intelectual en los movimientos tentación grande de ir más lejos. Me ha detenido
de liberación nacional», y en ella, además de escrito- haberme vuelto uno de los nuevos «hombres y
res europeos como Alberto Moravia y Régis Debray, mujeres de sesenta años» de cuyos equivalentes
participamos escritores latinoamericanos como Jorge se habla con admiración pero distanciamiento en
Zalamea, Mario Vargas Llosa, Gonzalo Rojas y yo. las páginas anteriores. Correspondería a alguien
En dicha encuesta, afirma el periódico inglés, «puede
ser discernido, en su conjunto, una ausencia de unción de la edad que yo tenía entonces, más que escri-
y dogmatismo. Después de todo, incluso en Cuba los bir este trabajo, escribir otro distinto. Pero no lo
excesos del realismo socialista han sido desdeñados». ha hecho, ni es seguro que lo haga. Después de

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todo, cada escritor, cada ser humano es libre de En cuanto a mi propia ubicación (que solo es
hacer lo que le plazca. Yo he sentido la reiterada útil conocer para que no parezca que pretendí
necesidad de intentar aclararme y aclarar ciertas escribir sub specie aeternitatis), después de
cuestiones. Otros sienten y sentirán otras nece- haber sido hecho un socialista romántico y un
sidades, a lo que tienen pleno derecho. vanguardista tardío alrededor de 1946, por au-
Ahora bien, algunas cosas debo decir sobre tores como Bernard Shaw en un caso y Gómez
el ensayo, dejando de lado que hay en él más de de la Serna en otro, a quienes sigo admirando;
una presencia que se volverían sobrantes en un de haber conocido la cárcel en 1949, por boico-
trabajo sobre la intelectualidad revolucionaria tear una delegación dizque cultural enviada por
(pero que además de ser un porcentaje mínimo el gobierno franquista, en 1950, a mis veinte
no voy a borrar, pues aquellas páginas se refieren años, publiqué mi primer cuaderno de versos,
al pasado: en cambio, alivié algunas ausencias), Elegía como un himno, dedicado a la memoria
criterios ya no compartidos, y, en fin, lo habitual de Rubén Martínez Villena, a quien también sigo
en un texto de muchos años atrás. Pues si él fue admirando, y estuve en 1951 entre los fundadores
un material de inmediata actualidad, ahora hace de la sociedad cultural Nuestro Tiempo. Poco
bueno el verso de Dante que tanto me gusta, y después, ese mismo año, empecé a colaborar en
donde se dice de los seres del mañana (quienes Orígenes, y me sentí a gusto entre los admirables
en su hornada inicial ya están aquí) «che questo poetas de más edad nucleados en torno a aquella
tempo chiameranno antico». Por cierto: lo antiguo noble revista, que acogería luego a poetas de mi
ha tenido siempre para mí extraños vínculos con el propia generación con quienes iba a estar muy
presente y el porvenir. Razón por la cual saludé con unido, como Fayad Jamís, sobre todo, Pablo
un cuaderno de versos titulado Vuelta de la antigua Armando Fernández y Pedro de Oraá. Sin em-
esperanza el triunfo revolucionario de 1959, que bargo, no me consideré (ni, lo que acaso cuenta
para muchísimos fue motivo de júbilo; para muy más, me consideraron sus integrantes, a varios
pocos, de desolación; y para futuros traidores, de de los cuales quiero y debo mucho) miembro
forcejeos en busca de puestos (en las nóminas y del que sería conocido como grupo Orígenes,
bajo el sol) y de injurias a quienes consideraban no obstante haber sido él para mí un taller,
obstáculos en su sórdida cacería, preludio de otras como recordó el propio Lezama al comentar
sordideces y de incontables falsedades. los vínculos que con razón veía entre Orígenes
Creía cuando escribí aquel trabajo que las y Casa de las Américas. Finalmente, reparé en
generaciones anteriores habían cumplido ya que, salvo en mi más temprana adolescencia, a
su faena mayor, sin duda muy importante. Por pesar de ser gregario nunca he formado parte de
suerte, estaba equivocado. En no pocos casos, grupo alguno. Quién sabe si ello me ha ayudado
esa faena se enriquecería después a veces hasta (¿impulsado?) a tratar de cumplir un propósito
hoy mismo, e incluso echaría una luz definitiva que me estremeció cuando leí en Shaw (uno de
sobre lo previamente realizado. Aunque los mis primeros maestros, según dijera ya, junto con
ejemplos que podría aducir son muchos, basten otros como Martí, Casal y Unamuno): no ser nada
los de Alejo Carpentier y Cintio Vitier. ni nadie, pero comprender todo y a todos. c

36
Fotografía de Henri Cartier Bresson, 1962

Cuaderno de apuntes
ACADEMIA CUBANA DE LA LENGUA

H
a fallecido en La Habana, a la edad de Más allá del ejercicio ininterrumpido de
ochenta y nueve años, quien fuera nuestro un oficio literario que alcanzaría más de seis
director de 2008 a 2012, el Dr. Roberto décadas, Fernández Retamar desplegó, en la
Fernández Retamar. Su legado como Maestro, en segunda mitad de la pasada centuria, una labor
el sentido más alto del término, es extraordinario, importante como editor de libros y publicacio-
no solo por el valor de la obra literaria que nos nes periódicas, pero, sobre todo, su presidencia
deja y en la que siempre vivirá, sino también por de la Casa de las Américas resultó relevante en
su coherencia ética, por su fidelidad a los más la consolidación y enaltecimiento de esta insti-
altos valores de la cultura cubana y latinoame- tución. Su quehacer docente en las principales
ricana, por su sensibilidad e inteligencia, por su universidades del hemisferio occidental, sobre
bondad y vocación de servicio. todo en la Universidad de La Habana, lo sitúa
La obra literaria de Fernández Retamar es una en un lugar cimero de los estudios filológicos.
de las más relevantes en nuestra lengua, reali- Su práctica como crítico y profesor de literatura
zada fundamentalmente a través de la poesía y ha sentado cátedra en disciplinas tales como la
el ensayo. Su poesía abarca numerosos títulos y teoría literaria y la historia de la literatura his-
alimenta desde siempre la mayoría de los textos panoamericana, cuyos cánones ha contribuido
en los que ha comunicado su fe de vida y el equi- a gestar como pocos. Su filiación a una teoría
librio de lo cotidiano y lo épico en su propia raíz. de la literatura sin frontera alguna, confirma sus
Pensador de nuestra América, sus ensayos exploraciones y acercamientos a otros cuerpos
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 38-46

abrieron nuevas perspectivas para la exploración literarios en diversas lenguas.


de la identidad latinoamericana, de ahí su empe- La obra de Retamar, por otra parte, ha tras-
ño en difundir e interpretar la monumental obra cendido a innumerables ámbitos y fue espejo
de José Martí, el más universal de los cubanos. de la inquietud moral e intelectual de varias
Su obra toda fija el paisaje esencial de este generaciones de creadores, quienes bebieron
escritor que surge con sus hermosos poemas de de su sabiduría y de su preciosa obra literaria.
afirmación civil y humana en los años cincuenta y Preferida por los más jóvenes, así como por los
alcanza su esplendor con la creación de una consagrados, la obra de Fernández Retamar ha
figura significativa para la comprensión de la alcanzado valores trascendentes que lo han colo-
estatura de la cultura continental como resultado cado a la cabeza de la producción contemporánea
de su reinterpretación de Caliban. en nuestra lengua.

38
AURELIO ALONSO

¡O tra vez la muerte...! Hace muchas,


demasiadas semanas que sabía, sabía-
mos, que era algo que podía suceder,
que sucedería en algún momento. La última vez
pensamiento descolonizador latinoamericano y
caribeño. Se nos fue el maestro y el compañero.
No tenemos idea exacta de lo que perdemos
hasta que lo perdemos.
que le hablé me hirió como una cuchillada perci- Tuve el privilegio de trabajar muy cerca de Ro-
bir que se asía al último soplo de vida. Hace vein- berto en los últimos quince años, y solo lamento
ticuatro horas supe por Marcia que ya sucedería, que no haya sido antes. Era un amigo con quien
como que el tiempo se había suspendido, de esa me sentía identificado desde los sesenta, respon-
manera impecable en que la muerte lo suspende. sabilizados los dos en aquel entonces en revistas
Sin embargo, cuando Silvia Gil llamó, hace afines en su vocación hacia nuestra América.
cinco minutos, para decirme que acababa de Como un hermano mayor. Las tareas que me tocó
suceder, que Roberto había dejado de respirar, el hacer después me desconectaron en cierta medida
batacazo fue inevitable. Como si hubiera sucedi- de su entorno, aunque no nos alejaron, hasta que
do lo imposible. Había partido la pluma que supo tuvo la idea de invitarme a incorporarme a su lado
dar, con fidelidad, poesía a nuestra Revolución en Casa de las Américas. Me sobran motivos para
y revolución a nuestra poesía. La mirada capaz la admiración, para el afecto, para el dolor por
de desentrañar el significado profundo de la su partida y para un recuerdo agradecido. No
metáfora de Caliban y rearmarla en el proyecto podré dejar de convocar su presencia en lo que
martiano. Que dejó un legado de claves para el me quede de camino.

VICENTE BATTISTA

S
e ha ido uno de los mayores poetas de nizas. Pero sus poemas, sus ensayos, toda su
América, un pensador excepcional y un obra seguirá iluminándonos para siempre, con
revolucionario total. Pidió que arrojaran la belleza y la fuerza que puso en cada una de
sus cenizas al mar y el mar guardará sus ce- sus palabras.

39
FREI BETTO

H
ermanos y hermanas de la Casa de las profundo espíritu revolucionario, libre de secta-
Américas y de Cuba: agradezco a Dios el rismos e intolerancias.
don inestimable de la vida de mi querido Gracias a Haydee Santamaría, a Mariano Ro-
hermano Roberto Fernández Retamar. dríguez y a Retamar, la Casa de las Américas
A lo largo de los últimos cuarenta años se destaca como punto de convergencia de los
hemos tenido muchos encuentros como amigos intelectuales, escritores y artistas progresistas de
fraternales y en eventos políticos y culturales en la América Latina y el Caribe. Retamar nos deja
Cuba, Brasil y Nicaragua. como legado su ejemplo de revolucionario abne-
Roberto era un poeta, no solamente en su gado, poeta sensible, intelectual dialógico, hombre
valiosa creación literaria, sino también en su dedicado a las más nobles causas de la humanidad.
modo de vivir, de hablar, de saber escuchar. Tenía A su familia y a la (mi) familia de la Casa de las
una sonrisa iluminada, un humor inteligente, y Américas, mi abrazo fraterno de resurrección.

JORGE BOCCANERA 

M
e uno al pesar por el fallecimiento de de una herramienta múltiple –la Casa de las
Roberto Fernández Retamar, un intelec- Américas– un diálogo fecundo entre saberes e
tual central en la cultura latinoamericana inventivas, convocando y difundiendo a los más
durante más de medio siglo, que además de su relevantes escritores y artistas de nuestra Amé-
obra poética y ensayística, desplegó a través rica. Su palabra viva nos seguirá acompañando.

40
MIGUEL BONASSO

Réquiem para el poeta


de la Revolución

E
n su entrañable Habana, donde había nacido Fernández Retamar, al que Cintio Vitier con-
hace ochenta y nueve años, se nos murió sideraba el lúcido y tierno poeta de las recatadas
Roberto Fernández Retamar, un imprescin- glorias hogareñas, de las cariñosas tardes de su
dible de la Patria Grande. barrio, del amor y la amistad, pero también de
Es muy duro, para los que tuvimos el privilegio la ardiente intemperie del ser ante el enigma, es
de su amistad, admitir que no volveremos a verlo, –simultáneamente– el pensador profundo de la
a escuchar su risa ronca, a reírnos –cómplices– con realidad latinoamericana, que se expresa en su
sus divertidas anécdotas, con su finísimo sentido magnífico «Caliban», que estaba aumentando
del humor. Para quienes no lo conocieron queda en los días previos a su muerte; el director de
la estampa intrigante de ese Quijote con gorra, la revista Casa de las Américas, que cobijó a lo
bastón, guayabera y lentes, de gesto severo, des- más granado del pensamiento latinoamericano
mentido por la mirada tierna. Como bien recuerda y de la propia institución Casa de las Américas,
su entrañable exégeta, Sergio Marelli, Roberto esa formidable caldera cultural, que nació junto
mismo se ocupó de aclarar que se cobijaba bajo con la Revolución Cubana y la distinguió a nivel
las apariencias: «si en lo exterior tengo figura de mundial. Allí, en 1986, sucedió, durante tres dé-
Quijote, por dentro tengo más de Hamlet». cadas, a esa combatiente de la primera hora que
Como un Pico della Mirandola de nuestra fue Haydee Santamaría y a Mariano Rodríguez.
época, Roberto fue muchas cosas a la vez y en A los que quieran conocer en profundidad a
todas fue excelso. Fue un gran poeta, un gran en- Fernández Retamar, como el nexo de la Cuba
sayista, un gran promotor y difusor de la cultura revolucionaria con la cultura internacional, les
latinoamericana y un gran revolucionario. Fue recomiendo un libro extraordinario del ya citado
un leal militante de la Revolución Cubana, sin Sergio Marelli, titulado Circunstancias de un
perder por eso el sentido crítico, la visión realista poeta, que no es una biografía, sino un desfile
de los errores humanos, la capacidad de reacción fascinante de personajes y anécdotas, en el que mar-
ante las desviaciones burocráticas. chan codo a codo Lezama Lima, Julio Cortázar,

41
Gabriel García Márquez, Jean Paul Sartre, Rodríguez y, por supuesto, Ernesto Che Guevara
Simone de Beauvoir, Ernest Hemingway, Alejo y Fidel Castro.
Carpentier, Louis Althusser, Mario Benedetti, Toda una época. Gloriosa. Intensa. Opuesta a
Roque Dalton, Ernesto Cardenal, Octavio Paz, esta que padecemos y que encarna como ninguna
Ezequiel Martínez Estrada, Rodolfo Walsh, David el título que le dio a la suya Víctor Serge: «Si es
Viñas, Alfonso Reyes, León Rozitchner, Silvio medianoche en el siglo».

ATILIO A. BORON

E
ste sábado 20, a últimas horas de la tarde, sino también con sus bloqueos, como el que
llegaba a Buenos Aires la triste noticia del padece Cuba desde hace sesenta años, o el más
deceso de Roberto Fernández Retamar. Se reciente perpetrado con saña feroz en contra de
consumaba así una pérdida de verdad irrepara- la Venezuela bolivariana.
ble, aunque esto parezca una frase trillada o un Retamar fue el prototipo del intelectual com-
lugar común. Roberto deja un hueco en la cultura prometido, que actuó sin desmayos a lo largo
emancipatoria imposible de llenar, sin que esto de toda su larga y fecunda vida. Organizador
signifique menosprecio alguno para tantas y cultural, lector incansable, crítico incisivo pero
tantos intelectuales revolucionarios de nuestra siempre amigable. Su labor en la Casa de las
América. Pero Retamar era claramente un fuera Américas ha sido extraordinaria, en línea con lo
de serie: un hombre de convicciones firmes y que hiciera su predecesora, la gran Haydee San-
de exquisita cortesía, poseedor de un castellano tamaría. No hay palabras suficientes para trasun-
límpido y preciso, siempre armonioso al oído tar el dolor por su pérdida y la relativa orfandad
de su lectora o lector. Una pluma elegante, que en que a muchos de nosotros nos deja su partida.
deleitaba con su lectura y a la vez punzante Guardo muchos recuerdos de tantos encuentros y
para con los siervos del imperio, los enemigos conversaciones con él, en La Habana y en Bue-
de la Revolución y también para la legión de nos Aires, y muy especialmente las dos últimas
eclécticos que en momentos como estos vacilan cuando en su oficina de la Casa de las Américas,
en condenar categóricamente al imperialismo mientras dialogábamos sobre uno de sus temas
por la interminable sucesión de crímenes de favoritos, los intelectuales y la deserción de la
lesa humanidad que comete a diario. No solo academia, le conté al pasar de mi indignación
con sus bombardeos, sus drones, sus guerras ante las mentiras y tergiversaciones que pobla-

42
ban un reciente libro de Mario Vargas Llosa (La él y con Jorge Fornet, otro gran escritor cubano.
llamada de la tribu) y mi intención de escribir Allí sentí que Roberto me dio el impulso final
algo al respecto. Pensaba en un artículo que, tal para resolver un problema que suele ser muy
vez, pudiera publicarse en la revista Casa, le serio para muchos escritores: poner punto final
dije con cierta timidez. Quedé paralizado cuando a la obra, decidir que ya está terminada y que
noté que su cuerpo entero se puso en tensión, solo resta entregarla a la imprenta. Me fui de esa
abandonó la charla sobre los intelectuales, y me reunión preocupado porque si bien Retamar con-
dijo que eso, una simple nota, no sería suficiente servaba una lucidez asombrosa su físico se había
y que el personaje de marras merecía algo más debilitado considerablemente. Pero me marché
que una nota. Un libro, me dijo, «escribe un libro aliviado porque me había resuelto el permanente
donde expongas todas sus patrañas y traiciones». desafío de saber cuándo poner el punto final a
Me sorprendió la fuerza con que se expresó mi escrito. Tuve la inmensa satisfacción de que
y debo reconocer que ese fue el origen de El en febrero de 2019, con ocasión de la Feria del
hechicero de la tribu. Sentí que lo que me tras- Libro de La Habana, pude entregarle una copia
mitía con tanto énfasis no era un consejo sino de mi libro impreso por el Instituto Cubano del
un mandato para realizar un ajuste de cuentas Libro. Un brillo relampagueó en sus ojos y creo
que percibía como urgente y necesario y que tal que para sus adentros se habrá dicho: «misión
vez él sabía que ya no tendría tiempo para hacer. cumplida».
Salí de la Casa de las Américas confundido y Concluyo diciendo que no me alcanzará lo que
dubitativo. Pero pocas horas después caí en la me queda de vida para agradecer la oportunidad
cuenta de que tenía que hacer lo que Retamar me única de haber sido agraciado con su amistad,
había dicho. Ni bien regresado a Buenos Aires con la de su amada esposa, Adelaida de Juan,
puse manos a la obra y a lo largo de toda la fase y haber sido educado con su magisterio. No
de búsqueda de documentación, y por supuesto tengo palabras para expresar todo lo que siento,
durante la redacción del libro, el intercambio de y me disculpo ante quienes leen estas líneas y
correos con Retamar era frecuente, casi sema- en especial con Laidi, su hija. Ocurrirá con Ro-
nal. Y no eran uno o dos, sino varios cada vez, berto lo que pasa con las estrellas: aun muertas
con sus comentarios, aclaraciones, precisiones siguen emitiendo luz. En su caso, sus poemas,
y datos de contexto que estaban en su memoria ensayos, notas de todo tipo seguirán iluminando
alojados en un enojoso anaquel reservado desde la conciencia de los revolucionarios de nuestra
hacía décadas a Vargas Llosa y su relación con América. Solo me resta decir que cuando bien
la Revolución Cubana. Sus observaciones eran pronto regrese a su amada Habana arrojaré una
de una precisión quirúrgica e invariablemente flor al mar, justo enfrente de donde se encuentra
acertadas. Estando sumido en toda clase de la Casa de las Américas, para honrar sus ceni-
dudas acerca de cuándo darle el toque final a zas y su memoria y gritar con toda la fuerza de
mi manuscrito pude visitarlo una vez más en La mi alma «¡Hasta la victoria siempre, Roberto!
Habana y mantener otra larga conversación con ¡Venceremos!».

43
FERNANDO BUTAZZONI

Q
ueridos hermanos de la Casa: la muerte recordaré con cariño y gratitud, y sé que ustedes
de RFR me conmovió porque él era una también. Les mando un fuerte abrazo desde
marca indeleble de la Casa y de los puen- Montevideo, que hoy está más gris que nunca.
tes culturales entre Cuba y el mundo. Siempre lo

ROSALBA CAMPRA

M
e acaba de llamar un amigo para darme Revisando papeles encontré lo que me que-
la triste noticia de la muerte del admi- daba de una carpeta de tarjetas postales que
rado y querido Roberto. Abro entonces Gianni me regaló, en las que reproducía un
la computadora y encuentro la comunicación poema y una imagen. Entre ellas estaba tu
enviada por la Casa de las Américas. Me temía «Ringraziamento al Zoologico per una lezio-
que en cualquier momento iba a suceder, pues ne», y eso me llevó a la sección de mi biblio-
por primera vez un mensaje mío había quedado teca que te está dedicada. Entre otros libros
sin respuesta; se trataba de un e-mail que le tuyos, ahí está Algo semejante a los monstruos
envié cuando estaba preparando un trabajo para antediluvianos, y buscando el original de esos
presentar en la jornada que en junio tuvo lugar versos me fui leyendo todo el resto: qué ma-
en la Sapienza sobre «Relaciones transatlánti- ravilla tu poesía, Roberto. Gracias.
cas entre Italia y América latina». Dediqué una
sección de mi trabajo a otro querido amigo que Gracias, sí, Roberto, que a la vez nos has le-
nos dejó, Gianni Toti. Y estas que copio son las gado una obra que sienta bases para la reflexión
líneas donde en mi mensaje a Roberto me refería intelectual y has iluminado la realidad con tu
a hallazgos que no puedo llamar inesperados: poesía. Seguirás estando con nosotros.

44
ÁLVARO CASTILLO GRANADA

H
ace un momento me acabo de enterar, mirar. De «qué cosa más grande, caballero...». 
don Roberto. Me honró con su amistad. Ese es uno de los
Hace apenas un momento. grandes honores y privilegios que me dio la vida.
Apenas leí la noticia me quedé de una pieza. Sigo asombrado, don Roberto... Qué le voy a
Me paré frente a su sección de mi biblioteca: mi hacer... Las lágrimas en este momento empiezan
retamaroteca. No saqué ninguno de sus libros a salir de mis ojos. Sí: «Hoy eres menos». Hoy
para abrir una página al azar como hacía, como soy menos. Hoy somos menos. Hasta siempre,
hago, con frecuencia. No. Los miré a todos en don Roberto Fernández Retamar. Este librero le
conjunto a lo largo y ancho del estante donde da las gracias por todo.
habitan y permanecen. Uno tras otro forman un En medio de mis «libros desordenados y bellos
inmenso cuerpo que, a través de una voz esplen- como un bosque» lo recordaré diciéndome
dorosa, habla preguntando y preguntándose. «Alvarito». Usted para siempre fue y será «don
De usted (sé que es una exageración) es Roberto». Así siempre lo prefirió mi corazón y
el autor de quien tengo más libros dedica- «con una sola vida para vivir, / Una vida que han
dos: ciento setenta. Sí, tengo ciento setenta entregado / Como se entrega lo que solo existe
dedicatorias suyas. Para mí, para conmigo.  si se comparte».
Si hay un escritor, una voz, que habita todo lo que Fue un honor haber compartido con usted,
escribo es la suya. Trato de capturar en mis textos contigo, compañero.
la música y el ritmo que habitan sus poemas. Esa
manera de cantar conversando. De abrazar. De 20 de julio de 2019

Con Mariano Rodríguez,


Gabriel García Márquez
y Haydee Santamaría,
en la década del setenta

45
CONSEJO LATINOAMERICANO DE CIENCIAS SOCIALES

L
a cultura está de luto con la desaparición ser un referente indispensable de la cultura del
de Roberto Fernández Retamar, poeta, in- que varias generaciones se nutrieron. Seguirá
telectual y ensayista cubano que, desde la por siempre con nosotros, en nosotros. Com-
isla caribeña que lo vio nacer, irradió sus versos prometido desde sus albores con la Revolución
y su pensamiento hacia toda Latinoamérica y el Cubana, ocupó en estos sesenta años diferentes
mundo. responsabilidades políticas y culturales. Entre
Clacso lamenta con profundo dolor el falle- otros, fue integrante del Consejo de Estado
cimiento de este hombre que, con su trabajo, encargado de la Cultura y, hasta su último día,
su lucidez intelectual y su compromiso, supo presidente de la Casa de las Américas.

GABRIEL CORTIÑAS

A
yer muy tarde me enteré de la muerte de las mejores energías para lo que tenga que venir.
Retamar y no pude no pensar en ustedes, en Se fue un grande y, como ya saben, su obra ahora
los desafíos y en cómo se deberían sentir. está en ustedes. Desde el sur, les mando un abrazo
Este correo no tiene más que ese fin: hacerles llegar a las compañeras y los compañeros de la Casa.

46
Fotografía de Paolo Gasparini, 1965 y manuscrito
ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

Que veremos arder*


A Marcia Leiseca, conversando
hacia la Plaza de la Revolución

Abel derramó su sangre en el comienzo.


No lo siguieron más que los humildes, los olvidados.
Y, luego de andar sobre el mar,
Quedaron doce, y todo empezó de nuevo.
Bajaron con barbas al romper el año,
Y tuvieron discípulos sobre la vasta tierra.

Eso lo sabía ya el libro.

Pero los símbolos que ellos hicieron


No tenían libros: los que hicieron las cosas
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 48

No tenían nombres, o al menos sus nombres


No los sabía nadie. Las fechas que llenaron
Estaban vacías como una casa vacía.

Ahora sabemos lo que significan Cuartel Moncada, 26,


Lo que significan Camilo, Che, Girón, Escambray, octubre.
Los libros lo recogen y lo proponen.

El viento inmenso que lo afirma, barre las montañas y los llanos


Donde los que no tienen nombres,
O cuyos nombres no conoce nadie todavía,
Preparan en la sombra llamaradas
Para fechas vacías que veremos arder. c
* Publicado en Casa de las Américas, No. 40, enero-febrero de 1967, p. 104.

48
Cuerpo que no está claro*
La boca (no el hombre) solloza como un arpa,
Ridícula como el sollozo de un arpa,
Porque no tiene los tabacos armoniosos de antaño
(Los dulcísimos, los inolvidables tabacos de antaño)
Sino muy de tarde en tarde, de sobresalto en sobresalto;
Las piernas deploran las colas como a enemigos personales;
El pecho resopla en las frías madrugadas del campo,
Suelta su disnea modesta, nada histórica,
Entre las pacíficas hamacas crujientes;
Los brazos (¿y qué decir de los hombros?, ¿qué de la cintura?)
Llega un momento en que no pueden más
De picos, palas, guatacas, mochas;
El esqueleto parece hecho de cristal y de astucia
Cuando se engrasan de nuevo los himnos de matar;
A la piel le molesta el calor, los ojos necesitan más luz,
El cuerpo todo añora menos desorden, algún reposo, mariscos, aves, frutas,
Y hasta las sobresaltadas contradanzas del vino.
¡Qué poco claro está este cuerpo!

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 49


Pero el alma lo empuña como una espada
(Como dicen que se empuñaban las espadas),
Lo endereza, le hace tragarse sus silencios,
Le cierra la mano huesuda sobre la herramienta,
Le enciende deshilachados cigarros en la boca,
Lo empuja sobre un caballo, lo monta en un barco de latón,
Le desliza algunas ideas en la cabeza,
Lo hace trabajar soñar esperar.

El alma, esa parte que, según nos aseguran,


También es definitivamente mortal. c

* Publicado en Casa de las Américas, No. 60, mayo-junio de 1970, p. 93.

49
Caliban*

Una pregunta

U
n periodista europeo, de izquierda por más señas, me ha
preguntado hace unos días: «¿Existe una cultura latinoa-
mericana?». Conversábamos, como es natural, sobre la
reciente polémica en torno a Cuba, que acabó por enfrentar,
por una parte, a algunos intelectuales burgueses europeos (o
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 50-93

aspirantes a serlo), con visible nostalgia colonialista; y por otra,


a la plana mayor de los escritores y artistas latinoamericanos
que rechazan las formas abiertas o veladas de coloniaje cultural
y político. La pregunta me pareció revelar una de las raíces de
la polémica, y podría enunciarse también de esta otra mane-
ra: «¿Existen ustedes?». Pues poner en duda nuestra cultura
es poner en duda nuestra propia existencia, nuestra realidad
humana misma, y por tanto estar dispuestos a tomar partido
en favor de nuestra irremediable condición colonial, ya que se
* Estas páginas son solo unos apuntes en sospecha que no seríamos sino eco desfigurado de lo que sucede
que resumo opiniones y esbozo otras en otra parte. Esa otra parte son, por supuesto, las metrópolis,
para la discusión sobre la cultura en los centros colonizadores, cuyas «derechas» nos esquilmaron,
nuestra América. El trabajo apareció
originalmente en Casa de las Amé‑ y cuyas supuestas «izquierdas» han pretendido y pretenden
ricas, No. 68, septiembre-octubre orientarnos con piadosa solicitud. Ambas cosas, con el auxilio
de 1971. de intermediarios locales de variado pelaje.

50
Si bien este hecho, de alguna manera, es Tampoco puede establecerse un acercamien-
padecido por todos los países que emergen del to necesario entre mestizaje y mundo colonial.
colonialismo –esos países nuestros a los que Este último es sumamente complejo,1 a pesar
esforzados intelectuales metropolitanos han lla- de básicas afinidades estructurales, y ha inclui-
mado torpe y sucesivamente barbarie, pueblos de do países de culturas definidas y milenarias,
color, países subdesarrollados, Tercer Mundo–, algunos de los cuales padecieron o padecen la
creo que el fenómeno alcanza una crudeza sin- ocupación directa –la India, Vietnam– y otros
gular al tratarse de la que Martí llamó «nuestra la indirecta –China–; países de ricas culturas,
América mestiza». Aunque puede fácilmente menos homogéneos políticamente, y que han
defenderse la indiscutible tesis de que todo hom- sufrido formas muy diversas de colonialismo –el
bre es un mestizo, e incluso toda cultura; aunque mundo árabe–; países, en fin, cuyas osamentas
esto parece especialmente válido para el caso de fueron salvajemente desarticuladas por la espan-
las colonias, sin embargo, tanto en el aspecto tosa acción de los europeos –pueblos del África
étnico como en el cultural es evidente que los negra–, a pesar de lo cual conservan también
países capitalistas alcanzaron hace tiempo una cierta homogeneidad étnica y cultural: hecho este
relativa homogeneidad en este orden. Casi ante último, por cierto, que los colonialistas trataron
nuestros ojos se han realizado algunos reajus- de negar criminal y vanamente. Aunque en estos
tes: la población blanca de los Estados Unidos pueblos, en grado mayor o menor, hay mestizaje,
(diversa, pero de común origen europeo) exter- es siempre accidental, siempre al margen de su
minó a la población aborigen y echó a un lado línea central de desarrollo.
a la población negra, para darse por encima de Pero existe en el mundo colonial, en el planeta,
divergencias esa homogeneidad, ofreciendo así un caso especial: una vasta zona para la cual el
el modelo coherente que sus discípulos los nazis mestizaje no es el accidente, sino la esencia, la
pretendieron aplicar incluso a otros conglome- línea central: nosotros, «nuestra América mes-
rados europeos, pecado imperdonable que llevó tiza». Martí, que tan admirablemente conocía el
a algunos burgueses a estigmatizar en Hitler lo idioma, empleó este adjetivo preciso como una
que aplaudían como sana diversión dominical señal distintiva de nuestra cultura, una cultura
en westerns y películas de Tarzán. Esos filmes de descendientes de aborígenes, de africanos, de
proponían al mundo –incluso a quienes estamos europeos –étnica y culturalmente hablando. En su
emparentados con esas comunidades agredidas y «Carta de Jamaica» (1815), el Libertador Simón
nos regocijábamos con la evocación de nuestro Bolívar había proclamado: «Nosotros somos un
exterminio– el monstruoso criterio racial que pequeño género humano: poseemos un mundo
acompaña a los Estados Unidos desde su arran- aparte, cercado por dilatados mares, nuevo en
cada hasta el genocidio en Indochina. Menos a la
vista el proceso (y quizá, en algunos casos, me- 1 Ver Yves Lacoste: Les pays sous-développés, París, 1959,
esp. pp. 82-84. Una tipología sugestiva y polémica de
nos cruel), los otros países capitalistas también los países extraeuropeos ofrece Darcy Ribeiro en Las
se han dado una relativa homogeneidad racial Américas y la civilización, trad. de R. Pi Hugarte, t. 1,
y cultural, por encima de divergencias internas. Buenos Aires, 1969, pp. 112-128.

51
casi todas las artes y ciencias»; y en su mensaje Este hecho está en la raíz de incontables
al Congreso de Angostura (1819) añadió: malentendidos. A un euronorteamericano podrán
entusiasmarlo, dejarlo indiferente o deprimirlo
Tengamos en cuenta que nuestro pueblo no es las culturas china o vietnamita o coreana o árabe
el europeo, ni el americano del norte, que más o africanas, pero no se le ocurriría confundir a
bien es un compuesto de África y de América un chino con un noruego, ni a un bantú con un
que una emancipación de Europa, pues que italiano; ni se le ocurriría preguntarles si existen.
hasta la España misma deja de ser europea Y en cambio, a veces a algunos latinoamericanos
por su sangre africana, por sus institucio- se los toma como aprendices, como borradores
nes y por su carácter. Es imposible asignar o como desvaídas copias de europeos, inclu-
con propiedad a qué familia humana perte- yendo entre estos a los blancos de lo que Martí
necemos. La mayor parte del indígena se ha llamó «la América europea», así como a nuestra
aniquilado; el europeo se ha mezclado con el cultura toda se la toma como un aprendizaje, un
americano y con el africano, y este se ha mez- borrador o una copia de la cultura burguesa eu-
clado con el indio y con el europeo. Nacidos ropea («una emanación de Europa», como decía
todos del seno de una misma madre, nuestros Bolívar): este último error es más frecuente que
padres, diferentes en origen y en sangre, son el primero, ya que confundir a un cubano con un
extranjeros, y todos difieren visiblemente en inglés o a un guatemalteco con un alemán suele
la epidermis; esta desemejanza, trae un reto estar estorbado por ciertas tenacidades étnicas;
de la mayor trascendencia. parece que los rioplatenses andan en esto menos
diferenciados étnica aunque no culturalmente. Y
Ya en este siglo, en un libro confuso como es que en la raíz misma está la confusión, porque
suyo, pero lleno de intuiciones (La raza cósmi‑ descendientes de numerosas comunidades indí-
ca, 1925), el mexicano José Vasconcelos señaló genas, europeas, africanas, asiáticas, tenemos,
que en la América Latina se estaba forjando una para entendernos, unas pocas lenguas: las de
nueva raza, «hecha con el tesoro de todas las los colonizadores. Mientras otros coloniales o
anteriores, la raza final, la raza cósmica».2 excoloniales, en medio de metropolitanos, se
ponen a hablar entre sí en sus lenguas, nosotros,
2 Un resumen sueco de lo que se sabe sobre esta materia se los latinoamericanos y caribeños, seguimos con
encontrará en el estudio de Magnus Mörner La mezcla de nuestros idiomas de colonizadores. Son las linguas
razas en la historia de América Latina, trad., revisada por francas capaces de ir más allá de las fronteras
el autor, de Jorge Piatigorsky, Buenos Aires, 1969. Allí se
reconoce que «ninguna parte del mundo ha presenciado que no logran atravesar las lenguas aborígenes ni
un cruzamiento de razas tan gigantesco como el que los créoles. Ahora mismo, que estoy discutiendo
ha estado ocurriendo en América Latina y en el Caribe con estos colonizadores, ¿de qué otra manera
desde 1492» (15). Por supuesto, lo que me interesa en puedo hacerlo, sino en una de sus lenguas, que
estas notas no es el irrelevante hecho biológico de es ya también nuestra lengua, y con tantos de
las «razas», sino el hecho histórico de las «culturas»:
Ver Claude Lévi-Strauss: Race et histoire [1952]... sus instrumentos conceptuales, que también
París, 1968, passim. son ya nuestros instrumentos conceptuales?

52
No es otro el grito extraordinario que leímos en de los hombres que darían material para aquel
una obra del que acaso sea el más extraordinario símbolo. El domingo 4 de noviembre de 1492,
escritor de ficción que haya existido. En La tem‑ a menos de un mes de haber llegado Colón al
pestad, la obra última (en su integridad) de Wi- continente que sería llamado América, aparece
lliam Shakespeare, el deforme Caliban, a quien esta anotación: «Entendió también que lejos de allí
Próspero robara su isla, esclavizara y enseñara el había hombres de un ojo, y otros con hocicos de
lenguaje, lo increpa: «Me enseñaron su lengua, perros que comían a los hombres»;3 el viernes 23
y de ello obtuve/ El saber maldecir. ¡La roja de noviembre, esta otra: «la cual decían que era
plaga/ Caiga en ustedes, por esa enseñanza!». muy grande [la isla de Haití: Colón la llamaba
(«You tought me language, and my profit on’t/ por error Bohío], y que había en ella gente que
Is, I know to curse. The red plague rid you/ For tenía un ojo en la frente, y otros que se llamaban
learning me your language!»). (La tempestad, caníbales, a quienes mostraban tener gran mie-
acto I, escena 2). do». El martes 11 de diciembre se explica «que
caniba no es otra cosa que la gente del gran Can»,
Para la historia de Caliban lo que da razón de la deformación que sufre el
nombre caribe –también usado por Colón: en la
Caliban es anagrama forjado por Shakespeare a
partir de «caníbal» –expresión que, en el sentido 3 En las palabras iniciales de su Diario, dirigidas a los
de antropófago, ya había empleado en otras obras Reyes Católicos, Colón menciona «la información que
como La tercera parte del rey Enrique VI y Ote‑ yo había dado a Vuestras Altezas de las tierras de India y
de un príncipe que es llamado Gran Can, que quiere decir
lo–, y este término, a su vez, proviene de «caribe».
en nuestro romance Rey de los Reyes». En lo que toca al
Los caribes, antes de la llegada de los europeos, término «caribe» y su evolución, ver Pedro Henríquez
a quienes hicieron una resistencia heroica, eran Ureña: «Caribe» [1938], Observaciones sobre el
los más valientes, los más batalladores habitantes español en América y otros estudios fllológicos,
de las tierras que ahora ocupamos nosotros. Su comp. y pról.. de Juan Carlos Ghiano, Buenos
Aires, 1976. Y en lo que toca a la atribución de antro-
nombre es perpetuado por el Mar Caribe (al que
pofagia a los caribes, ver estos autores, que impugnan
algunos llaman simpáticamente el Mediterráneo tal atribución: Julio C. Salas: Etnografía americana. Los
americano; algo así como si nosotros llamára- indios caribes. Estudio sobre el origen del mito de la
mos al Mediterráneo el Caribe europeo). Pero ese antropofagia, Madrid, 1920; Richard B. Moore: Caribs,
nombre, en sí mismo –caribe–, y en su deformación «Canibals» and Human Relations, Barbados, 1972; Jalil
Sued Badillo: Los caribes: realidad o fábula. Ensayo de
caníbal, ha quedado perpetuado, a los ojos de los
rectificación histórica, Río Piedras, Puerto Rico, 1978;
europeos, sobre todo de manera infamante. Es W. Arens: «2. Los Antropófagos Clásicos», El mito del
este término, este sentido, el que recoge y elabora canibalismo, antropología y antropofagia [1979], trad.
Shakespeare en su complejo símbolo. Por la im- del inglés por Stella Mastrángelo, México, 1981;
portancia excepcional que tiene para nosotros, vale Peter Hulme: «1. Columbus and the Cannibals» y
«2. Caribs and Arawaks», Colonial Encounters. Eu‑
la pena trazar sumariamente su historia.
rope and the Natíve Caribbean, 1492-1797, Londres
En el Diario de navegación de Cristóbal Co- y Nueva York, 1986. En los tres últimos títulos se
lón aparecen las primeras menciones europeas ofrecen amplias bibliografías.

53
propia carta «fecha en la carabela, sobre la Isla puede añadirse, a propósito de ambas visiones.
de Canaria», el 15 de febrero de 1493, en que La de la criatura edénica es, para decirlo en un
Colón anuncia al mundo su «descubrimiento», lenguaje más moderno, una hipótesis de trabajo
escribe: «así que monstruos no he hallado, ni de la izquierda de la burguesía, que de ese modo
noticia, salvo de una isla [de Quarives], la se- ofrece el modelo ideal de una sociedad perfecta
gunda a la entrada de las Indias, que es poblada que no conoce las trabas del mundo feudal contra
de una gente que tienen en todas las islas por el cual combate en la realidad esa burguesía. En
muy feroces, los cuales comen carne humana».4 general, la visión utópica echa sobre estas tierras
Esta imagen del caribe/caníbal contrasta con los proyectos de reformas políticas no realiza-
la otra imagen del hombre americano que Co- dos en los países de origen, y en este sentido no
lón ofrece en sus páginas: la del arauaco de las podría decirse que es una línea extinguida; por
grandes Antillas –nuestro taíno en primer lugar–, el contrario, encuentra peculiares continuado-
a quien presenta como pacífico, manso, incluso res –aparte de los continuadores radicales que
temeroso y cobarde. Ambas visiones de aboríge- serán los revolucionarios consecuentes– en los
nes americanos van a difundirse vertiginosamente numerosos consejeros que proponen incansable-
por Europa, y a conocer singulares desarrollos. El mente a los países que emergen del colonialismo
taíno se transformará en el habitante paradisíaco mágicas fórmulas metropolitanas para resolver
de un mundo utópico: ya en 1516, Tomás Moro los graves problemas que el colonialismo nos ha
publica su Utopía, cuyas impresionantes simili- dejado, y que, por supuesto, ellos no han resuelto
tudes con la isla de Cuba ha destacado, casi hasta en sus propios países. De más está decir la irri-
el delirio, Ezequiel Martínez Estrada.5 El caribe, tación que produce en estos sostenedores de «no
por su parte, dará el caníbal, el antropófago, el hay tal lugar» la insolencia de que el lugar exista,
hombre bestial situado irremediablemente al y, como es natural, con las virtudes y defectos
margen de la civilización, y a quien es menester no de un proyecto, sino de una genuina realidad.
combatir a sangre y fuego. Ambas visiones están En cuanto a la visión del caníbal, ella se corres-
menos alejadas de lo que pudiera parecer a pri- ponde –también en un lenguaje más de nuestros
mera vista, constituyendo simplemente opciones días– con la derecha de aquella misma burguesía.
del arsenal ideológico de la enérgica burguesía Pertenece al arsenal ideológico de los políticos
naciente. Francisco de Quevedo traducía Utopía de acción, los que realizan el trabajo sucio del
como «No hay tal lugar». «No hay tal hombre», que van a disfrutar igualmente los encantadores
soñadores de utopías. Que los caribes hayan sido
4 La carta de Colón anunciando el descubrimiento del tal como los pintó Colón (y tras él una inacabable
Nuevo Mundo, 15 de febrero-14 de marzo 1493, Ma- caterva de secuaces), es tan probable como que
drid, 1956, p. 20. hubieran existido los hombres de un ojo y otros
5 Ezequiel Martínez Estrada: «El Nuevo Mundo, la isla de con hocico de perro, o los hombres con cola, o
Utopía y la isla de Cuba», en Cuadernos Americanos,
las amazonas, que también menciona en sus pá-
marzo-abril de 1963; en Casa de las Américas, No. 33,
noviembre-diciembre de 1965. Este último número es ginas, donde la mitología grecolatina, el bestiario
un Homenaje a Ezequiel Martínez Estrada. medieval, Marco Polo y la novela de caballería

54
hacen lo suyo. Se trata de la característica versión la presentación de aquellas criaturas que «guar-
degradada que ofrece el colonizador del hombre dan vigorosas y vivas las propiedades y virtudes
al que coloniza. Que nosotros mismos hayamos naturales, que son las verdaderas y útiles».6
creído durante un tiempo en esa versión solo En 1603 aparece publicada la traducción al
prueba hasta qué punto estamos inficionados inglés de los Ensayos de Montaigne, realizado
con la ideología del enemigo. Es característico por Giovanni Floro. No solo Floro era amigo
que el término caníbal lo hayamos aplicado, por personal de Shakespeare, sino que se conserva el
antonomasia, no al extinguido aborigen de nues- ejemplar de esta edición que Shakespeare poseyó
tras islas, sino al negro de África que aparecía en y anotó. Este dato no tendría mayor importancia
aquellas avergonzantes películas de Tarzán. Y es si no fuera porque prueba sin lugar a dudas que el
que el colonizador es quien nos unifica, quien libro fue una de las fuentes directas de la última
hace ver nuestras similitudes profundas más allá gran obra de Shakespeare, La tempestad (1611).
de accesorias diferencias. Incluso uno de los personajes de la comedia,
La versión del colonizador nos explica que el Gonzalo, que encarna al humanista renacentista,
caribe, debido a su bestialidad sin remedio, no glosa de cerca, en un momento, líneas enteras del
quedó otra alternativa que exterminarlo. Lo que Montaigne de Floro, provenientes precisamente
no nos explica es por qué, entonces, antes incluso del ensayo «De los caníbales». Y es este hecho
que el caribe, fue igualmente exterminado el lo que hace más singular aún la forma como
pacífico y dulce arauaco. Simplemente, en un Shakespeare presenta a su personaje Caliban/
caso como en otro, se cometió contra ellos uno de caníbal. Porque si en Montaigne –indudable
los mayores etnocidios que recuerda la historia. fuente literaria, en este caso, de Shakespeare–
(Innecesario decir que esta línea está aún más «nada hay de bárbaro ni de salvaje en esas na-
viva que la anterior). En relación con esto, será ciones [...] lo que ocurre es que cada cual llama
siempre necesario destacar el caso de aquellos barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres»,7
hombres que, al margen tanto del utopismo –que en Shakespeare, en cambio, Caliban/caníbal
nada tenía que ver con la América concreta– es un esclavo salvaje y deforme para quien son
como de la desvergonzada ideología del pillaje, pocas las injurias. Sucede, sencillamente, que
impugnaron desde su seno la conducta de los Shakespeare, implacable realista, asume aquí
colonialistas, y defendieron apasionada, lúcida, al diseñar a Caliban la otra opción del naciente
valientemente a los aborígenes de carne y hueso: mundo burgués. En cuanto a la visión utópica,
a la cabeza de esos hombres, la figura magnífica ella existe en la obra, sí, pero desvinculada de
del padre Bartolomé de Las Casas, a quien Bo- Caliban: como se dijo antes, es expresada por
lívar llamó «el Apóstol de la América», y Martí el armonioso humanista Gonzalo. Shakespeare
elogió sin reservas. Esos hombres, por desgracia, verifica, pues, que ambas maneras de considerar
no fueron sino excepciones.
Uno de los más difundidos trabajos europeos 6 Miguel de Montaigne: Ensayos, trad. de C. Román y
en la línea utópica es el ensayo de Montaigne Salamero, t.1, Buenos Aires, 1948, p. 248.
«De los caníbales», aparecido en 1580. Allí está 7 Loc. cit.

55
lo americano, lejos de ser opuestas, eran per- interpretaciones. La primera de ellas proviene de
fectamente conciliables. Al hombre concreto, Ernest Renan, quien en 1878 publica su drama
presentarlo como un animal, robarle la tierra, Caliban, continuación de La tempestad.10 En
esclavizarlo para vivir de su trabajo y, llegado esta obra, Caliban es la encarnación del pueblo,
el caso, exterminarlo: esto último, siempre que presentado a la peor luz, solo que esta vez su
se contara con quien realizara en su lugar las conspiración contra Próspero tiene éxito, y llega
duras faenas. En un pasaje revelador, Próspero al poder, donde seguramente la ineptitud y la
advierte a su hija Miranda que no podrían pasar- corrupción le impedirán permanecer. Próspero
se sin Caliban: «De él no podemos prescindir. espera en la sombra su revancha. Ariel desapare-
Nos hace el fuego,/ Sale a buscarnos leña, y nos ce. Esta lectura debe menos a Shakespeare que a
sirve/ A nuestro beneficio». («We cannot miss la Comuna de París, la cual ha tenido lugar solo
him: he does make our fire/ Fetch in our wood siete años antes. Naturalmente, Renan estuvo
and serves in offices/ That profit us»). (Acto I, entre los escritores de la burguesía francesa que
escena 2). En cuanto a la visión utópica, ella tomaron partido feroz contra el prodigioso «asalto
puede –y debe– prescindir de los hombres de al cielo».11 A partir de esa hazaña, su antidemo-
carne y hueso. Después de todo, no hay tal lugar. cratismo se encrespa aún más: «en sus Diálogos
Que La tempestad alude a América, que su filosóficos», nos dice Lidsky, «piensa que la so-
isla es la mitificación de una de nuestras islas, lución estaría en la constitución de una élite de
no ofrece a estas alturas duda alguna. Astrana
10 Ernest Renan: Caliban. Suite de «La tempéte», Pa-
Marín, quien menciona el «ambiente claramente rís, 1878. (Curiosamente tres años después, en 1881,
indiano (americano) de la isla», recuerda algu- Renan publicó también L’eau de Jouvence. Suite de
no de los viajes reales, por este continente, que «Caliban», en que se retractó de algunas tesis centrales
inspiraron a Shakespeare, e incluso le propor- de su pieza anterior, explicando: «Amo a Próspero, pero
cionaron, con ligeras variantes, los nombres de no amo en absoluto a las gentes que lo restablecerían en
el trono. Caliban, mejorado por el poder, me complace
no pocos de sus personajes: Miranda, Sebastián, más. [...] Próspero, en la obra presente, debe renunciar
Alonso, Gonzalo, Setebos.8 Más importante que a todo sueño de restauración por medio de sus antiguas
ello es saber que Caliban es nuestro caribe. armas. Caliban, en el fondo, nos presta más servicios que
No me interesa seguir todas las lecturas po- los que nos prestaría Próspero restaurado por los jesuítas
sibles que desde su aparición se hayan hecho de y los zuavos pontificales. [...] Conservemos a Caliban;
tratemos de encontrar un medio de enterrar honorable-
esta obra notable.9 Bastará con señalar algunas mente a Próspero y de incorporar a Ariel a la vida, de
tal manera que no esté tentado ya, por motivos futiles,
8 William Shakespeare: Obras completas, trad., estudio de morir a causa de cualquier cosa». Renan reunió esas
preliminar y notas de Luis Astrana Marín, Madrid, 1961, y otras piezas teatrales en Drames philosophiques,
pp. 107-108. París, 1888. Ahora es más fácil consultarlos en sus
9 Así, por ejemplo, Jan Kott nos advierte que hasta el siglo xix Oeuvres complètes, tomo III [...], París, 1949. La cita
«hubo varios sabios shakespearólogos que intentaron leer que acabo de hacer está en las pp. 440 y 441).
La tempestad como una biografía en el sentido literal, o 11 Ver Arthur Adamov: La Commune de París (8 mars-28
como un alegórico drama político». J. K.: Apuntes sobre mai 1871), Antologie, París, 1959; y especialmente Paul
Shakespeare, trad. de J. Maurizio, Barcelona, 1969, p. 353. Lidsky: Les écrivains contre la Commune, París, 1970.

56
seres inteligentes que gobiernen y posean todos de honor, gobiérnesela con justicia, extrayendo
los secretos de la ciencia».12 Característicamente, de ella, por el beneficio de un gobierno así,
el elitismo aristocratizante y prefascista de Re- abundantes bienes, y ella estará satisfecha;
nan, su odio al pueblo de su país, está unido a un una raza de trabajadores de la tierra es el negro
odio mayor aún a los habitantes de las colonias. [...]; una raza de amos y de soldados, es la raza
Es aleccionador oírlo expresarse en este sentido: europea [...]. Que cada uno haga aquello para
lo que está preparado, y todo irá bien.14
Aspiramos [dice], no a la igualdad sino a la
dominación. El país de raza extranjera deberá Innecesario glosar estas líneas que, como dice
ser de nuevo un país de siervos, de jornaleros con razón Césaire, no pertenecen a Hitler, sino
agrícolas o de trabajadores industriales. No al humanista francés Ernest Renan.
se trata de suprimir las desigualdades entre Es sorprendente el primer destino del mito de
los hombres, sino de ampliarlas y hacer de Caliban en nuestras propias tierras americanas.
ellas una ley.13 Veinte años después de haber publicado Renan
su Caliban, es decir, en 1898, los Estados Unidos
Y en otra ocasión: intervienen en la guerra de Cuba contra España por
su independencia, y someten a Cuba a su tutelaje,
La regeneración de las razas inferiores o bas- convirtiéndola, a partir de 1902 (y hasta 1959), en
tardas por las razas superiores está en el orden su primera neocolonia, mientras Puerto Rico y
providencial de la humanidad. El hombre de las Filipinas pasaban a ser colonias suyas de tipo
pueblo es casi siempre, entre nosotros, un tradicional. El hecho –que había sido previsto
noble desclasado, su pesada mano está mucho por Martí muchos años antes– conmueve a la
mejor hecha para manejar la espada que el útil intelligentsia hispanoamericana. En otra parte
servil. Antes que trabajar, escoge batirse, es he recordado que «el 98» no es solo una fecha
decir, que regresa a su estado primero. Regere española, que da nombre a un complejo equipo de
imperio populos, he aquí nuestra vocación. escritores y pensadores de aquel país, sino también,
Arrójese esta devorante actividad sobre países y acaso sobre todo, una fecha hispanoamericana,
que, como China, solicitan la conquista extran- la cual debía servir para designar un conjunto
jera. [...] La naturaleza ha hecho una raza de no menos complejo de escritores y pensadores
obreros, es la raza china, de una destreza de de este lado del Atlántico, a quienes se suele
mano maravillosa, sin casi ningún sentimiento llamar con el vago nombre de «modernistas».15
Es el 98 –la visible presencia del imperialismo
12 Paul Lidsky: ob. cit., p. 82.
13 Cit. por Aimé Césaire en Discours sur le colonialisme 14 Cit. en ob. cit., pp. 14-15.
[1950], 3a. ed., París, 1955, p. 13. Es notable esta 15 Ver R.F.R.: «Destino cubano» [1959], en Papelería, La
requisitoria, muchos de cuyos postulados hago míos. Habana, 1962, y sobre todo: «Modernismo, 98, subde-
Traducido parcialmente en Casa de las Américas, sarrollo», trabajo leído en el III Congreso de la Asociación
No. 36-37, mayo-agosto de 1966. Este número está Internacional de Hispanistas, México, 1968. Incluido en
dedicado a África en América. Ensayo de otro mundo, 2a. ed., Santiago de Chile, 1969.

57
norteamericano en la América Latina– lo que, que nosotros los latinoamericanos vendríamos
habiendo sido anunciado por Martí, da razón de curiosamente a formar parte) está amenazada
la obra ulterior de un Darío o un Rodó. por el yanqui «canibalesco». Es bastante poco
Un temprano ejemplo de cómo recibirían el probable que por esa época escritores argelinos
hecho los escritores latinoamericanos del mo- y vietnamitas, pateados por el colonialismo fran-
mento lo tenemos en un discurso pronunciado cés, estuvieran dispuestos a suscribir la primera
por Paul Groussac en Buenos Aires, el 2 de mayo parte de tal criterio. Es también francamente
de 1898: extraño ver que el símbolo de Caliban –donde
Renan supo descubrir con acierto al pueblo, si
Desde la Secesión y la brutal invasión del bien para injuriarlo– sea aplicado a los Estados
Oeste [dice], se ha desprendido libremente el Unidos. Y sin embargo, a pesar de esos desenfo-
espíritu yankee del cuerpo informe y «caliba- ques, característicos por otra parte de la peculiar
nesco», y el viejo mundo ha contemplado con situación de la América Latina, la reacción de
inquietud y temor a la novísima civilización Groussac implicaba un claro rechazo del peli-
que pretende suplantar a la nuestra declarada gro yanqui por los escritores latinoamericanos.
caduca.16 No era, por otra parte, la primera vez que en
nuestro Continente se expresaba tal rechazo.
El escritor francoargentino Groussac siente Aparte de casos de hispanoamericanos como
que «nuestra» civilización (entendiendo por los de Bolívar, Bilbao y Martí, entre otros, la
tal, visiblemente, a la del «Viejo Mundo», de la literatura brasileña conocía el ejemplo de Joa-
16 Cit. en José Enrique Rodó: Obras completas, edición
quín de Sousa Andrade, o Sousândrade, en cuyo
con introd., pról. y notas de Emir Rodríguez Monegal, extraño poema «O Guesa Errante» el canto X
Madrid, 1957, p. 193. Ver también, de Rubén Darío: «El está consagrado a «O inferno de Wall Street»,
triunfo de Calibán», en El Tiempo, Buenos Aires, 20 de «una Walpurgisnacht de bolsistas, policastros y
mayo de 1898 (cit. muy parcialmente en Rodó: ob. cit., negociantes corruptos»;17 y de José Verissimo,
p. 194). En aquel artículo, que no se sabe si Rodó llegó
a conocer, Darío rechaza a esos «búfalos de dientes
quien en un tratado sobre educación nacional,
de plata [...] enemigos míos [...] aborrecedores de la de 1890, al impugnar a los Estados Unidos, es-
sangre latina, [...] los bárbaros», y añade: «No puedo cribió: «los admiro pero no los estimo».
estar de parte de ellos, no puedo estar por el triunfo Ignoro si el uruguayo José Enrique Rodó –cuya
de Calibán. [...] Solo un alma ha sido tan previsora famosa frase sobre los Estados Unidos: «los ad-
sobre este concepto [...] como la de Sáenz Peña; y esa
fue, ¡curiosa ironía del tiempo!, la del padre de Cuba
miro, pero no los amo», coincide literalmente con
libre, la de José Martí» (R.D.: «El triunfo de Calibán», la observación de Verissimo– conocía la obra
en Prosas políticas, introd. de Julio Valle-Castillo y del pensador brasileño; pero es seguro que sí
notas de Jorge Eduardo Arellano, Managua, 1982, conociera el discurso de Groussac, reproducido
pp. 85-86). Darío, citando al curioso ocultista francés en su parte esencial en La Razón, de Montevideo,
Josephin Peladan (a quien atribuye la comparación),
ya había equiparado los Estados Unidos a Caliban en
su «Edgar Allan Poe», en Los raros [1896], Buenos 17 Ver Jean Franco: The Modern Culture of Latin America:
Aires, 1952, p. 20. Society and the Artist, Londres, 1967, p. 49.

58
el 6 de mayo de 1898. Desarrollando la idea allí está acompañada de una apreciación positiva
esbozada, y enriqueciéndola con otras, Rodó de Caliban. Hay que agradecer a este libro de
publica en 1900, a sus veintinueve años, una de Guéhenno el haber ofrecido por primera vez una
las obras más famosas de la literatura hispanoa- versión simpática del personaje.20 Pero el tema
mericana: Ariel. Implícitamente, la civilización hubiera requerido la mano o la rabia de un Paul
norteamericana es presentada allí como Caliban Nizan para lograrse efectivamente.21
(apenas nombrado en la obra), mientras que Ariel Mucho más agudas son las observaciones
vendría a encarnar –o debería encarnar– lo me- del argentino Aníbal Ponce en la obra de 1935
jor de lo que Rodó no vacila en llamar más de Humanismo burgués y humanismo proletario. El
una vez «nuestra civilización» (223 y 226); la libro –que un estudioso del pensamiento del Che
cual, en sus palabras como en las de Groussac, conjetura que debió haber ejercido influencia
no se identifica solo con «nuestra América La- sobre él–22 consagra su tercer capítulo a «Ariel o
tina» (239), sino con la vieja Romania, cuando la agonía de una obstinada ilusión». Al comentar
no con el Viejo Mundo todo. La identificación La tempestad, dice Ponce: «en aquellos cuatro
Caliban-Estados Unidos que propuso Groussac seres ya está toda la época: Próspero es el tirano
y divulgó Rodó estuvo seguramente desacertada. ilustrado que el Renacimiento ama; Miranda, su
Abordando el desacierto por un costado, comen- linaje; Calibán, las masas sufridas [Ponce citará
tó José Vasconcelos: «si los yanquis fueran no luego a Renan, pero no a Guéhenno]; Ariel,
más Calibán, no representarían mayor peligro».18 el genio del aire, sin ataduras con la vida».23
Pero esto, desde luego, tiene escasa importancia Ponce hace ver el carácter equívoco con que es
al lado del hecho relevante de haber señalado
claramente dicho peligro. Como observó con 20 La visión aguda pero negativa de Jan Kott lo hace
irritarse por este hecho: «Para Renan», dice, «Calibán
acierto Benedetti, «quizá Rodó se haya equivoca- personifica al Demos. En su continuación [...] su Calibán
do cuando tuvo que decir el nombre del peligro, lleva a cabo con éxito un atentado contra Próspero.
pero no se equivocó en su reconocimiento de Guéhenno escribió una apología de Calibán-Pueblo.
dónde estaba el mismo».19 Ambas interpretaciones son triviales. El Calibán shakes-
Algún tiempo después –y desconociendo se- peareano tiene más grandeza» (Ob. cit., p. 398).
guramente la obra del colonial Rodó, quien por 21 La endeblez de Guéhenno para abordar a fondo este
tema se pone de manifiesto en los prefacios en que, en las
supuesto sabía de memoria la de Renan–, la tesis sucesivas ediciones, va desdiciéndose (2a. ed., 1945; 3a.
del Caliban de este es retomada por el escritor ed., 1962) hasta llegar a su libro de ensayos Caliban y
francés Jean Guéhenno, quien publica en 1928, Próspero (París, 1969), donde, al decir de un crítico,
en París, su Caliban habla. Esta vez, sin embar- convertido Guéhenno en «personaje de la sociedad bur-
go, la identificación renaniana Caliban/pueblo guesa y un beneficiario de su cultura», juzga a Próspero
más equitativamente que en tiempos de Caliban habla»
(Pierre Henri Simon en Le Monde, 5 de julio de 1969).
18 José Vasconcelos: Indología, 2a. ed., Barcelona, s.f., 22 Michael Löwy: La pensée de Che Guevara, París, 1970,
pp. x-xiii. p. 19.
19 Mario Benedetti: Genio y figura de José Enrique Rodó, 23 Aníbal Ponce: Humanismo burgués y humanismo pro‑
Buenos Aires, 1966, p. 95. letario, La Habana, 1962, p. 83.

59
presentado Caliban, carácter que revela «alguna no ha encontrado nada mejor que forjar el que
enorme injusticia de parte de un dueño», y en llama «complejo de Próspero», «definido como
Ariel ve al intelectual, atado de modo «menos el conjunto de disposiciones neuróticas incon-
pesado y rudo que el de Calibán, pero al servicio cientes que diseñan a la vez la figura del pater-
también» de Próspero. El análisis que realiza de nalismo colonial» y «el retrato del racista cuya
la concepción del intelectual («mezcla de escla- hija ha sido objeto de una tentativa de violación
vo y mercenario») acuñada por el humanismo (imaginaria) por parte de un ser inferior».25 En
renacentista, concepción que «enseñó como este libro, probablemente por primera vez, Cali-
nadie a desinteresarse de la acción y a aceptar ban queda identificado como el colonial, pero la
el orden constituido», y es por ello hasta hoy, en peregrina teoría de que este siente el «complejo
los países burgueses, «el ideal educativo de las de Próspero», el cual lo lleva neuróticamente
clases gobernantes», constituye uno de los más a requerir, incluso a presentir y por supuesto a
agudos ensayos que en nuestra América se hayan acatar la presencia de Próspero/colonizador, es
escrito sobre el tema. rotundamente rechazada por Frantz Fanon en el
Pero ese examen, aunque hecho por un latino- cuarto capítulo («Sobre el pretendido complejo
americano, se realiza todavía tomando en con- de dependencia del colonizado») de su libro
sideración exclusivamente al mundo europeo. de 1952 Piel negra, máscaras blancas.
Para una nueva lectura de La tempestad –para El primer escritor latinoamericano y caribeño
una nueva consideración del problema–, sería en asumir nuestra identificación (especialmente la
menester esperar a la emergencia de los países del Caribe) con Caliban fue el barbadense George
coloniales que tiene lugar a partir de la Segunda Lamming, en Los placeres del exilio (1960), sobre
Guerra Mundial, esa brusca presencia que lleva todo en los capítulos «Un monstruo, un niño, un
a los atareados técnicos de las Naciones Unidas esclavo» y «Caliban ordena la historia». Aunque
a forjar, entre 1944 y 1945, el término zona eco‑ algún pasaje de su enérgico libro, el cual tiene
nómicamente subdesarrollada para vestir con de ensayo y de autobiografía intelectual, podría
un ropaje verbal simpático (y profundamente hacer creer que no logra romper el círculo que
confuso) lo que hasta entonces se había llamado trazara Mannoni, Lamming señala con claridad
zonas coloniales o zonas atrasadas.24 hermosos avatares americanos de Caliban, como
En acuerdo con esa emergencia aparece en la gran Revolución Haitiana, con L’Ouverture a
París, en 1950, el libro de O. Mannoni Sicología la cabeza, y la obra de C.L.R. James, en especial
de la colonización. Significativamente, la edición su excelente libro sobre aquella revolución, The
en inglés de este libro (Nueva York, 1956) se Black Jacobins (1938). El núcleo de su tesis
llamará Próspero y Caliban: la sicología de la lo expresa en estas palabras: «La historia de
colonización. Para abordar su asunto, Mannoni

24 J.L. Zimmerman: Países pobres, países ricos. La bre‑ 25 O. Mannoni: Phychologie de la colonisation, París, 1950,
cha que se ensancha, trad. de G. González Aramburo, p. 71, cit. por Frantz Fanon en: Peau noire, masques
México, D.F., 1966, p. 1. blancs [1952] (2a. ed.), París [c. 1965], p. 106.

60
Caliban –pues tiene una historia bien turbulenta– dieran a conocer». Sin embargo, esta bondad
pertenece enteramente al futuro».26 es recibida con ingratitud: Calibán, a quien se
En la década del sesenta, la nueva lectura permite vivir en la gruta de Próspero, ha inten-
de La tempestad acabará por imponerse. En El tado violar a Miranda; cuando se le recuerda
mundo vivo de Shakespeare (1964), el inglés esto con mucha severidad, dice impertinente,
John Wain nos dirá que Caliban con una especie de babosa risotada: «¡oh,
jo!... ¡Lástima no haberlo realizado! Tú me lo
produce el patetismo de todos los pueblos impediste; de lo contrario, poblara la isla de
explotados, lo cual queda expresado punzan- Calibanes». Nuestra época [concluye Wain],
temente al comienzo de una época de coloni- que es muy dada a usar la horrible palabra
zación europea que duraría trescientos años. miscegenation (mezcla de razas), no tendrá
Hasta el más ínfimo salvaje desea que lo dejen dificultad en comprender este pasaje.27
en paz antes de ser «educado» y obligado a tra-
bajar para otros, y hay una innegable justicia Y casi al ir a terminar esa década de los se-
en esta queja de Calibán: «¡Porque yo soy el senta, en 1969, y de manera harto significativa,
único súbdito que tenéis, que fui rey propio!». Caliban será asumido con orgullo como nuestro
Próspero responde con la inevitable contesta- símbolo por tres escritores antillanos, cada uno
ción del colono: Calibán ha adquirido cono- de los cuales se expresa en una de las grandes
cimientos e instrucción (aunque recordemos lenguas coloniales del Caribe. Con independen-
que él ya sabía construir represas para coger cia uno de otro, ese año publica el martiniqueño
pescado y también extraer chufas del suelo Aimé Césaire su obra de teatro, en francés,
como si se tratara del campo inglés). Antes de Una tempestad, adaptación de La tempestad de
ser utilizado por Próspero, Calibán no sabía Shakespeare para un teatro negro; el barbadense
hablar: «Cuando tú, hecho un salvaje, ignoran- Edward Kamau Brathwaite, su libro de poemas,
do tu propia significación, balbucías como un en inglés, Islas, entre los cuales hay uno dedicado
bruto, doté tu pensamiento de palabras que lo a «Caliban»; y el autor de estas líneas, su ensayo
en español «Cuba hasta Fidel», en que se habla
26 George Lamming: The Pleasures of Exile, Londres, 1960, de nuestra identificación con Caliban.28 En la
p. 107. No es extraño que al añadir unas palabras a la obra de Césaire, los personajes son los mismos
segunda edición de este libro (Londres, 1984), Lamming que los de Shakespeare, pero Ariel es un esclavo
manifestara su entusiasmo por la Revolución Cubana, que
según él cayó «como un rayo del cielo [...] [y] reordenó
mulato, mientras Caliban es un esclavo negro;
nuestra historia», añadiendo: «La Revolución Cubana fue además, interviene Eshú, «dios-diablo negro».
una respuesta caribeña a esa amenaza imperial que Próspe-
ro concibió como una misión civilizadora» (Ob. cit., p. [7]). 27 John Wain: El mundo vivo de Shakespeare, trad. de J.
Al comentar la primera edición del libro de Lamming, el Silés, Madrid, 1967, pp. 258-259.
alemán Janheinz Jahn había propuesto una identificación 28 Aimé Césaire: Une tempête. Adaptation de La tempête de
Caliban-negritud. (Neo-African Literature: A History of Shakespeare pour un théâtre nègre, París, 1969; Edward
Black Writing, trad. del alemán por Oliver Coburn y Ursula K. Brathwaite: Islands, Londres, 1969; R.F.R.: «Cuba
Lehrburguer, Nueva York, 1969, pp. 239-242). hasta Fidel», en Bohemia, 19 de septiembre de 1969.

61
No deja de ser curiosa la observación de Prós- pero invadió la islas, mató a nuestros ancestros,
pero cuando Ariel regresa lleno de escrúpulos, esclavizó a Caliban y le enseñó su idioma para
después de haber desencadenado, siguiendo entenderse con él: ¿Qué otra cosa puede hacer
las órdenes de aquel, pero contra su propia Caliban sino utilizar ese mismo idioma para
conciencia, la tempestad con que se inicia la maldecir, para desear que caiga sobre él la «roja
obra: «¡Vamos!», le dice Próspero, «¡Tu crisis! plaga»? No conozco otra metáfora más acer-
¡Siempre es lo mismo con los intelectuales!». tada de nuestra situación cultural, de nuestra
El poema de Brathwaite llamado «Caliban» está realidad. De Tupac Amaru, Tiradentes, Tous-
dedicado, significativamente, a Cuba. «En La saint L’Ouverture, Simón Bolívar, José de San
Habana, esa mañana [...]», escribe Brathwaite, Martín, Miguel Hidalgo, José Artigas, Bernardo
«[e]ra el dos de diciembre de mil novecientos O’Higgins, Juana de Azurduy, Benito Juárez,
cincuenta y seis./ Era el primero de agosto de Máximo Gómez, Antonio Maceo, Eloy Alfaro,
mil ochocientos treinta y ocho./ Era el doce de José Martí, a Emiliano Zapata, Amy y Marcus
octubre de mil cuatrocientos noventa y dos.// Garvey, Augusto César Sandino, Julio Antonio
¿Cuántos estampidos, cuántas revoluciones?».29 Mella, Pedro Albizu Campos, Lázaro Cárdenas,
Fidel Castro, Haydee Santamaría, Ernesto Che
Nuestro símbolo Guevara, Carlos Fonseca o Rigoberta Menchú;
del Inca Garcilaso de la Vega, Sor Juana Inés
Nuestro símbolo no es pues Ariel, como pensó de la Cruz, el Aleijadinho, Simón Rodríguez,
Rodó, sino Caliban. Esto es algo que vemos con Félix Varela, Francisco Bilbao, José Hernández,
particular nitidez los mestizos que habitamos Eugenio María de Hostos, Manuel González
estas mismas islas donde vivió Caliban: Prós- Prada, Rubén Darío, Baldomero Lillo u Horacio
Quiroga, a la música popular caribeña, el mura-
29 La nueva lectura de La tempestad ha pasado a ser ya lismo mexicano, Manuel Ugarte, Joaquín García
la habitual en el mundo colonial o referido a él. No Monge, Heitor Villa-Lobos, Gabriela Mistral,
intento, por tanto, sino mencionar unos cuantos ejem-
plos más. Uno, del escritor de Kenya James Nggui:
Oswald y Mário de Andrade, Tarsila do Amaral,
«África y la descolonización cultural», en El Correo César Vallejo, Cándido Portinari, Frida Kahlo,
[de la Unesco], enero de 1971. Otro, de Paul Brown: José Carlos Mariátegui, Manuel Álvarez Bravo,
«“This thing of darkness I acknowledge mine”: The Ezequiel Martínez Estrada, Carlos Gardel, Miguel
Tempest and the Discourse on Colonialism», en Politi‑ Ángel Asturias, Nicolás Guillén, El Indio Fer-
cal Shakespeare. New Essays in Cultural Materialism,
ed. por Jonathan Dollimore y Alan Sinfield, Ithaca y
nández, Oscar Niemeyer, Alejo Carpentier, Luis
Londres, 1985. Ver nuevos ejemplos (y muchos de los Cardoza y Aragón, Edna Manley, Pablo Neruda,
ya citados) en: Rob Nixon: «Caribbean and African Joâo Guimarâes Rosa, Jacques Roumain, Wifredo
Appropiations of The Tempest», en Critical lnquiry, Lam, José Lezama Lima, C.L.R. James, Aimé
No. 13 (Primavera 1987), y José David Saldívar: The Césaire, Juan Rulfo, Roberto Matta, José María
Dialectics of Our America. Genealogy, Cultural Cri‑
tique, and Literary History, Durham y Londres, 1991,
Arguedas, Augusto Roa Bastos, Violeta Parra,
esp. «III. Caliban and Resistance Cultures». Saldívar Darcy Ribeiro, Rosario Castellanos, Aquiles
llega a hablar de «La escuela de Caliban». Nazoa, Frantz Fanon, Ernesto Cardenal, Gabriel

62
García Márquez, Tomás Gutiérrez Alea, Rodolfo Estas observaciones están apoyadas por reali-
Walsh, George Lamming, Kamau Brathwaite, dades incontrovertibles. Que la visión de Rodó
Roque Dalton, Guillermo Bonfil, Glauber Rocha sirvió para planteos posteriores menos ingenuos
o Leo Brouwer, ¿qué es nuestra historia, qué es y más radicales, lo sabemos bien los cubanos con
nuestra cultura, sino la historia, sino la cultura solo remitirnos a la obra de Julio Antonio Mella,
de Caliban? en cuya formación fue decisiva la influencia de
En cuanto a Rodó, si es cierto que equivocó Rodó. En un vehemente trabajo de sus veintiún
los símbolos, como se ha dicho, no es menos años, «Intelectuales y Tartufos» (1924), en que
cierto que supo señalar con claridad al enemigo Mella arremete con gran violencia contra falsos
mayor que nuestra cultura tenía en su tiempo valores intelectuales de su tiempo –a los que
–y en el nuestro–, y ello es enormemente más opondrá los nombres de Unamuno, Vasconcelos,
importante. Las limitaciones de Rodó, que no es Ingenieros, Varona–, Mella escribe:
este el momento de elucidar, son responsables de
lo que no vio o vio desenfocadamente.30 Pero Intelectual es el trabajador del pensamiento. ¡El
lo que en su caso es digno de señalar es lo que trabajador!, o sea, el único hombre que a juicio
sí vio, y que sigue conservando cierta dosis de de Rodó merece la vida [...] aquel que empuña
vigencia y aun de virulencia. la pluma para combatir las iniquidades, como
otros empuñan el arado para fecundar la tierra,
Pese a sus carencias, omisiones e ingenuida- o la espada para libertar a los pueblos, o los
des [ha dicho también Benedetti], la visión puñales para ajusticiar a los tiranos.32
de Rodó sobre el fenómeno yanqui, rigurosa-
mente ubicada en su contexto histórico, fue en Mella volverá a citar a Rodó ese año, 33 y al
su momento la primera plataforma de lanza- siguiente contribuirá a formar en La Habana el
miento para otros planteos posteriores, menos Instituto Politécnico Ariel.34 Es oportuno recordar
ingenuos, mejor informados, más previsores
[...] la casi profética sustancia del arielismo tevideo, junio de 1971. En cambio, ya en 1928 José
Carlos Mariátegui, después de recordar con razón que
rodoniano conserva, todavía hoy, cierta parte
«a Norteamérica capitalista, plutocrática, imperialis-
de su vigencia.31 ta, solo es posible oponer eficazmente una América,
latina o ibera, socialista», añade: «El mito de Rodó
30 «Es abusivo», ha dicho Benedetti, «confrontar a Rodó
no obra ya –no ha obrado nunca– útil y fecundamente
con estructuras, planteamientos, ideologías actuales. Su
sobre las almas». J.C.M.: «Aniversario y balance»
tiempo es otro que el nuestro [...] su verdadero hogar,
[1928], en Ideología y política, Lima, 1969, p. 248.
su verdadera patria temporal, era el siglo xix» (Ob. cit.,
en nota 19, p. 128). 32 Hombres de la Revolución. Julio Antonio Mella, La
Habana, 1971, p. 12.
31 Ibíd., p. 102. Un énfasis aún mayor en la vigencia
actual de Rodó se encuentra en el libro de Arturo Ar- 33 Ibíd., p. 15.
dao Rodó. Su americanismo (Montevideo, 1970), que 34 Ver Erasmo Dumpierre: Mella, La Habana [c. 1965],
incluye una excelente antología del autor de Ariel. Ver p. 145; y también José Antonio Portuondo: «Mella y
también de Ardao: «Del Calibán de Renan al Calibán los intelectuales» [1963], en Crítica de la época, La
de Rodó», en Cuadernos de Marcha, No. 50, Mon- Habana, 1965, p. 98.

63
que ese mismo año 1925, Mella se encuentra manía» que en 1900 denunció Rodó, trate de
también entre los fundadores del primer Partido emascular tan burdamente su obra, solo prueba
Comunista de Cuba. Sin duda el Ariel de Rodó que, en efecto, ella conserva cierta virulencia
sirvió a este primer marxista orgánico de Cuba en su planteo, aunque hoy lo haríamos a partir
–y uno de los primeros del Continente– como de otras perspectivas y con otro instrumental.
«plataforma de lanzamiento» para su meteórica Un análisis de Ariel –que no es esta en abso-
carrera revolucionaria. luto la ocasión de hacer– nos llevaría también
Como ejemplos también de la relativa vigen- a destacar cómo, a pesar de su formación, a
cia que aún en nuestros días conserva el planteo pesar de su antijacobinismo, Rodó combate allí
antiyanqui de Rodó, están los intentos enemigos el antidemocratismo de Renan y Nietzsche (en
de desarmar ese planteo. Es singular el caso de quien encuentra «un abominable, un reaccionario
Emir Rodríguez Monegal, para quien Ariel, ade- espíritu», 224), exalta la democracia, los valores
más de «materiales de meditación filosófica o morales y la emulación. Pero, indudablemente,
sociológica, también contiene páginas de carácter el resto de la obra ha perdido la actualidad que,
polémico sobre problemas políticos de la hora. Y en cierta forma, conserva su enfrentamiento
ha sido precisamente esta condición secundaria gallardo a los Estados Unidos, y la defensa de
pero innegable la que determinó su popularidad nuestros valores.
inmediata y su difusión». La esencial postura Bien vistas las cosas, es casi seguro que es-
de Rodó contra la penetración norteamericana tas líneas de ahora no llevarían el nombre que
aparecerá así como un añadido, como un hecho tienen de no ser por el libro de Rodó, y prefiero
secundario en la obra. Se sabe, sin embargo, que considerarlas también como un homenaje al gran
Rodó la concibió, a raíz de la intervención nortea- uruguayo, cuyo centenario se celebra este año.
mericana en Cuba en 1898, como una respuesta El que el homenaje lo contradiga en no pocos
al hecho. Rodríguez Monegal comenta: puntos no es raro. Ya había observado Medardo
Vitier que «si se produjera una vuelta a Rodó,
La obra así proyectada fue Ariel. En el discur- no creo que sería para adoptar la solución que
so definitivo solo se encuentran dos alusiones dio sobre los intereses de la vida del espíritu,
directas al hecho histórico que fue su primer sino para reconsiderar el problema».36
motor [...] ambas alusiones permiten advertir Al proponer a Caliban como nuestro símbolo,
cómo ha trascendido Rodó la circunstancia me doy cuenta de que tampoco es enteramente
histórica inicial para plantarse de lleno en el nuestro, también es una elaboración extraña,
problema esencial: la proclamada decadencia aunque esta vez lo sea a partir de nuestras
de la raza latina.35 concretas realidades. Pero ¿cómo eludir entera-
mente esta extrañeza? La palabra más venerada
El que un servidor del imperialismo como en Cuba –mambí– nos fue impuesta peyora-
Rodríguez Monegal, aquejado por la «nordo- tivamente por nuestros enemigos, cuando la
35 Emir Rodríguez Monegal: en Rodó: ob. cit. en nota 16, 36 Medardo Vitier: Del ensayo americano, México, 1945,
pp. 192 y 193 (Énfasis de R.F.R.). p. 117.

64
guerra de independencia, y todavía no hemos desde el otro protagonista. El otro protagonista
descifrado del todo su sentido. Parece que tiene de La tempestad no es Ariel, sino Próspero.38 No
una evidente raíz africana, e implicaba, en boca hay verdadera polaridad Ariel-Caliban: ambos
de los colonialistas españoles, la idea de que son siervos en manos de Próspero, el hechicero
todos los independentistas equivalían a los negros extranjero. Solo que Caliban es el rudo e incon-
esclavos –emancipados por la propia guerra de quistable dueño de la isla, mientras Ariel, criatura
independencia–, quienes constituían el grueso aérea, aunque hijo también de la isla, es en ella,
del Ejército Libertador. Los independentistas, como vieron Ponce y Césaire, el intelectual.
blancos y negros, hicieron suyo con honor lo
que el colonialismo quiso que fuera una injuria. Otra vez Martí
Es la dialéctica de Caliban. Nos llaman mambí,
nos llaman negro para ofendernos, pero nosotros Esta concepción de nuestra cultura ya había sido
reclamamos como un timbre de gloria el honor articuladamente expuesta y defendida, en el siglo
de considerarnos descendientes de mambí, des- pasado, por el primero de nuestros hombres en
cendientes de negro alzado, cimarrón, indepen- comprender claramente la situación concreta de
dentista; y nunca descendientes de esclavista. Sin lo que llamó –en denominación que he recordado
embargo, Próspero, como bien sabemos, le ense- varias veces– «nuestra América mestiza»: José
ñó el idioma a Caliban, y, consecuentemente, le Martí,39 a quien Rodó quiso dedicar la primera
dio nombre. ¿Pero es ese su verdadero nombre? edición cubana de Ariel, y sobre quien se propuso
Oigamos este discurso de 1971: escribir un estudio como los que consagrara a
Bolívar y a Artigas, estudio que, por desgracia,
Todavía, con toda precisión, no tenemos al cabo no realizó.40
siquiera un nombre, estamos prácticamente Aunque lo hiciera a lo largo de cuantiosas pá-
sin bautizar: que si latinoamericanos, que si ginas, quizá la ocasión en que Martí ofreció sus
iberoamericanos, que si indoamericanos. Para ideas sobre este punto de modo más orgánico y
los imperialistas no somos más que pueblos apretado fue su artículo de 1891 «Nuestra Amé-
despreciados y despreciables. Al menos lo rica». Pero antes de comentarlo someramente,
éramos. Desde Girón empezaron a pensar un
poco diferente. Desprecio racial. Ser criollo, 38 Jan Kott: ob. cit. en nota 9, p. 377.
ser mestizo, ser negro, ser, sencillamente,
39 Ver Ezequiel Martínez Estrada: «Por una alta cultura
latinoamericano, es para ellos desprecio.37 popular y socialista cubana» [1962], En Cuba y al
servicio de la Revolución Cubana, La Habana, 1963;
Es, naturalmente, Fidel Castro, en el décimo R.F.R: «Martí en su (tercer) mundo» [1964], en Ensayo
aniversario de Playa Girón. de otro mundo, cit.; Noël Salomon: «José Martí et la
prise de conscience latinoaméricaine», en Cuba Sí,
Asumir nuestra condición de Caliban impli-
No. 35-36, 4to. trimestre 1970, 1er. trimestre 1971;
ca repensar nuestra historia desde el otro lado, Leonardo Acosta: «La concepción histórica de Martí»,
en Casa de las Américas, No. 67, julio-agosto de 1971.
37 Fidel Castro: Discurso de 19 de abril de 1971. 40 José Enrique Rodó: ob. cit. en nota 16, pp. 1359 y 1375.

65
querría hacer unas observaciones previas sobre podido leer a Martí sino muy insuficientemente:
el destino de los trabajos de Martí. Martí apenas estaba publicado para entonces. Un
En vida de Martí, el grueso de su obra, texto como el fundamental «Nuestra América»
desparramada por una veintena de periódicos es buen ejemplo de este destino. Los lectores del
continentales, conoció la fama. Sabemos que periódico mexicano El Partido Liberal pudieron
Rubén Darío llamó a Martí «Maestro» (como, leerlo el día 30 de enero de 1891. Es posible que
por otras razones, también lo llamaban en vida algún otro periódico local lo haya republicado,42
sus seguidores políticos) y lo consideró el hispa- aunque la más reciente edición de las Obras com‑
noamericano a quien más admiró. Ya veremos, pletas de Martí no nos indica nada al respecto.
por otra parte, cómo el duro enjuiciamiento de Pero lo más posible es que quienes no tuvieron
los Estados Unidos que Martí solía hacer en sus la suerte de obtener dicho periódico, no pudieron
crónicas era conocido en su época, y le valdría saber de ese texto –el más importante documento
acerbas críticas por parte del proyanqui Sarmien- publicado en esta América desde finales del siglo
to. Pero la forma peculiar en que se difundió la pasado hasta la aparición en 1962 de la Segunda
obra de Martí –quien utilizó el periodismo, la Declaración de La Habana– durante cerca de
oratoria, las cartas, y no publicó ningún libro–, veinte años, al cabo de los cuales apareció en
tiene no poca responsabilidad en el relativo olvi- forma de libro (La Habana, 1911) en la colec-
do en que va a caer dicha obra a raíz de la muerte ción en que empezaron a publicarse las obras de
del héroe cubano en 1895. Solo ello explica que Martí. Por eso le asiste la razón a Manuel Pedro
a nueve años de esa muerte –y a doce de haber González cuando afirma que durante el primer
dejado Martí de escribir para la prensa continen- cuarto de este siglo, las nuevas promociones no
tal, entregado como estaba desde 1892 a la tarea conocían sino muy insuficientemente a Martí.
política–, un autor tan absolutamente nuestro, Gracias a la aparición más reciente de varias
tan insospechable como Pedro Henríquez Ureña, ediciones de sus obras completas –en realidad,
escriba a sus veinte años (1904), en un artículo todavía incompletas– es que «se le ha redescu-
sobre el Ariel de Rodó, que los juicios de este so- bierto y revalorado».43 González está pensando
bre los Estados Unidos son «mucho más severos sobre todo en el deslumbrante aspecto literario
que los formulados por dos máximos pensadores de la obra («la gloria literaria», como él dice).
y geniales psicosociólogos antillanos: Hostos y ¿Qué no podemos decir nosotros del fundamen-
Martí».41 En lo que toca a Martí, esta observación tal aspecto ideológico de la misma? Sin olvidar
es completamente equivocada, y dada la ejem- muy importantes contribuciones previas, hay
plar honestidad de Henríquez Ureña, me llevó a
sospechar primero, y a verificar después, que se 42 Ivan A. Schulman ha descubierto que fue publicado
debía sencillamente al hecho de que para esa épo- antes, en enero 1 (no 10, como se lee por error) de
1891, en La Revista Ilustrada de Nueva York. (I.S.:
ca el gran dominicano no había leído, no había
Martí, Casal y el Modernismo, La Habana, 1969, p. 92).
43 Manuel Pedro González: «Evolución de la estimativa
41 Pedro Henríquez Ureña: Obra crítica, México, 1960, martiana», en Antología crítica de José Martí, recopil.,
p. 27. introd. y notas de M.P.G., México, 1960, p. xxix.

66
puntos esenciales en que puede decirse que es con Artigas, con Recabarren, con Mella, incluso
ahora, después del triunfo de la Revolución con Mariátegui y Ponce. Y tengo la triste sospe-
Cubana, y gracias a ella, que Martí está siendo cha de que si los extraordinarios textos del Che
«redescubierto y revalorado». No es un azar que Guevara conocen la mayor difusión que se ha
Fidel haya declarado en 1953 que el responsable acordado a un latinoamericano, el que lo lea con
intelectual del ataque al cuartel Moncada era tanta avidez nuestra gente se debe también, en
Martí; ni que el Che haya iniciado en 1967 su cierta medida, a que el suyo es nombre prestigio-
trascendente Mensaje a la Tricontinental con so incluso en las capitales metropolitanas, donde,
una cita de Martí: «Es la hora de los hornos, y por cierto, con frecuencia se le hace objeto de
no se ha de ver más que la luz». Si Benedetti ha las más desvergonzadas manipulaciones. Para
podido decir que el tiempo de Rodó «es otro que ser consecuentes con nuestra actitud anticolo-
el nuestro [...] su verdadero hogar, su verdadera nialista, tenemos que volvernos efectivamente
patria temporal era el siglo xix», nosotros debe- a los hombres y mujeres nuestros que en su
mos decir, en cambio, que el verdadero hogar de conducta y en su pensamiento han encarnado e
Martí era el futuro, y por lo pronto este tiempo iluminado esta actitud.44 Y en este sentido, nin-
nuestro que sencillamente no se entiende sin un gún ejemplo más útil que el de Martí.
conocimiento cabal de su obra. No conozco otro autor latinoamericano que
Ahora bien, si ese conocimiento, por las cu- haya dado una respuesta tan inmediata y tan
riosas circunstancias aludidas, le estuvo vedado coherente a otra pregunta que me hiciera mi in-
–o solo le fue permitido de manera limitada– a terlocutor, el periodista europeo que mencioné al
las primeras promociones nuestras de este siglo, principio de estas líneas (y que de no existir, yo
las que a menudo tuvieron por ello que valer- hubiera tenido que inventar, aunque esto último
se, para ulteriores planteos radicales, de una me privara de su amistad, la cual espero que so-
«primera plataforma de lanzamiento» tan bien breviva a este monólogo). «¿Qué relación», me
intencionada pero al mismo tiempo tan endeble preguntó este sencillo malicioso, «guarda Borges
como el decimonónico Ariel, ¿qué podremos con los incas?». Borges es casi una reducción al
decir de autores más recientes que ya disponen absurdo, y de todas maneras voy a ocuparme de
de ediciones de Martí, y, sin embargo, se obstinan él más tarde; pero es bueno, es justo preguntarse
en desconocerlo? No pienso ahora en estudiosos qué relación guardamos los actuales habitantes
más o menos ajenos a nuestros problemas, sino,
44 No se entienda por esto, desde luego, que sugiero
por el contrario, en quienes mantienen una con-
dejar de conocer a los autores que no hayan nacido
secuente actitud anticolonialista. La única expli- en las colonias. Tal estupidez es insostenible. ¿Cómo
cación de este hecho es dolorosa: el colonialismo podríamos postular prescindir de Homero, de Dante,
ha calado tan hondamente en nosotros, que solo de Cervantes, de Shakespeare, de Whitman –para no
leemos con verdadero respeto a los autores an- decir Marx, Engels o Lenin? ¿Cómo olvidar incluso
que en nuestros propios días hay pensadores de la
ticolonialistas difundidos desde las metrópolis.
América Latina que no han nacido aquí? Y en fin,
De ahí que dejemos de lado la lección mayor de ¿cómo propugnar robinsonismo intelectual alguno sin
Martí; de ahí que apenas estemos familiarizados caer en el mayor absurdo?

67
de esta América en cuya herencia zoológica y –estrechamente relacionado con este–, ¿acaso
cultural Europa tuvo su indudable parte, con los la historia burguesa no pretendió borrar a los
primitivos habitantes de esta misma América, héroes de la Comuna del 71, a los mártires del
esos que habían construido culturas admirables, primero de mayo de 1886 (significativamente
o estaban en vías de hacerlo, y fueron extermi- reivindicados por Martí)? Pues bien, Tamanaco,
nados o martirizados por europeos de varias Paramaconi, «los desnudos y heroicos caracas»
naciones, sobre los que no cabe levantar leyen- eran indígenas de lo que hoy llamamos Venezuela,
da blanca ni negra, sino una infernal verdad de de origen caribe o muy cercanos a ellos, que
sangre que constituye –junto con hechos como la pelearon heroicamente frente a los españoles
esclavitud de los africanos– su eterno deshonor. al inicio de la conquista. Lo cual quiere decir
Martí, que tanto quiso en el orden personal a su que Martí ha escrito que sentía correr por sus
padre, valenciano, y a su madre, canaria; que venas sangre de caribe, sangre de Caliban. No
escribía el más prodigioso idioma español de será la única vez que expresa esta idea, central
su tiempo –y del nuestro–, y que llegó a tener la en su pensamiento. Incluso valiéndose de tales
mejor información sobre la cultura euronortea- héroes,46 reiterará algún tiempo después:
mericana de que haya disfrutado un hombre de
nuestra América, también se hizo esta pregunta, Con Guaicaipuro, con Paramaconi [héroes de
y se la respondió así: «Se viene de padres de las tierras venezolanas, probablemente de ori-
Valencia y madres de Canarias, y se siente correr gen caribe], con Anacaona, con Hatuey [héroe
por las venas la sangre enardecida de Tamanaco y de las Antillas, de origen arauaco] hemos de
Paramaconi, y se ve como propia la que vertieron estar, y no con las llamas que los quemaron,
por las breñas del cerro del Calvario, pecho a ni con las cuerdas que los ataron, ni con los
pecho con los gonzalos de férrea armadura, los aceros que los degollaron, ni con los perros
desnudos y heroicos caracas».45 que los mordieron.47
Presumo que el lector, si no es venezolano,
no estará familiarizado con los nombres aquí El rechazo de Martí al etnocidio que Europa
evocados por Martí. Tampoco yo lo estaba. Esa realizó en América es total, y no menos total su
carencia de familiaridad no es sino una nueva identificación con los pueblos americanos que
prueba de nuestro sometimiento a la perspec- le ofrecieron heroica resistencia al invasor, y
tiva colonizadora de la historia que se nos ha en quienes Martí veía los antecesores naturales
impuesto, y nos ha evaporado nombres, fechas, de los independentistas latinoamericanos. Ello
circunstancias, verdades. En otro orden de cosas explica que en el cuaderno de apuntes en que

45 José Martí: «Autores americanos aborígenes» [1884],


en O.C., t. VIII, p. 336. Me remito a la edición en 46 A Tamanaco dedicó además un hermoso poema: «Ta-
veintisiete tomos de las Obras completas de José Martí manaco de plumas coronado» [c. 1881], en O.C., t.
publicadas en La Habana entre 1963 y 1965. En 1973 XVII, p. 237.
se añadió un confuso tomo con «Nuevos materiales». 47 J. M.: «Fragmentos» [c. 1885-1895], en O.C., t. XXII,
Al citar, indico el tomo y la(s) página(s) de esa edición. p. 27.

68
aparece esta última cita siga escribiendo, casi sin más radicales y modernos de su tiempo en los
transición, sobre la mitología azteca («no menos países coloniales. Este acercamiento de Martí
bella que la griega»), sobre las cenizas de Quet- al indio existe también con respecto al negro, 48
zalcoatl, sobre «Ayacucho en meseta solitaria», naturalmente. Por desgracia, si en su época ya
sobre «Bolívar, como los ríos...» (28-29). se habían iniciado trabajos serios sobre las cul-
Y es que Martí no sueña con una ya imposible turas aborígenes americanas –textos que Martí
restauración, sino con una integración futura de estudió amorosamente–, habría que esperar hasta
nuestra América que se asiente en sus verdaderas el siglo xx para la realización de trabajos así en
raíces y alcance, por sí misma, orgánicamente, relación con las culturas africanas y el notable
las cimas de la auténtica modernidad. Por eso la aporte que ellas significan para la integración de
cita primera, en que habla de sentir correr por la cultura americana mestiza (Frobenius, Dela-
sus venas la brava sangre caribe, continúa así: fosse Suret-Canale; Ortiz, Ramos, Herskovits,
Roumain, Metraux, Bastide, Franco).49 Y Martí
Bueno es abrir canales, sembrar escuelas, había muerto seis años antes de romper nuestro
crear líneas de vapores, ponerse al nivel del siglo. De todas formas, la «guía para la acción»
propio tiempo, estar del lado de la vanguar- la dejó claramente trazada en este campo con
dia en la hermosa marcha humana; pero es
bueno, para no desmayar en ella por falta de 48 Ver, por ejemplo, «Mi raza» [1892]: O.C., t. II,
pp. 298-300. Allí se lee: «El hombre no tiene ningún
espíritu o alarde de espíritu falso, alimentarse
derecho especial porque pertenezca a una raza u otra:
por el recuerdo y por la admiración, por el dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos [...].
estudio justiciero y la amorosa lástima, de ese Si se dice que en el negro no hay culpa aborigen, ni
ferviente espíritu de la naturaleza en que se virus que lo inhabilite para desenvolver toda su vida
nace, crecido y avivado por el de los hombres de hombre, se dice la verdad [...], y si a esa defensa de
la naturaleza se la llama racismo, no importa que se la
de toda raza que de ella surgen y en ella se
llame así; porque no es más que decoro natural, y voz
sepultan. Solo cuando son directas prospe- que clama del pecho del hombre por la paz y la vida del
ran la política y la literatura. La inteligencia país. Si se alega que la condición de esclavitud no acusa
americana es un penacho indígena. ¿No se ve inferioridad en la raza esclava, puesto que los galos
cómo del mismo golpe que paralizó al indio blancos de ojos azules y cabellos de oro, se vendieron
como siervos, con la argolla al cuello, en los mercados
se paralizó a América? Y hasta que no se haga
de Roma, eso es racismo bueno, porque es pura justicia,
andar al indio, no comenzará a andar bien la y ayuda a quitar prejuicios al blanco ignorante. Pero
América. [«Autores americanos aborígenes», ahí acaba el racismo justo». Y más adelante: «Hombre
cit., 336-337]. es más que blanco, más que mulato, más que negro.
Cubano es más que blanco, más que mulato, más que
negro». Algunas de estas cuestiones se abordan en el
La identificación de Martí con nuestra cultu-
trabajo de Juliette Oullion «La discriminación racial en
ra aborigen fue pues acompañada por un cabal los Estados Unidos vista por José Martí», en Anuario
sentido de las tareas concretas que le impuso la Martiano, No. 3, La Habana, 1971.
circunstancia: aquella identificación, lejos de 49 Ver el No. 36-37 de Casa de las Américas, mayo-agosto
estorbarle, le alimentó el mantener los criterios de 1966, dedicado a África en América.

69
su tratamiento de la cultura del indio y con su a los políticos exóticos. Injértese en nuestras
conducta concreta en relación con el negro. repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser
Así se conforma su visión calibanesca de la el de nuestras repúblicas. Y calle el pedante
cultura de lo que llamó «nuestra América». Martí vencido; que no hay patria en que pueda tener
es, como luego Fidel, conciente de la dificultad el hombre más orgullo que en nuestras dolo-
incluso de encontrar un nombre que, al nombrar- rosas repúblicas americanas.
nos, nos defina conceptualmente; por eso, después
de varios tanteos, se inclina por esa modesta fór- Vida verdadera de un dilema falso
mula descriptiva, con lo que, más allá de razas,
de lenguas, de circunstancias accesorias, abarca Es imposible no ver en aquel texto –que, como
a las comunidades que con problemas comunes se ha dicho, resume de modo relampagueante los
viven «del [río] Bravo a la Patagonia», y que se criterios de Martí sobre este problema esencial–
distinguen de «la América europea». Ya dije que, su rechazo violento a la imposición de Próspero
aunque dispersa en sus numerosísimas páginas, («la universidad europea [...] el libro europeo [...]
tal concepción de nuestra cultura se resume el libro yanqui»), que ha de ceder ante la realidad
felizmente en el artículo-manifiesto «Nuestra de Caliban («la universidad hispanoamericana
América». A él remito al lector, a su reiterada [...] el enigma hispanoamericano»): «La historia
idea de que no se pueden «regir pueblos origina- de América, de los incas a acá, ha de enseñarse al
les, de composición singular y violenta, con leyes dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de
heredadas de cuatro siglos de práctica libre en Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia
los Estados Unidos, de diecinueve siglos de mo- que no es nuestra». Y luego: «Con los oprimi-
narquía en Francia. Con un decreto de Hamilton dos había que hacer causa común, para afianzar
no se le para la pechada al potro del llanero. Con el sistema opuesto a los intereses y hábitos de
una frase de Sièyes no se desestanca la sangre mando de los opresores».
cuajada de la raza india»; a su arraigado concepto Pero nuestra América había escuchado tam-
de que «el libro importado ha sido vencido en bién, expresada con vehemencia por un hombre
América por el hombre natural. Los hombres talentoso y enérgico muerto tres años antes
naturales han vencido a los letrados artificiales. de aparecer este trabajo, la tesis exactamente
El mestizo autóctono ha vencido al criollo exó‑ opuesta, la tesis de Próspero.50 Los interlocutores
tico» (énfasis de R.F.R.); a su consejo fundador: no se llamaban entonces Próspero y Caliban, sino
civilización y barbarie, título que el argentino
La universidad europea ha de ceder a la uni- Domingo Faustino Sarmiento dio a la primera
versidad americana. La historia de América,
de los incas a acá, ha de enseñarse al dedillo, 50 Me refiero al diálogo en el interior de la América La-
aunque no se enseñe la de los arcontes de tina. La opinión miserable que América le mereciera
a Europa puede seguirse con algún detalle en el vasto
Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Gre-
libro de Antonelio Gerbi La disputa del Nuevo Mundo.
cia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Historia de una polémica 1750-1900, trad. de Antonio
Los políticos nacionales han de reemplazar Alatorre, México, 1960, passim.

70
edición (1845) de su gran libro sobre Facundo barbarie, que es el nombre que los que desean
Quiroga. No creo que las confesiones autobio- la tierra ajena dan al estado actual de todo
gráficas interesen mucho aquí, pero ya que he hombre que no es de Europa o de la América
mencionado, para castigarme, las alegrías que europea.51
me significaron olvidables westerns y películas
de Tarzán en que se nos inoculaba, sin saberlo En ambos casos, Martí rechaza la falsa dico-
nosotros, la ideología que verbalmente repudiá- tomía que Sarmiento da por sentada, cayendo en
bamos en los nazis (cumplí doce años cuando la la trampa hábilmente tendida por el colonizador.
Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo), Por eso, cuando dije hace un tiempo que «Martí,
debo también confesar que, pocos años después, al echarse del lado de la “barbarie” prefigura a
leí con apasionamiento este libro. Encuentro en Fanon y a nuestra revolución»52 –frase que al-
los márgenes de mi viejo ejemplar mis entusias- gunos apresurados, sin reparar en las comillas,
mos, mis rechazos al «tirano de la República malentendieron, como si Fanon, Fidel y el Che
Argentina» que había exclamado: «¡Traidores a fueran apóstoles de la barbarie–, escribí «barba-
la causa americana!». También encuentro, unas rie» así, entre comillas, para indicar que desde
páginas adelante, este comentario: «Es curioso luego no había tal estado. La supuesta barbarie
cómo se piensa en Perón». Fue muchos años más de nuestros pueblos ha sido inventada con crudo
tarde, concretamente después del triunfo de la cinismo por «quienes desean la tierra ajena»; los
Revolución Cubana en 1959 (cuando empeza- cuales, con igual desfachatez, daban el «nombre
mos a vivir y a leer el mundo de otra manera), vulgar» de «civilización» al «estado actual» del
que comprendí que yo no había estado del lado hombre «de Europa o de la América europea».
mejor en aquel libro, por otra parte notable. No Lo que seguramente resultaba más doloroso para
era posible estar al mismo tiempo de acuerdo con Martí era ver a un hombre de nuestra América
Facundo… y con «Nuestra América». Es más: –y a un hombre a quien, a pesar de diferencias
«Nuestra América» –y buena parte de la obra de insalvables, admiró en sus aspectos positivos–53
Martí– es un diálogo implícito, y a veces explí-
cito, con las tesis sarmientinas. ¿Qué significa si
no la frase lapidaria de Martí: «No hay batalla 51 J.M.: «Una distribución de diplomas en un colegio de
los Estados Unidos» [1884], en O.C., t. VIII, p. 442.
entre la civilización y la barbarie, sino entre la
52 R.F.R.: Ensayo de otro mundo, cit. en nota 15, p. 15.
falsa erudición y la naturaleza»? Siete años antes
53 «Sarmiento, el verdadero fundador de la República Ar-
de aparecer «Nuestra América» (1891) –aún en gentina», dice de él, por ejemplo, en carta de 7 de abril
vida de Sarmiento–, había hablado ya Martí (en de 1887 a Fermín Valdés Domínguez, a raíz de un cálido
frase que he citado más de una vez) del elogio literario que le hiciera públicamente el argentino
(O. C., t. XX, p. 325). Sin embargo, es significativo que
pretexto de que la civilización, que es el Martí, tan atento siempre a los valores latinoamericanos,
no publicara un solo trabajo sobre Sarmiento, ni siquie-
nombre vulgar con que corre el estado actual ra a raíz de su muerte en 1888. Es difícil no relacionar
del hombre europeo, tiene derecho natural de esta ausencia con el reiterado criterio martiano de que
apoderarse de la tierra ajena perteneciente a la para él callar era su manera de censurar.

71
incurrir en este gravísimo error. Pensando en fi- civilización, arquetípicamente encarnada en
guras como Sarmiento fue que Martínez Estrada, los Estados Unidos, abogó por el exterminio
quien había escrito antes tanta página elogiosa de los indígenas, según el feroz modelo yanqui,
sobre Sarmiento, publicó en 1962, en su libro y adoró a la creciente República del Norte, la
Diferencias y semejanzas entre los países de la cual, por otra parte, a mediados del siglo no
América Latina: había mostrado aún tan claramente las fallas que
le descubriría luego Martí. En ambos extremos –
Podemos de inmediato sentar la premisa de que son precisamente eso: extremos, bordes de sus
que quienes han trabajado, en algunos casos respectivos pensamientos–, él y Martí discreparon
patrióticamente, por configurar la vida social irreconciliablemente.
toda con arreglo a pautas de otros países al- Jaime Alazraki ha estudiado con algún
tamente desarrollados, cuya forma se debe a detenimiento «El indigenismo de Martí y el
un proceso orgánico a lo largo de siglos, han antindigenismo de Sarmiento».55 Remito al lector
traicionado a la causa de la verdadera eman- interesado en el tema a este trabajo. Aquí solo
cipación de la América Latina.54 traeré algunas de las citas de uno y otro aportadas
Carezco de la información necesaria para en aquel estudio. He mencionado algunas de las
discutir ahora las virtudes y defectos de este observaciones de Martí sobre el indio. Alazraki
peleador burgués: me limito a señalar su con- recuerda otras:
tradicción con Martí, y la coherencia con su
pensamiento y su conducta. Como postuló la No más que pueblos en ciernes, [...] no más
que pueblos en bulbo eran aquellos en que
con maña sutil de viejos vividores se entró el
54 Ezequiel Martínez Estrada: «El colonialismo como conquistador valiente y descargó su ponderosa
realidad», en Casa de las Américas, No. 33, noviembre- herrajería, lo cual fue una desdicha histórica
diciembre de 1965, p. 85. Estas páginas aparecieron y un crimen natural. El tallo esbelto debió
originalmente en su libro Diferencias y semejanzas entre
dejarse erguido, para que pudiera verse luego
los países de la América Latina (México, 1962), y fue-
ron escritas en aquel país en 1960, es decir, después del en toda su hermosura la obra entera y florecida
triunfo de la Revolución Cubana, que llevó a Martínez de la naturaleza. ¡Robaron los conquistadores
Estrada a considerables replanteos. Ver, por ejemplo, su una página al Universo!
«Retrato de Sarmiento», conferencia en la Biblioteca Na-
cional de Cuba el 8 de diciembre de 1961, donde dijo: «Si
se hace un examen riguroso e imparcial de la actuación 55 Jaime Alazraki: «El indigenismo de Martí y el antin-
política de Sarmiento en el gobierno, efectivamente se digenismo de Sarmiento», en Cuadernos Americanos,
comprueba que muchos de los vicios que ha tenido la mayo-junio de 1965. (Los términos de este ensayo
política oligárquica argentina fueron introducidos por –y casi las mismas citas– reaparecen en el trabajo de
él»; y también: «Él despreciaba al pueblo, despreciaba al Antonio Sacoto «El indio en la obra literaria de Sar-
pueblo ignorante, al pueblo mal vestido, desaseado, sin miento y Martí», en Cuadernos Americanos, enero-
comprender que este es el pueblo americano». Revista febrero de 1968). Ver también, de Jacques Lafaye:
de la Biblioteca Nacional, La Habana, Año 56, No. 3, «Sarmiento ou Martí? [...]», en Langues Néo-Latines,
julio-septiembre de 1965, pp. 14-16. No. 172, mayo de 1965.

72
Y también: Por supuesto, esto implica una visión de la
conquista española radicalmente distinta de la
¡De toda aquella grandeza apenas quedan en mantenida por Martí. Para Sarmiento, «español,
el museo unos cuantos vasos de oro, unas repetido cien veces en el sentido odioso de impío,
piedras como yugo, de obsidiana pulida, y inmoral, raptor, embaucador, es sinónimo de
uno que otro anillo labrado! Tenochtitlán no civilización, de la tradición europea traída por
existe. No existe Tulan, la ciudad de la gran ellos a estos países». Y mientras para Martí «no
feria. No existe Texcuco, el pueblo de los hay odio de razas, porque no hay razas», para
palacios. Los indios de ahora, al pasar por el autor de Conflicto y armonías de las razas en
delante de las ruinas, bajan la cabeza, mueven América, apoyado en teorías seudocientíficas,
los labios como si dijesen algo, y mientras
las ruinas no les quedan detrás, no se ponen puede ser muy injusto exterminar salvajes,
el sombrero. sofocar civilizaciones nacientes, conquistar
pueblos que están en posesión de un terreno
Para Sarmiento, por su parte, la historia de privilegiado; pero gracias a esta injusticia, la
América son «toldos de razas abyectas, un gran América, en lugar de permanecer abandona-
continente abandonado a los salvajes incapaces da a los salvajes, incapaces de progreso, está
de progreso». Si queremos saber cómo interpre- ocupada hoy por la raza caucásica, la más
taba él el apotegma de su compatriota Alberdi perfecta, la más inteligente, la más bella y la
«gobernar es poblar», es menester leerle esto: más progresiva de las que pueblan la tierra;
«Muchas dificultades ha de presentar la ocu- merced a estas injusticias, la Oceanía se lle-
pación de país tan extenso; pero nada ha de ser na de pueblos civilizados, el Asia empieza a
comparable con las ventajas de la extinción de moverse bajo el impulso europeo, el África ve
las tribus salvajes»: es decir, para Sarmiento go- renacer en sus costas los tiempos de Cartago
bernar es también despoblar de indios (y de gau- y los días gloriosos del Egipto. Así pues la
chos). ¿Y en cuanto a los héroes de la resistencia población del mundo está sujeta a revolucio-
frente a los españoles, esos hombres magníficos nes que reconocen leyes inmutables; las razas
cuya sangre rebelde Martí sentía correr por sus fuertes exterminan a las débiles, los pueblos
venas? También Sarmiento se ha interrogado civilizados suplantan en la posesión de la tierra
sobre ellos. Esta es su respuesta: a los salvajes.

Para nosotros Colocolo, Lautaro y Caupoli- No era pues menester cruzar el Atlántico y
cán, no obstante los ropajes nobles y civili- buscar a Renan para oír tales palabras: un hombre
zados [con] que los revistiera Ercilla, no son de esta América las estaba diciendo. En realidad,
más que unos indios asquerosos, a quienes si no las aprendió, al menos las robusteció de este
habríamos hecho colgar ahora, si reapare- lado del Océano, solo que no en nuestra América,
ciesen en una guerra de los araucanos contra sino en la otra, en «la América europea», cuyo
Chile, que nada tiene que ver con esa canalla. más fanático devoto fue Sarmiento, en nuestras

73
tierras mestizas, durante el siglo xix. Aunque no Sarmiento no permaneció silencioso ante la
faltaron en ese siglo los latinoamericanos adora- crítica que –con frecuencia desde las propias
dores de los yanquis, sería sobre todo gracias al páginas de La Nación– hacía Martí de sus
cipayismo delirante en que, desgraciadamente, idolatrados Estados Unidos, y comentó así la
ha sido pródigo nuestro siglo xx latinoamerica- increíble osadía:
no, que encontraríamos pariguales de Sarmiento
en la devoción hacia los Estados Unidos. Lo Una cosa le falta a don José Martí para ser un
que Sarmiento quiso hacer para la Argentina publicista [...]. Fáltale regenerarse, educarse,
fue exactamente lo que los Estados Unidos ha- si es posible decirlo, recibiendo del pueblo en
bían realizado para ellos. En sus últimos años, que vive la inspiración, como se recibe el ali-
escribió: «Alcancemos a los Estados Unidos [...] mento para convertirlo en sangre que vivifica
Seamos Estados Unidos». Sus viajes a aquel país [...]. Quisiera que Martí nos diera menos Mar-
le produjeron un verdadero deslumbramiento, un tí, menos español de raza y menos americano
inacabable orgasmo histórico. A similitud de lo del Sur, por un poco más del yankee, el nuevo
que vio allí, quiso echar en su patria las bases de tipo del hombre moderno [...]. Hace gracia oír
una burguesía acometedora, cuyo destino actual a un francés del Courier des Etats Unis reír
hace innecesario el comentario. de la beocia y de la incapacidad política de
También es suficientemente conocido lo que los yanquees, cuyas instituciones Gladstone
Martí vio en los Estados Unidos como para proclama como la obra suprema de la especie
que tengamos ahora que insistir en el punto. humana. Pero criticar con aires magisteriales
Baste recordar que fue el primer antimperialista aquello que ve allí un hispanoamericano, un
militante de nuestro Continente; que denunció, español, con los retacitos de juicio político
durante quince años, «el carácter crudo, desigual que le han trasmitido los libros de otras
y decadente de los Estados Unidos, y la existen- naciones, como queremos ver las manchas
cia, en ellos continua, de todas las violencias, del sol con un vidrio empañado, es hacer
discordias, inmoralidades y desórdenes de que se gravísimo mal al lector, a quien llevan por un
culpa a los pueblos hispanoamericanos»;56 que a campo de perdición [...]. Que no nos vengan,
unas horas de su muerte, en el campo de batalla, pues, en su insolente humildad los suda-
confió en carta a su gran amigo mexicano Manuel mericanos, semi-indios y semi-españoles, a
Mercado: «cuanto hice hasta hoy, y haré, es para encontrar malo [...].58
eso [...] impedir a tiempo que se extiendan por
las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa Sarmiento, tan vehemente en el elogio como
fuerza más, sobre nuestras tierras de América».57 en la invectiva, coloca aquí a Martí entre los
«semi-indios», lo que era en el fondo cierto y,
56 J.M.: «La verdad sobre los Estados Unidos» [1894],
en O.C., t. XXVIII, p. 294. 58 Domingo Faustino Sarmiento: Obras completas,
57 J.M.: Carta a Manuel Mercado de 19 de mayo de 1895, Santiago de Chile-Buenos Aires, 1885-1902, t. XLVI,
en O.C., t. XX, p. 151. Páginas literarias, pp. 166-173.

74
para Martí, enorgullecedor, pero que en boca de A los criollos les quiero hablar: a los hombres
Sarmiento ya hemos visto lo que implicaba... que en esta tierra se sienten vivir y morir, no
Por todo esto, y aunque escritores valiosos han a los que creen que el sol y la luna están en
querido señalar posibles similitudes, creo que se Europa. Tierra de desterrados natos es esta,
comprenderá lo difícil que es aceptar un paralelo de nostalgiosos de lo lejano y lo ajeno: ellos
entre estos dos hombres como el que realizara, son los gringos de veras, autorícelo o no su
en doscientas sesenta y dos despreocupadas pá- sangre, y con ellos no había mi pluma [...]. 59
ginas, Emeterio S. Santovenia: Genio y acción.
Sarmiento y Martí (La Habana, 1938). Baste una Es verdad también que allí aparece presen-
muestra: para este autor, tado Sarmiento como un «norteamericanizado
indio bravo, gran odiador y desentendedor de
por encima de las discrepancias que señala- lo criollo»; 60 pero sobre todo es verdad que
ron el alcance o las limitaciones de sus res- ese Borges no es el que ha pasado a la historia:
pectivas proyecciones sobre América, surgió este memorioso decidió olvidar aquel libro de
la coincidencia [sic] de sus apreciaciones juventud, escrito a pocos años de haber sido
[las de Sarmiento y Martí] acerca de la parte uno de los integrantes «de la secta, de la equi-
que tuvo la anglosajona en el desarrollo de vocación ultraísta». También para él fueron
las ideas políticas y sociales que abonaron una equivocación aquel libro, aquellas ideas.
el árbol de la emancipación total del nuevo Patéticamente fiel a su clase, 61 iba a ser otro el
mundo [73]. Borges que se conocería, que se difundiría, que
sabría de la gloria oficial y de los casi incon-
Pensamiento, sintaxis y metáfora forestal dan tables premios, algunos de los cuales, de puro
idea de lo que era nuestra cultura cuando formá- desconocidos, más bien parecen premiados por
bamos parte del mundo libre, del que el señor él. El Borges sobre el cual se habla, y al cual
Santovenia fue eximio representante –y ministro voy a dedicar unas líneas, es el que hace eco al
de Batista en sus ratos de ocio. grotesco «pertenecemos al Imperio Romano»
de Sarmiento, con esta declaración no de 1926
Del mundo libre
59 Jorge Luis Borges: El tamaño de mi esperanza, Buenos
Pero la parte de mundo libre que le toca a la Aires, 1926, p. 5.
América Latina tiene hoy figuras mucho más 60 Ibíd., p. 6.
memorables: pienso en Jorge Luis Borges, por 61 Sobre la evolución ideológica de Borges, en relación
ejemplo, cuyo nombre parece asociado a ese ad- con la actitud de su clase, ver Eduardo López Morales:
jetivo; pienso en el Borges que hace tiempo dedi- «Encuentro con un destino sudamericano», Recopilación
de textos sobre los vanguardismos en América Latina,
cara su traducción –presumiblemente buena– de
pról. y materiales seleccionados por Oscar Collazos, La
Hojas de hierba, de Walt Whitman, al presidente Habana, 1970. Ver otro enfoque marxista sobre este autor
de los Estados Unidos, Richard Nixon. Es verdad en: Jaime Mejía Duque: «De nuevo Jorge Luis Borges»,
que este hombre escribió en 1926: en Literatura y realidad, Medellín, 1969.

75
sino de 1955: «creo que nuestra tradición es El capital, tomándose el ejemplo de Inglaterra.
Europa».62 «La América europea», cuyo capitalismo logra-
Podría parecer extraño que la filiación ideo- ría expandirse fabulosamente sin las trabas de
lógica de aquel activo y rugiente pionero venga la sociedad feudal, añadió a la hazaña inglesa
a ostentarla hoy un hombre sentado, un escritor nuevos círculos infernales: la esclavitud del
como Borges, representante arquetípico de una negro y el exterminio del indio inconquistable.
cultura libresca que en apariencia poco tiene que Eran estos los modelos que Sarmiento tenía ante
ver con la constante vitalidad de Sarmiento. Pero la vista y se propuso seguir con fidelidad. Quizá
esta extrañeza solo probaría lo acostumbrados sea él el más consecuente, el más activo de los
que estamos a considerar las producciones su- ideólogos burgueses de nuestro Continente du-
perestructurales de nuestro Continente, cuando rante el siglo xix.
no del mundo entero, al margen de las concretas Martí, por su parte, es el conciente vocero
realidades estructurales que les dan sentido. de las clases explotadas. «Con los oprimidos
Prescindiendo de ellas, ¿quién reconocería como había que hacer causa común», nos dejó dicho,
descendientes de los pensadores enérgicos y «para afianzar el sistema opuesto a los intereses
audaces de la burguesía en ascenso a las ruinas y hábitos de mando de los opresores». Y como a
exangües que son los intelectuales burgueses de partir de la conquista indios y negros habían sido
nuestros días? Basta con ver a nuestros escrito- relegados a la base de la pirámide, hacer causa
res, a nuestros pensadores, en relación con las común con los oprimidos venía a coincidir en
clases concretas a cuya visión del mundo dan gran medida con hacer causa común con los in-
voz para que podamos ubicarlos con justicia, dios y los negros, que es lo que hace Martí. Esos
trazar su verdadera filiación. El diálogo al que indios y esos negros se habían venido mezclando
asistimos entre Sarmiento y Martí era, sobre entre sí y con algunos blancos, dando lugar al
todo, un enfrentamiento clasista. mestizaje que está en la raíz de nuestra América,
Independientemente de su origen, Sarmien- donde –también según Martí– «el mestizo autóc-
to es el implacable ideólogo de una burguesía tono ha vencido al criollo exótico». Sarmiento
argentina que intenta trasladar los esquemas de es un feroz racista porque es un ideólogo de las
burguesías metropolitanas, concretamente la clases explotadoras donde campea «el criollo
estadunidense, a su país. Para ello necesita im- exótico»; Martí es radicalmente antirracista por-
ponerse, como toda burguesía, sobre las clases que es portavoz de las clases explotadas, donde
populares, necesita explotarlas en su trabajo y se están fundiendo las tres razas. Sarmiento se
despreciarlas en su espíritu. La forma como se opone a lo americano esencial para implantar
desarrolla una clase burguesa a expensas de la aquí, a sangre y fuego, como pretendieron
bestialización de las clases populares está inol- los conquistadores, fórmulas foráneas; Martí
vidablemente mostrada en páginas terribles de defiende lo autóctono, lo verdaderamente ame-
ricano. Lo cual, por supuesto, no quiere decir
62 Jorge Luis Borges: «El escritor argentino y la tradi- que rechazara torpemente cuanto de positivo le
ción», en Sur, No. 232, enero-febrero de 1955, p. 7. ofrecieran otras realidades: «Injértese en nuestras

76
repúblicas el mundo», dijo, «pero el tronco ha de A esta luz se ve con más claridad el vínculo
ser el de nuestras repúblicas». También Sarmiento entre Sarmiento, cuyo nombre está enlazado a
pretendió injertar en nuestras repúblicas el mundo, vastos proyectos pedagógicos, a espacios inmen-
pero descuajando el tronco de nuestras repúblicas. sos, a vías férreas, a barcos, y Borges, cuya
Por eso, si a Martí lo continúan Mella y Vallejo, mención evoca espejos que repiten la misma
Fidel y el Che y la nueva cultura revolucionaria desdichada imagen, laberintos sin solución,
latinoamericana, a Sarmiento, a pesar de su com- una triste biblioteca a oscuras. Por lo demás, si
plejidad, finalmente lo heredan los representantes se le reconoce americanidad a Sarmiento –lo que
de la viceburguesía argentina, derrotada por aña- es evidente, y no significa que represente el polo
didura. Pues aquel sueño de desarrollo burgués positivo de esa americanidad–, nunca he podido
que concibió Sarmiento, ni siquiera era realizable: entender por qué se le niega a Borges: Borges
no había desarrollo para una eventual burguesía es un típico escritor colonial, representante entre
argentina. La América Latina había llegado tarde nosotros de una clase ya sin fuerza, cuyo acto
a esa fiesta. Como escribió Mariátegui: de escritura –como él sabe bien, pues es de
una endiablada inteligencia– se parece más
La época de la libre concurrencia en la eco- a un acto de lectura. Borges no es un escritor
nomía capitalista ha terminado en todos los europeo: no hay ningún escritor europeo como
campos y todos los aspectos. Estamos en la Borges; pero hay muchos escritores europeos,
época de los monopolios, vale decir de los desde Islandia hasta el expresionismo alemán,
imperios. Los países latinoamericanos lle- que Borges ha leído, barajado, confrontado. Los
gan con retardo a la competencia capitalista. escritores europeos pertenecen a tradiciones muy
Los primeros puestos, están definitivamente concretas y provincianas, llegándose al caso de
asignados. El destino de estos países, dentro un Péguy, quien se jactaba de no haber leído
del orden capitalista, es de simples colonias.63 más que autores franceses. Fuera de algunos
profesores de Filología que reciben un salario
Integrados a lo que luego se llamaría, con por ello, no hay más que un tipo de ser humano
involuntario humorismo, el «mundo libre», que conozca de veras, en su conjunto, la literatura
nuestros países estrenarían una nueva manera europea: el colonial. Solo en caso de demencia
de no ser independientes, a pesar de contar con puede un escritor argentino culto jactarse de
escudos, himnos, banderas y presidentes: el neo- no haber leído más que autores argentinos –o
colonialismo. La burguesía a la que Sarmiento escritores de lengua española. Y Borges no es
había trazado tan amenas perspectivas, no pasaba un demente. Es, por el contrario, un hombre
de ser simple viceburguesía, modesto socio local muy lúcido, un hombre que ejemplifica la idea
de la explotación imperial –la inglesa primero, martiana de que la inteligencia es solo una parte
la estadunidense después. del hombre, y no la mejor.
La escritura de Borges sale directamente de
63 José Carlos Mariátegui: «Aniversario y balance», en su lectura, en un peculiar proceso de fagocitosis
Ideología y política, Lima, 1969, p. 248. que indica con claridad que es un colonial y que

77
representa a una clase que se extingue. Para él, no es Argelia ni el Senegal».64 Es decir: ¡los
la creación cultural por excelencia es una biblio- Estados Unidos no le pueden hacer a Europa lo
teca; o mejor un museo, que es el sitio donde se que Europa le hizo a Argelia y a Senegal! Hay
reúnen las creaciones que no son de allí: museo malas noticias para Europa. Parece que después
de horrores, de monstruos, de excelencias, de de todo, sí, sí se lo pueden hacer, se lo vienen
citas o de artes folclóricas (las argentinas, vistas haciendo hace algún tiempo. Y si ello ocurre
con ojo museal), la obra de Borges, escrita en en el terreno económico –con complejas deri-
un español que es difícil leer sin admiración, es vaciones políticas–, su superestructura cultural
uno de los escándalos americanos de estos años. está revelando claros síntomas coloniales. Bien
A diferencia de otros importantes escritores podría ser uno de ellos el auge de la escritura/
latinoamericanos, Borges no pretende ser un lectura de Borges.
hombre de izquierda. Por el contrario: su po- Pero, naturalmente, la herencia de Borges, en
sición en este orden lo lleva a firmar en favor quien ya vimos que se desangraba la de Sarmien-
de los invasores de Girón, a pedir la pena de to, hay que buscarla sobre todo en la América
muerte para Debray o a dedicar un libro a Nixon. Latina, donde implicará descender aún más en
Muchos admiradores suyos, que deploran (o el ímpetu y en la calidad. Como este no es
dicen deplorar) actos así, sostienen que hay una un panorama, sino un simple ensayo sobre
dicotomía en su vida, la cual le permite, por una la cultura latinoamericana, voy a ceñirme a
parte, escribir textos levemente inmortales, y un caso, que me doy cuenta de que es muy
por otra, firmar declaraciones políticas más que menor, pero que es un síntoma, a pesar de todo,
malignas, pueriles. Puede ser. También es posible valioso: voy a comentar un pequeño libro crítico
que no haya tal dicotomía, y que debamos acos- de Carlos Fuentes: La nueva novela hispanoa‑
tumbrarnos a restituirle su unidad al autor de El mericana (México, 1969).
jardín de senderos que se bifurcan. Con ello, no Vocero de la misma clase que Borges, Fuen-
se propone que encontremos faltas de ortografía tes tuvo, como él, veleidades izquierdistas en la
o de sintaxis en sus pulcras páginas, sino que juventud. A El tamaño de mi esperanza (1926),
las leamos como lo que después de todo son: el de Borges, corresponde La muerte de Artemio
testamento atormentado de una clase sin salida, Cruz (1962), de Fuentes. Y seguir juzgando a
que se empequeñece hasta decir por boca de un Fuentes por este libro, sin duda una buena novela
hombre: «el mundo, desgraciadamente, es real; nuestra, sería tan insensato como seguir juzgando
yo, desgraciadamente, soy Borges». a Borges por aquel libro. Solo que Borges, más
Es singular que la escritura/lectura de Borges consecuente –y más valioso en todo: Borges es
conozca un destino particularmente favorable un escritor verdaderamente importante, aunque
en la Europa capitalista, en el momento en que discrepe tanto de él–, decidió asumir plenamen-
esa misma Europa inicia su condición colonial te su condición de hombre de derecha, mientras
ante el «desafío americano». En el libro de este
título, con desembozado cinismo, exclama Jean- 64 Jean-Jacques Servan-Schreiber: El desafío americano,
Jacques Servan-Schreiber: «ahora bien, Europa La Habana, 1968, p. 41.

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que Fuentes actúa como tal y pretende conservar, espació de modo creciente su apoyo, hasta que en
a ratos, un vocabulario de izquierda, donde no estos meses, aprovechando la alharaca desatada
falta por supuesto la mención de Marx. en torno al mes de prisión de un escritor cubano,
En La muerte de Artemio Cruz, un secretario rompió estrepitosamente con Cuba.
integrado plenamente al sistema, sintetiza su Es aleccionadora esta simetría: en 1961, en el
biografía en este diálogo: momento de Playa Girón, el único conjunto de
escritores latinoamericanos que expresó en un
–Es usted muy joven. ¿Qué edad tiene? manifiesto su deseo de que Cuba fuera derrotada
–Veintisiete años. por los mercenarios al servicio del imperialismo
–¿Cuándo se recibió? fue el grupo de escritores argentinos centrados
–Hace tres años... Pero... en torno a Borges;66 diez años después, en 1971,
–¿Pero qué? el único equipo nacional de escritores del Con-
–Que es muy distinta la teoría de la práctica. tinente en romper con Cuba aprovechando un
–Y eso le da risa. ¿Qué cosa le enseñaron? visible pretexto y calumniando la conducta de
–Mucho marxismo. Hasta hice mi tesis sobre la Revolución, ha sido la mafia mexicana. Es un
la plusvalía. simple relevo dentro de una actitud equivalente.
–Ha de ser una buena disciplina, Padilla. A esa luz se entiende mejor el intento del
–Pero la práctica es muy distinta. librito de Fuentes sobre la nueva novela hispa-
–¿Usted es eso, marxista? noamericana. El desarrollo de esa nueva novela
–Bueno, todos mis amigos lo eran. Ha de ser es uno de los rasgos sobresalientes de la litera-
cosa de la edad.65 tura de estos últimos años, y su difusión más
allá de nuestras fronteras es, en gran medida,
El diálogo expresa con bastante claridad la consecuencia de la atención mundial que nuestro
situación de una zona de la intelligentsia mexi- Continente merece desde el triunfo de la Revo-
cana que, aunque comparte la ubicación y la lución Cubana en 1959.67
conducta clasista de Borges, difiere de este, por Lógicamente, esa nueva novela ha merecido
razones locales, en aspectos accesorios. Pienso, variadas interpretaciones, numerosos estudios.
concretamente, en la llamada mafia mexicana, El de Carlos Fuentes, pese a su brevedad (no
una de cuyas más conspicuas figuras es Carlos
66 Hoy nadie ha retenido aquel manifiesto; en cambio sí
Fuentes. Este equipo expresó cálidamente su
el artículo en que Ezequiel Martínez Estrada lo con-
simpatía por la Revolución Cubana hasta el testó: su «Réplica a una declaración intemperante»,
año que, en 1961, la Revolución proclamó y en En Cuba y al servicio de la Revolución Cubana,
demostró ser marxista-leninista, es decir, una La Habana, 1963.
revolución que tiene al frente la alianza obrero- 67 Me he detenido algo más en este punto en el ensayo
campesina. A partir de ese momento, la mafia le «Intercomunicación latinoamericana y nueva litera-
tura» [1969], en volumen colectivo sobre la literatura
latinoamericana publicado por la Unesco: América Lati‑
65 Carlos Fuentes: La muerte de Artemio Cruz, Mé- na en su Literatura, coord. e introd. de César Fernández
xico, 1962, p. 27. Moreno, México, 1972.

79
llega a cien páginas), es toda una toma de posi- «Simplismo épico» era la lucha durante el siglo
ción ante la literatura y ante la política, que sin- xix entre civilización y barbarie, en la que, según
tetiza con claridad una hábil posición de derecha Fuentes, «el escritor [quiere decir, el escritor
en nuestros países. como él] invariablemente toma partido por la
Fuentes pone rápidamente las cartas sobre civilización y contra la barbarie», esto es, se con-
la mesa: en el primer capítulo, que se llama vierte en un servidor incondicional de la nueva
de modo ejemplar «Civilización y barbarie», oligarquía y en un enemigo cerril de las masas
hace suya de entrada, como era de esperarse, americanas; «la complejidad dialéctica» es la
la tesis de Sarmiento: en el siglo xix, «solo un forma que asume esa colaboración en el siglo
drama puede desarrollarse en este medio: el xx, cuando aquella oligarquía se ha revelado
que Sarmiento definió en el subtítulo de Fa‑ mera intermediaria de los intereses imperiales,
cundo: Civilización y barbarie». Ese drama y «el escritor» como Fuentes debe ahora servir
es el conflicto «de los primeros cien años de a dos amos, lo que, aun tratándose de amos tan
la novela y de la sociedad latinoamericana» bien llevados, desde el Evangelio sabemos que
(10). La narrativa correspondiente a ese capí- implica cierta «complejidad dialéctica», sobre
tulo presenta cuatro factores: «una naturaleza todo si se pretende hacer creer que a quien se está
esencialmente extraña» (¿a quién?) que «era sirviendo de veras es a un tercer amo: el pueblo.
el verdadero personaje latinoamericano»; el Es interesante, aunque con una ligera ausencia,
dictador a escala nacional o regional; la masa la breve síntesis que ofrece el lúcido Fuentes de
explotada, y «un cuarto factor, el escritor, que un aspecto de la penetración del imperialismo
invariablemente toma partido por la civilización en nuestros países:
y contra la barbarie» (11-12, énfasis de R.F.R.),
hecho que implica, según Fuentes, «defender a Este [dice Fuentes], a fin de intervenir efi-
los explotados», etcétera, y que Sarmiento hizo cazmente en la vida económica de cada país
ver en qué consistía de veras. Esa polaridad latinoamericano, requiere no solo una clase
decimonónica, sin embargo, no se mantendrá intermediaria dirigente, sino toda una serie
igual, según él, en el siglo siguiente: «en el siglo de servicios en la administración pública, el
xx, el mismo intelectual deberá luchar dentro de comercio, la publicidad, la gerencia de ne-
una sociedad mucho más compleja, interna e in- gocios, las industrias extractivas y de trans-
ternacionalmente», complejidad debida a que el formación, la banca, los transportes y aun
imperialismo penetrará en estos países mientras, el espectáculo: Pan y Circo. General Motors
algún tiempo después, se producirá «la revuelta ensambla automóviles, repatria utilidades y
y el ascenso [...] del mundo subindustrializado». patrocina programas de televisión [14].
Fuentes olvida considerar, dentro de los factores
internacionales que en el siglo xx habrá que to- Como ejemplo final, nos hubiera sido más
mar en cuenta, al socialismo. Pero desliza esta útil –aunque siempre sea válido el de la General
fórmula oportuna: «se inicia el tránsito del sim- Motors– el ejemplo de la CIA, la cual organiza
plismo épico a la complejidad dialéctica» (13). la expedición de Playa Girón y paga, a través de

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transparentes intermediarios, a la revista Mundo ránea»... de otras literaturas, no de la literatura
Nuevo, uno de cuyos principales ideólogos fue hispanoamericana; lo que, por otra parte, casa
precisamente Carlos Fuentes. perfectamente con la ideología enajenada y
Sentadas estas premisas políticas, Fuentes enajenante de Fuentes.
pasa a postular ciertas premisas literarias, antes Tras el magisterio de hombres como Alejo
de concentrarse en los autores que estudia –Var- Carpentier, que en vano han tratado de negar
gas Llosa, Carpentier, García Márquez, Cortázar algunos usufructuarios del boom, la empresa
y Goytisolo–, y concluye luego con nuevas ob- acometida por la nueva novela hispanoamerica-
servaciones políticas. No me interesa detenerme na, empresa que puede parecer «superada» o ya
en las críticas en sí, sino simplemente señalar realizada por la narrativa de los países capitalistas,
algunos lineamientos ideológicos, por otra parte como no han dejado de observar ciertos críticos,
muy visibles: este librito parece a veces un ver- implica una reinterpretación de nuestra historia.
dadero manifiesto ideológico. Indiferente a este hecho palmario –que en muchos
Una apreciación crítica de la literatura requie- casos guarda relaciones ostensibles con la nueva
re partir de un concepto previo de la crítica mis- perspectiva que la Revolución ha aportado a nues-
ma, debe haberse respondido satisfactoriamente tra América, y que tiene no poca responsabilidad
la pregunta elemental: ¿qué es la crítica? Me en la difusión de esta narrativa entre quienes
parece aceptable la modesta opinión de Krystina desean conocer a ese continente del que tanto
Pomorska (en Russian Formalist Theory and its se habla–, Fuentes evapora la carnalidad de esa
Poetic Ambiance, Mouton, 1968), la cual, según novela, cuya crítica requeriría en primer lugar
Tzvetan Todorov, generalizar y enjuiciar esa visión de la historia
expresada en ella, y le aplica tranquilamente,
defiende allí la tesis siguiente: todo método como ya he dicho, esquemas derivados de otras
crítico es una generalización de la práctica literaturas (de países capitalistas), reducidas hoy
literaria contemporánea. Los métodos críticos día a especulaciones lingüísticas.
de la época del clasicismo fueron elaborados El extraordinario auge que en los últimos años
en función de las obras literarias clásicas. La ha conocido la lingüística, ha llevado a más de
crítica de los románticos retoma los principios uno a considerar que «el siglo xx, que es el siglo
del propio romanticismo (la sicología, lo irra- de tantas cosas, parece ser, por encima de todo, el
cional, etcétera).68 siglo de la lingüística»,69 aunque para nosotros,
entre esas «tantas cosas», tengan más relieve
Pues bien, al leer la crítica que hace Fuentes el establecimiento de gobiernos socialistas y la
de la nueva novela hispanoamericana, nos da- descolonización como rasgos salientes de este
mos cuenta de que su «método crítico es una siglo. Puedo aportar, como modesto ejemplo
generalización de la práctica literaria contempo- personal de aquel auge, que todavía en 1955,

68. Tzvetan Todorov: «Formalistes et futuristes», en Tel 69 Carlos Peregrín Otero: Introducción a la lingüística
Quel, No. 30, otoño de 1968, p. 43. transformacional, México, 1970, p. 1.

81
cuando era alumno de lingüística de André Mar- esta se resume a decirnos que nuestra narrativa
tinet, los temas lingüísticos estaban confinados actual –como las de los países capitalistas apa‑
en París a las aulas universitarias; fuera de ellas rentemente coetáneos– es ante todo hazaña del
hablábamos con nuestros amigos de literatura, lenguaje. Eso, entre otras cosas, le permite mini-
de filosofía y de política. Tan solo unos años mizar graciosamente todo lo que en esa narrativa
después, la lingüística –que en su vertiente es- implica concreción histórica precisa. Por otra
tructuralista había napoleonizado otras ciencias parte, la manera como Fuentes sienta las bases
sociales, como ha contado Lévi-Strauss– era en de su abordaje lingüístico tiene la pedantería y
París el tema obligado de las conversaciones: el provincianismo típicos del colonial que quiere
literatura, filosofía y política se abordaban en- hacer ver al metropolitano que él también puede
tonces en estructuralistas. (Hablo de hace unos hombrearse con los grandes temas a la moda
años: ahora el estructuralismo parece encontrarse allá, al mismo tiempo que espera deslumbrar a
en retirada. Pero en nuestras tierras se insistirá sus compatriotas, en quienes confía encontrar
todavía un tiempo en esta ideología). ignorancia aún mayor que la suya; lo que emite
Pues bien: no dudo de que existan razones son cosas así:
específicamente científicas que hayan abonado
en favor de ese auge de la lingüística. Pero sé El cambio engloba las categorías del proceso y
también que hay razones ideológicas para tal el habla, de la diacronía; la estructura, las del
auge más allá de la propia materia. En lo que sistema y la lengua, de la sincronía. La inte-
atañe a los estudios literarios, no es difícil se- racción de todas estas categorías es la palabra,
ñalar tales razones ideológicas, del formalismo que liga a la diacronía con la sincronía, al habla
ruso al estructuralismo francés, cuyas virtudes con la lengua a través del discurso y al proceso
y limitaciones no pueden señalarse al margen con el sistema a través del evento, así como al
de esas razones, y entre ellas la pretendida ahis- evento y al discurso en sí [33].
torización propia de una clase que se extingue;
una clase que inició su carrera histórica con Estas banalidades, sin embargo –que cual-
utopías desafiantes para azuzar al tiempo, y quier buen manualito de lingüística hubiera
que pretende congelar esa carrera, ahora que le podido aliviar–, no deben provocarnos solo una
es adversa, con imposibles ucronías. De todas sonrisa. Fuentes está elaborando, como puede,
formas, es necesario reconocer la congruencia una consecuente visión de nuestra literatura, de
de esos estudios con las respectivas literaturas nuestra cultura; una visión que, significativa-
coetáneas. En cambio, cuando Fuentes, ha- mente, coincide en lo esencial con la propuesta
ciendo caso omiso de la realidad concreta de por escritores como Emir Rodríguez Monegal y
la narrativa hispanoamericana de estos años, Severo Sarduy.
pretende imponerle esquemas provenientes de Es revelador que para Fuentes, la tesis del
otras literaturas, de otras elaboraciones críticas, papel preponderante del lenguaje en la nueva no-
añade, en una típica actitud colonial, un segundo vela hispanoamericana encuentre su fundamento
grado de ideologización a su crítica. En síntesis, en la prosa de Borges, «sin la cual no habría,

82
simplemente, moderna novela hispanoameri- y complicidades académicas. Inventar un
cana», dice Fuentes, ya que «el sentido final» lenguaje es decir todo lo que la historia ha
de aquella prosa «es atestiguar, primero, que callado [30, énfasis de R.F.R.].
Latinoamérica carece de lenguaje y, por ende,
que debe constituirlo». Esta hazaña singular la De ese modo, esta interpretación salva la col
logra Borges, según Fuentes, creando «un nuevo y la cabra; concebida así, la literatura no solo
lenguaje latinoamericano que, por puro contras- se sustrae a cualquier tarea peleadora (que aquí
te, revela la mentira, la sumisión y la falsedad queda degradada con un hábil adjetivo: «la vieja
de lo que tradicionalmente pasaba por lenguaje obligación de la denuncia»), sino que esta sus-
entre nosotros» (26). tracción, lejos de ser un repliegue, es «una elabo-
Naturalmente, sobre tales criterios, la ahisto- ración mucho más ardua», ya que va a decir nada
rización de la literatura puede alcanzar expresio- menos que «todo lo que la historia ha callado».
nes verdaderamente delirantes. Nos enteramos, Más adelante se nos dirá que nuestro verdadero
por ejemplo, de que La pornografía, de Witold lenguaje está en vías de ser descubierto y crea-
Gombrowicz, do, «y en el acto mismo de su descubrimiento y
creación, pone en jaque, revolucionariamente,
pudo haber sido contado por un aborigen de toda una estructura económica, política y social,
la selva amazónica [...]. Ni la nacionalidad ni fundada en un lenguaje verticalmente falso»
la clase social, al cabo, definen la diferencia (94-95, énfasis de R.F.R.).
entre Gombrowicz y el posible narrador del Esta manera astuta, aunque a la vez superficial,
mismo mito iniciático en una selva brasileña de proponer las tareas de la derecha con el lengua-
sino, precisamente, la posibilidad de combi- je de la izquierda, nos hace recordar –y es difícil
nar distintamente el discurso. Solo a partir de olvidarlo un solo instante– que Fuentes pertenece
la universalidad de las estructuras lingüísti- a la mafia mexicana, cuyos rasgos ha pretendido
cas pueden admitirse, a posteriori, los datos extender más allá de las fronteras de su país.
excéntricos de nacionalidad y clase [22]. Por otra parte, que este planteo es el traslado
a cuestiones literarias de una plataforma política
Y, consecuentemente, se nos dice también que raigalmente reaccionaria, no es una conjetura.
«es más cercano a la verdad entender, en primera Está dicho a lo largo del librito, y en especial, de
instancia, el conflicto de la literatura hispanoa- modo explícito, en sus páginas finales: además de
mericana en relación con ciertas categorías del los consabidos ataques al socialismo, aparecen
quehacer literario» (24, énfasis de R.F.R.) y no allí observaciones como estas: «Quizá el triste
en relación con la historia; aún más: futuro inmediato de América Latina sea el popu-
lismo fascista, la dictadura de estirpe peronista
la vieja obligación de la denuncia se convierte capaz de realizar algunas reformas a cambio de
en una elaboración mucho más ardua: la ela- la supresión del impulso revolucionario y de la
boración crítica de todo lo no dicho en nuestra libertad pública» (96). La tesis de «civilización
larga historia de mentiras, silencios, retóricas y barbarie» parece no haberse modificado un

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ápice. Y, sin embargo, sí: se ha agravado con adecuado: la revista Mundo Nuevo, 70 financiada
la presencia devastadora del imperialismo en por la CIA, cuyo basamento ideológico está
nuestras tierras. Fuentes se hace cargo de esta resumido en el mentado librito de Fuentes de
realidad, con un espantajo: el anuncio de que se una manera que difícilmente hubieran podido
abre ante nosotros realizar la pesantez profesoral de Emir Rodrí-
guez Monegal o el mariposeo neobarthesiano
una perspectiva mucho más grave: a medida de Severo Sarduy –los otros dos críticos de la
que se agiganta el foso entre el desarrollo revista. Aquella publicación, que reunió a esos
geométrico del mundo tecnocrático y el de- hombres y además a otros muy similares a ellos,
sarrollo aritmético de nuestras sociedades anci- como Guillermo Cabrera Infante y Juan Goyti-
lares, Latinoamérica se convierte en un mundo solo, va a ser relevada en estos días por otra que
prescindible [énfasis de C.F.] para el imperia- parece que contará esencialmente con el mismo
lismo. Tradicionalmente, hemos sido países equipo, más algunos añadidos: la revista Libre.
explotados. Pronto, ni esto seremos [énfasis de La fusión de ambos títulos es suficientemente
R.F.R.]; no será necesario explotarnos, porque explícita: Mundo Libre.
la tecnología habrá podido –en gran medida lo
puede ya– sustituir industrialmente nuestros El porvenir empezado
ofrecimientos monoproductivos [Ibíd.].
La pretensión de englobarnos en el «mundo
A esta luz, y habida cuenta de que para Fuentes libre» –nombre regocijado que se dan hoy a sí
la revolución carece de perspectivas en la Amé- mismos los países capitalistas, y de paso regalan
rica Latina –insiste en hablar de la imposibilidad a sus oprimidas colonias y neocolonias– es la
de una «segunda Cuba» (96), y no puede aceptar versión moderna de la pretensión decimonónica
las formas variadas, imprevisibles, que asu- de las clases criollas explotadoras de someternos
mirá ese proceso–, casi debemos sentirnos a la supuesta «civilización»; y esta última preten-
agradecidos de que la tecnología imperialista sión, a su vez, retoma los propósitos de los con-
no prescinda de nosotros; de que no se ponga a quistadores europeos. En todos estos casos, con
sustituir industrialmente (como «lo puede ya») ligeras variantes, es claro que la América Latina
nuestros pobrecitos productos. no existe sino, a lo más, como una resistencia que
Me he detenido quizá más de lo necesario en
70 Sigue teniendo vigencia el análisis que de esta publica-
Fuentes, porque es una de las más destacadas
ción hiciera Ambrosio Fornet: «New World en español»,
figuras entre los nuevos escritores latinoameri- en Casa de las Américas, No. 40, enero-febrero de 1967.
canos que se han propuesto elaborar, en el orden (Pero ahora debe añadirse la compartida observación
cultural, una plataforma contrarrevolucionaria que en una reciente entrevista hiciera Fornet a propósito
que en apariencia vaya más allá de las burdas de Severo Sarduy, quien por supuesto no es un escritor
«francocubano», y jamás debió haber sido dejado fuera
simplificaciones propias del programa Cita con
de un diccionario de escritores de Cuba. Ver Leonardo
Cuba, de La Voz de los Estados Unidos de Amé- Padura: «Tiene la palabra el camarada Ambrosio», en
rica. Esos escritores contaron ya con un órgano La Gaceta de Cuba, septiembre-octubre de 1992, p. 5).

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es menester vencer para implantar sobre ella la Esto es algo que ha sabido señalar, pese a que
verdadera cultura, la de «los pueblos modernos sus ojos estuvieran alguna vez en Europa más de
que se gratifican ellos mismos con el epíteto lo que hubiéramos querido, el mexicano Alfonso
de civilizados», en frase de Pareto71 que tanto Reyes. Al hablar él y otro latinoamericano de la
recuerda la que en 1884 escribiera Martí sobre nuestra como una cultura de síntesis,
la «civilización, que es el nombre vulgar con
que corre el estado actual del hombre europeo». ni él ni yo [dice] fuimos interpretados por los
Frente a esta pretensión de los conquistadores, colegas de Europa, quienes creyeron que nos
de los oligarcas criollos, del imperialismo y sus referíamos al resumen o compendio elemental
amanuenses, ha ido forjándose nuestra genui- de las conquistas europeas. Según esta inter-
na cultura –tomando este término en su amplia pretación ligera, la síntesis sería un punto ter-
acepción histórica y antropológica–, la cultura minal. Y no: la síntesis es aquí un nuevo punto
gestada por el pueblo mestizo, esos descendientes de partida, una estructura entre los elementos
de indios, de negros y de europeos que supieron anteriores y dispersos, que –como toda estruc-
capitanear Bolívar y Artigas; la cultura de las tura– es trascendente y contiene en sí noveda-
clases explotadas, la pequeña burguesía radical des. H2O no es solo una junta de hidrógeno y
de José Martí, el campesinado pobre de Emiliano oxígeno, sino que –además– es agua.72
Zapata, la clase obrera de Luis Emilio Recabarren
y Jesús Menéndez; la cultura de «las masas Hecho especialmente visible si se toma en
hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, cuenta que esa agua partió no solo de elementos
de obreros explotados» de que habla la Segunda europeos, que son los que enfatiza Reyes, sino
Declaración de La Habana (1962), «de los inte- también indígenas y africanos. Aun con sus limi-
lectuales honestos y brillantes que tanto abundan taciones, Reyes es capaz de expresar, al concluir
en nuestras sufridas tierras de América Latina», su trabajo: «y ahora yo digo ante el tribunal de
la cultura de ese pueblo que ahora integra «una pensadores internacionales que me escucha: re-
familia de doscientos millones de hermanos» y conocemos el derecho a la ciudadanía universal
«ha dicho: ¡Basta!, y ha echado a andar». que ya hemos conquistado. Hemos alcanzado la
Esa cultura, como toda cultura viva, y más mayoría de edad. Muy pronto os habituaréis a
en sus albores, está en marcha; esa cultura tie- contar con nosotros».73
ne, desde luego, rasgos propios, aunque haya Estas palabras se decían en 1936. Hoy, ese
nacido –al igual que toda cultura, y esta vez de «muy pronto» ha llegado ya. Si hubiera que seña-
modo especialmente planetario– de una síntesis, lar la fecha que separa la esperanza de Reyes de
y no se limita de ninguna manera a repetir los nuestra certidumbre –con lo difícil que suelen ser
rasgos de los elementos que la compusieron. esos señalamientos–, yo indicaría 1959: llegada

71 Vilfredo Pareto: Tratado de sociología general, 72 Alfonso Reyes: «Notas sobre la inteligencia america-
v. II, cit. por José Carlos Mariátegui en Ideología y na», en Obras completas, t. XI, México, 1960, p. 88.
política, cit., p. 24. 73 Ibíd., p. 90.

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al poder de la Revolución Cubana. Se podrían ir nuestra cultura. Y en realidad es todo lo contra-
marcando algunas de las fechas que jalonan el rio: nuestra cultura es –y solo puede ser– hija de
advenimiento de esa cultura: las primeras son la revolución, de nuestro multisecular rechazo
imprecisas, se refieren a combates de indíge- a todos los colonialismos; nuestra cultura, al
nas y revueltas de esclavos negros contra la igual que toda cultura, requiere como primera
opresión europea. En 1780, una fecha mayor: condición nuestra propia existencia. No puedo
sublevación de Tupac Amaru en el Perú; eximirme de citar, aunque lo he hecho ya en
en 1804, independencia de Haití; en 1810, otras ocasiones, uno de los momentos en que
inicio de los movimientos revolucionarios en Martí abordó este hecho de manera más sencilla
varias de las colonias españolas de América, y luminosa: «No hay letras, que son expresión»,
movimientos que van a extenderse hasta bien escribió en 1881, «hasta que no hay esencia que
entrado el siglo; en 1867, victoria de Juárez expresar en ellas. Ni habrá literatura hispanoa-
sobre Maximiliano; en 1895, comienzo de la mericana hasta que no haya Hispanoamérica».
etapa final de la guerra de Cuba contra Es- Y más adelante: «Lamentémonos ahora de que
paña –guerra que Martí previó también como la gran obra nos falte, no porque nos falte ella,
una acción contra el naciente imperialismo sino porque esa es señal de que nos falta aún el
yanqui–; en 1910, Revolución Mexicana; en pueblo magno de que ha de ser reflejo».74 La
los años veinte y treinta de este siglo, marcha cultura latinoamericana, pues, ha sido posible, en
de Prestes al interior del Brasil (1925-1927), primer lugar, por cuantos han hecho, por cuantos
resistencia en Nicaragua de Sandino, y afianza- están haciendo que exista ese «pueblo magno»
miento en el Continente de la clase obrera como de «nuestra América».
fuerza de vanguardia; en 1938, nacionalización Pero esta no es, por supuesto, la única cul-
del petróleo mexicano por Cárdenas; en 1944, tura forjada aquí. Hay también la cultura de la
llegada al poder de un régimen democrático en anti-América: la de los opresores, la de quienes
Guatemala, que se radicalizará en el gobierno; trataron (o tratan) de imponer en estas tierras
en 1946, inicio de la presidencia en la Argentina esquemas metropolitanos, o simplemente, man-
de Juan Domingo Perón, bajo la cual mostrarán samente, reproducen de modo provinciano lo que
su rostro los «descamisados»; en 1952, revolu- en otros países puede tener su razón de ser. En la
ción boliviana; en 1959, triunfo de la Revolución mejor de las posibilidades, se trata, para repetir
Cubana; en 1961, Girón: primera derrota militar una cita, de la obra de «quienes han trabajado, en
del imperialismo yanqui en América y proclama- algunos casos patrióticamente, por configurar la
ción del carácter marxista-leninista de nuestra vida social toda con arreglo a pautas de otros paí-
Revolución; en 1967, caída del Che Guevara al ses altamente desarrollados, cuya forma se debe
frente de un naciente ejército latinoamericano en a un proceso orgánico a lo largo de los siglos», y
Bolivia; en 1970, llegada al gobierno, en Chile, que al proceder así, dijo Martínez Estrada, «han
del socialista Salvador Allende.
Fechas así, para una mirada superficial, podría 74 J.M.: «Cuadernos de apuntes, 5» [1881], en O.C.,
parecer que no tienen relación muy directa con t. XXI, p. 164.

86
traicionado a la causa de la verdadera emanci- intelectual77 de la misma isla que Caliban: puede
pación de la América Latina».75 optar entre servir a Próspero –es el caso de los
Todavía es muy visible esa cultura de la intelectuales de la anti-América–, con el que
anti-América. Todavía en estructuras, en obras, aparentemente se entiende de maravillas, pero
en efemérides se proclama y perpetúa esa otra de quien no pasa de ser un temeroso esclavo,
cultura. Pero no hay duda de que está en agonía, o unirse a Caliban en su lucha por la verdadera
como en agonía está el sistema en que se basa. libertad. Podría decirse, en lenguaje gramsciano,
Nosotros podemos y debemos contribuir a colo- que pienso sobre todo en intelectuales «tradi-
car en su verdadero sitio la historia del opresor cionales», de los que, incluso en el período de
y la del oprimido. Pero, por supuesto, el triunfo transición, el proletariado necesita asimilarse el
de esta última será sobre todo obra de aquellos mayor número posible, mientras va generando
para quienes la historia, antes que obra de letras, sus propios intelectuales «orgánicos».
es obra de hechos. Ellos lograrán el triunfo defi- Es sabido, en efecto, que una parte más o me-
nitivo de la América verdadera, restableciendo nos importante de la intelectualidad al servicio
su unidad a nuestro Continente, y esta vez a una de las clases explotadas suele provenir de las
luz del todo distinta: clases explotadoras, de las cuales se desvincula
radicalmente. Es el caso, por lo demás clásico,
Hispanoamérica, Latinoamérica, como se de figuras cimeras como Marx, Engels y Lenin.
prefiera [escribió Mariátegui], no encontrará Este hecho había sido observado ya en el propio
su unidad en el orden burgués. Este orden nos Manifiesto comunista de 1848. Allí escribieron
divide, forzosamente, en pequeños nacionalis- Marx y Engels:
mos. A Norteamérica sajona le toca coronar y
cerrar la civilización capitalista. El porvenir En los períodos en que la lucha de clases se
de la América latina es socialista.76 acerca a su desenlace, el proceso de desinte-
gración de la clase dominante, de toda la vieja
Ese porvenir, que ya ha empezado, acabará por
77 «Intelectual» en el sentido lato del término, tal como lo
hacer incomprensible la ociosa pregunta sobre emplea Gramsci en sus clásicas páginas sobre el tema,
nuestra existencia. que suscribo plenamente. Por suficientemente conoci-
das no considero necesario glosarlas aquí: ver Antonio
Gramsci: Los intelectuales y la organización de la cul‑
¿Y Ariel, ahora? tura, trad. de Raúl Sciarreta, Buenos Aires, 1960. Con
este sentido amplio se usó ya la palabra entre nosotros
Ariel, en el gran mito shakespeareano que he en el Seminario Preparatorio del Congreso Cultural de
seguido en estas notas, es, como se ha dicho, el La Habana (1967), y últimamente Fidel ha vuelto sobre
el tema, en su discurso en el Primer Congreso Nacional
75 Ezequiel Martínez Estrada: «El colonialismo como de Educación y Cultura, al rechazar que la denominación
realidad», cit. en la nota 54. sea usufructuada solo por un pequeño grupo de «hechi-
76 José Carlos Mariátegui: cit. en Siete ensayos de inter‑ ceros», el cual «ha monopolizado el título de intelectua-
pretación de la realidad peruana, La Habana, 1963, les», pretendiendo dejar fuera de él a «los maestros, los
p. xii. ingenieros, los técnicos, los investigadores...».

87
sociedad, adquiere un carácter tan violento y sirvan, / del tirano es inútil la saña, / que no en
tan patente, que una pequeña fracción de esa vano entre Cuba y España / tiende inmenso sus
clase reniega de ella y se adhiere a la clase olas el mar». O el de José Martí, al cabo de quin-
revolucionaria, a la clase en cuyas manos está ce años de estancia en los Estados Unidos –es-
el porvenir [...]. Y así [...] en nuestros días un tancia que le permitirá familiarizarse plenamente
sector de la burguesía se pasa al proletariado, con la modernidad, y también detectar desde su
particularmente ese sector de los ideólogos seno el surgimiento del imperialismo norteame-
burgueses que se han elevado teóricamente ricano–: «Viví en el monstruo, y le conozco las
hasta la comprensión del conjunto del movi- entrañas; y mi honda es la de David». Aunque
miento histórico.78 preveo que a algunos oídos la sugerencia de que
Heredia y Martí anduvieran maldiciendo les so-
Si esto es obviamente válido para las naciones nará feo, quiero recordarles que «tirano», «viles
capitalistas de más desarrollo –a las cuales tenían traidores» y «monstruo» tienen algo que ver con
en mente Marx y Engels en su Manifiesto–, en maldiciones. Shakespeare y la realidad parecen
el caso de nuestros países hay que añadir algo tener razón contra ellos. Y Heredia y Martí no
más. En ellos, «ese sector de los ideólogos bur- son sino ejemplos arquetípicos. Últimamente,
gueses» de que hablan Marx y Engels conoce no han faltado tampoco los que han atribuido a
un segundo grado de ruptura: salvo aquella deformaciones de nuestra Revolución –Caliban,
zona que orgánicamente provenga de las clases no lo olvidemos, es visto siempre como defor-
explotadas, la intelectualidad que se considere me por el ojo hostil–, la violencia volcánica de
revolucionaria79 debe romper sus vínculos con algunos discursos recientes de Fidel, como el
la clase de origen (con frecuencia, la pequeña que pronunciara en el Primer Congreso Nacio-
burguesía), y también debe romper sus nexos nal de Educación y Cultura. El que algunos de
de dependencia con la cultura metropolitana que esos sobresaltados hubieran hecho el elogio de
le enseñó, sin embargo, el lenguaje, el aparato Fanon –otros posiblemente ni habían oído hablar
conceptual y técnico. Ese lenguaje, en la termi- de él, ya que guardan con la política, como dijo
nología shakespeareana, le servirá para maldecir Rodolfo Walsh, la misma relación que con la
a Próspero. Fue el caso de José María Heredia, astrofísica–, y ahora atribuyan a deformación o a
exclamando, en el mejor español del primer influencia foránea una actitud que está en la raíz
tercio del siglo xix: «Aunque viles traidores le misma de nuestro ser histórico, puede ser prueba
de varias cosas. Entre ellas, de total incoheren-
78. Carlos Marx y Federico Engels: Manifiesto del Partido cia. También de desconocimiento –cuando no
Comunista, Obras escogidas en dos tomos, tomo 1, de desprecio– de nuestras realidades concretas,
Moscú, s. f., p. 32. tanto en el presente como en el pasado. Lo cual,
79. Y hay que recordar que hace más de cuarenta años que por cierto, no los autoriza para tener mucho que
Mariátegui escribió: «este es un instante de nuestra
historia en que no es posible ser efectivamente nacio-
ver con nuestro porvenir.
nalista y revolucionario sin ser socialista». J.C.M.: Siete La situación y las tareas de ese intelectual
ensayos..., cit., p. 26. al servicio de las clases explotadas no son por

88
supuesto las mismas cuando se trata de países «nuestra propia realidad», «nuestro propio len-
en los que aún no ha triunfado la revolución guaje», y a ellos me he referido largamente. Pero
socialista, que cuando se trata de países en los el imprescindible orgullo de haber heredado lo
que se desarrolla tal revolución. Por otra parte, mejor de la historia latinoamericana, de pelear al
ya he recordado que el término «intelectual» es frente de una vasta familia de doscientos millones
lo bastante amplio como para hacer inútil forzar de hermanos, no puede hacernos olvidar que, por
la mano con simplificación alguna. Intelectual eso mismo, formamos parte de otra vanguardia
será un teórico y dirigente –como Mariátegui o aún mayor, de una vanguardia planetaria: la de
Mella–, un investigador –como Fernando Ortiz–, los países socialistas que ya van apareciendo en
un escritor –como César Vallejo–. En todos esos todos los continentes. Eso quiere decir que nues-
casos, sus ejemplos concretos nos dicen más tra herencia es también la herencia mundial del
que cualquier generalización vaga. Para plan- socialismo, y que la asumimos como el capítulo
teos muy recientes, relativos al escritor, véanse más hermoso, más gigantesco, más batallador
ensayos como «Las prioridades del escritor», de de la historia de la humanidad. Sentimos como
Mario Benedetti. plenamente nuestro el pasado del socialismo,
La situación, como dije, no es igual en los países desde los sueños de los socialistas utópicos hasta
donde las masas populares latinoamericanas han el apasionado rigor científico de Marx («aquel
llegado al fin al poder y han desencadenado una alemán de alma sedosa y mano férrea», que dijo
revolución socialista. El caso entusiasmante de Martí) y Engels; desde el intento heroico de la
Chile es demasiado inmediato para poder extraer Comuna de París hace un siglo hasta el triunfo
de él conclusiones. Pero la revolución socialista de la Revolución de Octubre y la lección impe-
cubana tiene más de doce años de vida, y a estas recedera de Lenin; desde el establecimiento de
alturas ya pueden señalarse algunos hechos: aun- nuevos regímenes socialistas en Europa a raíz de
que, por la naturaleza de este trabajo, aquí no me la derrota del fascismo en la llamada Segunda
propongo sino mencionar rasgos muy salientes. Guerra Mundial, hasta revoluciones socialistas
Esta revolución en su práctica y en su teoría, en países asiáticos «subdesarrollados». Al de-
habiendo sido absolutamente fiel a la más exigente cir que asumimos esta herencia –herencia que
tradición popular latinoamericana, ha satisfecho además aspiramos a enriquecer con nuestros
en plenitud las aspiraciones de Mariátegui: «no aportes–, no podemos olvidar que ella incluye,
queremos, ciertamente, que el socialismo sea naturalmente, momentos luminosos y también
en América calco y copia. Debe ser creación momentos oscuros, aciertos y errores. ¡Cómo
heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra podríamos olvidarlo, si al hacer la historia nues‑
propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al tra (operación que nada tiene que ver con leer
socialismo indo-americano».80 Por eso no pue- la historia de otros), nosotros también tenemos
de entenderse nuestra Revolución si se ignoran aciertos y errores, como los han tenido y tendrán
todos los movimientos históricos reales!
80 José Carlos Mariátegui: «Aniversario y balance», cit., Este hecho elemental es constantemente re-
p. 249. cordado no solo por nuestros enemigos abiertos,

89
sino incluso por algunos supuestos amigos que Durante estos doce años, en busca de solucio-
lo único que parecen objetarle en el fondo al so- nes originales y sobre todo genuinas a nuestros
cialismo es que exista, lleno de grandeza, pero problemas, ha habido una amplia discusión sobre
también de dificultades, con lo impecable que se cuestiones culturales en Cuba. En la revista Casa
ve en los libros este cisne escrito. Y no podemos de las Américas se han publicado materiales de
dejar de preguntarnos: ¿por qué debemos estar esta discusión: pienso especialmente en la mesa
dando explicaciones sobre los problemas que redonda que un grupo de compañeros realizamos
afrontamos al construir el socialismo, a esos en 1969.81
supuestos amigos, quienes, por su parte, se Tampoco han sido remisos los propios diri-
las arreglan con su conciencia permaneciendo gentes de la Revolución a expresar sus opiniones
integrados a sociedades explotadoras: y, en sobre estos hechos. Aunque, como dijo Fidel
algunos casos, abandonando incluso nuestros en 1961, «no tuvimos nuestra conferencia de
países neocoloniales para demandar, con el Yenán»82 antes del triunfo de la Revolución,
sombrero entre las manos, un sitio en las propias después de ese triunfo no ha dejado de haber dis-
sociedades explotadoras? No: no hay por qué cusiones, encuentros, congresos en que se abor-
dar explicación alguna a personas así, a quienes, daban estas cuestiones. Me limitaré a recordar
de ser honestas, debía preocupar el coincidir algunos de los muchos textos de Fidel y el Che:
en tantos puntos con nuestros enemigos. La en el caso de Fidel, su discurso en la Biblioteca
manera superficial con que algunos intelectua- Nacional el 30 de junio de 1961, que se publicó
les que se dicen de izquierda (y a quienes, sin ese año –y así ha seguido siendo conocido– con
embargo, las masas populares parecen importar el nombre de Palabras a los intelectuales; su
un bledo) se lanzan sin pudor a repetir al pie discurso del 13 de marzo de 1969, en que plan-
de la letra los criterios que sobre el mundo so- teó la universalización de la Universidad, y al
cialista propone y divulga el capitalismo, solo que nos referimos varias veces en nuestra mesa
muestra que aquellos intelectuales no han roto redonda de 1969, y por último su intervención
con él tan radicalmente como acaso quisieran. en el reciente Congreso de Educación y Cultura.
La natural consecuencia de esta actitud es que, No son ni de lejos, naturalmente, las únicas veces
so capa de rechazar errores –en lo que es fácil en que Fidel ha abordado problemas culturales;
poner de acuerdo a tirios y troyanos–, se rechace pero creo que dan idea suficiente de los criterios
también, como de pasada, al socialismo todo, de la Revolución Cubana en este orden.
arbitrariamente reducido a tales errores; o se Aunque han transcurrido diez años entre el
deforme y generalice alguna concreta coyun- primero de estos discursos –que estoy seguro
tura histórica y, sacándola de sus casillas, se
pretenda aplicar a otras coyunturas que tienen 81 «Diez años de Revolución: el intelectual y la sociedad»,
en Casa de las Américas, No. 56, septiembre-octubre
sus propios caracteres, sus propias virtudes de 1969. Se publicó también, con el título El intelectual
y sus propios errores. Esto es algo que en lo y la sociedad, en México, 1969.
tocante a Cuba hemos aprendido, como tantas 82 Fidel Castro: Palabras a los intelectuales, La Ha-
cosas, en carne propia. bana, 1961, p. 5.

90
de que apenas ha sido leído por muchos de sus La misma frase de 1961 que tanto se ha citado
comentaristas, quienes se limitan a citar alguna fuera de contexto, hay que reintegrarla a este para
que otra frase fuera de contexto– y el último, la que adquiera todo su sentido:
lectura real de ambos lo que demuestra sobre
todo, a diez años de distancia, es su coherencia. dentro de la Revolución, todo; contra la Re-
En 1971, Fidel dijo sobre las obras literarias y volución, nada. Contra la Revolución nada,
artísticas: porque la Revolución tiene también sus de-
rechos, y el primer derecho de la Revolución
Nosotros, un pueblo revolucionario, valo- es el derecho de ser y de existir. Nadie, por
ramos las creaciones culturales y artísticas cuanto la Revolución comprende los intereses
en función de lo que aporten al hombre, en del pueblo, por cuanto la Revolución significa
función de lo que aporten a la reivindicación los intereses de la nación entera, nadie puede
del hombre, a la liberación del hombre, a la alegar un derecho contra ella.
felicidad del hombre. Nuestra valoración es
política. No puede haber valor estético sin Coherencia no quiere decir repetición. Que
contenido humano. No puede haber valor aquel discurso de 1961 y este de 1971 sean con-
estético contra la felicidad del hombre. ¡No gruentes, no significa que los diez años hayan
puede haberlo! transcurrido en vano. Al principio de sus Pala‑
bras a los intelectuales, había recordado Fidel
En 1961, había dicho: que la revolución económica y social que estaba
teniendo lugar en Cuba, tenía que producir inevi-
Es precisamente el hombre, el semejante, tablemente, a su vez, una revolución en la cultura
la redención de sus semejantes, lo que de nuestro país. A esta transformación que sería
constituye el objetivo de los revoluciona- producida inevitablemente por la revolución
rios. Si a los revolucionarios nos preguntan económica y social, y que ya anunció en 1961,
qué es lo que más nos importa, nosotros corresponden, entre otras, las decisiones procla-
diremos: el pueblo y siempre el pueblo. madas en el discurso del 13 de marzo de 1969,
El pueblo en su sentido real, es decir, esa sobre la universalización de la Universidad, y
mayoría del pueblo que ha tenido que vivir en el discurso del Primer Congreso Nacional de
en la explotación y en el olvido más cruel. Educación y Cultura, en 1971. Durante esos diez
Nuestra preocupación fundamental serán años se ha ido produciendo una ininterrumpida
siempre las grandes mayorías del pueblo, radicalización de la Revolución que implica
es decir las clases oprimidas y explotadas una creciente participación de las masas en el
del pueblo. El prisma a través del cual lo destino del país. Si a la reforma agraria de 1959
miramos todo, es ese: para nosotros será seguirá una revolución agraria, a la campaña de
bueno lo que sea bueno para ellas; para alfabetización seguirá la de seguimiento, y luego
nosotros será noble, será bello y será útil, todo se anunciará una universalización de la Universi-
lo que sea noble, sea bello y sea útil para ellas. dad, que supone ya la conquista por las masas de

91
los predios de la llamada alta cultura; mientras, del capitalismo actual o su prolongación en
paralelamente, el proceso de democratización nuestra sociedad; o viceversa. U olvidan cómo
sindical hace sentir el indetenible crecimiento previó con pasmosa claridad algunos problemas
en la vida del país del papel de la clase obrera. de nuestra vida artística en términos que, al ser
En 1961 no hubiera podido ser así todavía; retomados por plumas menos prestigiosas que la
ese año se estaba realizando apenas la campaña suya, producirían objeciones que no se atrevieron
de alfabetización: se estaban echando las bases a hacerle al propio Che.
de una cultura realmente nueva. Hoy, 1971, se Por ser mucho menos conocido que El socia‑
ha dado un salto en el desarrollo de la cultura; lismo y el hombre en Cuba, quisiera terminar
un salto que, por otra parte, ya había sido pre- citando con alguna extensión el final de un dis-
visto en 1961, e implica tareas de inevitable curso que el Che pronunciara en la Universidad
cumplimiento por cualquier revolución que se de Las Villas el 28 de diciembre de 1959, es decir,
diga socialista: la extensión de la educación a al comienzo mismo de nuestra Revolución. La
todo el pueblo, su asentamiento sobre bases re- Universidad le había otorgado al Che el título
volucionarias, la construcción y afianzamiento de profesor honoris causa de la Facultad de
de una cultura nueva, socialista. Pedagogía, y el Che debía agradecer en ese
Para comprender mejor tanto las metas como discurso la distinción. Pero lo que sobre todo
los caracteres específicos de nuestra transforma- hizo fue proponerle a la Universidad, a sus
ción cultural en marcha, es útil confrontarla con profesores y alumnos, una transformación que
procesos similares en otros países socialistas. El requerían –que requeríamos– todos para poder
hacer que todo un pueblo que vivió explotado
y analfabeto acceda a los más altos niveles del ha causado el temor extemporáneo a esa concepción,
saber y de la creación, es uno de los pasos más en un proceso que ha descrito bien Ambrosio Fornet:
hermosos de una revolución. «Durante diez años [escribió], los novelistas cubanos
Las cuestiones culturales ocuparon también sortearon hábilmente los peligros de una épica que podía
llevarlos al esquematismo y la parálisis. En cambio, la
buena parte de la meditación de Ernesto Che
mayor parte de sus obras, tanto en su contenido como en
Guevara. Es suficientemente conocido su trabajo su forma, acusan un aire de timidez del que se libraron,
El socialismo y el hombre en Cuba como para por ejemplo, el cine documental y la poesía (y del que
que sea necesario glosarlo aquí. Baste con sugerir quizá se libre la cuentística) [...] si la nueva narrativa,
al lector, eso sí, que no proceda como algunos en el clima de libertad artística en que creció, hubiera
atravesado por un período épico, de exaltación ingenua
que lo toman por separado, reteniendo, por ejem-
de la realidad, quizá habría descubierto al menos un tono
plo, su censura a cierta concepción del realismo propio, que le hubiera exigido nuevas formas, y hoy po-
socialista,83 pero no su censura al arte decadente dríamos hablar –es un decir– del vanguardismo épico de
la narrativa cubana [...]. El riesgo debía asumirse a partir
83 Cierta concepción estrecha del realismo socialista –que de una caída y no tratando de evitarla, porque el hecho
el Che rechaza en este texto al mismo tiempo que rechaza de que no se cayera en el panfleto no garantizaba que
la falsa vanguardia que se atribuye hoy el arte capitalista no se cayera en el mimetismo y la mediocridad». A.F.:
y su influencia negativa entre nosotros– no ha causado «A propósito de Sacchario», en Casa de las Américas,
estragos en nuestro arte, como dijo el Che, pero sí lo No. 64, enero-febrero de 1971.

92
ser considerados verdaderamente revoluciona- la tomen, no; lo digo simplemente porque
rios, verdaderamente útiles: sería un ejemplo más de los tantos bellos
ejemplos que se están dando en Cuba, que
No se me ocurriría a mí [dijo entonces el Che] los dueños de la Universidad Central de Las
exigir que los señores profesores o los seño- Villas, los estudiantes, la dieran al pueblo a
res alumnos actuales de la Universidad de través de su gobierno revolucionario. Y a los
Las Villas realizaran el milagro de hacer que señores profesores, mis colegas, tengo que
las masas obreras y campesinas ingresaran en decirles algo parecido: hay que pintarse de
la Universidad. Se necesita un largo camino, negro, de mulato, de obrero y de campesino;
un proceso que todos ustedes han vivido, de hay que bajar al pueblo, hay que vibrar con
largos años de estudios preparatorios. Lo que el pueblo, es decir, las necesidades todas de
sí pretendo, amparado en esta pequeña historia Cuba entera. Cuando esto se logre, nadie ha-
de revolucionario y de comandante rebelde, es brá perdido, todos habremos ganado y Cuba
que comprendan los estudiantes de hoy de la podrá seguir su marcha hacia el futuro con un
Universidad de Las Villas que el estudio no es paso más vigoroso, y no tendrán necesidad de
patrimonio de nadie, y que la casa de estudios incluir en su claustro a este médico, coman-
donde ustedes realizan sus tareas no es patri- dante, presidente de Banco y hoy profesor de
monio de nadie, pertenece al pueblo entero pedagogía que se despide de todos.84
de Cuba, y al pueblo se la darán o el pueblo
la tomará. Y quisiera, porque inicié todo este Es decir, el Che le propuso a la «universidad
ciclo en vaivenes de mi carrera como uni- europea», como hubiera dicho Martí, que cediera
versitario, como miembro de la clase media, ante la «universidad americana»; le propuso a
como médico que tenía los mismos horizontes, Ariel, con su propio ejemplo luminoso y aéreo si
las mismas aspiraciones de la juventud que los ha habido, que pidiera a Caliban el privilegio
tendrán ustedes, y porque he cambiado en el de un puesto en sus filas revueltas y gloriosas.
curso de la lucha, y porque me he convencido
de la necesidad imperiosa de la Revolución y La Habana, 7‑20 de junio de 1971 c
de la justicia inmensa de la causa del pueblo,
por eso quisiera que ustedes, hoy dueños de 84 Ernesto Che Guevara: «Que la Universidad se pinte
la Universidad, se la dieran al pueblo. No lo de negro, de mulato, de obrero, de campesino», en
digo como amenaza para que mañana no se Obras 1957‑1967, La Habana, 1970, tomo II pp. 37‑38.

93
Para una teoría de la literatura
hispanoamericana*

L
a teoría literaria es de aparición tardía y, en general, escasa-
mente frecuentada en Hispanoamérica. Ello no es extraño:
la propia historiografía de conjunto de nuestra literatura no
surge sino hasta bien entrado este siglo, y su primer ejemplo
se debe, por cierto, a un autor extranjero, el norteamericano
Alfred Coester: Literary History of Spanish America (Nueva
York, 1916; trad. esp. de Rómulo Tovar, Madrid, 1929).
Parece que el primer intento orgánico de teoría literaria en
nuestras tierras es el folleto del costarricense Roberto Brenes
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 94-102

Mesén Las categorías literarias (San José, Costa Rica, 1923), al


final de cuyas ochenta y siete páginas se lee: «capítulo primero
de una obra de mayor consideración; se edita por separado para
servir a un propósito literario del autor». Los otros capítulos,
que yo sepa, no vieron nunca la luz.
En 1944, el mexicano Alfonso Reyes publicó en su país
su ambicioso libro El deslinde, con el heráldico subtítulo de
* Con ligeras variantes, este es el texto Prolegómenos a la teoría literaria. (Recogido en el tomo XV,
de una ponencia leída en francés en México, 1963, de las Obras completas de Reyes). Trece años
el Coloquio sobre ideologías, litera- después de aparecida esta obra, cuya continuación esperábamos
tura y sociedad en la América Latina, con impaciencia sus ávidos lectores, Reyes escribió en la «Carta
celebrado en Royaumont del 15 al 17 a mi doble» (1957):
de diciembre de 1972. Apareció por
primera vez en Casa de las Américas,
No. 80, septiembre-octubre de 1973. ¡Ay! Mi órbita de cometa se dejó atrás esa cierta zona del
[N. de R.F.R.]. espacio. Medir la distancia a pequeños pasos me parece hoy

94
menos tentador y, además, no creo ya tener Alberto Escobar La partida inconclusa (Santiago
tiempo para levantar otra armazón semejante y de Chile, 1970), a pesar de llevar el subtítulo
aun he llegado a creer, sinceramente, que le jeu Teoría y método de investigación literaria y de
ne vaut pas la chandelle [...]. Así acabó, pues, mencionar aspectos teóricos de la literatura, no
aquella tan ambiciosa teoría de la literatura. es en rigor una teoría literaria, y se emparienta
Alas, poor Yorick!1 más bien con obras pedagógicas como la de
Wolfgang Kayser Investigación y análisis de la
En 1945, el cubano José Antonio Portuondo obra literaria (1948). Martínez Bonati procla-
dio a conocer en México su Concepto de la poe‑ ma «haber logrado en este estudio, por caminos
sía, que cuatro años antes había defendido como puramente filosóficos y formales, una teoría de
tesis de grado en la Universidad de La Habana la obra poética».
con el subtítulo, que eliminó en la publicación, Quiero adelantar dos observaciones a pro-
de Introducción a la teoría literaria. En la pósito de estas obras: la primera, que conviene
«Advertencia» inicial explicaba Portuondo que recordar lo que a propósito del pensamiento
su libro, concebido con criterio marxista, «no contemporáneo español e hispanoamericano en
se asoma a todos los problemas que plantea el general –y por consiguiente también la teoría
fenómeno poético y que debe estudiar la teoría literaria– escribió José Gaos al frente de su
de la literatura, sino solo [...] al inicial, referente notable antología sobre el tema.2 Dice allí Gaos
a su génesis, a su desarrollo, a su esencia. Los que «en la medida en que» ese pensamiento se
demás serán abordados en próximos estudios aleja «de la política en la acepción amplia hacia
sobre la expresión poética, sobre la signifi- la filosofía pura», desciende «en originalidad y
cación de la obra poética, sobre la crítica y la valía»; y también: «en cuanto a la forma, la del
historia literaria». (5). Al reditarse el libro (La tratado o curso sistemático y metódico es la de
Habana, 1972), apareció acompañado de cinco la parte también menos original y valiosa, más
valiosas «Aproximaciones a la teoría de la lite- meramente didáctica, de la obra colectiva; la de
ratura», pero sin los nuevos capítulos anunciados la parte más original y valiosa es la del ensayo
más de un cuarto de siglo atrás. y el artículo y la del discurso...» (xxxv). Este
Ello hace que, hasta ahora, probablemente la criterio aconseja que, en lo que toca a los estu-
única teoría literaria completa escrita en Hispa- dios de teoría literaria en nuestra América, no
noamérica sea el libro del chileno Félix Martínez nos limitemos a las obras que asumen la forma
Bonati La estructura de la obra literaria. (Una «del tratado o curso sistemático y metódico», y
investigación de filosofía del lenguaje y estética) en cambio tomemos en consideración otras, al
(Santiago de Chile, 1960: ed. de la que cito; 2a. parecer menos rigurosamente estructuradas en
ed., Barcelona, 1972): pues la obra del peruano
2 José Gaos: Antología del pensamiento de lengua espa‑
1 Alfonso Reyes: Al yunque (1944‑1958), México, 1960, ñola en la edad contemporánea, México, 1945. Es útil
p. 9. Este libro se recoge en el tomo XXI (México, 1981) recordar que los últimos textos que aparecen en esta
de las Obras completas de Reyes. antología provienen de El deslinde, de Reyes.

95
torno a esta disciplina, y que debemos a autores con tener presentes los ejemplos mayores de El
como algunos de los mentados –Reyes, Portuon- deslinde, de Reyes, o de La estructura de la obra
do– y otros como Baldomero Sanín Cano, Pedro literaria, de Martínez Bonati, para comprobarlo.
Henríquez Ureña, José Carlos Mariátegui, Juan Portuondo, por su parte, al comentar la difundida
Marinello, Mariano Picón Salas, Ricardo Latch- Teoría literaria (1949) de René Wellek y Austin
man, Héctor P. Agosti, José Luis Martínez; o a Warren, apunta: «Los autores admiten el estudio
autores no latinoamericanos como la soviética de las literaturas nacionales, las cuales constitu-
Vera Kuteischikova, el alemán Adalbert Dessau, yen algo más que simples categorías geográficas
el checoslovaco Oldřich Bělič o el francés Noël o lingüísticas, pero estiman que ellas deben ser
Salomon: sin excluir, por supuesto, a muchos estudiadas siempre en función de la tradición
protagonistas de nuestra literatura, como José europea» (lo que obviamente es inaceptable), y
Martí, Rubén Darío, César Vallejo, Ezequiel considera que en ningún caso «parece justo, en
Martínez Estrada, Jorge Luis Borges, Alejo una obra de teoría literaria, limitar su alcance a
Carpentier, José Lezama Lima, Octavio Paz, lo europeo. Toda teoría debe aspirar a una com-
Cintio Vitier... Esta exclusión sería absurda, ya prensión universal» (Concepto..., 1972, p. 190).
que la división del trabajo entre productores, El propio Wellek parecería avalar esta última
enjuiciadores y teóricos de la literatura no es opinión cuando, en la Teoría de la que es coau-
frecuente en nuestras letras. Pero conviene no tor, define la «teoría literaria» como el «estudio
pasar al extremo opuesto, y tener en cuenta, de los principios de la literatura, sus categorías,
en cambio, lo que ha recordado el colombiano criterios, etcétera».4 Solo que, por supuesto, para
Carlos Rincón: «Una concepción materialista que esa teoría fuera de validez universal, además
de las ideologías impide tomar al pie de la letra de elaborarse con el instrumento intelectual correc-
como científicamente válido lo que puede decir to, tendría que ser universal, en primer lugar, la
un escritor sobre su obra o sobre la de otros. Esta literatura con la que está operando, y de la cual
tesis se apoya en la definición de los clásicos [del deriva sus «principios [...], sus categorías, crite-
marxismo] según la cual “el proceso ideológico rios, etcétera» –o, de lo contrario, tales entidades
se realiza de manera conciente, pero con una no las extrae sino las impone, normativamente,
falsa conciencia”».3 a la literatura, de la que ya no puede pretender
La segunda observación que quiero hacer es ser su teoría, sino su preceptiva–. Ahora bien:
que las obras que mencioné al principio son in- ¿existe ya esa literatura universal, esa literatura
tentos de teoría de la literatura escritos en Hispa- mundial, no como un agregado mecánico, sino
noamérica, pero no teorías de la literatura hispa- como una realidad sistemática? Todos podemos
noamericana. La razón de ello es simple: aspiran citar aquel memorable 31 de enero de 1827 en
a ser teorías generales de la literatura. Bastaría
4 René Wellek y Austin Warren: Teoría literaria, trad. del
inglés por J.M. Gimeno, La Habana, 1969, p. 48. La
3 Carlos Rincón: «Para un plano de batalla de un combate definición se repite en: René Wellek: «Literary Theory,
por una nueva crítica en Latinoamérica», en Casa de Criticism, and History» [1960], en Concepts of Criti‑
las Américas, No. 67, julio‑agosto de 1971, pp. 39‑40. cism, 7da. ed., New Haven, 1965, p. 1.

96
que Eckermann entró en casa de Goethe y lo Indudablemente, pues, la expansión capita-
encontró leyendo una novela china, después lista europea había sentado las premisas para
de comentar la cual, y de compararla magná- una literatura universal, porque había sentado
nimamente con su propia Germán y Dorotea, las premisas para la verdadera mundialización
pontificó: «la poesía es patrimonio común de la del mundo. Pero esas premisas no podrían ser
humanidad [...]. La literatura nacional no signifi- coronadas dentro del marco capitalista: esa
ca hoy gran cosa, este es el tiempo de la época de tarea correspondería precisamente al sistema
la literatura mundial, y todos debemos contribuir que iba a quebrar –por el momento, de modo
a apresurar el advenimiento de esa época».5 Que todavía incompleto– a ese marco. No hay que
para entonces se habían echado ya las bases para olvidar la magnífica frase andariega con que
esa futura «literatura mundial», lo explicarían, se abre el Manifiesto: «Un fantasma recorre
veintiún años más tarde, los compatriotas y Europa». Como hoy sabemos, a ese fantasma
fervientes admiradores de Goethe que eran los le esperaban muchos caminos extraeuropeos.
jóvenes Carlos Marx y Federico Engels, quienes No existe todavía, por tanto, un mundo uno.
al describir en el Manifiesto comunista (1848) Cuando en 1952 el demógrafo francés Alfred
las hazañas de la burguesía europea, la creación Sauvy inventó la expresión «tercer mundo», que
por la gran industria del mercado mundial y el tanta fortuna iba a tener a pesar de lo equívoco
correspondiente carácter cosmopolita de la pro- del ingenioso nombre (que hoy nos satisface tan
ducción y el consumo, añaden: poco), la amplia aceptación y difusión del mismo
por los más disímiles pensadores y dirigentes
y esto se refiere tanto a la producción material ratificaría la inexistencia de un mundo homogé-
como a la producción intelectual. La produc- neo. Y al no existir este aún, no existe todavía,
ción intelectual de una nación se convierte en naturalmente, una literatura mundial o general.
patrimonio común de todas. La estrechez y Y si el objeto en cuestión, la literatura gene-
el exclusivismo nacionales resultan cada día ral, no existe todavía, ¿cómo puede existir ya la
más imposibles; de las numerosas literaturas teoría, contemplación o revelación de ese objeto?
nacionales y locales se forma una literatura Cabe una respuesta a esta pregunta, que supone
universal.6 incurrir en lo que podría llamarse la falacia fe-
nomenológica. Un ejemplo arquetípico de ella lo
5 Sobre el tema, ver Fritz Strick: Goethe and World Literature, da Martínez Bonati en La estructura de la obra
trad. del alemán por C.A.M. Sym, Londres, 1949, pp. [3]‑16 literaria cuando dice:
y 346‑351. Hans George Ruprecht ha revelado en su
notable investigación «“Weltliteratur” vue du Mexique Podría pensarse en una «teoría» al modo de
en 1826» (Bulletin Hispanique, julio‑diciembre de 1971)
las ciencias empíricas, en una hipótesis que
una anticipación de la idea goethiana expresada desde
1826 en la revista mexicana El Iris, bajo la dirección resulta de la generalización inductiva del co-
del cubano José María Heredia. nocimiento de un número, cuanto más grande
6 Carlos Marx y Federico Engels: «Manifiesto comunista», mejor, de obras literarias. No es tal el método
en Obras escogidas, La Habana, ca. 1962, p. 17. que seguimos. Se trata, por el contrario, de

97
una determinación apriorística de la estructura Tales limitaciones son insuperables cualquiera
esencial y necesaria de estos objetos de pura que sea la postura que se adopte [...]. Pudiera
intencionalidad que son las obras poéticas. suceder [...] que este estudio, considerado des-
Una determinación de validez irrestringida- de un punto de vista, revistiera tan solo algún
mente general para la cual basta idealmente interés para lectores de habla alemana [24‑25].
una sola experiencia poética [...]. Se trata,
pues, de filosofía, y los métodos correspon- He aquí a qué queda reducida, pues, esa
dientes son el análisis de las significaciones supuesta universalidad. En ese sentido, no es
y la fenomenología [14]. ocioso oír lo que, a continuación de aquella de-
claración suya, añade Martínez Bonati:
Esta falacia fenomenológica ha sido ejercida
ya por muchos autores de la Europa occidental a El tema de esta investigación formaba parte
quienes directa o indirectamente sigue Martínez del [...] complejo de problemas a que di un
Bonati. Por ejemplo, en su libro –por demás es- primer tratamiento [...] en mi tesis doctoral
timulante– Conceptos fundamentales de poética «Zu den Fragen einer Logik und Ontologie
[1946] (traducción del alemán por Jaime Ferrero, der Literarischen Erzälung», realizada bajo la
Madrid, 1966), afirma Emil Staiger que la idea dirección del profesor Josek Köning y presen-
de lo lírico, de lo épico y de lo dramático «se me tada a la Facultad de Filosofía de la Univer-
ha revelado alguna vez en un ejemplo. El ejem- sidad de Göttigen en diciembre de 1956 [16].
plo habrá sido tal vez una poesía determinada.
Pero ni siquiera eso es necesario [...] la idea de Su rigurosa investigación, pues, aunque
lo “lírico”, una vez que la he captado, es tan in- ofrecida como una teoría de la obra poética en
conmovible como la idea del triángulo o como general, está sustentada en una específica rea-
la del “rojo”, es objetiva, independiente de mi lidad literaria –que no es la nuestra–. «Pudiera
capricho o antojo» (23). Solo que unas líneas suceder», para retomar las palabras de Staiger,
después Staiger revela honestamente: «que este estudio, considerado desde un punto
de vista, revistiera tan solo algún interés para
De hecho, los ejemplos debían ser tomados lectores de habla alemana». Pues es lo cierto
del conjunto de la literatura universal. Pero que, como Wellek explica,
difícilmente se hubiera podido evitar que los
ejemplos elegidos no delataran la nacionalidad a las teorías literarias, a los principios, a los cri-
del autor de estas consideraciones. Se han terios, no se puede llegar en el vacío: cada
aducido con preferencia los poetas alemanes crítico en la historia ha desarrollado su teoría
o griegos, por la única razón de que con ellos en contacto [...] con obras concretas de arte,
estoy más familiarizado. Mi punto de partida que él ha tenido que seleccionar, interpretar,
se hubiera denunciado también aun cuando analizar y, finalmente, enjuiciar. Las opiniones
estuviera mucho más versado en la literatura literarias, las jerarquizaciones y los juicios
eslava, nórdica o incluso extraeuropea [...]. de un crítico están apuntalados, confirmados,

98
desarrollados por sus teorías, y las teorías han ratura ha sido algunas veces concebido como
sido extraídas de obras de arte, sustentadas, ética antes de serlo como estética.9
ilustradas, hechas concretas y admisibles por
ellas [«Literary Theory...», 5‑6]. De Aristóteles a nuestros días, abundan los
ejemplos concretos de esta verdad: bastaría con
No procedió de otra manera el autor de la recordar, en este siglo, los casos de los forma-
primera teoría orgánica de la literatura que co- listas rusos, los estructuralistas checoeslovacos,
nocemos. La Poética de Aristóteles, como ob- los estilísticos españoles, los «nuevos críticos»
servó Brenes Mesén en Las categorías literarias norteamericanos, Barthes y sus secuaces, en un
(8‑9), fue construida «en vista de las creaciones orden; Lukács, Caudwell y Brecht, en otro, para
literarias entonces a su alcance. Es de justicia verificar, dentro del mundo euronorteamericano,
pensar que si literaturas distintas de la griega cómo sus conceptos teóricos (y sus correspondien-
hubiesen entrado en el círculo de su observación, tes críticas) han nacido del afrontamiento de una
la generalización teórica habría sido diferente». específica praxis literaria. Si es cierto que muchos
Ya en este siglo, Boris Eijenbaum nos dirá: «toda de esos conceptos tienen una validez que va más
teoría es una hipótesis de trabajo, sugerida por allá de esa praxis, también es cierto que hay para
el interés en los hechos mismos»;7 Krystyna Po- tal aplicabilidad límites, los cuales, como dice la
morska ha reiterado que «la teoría de la literatura Pomorska (13), «son directamente proporcionales
es una generalización de la literatura, es decir, de al trasfondo del que [los conceptos] surgen».
la práctica literaria [...] un acercamiento teorético Las teorías de la literatura hispanoamericana,
es básicamente una generalización del conjunto de pues, no podrían forjarse trasladándole e impo-
problemas representados en una obra o en un grupo niéndole en bloque criterios que fueron forjados
de obras literarias dadas»;8 y más cercanamente en relación con otras literaturas, las literaturas
aún, Robert Escarpit ha reparado en que metropolitanas. Tales criterios, como sabemos,
han sido propuestos –e introyectados por noso-
no es cierto que los criterios de especificidad tros– como de validez universal. Pero también
que hemos retenido sean mundiales o universa- sabemos que ello, en conjunto, es falso, y no
les. Hay tiempos o regiones a los cuales nuestra representa sino otra manifestación del colonia-
fenomenología de la literatura no es aplicable, lismo cultural que hemos sufrido, y no hemos
aunque no fuera más que porque la relación dejado enteramente de sufrir, como secuela del
significante‑significado no es la misma [...] o colonialismo político y económico. Frente a esa
porque el equivalente de lo que llamamos lite- seudouniversalidad, tenemos que proclamar la
simple y necesaria verdad de que una teoría de
7 Boris Eijenbaum: «La vida socioliteraria» [1929], en la literatura es la teoría de una literatura.
Problemas de Literatura, Revista Latinoamericana de
Teoría y Crítica Literaria, Valparaíso, No. 1, mayo de 9 Robert Escarpit: «La littérature et le social», en La
1972, p. 27. littérature et le social. Elements pour une sociologie
8 Krystyna Pomorska: Russian Formalist Theory and its de la littérature [editado por Robert Escarpit], París,
Poetic Ambiance, La Haya, 1968, p. 11. 1970, p. 15.

99
El primer problema que confrontamos al abor- cias–, aquella condición resultó necesaria pero
dar esta cuestión es si existe, como una realidad no suficiente: «Nuestra literatura», dijo también
distinta, la literatura hispanoamericana. Cuestión Mariátegui, «no cesa de ser española en la fecha
que sabemos que, sobre sus literaturas respectivas, de la fundación de la república [...] si no españo-
ni siquiera se plantean los metropolitanos, y en la, hay que llamarla por luengos años literatura
cambio se la hacen normalmente los coloniales, colonial» (219). Todavía en 1881 pudo escribir
y sobre todo ciertos coloniales. Tal pregunta José Martí esta observación que no me canso
nos arrastra, de inmediato, fuera de la literatura. de citar: «No hay letras, que son expresión,
Pues el término «hispanoamericano», que acabo hasta que no hay esencia que expresar en ellas.
de emplear, no es una categoría literaria (como Ni habrá literatura hispanoamericana hasta que
tampoco lo son los términos «español», «francés» no haya Hispanoamérica».11 No es que para esa
o «alemán»). «Hispanoamericano» es un término fecha no hubiera unas cuantas obras literarias
histórico. Emplearlo supone pasar de inmediato de interés, sino que no había aún una literatura
de lo estrictamente literario a lo abiertamente his- hispanoamericana, un sistema, una serie coheren-
tórico. Como acertadamente señaló Mariátegui, te, porque no había aún Hispanoamérica como
«el “nacionalismo” en la historiografía literaria es mundo autónomo. El proyecto burgués con que
[...] un fenómeno de la más pura raigambre polí- nuestras repúblicas surgen a la luz se había re-
tica, extraño a la concepción estética del arte».10 velado irrealizable: nuestros países abandonaron
La existencia de la literatura hispanoamericana –en el orden político, económico, al cabo también
depende, en primer lugar, de la existencia misma cultural– el maltrecho tutelaje español de cuyo
–y nada literaria– de Hispanoamérica como reali- seno habían nacido, para caer bajo otros tutelajes
dad histórica suficiente. Mientras ella no era sino más voraces –como el inglés primero y el nor-
colonia española, no había verdadera literatura teamericano después–. Al hacer su primera gran
hispanoamericana, sino literatura de españoles crisis ese proyecto burgués, a finales del siglo xix,
en América, literatura provincial: en el mejor de solo un hombre pareció entender plenamente el
los casos, con los rasgos locales que ello supone, drama hispanoamericano: José Martí (compárense
algunos de los cuales encontrarían desarrollo pos- su planteos con la patéticas «Palabras liminares»
terior. A tal literatura claro que, subsidiariamente, que un año después de la muerte del cubano el
le era aplicable la teoría que con pleno derecho joven Darío pone a sus Prosas profanas). He
correspondía a la literatura metropolitana. insistido en otras ocasiones12 en este hecho, y no
La independencia de Hispanoamérica es, pues, puedo aquí sino apuntar que toda consideración
la condición sine qua non para la existencia de sobre nuestra historia, sobre nuestra cultura, sobre
nuestra literatura, de nuestra cultura. Pero, debido nuestra literatura –y sobre la teoría de nuestra ac-
sobre todo a lo artificial de esa independencia
11 José Martí: Ensayos sobre arte y literatura, sel. y pról.
–que no hizo sino facilitar nuevas dependen- de R.F.R., La Habana, 1972, pp. 50‑51.
12 R.F.R.: Ensayo de otro mundo, La Habana, 1967; In‑
10 José Carlos Mariátegui: Siete ensayos de interpretación troducción a José Martí, La Habana, 1978; Calibán y
de la realidad peruana [1928], La Habana, 1963, p. 214. otros ensayos, La Habana, 1979.

100
tual literatura– deberá partir de su obra esencial. que inicia ese período de «cosmopolitismo».
Solo ella nos permite entender cabalmente, por Tal período, por otra parte, no sería sino la
ejemplo, las características del primer momento contrapartida literaria del ingreso de la Amé-
en que nuestra literatura adquiere una coheren- rica Latina en el mundo moderno, esa «última
cia ya no dependiente del mundo español, sobre etapa del capitalismo» que daría en tierras lati-
el cual, por el contrario, va a ejercer influencia, noamericanas –en Cuba– sus primeros pasos.
mientras ella misma se remite a una pluralidad Después de la magnífica anticipación de Martí,
de fuentes en busca de su definición. Mariátegui algunas voces –Rodó, cierto Darío–, de manera
había apuntado: un tanto ingenua, condenan esos pasos y buscan
insertarnos en una tradición latina como modo
Una teoría moderna –literaria, no sociológi- de salvaguardar nuestra realidad. Para muchos,
ca– sobre el proceso normal de la literatura ese período se prolongará en la vanguardia.
de un pueblo, distingue en él tres períodos: Pero otros –como el propio Mariátegui y en el
un período colonial, un período cosmopolita, orden literario figuras como Vallejo, Neruda,
un período nacional. Durante el primer pe- Guillén, Carpentier– anunciarán ya el período
ríodo, un pueblo, literalmente, no es sino una «nacional»: pienso, por supuesto, en la nación
colonia, una dependencia de otro. Durante el latinoamericana, que no podrá realizarse como
segundo período, asimila simultáneamente proyecto burgués: nuestra América, dijo también
elementos de diversas literaturas extranjeras. Mariátegui, «no encontrará su unidad en el orden
En el tercero, alcanzan una expresión bien burgués. Este orden nos divide, forzosamente,
modulada su propia personalidad y su propio en pequeños nacionalismos. A Norteamérica
sentimiento. No prevé más esta teoría de la sajona le toca coronar y cerrar la civilización
literatura. Pero no nos hace falta, por el mo- capitalista. El porvenir de la América Latina es
mento, un sistema más amplio [219]. socialista» (xii). Y ese período encontrará una
primera realización concreta con el triunfo de
El peruano, ciñéndose a la literatura de su país, la revolución socialista en Cuba, la cual tendría
estimaba que con la vanguardia esa literatura tanta repercusión en todo el Continente, y echaría
estaba entrando en su período de «cosmopo- su literatura a la contemplación del mundo, según
litismo». En la medida en que consideremos todos sabemos –y como lo atestigua, entre tantas
válida esa teoría suya, vista desde nuestros días cosas, esta misma reunión.
y a escala continental, más bien sería ya nuestro Uno de los más profundos conocedores de
modernismo –tan complejo que todavía sigue nuestras letras, el dominicano Pedro Henríquez
siendo objeto de encendidas polémicas–13 el Ureña, anunció en 1926, con un aliento que no
era frecuente en su prosa serena: «Trocaremos
en arca de tesoros la modesta caja donde ahora
13 Un resumen de esas polémicas se encontrará en: Anto-
nio Melis: «Bilancio degli studi sul modernismo ispa- guardamos nuestras escasas joyas, y no tendre-
noamericano», en Lavori della Sezione Fiorentina del mos por qué temer el sello del idioma, porque
Grupo Ispanístico C.N.R., serie II, Florencia, c. 1969. para entonces habrá pasado a estas orillas del

101
Atlántico el eje espiritual del mundo de habla explicable. Sin necesidad de compartir todas
española».14 las sombrías observaciones de George Steiner al
Cuarenta y seis años y una revolución socialis- respecto, es obvio que «el crítico vive de segunda
ta después, en 1972, escribiría el también sereno mano. Escribe sobre. El poema, la novela o la
Mario Benedetti de la literatura latinoamericana obra teatral deben serle dados».17 Pero ahora que
que «a su excelente nivel no llega hoy, ni por en Hispanoamérica (la cual está entrando en su
asomo, ninguna de las literaturas nacionales madurez) ese poema, esa novela le han sido da-
europeas. (Tal vez la única excepción sea la dos con calidad y originalidad, es impostergable
alemana)».15 Benedetti toma en cuenta, para que la labor del crítico sea cumplida a plenitud.
fundamentar tan desafiante declaración, no solo Para ello requiere contar con un señalamiento
la nueva novela hispanoamericana, que ha co- adecuado de «los principios [...] categorías, et-
nocido vasta difusión, sino también una poesía cétera» de la actual literatura hispanoamericana:
que ya tuvo realizaciones de primer orden en es decir, con su correspondiente teoría literaria: a
la vanguardia y aun en el modernismo –y, en ella toca señalar el deslinde de nuestra literatura,
general, una literatura y un pensamiento que sus rasgos distintivos, sus géneros fundamen-
arrancan de José Martí. tales, los períodos de su historia, las urgencias
Parece evidente que a estas alturas ya no es de su crítica, etcétera. Proponerle mansamente
posible suscribir la frase citada de Mariátegui: a nuestra literatura una teoría otra –como se ha
«no prevé más esta teoría de la literatura. Pero intentado–, es reiterar la actitud colonial, aunque
no nos hace falta, por el momento, un sistema tampoco sea cuestión de partir absurdamente de
más amplio». Ahora sí nos hace falta un sis- cero e ignorar los vínculos que conservamos con
tema más amplio. Su ausencia es deplorada por la llamada tradición occidental, que es también
los jóvenes críticos más rigurosos de la actual nuestra tradición, pero en relación con la cual
literatura latinoamericana, como el colombiano debemos señalar nuestras diferencias específicas.
Carlos Rincón y el chileno Nelson Osorio, ambos Trabajar por traer a la luz nuestra propia teoría
de orientación marxista, aunque tan diversos en literaria, para la que ya hay aportes nada des-
sus respectivos planteos.16 Que nuestra crítica deñables, es tarea imprescindible (y colectiva)
ande a la zaga de nuestra literatura es bien que nos espera. c

14 Pedro Henríquez Ureña: «El descontento y la pro- teórica y crítica de que estamos requeridos solo puede
mesa» [1926], en Seis ensayos en busca de nuestra realizarse cabalmente a la luz del marxismo, pero ello
expresión [1928], ahora en Obra crítica, México, no implica postular una panglosiana solución al pro-
1960, p. 253. blema. Bastaría con recordar las cuestiones polémicas
15 Mario Benedetti: Los poetas comunicantes, Montevi- suscitadas, por ejemplo, por André Gisselbrecht en
deo, 1972, p. 9. «Marxisme et théorie de la littérature», en Littérature
16 Ver Carlos Rincón: ob. cit. en nota 3; y Nelson et ideologies, número especial, 39 bis, de La Nouvelle
Osorio: «Problemas del lenguaje y la realidad en la Critique, ca. 1970.
nueva narrativa hispanoamericana», en Problemas 17 George Steiner: «Humane Literacy», en Language
de Literatura, cit. en nota 7. Considero que la tarea and Silence, Essays 1958‑1966, Londres, 1967, p. 21.

102
Nuestra América y Occidente*

A Pablo González Casanova


y Abelardo Villegas.

Clarificar las denominaciones

E
l intento (la necesidad) de definir el ámbito histórico propio
de nuestra América va acompañado, como es habitual en
casos similares, por la búsqueda de la denominación que

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 103-131


mejor corresponda a ese ámbito: esa denominación contribuye a
mostrar el grado de conciencia que se tiene de aquello que se
aspira a aprehender. El hecho, sin embargo, no debe exagerarse:
aunque uno de los primeros países en constituirse como nación
en el mundo moderno haya sido España, el término «español»
no es español, sino provenzal, como señaló el profesor suizo
Paul Aebischer (Estudios de toponimia y lexicografía románi‑
ca, Barcelona, 1948) y glosó con complacencia, y su gota de
delirio, Américo Castro (Español palabra extranjera: razones
y motivos, Madrid, 1970).
En el caso de nuestra América, los nombres sucesivos que ella
ha ido recibiendo, en un proceso que al parecer aún no ha conclui-
do, revelan no solo indecisión en cuanto al nombre, sino también
*
Publicado en Casa de las Américas, un ensanchamiento del área geográfica e histórica que le corres-
No. 98, septiembre‑octubre de 1976. ponde. Bien puede decirse, pues, que se trata de un concepto en

103
expansión.1 Su mayor antecedente concreto hay que hemos estado vinculados, y que, al parecer,
que buscarlo en el magno proyecto de Bolívar, disfruta de más claridad en cuanto a su propia
quien al convocar desde Lima, el 7 de diciembre definición: el llamado «Occidente» o «mundo
de 1824, al congreso que se celebraría en Panamá occidental». Esa confrontación es lo que me pro-
dos años después, reitera su confianza en que «las pongo hacer, de manera sumaria, en estas páginas,
repúblicas americanas, antes colonias españolas, a partir de la forma como ella ha sido abordada por
tengan una base fundamental». Cuando, en la pensadores latinoamericanos representativos a lo
segunda mitad del siglo xix, surja y se difunda la largo de nuestra historia. Sin embargo, un proble-
denominación «América Latina», ella abarcará no ma se presenta de inicio: la farragosa bibliografía
solo a «las repúblicas americanas, antes colonias en torno a «Occidente» o «mundo occidental»,
españolas», sino también a otras como Brasil al contrario de lo que podría pensarse por el uso
y Haití. Por último, su contenido es aún mayor frecuente de estos términos, es, en general, harto
cuando José Martí escribe en 1884: «Pueblo, y insatisfactoria y escandalosamente mistificadora.
no pueblos, decimos de intento, por no parecernos Para saber qué es «Occidente» o «mundo occi-
que hay más que uno del Bravo a la Patagonia». Y dental», me ceñiré a algunos datos, mínimos,
aunque el propio Martí usara ocasionalmente, en- abriéndome paso entre la maleza.
tre otras, la expresión «América Latina», prefirió «La segunda posguerra», escribió José Luis
sobre todo la denominación «nuestra América», Romero en 1953, «ha dejado de hablar de “cul-
la cual permite no quedar presos de las trampas tura occidental” y prefiere hablar de “mundo
etimológicas. La «América Latina» (más allá de occidental”».2 Lo que no sabemos con exacti-
lo que en un principio se quiso que esta expresión tud es cuándo empezó a hablarse de «cultura
significara, es decir, tomada ahora como sinónimo occidental», de «civilización occidental» o de
de «nuestra América») incluye no solo pueblos de «Occidente» a secas, en el sentido que tiene hoy.
relativa filiación latina, sino también otros, como Es cierto que «Occidente» remite en Europa,
los de las Antillas de lengua inglesa y holandesa, sobre la base de obvias alusiones geográficas,
más bien alejados de tal filiación; y, por supuesto, a imperios políticos y cismas religiosos, pero
los grandes enclaves indígenas. En este sentido el contenido moderno del término es otro. La
amplio emplearé la expresión. expresión apenas se insinúa en las Lecciones
Una tarea que debía ayudarnos a delimitar el sobre la filosofía de la historia universal, de
ámbito histórico latinoamericano consiste en con- Hegel,3 quien prefiere hablar allí de «el corazón
frontar su realidad con la propia de otro ámbito al de Europa» (I, 108), «el hombre europeo» (id.),
«la humanidad europea» (I, p. 209), cuando no
1 Arturo Ardao ha realizado aportes valiosos a la historia
de ese concepto. Ver «La idea de Latinoamérica», en
Marcha, noviembre de 1965; «La idea de la Magna 2 José Luis Romero: La cultura occidental, Buenos
Colombia, de Miranda a Hostos», en Araisa. Anuario Aires, 1953, p. 7.
del Centro de Estudios Latinoamericanos «Rómulo 3 Jorge Guillermo Federico Hegel: Lecciones sobre la
Gallegos», Caracas, 1975; y en especial Génesis de la filosofía de la historia universal, dos tomos, trad. del
idea y el nombre de América Latina, Caracas, 1980. alemán por José Gaos, Madrid, 1953.

104
de «el mundo germánico» (II, cuarta parte). países capitalistas, y el uso de «cultura occi-
Sabemos, sin embargo, que antes de mediar el dental», «mundo occidental» u «Occidente»
siglo xix se hablaba en Rusia de los «occidenta- (enfrentado a «Oriente») como arma predilecta
listas», es decir, los modernizadores frente a las del arsenal ideológico burgués durante la etapa
trabas feudales; y en nuestra América, por esa más cruda de la Guerra Fría.
fecha, Andrés Bello se refería, con un sentido Una definición serena y aceptable del concep-
ya cercano, a «Occidente». En la propia Europa to la ofreció en 1955 Leopoldo Zea al decir: «lla-
occidental, el uso de la denominación está ya mo mundo occidental u Occidente al conjunto de
ampliamente extendido en la segunda mitad del pueblos que en Europa y en América, concreta-
siglo xix. Sin embargo, su apogeo vendrá en mente los Estados Unidos de Norteamérica, han
el siglo xx, a raíz del triunfo de la Revolución realizado los ideales culturales y materiales de
de Octubre en Rusia, y en abierta oposición a la Modernidad que se hicieron patentes a partir
ella, cuando Spengler publique su Decadencia del siglo xvi».6 ¿A partir del siglo xvi? En el
de Occidente (1918‑1922), y se afirmará con Un primer tomo de El capital (1867), Marx había
estudio de la historia (1934‑1954), de Toynbee. escrito: «aunque los [...] inicios de producción
Las raíces violentamente reaccionarias de estas capitalista ya se nos presentan esporádicamente
obras (Chamberlain en un caso,4 Gobineau en en los siglos xiv y xv en algunas ciudades del
otro)5 explican su boga, hace unos años, en los Mediterráneo, la era capitalista solo data del
siglo xvi».7 Ya José Carlos Mariátegui había
hablado en 1928 de «la sociedad occidental
4 «El libro de Chamberlain [Las bases del siglo xix.
1899-1904] viene a ser en cierta medida un anticipo o, mejor dicho, capitalista». Y el propio Zea
del de Spengler [...] puede decirse que murió a manos
de un sucesor y rival afortunado: La decadencia de
Occidente»: Francisco Romero: Filosofía de la persona rense estas palabras de Gobineau: «Somos nosotros
y otros ensayos de filosofía, 2a. ed. ampliada, Buenos los modernos, nosotros los primeros que sabemos que
Aires, 1951, p. 144. Es interesante recordar la opinión toda aglomeración de hombres, y el modo de cultura
que los países de nuestra América le merecían al furioso intelectual que de ello resulta, deben perecer», con es-
teórico del racismo que fue Chamberlain: «Los llamados tas famosas de Paul Valéry, a raíz de la Primera Guerra
salvajes del centro de Australia llevan una existencia más Mundial: «Nosotras, las civilizaciones, sabemos ahora
armoniosa, más digna de hombres y aun podría decirse que somos mortales». Ahora bien: no desconozco las
más “santa” que los habitantes de estos países» (Ibíd.). diferencias entre Spengler y Toynbee: a ese respecto,
ver de Nikolái I. Konrad: «Carta de respuesta a Arnold
5 El propio Arnold Toynbee, al exponer la idea central de
Toynbee», en Cultura, ideología y sociedad. Antología
su Estudio, es decir, que lo que él llama una «sociedad»
de estudios marxistas sobre la cultura, sel., present. y
es el «campo inteligible de estudio histórico», añade:
trad. de Desiderio Navarro, La Habana, 1975.
«Esta concepción de las sociedades ya era familiar, hace
tres cuartos de siglo, a Gobineau» (A.T.: Estudio de la 6 Leopoldo Zea: América en la conciencia de Europa,
historia, trad. de Jaime Perraux, tomo I, 2a. ed., Buenos México, 1955, p. 8.
Aires, 1956, pp. 67 y 68, n.). Ver otra cita en p. 77. El 7 Karl Marx: El capital. Crítica de la Economía Política.
Éssai sur l’inégalité des races humaines [1853‑1855], Libro primero. El proceso de producción del capital, t. I,
por otra parte, prefigura el treno por la «decadencia vol. 3, trad., advertencia y nota de Pedro Scaron, 3a.
de Occidente» que tantas voces entonarían. Compá- ed. en español, México, Siglo XX, 1975, pp. 894-895.

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dirá en 1957: «el capitalismo, esto es, el mundo occidental (España y Portugal), que haría tan
occidental».8 importante contribución al desarrollo capita-
Ahora estamos en terreno más firme: aquellos lista de otros países, no conocería ella misma,
países, primero de Europa, como Holanda, In- sin embargo, ese desarrollo, quedando al cabo
glaterra, Francia, Alemania, y luego de zonas marginada de Occidente (como una zona arcaica
pobladas por europeos9 (quienes las despoblaron que podría llamarse «paleoccidental»), lo que
o casi de los otros), que conocieron un pleno de- afectaría de modo decisivo al destino de su vasto
sarrollo capitalista, son «el mundo occidental». imperio colonial americano.
El boticcelesco surgimiento de ese «mundo» Si las metrópolis ibéricas, España y Portu-
(es decir, del capitalismo) fue descrito en líneas gal, quedaron en la periferia de Occidente, no
inolvidables por Marx: es extraño que a sus colonias americanas les
correspondiera destino similar. Sin embargo, no
El descubrimiento de las comarcas auríferas le falta razón a José Luis Romero cuando habla
y argentíferas en América, el exterminio, es- de América como del «primer territorio occiden-
clavización y soterramiento en las minas de talizado metódicamente». No solo por el tras-
la población aborigen, la conquista y saqueo vasamiento a estas tierras, a partir del siglo xvi,
de las Indias Orientales, la transformación de múltiples elementos culturales provenientes
de África en un coto reservado para la caza en lo inmediato de Europa, que aquí vendrían a
comercial de pieles-negras, caracterizan los conocer nueva vida y a fundirse con otros ele-
albores de la era de producción capitalista. mentos, sino porque nuestra América está uncida,
Estos procesos idílicos constituyen factores desde la arrancada misma del capitalismo, al
fundamentales de la acumulación originaria. mundo occidental, a cuyo desarrollo contribuyó
decisivamente la rapaz y múltiple explotación
A partir de tales «procesos idílicos», el mundo (colonial primero y neocolonial después) que
occidental creció vertiginosamente, a expensas nuestros países, en su mayoría, no han dejado
del resto del planeta, cuya explotación fue im- aún de padecer. Autores como Spengler pueden
prescindible para el desarrollo de aquel. En la considerar a la América Latina excluida de Occi-
propia Europa, su parte geográficamente más dente, lo que se corresponde con el hecho de que,
en el interior del mundo capitalista, los nuestros
8 José Carlos Mariátegui: Siete ensayos de interpretación no son países explotadores, sino explotados:
de la realidad peruana [1928], La Habana, 1963, p. 5. pero, por eso mismo, vinculados unos y otros
Leopoldo Zea: América en la historia, México, 1957, en una historia común. Independientemente del
p. 80. grado de conciencia que se tuviera de ello, esa
9 Solo un país no poblado por europeos logró un verdadero vinculación, esas relaciones han sido esenciales
desarrollo capitalista: Japón. Sobre su carácter excepcio‑
y permanentes, desde los orígenes mismos de
nal y las contradicciones entre las potencias occidentales
que hicieron posible ese desarrollo, ver Paul A. Baran: lo que iban a ser tanto «el mundo occidental»
La economía política del desarrollo, trad. de N. Warman, 2a. como «la América Latina», que se desarrollan
ed., México, 1961, pp. 170 y ss. a la vez, dialécticamente enlazados, a partir del

106
siglo xvi. Es absurdo pretender trazar la historia Esta denuncia es desde luego irreprochable.
de nuestros países con prescindencia de la de Pero vale la pena llamar la atención sobre la
esos otros países, los «occidentales». ¿Pero se violencia que también supone el que a los niños
ha visto con bastante claridad que también es en Francia se les haga repetir esa frase. Pues los
imposible trazar la verdadera historia de tales galos ¿son los antepasados de quienes ni hablan
países con prescindencia de la nuestra? Esto es su lenguaje, ni visten como ellos vistieron, ni
lo que subraya, por ejemplo, Eric Williams en fueron educados en sus creencias, ni apenas son
su Capitalismo y esclavitud (1944). Lo que no sus herederos «raciales», es decir zoológicos?
obsta, desde luego, para que exista una historia ¿No sería más congruente que a esos niños se les
individual (es decir, una realidad específica) tanto enseñara a decir: «Nuestros antepasados, los in-
de aquellos países como de los nuestros. Enrique vasores (o aun los descubridores) de la Galia...»?
Semo ha escrito con razón: Sin embargo, tal cosa, según lo que sé, no ocurre.
Todavía hoy, Asterix el galo es el héroe de los
en cada etapa de desarrollo de la formación niños (y de los mayorcitos) franceses, quienes,
socioeconómica de los países latinoamericanos, leyendo y viendo sus simpáticas aventuras, es-
está presente la relación metrópoli-colonia, que critas por cierto en una lengua neolatina, no se
se transforma así en una constante de su historia, identifican con las tropas romanas, sino con el
pero no en su historia, como lo quisieran algunos pequeño e imaginario héroe galo y sus amigos.
historiadores y economistas que subestiman o Esas violencias, dolorosas o risueñas, conforman
niegan la importancia de los factores internos la historia, la tradición de un país. Sin embargo,
y que reducen el complejo devenir histórico a no faltan aquellos a quienes siguen pareciendo
la dicotomía simplificada metrópoli-colonia.10 escandalosas las palabras angustiadas que Martí
escribiera hace más de ochenta años: «La historia
Las ideas expuestas por latinoamericanos de América, de los incas a acá, ha de enseñarse al
sobre las relaciones entre nuestra América y el dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de
mundo occidental se inscriben dentro de este Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia
complicado marco histórico. que no es nuestra. Nos es más necesaria».11 No
hay, sin embargo, otra manera de abordar seria-
Las primeras visiones mente nuestra historia que arrancar de sus ver-
daderas raíces. Y las raíces verdaderas de lo que
Escritores antillanos como Aimé Césaire y Frantz iba a ser llamado América son, desde luego, los
Fanon, nacidos en colonias francesas, han de- hombres que la descubrieron y poblaron y levan-
nunciado el absurdo de que a los niños negros taron sobre su suelo culturas tan extraordinarias
de esas Antillas se les enseñara en la escuela como cualesquiera otras. Solo que, para empezar,
a repetir: «Nuestros antepasados los galos...». un término infeliz ha contribuido a embrollarlo

10 Enrique Semo: Historia del capitalismo en México. Los 11 José Martí: «Nuestra América» [1891], en Obras
orígenes, 1521‑1763, México, 1973, p. 112. completas, VI, 18.

107
todo, con plena conciencia de quienes, pro domo occidentalización de América de que hablaría
sua, lo forjaron y contribuyeron a propagarlo. José Luis Romero.
A lo largo de la historia, hay numerosos casos La primera visión que en estas tierras se tiene
de encuentros de dos comunidades y sojuzga- de lo que iba a ser el mundo occidental, es la
miento de una por otra.12 El hecho ha solido visión de aquella «hecatombe», de aquel «ca-
llamarse de muy diversas maneras: a menudo, taclismo»: la visión que pudieron trasmitir los
recibe el nombre de invasión o migración o esta- sobrevivientes de aquellos aborígenes a quienes
blecimiento. Pero la segunda llegada de europeos llamaría paleolatinoamericanos, de no ser el
a estas tierras (la primera, la de los vikingos, ocurrió nombre tan paquidérmico. Poco ha llegado a la
sin pena ni gloria, hace cerca de un milenio), posteridad de esa inicial visión indígena: en las
llegada que podría llevar distintos nombres (por páginas piadosas y enérgicas de hombres como
ejemplo, El Desastre), ha sido reiteradamente Bernardino de Sahagún; en textos como los que
llamada descubrimiento, El Descubrimiento. Tal compilara Miguel León Portilla en los libros
denominación, por sí sola, implica una comple- Visión de los vencidos (1959) y El reverso de
ta falsificación, un Cubrimiento de la historia la conquista (1964). Es la imagen del espanto
verdadera. Los hombres, las culturas de estas y del horror que van sembrando a lo largo de
tierras pasan así a ser cosificados, dejan de ser un continente aquellos a quienes los sitiados en
sujetos de la historia para ser «descubiertos» por Tenochtitlan llaman los «popolocas»; o como
el Hombre, como el paisaje, la flora y la fauna. Y traduce el padre Garibay: los bárbaros.
este nombramiento implica la teorización de una Pero si a algunos pueden parecer escan-
praxis incomparablemente más lamentable. La dalosas las palabras en que Martí se refiere
pavorosa destrucción que los paleoccidentales –y a los indígenas americanos como nuestros
luego los occidentales de pleno derecho, con más primeros antecesores, más escandalosas aún
brío y desfachatez– realizan de los aborígenes les parecerán a muchos las palabras en que
americanos, será considerada por Celso Furtado Alejandro Lipschütz llama al negro africano
«una verdadera hecatombe demográfica [...] casi traído a América como esclavo el «indígena
sin paralelo en la historia humana»; y Laurette “importado”»: el hombre que vino a ocupar
Séjourné no vacila en llamarla «un cataclismo, en muchas zonas de América el lugar del indio
frente al cual palidecen las más sombrías catás- en vías de extinción, «dándole a él también
trofes de la historia».13 Así se inició la metódica calidad de indígena esclavizado».14 La visión

12 Ver a este respecto, de N. I. Konrad: «The Substance 14 Alejandro Lipschütz: Perfil de Indoamérica de nuestro
of History», en West‑East. Inseparable Twain, Mos- tiempo. Antología 1937‑1962 [1968]. La Habana, 1972,
cú, 1967, esp. pp. 220-222. p. 91. La «presencia negra en el Nuevo Mundo», como
13 Celso Furtado: La economía latinoamericana desde diría José Luciano Franco, es capital para el desarrollo
la conquista ibérica hasta la revolución cubana, ulterior no solo de nuestra América, sino también de
México, 1969, p. 6; y Laurette Séjourné: América Europa y África. De hecho, a raíz de 1492 se abre lo
Latina, I. Antiguas culturas precolombinas, trad. de que Fernando Ortiz ha llamado «ese gran remolino
Josefina Oliva de Coll, Madrid, 1971, p. 63. social, de blancos, bermejos y negros, con que se

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que estos otros antecesores de los latinoame- del otro lado del Atlántico por ser criollo. Es
ricanos actuales tienen del mundo occidental significativo que este término, que aparece ya a
apenas difiere, naturalmente, de la de los otros finales del siglo xvi,15 se emplee inicialmente,
«vencidos», los aborígenes americanos, aunque en el portugués del Brasil –de donde irradiará
tuvo aún menos ocasión de ser documentada, a los otros idiomas–, para designar al negro
y se halla desperdigada en cantos y plegarias. americano, ya no africano, y solo más tarde
Pasado el primer tercio del siglo xix, un esclavo abarque también al blanco nacido aquí, hasta
negro cubano de gran talento, Juan Francisco quedar, finalmente, reservado de preferencia a
Manzano, escribirá su autobiografía, donde se este último. Para entonces, han ido surgiendo
continúa esa dolorosa visión. barruntos de burguesías latinoamericanas que
Sobre estas comunidades indígenas –la del al cabo, en el siglo xviii, se sentirán entrabadas
indio autóctono; la del negro, «indígena “im- dentro de las osificadas y parasitarias estruc-
portado”»–, arrojadas brutalmente a la base de turas de los imperios ibéricos. El hombre que
la pirámide en calidad de esclavos abiertos o no dudaba en considerarse un español –o un
velados, se sobreimponen, como explotadores, portugués– de Ultramar, comienza a subrayar
los hombres venidos de Europa, situados entre con orgullo su condición criolla, es decir,
un feudalismo en derrota que aquí recibirá un distinta. A principios del siglo xix, el sagaz
aire a la vez nuevo y pútrido, y un capitalismo Alejandro de Humboldt podrá escribir: «los
incipiente que pugna por abrirse paso. Si indios criollos prefieren que se les llame americanos;
y negros africanos saben inequívocamente, y desde la paz de Versalles, y especialmente
desde el primer instante, que ellos son otra después de 1789, se les oye decir muchas
cosa que el mundo occidental –y se convierten veces con orgullo: “yo no soy español: soy
así, en cierta forma, en reservas de la otredad americano”». 16 A la dramática otredad del
americana–, los descendientes más o menos indígena –y de aquel, lleno de futuro, a quien
directos de europeos tardarán muchos años en Martí llamará «el mestizo autóctono»– viene
sentirse realmente distintos, si no de los europeos a sumarse la relativa otredad del criollo. Que
en general, al menos de los correspondientes ella es relativa, lo revelará el siglo xix, al final
metropolitanos. Muy pronto, sin embargo, van del cual Martí podrá hablar con toda justicia
surgiendo rasgos diferenciadores que durante del «criollo exótico». Pero, por el momento,
mucho tiempo no tienen más que un signifi- se abre la primera posibilidad concreta de
cado colonial: o, a lo más, provincial. Así, el ruptura.
nacido en América se distinguirá del nacido
15 Ver José Juan Arrom: «Criollo: definición y matices
inicia la occidentalización de tres continentes, con el de un concepto», en Certidumbre de América, 2a. ed.
océano Atlántico, de polo a polo, como su articulación aumentada, Madrid, 1971.
vertebral». F.O.: «La “leyenda negra” contra Fray 16 Alejandro de Humboldt: Ensayo político sobre el
Bartolomé», en Cuadernos Americanos, septiembre- reino de la Nueva España, 6a. ed. castellana, tomo II,
octubre de 1952, pp. 158-159. México, 1941, p. 118.

109
De la primera independencia tados semifeudales y esclavistas del Sur de los
a la neocolonia Estados Unidos con los que cabría comparar a
buena parte de nuestra América. Y esos estados
Y esa primera posibilidad concreta de ruptura, habrían de ser combatidos y vencidos por los del
que acabará encarnando en las guerras de inde- Norte, casi un siglo después de la Declaración
pendencia, va acompañada por la pregunta sobre de Independencia de 1776, para hacer viable el
la especificidad de nuestra América, sobre su pleno desarrollo del capitalismo en aquel país,
relación con el mundo, el cual resulta ser de he- cuyos habitantes merecieron así, en lo adelante,
cho el mundo más o menos occidental: pregunta el título que les daría Toynbee de «occidentales
que de momento asume con frecuencia la forma americanos».18
de una polémica con las respectivas metrópolis. Sin embargo, entre finales del siglo xviii y
Esas metrópolis eran varias: sobre todo, dada la buena parte del siglo xix, más repercusión tuvie-
extensión en América de sus dominios colonia- ron en nuestra América los aportes ideológicos y
les, España y Portugal, las cuales para entonces prácticos de la Revolución Francesa y sus con-
ya era obvio que constituían naciones atrasadas: secuencias, y la astuta política inglesa en torno
la lucha contra ellas, pues, adquiriría también el a los destartalados imperios ibéricos. Aunque
sentido de una modernización. Ese no era el caso, presentándose como modelo tentador e incluso
sin embargo, en lo tocante a otras metrópolis deslumbrante para las balbucientes burguesías
(Francia, Inglaterra, Holanda), que tenían en el latinoamericanas, solo al final del siglo xix,
Caribe pequeñas posesiones de donde extraían cuando ya han engullido la mitad del territorio
pingües ganancias. mexicano, se han consolidado como nación de
Contra Inglaterra se había peleado ya en la otra capitalismo monopolista y preparan las prime-
América una guerra anticolonialista y revolucio- ras aventuras imperialistas, los Estados Unidos
naria: la que daría la independencia a las Trece comienzan a influir directa y poderosamente
Colonias. Y si bien el mundo había conocido en en los destinos latinoamericanos. Estas son las
los siglos xvi y xvii las revoluciones burguesas principales realidades occidentales que pesan
de Holanda e Inglaterra, «la guerra norteameri- sobre el vasto, complejo e inconcluso proceso
cana por la independencia en el siglo xviii», de la de independencia de nuestra América, y sobre
que nacerían los Estados Unidos, «tocó a rebato las ideas que lo acompañan.
para la clase media europea».17 No es extraño, Ese proceso, que está aún por estudiarse en
pues, que repercutiera entre las capas entonces profundidad, puede ser visto en tres momentos,
más avanzadas de nuestra América: las cuales, que implican otras tantas maneras de plantear
sin embargo, como se pondría de manifiesto a nuestras relaciones con el mundo occidental: la
lo largo del siglo xix, no compartían los carac- Revolución Haitiana, entre finales del siglo xviii
teres ni las condiciones de las que encabezaron y principios del xix; la separación de las colonias
la lucha en las Trece Colonias. Era con los es-
18 Arnold Toynbee: El mundo y el Occidente, trad. de L.
17 Karl Marx: El capital, cit. en la nota 7, p. 8. Rodríguez Aranda, Madrid, 1967, p. 9.

110
ibéricas continentales, que comienza en 1810; y ideas igualitarias, anticolonialistas y antiescla-
la guerra de independencia de Cuba, a finales del vistas de la Revolución Francesa en ascenso)
siglo xix. Los dos momentos iniciales (la primera contra las tropas opresoras del representante y
independencia de nuestra América) implican heredero directo de aquella revolución burguesa,
luchas contra naciones europeas y contra colo- Napoleón: tropas que debían restablecer en Haití
nialismos más o menos tradicionales, además de el colonialismo y la esclavitud. Se revela así en
esfuerzos por consolidar en el Continente bur- nuestra América, de manera ejemplar, la contra-
guesías nacionales. El tercer momento supondrá dicción entre admirables ideas de Occidente y
una lucha no solo contra un viejo colonialismo, la praxis de ese mismo Occidente. Es fenómeno
sino contra el naciente imperialismo, y no está que veremos repetirse con frecuencia: hasta que
encabezado ya por un proyecto de burguesía el capitalismo en ocaso, definitivamente curado
nacional: razones por las cuales, más que ver- de toda veleidad revolucionaria, ajuste su teoría
lo como el último capítulo de este proceso, lo con su práctica, y engendre ideas tan delezna-
que también es, debe considerársele sobre todo bles como su propia acción: será «el asalto a
como el primer capítulo de un nuevo proceso: la razón», según la expresión luckacsiana, que
el que ha de conducir a la segunda, definitiva acabará conduciendo al fascismo desembozado,
independencia. y de cuyas raíces pueden hablar larga y dolo-
En la Revolución Haitiana, que suele olvidarse rosamente los pueblos latinoamericanos, y los
que es el inicio de la independencia de nuestra pueblos coloniales y semicoloniales en general.
América,19 se dan situaciones extraordinarias, Si bien la Revolución Haitiana ayudó a la
únicas; y situaciones que reaparecen, con varian- independencia de las colonias iberoamericanas
tes lógicas, en otras zonas americanas, e incluso continentales (recuérdese el generoso auxilio de
en otras zonas coloniales del resto del mundo. Pétion a Bolívar), su repercusión en los países
Entre las primeras, baste recordar su condición de estructura similar al Santo Domingo francés
íngrima de victoriosa revolución de esclavos. fue compleja. Ante el ejemplo haitiano, que en
Entre las segundas, el hecho memorable de ver cierta forma coronaba y enriquecía un cimarro-
a L’Ouverture y a Dessalines esgrimir las ideas naje multisecular, las oligarquías criollas de los
más avanzadas y generosas de Occidente (las países esclavistas de economía de plantación,
situados en las Antillas, se sustrajeron a la onda
19 Intentos meritorios por restituir a la Revolución Hai- emancipadora, para no correr el riesgo de ver
tiana su importancia para toda nuestra América se
hallan en obras como The Black Jacobins. Toussaint
repetirse los sucesos haitianos en sus propias
L’Ouverture and The San Domingo Revolution (2a. ed. tierras. Ello reforzó sus nexos con las metrópolis,
revisada, Nueva York, 1963), de C.L.R. James (ver el especialmente allí donde un latifundio devorador
epílogo a esta edición: «From Toussaint L’Ouverture y un frecuente absentismo habían restado ya toda
to Fidel Castro»); De Cristóbal Colón a Fidel Castro. fuerza y arraigo a esa clase sin porvenir alguno,
El Caribe, frontera imperial, Madrid, 1970, de Juan
Bosch; y From Columbus to Castro: The History of
como en las colonias inglesas, cuyas oligarquías
the Caribbean 1492-1969, Londres, 1970, de Eric habían permanecido sordas a la «campanada»
Williams. de 1776. Ello explica que las colonias inglesas

111
del área no empezaran a conocer la independencia libre del mundo moderno, el formidable ejemplo
política sino hasta la séptima década del siglo xx; de Haití desbordaría las fronteras no solo de nues-
y que la única colonia holandesa en América tra América, sino del Continente todo, llegando
que haya alcanzado su independencia haya sido a conmover a la propia África. Por otra parte, el
Surinam, en noviembre de 1975. cese de la esclavitud y la destrucción del sistema
En las colonias ibéricas de economía de plan- de plantación en Haití, la ruptura de sus vínculos
tación, sin embargo, aunque el ejemplo haitiano políticos con Francia y el feroz bloqueo a que
sofocó también, por el momento, las ansias esta (auxiliada por otras metrópolis) lo sometió
separatistas de las oligarquías nativas (las cua- hicieron reactualizar en el pueblo haitiano formas
les, además, en el caso de Cuba, conocieron un económicas e ideológicas más cercanas a África
súbito enriquecimiento al heredar los mercados que a Occidente (formas que estudiarían después
de Haití), el desarrollo relativamente limitado amorosamente sus más agudos intelectuales),20
del latifundismo y del absentismo, entre otras hasta que Occidente, bajo la forma de desembar-
razones, permitió el crecimiento de un patriar- cos de infantes de marina estadunidenses, lo hizo
cado criollo que entraría en contradicción con volver al redil, esta vez en calidad de neocolonia.
la metrópoli. Por ejemplo, pocos pensadores Así, el primer país latinoamericano en obtener su
latinoamericanos defendieron con tanto vi- independencia recorrería, a pesar de su vigorosa
gor y tanta continuidad la existencia de una originalidad, un camino similar al de los otros
nacionalidad distinta de la metropolitana (en países de nuestra América.
este caso, la cubana frente a la española) como El segundo momento en el proceso de inde-
José Antonio Saco. Aunque en él el concepto de pendencia de nuestra América es la separación
nacionalidad cubana excluía a los negros, a los de las colonias ibéricas continentales. También
que llama siempre «africanos» (a pesar de ser la aquí Napoleón desempeñará un papel impor-
mitad de la población del país), lo que no deja de tante: ocupada la península ibérica por sus
hacer pensar, mutatis mutandis, en pensadores de tropas (a las que el pueblo español hostigará
otras zonas americanas, como muchos del Cono heroicamente con sus «guerrillas», aportando
Sur, con la consiguiente demanda, en ambos de paso este vocablo al mundo), las colonias
casos, de inmigración «blanca»; sin embargo, iberoamericanas empiezan a desgajarse de sus
tal concepto defendido tenazmente por Saco, metrópolis por distintas vías: violentas en el
por insuficiente que fuera, no llegó a cuajar en caso de Hispanoamérica, evolutivas en el de
el patriciado de las colonias inglesas y holande- Brasil. En esencia, aunque habrá proyectos aún
sas del área, y contribuye a explicar la distinta más radicales, se asiste entonces a los intentos
evolución histórica de estas últimas en relación de burguesías nacientes por cortar sus vínculos
con las Antillas de lengua española. con naciones atrasadas, España y Portugal, y
Pero si tales fueron entonces las reacciones del atemperarse a los esquemas de otras naciones,
patriciado criollo antillano frente a la Revolución
Haitiana, muy otra sería, por supuesto, la fervo- 20 Ver Jean Price-Mars: Así habló el tío [1928], La Ha-
rosa actitud de los esclavos. Primer país negro bana, 1968.

112
esta vez avanzadas. No parece exagerado decir en 1815: «Nosotros somos un pequeño género
que la relación de nuestra América con el mundo humano [...] no somos indios ni europeos, sino
(verdaderamente) occidental ha de convertirse una especie media entre los legítimos propie-
en una de las preocupaciones básicas de los tarios del país y los usurpadores españoles»; y
pensadores latinoamericanos de la época: una en 1819:
época fundamental, porque es el momento en que
nuestra América intenta organizarse en forma de tengamos presente que nuestro pueblo no es el
naciones modernas. europeo, ni el americano del Norte, que más
Pero a esa época de organización la antecede, bien es un compuesto de África y de América,
en lo inmediato, la de la ruptura política: las que una emanación de la Europa; pues que
magnas guerras independentistas, cuyo ímpetu hasta la España misma deja de ser europea por
generoso cuaja en el ideario lleno de destellos su sangre africana, por sus instituciones y por
magníficos y con frecuencia utópicos de hom- su carácter. Es imposible asignar con propiedad
bres como el Libertador Bolívar, quien quiso a qué familia humana pertenecemos. La mayor
conservar en la independencia la unidad que parte del indígena se ha aniquilado; el europeo
Hispanoamérica había tenido en la colonia, pero se ha mezclado con el indio y con el africano.
no pudo hacer realidad su proyecto: en vez de Nacidos todos del seno de una misma madre,
la unidad que hubiera debido facilitar una mo- nuestros padres, diferentes en origen y en
dernización, un desarrollo capitalista poderoso, sangre, son extranjeros, y todos difieren visi-
nuestra América se fragmentó aún más, corroída blemente en la epidermis; esta desemejanza
por lastres arcaicos, y se hizo presa relativamente trae un reto de la mayor trascendencia.
fácil de Occidente. Bolívar había previsto: «es
menester que la fuerza de nuestra nación sea La hazaña bolivariana va acompañada, pues,
capaz de resistir con suceso las agresiones que por un pensamiento cuya fuerza fermental aún no
pueda intentar la ambición europea; y este coloso se ha agotado. Lo veremos adquirir nuevo ímpetu
de poder, que debe oponerse a aquel otro coloso, en Bilbao, en Martí e incluso en nuestros días.
no puede formarse sino de la reunión de toda la Por ello no es extraño que durante el siglo xix
América Meridional».21 El proyecto bolivariano encontrara resonancia en pensadores radicales
incluía también, apoyada en aquella unidad y preocupados por subrayar tanto la necesidad de
aquel desarrollo, la proclamación de una origi- la unión latinoamericana como la especificidad
nalidad, de una autoctonía americana, que no de nuestra América.
desconocía los valores de Occidente, pero que en Pero el conjunto de los pensadores representati-
forma alguna se contentaba con repetirlos. Por el vos de la etapa de organización de las repúblicas
contrario, subrayando con su habitual energía latinoamericanas mostrará por lo general otro
nuestras peculiaridades, Bolívar exclamaba rostro. Ya había sido dejado atrás el proyecto de
21 Ver El pensamiento vivo de Bolívar, presentado por
unidad continental. Ahora había que proponerse
Rufino Blanco Fombona, 3a. ed., Buenos Aires, 1958, un proyecto más modesto, aunque necesario:
p. 39. el de impulsar las burguesías nacionales en las

113
repúblicas nacidas de la fragmentación del mundo que «la misión civilizadora que camina –como
colonial ibérico. Pero ¿cuáles burguesías? Estos el sol– de Oriente a Occidente, y de que Roma
hombres dan a ratos la impresión pirandelliana fue el agente más poderoso en el mundo antiguo,
de ser pensadores burgueses en busca de su bur- la España la ejerció sobre un mundo occidental
guesía nacional. Las desvencijadas metrópolis no más distante y más vasto».23 Por una parte, es
podían ofrecerles ejemplos en este orden, porque difícil no ver aquí una réplica a Hegel, quien
tampoco habían conocido desarrollo de sus bur- había planteado que «la historia universal va de
guesías. Ello aviva en aquellos pensadores su Oriente a Occidente», pero también que «Europa
voluntad de separarse definitivamente de las viejas es absolutamente el término de la historia uni-
metrópolis y asumir otra filiación: no quieren ser versal»;24 por otra parte, para Bello es bien clara
ya españoles o portugueses de Ultramar, porque nuestra relación con el mundo occidental: no
pretenden ser occidentales de Ultramar. Y no somos sino «un mundo occidental más distante
solo en cuanto a los métodos a emplear, en lo que y más vasto». Y así, como partes de un todo
tenían razón (la historia demostraría que no hay privilegiado, la providencia nos ha separado
otra vía de desarrollo capitalista que la seguida del resto de la humanidad: «comparemos», dice
por Occidente), sino en cuanto a ser Occidente, en 1843, «a la Europa y a nuestra afortunada
sin más diferencia que la de encontrarse del otro América con los sombríos imperios del Asia
lado del océano. Por supuesto, la problemática [...] o con las hordas africanas en que el hombre
específica de cada zona pesará fuertemente en [es] apenas superior a los brutos». Este planteo
el pensamiento de estos hombres y en su plan- alcanzará su formulación arquetípica en nuestra
teo sobre la relación de nuestra América con el América en 1845, cuando el argentino Domingo
mundo occidental. La situación no será la misma Faustino Sarmiento publique su Civilización y
en países de rico sustrato indígena que en países barbarie. No es menester glosar esta obra clásica,
donde no se dio esa realidad, como los del Cono suficientemente conocida.25 Pero sí decir que no
Sur, por añadidura pobres durante la colonia y es posible aceptar, como se ha sostenido, que ella
requeridos de mano de obra para desarrollarse. implique tan solo la ideología de una burguesía
En el primer caso (aunque no faltaran ejemplos emprendedora, llevada naturalmente a rechazar
de ello en las oligarquías desarraigadas),22 no era las pesadas sobrevivencias feudales que entra-
fácil a sus pensadores representativos considerarse baban su desarrollo, entonces progresista. Si tal
sin más «occidentales»; en el segundo, en cambio,
la tentación parecía muy fuerte. 23 Andrés Bello: «Investigaciones sobre la influencia de
Ya Andrés Bello (quien, como se sabe, no la conquista y del sistema colonial de los españoles en
Chile» [1844], en Antología del pensamiento de lengua
practicó el antiespañolismo primario de muchos
española en la Edad Contemporánea, introd. y sel. de
de estos hombres) dirá explícitamente en 1844 José Gaos, México, 1945, p. 195.
24 J.G.F. Hegel: ob. cit. en nota 3, I, 210.
22 Ver a ese respecto algunos ejemplos en el libro de Gastón 25 Comenté esta obra, y otras de Sarmiento (y similares),
García Cantú: El pensamiento de la reacción mexicana. en trabajos como «Caliban» y «Algunos usos de civi-
Historia documental 1810-1962, México, 1965. lización y barbarie».

114
fuera la verdad, quizá este enérgico texto sería na de pueblos civilizados, el Asia empieza a
irreprochable. Solo que «civilización», término moverse bajo el impulso europeo, el África ve
que un siglo atrás el mundo occidental ha forjado renacer en sus costas los tiempos de Cartago
para nombrarse de la mejor manera a sí mismo,26 y los días gloriosos del Egipto. Así pues, la
es aquí lo occidental (no solo los métodos occi- población del mundo está sujeta a revolucio-
dentales); mientras que «barbarie», en este caso, nes que reconocen leyes inmutables; las razas
no son solo las sobrevivencias precapitalistas, sino fuertes exterminan a las débiles, los pueblos
también las persistentes y originales realidades civilizados suplantan en la posesión de la tierra
americanas. Sarmiento, figura contradictoria, a los salvajes.
pero llena siempre de brusca y plausible sinceri-
dad, no lo ha de ocultar: en su libro Conflicto y Estos criterios los expondrá por la época de
armonías de las razas en América (1883), escri- Civilización y barbarie, con no menor claridad,
birá: «en el Conflicto de las razas, quiero volver otro prohombre del liberalismo argentino: Juan
a reproducir, corregida y mejorada, la teoría de Bautista Alberdi, en sus Bases y puntos de parti‑
Civilización y barbarie». Dejemos que el propio da para la organización política de la República
Sarmiento nos exponga, en sus claras palabras, Argentina (1852). «Las repúblicas de la América
esa teoría «corregida y mejorada»: del Sur», dice allí Alberdi, «son producto y testi-
monio vivo de la acción de la Europa en América.
Puede ser muy injusto exterminar salvajes, Lo que llamamos América independiente no es
sofocar civilizaciones nacientes, conquistar más que la Europa establecida en América [...].
pueblos que están en posesión de un terreno Todo en la civilización en nuestro suelo es euro-
privilegiado; pero gracias a esta injusticia, la peo...». Y más adelante: «nosotros, los que nos
América, en lugar de permanecer abandona- llamamos americanos, no somos otra cosa que
da a los salvajes, incapaces de progreso, está europeos nacidos en América. Cráneo, sangre,
ocupada hoy por la raza caucásica, la más color, todo es de fuera». En cuanto a la nueva
perfecta, la más inteligente, la más bella y la filiación a que se aspira:
más progresiva de las que pueblan la tierra;
merced a estas injusticias, la Oceanía se lle- Con la Revolución americana acabó la acción
de la Europa española en este continente; pero
tomó su lugar la acción de la Europa anglosa-
26 A este término dedicó Lucien Febvre su trabajo «Civili-
sation: évolution d’un mot et d’un grupe d’idées» [1929],
jona y francesa. Los americanos de hoy somos
en Pour une histoire à part entière, París, 1962, que ha europeos que hemos cambiado de maestros: a
sido complementado en «Civilisation. Contribution á la iniciativa española ha sucedido la inglesa y
l’histoire du mot» [1954], en Problèmes de linguistique francesa. Pero siempre es la Europa la obrera
générale, París, 1966, por Émile Benveniste, quien de nuestra civilización [...]. La Europa de
llama allí con acierto a «civilización» «una de esas
palabras que inculcan una visión nueva del mundo».
estos días no hace otra cosa en América que
El término apareció a mediados del siglo xviii, primero completar la obra de la Europa de la media
en Francia y poco después en Inglaterra. edad [...]. // Es tiempo de reconocer esta ley de

115
nuestro progreso americano, y volver a llamar Estos pensadores sudamericanos de aspiración
en socorro de nuestra cultura incompleta a esa burguesa llegaron pues a hacer suya de tal ma-
Europa que hemos combatido y vencido en los nera la ideología de las burguesías de los países
campos de batalla. capitalistas desarrollados, que introyectaron
plenamente incluso aspectos de esa ideología
Ello implica, naturalmente, entrar en con- como el racismo y el consiguiente desprecio por
tradicción con la obra y el pensamiento de los los pueblos no occidentales (que en este caso
libertadores. Alberdi lo reconoce explícitamente: resultaban ser nuestros propios pueblos): racis-
mo y desprecio imprescindibles para facilitar
Los libertadores de 1810 [...] nos enseñaron la tarea conquistadora y expoliadora que había
a detestar bajo el nombre de europeo a todo realizado y continuaba realizando Occidente,27
el que no había nacido en América [...], la esta vez con la colaboración más o menos vo-
cuestión de guerra se estableció en estos luntaria de pensadores locales inficionados de
términos: Europa y América, el viejo mundo tales ideas. Entre ellos, los más consecuentes
y el mundo de Colón [...]. En su tiempo esos con esta aberración proceden, cuando tienen
odios fueron resortes útiles y oportunos; hoy poder para hacerlo, a exterminar físicamente a
son preocupaciones aciagas a la prosperidad sus pueblos (indios, gauchos) e importar metro-
de este país. politanos. El clásico apotegma de Alberdi: «En
América gobernar es poblar», hay que entenderlo
Por supuesto, a fuer de europeo nacido en como poblar de «occidentales», y despoblar de
América, Alberdi mostrará hacia los aborígenes aborígenes...
americanos un odio y un desprecio característi- Junto a estos gravísimos desenfoques, que
camente occidentales: lamentablemente fueron la norma en demasiados
países, existieron actitudes bien distintas entre
Hoy mismo, bajo la independencia, el indí- los pensadores latinoamericanos de esta etapa de
gena no figura ni compone mundo en nuestra organización, al considerar nuestra relación con
sociedad política y civil [...]. El indígena nos el mundo occidental. Y no solo en el México del
hace justicia: nos llama españoles hasta el día.
No conozco persona distinguida de nuestras
sociedades que lleve apellido pehuenche o 27 «El prejuicio racial, tal como existe en el mundo ac-
tualmente, es casi exclusivamente una actitud de los
araucano [...]. ¿Quién conoce caballero entre blancos, y tuvo sus orígenes en la necesidad de los con-
nosotros que haga alarde de ser indio neto? quistadores europeos del siglo xvi en adelante de
¿Quién casaría a su hermana o a su hija con un racionalizar y justificar el robo, la esclavitud y la
infanzón de la Araucania y no mil veces con un continua explotación de sus víctimas de color en todo
zapatero inglés? // En América, todo lo que no el mundo». Paul Baran y Paul M. Sweezy: Capital
monopolístico. Un ensayo sobre la estructura socioe‑
es europeo es bárbaro: no hay más división que conómica norteamericana, México, 1968, pp. 199-200.
esta: 1º, el indígena, el salvaje; 2º, el europeo, Se trata pues, de uno de los más significativos aportes
es decir, nosotros [...]. de Occidente al mundo.

116
indio Juárez, quien al hacer frente a las tropas jamás en creer que los americanos se hallan a la
de Maximiliano, difícilmente hubiera suscrito la altura de los europeos y los suponen colocados
sugerencia de Alberdi de que debíamos dar «es- en un grado inferior. El interés industrial domi-
pontáneamente a la civilización el goce de este na desde entonces completamente la vida del
suelo», o su idea de que «ya América está con- europeo en América, y por larga que sea aquí
quistada, es europea, y, por lo mismo, inconquis- su mansión, jamás llega a comprender los inte-
table». En el propio Cono Sur se mantuvieron reses sociales y políticos del pueblo en donde
ideas mucho más saludables para el destino de hace su negocio, y siempre está dispuesto a
nuestra América. Baste recordar algunas obras de servir solo a su negocio, poniéndose de parte
los chilenos José Victorino Lastarria y Francisco del que le da seguridad para sus ganancias,
Bilbao. El primero dedicó la parte inicial de su aunque sea a costa de los más sagrados inte-
libro La América (1865) precisamente al tema reses del pueblo que le compra o le vende. He
«América y Europa». Y aunque también él cree aquí el único lazo que hay entre la Europa y
en una relativa identificación entre ellas («ambos la América ibera. He ahí el único interés que
continentes están al frente de la civilización mo- los gobiernos europeos amparan y protegen,
derna y ambos son enteramente solidarios en la el único que su diplomacia y sus cañones han
empresa de propagar esta civilización»), no deja servido hasta ahora, el único que los inspira en
de señalar las relaciones verdaderas: sus relaciones con los gobiernos de la América
que ellos llaman bárbaros y salvajes.
La América conoce a la Europa, la estudia sin
cesar, la sigue paso a paso y la imita como El vehemente Francisco Bilbao publica a
a su modelo; pero la Europa no conoce a la raíz de la invasión francesa a México su libro
América y antes bien la desdeña y aparta de La América en peligro (1863), donde plantea
ella su vista, como de un hijo perdido del cual que «todo se perderá [...] si no hacemos de la
ya no hay esperanza. Un solo interés europeo, causa mexicana la causa americana»; rechaza
el interés industrial, es que presta atención a la «la grande hipocresía de cubrir todos los críme-
América, el que se toma la pensión de recoger nes y atentados con la palabra civilización»; y
algunos datos estadísticos sobre las produc- señala como ejemplo de «la prostitución de la
ciones y los consumos del Nuevo Mundo, palabra [que] corona la evolución de la mentira»,
sobre los puertos, las plazas comerciales y los el hecho de que «“El civilizado” pide la exter-
centros de población de los que pueda sacar minación de los indios o de los “gauchos”».
más provecho. Pero los agentes de aquel inte- En El Evangelio americano (1864), añadirá:
rés, es decir los mercaderes de Birmingham, «¡Colonización, inmigración, gritan los po-
de Manchester y Glasgow, de Hamburgo, del líticos! ¿Por qué no colonizáis vuestra tierra
Havre y de Burdeos, de Cádiz y de Génova, con sus propios hijos, con vuestros propios
llegan a la América creyendo que arriban a un hermanos, con sus actuales habitantes, con los
país salvaje, y aunque pronto se persuadan de que deben ser sus poseedores y propietarios?».
que hay acá pueblos civilizados, no consienten Con angustiada urgencia, expone:

117
Nuestro derecho a la tierra, nuestro derecho lizan, conquistando. Son tan estúpidas, que
de gobierno, nuestra independencia, nues- en esa frase nos revelan lo que entienden por
tra libertad, nuestro modo de ser, nuestras civilización. [...] Os habéis, pues, revelado,
esperanzas, nuestra dignidad, nuestro honor grandes potencias, grandes prostitutas, a quie-
de hombres libres, todo es hoy amenazado nes hemos de ver arrastradas a los pies de la
por la Europa. ¡La conquista otra vez se pre- Revolución o de la barbarie, por su barbarie o
senta! ¡La conquista del Nuevo Mundo! Las su mentira. [...] Francia, que tanto hemos ama-
viejas naciones piráticas se han dividido el do, ¿qué has hecho? [...] Conquistar a Argelia,
Continente, y debemos unirnos para salvar la saquear en China, traicionar y bombardear en
civilización americana de la invasión bárbara México [...] La Inglaterra [...] ¿qué hace en la
de Europa. India la libre nación de las pelucas empolvadas
y de los lores rapaces? [...] Atrás, pues, lo que
Impugnando el sofisma de la supuesta «ci- se llama civilización europea. La Europa no
vilización», exclama Bilbao: «¡Qué bella civi- puede civilizarse y quieren que nos civilicen.
lización aquella que conduce en ferrocarril la
esclavitud y la vergüenza!». Y dando muestras Bilbao continúa argumentando no solo con-
de ser un dialéctico agudo: tra «el enemigo externo», sino también contra
«el elemento de alianza que pueda encontrar»
¿No véis que todos los progresos materiales en «el elemento interno», el cual «consta de
son armas de dos filos, y que los cañones todo aquello que sea contrario a la religión del
rayados sirven del mismo modo a la libertad pensamiento libre, a la soberanía universal, al
o la opresión? [...] ciencia, arte, industria, culto de la justicia con nosotros mismos, con los
comercio, riqueza, son elementos que pueden pobres, con los indios», y censura de nuevo «la
producir el bien y el mal, y son elementos de colonización del país con extranjeros, cuando los
barbarie científica de la mentira, si la idea del hijos del país se mueren de hambre», así como
derecho no se levanta como centro [...]. El «el desconocimiento y negación del derecho de
viejo mundo ha proclamado la civilización de los hombres libres, llamados los indígenas, y la
la riqueza, de lo útil, del confort, de la fuerza, suprema injusticia, la crueldad hasta la extermi-
del éxito, del materialismo. Esa es la civili- nación que con ellos se practica». Al final, el ra-
zación que rechazamos. Ese es el enemigo dicalismo apasionado de este demócrata, después
que tememos que penetre en los espíritus de de vituperar al «monarquista, papista, jesuíta,
América, verdadera vanguardia de traición, católico, imperialista, aristócrata, esclavócrata»
para preparar la conquista y la desesperación que habla «de libertad y derecho y de justicia»,
de la República. [...] En este siglo xix que, reclama «otro mundo, otro tiempo, otra vida».
según los escritores de pacotilla que repiten Sí, sería otro tiempo –este– el que haría jus-
vulgaridades aceptadas, no es ya el siglo de ticia a Bilbao. Por desgracia, en su época acabó
las conquistas [...] estas viejas naciones que por prevalecer aquella «vanguardia de traición
se titulan grandes potencias dicen que civi- para preparar la conquista y la desesperación de

118
la República» que él temiera, aunque no necesa- estaría obligada solo a combatir contra un país
riamente en la forma de la ocupación directa. Y paleoccidental como España, sino además a de-
los pensadores que cumplieron esa tarea (sean tener la amenaza del país que se alzaba como la
cuales fueren sus méritos, a veces grandes, en cabeza más nueva y emprendedora de Occidente:
otros órdenes), sentaron las bases ideológicas, y el país que imantó el pensamiento liberal hispa-
a menudo prácticas, para que nuestra América noamericano, llevó a Andrés Bello a llamarlo
fuese colonizada de nuevo: ya no por naciones «nuestro modelo bajo tantos respectos», hizo
atrasadas (¡vade retro!) sino por naciones ver- exclamar a Sarmiento en la Argentina y a Justo
daderamente occidentales, como Inglaterra y Sierra en México que debíamos convertirnos en
los Estados Unidos, y conservando los atributos los Estados Unidos del Sur; y había pasado a ser,
formales de la independencia. Esa nueva forma a finales del siglo xix, la más poderosa encarna-
de colonialismo que se inicia, como tantas co- ción del mundo occidental y el más formida-
sas, en nuestra América, sería conocida como ble valladar contra el proyecto de que nuestra
neocolonialismo. América cuajara como una realidad suficiente.
En medida considerable, hablar desde entonces
Hacia la segunda independencia de la América Latina y el mundo occidental,
será hablar de nuestra relación con los Estados
Ya estaba avanzado en nuestra América este Unidos: la nación que en 1776 proclamara,
proceso cuando José Martí, al comentar por vez primera en América, su derecho a la
en 1889 la primera conferencia panamericana en independencia y realizara una gran revolución
Wáshington, escribía: «de la tiranía de España anticolonial (aunque conservando la esclavitud),
supo salvarse la América española; y ahora [...] y apenas un siglo después despuntaba como el
urge decir, porque es la verdad, que ha llegado nuevo amo de los países de la otra América. Ha-
para la América española la hora de declarar su biendo vivido en los Estados Unidos desde 1880,
segunda independencia». Martí había sabido y habiendo detectado con claridad lo inminente
ver con claridad cómo «un pueblo de intereses de la agresión imperialista, Martí escribiría a
distintos, composición híbrida y problemas pa- su amigo mexicano Manuel Mercado, el 18 de
vorosos» intentaba «ensayar en pueblos libres mayo de 1895, la víspera de morir en el campo
su sistema de colonización». A diferencia de los de batalla, que su tarea había sido y sería
países hispanoamericanos continentales, para esa
fecha Cuba y Puerto Rico tenían aún por delante impedir a tiempo con la independencia de Cuba
la obtención de su independencia, y Martí habría que se extiendan por las Antillas los Estados
de preparar la guerra que debía hacerla posible. Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre
Esa guerra sería, según su propia imagen, la nuestras tierras de América [...] impedir que en
estrofa final del poema de 1810; pero, al haber Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas
transcurrido casi un siglo entre la guerra boliva- de allá y los españoles, el camino que se ha de
riana y la martiana, esta última se realizaría en cegar, y con nuestra sangre estamos cegando,
condiciones bien distintas a aquella: ya Cuba no de la anexión de los pueblos de nuestra América

119
al Norte revuelto y brutal que los desprecia [...]. Y entre 1889 y 1891 (es decir, en los mo-
Viví en el monstruo y le conozco las entrañas: mentos en que se celebran en Wáshington las
–y mi honda es la de David. primeras conferencias panamericanas) da a la
luz sus documentos capitales sobre la especi-
Tan desafiante programa coronaba la medita- ficidad de nuestra América: varios textos de
ción y la práctica radicalmente anticolonialistas La Edad de Oro, el artículo «Vindicación de
de Martí, quien había recibido en su temprana Cuba», los artículos sobre aquellas conferen-
juventud lo mejor de la herencia de Varela, He- cias, el discurso «Madre América», y sobre
redia, Luz y Céspedes en Cuba, y acabaría de todo el ensayo «Nuestra América», de 1891:
formarse en el México democrático donde aún en este último, verdadero manifiesto progra-
estaba vivo el recuerdo de Juárez, junto a las mático, resume apretadamente sus criterios
grandes figuras intelectuales de la Reforma, y sobre esta cuestión, vital en su pensamiento.
en las lecciones bolivarianas. Aunque ya lo había hecho antes, allí rechazará
En 1877, en Guatemala, Martí hace un primer definitivamente la falsa dicotomía sarmienti-
balance de su concepción de «nuestra Améri- na: «el mestizo autóctono», dirá, «ha vencido
ca» (denominación que ya había bocetado en al criollo exótico. No hay batalla entre la
México), y explica: civilización y la barbarie, sino entre la falsa
erudición y la naturaleza». Si el propio Andrés
Interrumpida por la conquista la obra natural Bello había querido precaver a la juventud chi-
y majestuosa de la civilización americana, se lena, en 1848, «de una servilidad excesiva a la
creó con el advenimiento de los europeos un ciencia de la civilizada Europa», considerando
pueblo extraño, no español, porque la savia que «somos ahora arrastrados más allá de lo
nueva rechaza el cuerpo viejo; no indígena, justo por la influencia de la Europa, a quien –al
porque se ha sufrido la injerencia de una civi- mismo tiempo que nos aprovechamos de sus
lización devastadora, dos palabras que, siendo luces– debiéramos imitar en la independencia
un antagonismo, constituyen un proceso; se del pensamiento»; advertencia que veríamos
creó un pueblo mestizo en la forma [...]. repetirse incluso en hombres contradictorios
como Sarmiento o Alberdi, no es extraño es-
En 1884, Martí denuncia cuchar a Martí exclamar en 1891:

el pretexto de que la civilización, que es el éramos una máscara, con los calzones de In-
nombre vulgar con que corre el estado actual glaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón
del hombre europeo, tiene derecho natural de de Norteamérica y la montera de España [...].
apoderarse de la tierra ajena, perteneciente a la Ni el libro europeo ni el libro yanqui daban
barbarie, que es el nombre que los que desean la clave del enigma hispanoamericano [...].
la tierra ajena dan al estado actual de todo A adivinar salen los jóvenes al mundo, con
hombre que no es de Europa o de la América antiparras yanquis o francesas, y aspiran a
Europea [..]. dirigir un pueblo que no conocen.

120
La exclamación, más de una vez, lo es de renegado de nuestros pueblos, tildándolos de
veras, y revela al hombre de acción más que al inferiores, y, so capa de civilizadores, servían
mero pensador: de caballo de Troya para la nueva colonización.
Martí rechaza enérgicamente la añagaza racista
No les alcanza al árbol difícil el brazo canijo, («no hay odio de razas, porque no hay razas»,
el brazo de uñas pintadas y pulseras, el brazo dice), y plantea con claridad: «Con los oprimidos
de Madrid o de París, y dicen que no se puede había que hacer causa común, para afianzar el
alcanzar el árbol. Hay que cargar el barco de sistema opuesto a los intereses y hábitos de man-
esos insectos dañinos, que le roen el hueso a la do de los opresores». «Con los oprimidos», «con
patria que los nutre [...]. ¡Estos hijos de nuestra los pobres de la tierra» se levanta esta visión nue-
América, que ha de salvarse con sus indios, y va, radical, insuperada de nuestra América: ya no
va de menos a más; estos desertores que piden es la suya la visión de un pensador de aspiración
fusil en los ejércitos de la América del Norte, burguesa, sino de un demócrata revolucionario
que ahoga en sangre a sus indios, y va de más extremadamente radical, portavoz de las clases
a menos! populares, que inaugura una nueva etapa en la
historia y en el pensamiento de nuestra América.
Frente a los servidores de la supuesta «civi- Por ello podrá decir Noël Salomon no solo que
lización», Martí subraya con energía los rasgos «fue el cubano José Martí, sin duda alguna, el
propios de nuestra realidad histórica, y la necesi- primero que construyó línea a línea una teoría
dad de que ella sea abordada con un pensamiento consecuente y coherente de la personalidad his-
nacido de esa realidad: panoamericana capaz de afirmarse por sí misma,
ajena a los modelos exteriores», sino también que
La incapacidad no está en el país naciente, que de él «data, en verdad, la “toma de conciencia”
pide formas que se le acomoden y grandeza útil, que ha derivado, en relación con un vasto mo-
sino en los que quieren regir pueblos originales, vimiento histórico (de la Revolución Mexicana
de composición singular y violenta, con leyes a la Revolución Cubana y a las nuevas formas
heredadas de cuatro siglos de práctica libre de los movimientos liberadores de hoy), hacia
en los Estados Unidos, de diecinueve siglos las grandes corrientes culturales e ideológicas
de monarquía en Francia. Con un decreto de discernibles en el siglo xx»28 en la América Latina.
Hamilton no se le para la pechada al potro del La actitud de Martí, al menos parcialmente,
llanero. Con una frase de Sieyès no se deses- sería compartida por otros demócratas revolucio-
tanca la sangre cuajada de la raza india [...]. El narios latinoamericanos. Por ejemplo, el peruano
buen gobernante en América no es el que sabe Manuel González Prada, quien, a propósito de la
cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el etnología, a la que llama «cómoda invención [...]
que sabe con qué elementos está hecho su país.
28 Noël Salomon: «José Martí et la prise de conscience
Pero a sus ojos esta tarea ya no podría ser latinoaméricaine», en Cuba Sí, No. 35-36, 4to. tri-
realizada en nuestra América por quienes habían mestre 1970-1er. trimestre 1971, p. 3.

121
en manos de algunos hombres», expresa: «donde desde aquellos en los que alentaba un pensa-
se lee barbarie humana tradúzcase hombre sin miento burgués realmente nacional, y por tanto
pellejo blanco».29 necesariamente antimperialista, hasta capas que
Pero la obra martiana (como, en cierta forma, evolucionarían, a partir de ese antimperialismo,
la de González Prada), aunque admirada por su hacia posiciones socialistas, y en un momento de
hermosura, resultó demasiado avanzada para su su formación encontraron estímulo en la prédica
circunstancia: habría que esperar a la inserción rodoísta. No deja de ser curioso comparar esta
orgánica del materialismo dialéctico e histórico nueva manera de plantear nuestra relación con el
en nuestra América, varias décadas más tarde, mundo occidental (Europa sí, los Estados Unidos
para que su tarea fuera plenamente entendida y no), con la que buena parte de la intelectualidad
continuada. Durante el primer cuarto del siglo xx, liberal latinoamericana del siglo xix había sus-
sería el pensamiento de un ideólogo burgués na- tentado: los Estados Unidos sí (después de todo,
cionalista, el uruguayo José Enrique Rodó, el que también son América), Europa no, cuando esta
encontraría amplia acogida en nuestra América. última implicaba las metrópolis o significaba
A raíz de la intervención yanqui en la guerra de aún la forma más agresiva del capitalismo, y se
independencia de Cuba, en 1898 (esa interven- hacía presente en invasiones y amenazas para
ción temida por Martí y que, al decir de Lenin, nuestra América. También es útil compararla con
inaugura la época del imperialismo moderno), y el criterio realista y astuto de Martí: «mientras
en abierto rechazo de ese hecho, Rodó publica su llegamos a ser bastante fuertes para defender-
ensayo Ariel (1900), donde opone a los aspectos nos por nosotros mismos, nuestra salvación, y
más crudos de la sociedad estadunidense una su- la garantía de nuestra independencia, está en el
puesta espiritualidad de nuestros países. Lo que equilibrio de potencias rivales».30 Ese equilibrio
Rodó censura, con mayor o menor conciencia habría de romperse pronto: en lo que toca a
del hecho, es el estadio de mayor desarrollo que nuestra América, con la intervención yanqui en
había alcanzado el mundo occidental (es decir, Cuba, en 1898; en lo que toca al planeta todo,
el capitalismo estadunidense), sugiriendo para con la llamada Primera Guerra Mundial.
la América Latina formas culturales propias del Cuando esta última estalle, ya está desarro-
capitalismo de países de la Europa occidental llándose en nuestra América un notable proceso
que aparecían a sus ojos como menos agresivos democrático-burgués: la Revolución Mexicana
(criterio que, por supuesto, no podían compartir iniciada en 1910, la cual, después de una lucha
otras zonas coloniales o semicolonias del pla- compleja en que participaron y fueron vencidos
neta: piénsese en la India, Indochina, el mundo demócratas revolucionarios como Ricardo Flores
árabe o el África negra). Esta fórmula pareció Magón y Emiliano Zapata, acabará consolidando
atractiva a diversos sectores de nuestra América: a una burguesía nacional que no despreciaba los
caracteres específicos de su pueblo, como habían
29 Manuel González Prada: «Nuestros indios» [1904], hecho tantas viceburguesías decimonónicas. Nues-
en Ensayos escogidos, sel. y pról. de Augusto Salazar
Bondy, 3a. ed. revisada y aumentada, Lima, 1970, p. 62. 30 J.M.: Obras completas, XXII, p. 116.

122
tra relación con el mundo occidental vuelve a ser, verdad, a simples soluciones económicas por
en esa coyuntura, tema de apasionadas discusiones, el momento, pero una utopía al fin, donde se
como las que sostiene José Vasconcelos en obras vislumbra la única esperanza de paz entre el
signadas por un desafiante utopismo: tal es el caso infierno social que atravesamos todos.
de La raza cósmica: misión de la raza iberoameri‑
cana (1925) e Indología: una interpretación de la Y añade en «Patria de la justicia» (1924):
cultura iberoamericana (1927). Al brutal racismo
de los «civilizadores» del siglo xix, Vasconcelos Si nuestra América no ha de ser sino una pro-
opondrá entonces la idea de una fusión de razas a longación de Europa, si lo único que hacemos
ser realizada en nuestra América: lo que si por una es ofrecer suelo nuevo a la explotación del
parte se abre generosamente al Continente todo hombre por el hombre (y por desgracia esa es
(y explica la repercusión latinoamericana que su hasta ahora nuestra única realidad), si no nos
prédica alcanzó durante esos años), por otra parte decidimos a que esta sea la tierra de promisión
pretende diluir la lucha de clases en aspiraciones para la humanidad cansada de buscarla en to-
de unidad ontológica que sentarían las bases del dos los climas, no tenemos justificación: sería
moderno pensamiento burgués mexicano. Al preferible dejar desiertas nuestras altiplanicies
consolidarse ese pensamiento –esa burguesía–, y nuestras pampas, si solo hubieran de servir
Samuel Ramos ofrecerá, con referencia exclu- para que en ellas se multiplicaran los dolores
siva a México, una obra harto más reposada: El humanos [...] que la codicia y la soberbia
perfil del hombre y la cultura en México (1934), infligen al débil y al hambriento.
en cuya estela escribirá Octavio Paz El laberinto
de la soledad (1950). Enfrentado a un panorama histórico bien dis-
El utopismo engendrado por aquella circuns- tinto del mexicano (que todavía en 1938 podía
tancia, sin embargo, no se extingue del todo, mostrar el gallardo gesto nacionalizador de Lázaro
reapareciendo, también de modo reposado, y Cárdenas), el argentino Ezequiel Martínez Estrada
referido a una América ideal, en Alfonso Reyes inicia con Radiografía de la pampa (1933) un
(Última Tule, 1942; Tentativas y orientacio- enjuiciamiento crítico de la Argentina –el país
nes, 1944), y, con mayor asidero en la realidad donde los Sarmiento, los Mitre, e incluso en
social, en el dominicano Pedro Henríquez Ureña, pleno siglo xx figuras progresistas en otros ór-
quien impugna en «La utopía de América» (1922) denes, se habían considerado representantes de la
«civilización» contra la «barbarie»–, que lo llevaría
la era del capital disfrazado de liberalismo a escribir en su libro Diferencias y semejanzas entre
[pues] dentro de nuestra utopía, el hombre de- los países de la América Latina (1962): «No somos
berá llegar a ser plenamente humano [cuando europeos sino en los abonos artificiales, o en las
deje] atrás los estorbos de la absurda organi- zonas corticales».
zación económica en que estamos prisioneros: La idea de que los latinoamericanos verdade-
[En Europa] solo una luz unifica a muchos ros «no somos europeos», es decir «occidentales»,
espíritus: la luz de una utopía, reducida, es ya había encontrado sostenedores enérgicos, sobre

123
todo entre los voceros de comunidades americanas en la tercera década de este siglo. Será a partir de
tan visiblemente no «occidentales» como los entonces cuando, avanzando en la dirección se-
descendientes directos de los aborígenes y de ñalada por el demócrata revolucionario González
los africanos. Los grandes enclaves indígenas en Prada, Mariátegui escriba que «el problema del
nuestra América (que en algunos países son una indio» es un «problema económico social»; y que
«minoría nacional» que constituye una mayoría «la suposición de que el problema indígena es un
real) no requieren argumentar esa realidad obvia: problema étnico se nutre del más envejecido re-
herederos directos de las primeras víctimas de pertorio de ideas imperialistas. El concepto de las
lo que Martí llamó «civilización devastadora», razas inferiores sirvió al Occidente blanco para
sobreviven a la destrucción de sus civilizaciones su obra de expansión y conquista».31 Y Alejandro
como pruebas vivientes de la bárbara irrupción Lipschütz explicará que una correcta política de
de otra civilización en estas tierras. las nacionalidades permitirá la plena inserción
Los americanos descendientes directos de de las comunidades autóctonas en el mundo
africanos, que ya habían realizado la hazaña latinoamericano moderno, al mismo tiempo que
haitiana, defendieron brillantemente en 1889, ellas conservarán sus respectivas culturas.32
por boca del angloantillano J.J. Thomas, autor En lo que toca al fundamental aporte negro a
de Froudacity, su plena capacidad para parti- ese mundo latinoamericano («Traemos / nuestro
cipar creadoramente en la civilización traída a rasgo al perfil definitivo de América», dirá en 1931
América por europeos. Pero el siglo xx verá no el poeta Nicolás Guillén), aunque se escribirán
la argumentación de que los negros americanos trabajos de la importancia de los del cubano
son capaces de incorporarse al mundo occidental, Fernando Ortiz, el brasileño Gilberto Freyre y el
sino la proclamación abierta de que rechazan esa venezolano Miguel Acosta Saignes, la sobrevi-
incorporación, por considerarse portadores de vencia de la terca obstinación de las oligarquías
otra civilización, representantes de un mundo di- «civilizadas» locales en negar aquel aporte, a
ferente. Otro angloantillano, T. Albert Marrishow, fin de hacerse admitir como sucursales decentes
expondrá esta idea en un panfleto de 1917, Ci‑ por las metrópolis, llevaría, explicablemente,
clos de civilización, donde se anticipa a lo que a desarrollar planteos como los iniciados por
Spengler acuñará después como «decadencia de Marrishow y Garvey: planteos que Frantz Fanon,
Occidente», pero añade el anuncio de un próximo con aguda visión de revolucionario, colocaría
ciclo de civilización con predominio africano. Y en su justa luz: «Que haya un pueblo africano»,
el jamaicano Marcus Garvey, el más relevante de
estos antillanos y el primero de ellos en alcanzar 31 José Carlos Mariátegui: «El problema del indio»
repercusión universal, lanzará a los negros del [1928], ob. cit. en nota 8, pp. 23 y 28. Un considera-
mundo entero su consigna de regreso a África. ble desarrollo de este enfoque ofrece Ricardo Pozas
en Los indios en las clases sociales de México, La
Estos planteos, como en otro orden los de Habana, 1971.
Martí, no podían ser plenamente entendidos has-
32 Ver Alejandro Lipschütz: Marx y Lenin en la América
ta que no encarnara y se desarrollara en nuestra Latina y los problemas indigenistas, La Habana, 1974,
América el materialismo dialéctico e histórico, passim.

124
dice Fanon, «lo creo; que haya un pueblo anti- la época de la libre concurrencia en la eco-
llano, lo creo. Pero cuando se me hable de “ese nomía capitalista ha terminado en todos los
pueblo negro”, trato de comprender. Entonces, campos y en todos los aspectos. Estamos en
desgraciadamente, comprendo que hay allí una la época de los monopolios, vale decir de los
fuente de conflictos. Entonces trato de destruir imperios. Los países latinoamericanos llegan
esa fuente». Y más adelante: «Parece [...] que el con retardo a la competencia capitalista. Los
antillano, después del gran error blanco, está en primeros puestos, están definitivamente asig-
vías de vivir ahora el gran espejismo negro».33 nados. El destino de estos países, dentro del
Indios y negros, pues, lejos de constituir orden capitalista, es de simples colonias.34
cuerpos extraños a nuestra América por no ser
«occidentales», pertenecen a ella con pleno de- Y también escribió que nuestra América «no
recho: más que los extranjerizos y descastados encontrará su unidad en el orden burgués. Ese
«civilizadores». Y era natural que esto fuera orden nos divide, forzosamente, en pequeños
plenamente revelado o enfatizado por pensadores nacionalismos. A Norteamérica sajona le toca
marxistas, pues con la aparición en la Europa coronar y cerrar la civilización capitalista. El
occidental del marxismo, a mediados del siglo porvenir de la América Latina es socialista».
xix, y con su ulterior enriquecimiento leninista, Lo que implica revelar que en el interior del
ha surgido un pensamiento que sienta en el ban- mundo occidental nuestro destino es «de simples
quillo al capitalismo, es decir, al mundo occiden- colonias», y que nuestro porvenir exige salir de
tal. Este pensamiento solo podía brotar en el seno ese mundo.
de aquel mundo, que en su desarrollo generó a Algunos comentaristas de Mariátegui han
su sepulturero, el proletariado, y su consiguiente dicho que él era marxista pero que desarrolló
ideología: pero esta no es ya una ideología oc- criterios propios en relación con los problemas
cidental, sino en todo caso posoccidental: por de nuestra América. En realidad debe decirse
ello hace posible la plena comprensión, la plena que de veras era marxista porque desarrolló tales
superación de Occidente, y en consecuencia dota criterios. Lenin, quien enriqueció el marxismo en
al mundo no occidental del instrumento idóneo la época imperialista y del triunfo de la primera
para entender cabalmente su difícil realidad y revolución socialista (circunstancias que Marx
sobrepasarla. En el caso de la América Latina, y Engels no llegaron a vivir), consideraba que el
ello se hace patente cuando el materialismo dia- alma viva del marxismo era el análisis concreto
léctico e histórico es asumido y desarrollado por de las situaciones concretas. Entre los primeros
figuras heráldicas como el peruano José Carlos análisis de esa naturaleza relativos a los proble-
Mariátegui y los cubanos Julio Antonio Mella mas específicos de la América Latina se encuen-
y Rubén Martínez Villena. El primero escribió: tran los de hombres como Mariátegui, Mella,
Martínez Villena, lo que les permitió situar
33 Frantz Fanon: «Antillais et africains», en Pour la
Révolution Africaine (Écrits politiques), París, 1964, 34 José Carlos Mariátegui: «Aniversario y balance» [1928],
pp. 28 y 36. en Ideología y política, Lima, 1969, p. 248.

125
cabalmente a nuestros países, a nuestra América, Para decir que el marxismo [...] es exótico en
dentro de la problemática mundial. A partir de América hay que probar que aquí no existe
ellos, con la formidable anticipación de Martí, proletariado; que no existe imperialismo con
los abordajes válidos sobre la ubicación de la las características enunciadas por todos los
América Latina ya no se harán solo con respecto marxistas; que las fuerzas de producción en
al «mundo occidental», sino en relación con América son distintas a las de Asia, Europa,
el mundo todo, del cual Occidente es solo un etcétera. Pero América no es un continente
capítulo, aunque un capítulo inesquivable. De de Júpiter, sino de la Tierra. Y es una cosa
ahí que la aceptación o el rechazo del materia- elemental para todos los que se dicen marxis-
lismo dialéctico e histórico por los pensadores tas [...] que la aplicación de sus principios es
latinoamericanos no sea en absoluto una etapa universal. Así lo han comprendido los obreros
más en la historia de su aceptación o rechazo de América cuando, mucho antes de que se
de ideas «occidentales», sino más bien todo lo escribiera el nombre del «ARPA» [sic], habían
contrario. Así como los «occidentalistas» rusos fundado grandes partidos proletarios (socia-
de 1840 eran los modernizadores frente a los lista, comunista, laborista, etcétera) basados
rezagos feudales, pero los «occidentalistas» es- en la aplicación del marxismo en América.35
pañoles en torno a 1920 serán los retardatarios
frente a la nueva modernidad, el socialismo Así hemos entrado en los tiempos presentes,
(para ceñirnos a dos áreas europeas periféri- los de nuestros contemporáneos. Al preguntarse
cas), de modo similar, los latinoamericanos ellos por la relación de la América Latina con el
que a partir de la Revolución de Octubre abra- mundo occidental, encontraremos a quienes, de
zan creadoramente el pensamiento socialista hecho, siguen manifestándose como ibéricos de
revolucionario podrán ser voceros de lo más Ultramar, o, en mayor medida, como occidentales
genuino de nuestra América, mientras quienes de Ultramar (enfatizando nuestra identificación
lo rechazan aduciendo que lo consideran una sea con la Europa occidental, sea con los Estados
doctrina extraña, inadaptada a nuestra realidad, Unidos); y también a quienes insisten en conside-
serán de hecho continuadores de los «civiliza- rar a determinados núcleos de latinoamericanos
dores» del siglo xix: es decir, quienes sirven de (sobre todo indios o negros) como cortados de la
cauce a nuestra sujeción al mundo occidental historia común. Pero tales planteos (a pesar de
y a nuestra consiguiente explotación por el lo brillantes que algunos, por excepción, puedan
imperialismo. Quizá cuando esto se puso de parecer) no son sino sobrevivencias de visiones
manifiesto por primera vez de una manera más viejas. Solo aquella perspectiva posoccidental;
visible fue en la polémica que sostuvo Mella solo aquella inserción verdadera de la realidad
contra las pretensiones apristas de impugnar latinoamericana en la del mundo todo, permite
la aplicación del marxismo a nuestra América. el abordaje justo del problema.
Poco después de haber participado en el Primer
Congreso Mundial Antimperialista celebrado 35 J[ulio] A[ntonio] Mella: «¿Qué es el ARPA?» [1928],
en Bruselas, escribía Mella en 1928: en Documentos y artículos, La Habana, 1975, p. 378.

126
Tal perspectiva es lo que da valor al pensamien- Salazar Bondy, después de una destacada carrera
to de autores que, aunque no la asuman plenamen- como expositor de la filosofía occidental más
te, han sentido de alguna manera su influjo vivifi- o menos al uso, planteó en un pequeño libro
cador, el cual los lleva, en primer lugar, a descubrir de madurez, ¿Existe una filosofía de nuestra
la condición dependiente de nuestro pensamiento, América? (1968): «dependientes de España, In-
secuela de otras dependencias, y el melancólico glaterra o Estados Unidos, hemos sido y somos
carácter de sucursal de muchas de nuestras ideas subdesarrollados –valga la expresión– de estas
(«sucursal de la civilización moderna» nos llamó, potencias y, consecuentemente, países con una
con entusiasmo comercial, Sarmiento), lo que en cultura de dominación». Y también:
no pocos puntos nos acerca a otras zonas colo-
niales o semicoloniales de la Tierra. Ello se hace el problema de nuestra filosofía es la inauten-
patente, por ejemplo, en la evolución de filóso- ticidad. La inautenticidad se enraiza en nuestra
fos como el mexicano Leopoldo Zea y el peruano condición histórica de países subdesarrollados
Augusto Salazar Bondy. El primero, ahincadamen- y dominados [...] [Pero nuestra filosofía]
te preocupado por la genuinidad del pensamiento puede ganar su autenticidad como parte del
de nuestra América y su ubicación con respecto al movimiento de superación de nuestra negati-
mundo, sobre todo el mundo occidental (América vidad histórica, asumiéndola y esforzándose
como conciencia, 1953; América en la conciencia en cancelar sus raíces.
de Europa, 1955; América en la historia, 1957;
Latinoamérica y el mundo, 1960), escribe en Por desgracia, la promisoria evolución de este
una obra reciente (Dependencia y liberación en pensador, acuciada por el proceso revolucionario
la cultura latinoamericana, México, 1974): «el peruano iniciado en 1968, al que se vinculó estre-
problema es saber a qué tipo de universalismo se chamente, quedó truncada por su temprana muerte
arriba, a qué tipo de apertura. ¿Al universalismo a principios de 1974 (ver el número que le dedicara
y apertura propios del neocolonialismo, o al uni- la revista Textual en diciembre de ese año).
versalismo y apertura a que aspiran pueblos como Una evolución en cierta forma similar a la de
los nuestros?». Y también: estos hombres es la del brasileño Darcy Ribeiro,
quien ha abordado el problema no a partir de la
Se habló de libertad de los mares y libertad de filosofía sino de la antropología, en una de las
comercio, como ahora de libertad de inversión, obras más ambiciosas publicadas en nuestra
para afirmar el derecho de unos intereses sobre América durante estos años: la «serie de cuatro
otros. Esto es la libertad como instrumento de estudios de antropología de la civilización en
dominación, la libertad como justificación los que», según sus palabras, «se procura re-
de quienes en su nombre afirmaron y afirman pensar los caminos por los cuales los pueblos
sus intereses, justificando en nombre de la li- americanos llegaron a ser lo que son ahora, y
bertad crímenes en Asia, en África y en nuestra discernir las perspectivas de desarrollo que se
América. El liberalismo, paradójicamente, les abren». La primera parte del segundo de
como filosofía de la dominación. estos estudios seminales (Las Américas y la

127
civilización, 1969) está enteramente consagra- incluso en hombres mayores, como Martínez
da a «La civilización occidental y nosotros»: Estrada, y por supuesto en autores más jóvenes,
allí pasa revista a «las teorías del atraso y del enriqueciendo sus obras con la repercusión
progreso», y considera después «la expansión del acontecimiento histórico más trascendente
europea» y «la transfiguración cultural». Ri- ocurrido en nuestra América desde la primera
beiro propone para los pueblos extraeuropeos independencia. De hecho, tal acontecimiento
del mundo moderno, en general, una «tipología es el inicio de «la segunda independencia» re-
étnico-nacional» que distingue «cuatro grandes clamada por Martí setenta años antes de 1959.
configuraciones histórico-culturales»: Pueblos No en balde en 1953, al desencadenar el nuevo
Testimonios, Pueblos Nuevos, Pueblos Trasplan‑ proceso revolucionario, el propio Fidel Castro
tados y Pueblos Emergentes. Los tres primeros señalaba en José Martí a su autor intelectual.
aparecen representados en nuestra América, y Y como había ocurrido ya en los tiempos de la
en cierta forma corresponden a las zonas que primera independencia, cuando los dirigentes
ya habían sido señaladas como «Indoamérica», de la revolución armada, y sobre todo Bolívar,
«Afroamérica» y «Euroamérica»: México y Perú resultaban ser además los más agudos voceros
serían ejemplos de la primera; Brasil y Cuba, de de la ideología que animaba a esa acción, otra
la segunda; y Argentina y Uruguay, de la tercera. vez volvería a ocurrir algo similar al romper la
En partes sucesivas de su libro, Ribeiro estudia segunda independencia: hombres como Fidel
los caracteres y la manera de relacionarse con el Castro y Ernesto Che Guevara, a la vez que
mundo occidental de cada uno de esos «Pueblos» encabezarían la acción armada, serían los expo-
(esas zonas); y en la quinta y última parte, «Civi- sitores más cabales del pensamiento que crecía
lización y desarrollo», considera los «modelos de de consuno con aquella acción: ese pensamiento
desarrollo y patrones de atraso», para concluir: iba a fundir (de modo parecido a como haría para
su tierra Ho Chi Minh) la línea anticolonialista,
la revolución tecnológica supone para los nacional-revolucionaria (representada en nues-
pueblos subdesarrollados, como requisito tro caso por Martí), con el socialismo entrañado
básico, una revolución social interna y un con nuestra realidad, que no sería mero «calco
enfrentamiento decisivo en la órbita inter- y copia», sino esa «creación heroica» exigida y
nacional. Solamente por esta vía podrán avanzada por Mariátegui,36 y expresaría un pro-
arrancar de las manos de las clases dominan- ceso revolucionario ininterrumpido que llevaría
tes internas y de sus asociados extranjeros, a la etapa socialista. Ello tenía que incidir, desde
igualmente comprometidos con un atraso luego –y de modo fundamental–, en la distinta
que les ha sido altamente lucrativo, los ins- manera de relacionarnos con el mundo. Cuando
trumentos de poder para la formulación del aún la revolución no había entrado en su etapa
orden social. socialista, pero ya habían sido tomadas medidas
radicales y liberadoras que la anunciaban, el
Tales pensadores llegarían a sentir el im-
pacto de la Revolución Cubana, que influirá 36 José Carlos Mariátegui: ob. cit. en nota 34, p. 249.

128
periódico más consistentemente reaccionario del de la memorable carta última a Manuel Mercado
país deploraba en un editorial: «Cuba pertenece de José Martí, la Declaración se pregunta:
a la cultura occidental, y tenemos la seguridad
de que su pueblo no desea renunciar a ella».37 ¿Qué es la historia de Cuba sino la historia
El pueblo cubano, por supuesto, renunció go- de América Latina? ¿Y qué es la historia de
zosamente no a la «cultura occidental» (lo que América Latina sino la historia de Asia, Áfri-
hay allí de «cultura», críticamente recibida, es ca y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos
irrenunciable), sino a la explotación a que duran- esos pueblos sino la historia de la explotación
te más de cuatro siglos lo sometiera el llamado más despiadada y cruel del imperialismo en
mundo occidental; y no para integrarse en un el mundo entero?
presunto mundo oriental, sino para arribar a la
sociedad posoccidental, ecuménica, que anun- Y después de abordar «las circunstancias
ciaron Marx y Engels y comenzó a realizar la históricas que permitieron a ciertos países
Revolución de Octubre; a la sociedad socialista europeos y a los Estados Unidos de Nortea-
mundial destinada a cancelar en todo el planeta mérica un alto nivel de desarrollo industrial
la prehistoria de la humanidad. [que] los situó en posición de poder someter a
Aunque numerosos textos individuales de su dominio y explotación al resto del mundo»,
dirigentes y otros intelectuales revolucionarios proclama: «Cuba y América Latina forman
cubanos dan fe de las ideas que acompañan esa parte del mundo. Nuestros problemas forman
primera inserción de nuestra América en la historia parte de los problemas que se engendran de la
mayor, los más relevantes de esos textos son por crisis general del imperialismo y la lucha de los
lo general productos de una elaboración colectiva pueblos subyugados: el choque entre el mundo
(«el genio», había anunciado Martí en 1882, «va que nace y el mundo que muere». En esa lucha,
pasando de individual a colectivo»): baste recor- nuestra América, que en su conjunto se liberó el
dar, por ejemplo, la Segunda Declaración de La pasado siglo del viejo colonialismo pero no de
Habana y el Informe Central al Primer Congreso la explotación, está llamada a tareas especiales:
del Partido Comunista de Cuba, que Fidel Castro
diera a conocer en 1962 y 1975 respectivamente. Con lo grande que fue la epopeya de la indepen-
El primero de esos documentos ofrece a los dencia de América Latina, con lo heroica que
pueblos latinoamericanos una visión verdadera fue aquella lucha, a la generación de latinoa-
de su historia, y un programa de lucha para la ob- mericanos de hoy les ha tocado una epopeya
tención de la segunda independencia, fresca aún mayor y más decisiva todavía para la huma-
la hazaña de haber propinado al imperialismo nidad. Porque aquella lucha fue para librarse
yanqui, en Girón, su primera gran derrota militar del poder colonial español, de una España de-
en América, y apenas iniciada la construcción cadente, invadida por los ejércitos de Napoleón.
del socialismo en este Continente. Arrancando Hoy le toca la lucha de liberación frente a la
metrópoli imperial más poderosa del mundo,
37 Editorial del Diario de la Marina, 10 de mayo de 1960. frente a la fuerza más importante del sistema

129
imperialista mundial y para prestarle a la huma- Se ha repetido que nuestra época se caracteriza
nidad un servicio todavía más grande del que por ser el momento histórico de transición del
le prestaron nuestros antepasados. capitalismo al socialismo, período en el cual se
incrementan además las luchas por la liberación
Y con un aliento que fue el de Bolívar, que nacional de los pueblos como parte del proceso
fue el de Martí, en los instantes ígneos de nuestra de liquidación de los vestigios del colonialismo y
historia: de la presencia neocolonial que el imperialismo
ha determinado en vastas zonas de la tierra. // En
Esta epopeya que tenemos delante la van a los últimos años, el rasgo más distintivo de ese
escribir las masas hambrientas de indios, de tránsito lo ha sido la llamada distensión interna-
campesinos sin tierra, de obreros explotados, cional. Sin tomar en cuenta ese factor, no será
la van a escribir las masas progresistas; los posible comprender los cambios que tienen lugar
intelectuales honestos y brillantes que tanto en el ámbito de nuestra propia región continen-
abundan en nuestras sufridas tierras [...]. // tal. [...] Nuestro pueblo puede sentirse orgulloso
Y esa ola de estremecido rencor, de justicia de que en alguna medida ha contribuido a ese
reclamada, de derecho pisoteado que se em- retroceso histórico del imperialismo norteame-
pieza a levantar por entre las tierras de Lati- ricano al demostrar, a noventa millas de aquel,
noamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola que un pueblo pequeño, sin otra fuerza que su
irá creciendo cada día que pase [...]. // Porque decisión moral de resistir hasta la muerte misma,
esta gran humanidad ha dicho: «¡Basta!» y ha y la solidaridad del movimiento revolucionario
echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no internacional, era capaz de hacer frente a la
se detendrá hasta conquistar la verdadera in- embestida imperialista de la principal potencia
dependencia, por la que ya han muerto más de opresora en toda la historia de la humanidad.
una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los
que mueran, morirán como los de Cuba, los de Y abordando la situación de nuestra América
Playa Girón, morirán por su única, verdadera, trece años después de la Segunda Declaración
irrenunciable independencia. de La Habana:

El Informe, después de un panorama de la No está ahora la América Latina en vísperas


historia de Cuba («la última colonia de España, inmediatas de cambios globales que conduz-
y hoy [...] el primer país socialista de este he- can, como en Cuba, a súbitas transformaciones
misferio»), hace un balance de las luchas, las socialistas. Es claro que estas no son imposibles
victorias, las grandes realizaciones, e incluso en algunos de los países latinoamericanos. Pero
los errores –valientemente expuestos– de los lo que define las circunstancias de nuestra Amé-
diecisiete años iniciales de la primera revolución rica es sobre todo una conciencia generalizada,
socialista de América, así como plantea las metas no solo en su clase obrera y en los pueblos, sino
a alcanzar en el próximo quinquenio. Al ofrecer también en zonas decisivas de sus gobiernos,
un panorama de la situación mundial, expone: de que la contradicción de intereses entre la

130
América Latina en su conjunto y cada uno de empezaría a ser sobrepasado a partir de Octu-
nuestros países en particular con la política bre de 1917. A Occidente, pues, al capitalismo,
mantenida por el imperialismo norteamericano, se debe la primera mundialización del mundo
no puede resolverse por la vía de la entrega o la (realizada para su exclusivo provecho), que
conciliación, sino que requiere una resistencia describiría en 1848 el Manifiesto comunista.
conjunta que ya está en marcha. Sin embargo, cuantos quisieron preservar de
veras nuestro rostro, original y difícil, nuestra
Casi al concluir, el vasto Informe puede afirmar: contribución específica a la humanidad, contra
«Lo que ocurre aquí [en Cuba], como ayer ocurrió las formas variadas del colonialismo (es decir,
en el imperio de los zares y en tantos otros pueblos contra la empobrecedora sumisión al mundo oc-
de la tierra, es símbolo del futuro del mundo». cidental), se vieron obligados siempre a enfatizar
En documentos como estos, nuestra América se nuestra otredad: «Nosotros somos un pequeño
piensa a sí misma, y piensa al mundo, por vez pri- género humano», escribió insuperablemente
mera, desde una perspectiva realmente universal. Bolívar en 1815. Pero el hombre en cuyo pensa-
El precoz latinoamericano Inca Garcilaso de la miento alcanzó incandescencia esta certidumbre
Vega, al preguntarse en el siglo xvii «si el mundo de la realidad distinta de nuestra América, José
es uno solo o si hay muchos mundos», se había Martí, también expresó: «Patria es humanidad»;
respondido «que no hay más que un mundo».38 y supo avizorar, más allá de sus tiempos «de
Occidente se encargó de demostrarlo, llegando, renquiciamiento y remolde», «cómo se viene en-
en busca de riquezas, a todos los rincones, y cima, amasado por los trabajadores, un universo
convirtiendo a las tierras más alejadas en partes nuevo». Con la Revolución Cubana ha dado sus
de un mismo sistema, el capitalista, que solo primeros pasos en nuestra América ese universo
nuevo, donde «Occidente» y «Oriente» acabarán
38 Inca Garcilaso de la Vega: Comentarios reales de los
por no ser más que antiguos puntos cardinales
Incas, ed. al cuidado de Ángel Rosemblat, pról. de en la aventura planetaria (y ya incluso extrapla-
Ricardo Rojas, t. I, Buenos Aires, 1943, pp. 11-12. netaria) del ser humano total. c

131
JOSÉ LUIS DÍAZ-GRANADOS

P
rofundamente conmovido, adolorido hasta siglos xx y xxi, quien aunaba las más desco-
las dimensiones más profundas del corazón, llantes virtudes humanísticas de José Martí y de
los acompaño en este momento de absoluta Fidel Castro, las cuales materializó sabiamente
tristeza e inmensa desolación, por la muerte del en la continuación de la magna obra de Haydee
insigne maestro de maestros Roberto Fernández Santamaría en la magistral gestión cultural de
Retamar, poeta, ensayista y polígrafo excepcio- ese portentoso edificio de creación y sabiduría
nal, hombre de su tiempo, hijo y hermano de que se llama Casa de las Américas.
la epopeya revolucionaria más notable de los Paz en su tumba.

ALEXIS DÍAZ PIMIENTA

Roberto, el hombre

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 133-146


de los grandes abrazos

H
a muerto Roberto Fernández Retamar, muerto un poeta –un señor– que cuando yo era
el poeta, el sabio, el profesor, el amigo, muy joven imponía un respeto que paralizaba, y
el hombre de los grandes abrazos (una que, cuando yo ya no era tan joven imponía una
palabra inventada por él: «a brazos», porque así cercanía que desentumecía, todo él hecho un lla-
te asaltaba y no había escapatoria); ha muerto el mado directo a la complicidad literaria y humana.
hombre de la sonrisa franca y la risa contagiosa, Ha muerto Retamar, para muchos. Roberto, para
el de las boinas y la perilla inconfundibles, el de los más cercanos. Fernández, para los lectores
habla reposada, el eterno marido de la eterna Ade- de uno de sus mejores poemas. Ha muerto viejo,
laida, el padre de Laidi, su continuidad, el autor de como deben morir los grandes poetas. Viejo y
Caliban y de «Felices los normales» y de «Con apoyado en un bastón. Viejo y delgado y pecoso
las mismas manos» y de «¿Y Fernández?»; ha y con boina. Con boina y con sonrisa. Siempre.

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Yo no recuerdo, con exactitud, la primera vez fue Roberto quien lo propuso. Pero no importa si
que conversé con él, que compartimos, pero la no fue: la Casa era «su casa». Y él estaba allí, él
sonrisa estaba siempre. ¿Cuando fui jurado de estuvo allí todo el tiempo. Y durante las intensas
novela del Premio Casa de las Américas, en 2002? jornadas del Premio compartimos, claro, y nos
¿Tan tarde? No lo recuerdo, pero pudo ser. Y me hicimos amigos de verdad, y conversamos sobre
sorprendió la cercanía de un autor tan distante, literatura, y nos reímos mucho. Roberto Fernán-
porque la maestría crea distancias sicológicas a dez Retamar era un hombre que se reía mucho.
veces insalvables. Ah, ya recuerdo. La primera Y bien. Con todos los dientes, con los brazos.
vez que compartí con Roberto, él no lo supo. Luego vinieron otras complicidades, inol-
Fue en 1986. Yo tenía veinte años –tierna y fértil vidables para mí, literarias, políticas, humanas,
edad para los descubrimientos– y me encontré ¡hasta repentísticas! En mi larga carrera como
a Roberto Fernández Retamar vestido de azul, repentista, y habiendo improvisado cientos de
rectangular y paginado, y sin decirle nada lo miles de décimas, más de un millón seguro, en
acompañé a visitar a un viejo conocido suyo, que más de cuarenta países y durante más de cuarenta
yo no conocía por entonces. Era Borges. Jorge años, les puedo asegurar que pocas veces he visto
Luis Borges. En Cuba, mi generación poética a alguien disfrutar mis improvisaciones tanto, tan
descubrió a Borges en aquel libro azul editado de verdad, como a Roberto y su Adelaida insepa-
por Casa de las Américas con impecable prólogo rable, una noche de copas y charlas en una casona
de Roberto Fernández Retamar. Y yo fui uno de de El Vedado. No recuerdo qué celebrábamos.
los tantos jovenzuelos que, más nerviosos que fe- El caso es que tras el ágape habitual, copa en mano,
lices, entramos con Roberto en la casa de Borges yo me puse a improvisar décimas, y Roberto y Ade-
aquel año, y compartimos con ellos aquella taza laida estaban allí, en la primera mesa, delante de mis
de café que aún no se enfría. Borges. Jorge Luis ojos. Y de mis versos. Y aquella su cara de niño
Borges, el argentino universal. Yo conocí a Bor- feliz y sorprendido era un poema mayor que
ges con Roberto, a través de Roberto, gracias a los poemas que yo improvisaba. Y sus aplausos
él, por él. Y me cambió el concepto de literatura. estruendosos. Y sus carcajadas ante mis golpes de
Luego, cuando ya Borges era mi amigo ingenio, unas veces; ante mis hallazgos poéticos,
más odiado, Roberto siguió siendo un amigo otras. Y él contagiaba a su Adelaida, claro, la sabia
querido, pero desconocido. Seguramente hasta contenida. Y al resto de los comensales devenidos
aquel año 2002 en el que yo fui jurado de no- oyentes, todos contagiados y con caras de niños
vela, en el Premio Casa de las Américas. «¿De felices por culpa de Roberto. Y aquella noche sus
novela?», me dije. «¿Yo, el repentista?», me abrazos fueron abrazos de camisa de fuerza, de
pregunté, acostumbrado como estoy a ser víctima esos que duran hasta hoy. No sé si fue entonces
de las etiquetas. Pero sí, los directivos del Premio que le regalé mi libro Teoría de la improvisación
Casa de las Américas se habían leído mi novela poética. Pudo ser. Yo quería impresionar al maes-
Prisionero del agua (1998), tal vez también tro, que viera a todos los Alexis que hay en mí.
Maldita danza (2000) y habían decidido que yo El caso es que varias veces después se refirió
fuera jurado. Me ilusiona mucho imaginar que a mi libro con asombroso entusiasmo, siendo él

134
el ensayista que era, sorprendido. Y yo, feliz, comunicarme que yo había sido el ganador del
claro. Tanto, que poco tiempo después, en 2004, Premio Casa de las Américas 2019, en el género
me atreví a pedirle que prologara mi libro de Literatura Infantil y Juvenil, con mi libro Piel de
décimas Confesiones de una mano zurda, Premio Noche. ¡Imagínense! ¡Mi regreso a la Casa y otra
Cucalambé del año 2003. Y así, sin pensarlo, vez a través de Roberto! (Es curioso: he pasado
aceptó. Y así, como quien no quiere las cosas, de llamarle Retamar, como todos, a llamarle
un humilde poeta joven habanero, y además, Roberto, como pocos; debe ser la influencia de
repentista, tuvo un prólogo de Roberto Fernán- Ernesto Sierra, tan cercano a él, su editor, alumno
dez Retamar en un libro de décimas. Casi nada. y amigo, quien es ahora mi vecino en Sevilla;
Uno de los prólogos más hermosos y sinceros pero puede ser también la confianza que da tanta
de los que me han escrito. Generoso en elogios, correspondencia). Y quedamos en vernos cuando
escrito con maestría y con distancia. Retamar. yo fuera a recoger el premio y a la feria del libro.
Roberto. El poeta. El ensayista. El profesor. El Pero no pude verlo. Me llamó, me citó para un
amigo. Luego supe –me lo contó él– que Roberto encuentro en la sede de la Uneac, pero no pude
tenía un libro titulado Concierto para la mano ir, no recuerdo por qué: qué triste miércoles.
izquierda y que él también era zurdo. Y sonreí, Y luego, desde la misma Casa de las Américas
solamente. Esas fractalidades de la literatura, yo lo llamé, pero tampoco pude hablar con él:
pensé. Y en los últimos años nos vimos varias estaba enfermo. Roberto estaba enfermo. Viejo
veces más, siempre en encuentros cortos y afa- y enfermo. Roberto y Retamar y Fernández y el
bles, de cariño literario y humano. Una vez en su autor de Caliban y el viudo de Adelaida y el pa-
casa real, acompañado de sus dos Adelaidas, la dre de Laidi. Mi amigo Roberto estaba enfermo.
grande, la pequeña; otras veces en su otra casa, El prototipo del poeta intelectual, tan elegante
la Casa grande, la de todos. Y siempre estuvo en su esbeltez, tan poeta en sus andares por la
atento, risueño, con cara de sabio. vida. No me perdono no haber ido a su cita, que

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 135


Mi última relación con Roberto fue por co- hubiera sido, ya ven, nuestro último encuentro.
rrespondencia. Me escribió, hace unos meses, a Me quedo, eso sí, con unas ganas enormes de
través de nuestro amigo común, Ernesto Sierra, sentir un abrazo real, de los suyos, con ganas de
para pedirme poemas para la revista Casa, en un acercarme «a brazos» para, con estos mismos
correo lleno de frases tan generosas con mi obra brazos de hacer tantas cosas, hacer lo único que
y mi persona que da pudor citarlo. Me pareció me pide hoy el cuerpo: abrazar yo también a su
increíble. El mismísimo Fernández Retamar hija Laidi, la escritora, la médico, la cronista, la
me pedía poemas para la revista Casa (¡a mí, amiga distante. Un abrazo que dure hasta que la
al repentista!, ¡poemas, no décimas!). Y por ahí vejez nos haga andar a nosotros con paso retama-
deben andar ahora, en el último número de la rino por las calles, ahora vacías, de El Vedado.
revista, aquel manojo de poemas que le envié vía En fin, ha muerto Roberto Fernández Retamar
correo electrónico. Su último mensaje fue para y llevo toda la mañana releyéndolo.

135
ARIEL DORFMAN

E
stamos desolados con la noticia del deceso Estamos en medio del delirio de la mudanza a
de Roberto, queridos amigos. Una pérdida una casa mucho más chica (y algunos problemas
tan inmensa como su corazón y su mente y no deseados de salud), así que no puedo escribir
su sonrisa y su poesía. como lo quisiera, pero no podía dejar de man-
Justo ayer me acordé de él al empacar unos darles este dolor compartido.
libros y encontré varios dedicados a Angélica Y agregamos un abrazo fuerte, de esos que
y a mí. daba y que, en la memoria, sigue dando Roberto.

PAUL ESTRADE Y MOUNY ESTRADE

T
riste y profundamente impactados, saluda- periodista y poeta ha de quedar para siempre en
mos respetuosamente la memoria imperece- las letras cubanas y latinoamericanas como la
dera de nuestro Roberto, querido compañero excepcional encarnación de la labor cultural de la
y amigo nuestro desde decenios. Con él se ha ido, Revolución, por su firmeza y su sensibilidad, su
bien cumplida su tarea, un hombre de vastísima inteligencia y su agudeza, su audacia y su apertura,
cultura y de elevado sentido de las responsabili- la flexibilidad y la riqueza de su escritura. Noso-
dades del intelectual comprometido con el pueblo tros, que tuvimos el privilegio de poder enseñarle
de su tierra y su Continente. Actor incansable y en nuestro jardín de Orléans, para asombro suyo,
portavoz acertado de la Casa de las Américas, unas retamas en flor, deseamos que le acompañe
tanto de la revista homónima, como de la institu- en su último viaje un ramo de nuestro silvestre
ción, aquel inmenso pensador crítico, ensayista, pero siempre vivo retamar.

136
LAIDI FERNÁNDEZ DE JUAN

De muchos

H
ace ocho días murió, y aún no han trans- precisaba, ayudaron a que el tránsito hacia el
currido veinticuatro horas desde que destino final de mi padre fuera menos difícil.
deposité sus cenizas en el mar, el 27 de Mencionar sus nombres sería indelicado: ellos
julio, justo el día en que mis padres se compro- y ellas saben, y quizá no les sea grato que yo
metieron para toda la vida, hace casi setenta haga notoria la constancia de sus participacio-
años, coincidiendo con la fecha de cumpleaños nes. No obstante, siento el deber moral de decir
de mi madre. Luego del impacto de ver cómo que no estuve sola, que mi padre fue mimado por
besaba mi mano, y acto seguido dejaba de respi- amistades tan antiguas como él mismo, atendido
rar después de acompañarlo como mejor se podía por médicos que acudieron a mi llamado sin im-
durante sus últimos meses (me había advertido: portar horarios ni dificultades, por mis hermanas
«tendrás el privilegio de verme morir»), y de y hermanos de afecto, que me soportaron hasta
dejarme un sinfín de instrucciones para su último el minuto final, cuando las fuerzas amenaza-
libro, trabajando hasta el instante final con el ban con flaquear. Hubo quien vino con potes
rigor y la meticulosidad que lo caracterizaron, de helado, una colega se encargaba de hacerle
comenzaron a llegar por diferentes vías inconta- flanes deliciosos, otros se aparecían de pronto
bles muestras de condolencias. Con el egoísmo con barras de chocolate, llegaron licores leja-
de una madre («todavía era mi padre, pero ya se nos, medicamentos cubanos y provenientes de
estaba convirtiendo en mi hijo»), me atribuí el ultramar, regalaron jugos envasados, ungüentos,
dolor para mí sola. parches, esencias revitalizadoras, un libro suyo
Fue con el lento pasar del tiempo que empecé editado en España, los más recientes números de
a sospechar que el hombre que nos abandonaba la revista Casa (ambos traídos directamente del
de este lado de la luna, no era mío, ni de sus tres aeropuerto a su lecho): muchos amigos coopera-
nietos, ni de su yerno, ni del hermano que queda ron con asombrosa celeridad, para darle el últi-
vivo, sino de muchísimos más. Antes de explicar mo gusto al poeta, para que se fuera sabiéndose
este sentimiento de compartir dolores, debo querido, respetado. Amado hasta la empuñadura,
hacer pública mi gratitud a todas las personas sintió que nos dejaba, exigiéndonos cumplir la
que de una forma u otra, con apoyo sentimental que fuera premisa fundamental de su existencia:
o cosas prácticas, con palabras de aliento o trabajar. Me dictó cartas, me hizo prometerle
satisfaciendo hasta el mínimo detalle que se que no descuidaría ningún detalle de su libro

137
que sabía póstumo, cuyo título le repetí muchas de las Américas, jóvenes, veteranos, recién
veces, para que estuviera seguro de mi enten- incorporados, fundadores, colegas todos tan
dimiento. «Alternativas de Ariel saldrá como desconsolados como yo, abrumados, tristísi-
quieres, papá, quédate tranquilo», le dije cada mos, supe que la congoja era... ¿cómo decirlo?
vez que me interrogaba, con solo mirarme. Sus compartida, multiplicada. Esos rostros refleja-
íntimos colaboradores se acercaban a su lecho, ban la intensidad de una pérdida tan irreparable
y si su aliento lo permitía, sostenían intensas como la que sentía yo, y solo entonces descubrí
charlas, que luego lo dejaban exhausto, pero que ellos y ellas habían perdido al mismo pa-
feliz. No hubo nunca una excusa, nadie intentó dre que dejaba de ser mío para ser de muchos.
eludir un pedido suyo: muy al contrario, todos Sentir los sollozos ajenos, la ira contenida, la
sus queridos colegas de siempre anhelaban venir hondura del navajazo que significa no poder
a nuestra casa, acompañarlo, abrazarlo. Nadie acudir a su siempre sabio consejo, ni volver a
quería dejarlo ir. No podíamos aceptar que el sentir la risa estruendosa, ni ver el lento caminar
hombre principesco y sabio, el jefe justísimo, el de un rey que se empeña en seguir yendo a sus
profesor, el poeta, el ensayista inmenso, estuvie- salones a pesar del peso excesivo de su corona,
ra extinguiéndose de a poco. A todos los fieles me fortaleció. De repente, empecé a ofrecer
que creyeron el milagro de la eternidad, pero que yo las condolencias. Esa multitud estaba tan
en el plano terrenal aportaron su amor concreto lastimada como yo, tan sin consuelo como yo,
desprendiéndose de tiempo y de materialidades tan profundamente herida como yo, por lo cual
innombrables: muchas gracias. mi condición privilegiada de hija biológica me
El dolor compartido en su máxima expre- compulsó a apaciguarla. Ya no sabíamos quién
sión lo comprobé cuando fuimos a echar al consolaba a quién, entre tantos besos, abrazos,
mar un polvo oscuro llamado ceniza, que sigo palmadas: ahí también radica la gran obra de un
creyendo imposible. No era «eso» mi padre, gran hombre. Todos somos sus hijos, todas sus
pero tampoco es exclusivamente mío el amor hermanas, todos colegas de trabajo, y de jugar,
suyo, ni el privilegio de haberlo tenido por un y de echar al aire lo que más nos enseñó: salvas
tiempo que querría eterno. Cuando vi junto a de porvenir. Lo recordaremos como pidió: «con
las olas de Malecón y G a sus exalumnos, a sus alegría», aunque violemos la otra parte de ese
amigos cantores, escritores, poetas, periodistas, verso («alguna vez»), porque, bien lo sabemos,
dramaturgos, actores, ensayistas e historiado- será siempre, siempre, siempre.
res, y sobre todo a sus compañeros de la Casa Julio, 2019.

138
FUNDACIÓN JUAN BOSCH

L
uego de un cordial saludo, desde la Funda- referente e inspiración para las actuales y futuras
ción Juan Bosch les externamos nuestras generaciones.
más sinceras condolencias a la Casa de las La Fundación Juan Bosch mantiene su com-
Américas ante la irreparable pérdida de Roberto promiso con la construcción y preservación del
Fernández Retamar. pensamiento político, moral y ético del profesor
Fernández Retamar es una gloria de la cultura Juan Bosch y de todos los ciudadanos y ciudadanas
cubana, amigo del profesor Juan Bosch y digno latinoamericanos y del mundo que dedican su vida
ejemplo de intelectual revolucionario compro- a luchar por los principios de igualdad, justicia
metido con las mejores causas, quien promovió social, paz y la defensa de los derechos humanos.
el discurso de la descolonización y batalló contra Muy atentamente,
todo tipo de discriminación y exclusión social.
Orgullo de toda la América Latina, es para no- Matías Bosch Carcuro
sotros importante preservar su legado, como 1er Vicepresidente Fundación Juan Bosch

MARIO GOLOBOFF

Roberto Fernández Retamar, poeta


y pensador*

D
urante la segunda mitad del siglo xx, hubo guías en la formación intelectual y literaria, y en
en la América Latina un puñado de inte- la crítica literaria de nuestra generación: el uru-
lectuales que oficiaron, de modo natural y guayo Ángel Rama, el peruano Antonio Cornejo
quizá no querido, como verdaderos maestros y Polar, los argentinos David Viñas y Noé Jitrik.
Sin duda, forma parte de este connotado grupo,
*Publicado en el diario Página/12, el 21 de julio de 2019. y en muy alto sitio, el poeta, crítico, pensador

139
cubano Roberto Fernández Retamar, que acaba «Antipoesía y poesía conversacional en América
de fallecer. Latina», y que tiene mucho que ver con su propia
Él fue iluminando desde los primeros tiempos construcción poética. Es la charla dada en una
de la Revolución Cubana el camino de una crítica reunión que tuvo lugar en La Habana en 1968,
y de una concepción latinoamericana de nuestra publicada en un tomo que editó la Casa de las
cultura. Profusos y profundos trabajos que lle- Américas al año siguiente, titulado Panorama de
van su firma (entre los que ha sido fundamental la actual literatura latinoamericana, un ciclo
aunque no única la presencia del libro Caliban y organizado por el Centro de Investigaciones
otros ensayos) fueron postulando la posibilidad, Literarias de la Casa y en el que participaron,
si no de un aislamiento impensable o de una entre otros, José María Arguedas, Max Aub,
originalidad soberbia, la de una independencia René Depestre, José Revueltas, Rodolfo Walsh,
cultural y una autonomía, siempre conflictivas, Jorge Zalamea.
siempre discutidas, siempre relativas, pero irre- Describe, allí, la poesía hispanoamericana
nunciables, necesarias. Acordes con las necesida- después de los cincuenta como embarcada en las
des que, en otros campos, políticos, económicos, corrientes de la llamada antipoesía (cuyo mayor
sociales, se han ido manifestando a lo largo de epígono sería Nicanor Parra) y, sucediéndola,
estos años. Venía, además, Fernández Retamar de una manera casi generacional, la poesía con-
de una formación particularmente vasta, hetero- versacional (cuya figura central sería Ernesto
génea y rica en la que intervinieron la filosofía, Cardenal), de la que señala características que se
el marxismo, el estructuralismo, las ciencias tienen como distintivas y, se interpreta, positivas:
literarias, la poética, la añeja profundidad de la la poesía conversacional no se autodefine, tiende
poderosa cultura cubana, José Martí (en cuya a ser grave aunque no solemne, pugna por afir-
vida y obra era un especialista), otros maestros marse en sus creencias, muchas veces políticas,
cubanos y latinoamericanos, la lectura constante otras religiosas; más que vuelta hacia el pasado,
e íntima de poetas de todas las épocas y de todas «es capaz de mirar el tiempo presente y de abrir-
las lenguas; lo que lo llevó a una militancia tem- se al porvenir»; «suele señalar la sorpresa o el
prana en el campo cultural, aún bastante antes de misterio de lo cotidiano»; más que encerrarse en
la Revolución. Ideas que parecen fundamentales fórmulas, se inclina «a abrirse a nuevas perspec-
de su pensamiento y que están expresadas en tivas». Y es, fundamentalmente, una poesía que
libros y en numerosos artículos publicados a lo no tiene inconvenientes en mezclar lo narrativo
largo de estos años son aquellas sobre las rela- con lo lírico, la prosa con el verso, sin prejuicio
ciones entre el poeta y la sociedad, la función del alguno por lo que siempre se llamó «prosaico»,
arte en esa sociedad, la función que cumplen los en una línea que, entre otros, desciende de T. S.
intelectuales en las sociedades latinoamericanas Eliot: «La poesía tiene tanto que aprender de la
y en la cubana socialista, el papel del poeta en prosa como de las demás poesías... Una inte-
la Revolución… racción entre prosa y verso, como la interacción
En lo más específico, que toca la tarea li- entre lenguaje y lenguaje, es una condición de
teraria, un trabajo ya clásico es aquel titulado vitalidad en literatura».

140
Pero fue, ciertamente, en la propia poesía don- Así, su obra poética propiamente dicha exhibe
de expresó sus sentimientos y pensamientos más una lírica racional y reflexiva, para nada des-
profundos y que van a quedar. Poco después de provista de afectividad, aunque insistentemente
los ya definitivos días en que la guerrilla triun- conceptual, dedicada en cada caso al desarrollo
fante entraba en La Habana, lo primero que se de una idea. Creo que Fernández Retamar, a la
conoció de Fernández Retamar fue un poema, manera brechtiana, se propone no confundir al
«El otro», escrito, es probable, en medio de las lector entre el campo de la identificación y la
celebraciones y publicado aquí por un periódico alucinación y el de la realidad objetiva, y que en
de izquierda. «Nosotros, los sobrevivientes, / su poesía plantea implícitamente ese distancia-
¿A quiénes debemos la sobrevida? / ¿Quién se miento que quería el gran alemán (como también
murió por mí en la ergástula, / Quién recibió la lo quería, años antes, nuestro Macedonio Fer-
bala mía, / La para mí, en su corazón? / ¿Sobre nández), ese «extrañamiento», para que, con la
qué muerto estoy yo vivo...?». distancia de la escena, el lector pueda también
Aquel sentido nuevo y generoso de la «otre- pensar, alejado de la fascinación, en el mundo
dad» siempre será así en la poética de Fernández objetivo y en cómo modificarlo.
Retamar: el «otro» no es la figura borgiana (fi- Su obra es en los comienzos Elegía como
gura, por otra parte, genética y constitutiva de la un himno (1950), dedicada a Rubén Martínez
obra del argentino), la del doble dubitativo y que Villena (poeta y militante comunista, cuyo más
se hubiera querido ser o que se dice se hubiera notable libro es La pupila insomne, quien par-
querido ser. Tampoco es la sicoanalítica imagen ticipó en el derrocamiento del dictador Gerardo
en la que se busca sin descanso y sin hallazgo Machado y murió tuberculoso en 1934), y Pa‑
la radical identidad. Menos aún la del mito, que trias (1949-1951). También en los comienzos
algunos suponen inaugurado por el héroe-flor (Alabanzas, Conversaciones, 1951-1955), una
de la primavera cretense e introducido después poesía descriptiva, cuyos sujetos son la urbe, el
en la omnívora Grecia. Desde entonces, queda- barrio, sus tipos humanos, con un costado obrero
mos cautivos de esa voz poética, a la que por y popular en el que se inscribe, ya desde el primer
aquellos días de aislamiento seguíamos todo lo poema, desde el título «Palabra de mi pueblo».
que la poca entrada al país de material cubano Una poesía que evidentemente es heredera de la
podía permitir. Hasta qué punto este poema remoción de las vanguardias ante la modernidad,
atraviesa su obra toda, se comprueba cuando y de la inclusión, en el mundo y el lenguaje
relata, en un texto muy posterior, hablando de poéticos, de sus objetos, de sus ámbitos, de sus
sus afinidades con poetas argentinos y de Paco trabajadores, sus medios de transporte, su tec-
Urondo: «Y un día, quizá en su último poema, nología recién incorporada. Y de sus problemas
/ Conversó conmigo por aquellos versos sobre tan contemporáneos.
los hombres de transición, / Seguramente sin En Aquellas poesías (1955-1958), la voz poéti-
saber que tales versos a su vez / Eran resultado ca se afirma, se hace más punzante e irónica, con
y parte de una conversación inconclusa que poemas de simulados tono e intención clásicos,
tuve con el Che...». excelentemente transcriptos («Epidauros», por

141
ejemplo), aunque todavía busca el mito poético amor colectivos, la subsunción del sentimiento
que solo encontrará años después, cuando se en- individual del amor en el social o la correspon-
carne, al modo de los surrealistas, con las grandes dencia y los vasos comunicantes entre ambos, a
transformaciones políticas, económicas, socia- los que aspiraron tantos poetas contemporáneos,
les, culturales, que se producirán en su país. Es pero pocos lo lograron, como Paul Éluard, como
lo que comenzará a plasmarse en Sí a la Revolu- Nazim Hikmet, como Juan Gelman, como el
ción (1958-1962). Que empieza, justamente, con propio Fernández Retamar, con acierto, con
el mencionado poema, «El otro», al que siguen ironía, con fineza, como se ve en «Idiomas, ve-
más textos de encarnación en el sueño colectivo, lámenes, espumas» o en «Madrigal»: «Había la
como muestra ese verso en el que el amor se pequeña burguesía, / La burguesía compradora,
funde en los trabajos que emprende la comu- / Los latifundistas, / El proletariado, / El cam‑
nidad: «Con las mismas manos de acariciarte pesinado, / Otras clases, / Y tú, / Toda temblor,
estoy construyendo una escuela». Es, también, el toda ilusión». Cuaderno paralelo es de 1970. Y
momento de la reconstrucción heroica: «El ama‑ Circunstancia de poesía reúne textos de 1971 a
necer de los mejores domingos nos ve marchar / 1974, con esa vuelta de la frase que en tiempos
Cantando hacia las siembras, hacia las piedras europeos quería ser comprometida. En Juana
que van a hacerse escuelas» («A quien pueda y otros poemas personales, de 1975-1979, hay
interesar»). Y que se corona con el «Epitafio de uno dedicado a Francisco (Paco) Urondo, que
un invasor»: «Tu bisabuelo cabalgó por Texas, / se titula «Paco» y que entre otras cosas dice,
Violó mexicanas trigueñas y robó caballos…» y dolorosa y ciertamente: «Ahora tu verdadera
«Hoy sirve(s) de abono a las ceibas». historia es el porvenir», y también está el poema
En Cortesía, como Reyes (1953-1965) aparece ya célebre «¿Y Fernández?», hermosos, dolidos
la idea, o se expresa concientemente, de la vincu- y comprensivos versos sobre su padre. En Hacia
lación estrecha entre la voz poética y la realidad: la nueva, de 1980-1989, destaco, por afinidad,
«Cada día creo más en la poesía de circunstan- por gusto, «A mi amada» (el poema para su hija,
cia». Es un libro dedicado a amigos y poetas, que hoy: Laidi Fernández de Juan, que parte como
se inicia con una afectuosa despedida a nuestro médica solidaria a Zambia). Aquí, de 1990-1999,
honesto y desgarrado intelectual Ezequiel Mar- contiene el poema excelente que da título al
tínez Estrada y a su mujer, Agustina Morriconi. libro, en el que habla sobre Bertolt Brecht, a
En Buena suerte viviendo (1962-1965), leemos, quien vinculo con el autor. Y figura también
entre otros, «Un hombre y una mujer», un poema «Otro poema conjetural», que no podría haber
«In memoriam Ezequiel Martínez Estrada» y escrito nadie que no conociera profundamente,
«Usted tenía razón, Tallet…». En Que veremos como él, a Jorge Luis Borges, su escritura y los
arder (1966-1969) es donde empieza a darse, me múltiples significados.
parece, la más feliz conjunción entre todo lo que Se trata, pues, de una obra poética construida
venía creciendo en su poética: la mirada hacia alrededor de ideas muy claras, muy forjadas,
el otro, el compromiso con las transformaciones muy concientes, que se tienen sobre el mundo,
y los horizontes de la sociedad, el afecto y el la sociedad, el papel del individuo en la historia,

142
la función del arte y de la literatura en una so- tos dedicados a don Ezequiel Martínez Estrada,
ciedad socialista, la poesía y la propia poética. Julio Cortázar, Rodolfo Walsh, Haroldo Conti,
Es una poesía, además, que se siente formando Francisco (Paco) Urondo, Juan Gelman y tantos
parte de su obra total. Diría, no un acto aparte más, el libro Fervor de la Argentina: Antología
sino el comportamiento diferente de una vasta personal (Buenos Aires, Ediciones del Sol,
y versátil escritura. 1993), con notas, cartas y poemas dedicados a
Por lo mucho que conocía y sabía Roberto los nombrados y también a Jorge Luis Borges,
Fernández Retamar de nuestro país, de nuestra María Rosa Oliver, H. Murena, César Fernández
gente y de nuestra idiosincrasia, de nuestra ma- Moreno y otros. Por todo eso creo que el lector
nera de ser y de pensar, de nuestros estilos; no argentino no puede desconocer la obra de Ro-
solo por los amigos que tuvo y que aquí tiene; berto Fernández Retamar. No solo porque era
no solo porque era uno de los latinoamericanos auténticamente latinoamericano, primordial y
que más y mejor conocían nuestra literatura enraizadamente cubano, y fraternal y afectuo-
desde dentro, sino, esencialmente, por lo mucho samente argentino, sino también porque es un
que nos quería, dan testimonio numerosos tex- poeta mayor de nuestra América.

JULIO CÉSAR GUANCHE

H
ay pensadores que son una época, y es caminos y sostener el peso de una tradición, que,
preciso estudiarlos como historia de las como todas, debe ser actualizada en diálogo con
ideas, pero los pensadores clásicos rear- las ideas producidas en cualquier latitud, desde
man su vigencia más allá de su hora. Roberto la autenticidad descolonizada y la autonomía
Fernández Retamar es un clásico del pensa- revolucionaria del pensamiento crítico.
miento latinoamericano y por ello es capaz de Que la tierra le sea leve, querido y admirado
soportar críticas, resistir elogios, sugerir nuevos Maestro.

143
SERGIO GUTIÉRREZ NEGRÓN

C
uando me dijeron que nos juntaríamos con De ahí en adelante seguiría encontrándome
Roberto Fernández Retamar en septiembre con el Caliban y sus revisiones cada tres o
de 2017, entre un huracán Irma que des- cuatro años, siempre en un contexto diferen-
truyó La Habana en la que nos encontrábamos te, siempre con una lectura distinta, siempre
y un huracán María que destrozó el Puerto Rico pensando a su autor muerto. Excepto el año
en el que no estábamos, yo pensé que hablaban pasado cuando, después de finalmente cono-
de otra persona, algún hijo o sobrino. Juraba que cerlo («Alguien llame a Silvio para que dé un
Fernández Retamar había muerto muchos años conciertito», «No, Retamar. Silvio no está en el
antes. Se lo dije a alguien y se rió pensando que país ahora mismo», «¿Están seguros? Llámenlo
era un chiste. La verdad que no. Lo pensaba bien a ver»), volví a leerlo con algunos estudiantes.
muerto, como por alguna razón suelo pensar a Fue una sensación extrañísima. Uno lleva
la gente que leí en la universidad y que hicieron tantos años invertido en la muerte del autor y
mella. Leí el «Caliban», sin mucho contexto, en de repente te das cuenta de que el libro tiene
la Iupi y fue ahí que me tropecé por primera vez pulso y que respira, y qué cosa rara la vida. El
con el llamado de repensar la historia desde otro asunto es que desde que me enteré anoche que
personaje, desde otra posición. Creo que fue el Fernández Retamar ahora sí está muerto, no he
primer texto que me hizo pensar, de cierta ma- dejado de escuchar el latido de su libro en mi
nera, el Caribe. No leería La tempestad aún, ni librero, haciendo vibrar el estante.
la de Shakespeare ni la de Césaire, pero sí vería (By the way, siempre he pensado que un apelli-
alguna película del sesenta y me aprendería las do como «Retamar» solo se puede dar en la vida;
famosas líneas de la lengua y la plaga roja. en la ficción siempre sonaría como too much).

144
EDUARDO HERAS LEÓN

L
aidi querida: recibí el Premio Nacional de Edición, o del honor
Pudiera intentar escribirte ahora, desde la que me hizo al pedirme que le presentara una
lejana Canadá, un largo mensaje, donde antología de su obra poética en la Feria de Gua-
compartiera contigo el dolor de la pérdida que dalajara, hasta los últimos mensajes que le envié y
me ha estrujado el corazón, que me hiciera par- que tú conoces, donde le explicaba, parafraseando
tícipe de tu dolor que no puede compararse con a Martí, que no siempre a seres humanos como él
ninguno, porque es tan devastador que es capaz podríamos ofrecerle solo la ingratitud probable de
de dejar sin vida la imagen de una criatura tan los hombres, porque en su caso esa ingratitud se
extraordinaria como Roberto. Pero hoy me siento volvía homenaje de gratitud a su vida y a su obra,
incapaz, porque todavía no puedo o no quiero y en el último, pidiéndole prestada la frase a don
admitir que ya no lo tenemos, que lo hemos Alfonso Reyes a propósito de Martí, lo calificaba
perdido para siempre. Ya sé que queda su obra de «supremo varón literario».
y ese es el único consuelo que nos conforta, Entonces, mitigado el dolor de esta pérdida,
aunque preferiría verlo sonriendo como siempre, estoy seguro de que podremos recordar cómo
impartiendo una clase, o recitando con su voz fue, cómo nunca se irá de nuestras conversa-
grave y emocionada el poema «¿Y Fernández?». ciones, que siempre su sabiduría intelectual
  Volveré a escribirte, mi entrañable Laidi, y enriquecía, y podremos darnos perfecta cuenta
entonces podré hablarte de nuestros encuentros de cómo al referirnos a él la palabra Maestro
desde la primera vez que lo vi, recitando sus poe- nunca fue tan merecidamente empleada.
mas, presentado por Lezama; de sus palabras más Un abrazo, querida Laidi, nunca vamos a
que elogiosas de mi trabajo como editor el día que olvidarlo. Él lo sabe. 

145
SYLVIA IPARRAGUIRRE

C
on gran consternación y tristeza recibo la exacto, para mencionar su partida, que sus pro-
noticia de la muerte de nuestro querido y pias palabras sobre Haydee Santamaría: «Pero
admirado Roberto Fernández Retamar, un desde ahora somos más pobres».
nombre y una presencia que nos ha acompañado Con un enorme abrazo a su familia, a la gente
a lo largo de décadas con su palabra, su pensa- querida de la Casa de las Américas, que conti-
miento, su coherencia ideológica, su obra como nuará su tarea, y a todos los amigos cubanos.
poeta, ensayista y editor. Nada más justo, más

ANDREA JEFTANOVIC

I
magino que llegan y llegan mensajes por la por la Bahía de Cienfuegos cuando tuve el lujo
muerte de Roberto Fernández Retamar, el de asistir como jurado del certamen literario de
capitán de esa poderosa nave que es la Casa vuestra Casa.
de las Américas. Así lo recuerdo a él cuando nos Un hombre así no muere y dejó mapa de na-
acompañó en la embarcación que dio la vuelta vegación para que nadie pierda el timón.
 

146
147
ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

Juana*
«porque va borrando el agua
lo que va dictando el fuego».
Sor Juana Inés de la Cruz

Nada ha borrado el agua, Juana, de lo que fue dictando el fuego.


Han pasado los años y los siglos, y por aquí están todavía tus ojos
Ávidos, rigurosos y dulces como un puñado de estrellas,
Contemplando la danza que hace el trompo en la harina,
Y sobre todo la tristeza que humea en el corazón del hombre
Cuya inteligencia es un bosque incendiado.
Lo que querías saber, todavía queremos saberlo,
Y ponemos el ramo de nuestro estupor
Ante la pirámide solar y lunar de tu alma
Como un homenaje a la niña que podía dialogar con los ancianos de ayer
/ y de mañana
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 148

Y cuyo trino de plata alza aún su espiral


Entre besos escritos y oscuridades cegadoras.

En tu tierra sin mar, ¿qué podría el agua


Contra tu devorante alfabeto de llamas?
De noche, hasta mi cama de sueños, va a escribir en mi pecho,
Y sus letras, donde vienes desnuda, rehacen tu nombre sin cesar.

Nada ha borrado el agua, Juana: el fuego


Quema aún como entonces –hace años, hace siglos. c

* Publicado en Casa de las Américas, No. 100, enero-febrero de 1977, p. 172.

148
Aquiles*
O cupabas casi el mismo espacio y varios gestos de Víctor Manuel.
Bastaba oírte, verte reír una vez para comprender que necesitabas
/ hacerlo así,
Porque tenías esa irredimible tristeza del niño al que un auto reluciente le
/ ha aplastado ante los ojos su pequeño gato,
Y los años siguen pasando, pero los huesecitos no se levantan del corazón
Que conoció aquella mañana la espantosa injusticia del mundo.

Aquiles podría parecer un nombre demasiado marcial o demasiado rígido


/ para ti,
Pero eso solo lo creería quien no recordara (o no hubiera sabido nunca)
/ cómo el griego feroz lloraba inconsolable por el amor y la
/ amistad perdidos.
A mí me era más fácil comprender qué bien se avenían tu nombre y tú,
Porque una vez regalé a mi novia un caballito de unas cuantas pulgadas,
/ negro, lustroso, y con la crin erguida, blanca,
Un caballito gallardo como un personaje de Corazón,

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 149-150


Que se llamaba, naturalmente, Aquiles.

Te recuerdo en la noche de la Isla de Pinos, junto al mar,


Hablándome de tu María, con quien una tarde (que ya no existe) íbamos a
/ estar juntos,
Y evocándome los veleros como grandes gaviotas que hace un siglo
/ llevaban el helado a Venezuela, saltando de isla en isla,
Mientras Cecilio Acosta, rodeado de infolios, anunciaba su inminente
/ llegada con una larga pluma gris de ave;
O atravesando al mediodía, camino de la casa de Soto, el laberinto de tu
/ Caracas de violentas plantas sepultadas,
Probablemente en el mismo auto donde unos meses después te iba a
/ buscar la muerte,

* Publicado en Casa de las Américas, No. 100, enero-febrero de 1977, p. 173.

149
Que ya estaba en el asiento de atrás, alerta, y era ese silencio que no
/ oímos en la conversación,
Ese relámpago que no llegamos a ver en el cristal.

Adiós, amigo de las cosas verdaderas, antiguas y realmente nuevas,


Como las flores, las revoluciones, los humildes, los héroes, la belleza, las
/ lágrimas;
Adiós, felicidad de los niños, biógrafo de las muñecas de trapo, hermano
/ que nos hacías reír y llorar:
Por ti queremos más a Venezuela, a nuestras tierras,
A Martí, que comprendiste, a Cuba, que defendiste como un hijo amoroso,
/ a nosotros mismos
Donde sigues estando cuando suspiramos y atardece
Y llega con las nubes un pueblo de jardines rapidísimos
Por los que cruzas montado en la bicicleta de humo de tu padre, esa
/ soberana cabalgadura en la que vas
Como el jinete victorioso, azul e inmortal de los cuentos. c

Con Julio Cortázar, 1980

150
¿Y Fernández?*
A los otros Karamazov

Ahora entra aquí él, para mi propia sorpresa.


Yo fui su hijo preferido, y estoy seguro de que mis hermanos,
Que saben que fue así, no tomarán a mal que yo lo afirme.
De todas maneras, su preferencia fue por lo menos equitativa.
A Manolo, de niño, le dijo señalándome a mí
(Me parece ver la mesa de mármol del café Los Castellanos
Donde estábamos sentados, y las sillas de madera oscura,
Y el bar al fondo, con el gran espejo, y el botellerío
Como ahora solo encuentro de tiempo en tiempo en películas viejas):
«Tu hermano saca las mejores notas, pero el más inteligente eres tú».
Después, tiempo después, le dijo, siempre señalándome a mí:
«Tu hermano escribe las poesías, pero tú eres el poeta».
En ambos casos tenía razón, desde luego,
Pero qué manera tan rara de preferir.

No lo mató el hígado (había bebido tanto: pero fue su hermano Pedro

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 151-154


/ quien enfermó del hígado),
Sino el pulmón, donde el cáncer le creció dicen que por haber fumado
/ sin reposo.
Y la verdad es que apenas puedo recordarlo sin un cigarro en los dedos
/ que se le volvieron amarillentos,
Los largos dedos en la mano que ahora es la mano mía.
Incluso en el hospital, moribundo, rogaba que le encendieran un cigarro.
Solo un momento. Solo por un momento.
Y se lo encendíamos. Ya daba igual.

Su principal amante tenía nombre de heroína shakesperiana,


Aquel nombre que no se podía pronunciar en mi casa.

* Publicado en Casa de las Américas, No. 115, julio-agosto de 1979, pp. 93-96.

151
Pero ahí terminaba (según creo) el parentesco con el Bardo.
En cualquier caso, su verdadera mujer (no su esposa, ni desde luego
/ su señora)
Fue mi madre. Cuando ella salió de la anestesia,
Después de la operación de la que moriría,
No era él, sino yo quien estaba a su lado.
Pero ella, apenas abrió los ojos, preguntó con la lengua pastosa:
/ «¿Y Fernández?»
Ya no recuerdo qué le dije. Fui al teléfono más próximo y lo llamé.
Él, que había tenido valor para todo, no lo tuvo para separarse de ella
Ni para esperar a que se terminara aquella operación.
Estaba en la casa, solo, seguramente dando esos largos paseos de una punta
/ a otra
Que yo me conozco bien, porque yo los doy; seguramente
Buscando con mano temblorosa algo de beber, registrando
A ver si daba con la pequeña pistola de cachas de nácar que mamá le
/ escondió, y de todas maneras
Nunca la hubiera usado para eso.
Le dije que mamá había salido bien, que había preguntado por él, que viniera.
Llegó azorado, rápido y despacio. Todavía era mi padre, pero al mismo tiempo
Ya se había ido convirtiendo en mi hijo.

Mamá murió poco después, la valiente heroína.


Y él comenzó a morirse como el personaje shakesperiano que sí fue.
Como un raro, un viejo, un conmovedor Romeo de provincia
(Pero también Romeo fue un provinciano).
Para aquel trueno, toda la vida perdió sentido. Su novia
De la casa de huéspedes ya no existía, aquella trigueñita
A la que asustaba caminando por el alero cuando el ciclón del 26;
La muchacha con la que pasó la luna de miel en un hotelito de Belascoaín,
Y ella tembló y lo besó y le dio hijos
Sin perder el pudor del primer día;
Con la que se les murió el mayor de ellos, «el niño» para siempre,
Cuando la huelga de médicos del 34;
La que estudió con él las oposiciones, y cuyo cabello negrísimo se cubrió
/ de canas,
Pero no el corazón, que se encendía contra las injusticias,
Contra Machado, contra Batista; la que saludó la Revolución

152
Con ojos encendidos y puros, y bajó a la tierra
Envuelta en la bandera cubana de su escuelita del Cerro, la escuelita
/ pública de hembras
Pareja a la de varones en la que su hermano Alfonso era condiscípulo
/ de Rubén Martínez Villena;
La que no fumaba ni bebía ni era glamorosa ni parecía una estrella de cine,
Porque era una estrella de verdad;
La que, mientras lavaba en el lavadero de piedra,
Hacía una enorme espuma, y poemas y canciones que improvisaba
Llenando a sus hijos de una rara mezcla de admiración y de orgullo, y
/ también de vergüenza,
Porque las demás mamás que ellos conocían no eran así
(Ellos ignoraban aún que toda madre es como ninguna, que toda madre,
Según dijo Martí, debiera llamarse maravilla).
Y aquel trueno empezó a apagarse como una vela.
Se quedaba sentado en la sala de la casa que se había vuelto enorme.
Las jaulas de pájaros estaban vacías. Las matas del patio se fueron secando.
Los periódicos y las revistas se amontonaban. Los libros se quedaban sin leer.
A veces hablaba con nosotros, sus hijos,
Y nos contaba algo de sus modestas aventuras,
Como si no fuéramos sus hijos, sino esos amigotes suyos
Que ya no existían, y con quienes se reunía a beber, a conspirar, a recitar,
En cafés y bares que ya no existían tampoco.

En vísperas de su muerte, leí al fin El Conde de Montecristo, junto al mar,


Y pensaba que lo leía con los ojos de él,
En el comedor del sombrío colegio de curas
Donde consumió su infancia de huérfano, sin más alegría
Que leer libros como ese, que tanto me comentó.
Así quiso ser él fuera del cautiverio: justiciero (más que vengativo) y gallardo.
Con algunas riquezas (que no tuvo, porque fue honrado como un rayo de sol,
E incluso se hizo famoso porque renunció una vez a un cargo cuando
/ supo que había que robar en él).
Con algunos amores (que sí tuvo, afortunadamente, aunque no siempre
/ le resultaran bien al fin).
Rebelde, pintoresco y retórico como el conde, o quizá mejor
Como un mosquetero. No sé. Vivió la literatura, como vivió las ideas,
/ las palabras,

153
Con una autenticidad que sobrecoge.
Y fue valiente, muy valiente, frente a policías y ladrones,
Frente a hipócritas y falsarios y asesinos.
Casi en las últimas horas, me pidió que le secase el sudor de la cara.
Tomé la toalla y lo hice, pero entonces vi
Que le estaba secando las lágrimas. Él no me dijo nada.
Tenía un dolor insoportable y se estaba muriendo. Pero el conde
Solo me pidió, gallardo mosquetero de ochenta o noventa libras,
Que por favor le secase el sudor de la cara. c

Con Adelaida, 1979

154
Ahora, en Managua*
E n el Museo del Segundo Frente, entre las montañas orientales,
Hay un sombrero de alas grandes como el de Sandino, que usó Guiteras,
/ imantado
Más que por la leyenda, por la verdad
De aquel pequeño gigante (como él) de otras montañas.
A Sandino lo asesinaron el 34.
A Guiteras, al año siguiente.
De Guiteras oí hablar con frecuencia cuando niño:
Vi en casa su retrato, con el rostro ceñudo.
Pero tardé algo antes de oír hablar de Sandino.
Primero que por él, supe de su patria
Por el poeta cuyos versos, que a mis quince años
Me parecían una audaz trizadura de palabras,
Leía en Santa Fe, junto al mar: en esa playa de pobres
Entró en mi alma lo que él llamaba su Nicaragua natal,
Sus volcanes, el Momotombo, entre
Princesas y palacios livianos como las nubes sobre el mar,

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 155-156


Las páginas miniadas de azul, y en ellas
El inolvidable soneto a Venus, que para mí ascendía en el aire oscuro
Como seguramente la vio el poeta una noche de verano similar a aquella,
/ a aquellas.

Después fue Sandino,


Fue el descubrimiento de otra hermosura, diferente y sin embargo
Tan la misma, tan la otra parte
De un rostro, de una verdad.
Ya podía leer entendiéndolo sobre el buey que el poeta vio en su niñez
/ echando vaho,
Y por supuesto sus bellísimos versos irritados
Donde el pobre echó a los cisnes a pelear la pelea

* Publicado en Casa de las Américas, No. 117, noviembre-diciembre de 1979, pp, 155-156.

155
Que solo podían vencer los hombres puros en las montañas,
Los muchachos y las muchachas de ternura y violencia en las ciudades.

Ahora, en Managua, los he visto, las he visto.


Son veinte años atrás, son cincuenta años atrás,
Son un siglo adelante.
Muchachas y muchachos vestidos de verde olivo, con el pañuelo rojinegro,
Recorren las calles, custodian los edificios,
Suben y bajan en los ascensores, riendo,
Con armas que en sus manos son espigas, o flores.
Inventan en los batallones consignas
Que llenan el pecho de gratitud, los ojos de lágrimas.
Precisamente en este país esas palabras: el cariño para ese nombre
De la tierra que más amo. Al fondo
Los árboles, el lago, las montañas, la tarde azul
Donde pronto va a levantarse, temblando, la primera estrella de la noche,
La de aquel soneto leído junto al mar,
Que ahora ascenderá sobre una Nicaragua libre como la luz.

Managua, 18 de agosto de 1979 c

Con Ernesto Cardenal

156
Nosotros, los sobrevivientes
Que antes fue el título de una buena novela tuya,
Y antes aún un verso mío que tú generosamente
/ propagaste,
Ahora es de nuevo una desgarrada perplejidad
Ante tu última broma, tu desaparición
Que nos priva del elfo de pelo rojo de nuestras letras,
Del Cabeza de Zanahoria real, no el de Jules Renard
(¡Cómo te gustaban las citas verdaderas, y todavía más
las apócrifas,
Quizá anticipando sin saberlo este momento
En que no estamos seguros de si tu muerte es verdadera
/ o apócrifa!).

Se te veía caminar ligero, ocultando una cerbatana traviesa


Cuyos dardos no nos dejaban dormir ni despertar en paz.
Ya nos habías matado varias veces,
Y cada uno de nosotros conserva, con risa o perdonada
molestia,

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 157-158


El epitafio que nos tenías destinado.
El mío siempre me dio alegría, y no resisto la tentación
de evocarlo:
«Caminante: aquí yace Roberto
(Por supuesto, Fernández Retamar),
Caminante: ¿por qué temes pasar?
¡Te juro por mi madre que está muerto!».

Esperaba que ese epitafio, escrito en el fondo de una caja


de tabacos, lo echaran
En la bahía de La Habana, con mis cenizas dentro.
Pero el caso es que tú no asistirás a esa grotesca ceremonia,
La cual seguramente te hubiera provocado alguna nueva
/ cuchufleta.
* Publicado en Casa de las Américas, No. 152, septiembre-octubre de 1985, pp. 115-116

157
Te dije, cuando tu muerte parecía inconcebible, aunque
estabas enfermo,
Que un día comprendí, pensando en tus primeros y ya felices
/ poemas
(Algunos de los cuales tuve la dicha de publicar en Casa).
En escuelas militares y cortes de caña compartidos, en
/ discusiones y abrazos y viajes y llamadas,
Cómo formabas parte de mi vida; gnomo, flautista.
Y ahora resulta que en pleno florecimiento (los griegos
/ le llamaban acmé: buena cita, ¿eh?), te vas,
Y nos sorprendes, y nos estropeas la partida, y nos llenas
/ de lágrimas
Después de habernos llenado de carcajadas y esperanzas
/ y cumplimientos.

¿Verdad que vas a regresar? ¿No deben servir para eso


las quince mil vidas del caminante?
Solo te pedimos una más, y que la uses hasta el final,
Y pueda volver a decir: «Nogueras, Luis Rogelio»,
/ y en el fondo del aula
Se oiga otra vez una delicada sonrisa, y luego un silencio
/ punzó, y luego: «Presente».

7 de julio de 1985 c

Con Mario Benedetti

158
A mi amada*
E n el Día de los Enamorados, el domingo, he despedido a mi amada.
Subió al ómnibus de la mano de su compañero,
Que en la otra mano llevaba una guitarra remendada.
Se sentaron sonrientes en el primer asiento: ella ocultaba su tristeza con
/ un giro de sus bellos ojos,
Y él estaba ya proyectando aventuras, cacerías, veladas con música.
Los rodeaban nuevos amigos que aún ignoraban que lo eran:
Iban a empezar a conocerse en un largo viaje,
Cambiando de avión en Madrid, en Roma, hasta llegar a su destino,
Su destino de médicos durante dos años.
Fui a buscar una flor, o al menos una hoja de árbol,
Para dársela como hacía cuando ella regresaba cada domingo a su beca.
Pero el ómnibus empezó a ronronear, y tuve que regresar de prisa.
Mi amada había descendido y me esperaba en la calle.
Apenas nos abrazamos. No teníamos tiempo. Quizá tampoco teníamos
/ fuerza.
Regresó a su asiento. Movimos nuestras manos en el aire del mediodía.
Sé que lleva en su maletín dos dólares y unos centavos y una novela

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 159


/ alucinada.
Confío en que le duren los tres días del viaje.
Luego empezará su otra vida, su otra novela, de médica en África,
De médica en Zambia, adonde mi hija ha marchado,
En el Día de los Enamorados, de la mano de su gallardo compañero de
/ barba roja.

–Sé útil. Sé feliz. Este triste está orgulloso de ti.


Te espero siempre, amada.

La Habana, febrero de 1988 c

* Publicado en Casa de las Américas, No. 171, noviembre-diciembre de 1988, pp. 64-65

159
Caliban en esta hora
de nuestra América*

M
e complace comenzar agradeciendo la honrosa invi-
tación con «pie forzado», como dicen nuestros poetas
repentistas, que al señalarme el tema me ha obligado
a regresar al ensayo aludido en el título y a tratar de comple-
mentarlo de alguna manera.1 En este 1991 tal ensayo cumple
veinte años de haber visto la luz simultáneamente en Cuba y en
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 160-177

* Este trabajo fue leído en Mérida, Mé- México; después se iría a recorrer otros países y otras lenguas.
xico, el 8 de julio de 1991, como con- No me da alegría por él ni por mí, sino porque de esa mane-
ferencia inaugural del III Encuentro de
Investigadores del Caribe organizado
ra prestan algún servicio páginas que no tienen más valor, si
por la Facultad de Ciencias Antropoló-
gicas de la Universidad Autónoma de
Yucatán; y el 6 de septiembre de ese 1 Me atengo a lo que el título anuncia y el espacio permite. En otras ocasiones
mismo año en la Cátedra de la América he vuelto ya sobre el ensayo. Además de los que se recogen en este libro,
Latina y el Caribe de la Universidad de para el Simposio Internacional Caliban. Por una redefinición de la imagen
La Habana. En ambos casos, al invi- de América Latina en vísperas del 1992 (Universidad de Sassari, 15‑17 de
tarme, los respectivos organizadores noviembre de 1990), escribí «Casi veinte años después», que con los otros
me sugirieron el título aproximado, materiales del Simposio apareció en la revista Nuevo Texto Crítico (No.
y, en consecuencia, el contenido de la 9-10, de 1992). En la presente conferencia me valgo de algunos aspectos
conferencia. A eso alude la mención en de este último trabajo, así como de la ponencia «Rubén Darío en las mo-
las primeras líneas del «pie forzado». dernidades de nuestra América», presentada en el congreso Rubén Darío:
El texto se publicó por primera vez la tradición y el proceso de modernización (Universidad de Illinois, 5-7 de
en Casa de las Américas, No. 185, mayo de 1988), cuya versión original se publicó en Recreaciones. Ensayos
octubre-diciembre de 1991. [N. de sobre la obra de Rubén Darío [...], pról. y edic. de Ivan A. Schulman [...],
R.F.R.]. Hannover, Estados Unidos, 1992.

160
alguno, que el de haber invitado a contemplar temporal y de la otra), presentó de manera dis-
aspectos de nuestra América con los ojos que nos tinta, pero rindiéndole homenaje al Bardo que
dio el hombre mayor nacido en este Hemisferio, volvió a soñar el mundo? Si esa segunda imagen
el caribeño José Martí, cuya irradiación mundial ha logrado hacer ver algunas cosas (el vocablo
no ha hecho más que comenzar. De Martí son idea es en su origen, como se sabe bien, con-
las ideas cardinales de aquel trabajo, y también templación o visión), es porque tal es el destino
quiso serlo lo que podría llamarse la estrategia de toda imagen, con independencia de cualquier
de esas ideas. pretensión didáctica. Un compatriota y amigo de
A propósito del ensayo de Martí «Nuestra José Lezama Lima, a quien se debe uno de los
América», cuyo centenario estamos celebrando, más encarnizados acercamientos a la imago, creo
uno de los mejores estudiosos de aquel y poeta en que no necesita insistir mucho en este punto.
todo lo que hace, Cintio Vitier, señaló con su luz Con la perspectiva abierta por la Revolución
habitual la naturaleza y la función de las imágenes que tiene lugar en mi país desde 1959, y asumien-
martianas en ese texto, lo que en general es válido do e intentando desarrollar, como ya he dicho,
para el resto de su obra. Tales imágenes no son el ideario del orientador constante de esa revo-
nunca en él ornamentos ni volutas: es cierto que lución, José Martí, empecé a escribir Caliban en
tienen una innegable raíz poética, pero por eso un momento difícil para Cuba, y por tanto para
mismo en ellas está «líquida y difusa», para usar mí, al terminar de vivir mis cuarenta años, y, tras
palabras unamunianas,2 la captación profunda de algunos días y noches febriles, le di término con
la realidad, el pensamiento, término con el que cuarenta y uno. Si el tiempo transcurrido desde
quiero rendir homenaje a José Gaos,3 de Martí. entonces, en lo estrechamente personal, me ha
¿Y qué es Caliban sino una imagen, una llevado a ser un sexagenario, ello carece de im-
imagen que forjó el deslumbrante poeta Shakes- portancia. Lo importante es cómo ha cambiado
peare, y otro poeta, a mucha distancia (espacial, el mundo desde 1971, y qué es menester añadir
hoy para la más útil lectura de ese texto y de
otros que son su compañía.
2 «Nuestra filosofía, la filosofía española [y mutatis mu‑ En 1971 estaba aún fresca la acogida interna-
tandis la de nuestra América], está líquida y difusa en cional recibida por la narrativa latinoamericana,
nuestra literatura, en nuestra vida, en nuestra mística,
en representación de una cultura viviente. En
sobre todo, y no en sistemas filosóficos». Miguel de
Unamuno: Del sentimiento trágico de la vida en los aquella ocasión propuse ir señalando algunas de
hombres y en los pueblos, 10ma.ed., Buenos Aires, 1952, las fechas que jalonaban el advenimiento de esa
p. 244. Énfasis de R.F.R. cultura: la última de esas fechas era 1970, con el
3 De los varios e importantes trabajos de Gaos sobre inicio del gobierno en Chile del socialista Salva-
nuestro «pensamiento» quiero nombrar en especial dor Allende. Si ahora retomamos, para ponerla
su memorable Antología del pensamiento de lengua al día, esa enumeración, el resultado en general
española en la Edad Contemporánea, México, 1945.
Por cierto que, aunque discípulo de Ortega y Gasset, en
no puede sino ser, por decir lo menos, preocu-
su concepción del «pensamiento» quizá Gaos esté más pante. Su continuación se abre, precisamente,
cerca de Unamuno que de Ortega. con el derrocamiento del gobierno de la Unidad

161
Popular en Chile y la muerte heroica del presi- pero frágiles aperturas democráticas (las más
dente Allende, en 1973. Y si bien en 1979 llegan recientes de las cuales son la del propio Chile,
al poder regímenes revolucionarios en Granada donde el general Pinochet conserva el supremo
y Nicaragua, cuatro años después, decapitado el mando militar, y la de Haití, donde una enorme
primero de esos regímenes con el asesinato de mayoría popular llevó al Padre Aristide a encabe-
Maurice Bishop, los Estados Unidos invaden zar un gobierno que empezó a ser acosado desde
la minúscula Granada, obteniendo una victoria antes de la toma del poder), esto ocurre cuando
vergonzosa y reabriendo el capítulo nunca cerra- una onerosa e impagable deuda externa abruma
do del todo de su política de las cañoneras y del a nuestros pueblos y multiplica la exportación
Gran Garrote. Nicaragua, por su parte, sufriría de sus capitales en países ya muy lastimados por
una guerra sucia impuesta, con total desprecio un creciente intercambio desigual.
de las leyes internacionales, por el gobierno de Más allá de nuestras fronteras, la llegada al
los Estados Unidos, el cual además decretó un poder en los Estados Unidos, en 1981, de Reagan
embargo contra la nación centroamericana. Las y su equipo conservador implicó una política
decenas de millares de nicaragüenses muertos altamente agresiva para nuestros países, política
en dicha guerra y la gravísima situación econó- explicitada en el Programa de Santa Fe (y su
mica provocada por el estrangulamiento del país segunda formulación) y que prosigue, incre-
harían que el Frente Sandinista de Liberación mentada, hasta nuestros días. En el texto poco
Nacional perdiera las elecciones en febrero entusiasta «La transición cubana», aparecido en
de 1990, aunque lograra recibir el cuarenta por la revista mexicana Nexos en julio de 1991, su
ciento de los votos, lo que lo hace la principal autor, Francis Pisani, afirma:
fuerza política del país. Desde mediados de los
años setenta, Cuba dio pasos concretos para Algunos dirigentes del Tercer Mundo temen
institucionalizar su Revolución, incluyendo –y el artículo [publicado en abril de este año,
un plebiscito en el cual el pueblo aprobó por con un «amenazador título», por la revista
inmensa mayoría la nueva constitución, de ca- Time] demuestra que no les faltan motivos–
rácter socialista; y en 1986 inició un proceso aún que el Nuevo Orden Mundial no sea más que
en marcha de rectificación de errores, siempre el último seudónimo de la vieja pax america‑
buscando formas y soluciones propias que ga- na cuyos gastos pagan los latinoamericanos
rantizaran la genuinidad de un acontecimiento desde la doctrina Monroe de 1823 y de la que,
histórico de repercusión y horizonte mundiales hasta este día, [la] Cuba [revolucionaria] es la
pero nacido de las entrañas del país y de nues- única excepción [54].
tra América. En diciembre de 1989 los Estados
Unidos invadieron de nuevo otra república lati- Muy avanzada la década del ochenta, la
noamericana: esta vez la de Panamá, valiéndose Unión Soviética desencadenó una serie de
de una excusa falaz. Y aunque en varios países transformaciones conocidas como perestroika.
del Continente se conocieron, después de san- Por la repercusión de esta, y por otras razones,
grientas dictaduras militares, esperanzadoras el llamado campo socialista o «socialismo real»

162
desapareció en la Europa del Este, embarcándose dad inaceptable de que el gobierno de ese país
casi todos los países que lo integraban en un se atreviera a invadir Kuwait como el gobierno
tránsito hacia lo que se ha nombrado simétri- de los Estados Unidos había invadido Panamá,
camente «el capitalismo real». Han dejado de en este último caso impunemente, muestra con
existir no el socialismo sino versiones deformes descarnado cinismo cuáles son las actuales re-
de él, y además el mundo bipolar nacido a raíz glas del juego en el plano internacional. Por lo
de la Segunda Guerra Mundial.4 Nos encontra- pronto, una nueva y enérgica derechización del
mos en un mundo unipolar,5 donde los Estados mundo no puede menos que repercutir en nuestro
Unidos (que ya Martí había considerado «una Continente, lo que se pone de manifiesto en va-
república imperial», «la Roma americana»)6 son rios terrenos, incluyendo desde luego el político
más arrogantes y agresivos que nunca, aunque pero también el estrictamente cultural, que con
tengan aliados que defienden, y defenderán cada frecuencia se traslapan.8
vez más, intereses propios entre los otros países Razones universitarias me llevaron a volver a
capitalistas desarrollados.7 Las consecuencias consultar no hace mucho algunos de los libros que
de ese cuadro para la América Latina y el fueron leídos con avidez en la década del sesenta,
Caribe disgregados son sin duda alarmantes. década que ahora tantos quisieran borrar. Varios tí-
La reciente y espantosa guerra de destrucción tulos me llamaron la atención en particular: así, El
contra Iraq, desencadenada por el hecho en ver- saqueo del Tercer Mundo (1965), de Pierre Jalée,
y Países ricos, países pobres. La brecha que se
4 Ver «Stability and Change in a Bipolar World, 1943‑1980», ensancha (1965), de L.J. Zimmerman. El saqueo
en Paul Kennedy: The Rise and Fall of the Great Powers. del Tercer Mundo enunciado entonces ha alcan-
Economic Changes and Military Conflicts from 1500 to zado niveles descomunales, y en consecuencia
2000, Nueva York, 1987.
lo mismo ha ocurrido con la brecha que se en-
5 En su discurso de 7 de diciembre de 1989 Fidel Castro
mencionó el fin del mundo bipolar y la existencia de un
sancha. Los países capitalistas desarrollados, que
mundo unipolar. en 1968 propuse llamar «subdesarrollantes»,9
6 «En el fiel de América están las Antillas, que serían, si son más ricos que nunca, y los países subdesarro-
esclavas, mero pontón de una república imperial contra llados por aquellos, cada vez más pobres. A esto
el mundo celoso y superior que se prepara ya a negarle el se corresponde una fanfarrona y mistificadora
poder –mero fortín de la Roma americana [...]». J.M.: «El
tercer año del Partido Revolucionario Cubano. El alma de
la Revolución, y el deber de Cuba en América» [1894], en 8 Ver Alain Finkielkraut: La nueva derecha norteamericana.
O. C., III, p.142. Énfasis de R.F.R. (La Revancha y la Utopía), trad. de Joaquín Jordá, Bar-
7 Sobre este punto es importante conocer el criterio realista celona, 1982; y Varios: Tiempos conservadores. América
y agudo de Martí, quien escribió en uno de sus cuadernos Latina en la derechización de Occidente, Quito, 1987.
de apuntes, refiriéndose a nuestra América: «mientras 9 R.F.R.: «Ensayo de otro mundo», en Ensayo de otro
llegamos a ser bastante fuertes para defendernos por mundo, La Habana, 1967; y «Responsabilidad de los
nosotros mismos, nuestra salvación, y la garantía intelectuales de los países subdesarrollantes», en Casa
de nuestra independencia, están en el equilibrio de de las Américas, No. 47, marzo-abril de 1968. Ambos
potencias extranjeras rivales». J.M.: O. C., XXII. se publicaron también en Ensayo de otro mundo, 2a.
Fragmentos [1885‑1895], p. 116. ed., aumentada, Santiago de Chile, 1969.

163
ideología antipopular que quizá solo pueda artículo que publicara en 1952 en el semanario
compararse con la que acompañó al ascenso del France Observateur.11 Según me explicó, él
fascismo en la primera mitad de este siglo. Parte estableció allí un paralelo con los estamentos de
de la izquierda se encuentra perpleja tanto ante la Francia del xviii: el Primer Mundo equivalía
los hechos como ante las ideas propagadas al para él a la nobleza, y correspondía a los países
calor de esos hechos. Ello implica para nosotros capitalistas desarrollados; el Segundo Mundo, el
(pienso ahora particularmente en quienes en la alto clero, lo encarnaba la Unión Soviética del
América Latina y el Caribe no nos resignaremos a aún vivo Stalin (horresco referens) acompañada
plegar nuestras banderas) profundizar en nuestras por los otros países del entonces llamado campo
convicciones, reconocer por supuesto errores, socialista europeo; y el Tercer Mundo, el Tercer
pero subrayando que no pocos de esos errores Estado,12 eran los países pobres, que ya se co-
no son nuestros, ahondar en el caudal de nuestro nocían como subdesarrollados,13 muchos de los
pensamiento genuino, y extraer lecciones de la cuales eran o habían sido hasta hacía relativa-
ardua y convulsa historia que hemos vivido. En mente poco colonias, y en conjunto albergaban
ningún orden podemos aceptar ser juzgados con (siguen albergando) a la inmensa mayoría de
la vara de medir propia de otras experiencias. los habitantes del planeta: las tres cuartas partes
En el discurso pronunciado al recibir en 1982 ahora; probablemente las cuatro quintas partes en
el Premio Nobel de Literatura, García Márquez
preguntó: «¿Por qué la originalidad que se nos 11 Ver «El inventor de “Tercer Mundo”» (sin firma de
admite sin reservas en la literatura se nos niega autor), en Casa de las Américas, No. 70, enero-febrero
con toda clase de suspicacias en nuestras tenta- de 1972, p. 188. Sobre el papel desempeñado por la
tivas tan difíciles de cambios sociales?».10 Hoy emergencia del Tercer Mundo en el pensamiento rebel-
más que nunca estamos obligados a permanecer de y revolucionario de los sesenta, ver de Fredric Ja-
meson: «Periodizing the 60s», en The 60s without Apo‑
fieles a nosotros mismos, a «nuestras tentativas logy, editado por Sohnya Sayries, Anders Stephanson,
tan difíciles de cambios sociales». Stanley Aronowitz y el propio Jameson, Minneapolis,
Caliban se escribió cuando la década del se- 1984, en particular «1. Third World Beginnings» y «6.
senta todavía echaba resplandores y hacía nacer In the Sierra Maestra». Este trabajo de F.J. se recoge
esperanzas que en considerable medida habían en su obra The Ideology of Theory. Essays 1971-1986,
vol. 1: Situations of Theory. Vol. 2: The Syntaxis of
sido alimentadas por la emergencia del Tercer History, prefacio de Neil Larsen, Minneapolis, 1988.
Mundo después de la Segunda Guerra Mundial. El trabajo en cuestión es el último del primer volumen.
Sabemos cuándo y cómo surgió la expresión 12 Ver Emmanuel Sieyès: Qu’est-ce que le Tiers Etat? [1789],
Tercer Mundo. Su creador, el demógrafo francés prefacio de Jean Tulard, París, 1982.
Alfred Sauvy, me comunicó en La Habana, 13 Se cree que entre 1944 y 1945 los técnicos de las
en 1971, que él la empleó por primera vez en un emergentes Naciones Unidas forjan la expresión «zona
económicamente subdesarrollada» para nombrar lo que
10 Gabriel García Márquez: «La soledad de América Lati- se había llamado «zonas coloniales o zonas atrasadas».
na» [1982], en La soledad de América Latina. Escritos Ver J.L. Zimmerman: Países pobres, países ricos. La
sobre arte y literatura, 1948-1984, sel. y pról. de Víctor brecha que se ensancha, trad. de F. González Aram-
Rodríguez Núñez, La Habana, 1990, p. 508. buro, México, D.F., 1966, p. 1.

164
el año 2000, es decir, dentro de menos de nueve indudablemente al nuevo Sur: el cual, es ocioso
años. Como sabemos, aquella expresión, que decirlo, tiene una connotación socioeconómica
hoy padece de tan mala prensa e inquieta a tantas antes que geográfica; razón por la cual países
malas conciencias, hizo rápida fortuna. Después como México, los de la América Central y las
de todo, el Tercer Estado, o parte de él, había Antillas, e incluso algunos de la América del
sido el beneficiario de la Revolución Francesa. Sur, situados al norte del Ecuador, son, al igual
Gobernantes, estudiosos, poetas asumieron con que los restantes de nuestra América (a pesar de
fervor la imagen, la denominación. Llegó a ser lo que algún que otro trasnochado pueda creer),
de buen tono para las personas más disímiles países del Sur, mientras, por ejemplo, la Repú-
ocuparse del Tercer Mundo. Pero ese mundo no blica de África del Sur, en el extremo meridio-
logró romper el círculo de fuego del subdesarro- nal de África, y Australia son países del nuevo
llo, siguió siendo saqueado por el Primer Mundo, Norte. A este nuevo Norte bien se le pueden
fue sumido aún más en la miseria y el marasmo, y aplicar los adjetivos que la víspera de morir en
perdió interés a los ojos de muchos, para quienes combate Martí, en carta inconclusa a su fraterno
apenas había sido motivo de devaneo intelectual. amigo mexicano Mercado, dedicó a los Estados
No obstante ello, la contradicción entre los países Unidos, al llamarlos «el Norte revuelto y brutal
subdesarrollantes y los países subdesarrollados que los desprecia»; 14 y si «los» correspondió
por aquellos no solo ha conservado sino que ha entonces solo a los países de nuestra América,
acrecentado su vigencia, y es hoy la contradic- ahora es evidente que abarca a todos las países
ción principal de la humanidad. del Sur. En este mismo año acaba de aparecer
Desde finales de la década pasada, la cual en México la versión en español del informe de
ha sido considerada «una década perdida» la Comisión del Sur, constituida oficialmente en
para nuestros países, se prefiere dar a aquella 1987 bajo la presidencia de Julius K. Nyerere.
contradicción el nombre de relación Norte‑Sur, El valioso informe tiene el título Desafío para
fórmula que parece que se mantendrá durante el Sur.15
cierto tiempo. Abogan en favor de este nuevo Voy a volver a ceñirme a nuestra América, y
nombramiento varios hechos, y señaladamente mencionar un tema que, como el nuevo sentido
dos: la corrosión que ha venido sufriendo el sin- de Sur, aunque se había esbozado antes encon-
tagma Tercer Mundo, y la evaporación de buena tró desarrollo sobre todo después de la primera
parte del que fue considerado Segundo Mundo: aparición de Caliban. Me refiero al concepto de
de hecho, salvo en la zona europea de la Unión modernidad entre nosotros: concepto que de
Soviética, ningún gobierno de Europa se propo- una u otra forma se relacionó con otro que se
ne ahora, así sea nominalmente, la construcción tenía por más consolidado: el de modernismo
del socialismo; y en el momento en que escri-
bo estas líneas, el destino de la propia Unión 14 J.M.: «Carta a Manuel Mercado de 18 de mayo de 1895»,
Soviética es bien incierto. Los países como en O. C., IV, 168.
China, Corea, Vietnam y Cuba, en los cuales 15 Comisión del Sur: Desafío para el Sur, México, D.F., 1991.
están vigentes proyectos socialistas, pertenecen El «desafío» se explicita en las pp. 33 y 34.

165
literario. Y aquí empiezan (o continúan) algunos dad (“calidad de moderno” según el diccionario
de nuestros problemas semánticos, pues lo que de la Real Academia Española)».18
en lengua castellana llamamos modernismo no ¿Es pues «modernismo», como aseguró De
se corresponde con lo que en los Estados Uni- Onís en 1953, «la busca de la modernidad»? ¿Y
dos, distintos países eslavos o el Brasil llaman esta última, a su vez, si hemos de dar crédito
así, y que en esos países significa lo que para a lo dicho por Max Henríquez Ureña en 1954,
nosotros es el vanguardismo. se contenta con ser lo que le asigna el diccio-
Al parecer, quien suscitó el contrapunto nario de la Academia: «calidad de moderno»?
fue Federico de Onís, cuando en su conocida No parece que hayamos avanzado mucho: y, sin
Antología de 1934 hablando de Martí dijo: embargo, ha entrado en nuestra liza un vocablo
«su modernidad apuntaba más lejos que la de destinado a dar guerra: modernidad, cuyas raíces,
los modernistas, y hoy es más válida y patente por cierto, son bien antiguas, pues se remontan a la
que entonces».16 Otros críticos asumirían tam- Edad Media, cuando aparece en latín la expresión
bién este punto de vista, y De Onís enumerará modernitas. Este término reaparecerá en francés a
años después a algunos de ellos: Augier, Iduarte, mediados del siglo xix, en la pluma de Baudelaire:
Lazo, Lida. Pero en el texto, de 1953, en que modernité, y de allí pasaría a otros idiomas.19
hará esa enumeración, De Onís añadió una recti- Alfonso Reyes, ante los adoradores de las
ficación capital: «Nuestro error», dijo entonces, etimologías, recordó que «nadie se pone a la
«está en la implicación de que haya diferencia sombra de una semilla, sino de un árbol».20 El
entre “modernismo” y “modernidad”, porque diálogo, sin duda útil, entre modernismo y mo-
modernismo es esencialmente, como adivina-
ron los que le pusieron ese nombre, la busca 18 Max Henríquez Ureña: Breve historia del modernismo,
de la modernidad».17 Al año siguiente, Max México, 1954, p. 156.
Henríquez Ureña, quien había escuchado a De 19 Adrian Marino: «Modernisme et modernité: quelques
précisions sémantiques», en Neohelicon, II, 3-4, Buda-
Onís exponer su importante rectificación (pues pest, 1974.
se hallaba presente en el llamado Congreso de
20 Alfonso Reyes: «Prólogo» a La ilíada de Homero,
escritores martianos, realizado en La Habana, traslado de Alfonso Reyes. Primera parte: Aquiles
donde aquella se hizo), escribió en su Breve his‑ agraviado, México, 1951, p. 7. Por su parte, Jorge
toria del modernismo: «Ya en 1888 el vocablo Luis Borges observó en «Sobre los clásicos»: «Escasas
[modernismo] era empleado por Rubén Darío disciplinas habrá de mayor interés que la etimología;
ello se debe a las imprevisibles transformaciones
en un sentido general, equivalente a moderni‑
del sentido primitivo de las palabras, a lo largo del
tiempo. Dadas tales transformaciones, muy poco nos
servirá para la aclaración de un concepto el origen de
16 Federico de Onís: «José Martí. 1853-1895», en Antología una palabra. Saber que cálculo, en latín, quiere decir
de la poesía española e hispanoamericana (1882-1932), piedrita [lo que es familiar a los médicos y a muchos
Madrid, 1934, p. 35. que padecen de cálculos biliares, renales o vesicales]
17 Federico de Onís: «Martí y el modernismo», Memoria y que los pitagóricos las usaron antes de la invención
del Congreso de escritores martianos (febrero 20 a 27 de los números, no nos permite dominar los arcanos
de 1953), La Habana, 1953, p. 436. del álgebra; saber que hipócrita era actor, y persona,

166
dernidad no puede ser un diálogo entre semillas, también la caracterización del “Modernismo” o
sino entre lo que históricamente han venido a de la “Modernidad”, con la que hoy se trata de
significar esos términos. Aunque, por otra parte, dilucidar la compleja literatura europea de fin de
cierta polisemia, aquí como en tantos casos, sea siglo, de la cual forman parte las letras hispanas
inevitable. En el libro particularmente amargo de esos dos o tres decenios».24 E Ivan A. Schul-
de Jean Chesneaux De la modernidad (1983), man, quien tituló significativamente su ponencia
que comienza diciendo que la modernidad es la «Modernismo/modernidad: metamorfosis de un
«palabra maestra de nuestra época»,21 para pasar concepto» (1977), añade: «El modernismo, pese
después a deplorar incansablemente aquello en a los enfoques exclusivamente historicistas, es
que ese concepto ha venido a encarnar (y que un fenómeno sociocultural multifacético, cuya
parece ser más bien la norteamericanización y cronología rebasa los límites de su vida creadora
banalización del mundo en la segunda posguerra más intensa, fundiéndose con la modernidad en
de este siglo), se cita esta expresión de Michel un acto simbiótico y a la vez metamórfico».25
Leiris: «En este mundo odioso, en estos tiempos Si los criterios de Federico de Onís y de Max
cargados de horror, la modernidad se ha conver- Henríquez Ureña de cierta manera nos dejan en
tido en mierdonidad».22 un instante previo a la discusión contemporá-
Pero por amplia que sea la polisemia con que nea sobre los conceptos en cuestión, no ocurre
vamos a encontrarnos en lo adelante, nunca lle- igual con los criterios de Gutiérrez Girardot,
garemos al extremo de Leiris. Es más, trataré Schulman y Rama, quienes, no siempre de modo
de ceñirme a textos en que aquel diálogo entre coincidente, nos remiten a una discusión actual.
modernismo y modernidad tenga un sentido El meollo de esa discusión implica distinguir
que podamos seguir, lo que por supuesto no lo que es propio del modernismo y lo que es
significa que le demos siempre nuestro acuerdo. propio de la modernidad, y llegar a nociones
Tal diálogo, así considerado, está presente, por claras sobre ellos. A este respecto me parecen
ejemplo, en obras sobre el tema de Rafael Gutié- acertadas varias ideas de Rama. Por ejemplo,
rrez Girardot, Ivan A. Schulman y Ángel Rama. cuando postula en 1971:
Rafael Gutiérrez Girardot, en su peleador y
útil libro Modernismo (1983), que se propone El modernismo [...] es [...] el conjunto de
«situar las letras hispánicas de fin de siglo en el formas literarias que traducen las diferentes
contexto europeo»,23 afirma que tal libro «abarca maneras de la incorporación de la América La-
tina a la modernidad, concepción sociocultural
generada por la civilización industrial de la
máscara, no es un instrumento valioso para el estudio
de la ética». J.L.B.: Páginas escogidas, sel. y pról. de burguesía del xix, a la que fue asociada rápida
R.F.R., La Habana, Casa de las Américas, 1988, p. 240.
21 Jean Chesneaux: De la modernité, París, 1983, p. 5. 24 Ibíd., p. 8.
22 Ídem. 25 Ivan A. Schulman: «Modernismo/modernidad: metamor-
23 Rafael Gutiérrez Girardot: Modernismo, Barcelona, 1983, fosis de un concepto», en Varios: Nuevos asedios al mo‑
p. 7. dernismo, ed. de Ivan A. Schulman, Madrid, 1987, p. 11.

167
y violentamente nuestra América en el último América es el resultado de un proceso de moder-
tercio del siglo pasado, por la expansión eco- nización del capitalismo dependiente en la zona.
nómica y política de los imperios europeos a O, como dije hace quince años, «la modernidad
la que se suman los Estados Unidos.26 a la cual se abría entonces nuestra América era
una dolorosa realidad: entre [1880 y 1920] nues-
O cuando, pasando de la modernidad a la tros países son uncidos, como meras tierras de
modernización, que hace posible aquella, nos explotación, al mercado del capitalismo mono-
dice años después: polista».28 En consecuencia, no se trató ni remo-
tamente de un caso único, sino de un fenómeno
La modernización, como nunca debemos ol- planetario: entonces estaba en trance de ocurrir
vidarlo, no nace de una autónoma evolución el paso del capitalismo a su etapa imperialista.
interna sino de un reclamo externo, siendo Como ha escrito Gutiérrez Girardot, nuestras
por lo tanto un ejemplo de contacto de civili-
zaciones de distinto nivel, lo que es la norma «especificidades» que hasta ahora se han
del funcionamiento del continente desde la considerado como el único factor dominante
Conquista. Si bien fue un largo reclamo de las deben ser colocadas en el contexto histórico
culturas latinoamericanas (la capital obra de general de la expansión del capitalismo y de la
Sarmiento), solo comenzó a ser realidad cuan- sociedad burguesa, de la compleja red de «de-
do las demandas económicas de las metrópolis pendencias» entre los centros metropolitanos,
externas se intensifican tras la Guerra de Se- sus regiones provinciales y los países llamados
cesión en Estados Unidos y la franco‑prusiana periféricos. La comparación entre las literaturas
en Europa. Las apetencias internas y externas de los países metropolitanos y de los países pe-
se conjugaron óptimamente en ese momento, riféricos resultará provechosa solo si se tienen
aunque las segundas dispusieron de una po- en cuenta sus contextos sociales. De otro modo,
tencialidad incomparablemente mayor que las literaturas de los países periféricos seguirán
las primeras, las que a veces se confundían apareciendo como literaturas «dependientes»,
con una simple y quejosa reclamación de ese miméticas, es decir, incapaces de un proceso de
«orden y progreso» que concluiría siendo la definición y de formación original, incapaces de
divisa positiva del período.27 ser, simplemente, literaturas, expresión propia.
Esta, por lo demás, solo puede perfilarse en una
De acuerdo con lo anterior, lo que se ha dado relación de contraste y asimilación con las lite-
en llamar modernidad en relación con nuestra raturas o expresiones extrañas. Y, a su vez, este
contraste y asimilación solo son posibles cuando
26 Ángel Rama: «La dialéctica de la Modernidad en
las situaciones sociales son semejantes.29
José Martí» [1971], en Varios: Estudios martianos, 28 R.F.R.: «Para el perfil definitivo del hombre» [1976],
Universidad de Puerto Rico, 1974, p. 129. en Para el perfil definitivo del hombre, La Habana, 1981,
27 Ángel Rama: Las máscaras democráticas del moder‑ p. 522.
nismo, Montevideo, 1985, p. 32. 29 Rafael Gutiérrez Girardot: ob. cit. en nota 23, p. 25.

168
Los nuestros se hallan sin duda entre esos esa misma modernización que en lo estructural
«países llamados periféricos». Pero tal carácter, ha fracasado. Nuestra literatura, impulsada por
ostensible en lo económico y en lo político, al un afán de actualización y renovación a la vez
margen de los muchos matices que presenta de que deseosa de mostrar nuestro rostro auténtico
un país a otro y de un momento a otro, en forma (no tipicista), alcanzó audiencia mundial. Y es
alguna puede ser trasladado de modo mecánico innegable que el modernismo hispanoamericano
a nuestra literatura, a nuestras artes, a nuestro fue la expresión literaria de la entrada de nuestra
pensamiento: es sabido que parte de ellos tiene América en esa modernidad inevitablemente
jerarquía mayor. Como lo sintetizó José Emilio traumática.
Pacheco en 1982, «nuestras sociedades fracasa- La forma como el estremecimiento fue sentido
ron, nuestros poetas no».30 por nuestros mejores espíritus de entonces recorre
Cuando Pacheco afirma que «nuestras so- el conjunto de sus obras, y alcanzó desde los
ciedades fracasaron», entiendo que se refiere primeros momentos una formulación ya clásica
al fracaso de esa modernización que «no nace en el texto de José Martí «El Poema del Niága‑
de una autónoma evolución interna sino de un ra» (1882),31 con un fragmento del cual Ricardo
reclamo externo», según palabras de Rama, y, Gullón inicia la sección «Manifiestos modernis-
como se ha visto a lo largo de más de un siglo, no tas» de su antología El modernismo visto por
ha conducido a ninguno de nuestros países a un los modernistas.32 El tema, característico de la
desarrollo capitalista. Si bien en grados distintos, modernidad, de la «muerte de Dios» o la «secu-
todos ellos, con rara excepción, conservan nexos larización», para Gutiérrez Girardot «José Martí
de dependencia económica y política, y esas lo formuló no en su forma manifiesta, sino en su
aberraciones estructurales que aunque desagrade resultado»,33 en aquel texto, el cual para Garfield
la palabra no cabe más remedio que considerar y Schulman es «una especie de manifiesto sobre
características del subdesarrollo. la emergente modernidad americana», y aún
Pero aquellos rasgos deformantes no tienen más: «el ensayo‑manifiesto de la modernidad»,34
por qué traducirse de manera automática en la con lo que coincide Rama al llamarlo «texto
expresión artística de nuestros pueblos, la cual, que puede ser considerado el Manifiesto de la
además de las atendibles razones aducidas por modernidad en Hispanoamérica».35
Gutiérrez Girardot, suele disfrutar siempre de
un margen de autonomía de que en nuestro caso 31 J.M.: «El Poema del Niágara», en O. C., VII.
dará ejemplos sobrados. La acogida internacio- 32 El modernismo visto por los modernistas, introd. y sel.
de Ricardo Gullón, Barcelona, 1980.
nal que hace unas décadas recibió al fin nuestra
33 Rafael Gutiérrez Girardot: ob. cit. en nota 23, p. 76.
literatura, en especial nuestra narrativa, fue solo
En la p. 144 se llama a dicho texto de Martí «denso
una prueba de ello. Y hay que decir que, para- prólogo al poema “Al Niágara”».
dójicamente, tal hecho ha sido estimulado por 34 Evelyn Picon Garfield e Ivan A. Schulman: «Las
entrañas del vacío». Ensayos sobre la modernidad
30 José Emilio Pacheco: prólogo a Poesía modernista. hispanoamericana, México, 1984, pp. 56 y 80.
Una antología general, México, 1982, p. 1. 35 Ángel Rama: Las máscaras..., cit. en nota 27, p. 25.

169
Sin embargo, no es posible olvidar el carácter Ahora bien, todavía no se habían apagado
atípico de Martí entre los modernistas: no obstante (no se han apagado aún) los fuegos de la discu-
las muchas afinidades que conserva con ellos, él sión sobre nuestra modernidad, considerada en
no es fundamentalmente una criatura de letras: es su acepción corriente, cuando se cruzaron con
un hombre entregado a la redención de los hom- nuevos fuegos, provocados por la irrupción de
bres, y en vías de ininterrumpida radicalización otros conceptos que han conocido singular boga
política. Por lo pronto, «El Poema del Niágara», en los años inmediatos. Me refiero como es ob-
que tanto dice sobre la trepidación sufrida por los vio a lo que se ha llamado la posmodernidad y a
modernistas en su existencia, en sus creencias, en su familia, que recibieron bautizo en los países
su expresión ante el cataclismo que implicaba la occidentales durante la década del setenta, para
modernización que empezaban a vivir, es también designar una realidad visible en las letras y las
para Martí ocasión de hablar de esta artes (se dice) desde finales de los años cincuenta
y principios de los sesenta.37 También en este
época de elaboración y transformación es- caso el nombre prendió como una chispa en la
pléndidas [...] época en que las colinas se pradera seca, saltando de las letras y las artes a
están encimando a las montañas; en que las las más diversas zonas, incluso la política.38 Es
cumbres se van deshaciendo en llanuras; inevitable decir que, según es frecuente en casos
época ya cercana de la otra en que todas las así, los cuantiosos textos provocados alternan
llanuras serán cumbres. [...] Asístese como a entre la lucidez y la algarabía, entre la precisión
una descentralización de la inteligencia. [...] y la simple moda. (¿Acaso no hay quienes nos
El genio va pasando de individual a colectivo. aseguran que el posmodernismo ha muerto ayer
El hombre pierde en beneficio de los hombres. o anteayer a manos del neobarroco?).
Se diluyen, se expanden las cualidades de los En español, como es harto conocido, el término
privilegiados a la masa; lo que no placerá a posmodernismo, con sentido bien diferente, había
los privilegiados de alma baja, pero sí a los de sido empleado ya en su Antología de 1934 por Fe-
corazón gallardo y generoso [...].36 derico de Onís; 39 e incluso en 1916, en las primeras

Es difícil no pensar que la modernidad a 37 Ver por ejemplo Ihab Hassan: The Dismemberment of
Orpheus: Towards a Postmodern Literature, Nueva
que remite aquí Martí no es la misma que la que York, 1971; y Charles Jencks: The Language of Post-
produciría la modernización capitalista exógena. Modern Architecture, Nueva York, 1977. Ver en general
Esa otra modernidad avizorada por Martí es la The Anti-Aesthetic. Essays on Postmodern Culture,
que sería asumida por el proyecto de la actual editado por Hal Foster, Wáshington, 1983.
Revolución Cubana, pero aún no por otros pro- 38 Ver Universal Abandon? The Politics of Postmoder‑
yectos de nuestra América, los cuales explícita nism, ed. por Andrew Ross (para el colectivo de Social
Text), Minneapolis, 1989.
o implícitamente se atienen al que ha venido a
39 Federico de Onís: Antología..., cit. en nota 16, esp.
ser el sentido habitual de la modernidad. pp. xviii-xix y 621‑953. No deja de ser curioso el
desenfoque que supone que en su artículo «¿Qué es el
36 J.M.: «El Poema...», cit. en nota 31, 224 y 228. posmodernismo?» Charles Jencks diga: «Parece que

170
páginas de El Espectador, Ortega y Gasset había mercado, el estadio monopolista o imperialista,
rechazado con energía el siglo xix llamándolo «¡el y nuestro propio momento, al que erróneamen-
siglo de la modernidad...!», y proponiendo en lugar te se denomina posindustrial, pero para el cual
de esta lo que llamó no el posmodernismo, pero un nombre mejor podría ser el de capitalismo
sí el «inmodernismo». «Por mi parte,» concluyó multinacional. Este último, también llamado
glosando a Darío, «la suerte está echada. No soy capitalismo tardío o de consumo,
nada moderno; pero muy siglo xx».40
Estas páginas, esta conferencia no son la constituye [...] la forma más pura de capital
ocasión para detenernos en el tema. Quiero solo que haya surgido, una prodigiosa expansión
decir que me sigue pareciendo convincente el del capital hacia zonas que no habían sido
texto «El posmodernismo o la lógica cultural previamente convertidas en mercancías. De
del capitalismo tardío» (1984),41 de Fredric aquí que este capitalismo más puro de nues-
Jameson, quien acepta allí la tesis general de tros días elimine los enclaves de organización
Ernest Mandel en su libro Capitalismo tardío, precapitalista que hasta el momento había
donde señala que el capitalismo ha atravesado tolerado y explotado de manera tributaria: se
tres momentos fundamentales: el capitalismo de siente la tentación de mencionar en este sen-
tido una penetración y colonización nuevas e
el primero en usar el concepto [posmodernismo] fue históricamente originales de la Naturaleza y
el escritor español Federico de Onís en su Antología
de la poesía española e hispanoamericana (1934) el Inconciente: me refiero a la destrucción de
para describir una reacción surgida dentro del mo- la agricultura precapitalista del Tercer Mundo
dernismo [...]», en los Cuadernos del Norte, No. 43, a manos de la Revolución Verde, y al auge
julio-agosto de 1987, p. 2. Visiblemente, Jencks no ha de la industria de los medios masivos y de la
reparado en que las palabras castellanas modernismo propaganda comercial. De cualquier modo,
y posmodernismo implican conceptos distintos que las
palabras inglesas modernism y postmodernism. Es un habrá resultado evidente también que la perio-
punto sobre el que en varias ocasiones ha insistido, con dización cultural que he propuesto, a saber, en
razón, Octavio Paz. los estadíos del realismo, el modernismo y el
40 José Ortega y Gasset: «Nada “moderno” y muy posmodernismo, está a la vez inspirada y con-
“siglo xx”» [1916], en Obras completas, tomo II, firmada en el esquema tripartito de Mandel.42
El Espectador (1916- 1934), 2da. ed., Madrid, 1950,
pp. 23‑24.
Para nosotros, en nuestra América, se impone
41 Fredric Jameson: «El posmodernismo o la lógica cultural
del capitalismo tardío» [1984], en Casa de las Américas,
la pregunta de hasta qué punto esta discusión
No. 155-156, marzo-junio de 1986. Ver también de este nos atañe. Indudablemente no puede sernos muy
autor «La política de la teoría. Posiciones ideológicas en estimulante que digamos leer en las primeras
el debate sobre el postmodernismo» [1984], en Criterios. líneas del libro programático de Jean-François
Estudios de Teoría Literaria, Estética y Culturología, Lyotard La condición postmoderna. Informe
No. 25-28, enero de 1989-diciembre de 1990. En este
último trabajo, recogido en la obra del autor, citada
en la nota 11, Jameson distingue entre posiciones de 42 F.J.: «El posmodernismo o la lógica...», citado en nota
derecha y de izquierda en cuanto al posmodernismo. 41, p. 162.

171
sobre el saber (1979), que «este estudio tiene por nidad en América Latina?». Como también, sin
objeto la condición del saber en las sociedades desconocer la coherencia de no pocas respuestas
más desarrolladas. Se ha decidido llamar a esta negativas a tal pregunta, me parece digna de consi-
condición “postmoderna”». Y más adelante: deración la respuesta afirmativa dada por Yúdice:

Se sabe que el saber se ha convertido en los si por postmodernidad entendemos las «res‑
últimos decenios en la principal fuerza de pro- puestas/propuestas estético‑ideológicas»
ducción, lo que ya ha modificado notablemente
la composición de las poblaciones activas de popularidad, fue Octavio Paz (pido perdón por hablar
los países más desarrollados, y que es lo que de mí en la tercera persona). Primero en 1961», etcé-
tera. Una reclamación similar ya había sido hecha por
constituye el principal embudo para los países
O.P. en otras ocasiones. Así, en la carta que a propósito
en vías de desarrollo. En la edad postindustrial de un artículo de John Barth enviara a La Jornada
y postmoderna la ciencia conservará y, sin Semanal, donde dicha carta, con el título «La querella
duda, reforzará más aún su importancia en la del Modernismo», apareció publicada el 20 de octubre
batería de las capacidades productivas de los de 1985. Aunque más de una vez he visto mencionado
el parecido de Paz con Ortega y Gasset, no sé si se ha
Estados-naciones. Esta situación es una de las
escrito, como lo merece, un buen trabajo sobre este
razones que lleva[n] a pensar que la separación interesante paralelo. Si bien Ortega careció del talento
con respecto a los países en vías de desarrollo poético de Paz, ambos han sido ensayistas brillantes de
no dejará de aumentar en el porvenir.43 países periféricos a los cuales han querido airear y poner
al día, desde perspectivas similares, en ciertos aspectos, a
las del Edmund Burke «liberal y contrarrevolucionario»
Por ello, si bien al menos desde mediados de
significativamente exaltado por la revista que Paz dirige
la pasada década el tema ha sido considerado (ver Conor Cruise O’Brien: «Vindicación de Edmund
en nuestra América, 44 es pertinente la pregunta Burke», en Vuelta, No. 176, julio de 1991). Y un punto
que desde el título de un trabajo de 1989 se hace lateral contribuye a acercar más al español y el mexi-
George Yúdice: «¿Puede hablarse de postmoder- cano: su énfasis en hacer ver que ya ellos habían dicho
antes (y mejor) lo que otros dirán después. A partir de
este punto, confío en que no se me tome a mal expresar
43 Jean-François Lyotard: La condición postmoderna. mi sorpresa al leer, en la página 194 del polémico y
Informe sobre el saber [1979], trad. de Mariano Antolín estimulante libro de O.P. Los hijos del limo. Del roman‑
Rato, 3a. ed., Madrid, 1987, pp. 9, 16 y 17. Énfasis de ticismo a la vanguardia (Barcelona, 1974): «La poesía
R.F.R. de la postvanguardia (no sé si haya que resignarse a este
44 Simplemente a modo de ejemplos, bien parciales, puede nombre no muy exacto que empiezan a darnos [sic]
recordarse la presencia del tema en revistas como Casa algunos críticos) nació», etcétera (Énfasis de R.F.R.). A
de las Américas, No. 155-156, marzo-junio de 1986; un hombre como Paz, tan sensible a que se le nombre
Universidad de México..., No. 437, junio de 1987; o se le ningunee –según el insustituíble mexicanismo–,
Vuelta, No. 127, junio de 1987; David y Goliath..., no podrá extrañarle que otro, en este caso yo, eche de
No. 52, septiembre de 1987. Sin duda es dable ampliar menos su nombre. Pues empleé el término posvanguar‑
considerablemente esta lista. El número mencionado dismo, creo que por primera vez en nuestro idioma, para
de Vuelta incluye una nota de O[ctavio] P[az] llamada aplicarlo a la poesía de la generación de Lezama (cuya
«¿Postmodernidad?», donde se lee: «uno de los prime- obra La fijeza no es de 1944, como dice O.P. en la pági-
ros en interesarse en el tema, años antes de su presente na 192 de su libro, sino de 1949) y de él, en la conferencia

172
locales ante, frente y dentro de la transnacio‑ Y, sin embargo, desde hace algunos años se nos
nalización capitalista, ya no solo en Estados está anunciando que aquella aspiración carece
Unidos y Europa sino en todo el mundo, el ya de sentido. Como ha expresado el ensayista
análisis de las culturas latinoamericanas tiene paraguayo Ticio Escobar en «Posmodernidad/
que partir de esta relación dialógica.45 precapitalismo»:

Pues no puede negarse que a raíz de la lle- Impulsadas, casi siempre desde afuera, hacia
gada de los europeos a lo que iba a ser llamado un ideal de progreso ubicado en un punto futu-
América, en 1492, y de las subsiguientes con- ro que parece cada vez más lejano, las socieda-
quista y explotación, nuestra suerte se vinculó des latinoamericanas ven pasar, desorientadas,
hasta hoy (y confiamos que no en el mañana a un movimiento contrario que regresa de la
que merecemos) con el desarrollo en los paí- modernidad, incrédulo ante grandes discursos
ses metropolitanos de las distintas etapas del suyos tenidos hasta hace pocas décadas como
capitalismo, aunque tal desarrollo haya estado dogmas inmutables: el papel salvador de las
lejos de beneficiarnos: nuestro papel ha sido vanguardias, las promesas de la ciencia y la
contribuir a hacerlo posible en lo que sería tecnología de construir un mundo mejor, el
considerado el Occidente, del que los Estados triunfo de un modelo civilizatorio único lle-
Unidos formarían parte esencial. Saqueados una no de augurios de bienaventuranza, etc. // El
y otra vez, nuestros pueblos han padecido pero proyecto de la modernidad está en el banquillo
no ejercido la deseada (y temida) modernidad.46 de los acusados: sus paradigmas tecnológicos
y sus mitos racionalistas ya no convencen;
«Situación actual de la poesía hispanoamericana», que se descubre el lado oculto de sus sueños y el
ofrecí en la Universidad de Columbia, Nueva York, fraude de sus utopías y se denuncia el fracaso
en 1957, y publicó al año siguiente la Revista Hispánica
Moderna. Sé que Octavio Paz conoce esta conferencia (a
de la razón totalizante. [...] Y nosotros, mo-
la que se refiere por ejemplo José Olivio Jiménez en el radores de regiones periféricas, espectadores
prólogo a su Antología de la poesía hispanoamericana de segunda fila ante una representación en la
contemporánea: 1914-1970, Madrid, 1971), porque tuve que muy pocas veces participamos, vemos de
el gusto de dársela, y de conversar luego ambos sobre pronto cambiado el libreto. No terminamos
ella, en días felices de París, hace más de treinta años.
aún de ser modernos –tanto esfuerzo que ha
45 George Yúdice: «¿Puede hablarse de postmodernidad
en América Latina?», en Revista de Crítica Literaria
costado– y ya debemos ser posmodernos.47
Latinoamericana, No. 29, primer semestre de 1989,
pp. 106-107. Énfasis de R.F.R. La realidad es que dada la internacionalización
46 Sobre la ambigüedad del concepto para nuestra América, (o mejor, según palabras de Yúdice, «la transnacio-
ver de Julio Ramos Desencuentros de la modernidad nalización capitalista») del mundo, no nos es posi-
en América Latina. Literatura y política en el siglo xix, ble permanecer indiferentes a la posmodernidad.
México, 1989. Ya Ángel Rama había advertido: «La mo-
dernidad no es renunciable y negarse a ella es suicida; lo es 47 Ticio Escobar: «Posmodernidad/precapitalismo», en
también renunciar a sí mismo para aceptarla». Transcultu‑ Casa de las Américas, No. 168, mayo-junio de 1988,
ración narrativa en América Latina, México, 1982, p. 71. p. 13.

173
Y no solo porque, al decir de Claudio Guillén, «la Un ejemplo resonante de esa pretensión de
actualidad artística e intelectual, que hemos dado decapitar la historia aparece en el muy difundido
en rotular, para bien o para mal, Posmodernismo», artículo «¿El fin de la historia?», que el verano
incluya, según él, obras de autores latinoamerica- de 1989 publicara en la revista The National
nos como Carlos Fuentes, García Márquez, Mujica Interest Francis Fukuyama. Dando por sentado
Laínez, Jorge Ibargüengoitía o Vargas Llosa (otros, el triunfo del capitalismo subdesarrollante, y de
por ejemplo Antonio Blanch, proponen a autores su ideología «liberal» (léase «y contrarrevolu-
diferentes, como Borges y Lezama),48 sino porque cionaria»), en los países que han protagonizado
el capitalismo multinacional o tardío no nos es, la historia durante los últimos siglos, Fukuyama
no puede sernos ajeno: nos concierne fatalmente, se pregunta: «¿Hemos llegado efectivamente al
aunque sea desde el lado de la sombra. fin de la historia?»; y se responde:
En un texto sobre «Posmodernidad, posmo-
dernismo y socialismo», que hace suyos los Nuestra tarea no es contestar en forma exhaus-
postulados básicos de Jameson, Adolfo Sánchez tiva los desafíos al liberalismo promovidos por
Vázquez nos advierte que cada mesías medio loco, que anda por el mun-
do, sino solamente aquellos que se encarnen en
la historia es otra de las cabezas que ruedan fuerzas y movimientos sociales y políticos im-
bajo la guillotina posmodernista. Ya no se portantes, y que por lo tanto forman parte de la
trata de la historia sin sujeto, postulada por historia del mundo. Para nuestros fines, importa
el estructuralismo francés, ni tampoco de la muy poco qué extraños pensamientos puedan
falta del sentido de la historia, sino que se trata ocurrírseles a la gente de Albania o de Burkina
pura y sencillamente de que no hay historia, Faso, porque en lo que estamos interesados es
de que si la ha habido ha llegado a su fin o de en lo que en algún sentido se podría llamar la
que estamos en la poshistoria.49 herencia ideológica común de la humanidad.
48 Claudio Guillén: Entre lo uno y lo diverso. Introduc‑
ción a la literatura comparada, Barcelona, 1985, No puede menos que recordarse el desdén de
pp. 429-430; Antonio Blanch: «Algunas ideas sobre otro pensador fuertemente reaccionario, antecesor
la llamada novela posmoderna», en La Gaceta de del nazismo y de Fukuyama: Oswald Spengler,
Cuba, abril de 1990, pp. 22-23. Sobre «la aparición quien en La decadencia de Occidente no vaciló en
de un etnocentrismo en la apasionante discusión actual
en torno al posmodernismo» y el «hecho de que hoy,
escribir: «Una batalla entre dos tribus del Sudán,
más que nunca, vivimos en la “no simultaneidad de lo o entre los queruscos y los catos, en tiempos de
simultáneo”» ver Desiderio Navarro: «Critique de la cri- César, o, lo que en esencia es lo mismo, entre dos
tique et postmodernisme», en Association Internationale ejércitos de hormigas, constituye simplemente un
des Critiques Littéraires. Revue, No. 33, XIVe. Colloque espectáculo de la naturaleza viviente».50
International «La critique de la critique», 20-24 septem‑
bre, 1989, París, 1990, p. 21. 50 Oswald Spengler: La decadencia de Occidente. Bosquejo
49 Adolfo Sánchez Vázquez: «Posmodernidad, posmoder- de una morfología de la historia universal [1918-1922],
nismo y socialismo», en Casa de las Américas, No. 175, trad. de Manuel G. Morente, Buenos Aires, México,
julio-agosto de 1989, p. 141. 1952, tomo 2, p. 72.

174
Al replicar, también en The National Interest interpretación derechista de Hegel. Hace pocos
(invierno de 1989/90), a algunos de sus críticos, años estuve, en un pequeño y bello cementerio de
Fukuyama añadió: Berlín, ante la tumba del autor de Fenomenología
del espíritu y Lecciones sobre la filosofía de la
Una última palabra con respecto al Tercer Mun- historia universal. Tuve (tengo) la certidumbre de
do, pues me han acusado de menospreciarlo. que o la tumba estaba vacía, como pasaba a veces
Mis observaciones no estaban destinadas a con la del inolvidable conde Drácula, o Hegel es
rebajar su importancia, sino tan solo a registrar un filósofo fallecido hace tiempo, cuya obra, como
el hecho evidente en sí mismo de que las princi- se sabe desde el propio siglo xix, es pasible de
pales ideologías en torno a las cuales el mundo una lectura de izquierda. ¿Y por qué demonios el
elabora sus opciones políticas parecen fluir pri- hegeliano de derecha (y de pacotilla) Fukuyama
mariamente desde el Primer al Tercer Mundo y puede evocarlo y nosotros no? Además, cuando
no a la inversa. Ignoro por qué ello es así, pero los revolucionarios de nuestros países estudiamos
no obstante resulta notable la persistencia con a filósofos y polemistas del Primer Mundo (por
que los revolucionarios de esos países siguen ejemplo, a Carlos Marx), se trata con frecuencia
estudiando las obras de filósofos y polemistas de personas que combatieron o combaten la esen-
del Primer Mundo, fallecidos hace tiempo. cia de ese mundo, el capitalismo, lo que los hace
patrimonio de todos los revolucionarios de hoy,
El exfuncionario del Departamento de Esta- necesariamente anticapitalistas. Por último, ¿qué
do norteamericano Fukuyama parece olvidar o sabe Fukuyama de los pensadores orgánicos de
desconocer aquí varias cosas. Por ejemplo, que nuestro mundo? ¿Qué sabe de lo que beneficiaría
las expresiones metafóricas «Primer Mundo» a la humanidad, digamos, la propagación de los
y «Tercer Mundo» no remiten en la realidad a pensamientos de Martí, de Mariátegui, del Che
compartimientos estancos: uno (el llamado «Pri- como ya la ha beneficiado la propagación de obras
mero») se ha hecho y se hace sobre la implacable de nuestros escritores y artistas?
explotación de otro (el llamado «Tercero»), lo que El destino de nuestra América no será un des-
los vincula a ambos en una historia común, en la tino de hormigas. Cuando María Esther Gilio le
cual el Tercer Mundo suele proveer de mano de preguntó no hace mucho a Noam Chomsky qué
obra barata y materias primas (incluso materias opinaba sobre el criterio de Fukuyama, aquel
primas culturales, con frecuencia folclorizadas), respondió: «Esta idea tomada de Hegel y aplicada
y el Primer Mundo productos elaborados e ideo- al momento actual mueve a risa. De hecho, en los
logías dominantes. «Ignoro por qué ello es así», últimos diez años hubo un ataque muy importante
dice este supuesto candoroso, a quien le «resulta a la democracia. El capitalismo ha demostrado ser
notable» que los revolucionarios «de esos países» una catástrofe total. Baste mirar a América Latina,
sigan estudiando a filósofos y polemistas del donde este modelo fue aplicado».51 Ese modelo
Primer Mundo «fallecidos hace tiempo». Aquí 51 María Esther Gilio: Entrevista con Noam Chomsky:
todo es escandaloso. Fukuyama comenzó sus «Estados Unidos: de la libertad al conformismo fascis-
páginas declarándose secuaz de Hegel, de cierta ta», en Brecha, 29 de junio de 1990, p. 3.

175
supone una economía de mercado, neoliberal, expuesta por Chomsky en la entrevista mencio-
auspiciada para nuestros países por los Estados nada. Para él, «la Europa del Este tiene en más
Unidos. He aquí lo que Chomsky opina sobre de un sentido características muy semejantes a
este hecho: América Latina, y Estados Unidos espera que sea
también una región que nos abastezca de mate-
Para Estados Unidos va a ser mucho más fácil rias primas, mano de obra barata y oportunidad
robarlos y explotarlos. Ningún país con poder para explotar la contaminación».54
suficiente accedería a aceptar los principios Otro estudioso norteamericano, James Petras,
del mercado. Por ejemplo, Estados Unidos propone un nuevo paralelo, y extrae singulares
tiene la deuda externa más alta del mundo. conclusiones:
Pero si el Fondo Monetario dictara a Estados
Unidos normas por las que este debería regir El fracaso del capitalismo de mercado libre en
su economía, todo el mundo se reiría a carca- la América Latina es una realidad significati-
jadas. Ningún empresario [norte]americano va en la historia mundial contemporánea, tal
aceptaría guiarse por esas normas. En Estados como el colapso de los regímenes estalinistas
Unidos como en Japón, o en cualquier otro en la Europa Oriental. Solamente esto último
país poderoso, el mundo de la empresa se ha sido resaltado en el mundo por los medios
empeña en que exista un fuerte poder estatal capitalistas, debido a razones obvias. Sin
que los proteja, que organice subsidios para embargo, la crisis socioeconómica del capi-
la industria, que regule el mercado, que inter- talismo de la América Latina es aún más pro-
venga a favor de ellos.52 funda, según cualquier indicador razonable:
estándares de vida declinantes, estancamiento
Hace algún tiempo, al señalar ciertas similitudes económico, astronómicas tasas inflacionarias,
estructurales entre nuestra América y la Europa fuga de capitales, relaciones entre deuda/ex-
periférica, en especial los países del Este de Euro- portación insoportables, migración masiva,
pa, propuse incrementar la realización de estudios etc. Si la crisis y los cambios políticos en la
de literatura comparada entre obras de ambas zonas Europa Oriental están aumentando el alcance
del planeta.53 Los sucesos recientes en la Europa de la influencia del capitalismo occidental, la
Oriental parece que van a acercar aún más esa zona crisis en la América Latina eleva por lo menos
a la nuestra en cuanto a los problemas a afrontar. serias dudas acerca del futuro del capitalismo
En este orden, es interesante conocer la opinión y ha creado al máximo un caldo de cultivo
para la emergencia de regímenes políticos
anticapitalistas. A un nivel político, la crisis
52 Ídem. del capitalismo latinoamericano ha continuado
53 R.F.R.: «Algunos problemas teóricos de la literatura y se ha profundizado, a pesar de cambios en
hispanoamericana» [1974], en Casa de las Américas,
No. 89, marzo-abril de 1975, trabajo recogido en el
los regímenes políticos, del militar al electoral,
libro del autor Para una teoría de la literatura hispa‑
noamericana, La Habana, 1975 y ediciones posteriores. 54 Ob. cit. en nota 51, p. 3.

176
desde los conservadores del mercado libre, La llegada del Quinto Centenario no puede
respaldados por los Estados Unidos, hasta los ser ocasión para azuzar divisiones, rencores,
socialdemócratas de la Segunda Internacional. altanerías y odios estériles, sino para insistir,
[...] Objetivamente, la izquierda latinoame- con total respeto para las diferencias que son
ricana nunca ha confrontado una situación riquezas, en la integración, tan difícil como
socioeconómica a nivel de todo el continente imprescindible, de nuestra América. Solo
tan «madura» para las soluciones socialistas tal integración («que de hecho», según el
como el presente.55 paraguayo Augusto Roa Bastos, «existe en
potencia, pese a todos los pesares de su frag-
Amigas y amigos: hay que terminar. Voy a mentación y balcanización secular[es]»), nos
hacerlo con la mirada en el porvenir, citando las hará posible participar a plenitud en la historia
palabras finales de un texto elaborado colecti- mayor de la humanidad, de la que la prepo-
vamente en la Casa de las Américas para dar a tente y voraz civilización occidental («una
conocer su posición ante el Quinto Centenario; civilización devastadora» [según Martí]) no
un texto que encabeza al número 184 (julio a es en absoluto el triste capítulo último, sino
septiembre de este año) de la revista Casa. Se el preludio de una etapa realmente ecuméni-
trata del último punto de una especie de decla- ca, generosa y fraterna, dentro de la cual se
ración de principios, así que no le exijan a él lo hará viable el complejo «fenómeno humano»
que debe aparecer en los puntos anteriores: también en el Continente que honraran tantos
55 James Petras: «Transformaciones globales y el futuro hombres y mujeres «desde los viejos tiempos
del socialismo en la América Latina», en Casa de las de Netzahualcoyotl» hasta estos días arduos en
Américas, No. 181, julio-agosto de 1990, p. 4. que sería indigno arriar la esperanza. c

En Vietnam, con Julio García Espinosa, Iván Nápoles y otros compañeros vietnamitas durante
la filmación de Tercer Mundo, tercera guerra mundial, en 1970.
177
Ángel Rama y la Casa de las Américas*

A Marcia Leiseca y Ana Pizarro,


que también lo admiraron y quisieron mucho.

A
raíz del accidente que a fines de 1983 costó la vida a Án-
gel Rama y otros amigos, escribí unas líneas adoloridas y
apresuradas que, con el título «La cultura, la Casa de las
Américas, enlutadas», cerraron la sección «Al pie de la letra»
del número 141 (noviembre‑diciembre de 1983) de la revista
Casa de las Américas. Después de mencionar a los demás, añadí
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 178-196

en dicha nota:

Nos estremeció especialmente el tránsito de Ángel Rama,


compañero, hermano, uno de los hacedores de la Casa de
las Américas, y, al morir, acaso el crítico más importante de
su generación (nació en 1926) en nuestra América, y uno de
los más activos promotores de cultura de esta comarca, para
* Escribí la primera versión de este
usar un término que le hubiera sido grato. Ángel estuvo en
texto para el homenaje que a diez la raíz de incontables realizaciones tanto en su país de origen
años de su muerte le rindió la revista como en Cuba y Venezuela, donde animó la extraordinaria
Casa de las Américas: «Ángel Rama, Biblioteca Ayacucho [...]. Sus vínculos con la Casa fueron
presencia que no acaba» (No. 192, estrechos, [...] y desde luego –tratándose de él– polémicos. Po-
julio-septiembre de 1993). Retoqué
el material en 1996, a solicitud de
lemizar con Ángel fue uno de los privilegios que estos años nos
Mabel Moraña, para un libro que ella han concedido, ya que de los choques con este erudito rebelde,
editaba, Ángel Rama y los estudios inconforme, raigalmente latinoamericano, antimperialista,
latinoamericanos, Pittsburgh, 1997. salimos siempre [...] estimulados. [...] Nosotros conservamos

178
como un tesoro preciado sus batalladoras homenaje coral que en la entrega 192 de Casa
intervenciones en el que fuera el comité de de las Américas le consagramos. Me limitaré a
colaboración de la revista Casa, sus discusio- hacer explícitas sus relaciones con la Casa de
nes de antes y de después, su honestidad de las Américas, a que aludí en mis líneas de 1983.
siempre, su generosa sabiduría, su poderosa Si bien tuve mucho que ver con esas relacio-
mayéutica.// De su patria de nacimiento –don- nes, mis vínculos personales con Ángel fueron
de se formó para siempre– lo arrancó una feroz además en varios momentos paralelos a aquellas.
dictadura que lo llevó a Venezuela, donde fue, A finales de 1961, cuando participó en varias
como de costumbre, una fuerza animadora. labores en la Casa de las Américas,1 me solicitó
Radicado más tarde en los Estados Unidos,
también de allí fue arrancado, esta vez por un
1 Según el archivo de la Casa de las Américas, a finales
proceso macartista impulsado por elementos de ese año 1961 Ángel ofreció en ella dos conferencias
de la lumpenliteratura que en algún momento sobre la novela latinoamericana (25 de septiembre y 10
su inadvertencia llegó a defender. Sabíamos de noviembre) y tuvo una conversación con novelistas
que, tras su estancia en París, se le esperaba cubanos (4 de diciembre). Estos datos no aparecen en la
Cronología y bibliografía de Ángel Rama que realizaron
–como el gran profesor que también fue– en
Carina Blixen y Álvaro Barros‑Lémez y publicó en
Inglaterra. No será así. Ángel, en plena e irra- Montevideo la Fundación Ángel Rama en 1986. Con fre-
diante madurez intelectual, queda como un cuencia, en este libro –por demás valioso– la cronología
ejemplo, acaso una leyenda y seguramente suele ser inexacta tocante a las relaciones de Ángel con
un dolor para quienes tuvimos el privilegio la Casa. Por ejemplo, afirma que en 1962 él presidió un
coloquio organizado por la Casa del que nada sabemos;
de su amistad, su cariño, su luz.
asegura que fue jurado del Premio Literario de la Casa
en 1963, lo que no ocurrió (el 16 de enero de ese año le
Tales líneas, escritas al calor de una inmensa escribió a Haydee Santamaría desde Santiago de Chile:
pena, no contenían sin embargo hipérbole alguna, «Una repentina afección [...] me impide [...] trasladarme
y las ratifiqué a diez años de la desaparición de a La Habana para participar en las tareas del Jurado del
Concurso Literario [...] y me impide volver a recorrer la
Ángel, cuando en el número 192 de Casa de las
isla»); omite que sí fue Jurado en 1964; da por cierto que
Américas le rendimos, en compañía de algunos de en 1971 envió a Haydee una carta abierta que no llegó
sus múltiples admiradores y amigos, homenaje a a existir, etcétera. Tales informaciones erróneas habían
su viviente memoria. En el número 150 de Casa aparecido ya en la importante antología de Ángel Rama
(mayo‑junio de 1985) ya se había publicado el La crítica de la cultura en América Latina, seleccionada
y prologada por Saúl Sosnowski y Tomás Eloy Martínez y
trabajo «La contribución de Ángel Rama a la
publicada en Caracas por la Biblioteca Ayacucho en 1985
historia social de la literatura latinoamericana», (cosa explicable, pues la cronología de dicho libro la
debido a Alejandro Losada, quien poco antes hizo la Fundación Ángel Rama); y el último dato (sobre
conociera muerte similar a la de Ángel. el que volveré), tomado de la misma fuente, según me
Es innecesario glosar las muchas observa- dijo la autora, lo repite Ana Pizarro en el cálido ensayo
suyo que apareció en el mentado número 192 de Casa.
ciones agudas y justas tanto del mencionado
Decidí pues atenerme en el presente trabajo a las infor-
ensayo de Losada como de las páginas que nos maciones que tenemos en la Casa de las Américas sobre
fueron enviadas o dadas por sus autores para el las relaciones de Rama con ella.

179
un trabajo sobre la vida cultural de la entonces ambos destacados críticos uruguayos, a quienes
incipiente Revolución Cubana, trabajo que el 26 tanto los unía y tanto los separaba.3 Y, por su-
de enero de 1962 apareció en Marcha, a cuyas puesto, no podía imaginar la polémica vida futura
páginas me había llevado el maestro Carlos Qui- de aquella proyectada revista, y mucho menos
jano, conocido en 1960 en París. Ese año 1962 el que iba a ser mi papel en esa polémica. Para
Ángel presentó con palabras generosas versos entonces, era Ángel y no yo quien tenía estrechí-
de Fayad Jamís y míos en el notable semanario. simos nexos con la Casa de las Américas, con la
En 1964 volvimos a encontrarnos, cuando por cual mis colaboraciones habían sido esporádicas,
primera vez fue jurado del Premio Casa de las si bien se iniciaron tempranamente, en 1959, e
Américas. El 5 de febrero de ese año ofreció incluían el descubrimiento, como miembro que
la conferencia «Diez dificultades para escribir fui del Jurado del Premio Casa en 1962, de un
novelas, hoy, en América Latina», la cual se poeta que me iba a ser esencial: Roque Dalton.
convertiría en el texto inicial, «Diez problemas De vuelta a Cuba, en marzo de 1965, Haydee
para el novelista latinoamericano», del número 26 Santamaría me propuso la dirección de la revista
(octubre‑noviembre de 1964) de la revista Casa Casa de las Américas. Como parte de aquellos
de las Américas, número que en gran medida nexos que mencioné, Ángel mantenía ya con la
él animó. Al año siguiente, en enero de 1965, institución una intensa correspondencia, cuyos
coincidimos en el congreso de escritores lati- interlocutores hasta la fecha eran sobre todo
noamericanos organizado por el Columbianum Haydee Santamaría y Marcia Leiseca. Con esta
en Génova, ocasión en la cual, entre otras cues- última la comunicación era constante, y atañía
tiones, se habló de crear una revista (América a las más diversas cuestiones relativas a la Casa
Latina) que al cabo no salió, y se constituyó «en y por supuesto a la Revolución Cubana.
forma provisional» la Comunidad Latinoameri- Esa correspondencia versaba sobre graves
cana de Escritores,2 que entusiasmaba a Rama. cuestiones ideológicas, culturales y políticas,
Por cierto que en dicha ocasión, al saber Ángel pero también sobre mil detalles prácticos en
que su compatriota Emir Rodríguez Monegal que aquel hombre de inmensa energía, talento
nos había invitado a almorzar a Cintio Vitier y relampagueante y generosidad sin fin hablaba
a mí, para hablarnos de un proyecto de revista de planes editoriales, ventas de libros y revistas,
que tenía, nos advirtió gravemente a propósito intelectuales que debían ser invitados, opinando
de tal proyecto. Yo estaba entonces insuficiente- siempre con la sabiduría, el desenfado, el valor
mente familiarizado con la ya vieja querella entre (y el cariño) que lo caracterizaron. Me limitaré a
señalar algunos ejemplos, a veces desconocidos
2 Ver R.F.R.: «Génova: un Congreso, una revista, una
comunidad», y «Declaración latinoamericana de Génova», 3 Aporta muchos datos sobre la historia de esa querella,
en Casa de las Américas, No. 30, mayo‑junio de 1965. que fue tanto cultural como política y alcanzó vastas
Este fue el primer número de la revista que dirigí. Ya proporciones, el libro de Pablo Rocca 35 años en Marcha
en dicho número transformé el previo consejo de re- (Crítica y literatura en Marcha y el Uruguay 1939‑1974),
dacción en un consejo de colaboración. Rama formó Montevideo, 1992, cuyo conocimiento agradezco al
parte de ambos. autor y a Wilfredo Penco.

180
y otros tergiversados, y ruego que se me excuse número 32 (septiembre‑octubre de 1965) donde
que comience por algo personal. En una larga se dice: «Esa América nueva puede ya responder
carta que escribió a Marcia y que fue fechando a Rubén Darío que tantos millones de hombres
sucesivamente del 27 de marzo hasta el 3 de no hablaremos inglés».
abril de 1965, al saber por aquella de mi nom- En carta no fechada, que entró en la Casa el 10
bramiento al frente de la revista (la revista era de febrero de 1966, me escribió Ángel:
preocupación constante en esa correspondencia),
le escribió, con fecha 3 de abril: Otra noticia, que ya sabrás: Cuadernos fue
sustituida por Nuevo Repertorio [al cabo,
En este mismo momento recibo tu nueva carta según es conocido, se llamó Mundo Nuevo],
de 25 de marzo referida a la conversación de que dirigirá en París Rodríguez Monegal, y
Haydee con Roberto. Me parece la solución que intentará el confusionismo por un tiempo.
perfecta. Nadie mejor en Cuba para dirigir Ha viajado por toda América, –todos los gas-
la revista de la Casa, nadie mejor informado tos pagos por los americanos– para conseguir
de la literatura americana, nadie con mejor colaboraciones dirigiéndose sobre todo a la
equilibrio en lo artístico y en lo político. Es izquierda no comunista, desde [...] hasta Mario
una adquisición de primera magnitud. Felici- Benedetti, y me temo, por lo que Mario me
taciones a Haydee, felicitaciones a la Casa por ha contado, que en algunos casos ha obtenido
la incorporación. éxito. Aquí ninguno: ni Benedetti, ni [Carlos]
Martínez Moreno, ni ninguno de los escritores
Ya estando yo al frente de la revista, Ángel importantes de la nueva generación participa-
me escribía constantemente haciéndome suge- rán del engendro, y tampoco en Buenos Aires,
rencias. Por ejemplo, en carta de 1965 que no pero en México ya no sé qué puede ocurrir.
fechó (y a la que yo respondí el 18 de junio de Una información más detallada la tendrás por
ese año), hay esta posdata: «Por favor, haz un Mario cuando vaya a La Habana. Convendría
editorial sobre la Dominicana, político y fuerte, que averiguaras la situación: no sería raro
para señalar que se cumple el vaticinio, “¿tantos que pretendiera incluso algún cubano para
millones de hombres hablaremos inglés?”. Como dosificar la cosa y conseguir una entrada en
nunca me he sentido estos días cubano, y mis la izquierda. [...] En Montevideo se abrió el
rabiosas críticas internas se han ido al diablo. correspondiente Centro del Congreso por la
Viva la revolución. Patria o muerte. Vencere- Libertad de la Cultura (aunque ahora resolvie-
mos». Tal editorial ya lo había escrito yo, y salió ron no usar más este nombre), en Buenos Aires
en el número 31 (julio‑agosto de 1965); en su y en Santiago también, y en todos lados están
orientación tendrían también papel importante no actuando en una nueva forma: proclaman el
solo Haydee (con quien durante su vida proyecté desgaste de los esquemas ideológicos (las tesis de
todos los editoriales que hice) sino Manuel Ga- Lipset, Shils, etc. que salieron del congreso
lich, invaluable consejero. Pero tras recibir las del 55), la necesidad de una creación ajena a la
palabras de Rama escribí otro editorial, el del política, el pluralismo ideológico, y se dirigen

181
de preferencia a la izquierda no comunista continentes. Cuando yo te escribía sobre la
–claro, en la izquierda están todos los inte- nueva revista del Congreso [por la Libertad
lectuales y artistas que valen– invitándola. En de la Cultura] la carta que sospecho ya has
todas partes han publicado revistas –aquí se recibido, tú escribías la carta de respuesta a
llama Temas– que se intercambian entre sí y se Monegal que has enviado a José Pedro [Díaz]
apoyan, y han cumplido innumerables expo- y él me ha mostrado. De total acuerdo. Pero
siciones de artistas plásticos modernísimos.// una advertencia, que a esta altura ya debes
[...] Lo que se viene será todavía peor. Ustedes haber comprendido por mi carta anterior: son
por allí están tan salvaguardados que no se muchos en América, y de los mejores, que no
dan cuenta de la situación y del desaliento en vieron el asunto y que fueron engañados.//
que se mueve ahora el intelectual de izquierda Entre estos últimos yo incluiría a Carlos
en Latinoamérica: todos los días se presencia Fuentes, Nicanor Parra, José M. Oviedo, que
una traición, más exactamente una venta a según Monegal están dispuestos a entrar en la
buenos dólares. Esto es infinitamente peor revista y en ese juego sucio. Agradecería que
que las carencias de la década del cincuenta; le dieras a tu carta la mayor difusión posible,
entonces vivíamos abandonados a nuestras entre los mencionados y muchos más, sobre
fuerzas, llenos de esperanzas y de energía en todo el equipo de izquierda que es el que ha
la lucha; ahora estamos solos, cercados, vemos sido asignado para el confusionismo de la
la inmensa fuerza de los órganos culturales pa- nueva revista. Estoy dispuesto a publicarla en
gados por los norteamericanos y no podemos Marcha si a ello me autorizas, enviándome
detener la ola. Estamos retrocediendo casi en alguna copia, y sugeriría una acción intensa
todos los frentes, y me temo que, sin tener para la zona mexicana que es la que, de todo
que creer en las tesis trotzkistas, la misma el continente, me parece la más débil y más
Cuba se retira de Latinoamérica. En fin, la sensible a este tipo de conmixtiones.// Te remi-
lucha continúa, nosotros seguimos haciendo to un articulito que publiqué en Marcha sobre
lo posible por vincular la vida intelectual a los el asunto, y que quizá ya hayas visto, y las
planteos político‑sociales, y aun en desventaja declaraciones de Emir en Primera Plana, la
seguir usando con destreza los cartuchos que revista ambigua argentina, donde se subrayan
nos quedan. los muchos dólares que pagará la revista –se
habla de cien dólares por artículo– para que
Dos días antes había entrado en la Casa de las el cuadro sea completo: la venta es bien paga-
Américas otra carta de Ángel tampoco fechada, da.// Creo como tú, y así lo dije en Marcha,
que visiblemente es posterior a la que he citado, que el intento, en definitiva, está condenado
pues a ella se refiere en esta. Me escribió allí: al fracaso, luego de un período de confusio-
nismo. No es esto lo que me preocupa, sino
lo bueno de nuestra amistad es la coinci- la magnitud de datos e informaciones que
dencia espontánea en asuntos de arte o de comprueban la violencia y el dinero con
política, así estemos separados por mares y que los Estados Unidos han decidido entrar

182
en la vida cultural latinoamericana. Sabés lo que hace el imperialismo: una revista en
que desde hace un año largo insisto en este París, reuniones periódicas de escritores, ac-
punto; eso motivó nuestros diálogos en Géno- ción militante en todas las causas, organismos
va y la fundación de la Comunidad, eso motivó supranacionales como habíamos encarado.
el plan que en esa Casa discutí con los amigos. Nada hicimos, y nos hemos confiado a nues-
No pueden saber ustedes lo difícil que se ha tras flacas y exclusivas fuerzas en todo. ¿No
puesto todo, la acción poderosa, a hurtadillas, es hora de cambiar esta política?
que viene cumpliendo ese Congreso que se ha
sumergido para actuar mejor, la compra de Accediendo a las sugerencias que me hiciera
editoriales importantes, diarios, revistas, la Ángel (quien, como se ve, encabezó el combate
compra de escritores y de plásticos, el cerco contra Mundo Nuevo, y a quien acompañé en la
para los movimientos de izquierda. También justa causa), no solo accedí a que mi intercambio
esto está previsto en el cuadro, sí, no es eso epistolar con Rodríguez Monegal apareciera
lo que me asusta, sino las pocas fuerzas con en Marcha, sino que lo envié a México, donde
que se cuentan para la lucha. La Comunidad lo publicó el suplemento cultural de la revista
era un buen proyecto que hemos dejado morir Siempre!
lentamente. Carezco de noticias de los mexi- En carta de 15 de marzo de 1966 Rama dijo
canos, salvo las peores sobre la separación del a Haydee:
Fondo [de Cultura Económica] de [Arnaldo]
Orfila Reynal, que me imagino responde a los Me emociona siempre, y quizá más de lo ade-
mismos intereses que aquí tratan de ahogar cuado, el recuerdo afectuoso de los amigos,
a Marcha.// Lo que en definitiva me alarma y me temo que en este caso ese sentimiento
es observar que mientras el imperialismo, se duplica porque con Uds. se han enredado
comprendiendo la importancia de la frontera muchas cosas importantes de mi vida: un
ideológica –para llamarla de algún modo–, afecto personal, como de amigos de siempre,
ha sabido organizarse admirablemente, dis- entrañables; un compañerismo de luchado-
poniendo claro está de abundantes recursos res de causas emparentadas cuando no las
para ello, nosotros seguimos separados, sin mismas; una admiración muy justificada por
organismos de expresión eficaces, sin medios lo que han hecho y hacen; una reciprocidad
de lucha, con difíciles e inseguras comunica- al constante afecto que me muestran.// [...]
ciones.// Soy un activista, como sabes muy Por carta paralela de Marcia veo cumplirse
bien. Desde aquí hago todo lo que puedo. y hacerse muchas de las cosas que conversa-
La revista de la Casa comienza a circular en mos, veo crecer la Casa en la mejor dirección
librerías, los concursos de la Casa tienen en y acción. Quizá ustedes desde allí no puedan
Marcha un portavoz efectivo, he montado una medir la irradiación que su obra va ganando:
editorial [Arca] para movilizar a los escritores estos últimos tres años han sido prodigiosos.
en una acción cultural militante, pero todo eso Bien que me gustaría hacerles también la cuota
no es suficiente. Se necesita más. Se necesita de crítica a que soy tan propenso, pero como

183
estoy en mora y debo mucho de lo prometido, Ángel, Carlos Pellicer (la cabeza mayor del
prefiero callarme. evento) y Manuel Pedro González propusieron
la creación de lo que vino a ser, por una parte,
Se recordará que en carta anterior Ángel nos el Centro de Investigaciones Literarias de la
había reclamado, entre otras cosas, «reuniones pe- Casa de las Américas, fundado y dirigido en sus
riódicas de escritores, acciones militantes en todas primeros años por Mario Benedetti; y por otra,
las causas». Cuando, en atención a esos reclamos, la Sala Martí de la Biblioteca Nacional de Cuba,
lo invitamos a la que sería la primera reunión del a su vez fundada y dirigida durante un tiempo
comité de colaboración de la revista Casa, Rama por Cintio Vitier: la última daría lugar luego al
escribió a Marcia el 3 de junio de 1966: Centro de Estudios Martianos, fundado por mí,
donde Cintio comenzó a dirigir la edición crítica
En tu carta de mayo 12 me hablas de la con- de las Obras completas del autor de La Edad
veniencia de un viaje para el que me pides de Oro. Pero aquel año, que se había iniciado con
rápida respuesta. En la carta de Roberto, de 24 tanta alegría, y donde hubo reuniones capitales,
de mayo, esa invitación se ha transformado entre ellas la de la Organización Latinoamericana
en una reunión de la Comisión de la Revista: de Solidaridad (Olas), presidida por Haydee, y la de
Gran iniciativa, eso es pelear, eso es respon- la Canción Protesta, organizada por la Casa, de
der bien a la escalada del enemigo. Sin duda donde nacería la Nueva Trova (aunque también
voy, pase lo que pase. Y creo que debemos tuvimos algún desencuentro con Ángel en reu-
aprovechar este poco tiempo para pelear bien. nión sobre la Comunidad de Escritores realizada
en México),4 terminó catastróficamente, pues el 8
La mencionada reunión del consejo de co- de octubre cayó en Bolivia el Che Guevara. Su
laboración de la revista se celebró en enero vasto proyecto liberador, para el que se propuso
de 1967. Emitimos en aquella oportunidad la creación de un nuevo ejército bolivariano, era
una «Declaración» recogida en el número 41 el sustrato de nuestras esperanzas. El mundo
(marzo‑abril de 1967) y republicada en muchas había comenzado a variar, para mal. El 24 de
partes. Al término de nuestra reunión, tuvo diciembre de ese año le escribía Ángel a Haydee:
lugar una cena, llena de conversaciones, con
Fidel, y poco después se realizó en Varadero el recibí su carta para Nochebuena, y mucho se
Encuentro con Rubén Darío (nombre que nos la agradezco. Fue una buena palabra, dolida
había sugerido Gonzalo Rojas), con motivo del pero valiente, en un fin de año como el nuestro
centenario del nacimiento del gran nicaragüen- muy lleno de pesadumbre y desaliento tam-
se. En aquella ocasión, Ángel improvisó una bién. Si el año fue malo para toda América
ponencia, brillante como suya («Las opciones Latina, lo fue especialmente para nosotros que
de Rubén Darío»), cuya transcripción edité, con
4 Ver «Sobre el Segundo congreso latinoamericano de es-
su acuerdo, y fue una de las piezas principales
critores», en Casa de las Américas, No. 43, julio‑agosto
del bello número 42 (mayo‑junio de 1967) de de 1967. Allí aparece el trabajo de Rama «Los desacuer-
la revista, consagrado al Encuentro. En este, dos de una Comunidad».

184
hemos visto la quiebra total del modelo de la del Congreso, que me pareció excelente, serio,
democracia burguesa nacional y el comienzo justo, a fondo. Espero mucho de ese Congreso.
de los tiempos de dura pelea.// Es normal que [...] La difusión de la obra de la Casa se ha
esta serie de sucesos aciagos nos provoque mantenido y ha acrecido sus posibilidades.
desaliento. No lo es, en cambio, que nos haga Como me siento un integrante más parecería
desertar de la causa única latinoamericana en impertinente elogiar lo que se ha hecho, pero
que estamos empeñados, porque no hacen sino en verdad es absolutamente admirable de todo
comprobar las dificultades de la empresa y al punto de vista, cultural, político, humano.
mismo tiempo lo correcto y justo de nuestras
esperanzas.// La muerte del Che ha sido muy Con la misma fecha de la carta a Haydee,
dura para todos, y a muchos les costó conven- Ángel escribió a Marcia:
cerse de que él no estaría ya como adelantado,
guía, tonificador del esfuerzo, limpio y puro inútil, no puedo ir. Me he desesperado un poco
héroe de toda nuestra América. Pero a la vez pero ahora estoy más tranquilo. La resigna-
creo que todos sentimos que ha marcado el ción. Quisiera que me imaginaras un poco con
camino y al abonarlo con su sangre no ha Uds. Me siento algo padre de ese Congreso
hecho sino engrandecer y forticar al pueblo [...] ¡Y tenía tanto que conversar contigo! El
americano. [...]// Y yo pienso, Haydee, tal Uruguay ha entrado a su destino latinoame-
como escribía en mi contribución al home- ricano y aquellos pretenciosos distingos que
naje,5 que no se derrama en vano la sangre de hacíamos separándolo del resto de nuestra
un héroe como el Che. Pienso que se pueden América ya no tienen sentido: el mismo
modificar todas las tácticas y es necesaria una drama, el mismo planteo, las mismas únicas
revisión a fondo, un estudio nuevo de todas soluciones que para Colombia, Guatemala o
ellas, pero simultáneamente no se ha hecho otra Bolivia. Con los matices, quizá más penosos,
cosa que confirmar la vía general, y los hechos de sus clases medias extraviadas dispuestas a
subsiguientes lo ratifican.// Hubiera querido apoyar un gobierno de fuerza. Como el per-
estar con Uds. en el Congreso Cultural, sobre sonaje de Borges podríamos decir «al fin me
todo porque me siento promotor de la iniciativa encuentro con mi destino latinoamericano».//
y porque era la gran oportunidad de conversar Por lo mismo hubiera querido estar con Uds.
con Ud. y todos los amigos de la Casa sobre La muerte de Che fue un golpe muy duro y
la situación actual. Lamentablemente mi salud hubiera querido conversar con Uds. de todo
quedó quebrantada luego de un año muy inten- eso. Ya lo haremos porque lo necesitamos [...].
so y los médicos me urgieron a que tomara un
mes de entero descanso y me sometiera a una El Congreso Cultural (de La Habana) al que se
pequeña operación. Vi el trabajo preparatorio refería Ángel se celebró en enero de 1968. Aunque
en gran medida fue resultado de una propuesta
5 Ángel Rama: «Ahora le erigirán justificados monumen-
tos», en Casa de las Américas, No. 46, enero‑febrero hecha en la «Declaración» nacida de la primera
de 1968. Entrega dedicada al Che tras su asesinato. reunión del comité de la revista (lo que explica que

185
Rama dijera que se sentía «promotor de la ini- tan alerta como Rama no podía sino vivir hechos
ciativa», «algo padre de ese Congreso»),6 había así con enorme tensión.
salido de las manos de la Casa de las Américas y En medio de ese ambiente, Ángel mantuvo
tuvo otro perfil que el que le pensamos. Además, sus estrechos vínculos con la Casa de las Amé-
sobre todo, el Congreso fue concebido como ricas. Habiendo asistido, en enero de 1969, a un
una especie de apoyo cultural al vasto proyecto segundo encuentro del comité de colaboración de
que encarnaba el Che. Pero cuando finalmente la revista Casa, cuya «Declaración» apareció en
ocurrió, hacía tres meses que el Che había sido el número 53 (marzo‑abril de 1969), e integrado
asesinado, por lo que, en cierta forma (al me- el jurado del Premio Literario de la Casa ese
nos así lo sentimos muchos de nosotros), tuvo año,7 en reunión tenida el 4 de febrero entre los
lugar casi en el vacío, y provocó más que nada miembros del jurado y Haydee y otros compa-
malentendidos. Por otra parte, ese año 1968 iba a ñeros de la Casa, Rama hizo útiles sugerencias
continuar mostrando el deterioro histórico que se generales. Las hizo «respondiendo», dijo (según
había iniciado con la desaparición física del Che. la transcripción que conservamos de la reunión),8
Baste recordar hechos como el poderoso pero «a la invitación que nos dirigiera Haydee en el
frustrado movimiento estudiantil que incluyó discurso inaugural», donde «señalaba que el Pre-
desde la fiesta parisina del Mayo francés (de cuyo mio se estaba volviendo rutinario y que diez años
seno saldrían luego tantos derechistas «nuevos era una buena fecha para encarar cosas nuevas y
filósofos» y otros yuppies) hasta la masacre de darle mayor empuje al Premio». De las muchas
Tlatelolco en México; y la trágica entrada de propuestas que hiciera entonces Ángel, quizá la
las tropas del Pacto de Varsovia en Praga, que más trascendente fue la de que estableciéramos
inevitablemente dividió a la izquierda mundial, «una colección que se llame Testimonio latino-
y en cierta forma inició el último capítulo de lo americano, es decir, una colección en la cual
que llevaría a la disolución del «campo socia- una novela, un ensayo, la poesía, el cuento, dé
lista» europeo. En lo local, ocurrió la primera testimonio de lo que está pasando en la América
escaramuza de lo que sería conocido como «caso Latina y de lo que se está realizando». Ángel
Padilla»: varias ásperas críticas de raíz política
motivadas sobre todo por el libro Fuera del 7 El primero de febrero de ese año 1969, en un ciclo sobre
juego, de Heberto Padilla. Tal «caso», sumado nueva narrativa latinoamericana, Rama ofreció una con-
a hechos anteriores, agravó las divisiones en el ferencia sobre «Fantasmas, delirios y alucinaciones», y
en otras fechas integró los paneles de tres conferencias.
seno de la intelectualidad de izquierda. Criatura
8 La parte de esa transcripción que atañe al testimonio (e
incluye intervenciones de Rama, Isidora Aguirre, Hans
6 La primera «Declaración del comité de colaboración Magnus Enzensberger, Manuel Galich, Noé Jitrik y
de la revista Casa de las Américas» concluyó «con un Haydee Santamaría) se publicó en Casa de las Américas,
llamamiento a los intelectuales de los países subdesarro- No. 200, julio-septiembre de 1995, con el título «Con-
llados para que concurran a un debate sobre su proble- versación en torno al testimonio». Dicha «Conversación»
mática en esta hora, que es la hora de nuestra América, fue precedida por la nota de Jorge Fornet «La Casa de las
de todo el Tercer Mundo». Tales eran el lenguaje, la Américas y la “creación” del género testimonio». A J.F.
esperanza de la época. se debe la edición de las intervenciones.

186
sugirió incluso que la Casa pidiera a escritores Para dicha reunión habíamos elaborado en la
de la América Latina obras de esa naturaleza, y Casa la proposición de ampliar el comité de la
añadió: «me parece que esa colección puede ser revista, el cual tendría en lo adelante, como es-
muy rica en posibilidades y nos puede abrir una cribí a Ángel, treinta o cuarenta miembros, lo que
labor». Aunque no precisamente en la forma de haría imposible nuevas reuniones semejantes a las
una colección, la sugerencia de Rama, unida a que tradicionalmente habíamos venido teniendo:
otras hechas en esa y en otras reuniones, llevaría pensábamos, en cambio, en nuevos tipos de en-
a que en 1970 la Casa convocara, por vez primera cuentros y de relaciones, según Rama captaría
en el mundo, a obras del género (¿es en rigor un agudamente. Como ello fue aceptado y recogido
género?) testimonio, del cual había ya muchí- en la correspondiente «Declaración», que difun-
simos ejemplos anteriores, pero que a partir de diera la prensa10 y envié en particular a Ángel, este
entonces adquiriría la consistencia y amplitud (y me cablegrafió: «Enteramente de acuerdo». El 10
desataría las discusiones) que se sabe.9 de marzo de 1971 añadió en una carta:

A la tercera reunión del comité de colaboración acuso recibo de tu carta de febrero 23. Lo que
de la revista, que ocurrió en enero de 1971, Ángel me sigues debiendo es una larga sobre ti y
no pudo asistir. El primero de noviembre de 1970 sobre Cuba, tu vida y la vida de la revolución
me escribió desde San Juan, Puerto Rico: que ya son un matrimonio que las tormentas y
la historia y la esperanza han machihembrado.
Desgraciadamente no puedo trasladarme a La De veras extraño no verte, hamacándote en la
Habana a mediados de enero para la reunión mecedora con el modo nervioso de quien ya
dado que acepté dictar el semestre universita- está pronto a volar de la reunión, de los seres
rio que aquí empieza el 7 de enero y aunque humanos, de la vida menuda, fumando ávida-
estoy a una hora de vuelo estoy a muchísimas mente tu cigarro, disfrutándolo, y extraño no
más de comunicaciones en el mundo de las conversar contigo polémicamente hasta con-
fronteras del siglo xx. Agregá que la concesión seguir que sonrías, porque la amistad está pri-
de visados fue tan trabajosa que concluyó con mero y Ángel es un amigo, para luego encon-
una autorización estrictamente para el período trarnos en ese fervor común que tenemos para
de clases sin poder salir del territorio. algo que será nuevo y verdadero.// Aquí estoy,
trabajando en este medio tan decepcionante, en
9 En 1979 escribió Rama: «Yo, que fui proponente del
esta experiencia tan jodida, y haciendo lo que
premio “testimonial” de los concursos literarios de Casa
de las Américas [...]»: A.R.: «Otra vez la utopía, en el buenamente se puede. Estuvimos trabajando
invierno de nuestro desconsuelo», en Cuadernos de Mar‑ con el viejo Manuel Pedro en un Seminario
cha. Uruguay. Encierro, destierro o encierro, segunda
época, año 1, No. 1, México, mayo‑junio de 1979, p. 79. 10 Habiendo aparecido en periódicos en enero de 1971, se
Ángel repitió la idea (hablando no de «género» sino de republicó, con el título «Tercera declaración del comité
«categoría» para «testimonio») en: «Rodolfo Walsh: la de colaboración de la revista Casa de las Américas», en
narrativa en el conflicto de las culturas», en Literatura el No. 200 de Casa, precedida de mi nota «Dos textos
y clase social, México, 1984, p. 220. y la Casa (con una carta de Roque Dalton)».

187
sobre Martí [...]. Tuve que leerle su ponencia, Esa carta llegó a la Casa el 5 de mayo. Una se-
porque está casi ciego por unas cataratas, y te mana después, fechada en San Juan el 5 de abril,
digo que luego de tantas vaguedades como las nos llegaba la más dramática de las cartas que
que llenaban sus páginas me vino una especie él nos escribiera. Tal carta había sido precedida
de calor repentino cuando le vi concluir con por un nuevo capítulo del «caso Padilla», que
un fragmento de «Nuestra América» que no supuso el encarcelamiento de este por un mes,
venía a cuenta de nada, pero que como se y, de momento, una carta abierta a Fidel (copio-
iniciaba con el famoso «sietemesinos» tenía samente difundida en los medios capitalistas)
su claro destinatario y así lo sintieron los sobre el hecho, donde además de abordarlo se
cubanos exiliados que en su diarucho nos hacían muy diversas y a ratos gratuitas y hasta
tiraron la mierda habitual.[...]// Me parece ofensivas conjeturas. La carta llevó la firma no
muy bien lo de la ampliación del comité que solo de personas más o menos intrascendentes,
de cierta manera concluye con el equívoco sino también de muy destacadas figuras, a algu-
del nuestro, que aunque era oficialmente «de nas de las cuales nos unían lazos profundos de
colaboración» fungía como comité de redac- admiración y amistad. Ángel me escribió:
ción, responsable de la política y orientación
de la revista, cosa imposible dado que ya era estaba esperando la respuesta tuya al envío que
historia de amistades, de solidaridades, de a través de Julio [Cortázar] te hice para la re-
momentos de la revolución y no un cuerpo vista, preparándome a hablarte del plan de una
doctrinario coherente. Esto es muy difícil, reunión de un pequeño comité de intelectuales
máxime en un proceso revolucionario que en Chile de la que quizá te haya adelantado
se caracteriza por sucesivas alteraciones de algo Gonzalo Rojas, cuando me llega la noticia
acuerdo a la lección de los hechos, sin contar del encarcelamiento de Heberto y [su esposa]
ese retraso intelectual que ya parece fatal res- Belkis. No necesito decirte el efecto que me
pecto a la acción revolucionaria propiamente produjo.// Sabés muy bien de mi posición res-
dicha. [...]// No sabemos si concluiremos nues- pecto a Heberto y su famoso libro, cosas todas
tro contrato con la Universidad sin pasar por que discutimos muy honrada y muy claramente
un conflicto grave. Ya a Marta le han iniciado en torno a la mesa de la Casa. Obviamente no es
ese pleito que en todas partes la acompaña: de eso que se trata ahora, sino de un encarcela-
oficialmente la presentan como la represen- miento cuyos motivos no se han hecho públicos,
tante del Che en Colombia, habiendo alojado pero que eriza la piel más coriácea. [...] Recibí
al Che en su casa para evitar su detención el mensaje que Cortázar y Sartre firmaron,
(????). El infundio viene directamente del dirigido a Fidel, quizá demasiado aprensivo
Secretario de Educación (municipal) del país en sus términos –entiendo que siempre debe
que lo pregona en la reunión del consejo de hacerse confianza a la revolución– pero cuya
ministros (municipales) de estado asociado en inquietud comparto como la comparten hoy los
sociedad. En todo caso, si nada grave ocurre intelectuales de toda América Latina. No tengo
estaremos hasta el mes de agosto. por qué decirte que si por un lado la seguridad

188
y la libertad de Heberto y Belkis me inquietan lismo socialista para hacer arte, del mismo modo
sobremanera dado que en el pasado que yo les deseo que Cuba y sus intelectuales demuestren
conozco no hay ningún motivo para justificar un que para solucionar los naturales conflictos de
encarcelamiento, por otro lado el efecto de esta la construcción del socialismo, este no deba
detención es catastrófico para la Revolución. Tú devorarse a sus propios hijos, como Saturno. [...]
sabes muy bien que no pertenezco a los que se Es una hazaña, una exigencia alta de la cultura
dicen integrantes del mandarinismo intelectual y yo espero que se la alcance.// En definitiva,
ni me gusta ser el fiscal de los dirigentes revo- Roberto, más que mi aprecio por un hombre
lucionarios, posiciones casi ridículas en nuestro y mi estima intelectual por un creador de arte,
tiempo; por lo tanto es comprensible que si la lo que me importa sobre todo es el socialismo
Revolución debe enfrentar un peligro grave esté y es Cuba. Y me importa bien egoístamente,
dispuesta a pasar por alto sobre los dañinos jui- porque creo que es parte primera y principal del
cios que eso provoca en el exterior. Pero en este socialismo latinoamericano: el modelo cubano,
caso la detención de un escritor –cuya obra ha por más que se intenten otros, no dejará de ser
sido objeto de una crítica tan pedestre y defor- el primero y servirá de «jurisprudencia» como
mante como pasó con su libro y que separado dicen los peritos, a él se apelará muchas veces.//
de todo cargo de responsabilidad difícilmente Te agradezco toda la información que puedas
podía perjudicar a nadie– se presenta como un proporcionarme, aunque comprendo bien las
hecho sin justificación que aviva las naturales limitaciones de este momento. Te agradezco
inquietudes de quienes no hace tanto, apenas testimonies a Haydee mi inquietud que ella que
dos años, vieron en Checoslovaquia destituir me conoce bien es posible que descuente, y este
a decenas de escritores y encarcelarlos.// A pe- deseo mío de que la Revolución Cubana siga
sar de mi amistad por Heberto, te confieso que siendo nuestro punto de confluencia, nuestra es-
preferiría se le reconociera culpable de secuestro peranza, nuestro orgullo. Parece siempre como
de información secreta o cualquier insensatez que todos no cesamos de pedir y hasta de exigir:
semejante (a no ser que la solución paradisía- la única excusa válida es que Uds. los cubanos
ca, de que todo fue un error, no se produjera) nos acostumbraron a eso, fraternalmente.
porque no querría vivir una nueva desconfianza
intelectual por el socialismo, ni querría que este Después de varios años de forcejeos,11 se había
tuviera que pasar, en su difícil edificación, por abierto otra etapa de nuestra vida cultural, que
la exclusión brutal de los intelectuales o poetas tiempo después, desde las páginas de la misma
cuya acción pública es bien reducida. Es decir,
nada peor que reiterar dentro de América Latina 11 Ver por ejemplo «Diez años de revolución: el intelec-
un conflicto que la Europa socialista conoció tual y la sociedad», en Casa de las Américas, No. 56,
reiteradas veces pero que hemos deseado y que- septiembre‑octubre de 1969. Se trata de una mesa
redonda en la que participamos Roque Dalton, René
rido que no se produjera en nuestro continente. Depestre, Edmundo Desnoes, Ambrosio Fornet, Carlos
Del mismo modo que Cuba y sus intelectuales María Gutiérrez y yo, y que ese año se publicó también,
demostraron que no era necesario caer en el rea- como libro, en México, D.F.

189
revista Casa, Ambrosio Fornet llamaría, en de- a una discusión que contribuyó a desenmascarar
nominación que iba a difundirse, «el Quinquenio al colonialismo cultural, pero en considerable
Gris», el cual para él abarcó de 1971 a 1975.12 medida resultó estéril o, peor aún, dañina. La gran
Tras este último año, hechos como la institucio- mayoría de nuestros amigos defendió con nobleza
nalización del país y en particular la creación del a la Revolución de Cuba, pero entre quienes la
Ministerio de Cultura comenzarían a clausurar atacaron, llegando a acusarla de las peores cosas,
en lo esencial la etapa. estuvo un exintegrante del consejo de colabora-
De sobra se sabe que poco antes de la fecha en ción de la revista Casa, quien hizo pública de
que recibimos las cartas de Ángel había tenido manera escandalosa su renuncia a esa condición.
lugar la lamentable autocrítica pública de Padilla, Se trató del destacado narrador peruano Mario
mera caricatura de los últimos discursos pronun- Vargas Llosa, quien además abandonó sus ideas
ciados por las víctimas de los espantosos procesos de izquierda, se convirtió no ya en un censor sino
de Moscú de los años treinta, lo que no todos en un calumniador de cualquier intento de autén-
percibimos en aquel momento.13 Tal seudoauto- tica transformación social, fue candidato por la
crítica, al contrario de lo que sucedió en los casos derecha a la presidencia del país donde naciera, y
moscovitas, no fue seguida por asesinato alguno: ha asumido otra ciudadanía. Haydee Santamaría
tras su mes de prisión, el autor de Fuera del juego le respondió en una dura carta pública14 frente a
fue excarcelado. Pero el mal estaba hecho, y si a la cual él permaneció silencioso mientras Haydee
ello se suma que se decidió que tal seudoautocrí- vivió. Años después de la muerte de ella, sin
tica apareciera en la revista Casa (aunque fuera embargo, cuando esta no podía responderle, la
en la forma de un «Suplemento» que ni antes ni aludiría en una entrevista de modo violento, y en
después volvió a existir), así como materiales un reciente libro de memorias, practica una suerte
emanados del Primer Congreso Nacional de Edu- de macartismo similar al que arrojó a Rama fuera
cación y Cultura, de ese año, fuimos arrastrados de los Estados Unidos, al denunciar (como hacen
12 Ambrosio Fornet: «A propósito de Las iniciales de la
otros pariguales suyos) a quienes, profesando
tierra», en Casa de las Américas, No. 164, septiem- ideas de izquierda, ejercen con todo derecho su
bre‑octubre de 1987, p. 150, nota. Un enjuiciamiento más magisterio en universidades estadunidenses que
severo del período lo realizó Fernando Martínez Heredia solo con mala fe pueden ser identificadas con los
en «Izquierda y marxismo en Cuba», en Temas. Cultura, designios del Imperio. El caso más doloroso para
Ideología, Sociedad, Nueva época, La Habana, No. 3,
julio-septiembre de 1995. A esta luz se aprecian mejor
nosotros fue el de Julio Cortázar, quien participó
los artículos que a la «nueva política cultural cubana» de modo complejo en la ruda polémica sin aban-
dedicó Rama durante junio de 1971 en Marcha. donar nunca su lealtad revolucionaria. Como a
13 Ver a propósito de estos hechos, incluso de las dos car-
tas abiertas a Fidel (ninguna de las cuales fue firmada 14 Haydee Santamaría: «Respuesta a Mario Vargas Llosa»,
por Rama), mi trabajo «Calibán revisitado», en Casa en Casa de las Américas, No. 67, julio‑agosto de 1971,
de las Américas, No. 157, julio‑agosto de 1986, y la que incluye la carta abierta de Vargas Llosa. La res-
entrevista que me hiciera Jaime Sarusky que apareció puesta de Haydee se adelantó en un suelto incluido
en el No. 200 de Casa con el título «Desde el 200, con en la entrega anterior de Casa. Ambas cartas abiertas
amor, en un leopardo». tuvieron amplia difusión.

190
su muerte le dedicamos el número doble 145‑146 «la Revolución Cubana es mucho más que su li-
(julio‑octubre de 1984) de la revista Casa de las teratura y el pueblo cubano es todavía más que su
Américas, a él remito al lector. revolución, dado que es artesano de una historia
En cuanto a Rama, es evidente que discrepó de siempre renovada». Añadió por último:
las decisiones cubanas. Ello lo prueba no solo la
carta de 5 de abril de 1971 que he citado, sino sus a diferencia de otras revoluciones culturales,
artículos sobre la «nueva política cultural cubana» esta se produce en un sector reducido de una
publicados en junio de ese año en Marcha. Sin más vasta comunidad, la de la cultura hispa-
embargo, no es cierto, como se dice por error en la noamericana que tiene más de cien millones
citada Cronología y bibliografía de Ángel Rama, de integrantes; pertenece a ella y en ella se
que «en carta fechada el 27 de mayo [de 1971], resuelve de tal modo que su aportación deberá
dirigida a Haydee Santamaría, renuncia al comi- conjugarse dentro de la gran herencia hispánica
té de colaboración de la revista Casa».15 Como y en permanente enfrentamiento con el resto de
ese texto no aparece en nuestro archivo, la autora la literatura y el arte de nuestra América. Es en
de dicha cronología, la compañera Carina Blixen, este vasto campo donde seguiré colaborando
tuvo la gentileza de enviarnos a solicitud nuestra para luchar contra el criminal bloqueo de la Oea,
una fotocopia de la carta. Pero esta no es tal, sino reiterando que Cuba es parte primerísima de la
el borrador (incluso con muchas tachaduras y cultura y la revolución latinoamericana, aunque
añadidos a mano) de una «carta abierta» que como hoy se equivoque gravemente respecto al fun-
todo material de esa naturaleza debió haber tenido cionamiento crítico de la democracia socialista
vida pública, lo que no ocurrió. Así comienza el como respecto a la creación estética.// Con el
borrador: «Visto que los conflictos latentes han invariable afecto personal de Ángel Rama.
estallado, tomando estado público, no nos queda
otra vía para fijar nuestras respectivas posiciones Afortunadamente, así no terminaron nuestras
que el sistema de las cartas abiertas». Ahora bien: relaciones con él. Pero antes de aludir a la con-
esas cartas se publican (por eso son «abiertas»), y tinuación de tales relaciones, es imprescindible
esta no lo fue. No es dable dudar que Ángel, en uno recordar, aunque sea someramente, la situación
de sus momentos de cólera que tan bien le conocí, continental, entre 1971 y 1983, en que ellas se
escribió dicho borrador. Tampoco es dable dudar inscribirían. Si las relaciones iniciales ocurrieron
que en otro momento, de generosa reflexión que en momentos de eclosión y esperanza revolucio-
igualmente le conocí, decidió no enviar a Haydee narias en la América Latina, y aun más allá de ella,
aquella «carta abierta», aunque varias de sus ideas inauguradas en 1959 y llegadas con fuego mayor
las retomaría en sus mencionados artículos de hasta la caída del Che en 1967, la situación no
junio en Marcha. En el borrador, entre criterios sería igual después. En lo tocante a Cuba, la etapa
a veces injustos y a veces compartibles, escribió: que en lo cultural se relaciona con el Quinquenio
Gris tiene como sustrato la inserción de la solitaria
15 Carina Blixen y Álvaro Barros‑Lémez: ob. cit. en Cuba en el Came y el consiguiente fortalecimien-
nota 1, p. 42. to de sus nexos económicos con los países del

191
llamado «socialismo real». Sin embargo, aunque En cuanto a los nexos económicos a que se
no faltaron intentos, no llegó a implantarse en el forzó a la bloqueada Cuba con los países de la
país nada comparable al nefasto «realismo socia- Europa que se decía socialista, tales nexos, que
lista». El propio creador del sintagma Quinquenio no obligaron a una política cultural afín a la
Gris, Ambrosio Fornet, escribió en el texto en que de aquellos, tampoco obligaron a lineamientos
bautizó la etapa: «Las tendencias burocráticas en políticos mayores, contrariamente a lo que los
el campo de la cultura que se manifestaron en el enemigos han propalado: por ejemplo, durante
Quinquenio Gris (1971 a 1975, ambos inclusive) esos años Cuba no solo encabezó el Movimien-
frenaron pero no impidieron el desarrollo poste- to de Países no Alineados, sino que mantuvo su
rior de las distintas corrientes literarias». admirable y bien conocida solidaridad con los
Tales tendencias, que sin duda existieron, aunque pueblos oprimidos de la Tierra. De todas maneras,
rechazadas por los más valiosos escritores y artis- los errores cometidos al calor de aquellos nexos,
tas, al igual que por organismos culturales como el siguiendo tendencias de cuya peligrosidad para
Instituto de Cine (Icaic), la Casa de las Américas, la Revolución ya había alertado el Che, serían
el Ballet Nacional de Cuba y otros,16 llegaron a combatidos desde mediados de los ochenta, en
implicar la marginación temporal de hombres el llamado proceso de rectificación.
y mujeres de cultura en el país;17 pero, como se En otros países de nuestra América (en no
ha dicho, a partir de 1976 esas tendencias fueron pocos de los cuales sobrevivieron proyectos
perdiendo fuerza y dejaron lugar a un reverdeci- revolucionarios tras la desaparición del Che), a
miento cultural esperanzador aunque desde luego la campaña de penetración en la cultura llevada
no idílico: ya señalé hace años que el dogmatismo a cabo por el imperialismo estadunidense, que
no es solo una u otra etapa (las cuales, como todas, Rama denunciara y combatiera con tanta lucidez
se extinguen), sino también una línea.18 y tenacidad, la acompañó de modo creciente
una intromisión abierta o velada para imponer
16 Esto lo ha recordado Alfredo Guevara en polémica entrevis- dictaduras militares dóciles a sus intereses. No
ta aparecida en La Gaceta de Cuba, julio‑agosto de 1993. se trataba de algo nuevo, sino de la Política del
17 Ver el testimonio de un protagonista de nuestra lite- Gran Garrote, que con escasos hiatos ha padecido
ratura afectado por aquellas tendencias burocráticas, nuestra América desde la intervención militar
en la también polémica entrevista a Pablo Armando que en 1898 hizo de Cuba un protectorado o una
Fernández incluida en el libro de Raquel Ángel Rebel‑
des y domesticados. Los intelectuales frente al Poder, neocolonia durante sesenta años; y de la hermana
Buenos Aires, 1992. Puerto Rico, una abierta colonia hasta hoy. Tal
18 R.F.R.: «Hacia una intelectualidad revolucionaria en política (sustituida de momento en muchos casos
Cuba», en Casa de las Américas, No. 40, enero‑febrero por democracias llamadas vigiladas o tuteladas)
de 1967, p. 13. El ensayo había aparecido antes en Cua‑ se manifiesta desembozadamente cada vez que
dernos Americanos, noviembre‑diciembre de 1966, y lo los intereses del amo se sienten amenazados. En la
recogí en Ensayo de otro mundo, La Habana, 1967; 2a.
ed., Santiago de Chile, 1969, y en la 2a. ed. de Para el
década del setenta, el más resonante de esos hechos
perfil definitivo del hombre, La Habana, 1995. [Integra fue el derrocamiento en 1973 del gobierno consti-
también esta selección]. tucional de la Unidad Popular: derrocamiento que

192
abrió el camino al presunto «milagro» económico se reanudaron a partir del encuentro de 1980. La
de Chile sustentado en la persecución, el encar- razón de ello no es que supuestas capacidades
celamiento, la tortura y el asesinato de millares suasorias mías se hubieran desarrollado en ese
de sus ciudadanos, así como en el aumento de la caso, sino que para entonces no solo había queda-
pobreza de los sectores humildes. Otros países do atrás en Cuba el Quinquenio Gris, sino sobre
sobre todo del Cono Sur conocerían destinos todo habían sido ahogadas en sangre casi todas
similares, como Uruguay a partir de 1973: ello las alternativas renovadoras en nuestra América.
implicó la desaparición en 1974 del semanario De regreso a los Estados Unidos, Rama me en-
Marcha, esencial en la vida de Rama y de varias vió, a principios de 1981, un sobretiro de la Revista
generaciones latinoamericanas, la prisión, la tor- Iberoamericana con su trabajo «Indagación de la
tura y la muerte para muchísimos compañeros, y ideología en la poesía. (Los dípticos seriados de
el exilio para otros, como el propio Ángel, que no Versos sencillos)», con esta breve nota a su frente:
pudo regresar a su patria. Por otra parte, en enero
de 1981 el gobierno de los Estados Unidos pasó a Retribuyo (mínimamente) tu bello libro. Es-
manos de una administración que apretaría aún toy instalándome como te dije y me gustaría
más las tuercas de lo que el Imperio considera su recibir la revista y las publicaciones. ¿Viste
patio de servicio, valiéndose de medios y vocablos la respuesta a Armand en el número de [Cua‑
diversos. La derecha, que después de la derrota dernos de] Marcha?// No bien me libre de los
militar del nacifacismo y del eclipse del macartis- compromisos urgentes te remitiré algo para
mo original había vuelto a levantar cabeza desde la revista.// Como habrás visto se cumplieron
finales de los sesenta, alcanzaría sitio hegemónico. todos mis pronósticos sobre la política de este
Contra ese telón de fondo (mucho más com- país: mal tiempo a la vista!// Un abrazo.
plejo, desde luego) ocurrieron mis encuentros
con Ángel a partir de su alejamiento en 1971. Ta- Ninguno de los dos podía preverlo, pero
les encuentros tuvieron lugar en Canadá (Ottawa ese «mal tiempo» en los Estados Unidos (el
y Montreal), en 1973, con ocasión del VII Con- del gobierno de Reagan) y la polémica a que
greso de la Asociación Internacional de Litera- lo arrastró aquella «respuesta» iban a afectar
tura Comparada; en Caracas, en 1974, cuando seriamente la vida de Ángel.
se fundó la Biblioteca Ayacucho; en 1980, en El 30 de julio de ese año 1981, desde Barce-
Venecia, donde se celebró el VII Congreso de lona, el infatigable animador cultural que él fue
la Asociación Internacional de Hispanistas; me pidió que prologara una antología de Ernesto
en 1983, en París, al proyectarse la Colección Cardenal que debía aparecer en Suecia. Y al
Archivos. Aunque todos estos encuentros fueron final, aludiendo a una invitación que le había-
en lo personal tan discutidores como cordiales mos cursado para que participara en el Primer
(así ocurrió desde el inicial en 1961, cuando aún encuentro de intelectuales por la soberanía de los
yo no formaba parte de la Casa de las Américas), pueblos de Nuestra América, que organizábamos
los dos primeros no implicaron reanudación por y se celebraría entre el 3 y el 8 de septiembre de
Rama de sus vínculos con esta última; ellos sí aquel año, añadió:

193
Debo llegar a USA antes de fin de agosto en mentaba la recepción de lo que llamaba con su
que concluye mi visado y entrar en la pelea habitual generosidad mi «precioso ensayo sobre
para conseguir renovación contando con la Cardenal que es en todo acorde con lo que yo
ayuda de la Universidad. No podré estar con quería»,20 y me comunicaba haber estado tentado
ustedes y realmente lo lamento. Aunque he de mandarme
llegado al descreimiento total en materia de
congresos y declaraciones que me rehúso drás- un largo ensayo (35 pp.) sobre Martí que
ticamente a firmar, me es muy gratificante un escribí pensando en los homenajes de este año
encuentro con los amigos, ese pequeño calor (como recordarás es el centenario del Ismaelillo
de la vida que el exilio ha retaceado. que inició la revolución poética de nuestra len-
gua americana) pero me ha detenido el enfoque
Pocos días después, el 9 de agosto, también que me pareció muy distante de las actuales
desde Barcelona, insistía: preocupaciones allí. El título te lo explica todo:
«Martí en el eje de la modernización poética:
vuelvo a escribirte porque concluí un comen- Whitman, Lautreamont, Rimbaud» y no creas
tario sobre el último libro de Fuentes (que que es exceso admirativo, efectivamente en ese
después de tantos años de disgusto con su cuadrángulo, donde él representa la positividad
producción, me reconfortó) y me puse a pensar hispanoamericana, es donde cobra sentido su
que quizá, en este tiempo de restablecimiento invención. Todas las demás disquisiciones,
de diálogo, fuera «fructuoso y oportuno» que que si los españoles, que si Darío, son asuntos
apareciera en tu revista. // Se trata de una nota de señoritas, así hayan sido tan machos como
que no sustituye mi prometida colaboración, que Marinello. La única que percibió el asunto fue
sigue en pie (no hago sino atender inmediatas Fina [García Marruz], que no es una señorita
obligaciones del «pane lucrando») y la segui- sino una mujer.21 // Temblé cuando todo el
rá, aunque a ti no te parezca adecuado el tema
o el momento para publicar este adelanto que 20 Se trata de mi trabajo «Prólogo a Ernesto Cardenal»,
te envío adjunto.19 // Como bien sabes, «el que entre otros sitios apareció en Casa de las Américas,
tiempo es un caballero» que limpia asperezas, No. 134, septiembre‑octubre de 1982.
y aunque cada uno mantendrá sus posiciones 21 Fuera o no polémico el trabajo (y los de Rama solían
quizá convenga resguardar coincidencias serlo), al recibir esta carta no entendí el criterio se-
gún el cual dejó de mandármelo («me ha detenido el
valederas en la agitada historia que vivimos. enfoque que me pareció muy distante de las actuales
preocupaciones allí. El título te lo explica todo [?]»);
En la última carta que recibí de él, fechada y lo entendí menos cuando, tras su muerte, leí el ensa-
en Wáshington el 7 de enero de 1982, me co- yo en la Nueva Revista de Filología Hispánica (tomo
XXXII, No. 1, 1983), la cual tuvo la suerte de recibirlo
y, como hubiera hecho Casa encantada, de publicarlo.
19 La nota de Rama es «Agua quemada, de Fuentes: el La conjetura de Rama (a propósito de un trabajo suyo
retorno a casa», y apareció en Casa de las Américas, que en cierta forma desarrolla ideas de su ponencia en el
No. 130, enero‑febrero de 1982. Encuentro con Rubén Darío, y en que textos de Cintio

194
horror polaco (que reproduce exactamente la otros: creo (¡sorpresa!) que esta vez tocantes a
dictadura uruguaya) pensando en Uds. y en los Sarmiento y Martí. Los que no nos conocían, y
nicaragüenses, pero parece haber primado la nos habían visto cruzar ideas con vehemencia,
sensatez o aquella famosa ley de equilibrio de se sorprendieron al vernos salir de las reuniones
que hablaba Martí. conversando con toda cordialidad. Una noche,
Marta Traba y él nos invitaron a cenar en su
Le escribí ese año 1982 dos cartas que no sé si departamento. Estábamos (que yo recuerde) el
llegaron a sus manos. Una en mayo, desde Nueva argentino Damián Bayón, el brasileño Roberto
York, y otra en octubre, desde La Habana. No Pontual, la venezolana Susana Rotker y Adelaida
tengo copia de la primera, que fue manuscrita; y yo: un conjunto latinoamericano cosmopolita
y en la segunda le dije: «He sabido que te has muy del gusto de los raigales latinoamericanos
visto enzarzado en alguna triste polémica. Triste cosmopolitas que fueron Ángel y Marta. Entre las
de veras». Más no podía decirle sin lastimarlo cosas de que hablamos, se encontró la realización
–antes que ayudarlo– con cartas que provenían de un simposio en Managua sobre Martí, Darío
de la satanizada Cuba.22 y la nueva literatura latinoamericana y caribeña
Me encontré con Ángel nuevamente en mayo que al cabo se celebró en 1985, tras su muerte
de 1983, en París, donde se radicó luego de su (y en camino al cual murió Alejandro Losada).
exclusión de los Estados Unidos. Participamos Aquella noche fue la última vez que vi a Rama.
entonces, según dije, en la reunión, convocada Muchísimas cosas perdimos con su desapari-
por nuestro común amigo Amos Segala (quien ción, no obstante la enorme riqueza de lo que nos
también había convocado la reunión genovesa había dado, y de la que se habla en los trabajos
del Columbianum, en 1965), en que se diseñó del número 192 de Casa que antecedieron a
la Colección Archivos. Como era previsible, esta desordenada evocación, la cual consideré
puesto que siempre ocurría, no solo coincidimos mi deber hacer, por imperfecta que fuera, al ren-
en unos puntos, sino también discrepamos en dirle homenaje. No puedo dejar de pensar que la
Casa de las Américas, además, durante un largo e
Vitier y Fina García Marruz son citados como estímu- innecesario período se había perdido la cercanía
los) me ratificó en la opinión de que Ángel, a partir personal de nuestro mayor crítico literario, un
de su alejamiento en 1971, dejó de tener con respecto animador cultural que parecía una fuerza de la na-
a la cultura cubana la información copiosa que a él,
lector voraz, lo caracterizara. Aunque debo reconocer
turaleza, una criatura de excepción. Por supuesto,
que algunos de los textos que se habían publicado no siempre hubiéramos estado de acuerdo: más
aquí a partir de aquel alejamiento no eran como para bien hubiéramos incrementado nuestras fértiles
entusiasmarlo a él –ni a mí. discusiones. Habían pasado solo tres años de
22 Aunque el proceso que llevó a la expulsión de Ángel haberse restañado (en lo que toca a la Casa toda)
de los Estados Unidos es bien conocido, no está de más esa cercanía personal, cuando la muerte nos lo
releer las líneas justas en que Jorge Ruffinelli sintetizó
aquel proceso: ver su «La ciudad letrada», anexo a «La
arrebató. Dicho sin una gota de retórica, su pre-
carrera del crítico de fondo», en Texto Crítico, Nos. 31-32, sencia no acaba, sin embargo, como no acaba la
enero-agosto de 1985, pp. 20-21. de pariguales suyos a los que ni siquiera llegamos

195
a ver, y que también nos orientarán y estimularán ser, a través del franco ejercicio de la inteli-
siempre: no en balde suele surgir constantemente, gencia y de la sensibilidad, el hombre libre,
cuando se menciona con limpieza el nombre de abierto a los cuatro vientos del espíritu».// Y
Ángel Rama, el de otro maestro: Pedro Henríquez comprendiendo, por haberla vivido a través de
Ureña.23 No concibo mayor homenaje –ni verdad sus largos años en diversas patrias americanas,
mayor– que juntar sus memorias. El propio Ángel la aspiración a un universalismo que nada
comprendió esa filiación cuando escribió en 1979 amputa a las energías vivas y creadoras de la
estas palabras con que voy a concluir, trenzando nación, agregaba estas palabras que me siguen
citas del uruguayo y el dominicano que son de pareciendo válidas: «El hombre universal con
todos los que creemos en nuestra América: que soñamos, a que aspira nuestra América, no
será descastado: sabrá gustar de todo, apreciar
un día, descubrí en mi camino a Pedro Henrí- todos los matices, pero será de su tierra; su
quez Ureña a quien no pude conocer, y sentí tierra y no la ajena le dará el gusto intenso de
que él había dicho lo que confusamente había los sabores nativos, y esa será su mejor prepa-
vivido y buscado: que nosotros los hombres ración para gustar de todo lo que tenga sabor
latinoamericanos solo podemos existir con una genuino, carácter propio. La universalidad no
viva conciencia utópica, si por ella se entiende es descastamiento: en el mundo de la utopía
la satisfacción de nuestros apetitos humanos y no deberán desaparecer las diferencias de
espirituales: «Dentro de nuestra utopía –decía carácter que nacen del clima, de la lengua, de
él–, el hombre llegará a ser plenamente huma- las tradiciones, pero todas estas diferencias,
no, dejando atrás los estorbos de la absurda en vez de significar división y discordancia,
organización económica en que estamos pri- deberán combinarse como matices diversos
sioneros y el lastre de los prejuicios morales de la unidad humana. Nunca la uniformidad,
y sociales que ahogan la vida espontánea; a ideal de imperialismos estériles; sí la unidad,
como armonía de las multánimes voces de
23 Es útil recordar que en 1916 tropas estadunidenses los pueblos».24 c
arrojaron de la presidencia de la República Dominicana
a un hombre digno que era el padre de Pedro Henríquez
Ureña, quien no olvidó la afrenta, la cual pesó mucho 24 A.R.: «Otra vez la utopía en el invierno de nuestro
en su vida. En una breve nota autobiográfica, póstuma, desconsuelo», cit. en nota 9, pp. 80‑81. La indepen-
escribió: «Finalmente, a veces he escrito de política: dencia de criterio de Ángel se puso de manifiesto al
por ejemplo, para defender a mi país contra coercio- discrepar también, llegado el caso, de su admiradísimo
nes injustas de fuera, en 1916 y años subsiguientes, o Henríquez Ureña (de quien compiló, junto con Rafael
para declarar cómo concibo el compromiso moral de Gutiérrez Girardot, su mejor antología: La utopía de
nuestra América en el futuro, “la utopía de América”»: América, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1978); ver,
P.H.U.: Observaciones sobre el español en América y por ejemplo, de A.R.: «La modernización literaria
otros estudios filológicos, comp. y pról. de Juan Carlos latinoamericana (1870‑1910)», en La crítica de la
Ghiano, Buenos Aires, 1976, p. xix. cultura en América Latina, cit. en nota 1, p. 91.

196
NOÉ JITRIK

S
orprendidos por la noticia del deceso de hoy su obra en la biblioteca de nuestro Instituto
Roberto Fernández Retamar, queremos de Literatura Hispanoamericana es objeto de
acercarles nuestro pésame. Su figura fue consulta frecuente y, en muchos casos, insosla-
central en la renovación de los estudios litera- yable. En mi nombre y en el de los miembros
rios latinoamericanos, así como en otras áreas del del Instituto que dirijo, quiero acompañarlos en
pensamiento de nuestro Continente, y al día de este difícil momento.

FRANCISCO LÓPEZ SACHA

«Murió por traer el cielo».


Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 198-216

Ese epitafio, Roberto, lo mereces,


para todos nosotros y para siempre*

E
stimados amigos y amigas: sus amigos, las letras hispanoamericanas y la
Quizá la cercanía de esta pérdida nos im- cultura latinoamericana que él conoció y defen-
pida ver en profundidad la enormidad y dió como nadie.
estatura de Roberto Fernández Retamar, lo que Desde muy joven, desde que publicara en 1950
ha perdido toda nuestra cultura, la gran familia Elegía como un himno, Roberto Fernández
del espíritu en este Continente, su familia toda y Retamar estaba innovando ya la poesía de este
Continente. Y no solo la poesía, estaba reclaman-
* Palabras leídas al ser arrojadas al mar las cenizas de R.F.R. do un espacio histórico para la figura de Rubén

198
Martínez Villena y para la continuidad extraordi- José Martí, de quien fuera un conocedor abso-
naria con los héroes que habían fundado el mo- luto y un hombre que viviera bajo la ética de su
vimiento revolucionario de la década del treinta pensamiento preclaro.
y en los cuales también él se vería, puesto que, No hay duda de que Roberto Fernández Re-
desde muy joven, en la lucha contra la dictadura tamar con Caliban alcanzó una cota de elevada
de Batista, Roberto Fernández Retamar formó estatura en la ensayística continental. Caliban
parte del Movimiento de Resistencia Cívica. Y demostró nuestra condición de latinoamerica-
no solo formó parte de él, sino que arriesgó su nos y probó, basándose en La tempestad, de
vida por las ideas, por la poesía, por todo lo que Shakespeare, que teníamos una personalidad,
creó en esos años cuando estuvo muy cerca de un mundo, un espíritu y una identidad que nadie
las grandes academias en los Estados Unidos nos podía robar.
y cuando vivió en París y siguió los cursos de Retamar más tarde inició los estudios filoló-
Martinet y regresó con uno de los grandes libros gicos para nuestra cultura con ese libro extraor-
del idioma que es Idea de la estilística.  dinario que se llama Para una teoría de la lite‑
Retamar ya era grande en ese instante y pudo ratura hispanoamericana, donde demostró que
dejar ese espacio porque tenía un deber que los ejemplos de la literatura en sí son los que se
cumplir con la Revolución Cubana, de la cual toman en cuenta para formular una teoría. Bajo
fue Consejero Cultural en París de 1960 a 1965 ese principio, rechazó el mundo eurocéntrico y
y, más tarde, Secretario Ejecutivo de la Uneac se concentró en la relación entre el idioma, la rea-
al lado de Nicolás Guillén. lidad y el mundo hispanoamericano que ya tenía
Con Vuelta de la antigua esperanza, el libro obras maestras, modelos y paradigmas a seguir en
que de todas maneras cambió la lírica cubana, el campo literario.
dejó el poema «El otro», que es el reclamo que Se hizo cargo de la Casa de las Américas,
él mismo hiciera para su propia vida y el reclamo fundó el Centro de Estudios Martianos y al mis-
que continuó en el desarrollo de su extraordinaria mo tiempo fue miembro activo del Consejo de
participación en el movimiento intelectual y polí- Estado de la República de Cuba, de modo que
tico cubano de los primeros años de la Revolución. fue también un gran político.
En 1965 se hizo cargo de Casa de las Américas No podemos olvidar su cercanía con la poesía y
y la convirtió en la primera revista del idioma, en la literatura de los jóvenes; la cercanía extraordi-
una de las grandes revistas que todavía existe y naria que tuvo con Haydee Santamaría; y el rasgo
que lleva su impronta, su sello y su personalidad. esencial que lo distinguió, que fue la defensa de
Así mismo, participó junto con Julio García todos los principios fundamentales de la lite-
Espinosa en la guerra de Viet Nam y escribió ratura cubana contemporánea y de la literatura
el Cuaderno paralelo, y estuvo bajo los bom- que nuestro Continente estaba produciendo, y
bardeos cuando García Espinosa filmara Tercer no solo la literatura, la plástica, la música y el
Mundo, tercera Guerra Mundial. Ya entonces cine; todas las obras que pudo realizar; todos
había publicado uno de los grandes ensayos, los premios que recibió, de los cuales se sentía
Ensayo de otro mundo, una mirada nueva sobre modestamente merecedor y que le llevaron a

199
la cúspide del idioma como pensador, poeta, Hizo su parte, llegado el momento.
humanista y escritor. Se sabe también que lamentó no haber escrito
Nos dejó un testimonio muy grande en uno de «Nuestra América», Trilce, El 18 Brumario
los poemas que cita la propia Casa de las Américas: (¿Para qué hablar del Capital?)
«Sería bueno merecer este epitafio».
Aunque tú, lector, recuerdas
Puso a disposición de los hombres lo que tenía Probablemente
/ de inteligencia (Sobre este adverbio no debe insistirse mucho)
(Poco o mucho, pues no es de eso de lo que se trata), Aquella página.
Y quedan por ahí algunos papeles y algunas Se equivocó más de una vez, y quiso sinceramente
/ ideas y algunos amigos / hacerlo mejor.
(Y quizás hasta algunos alumnos, aunque esto Acertó, y vio que acertar tampoco era gran cosa.
/ es más dudoso) De todas maneras, llegado al final, declaró que
Que podrán dar fe de ello. / volvería a empezar si lo dejaran
Les entregó lo que tenía de coraje De él en vida se dijo bien y mal, y con los años,
(Poco o mucho, pues tampoco es de eso de lo / esos en los que
/ que se trata). Todo se va borrando y confundiendo,
No faltará algo o alguien No faltará quien lo mencione de modo que lo
Que pueda verificarlo. / hubiera complacido,
Se sabe que deploró de veras no haber estado Mezclando su nombre con otros nombres,
/ la madrugada de aquel 26 entre los / bajo el epígrafe revolución.
/ atacantes al cuartel,
No haber venido en aquel yate, Mi amigo Yoel Mesa le robó uno de sus versos:
No haberse alzado en la montaña. Yo quisiera merecer este epitafio, cuando vio un
No haber sido, en fin, de los elegidos. papalote deshilachado sobre el tendido eléctrico.
Pero, como se ve Y escribió: Murió por traer el cielo. Ese epitafio,
(Espero que el epitafio pueda llevar esta oración Roberto, lo mereces, para todos nosotros y para
/ sin forzar la realidad), siempre. Muchas gracias.

200
SERGIO MARELLI

Nosotros, los sobrevivientes

«Cuando me lo contaron, sentí el frío para salir a la calle. Al rato, volvió con una hoja
de una hoja de acero en las entrañas...». de árbol, amarillenta, nervuda, mordida por la
Gustavo Adolfo Bécquer intemperie. Le pidió una cinta scotch a mi mamá,
y la pegó en el papel. «Te mando un pedazo de

«A
caba de fallecer papá», me escribió otoño de La Plata», puso, reanudando la carta.
ayer su hija, Laidi –mi amiga, mi her- A esa carta, Javier agregó dos poemas míos, que
mana. Se nos fue un poeta. El mundo al tiempo, con la alegría que deben sentir los
se va a poner mucho más frío. Una vez me dijo que ganan un Premio Nobel, vi publicados en
mi amigo Tito Cossa, que uno no se muere de una la revista Casa de las Américas. Hace menos de
vez, sino que se va muriendo a pedazos. Este es un mes, trabajando en los archivos de la Casa de
uno de esos momentos en que uno siente que las Américas en un nuevo libro sobre Roberto,
el ser querido es el muerto que se va y uno es el volví a encontrarme esa carta, ante la cual no
muerto que se queda. Con Roberto Fernández pude demorarme, por miedo a estas lágrimas
Retamar se va un pedazo muy importante de mi que ahora no puedo ni quiero detener.
vida. Desde aquel lejano encuentro que tuvimos Conocí muy pocos poetas tan dotados para
hace más de treinta años –y en el que, como él el pensamiento como él. Conocí muy pocos
puso en la dedicatoria a uno de sus libros, des- pensadores capaces de tanta poesía. Dije pocos,
cubrimos que sin saberlo hasta entonces, éramos debí decir ningún otro. Tenía la rarísima virtud
de la misma familia–, el tiempo no ha hecho otra de ser genialmente honrado. Un revolucionario
cosa que hacer más fuerte y bella y verdadera que nunca jubiló su sentido crítico, porque sentía,
nuestra amistad. desde lo más hondo de sus entrañas, que ese es
Mi primer encuentro con él fue gracias a el más irrevocable imperativo de un intelectual
Javier Villafañe, cuando mis padres viajaron de izquierda: no confundir el espíritu de la Re-
por primera a vez a Cuba, en 1985. Llevaron volución con el Espíritu Santo.
una carta escrita por Javier. Recuerdo cuando Abelardo Castillo –quien tanto lo admiró y lo
Javier la escribió. Fue en la cocina de nuestra quiso– dijo alguna vez: «La verdad no está en
casa –que, por entonces, también era la suya–, en las palabras que escribimos. La verdad está en
un momento interrumpió la escritura de la carta la conducta que nos da (o nos quita) el derecho

201
a escribir ciertas palabras». Para Roberto Fer- lito de su aliento. Nunca se puso el bonete en
nández Retamar la literatura no era un juego de la fiesta de los arrepentidos, y aceptó pagar con
variaciones hábiles y sorprendentes, sino parte gallardía y una entereza moral inconmovible, el
de un inexcusable compromiso humano para precio de ser un revolucionario. No le importó
transformar el mundo, para que la humanidad que el costo de esa opción fuera renunciar a los
sea de veras un poco más humana. Jamás tuvo mayores premios literarios que legítimamente
la pedantería de tanto plumífero de creer que con podría haber obtenido si hubiera tomado distan-
un verso se puede derogar la injusticia humana, cia de la siempre molesta Revolución Cubana,
pero jamás cayó en la frivolidad de declarar traicionando y traicionándose, mudando de piel
con estruendo la inutilidad de la literatura. Toda como tantos ejemplos nos ofrece el serpentario
su vida la consagró para que la poesía y el pan de la intelectualidad mundial.
fueran de todos, para salvar la ternura para todos Cuando fui a verlo, hace unas pocas semanas,
y decir con Lautréamont: «Saca de encima tu uno de los regalos que le llevé fue Inglaterra.
asqueroso hocico, oh mundo». Para él la defensa Una fábula, de Leopoldo Brizuela –¡ay, cómo
de la poesía era inescindible de su defensa de esa quisiera que hubiera otra vida y en ella se encon-
Revolución con la que se comprometió lúcida- traran y conversaran apasionadamente y luego
mente, con la honda certeza de estar peleando de unas cuantas copas se fueran juntos a ver
por la vida. a María Elena Walsh!–, porque en esa novela
Todo esto que llevo escrito expresa muy po- aparece Caliban como personaje. Ese Caliban
bremente lo que Roberto significa en la suble- que él erigió para siempre como símbolo de esta
vada historia de nuestro Continente. Porque en América que se obstina en seguir siendo ella mis-
momentos como este, la única palabra justa es ma, única en su diversidad, entera en sus sueños.
la que no existe. Roberto Fernández Retamar se fue, ¡qué ganas
Canceló voluntariamente una brillante carrera tremendas de gritarle en la cara a esa grandísima
universitaria en Yale –teniendo menos de treinta puta: «YA BASTA. ¡No me cabe un solo muerto
años–, para sumarse a la primera línea de fuego más en el alma!».
en la construcción de una Revolución atacada No faltará el obtuso que diga que a un revolu-
por el imperio cuya sede está a escasas no- cionario no se le llora. No lloro por él sino por
venta millas. Esa revolución que la perversión la soledad en que nos quedamos. Pero sé que
lingüística del Poder identificó con una «dicta- cuando acabe de llorar, voy a sonreír por todo
dura», pero de la que tienen mucho que aprender lo que nos dejó, porque este vacío –que ahora
las llamadas «democracias» si es que de veras parece un abismo– se va a llenar con el recuerdo
quieren serlo, y no terminar convirtiendo la pa- de los muchos momentos de honda amistad que
labra «democracia» en una ilusión gramatical, compartimos, de las historias que nadie sino él
una palabra degradada a sonido vacío. Un fósil era capaz de contar. Y, sobre todo, de sus libros:
lingüístico. Roberto, fascinado por la poesía alumbradores, inagotables, que siempre nos de-
que entraña la Revolución, fue fiel a ella hasta jan la necesidad de volver a pensar lo ya pensado
la última gota de su sangre, hasta el último há- y nos ponen una canción en los labios.

202
Lo que quiero decir está mucho más allá de lo los que se agigantan contra los débiles, a los escla-
que las palabras pueden decir. Roberto se parecía vistas, a los cínicos bachilleres y a los hechiceros
a todos los que amaba: Martí, Che, Martínez Es- de la injusticia. «El Quijote del Caribe» se llama
trada. Se les parecía en eso de ser tan él que no se la película que hicimos con Raqui Ruiz y Osqui
parecía a nadie. Recuerdo esa plegaria de Rilke: Aguerre, el Quijote le seguirá clavando la espuela
«Señor, concede a cada cual su propia muerte». La a Rocinante y ni los mil molinos de viento de la
muerte que le fue concedida a este hombre es la de muerte podrán detener a este caballero andante.
los que eligen la lucidez de vivir rebelados. Como Un poeta guerrillero checo, al que mataron
el Che, siempre sintió bajo sus talones el costillar los nazis, dejó escrito: «Recuérdenme siempre
de Rocinante y volvió a los caminos con la adarga en nombre de la alegría». Eso haremos, amigo.
al brazo a enfrentar del otro lado del horizonte a Te lo prometo.

Con Rafael Alberti en 1991

Con Eduardo Galeano y Patricia Ariza en el Premio Casa de 1989 Con Eduardo Heras León y Silvio Rodríguez, 1996

203
EUGENIO MARRÓN

Lleva la revista Casa en sus manos

S
iempre he sospechado que todo recuerdo, le conocía por su Poesía reunida, 1948-1965, en
a la hora de su evocación en diálogo o en Bolsilibros Unión. Hay allí poemas cuya lectura,
palabra escrita, resulta «elusivo como un desde entonces, me lleva al filo de la emoción
pez de tinieblas» –para decirlo con la frase más puntual (con el paso del tiempo, nuevos
inaugural de un relato que es joya olvidada libros suyos me traerían similar estado con
de la literatura cubana, Elogio de Marco Polo, nuevos poemas); posibilidad de estaciones que
de Félix Pita Rodríguez. Allí, su autor, en bus- afirman sus ardores en inventario de imágenes,
ca de los derroteros que signan la historia del donde la memoria y el mito, la poesía y el amor,
célebre viajero veneciano (en labor mucho más el paisaje y la historia, se entrelazan en tejido de
afanosa que la mía en estas líneas), advierte, a sugerencias para hechizo y linaje de la lengua
propósito del esquivo pez aludido, que «si perse- española: «Bienaventuranza del idioma», «En el
guir sombras lejanas es siempre una agonía con mar, Ítaca»; «La adoración de los reyes»; «Sú-
engañosas intermitencias, ir tras él apartando nu- plica del ciego»; «Lezama persona»; «El fuego
bes, echando a un lado horizontes, exprimiendo junto al mar»; «Le preguntaron por los persas»...
distancias para lograr una gota de apariencia de Si rememoro aquella fecha lo debo a otro libro
verdad, es agonía mayor». Es así como en pos suyo, recién publicado entonces en la colección
de «perseguir sombras lejanas», tres recuerdos, Manjuarí de Ediciones Unión, Circunstancia de
entre otros, me conmueven particularmente al poesía: fue el primero que tuve dedicado por él
escribir sobre Roberto Fernández Retamar. y con el añadido de que ahora, al revisitar sus
«versos» –término que el poeta elegiría en 1999
I. para titular una exhaustiva selección de su obra–,
Eran los finales de 1977, en Santiago de Cuba, vuelvo al poema «Si quiere un tonto saber», cuya
a la sombra de unas jornadas de lecturas y en- precisa y sostenida belleza no deja de cautivarme
cuentros organizadas por el Taller Cultural que desde la noche lejana cuando lo escuché en su
dirigía el poeta Luis Díaz, en su acogedora sede propia voz, en un recital santiaguero:
del reparto Vista Alegre, cuando conocí personal- Algo que nunca olvido de aquella ocasión: el
mente a Roberto Fernández Retamar. Aunque, tal poeta traía consigo solo un ejemplar de su nuevo
vez para ser más exacto pero de otra manera, ya título, que todavía no circulaba. Luis Díaz me

204
hizo un gesto con la mano derecha y me acerqué: co–, en aquellas jornadas dedicadas a William
«Ven, Marrón, para presentarte a Retamar». Tras Ospina, Juan Villoro y Rodrigo Rey Rosa; y el
el saludo, casi de inmediato le comenté de los cumpleaños noventa del poeta Gonzalo Rojas en
poemas suyos que yo había leído; para añadir Santiago de Chile, la primavera austral de 2007.
ahora la impresión que me había dejado «Si quie- Él y su esposa Adelaida con tantos amigos en la
re un tonto saber». Enseguida le dije: «¿Cuándo celebración... Un tiempo que, curiosamente, se
estará en librerías?». Y su respuesta tajante: cierra con otro libro y otra dedicatoria aquella
«Apúntame tu dirección, que te lo hago llegar». noche de octubre: De una pluma de faisán, los
Unas semanas después, recibí Circunstancia de poemas suyos sobre poetas, una edición del sello
poesía con su dedicatoria: «Para Marrón, esta Cauce, de Pinar del Río. Y sus palabras en la
Circunstancia con el poema cuya lectura tanto primera página, con tinta negra el trazo fugaz:
ha preferido. Retamar». «A Eugenio, con el abrazo de siempre, Roberto».
A partir de aquel instante y hasta la noche del
miércoles 24 de octubre de 2018 –cuando le vi II.
por última vez al visitarlo en compañía de la es- La llamada de Jorge Fornet, un día de la primave-
critora Lourdes González, en su hogar de la calle ra de 2015, me convida una vez más a participar
H, entre 21 y 23 en El Vedado, ya enfermo y en en la Semana de Autor el venidero noviembre,
silla de ruedas, su quijotesca altura, con brío de esta vez dedicada a Rodrigo Rey Rosa, cuya
palabra y agudeza de juicio en plenitudes indo- narrativa yo había descubierto en ómnibus de
blegables (arropado por el cariño de su hija Laidi Barcelona a Santander, a finales de otra prima-
y su yerno Valladares, quienes saben convertir un vera, en 2002. Entre Cataluña y Cantabria, los
momento hospitalario en placentera eternidad)–, paisajes alternados de las masías entre frondas,
transcurren poco más de cuarenta años que su- con los tejados a dos pendientes y horizontales a
man otras dedicatorias, numerosos encuentros, la fachada, más allá de la autopista; las riberas
conversaciones telefónicas, mensajes cruzados del Ebro en el dilatado valle zaragozano; y las
por correo electrónico y muchos diálogos vi- montañas de verde intenso a las puertas de Bil-
vificantes, no pocas veces anidados en gratas bao, empapadas en lluvia sin sosiego; cobijaban
sorpresas a la hora de la literatura y la amistad: mi encuentro con personajes de violenta y parca
algunos inolvidables momentos compartidos me intensidad en las selvas de Guatemala, historias
resultan los días de la Feria del Libro dedicada a infrecuentes con prosa de altos quilates y cala-
él en 2003, primero en La Habana y luego duran- do poético en dos libros de relatos publicados
te su programación en Holguín, marcadamente, por Seix Barral, El cuchillo del mendigo / El
un dilatado y sustancial coloquio que sostuvimos agua quieta y Cárcel de árboles / El salvador
el escritor Manuel García Verdecia y yo con él, de buques. «Así fue como leí por primera vez a
un atardecer entre mojitos en el bar Plyzka del Rodrigo Rey Rosa», le comento a Roberto Fer-
hotel Pernik; las Semanas de Autor de la Casa nández Retamar esa mañana de septiembre de
de las Américas en las que he participado –su 2015, en su oficina de la Casa de las Américas,
presencia siempre en la primera fila del públi- a donde he ido para recoger un número reciente

205
de la revista Casa que incluye «La segunda se- publicara la Casa. «Un retrato emocionante de
pultura», un testimonio del escritor guatemalteco la condición de hijo bien llevada, para incluirse
sobre los infiernos sucesivos en su país, y de cara en una antología mayor», me dice, e inquiero:
al texto que he comenzado a escribir sobre su «¿A qué antología te refieres, Roberto?». Su
obra. Como siempre, un encuentro con Roberto respuesta resulta un convite: «A una antología
–cuya cordialidad y atención siempre revalidan que se podría hacer sobre el padre visto por na-
el antiguo y acendrado afecto que siento por rradores latinoamericanos». De inmediato pienso
él– es parcela que conduce a los senderos más en nombres con tal tema muy definido en novelas
disímiles a la hora de la literatura; y esa vez le y relatos: Arguedas, Guimarães Rosa, Lezama
cuento que una reciente relectura de Caliban me Lima, Onetti, Rulfo, Sábato, Vargas Llosa... Así
ha descubierto otro ángulo para valorar: el de le apunto y añado rápido: «Pero de novelistas
que también su célebre ensayo puede aceptar, solamente, no: de poetas también, porque ahí
como clave exegética, lo viable de un diálogo incluiríamos “¿Y Fernández?”». Su risa impeca-
entre Don Quijote y Hamlet bajo el cielo del ble da paso a su afirmación tajante: «Si de poetas
Caribe. «Pues la verdad es que no había pensado y padres se trata, ahí tenemos en primer lugar a
en eso» –dice–, «tu idea es intrépida y tentadora, Borges, ¿o no vamos a incluir “A mi padre”?».
me gusta». Lo veo encandilado y de inmediato se despliega
Y a propósito de Rey Rosa, volvemos a los cual Funes el memorioso: «Tú quisiste morir en‑
predios de Guatemala, transitando por recuerdos teramente, /La carne y la gran alma. Tú quisiste
suyos sobre Monterroso –«tenía una ingeniosidad /Entrar en la otra sombra sin la triste /Plegaria
deslumbrante, Tito era inagotable»–; Cardoza y del medroso y del doliente...». Y tras el poema le
Aragón –«Fíjate en El río, esas memorias con digo: «Pues la verdad es que, si me permites, va
tan excelente subtítulo de novelas de caballería, y hacemos la antología entre los dos». De nuevo
¿verdad?, y aquel bello libro de Guatemala, las su sonrisa: «Pues sí, va y la hacemos».
líneas de su mano, que publicamos aquí en la
Casa en los años sesenta»–; Asturias –«más III.
que El señor presidente prefiero sus Leyen‑ En el verano de 1983, las oficinas de la dirección
das de Guatemala»–; y, claro, Galich con y redacción del periódico Ahora, en Holguín,
Nuestros primeros padres –«el Popol Vuh y aún no se habían trasladado desde la esquina de
Anales de los cakchiqueles tienen influencia de las calles Rastro y Frexes en el casco histórico
los toltecas, hay allí un capítulo muy bueno sobre de la ciudad (donde también estaban los talleres
eso», comenta ante mi curiosidad al calor de los de composición y rotativas), al gigantesco Com-
relatos de Rey Rosa. De aquellos ascendientes binado Poligráfico, cuyas obras por entonces
remotos viene un salto a los otros, los recien- estaban próximas a concluirse en las zonas de
tes, propiciado por «Mi padre el cartaginés», extrarradio que hoy, casi cuarenta años después,
conmovedor testimonio de Juan Villoro, hijo ya forman parte de una urbe muy crecida. En
y escritor, sobre Luis Villoro, padre y filósofo, su vieja sede, casi al frente las orillas de un
incluido en la selección Espejo retrovisor que riachuelo y con una heladería al otro lado de

206
una esquina, eran habituales las peñas literarias redacción, Elías «Cuqui» Pavón, quien apreciaba
formales o informales, lo mismo unas mañanas mucho a Roberto: «Elías» –me gustaba llamarlo
con programa ya establecido que unas tardes por su nombre de profeta, porque en verdad lo era
o noches con algo imprevisto, esto último con a la hora del periodismo y sus interioridades más
agradables sorpresas, como la vez que Roberto, insospechadas–, «hace falta ayudar a Roberto...».
allá por octubre de 1982, venía de Bayamo y Encendiendo uno de sus cigarrillos constantes, me
haría noche en Holguín para continuar a La soltó la interrogación: «¿De qué Roberto me ha-
Habana en vuelo al día siguiente, vuelo que un blas?» y le respondo: «De Roberto Fernán...». No
ciclón aplazó por tres días; tres días inagotables me dejó terminar el apellido: «Dime ahora mismo
en gozo de tertulias con creces, que incluyeron qué hace falta para nuestro amigo el poeta»...
lecturas improvisadas como la de una noche en Así las cosas, el Peugeot rojo carmesí de Cuqui
la sala de redacción, cuando leyó, para electri- Pavón iba a servir para cumplir con tan afectuoso
zar el ambiente, los versos dolientes y magníficos encargo. Pero surgió una duda casi al borde del
de «A la enamorada desconocida», «Juana», «¿Y viaje de los recién casados: yo no conocía a la
Fernández?» y «Balada de los regalos», para cerrar hija de Roberto, ¿cómo la identificaría a su arribo
con la apoteosis que resultaba escuchar en su voz al aeropuerto? Lo llamé a su hogar y no estaba,
esa suerte de cántico legendario, «Felices los nor- lo llamé a la Casa de las Américas y tampoco: le
males», que desde muy jóvenes nos acompañaba dejé el recado, el tiempo pronto a correr; el vuelo
a los de mi generación –daban ganas de pregun- arribaba sobre las cuatro de la tarde.
tarse, como cuando «un hombre pasa con un pan Estaba sentado en la redacción y el timbre del
al hombro» en uno de los Poemas humanos de teléfono suena. El diseñador Ángel Quintana
Vallejo: «¿Cómo, escribir, después, del infinito?». descuelga, escucha, me lo entrega: «Marrón, te
Fue en la redacción del periódico, donde yo llama Retamar». Tomo el auricular: «Roberto,
me desempeñaba como reportero en su página te dejé recado en la Casa de las Américas»... Y
cultural, que un año después recibí una llama- entonces sus palabras en esa llamada, que sería
da de Roberto; Laidi, su hija menor, ya en la lo primero en recordar, muchos años después,
recta final de la carrera de Medicina, se casaba frente a la noticia de su muerte y a la tristeza
y venía a pasar la luna de miel a la playa de que ahora he querido conjurar con un puñado de
Guardalavaca: «Eugenio, quiero pedirte un recuerdos: «Lleva la revista Casa en sus manos».
favor: que la acompañes y los encamines al ho-
tel». De inmediato se lo dije al veterano jefe de Holguín, y agosto de 2019

207
TOÑO MARTORELL

Q
ueridas caseras y caseros: que nos une y aquel mal que nos separa. Sin
Hemos perdido a nuestro Casero Mayor y necesidad de ascensor, sin duda, nuestro amigo
su ausencia puebla su querido Caribe. Los asciende y trasciende ahora a dimensiones des-
boricuas de aquí y de allá tienen muy presente conocidas. Es cuestión de apretar la marcha, el
a Roberto Fernández Retamar. En su poesía y botón y esperar.
prosa nos vemos reflejados como en este mar Un gran abrazo.

ROBERTO MÉNDEZ

Q
uerida Laidi: La última vez que tuvimos contacto fue
En este instante acabo de recibir la no- porque me llamó para que localizara un texto
ticia de que Roberto –el tocayo, como martiano en las Obras Completas y le diera la
acostumbrábamos a llamarnos– ha dejado de ser referencia exacta. Como siempre, seguía defen-
una presencia física que mi fe me impide creer diendo la precisión y la elegancia intelectual,
que sea muerte definitiva. De todos modos, ese así como en tiempos de poetas desharrapados
tránsito me ha resultado harto conmovedor. Han exhibía una asombrosa pulcritud en su vestuario.
acudido a mi memoria sus palabras de aliento Ya es lugar común esa afirmación de que «vive
en el lejano año 1976 cuando una trabajadora entre nosotros», para mí es más preciso asegurar
de la Casa le hizo llegar algunos de mis poemas que está donde no acertamos a definir y desde
de adolescencia. Más recientemente, preparar allí, como Adelaida y tantos seres queridos, es
sus páginas escogidas para Ayacucho me causó una presencia tutelar que nos acompaña el resto
muchas noches de insomnio por lo que entonces de nuestras jornadas.
consideré que eran exigencias extremas y ahora No te ofrezco «el pésame», sino la alegría de
veo como el mejor curso de edición que alguien haber compartido de otro modo su paternidad, y
puede pasar. No voy a olvidar su especial senti- mi aprecio por ti, aunque nos veamos poco y yo
do del humor en el ambiente académico y una permanezca tercamente en la penumbra familiar
Feria del Libro en Holguín que mi esposa y yo sin asomarme apenas a la vida literaria.
disfrutamos junto a él y Adelaida. Un fuerte abrazo.

208
SELENA MILLARES

Una rosa para Retamar*

E
n unos conocidos versos hablaba Miguel Investida de una transparencia y musicalidad
Hernández de la herida que nos abre la que le son connaturales, esa poética evoluciona
muerte de un poeta. Y es que la poesía es hacia lo conversacional desde los años sesenta, y
esa sustancia intangible que nos construye como se hermana con la de grandes compañeros de ge-
seres humanos y como pueblos. Esa herida se neración y de amistad: Juan Gelman, José Emilio
renueva ahora con la reciente pérdida del poeta Pacheco, Mario Benedetti, Ernesto Cardenal...
cubano Roberto Fernández Retamar, cuyos Todos ellos, por cierto, reconocidos –a veces muy
versos y ensayos lo han convertido, desde hace tarde, sí– por premios para los que Retamar no
mucho, en un clásico de las letras hispanoame- fue afortunado. Y no es que no se solicitaran: des-
ricanas, más allá del contexto que le tocó vivir. de muchas universidades españolas, y también
Del mismo modo que la Generación del 27 aco- las de Cagliari, Poitiers, Sassari, Roma, Padua o
gió en su momento a ese hermano menor que fue Budapest, entre otras, se insistió en proponerlo a
Hernández, también el talento precoz de Retamar los galardones más relevantes, pero no hubo suerte:
llegó a la poesía acogido por un grupo mítico, se imponía la política. Es curioso, porque su poesía
Orígenes, y sus principales voces: Lezama Lima es ajena a servidumbres ideológicas, y constante
enalteció su universalidad, Fina García Marruz en su profesión de humanismo. La historia se ha
habló de su «rara ventura» para el poema amoro- repetido muchas veces: aún nos rasgamos las
so, y Cintio Vitier aclamó sus elegías, «que solo vestiduras porque Jorge Luis Borges –por cierto,
una ternura como la suya podría sustentar». El uno de los referentes de Retamar– no recibió los
Premio Nacional de Poesía, conquistado en 1952 premios que merecía, a causa de sus ideas. Pero
por aquel muchacho de apenas veintidós años, no puede evitarse que cada artista sea hijo de su
daba fe de esa revelación temprana. Y la promesa tiempo, y por fortuna la gran poesía permanece
cristalizó después en una andadura de casi setenta más allá de todo eso. Y la obra de Retamar, di-
años, destilada desde un sólido conocimiento de fundida en innumerables países y saludada desde
la tradición hispánica de las dos orillas: Garcilaso las universidades de Europa y América, forma ya
y san Juan de la Cruz, José Martí y César Vallejo, parte indispensable del patrimonio de las literatu-
Antonio Machado y Rubén Darío. ras hispánicas desde hace décadas.
En uno de sus poemas más hermosos, dedica-
* Publicado originalmente en el diario español El País. do a Sor Juana Inés de la Cruz, Retamar habla de

209
ese fuego imborrable que es su legado: «¿Qué se llevó la muerte terrena, como en los versos
podría el agua / contra tu devorante alfabeto de que Retamar le dedica a Rilke: «Registro viejos
llamas? [...]. Quema aún como entonces –hace papeles amados y escojo estas rosas / Escritas
años, hace siglos». Es misteriosa la ciencia del por la mano absoluta del poeta. / Luego sería
tiempo y la palabra. Puede hacer pervivir esa la rosa final, la de la espina». Desde tiempos
criatura fugaz que se llama poesía. También antiguos esa flor es emblema de la poesía y su
puede tender puentes sobre las heridas abiertas fragilidad perdurable: vaya hoy también una rosa
por la historia en mitad de un país. O puede para Roberto Fernández Retamar como justo
volver a hacer vibrar y respirar a aquellos que tributo hacia su obra, in memoriam.

MARIO ROBERTO MORALES

Un intelectual orgánico ejemplar*

E
l sábado 20 de julio murió en La Habana cultura de este Continente en el contexto de las
Roberto Fernández Retamar, a los ochenta luchas populares emancipadoras, constituyeron un
y nueve años de edad. Era presidente de la saludable contrapunto frente a la torrencial pro-
Casa de las Américas, Premio Nacional de Lite- ducción libresca poscolonial y posmoderna que
ratura y miembro de la Academia Cubana de la sobre nuestra América disemina el culturalismo
Lengua, además de un poeta y ensayista básico neoliberal y sus modas, basadas en la financiada
para la América Latina, así como un ejemplar victimización de la subalternidad y en el narcisis-
intelectual orgánico de la Revolución, tanto en mo autorreferencial de sus «teóricos» de oficio.
el frente político como en el cultural y el diplo- El latinoamericanismo bolivariano y martiano
mático. Ensayos suyos como Caliban y Para que, según afirmaba el propio Roberto, la Casa
una teoría de la literatura hispanoamericana, de las Américas e intelectuales como él le debían
además de sus innumerables análisis sobre la a nuestro Manuel Galich, cobraba renovada vida
en sus ensayos, jamás contaminados de las mo-
*Publicado originalmente en el diario elPeriódico, de das académicas que ahora han desembocado en
Guatemala. ciertos purismos descoloniales que se alejan de la

210
sensatez crítica que dio origen a este desarrollo del Ciencia Política de la Usac, para concretar con-
poscolonialismo y el subalternismo, sobre todo venios de intercambio académico y cultural. A
en las vertientes de estos que jamás antepusie- su Caliban y a Ese sol del mundo moral, un libro
ron la cultura a la clase social como criterio de de Cintio que su autor me regaló una mañana en
análisis de la lucha emancipadora de los pueblos. el Hotel Intercontinental, de Managua, les debo
Conocí a Roberto en la Nicaragua sandinista en parte mi fervor bolivariano y martiano, y mi
de principios de los años ochenta del siglo pa- irrenunciable radicalidad latinoamericanista.
sado, a donde llegaba junto a inmensos poetas Gracias infinitas por eso.
y cultores cubanos como Cintio Vitier, Eliseo Qué decir ante la partida de Roberto, sino
Diego y Fina García Marruz, entre otros. En que la Revolución Cubana y nuestra América
Managua conversamos sobre Darío, Martí y las heredan de él un sólido legado crítico frente
luchas de los pueblos de nuestra América. Nos a la esquizofrenia ideológica del culturalismo
vimos en La Habana en el 2013, cuando estuve neoliberal. Y que tanto él como Cintio son en la
en Cuba como jurado del certamen literario de la cultura lo que Fidel y el Che son para la lucha
Casa de las Américas, y conversamos por última emancipadora de los pueblos.º
vez en La Habana, en el 2016, a donde llegué Desde la «Guatemala nuestra» que bien nom-
como parte de una delegación de la Escuela de bró Juan Marinello, honor a su memoria.

FREDDY ÑÁÑEZ

H
ace dos días recibí la revista Casa. Cada por supuesto dolor y sentí, misteriosamente, que
vez que sucede con su puntualidad poética un destino estaba cumplido. Las palabras que
pienso que el heroísmo es algo cotidiano deja nuestro anfitrión, nuestro padre Caliban,
como el mismo asombro. Dos caras de lo posible. son flechas detenidas en el tiempo que siguen
Y viajo en segundos por la historia de nuestros alargando su vida con las posibilidades que deja
pueblos para regresar más henchido de orgullo intactas en la poesía y en la pura presencia Ética. 
por lo que somos capaces de hacer. Ustedes des- No les voy a hablar a ustedes de tristeza, ni de
de la Casa de las Américas, en Cuba, nosotros ausencia. Solo quería escribir este abrazo sobre
desde donde estemos. Dos días después recibo esa falacia que llaman distancia y muerte. 
la triste noticia de la partida de Retamar: un in- Se les quiere. Y habrá futuro para seguir los
menso sobre lleno de presencia y de vacío. Sentí pasos del gran Roberto Fernández Retamar.

211
HILDEBRANDO PÉREZ GRANDE

Nuestra América está de luto

N
uestra América ha perdido a uno de sus obras de Mariátegui, Vallejo y Arguedas, mediante
intelectuales más lúcidos y aguerridos: congresos, seminarios, coloquios y publicaciones
Roberto Fernández Retamar (La Haba- para compartir, desde Cuba, la espléndida obra de
na, 1930-2019), poeta intenso y planetario, en- nuestros insignes ideólogos, poetas y narradores.
sayista preclaro sobre temas literarios, artísticos El Capítulo Peruano de la Red de Intelectuales
y en especial sobre el proceso de descolonización y Artistas en Defensa de la Humanidad, sobrepo-
cultural, con su paradigmático Caliban. La Re- niéndose al duelo por el compañero caído, sabe
volución Cubana contó con él desde sus inicios, bien que Roberto Fernández Retamar, profesor
en diversos frentes de combate, y se sabe de su honorario de la Universidad Nacional Mayor de
entrega generosa en cada una de sus actividades. San Marcos, venciendo su proverbial y vallejiana
Mención aparte merece su labor infatigable al modestia diría, como nuestro poeta nacional, que
frente de la Casa de las Américas, la institución siempre combatió: «Como un hombre que soy y
de mayor prestigio cultural en nuestro Continente, que he sufrido».
fundada por Haydee Santamaría, la heroína inolvi- Tan solo, a manera de consuelo, podemos decir,
dable. Entre sus preocupaciones y simpatías más ahora, que «[s]u cadáver estaba lleno de mundo».
íntimas, Roberto Fernández Retamar nunca quiso
disimular su vivo interés por la difusión de las Lima, 20 de julio de 2019

ANA PIZARRO

L
os acompaño con una tristeza muy grande, Gran poeta nos lega una visión estética de la
por ustedes, la Casa de las Américas, por el vida. Enorme pensador, nos lega un icono de
país, por el Continente, por mí misma. Líder valentía y creatividad en defensa de la América
del pensamiento anticolonial, nos deja con un Latina. Amigo entrañable, me deja el dolor de
sentimiento de orfandad. su partida, que experimento con todo mi cariño.

212
GRAZIELLA POGOLOTTI

Elegía

E
n 1950 aparecía Elegía como un himno, un complacer a Víctor con su acostumbrado lager,
manojo de versos tan pequeño que cabía en comenté con el joven visitante mis deseos de
la palma de una mano. Había nacido Ro- estudiar arquitectura. Casualmente, Roberto
berto Fernández Retamar, un poeta veinteañero. acababa de abandonar la carrera y me persuadió
Estaba dejando su primera huella, a la vez que de no cometer su error. Así, apenas conocido, el
asumía un destino, el suyo, el de un país, el de muchacho delgado, con rasgos que marcaban
una historia, a los que nunca habría de renunciar. todavía el tránsito de la adolescencia a la juven-
El libro bautismal rendía homenaje a Rubén tud, camisas de mangas cortas y pantalones algo
Martínez Villena, nombre respetado, pero que anchos, entró de manera decisiva en mi vida. No
no estaba muy de moda de resacas macartistas. podíamos adivinarlo en esa mañana calurosa de
Esta propuesta iniciática preludiaba una exten- la calle Peña Pobre. Comenzaba una existencia
sa y renovadora obra de poesía y pensamiento compartida en el estudio, en el aprendizaje de la
imbricados. La alegría del autor ante su estreno vida política universitaria y en el andar juntos
en letra impresa fue también la mía. Éramos a través de los hermosos y ásperos días de la
compañeros de estudio. Casi siempre sentados en Revolución. Ahora, cuando me habrá de faltar
pupitres vecinos, Roberto me pasaba los poemas su cálida y bien timbrada voz, me espanta la
que iba anotando en el curso de ciertas clases, dimensión de la deuda contraída por desidia,
particularmente aburridas. Nos habíamos conoci- apresuramiento, espíritu de estar en la onda con
do algo antes, cuando, estudiante de bachillerato, la valoración, indispensable para marchar hacia
yo meditaba acerca de la selección de mi futura adelante, con la contribución de la obra de la
carrera universitaria. Lector insaciable, sensible Revolución al pensamiento de nuestra América.
a las artes visuales y a la música, Roberto unía a En ese contexto, aún pendiente de edificación,
su curiosidad por las obras, el deseo de conocer habremos de conceder el sitio que merece a la
a los autores. Una mañana, valido de su amistad huella dejada por Roberto Fernández Retamar.
con el pintor Víctor Manuel, se presentó en mi Lo afirmo con plena responsabilidad, despojada
casa, centro de los que el poeta llamaría más del dolor del momento y de un afecto fraternal,
tarde, algo en broma, el «peñapobrismo», espa- afianzado en la brega común.
cio de intercambio de ideas en nuestro pequeño En tiempos adversos de horizonte tenebroso,
apartamento de la Habana Vieja. Después de Elegía como un himno expresa un compromiso

213
ético y un llamado a la esperanza. Trabajador esos días fervorosos. Sin apelar a populismos
incansable, obsesivo cazador de ideas, riguroso paternalistas, su palabra dio carne al sentimiento
en el detalle, Roberto Fernández Retamar dio a de muchos.
conocer una producción precoz en la poesía y en Toca a los intelectuales orgánicos poner su
el pensamiento. En su memoria de artista conver- experiencia y su conocimiento al servicio de la
gían presencias tan contradictorias como las de institucionalidad revolucionaria. Retamar lo hizo
Julián del Casal, Martí y el sentimiento trágico en la Universidad, en la Uneac, en el servicio
de Miguel de Unamuno. Lo obsesionaban preo- exterior, en el Centro de Estudios Martianos y en
cupaciones de orden filosófico, cultural, estético, la Casa de las Américas. Parte irrenunciable de
social y político. Las interrogantes esenciales lo su tarea procede del reclamo de repensar el país,
perseguían noche y día en sus lecturas afiebradas, definir sus contextos y el lugar que le corresponde
en el verso que brotaba repentinamente, en el en el mundo. Impregnado por la obra de Martí,
incesante balanceo de su algo chirriante sillón. Roberto Fernández Retamar lo hizo teniendo
A poco de terminar su carrera universitaria, en cuenta una relectura creativa del Maestro y
defendió una tesis sobre la poesía contempo- rescatando en términos de contemporaneidad
ránea en Cuba, publicada luego, sigue siendo el múltiple legado del marxismo en sus fuen-
referencia obligada para los estudiosos del tema. tes originarias y en la tradición emancipatoria
Ganó por oposición una cátedra de lingüística, latinoamericana. Colocó a Martí en su «tercer»
que lo convirtió, a los veinticuatro años, en el mundo. Desde esa perspectiva original, perfiló
más joven profesor de nuestro más alto centro un pensamiento descolonizador a través del
docente. Aunque su vocación literaria lo llevara cual revisa algunas de las polémicas en torno
a dedicarse a la enseñanza de las letras, la base a nuestra América, repasa la llamada «leyenda
científica resultó ventajosa cuando en el campo negra» y desemboca en la redención de su Ca‑
de la teoría literaria tomaba cuerpo la orientación liban, texto riguroso y provocador, motivo de
estructuralista. De ese aprendizaje surgió Idea de estudio y debate en muchos lugares, aunque no
la estilística. Todavía veinteañero, fue invitado tanto en la Isla para la que, fundamentalmente,
a ofrecer un curso en la Universidad de Yale. En fue escrito. Todavía bajo el impacto emocional
noches de desvelo, edificó una visión integral de de su pérdida, no tengo tiempo ni espacio para
la poesía latinoamericana. abordar el tema como lo merece. Me dirijo a los
Hubiera podido desarrollar una carrera acadé- jóvenes que están emergiendo, a los veinteañeros
mica, asido a la falsa noción de la «neutralidad de hoy, a remprender una lectura crítica de la
de la cultura», en los Estados Unidos. Optó por vertiente descolonizadora de nuestra cultura, a
regresar a Cuba. Para el autor de Elegía como un hacerlo prescindiendo de prejuicios y consignas.
himno, el triunfo de enero representaba la Vuelta No hay que esperar la caída del árbol para medir
de la antigua esperanza, poemario que brotó en la anchura de su tronco.

214
ELENA PONIATOWSKA

Ágnes Heller y Roberto Fernández


Retamar, in memoriam*

H
ace unos minutos se fue la luz (como robusta, sus noventa años se concentraban en su
acostumbra hacerlo en la plaza de Chi- baja estatura, en su redondez y su pelo rojo que
malistac), borrando en la pantalla mis la hacía parecer un bólido, un planeta apasionado
recuerdos de Ágnes Heller y Roberto Fernández que gira sobre su propio eje. A lo mejor corrió
Retamar, cuya muerte lloraba a medida que es- un riesgo innecesario.
cribía todo lo que les debo. Ahora no me queda Dinámica, de pequeña estatura, Ágnes Heller
más remedio que conformarme o pensar que lo demostró en esa comida casera que solo vivía
que apunté no era suficiente o no daba el ancho para pensar y para el alto vuelo de su prodigioso
porque Ágnes Heller fue una gran filósofa y Ro- intelecto.
berto Fernández un poeta cubano revolucionario. Fernández Retamar hizo muchos viajes a
Gracias a Lukas Czarnecki, quien invitó a México, pero lo conocí en La Habana, en 1959,
Heller a dar conferencias en la Universidad al lado de Guillermo Cabrera Infante (quien aún
Nacional Autónoma de México, pude verla y no publicaba sus Tres tristes tigres) al triunfo
escucharla, pues vino a comer a la casa. Gracias de la Revolución Cubana. Adelaida, su mujer, y
también a Judith Friedlander la escuché en una él me tomaron de la mano y en una gran mani-
conferencia en la Feria Internacional del Libro festación en un estadio de beisbol entonaron La
(FIL) de Guadalajara, cuando Friedlander pre- Internacional y cuando dije: «Yo no me sé esa
sentó a Ágnes Heller, quien visitaba cada año la canción», Roberto me dijo: «Cántala».
New School of Social Research para impartir una Roberto vino varias veces a México y lo en-
cátedra y conferencias de alto nivel. contré en alguna que otra ocasión en casa de Ele-
Me resulta asombroso que Ágnes Heller a los na Garro y la Chata Paz. Esta era una muchacha
noventa años haya ido a nadar y no haya podido muy bonita y extraordinariamente culta. También
salir del mar, ella que convencía con su sola a Octavio le cayó bien Fernández Retamar, alto
presencia y la fuerza de su palabra. Pequeña y y flaco, con su facha de príncipe italiano y su
suéter aguado y destejido. Nos vimos en otra
* Publicado originalmente en el periódico mexicano La ocasión memorable, en la embajada de Cuba,
Jornada. con Bola de Nieve al piano. Cantaba con su voz

215
rasposa y dolida una canción súper sensual que denas, quien ya en el Zócalo de la Ciudad de
hizo furor en la América Latina y aullaba: «Vete México, en una manifestación, se había subido al
de mí», que impresionó a muchas oyentes que toldo de un coche para manifestar su entusiasmo
la memorizaron. por la Revolución Cubana.
En 1959, invitados por Manolo Barbachano, En La Habana, todavía Carlos Franqui dirigía
fuimos a La Habana Vicente Rojo, Carlos Fuen- el periódico Revolución y muchos preguntaban
tes, Fernando Benítez, Carlos Loret de Mola por Luis Cardoza y Aragón. Todavía Alfredo
y otros, a celebrar el triunfo de la Revolución Guevara no había tomado el mando de la indus-
Cubana. Alejo Carpentier acababa de regresar tria cinematográfica cubana, pero como formó
de París. Todavía el hotel Hilton no se convertía parte del equipo de Manolo Barbachano en Tele
en el Habana Libre y algunos estadunidenses revista, en México, nos recibió convertido en
permanecían en Cuba. Julio Scherer esperaba un puño de hierro cuando antes solo se comía
con ansia una entrevista con el Comandante y blandamente las eses y abrazaba a todos con esa
alguien le advirtió que podría ser en cualquier inigualable afabilidad cubana.
momento de la noche o de la madrugada porque Heller iluminó a sus alumnos con su filosofía
Castro no tenía hora. Toda Cuba estaba en el de la moral, su teoría de la identidad, su miedo del
merecumbé de la calle y Barbachano aseguraba: poder y Fernández Retamar escribió además de
«Aquí ninguna parte del cuerpo es vergonzosa» su poesía varios ensayos en torno a la literatura
porque el jubiloso vaivén de las caderas cubanas de la América Latina, Caliban; José Martí; La
le resultó contagioso. Fue entonces cuando el poesía, reino autónomo.
poeta Fernández Retamar, quien había estado en Son muchos los libros que los estudiantes
Yale y en otras universidades, decidió que nada abrirán en el futuro con reverencia, entre ellos,
mejor podía sucederle que participar en la lucha los de esta mujer nacida en Budapest, Hungría,
de los guajiros en la Plaza de la Revolución y que llamada Ágnes Heller, y los de un poeta cubano
ningún fenómeno poético era más impactante Roberto Fernández Retamar que escogió jugár-
que el de sus machetes levantados en la noche, sela con su Isla caimancito a la que también le
aplaudiendo a Fidel de pie junto al general Cár- cantó Julio Cortázar.

216
ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

Otro poema conjetural*


(J.L.B., 1899-1986)

Así como descreí (al menos eso he repetido) de la fama,


Descreí también de la inmortalidad,
Y es claro que hoy finado no puedo ser quien traza o dicta estas líneas
/ falsamente póstumas,
Pero no es menos claro que ellas no existirían sin las que yo produje de veras,
Si es que yo y de veras tienen sentido en el extrañísimo universo
(Algún curioso habrá reparado en que ese superlativo no podría ser mío
Pero eso no da autenticidad a las restantes palabras).

Afirmé que la duración del alma arbitraria está asegurada en vidas ajenas,
Y nada puedo hacer para impedir quedar en el autor que me atribuye este
/ texto
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 218-219

Y en muchos otros autores inconciliables.


Acaso también en mí fueron inconciliables los rostros los estilos sucesivos
/ que asumí
Y sin embargo hace tiempo los vanos diccionarios las vanas historias de la
/ literatura
Los han reunido bajo tres palabras entre dos fechas
De las cuales soy el abrumado el imaginario prisionero no la realidad

Qué mal he sido leído con demasiada frecuencia,


Cómo no repararon en que laberintos bibliotecas tigres espadas saberes
/ occidentales y orientales
Eran transparentes metáforas del pobre corazón de aquel muchacho
Que simplemente quería ser feliz con una muchacha
Como sus amigos corrientes en Buenos Aires o en Ginebra.

* Publicado en Casa de las Américas, No. 216, julio-septiembre de 1999, pp. 77-78.

218
Al evocar mis antepasados los presenté en mármol o bronce y fingí ignorar
Que ellos mezclaron con sus batallas lágrimas ayes y amores.
La tristeza la soledad la desolación contribuyeron a que existieran mis
/ páginas perfectas,
Pero yo habría cambiado tantas de esas páginas
Por haber besado labios que nunca besé.
Dije abominar de los espejos y no se entendió que lo que quería era verme
/ reflejado
En ojos oscuros y claros bajo la gran luna de oro
O en la penumbra de la alcoba.
Me han atribuido la indeseable paternidad
De vocingleras sectas literarias y cenáculos de eruditos,
Cuando yo quería ser padre de hijas e hijos de carne y hueso.

Nadie extrañe dónde decidí quedar enterrado


Si antes no me entendió ni me ayudó a salir de mi celebrada cárcel.
Lamenté no haber tenido el valor de mis mayores,
Pero ahora que nadie puede censurármelo como jactancia
Proclamo que no fui menos valiente al afrontar una adversidad atroz.
Hubiera preferido muchas veces la bala en el pecho o el íntimo cuchillo en
/ la garganta
Antes que el espanto que contemplé en mí

Mientras pude contemplar

No se olvide que no soy quien escribe estos versos.


No los escribe nadie

1999 c

219
Tumbas y mar*
A Volodia Teitelboim

El Pacífico arroja sus olas reiteradas


Contra las enormes piedras grises
A cuyo borde yacen
Matilde y Pablo Neruda.
Silencioso, entre amigos, contemplo el impaciente Océano
Frente al cual se escribieron tantos versos
Que luego llevaron por el mundo
Alegrías y penas, imprecaciones, grandezas y miserias y destellos.
Al regreso de Isla Negra, visitamos,
En un pequeño alcor de Cartagena,
El solitario túmulo donde Vicente Huidobro
Llegó al final del último camino.
Pensé en aquella mañana de 1955
Cuando en Montrouge fuimos a llevar una flor a la tumba de Vallejo.
Delia Domínguez nos pide que recemos un Padre Nuestro.
No lo hacía desde los exaltados días perdidos de Nicaragua.
Las palabras no coinciden: algo ha variado
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 220

De traducción en traducción,
De tiempo en tiempo.
Una lápida anuncia en grandes letras:

ABRID LA TUMBA
AL FONDO
DE ESTA TUMBA
ESTÁ EL MAR

Por debajo de hojas, de querellas, de injurias que el viento dispersó,


El mismo mar resuena en lo oscuro de las tumbas.

Santiago de Chile-La Habana, 1999-2000

* Publicado en Casa de las Américas, No. 235, abril-junio de 2004, pp. 129-130. c
220
José Lezama Lima y su visión
calibanesca de la cultura*

S
e atribuye a André Malraux haber dicho que los grandes
autores son campos de batalla. A ninguno de nuestros
grandes autores del siglo pasado le es tan aplicable la sen-
tencia como a José Lezama Lima. Esa condición lo acompañó
casi desde sus inicios como escritor hasta sus últimos instantes.
En ese campo de batalla que es su obra hubo quienes, senci-
llamente, no lo comprendieron, quienes lo envidiaron, quienes
lo impugnaron en atención a sectarismos de diverso signo, y

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 221-229


quienes pasaron de un bando a otro. Por fortuna, hace años
que su grandeza es ampliamente admitida, y no ha habido que
esperar a su siglo para que ello ocurriera, aunque de seguro su
primera secularidad implicará nuevas iluminaciones sobre él.
Hoy por hoy, en Cuba, puede decirse que si Lezama no es un
autor popular, sí es un autor popularizado. Abundan los escrito-
res nuestros que, habiéndolo leído o no, se sienten obligados a
citar sintagmas procedentes del arsenal lezamiano, como «azar
concurrente», «vivencia oblicua», «espacio gnóstico», «imago»,
«poiesis», «potens». Y el deseo expresado por Julio Cortázar
*
Leído el 4 de octubre de 2010, en el ci- en su memorable texto de 1967 «Para llegar a Lezama Lima»,
clo de conferencias sobre el centena- según el cual la obra de Lezama merecía ser reconocida como
rio de José Lezama Lima organizado las de Jorge Luis Borges y Octavio Paz,1 hace tiempo es una
por la Academia Cubana de la Lengua.
Publicado en Casa de las Américas,
No. 261, octubre-diciembre de 2010, 1 Julio Cortázar: «Para llegar a Lezama Lima», en La vuelta al día en ochenta
pp. 134-142. [N. de R.F.R.]. mundos, México, Siglo XXI, 1967, p. 137.

221
realidad. El mexicano dio a conocer más de una Cuba (1927-1953), que Lezama tuvo la amabi-
vez el alto aprecio que sentía por la faena leza- lidad de pedirme que apareciera en las Ediciones
miana. Borges, sin embargo, pareció ignorarla Orígenes, donde lo hizo en 1954. Y en 1967, al
del todo (también ignoró la de Martí), mientras frente de mi libro Ensayo de otro mundo, añadí:
Lezama conocía y admiraba la del argentino. En
su polémica de 1949 con Jorge Mañach, Lezama [Me] gustaría volver a considerar la poesía
esgrimió el nombre de Borges, junto con los de cubana anterior, como hice hace quince años,
Alfonso Reyes y Ezequiel Martínez Estrada, pero con la nueva óptica [la de la conciencia
como ejemplos de escritores hispanoamericanos del tercer mundo que anima a aquel libro].
«rendidos al fervor de una Obra».2 Pienso, por ejemplo, en lo que podría ser un
Por otra parte, a veces se ha comparado a Le- estudio sobre Lezama Lima, no con el instru-
zama con Borges, no obstante sus marcadas dife- mental estilístico de que me valí entonces (o
rencias, tomándose en cuenta las complejidades no solo con él), y desde la nueva perspectiva,
de sus faenas e incluso la devoción a las madres como lo anunció ya, por ejemplo, Julio Cor-
y las Baldomeras/Baldovinas respectivas. Yo tázar en un admirable artículo.4
mismo los acerqué en carta de agosto de 1953 en
que le comenté a Lezama su Analecta del reloj: Para entonces, ya había dedicado a Lezama
mi poema de 1965 «Lezama persona».5 Pero
Junto a la primera lectura de su libro [le dije lo que a continuación escribí sobre él no fue el
entonces], hice la del de Borges [Otras inqui‑ estudio mencionado, sino el texto «Un cuarto
siciones, 1952] en que también reúne trabajos de siglo con Lezama»,6 en que evoqué nuestra
de quince años. Sobre muchas y utilísimas amistad desde que lo conocí personalmente, en
divergencias, gustábase en ambos […] el 1951, hasta el día de su muerte en 1976. Ojalá
anhelo de una mirada que de algún modo nos estas escuetas líneas de ahora, al mismo tiempo
perteneciera: más maliciada y equívoca –y que referirse al conjunto de su labor, puedan ser
hasta sofisticada– en el maestro argentino; al menos el boceto de aquel estudio.
más opulenta e impetuosa en Ud. Pero ávida, Lezama fue, por encima de todo, poeta, un
necesaria, siempre.3 poeta enorme, tanto en sus versos como en sus
ensayos, sus narraciones, su epistolario o su
Sobre los versos de Lezama escribí con cier- fabulosa conversación. Tocante a esta última,
ta extensión en La poesía contemporánea en quienes tuvimos el privilegio de disfrutar de
ella podemos dar fe de lo certero del juicio de
2 José Lezama Lima (J.L.L): «Respuesta y nuevas interro-
gantes. Carta abierta a Jorge Mañach» (1949), en J.L.L.:
Imagen y posibilidad, sel. pról. y notas de Ciro Bianchi 4 En Ensayo de otro mundo, La Habana, Instituto del
Ross, La Habana, Letras Cubanas, 1981, p. 189. Libro, 1967, p. 12.
3 En Recopilación de textos sobre José Lezama Lima, sel. y 5 En Poesía reunida 1948-1965, La Habana, Unión, 1966,
notas de Pedro Simón, La Habana, Casa de las Américas, pp. 261-263.
col. Valoración múltiple, 1970, p. 314. 6 En Recuerdo a, La Habana, Unión, 1998.

222
Virgilio Piñera cuando en 1970 afirmó: «Lezama fáustica del conocimiento, lo que no es propio
era (sigue siéndolo) el conversador más brillante de cualquier poeta, sino de los poetas filósofos.
de Cuba».7 Lo que permitió a Reynaldo Gonzá- Véase al respecto la interesantísima correspon-
lez considerarlo un poeta conversacional, pero dencia entre Lezama y la filósofa española María
no referido a una conversación banal, sino a la Zambrano,13 quien dijo que Lezama se declaró
suya feérica.8 Hablaba como escribía, y escribía, «católico órfico» y llegó a escribir que en la fun-
según apuntó Juan Ramón Jiménez en el «Co- dación de la revista Orígenes ella, María, tuvo
loquio» (1937) entre ambos, «con su pletórica «parte anónima y decisivamente».14
pluma», «aunque no entendamos a veces su En 1967, en el centenario del nacimiento de
abundante noción ni su expresión borbotante».9 Rubén Darío, Lezama apuntó que «[s]u prodi-
Era un poeta de tiempo completo, un poeta ab- gioso dominio de la métrica ha dejado de inte-
soluto, como lo llamé en una ocasión, del linaje resarnos, pues el verso libre de las teogonías, de
de José Martí. Y no un poeta cualquiera. Tuvo las profecías y de las grandes lamentaciones se
razón Oscar Hurtado10 cuando lo emparentó con ha impuesto totalmente».15 Como es de suponer,
los poetas filósofos, como Lucrecio, Dante y el Lezama pensaba en su propio verso libre, que
Goethe de Fausto, a quienes dedicó un notable para él era el de las teogonías, las profecías y
libro George Santayana.11 No en balde Lezama se las grandes lamentaciones. Junto a dicho verso,
describió como «un criollo que quiere ser bueno Lezama se valió también, ocasionalmente, de
y poeta, es decir, poeta bueno […] un hombre sonetos y décimas infieles o irregulares. Pero
alucinado por la sed fáustica del conocimiento sin duda fue el anterior el predominante en sus
y por el deseo de esclarecer nuestra expresión mejores piezas en verso.
y nuestro pueblo».12 Ese poeta bueno, en ver- En sus ensayos ejerció con pasión y agude-
dad extraordinario, vivió alucinado por la sed za su deseo de esclarecer nuestra expresión y
nuestro pueblo. Tales ensayos también fueron
7 Virgilio Piñera: «Opciones de Lezama», en Recopilación
invadidos por su poesía. Ya he contado16 que
de textos sobre José Lezama Lima, ob. cit. (en nota 3),
p. 297.
13 Ver Javier Fornieles (ed.): Correspondencia José
8 Reynaldo González: Lezama revisitado, La Habana, Lezama Lima-María Zambrano, María Zambrano-
Letras Cubanas, 2009, p. 101. María Luisa Bautista, Junta de Andalucía, Consejería
9 J.L.L.: «Coloquio con Juan Ramón Jiménez» (1937), en de Cultura, 2006.
Analecta del reloj, La Habana, Ediciones Orígenes, 1953, 14 María Zambrano: «Liminar», en José Lezama Lima:
pp. 40 y 61. Paradiso, edición crítica, Cintio Vitier (coord.), Ma-
10 Oscar Hurtado: «Sobre ruiseñores», en Recopilación drid, Colección Archivos, 1988, pp. xvii y xvi.
de textos sobre José Lezama Lima, ob. cit. (en nota 3). 15 En «Rubén Darío», en L/L. Boletín del Instituto de
11 George Santayana: Tres poetas filósofos. Lucrecio, Literatura y Lingüística, La Habana, año 1, No. 2,
Dante, Goethe, trad. de José Ferrater Mora, Buenos abril-dic. de 1967, p. 79.
Aires, Losada, 1943. 16 En «Sobre la revista Casa de las Américas», en Casa
12 Citado por Reynaldo González en Lezama revisitado, de las Américas, No. 258, enero-marzo de 2010, p. 6,
ob. cit. (en nota 8), p. 181. primera columna.

223
al recibir su texto sobre la poesía y la pintura aludía, por supuesto, a un verso de Góngora,
cubanas de los siglos xviii y xix para ser publi- pero sobre todo a un ataque absurdo que se le
cado en la revista Casa de las Américas, dudé había hecho poco antes al maestro de Trocadero
entre incluirlo en la sección «Hechos/Ideas», y contribuyó a ensombrecer sus últimos años. En
de ensayos, o en la sección «Letras», dado su «Un cuarto de siglo con Lezama», al mencionar
carácter poemático. Al fin decidí crear para él el envío de aquel sobretiro, dije: «Desde luego,
la sección «Paralelos», solución que a Lezama en mi concepción de ese término, Lezama es
pareció complacerle, pues en lo adelante se va- un escritor indudablemente calibanesco».17 Y
lió de ese vocablo, «Paralelos», para encabezar en ediciones posteriores de mi ensayo añadí el
el título de su ensayo. Y en verdad sus versos nombre de Lezama entre quienes encarnaban la
conocieron vida paralela a la de sus ensayos. cultura de Caliban. Me resulta curioso que en
Incluso la poesía en conjunto fue el tema central una encuesta hecha a Lezama en 196018 sobre los
de muchos de estos últimos. Tales fueron los diez libros que trataría de salvar, él mencionara
casos, entre otros, de «Las imágenes posibles», dos obras de Shakespeare: La tempestad y Sueño
en Analecta del reloj (1953); «Introducción a un de una noche de verano. Lamento que, entre las
sistema poético» y «La dignidad de la poesía» muchas cosas de que hablamos, no se encontrara
en Tratados en La Habana (1958), «A partir de este tema de La tempestad, donde, como bien
la poesía» en La cantidad hechizada (1970), o se sabe, aparece el personaje Caliban. Aunque
«Sobre poesía» en Imagen y posibilidad (1981), sí me mencionó el valor de lo carnavalesco y lo
además de numerosos textos referidos a escrito- paródico cuando aún no se había difundido la
res y pintores. Me referiré más tarde a su libro obra de Bajtín.
orgánico La expresión americana (1957). A raíz de ser publicado mi ensayo «Caliban»,
Las narraciones de Lezama fueron también el crítico mexicano Jorge Alberto Manrique,
manifestaciones de su poesía. Varios de sus en una reseña cordial del ensayo, escribió con
relatos aparecieron en libros suyos de versos, lo razón, a propósito de unas ríspidas líneas mías
que es elocuente; y su obra mayor en este orden, sobre Borges:
Paradiso (1966), es reconocida como una novela
poemática, o como un vasto poema novelado. Cabe recordar, según el mismo Borges lo ha
Quisiera detenerme ahora en el tema prin- dicho, que él asume, frente a […] [la] lectura de
cipal de esta charla. Cuando en el número 68 Europa, una actitud socarrona de francotirador
(septiembre-octubre de 1971) de la revista Casa «desde fuera»: de eso está hecho lo mejor de su
de las Américas publiqué mi ensayo «Caliban» obra; y en eso podría reconocerse una actitud
(que ahora escribo como palabra llana, pues
es anagrama de «caníbal»: «Calibán» es un
17 En «Un cuarto de siglo…», en Recuerdo a, ob. cit. (en
galicismo), le hice llegar a Lezama uno de los nota. 6), p. 39.
sobretiros de aquel con esta dedicatoria: «Para 18 Se recogió en J.L.L.: Lezama disperso, pról., comp. y
mi muy querido José Lezama Lima, perpetuo notas de Ciro Bianchi Ross, La Habana, Unión, 2009,
gerifalte, escándalo bizarro». Tal dedicatoria p. 97.

224
de Caliban. Que cada cual tiene sus respuestas, Su obra ha reinventado el más fino ademán
y vale la pena tratar de entenderlas.19 del caníbal auténtico: devoración y parodia del
patrimonio de las grandes culturas, antiguas
Con cuánta más razón puede (o debe) decirse y modernas, apropiación y extrañamiento del
esto de Lezama. lenguaje, por la ruina de sus constricciones
Según lo que sé, quien más se ha ocupado de [¿construcciones?] y convenciones más con-
la relación entre la obra de Lezama y caníbal/Ca- sagradas; ejercicio parricida de conspiración
liban es la estudiosa brasileña Irlemar Chiampi, permanente contra la autoridad y la compostura
quien abordó esa relación en su ensayo de 1985 del discurso. En suma: rebelión productora de
«La expresión americana de José Lezama Lima: la diferencia en la dificultad. Lezama es bien
la dificultad y el diabolismo del caníbal»20 y en aquella thing of darkness que Próspero atribuyó
el prólogo a la edición crítica de aquel libro que a Caliban, y por ello mismo sus textos nos han
publicara en español en 1993.21 En el primero de abierto una nueva y revolucionaria experiencia
dichos textos afirmó: estética, en el ámbito de nuestra modernidad
literaria [106-107].
La obra en verso o en prosa de J[osé] Leza-
ma Lima ha recuperado y operado en grado Y más adelante:
máximo las virtualidades del canibalismo
original como un genuino hecho americano. A pesar de que Lezama jamás emplea el término
En el poema construido con el reelaborado «antropofagia» o «canibalismo», susmetáforas
barroquismo metafórico que extraña [sic] son análogas [sic] a las que Oswald de Andra-
los códigos retóricos más persistentes de la de usó en su «Manifiesto antropófago» (1928),
tradición poética; en la narrativa figurada, para reivindicar la devoración de lo extranjero
elíptica, que enreda la lectura en verdaderos como hecho legítimo del comportamiento
criptogramas de sentido; en el ensayo atestado cultural del brasileño [...]. Pero aun siendo
de referencias culturales indescifrables, figu- menos atrevido [sic] que las formulaciones
raciones conceptuales, faltas gramaticales, ci- oswaldianas, el «espacio gnóstico» lezamiano
tas erróneas y erráticas en cualquiera de esas –espacio de conocimiento, abierto a la «fecun-
modalidades, Lezama Lima no ha cesado dación», o a la «recepción de los corpúsculos
de suscitar nuestro asombro y desconcierto. generatrices» [...]– tiene el mismo sentido de
incorporación orgánica [ 115].
19 Jorge Alberto Manrique: «Ariel entre Próspero y
En el prólogo a la mencionada edición crítica
Caliban», en Revista de la Universidad de México,
enero-marzo de 1972, p. 90. de La expresión americana, Chiampi añadió:
20 En Escritura, Caracas, X, 19-20, enero-diciembre, 1985.
21 J.L.L.: La expresión americana, ed. de Irlemar Chiampi
Lezama pinta su americano como una suerte
con el texto establecido, México, Fondo de Cultura de Caliban: irreverente, rebelde y devorador
Económica, 1993. (y en esto más próximo al antropófago de

225
Oswald de Andrade para metaforizar el modo madurez. Sobre esto ha llamado la atención Cintio
de ser brasileño). En el Caliban demoniaco de Vitier24 a propósito de lo que Lezama expresara a
Lezama prevalecen, a pesar de las tempestades Juan Ramón Jiménez en su «Coloquio»: «[N]oso-
de la historia, el deseo de conocimiento ígneo tros los cubanos», dijo en esa ocasión Lezama,
y la libertad absoluta [24]. «nunca hemos hecho mucho caso de la tesis del
hispanoamericanismo, y ello señala que no nos
Aunque no suscribamos todos los criterios de sentimos muy obligados con la problemática de
Chiampi, es justo tomarlos en cuenta. Por su parte, una sensibilidad continental». [«Coloquio», 46].
Abel Prieto, quien en su prólogo a la antología de Vitier menciona en otro texto25 el rechazo por el
ensayos de Lezama que llamó Confluencias (1988) Lezama de entonces de «una expresión mestiza
insistió en el carácter descolonizador de tales [que es] intentar un eclecticismo sanguinoso»
ensayos, escribió: [«Coloquio», 53]. Vitier atribuye el abandono
de tales criterios de Lezama a la presencia en
No hay duda de que Lezama somete a una su obra de Martí, que era escasa en la época del
digestión [énfasis de Abel Prieto] particu- «Coloquio». Tal presencia, según el autor de Ese
lar a los autores que nutren su cultura y los sol del mundo moral, se hace visible en Lezama
restituye luego, en sus textos, radicalmente a partir de su ensayo «Las imágenes posibles»,
transfigurados: si en definitiva –como señala de 1948. También se preguntó Vitier a propósito
agudamente un crítico borinqueño [Efraín de Lezama: «¿demasiada Europa en los intentos
Barradas]22– «el Chesterton de Lezama es iniciales?».26 A lo que podría responderse afirma-
muy distinto a cualquier otro Chesterton que tivamente. Por ejemplo, los primeros números,
nos ofrece la crítica, porque el Chesterton de trimestrales siempre, de Orígenes, se nombraban
Lezama es Lezama mismo», [...] algo similar como las cuatro estaciones, inexistentes en Cuba.
pasa con Claudel y con Pascal y con tantas En relación con ese punto es útil recordar que
otras fuentes de su reflexión.23 la evolución de Borges lo llevó de su momento
nativista inicial, que rechazó luego, a una etapa
A estas observaciones canibalescas/calibanes- más abierta al mundo, así fuera de la manera ca-
cas cabe añadir que Lezama, como es propio de libanesca apuntada; mientras Lezama comenzó
todo autor, fue evolucionando a lo largo de su rechazando el nativismo («Con lo del Sol del
vida, y los rasgos mencionados por Chiampi y Trópico nos quedamos a la Luna de Valencia»,
Prieto se fueron haciendo cada vez más visibles
a medida que Lezama alcanzaba su soberana 24 En «Brevísima presentación», en Martí en Lezama,
Cintio Vitier (comp.), La Habana, Centro de Estudios
Martianos, 2000.
22 Efraín Barradas: «Chesterton, Lezama Lima y la fun- 25 C. Vitier: «La aventura de Orígenes», en Fascinación
ción social del arte», en Unión, No. 1, 1983. de la memoria. Textos inéditos de José Lezama Lima,
23 Abel E. Prieto: «Confluencias de Lezama», en José redacción y pról. de Iván González Cruz, La Habana,
Lezama Lima: Confluencias, sel. y pról. de Abel Prieto, Letras Cubanas, 1993, p. 318.
La Habana, Letras Cubanas, 1988, pp. xxviii-xxix. 26 C. Vitier: Ob. cit. (en nota 24), p. 9.

226
escribió en 1939 al frente del primer número Maestra» [p. 79]; habló de «el espacio gnóstico
de Espuela de Plata), y se movió luego hacia americano» [81-83], que sería concepto funda-
un apoderamiento de lo más cercano. Ello se mental, años después, de La expresión americana,
ve en La expresión americana, en «Sucesivas y de «[c]ómo lo imposible [...] ha obrado sobre lo
o las coordenadas habaneras», de Tratados en posible, organizando el reino de la posibilidad
La Habana (título que no deja lugar a la duda, en la infinitud» [82]; de Martí, quien «tocó la
como le comenté en carta), en los tres tomos tierra, la besó, creó una nueva causalidad, como
de su Antología de la poesía cubana (1965), en todos los grandes poetas. Y fue el preludio de
muchos textos de La cantidad hechizada e Ima‑ la era poética entre nosotros, que ahora nuestro
gen y posibilidad, y también en poemas suyos pueblo comienza a vivir, era inmensamente afir-
como «Pensamientos en La Habana» o «El arco mativa, cenital, creadora» [83]; de que hay entre
invisible de Viñales». nosotros «la mayor cantidad de luz que puede,
Es significativo que un aspecto tan importante hoy por hoy, mostrar un pueblo en la tierra» [88];
de su obra como el de las «eras imaginarias», en de que «[y]a la imagen ha creado una causalidad,
las cuales Lezama conjeturó la existencia de con- es el alba de la era poética entre nosotros» [89].
juntos históricos regidos por la imago, distintos En textos ulteriores, Lezama añadiría: «El
de las «culturas» de Spengler o las «sociedades» poeta se sacraliza en las eras imaginarias, cuya
de Toynbee, él las haya hecho culminar en José raíz es la revolución».28 Y también:
Martí, a raíz del triunfo de la Revolución Cuba-
na. Todavía recuerdo la emoción con que le oí, En vísperas de la Revolución yo escribía in-
en los primeros meses de 1959, su lectura en la cesantemente sobre las infinitas posibilidades
Operación cultura que organizara la Federación de la imagen en la historia. Entre las sorpresas
Estudiantil Universitaria. «Ningún honor yo pre- que ofrece la poesía está la aterradora verifica-
fiero», dijo entonces Lezama, «al que me gané ción del antiguo es cierto porque es imposible.
para siempre en la mañana del 30 de septiembre Comprobaba por el mundo hipertélico –lo
de 1930».27 Se refería a su participación en la que va más allá de su finalidad– de la poesía, que
manifestación estudiantil de aquel día contra la médula rige al cuerpo, como la intensidad
la dictadura de Gerardo Machado. (Su importan- se impone en lo histórico a lo extenso. En una
cia en la vida de Lezama lo prueba el hecho de palabra, cómo los países pequeños pueden
que la haya aludido, por supuesto transfigurada, en tener historia, cómo la actuación de la imagen
Paradiso). Refiriéndose a la escalinata central de no depende de ninguna extensión. Inauditas
la Universidad, habló del «gran río que descendió sorpresas, rupturas de la causalidad, extraños
por la escalera de piedra y llegó hasta la [Sierra] recomienzos ofrecía la imagen actuando en
lo histórico. Y de pronto se verifica el hecho
de la Revolución. Nuestra historia se vuelve en
27 En: Secretaría de Cultura de la Federación Estudiantil
Universitaria: Operación Cultura, La Habana, Univer-
sidad de La Habana, 1959, p. 77. La cita aparece altera- 28 En «Sobre poesía», en Casa de las Américas, No. 47,
da en Imagen y posibilidad, ob. cit. (en nota 2), p. 94. marzo-abril de 1968, p. 107.

227
sí una inmensa afirmación, el potens nuestro hermosa relación mantenida entre Lezama y las
comienza a actuar en la infinitud. // La Revo- fuerzas emergentes tras la victoria de 1959, con
lución es en mí algo muy superior a un cambio, la excepción de los ataques que al principio se
fue una integración, una profundización. Nos le hicieron desde Lunes de Revolución. Ya men-
enseñó a todos la trascendencia de la persona, cioné su lectura en la Universidad de La Habana,
la dimensión universal que es innata al hombre. en los primeros meses de aquel año. Como a
Nos dijo a todos que el sufrimiento tiene que Alejo Carpentier, la eclosión revolucionaria le
ser compartido y la alegría tiene que ser partici- hizo reverdecer su combativa juventud. Con toda
pada. Eso es para mí su lección fundamental.29 razón pudo decir, en entrevista que le hiciera Ciro
Bianchi Ross: «Yo creo que siempre he sido un
En «A partir de la poesía», aparecido en 1970 en escritor revolucionario, porque mis valores son
La cantidad hechizada, aunque hecho años antes, revolucionarios. Y en la raíz de mi vida y de mi
retomó varias páginas de su «Lectura» de 1959, y obra está mi participación en aquella manifesta-
escribió: ción del 30 de septiembre y el orgullo de haber
sido un luchador antimachadista».32
La última era imaginaria, a la cual voy a aludir En atención a esa actitud suya (y, desde luego,
en esta ocasión, es la posibilidad infinita, que reconociéndosele su condición de gran animador
entre nosotros la acompaña José Martí. Entre cultural, como se había visto en sus admirables
las mejores cosas de la Revolución cubana, revistas), en el propio 1959 fue nombrado Direc-
reaccionando contra la era de la locura que fue tor de Literatura y Publicaciones de la Dirección
la etapa de la disipación, de la falsa riqueza, General de Cultura del Ministerio de Educación,
está el haber traído de nuevo el espíritu de la cargo desde el que hizo editar clásicos de nues-
pobreza irradiante, del pobre sobreabundante tra literatura, y organizó ciclos de conferencias
por los dones del espíritu. como el llamado La poesía en los poetas de la
nueva generación.33 Pasó luego a ser asesor en el
Y de nuevo: «Mostramos la mayor cantidad de Instituto de Literatura y Lingüística, donde dio a
luz que puede, hoy por hoy, mostrar un pueblo conocer su Antología de la poesía cubana. Y en sus
en la tierra».30 últimos años estuvo en la plantilla de la Casa de
Tales palabras centelleantes, y otros textos como las Américas, siendo su tarea allí proseguir su obra
«Che Guevara, comandante nuestro» y «El 26 excepcional. Cuando en 1961 se creó la Unión de
de Julio: imagen y posibilidad»,31 dan fe de la Escritores y Artistas de Cuba, bajo la presidencia de

29 En «Literatura y revolución: Encuesta», en Casa de 32 Ciro Bianchi Ross: Asedio a José Lezama Lima y otras
las Américas, Nos. 51-52, noviembre de 1968- febrero entrevistas, La Habana, Letras Cubanas, 2009, p. 30.
de 1969, pp. 131-132.
33 El ciclo en cuestión fue iniciado el 24 de agosto de 1959
30 En «A partir de la poesía« (1960), en La cantidad por las palabras que leyó Lezama, y con el título «Me
hechizada, La Habana, Unión, 1970, pp. 49-50, 52. gusta saludar...» fueron publicadas en Casa de las
31 Ambos textos aparecen en Imagen y posibilidad, ob. Américas, No. 195, abril-junio de 1993. Dicho texto no
cit. (en nota 2). fue recogido en Lezama disperso, ob. cit. (en nota 18).

228
Nicolás Guillén, Lezama fue uno de sus vicepresi- las incorrecciones formales que abundan en
dentes. Tomó parte destacada en numerosas labores su prosa y que, por contraste con la sutileza y
de varias instituciones culturales. Súmese a eso, la hondura del contenido, suscitan en el lector
en lugar primordial, sus publicaciones personales: superficialmente refinado un movimiento de
el poemario Dador (1961), la Órbita, antología escándalo e impaciencia que casi nunca es ca-
de su labor (1966), la novela Paradiso (1966), paz de superar; [y también] [e]l hecho incontro-
los ensayos de La cantidad hechizada (1970), su vertible de que Lezama parezca decidido a no
Poesía completa (1970), la Valoración múltiple escribir jamás correctamente un nombre propio
de su obra (1970). inglés, francés o ruso, y que sus citas en idio-
Sin embargo, a partir de 1971 comenzó lo que mas extranjeros estén consteladas de fantasías
Ambrosio Fornet llamó el «Quinquenio Gris» y, ortográficas, [lo que] induciría a un intelectual
más allá de una u otra denominación, supuso un rioplatense típico a ver en él un no menos
torpísimo estrechamiento de la vida intelectual cu- típico autodidacto de país subdesarrollado, lo
bana. Cuando, paradójicamente, sus obras conocían que es muy exacto, y a encontrar en eso una
una amplia repercusión internacional, Lezama fue justificación para no penetrar en su verdadera
uno de los afectados, entre quienes se encontraron dimensión, lo que es muy lamentable.35
no pocos de nuestros escritores, pensadores y ar-
tistas valiosos, cuya reivindicación se iniciaría en Cortázar alude luego a cubanos que se compor-
la segunda mitad de la década del setenta. tan como el rioplatense típico, y deben añadirse
Vuelvo al tema de esta charla. Y lo hago, muchos otros que forman parte de lo que Lezama,
en primer lugar, recordando unas palabras que con su altivo desdén, llamaba el bachillerismo in-
Lezama le dijo a Ciro Bianchi en su entrevista: ternacional. Contra este escribió siempre Lezama,
y lo hizo incorporándose la cultura mundial, la
[H]e sido un autodidacto formado en la lectu- occidental y la oriental, con la conciencia plena,
ra. No he podido viajar, no he tenido grandes que tuvo desde temprano, de que pertenecía a
profesores, de manera que culturalmente me una comarca no hegemónica, a pesar de lo cual
he hecho tratando de domeñar mi caos que a rechazó la estéril repetición. Martí advirtió: «In-
veces me jugaba una mala partida, como mi jértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el
cosmos que era tan secreto para mí como los tronco ha de ser el de nuestras repúblicas».36 En
retos de aquel caos.34 el fuerte tronco propio injertó Lezama el mundo.
Lejos de ser un pleonasmo, su obra genial es un
También la condición calibanesca de Lezama nacimiento perpetuo, un enriquecedor y deslum-
se revela en rasgos de esa formación autodidacta. brante viaje a los orígenes. c
Julio Cortázar ha abordado con franqueza esos
rasgos al referirse a: 35 J. Cortázar: Ob. cit. (en nota 1), p. 139.
36 José Martí: Nuestra América, edición crítica, investig.,
present. y notas de Cintio Vitier, La Habana, Centro de
34 C. Bianchi Ross: Ob. cit. (en nota 32), pp. 16-17. Estudios Martianos, Casa de las Américas, 1991, p. 18.

229
Con Fidel Castro Ruz
y Gabriel García Márquez
en el Palacio de las Convenciones
de La Habana, 2000
ALFREDO PRIETO

L
legamos cuando se estaba yendo a otras reaccionando contra constructos etnocéntricos,
labores. A Roberto Fernández Retamar el núcleo duro de una ensayística que tiene en
no lo tuvimos frente al aula, pero resultó Frantz Fanon, Edward Said y Noam Chomsky
un imprescindible para los muchachos que a tres de sus hermanos naturales. «Caliban»,
mediados de los años setenta ingresaron en la «Martí en su (tercer) mundo» y «Para una teoría
Escuela de Letras y Arte, convertida en Facultad de la literatura hispanoamericana» constituyeron
de Filología por obra y gracia de los tecnócratas verdaderos marcadores, incluso hasta en sus
del Ministerio. Primero fueron sus poemas, que aspectos más polémicos, sin los cuales una obra
circulaban de mano en mano y muchas veces no lo sería de veras.
leíamos en el Parque de los Cabezones, junto a Y también con historia y estilo, rayando la
los de Ernesto Cardenal, Juan Gelman, Mario página como los dioses y con esa capacidad de
Benedetti y Roque Dalton. Había en ellos una montarse sobre los hombros de una tradición
manera inconfundible de insertarse y apropiarse integrada por el propio José Martí, Enrique
de la poesía conversacional latinoamericana –que José Varona, Fernando Ortiz, Juan Marinello,
Roberto, por otra parte, estudió de manera in- Raúl Roa, Ramiro Guerra y su admirado Jorge
superable–, lejos de la mojiganga y el facilismo Mañach. No por azar Jorge Luis Arcos, uno de
que terminarían convirtiéndola en retórica y pura aquellos jóvenes de entonces, hoy uno de los
hojarasca. más importantes críticos literarios cubanos y
Después vinieron sus ensayos. Si hubiera que el mejor conocedor de la obra de Roberto entre

Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 pp. 231-242


definir en una sola palabra el significado de su nosotros, ha podido afirmar con razón que «sus
obra en estos dominios, lucidez sería, sin dudas, ensayos despliegan una de las prosas más funcio-
la más apropiada. Roberto aportó conciencia nales y, a la vez, más límpidas de la ensayística
identitaria a una generación que estaba tratando iberoamericana».
de encontrarse a sí misma en un contexto de Ahora que se ha ido, quisiera evocarlo con
cambio y viraje. Nos demostró la validez de uno de esos poemas que leíamos en los bancos
aquel apunte de José Martí, a quien él estudió de Zapata y G, y en aquel parque de la Colina,
y descodificó como pocos: «nosotros tenemos con la intuición de estar, ya desde entonces,en
la necesidad de la expansión. El mundo entero presencia de un clásico, ese lugar que lo separa
nos interesa. De Francia la luz, y de España y de de una vez y por todas de la muerte: «Felices
Inglaterra, y de los Estados Unidos». Y lo hizo los normales».

231
FRANCISCO PROAÑO ARANDI

P
rofundamente impresionado por el falle- tos de pesar y solidaridad para todos quienes
cimiento del enorme poeta y ensayista hacen la Casa de las Américas y cumplen
Roberto Fernández Retamar, entrañable fielmente su ideario de escritor comprometido
amigo y voz iluminadora de las letras hispanoa- con las mejores causas de la América Latina.
mericanas, hago llegar a ustedes los sentimien-

MARGARET RANDALL

E
s con un gran pesar que supimos la noticia de El Corno… a la obra de la Isla. Una carta
de la partida de nuestro querido Roberto. No suya fue objetada por el director de la Unión
puedo decir más de lo que dice la declara- Panamericana, arma cultural de la Oea. La
ción de la Casa... que habla tan elocuentemente Unión nos amenazó con cancelar las quinientas
de su poesía, sus ensayos, su obra docente y suscripciones al Corno… recientemente compra-
como presidente de esa institución. Solo añadiría das, si nosotros insistíamos en publicar la carta
una nota personal. En la década de los sesenta, de Roberto. Naturalmente publicamos la carta,
cuando con Sergio Mondragón fundamos y perdiendo las suscripciones pero manteniendo la
editamos la revista literaria bilingüe El Corno dignidad. A través de los años Retamar siempre
Emplumado, Roberto era uno de nuestros pri- fue un faro para nosotros, una referencia política
meros contactos en Cuba. A través de él hicimos y cultural, y un amigo. Lamentamos su muerte
contacto con muchos poetas y artistas cubanos, y celebramos su vida.
haciendo posible la dedicación del número 23

232
ALESSANDRA RICCIO

A
esta histórica institución quiero hacer lle- Sus planteamientos, siempre estimulantes, han
gar el desconsuelo infinito por la muerte abierto muchas mentes a la razón y al sentimiento.
de un poeta, un militante, un ensayista Fue un hombre amable, siempre cumplidor,
extraordinario. Una de las inteligencias de la fiel a las amistades, intelectualmente insustituible.
segunda mitad del siglo xx más seductoras y Quiero llegue a esta Casa mi inconsolable
lúcidas. dolor y mi amistosa cercanía.

HUGO RIVERA-SCOTT

D
emasiado ensimismamiento en mis pro- trabajar cotidianamente con él, aprendí mucho
yectos y con un fin de semana familiar de su lucidez e inteligencia brindada siempre
intenso, recién me entero de la dolorosa oportunamente sin limitaciones y muchas veces
noticia que trasmite vuestra declaración, el dece- he constatado que un cierto sentido editorial que
so de Roberto Fernández Retamar es una enorme poseo se lo debo casi plenamente, sin contar con
pérdida para la cultura nuestra. todo lo que en su quehacer como poeta y ensa-
He quedado acongojado, triste y desconcer- yista nos deja como legado en la patria grande.
tado, la pérdida de su humanidad generosa y Hago llegar a ustedes mis sentidas condo-
solidaria nos deja en orfandad, también como lencias y ruego que trasmitan nuestro profundo
familia. En nuestra inolvidable convivencia en sentimiento de dolor a toda su familia.
la Casa de las Américas, aunque no me tocó

233
RAÚL ROA KOURÍ

N
o tengo otro correo al que enviar este men- que servía como médica internacionalista en
saje que, no solo es para la Casa, sino para Zambia. Y las tantas veces que evocamos a
Laidi y toda la familia de Roberto en este Haydee, la fundadora, la imprescindible guía de
momento de duelo para todo cubano bien nacido. la Casa. Cuba le debe muchas cosas al talento de
No hace mucho recordábamos nuestras largas Roberto, su poesía iniciadora, su prosa elegante,
conversaciones (como él decía, en diversas par- de sencillez martiana, pero sobre todo su ejemplo
tes del mundo: Nueva York, París, La Habana) de intelectual insobornable, de cubanía irreducti-
en torno a cuanto tema de interés estuviera sobre ble, de revolucionario sincero. Por supuesto que
el tapete. Cómo olvidar la emoción –hasta las seguirá entre nosotros, en la vanguardia, como
lágrimas– cuando nos leyó, en la residencia de le corresponde. Hasta siempre, Roberto.
Cuba en Vaucresson, París, un cuento de Laidi,

GRÍNOR ROJO

A
migos de la Casa de las Américas, escribo noamericanas, como la cabeza de la Casa de las
para manifestarles mi tristeza y mi solida- Américas durante medio siglo, como el político
ridad por la muerte de nuestro querido y en la Asamblea Nacional del Poder Popular y,
admirado Roberto Fernández Retamar. Fue un por supuesto, como el devoto martiano que fue.
grande entre los grandes. En la cultura latinoame- Pocos, muy pocos de nosotros, podemos exhibir
ricana ha dejado una huella que no se borrará, y una hoja de vida tan digna, tan honorable y tan
en todas las direcciones. Como el poeta de Elegía rica como esta suya. Pero lo que sí podemos
como un himno, como el ensayista de Caliban, hacer es agradecer el haber tenido la suerte de
como el profesor en la Universidad de La Haba- escucharlo y de leerlo. Siento que sus palabras
na, como el académico doctor honoris causa en nos hicieron mejores. Un abrazo fraterno desde
media docena de universidades europeas y lati- Santiago de Chile.

234
JOHN SAXE-FERNÁNDEZ

F
raterna y de celebración del pensamiento y la fundamentación interna de nazificación que
legado de Fidel, la inmensidad histórica que ahora expele la Casa Blanca, queda como un
estábamos honrando y colocando en nuestra pendiente para articular, de enorme dificultad.
memoria. Roberto Fernández Retamar impactó a Siento una desolación grande al no tenerlo
toda mi generación. Nos enseñó a querer y enten- al otro lado del Caribe. Creí que viviría por
der a esa Revolución, y su herencia martiana. A siempre. Y se nos fue pero sigue conmigo fra-
mí la pena de no poder enviarle más reflexiones ternalmente.
sobre un libro que me sugirió revisar, referido a

BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

A
cabo de saber que Roberto Fernández Roberto fue uno de los más brillantes intelec-
Retamar murió en la tarde de ayer, 20 de tuales del mundo de los últimos cien años. Lo
julio. Es una pérdida irreparable para la digo sin ninguna hesitación porque reconocí en
cultura cubana, latinoamericana y mundial. Lo él una rarísima calidad en los intelectuales del
admiré durante toda mi vida profesional y fuimos último siglo: la capacidad de conocer profun-
amigos desde que hace quince años me invitó damente la cultura europea sin ser eurocéntri-
como jurado del Premio Casa de las Américas. co, y de conocer profundamente la cultura del
Hace poco más de dos meses, durante la reciente Caliban latinoamericano sin ser trivialmente
XIII Bienal de Arte de La Habana tuve el privile- descolonial. Si los siglos que los separan no nos
gio inmenso de compartir, con mi querido com- crearan tanta confusión, yo diría que Roberto
pañero Jorge Fornet, más de dos horas de charla es un ensayista tan notable cuanto Montaigne
maravillosa con Roberto. Hablamos de todo, de su y solo comparable a él. Y además de ensayista
gran pasión, José Martí, del imperialismo, de sus era un gran poeta.
tiempos en Europa y en los Estados Unidos, de la
Revolución Cubana, del rol del intelectual en nues- Coimbra, 21 de julio de 2019
tros días, de poesía, de la cultura latinoamericana.

235
LUIS TOLEDO SANDE

Adiós natural a Roberto Fernández


Retamar*

E
l momento, el ánimo y la urgencia no dan admiración por autores como Julián del Casal
para intentar una valoración de lo mucho y Rubén Martínez Villena se afianzara en la
que ha significado y seguirá significando devoción por José Martí. Esa perspectiva raigal
Roberto Fernández Retamar, ni para entrar en fue una guía básica para el poeta y el ensayista
detalles cronológicos y otras circunstancias. En Roberto Fernández Retamar.
realidad, tal valoración ha venido haciéndose, La poesía aportó luz y capacidad de revelación
y continuará creciendo y dando frutos, y aquí a las ideas de quien haría contribuciones medu-
apenas se trata de plasmar un esbozo de adiós lares y germinadoras que podrían resumirse o
a quien ha sido uno de los mayores exponentes representarse con su reinterpretación de la figura
de la cultura cubana, asumida como parte de la de Caliban. Con ella fijó una imagen válida para
cultura de nuestra América toda. Pudiera sentirse profundizar en las especificidades de los pueblos
la tentación de ubicarlo en el siglo xx –particular- de nuestra América y su diálogo con otros pue-
mente en su segunda mitad– y lo que va del xxi. blos del mundo.
Pero la obra del sólido intelectual que acaba de El peso de su proeza cognoscitiva fue mayor
morir desborda esos lindes, y seguirá ejerciendo en virtud de la intensa actividad social que
una influencia enriquecedora. desarrolló. Cabría recordar su labor docente,
Cuando en plena juventud mereció recono- una de las más importantes entre las que en-
cimientos por su concentrado poemario Elegía riquecieron la realidad y el prestigio del área
como un himno, iniciaba una trayectoria en per- humanística de la Universidad de La Habana.
manente ascenso. La poesía y un pensamiento Igualmente se deben citar otras tareas que realizó
calador lo ubicaron con pasión y lucidez en el a lo largo de su vida, a menudo simultaneando
devenir de la nación, y de ese vínculo nació algunas de ellas.
una sed de conocimiento en que el cultivo de la El recuento incluye el ejercicio de la diplo-
belleza y la defensa de las mejores causas mar- macia en distintos momentos, así como queha-
charían unidas. No es casual que su temprana ceres de dirección en la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba y, por más años, en el Centro
* Publicado en el sitio web Cubadebate. de Estudios Martianos, del cual fue director fun-

236
dador. Lugar especial corresponde a las décadas monumentales. También por eso constituye un
que dedicó, hasta sus últimos días, a la Casa de ejemplo para las actuales y futuras generaciones
las Américas, institución de la cual fue vicepre- del país, especialmente para quienes se desem-
sidente y que luego presidió durante décadas, peñan ahora o se desempeñen luego en perfiles
además de dirigir su revista. profesionales afines a los que tuvieron en él un
Todas las tareas que desempeñó –contando infatigable trabajador.
asimismo en ellas la de miembro del Consejo de La pena causada por su partida es solo com-
Estado– se beneficiaron de su inmensa sabiduría, pensable por el tesoro de letras e ideas que deja,
que le propiciaba una comprensión profunda y y que crece con su ejemplo de íntegra profesio-
abarcadora de los temas que analizaba, y tuvie- nalidad y de lealtad en actos y pensamiento a la
ron el aval de una obra escrita de dimensiones patria y su Revolución.

De izquierda a derecha: Luis Rogelio Nogueras, Antón Arrufat, Pablo Armando Fernández, Mariano Rodríguez, José
Lezama Lima, Heberto Padilla, Sigifredo Álvarez Conesa, R.F.R. y Víctor Casaus

237
OMAR VALIÑO

Roberto Fernández Retamar:


lo que fue dictando el fuego

H
a muerto en La Habana, su Habana, Ro- pasado iluminan las complejidades del presente,
berto Fernández Retamar. Ha muerto aquí, objetivo y optimista con el futuro. Y, sobre todo,
como su poema de los tiempos duros de comprometido; sabedor del peso incontrolable
los noventa, recordando a Brecht. de la palabra pública y privada.
Ha muerto el día después de la apertura en la También por su sólido, culto, universal do-
Casa de las Américas, su Casa como la de Haydee, minio de los instrumentos específicos y tareas
de la hermosísima exposición La línea de la vida, correspondientes del cultivo de la lengua para la
un recorrido real y poético por el enorme trazado poesía y el pensamiento. Sus poemas y ensayos,
en acción que atesora esta sede cultural de la sencillamente, nos acompañan. Y tuvimos la
Revolución. La Casa de tantas anunciaciones dicha de escuchar sus versos en la hondura de
que ayudó a hacer y sostener. su voz magnífica –ay, aquella velada de poesía y
Ah, Roberto, el azar y las precisas leyes que música con Silvio en la sala Che Guevara de la
tanto citabas, pero que no pueden ahora, de Casa. Y de reírnos con su finísimo humor y dis-
ninguna manera, ahuyentar el dolor profundo frutar las conversaciones sobre la pelota, elevada
ante tu pérdida. a inigualable altura en su legendario «Pio tai».
Para poder decir algo, no se me ocurre otra Su recia y simbólica figura intelectual, entre
cosa que reiterar unas líneas de la carta que le los nombres claves de nuestra América, perdura-
dirigí por su cumpleaños ochenta y cinco, ahora rá como una vida de inmensa plenitud en medio
que desandaba sus noventa. de un larguísimo combate.
Retamar encarnó un modelo de verdadero Está de luto la República de las Letras, está
intelectual, aun sabiéndolo ajeno a establecer de luto Cuba.
modelos con su persona. Atento a todas las Pero como también escribió, a la vera de Sor
aristas de su tiempo –difícil como todos, según Juana, nada borrará el agua, Roberto, de lo que
me enseñó que espetaba Borges a los suyos–, fue dictando el fuego.
profundo conocedor de cómo los vericuetos del Gracias, maestro, siempre.

238
RAÚL VALLEJO

Roberto Fernández Retamar,


paradigma de lucidez y poesía
en nuestra América

E
ran los tiempos en que intelectuales y ar- Roberto Fernández Retamar (1930-2019) es
tistas formaban brigadas para ser parte del un corazón generoso que albergó una lucidez,
trabajo voluntario en la Cuba que anunciaba heredera y estudiosa del pensamiento martiano,
la utopía, siempre inconclusa, de la justicia y que divulgó la obra de Martí; la misma lucidez
plenitud del ser humano. El poeta se conmueve que nos replanteó el sentido de la imagen de
ante esa realidad social que hay que transformar; Caliban en la antinomia civilización y barbarie,
la realidad de esa clase social a la que no pertene- e iluminó la mirada de la literatura de nuestra
ce porque no es parte de su historia de opresión, América desde la construcción de la palabra
pero frente a la que su palabra se transforma, se crítica propia. Al mismo tiempo, Retamar es un
vuelve solidaria y hace del verso una ética de espíritu de la poesía que emerge desde la contem-
vida, con la vergüenza de no cargar los mismos plación de lo cotidiano y que reivindica el «deber
dolores de aquel pueblo del que forma parte, y derecho de escribir sobre todo»: «Para ti, para
pero aún desconoce: «Con las mismas manos este instante, para este poema / que se escribe
de acariciarte estoy construyendo una escuela. gracias al aliento exhalado por Miranda o por
/ Llegué casi al amanecer, con las que pensé Jenofonte, / con un trozo sobrante de Casiopea».
que serían ropas de trabajo, / pero los hombres La vigencia de la Casa de las Américas, como
y los muchachos que en sus harapos esperaban centro de pensamiento y creación artística y li-
/ todavía me dijeron señor». Al final del poema, teraria, es el testimonio de la tarea cultural que
el poeta reafirma el recuerdo de su amada en Fernández Retamar lideró durante gran parte
medio del trabajo voluntario, en medio de ese de su vida, confiando siempre en la juventud
aprendizaje de la solidaridad: «No hay momento y llenando la Casa de la frescura de nuevas
/ en que no piense en ti. / Hoy quizás más, / y propuestas creativas, al tiempo que mantuvo
mientras ayude a construir esta escuela / con las y trabajó en la memoria y la tradición de una
mismas manos de acariciarte». literatura continental. Y, no digo más, porque

239
sé que estas palabras mías hubiesen abrumado sobrevida? / ¿quién se murió por mí en la ergás‑
al poeta, que nos legó algunos versos para su tula, / quién recibió la bala mía, / la para mí,
epitafio: «Se equivocó más de una vez, y quiso en su corazón?».
sinceramente hacerlo mejor. / Acertó, y vio que Envío: a Roberto Fernández Retamar, cuyo
acertar tampoco era gran cosa. / De todas ma‑ espíritu es parte de mis calles habaneras y sus
neras, llegado al final, declaró que volvería a cenizas yacen en el cielo de aguas profundas del
empezar si lo dejaran». Caribe. «Es lo mismo de siempre: / ¡Así que este
Nos enseñó la ética de la vergüenza del poeta, hombre está muerto! / ¡Así que esta voz / del‑
aquella que enfrenta la inutilidad de la poesía gada como el viento, hambrienta y huracanada
para las tareas prácticas, esas tareas que algu- / como el viento, / es la voz de nadie!». Pero yo
nos escriben con mayúsculas. Y, sin embargo, no estoy escuchando un disco de Benny Moré
también nos enseñó que el poeta persiste en como tú, sino escuchando otro disco, ese en el
su escritura por esa necesidad de que la poesía que los poemas hablan con tu propia voz, que
exista por sí misma, sin justificaciones, que la ya es la voz de nadie, pero también es la voz de
poesía exista para sobrevivir al horror del mundo la permanencia de ti en tu poesía, que, en medio
y para vivir en la belleza del mundo. «Noso‑ de la diversidad, pervive «...toda temblor, toda
tros, los sobrevivientes, / ¿a quiénes debemos la ilusión».

Caricatura de Posada

240
ARÍSTIDES VEGA CHAPÚ

A
los amigos de la Casa: me uno al dolor y siempre de la Dra. Adelaida. Pensé que se habían
a la esperanza. Al silencio y a la palabra. equivocado de sala, o que estarían esperando la
Me uno a la tristeza y a la poesía. presentación del libro de algún autor cercano a
A Retamar lo conocí personalmente en una ellos, cuando Retamar me hizo saber que estaban
visita que hizo a Santa Clara. Hace muchos años muy contentos con la salida de mi antología. Es-
fue invitado a participar de jurado del Encuentro taban ahí como parte de ese mínimo público que
Provincial de Talleres Literarios que aquella época asiste a la presentación de un autor que venido
unía a todos los que intentábamos ser escritores, de provincia no tiene suficientes amigos en la
todos muy jóvenes, y a los que ya tenían, como capital como para ser acompañado.
él, una reconocidísima obra. Lo que me llamó la En ese día, sobre todo, y en otro en que le pidió
atención del poeta que solo había visto con ante- a su hija, mi amiga querida Laidi Fernández de
rioridad a través del televisor, más que su tamaño Juan, que le pusiera en un tocadiscos la canción
y su mirada seria y penetrante, fue su capacidad que tanto le gustaba. Quedé atento para saber cuál
de escuchar todos los poemas que le leíamos sin sería, pensando en algún clásico de la música tra-
compasión alguna y de encontrar una acertada dicional cubana o tal vez de los muchos universa-
opinión para cada texto, en que eran reconocibles les temas sinfónicos o cualquier otra composición
tres de sus más visibles cualidades; la humildad, que no fuese una canción de los setenta de Juan
la sinceridad y la extrema delicadeza cuando tenía Formell. En esos dos instantes estoy pensando,
que decir lo que a ningún autor le gusta escuchar. ahora que he sabido que Roberto Fernández
Su maestría para ser Maestro era tal que nadie se Retamar se ha marchado para la gloria eterna
molestó con ninguno de sus criterios, aun cuando junto a su amada, la bella Adelaida. Me gustaría
algunos fueron severos y negativos. darle un abrazo a Laidi, simpática, cariñosa,
Con los años compartimos varios espacios y comprometida amiga que tanto quiero. Me gus-
siempre fue atento y cariñoso, con una memoria taría estar ahora mismo en ese privilegiado lugar
envidiable, ya que nunca olvidó mi nombre. en que estuve una tarde noche contemplando la
Cuando en la Feria Internacional del Libro en familia que Retamar y Adelaida habían fundado,
La Habana, en el año 2008, se presentó mi an- una familia tan sencilla, cariñosa y unida como
tología de poesía Que el gesto de mis manos no la que cualquier gran hombre intenta y aspira a
alcance, publicada por Unión, en la sala Lezama fundar. Eso y su gran obra serán suficientes para
Lima me encontré a Retamar, acompañado como garantizar su eternidad.

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Junto a Raúl Castro Ruz
en la entrega de la Orden José Martí, 2009
AL PIE DE LA LETRA

Crecer en Martí el interés por la obra de quien, en de pensar y de concebir la vida y el


enero de 1891, en su ensayo Nuestra mundo». Y finalmente, atender con
Así tituló nuestro amigo y colaborador América, diera un acta de nacimiento especial cuidado a los motivos funda-
panameño Guillermo Castro esta nota a nuestra contemporaneidad. // Entre mentales y el ritmo del pensamiento
sobre José Martí que nos es grato nosotros, ese interés se traduce en lo en desarrollo, siempre más importante
poner en manos de los lectores de que planteara Antonio Gramsci a los que «las afirmaciones aisladas y ca-
este número: jóvenes de su tiempo que entraban en suales o que los aforismos separados».
contacto con la filosofía de la praxis. // A esto cabría agregar, sobre todo

F ue Roberto Fernández Retamar,


si mal no recuerdo, quien alguna
vez observó que en nuestra América
Al respecto, decía que «toda nueva
teoría estudiada con “heroico furor”
[...] atrae por sí misma, se adueña de
para nosotros, la necesidad de encarar
al autor desde su circunstancia –que
incluye su biografía intelectual y
abundaban quienes eran martianos toda la personalidad [...] hasta que se política, sin reducirse a ellas–, para
«sin saberlo». Para ellos, el encuentro establece un equilibrio crítico y se comprenderlo a cabalidad desde la
con la obra de Martí constituía –cons- estudia con profundidad, pero sin ren- nuestra. Visto así, por ejemplo, resalta

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tituye– no solo un descubrimiento de dirse en seguida a la fascinación del la riqueza del desarrollo de los víncu-
orden estético y emotivo sino, y quizá sistema o del autor estudiado». Esto los entre esas tres dimensiones, en lo
sobre todo, de una parte de sí que ya era así, agregaba, sobre todo cuando que va del primer documento escrito
estaba presente en su afectividad y se trataba de «una personalidad en la por Martí que conocemos –la carta
su conducta, pero de la que ahora se cual la actividad teórica y la práctica a su madre de un niño de casi diez
hacían concientes. Y, a partir de allí, están indisolublemente ligadas, de años que acompaña a su padre en una
se les abría la posibilidad de pasar un intelecto en continua creación y estancia en el campo– hasta la que deja
a formar parte de una conciencia en perpetuo movimiento, que siente inconclusa en vísperas de su muerte,
colectiva y un hacer social mucho vigorosamente la autocrítica del modo treinta y dos años después, dirigida a
más amplios. // Esta observación más despiadado y consecuente». // su amigo mexicano Manuel Mercado,
tiene hoy una especial vigencia. La Atendiendo a esto, hacía tres recomen- en la que aparece aquella frase que
bancarrota política –esto es, cultural y daciones. Una, reconstruir la biografía define al hombre que había llegado a
moral– del neoliberalismo le plantea del autor, tanto en lo relativo a su ac- ser: aquel que estaba «todos los días
a las sociedades de nuestra América, tividad práctica como «especialmente en peligro de dar mi vida por mi país y
una vez más, la tarea de encontrarse a la intelectual». Otra, registrar todas por mi deber [...] de impedir a tiempo
a sí mismas, para constituirse en sus obras, por orden cronológico y con la independencia de Cuba que se
sujetos de su propio destino. No es según «motivos de tipo intrínseco: de extiendan por las Antillas los Estados
de extrañar que, en tal circunstan- formación intelectual, de madurez, de Unidos y caigan, con esa fuerza más,
cia, se renueve con creciente vigor dominio y aplicación del nuevo modo sobre nuestras tierras de América.

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Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para
eso». // En lo que hace a los Estados
Unidos, sabemos que Martí llegó a esa
después de leer este ensayo: “¿Dónde
conoció V. al hombre, que parece que
lo ha retratado V. por dentro?” –¡Lo
E n una película de inicios de este
siglo, Rosarigasinos, dirigida por
Rodrigo Grande, hay una escena en
postura a lo largo de su exilio en Nue- conocí en los hombres! –Los espíritus la que dos exconvictos liberados tras
va York, entre 1881 y 1895. Lo hizo a humanos se dividen en familias, como cumplir treinta años de cárcel, caminan
partir de una sincera admiración ini- los animales. –En esas páginas [...] por Rosario como redescubriendo la
cial por el liberalismo norteamericano, va mucho de mis dolores patrióticos, ciudad. En un momento, uno de ellos,
que vino a matizarse de manera cada primer peldaño que bajé del cielo!». Federico Luppi, se detiene a comprar
vez más crítica a partir de la represión // Desde ese conocer el mundo en los cigarrillos, y al continuar la caminata
de que fueron objeto las organizaciones hombres que van dándole forma a partir le pregunta a su compañero, Ulises
de trabajadores en el curso del gran de las familias morales con las que se Dumont, qué significa esa palabra
ciclo de huelgas de 1886, hasta defi- identifican, llega Martí a la fundación que ha leído en la marquesina: «Dru-
nirse con entera claridad en su crítica del Partido Revolucionario Cubano, ges-to-re». Entonces Dumont, con
a la renovada política de dominación de un modo que le permite definirlo lógica impecable, le responde: «Es un
regional del Estado norteamericano diciendo que es «el pueblo cubano». kiosco». A lo que Luppi, sorprendido,
desde fines de la década de 1880. // Y desde ese pueblo llega al Manifiesto razona: «¿Y por qué no lo llaman
Aun así, lo esencial es entender que de Montecristi, que define a la guerra kiosco?». // Episodios similares po-
el motivo fundamental y el ritmo del de independencia como un «suceso drían repetirse hoy en todo el país: en
desarrollo del pensamiento martiano de gran alcance humano, y servicio el aeroparque porteño, el noventa por
están en su cubanía, que crece desde oportuno que el heroísmo juicioso de ciento de las tiendas de servicios y
su deseo de independizar a su patria las Antillas presta a la firmeza y trato kioscos tienen nombres en inglés. O en
del dominio colonial español, hasta justo de las naciones americanas, y al francés como «Le pain quotidien». En
hacer de la independencia un medio equilibrio aún vacilante del mundo» todas las tiendas se ofrecen breakfast
para iniciar en Cuba un proceso de li- // Crecemos en Martí conociéndolo y and lunch en lugar de desayuno y
beración nacional de alcance universal. comprendiéndolo en su tiempo desde el almuerzo. Y sobran los coffees, los
Del vínculo entre su percepción de los nuestro. Así como él supo entender que teas, las croissants y así siguiendo. En
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Estados Unidos y la de la lucha por la aquello que Bolívar había dejado sin toda la ciudad de Buenos Aires sucede
independencia de Cuba da cuenta – en hacer, seguía pendiente todavía, noso- igual. Y se ha ido copiando en muchas
la etapa en que Martí se distancia del tros, desde él, podemos ver en su obra capitales de provincias. // Se dirá que
primer liderazgo del movimiento inde- la raíz de nuestra modernidad. Esa raíz no tiene nada de malo, pero la imbe-
pendentista por sus diferencias respecto constituye la guía fundamental para cilidad colonizadora llega a puntos
a la conducción política del mismo–, la construir la cultura y la política nuevas que bordean el ridículo. Hoy en casi
carta que escribe a Manuel Mercado en que demanda el tiempo nuestro para todas las obras públicas se contratan
abril de 1886. // Con la mente «puesta florecer, y dar los frutos que fecundan servicios para los trabajadores, que
en México y en mi país», dice allí, nuestros sueños. ya no se llaman baños sino «Bath».
«escribí un estudio sobre Grant [...] que Hasta los vinos que tomamos suelen
ha tenido en la América del Sur mucha venir con etiquetas impresas en inglés.
fortuna: allí saco del revés esa especie Y la vieja cerveza es beer, o a lo sumo
de caracteres de fuerza, para que se les birra. Y en casi todas las vidrieras
vea, sin exageración ni mala voluntad,
Elogio de la lengua citadinas hoy hay carteles de «Sale»
todo lo feo y rugoso del interior de la Es el título con el cual el diario ar- en lugar de las viejas y entrañables
vaina, que tanto hambriento y desver- gentino Página/12 publicó el 9 de julio liquidaciones, que cuando rezaban
gonzado rebruñen por de fuera a lami- este pertinente y provocador artículo «Liquidamos todas nuestras existen-
dos! –Un personaje de aquí me dijo, de Mempo Giardinelli: cias» planteaban incluso un dilema

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filosófico delicioso. // En 1994, y en que se debilite y agonice, entonces el conmovedora resistencia puertorri-
este diario, escribí un texto con igual habla que se impone resulta irresisti- queña. En esos contextos la educación
título, «Elogio de la lengua», pero ble, y abruma y vence por repetición, es fundamental. // Hace poco señalé,
entonces el debate era hacia adentro por moda, por estupidez programada. en el Congreso de la Lengua en Cór-
y motivado por declaraciones del Y lo que se distorsiona y deforma, doba, cómo hace años el cuento de la
entonces Secretario de Cultura, Jorge conduce a engaños. Y entonces quien llamada «globalización» que produjo
Asís. Hoy, en cambio, la cuestión habla mal, piensa mal. Porque no tiene el retorno de una España empresa-
parece más grave y en un contexto en las herramientas que brinda el idioma rialmente más agresiva y racista, nos
que los chicos de las clases medias natal, correctamente hablado y sobre afectó también y mucho en materia
urbanas tienen una competencia bilin- todo escrito. // El único antídoto, lingüística. El empobrecimiento y
güe realmente notable. Es común que obvio, es la educación. Que el actual desnaturalización del idioma, hoy
inicien una conversación, cara a cara gobierno echó a perder institucional enfermo de groserías y alusiones
(face to face) o en las redes sociales, y nacionalmente, y ahora profundiza machistas, más la incorporación a
diciendo «So...», para empezar. Y si con alevosía desatendiendo lo público mansalva de vocablos tecnológicos,
algo los avergüenza conjugan el verbo en favor de lo privado desnacionali- anglicismos innecesarios y mucho
«cringe». Y han incorporado vocablos zador. Y para colmo con un jefe de la más, aunque no sea fácil advertirlo,
como love y flirting con igual naturali- banda que no solo enhebra mal sus han producido y producen daños por
dad. Hablan Spanglish constantemen- palabras en castellano sino que hasta goteo en nuestra identidad nacional. //
te. «Somos ciudadanos del mundo», cuando habla en inglés para agradar No somos pocos los que creemos en
me dijo una adolescente no sin pizca a sus patrones se expresa en forma una educación urgente que fortalezca
de soberbia. // Admítase que esta elemental y chapucera. // El servilismo el idioma que hablamos. No es un
moda, como cualquier otra, puede no lingüístico de las clases sociales lati- asunto baladí, como suelen pensar
estar ni bien ni mal. Pero es un hecho noamericanas más acomodadas es otro algunas dirigencias. Que no saben lo
que las tropelías lingüísticas delatan la ingrediente riesgoso. El autoritarismo que dicen.
colonización maciza a la que estamos que se les quedó pegado; la prédica

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siendo sometidos. Son la evidencia de del pésimo periodismo y la telebasura
un renovado avance imperial sobre los que infecta conciencias y formatea a
pueblos latinoamericanos, que además los votantes para que se disparen en
del descalabro económico y político los pies, es lo que se llama, en general, Adioses
ponen en riesgo la identidad de la
lengua que hablamos, el Castellano
Americano, en circunstancias en que
neocolonización. // Puede parecer
exótico, en la emergencia social
que vivimos, reflexionar acerca de
A punto de arribar a sus ochenta y
dos años falleció en Zaragoza, el 6
de junio, el escritor uruguayo Fernan-
nuestro pueblo recibe una educación la lengua que hablamos. Pero es la do Aínsa, autor destacado en diversos
pública en emergencia y retroceso, nuestra, y es la más genuina y veraz géneros, amigo querido de Cuba, de la
y tan degradada que difícilmente manera de comunicarnos, entendernos cual pensaba que era la confirmación
refuerce el léxico nacional. // Lo y ser. // Es urgente una reducación en de lo que él llamaba la «utopía ame-
hemos señalado muchas veces: en el idioma que hablamos, sobre todo ricana en realización constante». Aquí
la lengua que un pueblo habla está para no deslenguarnos. Hablar bien publicó su libro Espacios del imagi-
su más potente marca de identidad; en nuestra lengua, con propiedad y nario latinoamericano. Propuestas de
son sus huellas digitales. Esa lengua corrección, es el camino más seguro geopoética (Editorial Arte y Litera-
es su vía de comunicación primera y para pensar mejor. Y pensar mejor es tura, 2003), en tanto se le distinguió
permanente. De donde la cuestión no la vía más segura para obrar mejor. De con la Medalla Conmemorativa por
es solo la lengua sino lo que se hace hecho, pueblo que pierde su lengua, lo el Centenario de José Lezama Lima
con ella. // Y si lo que se hace es dejar pierde todo. Vean Filipinas. Y vean la en 2010. Aínsa había nacido en Palma

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de Mallorca el 24 de junio de 1937, Película y Mejor Guion del Consejo del suya, Arcos de inducción cromática
hijo de aragonés y francesa, pero Municipio Libertador (1994); Premio –emplazada al final de la calle G, en
desde su pubertad vivió en Uruguay, Nacional de Cinematografía, Conac; cuyo otro extremo se encuentra nues-
donde se desarrolló como escritor Premio Nacional de Cine Monseñor tra sede– que fue su tributo a la Casa
hasta su regreso a Francia en 1973. Pellín (1991 y 1994); Personaje del de las Américas en el cuadragésimo
Fue director de publicaciones de la Año en Cine; y la Orden Francisco aniversario de su fundación. No era la
Unesco en París de 1992 a 1999. Se de Miranda en Segunda Clase (2018). primera ni la última vez que las huellas
le considera uno de los más impor- Entre sus publicaciones escritas des- de Cruz Diez marcaran el acontecer
tantes críticos literarios de las últimas tacan: Alias el Rey del Joropo (1997); artístico de la capital cubana. Sig-
décadas, en nuestra lengua, sobre la Bolívar, de San Jacinto a Santa Marta; nificativa resultó su presencia en la
que versa la mayor parte de sus en- Manuela Sáez, esa soy yo (2000); José Segunda Bienal de La Habana (1986),
sayos. Era miembro correspondiente Martí, ese soy yo (2002), entre otras. y el año pasado, con motivo de su
de las Academias de las Letras de La vida de Aray estuvo estrechamente noventa y cinco cumpleaños, estuvo
Uruguay y Venezuela, y del Patronato vinculada a nuestra Casa desde 1965, en el centro de la exposición orga-
de la Biblioteca Nacional de España. año en el cual fue jurado del Premio nizada de conjunto por la Funda-
Recordamos de él estudios como Literario, del que volvió a formar parte ción Casa Museo Simón Bolívar, la
Identidad cultural de Iberoamérica en 2000. Fue igualmente colaborador Embajada de Venezuela en Cuba y
en su narrativa (1986), Historia, habitual de nuestra revista. Poco antes la habanera Oficina del Historiador
mito y utopía de la ciudad de los de morir, en su último viaje a Cuba, lo de la Ciudad. Quienes llegan a Cara-
Césares (1992), Pasarelas. Letras recibimos en la Casa con la habitual cas por el Aeropuerto Internacional
entre dos mundos (2002), así como cordialidad que fluía entre nosotros de Maiquetía son recibidos por las
algunos de sus libros de narrativa: El y, como siempre, llegó cargado de sugerentes intervenciones óptico-
paraíso de la reina María Julia (1994) publicaciones y de cuentos, pese a cromáticas de Cruz Diez, integradas
y Travesías (2000). Entre sus poe- que ya estaba enfermo. El Consejo a la arquitectura interior de la edifi-
marios sobresalen Aprendizajes tar- de Estado de la República de Cuba cación desde 1974. Varias obras suyas
díos (2007) y Resistencia del aire (2018). le otorgó, por su constancia solidaria se encuentran en la Colección Arte de
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Fue miembro del jurado de ensayo con la Casa de las Américas y con Nuestra América Haydee Santamaría,
artístico-literario en el Premio Casa nuestra cultura, la medalla Haydee y con fecuencia pueden ser vistas en
de las Américas 2002 y colaborador Santamaría, entregada post mortem a las paredes de nuestro edificio.
de nuestra revista. sus familiares.
El 31 de agosto falleció el pensador
El cineasta, poeta y ensayista vene- A los noventa y cinco años falleció marxista estadunidense Immanuel
zolano Edmundo Aray falleció la ma- el 27 de julio en París –donde resi- Wallerstein, figura clave en el de-
drugada del 26 de junio, a los ochenta día– el artista venezolano Carlos Cruz sarrollo contemporáneo de la ciencia
y tres años, en el estado de Mérida, Diez. La televisora multinacional social. Se interesó por primera vez
Venezuela. Nacido en Maracay, fundó Telesur destacó el «legado de una en los asuntos mundiales cuando era
en 1974 el Comité de Cineastas de fructífera carrera e investigaciones estudiante en la ciudad de Nueva York
América Latina; fue parte también de sobre la forma y el color que aportaron y estuvo particularmente motivado en-
la Fundación del Nuevo Cine Latino- al arte nuevas percepciones cromáti- tonces por el movimiento anticolonial
americano y de sus Consejos Superior cas» y subrayó su protagonismo en el en la India. Asistió a la Universidad
y Directivo. Entre los reconocimien- encumbramiento del arte óptico y ci- de Columbia, donde se graduó como
tos que obtuvo el también militante nético a nivel mundial. Los habitantes sociólogo. Enseñó Sociología en la
del Movimiento de Izquierda Revolu- y visitantes de La Habana pueden ver, Universidad McGill, y durante dos
cionario (MIR), se encuentran: Mejor desde 1999, una obra emblemática décadas fue Profesor Distinguido en

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la Universidad del Estado de Nueva penetra con agudeza en cuestiones san- origen zapoteco, lo envió a la capital
York, en Bimghanton. Entre otras grantes como el racismo y la injusticia del país tras la escuela secundaria
responsabilidades fue presidente de social. Como editora, es ampliamente con la esperanza de corregir el rum-
la Asociación Internacional de Socio- reconocida por ayudar a ampliar el es- bo. Pero en 1957 llegó a un Distrito
logía y presidió la Comisión Gulben- cenario literario de los afroamericanos Federal vibrante donde aún emanaba
kian sobre la Reestructuración de las y las feministas. Su aclamada novela con fuerza la influencia del muralis-
Ciencias Sociales. Integra en su obra Beloved, sobre una esclava que escapó mo mexicano que enaltecía las raíces
aportes de la escuela de los Anales, y de una plantación de Kentucky, ganó nacionales y el papel del indígena.
sus reflexiones sobre el caos sistémico el Premio Pulitzer en 1988. En 2012 La construcción del mito de Toledo
–que él afirma se establecerá en la civi- Morrison recibió la Medalla Presi- pasa por Europa. París fue una enorme
lización capitalista entre 2020 y 2050–, dencial de la Libertad, de manos del influencia para él. Allí conoció a nota-
son de una enorme actualidad y ca- presidente Barack Obama. En una bles artistas y, gracias a Octavio Paz,
pacidad prospectiva. Cuando la des- entrevista publicada en 2004 expre- tuvo un lugar para pintar en la Casa
integración del sistema soviético só: «Esta melancolía que siento ahora de México de la ciudad universitaria.
cuestionó la vigencia de los paradigmas tiene que ver con un país como este, En esa urbe se sembró la semilla de la
marxistas, Wallerstein aseguró que con la mejor oportunidad del mundo gran reputación que Toledo aún tiene
sería un retroceso temporal, resultado [...] en este momento, con cierto nivel en Europa, donde una crítica de arte
de deformaciones históricas, y que de plenitud e inteligencia y ambición de The Observer llegó a calificarlo
el verdadero apogeo y aplicaciones y generosidad, y alguna historia de la como la «respuesta mexicana a Picas-
en la práctica social del pensamiento que aprender, y que podría tirar todo so». La pintura y sus grabados con-
de Marx, estaba por llegar en el siglo por la borda, en cierto modo, y conver- tinuaron, no obstante, el diálogo con
xxi. Al morir, Wallerstein trabajaba en tirse en la peor parte de su propio ser». el mundo rural mexicano a pesar del
su monumental obra Modern World deslumbramiento de una de las prin-
System. Cabrá a sus discípulos y con- Francisco Toledo, uno de los grandes cipales metrópolis del planeta. «El
tinuadores desarrollar el hilo crítico pintores de México –cuyas obras arte está de luto», escribió en Twitter

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de ese trabajo y ponerlo al servicio de han sido vistas más de una vez en el presidente mexicano Andrés Ma-
las luchas por un mundo donde preva- la Casa de las Américas y en esta nuel López Obrador. «Gran pintor
lezcan los verdaderos intereses de la propia revista– falleció en Oaxaca el y extraordinario promotor cultural,
humanidad. 5 de septiembre a los setenta y nueve auténtico defensor de la naturaleza y
años después de sufrir complicacio- las tradiciones de nuestro pueblo», lo
La narradora estadunidense Toni Mo- nes por un cáncer. Su muerte deja un calificó el mandatario.
rrison, galardonada con el Premio No- enorme vacío en las artes plásticas,
bel de Literatura en 1993 –y primera que pierde al autor de un mundo
mujer afroestadunidense en ganarlo–, fantástico que marcó para siempre el
falleció el 7 de agosto a los ochenta y arte contemporáneo mexicano. El país Reflexión
ocho años de edad. Gran parte de su pierde también a un promotor cultural
literatura se centró en la experiencia y ambientalista que alzó la voz para
sobre la Semiótica
vital de la mujer negra en los Estados defender el maíz y la tierra. Toledo Con el título de «Semiótica de la
Unidos y, en su estilo de escritura, fue un desobediente. Ese rasgo de Semiótica. Por sus obras la decodi-
Morrison honraba los ritmos de la su carácter fue precisamente lo que ficaréis», el filósofo Fernando Buen
tradición oral negra. Autora de once lo convirtió en artista. Fue un joven Abad dio a conocer, en el blog del
novelas, cuyo núcleo lo constituye obsesionado con los grabados de su Instituto de Cultura y Comunicación
la trilogía compuesta por Beloved bestiario particular, compuesto por y Centro Sean MacBride, que dirige
(1987), Jazz (1992) y Paraíso (1997), animales fantásticos. Su familia, de en la Universidad Nacional de Lanús,

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en Argentina, los pensamientos que a que la Semiótica se emancipe también. minante. Por eso, a los seres humanos
continuación reproducimos: Emanciparla del palabrerío y de cier- corresponde llegar a producir todas las
tas elites para que se haga carne en herramientas que sirvan a su emanci-

N o se puede echar «campanas a


vuelo» cuando se identifica una
herramienta científica (o una disci-
las luchas descolonizadoras (como lo
pensaba Roberto Fernández Retamar)
y se exprese como una Guerrilla (Eco),
pación, no solo en lo objetivo, también
en lo subjetivo. Ese debería ser el
cometido supremo de la Semiótica. Y
plina) como la Semiótica, sin haber una Batalla de las Ideas (Fidel Castro) para eso se requiere dar cuenta de la
pasado revista a sus entrañas teórico- y una Revolución capaz de abolir toda base concreta en la que se desarrolla,
metodológicas y haber saldado algu- esclavitud semántica, sintáctica y dia- sus contradicciones y desafíos, de lo
nos requisitos indispensables para lógica. Arrebatársela, también, a los general a lo particular y viceversa.
saber al servicio de qué o quién se positivistas de la «publicística». // La Nuestro común denominador global
pondrá, en la teoría y en la práctica. La producción de «sentido» es tan vieja es padecer el capitalismo y eso no es
base de la producción de sentido está como la conciencia; la producción de solo una calamidad «económica» por
hoy en el debate Capital-Trabajo. // «sentido» es la conciencia práctica, cuanto que es también una calamidad
No es suficiente con invocar a la Se- la conciencia real del «sentido» que ideológica (falsa conciencia) y es cul-
miótica como una actividad científica existe solo para los seres humanos en tural por cuanto se refiere a la domi-
«interesada por los signos», ni es sufi- sociedad y que, por lo tanto, comienza nación (rentable) de las conciencias.
ciente idear clasificaciones «nuevas» a existir en la construcción de la comu- Aunque algunos creen, todavía, que
o nomenclaturas que se agoten en el nidad. Y la producción de «sentido» esto es una exageración. // No hay
campo de las formas, sin explicar a nace como la conciencia de la nece- Semiótica «in vitro» descontamina-
qué cuerpos semánticos e intereses sidad expresiva en la tensión humana da o inmaculada. Cada «escuela» o
son tributarias. No es suficiente la de las relaciones sociales y de los corriente la ha impregnado con su
pura descripción de los «signos» si se intercambios. No hay emancipación «tendencia» (aunque lo nieguen o lo
queda huérfana de historia, contexto posible de la especie humana mientras ignoren), sus principios y sus fines,
y usos, en el territorio de las tensio- no existan condiciones iguales para sus procedimientos y sus conclusio-
nes sociales que son condición en el asegurarse, plena y suficientemente, nes. Algunos tienen la valentía de
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desarrollo histórico de los seres hu- comida, bebida, vivienda y vestido... declarar (con orgullo o con culpa)
manos. No es suficiente el «estudio de con calidad y cantidad suficientes. La sus herencias y sus proclividades para
casos» sin una exploración profunda emancipación es un hecho histórico bien o para mal, en contra o a favor de
de sus móviles económicos, políticos no una ilusión y solo puede lograrse los intereses humanos. Pero en gene-
y culturales. Hasta hoy los semiólogos cuando los modos y medios de pro- ral, la ética parece ser una disciplina
se han conformado con explicar los ducción hayan sido democratizados. frecuentemente ausente en la mayoría
signos, y eso está muy bien, pero de Nada de esto es obra únicamente del de los productos de las Semióticas.
lo que se trata es de trasformar los pensamiento ni de las miles de formas Eso debe cambiar muy pronto. // Es
medios y los modos de su producción. de representarlo. No es la semiosis urgente producir una acción de con-
Democratizar el sentido. // Atrapada (producción de sentido) lo que deter- junto, con una base humanista sólida
como ha estado la Semiótica en ciertos mina a la vida, sino la vida misma la o de nuevo género (es decir no indi-
oscurantismos terminológicos, que la que determina a la semiosis. // Los vidualista ni mercantilista). Bien pu-
han distanciado de la acción directa y seres humanos son productores de diéramos coincidir en caracterizar los
transformadora sobre los problemas semiosis, seres humanos concretos latifundios semánticos con que el ca-
de la Cultura y la Comunicación y activos que se encuentran determi- pitalismo ha construido su semiósfera
(haciéndola insufrible para algunos e nados por las condiciones sociales planetaria. Podríamos coincidir en la
inexpugnable para otros), se hace ne- imperantes, incluidas las condiciones construcción, participativa y abierta,
cesario un esfuerzo emancipador para que impone la ideología de la clase do- de un mapa mundial de la semántica

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dominante en el que identificáramos en el diario mexicano ¡Por esto!, sus ganaderos, cosecheros, que realizan
los núcleos duros del coloniaje mental puntos de vista en el debate sobre la talas y quemas ilegales, y practican la
que depreda las cabezas de los seres Amazonía: ganadería extensiva y clandestina; exis-
humanos. Producir consensos sobre ten empresarios, agricultores, y cam-
las amenazas y los engaños que nos
taladran con sus falsedades, ince-
santemente, para desmoralizarnos,
L a extensión territorial de Brasil
es de ocho millones y medio de
kilómetros cuadrados, casi la mitad
pesinos que despliegan sus labores en
consonancia con la ley. // Para proteger
la ecología no es necesario prescindir
desmovilizarnos y descapitalizarnos. ocupados por la selva de la Ama- de los recursos naturales, ni demonizar
Identificar el modo de producción de zonía, la floresta más grande del a los agricultores, mineros, petrole-
sentido subordinado por la mentalidad planeta, y uno de los pocos lugares ros, constructores e industriales. El
burguesa para que los pueblos no vean del mundo no totalmente explorados. equilibrio ecológico no sería viable
sus esclavitudes, las agradezcan y las Obviamente se trata de una fuente de si excluye a la especie y a la sociedad
consideren una gran herencia para su recursos naturales de la cual el país humana, que para forjar su bienestar
prole. ¿«Conspiranoia», «Cambrid- no puede prescindir, y para lo que necesita interactuar con la naturaleza
ge Analytics», Otan, CIA, Mossad, necesita elaborar políticas coherentes y aprovechar sus bondades. // La
«Armas de Destrucción Masiva»? que aseguren tanto la conservación primera obra de infraestructura en el
¿Es poco científico, es demasiado po- como el desarrollo. // La exquisita Amazonía fue el ferrocarril de Ma-
lítico? // Necesitamos otra Semiótica, sensibilidad ecológica instalada en la naos-Mamoré, que se inició en 1890.
que esta vez sea útil para decodificar cultura de los sectores ilustrados de Desde entonces apenas se han cons-
todas las artimañas semánticas y todo el mundo, da lugar a reacciones truido treinta mil kilómetros de carre-
sintácticas de la clase dominante; tan vigorosas como la expresada ante teras asfaltadas, y ningún ferrocarril o
trasparentar sus núcleos ideológicos y los incendios de la Amazonía, pero autopista que cubra todo el territorio.
la servidumbre de los «expertos» que también a actitudes que soslayan el Tampoco abundan los grandes puertos
se dejan asalariar para la esclavitud hecho de que, en ese macizo de siete fluviales. // Se calcula que una vía fé-
de las conciencias. Y, principalmente, millones de kilómetros cuadrados, rrea que atraviese la selva –un proyecto

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generar todas las herramientas desco- donde se cobija el veinte por ciento que data de principios del siglo xx, y
lonizadoras que son indispensables de la fauna y la mitad de la flora del en el cual ahora está interesada China–,
para consolidar la aspiración, una planeta, se encuentra la cuarta parte con ramales que conecten a los océanos
nueva producción de sentido legal y del agua dulce del mundo, y se genera Atlántico y Pacifico, y a los nueve paí-
legítima, obra de una especie humana el veinte por ciento del oxígeno de ses con intereses en la zona, así como
dispuesta a ocuparse, principalmente, la tierra, viven y trabajan cuarenta a los principales puertos fluviales y a
en emanciparse de toda esclavitud: sin millones de personas, que moran en los sistemas viales nacionales; puede
amos, sin clases sociales sin penurias ciudades, poblados, comunidades costar unos diez billones de dólares, lo
prefabricadas. Producir herramientas campesinas e indígenas, incluso alre- cual, en términos estrictamente econó-
mundiales de emancipación masiva. dedor de cien tribus no contactadas. micos, hace incosteable la obra. // Tam-
¿Es mucho pedir? // En la bella y excepcionalmente bién fueron incosteables sus tiempos,
rica floresta, por la que, con cientos y hoy serían impugnados el Expreso
de tributarios, fluye el río más largo y Oriente, el ferrocarril transcontinental
caudaloso del mundo, que recorre seis en los Estados Unidos, los canales de
Bolsonaro pasa, mil ochocientos kilómetros y trans- Suez y Panamá, y por supuesto el viaje
porta doscientos treinta mil metros a la Luna. De haber prevalecido algu-
la Amazonía sobrevive cúbicos de agua por segundo, tam- nos conceptos vigentes, hoy la Revolu-
El analista político cubano Jorge Gó- bién abunda la pobreza, y además de ción Industrial nunca habría ocurrido. //
mez Barata resumió el 27 de agosto inescrupulosos madereros, mineros, Proyectos que favorezcan el progreso

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249
no necesariamente destruirían la selva, FMI que Mauricio Macri usaba esos Bueno. Retomo la cordura del análisis.
y formarían cadenas productivas que peniques para financiar su relección, En Rusia, durante la presidencia de
incluirían obras energéticas, facilitaría y la «formación de activos externos» Boris Yeltsin (1991-1999), el auditor
la urbanización, favorecería las obras (leáse: fuga de capitales)? // Tercera: principal del Tribunal de Cuentas,
sociales, generarían cientos de miles ¿no estaba entre los «genios» del FMI Ventamine Sokolov, declaró en una
de empleos, y harían sostenible el el mundialmente ovacionado mexi- entrevista con la BBC de Londres:
progreso. // Otra cosa es la actitud cano (y argentino...¡uf!) Alejandro «Hemos verificado una parte consi-
depredadora frente a la naturaleza. La Werner, exsubsecretario de Hacienda derable del crédito del FMI facilitado
humanidad y todos los países amazó- de Felipe Calderón (2006-2010), y en julio y, aunque me da vergüenza,
nicos cuentan con talento y recursos actual director del Departamento del debo reconocer que miles de millones
para formular planes de desarrollo y Hemisferio Occidental? // Y cuarta: de dólares fueron utilizados con fines
políticas conservacionistas coherentes ¿requiere más claridad el artículo distintos, mientras la otra parte sen-
y ventajosas. // Los incendios que seis del acta constitutiva del FMI, que cillamente fue robada» (La Jornada,
hoy ponen en peligro el pulmón del en su primer párrafo dice: «Ningún AFP, 21/9/1998). // Años después,
planeta constituyen una crisis, que miembro podrá utilizar los recursos en diciembre de 2007, el excanciller
aunque eventual, está pésimamente generales del fondo para hacer frente Yeugueni Primakov dijo a su antiguo
gestionada por el gobierno de Jair a una salida considerable o continua rival (y finalmente aliado) Vladimir
Bolsonaro, que ha reaccionado tarde de capital»? // Pues bien. Si usted Putin: «Si se siguen las recomenda-
y mal. No obstante, la Amazonía trata de responder tales interrogantes ciones del FMI, hay dos amenazas:
sobrevivirá a los bárbaros que le han con argumentos «técnicos», le sugiero la una es el neoliberalismo y la oli-
prendido fuego, y más temprano que que mejor asista a una función del garquía; la otra es la de que buscan
tarde, aportará a Brasil y a Sudamérica Cirque du Soleil. O, si lo prefiere, fusionar sus negocios con el aparato
inmensos recursos para el desarrollo. visite el siquiátrico de su ciudad para del Estado para crear una “sociedad
encontrar sólidos argumentos que le de mercado administrado”».// Macri
permitan entender los misterios de logró el objetivo... ¿del FMI? No: el
la racionalidad perdida. // Porque, de Trump y el «anarcocapitalismo
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Con Trump y el Fondo... damas y caballeros, amable público... global», tantas veces denunciado por
¿Qué esperaban? ¡Bienvenidos a Cristina Fernández de Kirchner en
hasta el fondo Argentina! El país (y que me fusilen foros internacionales: «enfriar» la
Es el comentario de José Steinsleger si estoy chicaneando) con la mayor economía («industricidio»), vaciar las
en el diario La Jornada, de México, el cantidad de sicólogos, analistas, grandes empresas del Estado, destruir
4 de septiembre, que reproducimos a siquiatras, terapeutas y videntes por el mercado interno, cooptar a las or-
continuación: kilómetro cuadrado. Y en el que solo ganizaciones sindicales, tercerizar a
allí pudo concebirse el maravilloso los trabajadores («flexibilización»),

P rimera gran interrogante: ¿por qué


autorizó el Fondo Monetario In-
ternacional (FMI) el mayor préstamo
relato «El jardín de los senderos que se
bifurcan». // Pero el jardín que Macri
recibió hace tan solo tres años y nueve
satanizar a los movimientos sociales,
perseguir «legalmente» a líderes so-
ciales y dirigentes políticos acusándo-
de su historia (cincuenta y siete mil meses (no muy arregladito, vale), fue los de «corrupción», y pedirle a Mario
millones de dólares = 60 % de su car- destruido hasta las raíces con exca- Vargas Llosa y Andrés Oppenheimer
tera crediticia), a un país como Argen- vadoras y motoniveladoras, que en que expliquen a los argentinos los
tina, que se encontraba al borde de la las estepas patagónicas buscaban los peligros del «populismo».// Suma y
insolvencia? // Segunda: ¿ningún «ge- tesoros enterrados por la «corruptísi- sigue: tampoco el default argentino
nio» alertó a los ciento ochenta y nueve ma» jefa absoluta del peronismo (y, si fue solo en dólares. El empresario
miembros y veinticuatro directores del exagero, que me fusilen otra vez). // Claudio Belocopit (dueño de Swiss

250
Medical Group) denunció que las
empresas que apostaron a ponerle
pesos al Banco Central perdieron
P ara nadie es un secreto que el pom-
poso retorno a las armas de algunos
miembros de la guerrilla de las Farc
de Estudios para el Desarrollo y la
Paz [...]. // Actualmente el partido
político Farc (Fuerza Alternativa
fortunas. Y tras la devaluación, les solo los tiene como protagonistas y, a Revolucionaria del Común) tiene
dicen ahora que este dinero no se lo su vez, como víctimas y victimarios diez congresistas instalados para el
van a devolver. // Agrega: «Dinero a ellos mismos. Con su reciente de- período 2018-2022: cinco en el Se-
que tenés que cobrar hoy lo vas a cisión, estas aparatosas disidencias nado de la república y cinco en la
cobrar dentro de noventa o ciento (hay que decir que no superan el diez Cámara de Representantes. Una curul
veinte días... Se han batido todos los por ciento de los desmovilizados que del Senado estaba a nombre del hoy
récords de locura extrema. Esta es la dejó el proceso de paz enmarcado en comandante de las nuevas Farc EP
plata de la economía real, el dinero los acuerdos de 2016) lograron darle [...], Iván Márquez, mientras que en la
que se necesita para que circule, y las toda la razón a la ultraderecha colom- cámara se encontraba posesionado el
empresas tienen ahora que salir a to- biana, aquella facción política a la que controvertido Jesús Santrich (pedido
mar a tasas mucho más caras... No hay pertenecen el presidente Iván Duque y en extradición por el gobierno de los
antecedentes de un default en pesos». su mentor, Álvaro Uribe, y que, desde Estados Unidos por cargos anexos al
// La orden de Trump al FMI para siempre, se opuso a la consolidación narcotráfico). Ambos aparecen en el
«ayudar» a Macri fue estrictamente de «una paz estable y duradera» [...]. video en el que se anuncia la creación
ideológica, política y geopolítica: // Se entienda como se entienda, y (¿refundación?) de la nueva guerrilla
¡Duro con el país de «Eu-vi-tah»! visto con la lupa de la ideología que –publicado en la madrugada del pasa-
¡Chinos y rusos no volverán a pisar se prefiera, el rearme de las Farc es do 29 de agosto–, y posteriormente,
tierras bolivarianas! America First! un desmedido retroceso histórico y como era de esperarse, ambos fueron
El nuevo default argentino no fue, una clara zancadilla al presente y el expulsados del partido por desacato,
esta vez, económico. Fue financiero, futuro del país. // He aquí la razón informó un comunicado rubricado
político, ideológico y cultural. Y si fundamental para los integrantes de la por su comité de ética. El presidente
Macri tuvo que vérselas con Cristina nueva guerrilla: el Estado colombiano de dicha colectividad, Rodrigo Lon-

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y Christine (Lagarde, exdirectora del no ha sido categórico ni resolutivo doño, alias Timochenko, dijo que
FMI), Alberto Fernández tendrá que a la hora de cumplir con cabalidad seguirán cumpliendo con el Acuerdo
ponerse los moños con la Cristina de lo acordado en La Habana. No hay de Paz. Agregó: «Si este llega a ha-
siempre, y la que viene en camino: garantías concretas ni apoyos estrictos cerse trizas, me dedicaré a recoger
Kristalina Georgieva, nueva directo- para el retorno a la vida civil de miles los pedacitos». Del mismo modo,
ra gerente del FMI. // Solo falta que de exguerrilleros que permanecen algunas voces militantes no descartan
Trump decida acabar con el FMI y sus confinados, a la espera de una for- un cambio de nombre para evitar ser
«genios», ideológica y políticamente malidad política, en los veinticuatro confundidos con la disidencia [...].
derrotados por el peronismo. Espacios Territoriales de Capacitación // Tal vez una de las declaraciones
y Reincorporación (ETCR) que hay a que más preocupan al gobierno es la
lo largo y ancho del país. A esto se le invitación a «coordinar esfuerzos» que
suma que, desde la firma del acuerdo la nueva guerrilla extendió al Ejército
(septiembre de 2016), se han come- de Liberación Nacional (ELN), con
La paz: ese sueño lejano tido al menos ciento cuarenta y tres el objetivo de consolidar un bloque
Así tituló Giovanny Jaramillo Rojas asesinatos de desmovilizados y cerca armado y de resistencia, llamado que
su artículo a propósito del conflicto de ochocientos a líderes sociales y fue rápidamente celebrado y atendido
colombiano y el retorno de las Farc defensores de derechos humanos y por sus destinatarios [...]. // Según
EP, publicado el 27 de septiembre en ambientales en todo el territorio co- datos oficiales de la inteligencia
el semanario uruguayo Brecha: lombiano, de acuerdo con el Instituto militar colombiana, la conjunción de

251
251
fuerzas de las Farc EP y el ELN difí- Turbulencias en del principal aspirante demócrata a la
cilmente pueda conseguir superar los presidencia. La aceptación del juicio
cinco mil combatientes y milicianos, Wáshington y su periferia político o su rechazo es incierta, lo real
mientras que las Fuerzas Armadas de El analista Tony López R., colabora- es que estas acciones no le favorecen
Colombia actualmente ascienden a dor de nuestra revista, nos ha hecho electoralmente.// Coincidió este es-
los doscientos sesenta mil efectivos. llegar, justo cuando cerrábamos el cándalo con la participación de Trump
Una cifra copiosamente mayor, pero presente número, su artículo titulado en la septuagésimo cuarta Asamblea
que nunca, incluso desde el inicio de Los escándalos de Donald Trump y General de las Naciones Unidas, dis-
las guerrillas, a mediados del siglo xx, sus aliados en el Grupo de Lima, que curso que fue considerado amenazante
ha podido neutralizar ni el quehacer glosamos por su evidente interés: y prepotente, dedicó una buena parte
subversivo ni sus zonas de influencia. de su intervención a atacar a Cuba y
Para contrarrestar esta «ofensiva», el
presidente Iván Duque no demoró en
anunciar la creación de una unidad
E n medio de un gran escándalo
político y electoral, se debate hoy
la administración de Donald Trump,
Venezuela, con informaciones abso-
lutamente falsas y ofensivas para la
dignidad de los gobiernos y pueblos de
especial para hostigar a los cabecillas, ad portas de ser llevado a un juicio ambos países, y recibiendo enérgicas
además de la postulación de un fon- político. Él y su equipo utilizan la respuestas del canciller cubano Bru-
do cercano al millón de dólares para estrategia de atacar para defenderse no Rodríguez y de la vicepresidenta
recabar información en pos de su y las amenazas de guerra civil, para venezolana Delcy Rodríguez, que
captura [...]. // El partido Farc dijo se- crear el terror dentro de la opinión demostraron, con argumentos sólidos,
guir apoyando «sin desmayo» la ruta pública estadunidense, todo con que todo lo dicho contra sus países
de la paz. No obstante, si el Estado fines electorales. // Sus gestiones y era falso. Trump está acostumbrado a
no acelera la implementación total llamada telefónica con el presidente mentir y así quedó su imagen ante el
de los acuerdos de paz y desampara de Ucrania, Volodimir Zelensky, para auditorio mundial. Su agresivo discur-
los ETCR, muchos excombatientes investigar los negocios del hijo de so contra Cuba y Venezuela, plagado
pueden verse tentados a enlistarse una Joseph Biden, con una empresa de gas de mentiras y falsas informaciones,
vez más y retornar a la selva, ya no ucraniana, y al propio Biden, fueron fue respondido por la mayoría de los
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como una forma de dignidad rebelde, filtradas por un miembro de los cuer- oradores al mostrar su apoyo a Cuba y
sino como una manera de seguridad, pos de inteligencia, cuyo nombre no Venezuela en sus intervenciones, y los
básicamente, humana. La orientación se ha revelado. Esto provocó la ira del ciento veinte delegados de países per-
política está perdida en un laberinto Partido Demócrata, y la presidenta de tenecientes al Movimiento de Países
que muchos exguerrilleros transitan, la Cámara de Representantes, Nancy No Alineados respondieron con fuerte
pero todos desconocen. Sea como sea, Pelosi, consideró que existían argu- respaldo a ambas naciones [...]. // Los
lo único aparentemente cierto, entre mentos jurídicos y constitucionales discursos de los presidentes Trump,
tanta especulación, es que la insurrec- para iniciar un impeachment contra el Bolsonaro y Duque recibieron críticas
ción no es, necesariamente, el nódulo presidente Donald Trump. // El hecho en sus países e incluso en la prensa
que puede contaminarlo todo y poner se enlaza con las llamadas de Trump estadunidense. Las formulaciones
punto final al proceso de paz, cada vez a los jefes de gobierno de Australia irracionales del presidente Bolsonaro
más parecido a un sueño, un sueño e Italia para que minimizaran las sobre la Amazonía, fueron repudiadas
que solo sabe mirar hacia adentro, informaciones que manejó el Fiscal y condenadas por la opinión pública
hacia su propio agujero negro. Muller, en el caso de la trama rusa. mundial, y la más severa crítica del
Estas gestiones del inquilino de la propio pueblo brasileño. Dramático
Casa Blanca con el ucraniano, tienen fue el llamado de la adolescente sueca
el objetivo de dañar la imagen de Bi- Greta Thunberg cuyo conmovedor
den con fines electorales, por tratarse discurso reclamando a los Jefes de

252
Estado cumplir con el Acuerdo de vicepresidenta Mercedes Aráoz, que exigir democracia y mucho menos
París y cuidar el medio ambiente, tuvo renunció irrevocablemente al cargo prestarse a promover una intervención
una repercusión mundial y un absoluto y pidió que se celebraran elecciones militar en Venezuela.
apoyo de la opinión pública interna- generales, argumentando que se había
cional. // Mientras que el presidente roto el orden constitucional y por tanto
Iván Duque hizo el ridículo mundial es ahora el Tribunal Constitucional
cuando públicamente informó que quien debe decidir a cuál de los dos Ecuador: del centro
venía a esta Asamblea General de las poderes le asiste la razón. Hoy en
Naciones Unidas a entregar al Secre- Perú no hay garantías y sí un peligro-
al fin del mundo
tario General António Guterres, las so estado de inestabilidad. [...] // El El sociólogo y catedrático portugués
pruebas del apoyo que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro en Brasil Boaventura de Sousa Santos nos hizo
presidente Nicolás Maduro, le ofrece está enfrentando una ola de protes- llegar esta excelente valoración de la
al Ejército de Liberación Nacional ta política y social y cuestionan sus crisis ecuatoriana de gobierno, la cual
(ELN). La sorpresa fue que el dosier capacidades para ejercer el cargo para compartimos con nuestros lectores,
entregado con las supuestas pruebas el que fue elegido. Han surgido voces gracias además a la traducción de
e «importantes fotografías» tomadas, críticas desde el estamento militar contra Antoni Aguiló:
según él, por estos días en territorio las políticas entreguistas a los Estados
venezolano resultaron falsas.// Las fo-
tos correspondían a las publicadas por
el diario El Colombiano tomadas en el
Unidos del excapitán presidente.// La
crisis en Argentina y Brasil significan
una preocupación para el gobierno de
C omo su propio nombre indica,
Ecuador está situado geográfica-
mente en el centro del mundo. Todo
Municipio El Tambo, departamento los Estados Unidos; especialmente lleva a creer que el neoliberalismo ha
del Cauca, el 7 de junio del 2015 y Argentina donde todo indica que el decidido llevar a cabo su agenda de
entregadas por la Inteligencia Militar peronismo encabezado por Alberto fin del mundo en este país. Como es
para incluir en un reportaje que el Fernández y Cristina Fernández de sabido, el neoliberalismo es la versión
diario publicó en junio de ese año, Kirchner, puede ser la fórmula gana- más antisocial del capitalismo global

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según declaró Javier Alexander Ma- dora [...] // Mientras que, en Ecuador, porque está estrictamente vinculada a
cías, quien es editor de la sección de las medidas económicas de corte neo- los intereses del capital financiero. No
Paz y Derechos Humanos del citado liberal en relación al levantamiento reconoce otra libertad que la libertad
diario, a la agencia de noticias AFP, de subsidio al combustible, bajar los económica, por lo que le resulta fácil
confirmando Macías que esas fotos salarios y eliminar las vacaciones, ha sacrificar todas las demás. Por cierto,
nada tienen que ver con Venezuela. provocado un verdadero levantamien- es bueno que los portugueses sepan
El error provocó la destitución del jefe to del pueblo e hizo a Lenin Moreno esto con respecto al partido Iniciativa
de la Inteligencia Militar y un escán- decretar el estado de excepción por Liberal, la versión más tardía del libe-
dalo político al interior de Colombia, sesenta días y mudar provisionalmente ralismo en forma de bancarrota. La
cuyos medios de prensa calificaron el gobierno hacia Guayaquil. El levan- especificidad de la libertad económica
este desatino intencional o no, como tamiento popular en varias ciudades, es que se ejerce en la medida exacta del
un «falso-positivo» del presidente sobre todo su capital Quito, presagia poder económico que uno tiene para
Duque [...]. // El interés de Trump de serias dificultades para el gobierno del ejercerla y, por tanto, su ejercicio siem-
mostrar en las Naciones Unidas un ahora títere del presidente Trump y del pre implica una forma de imposición
escenario negativo de Venezuela, no FMI. // Así puede resumirse el estado asimétrica sobre los grupos sociales
dio resultado.[...] // En Perú el cierre del desprestigiado Grupo de Lima, los que tienen menos poder y una forma
del Congreso por el presidente Martín graves problemas internos que presen- de violencia brutal sobre los que no
Viscarra y la respuesta del Congreso tan cada uno de esos países, ninguno tienen poder, la gran mayoría de la
de destituirlo, y sustituirlo por la de los cuales es hoy ejemplo para población empobrecida del mundo.

253
253
Tal imposición y violencia siempre se puesta a arrasar el país para hacer deuda externa y de redistribución so-
traduce en la transferencia de riqueza cumplir la voluntad imperial y de las cial, aunque erróneo y tal vez insoste-
de los pobres (traducida en las magras elites locales a su servicio.// Lo más nible por dos razones principales. Por
políticas de protección social del Es- trágico de todo es que Ecuador fue el un lado, tenía dificultades para reco-
tado) a los ricos y en el saqueo de los país de la esperanza en la primera nocer en los pueblos indígenas algo
recursos naturales, así como de los década de este siglo. Tuve el placer de más que gente pobre; sus derechos
activos económicos, cuando los hay. ser consultor en la elaboración de una colectivos, su cultura y su historia
El Fondo Monetario Internacional es de las constituciones más progresistas apenas contaban; la redistribución
el agente encargado de legalizar el del mundo, la Constitución de 2008, social implicaba centralismo de Esta-
robo en el que se traducen las políticas la primera que en su articulado consa- do y la liquidación de las autonomías
de austeridad impuestas por el capita- gró los derechos de la naturaleza y territoriales del autogobierno indíge-
lismo financiero. // El robo es tan ofreció una alternativa al desarrollo na, garantizadas al menos desde la
evidente hasta el punto de que el capitalista. Una alternativa que se Constitución de 1998; pronto trabajó
montante de los préstamos casi siem- basaba en los principios de armonía duro por demonizar a los líderes indí-
pre equivale a los beneficios pública- con la naturaleza y de reciprocidad genas. Por otro lado, en contra de la
mente contabilizados que se ofrecen a que los pueblos indígenas siempre han Constitución e invocando dificultades
los acreedores internacionales y a las practicado, un modelo de vida que, financieras, adoptó el modelo de de-
grandes corporaciones multinacionales por resultar tan extraño a la lógica sarrollo capitalista neoextractivista
que se articulan con ellos. Los casos occidental, tuvo que consagrase en su (centrado en la extracción de recursos
más recientes de este proceso van des- versión original, en lengua quechua, el naturales, especialmente petróleo),
de Grecia hasta Portugal (2011-2015), sumak kawsay, traducido imperfecta- aunque dando preferencia a los inverso-
desde Argentina hasta Brasil y muchos mente por buen vivir. Los años si- res chinos en detrimento de los inverso-
países africanos. Lo que está sucedien- guientes fueron años de experimenta- res norteamericanos tradicionalmente
do en Ecuador representa el paroxismo, ción innovadora y grandes expectativas, presentes. En los últimos años, Correa
el momento de máxima intensidad de de manera especial para los pueblos fue abandonado por una buena parte
la voluntad destructiva del neolibera- indígenas que, sobre todo desde 1990, de la izquierda ecuatoriana, no solo
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lismo. Con el fin de salvaguardar el venían luchando por el reconocimien- por su desarrollismo, sino por su vi-
derecho al robo legal por parte de los to de sus derechos, el respeto de sus rulencia contra los líderes indígenas.
acreedores y las empresas multinacio- formas de vida y la dignidad de su Yo mismo fui crítico con Correa, pero
nales, el país se incendia socialmente, existencia como supervivientes del nunca compartí los excesos de cierta
se declara un estado de excepción rá- gran genocidio colonial moderno, izquierda, ungida por la izquierda
pidamente legitimado por una Corte perpetuado hoy por el nuevo colonia- ecologista europea, que llegó a consi-
Constitucional cómplice, se movilizan lismo y el racismo que durante déca- derarlo como un líder autoritario de
las Fuerzas Armadas entrenadas por das caracterizó tanto a los partidos extrema derecha. Hoy deben estar
la infame Escuela de las Américas políticos de derecha como de izquier- experimentando un baño de realidad
(hoy con un nombre diferente que da. // La presidencia de la República sobre lo que verdaderamente es la
borra la historia para mantener los la ocupaba Rafael Correa, un gran extrema derecha en Ecuador y en todo
propósitos) a fin de ejercitarse en la comunicador, sin gran arraigo en los el subcontinente.// Rafael Correa es-
lucha contra los enemigos internos, es movimientos sociales, con un discur- tuvo en el poder entre 2007 y 2017 y
decir, las grandes mayorías empobre- so antimperialista, siempre polémico fue relevado por su vicepresidente
cidas, se asesina y hiere a los manifes- en sus posiciones y poco tolerante con durante varios años, ahora presidente,
tantes y se provoca la desaparición de las divergencias en su propio campo Lenín Moreno. Inicialmente, dio la
cientos de niños. Es una estrategia político. A pesar de ello, realizó un idea de que lo que cambiaría solo sería
maximalista y de fin del mundo dis- trabajo notable de renegociación de la el estilo de gobierno, no la sustancia.

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Sin embargo, quien conocía los ante- pitalismo haga otra filantropía que la creto estipula que los subsidios se
cedentes de Moreno debería haber es- que redunda en su propio interés (y mantendrán y solo se racionalizarán y
tado más atento. Nadie se dio cuenta por tanto no es verdadera filantropía). enfocarán para que no se beneficien
de que la persecución judicial contra Lo sorprendente es que Lenín More- de ellos quienes no los necesitan o los
Correa por presunta corrupción, que no parece no recordar que la resisten- usan para el contrabando. Si este fue-
Moreno patrocinó, no era más que otra cia de los pueblos indígenas, una se el propósito inicial, el país no habría
versión de la nueva estrategia estadu- resistencia aprendida a lo largo de los reaccionado como lo hizo. // A dos
nidense para neutralizar a los gober- siglos, ya ha derribado a tres presi- años del fin de su mandato, Moreno
nantes que pusieran en peligro los in- dentes desde 1990, y es muy probable sabe que esta cesión es una derrota
tereses de las empresas norteamericanas, que él sea el próximo. Lo más trágico personal que le saldrá cara en un fu-
especialmente en el sector petrolero: la para el pueblo ecuatoriano es que los turo próximo. Todos recordarán la
supuesta lucha contra la corrupción. anteriores derrocamientos presidencia- arrogancia de su propósito inicial de
Fue así contra Lula da Silva y Cristina les (1997, 2000, 2005) fueron mucho llevar la austeridad adelante a cual-
Fernández de Kirchner, entre muchos menos violentos de lo que se anuncia quier precio. Este discurso se dirigía
otros. Poco a poco, Moreno fue mos- para el siguiente. La tímida declara- al FMI y no al pueblo ecuatoriano. El
trando su verdadero propósito: reali- ción de la Alta Comisionada de las nuevo discurso, con un toque patético
near Ecuador con los intereses de los Naciones Unidas para los Derechos y supuestamente conmovido, es un
Estados Unidos. El acuerdo con el FMI Humanos, cuya incapacidad para de- discurso dirigido al pueblo ecuatoria-
culminó la celebración de esta alianza. fender con autonomía los derechos no y es poco más que un discurso de
El llamado «paquetazo» decretado el 1 humanos es bien conocida, es una se- rendición. De hecho, la principal derro-
de octubre, el paquete de medidas de ñal de los tiempos autoritarios en los ta no es la de Lenín Moreno, sino la
austeridad, es de una violencia extrema que nos encontramos. // Tras doce del FMI y sus políticas de austeridad.
para las familias de bajos ingresos, la días de lucha, Moreno cedió. Derogó Las últimas maniobras se abortaron,
gran mayoría de la población ecuato- el decreto 883 que estableció las políti- como se dice en la jerga militar. Tal y
riana.// La trágica trayectoria de las cas de austeridad (sobre todo, la prác- como se abortaron en Argentina. Y

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recetas del FMI es de sobra conocida. tica duplicación del precio de la gaso- otros países seguirán. Las dificultades
Nunca dan nada más que buenos ne- lina). Es un paso atrás de supervivencia del FMI reflejan el declive del neoli-
gocios para sus inversores. Siempre política, pero mal disfrazado. El de- beralismo en esta segunda década del
resultan en el empobrecimiento de las creto 894 comienza justificando la siglo. // Los antecedentes de Moreno,
grandes mayorías. A pesar de ello, o derogación del decreto 883 por razones ahora más expuestos, hacen que el
tal vez por ello, siguen aplicándose y, técnicas (que no son otras que la impo- pueblo ecuatoriano no se desarme en
cada vez que se aplican, se anuncian sibilidad de aplicarlo debido a la resis- la nueva fase de lucha. Con su lucha,
como la única alternativa para salvar tencia del pueblo), para luego esgrimir están dando una lección al mundo: el
el país. Que el FMI sea indiferente a razones de paz social y concordia, y poder injusto, por fuerte que sea,
las desastrosas consecuencias sociales anunciar el propósito de negociar con siempre tiene un punto vulnerable, su
de sus recetas no resulta sorprendente, las organizaciones sociales las nuevas injusticia y la resistencia pacífica y
porque no se puede exigir que el ca- medidas. El artículo 2 del nuevo de- organizada contra ella.

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RECIENTES Y PRÓXIMAS DE LA CASA

solamente hermosas y evocadoras palabras, son el reflejo del


RECIENTES espíritu positivo presente en la obra de Roberto. Me ocurre
con frecuencia que al oír una noticia, cierto tema musical,
alguna conversación, siento el deseo de comentarlas con él,
Con Roberto Fernández Retamar, y me hace falta su palabra enriquecedora, su capacidad para
recordando el porvenir entrelazar ideas, relacionar el sentimiento presente con la
El viernes 27 de septiembre en la sala Che Guevara, seis evocación erudita del pasado y su proyección hacia el porve-
instituciones rindieron homenaje a la memoria de Roberto nir. // Hablar de Roberto no es posible sin referirnos a la vida
Fernández Retamar. Marcia Leiseca, vicepresidenta primera y obra de la Casa, ambas están imbricadas orgánicamente
de la Casa; Alejandro González, decano de la Facultad de desde 1965, fecha en que Haydee lo invitó a dirigir la revista,
Artes y Letras de la Universidad de La Habana; Miguel a la que se dedicó con pasión durante cincuenta y cinco años
Barnet, presidente de honor de la Uneac; Pedro Pablo Ro- de su vida. En la revista –con sus casi trescientos números–,
dríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos; la expresó sus ideas, fue su arma de combate para defender las
poeta Nancy Morejón, amiga y compañera de Retamar, con grandes verdades de nuestra América y promover lo mejor
quien compartiera las labores de la Academia Cubana de de nuestra literatura y nuestro pensamiento. // Desde 1986
la Lengua; y Fernando Rojas, viceministro de Cultura, Roberto presidió la Casa y la dirigió con la sensibilidad del
intervinieron en el tributo. Poemas como «El otro», «Oyendo poeta y la lucidez del ensayista. De esta institución se ha

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un disco de Benny Moré», «Felices los normales», entre otros hablado como un estado de alma. Mariano, por su parte,
textos y reflexiones, evocaron el pensamiento y la poesía de hablaba del espíritu de la Casa. El hecho es que trabajar en
quien fuera el director de esta revista durante más de doscien- ella genera un sentimiento de bienestar y de hermandad.
tos cincuenta números. Compartimos con nuestros lectores, Ese ha sido, tal vez, el principal legado de Haydee a esta
algunas de las intervenciones de aquella tarde. institución; Roberto, con su pensamiento poético, su decen-
cia, gentileza, apertura para el riesgo y confianza firme en
Palabras de Marcia Leiseca, vicepresidenta primera de la los jóvenes, junto a una capacidad excepcional para saber
Casa de las Américas: escuchar, fue fiel a ese patrimonio y ha logrado salvaguardar
En esta sala entré por primera vez con Haydee el 25 de que el trabajo sea condición del buen vivir. // El entramado
julio de 1959. La Casa era entonces hogar de centenares de de miles de relaciones culturales de la Casa es obra de la
campesinos que se congregaron en La Habana para asistir el presencia –física o distante– de sus protagonistas, quienes se
26 a la Plaza. Han pasado sesenta años, y a esas primeras vo- integraron como colaboradores activos en todas las acciones
ces se unieron otras tantas de intelectuales y artistas latinoa- a las cuales se les convocó. Esta amistad fue tejida a través
mericanos y caribeños, que se han agolpado y sedimentado, de largas conversaciones y de una relación epistolar en las
dejando una traza, una huella en este espacio que hoy nos que Roberto fue un artífice fundamental, con un lenguaje
cobija para recordar a Roberto Fernández Retamar, el pen- diáfano y elocuente, surcado de la palabra cálida y de un
sador, el poeta, el profesor, el editor, el amigo, el presidente sentido del humor y simpatía que imantaba a los visitantes.
de la Casa de las Américas. // «Recordar el porvenir» no son La correspondencia que estableció con lo más granado de la

257
intelectualidad de nuestro Continente y aún más allá, a la que mucho que hacer todavía. // Nos deja para acompañarnos en
dedicaba largas horas de su quehacer en la Casa, quedará su rigor intelectual, en su fidelidad a la causa, en su amplitud
como objeto de estudio para conocer la historia de más de de miras, en su poesía, que son todas, en síntesis, su grandeza.
medio siglo de la cultura latinoamericana. // Asimismo, Ro- // Sírvanos esta para que Caliban, en su perfil definitivo, se
berto presidió –durante treinta y cinco años, con sabiduría, enfrente, entero en ideas y atributos, al coloniaje de mañas,
mesura y palabra persuasiva– nuestro Consejo de Dirección, ventajas y vicios; para que vivamos por siempre, como nos
en el que están representadas todas las áreas de la Casa, tal y dijo Retamar una vez, nuestros nuevos primeros días.
como lo inició Haydee, decenas de años atrás. Allí, mes tras
mes, se diseña el programa, se razona su ejecución y se ana-
lizan las complejidades y el devenir de la historia de nuestra De cursos y talleres
América. // Nuestra época ha sido larga y difícil en muchas Del 3 al 7 de junio, la sala Contemporánea recibió el Taller
ocasiones. Mantener relaciones con tantos intelectuales y de Nuevas Narrativas, organizado por la Fundación
artistas de pensamiento disímil en las diferentes circunstan- Rosa Luxemburgo, el Taller Iberoamericano de Nuevas
cias por las que hemos atravesado, ha sido posible gracias Narrativas y la Casa de las Américas, el cual tuvo como
a la manera cómo la Casa misma ha sorteado las diferentes profesores a los periodistas e investigadores Federico
situaciones, sin hacer concesiones de principios. En estos Mastrogiovanni y Sergio Rodríguez-Blanco. Como un
escenarios, Roberto ha sido un paladín lúcido, clarividente, espacio teórico y práctico que explora la realidad a través
que con un espíritu amplio e inclaudicable convicción revo- de una narración que permita comprender el mundo, el
lucionaria afrontó las diversas realidades políticas. // La Casa Taller regresó del 10 al 13 de septiembre, pero esta vez
ha tenido el privilegio de ser presidida por un ser humano en la sala Manuel Galich.
excepcional, la heroína de la Revolución, Haydee; por un
artista mayor, maestro de la pintura y el dibujo, Mariano; y
por un grande de las letras y el pensamiento, Roberto. Para él Libros y revistas
nuestra admiración y amor más profundo, nuestro recuerdo En la sala Manuel Galich, el martes 4 de junio, fue pre-
eterno permanecerá inscrito en estas paredes y en esta obra sentado –por el historiador cubano Sergio Guerra, por
que supo preservar y desarrollar. Patricio Bosch y por el Excmo. Embajador de República
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Dominicana en Cuba, señor Joaquín Gerónimo Berroa–


Palabras de Fernando Rojas, viceministro de Cultura de el volumen Ideas en conflicto: Diálogo póstumo entre
Cuba: Juan Bosch y John Bartlow Martin, del intelectual y
La Casa de las Américas encarna el impulso fundador de la político dominicano Leonel Fernández.
Revolución Cubana y su política cultural. // Su historia es
inseparable del liderazgo continental del proceso iniciado con El miércoles 12 de junio, se presentó el volumen Ensayos,
la lucha revolucionaria. Su ejecutoria imprimió a la relación de Raúl Hernández Novás. La profunda mirada crítica del
con los intelectuales y con los pueblos que se han dispuesto poeta e investigador cubano –que durante décadas, y hasta
a cambiar las reglas de la hegemonía cultural, una vocación su muerte, laboró en nuestro Centro de Investigaciones
emancipadora, diversa, y, a la vez, apegada a la noción de Literarias– sobre textos de autores latinoamericanos y
vanguardia. // Junto a Haydee Santamaría, Roberto Fer- caribeños, se hace evidente en el libro que fue presentado
nández Retamar es el artífice de un legado y de un presente por Enrique Saínz, compilador y prologuista, en la sala
que siembran futuro. Lo seguimos como poeta y pensador, Manuel Galich a propósito de los veintiséis años de la
y también como promotor incansable y líder intelectual. // muerte de su autor.
La institucionalidad de la cultura cubana, impensable sin la
Casa, los artistas y escritores y los trabajadores de la cultura Casa de cuentos para niños fue presentado en el espacio
sentimos una pérdida irreparable y nos comprometemos con Libro del Mes el martes 17 de septiembre por el también
que las realizaciones de varias décadas encuentren nuevas narrador, editor y crítico cubano Enrique Pérez Díaz,
rutas y superen enormes desafíos. // Entonces, Roberto tiene quien estuvo acompañado por Caridad Tamayo Fernández,

258
directora de nuestro Fondo Editorial, y la compiladora del El jueves 27 de junio, también en la sala Che Guevara,
volumen, Inés Casañas Carmona. la cantante peruana Victoria Villalobos, interpretando
emblemáticos títulos de Chabuca Granda, llegó para –con-
Las entregas 294 y 295 de nuestra revista fueron presenta- cierto mediante– rendir tributo a la reconocida cantautora
das –en la sala Manuel Galich el jueves 19 de septiembre– y folclorista de su país.
por Jorge Fornet y Aurelio Alonso, director y subdirector
de la publicación, respectivamente. Ambos números El guitarrista y compositor mexicano Javier Rojas fue el
llegaron con sendos dosieres dedicados a los sesenta años protagonista del espacio Viaje a la guitarra, el viernes 20
de la Revolución Cubana y de la Casa de las Américas, así de septiembre en la sala Manuel Galich, momento en
como con textos de Roberto Fernández Retamar, Mempo el cual interpretó obras de su autoría en el marco de las
Giardinelli, Boaventura de Sousa Santos, Miguel Barnet y festividades patrias mexicanas.
Lina Meruane, entre otros. Contienen además materiales
sobre Walter Benjamin, José Carlos Mariátegui, Alejo
Carpentier, Julio Cortázar y Pedro Lemebel. Documentales
El Programa de Estudios Latinos en los Estados Unidos y
el Consorcio de Estudios Avanzados en La Habana coor-
Coloquio Internacional de Estudios sobre dinaron –el miércoles 25 de septiembre en la sala Manuel
Afroamérica Galich– la presentación de un documental dirigido por
Con la conferencia de prensa, el martes 11 de junio, co- Dany González Lucena, quien con esta película revive un
menzaron las acciones del Coloquio Internacional de Estu- capítulo apenas conocido de la historia de la pedagogía
dios sobre Afroamérica Negros en las ciudades coloniales cubana que, sin embargo, tuvo un impacto significativo
de las Américas: subversión, rebeldía, resiliencia, el cual en la consolidación del nacionalismo de la educación en
tuvo lugar del 19 al 21 de ese mes en nuestra institución, la Isla. Previamente a la proyección del documental, un
con el objetivo de visibilizar, desde las ciencias sociales y panel integrado por Víctor Fowler, Yoel Cordoví, Rainer
humanísticas, la presencia de los africanos y sus descen- Schultz, Marial Iglesias, todos profesores o exprofesores
dientes en la constitución, identidad y desarrollo de las de Harvard, resaltó los valores que la obra de González

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sociedades americanas. El encuentro fue convocado en el Lucena ofrece a la luz de más de un siglo de distancia.
marco del Decenio Internacional de los Afrodescendien-
tes: reconocimiento, justicia y desarrollo, declarado por la
Asamblea General de las Naciones Unidas (2015-2024), de Va por la Casa
la celebración del aniversario sesenta de nuestra institución y La temporada de verano de la Casa de las Américas in-
de los quinientos años de La Habana. El programa, además cluyó, como ya es habitual, la participación con un stand
de conferencias y paneles, incluyó homenajes al escritor en el Pabellón Cuba, desde el lunes 1 de julio y durante
colombiano Roberto Burgos Cantor, y al cineasta cubano todo el mes de agosto. La Red Casa puso a la venta en
Rigoberto López, entre otras actividades. este recinto comercial y cultural las novedades editoria-
les, publicaciones, revistas y suvenires de la institución.
Asimismo, el jueves 4, justo cuando la Casa celebraba los
Música en la Casa sesenta años de su primera actividad pública, la cineasta
En colaboración con el encuentro AM-PM «América Estela Bravo recibió, en la sala Che Guevara, la medalla
por su Música», dedicado a la comunicación y al mar- Haydee Santamaría, que otorga el Consejo de Estado de
keting en la industria musical, tuvo lugar en la sala Che la República de Cuba a solicitud de nuestra institución.
Guevara, el viernes 21 de junio, el concierto de la banda Ese mismo día, pero a las dos de la tarde en el Centro His-
colombiana Mambanegra, la cual integró elementos de panoamericano de Cultura, quedó inaugurada la muestra
la música jamaicana, el funk y el hip-hop, así como de la Rostros del arte, en colaboración con este centro y la
salsa neoyorquina de los años setenta. Embajada de la República de Argentina en Cuba, en el

259
contexto del programa de Rutas y Andares, de la Oficina
del Historiador de la Ciudad. Por su parte, el curso de Visitas
verano Dinámicas culturales en los sesenta en América El lunes 17 de junio, Jorge Fornet y Lorena Sánchez
Latina y el Caribe, impartido por especialistas de la Casa –director y editora de nuestra revista, respectivamente–
a propósito de los procesos artísticos en el campo de la recibieron al historiador norteamericano Patrick J. Iber,
literatura, las artes plásticas, la música y el teatro, y del de la Universidad de Wisconsin, quien donó a nuestra
papel de la institución en el contexto cultural de la década Biblioteca su libro Neither Peace nor Freedom: The
del sesenta del pasado siglo, tuvo lugar entre el lunes 8 y Cultural Cold War in Latin America. El miércoles 19,
el viernes 12 de julio, en la sala Manuel Galich. En tanto, Silvia Llanes, directora de Artes Plásticas, sostuvo un
el martes 9, la sala de Lectura de la Biblioteca –para re- encuentro con el señor Javier Esteban Figueroa, embajador
cordar el Día de la Independencia argentina– inauguraba de Argentina en Cuba; mientras que el jueves 27, Marcia
una exposición de libros y audiovisuales sobre el país Leiseca, vicepresidenta primera de la Casa, Caridad Ta-
suramericano, donados por personalidades de la política, mayo, directora del Fondo Editorial, entre otros miembros
la literatura y las artes, identificados con el peronismo. El del Consejo del Dirección, intercambiaron con Miguel
martes 10, regresó también a este espacio el Taller Car- Selvi, director de Gráficas Selvi, quien donó a la Casa la
tonera para niños y niñas mayores de seis años, quienes impresión del cartel realizado con motivo de los sesenta
realizan un libro artesanal, luego de la lectura colectiva años de la institución. El viernes 28, por su parte, nos
de un cuento latinoamericano o caribeño. En ocasión de visitaron las señoras Javiera Rosende Hurtado y Addys
cumplirse veinte años de una primera intervención plás- Santos, encargadas de Negocios y de Cooperación en la
tica, el artista puertorriqueño Antonio Martorell realizó Embajada de Chile en Cuba, respectivamente, y fueron
la instalación Ascensor al Paraíso II, la cual quedó em- recibidas por Jorge Fornet, también director del Centro
plazada a través de un «viaje vertical» desde el vestíbulo de Investigaciones Literarias de la Casa, y por Yolanda
de la institución hasta la sala Che Guevara, en tanto fue Alomá, directora de Relaciones Internacionales.
inaugurada el jueves 11 de julio a las cuatro de la tarde.
El viernes 19, en la jornada La Casa por la ventana –que El miércoles 3 de julio nos visitó el señor embajador de
incluyó, como es habitual, su clásico recorrido Vamos a Paraguay en Cuba, Bernardino Cano Radil, quien fue reci-
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caminar por Casa, coordinado con el proyecto Rutas y bido por Marcia Leiseca, Fornet y Amanda Sánchez Vega,
andares–, se presentaron varias novedades de nuestro especialista del Programa de Estudios sobre Culturas Ori-
catálogo editorial: el volumen Casa de cuentos para ginarias. El lunes 8, el Consejo de Dirección sostuvo un
niños, compilado por Inés Casañas Carmona; la novela encuentro con el pintor y escritor puertorriqueño Antonio
La madriguera (Premio de narrativa José María Arguedas Martorell quien llegó a la Casa para realizar su instalación
2018), de Milton Fornaro –presentación que estuvo a Ascensor al Paraíso II. El jueves 18, el ministro consejero
cargo de Laidi Fernández de Juan–; Los estratos, de Juan de la Embajada de Alemania en Cuba, señor Joseph Weiss,
Cárdenas –comentado por su editora Katia Gutiérrez–, y fue recibido por Caridad Tamayo y Yolanda Alomá.
Huellas en el tiempo, de Ambrosio Fornet, presentado a
su vez por Caridad Tamayo Fernández. Ese mismo día, a El miércoles 4 de septiembre el historiador, periodista,
las tres de la tarde, la poeta Soleida Ríos recorrió la Casa abogado y político colombiano Gustavo Bell Lemus
y sus inmediaciones como parte de su acción poética sostuvo un encuentro con Fornet; mientras que el jueves 5,
Susurros; mientras que a las cinco, quedaba inaugurada María Isabel Domínguez, del Consejo Latinoamericano
la exposición Línea de la vida. 60 años de la Casa de las de Ciencias Sociales (Clacso), se entrevistó con Yolanda
Américas, la cual recorre las paredes de la edificación con Alomá. El martes 10, nos visitó el profesor Kendall
gráfica y objetos atesorados durante estas seis décadas Brostuen –director de la junta directiva del Consorcio
de trabajo. La jornada concluyó con una descarga de para Estudios Avanzados en el Extranjero presidido por la
música electrónica en el Patio Casa Tomada a cargo de Universidad de Brown–, quien fue recibido por Yolanda
Djoy de Cuba. Alomá, Caridad Tamayo y Rainer Schultz, director del

260
Centro para el Consorcio de Estudios Avanzados en el de Fernández Retamar como poeta, ensayista, teórico de
Extranjero / Centro Divisional de Cuba. la literatura, editor y académico, su legado y los diálogos
que propicia con otros pensadores. Asimismo, la ocasión
será propicia para acercarse al papel de la revista Casa a
PRÓXIMAS lo largo de sus casi trescientos números. Paralelamente se
ofrecerán conferencias magistrales, recitales de poesía y
Coloquio Internacional El regreso de Caliban: exposiciones bibliográficas. Antes del 1 de abril de 2020
deberá estar en nuestro poder un resumen de doscientas
presencia de Roberto Fernández Retamar cincuenta palabras, con el título de la ponencia y el nom-
Con motivo de cumplirse en junio de 2020 noventa años bre y apellidos del (de la) autor(a) y la institución a la que
del natalicio de Roberto Fernández Retamar y sesenta de la pertenece. La extensión de las ponencias no será mayor de
revista Casa de las Américas, nos complace invitarlas/os nueve cuartillas mecanografiadas a doble espacio, lo que
a participar en el Coloquio Internacional El regreso de equivale a dos mil quinientas palabras y veinte minutos
Caliban: presencia de Roberto Fernández Retamar, que de lectura oral.
tendrá lugar en la Casa de las Américas del 9 al 12 de junio
de 2020. Dicho Coloquio permitirá el acercamiento a la obra Cierre de la información: 30 de septiembre

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Con Marcia Leiseca, en el salón de Presidencia de la Casa de las Américas, 2007

261
COLABORADORES / TEMAS

La sección «Para, de, con Roberto Fernández Retamar» narrador, ensayista y profesor Francisco López Sacha
incluye textos del narrador y guionista Vicente Battis- (Cuba, 1950), el periodista y escritor Sergio Marelli
ta (Argentina, 1940), el teólogo y narrador Frei Betto (Argentina, 1962), el poeta, narrador y ensayista Euge-
(Brasil, 1944), el poeta y periodista Jorge Boccanera nio Marrón (Cuba, 1953), el artista Toño Martorell
(Argentina, 1952), el periodista y político Miguel Bo- (Puerto Rico, 1939), el poeta, narrador y crítico literario
nasso (Argentina, 1940), el sociólogo, politólogo y cate- Roberto Méndez (Cuba, 1958), la poeta, narradora y
drático Atilio A. Boron (Argentina, 1943), el narrador filóloga Selena Millares (España, 1963), el narrador,
y guionista Fernando Butazzoni (Uruguay, 1953), la académico y periodista Mario Roberto Morales (Gua-
ensayista y poeta Rosalba Campra (Argentina, 1940), temala, 1947), el poeta Freddy Ñáñez (Venezuela, 1976),
el librero, editor y bibliófilo Álvaro Castillo Granada el poeta Hildebrando Pérez Grande (Perú, 1941), la
(Colombia, 1969), el poeta y editor Gabriel Cortiñas investigadora y ensayista Ana Pizarro (Chile, 1941), la
Revista Casa de las Américas No. 296-297 julio-diciembre/2019 p. 262

(Argentina, 1983), el poeta y narrador José Luis Díaz- crítica de arte y ensayista cubana Graziella Pogolotti
Granados (Colombia, 1946), el escritor y repentista (Francia, 1932), la escritora mexicana y Premio Cervantes
Alexis Díaz Pimienta (Cuba, 1966), el narrador y dra- Elena Poniatowska (Francia, 1932), el investigador y
maturgo chileno Ariel Dorfman (Argentina, 1942), el ensayista Alfredo Prieto (Cuba, 1954), el narrador y
historiador e hispanista Paul Estrade (Francia, 1935) ensayista Francisco Proaño Arandi (Ecuador, 1944), la
y su compañera Mouny Estrade, la narradora Laidi escritora, fotógrafa y activista Margaret Randall (Es-
Fernández de Juan (Cuba, 1961), el narrador y docente tados Unidos, 1936), la hispanista, profesora y traductora
Mario Goloboff (Argentina, 1939), el investigador y Alessandra Riccio (Italia), el pintor y grabador Hugo
ensayista Julio César Guanche (Cuba, 1974), el escritor Rivera-Scott (Chile, 1943), el diplomático y escritor
Sergio Gutiérrez Negrón (Puerto Rico, 1986), el na- Raúl Roa Kourí (La Habana, 1936), el ensayista y crítico
rrador y Premio Nacional de Literatura Eduardo Heras literario Grínor Rojo (Chile, 1941), el analista y periodista
León (Cuba, 1940), la narradora Sylvia Iparraguirre John Saxe-Fernández (Costa Rica), el sociólogo y cate-
(Argentina, 1947) y la narradora, ensayista y docente drático Boaventura de Sousa Santos (Portugal, 1940), el
Andrea Jeftanovic (Chile, 1970). ensayista y periodista Luis Toledo Sande (Cuba, 1950),
el crítico y teórico teatral Omar Valiño (Cuba, 1968), el
Asimismo, en esta selección aparecen mensajes del es- escritor y político Raúl Vallejo (Ecuador, 1959), y el poeta
critor y crítico literario Noé Jitrik (Argentina, 1928), el y promotor cultural Arístides Vega Chapú (Cuba, 1962).

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ÍNDICE DE CASA D E L AS A M ÉRICAS 2019

A sesenta años de la Revolución Cubana / 294 Ante la muerte de Roberto Fernández Retamar. Declara-
Academia Cubana de la Lengua [«Para, de, con, de Ro- ción de la Casa de las Américas / 296-297
berto Fernández Retamar»] / 296-297 Aray, Edmundo: Cuentan que arrojó el amor por la
Al pie de la letra [«A un siglo del asesinato de Rosa», ventana / 294
«Gracias, médicos cubanos. Hasta pronto», «El hombre
mediano asume el poder», «Ante el desgaste, la lectu- Barnet, Miguel: A Kavafis; Los días de la semana;
ra», «Un pensamiento desconectado de la realidad», El Tiempo; Qué rara situación; La noche; Soñar; En
«Adioses», «Ladridos limeños», «Declaración de La materia de dolor; Aires del Levante / 294
Habana sobre idiomas indígenas», «El año que vivire- Barquet, Jesús J.: Hombres trabajando / 295
mos peligrosamente», «Explicar la igualdad al 1% más Battista, Vicente: Se ha ido... [«Para, de, con, de Roberto
rico del mundo», «Tercera carta pública al presidente Fernández Retamar»] / 296-297
Macri», «Venezuela y Playa Girón»] / 294 Benedetti, Mario: Veinte años antes [«Páginas salva-
Al pie de la letra [«Entre dos palabras», «Julian Assange das»] / 294
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traicionado y capturado», «Roque hoy como ayer en Betto, Frei: Hermanos y hermanas de la Casa... [«Para,
la Casa», «Lula en el futuro de Brasil», «Medalla de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Haydee Santamaría», «Premios», «Paso de revistas», Bianchi, Soledad: Lemebel de reojo / 295
«Adioses», «Del naufragio de la humanidad al tren Bianco, José: Testimonio [«Páginas salvadas»] / 294
Žižek», «Llamado del capítulo Venezuela de la Red», Birri, Fernando: En tres palabras… [«Páginas salva-
«En Venezuela, nervios de acero», «Una alternativa das»] / 294
viable»] / 295 Boccanera, Jorge: Me uno al pesar... [«Para, de, con,
Al pie de la letra [«Crecer en Martí», «Elogio de la de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
lengua», «Adioses», «Reflexión sobre la Semiótica», Bohórquez, Douglas: Severo Sarduy: la erótica lucidez
«Bolsonaro pasa, la Amazonía sobrevive», «Con del ensayo / 295
Trump y el Fondo... hasta el fondo», «La paz: ese sueño Bonasso, Miguel: Réquiem para el poeta de la Revolu-
lejano», «Turbulencias en Wáshington y su periferia», ción [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»]
«Ecuador: del centro al fin del mundo»] / 296-297 / 296-297
Alonso, Aurelio: ¡Otra vez la muerte... [«Para, de, con, Boron, Atilio A.: Este sábado 20... [«Para, de, con, de
de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Amaro Seguí, Alejandro: Una mirada actualizada a las Britto García, Luis: El día que... / 294
poéticas y archivos del Caribe [Sobre Poéticas, archi- Butazzoni, Fernando: Queridos hermanos de la Casa...
vos y apuestas: estudios del Caribe, de Giselle Román- [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»] /
Medina y Lina Martínez Hernández (eds.)] / 294 296-297

264
Calvino, Italo: Desde hace diez años… [«Páginas Fernández Retamar, Roberto: ¿Y Fernández? [«Para,
salvadas»] / 294 de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Campra, Rosalba: Me acaba de llamar... [«Para, de, con, –––––––––: A Fayad Jamís «Para, de, con, de Roberto
de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 Fernández Retamar»] / 296-297
Campuzano, Luisa: Dos finales para El siglo de las luces: –––––––––: A mi amada [«Para, de, con, de Roberto
de «Le roman de Sophie» al triunfo de Goya / 295 Fernández Retamar»] / 296-297
Castillo Granada, Álvaro: Hace un momento… [«Para, –––––––––: Ahora en Managua [«Para, de, con, de Ro-
de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 berto Fernández Retamar»] / 296-297
Castro, Nils: Aprender de un progresismo al siguiente / 294 –––––––––: A Juan Gelman, en Buenos Aires [«Para, de,
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales [«Para, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 –––––––––: Ángel Rama y la Casa de las Américas [«Para,
Cornejo Polar, Antonio: Otra historia comenzaba / 294 de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Cortázar, Julio: Querido Roberto... [«Páginas salva- –––––––––: Aquiles [«Para, de, con, de Roberto Fernán-
das»] / 294 dez Retamar»] / 296-297
Cortiñas, Gabriel: Ayer muy tarde... [«Para, de, con, de –––––––––: A Roque Dalton [«Para, de, con, de Roberto
Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 Fernández Retamar»] / 296-297
Curiel Rivera, Adrián: Salida número catorce / 294
–––––––––: Caliban [«Para, de, con, de Roberto Fernán-
dez Retamar»] / 296-297
Díaz-Canel Bermúdez, Miguel: Hay luto en la Casa... –––––––––: Caliban en esta hora de nuestra América
[«Adiós a Roberto»] / 296-297 [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»]
Díaz-Granados, José Luis: Profundamente conmovido, / 296-297
adolorido... [«Para, de, con, de Roberto Fernández –––––––––: Cuerpo que no está claro [«Para, de, con, de
Retamar»] / 296-297 Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Díaz Mantilla, Daniel: Todas las patas en el aire [Sobre –––––––––: Fanon y la América Latina [«Para, de, con,
el libro homónimo de Rafael de Águila] / 295 de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Díaz Pimienta, Alexis: Arte poética final; la ciudad de los

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–––––––––: Hacia una intelectualidad revolucionaria en
locos; doble blanco sobre doble nueve; Transeúnte / 294 Cuba [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»]
–––––––––: Roberto, el hombre... [«Para, de, con, de / 296-297
Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 –––––––––: Juana [«Para, de, con, de Roberto Fernández
Dorfman, Ariel: Abecedario / 294 Retamar»] / 296-297
–––––––––: Estamos desolados con... [«Para, de, con, de –––––––––: Lezama Lima y su visión calibanesca de la
Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 cultura [«Para, de, con, de Roberto Fernández Reta-
mar»] / 296-297
E duardo del Llano: Preservar, proteger y defender / 295 –––––––––: Nosotros los sobrevivientes [«Para, de, con,
Este es el primer número... / 296-297 de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Estrade, Paul y Mouny Estrade: Triste y profun- –––––––––: Notas sobre América / 294
damente... [«Para, de, con, de Roberto Fernández –––––––––: Nuestra América y Occidente [«Para, de, con,
Retamar»] / 296-297 de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
–––––––––: Otro poema conjetural [«Para, de, con, de
Fernández de Juan, Laidi: De muchos [«Para, de, con, Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 –––––––––: Oyendo un disco de Benny Moré [«Para, de,
–––––––––: La vida en dos semanas / 294 con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
–––––––––: Lo que emerge de la madriguera [Sobre La –––––––––: Palabras inaugurales del Premio Literario
madriguera, de Milton Fornaro] / 295 Casa de las Américas 2019 / 295

265
–––––––––: Para una teoría de la literatura hispanoameri- Iparraguirre, Sylvia: Con gran consternación... [«Para,
cana [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»] de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
/ 296-297
–––––––––: Que veremos arder [«Para, de, con, de Jeftanovic, Andrea: Imagino que llegan... [«Para, de,
Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
–––––––––: Tumbas y mar [«Para, de, con, de Roberto Jitrik, Noé: Sorprendidos por la noticia... [«Para, de, con,
Fernández Retamar»] / 296-297 de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Fornet, Jorge: Radiografía de un entusiasmo: los escri-
tores argentinos y la Casa de las Américas / 295 L eón, Jose De: Barnet radical / 294
Fundación Juan Bosch [«Para, de, con, de Roberto Lima, Paolo de: Mazzotti, un poeta de ritmos [Sobre El
Fernández Retamar»] / 296-297 zorro y la luna. Poemas reunidos 1981-2016, de José
Antonio Mazzotti] / 295
Galeano, Eduardo: Yo tenía doce... /294 López Sacha, Francisco: «Murió por traer el cielo».
Galich, Manuel: En realidad, es... [«Páginas salva- Ese epitafio, Roberto, lo mereces, para todos nosotros
das»] / 294 y para siempre [«Para, de, con, de Roberto Fernández
Gambarotta, Martín: Asumiendo estar terminado me Retamar»] / 296-297
trepé...; Dan a entender que podrías...; Hijo etíope, Löwy, Michael: Walter Benjamin y José Carlos Ma-
seductor sueco, cuervo...; No quieren que te quedes...; riátegui: dos marxistas disidentes de la ideología del
No quieren verte hacer… / 294 «progreso» / 294
García Blanco, Reynaldo: I; II; III; IV; V / 295
García Márquez, Gabriel: Hace poco, en México... Maduro Nicolás: Toda la solidaridad de los venezo-
/ 294 lanos... [«Adiós a Roberto»] / 296-297
Gaztambide-Géigel, Antonio: Mejor vivido que pen- Marambio de la Fuente, Matías: Cosmopolita de ambos
sado: las invenciones del Caribe (revisitadas) / 295 hemisferios: Erico Verissimo entre pasado y presente
Geisler, Luisa: Abrigo de lana, rayo de sol, olor a jazmín [Sobre Erico Verissimo, escritor del mundo, de Carlos
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y vaso de vodka / 295 Cortez Minchillo] / 295


Gelman, Juan: Y entonces resucitábamos... / 294 Marelli, Sergio: Osvaldo Bayer, el anarquista que tomó
Giardinelli, Mempo: La noche del tren / 294 el cielo por asalto / 294
Goldgel, Víctor: Pb / 295 –––––––––: Nosotros, los sobrevivientes [«Para, de, con,
Goloboff, Mario: Roberto Fernández Retamar, poeta de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
y pensador [«Para, de, con, de Roberto Fernández Marrón, Eugenio: Lleva la revista Casa en sus manos
Retamar»] / 296-297 [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»] /
González, Cecilia: Tras el rastro de Jaja: una mirada al 296-297
exilio desde la realeza africana [Sobre Tras el rastro Marsé, Juan: Cuántas veces... [«Páginas salvadas»] / 294
del Jaja, de Anthony Kellman] / 295 Martínez Tabares, Vivian: Paraje Luna, grotesco y
Guanche, Julio César: Hay pensadores que... [«Para, de, contemporaneidad [Sobre Paraje Luna, de Fernando
con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 José Crespi] / 295
Gutiérrez Negrón, Sergio: Cuando me dijeron Martorell, Toño: Queridas caseras y caseros... [«Para,
que... [«Para, de, con, de Roberto Fernández Re- de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
tamar»] / 296-297 Mateo Palmer, Margarita: Vuelta a una insensatez / 295
Matta, Roberto: Retador de mares... [«Páginas salva-
Heras León, Eduardo: El cimarrón revisitado / 294 das»] / 294
–––––––––: Laidi querida... [«Para, de, con, de Roberto Medina Ríos, Jamila: En la pared del camarote había dos
Fernández Retamar»] / 296-297 trajecitos de corte marinero (punzó-n) / 294

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Méndez, Roberto: Querida Laidi... [«Para, de, con, de Recientes y próximas de la Casa [«Recientes»: «Los
Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 sesenta del Premio Literario», «Música en la Casa»,
Mensaje del compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez / 295 «Semana de Autor con Miguel Barnet», «De libros
Mensaje del compañero Raúl Castro Ruz / 295 y revistas», «Uruguay en la Casa», «El cine tomó la
Meruane, Lina: Permiso de circulación / 295 Casa», «Conferencias», «Lecturas de poesía», «La
Millares, Selena: Una rosa para Retamar [«Para, de, Casa en la Feria», «Coloquio de la Mujer, como cada
con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 año», «Semana de la Cultura de República Dominicana
Morales, Evo: Nuestras luchas, nuestras revoluciones... en Cuba», «Visitas»] / 294
[«Adiós a Roberto»] / 296-297 Recientes y próximas de la Casa [«Recientes»: «Premio
Morales, Mario Roberto: Un intelectual orgánico ejem- de Composición 2019», «La Casa en la Feria», «De
plar [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»] libros y revistas», «Música en la Casa», «La Semana
/ 296-297 de la Francofonía en la Casa», «Teatreando», «Artes
Morejón, Nancy: Miguel Barnet y los laberintos de la visuales», «Coloquio Internacional Diversidad Cultural
fraternidad / 294 en el Caribe», «Visitas», «Próximas»: «Premio Litera-
rio Casa de Las Américas 2020»] / 295
Ñáñez, Freddy: Hace dos días... [«Para, de, con, de Recientes y próximas de la Casa [«Recientes»: «Con
Roberto Fernández Retamar, recordando el porvenir»,
Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
«De cursos y talleres», «Libros y revistas», «Coloquio
Internacional de Estudios sobre Afroamérica», «Docu-
Orta, Fidel Antonio: Miguel Barnet, ¿también un mentales», «Va por la Casa», «Visitas», «Próximas»:
hombre de cine? / 294 «Coloquio Internacional El regreso de Caliban: presen-
cia de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Pacheco, José Emilio: Si cumpliste veinte... [«Páginas Riccio, Alessandra: A esta histórica... [«Para, de, con,
salvadas»] / 294 de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Pérez Grande, Hildebrando: Sol de Cuba / 294 Rivera-Scott, Hugo: Demasiado ensimismamiento...

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–––––––––: Nuestra América está de luto [«Para, de, con, [«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»] /
de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 296-297
Pizarro, Ana: Los acompaño con una tristeza... [«Para, Roa Kourí, Raúl: No tengo otro... [«Para, de, con, de
de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Pogolotti, Graziella: Elegía [«Para, de, con, de Ro- Rodríguez Domínguez, Raiza: Poesía feminista y
berto Fernández Retamar»] / 296-297 discursos de resistencia [Sobre Hilando y deshilando
Poniatowska, Elena: Ágnes Heller y Roberto Fernández la resistencia (pactos no catastróficos entre identidad
Retamar, in memoriam [«Para, de, con, de Roberto femenina y poesía), de Yanetsy Pino Reina] / 295
Fernández Retamar»] / 296-297 Rojo, Grínor: Amigos de la Casa... [«Para, de, con, de
Prieto, Abel: Las respuestas del edecán / 294 Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Prieto, Alfredo: Llegamos cuando se estaba... [«Para, Roman Olivera, Alejandro Tomás: Autorretrato; El hom-
de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297 bre; Un viajero sobre tus ojos de agua; Discontinuidad
Proaño Arandi, Francisco: Profundamente impre- bajo estrellas fijas; Poema antivectorial / 295
sionado por... [«Para, de, con, de Roberto Fernández Rosi, Francesco: He estado en... [«Páginas salvadas»] / 294
Retamar»] / 296-297
S ánchez, Lorena: La casa antes de la Casa / 295
Randall, Margaret: En 1967 llegué… / 294 Sánchez Vega, Amanda: Mujeres tras las cámaras: de objeto
–––––––––: Es con un gran... [«Para, de, con, de Roberto a sujeto de representación [Sobre Óyeme con los ojos:
Fernández Retamar»] / 296-297 Cine, mujeres, visiones y voces, de Ana Forcinito] / 295

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Sanchiz, Ramiro: Bolaño en las catacumbas [Sobre Se- Un escritor que siempre se reinventa / 294
pulcros de vaqueros, de Roberto Bolaño] / 294
Sastre, Alfonso: La Revolución Cubana... [«Páginas Valdés León, Camila: Imaginar la nación [Sobre Ayiti
salvadas»] / 294 Cheri. Poesía haitiana (1800-2015), de Yasmina Tip-
Saura, Antonio: La Revolución Cubana... [«Páginas penhauer (ed.)] / 294
salvadas»] / 294 Valiño, Omar: Roberto Fernández Retamar: lo que fue
Saxe-Fernández, John: Fraterna y de celebración... dictando el fuego [«Para, de, con, de Roberto Fernán-
[«Para, de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / dez Retamar»] / 296-297
296-297 Vallejo, Raúl: Manuela Sáenz y los marineros del
Serrano Sánchez, Raúl: Fuga hacia dentro. Las otras Acushnet; Zenobia Camprubí en motocicleta; Isabel
lecturas de la tradición y la ruptura [Sobre Fuga de Saavedra y el caso Ezpeleta; Mujer tamil, descalza
hacia dentro. La novela ecuatoriana en el siglo xx. en Singapur / 295
Filiaciones y memoria de la crítica literaria, de Alicia –––––––––: Roberto Fernández Retamar, paradigma de
Ortega Caicedo] / 294 lucidez y poesía en nuestra América [«Para, de, con,
Sousa Santos, Boaventura de: ¿En la era del perdón o de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
de la agresión? / 295 Vega Chapú, Arístides: A los amigos de la Casa... [«Para,
–––––––––: Acabo de saber que Roberto... [«Para, de, con, de, con, de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
de Roberto Fernández Retamar»] / 296-297
Zurbano Torres, Roberto: Saúl Sosnowski: un guar-
Toledo Sande, Luis: Adiós natural a Roberto Fernán- dián de la crítica en tiempos de mala memoria [Sobre
dez Retamar [«Para, de, con, de Roberto Fernández Cartografía de las letras hispanoamericanas: tejidos
Retamar»] / 296-297 de la memoria, de Saúl Sosnowski] / 295
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