Los Tres Cerditos

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ALUMNA: LUDIZ PAOLA HERNANDEZ

CICLO: 3B

LOS TRES CERDITOS

Había una vez tres cerditos que eran hermanos y vivían en lo más profundo del bosque.
Siempre habían vivido felices y sin preocupaciones en aquel lugar, pero ahora se encontraban
temerosos de un lobo que merodeaba la zona. Fue así como decidieron que lo mejor era
construir cada uno su propia casa que les serviría de refugio si el lobo los atacaba.

El primer cerdito era el más perezoso de los hermanos por lo que decidió hacer una sencilla
casita de paja, que termino en muy poco tiempo.

Luego del trabajo se puso a recolectar manzanas y a molestar a sus hermanos que aún estaban
en plena faena.

El segundo cerdito decidió que su casa iba a hacer de madera, era más fuerte que la de su
hermano pero tampoco tardo mucho tiempo en construirla. Al acabar se le unió a su hermano
a la celebración.

El tercer cerdito que era el más trabajador decidió que lo mejor era construir una casa de
ladrillo. Le tomaría casi un día en terminarla pero estaría más protegido del lobo. Incluso pensó
en hacer una chimenea para asar las mazorcas de maíz que tanto le gustaban.

Cuando finalmente las tres casitas tuvieron terminadas los tres cerditos celebraron satisfechos
por el trabajo realizado. Reían y cantaban sin preocupación –“¡no nos comerá el lobo! ¡No
puede entrar”.
El lobo se pasaba cerca de allí se sintió insultado ante tanto insolencia y decidió acabar con los
cerditos de una vez. Los tomo por sorpresa y rugiendo fuertemente les grito: -“ Cerditos, ¡ me
los voy a comer uno por uno!.

Los tres cerditos asustados corrieron hacia sus casas, pasaron los pestillos y pensaron que
estaban a salvo del lobo. Pero este no se había dado por vencido y se dirigió a la casa de paja
que había construido el primer cerdito.

-“¡ábreme la puerta! ¡Ábreme o soplare y la casa derribare!”- dijo el lobo feroz.

Como el cerdito no le abrió, el lobo soplo con fuerza y derrumbo la casa de paja sin mucho
esfuerzo. El cerdito corrió todo lo rápido que pudo hasta la casa del segundo hermano.

De nuevo el lobo más enfurecido y hambriento les advirtió:

-“¡soplare y soplare y esta casa también derribare!”- el lobo soplo con más fuerzas que la vez
anterior hasta que las paredes de la casita de madera no resistieron y cayeron. Los dos cerdito
apuras penas lograron escapar y llegar a la casa de ladrillo que había construido el tercer
hermano.
El lobo estaba realmente enfadado y decidido a comerse a los tres cerdito así que ni siquiera
advertirles comenzó a soplar tan fuerte como pudo.

Soplo y soplo hasta quedarse sin fuerzas, pero la casita de ladrillo era muy resistente, por lo
que sus esfuerzos eran en vano.

Sin intención de rendirse, se le ocurrió trepar por las paredes y colarse por la chimenea.
-“¡menuda sorpresa le daré a los cerditos”, - pensó.

Una vez el techo se dejó caer por la chimenea sin saber que los cerditos habían colocado un
cardero de agua hirviendo para cocinar un rico guiso de maíz. El lobo lanzo un aullido de dolor
que se oyó en todo el bosque, salió corriendo de allí y nunca más regreso.
Los cerditos agradecieron a su hermano por el trabajo duro que había realizado. Este lo regaño
por haber sido tan perezoso, pero ya había aprendido la lección así que se dedicaron a celebrar
el triunfo. Y así

Fue como vivieron felices por siempre cada uno en su propia casita de ladrillo.

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