03 LibroMLyP Cap III Concilio Anselmo

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MUSICA, LITURGIA Y PASTORAL

Capitulo 3
CONCILIO VATICANO II
Pbro. Anselmo Gáspari SDB

GRUPO PUEBLO DE DIOS 1991.

+ Pbro. OSVALDO CATENA


+ Pbro. José Bevilacqua s.s.s.
+ Pbro. Alfredo B. Trusso
+ Humberto Facal
Pbro. Anselmo Gáspari SDB
Pbro. Alberto Luis Hawryszko
Pbro. Julián Zini
Pbro Luis Reigada
Cristina Ballari de Facal
Luis Vazzano
Hilda Vazzano
Pbro. Daniel Climente
Pbro. Santiago Herrera
Pbro Marcos Picaroni

A la feliz memoria del Padre Osvaldo Catena,


músico, hermano de todos

NIHIL OBSTAT:
Mons. Gerardo Sueldo, Obispo de la Nueva Orán
Presidente de la Comisión Episcopal de liturgia 1991.
IMPRIMATUR: Mons. Vicente Mirás Vicario General del
Arzobispado de Buenos Aires.
Copyright por EDITORIAL BONUM, Maipú 859,1006,
Buenos Aires
Diseño de tapa e interior: Equipo Editorial.
Composición: Iniciativa Gráfica. Queda hecho el
depósito que marca la ley 11.723. Industria Argentina.
ISBN: 950-507- 315-3
Capítulo III
CONCILIO VATICANO II

Los esfuerzos de renovación que fueron acumulándose a lo largo de los años, han desembocado en
un gran acontecimiento de Iglesia, llamado: Concilio Ecuménico Vaticano 11 (1962-1965)
Esta fue una gran asamblea de obispos católicos -más de 2.000, reunidos en Roma, bajo la
presidencia de los Papas Juan XXIII y Paulo VI.
Se ocupó en primer lugar de la "dimensión celebrativa" de la fe cristiana.
Sobre ella deliberó en 15 reuniones generales y, el 4 de diciembre de 1963, publicó su primer
documento llamado precisamente "Sacrosanctum Concilium" (sigla es SC.), que significa "El Sagrado
Concilio", y que son las palabras con que comienza.
A muchos no les pareció bien. Entre tantos problemas que debía afrontar la Iglesia, ¿por qué dar la
primacía a la Sagrada Liturgia?,,.
El Papa Paulo VI, el día de la promulgación del documento, nos adelantó la respuesta.
"Rendimos en esto un homenaje conforme a la escala de valores y deberes: Dios en el primer
puesto; la oración, nuestra primera obligación; la liturgia, la primera fuente de la vida divina que se nos
comunica, la primera escuela de nuestra vida espiritual, el primer don que podemos hacer al pueblo
cristiano que con nosotros cree y ora." (Paulo VI, discurso del 4.XII, 63, L'Osservatore Romano, edición
argentina, N' 591, del 19.XII.1963).
LOS OBJETIVOS DEL CONCILIO.
Los encontramos en los primeros párrafos del documento sobre la Sagrada Liturgia.
Allí descubrimos qué se propusieron y esperaron conseguir los padres conciliares:
a) Acrecentar de día en día, entre los fieles, la vida cristiana.
b)Adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio.
c) Promover todo aquello que puede contribuir a la unión de cuantos creen en Jesucristo.
d) Fortalecer lo que sirve para invitar a todos los hombres al seno de la Iglesia. (S.C. l).
Llama la atención en especial el primero de los objetivos aquí indicados. Nos está señalando una
relación muy estrecha entre la liturgia y la vida cristiana.
Esta fue precisamente la intención del Concilio. Lo dirá más adelante, hablando de la participación
activa de todo el pueblo en "los santos misterios y en la oración de la Iglesia": La Liturgia "es la fuente
primaria y necesaria en la que han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano" (S.C. 14: es una
cita del Papa San Pío X, documento del 22. XI 1903).
Nada de extraño que concluya solemnemente esa primera presentación, diciendo: "Para conseguir
estos fines, corresponde de modo especial proveer a la renovación y al incremento de la liturgia (S.C. l).
La importancia de este documento conciliar fue muy grande; a través de él se creó "un nuevo
lenguaje, un nuevo estilo eclesiástico" (A. Martimort). El Concilio ensayó su propio camino, dejando de lado
antiguas discusiones meramente exteriores, de forma jurídicas o ceremoniales.
Se volvió a las fuentes: la Sagrada Biblia y la primera Tradición cristiana, y la liturgia fue enfocada
bajo el triple aspecto: teológico, histórico y pastoral (S.C. 23 y 16).
¿Cuáles fueron los criterios sobre los cuales el Concilio quiso apoyarse y realizar su obra
renovadora?
A. Líneas de contenido.
Ante todo, la liturgia es considerada en sus contenidos o principios teológicos.
1. Es importantísimo en la liturgia el papel que desempeña la Palabra de Dios, porque despierta la
conciencia de la primacía que corresponde sólo a El. El diálogo entre Dios y el hombre tiene su comienzo
siempre en la proclamación de su Palabra, y no puede tener otro fin que la glorificación de Dios. En esto la
celebración cristiana se separa de toda religión natural, que es obra del mismo hombre.
2. El protagonista de la acción litúrgica es siempre Jesucristo. Sólo unidos a El logramos dar gloria al
Padre. Por eso la liturgia da a conocer todo el acontecimiento de la venida de Cristo a la tierra (S.C. 2),
celebra sobre todo su Muerte y su Resurrección (S.C. 6), y revela su presencia en cada una de las acciones
sagradas -Eucaristía, sacramentos, Palabra, oración (S.C., 7).
Entonces la celebración se convierte no sólo en evocación o recuerdo de los hechos salvadores,
sino en una actualización de los mismos. Cada acontecimiento de la historia de los hombres en los que Dios
intervino, al conmemorarlo, se hace presente a los participantes. Cada acto litúrgico no sólo anuncia, sino
que realiza efectivamente la salvación que tuvo por personaje central a Jesucristo.
3. En esta obra tan grande, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima esposa, la Iglesia (S.C.
7). Por eso podemos decir con razón que toda acción litúrgica es también celebración de la Iglesia, en la
que ella se manifiesta de un modo especial.
4. Esta acción de Cristo y de la Iglesia se concretiza, no en una burda representación, sino a través
de gestos y palabras, es decir de signos. Estos dan a entender una realidad más profunda. Por eso decimos
que la liturgia -como toda la vida de la Iglesia-, es de "carácter sacramental (El sacramento es un signo que
realiza lo que representa: el sumergirse en el agua bautismal hace presente para cada bautizado la muerte
y resurrección de, Cristo).
5. Por serla liturgia obra de la Iglesia, el sujeto de toda celebración es ella misma, es decir, todo el
pueblo reunido, bajo la presidencia de sus pastores (S.C. 26).
6. Por último la vida del cristiano no se reduce a la dimensión celebrativa; también debe anunciar la
fe, debe practicarla en la realidad de cada día: trabajo, estudio, familia, arte, política...
Sin embargo afirmamos claramente con el Concilio que la celebración es el punto más alto (cumbre)
y el lugar de donde emanan (fuente) los otros aspectos de la vida cristiana (SC 10).
B. Líneas de acción
El concilio tuvo en cuenta también otros principios de carácter operativo.
1. La participación plena consciente y activa de los fieles en las celebraciones litúrgicas (S.C. 14):
este es el gran principio pastoral que ha movido toda la reflexión conciliar en torno a la liturgia, fruto de
largos años de sueños y esfuerzos del movimiento renovador de la Iglesia
Este criterio tiene su fundamento en el ser mismo del cristiano: por el Bautismo ha sido destinado a
ofrecer el culto. Además la naturaleza comunitaria de la liturgia exige la participación de todos; esto es, la
respuesta voluntaria de cada fiel al don de Dios que se le ofrece en la celebración. No es otra cosa que su
fe puesta en acción.
De allí la insistencia del documento conciliar: más de 30 veces aparece el concepto de
“participación”, rodeado siempre de adjetivos como: plena, consciente, activa, fructuosa, comunitaria,
piadosa, perfecta, etc., la que ha de ser tanto exterior como interna (S.C. 19); “la voz ha de estar en armonía
con la mente” (S.C. 11); se debe extender a los ritos, las palabras, los gestos, las posturas, los ademanes,
los movimientos, el diálogo y el canto (S.C. 30).
La comunicación se dará tanto a nivel de un saludo, como de un profundo silencio.
De allí la importancia del canto como medio de encuentro, de reunión, de comunidad. No puede
estar ausente, ya que, más que una técnica, aparece aquí como expresión de fe común.
2. El segundo criterio renovador, no menos importante, es el de la formación de clérigos y fieles
(S.C. 14 al 20).
El paso previo para la plena participación, consiste en impregnarse del espíritu de la liturgia.
La educación litúrgica es otra de las metas conciliares, tal vez la más descuidada en nuestro medio.
Si la Iglesia ha reformado textos y ritos, es sencillamente para que puedan expresar con más
claridad, la realidad que estos esconden; que el pueblo cristiano pueda comprenderlos fácilmente (S.C. 21),
y participar en ellos, a fin de obtener frutos más abundantes.
Una de las funciones principales de los pastores (S.C. 14) será guiar a los fieles con el ejemplo y la
"palabra, fomentando la educación litúrgica y la activa participación de todos.
Se trata no sólo de enseñar ideas, sino de "iniciar", ser pedagogos, conducir a lo más profundo de la
realidad que contienen las celebraciones de la fe mistagogia.
Y esta formación ha de comprender todos los aspectos: tanto el conocimiento de las diversas
formas que adquirió la liturgia a lo largo de la historia, como sus principios teológicos y, sobre todo, su
relación con la vida cristiana concreta (S.C. 16).
Se trata de "comprender" lo que se realiza, "vivir" la acción sagrada, y comunicarla a los demás
(S.C. 18).
C. Criterios de la renovación litúrgica.
De estos principios, tanto de orden teológico, como pastoral, se sigue una serie de criterios más
particularizados.

a) Normas generales:
- Carácter jerárquico.
La ordenación de la sagrada liturgia pertenece a los pastores de la Iglesia. Ellos deben velar por la
integridad de la fe y también por la "expresión de esa misma fe" en la celebración.
Los cuidados de las Conferencias Episcopales se dirigirán al crecimiento de la fe celebrada,
abriendo nuevos cauces a su expresión.
- Carácter tradicional
En materia de culto, la Iglesia tiene experiencia de siglos. No se parte de cero, ni se improvisa. No
hay ruptura entre los nuevos y los antiguos ritos, sino una sabia continuidad. Las razones pastorales deben
ir equilibradas con la teología y la historia (S.C. 23).
- Carácter bíblico
La forma cristiana de oración, encuentra en la Sagrada Escritura su mejor modelo. Compenetradas
de contenidos bíblicos, las celebraciones serán en verdad "significativas" y expresarán los misterios de la
salvación (S.C. 24).
b) Normas de carácter comunitario
Las acciones litúrgicas no son privadas, ni siquiera expresión y propiedad de grupos eclesiales, sino
de toda la comunidad (S.C. 26).
Cada uno, dentro de su específica función, hará "todo" y "sólo" aquello que le corresponde (S.C.
28).
En esta celebración orquestal, cada cual toca su instrumento.
No puede faltar quien preside, pero este no debe acaparar todos los roles: lector, cantor,
comentador, director de coro, etc.

c) Normas de carácter didáctico y pastoral


Además de su finalidad de alabanza a Dios, la liturgia contiene también su parte de enseñanza. En
ella, ya sea Cristo, ya sea la misma Iglesia, han instituido signos visibles para expresar realidades invisibles
(S.C. 33).
 Estos deben brillar por su sencillez y claridad (S.C. 34).
 La relación entre Palabra y rito, debe aparecer en forma inmediata (S.C. 35).
- De allí que las lecturas bíblicas deben ser variadas, abundantes y apropiadas.
- La homilía es una parte integrante de la acción litúrgica y ha de derivar normalmente de los textos
sagrados.
- Las moniciones deben ser breves, como introducciones al mismo rito.
 Se dará cabida a la lengua vulgar en la celebración (S.C. 36).

d) Normas de respeto a las modalidades y tradiciones de los pueblos,

Salvada la fe y el carácter comunitario de la liturgia, no se pretende


la uniformidad, sino que prevalece el respeto a las diversas razas y pueblos (S.C. 37). Más bien deben
conjugarse la unidad con la variedad.
Se ve con simpatía todo aquello que no esté unido a la superstición y al error en las costumbres de
los pueblos.
Se presentan dos tipos de adaptaciones o acomodaciones:
- Unas ya previstas en los textos litúrgicos (S.C. 39),
- Otras, más profundas, podrán ser propuestas a la autoridad de la Iglesia, después de experiencias
probadas y controladas (S.C. 40).
Tenemos ejemplos concretos de este "crecimiento" litúrgico en las propuestas de las Conferencias
Episcopales de diversas naciones, como las nuevas Plegarias Eucarísticas alemanas y suizas o el Nuevo
Misal italiano .
Todos estos aspectos han de ser grandemente cuidados, ya que la liturgia constituye una verdadera
"escuela de fe": debe procurarse siempre la autenticidad. Nada de forzado o artificial, como tampoco
ninguno de sus signos externos debe desviar o desvirtuar el contenido de fe (salvífico de la celebración.
(Como ejemplo, podemos poner la letra de los cantos que ha de expresar el contenido de la fe de
los que están celebrando, y no sólo sentimientos de amistad, relación de grupo, alegría, pena o duelo).

Un testigo autorizado

Para conmemorar los 20 años de la constitución conciliar "Sacrsanctum Concilium", Juan Pablo II
dirigió la palabra a las comisiones nacionales de liturgia reunidas en Roma, el 27 de octubre de 1984.
(L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 4. XI. 1984).

- El Papa recuerda, en primer lugar, la importancia del documento conciliar para la vida del Pueblo
de Dios. Y subraya el carácter eclesial de la liturgia en ella "se anuncia, se gusta y se vive el misterio de la
Iglesia". "Puede decirse que la vida espiritual de la Iglesia pasa por la liturgia".

- Destaca la mente del Concilio expresada en las cuatro motivaciones del artículo primero de la
Sacrosanctum Concilium, de las que ya hemos hablado.
Y concluye diciendo que la liturgia no puede reducirse a mero "ceremonial decorativo", ni a una
"simple suma de leyes y preceptos"; también excluye una visión parcial que subraye sólo aspectos sociales
en la liturgia, en jugar de dar el primer lugar a la iniciativa de Dios, quien convoca a través de su Palabra.

- En seguida hacer los aspectos positivos de la renovación:


a) Una buena catequesis sobre los temas fundamentales en la celebración; La Historia de la
Salvación, el Misterio Pascual, la Alianza, la Presencia de Cristo en la acción litúrgica, el sacerdocio de
Cristo, el de los ministros y el de los fieles.
b) La riqueza y variedad de la Palabra de Dios, como alimento de los creyentes.
c) La participación activa de los fieles en los diversos ministerios.

- También tiene en cuenta los aspectos negativos: tanto las resistencias, como las arbitrariedades
que han creado confusión en el Pueblo de Dios. Algunos se han creído autorizados a crear por su propia
cuenta, faltándoles el equilibrio en la duración y en las modalidades celebrativas.
Estos han olvidado que "la liturgia pertenece a toda la comunidad eclesial.

- Finalmente el Papa da unas orientaciones:


a.) La plena, consciente y activa participación supone una formación en los pastores. Hay que
mejorar la preparación del clero y de los seminaristas, bajo los diversos aspectos de la liturgia: teológico,
histórico, espiritual, pastoral y jurídico.
Los textos más indicados para ello, son los mismos libros litúrgicos y sus introducciones.
b) Todo bajo el signo de la fidelidad. El clero y los fieles no son los propietarios, sino los servidores
de la oración de la Iglesia.
Fidelidad que es también apertura a las adaptaciones que la misma Iglesia admite y estimula.
c) La creatividad bien entendida, debe responder a la situación concreta de la asamblea celebrante.
No olvidando que la verdadera creatividad nace en el interior de la Iglesia y en la docilidad al Espíritu Santo.

- Como terminación el Sumo Pontífice pide a los animadores litúrgicos incrementar la formación
litúrgica, conservar en la celebración el sentido de lo sagrado y el equilibrio en todos los aspectos de la
misma.

LA MUSICA EN LA LITURGIA

El Concilio Vaticano 112 se ha pronunciado también sobre la función de la música en las


celebraciones litúrgicas en el capítulo VI de la S.C. Allí vemos que soplan aires renovadores respecto a
documentos anteriores al Concilio. Ciertamente hubo un avance notable. Estos son los textos conciliares de
la Sacrosanctum Concilium:

La música sagrada

Dignidad de la música sagrada

112. La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale
entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras,
constituye una parte necesaria o integral de la liturgia solemne.

En efecto, el canto sagrado ha sido ensalzado tanto por la Sagrada Escritura como por los Santos Padres y
los Romanos Pontífices, los cuales, en los últimos tiempos, empezando por San Pío X, han expuesto con
mayor precisión la función ministerial de la música sacra en el servicio divino.

La música sacra, por consiguiente, será tanto más santa cuanto más íntimamente esté unida a la acción
litúrgica, ya sea expresando con mayor delicadeza la oración o fomentando la unanimidad, ya sea
enriqueciendo de mayor solemnidad los ritos sagrados. Además, la Iglesia aprueba y admite en el culto
divino todas las formas de arte auténtico que estén adornadas de las debidas cualidades.

Por tanto, el sacrosanto Concilio, manteniendo las normas y preceptos de la tradición y disciplina
eclesiástica y atendiendo a la finalidad de la música sacra, que es la gloria de Dios y la santificación de los
fieles, establece lo siguiente:

[Primacía de la liturgia solemne]

113. La acción litúrgica reviste una forma más noble cuando los oficios divinos se celebran solemnemente
con canto y en ellos intervienen ministros sagrados y el pueblo participa activamente.
En cuanto a la lengua que debe usarse, cúmplase lo dispuesto en el art. 36; en cuanto a la Misa, el art. 54;
en cuanto a los sacramentos, el art. 63; en cuanto al Oficio divino, el art. 10 1.

114. Consérvese y cultívese con sumo cuidado el tesoro de la música sacra. Foméntense diligentemente
las «scholae cantorum» sobre todo en las iglesias catedrales. Los Obispos y demás pastores de almas
procuren cuidadosamente que, en cualquier acción sagrada con canto, toda la comunidad de los fieles
pueda aportar la participación activa que le corresponde, a tenor de los art. 28 y 30.

Formación musical

115. Dése mucha importancia a la enseñanza y a la práctica musical en los seminarios, en los noviciados
de religiosos de ambos sexos y en las casas de estudios, así como también en los demás institutos y
escuelas católicas; para que se pueda impartir esta enseñanza, fórmense con esmero profesores
encargados de la música sacra.
Se recomienda, además, que, según las circunstancias, se erijan institutos superiores de música sacra.
Dése también una genuina educación litúrgica a los compositores y cantores, en particular a los niños.

El canto gregoriano. y la música polifónica

116. La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de
circunstancias, por tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones litúrgicas.
Los demás géneros de música sacra, y en particular la polifonía, de ninguna manera han de excluirse en la
celebración de los oficios divinos, con tal que respondan al espíritu de la acción litúrgica a tenor del art. 30.

Edición de libros de canto gregoriano

117. Complétese la edición típica de los libros de canto gregoriano;


más aún, prepárese una edición más crítica de los libros ya editados después de la reforma de San Pío X.
También conviene que se prepare una edición que contenga modos más sencillos, para uso de las iglesias
menores.

Canto religioso popular

118. Foméntese con empeño el canto religioso -popular, de modo que en los ejercicios piadosos y sagrados
y en las mismas acciones litúrgicas, de acuerdo con las normas y prescripciones de las rúbricas, resuenen
las voces de los fieles.

La música sagrada en las misiones

119. Como en ciertas regiones, principalmente en las misiones, hay pueblos con tradición musical propia
que tiene mucha importancia en su vida religiosa y social, dése a esta música la debida estima y el lugar
correspondiente no sólo al formar su sentido religioso, sino también al acomodar el culto a su idiosincrasia,
a tenor de los art. 39 y 40.
Por esta razón, en la formación musical de los misioneros procúrese cuidadosamente que, dentro de lo
posible, puedan promover la música tradicional de sus pueblos, tanto en las escuelas como en las acciones
sagradas.

El órgano y otros instrumentos musicales

120. Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional,
cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente
las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales.
En el culto divino se pueden admitir otros instrumentos, a juicio y con el consentimiento de la autoridad
eclesiástica territorial competente, a tenor de los art. 22 § 2; 37 y 40, siempre que sean aptos o puedan
adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la edificación de
los fieles.

Cualidades y misión de los compositores

121. Los compositores verdaderamente cristianos deben sentirse llamados a cultivar la música sacra y a
acrecentar su tesoro.
Compongan obras que presenten las características de verdadera música sacra y que no sólo puedan ser
cantadas por las mayores «scholae cantorum», sino que también estén al alcance de los coros más
modestos, y fomenten la participación activa de toda la asamblea de los fieles.
Los textos destinados al canto sagrado deben estar de acuerdo con la doctrina católica; más aún, deben
tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas.

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Hasta aquí el texto conciliar.
El Capítulo VI tiene diez artículos que nos dan las pautas para un nuevo enfoque. Se trata de aplicar
a la música los principios generales enumerados ya para toda la acción litúrgica.
Es en el terreno celebrativo donde, música y liturgia se encuentran estrechamente unidas. La
música, como expresión de fe, y que tiene por finalidad la gloria de Dios y la santificación de los fieles.

- Dos principios
De los criterios generales de la constitución, dos son los ejes para la acción pastoral respecto a la
música:

- la participación activa de todos los fieles;


- el carácter de la asamblea litúrgica.

Todo el pueblo es invitado a participar, y por lo tanto a cantar. Antes, la piedad popular se
expresaba fuera del ámbito litúrgico. Ahora, la asamblea es un conjunto vivo y orgánico. En el canto deben
intervenir todos y manifestarse los roles de los diversos componentes.
Nada mejor para iluminar este programa que el comentario autorizado de un Padre de la Iglesia:
"Del mismo modo en que nosotros todos formamos un solo cuerpo, así en la Iglesia no se debe oír
sino una sola voz.
¿Habla el lector? El sólo debe hacerlo, y hasta el obispo que preside escucha en silencio.
¿Canta el salmista? El sólo debe salmodiar; pero cuando todos responden a su invitación, es como
una sola voz que sale de una sola boca". (S. Juan Crisóstomo: homilía sobre la 11 Carta a los Corintios).
La estructura comunitaria, pide división de funciones para cada uno de los que intervienen, respetar
la naturaleza de cada trozo musical y de la forma pedida por el momento celebrativo.

- El artículo 112

Tiene un contenido denso, nuevo y lleno de consecuencias.


Especialmente nos dala pauta que convertirá al arte musical en una celebración de fe. La música
será: "tanto más santa, cuanto más íntimamente esté unida a la acción litúrgica". Esto es importante y
esclarecedor. Toda la celebración se reviste de signos, y la música es uno de ellos, es decir, un camino
sensible que nos introduce en la oración de la Iglesia, en el Misterio de Cristo.
Entre las formas musicales prevalece el canto, melodía unida a la palabra. De esta forma, por
primera vez y en forma tan solemne, se dice que la música es "parte integrante y necesaria de la liturgia".

Características de la música litúrgica,

Ya no existe un "estilo" exclusivo de música para la celebración.


Para que pueda formar parte de una acción litúrgica, no basta que la pieza musical sea artística o
que exalte genéricamente los valores religiosos. Hay todo un ambiente de gestos y acciones en los cuales
se entremezclan el arte y la religiosidad.
Entonces la bondad de la música en la liturgia está unida a su finalidad, a su capacidad de
santificación. Y la santidad en este caso, depende de su relación con el texto y la acción misma.
Concretamente, en adelante, la música deberá:

- expresar mejor la oración.


- favorecer el ambiente comunitario.
- dar mayor esplendor a los ritos sagrados.

- Otros aspectos

Recorriendo brevemente los otros artículos del capítulo VI, podemos subrayar la intención de los
padres conciliares sobre algunos puntos:
- Se recomienda una verdadera formación musical unida a la litúrgica, en todos los ambientes
católicos de educación: seminarios, noviciados, escuelas. (S.C. 115).
- Manteniendo el órgano de tubos, donde lo hubiere, no se rechazan los otros instrumentos
musicales que puedan cumplir las finalidades de una celebración digna (S.C. 120).

- Las diversas formas de "coro" deben ser fomentadas, siempre con el fin de que todo el pueblo
participe activamente: su función será sostener y completar a la asamblea (S.C. 114).
- Deberá ser fomentado el canto religioso popular para lograr una participación masiva de los fieles
(S.C. 118).
- Los autores son invitados a componer música que acreciente esta participación de todos; los
textos destinados al canto encontrarán su fuente de inspiración en la Sagrada Escritura y en los
libros litúrgicos. (S.C. 121).

CONCLUSIÓN

Como síntesis podemos ver en este capítulo, cuatro grandes aperturas respecto a la historia anterior
al Concilio.
a. Son admitidas todas las formas de arte musical, con tal que cumplan las condiciones del artículo 112.
b. La introducción de las lenguas vivas en la celebración abre todo un nuevo capítulo de adaptación y
creatividad.
c. Se recalca el fomento del canto popular para la completa inserción del pueblo en el servicio del culto.
d. En esa misma línea se deberá dar un lugar de importancia al patrimonio cultural de cada pueblo.

MAGISTERIO ACTUALIZADO

1. Concilio Vaticano 119: Constitución "Sacrosanctum Concilium" sobre la Sagrada Liturgia. 4 de diciembre
de 1963; especialmente el capítulo VI.

2. Sagrada Congregación de Ritos: "Musicam Sacram". Instrucción del 5 de marzo de 1967. Después de
reafirmar las conclusiones del Concilio Vaticano 11 en la introducción y en las normas generales, precisa
algunos detalles sobre los actores que intervienen en la celebración: el presidente, los fieles, el coro. Luego
se detiene a explicar los cantos en la celebración de la Misa (grados de participación), en el Oficio divino, en
los sacramentos. También habla de la música instrumental.
3. Locuciones varias del Papa Pablo VI y de Juan Pablo 11: se refieren a la música y al canto en el culto
divino (Por ejemplo: La Iglesia y su aporte a la música en el Año Europeo de la Música: 1985)

4. Documento elaborado por la asociación internacional "Universa Laus" sobre el canto y la música en la
Liturgia (año 1980). Obispos de diversas naciones se han ocupado del tema. Algunas conferencias
episcopales se han pronunciado en conjunto.

5. Comisión de obispos para la liturgia U.S.A. "La música en el culto católico" (111 parte: 1972, revisada:
1983; Y parte: 1983).

6. Conferencia nacional de Obispos de Brasil: "Pastoral de la música litúrgica en Brasil": 25 de marzo de


1976.

7. La mayoría de los documentos citados anteriormente, se encuentran en "La música en la Liturgia",


Dossier NI' 38 del Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona, preparado por José Aldazábal en octubre de
1988.

8. Otras bibliografías se encontrarán en los comentarios al Conc. Vat. II.

9. Sobre liturgia en general, recomendamos la carta de Juan Pablo 11 en 25 aniversario de la S.C.


"Vicessimus quintus annus" .

10. Para nuestros ambientes, son iluminativas las declaraciones del Documento de Puebla, en su capítulo II,
NO- 1: "Liturgia, oración particular, piedad popular."

11. Finalmente, las "Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización" hablan repetidamente de
"Celebración Festiva de la Fe". Tener en cuenta los números 43, 52, etc.

P. Anselmo Gáspari SDB


(poné tu biografía breve)
Y si tenés una foto mas clara
_____________
Nota (1) Salta a la vista la diferencia entre este subtítulo y el del capitulo VI. El Concilio habla de
"música sagrada" y nosotros preferimos hablar de "la música en la liturgia".

Más que definir un género musical, queremos subrayar su papel en la acción celebrativa. De paso
evitamos discusiones de especialistas acerca de lo que constituye una música como religiosa,
sagrada, litúrgica, etc.

Bibliografía

De la Reforma a la Renovación Litúrgica, Sedoi Nº 27, doc. final del 11 encuentro latinoamericano de
Liturgia. Documentos Postconciliares.
Para la aplicación de la Constitución Conciliar se crea el Consilium que elaboró estos documentos
aprobados por Pablo VI
Sacram liturgiam (1964) letra apostólica. Inter Oecumenici (1964) Instrucción. Tres abhinc annos (1967)
Instrucción. De Interpretatione textuum liturgicorum (1966) Musicam sacram (1967) Instrucción.
Liturgicae Instaurationes (1970) Instrucción de la Congregación de Culto Divino.

Sobre la Eucaristía:

Misterium fidei (1965). Pablo VI.


Eucharisticum Mysterium (1967) Congregación de Culto divino.
Actio Pastoralis (1969) sobre eucaristías de grupos particulares.
Directorio para Misa con niños (1973).
Dominicae Coenae Juan Pablo II (1980).
Inaestimabile donum, (1981) flamante Congregación de Sacramentos y Culto divino.
Alocución de Juan Pablo Il al Congreso de los Presidentes y secretarios de las Comisiones nacionales de
liturgia. Octubre 1984. Insegnamenti Vicesimus quintus annus. Carta Apostólica de Juan Pablo II
Código de Derecho Canónico Libro IV.
Indice

De cara al futuro
Presentación Capítulo III - Concilio Vaticano II
Prólogo Los objetivos del Concilio
Introducción La música en la Liturgia
Capítulo I -Un poco de historia Magisterio actualizado
Capítulo II - La Historia de la Renovación Capítulo IV -Espiritualidad del canto litúrgico
Litúrgica en la Argentina 1. La melodía como servicio a la Palabra de
Antes de la reforma conciliar Dios
La Reforma Conciliar
2. El canto y la actuación del Espíritu en la
oración del cristiano Capítulo VII - Criterios para elegir y ubicar
3. El canto interior del corazón y el canto de correctamente los Cantos de la Celebración
la vida Algunos criterios
4. El canto como realizador de la Tiempo litúrgicos
comunidad Las fiestas y solemnidades
5. El canto y la unidad cósmica del Reino Los sacramentos
de Dios Otras celebraciones
6. La alabanza de un pueblo: Comunión en Capítulo VIII - Textos para cantos litúrgicos
la alegría y el amor. 1. Nivel literario
7. Conclusión 2. Contenido evangelizador, teológico y
Capítulo V - Hacia un canto religioso nuestro funcionalidad
1. Para empezar 3. Sentido Pastoral
2. Historias 4. Textos en plural
3. Marco de referencia Capítulo IX - El compositor musical para la
4. Ayudas liturgia
5. Para seguir Capítulo X El canto litúrgico
Capítulo VI - Los cantos de la misa Técnica de la voz
1. Cantos del rito de entrada Varios modos de cantar
2. Liturgia de la Palabra El lugar de los cantores e instrumentos
3. Liturgia eucarística Entonación correcta
4.Rito de despedida Ensayo y dirección del canto de la
Asamblea
El canto litúrgico en las grandes
concentraciones
Capítulo XI - El uso de instrumentos en la
liturgia
El uso del órgano
La guitarra criolla
Algo sobre los instrumentos electrófonos
La percusión
El acordeón en la liturgia
Capítulo XII - La educación litúrgico musical
El equipo litúrgico
La enseñanza de la música litúrgica en los
Seminarios
Comisiones diocesanas
Apéndices
Algunos apuntes acerca de acústica y
sonorización de ambientes
El grupo Pueblo de Dios
Grupo Pueblo de Dios ____________________________________________________________________

Para quienes deseen conectarse con el Grupo Pueblo de Dios, visitar la página web
www.iglesiamdp.org

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