El Llamamiento Peligroso
El Llamamiento Peligroso
El Llamamiento Peligroso
Capítulo 1
"De los libros que he escrito, éste ha sido el más difícil de escribir, no por el proceso de
escritura en sí mismo, sino porque sus páginas exponen la fealdad de mi propio corazón y
exhiben con cuánta desesperación sigo teniendo necesidad de la gracia".
Muchos predicadores se sienten superiores a otros por su “gran” ministerio. Olvidan que
ha sido la gracia de Dios la que los ha llevado a alcanzar prosperidad y, así mismo, los ha
guardado de caer en pecado. Se jactan de ser moralmente perfectos, denunciando
pecados como el adulterio, la fornicación, la inmoralidad sexual, la borrachera y
reprenden fuertemente a los que las practican. Se creen con el permiso de menospreciar a
quienes son débiles en la fe, es decir, los que aún no han alcanzado un grado de madurez
espiritual para resistir las tentaciones o evitar caer en pecado. En vez de ayudar, solo
juzgan de una manera tan altiva y soberbia que, en vez de edificar, destruyen. Pasan por
alto el hecho de que necesitan la misma gracia que un adultero, o un fornicario o un
borracho todos los días.
“Simplemente te voy a pedir que, a medida que leas, desactives a tu abogado interior y
consideres esto con un corazón sincero”.
“Yo pensaba que nadie tenía una perspectiva más precisa de mí que yo, y yo
simplemente no me veía como una persona iracunda”.
“Hoy me asustan, cuando las recuerdo, las maneras en las que era un hombre que se
encaminaba al desastre. Estaba en camino a destruir mi matrimonio y mi ministerio y no
tenía ni la menor idea. Existía una gran falta de conexión entre mi imagen privada y mi
vida ministerial pública. El hombre irritable e impaciente en el hogar era un tipo muy
diferente del pastor misericordioso y paciente que nuestra congregación veía en esos
escenarios del ministerio público y la adoración, que eran donde me encontraban más”.
“Las cosas no se quedarían como estaban por la sencilla razón de que yo era y soy un hijo
del Redentor incansable, que no iba a abandonar la obra de Sus manos hasta que esa obra
estuviera completa. Poco sabía yo que Él sacaría a la luz mi corazón en un momento
poderoso de esa gracia que libera. Estaba ciego y me estaba endureciendo poco a poco y
estaba emprendiendo felizmente el trabajo de una iglesia local y una escuela cristiana que
estaban creciendo”.
“Pero ahora era un hombre con ojos y oídos y tenía el corazón abierto”.
Los cambios no son instantáneos, pero se hacen evidentes en la medida que pasa
el tiempo.
No estás solo
Tres temas fundamentales que influyen en la ceguera hacia nuestros pecados y naturaleza
humana caída:
El autor del libro tenía una visión, una idea distorsionada de quién era él.
Percibimos las cosas dependiendo de nuestra condición anímica, de nuestros logros.
Me gustaría poder decir que mi historia es única, que la mayoría de los pastores no
luchan de la manera en que yo lo hice.
Me gustaría poder decir que en las vidas de la gran mayoría de los pastores no
existe una falta de conexión entre la imagen ministerial pública y los detalles de
sus vidas privadas.
Me gustaría poder decir que la mayoría de los pastores son tan hábiles en
predicarse el evangelio a ellos mismos como lo son con los demás.
Me gustaría poder decir que las relaciones entre los pastores y su personal raras
veces son tensas y raras veces se estropean.
Me gustaría poder reportar que pocos pastores están enojados y amargados.
Me gustaría poder decir que mi experiencia es que la mayoría de las iglesias
pastorean bien a sus pastores.
Me gustaría poder alentarte con el hecho de que la mayoría de los pastores son
conocidos por su humildad y accesibilidad.
Me gustaría poder decir que la mayoría de los pastores ministran con un profundo
sentimiento de su propia necesidad.
“No conozco ningún pastor que se haya graduado de tener la necesidad de la gracia que
perdona, salva, transforma, capacita y libera.
¿Lees la Biblia porque sabes que tienes necesidad del alimento espiritual o porque quieres
alardear de tu conocimiento bíblico?