Häagen Dazs
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Häagen Dazs
Universidad de Navarra
Barcelona-Madrid
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0-594-053
M-967
«Nos gusta hacer las cosas de modo distinto a todos los demás.»
Simon Esberger
Director de marketing, Häagen-Dazs
En 1989, Grand Met decidió lanzar Häagen-Dazs en Europa con el objetivo de crear
la marca de helado más importante del mundo. Para comprender el enorme reto que la
consecución de este objetivo planteaba a la dirección de Häagen-Dazs, conviene repasar
brevemente la situación del mercado europeo de helados a finales de los años ochenta y
principios de los años noventa.
Caso preparado por Erich A. Joachimsthaler, fundador y director general de VivaldiBrandLeadership, como
base de discusión y no como ilustración de la gestión, adecuada o inadecuada, de una situación determinada.
Mayo de 1994.
Basado en la investigación del caso «The Häagen-Dazs Story», M-940-E, con la ayuda de Petter Taugbol,
estudiante de MBA en el IESE. Este caso debe utilizarse conjuntamente con el caso «Haagen-Dazs Ice Cream
(B)», (M-968).
Copyright © 1994, IESE.
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Por ejemplo, Effem, que hasta hoy controla un casi monopolio del mercado suizo de
cucuruchos y polos, era la filial de Mars, radicada en Zug. La empresa francesa Glace-Findus
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era una filial de Nestlé que operaba bajo la marca Gervais, en Francia, Camy en España y
Portugal, y Frisco en Suiza. Uniliver era la propietaria de Bird's Eye Wall's en el Reino
Unido, Langnese-Iglo en Alemania, Iglo-Ola en Dinamarca y Sagit en Italia. Otra fuente
adicional de dominio de estas empresas era su férreo control del espacio en los congeladores
de los establecimientos de venta al por menor.
Además, en cada país europeo había muchas empresas locales independientes. Por
ejemplo, Schöller era una marca tradicional en Alemania, con unas ventas de unos 800
millones de libras esterlinas, que comercializa el helado de alta calidad de Mövenpick a
través de un acuerdo de «joint venture». En el segmento de helados de alta calidad,
Mövenpick tenía una participación del 55% en el mercado suizo. Sólo en el Reino Unido,
había más de 1.000 fabricantes de helados, según la Ice-Cream Association, una organización
patronal del sector en dicho país. Si se suman las participaciones en el mercado de estas
empresas locales a las de las multinacionales, resulta evidente el elevado grado de
concentración de estos mercados. Por ejemplo, en Italia, el 90% del mercado de helados era
dominado por Sagit, con una participación del 35%, Itagel-SMe y los grupos Sammontana y
Samson. En Francia, entre Glace-Findus, Cogesal, la filial de Unilever, y Ortiz-Miko, poseían
conjuntamente una participación en el mercado del 55%. En el Reino Unido, Wall's tenía una
participación de mercado del 44% aproximadamente, seguida de Lyons Maid, con
una participación ligeramente inferior al 10%.
Los competidores de mayor crecimiento en Europa eran las marcas blancas, es decir,
las marcas propiedad de los detallistas. En el Reino Unido, con una presencia
tradicionalmente fuerte de marcas de tienda, la participación de las marcas blancas había
crecido un 24%, hasta alcanzar casi un 30% del mercado total de helados en 1991. En el
sector de helados para llevar a casa, la participación de las marcas blancas superaba
ligeramente el 46%. La presencia de las marcas blancas era menor en Alemania y Francia,
aunque también eran importantes, y sus participaciones de mercado seguían creciendo
rápidamente. Gran parte de las marcas blancas amparaban helados económicos y de tipo
medio, aunque algunos detallistas con fuerte imagen de calidad habían introducido
recientemente helados de calidad y de precio alto, incluyendo las cadenas británicas Marks &
Spencer y Safeway.
El desarrollo de una marca global, o de una «euromarca», era difícil, porque los
hábitos de consumo de helados variaban significativamente en los distintos países europeos.
En términos de volumen, el mayor consumo anual per cápita en Europa correspondía a
Suecia, con 13,6 litros, seguida de Noruega (11,9 litros) y Finlandia (11 litros). Más
rezagados estaban Francia, con 6,5 litros por persona y año, Alemania, con 5,5 litros, y el
Reino Unido, con 7,8 litros. Estos niveles de consumo per cápita eran significativamente más
bajos que los de Norteamérica o Australia. Del volumen total del mercado mundial de
helados, que sumaba 12.300 millones de litros en 1990, el 45% (5.538 millones de litros) se
consumía en Estados Unidos y el 22% (2.725 millones de litros) se consumía en Europa.
También existían diferencias importantes a nivel de gusto. Por ejemplo, mientras que el 85%
del helado consumido en el Reino Unido se fabricaba con grasas no lácteas (generalmente
considerado de calidad inferior), este helado (denominado «Mellorine» en Estados Unidos),
apenas existía en otros países de Europa, a excepción de Portugal e Irlanda. También existían
grandes diferencias con respecto al lugar donde se consumían helados. En Francia, el 28%
del mercado correspondía al sector de compra y consumo fuera de casa, y el 72% al sector de
helados para llevar a casa. En Italia, el consumo fuera de casa representaba el 41% del
mercado total de helados en 1990, el 43% en el Reino Unido y el 62% en Alemania (1).
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mercado había bajado progresivamente desde 1989, tanto en términos absolutos como en
relativos. Hacía ya mucho tiempo que el sector de los helados era considerado una categoría
aburrida y de bajo crecimiento, con una elevada estacionalidad, realizándose la mayor parte
de las ventas durante los meses de verano. Los consumidores eran mayormente niños. Para
establecer una marca nueva se creía que era necesaria una intensa publicidad en televisión
para lograr distribución a escala nacional, y los fracasos de productos nuevos eran frecuentes.
La vida media de una marca era de unos 3 años. Un buen ejemplo de las dificultades para
introducir y establecer una marca en Europa era el de Unilever con su helado de calidad Carte
d'Or. Esta marca se desarrolló originalmente para el mercado francés, donde tuvo éxito.
Rápidamente se introdujo en toda Europa; en algunos países, como Alemania y Bélgica, tuvo
bastante éxito, pero no en otros. Su experiencia en el Reino Unido es muy reveladora a este
respecto. Introducido por primera vez a mediados de los ochenta, fue relanzado en 1990. En
octubre de 1992, Carte d'Or fue lanzado por tercera vez, habiendo fracasado en todos los
intentos anteriores de hacerse con un nicho en el mercado de gama alta. Otra marca británica,
Elite, desarrollada localmente por la filial de Unilever, Bird's Eye Wall's, fue introducida en
1988 y retirada del mercado en 1990. Alpine, otra marca de Unilever, introducida en 1984,
también había desaparecido en 1990.
1993. Ese año, Häagen-Dazs se convirtió en el helado número 1 entre las marcas más
valiosas del mundo (3).
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Todo empezó en 1988, cuando la empresa británica Gran Met adquirió los activos de la
venerable Pillsbury Co. de Minneapolis como parte de una absorción valorada en 5.600 millones
de dólares. En aquel entonces, Häagen-Dazs ya era la primera marca de helado de alta calidad en
Estados Unidos, con una elevada penetración también en Japón. La marca existía en Estados
Unidos desde 1960, cuando Reuben Mattus, un emigrante polaco, se propuso fabricar el mejor
helado del mundo. Reuben Mattus empezó vendiendo helado, en un carro tirado por caballos, a
tiendas en el barrio de Bronx, antes de crear el nombre Häagen-Dazs. Hablando de su filosofía
empresarial, comentaba: «Cuando saqué Häagen-Dazs, la calidad del helado se había deteriorado
hasta tal punto que sólo era dulce y frío. El precio de los helados había ido bajando
continuamente, así que simplemente fui en dirección contraria.» En 1982, Häagen-Dazs se
empezó a vender en Canadá y, en 1984, en Japón. La marca Häagen-Dazs fue adquirida en 1983
por Pillsbury Company. En Europa, Häagen-Dazs era poco conocida. Había algunos restaurantes
en París que vendían la marca desde 1987. En 1989, los prestigiosos grandes almacenes Harrods,
de Londres, empezaron a vender Häagen-Dazs.
Sin embargo, no fue hasta mediados de 1989, cuando Gran Met trasladó la sede
mundial de Häagen-Dazs al Reino Unido para liderar la expansión europea, que dicha marca
recibió la atención que merecía en Europa. La filial recién constituida puso en marcha un
ambicioso plan de marketing global, respaldado por una campaña de 50 millones de dólares
para aumentar las ventas en Europa. El objetivo era alcanzar un volumen de ventas a nivel
mundial de 1.000 millones de dólares en 1995 (desde 400 millones de dólares en 1991), y con
unos márgenes que la mayoría de los otros fabricantes considerarían de ensueño. Esto
corresponde a una participación del 5% en el mercado mundial de helados de lujo.
Actualmente, la marca controla un 6% del mercado estadounidense. Sólo en Europa, las
ventas anuales debían alcanzar 300 millones de dólares en 1995, frente a los 10 millones de
dólares que tenían en 1990, intentando hacer en 3 años lo que Häagen-Dazs hizo en 30 años
en Estados Unidos. El plan preveía un lanzamiento escalonado en el Reino Unido (primero, a
través de una distribución regional en la zona de Londres y la región sureste del país, de
elevado poder adquisitivo, seguido de un lanzamiento a escala nacional), pasando
posteriormente a Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Suecia, en 1989, seguidos de los
restantes países europeos de la CE y EFTA. En agosto de 1991, se había lanzado en siete
países de la CE y, a finales de 1992, estaba presente en los doce países de la Comunidad
Europea, además de Japón, Taiwan y Corea del Sur.
marketing necesarias. Además, como parte de Grand Met, Häagen-Dazs tenía unas ventas
prácticamente garantizadas a través de los establecimientos de ocio y restauración de esa
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empresa, que también incluían las cadenas Burger King, Godfather's Pizza y los restaurantes
Benningan's Steak y Ale; en otras palabras, Grand Met era el mayor propietario de
restaurantes del mundo, con la única excepción de la corporación PepsiCo.
Pero en vez de actuar así, Häagen-Dazs optó por una estrategia de marketing «de
empujar», poco ortodoxa, en tres frentes, con la que tanto éxito habían tenido en Japón. Los
objetivos eran aumentar el conocimiento de la marca Häagen-Dazs y conseguir que el
máximo número posible de personas probara el producto, así como generar recomendaciones
de boca a oreja. Para ello, cambió radicalmente las reglas del juego en el negocio europeo de
helados. En primer lugar, abrió elegantes heladerías en calles comerciales de alto prestigio y
con un elevado nivel de tránsito peatonal, en ciudades europeas grandes y prósperas. Estas
heladerías se desarrollaron para servir de escaparate para la marca. Decoradas según los
criterios más exigentes en diseño de locales comerciales, esencialmente eran cafés (muy
diferentes del ambiente estéril de la mayoría de las heladerías de barrio, que vendían
básicamente helados para llevar a casa) con un amplio espacio para mesas y sillas; algunas,
incluso tenían suelos de terracota. Las mesas tienen encimeras de granito rebordeadas con
latón, y los asientos son de cuero. Las paredes han sido jaspeadas a mano en colores
«terrosos» apagados, debajo de una moldura de zócalo de latón. Los materiales naturales
utilizados en las heladerías transmiten un sentido de «calidad». En conjunto, estas heladerías
tenían una calidad significativamente superior comparadas con las heladerías Häagen-Dazs
en Estados Unidos.
En tercer lugar, estaban los esfuerzos hechos para introducir sus helados en cadenas
de supermercados, charcuterías, cines, y otros tipos de puntos de venta detallistas, tales como
pastelerías, panaderías, videoclubes, etc. Puesto que el producto debe manipularse con
cuidado, las tiendas eran escogidas de forma selectiva. La parte más importante de esta
campaña era un paquete de apoyo para el minorista que combinaba el lanzamiento de sabores
de éxito probado (es decir, sabores nuevos probados en las heladerías propias de Häagen-
Dazs), y constantes degustaciones en la propia tienda; un paquete de apoyo en congeladores,
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que ofrecía a los minoristas miles de vitrinas congeladoras de carga frontal y puerta de cristal,
que muestran los productos ordenados por sabor, en estantes separados. Los congeladores
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El helado italiano tiene una textura más ligera, con un mayor parecido con el
sorbete, y su concentración de grasas es menor que el helado al estilo norteamericano. En
Europa, Italia es sinónimo de helado, como resultado del dominio del helado italiano en todo
el continente europeo y en el Reino Unido. Tanto los helados norteamericanos como los
italianos se pueden distinguir por su calidad.
aire muy bajo (el «overrun» es tan sólo de un 20%). Esto ha sido posible gracias al proceso
de fabricación utilizado por Häagen-Dazs, que reduce al mínimo la formación de cristales de
hielo durante el proceso de congelación. Cuando Häagen-Dazs se introdujo por primera vez
en el mercado europeo, no había ningún otro helado que tuviera un contenido de grasas
lácteas tan elevado, y un contenido de aire tan bajo. Sólo Häagen-Dazs utilizaba ingredientes
naturales al 100%, sin colorantes artificiales, ni conservantes, ni emulsionantes (una
forma química de conseguir lo que hace la homogeneización por medios mecánicos),
ni estabilizantes (actúan como esponjas para absorber el exceso de agua). En vez de utilizar
estabilizantes, Häagen-Dazs utiliza yema de huevo pasterizada fresca. En pruebas ciegas, el
helado Häagen-Dazs se podía diferenciar claramente de otros. Algunas otras marcas tenían
el mismo nivel de contenido de grasas, pero ninguna tenía un porcentaje tan bajo de
«overrun». La mayoría de las otras marcas habían añadido colorantes o aromas artificiales,
conservantes, emulsionantes o estabilizantes, en alguna forma u otra. Algunas marcas, por
ejemplo la exitosa Gino Ginelli, de Unilever, incluso se había posicionado en el mercado de
calidad, aunque el helado estaba preparado con grasas no lácteas.
prefieren el helado de chocolate Lady Godiva de Manx Ices, o la marca blanca de Marks &
Spencer.
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El mercado objetivo
El impacto de la campaña había sido inesperado. En una medición («post test») del
impacto de la campaña realizada, el 11% de los consumidores de helado podían recordarla. A
los pocos meses, el conocimiento de marca había aumentado a más del 50%. Un análisis
econométrico mostró que la publicidad había generado un aumento del 59,7% de las ventas
(más de 800.000 libras esterlinas): el 78% de este crecimiento procedía de una mayor
demanda por parte de los consumidores, y el resto de una distribución más amplia a medida
que los comerciantes reconocían el éxito de la campaña. Dentro de la zona de lanzamiento, la
participación de mercado de la marca subió del 2,3%, en 1990, a un 26,1% en febrero de
1992; la participación de la marca era casi más del doble que la participación conjunta de sus
competidores en el Reino Unido, New England y Loseley. Al final de 1991, la agencia de
Häagen-Dazs, BBH, fue galardonada con el premio «Campaña del Año» entregado por
Media Week Advertising por su gestión ejemplar del proceso publicitario, desde la síntesis y
desarrollo de los objetivos creativos, la meticulosa planificación y programación de los
medios y aspectos similares. En 1992, recibió el Premio de Oro en el concurso para
los Premios de Efectividad Publicitaria de Marketing IPA en las categorías de bienes de
consumo y servicios nuevos, además del concurso Premios para Marketing 1992
de Marketing Week/ITV, en el cual Häagen-Dazs fue finalista como nuevo producto del año.
En marzo de 1993, la campaña de Häagen-Dazs recibió las máximas calificaciones en el
concurso para premios de publicidad en prensa de 1993. Mucho más importante que los
comentarios acerca de la excelencia en el desarrollo creativo y estrategia de medios atribuida
a Häagen-Dazs a raíz de estos premios, fue la avalancha de publicidad gratuita que generó la
campaña de publicidad. Quizás excesivamente sugerente para algunos, los expertos opinaban
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Authority (ASA) recibió 64 quejas motivadas por la campaña. Aunque este nivel de quejas
estaba bastante por encima de la media, queda muy por debajo de los miles de quejas que
generaron los notorios carteles de Benetton, a los pocos días de su aparición en las vallas.
embargo, la campaña se proyectó más tarde en los cines. A continuación, se fusionó con el
negocio de helados de Cricket St. Tomas, un fabricante rival de helados de calidad. La
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empresa volvió a reforzar su cartera de marcas en 1992, cuando introdujo el helado New
England Ultimate, que contenía un 18% de grasa láctea, nata y un «overrun» del 30%. El
helado Ultimate se comercializaba en envases de 500 ml, a un precio al por menor de 2,99
libras esterlinas, justo por debajo del nivel de precio de Häagen-Dazs. Los envases indicaban:
«Sin ingredientes artificiales». La participación de New England en el mercado había crecido
a un 9,5% (en términos de valor) frente al 19,5% de Häagen-Dazs en el sector británico de
helados de alta calidad de 1992.
Había muchas otras marcas locales que intentaron arrebatar el liderazgo a Haägen-
Dazs. Estas incluían Loseley's, un helado británico que se comercializaba en el Reino Unido
desde hacía más de 25 años. Luego estaban Thornton, Dayville, Mackie, Traditional Luxury
Dairy Ice-cream, Lyons Maid, y JG Quicke and Partners, con su helado de superlujo
Luxury Devonshire. Todos estos competidores locales habían lanzado productos nuevos en el
sector de helados de lujo. Algunos de ellos intentaron captar una parte del mercado
ofreciendo a los consumidores una clara ventaja de precio respecto a Häagen-Dazs. Las
estrategias de marketing de estos competidores se caracterizaban por un gran parecido con
la estrategia de Häagen-Dazs. La mayoría utilizaba degustaciones en los supermercados o el
patrocinio de acontecimientos. Lyons Maid, por ejemplo, después de su absorción por Clarke
Foods, mejoró su gama de productos y la relanzó en la primavera de 1992 en el mercado de
precio medio. Clarke también introdujo un helado Clarke's de superlujo, en un tarro
de 500 ml, con un incremento de precio del 65% respecto al precio de 1991, pero todavía por
debajo del precio de Häagen-Dazs. El lanzamiento estaba apoyado por una campaña de
anuncios en televisión con un coste de 2 millones de libras esterlinas (titular: «De la obsesión
de nuestra familia por el helado»), un millón de libras en anuncios en radio y otras
promociones, y un programa de degustaciones. El consumidor británico no aceptó este nuevo
posicionamiento de gama alta de Lyons Maid y Clarke (aproximadamente el 60% de su
producción se destina a marcas blancas) y, en septiembre de 1992, la empresa estaba en
liquidación. En noviembre de 1992, Nestlé se hizo con los activos de Clarke Foods.
A finales de 1993, era evidente que Häagen-Dazs era el claro ganador de las guerras
del helado. Había incrementado su participación en el mercado a pesar de los ataques por
parte de los competidores locales, multinacionales y marcas blancas. Ello no obstante,
Häagen-Dazs mantenía una prima de precio significativa respecto a cualquier otro fabricante
con un volumen de ventas decente. Otros aspirantes fuertes, como Mars, habían visto cómo
su participación en el mercado se deterioraba en 1992 como consecuencia de las importantes
incursiones de otras multinacionales, especialmente Unilever con su helado de calidad
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Magnum (5). En el caso de Unilever y sus filiales, parecía que les costaba romper con su
imagen de helados económicos y estándar. La mayor penetración de la compañía se daba en
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el sector infantil.
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(1) Market Research Europe, abril de 1992.
(2) Mientras la extensión de Mars había significado la irrupción del sector de helados de calidad en el Reino
Unido y Europa, el rápido crecimiento de su participación en el mercado, al 9,6% en 1988/1989, había
bajado a un 6,9% en 1991, debido en parte a las dificultades que experimentaba para conservar espacio en
los congeladores.
(3) El valor de marca de 1988 se basa en las investigaciones realizadas por Prudential-Bache Research, una
firma de corretaje de Nueva York, y publicadas el 5 de octubre de 1988 en Los Angeles Times. El valor de
1993 se ha extraído del estudio de valores de marca de Alexandra Ourusoff, «Who Said Brands Are
Dead?», Financial World, 9 de agosto de 1993, págs. 24.
(4) Significa que con un litro de ingredientes originales, sólidos o líquidos, tras insuflarle aire, no debe
obtenerse más de dos litros de helado acabado y listo para consumir (nota del traductor).
(5) Una parte de los problemas de Mars se debía a sus dificultades para conseguir y mantener el espacio en los
congeladores. Unilever obtuvo una orden judicial en 1992 que efectivamente impidió a Mars vender sus
helados en los congeladores de Unilever. Los problemas de Mars experimentaron otra vuelta de tuerca a
través de la adquisición de Nestlé de los activos de Clarke's Food, puesto que significaba que Nestlé se
convertía en competidor directo de Mars.