Sentencia C-046-17 - Propiedad Fiduciaria. PDF
Sentencia C-046-17 - Propiedad Fiduciaria. PDF
Sentencia C-046-17 - Propiedad Fiduciaria. PDF
FIDEICOMISO-Concepto
Referencia:
Expedientes D-l 1524
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 820
(parcial) y 1221 (parcial) del Código Civil (Ley 57 de 1887)
Demandante:
Nicolay David Orlando Romanovsky Camacho
Magistrado Ponente:
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
Mediante Auto del ocho (26) de julio de dos mil dieciséis (2016), el Magistrado Sustanciador
admitió la demanda presentada por encontrarla ajustada con los requisitos de procedibilidad
previstos en el artículo 2o del Decreto 2067 de 1991.
Una vez cumplidos los trámites previstos en el artículo 242 de la Constitución Política y en el
Decreto 2067 de 1991, la Corte Constitucional procede a decidir acerca de la demanda de la
referencia.
A continuación se transcribe el texto de los artículos 820 y 1221 del Código Civil, destacando
con negrillas y subraya los apartes acusados en la presente demanda.
CODIGO CIVIL
TITULO PRELIMINAR
Ley 57 de 1887: art. lo. Regirán en la República, noventa días después de la publicación de
esta ley, con las condiciones y reformas de que ella trata, los códigos siguientes: (...) El Civil
de la Nación, sancionado el 26 de mayo de 1873. Art. 4o. Con arreglo al artículo 52 de la
Constitución de la República, declárase incorporado en el Código Civil el Título III (arts. 19-
52) de la misma Constitución.
" (…)
Tendrán el mismo derecho los ascendientes legítimos del fideicomisario que todavía no
existe y cuya existencia se espera, y los personeros o representantes de las corporaciones y
fundaciones interesadas. (Subrayado fuera del texto)
III. LA DEMANDA
2. Fundamentos de la demanda
Según el actor, las expresiones "legítimos" y "legítimo", contenidas en los artículos 820 y
1221 del Código Civil, desconocen la igualdad como principio y como derecho. El actor
plantea que la vulneración de la igualdad se produce en razón a que, para efectos de
determinar la concesión de derechos en materias como la fiducia y el testamento, las normas
acusadas acuden a criterios relacionados con el carácter legítimo o ilegítimo de una persona
respecto de sus parientes, lo cual llevaría a concluir que estos fueron concebidos de manera
diferente, generando una afirmación que "resulta despreciable, puesto que es más relevante
la similitud de estos dos individuos que una diferencia tan superflua”1
Con fundamento en los anteriores argumentos, el actor solicita a esta Corporación se declare
la inexequibilidad de las expresiones "legítimo" y "legítimos", contenidas en los artículos 820
y 1221 del Código Civil (Ley 57 de 1887), en cuanto establecen un trato discriminatorio a
partir de calidad del origen familiar, lo cual está prohibido por la Constitución Política.
IV. INTERVENCIÓN
La representante del Ministerio del Interior, mediante escrito allegado a esta Corporación el
19 de agosto de 2016, realiza su intervención en la presente actuación solicitando a esta
Corporación se declare la inexequibilidad de las expresiones demandadas, por generar un
trato discriminatorio.
En virtud de los anteriores argumentos, concluye que la igualdad, como principio y derecho
constitucional se encuentra vulnerado en uso de las expresiones legítimo e ilegítimo
contenidas en los artículos 820 y 1221 del Código Civil (Ley 57 de 1887), por cuanto realiza
un empleo de expresiones peyorativas e inapropiadas que ponen en situación de inferioridad
a los descendientes dada la manera en la que fueron concebidos.
Para la Agencia Fiscal, si bien el cargo formulado por el accionante se limita a la vulneración
del artículo 13 de la Constitución Política, en virtud del principio de supremacía constitucional
consagrado en el artículo 4 de la misma Carta Política, surge la necesidad de realizar un
juicio integral de constitucionalidad teniendo en cuenta también el artículo 42 de la misma
Carta, por ser esta la norma que explícitamente prohíbe llevar a cabo cualquier
discriminación en razón del origen familiar al establecer que "los hijos habidos en el
matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia científica ".
4
Cuaderno 1, folio 43.
5
Cuaderno 1, folio 42.
que si bien estuvo ajustado en su momento, actualmente no tiene coherencia con los
principios constitucionales de la Carta Política de 1991.
En cuanto al artículo 1221 del Código Civil, señala que, aun cuando la intención del
legislador no fue reconocerle privilegios a los hijos legítimos sino el de señalar que en todo
caso resulta necesario que el testador exprese su voluntad de permitir que los descendientes
lo sustituyan en la sucesión, "esta jefatura no encuentra una justificación constitucional que
explique que se tenga que reafirmar que no por el hecho de que los descendientes sean
legítimos se entiende lo contrario, puesto que, en virtud de mandatos de orden superior, en el
ordenamiento jurídico colombiano no pueden existir tratamientos diferenciados entre los hijos
matrimoniales, extramatrimoniales y adoptivos " 6.
Por otro lado sostiene que, conforme con lo establecido en el artículo 1o de la Ley 29 de
1982, el cual otorgó "igualdad de derechos herenciales a los hijos legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos ", podría considerarse que el artículo 1221 fue derogado
tácitamente. Sin embargo, considera que la Corte debe emitir el respectivo pronunciamiento
de fondo declarando su inconstitucionalidad, toda vez que tal derogatoria no tiene lugar en el
caso de la citada norma por cuanto "la intención del artículo 1221 del Código Civil no fue
crear privilegios o excluir de ellos a una clase de hijos sino, como ya se mencionó, señalar
que en todo caso es necesario que el testador exprese su voluntad de permitir que los
descendientes del asignatario lo sustituyan en la sucesión ".
1. Competencia
2. Alcance de la demanda
2.2. En punto a los cargos formulados contra las citadas dos disposiciones, resalta la Corte
que en ellos coincide el fundamento argumentativo, cual es el de considerar, como se ha
dicho, que a través de los artículos 820 y 1221 del Código Civil, en las materias de que
tratan, se reconocen privilegios en favor de los hijos legítimos, con menoscabo para los
derechos civiles y sucesorales de los hijos que no ostentan tal condición.
2.3. En relación con la aludida acusación, todos los intervinientes y el Ministerio Público,
coinciden con el demandante en el sentido de solicitar a la Corte la declaratoria de
inexequibilidad de las expresiones acusadas, tras considerar que ellas crean un tratamiento
diferenciado e injustificado entre los distintos tipos de hijos, al tiempo que promueven una
discriminación causada por la implementación de un lenguaje que no está acorde con los
principios y valores constitucionales.
6
Cuaderno 1, folio 50.
2.5. En ese contexto, previo al planteamiento del problema jurídico que le corresponderá
resolver a la Corte en la presente causa, debe la Sala examinar si el artículo 1221 del Código
Civil se encuentra vigente o si, en su defecto, fue derogado por el artículo 10 de la Ley 29 de
1982. Ello, con el fin de determinar si este Tribunal es competente para pronunciarse de
fondo sobre la acusación formulada en contra.
3.1. Como ya fue señalado, el Ministerio Público le plantea a la Corte la existencia de una
posible derogatoria del artículo 1221 del Código Civil, por parte de la Ley 29 de 1982. Para
efectos de establecer si ello es así, resulta relevante referirse, de una parte, al contenido del
artículo acusado y al contexto en que se inscribe, y, de otra, al objetivo y ámbito de
aplicación de la Ley 29 de 1982.
3.2. El artículo 1221 se integra al Libro Tercero del Código Civil, que trata "de la Sucesión
por Causa de Muerte y de las Donaciones Entre Vivos”. Dentro de ello, la referida disposición
hace parte del Título IV, destinado al tema "De Las Asignaciones Testamentarias”. En ese
contexto orgánico-normativo, se ubica el Capítulo IX, "De Las Sustituciones", en el que la
norma en comento se ocupa de un fenómeno de la sustitución, cual es la sustitución de
descendiente. Dicha figura, la de la sustitución de descendiente, es regulada por la
mencionada disposición, en los siguientes términos: "Si el asignatario fuere descendiente
legítimo del testador, los descendientes legítimos del asignatario no por eso se entenderán
sustituidos a éste; salvo que el testador haya expresado voluntad contraria”.
3.3. Atendiendo a su contenido, encuentra la Corte que el artículo 1221 del Código Civil,
establece reglas jurídicas en materia sucesoral, y más específicamente en materia
testamentaria, en el contexto de las asignaciones que tienen origen en la voluntad del
causante. En general, la figura de la sustitución de asignatarios, está dirigida a establecer las
condiciones aplicables en el caso que una persona con una asignación sucesoral no la
acepte, o falte antes de que ésta le sea deferida. Conforme con ello, el objetivo de la norma
es establecer que se requiere que el testador haga expresa su voluntad para que los
descendientes del asignatario lo sustituyan, aun cuando se trate de descendientes legítimos,
con lo cual, lo que la misma dispone es que el solo hecho de tener la condición de
descendiente legítimo no le reconoce la calidad de asignatario sustituto.
3.4. Por su parte, la Ley 29 de 1982 "por la cual se otorga la igualdad de derechos
herenciales a los hijos legítimos, extramatrimoniales y adoptivos y se hacen los
correspondientes ajustes a los diversos órdenes hereditarios", adicionó un inciso al artículo
250 del Código Civil, señalando una clasificación de los hijos en legítimos,
extramatrimoniales y adoptivos, y definiendo que todos ellos tienen igualdad de derechos y
obligaciones. Conforme con ello, la referida ley, luego de llevar a cabo algunos ajustes en el
orden hereditario existente hasta ese momento, a través de su artículo 10, derogó
expresamente las normas del Código Civil que establecían un trato desigual en materia
sucesoral, disponiendo, además, que quedaban derogadas "las demás disposiciones que
fueren contrarias a la presente ley ".
3.5. Con base en dicha ley, la jurisprudencia constitucional, desde los primeros
pronunciamientos sobre la materia, en particular, a partir de la Sentencia C-047 de 1994,
entendió que la igualdad entre los hijos legítimos, extramatrimoniales y adoptivos no puede
conciliarse con norma alguna anterior, que establezca discriminación en contra de cualquiera
de estas clases de hijos. A partir de ello, la misma jurisprudencia entró a considerar que la
mencionada ley, además de derogar expresamente las normas del Código Civil que
establecían un trato desigual en materia sucesoral, en principio, derogaba tácitamente las
medidas de la legislación civil que habían fijado anteriormente diferencias de trato entre los
hijos matrimoniales o legítimos y los extramatrimoniales y adoptivos.
3.6. Sin embargo, este Tribunal también ha reconocido que la Ley 29 de 1982 no derogó
globalmente, es decir, en su conjunto o totalmente, la expresión "legítimos " contenida en las
diferentes disposiciones del estatuto civil, sino que, por el contrario, lo que hizo fue reafirmar
su existencia al indicar que los hijos son "legítimos, extramatrimoniales y adoptivos". Significa
lo anterior, que no toda referencia a los hijos "legítimos " contenida en el Código Civil fue
derogada por la Ley 29 de 1982.
3.7. Conforme con ello, la jurisprudencia ha planteado "que ante la existencia de dudas en
torno a la derogatoria tácita de una norma, sumado al uso de un lenguaje discriminatorio, se
habilita el pronunciamiento de fondo por parte de este Tribunal Constitucional"7. Tal posición
fue adoptada por la Corte, entre otras, en la Sentencia C-1026 de 2004, en la que declaró
inexequible la expresión "legítimos " contenida en el artículo 253 del Código Civil. También lo
hizo en la Sentencia C-404 de 2013, donde declaró inexequible la expresión "legítimos "
contenida en el artículo 288 del Código Civil. Y, recientemente, lo hizo la Corte en la
Sentencia C-451 de 2016, donde inexequible la expresión "legítimos " contenida en el
encabezado del Título XII - Libro I del Código Civil, y en el artículo 252 del mismo Código
Civil.
3.8. En el caso del artículo 1221 del Código Civil, no advierte la Corte que la Ley 29 de 1982
afecte su vigencia y, por tanto, el pronunciamiento de una decisión de fondo en la presente
causa. Inicialmente, porque el mismo no fue derogado expresamente por la citada ley. De
igual manera, por cuanto existen serias dudas acerca de la ocurrencia de una eventual
derogatoria tácita, pues, a partir de su contenido, en estricto sentido, la norma acusada no
consagra derechos en favor de los descendientes legítimos y en perjuicio de los demás hijos
que no tengan tal condición, sino una restricción expresa para los primeros en materia de
sustitución testamentaria, por lo que es posible considerar que la aludida disposición no fue
modificada por la Ley 29 de 1882, que regula lo relacionado con los derechos de los hijos,
siendo este aspecto el escenario natural que ampara la tesis de la presunta derogatoria
tácita.
3.9. En esos términos, procede el estudio de fondo del artículo 1221 del Código Civil.
4.3. Para resolver el anterior problema jurídico, la Corte abordará el tema relacionado con el
ámbito de protección de la institución familiar y la igualdad de trato para los hijos sin importar
su origen familiar, para luego, con base en los criterios jurisprudenciales y doctrinales fijados,
proceder al estudio de constitucionalidad de las disposiciones acusadas.
7
Sentencia C-451 de 2016, la cual reitera lo expreso en las sentencias C-320 de 1997, C-1026 de 2004, C-404 de 2013.
8. Sobre el punto se pueden consultar, entre otras, las Sentencias C271 de 2003 y C145 de 2010, entre otras
5.2. Conforme con ello, los artículos 5o y 42 de la Carta, al tiempo que le atribuyen a la
familia la dimensión de núcleo esencial de la sociedad, elevan a la categoría de principio
fundamental la protección que el Estado y la sociedad deben brindarle a la referida
institución. En plena correspondencia con tales mandatos, el mismo artículo 42 Superior
adopta un concepto amplio de familia, reconociendo como tal, no solo la originada por
vínculos jurídicos, es decir, la que surge de la decisión libre de contraer matrimonio, sino
también la conformada por vínculos naturales, esto es, la que surge de la voluntad
responsable de constituirla, otorgándoles a los distintos tipos de familia la misma protección e
iguales derechos y deberes (CP. art. 42, inc. 1o). Sobre este particular, la Corte ha destacado
que las distintas formas de conformar la familia, matrimonial y extramatrimonial, "no implica
discriminación alguna: significa únicamente que la propia Constitución ha reconocido el
diverso origen que puede tener la familia9".
5.3. Consecuente con las distintas formas de constituir familia, reiterando lo que ya había
sido previsto por el artículo 1 o de la Ley 29 de 1982, la Carta Política elevó a la categoría de
mandato constitucional expreso la igualdad entre todos los hijos, los habidos en el
matrimonio o fuera de él, y los adoptados o procreados naturalmente o con asistencia
científica, reconociéndoles idéntico trato jurídico en lo relativo a sus derechos y obligaciones.
Así lo prevé el inciso 6o del artículo 4210, al disponer que: "fijos hijos habidos en el
matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia científica,
tienen iguales derechos y deberes”.
5.4. Como lo ha reconocido esta Corporación, dicho mandato Superior, a su vez, representa
la culminación de un proceso de normalización de derechos que se inició con la Ley 45 de
1936, dirigido a eliminar la evidente discriminación histórica surgida entre los hijos por
motivos del nacimiento, y que se concretó, previo a la expedición de la Carta de 1991, con la
mencionada Ley 29 de 1982, la cual, en su artículo 1o, adicionó el artículo 250 del Código
Civil con el siguiente texto: "Los hijos son legítimos, extramatrimoniales y adoptivos y tendrán
iguales derechos y obligaciones ". De ese modo, hoy en día hay solamente hijos, sin hacer
referencia a categorías o tipificaciones discriminatorias, ya que la enunciación normativa de
matrimoniales o legítimos, extramatrimoniales y adoptivos, hace referencia, exclusivamente,
"a los modos de filiación de los hijos, sin que esto represente una diferenciación entre la
igualdad material de derechos y obligaciones que existe entre ellos" 11.
5.5. En punto a la referida enunciación, esta Corporación ha destacado que, bajo el nuevo
régimen constitucional, por hijos legítimos ha de entenderse los matrimoniales, es decir los
concebidos dentro del matrimonio12, precisando, además, que la ley civil, en los artículos 236
a 246, también reconoce esta calificación de hijos legítimos o matrimoniales, a los llamados
hijos "legitimados ", entendiendo por tal "los que fueron concebidos por fuera del matrimonio,
pero vienen a ser legítimos (matrimoniales) por el matrimonio que posteriormente contraen
sus padres"13. De igual manera, ha señalado este Tribunal que "[l]a referencia a los [hijos]
procreados 'con asistencia científica' es impropia, no obedece a un criterio jurídico, porque
los procreados en esta forma necesariamente serán legítimos, extramatrimoniales o
adoptivos"14.
5.6. Bajo tales presupuestos, a partir de una interpretación sistemática de los artículos 5 y 42
de la Carta Política, la jurisprudencia constitucional ha dejado en claro que la igualdad
propugnada por tales disposiciones en favor de la familia, independientemente del modo en
que la misma sea constituida, por vínculos naturales o por vínculos jurídicos, se extiende no
sólo al núcleo familiar como tal, sino también a cada uno de los miembros que lo componen,
incluyendo por supuesto a los hijos sin importar cual haya sido su origen. Dicha
interpretación, encuentra a su vez un claro fundamento de principio en el artículo 13
Superior, en cuanto el mismo dispone expresamente que todas las personas nacen libres e
iguales ante la ley y que el origen familiar no puede ser factor de discriminación.
9
C-595 de 1996.
10 En la Sentencia C-595 de 1996, la Corte precisó que "La referencia a los procreados 'con asistencia científica' es
impropia, no obedece a un criterio jurídico, porque los procreados en esta forma necesariamente serán legítimos,
extramatrimoniales o adoptivos".
" Sentencia C-404 de 2013. En el mismo sentido se pueden consultar las Sentencias C-156 de 1993, C-047 de 1994, C-595
de 1996, C-477 de 1999, C-145 de 2010, C-404 de 2013 y C-451 de 2016, entre otras.
12
Sentencias C-310 de 2004 y C-451 de 2016, entre otras..
13
Sentencia C-310de 2004.
14
Sentencia C-595 de 1996.
5.7. Por consiguiente, lo ha señalado de manera sostenida esta Corporación, el legislador no
puede expedir normas que consagren un trato diferenciado en cuanto a los derechos y
deberes de quienes ostentan la condición de cónyuge o de compañero permanente, como
tampoco entre los hijos matrimoniales o legítimos, extramatrimoniales o adoptivos,
entendiendo que son inconstitucionales aquellas regulaciones que establezcan
discriminaciones entre las personas por razón de su origen familiar. 15
5.8. Sobre este particular, la Corte expreso, en uno de sus primeros pronunciamientos que:
"[s]i la Constitución equiparó los derechos de la familia, sin parar mientes en su origen, y
reconoció también los mismos derechos a los hijos 'habidos en el matrimonio o fuera de él',
no puede la ley, ni mucho menos la Administración, mantener o favorecer diferencias que
consagren regímenes discriminatorios, porque ello significa el quebrantamiento ostensible de
la Carta al amparo de criterios éticos e históricos perfectamente superados e injustos" 16. Así
mismo, en pronunciamiento posterior, precisó que "el derecho a la igualdad en el marco de
las relaciones familiares tiene un impacto importante y definitivo, dirigido a garantizar que los
hijos no sean sometidos a tratos discriminatorios por razón de su origen familiar, es decir, por
su condición de hijos legítimos, extramatrimoniales y adoptivos".17
5.9. En relación con este último aspecto, la misma jurisprudencia ha aclarado que "la
igualdad de derechos y obligaciones entre los hijos legítimos, extramatrimoniales y adoptivos,
no termina en ellos: continúa en sus descendientes, sean éstos, a su vez, legítimos
extramatrimoniales o adoptivos"18. En ese sentido, la Corte afirmó que "así como antes la
desigualdad y la discriminación se transmitían de generación en generación, ahora la
igualdad pasa de una generación a la siguiente. Basta pensar en los sentimientos de los
hombres, para entender por qué la discriminación ejercida contra el hijo afecta a su padre,
como si se ejerciera contra él mismo" 19.
5.10. De esa manera, conforme a los criterios de igualdad a los que se ha hecho referencia,
este Tribunal ha llevado a cabo el control de constitucionalidad sobre ciertas disposiciones
legales, en particular del Código Civil, en las que se establecen reglas jurídicas de contenido
discriminatorio basado en el origen familiar. Concretamente, los pronunciamientos de la
Corte han tenido lugar en el contexto de "la discriminación sistemática a la que social y
legalmente se sometió, y aún se somete, en nuestro país a los hijos cuyo lazo filial no deriva
del vínculo jurídico del matrimonio de sus progenitores". De manera uniforme, las decisiones
adoptadas por la Corte sobre la materia, han partido de la base de considerar que el origen
familiar es un criterio de distinción constitucionalmente reprochable, y que los hijos,
independientemente de su origen filial (matrimoniales o legítimos, extramatrimoniales y
adoptivos), son titulares de los mismos derechos y obligaciones, razón por la cual no pueden
recibir, en esos aspectos, un tratamiento jurídico diferente. Tales criterios, fueron aplicados
por la Corte, entre otras, en las siguientes decisiones:
- Sentencia C-310 de 2004, donde la Corte declaró inexequible la expresión "trescientos días
", contenida en el inciso 2 del numeral 2 del artículo 248 del Código Civil, y la exequibilidad
condicionada de la expresión "aquellos en los (...) subsiguientes a la fecha en que tuvieron
interés actual y pudieron hacer valer su derecho ", contenida también en el inciso 2 del
numeral 2 del artículo 248 del Código Civil, en el entendido que será el mismo plazo de
sesenta días consagrado en este artículo y en el 221 del Código Civil.
15
Corte Constitucional. Sentencia C-477 de 1999.
16
Sentencia T-326 de 1993.
17
Sentencia C-145 de 2010.
18
Sentencia C-105 de 1994, reiterada, entre otras, en la Sentencia C-595 de 1996.
19
Sentencia C-105 de 1994.
- Sentencia C-1026 de 2004, donde la Corte declaró inexequible la expresión "legítimos"
contenida en el artículo 253 del Código Civil, en cuanto restringía los deberes de crianza y
educación a la filiación matrimonial, excluyendo por el origen familiar a los hijos cuyo lazo
filial era extramatrimonial o adoptivo.
- Sentencia C-204 de 2005, donde la Corte declaró inexequible la expresión "si viven juntos.
En caso contrario ejercerá tales derechos aquel de los padres que tenga a su cuidado el hijo
" contenida en el Art. 449 del Código Civil.
- Sentencia C-145 de 2010, donde la Corte declaró inexequible la expresión "cuando se trate
de hijos extramatrimoniales " contenida en el inciso 2o del numeral 1o del artículo 62 del
Código Civil.
- Sentencia C-451 de 2016, donde la Corte declaró inexequible la expresión "legítimos "
contenida en el encabezado del Título XII - Libro I del Código Civil, y en el artículo 252 del
mismo Código Civil.
6.2. Para entender el alcance de la Acusación formulada contra el artículo 820 del Código
Civil, es importante tener en cuenta las siguientes precisiones.
6.3. El Código Civil (C.C), en el Título VIII del Libro Segundo, que trata sobre los bienes y su
dominio, posesión, uso y goce, regula, a través de los artículos 794 a 822, la figura del
fideicomiso o fiducia civil, materia en la que se inscribe la perceptiva acusada. De acuerdo
con dichas normas, el fideicomiso o fiducia civil es una institución jurídica por medio de la
cual los bienes que son propiedad de una persona, natural o jurídica, pasan a pertenecer a
otra u otras, cuando se cumpla una condición fijada por el titular de los bienes. Así entendida,
la fiducia civil se constituye en una limitación a la propiedad, cuya característica principal es
que la propiedad fiduciaria se sujeta a una condición al estar sometida a la ocurrencia de un
hecho futuro e incierto, que de cumplirse obliga a la entrega de la cosa al beneficiario.
6.6. En cuanto a quien ostenta la calidad de propietario fiduciario, el estatuto civil le reconoce
una propiedad limitada, que radica, entonces, en la obligación de restituir el bien en caso de
que el fideicomisario cumpla la condición señalada en el acto de constitución de la propiedad
fiduciaria, de manera que, mientras el fideicomisario no cumpla la condición, el mismo
mantiene la disposición, el goce y la posesión del bien, con la única limitación de conservarlo
en su "integridad y valor", para restituirlo tan pronto se cumpla la condición establecida, salvo
en el caso de que en el fideicomiso se conceda al fiduciario el derecho a gozar de la
propiedad "a su arbitrio ", caso en el cual "no será responsable de ningún deterioro" al
momento de la entrega (C.C. arte. 813 a 819).
6.7. En relación con el fideicomisario, interesa a esta causa señalar que el artículo 798 del
Código Civil contempla la posibilidad de que el "fideicomisario pued[a] ser persona que al
tiempo de deferirse la propiedad fiduciaria no existe, pero se espera que exista ". Ello, bajo el
entendido que, en todo caso, el "fideicomiso supone siempre la condición expresa o tácita de
existir el fideicomisario o su sustituto, a la época de la condición " (C.C. art. 799).
6.8. Dentro de ese contexto, la norma demandada, el artículo 820 del Código Civil, regula lo
referente a la simple expectativa que tiene el fideicomisario sobre el fideicomiso, cuando aún
no se ha cumplido la condición impuesta. Al respecto, la preceptiva señala que "mientras
pende la condición" el fideicomisario "no tiene derecho ninguno sobre el fideicomiso, sino la
simple expectativa de adquirirlo ", precisando, sin embargo, que la única habilitación con la
que cuenta es la de "impetrar las providencias conservatorias que le convengan, si la
propiedad pareciera peligrar o deteriorarse en manos del fiduciario". En torno a este último
aspecto, la misma norma hace una aclaración adicional, sobre la que recae la presente
acusación, en el sentido de precisar que en el caso "del fideicomisario que todavía no existe
y cuya existencia se espera ", el derecho a impetrar tales providencias conservatorias se
encuentra en cabeza de sus "ascendientes legítimos”.
6.10. A sí entendido, a juicio de la Corte, el artículo 820 del Código Civil, en cuanto fija el
derecho a impetrar las providencias conservatorias en cabeza de los ascendientes "legítimos
", cuando se trata de fideicomisario que todavía no existe y cuya existencia se espera,
genera un trato discriminatorio por el origen familiar que se relaciona con el parentesco. Para
la Sala, en el contexto de la norma impugnada, la expresión "legítimos " guarda relación con
el parentesco que surge únicamente del matrimonio, en contraposición a los modos de
filiación que se generan por vínculos naturales o adoptivos y que, desde la perspectiva de la
comprensión histórica, se entendían inscritos en el concepto de parentesco "ilegítimo " hoy
repudiado y excluido por el derecho.
6.12. Conforme lo ha señalado esta Corporación, el criterio que durante largo tiempo imperó
en Colombia y que se proyectó sobre su ordenamiento jurídico, de entender la relación filial
como legítima e ilegítima, desconoce el mandato de igualdad propugnado por la Constitución
de 1991 en favor de la familia y de las diferentes formas de conformarla -por vínculos
naturales o por vínculos jurídicos-. Mandato de igualdad que, a su vez, se extiende en favor
de todos los hijos, sin importar cual haya sido su origen, esto es, a los habidos en el
matrimonio o fuera de él, y que implica reconocerles idéntico tratamiento jurídico en lo
relativo a sus derechos y obligaciones.
7.1. Tal y como surge del texto de la demanda, la acusación formulada contra el artículo
1221 del Código Civil, se estructura a partir del mismo cargo de inconstitucionalidad
presentado contra el artículo 820 del citado ordenamiento legal. Sobre esa base, el
demandante sostiene que las expresiones "legítimo " y "legítimos", contenidas en el referido
artículo 1221 del Código Civil, desconocen los artículos 13 y 42 de la Carta Política, en
cuanto que, al regular el tema relacionado con la sustitución de descendiente en el derecho
herencial, establecen un trato discriminatorio por el origen familiar de los hijos.
7.2. Una comprensión adecuada del mandato contenido en el artículo 1221 del Código Civil
puede partir del criterio hermenéutico de sede materiae; criterio en virtud del cual es posible
conocer el contenido primario de una norma a partir de su ubicación en la estructura del
ordenamiento legal al que pertenece. Para tal efecto, es preciso tener en cuenta que la
norma acusada se integra al Libro Tercero del Código Civil, que trata "de la Sucesión por
Causa de Muerte y de las Donaciones Entre Vivos". Dentro de ello, a su vez, la referida
disposición hace parte del Título IV, destinado al tema "De Las Asignaciones
Testamentarias". En ese contexto orgánico-normativo, es que se ubica el Capítulo IX, "De
Las Sustituciones ", en el que el artículo en comento regula un fenómeno de la sustitución,
cual es la sustitución de descendiente, en los siguientes términos: "Si el asignatario fuere
descendiente legítimo del testador, los descendientes legítimos del asignatario no por eso se
entenderán sustituidos a éste; salvo que el testador haya expresado voluntad contraria ".
7 . 3 . Lo anterior permite inferir que el artículo 1221 establece reglas jurídicas en materia de
sucesiones, y más específicamente en materia testamentaria, en el contexto de las
asignaciones que tienen origen en la voluntad del causante. En general, la figura de la
sustitución de asignatarios, está dirigida a establecer las condiciones aplicables en el caso
que una persona con una asignación sucesoral no la acepte, o falte antes de que ésta le sea
deferida.
7.4. Para entender con mayor precisión el alcance de lo arriba expresado, resulta importante
referirse a las nociones de asignatario y sustitución en el ámbito del derecho de sucesiones.
Al respecto, cabe anotar que la propia regulación civil entiende por asignatario a la persona o
personas llamadas a suceder al difunto (C.C. art. 10101). Los asignatarios, a su vez, pueden
serlo: (i) a título universal, entendiendo por tal los que suceden al causante en todos sus
derechos y obligaciones, o en una cuota parte de ellos, razón por la cual se denominan
herederos; o (ii) a título singular, en cuanto suceden al causante en una especie o cuerpo
cierto y no en sus obligaciones. Los asignatarios a título singular adquieren tal condición
únicamente mediante testamento, motivo por el cual reciben la denominación de legatarios
(C.C. arts. 1011 a 1014). En relación con esto último, debe precisarse que tanto los
herederos como los legatarios están habilitados para suceder en la sucesión testada. No
obstante, los legatarios no pueden suceder en la sucesión intestada (C.C. arts. 1040 y
siguientes).
7.6. Sobre esas bases, en particular, el artículo 1221 contiene una previsión sobre la
aplicación de la sustitución respecto de los descendientes legítimos del testador y de los
asignatarios, en el sentido de excluir la posibilidad de que la calidad de hijo legítimo de paso
a una sustitución por ministerio de la ley, en atención a esa específica condición, con lo cual,
de ocurrir así, se estaría desconociendo la naturaleza de la figura de la sustitución que es
esencialmente potestativa, y que, en consideración con la posibilidad de la sucesión testada
obedece a unas lógica de voluntariedad.
7.7. Esto es, que incluso en el contexto histórico en el que fue concebido el Código Civil, en
el que se establecían diferencias entre hijos legítimos e ilegítimos, lo cual a su vez era fuente
de ciertos privilegios sucesorales (entre otros) en favor de los primeros, a la luz del mandato
contenido en el artículo 1221 del Código Civil, ni siquiera los hijos legítimos podían acceder a
la sustitución en ausencia de una disposición expresa del testador. Y así lo establece la
mencionada norma jurídica, al consagrar que el hecho de ser descendientes legítimos de un
asignatario, que también es descendiente legítimo del testador, "no por eso se entenderán
sustituidos " al asignatario. En ese sentido, lo que la norma señala es que ni si quiera por el
hecho de ser legítimos, los descendientes del asignatario cuentan con el privilegio de
sustituirlo automáticamente.
7.10. Así las cosas, aun cuando las expresiones "legítimo" y "legítimos", contenidas en el
referido artículo 1221 del Código Civil, no están reconociendo privilegios en favor de los hijos
legítimos o matrimoniales, en el contexto histórico en el que fue concebida la medida, en el
que se entendía la relación filial como legítima e ilegítima, las mismas si mantienen la
existencia de una diferencia de trato basada en la discriminación por razón del origen familiar
de los hijos, que resulta a toda luces odiosa y contraria a los mandatos de igualdad previstos
en los artículos 13 y 42 de las Carta.
7.11. Si bien el propósito de la norma es que solo con la manifestación de voluntad del
testador los descendientes del asignatario puedan sustituirlo, bajo el actual esquema
constitucional, que propugna por la igualdad de los hijos independientemente de su filiación,
no existe justificación para que la misma reafirme que no por el hecho de que los
descendientes sean legítimos deba entenderse lo contrario, esto es, que los descendientes
legítimos del asignatario lo pueden sustituir automáticamente, sin que medie la voluntad del
testador.
7.12. De esa forma, la Corte estima que las expresiones "legítimo" y "legítimos", contenidas
en el referido artículo 1221 del Código Civil, en caso de permanecer formalmente en el
ordenamiento jurídico, generarían un efecto simbólico negativo en el uso literal del lenguaje
en la pauta hermenéutica, en cuanto proyectan una discriminación y estigmatización en
relación con los hijos cuya filiación no proviene del matrimonio de sus padres, y cuyo
parentesco ha sido calificado, equivocadamente, de ilegítimo.
7.13. En punto al efecto simbólico discriminatorio de las normas jurídicas, esta Corporación
ha señalado que "el lenguaje al no ser un instrumento neutral de comunicación, debe estar
acorde con los principios y valores constitucionales, sobre todo cuando refiere a las
situaciones jurídicas de inclusión o exclusión frente a ciertas prerrogativas o derechos, por lo
cual expresiones legales degradantes y discriminatorias atentan contra el principio de la
dignidad humana y el derecho a la igualdad" 21. Tal situación es la que precisamente tiene
lugar en el presente caso, pues, como ya se explicó, la restricción prevista para la sustitución
de asignatarios en favor de sus descendientes legítimos, si bien formalmente no tiene la
entidad de generar un trato discriminatorio por razones de filiación, no está dirigida a evitar la
diferenciación existente en el mismo código entre los hijos legítimos e ilegítimos.
7.14. Una vez más, reitera la Corte que, conforme a los principios, valores y derechos fijados
por la Constitución de 1991, en la actualidad no existen categorías, tipificaciones o clases de
hijos, pues la enunciación normativa de matrimoniales o legítimos, extramatrimoniales y
adoptivos, hace referencia, exclusivamente, a los modos de filiación, sin que ello pueda
representar una diferenciación entre la igualdad material de derechos y obligaciones que
existe entre ellos, o pueda ser utilizado como referente para perpetuar un trato histórico
discriminatorio entre ellos.
7.15. En ese orden de ideas, la Corte procederá a declarar inexequible las expresiones
"legítimo" y "legítimos", contenidas en el artículo 1221 del Código Civil, por desconocer los
artículos 13 y 42-6 de la Constitución Política, en cuanto promueven un efecto simbólico
negativo en el uso literal del lenguaje empleado en dicha norma, que mantiene la
discriminación para aquellos hijos cuyo lazo filial era identificado históricamente como
ilegítimo. A juicio de la Corte, la supresión de las citadas expresiones coadyuva al propósito
de evitar interpretaciones equívocas de la norma contrarias a la Constitución Política, sin que
ello implique alterar el contenido teleológico de la disposición en que se inscriben.
VIL DECISIÓN
21
Sentencia C-451 de 2016, reiterando lo dicho, entre otras, en las Sentencias C-224 de 2004, C-1088 de 2004, C-804 de
2006 y C-404 de 2013.
En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional de la República de Colombia, en nombre
del pueblo y por mandato de la Constitución,
RESUELVE