Distribucion de Los Seres Vivos

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El hábitat de las especies

En general, los seres vivos obtienen lo que necesitan del lugar donde habitan.
Los animales consiguen el alimento en el ámbito que los rodea, y allí también
se refugian para descansar y reproducirse. Además, cada especie en su hábitat
goza del clima propicio para desenvolverse con comodidad. Las plantas crecen
en los sitios donde el suelo tiene las características de las cuales cada una de
ellas depende para vivir, donde existe la cantidad de humedad y luz adecuadas
para crecer y alimentarse. Cada organismo pertenece a un hábitat determinado
al que nosotros lo asociamos inevitablemente. Cuando pensamos en un mono,
nos lo imaginamos en un sitio con árboles. Cuando pensamos en un avestruz,
nos viene la imagen de una planicie por donde pueda correr. Los animales y las
plantas tienen la capacidad de cambiar algunas de sus características con el fin
de adaptarse al medio en el que viven. Es muy frecuente, por ejemplo,
encontrar animales con mucho pelo en zonas de climas fríos.
Mecanismos de distribución de los seres vivos
En la medida en las que condiciones del hábitat son propicias, las especies se
reproducen y se expande el área en que se encuentran. Las plantas utilizan
diferentes estrategias para dispersar sus semillas a lugares distantes. Estos
mecanismos están combinados con la forma que utilizan para reproducirse. La
flora que se genera por la caída de semillas y frutos, o por sus raíces, a veces
ocupa el área cercana a la planta madre. Algunos árboles, en cambio,
desarrollan alrededor de sus semillas una pequeña lamina ovalada llamada
diáspora, que ayuda a que las semillas sean levantadas por el viento y
transportadas a grandes distancias. Los ríos también pueden ser medios de
transporte para las semillas. Las semillas de algunos vegetales están
recubiertas por abrojos, que se adhieren al pelo de los animales, quienes los
acarrean hacia donde vayan. Los animales, entonces, son también importantes
medios de transporte dispersores de semillas.
Los factores limitantes
Pero si las especies cuentan con todos esos mecanismos para expandirse,
¿por qué no existen ejemplares de cada especie en cada lugar del mundo?
¿Por qué la Tierra no está cubierta de sapos, cactus, palmeras o conejos? Lo
que ocurre es que en cada espacio geográfico existen factores que limitan el
desarrollo de algunas formas de vida.
El principal factor limitante es la competencia con otras vidas. Suele suceder
que distintas formas de vida tienen similares requerimientos. Las plantas
necesitan luz y agua. Los animales necesitan alimento. De tal forma que el
lugar que ocupa una especie está limitado por el que ocupa la otra.
Las condiciones del clima también limitan el desarrollo de ciertas especies. En
lugares muy fríos o extremadamente áridos, solo pueden desarrollarse algunas
especies. Otros factores limitantes para el desarrollo de las especies son la
presencia de sal en el suelo, las inundaciones, los incendios y los suelos
arenosos.
La distribución de los seres vivos se encuentra determinada por un conjunto de
factores:
Internos:
 Capacidad de propagación
 Amplitud ecológica
 Potencial evolutivo
Externos:
 Clima
 Suelo
 Relieve
 Factores bióticos y antrópicos
Las causas de la distribución de los seres vivos
La distribución actual de los seres vivos y en consecuencia, las características
del área de cada especie animal y vegetal, son el resultado de la influencia,
tanto pasada como presente, de factores internos, propios de los organismos, y
externos, propios de los medios en el que viven.
Factores internos
Cuando un taxón nuevo aparece en un punto cualquiera del globo, la extensión
de su área dependerá inicialmente de sus potencialidades intrínsecas,
relacionadas con su constitución genética, como su capacidad de propagación,
su amplitud ecológica o sus posibilidades evolutivas:
Capacidad de propagación
La expansión de una especie depende, en primer lugar, de su capacidad de
reproducción y de diseminación:
a. Capacidad de reproducción: Una especie particularmente fecunda no implica
un gran número de individuos sobre la superficie del globo. La capacidad de
reproducción no viene dada por la cantidad de descendencia que genera, sino
que depende de la longevidad de sus individuos, su capacidad de alcanzar un
desarrollo completo para generar más descendencia.
b. Capacidad de diseminación: O de desplazarse a distancias más o menos
importantes. La diseminación activa se da en organismos dotados de
locomoción. Corresponde al conjunto de sus desplazamientos habituales o de
mayor envergadura (migraciones). También puede darse diseminación activa
en plantas que proyectan las semillas a distancia (balsamináceas, Ecballium o
"pepinillo del diablo"), que originan rizomas subterráneos (helechos) o que dan
lugar a un nuevo individuo en las proximidades del progenitor por medio de
estolones aéreos, como las fresas. En la diseminación pasiva, hay un factor
externo que actúa como agente de transporte. Según sea este agente, se
distingue la anemocoría, o diseminación por el viento, la zoocoría, o dispersión
por los animales, la hidrocoría, o transporte por el agua y la antropocoría, o
diseminación, llevada a cabo por el hombre.
La amplitud ecológica
Cada especie puede vivir entre dos valores límite de cada uno de los diferentes
factores del medio (ej., especie vegetal que puede vivir entre los 12-25ºC).
Cuanto mayor es la diferencia entre esos límites, mayor la amplitud ecológica y
mayor posibilidad de extensión de su área de distribución. El área estará
poblada en general por individuos que presentarán caracteres morfológicos y
funcionales modelados por las condiciones locales. Estas adaptaciones reflejan
la plasticidad ecológica de una especie en el plano fenotípico (conjunto de
caracteres aparentes de un organismo) y ponen de manifiesto simplemente una
adaptación no hereditaria, reversible, de cada individuo a su hábitat.
El potencial evolutivo
Las aptitudes de un taxón para conquistar nuevos tipos de medio no se
mantienen inmutables desde su origen hasta su desaparición. Evolucionan
constantemente, puesto que la constitución genética de las poblaciones está
sujeta a variaciones en el curso del tiempo bajo el efecto de diversos
fenómenos. Tenemos así las mutaciones (modificaciones súbitas y
discontinuas que afectan a los genes o a los cromosomas) y las hibridaciones
(cruzamientos entre individuos con genotipos diferentes). El medio desempeña
un papel selectivo por eliminación de los genotipos menos adaptados del
conjunto de nuevas combinaciones genéticas así creadas. La combinación de
los dos mecanismos –variación genética y selección ecológica-, cuando es
seguido de un aislamiento de las poblaciones, conduce a la constitución de
tipos nuevos en armonía más estrecha con las condiciones locales. Así,
pueden aparecer, en el seno de una misma especie, distintos ecotipos,
poblaciones más o menos diferenciadas morfológicamente y adaptadas a
hábitats particulares.
A la inversa de lo que sucede con las adaptaciones fenotípicas, los caracteres
de los ecotipos son de naturaleza genotípica (genes reproducidos de manera
idéntica en todas sus células) y por tanto, hereditaria, y se mantienen cuando
los individuos son trasladados a un nuevo hábitat. Los ecotipos pueden ser
considerados como variedades o subespecies caso del enebro común
(Juniperus communis) y la subespecie enana (J.c. nana) que representa un
ecotipo climático de porte prostrado, que crece en el piso subalpino, o como
especies propiamente dichas cuando sus caracteres son muy marcados. Sería
el caso de la Gentiana kochiana de las montañas calcáreas y la G. clusii de las
cadenas graníticas, dos ecotipos edáficos de una misma especie inicial: G.
acaulis.
Gambuzzi, M. (2008). Geografía I: Ambientes y espacios, sociedades y naturaleza. Buenos
Aires, Editorial Maipue.

Furon, R. (1965). La Distribución de los Seres. Barcelona, Editorial Labor S.A.

http://biogeobasic.blogspot.com/2016/01/2.html

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