(S) Incumplimiento Promesa de Compraventa. No Admite La Accion Lesiva. Revoca. Niega
(S) Incumplimiento Promesa de Compraventa. No Admite La Accion Lesiva. Revoca. Niega
(S) Incumplimiento Promesa de Compraventa. No Admite La Accion Lesiva. Revoca. Niega
proceso. El contenido total y fiel de la decisión debe ser verificado en la Secretaría de esta Sala.
ANTECEDENTES
1
Por medio de apoderado judicial, pidió el demandante que se
declarara que el actor en su calidad de promitente comprador “… ha cumplido y está
dispuesto a cumplir …” las obligaciones surgidas del contrato de promesa de compraventa
que celebró el 12 de octubre de 2011 con el señor Rafael Armando Salazar Jaramillo en su
calidad de representante legal de Inversiones Salazar Pinillos S. en S. C., en relación con el
inmueble matriculado bajo el número 290-0015822, conocido como “El Camino Real”;
que, como consecuencia de ello, se le ordenara a la demandada firmar “… a más tardar en
los seis (6) días siguientes a la ejecutoria de la sentencia …” la escritura pública de
transferencia del inmueble y pagar la cláusula penal.
1
Ver hecho 12 de la demanda.
2
Fl. 62, c. 1
3
Fl. 85, c. 1
2
contestó para referirse a los hechos, oponerse a las pretensiones y formular como
excepciones de mérito las que nominó i) contrato no cumplido por parte del demandante, ii)
derecho para cobrar 30% de la sanción y la retención que le asiste a la demandada de los
valores recibidos como forma de pago, iii) nulidad de la promesa por causa de la
inexistencia, iv) alteración de la promesa de compraventa que la hace ineficaz, v) lesión
enorme, y v) compensación, basadas en el hecho de que el señor Muñoz Sánchez no
canceló el resto del dinero para que se perfeccionara el contrato por lo que el cobro de la
sanción es totalmente pertinente. Además, la alteración del documento respecto a la fecha
de la firma de la escritura hace nulo e ineficaz el contrato de promesa.
CONSIDERACIONES
4
Ver cuaderno No. 2.
5
Fls. 133 a 154, c. 1
6
Ver cuaderno No. 5.
3
1. Ningún reparo se tiene en relación con los presupuestos
necesarios para el desenvolvimiento adecuado del proceso; como tampoco se advierte la
incursión en causales de nulidad que puedan dar al traste con lo actuado.
4
debe determinarse “de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo sólo falte la
tradición de la cosa o las formalidades legales”.
La omisión o la incorrecta conformación de cualquiera de
los requisitos establecidos en la disposición en mención invalida la promesa, y por
contera acarrea la imposibilidad de demandar su cumplimiento o resolución, como
también la responsabilidad civil contractual que pretenda deducir una de las partes
con fuente en dicho vínculo jurídico. Dicho en breve: para deducir efecto alguno
de un determinado contrato de promesa debe examinarse en primer lugar su
validez, pues únicamente a partir de tal cotejo se pueden definir no sólo las
obligaciones que emanan de ese acto jurídico, sino también las consecuencias
jurídicas dimanantes de su incumplimiento. 7
Frente a tan especial exigencia, en tratándose de la
promesa de compraventa de un inmueble, que es lo que nos atañe, el contrato,
fuera de su determinación clara y precisa (nomenclatura y linderos, aun cuando
estos pueden aparecer en un documento anejo), también debe puntualizar la fecha
y lugar en los cuales se debe perfeccionar con la firma de la respectiva escritura
pública, pues con ello se le imprime seriedad al negocio jurídico, si bien dejar al
futuro la época de la suscripción del documento, sin poderla precisar de algún
modo, sería como trasladar a la voluntad de las partes dicho acto, lo que generaría
una manifiesta indeterminación, que es lo que quiere evitar la ley, pues, simple y
llanamente, es un acto preparatorio de otro futuro.
7
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia de 21 de junio de 2002,
expediente 7309, M.P. Silvio Fernando Trejos Bueno.
5
En el presente caso, contrario a lo que expone la jueza de
primer grado, el requisito del ordinal 3º relacionado con el “plazo o condición que fije la
época en que ha de celebrarse el contrato”, se encuentra satisfecho, pues allí se señala o
determina el momento cierto en que la promesa de contrato de compraventa debe
perfeccionarse; en efecto, en la cláusula “TERCERA” se dijo que “La escritura pública que
perfecciona el presente contrato y el gravamen de hipoteca por la suma restante será
otorgada por la sociedad Promitente Vendedora ante la Notaría Primera (01) del Círculo de
Pereira o en cualquier Notaría a elección de las partes a más tardar el día dieciocho de
octubre (corregido con 10 de noviembre) del año 2011, …”, cláusula que, en la forma
redactada, conduce a que la época en que debe celebrarse el contrato prometido se torne
determinada, pues se designó y delimitó en forma precisa que no era otra diferente al lapso
corrido entre el 11 de octubre (firma de la promesa de compraventa) y el 18 siguiente.
8
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil, sentencia de mato 13 de 2003,
expediente 6760, M.P. César Julio Valencia Copete.
6
trasciende los confines de una mera apariencia. Las tinieblas que con apoyo en ello
quisieran esparcirse disiparíanse con solo reparar en que el todo es que hay un límite
en que no es del resorte de las partes concurrir a la notaría cuando lo prefieran, porque
a la sazón ya es forzoso hacerlo, si es que desde luego no se quiere caer en
incumplimiento: trátase del último día del citado interregno. No en vano se valieron las
partes de la expresión "a más tardar", con el añadido "o antes".
7
No sobra señalar, en todo caso, que nada de extraño tendría
que la fecha se hubiera modificado, si se tiene en cuenta que en la cláusula segunda del
contrato ya se había indicado así, cuando se acordó que el segundo pago, de
$800’000.000,oo, se haría en el momento de suscribir la escritura pública de compraventa e
hipoteca, “prevista para más tardar el día 10 de noviembre de 2011”. Sea de ello lo que
fuere, en uno u otro caso, se insiste, la forma de pactar la fecha de celebración del contrato
prometido, no afecta de validez el acto, como tampoco la aludida alteración, pues lo que
hay que hallar es la verdadera voluntad de las partes, que con la escasa prueba aportada fue
difícil de descubrir en ese preciso aspecto, por lo que debe estarse al contenido del
documento, sin la aludida enmendadura, se repite.
8
b) Que el demandante, por su parte, haya cumplido los
deberes que le impone la convención, o cuando menos que se haya allanado a cumplirlos
en la forma y tiempo debidos.
c) Incumplimiento de las obligaciones que surgieron para el
demandado del contrato.
9
preciso que el contratante demandante haya cumplido por su parte las
obligaciones que el contrato bilateral le imponía o que está pronto a cumplirlas
en la forma y tiempo debidos, porque de otra manera el demandado no sería
moroso en virtud del principio, consagrado en el art. 1609 del C.C., que traduce
en fórmula positiva el aforismo de que “la mora purga la mora”. Y como dice
Alessandri Rodríguez, si el comprador tiene un plazo para pagar, y el vendedor
otro para entregar, y ambos dejan pasar sus plazos, ninguno de los dos está en
mora, porque la mora del uno purga la mora del otro”. 14”15
14
G.J. LX, 686; XC, 79.
15
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira. Sala de Decisión Civil Familia.
Sentencia del 23 de abril de 2009. MP Fernán Camilo Valencia López. Expediente 66001-
31-03-001-2007-00012-01
16
Folio 2 vto., c. 1
17
Folio 3, c. 1
18
El valor convenido por esta negociación fue la suma de $1.875.000.000,oo dinero que el
señor URIEL DARÍO MUÑOZ SÁNCHEZ se obligó pagar en tres contados, uno por
“200.000.000 en efectivo recibidos por el representante legal de la sociedad demandada, el
día que se firmó la correspondiente PROMESA DE COMPRAVENTA, …” ver folio 100
del cuaderno principal.
10
diciembre de 2011; la certificación de folio 7 del mismo cuaderno, indica que el proceso
ejecutivo con garantía real que se tramitaba ante el Juzgado Tercero Civil Municipal de
Cali, terminó por pago después del 28 de octubre de 2011, que fue la fecha en la que se
presentó una liquidación actualizada del crédito, luego de la cual se hizo saber del pago
total; por su parte, la terminación del proceso laboral surtido ante el Juzgado Tercero de esa
especialidad en Pereira, por la satisfacción del crédito, ocurrió el 13 de diciembre de 2011,
pues la entrega del dinero se produjo el 25 de octubre de ese año (f. 32 y 33, c. 1); los
pagos de $2.000.000,oo y $1.389.000,oo de reinstalación de servicios públicos de energía
y agua (f. 41 y 42, c. 1), se realizaron el 28 de octubre y 8 de noviembre, ambos de 2011,
en tanto que la comisión a Henry Aguirre Arias se le cubrió el 8 de noviembre del mismo
año (f. 37, c.1). Otros valores, como los de las costas procesales, se solucionaron el 23 de
noviembre de 2011 (f. 29, c. 1).
11
6. Corresponde, entonces, analizar la segunda petición
subsidiaria referente a la “resolución” del contrato por mutuo disenso. A decir verdad,
ningún planteamiento fáctico sobre el mismo se hizo en la demanda que permita entender
en qué consistió el abandono recíproco por parte de los contratantes, de las obligaciones
contraída, es decir, en qué se funda el ánimo de no ejecutar las prestaciones debidas por
cada una de ellas.
19
“Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”
20
“En los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de cumplir
lo pactado, mientras el otro no lo cumpla por su parte, o no se allana a cumplirlo en la
forma y tiempo debidos.”
12
lo que pregona el casacionista relativo a que el incumplimiento bilateral no impide
el ejercicio de la acción resolutoria, como parece sostenerlo el Tribunal, siempre
que del comportamiento de las partes pueda colegirse intención mutua de no
llevar adelante el contrato, ánimo tácito de desistirlo. En este último caso, como lo
ha sostenido la doctrina, para que pueda declararse desistido el contrato por el
mutuo disenso tácito requiérese que del comportamiento pueda naturalmente
deducirse que su implícito y recíproco querer es el de no ejecutar el contrato, el de
no llevarlo a cabo. No basta pues el recíproco incumplimiento, sino es menester
que los actos u omisiones en que consiste la inejecución sean expresivos, tácita o
expresamente, de voluntad conjunta o separada que apunte a desistir del
contrato, si el incumplimiento de uno tiene causa justificada en el otro, es decir, si
aquél condiciona con derecho su proceder no podría entenderse como propósito
de desistir del contrato.” 21
13
de rendir la prueba de aquella convención extintiva en cualquiera de las dos
modalidades en que puede ofrecerse, el acto jurídico primigenio se tenga por
desistido sin que haya lugar, desde luego, a resarcimiento de ninguna clase ya
que, como es bien sabido, este tipo de prestaciones indemnizatorias requieren de
la mora (artículo 1615 del Código Civil) y en el supuesto de incumplimiento
recíproco objeto de análisis, esa situación antijurídica no puede configurarse para
ninguno de los contratantes de conformidad con el artículo 1609 ibídem” (CSJ SC
de 7 de marzo de 2000, Rad. 5319, CSJ SC de 1° de diciembre de 1993, Rad
4022, CSJ SC de 17 de febrero de 2007, Rad. 0492-01, CSJ SC de 18 de
diciembre de 2009, Rad. 1996-09616-01 y CSJ SC de 28 de febrero de 2012,
Rad. 2007-00131-01)22.
Puestos estos conceptos frente a lo que ya se ha analizado en
torno al pretendido cumplimiento del contrato o su resolución subsidiaria por la
insatisfacción de las obligaciones por parte de la demanda, sumados al escueto relato
fáctico que en relación con esta segunda pretensión secundaria se planteó en el libelo, surge
nítida también su improsperidad.
22
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Sentencia SC15762-2014 del 14 de
noviembre de 2014, radicación 0800131030032007-00215-01, M.P. Fernando Giraldo
Gutiérrez
14
jurídicos pueden ser sometidos a ese escrutinio23. Así lo recordó la Corte Constitucional, al
analizar el artículo 1947 del C. Civil, en un pasaje en el que precisó24:
15
La promesa de contrato de compraventa, no puede, por
tanto, rescindirse, por lesión enorme, ya que, en verdad, no es posible establecer,
con fundamento en este negocio, los alcances prestacionales dimanados de la
promesa. En otras palabras: como la promesa no implica obligación de dar sino de
hacer, hay que excluir, aun por vía analógica, cualquier posibilidad de pretensión por
una supuesta lesión enorme. Si no hay venta, no se puede permitir la acción
rescisoria, por cuanto el criterio, de derecho estricto, excluye su formulación judicial.
Claro está que si la compraventa está precedida de una promesa, y se ofrece la
situación lesiva, al momento de la celebración del contrato, y en esas condiciones se
perfecciona, la acción es inobjetable, ya que el acto jurídico atacado es el de la
compraventa. Son, comprador o vendedor, lesionados, los que pueden intentar las
acciones de rigor.”27
DECISIÓN
Sin costas.
Notifíquese
Los Magistrados,
27
BONIVENTO FERNÁNDEZ, José Alejandro. Los Principales Contratos Civiles.
decimoctava edición. Librería Ediciones del Profesional Ltda. Bogotá. 2012.Pág. 105
16
JAIME ALBERTO SARAZA NARANJO
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