Sentencia de Amparo
Sentencia de Amparo
Sentencia de Amparo
EXPEDIENTE N° 01-0001
En fecha 15 de mayo de 2018, la ciudadana MARÍA JOSÉ MONTIEL FERNÁNDEZ, venezolana, mayor de
edad, titular de la Cédula de Identidad número 12.804.596, asistida debidamente por las abogadas Luisana del
Carmen Romero Montiel, Sorimar Scayrol Peralta Centeno y Miranda José Valbuena, inscritas en el Instituto de
Previsión Social del Abogado bajo los números 61.381, 96.435 y 5.489 respectivamente; interpusieron ante esta
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de conformidad con lo establecido en los artículos 26 y 27
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y los artículos 1, 2, 5 y 7 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, acción amparo constitucional contra el ciudadano ELIAS
JAUA MILANO en su carácter de Ministro del Poder Popular para la Educación, de acuerdo al Decreto N°
5.105, de fecha 08 de enero de 2018, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela
bajo el número 38.599; por la violación del derecho constitucional de obtener una oportuna y adecuada respuesta
a las peticiones realizadas, el cual se encuentra previsto en el artículo 51 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
El 22 de mayo de 2018, se dio cuenta en Sala y se designó como ponente al Magistrado doctor Jorge Alejandro
Machín Mezher quien, con tal carácter suscribe el presente fallo.
Realizado el estudio individual de las actas que conforman el expediente, esta Sala Constitucional pasa a decidir
previas las siguientes consideraciones:
I
FUNDAMENTOS DEL AMPARO
Que la ciudadana María José Montiel Fernández “envió el día 24 de abril de 2018, envió una comunicación
signada con el Nro. 364, dirigida a ELIAS JAUA MILANO, en su carácter de Ministro del Poder Popular para
la Educación” con la finalidad de denunciar el cobro obligatorio de unas matrículas escolares bajo la figura de
una supuesta colaboración y la falta respuesta institucional ante las necesidades básicas que carecen las escuelas,
así como para solicitar la apertura de una investigación y la adopción de las medidas administrativas necesarias a
los fines de solventar las situaciones que se denunciaron.
Que, al no haber habido respuesta por parte del Ministro ELIAS JAUA MILANO, se violentó el derecho
constitucional a obtener una oportuna y adecuada respuesta, consagrado en el artículo 51 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Que “no ha cesado la violación del derecho de petición, debido a que el Ministerio del Poder Popular para la
Educación, al momento de presentar el presente escrito no le ha dado respuesta alguna a nuestra representada
de la petición realizada en comunicación de fecha 24 de abril de 2018.” y que “esta violación al derecho de
petición no ha sido consentida ni expresa, ni tácitamente por nuestra representada, por cuanto al momento de
interponer el presente amparo no han transcurrido seis (6) meses desde la violación del derecho constitucional.”.
Que “en el presente caso, no existen vías judiciales o recursos ordinarios preexistentes contra dicha omisión,
que reparen el derecho constitucional violado (…) ya que actualmente la jurisprudencia nacional s conteste en
que el agotamiento previo de la vía administrativa no es un requisito para intentar la vía judicial, tal como lo
observamos en la sentencia del 09 de mayo de 2006, de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia…”
Que, “aunque el recurso de abstención o carencia procede en caso de obligaciones previstas en leyes, y no por
violaciones de derechos constitucionales, el dicho recurso no es un medio procesal, breve, sumario y eficaz para
restablecer el derecho constitucional”,
Por lo que, vistos los alegatos, procederá la Sala a pronunciarse en los siguientes términos:
II
DE LA COMPETENCIA
Previo a emitir el correspondiente pronunciamiento en torno a la admisibilidad de la presente acción, esta Sala
pasa a revisar su competencia para conocer del caso de autos, a cuyo efecto observa:
Mediante sentencia N° 01 dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia el 20 de enero de
2000 (caso: Emery Mata Millán), la cual es de carácter vinculante para todos los Tribunales de la República en
virtud de lo dispuesto en el artículo 335 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se
establecieron los parámetros para la distribución de la competencia en materia de amparo constitucional, y en tal
sentido, se dispuso en el punto 1 del capítulo titulado “Consideraciones Previas” lo siguiente:
Lo anterior concuerda con el criterio jurisprudencial mantenido hasta el momento, según el cual las acciones de
amparo que se interpongan contra altos funcionarios será conocida por esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia. Con lo cual, siendo que el presente amparo se incoa en contra del ministro ELIAS JAUA
MILANO, en su carácter de Ministro del Ministerio del Poder Popular para la Educación, y que el cargo de
“Ministro” es considerado un cargo de alta jerarquía, es decir, que le corresponde a los altos funcionarios, es que
esta Sala es competente para conocer.
No obstante, el criterio legal contenido en la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, es conteste con el criterio jurisprudencial, pues establece en su artículo 8 que:
“La Corte Suprema de Justicia conocerá, en única instancia y mediante aplicación de los
lapsos y formalidades previstos en la Ley, en la sala de competencia afín con el derecho o
garantía constitucionales violados o amenazados de violación, de las acciones de amparo
contra los hechos, actos y omisiones emanados del Presidente de la República, de los Ministros,
del Consejo Supremo Electoral y demás organismos electorales del país, del Fiscal General
de la República, del Procurador General de la República o del Contralor General de la
República.”
Con lo cual, siendo que la naturaleza del derecho violentado es de carácter constitucional y el mismo fue incoado
en contra de un Ministro, corresponde a esta Sala conocer del asunto.
En consecuencia, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia se declara competente para conocer
de la actual petición de tuición constitucional. Así se decide.
III
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Determinada la competencia de esta Sala para asumir el conocimiento del actual amparo constitucional, pasa a
pronunciarse en torno a la admisibilidad del mismo en los términos explanados a continuación:
Se desprende de la lectura emprendida a los autos, que la acción de amparo constitucional instada por la ciudadana
María José Montiel Fernández descansa única y exclusivamente sobre la base de la presunta violación del artículo
51 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Ello así, advierte esta Sala que el artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías
Constitucionales consagra las llamadas “causales de inadmisibilidad” de la pretensión constitucional de amparo,
las cuales vendrían a configurar una previsión del legislador para evitar que se tramite en vano un proceso de
tanta envergadura, y con características esenciales tan típicas (movilización inmediata del aparato jurisdiccional
del Estado, preferencia de tramitación sobre cualquier otro asunto, entre otros), por lo cual, deben ser analizadas
al momento de dilucidar la admisión de la pretensión, quedando a salvo la posibilidad de que en algún caso
específico, con características singulares, dichas causales de inadmisibilidad sólo puedan observarse al final de la
sustanciación del proceso.
En ese orden de ideas, el Juez Constitucional debe hacer un previo análisis, aplicado al caso concreto, del artículo
6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, junto con el estudio de la figura
típica de admisión del amparo prevista en los artículos 18 y 19 eiusdem, a los efectos de dar entrada a la pretensión
de amparo constitucional, para luego poder sustanciar y decidir dicho proceso.
Ello no obsta, sin embargo, para que en la sentencia definitiva pueda observarse alguna causal que no haya podido
ser determinada o evidenciada al momento de la admisión, en virtud del carácter de orden público de dichas
causales.
En lo que respecta al caso de marras, esta Sala observa que la accionante interpuso pretensión de amparo
constitucional contra el ciudado ELIAS JAUA MILANO en su carácter de Ministro del Ministerio del Poder
Popular para la Educación, con el objeto de que se pronuncie sobre la comunicación que se le realizó en fecha 24
de abril de 2018.
Ahora bien, es preciso destacar que el amparo constitucional constituye un medio procesal adicional a los medios
judiciales ordinarios y especialísimo, destinado a proteger de manera inmediata y expedita los derechos y
garantías que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra en pro de los justiciables,
teniendo por objeto el restablecimiento de tales derechos o prevenir que éstos sean vulnerados, respecto a lo cual
la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 13 de agosto de 2001 (caso: Gloria
América Rangél Ramos), estableció:
a) Una vez que los medios judiciales ordinarios han sido agotados y la situación jurídico
constitucional no ha sido satisfecha; o
b) Ante la evidencia de que el uso de los medios judiciales ordinarios, en el caso concreto y
en virtud de su urgencia, no dará satisfacción a la pretensión deducida.
La disposición del literal a), es bueno insistir, apunta a la comprensión de que el ejercicio de
la tutela constitucional por parte de todos los jueces de la República, a través de cualquiera de
los canales procesales dispuestos por el ordenamiento jurídico, es una característica inmanente
al sistema judicial venezolano; por lo que, en consecuencia, ante la interposición de una acción
de amparo constitucional, los tribunales deberán revisar si fue agotada la vía ordinaria o
fueron ejercidos los recursos, que de no constar tales circunstancias, la consecuencia será la
inadmisión de la acción, sin entrar a analizar la idoneidad del medio procedente, pues el
carácter tuitivo que la Constitución atribuye a las vías procesales ordinarias les impone el
deber de conservar o restablecerse el goce de los derechos fundamentales, por lo que bastaría
con señalar que la vía existe y que su agotamiento previo es un presupuesto procesal a la
admisibilidad de la acción de amparo (…)”.
Tal interpretación es recogida en la sentencia dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
el 23 de noviembre de 2001 (caso: Parabólicas Service´s Maracay), en la cual señaló lo siguiente:
(…) En otras palabras, la acción de amparo es inadmisible cuando el agraviado haya optado
por recurrir a vías ordinarias o hecho uso de los medios judiciales preexistentes; por
argumento a contrario es admisible, entonces, si el agraviado alega injuria constitucional, en
cuyo caso el juez debe acogerse al procedimiento y a los lapsos establecidos en los artículos
23, 24 y 26 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, a fin
de ordenar la suspensión provisional de los efectos del acto cuestionado. Ahora bien, para que
el artículo 6.5 no sea inconsistente es necesario, no sólo admitir el amparo en caso de injuria
inconstitucional, aún en el supuesto de que el agraviado haya optado por la jurisdicción
ordinaria, sino, también, inadmitirlo si éste pudo disponer de recursos ordinarios que no
ejerció previamente. De otro modo, la antinomia interna de dicho artículo autorizaría al juez
a resolver el conflicto de acuerdo con las técnicas integrativas de que dispone el intérprete
(…)”.
En este orden de ideas, notamos que la jurisprudencia de este Tribunal Supremo de Justicia ha sido clara al
establecer que para que proceda la admisión de una pretensión de amparo constitucional es necesario que no se
dispongan de medios ordinarios para restablecer la situación jurídica infringida, de manera pues que si el
accionante de un amparo constitucional cuenta con mecanismos legales ordinarios para poder solventar su
situación, éste deberá acudir a ellos en primer término y, en caso de no poder con ellos resolver su situación por
algún justo motivo, podrá intentar válidamente la pretensión de amparo.
Sin embargo, observa la Sala que la accionante afirmó en su escrito de Amparo constitucional que no contaba de
otros medios jurídicos para resolver la situación jurídica infringida, pues “el recurso por abstención o carencia
procede en el caos de obligaciones previstas en leyes, y no por violaciones de derechos constitucionales”, y, en
consecuencia lo procedente era intentar la pretensión de amparo constitucional.
Sobre esto, Mediante sentencia de fecha 06 de abril de 2004, con ponencia del Magistrado Pedro Rafael Rondón
Haaz, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia estableció que el recurso de abstención o carencia
procede ante supuestos de incumplimiento de obligaciones genéricas de la Administración, modificando así el
criterio fijado por la Sala Político Administrativa a partir de la sentencia del 28-5-1985 (Caso Eusebio Igor
Vizcaya Paz), conforme al cual ese recurso sólo procedía ante supuestos de incumplimiento de obligaciones
específicas de actuar de la Administración. A los efectos, dicha sentencia lo expone en los siguientes términos:
Con lo cual, según el criterio de esta Sala, ante un silencio administrativo, a diferencia de la manera en que se
llevó a cabo durante varios años, previos a la modificación del criterio con la sentencia citada previamente, lo que
procede es el recurso por abstención o carencia y no un la pretensión de amparo constitucional. Es por lo que, en
el caso en concreto, el Ministro de Educación al no haber dado la respuesta en el tiempo oportuno incurrió en lo
que la doctrina denomina como silencio administrativo y que, según la jurisprudencia venezolana, es una
violación al cumplimiento de las obligaciones con las que deben cumplir los órganos de la Administración
Pública, por lo que era jurídicamente procedente el intento del recurso por abstención o carencia para lograr
obtener la respuesta debida de la Administración.
Por tanto, yerra la accionante al afirmar que no existían medios ordinarios para solventar la situación jurídica
infringida, pues con el recurso de abstención o carencia se persigue la actuación de la Administración Pública
conforme a las obligaciones que tiene por ley, las cuales, como ya se ha mencionado, se extienden a las genéricas
dentro de las que encontramos la obligación de dar oportuna y adecuada respuesta.
Por otro lado, la accionante alega en su escrito de amparo constitucional que el agotamiento de la vía
administrativa, conforme con los criterios jurisprudenciales vigentes en Venezuela, no es de carácter obligatorio
y que, por tanto, no incurre en una causal de inadmisibilidad por no haber intentado el recurso por abstención o
carencia. Sin embargo, esta Sala se ve en la penosa necesidad de tener que recordad que el recurso por abstención
o carencia, consagrado en la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa no pertenece a la gama
de los recursos administrativos, sino que, por el contrario, constituyen una forma de actuación judicial con la que
se intenta constreñir a la Administración a que actúe conforme a lo previsto en la Ley. Es, por tanto que el
argumento de la accionante carece de toda validez jurídica en el caso en concreto.
Aunado a esto, el artículo 5 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales es muy
claro cuando establece que el amparo procede contra las abstenciones o carencias cuando no exista un medio
procesal breve, sumario y eficaz acorde con la protección constitucional. Con lo cual, siendo que sí existe un
mecanismo procesal breve capaz de garantizar la protección de los derechos constitucionales, el cual es el recurso
por abstención o carencia, esta Sala considera que debió haber sido agotado el mismo antes de ejercerse la acción
de amparo constitucional.
En razón de los argumentos anteriormente explanados, concluye esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia que, siendo que existe el recurso por abstención o carencia que funge como mecanismo procesal idóneo
y ordinario para salvaguardar el derecho constitucional de petición, consagrado en el artículo 51 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, y el mismo no fue agotado, la pretensión amparo constitucional es
inadmisible. Así se decide.
IV
DECISIÓN
Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, declara:
1.- Su COMPETENCIA para conocer de la acción de amparo constitucional incoada por la ciudadana María
José Montiel Fernández, identificada al inicio, en contra del Ministro del Poder Popular para la Educación Elías
Jaua Milano.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en
Caracas, a los 06 días del mes de junio de dos mil dieciocho. Años: 207º de la Independencia y 158º de la
Federación.
El Presidente,
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
El Vicepresidente,
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
Exp. 01-0001
MTDP/