Gianotti Patrimonio y Multivocalidad PDF
Gianotti Patrimonio y Multivocalidad PDF
Gianotti Patrimonio y Multivocalidad PDF
Patrimonio y Multivocalidad
Teoría, práctica y experiencias
en torno a la construcción del conocimiento
en Patrimonio
La publicación de este libro fue realizada con el apoyo
de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (csic) de la Universidad de la República.
Ediciones Universitarias,
Unidad de Comunicación de la Universidad de la República (ucur)
isbn: 978-9974-0-1329-2
Contenido
Roberto Markarian
Rector de la Universidad de la República
Mayo, 2015
8 Universidad de la República
Agradecimientos
12 Universidad de la República
presente, una suerte de «extrañamiento hacia la propia cotidianeidad»; ese fenó-
meno que tan bien describe Lowenthal (1985) cuando señala que «el pasado es
un país extranjero».
En la misma línea, Valera (capítulo 4) nos ilustra el caso de la arqueología
portuguesa, señalando que el crecimiento acelerado e inmaduro de la disciplina
—de la mano del auge de los estudios de impacto— motivaron un descuido de
las acciones de divulgación y puesta en valor del patrimonio, lo que originó un
alto desconocimiento respecto de los resultados obtenidos y un escaso enraiza-
miento social y cultural de la arqueología en dicho país. Con el objeto de subsanar
esta importante falencia se idearon proyectos interdisciplinarios para el estudio
de contextos arqueológicos que se complementa con la elaboración y puesta en
marcha de un modelo de divulgación y de una evaluación económica, realizada de
manera conjunta con los principales grupos de interés locales y regionales.
La puesta en marcha de proyectos de trascendencia internacional como es
el caso de Altamira en España (capítulo 1), Perdigões en Portugal (capítulo 4) y
la Ciudad Sagrada de Caral en Perú (capítulo 5), nos ilustran sobre la potencia-
lidad de los sitios arqueológicos para las comunidades, tanto desde el punto de
vista económico como de reforzamiento de su identidad. No obstante, se trata
de una potencialidad que requiere ser reglada, encauzada, orientada y mediada
por una gestión cultural eficaz, participativa y democrática que garantice un
desarrollo sustentable desde el punto de social, ambiental y económico.
El área protegida de la Laguna de Rocha (asignada como Paisaje Protegido
en 2010) es abordada en los capítulos 9 a 12 desde diferentes perspectivas.
Vitancurt (capítulo 9) explica el proceso de gestión participativa llevada a cabo
con la comunidad de pescadores permanentes de la laguna y su desarrollo y
evolución a través del tiempo hasta la creación de una comisión asesora, inte-
grada por los diferentes grupos de interés. Ello es luego complementado por
Rodríguez Gallego y Nin (capítulo 11) quienes explican los cambios introdu-
cidos a partir del año 2010 en materia de gobernanza y co-manejo del área y
la valoración del rol de las comunidades locales en el mantenimiento de la bio-
diversidad. Asimismo presentan la metodología empleada para la elaboración
del plan de manejo del paisaje protegido de Laguna de Rocha. Como señala
Lagos Miranda (capítulo 10), esta laguna constituye un «sistema socioecológico
complejo» en el que el concepto de «patrimonio costero» conjuga elementos del
patrimonio natural, cultural, tangible e intangible, siendo la «cultura de la pesca»
(y las comunidades que la practican), dos aspectos clave a considerar.
A partir de la experiencia de varias décadas de trabajo en el área, Vitacurt
señala cuatro pilares para la gestión participativa, que si bien parecen cuestiones
de sentido común, solo la práctica permite comprenderlos en toda su magnitud:
construcción de confianza; continuidad en el tiempo; gradualidad en los procesos
de participación y adaptación, es decir aprender y revisar. Esta gestión se apoya,
además, en un proyecto de investigación- acción-participativa que adopta una
perspectiva antropológica etnográfica (ver Lagos Miranda, capítulo 10), que
1 Vanni Blengino explica la metáfora del desierto para la elite política e intelectual a propósito
de la denominada «conquista del desierto» en la Patagonia argentina: «[…] se volvía desierto
cuando se advertía en ella la presencia del indio. Seres vivientes, hombres, indios connotaban
un territorio como desierto, sin vida. No se trata de un mundo en devenir, sino de un mundo
que está por ser sustituido o transformado por la civilización hasta volverse irreconocible»
(Blengino, 2005: 125). Lo notable es que esa visión ha perdurado en el tiempo y permanece
vigente, al menos en algunos sectores de poder.
14 Universidad de la República
Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) (Brasil) para que participaran en
debates respecto de la valoración del patrimonio, «promoviendo el surgimiento
de consonancias y disonancias». Estos debates, lejos de quedar en el plan discur-
sivo, se volcaron a la práctica a través del desarrollo conjunto de productos, tales
como comics y juegos de mesa. Esta experiencia ilustra una interesante moda-
lidad de «aprender haciendo» y fundamentalmente presenta una experiencia de
intercambio «entre la academia y aquellos que están fuera de ella».
El patrimonio aparece vinculado indiscutiblemente con la memoria y la
identidad a lo largo de este volumen (y en donde sea) pero también como un
«campo en transformación», relacionado con otras nociones como las de ciuda-
danía, democracia, participación, desarrollo sustentable, viabilidad, solidaridad,
responsabilidad social y profesional. Ello plantea la necesidad de rever «cues-
tiones metodológicas derivadas de concepciones teóricas y más específicamen-
te ideológicas», comenta Royer (capítulo 3). Por su parte, Valera (capítulo 4)
propone el concepto de «arqueología en construcción» basada en una actitud
del investigador que es, a la vez, reflexiva y sensible a las disputas de las di-
ferentes corrientes teóricas, por un lado y rupturista, por otro, respecto del
distanciamiento tradicional entre la etapa de producción científica y el público,
enfatizando la necesidad de articular la divulgación con el propio proceso de
producción de conocimiento.
Una cuestión recurrente es el énfasis en la necesidad de no dejar de lado las
distintas dimensiones de la subjetividad, es decir, las múltiples maneras de perci-
bir, apropiarse y usar el patrimonio, aun entre individuos de una misma cultura.
Ello nos obliga a renunciar a cualquier intento de adoptar visiones simplistas o
reduccionistas respecto de sus posibles posicionamientos frente a una situación
particular. Por el contrario, adoptar una actitud multivocal es mucho más que
escuchar; implica ir al encuentro, generar empatía, construir un diálogo, ponerse
en el lugar del otro y llevarlo a la acción de manera conjunta.
A propósito del caso de los Rankülches del centro de Argentina, Curtoni
(capítulo 8) señala además, que la interacción entre actores en una experiencia
multivocal conlleva «la impronta geo-cronopolítica de su emergencia y de la
concurrencia de intereses», por la cual las voces, lejos de surgir en un plano de
igualdad, están atravesadas por «condiciones corpopolíticas de producción de
saberes». En este sentido, enfatiza que un proyecto multivocal, como ámbito
diferente de generación de saberes implica un descentramiento epistemológico-
político que necesariamente «subvierte algunos principios y cánones de la cien-
cia moderna occidental (disciplinaria) y concuerda con la concurrencia de otras
formas del conocer diferente». Para este autor las definiciones potenciales de los
patrimonios deberían sustentarse en bases posdisciplinares, en las cuales la dis-
ciplina deja su lugar hegemónico y «lo que prima es el contexto social situado»,
del que surgen «prácticas relacionales significativas».
La multivocalidad, en consecuencia, se presenta como un enfoque, una me-
todología y una práctica situada en un contexto social; inclusiva, abierta y con la
Bibliografía
Ayán-Vila, X. y González-Ruibal, G. 2014. «Public» and Archaeology, Encyclopedia of
Global Archaeology, C. Smith (ed.), pp. 6197-6202, Springer Science & Business
Media, Nueva York.
Blengino, V. 2005. La zanja de la Patagonia. Los nuevos conquistadores, militares, científicos,
sacerdotes y escritores, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.
Lowenthal, D. 1985. The Past is a Foreign Country, Cambridge University Press, Cambridge.
16 Universidad de la República
Capítulo 1
David Barreiro
Las cosas, que resisten un poco,
acaban por morir. Son frágiles. Son insustituibles.
Son —tarde o temprano— irreparables.
En este sentido, nuestra condición
tantas veces negada de sujetos
(de razón o de derechos) no debe hacernos olvidar
que los seres humanos somos también cosas,
como los vasos y el papel;
es decir, objetos de cuidados.
Santiago Alba Rico, «Adiós a las cosas»
(Revista Ecologista, 76, 2013).
18 Universidad de la República
y sonoras, en resultados de investigación para especialistas y en mensajes para
una amplia audiencia, en imágenes para la recreación y para la reproducción a
escala industrial, en iconos publicitarios (figura 2) y en manuales para escolares.
Indagar en la multiplicidad y polisemia de Altamira nos ha llevado a repen-
sar conceptos tan arraigados en nuestra trayectoria de investigación como el de
«cadena de valor» (formulado por vez primera en Criado, 1996; actualizado en
Barreiro, 2013).
Figura 2. Las ilustraciones del Abate Breuil
inspiraron el logotipo de una conocida marca de cigarrillos
Fuente: <www.todocoleccion.net>
20 Universidad de la República
La dialéctica no considera los productos como algo fijo, ni las configuraciones
y los objetos, o sea, todo el conjunto del mundo material cosificado, como
algo originario e independiente; del mismo modo tampoco considera así el
mundo de las representaciones y del pensamiento común, ni los acepta bajo
su aspecto inmediato, sino que los somete a un examen en el cual las formas
cosificadas del mundo objetivo e ideal se diluyen, pierden su fijeza, su natura-
leza y su pretendida originariedad, para mostrarse como fenómenos derivados
y mediatos, como sedimentos y productos de la praxis social de la humanidad
(Kosik, 1967).
En toda cultura y todo tiempo han funcionado, y funcionarán, instancias
básicas de relación con el mundo (memoria, sentido de lugar, identidad, creencia,
creatividad) que están en la base de lo que es el patrimonio, pero que no son con-
dición suficiente para serlo. Los productos de esa praxis social de la humanidad,
en términos históricos, son patrimonio potencial, pero hace falta, en primer lugar,
reflexividad (la reflexividad que aporta la Modernidad; por eso el patrimonio
es una creación moderna, con todas sus consecuencias y connotaciones) para
que esos productos sean apreciados y apropiados (pensados) como patrimonio
(la figura 3, San Pedro del Vaticano, plantea un ejemplo de la modernidad de los
procesos de patrimonialización: ¿cuántos de sus visitantes relacionan una obra tan
imponente con el martirio del Santo?). Si no, estaríamos hablando de cosas más
amplias y abstractas como memoria, historia o cultura. En algún momento habrá
que frenar la expansividad del concepto «patrimonio cultural».
Figura 3. San Pedro del Vaticano, en ejemplo de la modernidad
de los procesos de patrimonialización
Interdisciplina
Partimos, también, de la premisa de que lo patrimonial es un campo (en el
sentido que le da Bourdieu, 1980), algo que se presenta con todas las apariencias
de un universo autónomo y coherente y que, a pesar de ser el producto del actuar
histórico, tiene sus propias leyes trascendentes a las voluntades individuales. Con
esta idea parece que no hay otra estrategia que la integración.
Una aproximación a manifestaciones específicas del fenómeno patrimonial
se puede plantear desde disciplinas también específicas, que pueden trabajar de
forma agregada (estrategia multidisciplinaria: los biólogos estudian la población
de roedores de la cueva de Altamira y los químicos los niveles de dióxido de
carbono).
22 Universidad de la República
Una estrategia interdisciplinaria permite generar determinados conoci-
mientos que son el resultado de la combinación de diferentes disciplinas, no de
su simple agregación (la colaboración de biólogos y químicos ofrece datos sobre
la relación directa entre la población de roedores y los niveles de co2).
Pero si queremos saber qué significa, en términos patrimoniales, el hecho
de que en la cueva de Altamira haya ratones, necesitamos una estrategia trans-
disciplinaria: un conocimiento que nos lleve más allá del propio conocimiento
que estamos generando, incluso hacia la producción de otras cosas que el cono-
cimiento. ¿Le importa a la gente este hecho? ¿Cambia la percepción de la cueva
por el hecho de que haya ratones?
En realidad, esto nos conduce a la cuestión de qué podemos contar sobre
determinadas entidades (¿solo el conocimiento que nos aporta su estudio?), qué
podemos hacer (¿solo estudiarlas y protegerlas?) y desde dónde (¿solo desde la
actividad científica y el conocimiento experto?). ¿No hay otras cosas interesantes
que sentir, experimentar, percibir, aprender o aplicar que conocimiento? ¿No
implica la producción de patrimonio la emergencia de valores de todo tipo ade-
más de valores cognitivos?
En primer lugar, desde nuestro punto de vista, y así hemos planteado el tra-
bajo en Altamira, entender un fenómeno patrimonial implica trabajar con la gente,
que es la que convierte esa entidad en fenómeno. Pero hay formas variadas de es-
tudiar a la gente: la sociología, la antropología y la historia son tres grandes ramas
o campos disciplinares (pese a las diferencias nominales entre unos países y otros)
a las que nosotros hemos acudido para diseñar nuestra estrategia de investigación.
Desde cada uno de esos enfoques intentamos abarcar distintas dimensiones del
valor que se produce y reproduce en la producción de patrimonio.
Este proceso se articula en una serie de fases lógicas (la mencionada «cadena
de valor del patrimonio»). La cadena de valor la constituyen las fases de identi-
ficación, documentación, significación, evaluación, conservación, circulación y
recepción; a grandes rasgos, estos momentos lógicos se corresponden con tres
fases de la producción patrimonial: producción, gestión y socialización.
Sin embargo, este modelo se diseñó pensando en el trabajo científico. De
hecho, la fase final de la cadena concierne a la puesta en valor del conocimiento
generado. Esto no invalida el modelo, pero 1) lo limita a rastrear la producción
y diseminación de valor cognitivo en el proceso de producción de patrimonio
porque 2) no tiene en cuenta el carácter no científico del hecho patrimonial en
su génesis (es decir, se parte de la premisa de que la producción de valor patri-
monial se origina en la actividad científica).
El segundo punto lo analizaremos en el apartado siguiente (multivocalidad).
Respecto al punto 1, debemos considerar que el valor cognitivo del patrimonio
viene dado por una inversión de trabajo y recursos, que posibilitan que una en-
tidad dada (independientemente de que sea patrimonio o no) nos proporcione
información y conocimiento sobre ella misma y su contexto. Por lo tanto, es-
taríamos hablando ya de un proceso de valorización (objetivación de valor), no
24 Universidad de la República
axiológico, además de significar esta diversidad de enfoques científicos para ac-
ceder a un conocimiento plural, ¿no significa también (ya parece bastante claro
a estas alturas) que hay una pluralidad de agentes implicados en la producción
de patrimonio?
Multivocalidad
La realidad humana es modelizable en términos de objeto y sujeto, más allá
de la filosofía de la conciencia y sus limitaciones (esta es una tercera razón para
optar por la dialéctica). Mucho más complejo es modelizar la realidad humana en
términos poshumanos o posmodernos. Un modelo es reduccionista por definición,
pero cualquier discurso sobre cualquier cosa es reduccionista, dado que el lenguaje
es el límite. Todo esto significa, en nuestra opinión, que la realidad patrimonial,
aunque es dinámica y no es reductible (como cualquier realidad), sí es modelizable
y teorizable (como praxis social). Se trata, entonces, de una convención; y, puestos
a elegir una convención, elijamos una que se adapte a cómo nosotros analizamos e
interpretamos la realidad, que es una realidad de objetos y sujetos.
Los valores que se producen en un fenómeno patrimonial se objetivan en
entidades (una pintura, una danza), y se subjetivan en agentes (quien ejecuta la
pintura o la danza y quien la aprecia). Los propios actos de un agente pueden
ser objetivados como entidades (la danza), pero las entidades no tienen agencia
por sí mismas: cuando un sujeto incorpora valores a través de una entidad o
manifestación patrimonial lo hace como agente (espectador, participante) y por
origen (el bailarín, la pintora) o mediación de una agencia (la guía del museo, la
profesora, la restauradora, etcétera). Por lo tanto, las entidades patrimoniales no
se pueden subjetivar: solo se subjetivan (incorporan) los valores que se transfie-
ren a través de ellas. Para nuestro análisis, el patrimonio no sería un sujeto (ni
mucho menos un sujeto en términos del actor-red de Latour), a pesar de la vida,
que ronda constantemente Altamira.
Un sujeto puede valorar una entidad dada como patrimonio, pero esto es un
acto individual. Una voz no es nada si no hay un sujeto que la escuche. Por tanto,
no hay apropiación colectiva del patrimonio si no hay un sujeto que se lo apropie
y que socialice dicho acto. No basta con que lo comunique, el mensaje tiene que
activar una apropiación colectiva. Ahí ya estamos hablando de multivocalidad.
Y estamos hablando de legitimidades, porque ese sujeto inicial bien pudiera ser
la voz cantante, un «discurso patrimonial autorizado» (seguimos a Smith, 2006 y
2011) que identifica el patrimonio y lo demarca.
¿Quién es esta voz autorizada? Es una voz colectiva, pese a todo. Ciertas
voces críticas, como la de Smith, aluden a un secuestro por parte de los expertos
(de la ciencia y la administración). Pero, ¿es que estos expertos no representan
a nadie? ¿No están legitimados por unas instituciones y un marco normativo
sancionado por la comunidad? Porque, si creemos que no es así, que todo el
entramado institucional es una falacia o, peor, una mascarada para ocultar una
26 Universidad de la República
Figura 5. El rey Alfonso xiii visitó la cueva varias veces en los años veinte,
aunque la portada del abc la ocupó al visitar la cueva de las estalactitas,
descubierta junto a la cueva de las pinturas
Conclusión y síntesis
En efecto, el patrimonio cultural es un campo donde se produce y socializa
memoria, donde se negocian identidades, donde se agregan comunidades, donde
se esparcen visitantes ociosos, donde se instruyen aprendices de todas las edades,
donde trabajan técnicos, científicos y otros profesionales, donde se genera una
actividad que proporciona sustento a algunas personas, donde se encuentran in-
tereses opuestos, donde se imponen y oponen discursos, donde debería ser posi-
ble vislumbrar o poner en juego nuevas formas de socialización y donde también
debería ser posible recuperar conceptos y reglas que nos han sido usurpadas o
que, simplemente, hemos dejado en manos de quien no deben estar; palabras
como ciudadanía, democracia, desarrollo, solidaridad.
El patrimonio puede ser, y a ello debería contribuir trama 3, un auténtico
laboratorio de utopía.
Bibliografía
Ballart, J. 1997. El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso, Ariel, Barcelona.
Barreiro, D. 2013. Arqueológicas. Hacia una arqueología aplicada, Bellaterra, Barcelona.
Bourdieu, P. 1980. «Los tres estados del capital cultural», Sociológica, 5: 11-17, uam-Azcaptzalco.
Criado, F. 1996. «Hacia un modelo integrado de investigación y gestión del Patrimonio
Histórico: La cadena interpretativa como propuesta», Boletín del Instituto Andaluz
del Patrimonio Histórico, 16: 73-78, Sevilla.
Darvill, T. 1994. Monuments Protection Programme. Monuments Evaluation Manual. Partes I
and II, English Heritage, Londres.
González, M. 1999. Investigación y puesta en valor del Patrimonio Histórico. Planteamientos
y Propuestas desde la Arqueología del Paisaje, Universidade de Santiago de
Compostela, Santiago de Compostela.
Kosik, K. 1967. Dialéctica de lo concreto, Grijalbo, Colección Teoría y Práctica, Ciudad de México.
Mason, R. 2002. «Assessing Values in Conservation Planning: Methodological Issues and
Choice», Assessing the Values of Cultural Heritage. Research Report, M. de la
Torre (ed.), The Getty Conservation Institute, Los Ángeles.
Smith, L. 2006. Uses of Heritage, Routledge, Londres.
————— 2011. «El “espejo patrimonial”. ¿Ilusión narcisista o reflexiones múltiples?», Antípoda
Revista de Antropología y Arqueología, 12: 39-63, Santiago de Chile.
Solli, B. 2011. «Some Reflections on Heritage and Archaeology in the Anthropocene»,
Norwegian Archaeological Review, 44 (1): 40-54, Oslo.
28 Universidad de la República
Capítulo 2
Introducción
Este trabajo busca presentar algunos puntos de contacto entre tres ejes: el
patrimonio arqueológico, su socialización y la interdisciplina. Propone reflexio-
nar sobre los procesos de comunicación del patrimonio entendidos en sentido
genérico y la potencialidad de considerarlos desde una perspectiva interdiscipli-
naria. La propuesta se aplica al caso de estudio del patrimonio arqueológico de
Uruguay en el período 2000-2012.
El presente artículo resume las líneas de la investigación titulada «La socia-
lización del conocimiento científico como problema interdisciplinario: el caso
del patrimonio arqueológico de Uruguay»1 que tuvo como objetivos:
• Construir un modelo para analizar la socialización del conocimiento
científico asociado al patrimonio arqueológico (pa) desde un enfoque
interdisciplinario.
• Analizar el proceso de socialización del pa y su papel en la construc-
ción de la identidad uruguaya.
• Contribuir al estudio del fenómeno de la interdisciplina aplicada a un
caso particular.
En este sentido, se asume que la interdisciplina, al tiempo que aporta a la
resolución de problemas multidimensionales, puede fortalecer la democratiza-
ción científica en su esfuerzo por promover la relación entre ciencia y sociedad.
Esto podría traducirse en políticas públicas más adecuadas que realcen el papel
de los diferentes actores sociales en los procesos específicos de coconstrucción
de conocimiento.
30 Universidad de la República
actores, áreas y campos que determinan el proceso de socialización y que están
directamente relacionados con el contexto sociopolítico y la coyuntura concreta
en la que se sitúa el ejercicio de la práctica científica.
32 Universidad de la República
considerada como una práctica orientada a la apertura de oportunidades más
variadas de pensar y de actuar en el mundo.
La tipología más comúnmente utilizada para distinguir los grados y tipos
de trabajo integrativo surge, en el año 1972, en la primera conferencia interna-
cional sobre la materia auspiciada por la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (ocde). Los participantes distinguieron: multi-, pluri-,
inter-, y transdisciplina.
Se consideró a la multidisciplina como la yuxtaposición de perspectivas
disciplinarias que agrega conocimiento, información y métodos pero que ha-
blan como voces separadas. Los miembros de un grupo de investigación realizan
su trabajo y sus informes de forma independiente unos de otros (Bruun et al.,
2005). Esta yuxtaposición fomenta un conocimiento más amplio mientras que
los elementos disciplinarios mantienen su identidad original y la estructura del
conocimiento no es cuestionada (Frodeman, 2010).
Por su parte, la transdisciplina, en la tipología original de 1972, denotaba
un marco comprensivo que trascendía las visiones disciplinarias sobre la base de
una síntesis unificadora. Por ejemplo, el marxismo, el estructuralismo, la socio-
biología y el feminismo son consideradas como teorías transdisciplinarias (Brunn
et al., 2005). En la década de los ochenta, Basarab Nicolescu (2002) llama la
atención sobre un nuevo tipo de transdisciplina que atiende la relatividad de lo
transcultural y transnacional. Por su parte, Michael Gibbons et al. (1994) pro-
ponen un nuevo modo de producción del conocimiento a través de la reconfigu-
ración sintética y recontextualización del conocimiento disponible.
En este marco, la disciplina es la fuente central de la identidad y de lo aca-
démico. La socialización en una disciplina, comenzando con la formación de
grado, inculca un fuerte sentido de pertenencia en los docentes e investigadores.
Para ser aceptado en la comunidad disciplinaria, el investigador debe demostrar
su competencia técnica y su lealtad al grupo adhiriendo a sus normas. Al definir
su propia identidad, una disciplina también define sus territorios y fronteras
(Becher, 1989). Examinar las estructuras disciplinarias brinda las claves sobre el
rol que juegan en los procesos interdisciplinarios de investigación.
34 Universidad de la República
En cuanto a las experiencias interdisciplinarias desarrolladas por los entre-
vistados, estas se constituyen en vínculos concretos con colegas generalmente de
antropología social y de historia. Dos disciplinas muy cercanas a la arqueología
si tenemos en cuenta el desarrollo de sus líneas de trabajo.
Los entrevistados que dicen tener amplias experiencias en interdisciplina
son los docentes, quienes entienden que esta posee un rol clave para el patrimo-
nio dado que no se constituye en un campo específico de ninguna disciplina en
particular y sí de muchas.
El subsistema de la educación científica conlleva dos áreas: la educación
formal y la no formal. La primera es sinónimo de contextos educativos insti-
tucionalizados como las escuelas primarias y secundarias (Fontal Merillas,
2003), Institutos de Formación Docente (Instituto de Profesores Artigas) y la
Universidad de la República. Este subsistema incluyó el análisis de los libros de
texto, manuales y los planes de estudios en los tres niveles educativos.
Se realizaron treinta entrevistas distribuidas de la siguiente forma: catorce a
profesores de enseñanza secundaria (liceos), trece a maestros de escuela y cinco
a autores de manuales texto. Los docentes fueron seleccionados desde primero
a sexto años de ambos niveles educativos quienes debían estar ejerciendo tareas
al momento de la entrevista. Se buscó mantener el equilibrio entre la capital
del país, Montevideo, y los departamentos por lo que se incluyeron escuelas de
Rocha y Tacuarembó.4
Como campo de educación no formal, se analizaron las exposiciones arqueo-
lógicas de los museos categorizados como arqueológicos por el Sistema Nacional
de Museos (mec). La muestra se compuso de veintisiete instituciones donde se
entrevistaron a sus directores, funcionarios y responsables del área educativa.
Se puede afirmar que en la interrelación entre Arqueología y Educación se
da una adscripción a estereotipos culturales prefijados que se corresponden con
restos materiales estáticos, en la mayoría de los casos analizados tanto en educación
formal como no formal. Se presenta un escueto abordaje del pasado el que asume
una cronología lineal basada en dataciones verificables y absolutas, ignorando la
complejidad de los grupos culturales del pasado. Si bien se registró la partici-
pación de arqueólogos, a modo de asesoría o en participaciones especiales, esta
práctica no se instituye como prioritario en todos los casos analizados.
El tercer subsistema relativo a la comunicación científica realizó un análisis
cualitativo de la prensa escrita en dos diarios uruguayos de alcance nacional:
El País y La República. Los diarios fueron seleccionados a través de Latindex,
5 El diario El País es el único que está incluido en la categoría ** que indica los periódicos
más importantes. Además de ser el de mayor circulación de Uruguay. La República, por su
parte, fue seleccionada porque brinda un archivo de noticias completo para el período anali-
zado, si bien es más joven en términos de años de circulación. Este tipo de búsqueda en línea
posibilitó que el relevamiento se hiciera en todas las secciones y suplementos de los diarios.
36 Universidad de la República
realidad nacional pero que permita un diálogo con la región. Cabe preguntarse
una vez más dónde quedan los lineamientos desarrollados en torno a una cons-
trucción participativa e interdisciplinaria del concepto de patrimonio arqueo-
lógico y por la necesidad de generar una sistematización de los instrumentos
normativos para actualizar la ley de patrimonio en conjunción con el resto de las
leyes vigentes a nivel nacional y regional.
Se propone partir de una reflexión de base interdisciplinaria donde la cons-
trucción de conceptos sea el objetivo principal para, desde allí plantear, la pro-
tección de los bienes patrimoniales teniendo en claro qué se está protegiendo y
qué está quedando por fuera. Esta interrelación dará como producto nuevas re-
laciones entre los instrumentos y permitirá cruzar los elementos normativos para
dar cuenta del verdadero panorama de la legislación patrimonial de Uruguay.
38 Universidad de la República
Lattuca, L. 2001. Creating Interdisciplinarity. Interdisciplinary Research and Teaching among
College and University Faculty, Vanderbilt University Press, Nashville.
Lezama, A. 1994. «El patrimonio cultural frente al desafío de la globalización», Cuadernos del
claeh, Segunda Serie, Año 27, 88: 9-40, Montevideo.
————— 2004. Guía Arqueológica del Departamento de Colonia, Uruguay, Editorial Linardi
y Risso, Montevideo.
————— 2009. Escritos bajo el mar, Editorial Linardi y Risso, Montevideo.
López Mazz, J. M. 2000. «Investigación arqueológica y usos del pasado: Las tierras bajas del
Este de Uruguay». capa 19. Criterios y Convenciones de la Arqueología del
Paisaje. Paisajes Culturales Sudamericanos: De las Prácticas Sociales a las
Representaciones, C. Gianotti García, (coord.) Universidad de Santiago de
Compostela, Santiago de Compostela.
————— 2004«Arqueología e identidad uruguaya: el saber y el poder en las vanguardias
intelectuales». Teoría arqueológica en América del Sur. G. Politis y R. Peretti,
Eds. Serie Teórica n.º 3, incaupa, unicen, Olavaria, pp. 197-211.
Lyall, C., Bruce, A., Tait, J. y Meagher, L. 2010. Interdisciplinary Research Journeys. Practical
strategies in capturing creativity, Bloomsbury,.
Mansilla Castaño, A. M. 2004. La divulgación del patrimonio arqueológico en Castilla y León:
un análisis de los discursos. Memoria presentada para optar al grado de Doctor.
Departamento de Prehistoria, Facultad de Geografía e Historia, Universidad
Complutense de Madrid, Madrid.
Marcos, M. y Chillón, J. M. «Para una comunicación crítica de la ciencia». ArtefaCToS, 3, 1:
81-108, diciembre.
Merino, G. 1996. «De qué hablamos cuando hablamos de la alfabetización científica para la
ciudadanía en el siglo xxi». Ciencia, tecnología y vida cotidiana. Reflexiones y
propuestas del Nodo Sur de la Red Pop 5. N. Botinelli y R. Giamello (eds.)
Consultado en <www.redpop.org> en setiembre de 2010.
Ministerio de Educación y Cultura (mec). 1994. Aportes para el conocimiento de la prehistoria
uruguaya, Ministerio de Educación y Cultura, Montevideo.
National Academy of Sciences. 2005. Facilitating Interdisciplinary Research. Commitee on
Facilitating Interdisciplinary Research. Commitee on Science, Engineering and
Public Policy, The National Academy Press, Washington..
National Heritage Board of Sweden. 2004. Cultural Heritage. Past, Present and Future.
Vision Statement 2004-2006, National Heritage Board of Sweden, Estocolmo.
Newell, W. 2001. «A theory of interdisciplinary studies». Issues in Integrative Studies, 19: 1-25,
Association for Integrative Studies.
Nicolescu, B. 2002. Manifesto of Transdisciplinarity. State University of New York Press, Nueva
York.
Oficina Regional de Ciencia de la unesco para América Latina y el Caribe. 2008.
Políticas transversales en Cultura, Turismo y Ambiente: desafíos y oportu-
nidades en Uruguay. Documento final del proyecto «Consolidando el Uruguay
Cultural», Oficina Regional de Ciencia de la unesco para América Latina
y el Caribe, Sector Cultura. Consultado en <http://unesdoc.unesco.org/
images/0018/001808/180840s.pdf> en junio de 2013.
Organización de las Naciones Unidas Para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(unesco). 2009. Indicadores de Cultura para el Desarrollo. Documentos clave.
Consultado en <www.unesco.org> en noviembre de 2011.
40 Universidad de la República
Capítulo 3
Javier Royer
Introducción
El presente artículo consta de dos partes. La primera presenta el proyecto
Sistema Nacional de Museos1 (snm) de la Dirección Nacional de Cultura (dnc)
del Ministerio de Educación y Cultura (mec) y algunas de las líneas de trabajo de-
sarrolladas. La segunda, presenta desde la teoría elementos que entendemos deben
formar parte de nuestra caja de herramientas teórico-metodológicas a la hora de
abordar el estudio de «lo patrimonial» desde una perspectiva crítica fundamentada.
Primera parte
El Proyecto Sistema Nacional de Museos nace en el año 2009 como inicia-
tiva del mec, con el objetivo de conformar un sistema nacional que fortalezca la
institucionalidad, promueva la cooperación y la optimización de recursos huma-
nos y económicos de los museos en el Uruguay.
Contando para su primera etapa con el apoyo económico de la Agencia
Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (aecid) (etapa fina-
lizada en mayo de 2011), se encuentra actualmente consolidado como proyecto
bajo la órbita de la dnc del mec.
A continuación se presentan algunas de las líneas de trabajo desarrolladas.
1 Actualmente el equipo del proyecto Sistema Nacional de Museos está integrado por
Javier Royer y Ana Cuesta.
42 Universidad de la República
Seguridad de museos dependientes del mec
Se desarrollaron e instalaron sistemas de seguridad de personas, colecciones
y edificios, con equipamiento para incendio, intrusión y cctv en museos depen-
dientes del mec.
Publicaciones
Con fondos del proyecto snm se realizaron publicaciones de los museos
dependientes del mec, tales como folletos institucionales, libros y catálogos. Se
editó el catálogo digital ArteActivo, en donde se presentan los grandes referen-
tes de la historia del arte nacional así como destacados artistas contemporáneos.
Esta publicación surge de un trabajo conjunto con el Área de Artes Visuales de
la dnc del mec.2
Portal de Museos del Uruguay
<museos.uy> es el Portal de museos de Uruguay. Dispone de un directorio
y un buscador de museos de Uruguay, contando además con otros recursos de
información y comunicación, así como con vínculos a revistas digitales y sitios
web de interés.
Ley de museos y de creación del Sistema Nacional de Museos
Se realizó un relevamiento de la legislación nacional, extranjera e internacio-
nal en materia de museos. Identificada una clara debilidad jurídica en Uruguay,
se procedió a trabajar para la elaboración de una ley que atendiera a los museos
del país y conformara un sistema nacional de museos. Mediante encuentros na-
cionales en los que participaron representantes de las intendencias departamen-
tales y del Ministerio de Educación y Cultura, y a partir del trabajo realizado
por una comisión designada en el Primer Encuentro, se arribó a una propuesta
consensuada que fue enviada para su consideración al mec y posteriormente a
Presidencia de la República y al Parlamento nacional. En diciembre de 2012
se aprueba y promulga la Ley 19.037 (Ley de Museos y Sistema Nacional de
Museos). Cabe destacar de esta ley lo siguiente:
El proceso de elaboración, en el cual se involucraron el mec y las 19 inten-
dencias departamentales.
El artículo 1 de la ley señala que esta ley considera a las instituciones que
tienen colecciones conformadas por bienes naturales o culturales sujetos a pro-
cesos de musealización. Este no es un detalle menor, introduciéndose una visión
procesual, no sustancialista, a la hora de abordar las posibles concepciones de la
entidad museo.
Posteriormente se categoriza y define a las instituciones como museos o como
colecciones museográficas. También se crean el Registro Nacional de Museos, el
Consejo de Museos, el Sistema Nacional de Museos y su Comité Coordinador y
el Fondo Nacional de Museos, entre otros puntos. El artículo 41 señala que los
museos y colecciones museográficas, bajo administración estatal, promoverán la
2 Disponible en <www.museos.uy>.
44 Universidad de la República
con el equipamiento necesario para registrar en formato digital sus colecciones
(computadora, cámara fotográfica digital, trípode, impresora láser y escáner) y
se capacitó al personal en fotografía digital aplicada a colecciones museológicas.
Posteriormente se incrementó el número de museos de referencia, ampliando el
espectro de tipos de colecciones y de administración, alcanzándose un total de 33
museos que se encuentran actualmente testeando la primera versión de esta plata-
forma digital de colecciones museológicas que lleva por nombre Mestiza.
Memorias Obreras
(o sobre la creación de colecciones y museos en Uruguay y sus creadores)
No se ha realizado aún una investigación sobre la historia de los museos de
Uruguay, elemento que sería de suma utilidad para el campo museológico nacio-
nal y que, desde aquí, animamos a desarrollar. Una breve historia que identifique
la creación y desarrollo de los museos nacionales en nuestro país señala que la
primera institución se creó en el año 1837, momento en que el Museo Nacional
de Historia Natural toma como su fecha fundacional, constituyéndose en el de-
cano de los museos nacionales uruguayos. En el año 1911, esta institución dará
a luz a otros dos museos nacionales, el actual Museo Nacional de Artes Visuales
y el Museo Histórico Nacional. A la fecha, el último de los Museos Nacionales
creado es el Museo Nacional de Antropología, que data del año 1981.
Cabe señalar que la conformación de las colecciones museológicas y la mu-
sealización de determinados espacios responden al contexto histórico y cultural
en los que se constituyen. Especialmente si atendemos a las intervenciones del
Estado (en sus distintos niveles de gobierno) a la hora de promover, crear y con-
solidar colecciones y museos, veremos la estrecha vinculación existente entre
las opciones tomadas y las formas de ser, sentir y pensar de quienes dominaron
las estructuras estatales en los distintos momentos históricos. Encontraremos
cómo distintos sectores sociales han sido postergados, excluidos, invisibilizados,
silenciados o mal representados en nuestros museos. Dentro de estos, llama la
atención la escasa presencia de la clase trabajadora. Tenemos sobrados ejemplos
de colecciones centradas o conformadas a partir de pertenencias de las elites
económicas, sociales y culturales de nuestro país (llegándose incluso a la mu-
sealización de sus lugares de habitación, permitiendo a los actuales visitantes
conocer más acerca de sus vidas y sus épocas), pero pocas referencias tenemos
de los grupos sociales dominados.
Por ello, en el marco del proyecto Sistema Nacional de Museos y de las
nuevas políticas museísticas del mec, propusimos instrumentar un área temática
dentro de la cual desarrollar distintas líneas de trabajo que recuperen y difundan
la memoria de colectivos que han sido claramente postergados. Los trabajos de
coordinación de ámbitos del mec con las llamadas «minorías» tienen ya un tiem-
po de instrumentadas. La «nueva agenda de derechos» incorporada a las acciones
del mec incluye a afrodescendientes, colectivos por la diversidad sexual, grupos
étnicos, etc. Todas estas acciones son compatibles, pero además de ellas no de-
bemos olvidar la categoría clase social.
Antonio Gramsci
El concepto de hegemonía abordado por Gramsci destaca a la hora de estu-
diar la problemática que nos convoca.
Hablar de hegemonía implica aceptar la existencia de clases que tratan de
imponer y lograr su dominio económico, político, cultural. […] Las culturas
hegemónicas podrán ser definidas como tales cuando constituyen un punto
de referencia común del resto de los grupos sociales subordinados (Linares
y Correa, 1996: 42).
Cuando hablamos de culturas subalternas nos referimos a aquellas con orien-
taciones diferentes muchas veces, opuestas o contrarias, a las culturas dominantes.
46 Universidad de la República
En este marco de análisis, la división no es radical, existiendo interacciones per-
manentes entre ambas.
Según Linares y Correa (1996):
[…] los mecanismos de que se vale la clase hegemónica para imponer sus orien-
taciones ideológicas son diversos […] [incluyendo] su capacidad de controlar
los aparatos del estado, así como su habilidad de estructurar un discurso políti-
co legitimizador de sus valores y la propuesta de estrategias y medios de acción
a través de políticas culturales y educativas eficientes que logren construir
espacios de referencia unificadores (Linares y Correa, 1996: 43).
Según el historiador Eric Hobsbawm (2013), Gramsci identificó claramen-
te el valor estratégico que asignó a la problemática de la hegemonía. Señala que,
incluso si nos posicionáramos en una concepción radical a favor de la lucha de
clases, no bastaría con alcanzar el poder.
La lucha para convertir a la clase obrera en una potencial clase dirigente, la
lucha por la hegemonía, se tiene que librar antes de la transición del poder, así
como durante y después de acceder a él […]. La lucha por la hegemonía antes,
durante y después de la transición (sea cual fuere su naturaleza y velocidad) es
crucial (Hobsbawm, 2013: 332).
Pierre Bourdieu
Obviamente que los estudios, reflexiones y elaboraciones sobre campos so-
ciales, capitales e intereses en juego, dinámica de los campos y sus autonomías
relativas, y habitus, entre otros, son pertinentes aportes de Pierre Bourdieu para
el tema. Nos centraremos hoy especialmente en la idea de clase social que nos
plantea Bourdieu.
El autor señala que el habitus de clase es la «… forma incorporada de la
condición de clase y de los condicionamientos que esta condición impone»
(Bourdieu, 1988: 10).
Al hablar de clase social señala que:
esta clase «en el papel» tiene la existencia teórica propia de las teorías: en la
medida en que es un producto de una clasificación explicativa, […] permite ex-
plicar y prever las prácticas y las propiedades de las cosas clasificadas y, entre
otras cosas, las conductas de las reuniones grupales. No es en realidad una cla-
se, una clase actual, en el sentido de grupo y de grupo movilizado para la lucha;
en rigor podríamos hablar de clase probable, en tanto un conjunto de agentes
que opondrá menos obstáculos objetivos a las empresas de movilización que
cualquier otro conjunto de agentes (Bourdieu, 1985: 25).
Siguiendo el planteo de Gutiérrez (1997), llegamos a la definición que
Bourdieu hace de clase social, entendiéndola como:
… conjunto de agentes que se encuentran situados en unas condiciones de
existencia homogéneas que imponen unos condicionamientos homogéneos y
producen unos sistemas de disposiciones homogéneas, apropiadas para en-
gendrar unas prácticas semejantes, y que poseen un conjunto de propiedades
comunes, propiedades objetivadas, a veces garantizadas jurídicamente (como
48 Universidad de la República
El museo como territorio de conflicto
Resultaría llamativo que alguien se opusiera a la afirmación que subtitula esta
sección. Algunas veces se «viste» la misma con enunciados tales como «el museo
como foro o plaza pública», «el museo como espacio de diálogo», pero lo cierto
es que la institución museo no es una entelequia. Sus paredes o territorios son
atravesados por los conflictos que toda sociedad posee en su seno, y los mismos
variarán en cantidad y cualidad en función del tipo de museo al que hagamos
referencia. Conflictos relacionados con la política, la economía, la academia, el
desarrollo tecnológico, entre otros, siempre están presentes, a veces silenciados y
otros amplificados. ¿Por qué un museo sobre A y no sobre B, por qué esas colec-
ciones y no otras, por qué ese discurso museológico, por qué esa concepción de
museo (explicitada o no) en la propuesta, por qué esas técnicas de exhibición, de
conservación preventiva, de restauración, etc.? Pero más allá de estas preguntas a
modo de ejemplo, queremos centrarnos en el hecho de que los museos se relacio-
nan con las formas de interpretar la realidad (pasada, presente y futura), con las
formas de asignar valor a los objetos, personas y hechos. Los museos legitiman o
cuestionan situaciones políticas, económicas, sociales, científicas, etc. Al analizar
al museo es tan importante identificar lo dicho como lo no dicho.
A la hora de promover la democratización de los museos, debemos pen-
sar en democratizar no solo el acceso, sino también la gestión del mismo, dan-
do participación desde el inicio a los grupos sociales organizados directamente
involucrados en la temática abordada. Democratizar significa abrir espacios de
participación, lo cual tiene que ver con cuestiones metodológicas derivadas de
concepciones teóricas, y más específicamente, ideológicas. Sobre la participación,
si tomamos un continuo que va desde la no participación o la participación a ni-
vel de público/audiencia hasta la participación en la toma de decisiones, nuestro
objetivo debería ser alcanzar el último extremo mencionado, especialmente aten-
diendo al contexto histórico en el cual nos toca desarrollar tareas vinculadas a la
gestión del patrimonio museológico. Existe un campo cultural en el que hay un
capital en juego con distintos grupos que poseen intereses encontrados.
En materia de patrimonio las diferencias pueden estar en qué merece la de-
nominación de patrimonio, quién y cómo legitima la designación, cómo debe
gestionarse el mismo, etc. Ejemplo de ello, es lo abordado en un apartado anterior
en este artículo, referido a la presencia de la historia y la cultura de la clase tra-
bajadora en las colecciones y discursos de los museos nacionales de nuestro país.
En este caso en particular, la novedad estaría en que es desde el propio aparato
estatal, concretamente desde el Poder Ejecutivo, que se promueve una acción
claramente contrahegemónica de las propuestas museológicas que dominaron (y
aún dominan) el campo nacional. A nadie le parecerá mal que el pit-cnt cuente
con un museo propio sobre la clase trabajadora, pero probablemente algunos no
aprueben que se incluya esta dimensión en el discurso oficial de los museos nacio-
nales. Podríamos decir que se trata de una acción contrahegemónica dentro de la
propia estructura de un Estado creado por las clases hegemónicas para ejercer su
Bibliografía
Bourdieu, P. 1985. «Espacio social y génesis de las clases,. Espacios, 2, s/d, Buenos Aires.
————— 1988. La Distinción, Taurus, Buenos Aires.
García Alonso, M. y Baeza Martin, C. 1996. Modelo teórico para la identidad cultural,
Editorial José Martí, La Habana.
García Canclini, N. 1984. «Gramsci con Bourdieu. Hegemonía, consumo y nuevas formas de
organización popular», Nueva Sociedad, 71, s/l.
Gutiérrez, A. 1997. Pierre Bourdieu, Las prácticas sociales, Editorial Universitaria, Posadas.
Hobsbawm, E. 2013. Cómo cambiar el mundo, Crítica, Buenos Aires.
Linares, C. y Correa, S. 1996. La participación: ¿solución o problema?, Editorial José Martí,
La Habana.
50 Universidad de la República
Capítulo 4
Introdução
A Arqueologia em Portugal, como não poderia deixar de ser face à conjun-
tura económica e social que o país e o seu contexto regional atravessam, vive um
período de estagnação ou até mesmo regressivo, após uma fase «transgressiva»
em que ultrapassou as tradicionais baias que colocavam a disciplina e o patri-
mónio arqueológico numa franja marginal da vida social, económica, política e
cultural do país, remetida para o campo do exótico e do maravilhoso, a que só
alguns privilegiados se dedicavam.
De facto, a década de noventa do século passado e os primeiros anos do
actual assistiram a uma verdadeira revolução na Arqueologia portuguesa, a qual
se fez sentir nas mais variadas dimensões. Afirmou-se nas universidades, com a
sua autonomização (primeiro como variante da História e logo a seguir como
licenciatura), afirmou-se no aparelho administrativo do Estado (com a criação
de um instituto autónomo – o ipa) e nas autarquias (com a proliferação do apa-
recimento de arqueólogos nas equipas municipais), generalizou-se como com-
ponente dos estudos de impacto ambiental e respectivos planos de minimização,
viu surgir um mercado e um número significativo de empresas, constituindo-se
como sector de actividade económica e de afirmação profissional. A Arqueologia
abandonou o seu estatuto de actividade excêntrica, para se integrar nas dinâmi-
cas sociais quotidianas.
O crescimento foi, contudo, demasiado rápido e, em consequência da
anterior situação de «exterioridade social», fortemente imaturo. Para além de
inúmeros equívocos e insuficiências de natureza administrativa, legislativa, or-
ganizacional e formativa, uma das principais consequências desse crescimento
1 Este texto combina elementos publicados sobre o Projecto Perdigões em Valera, Jorge
e Lago, 2008 e elementos resultantes do desenvolvimento do projecto «ptdc/hist-
arq/114077/2009, «Práticas funerárias da Pré-História Recente no Baixo Alentejo e re-
torno sócio-económico de programas de salvamento patrimonial»(Valera, 2009), financiado
pela fct e pelo programa compete, comparticipado pelo feder, dirigido pelo signatário.
O Projecto Perdigões
O Complexo Arqueológico dos Perdigões situa-se na Herdade dos Perdigões,
concelho de Reguengos de Monsaraz, distrito de Évora, sul de Portugal. Trata-
se de sítio com cerca de 20ha, constituído por vários recintos de fossos ten-
dencialmente circulares e concêntricos e largas centenas de fossas escavadas no
substrato rochoso, com uma cronologia que se estende desde o Neolítico Medio
(2ª metade do 4º milénio ac) até à transição para a Idade do Bronze (final do
3º milénio ac). Apresenta-se como um contexto em clara articulação com a
paisagem megalítica local, procurando uma área de implantação que expressa
inequivocamente essa relação, assim como com o ciclo solar, através da orienta-
ção das suas entradas aos solstícios de Verão e Inverno e da constituição de um
horizonte de visibilidade balizado por esses dois eventos astronómicos. Os con-
textos que têm vindo a ser intervencionados revelam a existência de importantes
52 Universidad de la República
e diversificadas práticas cerimoniais, de entre as quais as práticas funerárias e a
manipulação de restos humanos revelam particular protagonismo.
Referenciado desde a década de oitenta do século passado, mas desconheci-
do na sua real expressão espacial e arquitectónica, os Perdigões só se revelariam
na sua complexidade após uma afectação para plantio de vinha em 1996. A fina-
gra s.a. (hoje Esporão s.a.), empresa que comprara a Herdade dos Perdigões para
aumentar a sua produção vinícola, foi obrigada a realizar trabalhos arqueológicos
de diagnóstico da afectação e avaliação do potencial do sítio (figura 6).
Figura 6. Complexo arqueológico dos Perdigões: imagem aérea
54 Universidad de la República
A nova arquitectura do programa visava imprimir uma dinâmica mais próxi-
ma do conceito de Arqueologia em Construção, promovendo uma investigação
aberta ao confronto de diferentes correntes teóricas e reflexiva sobre os seus
próprios processos de construção de conhecimento, assim como gerar uma nova
dinâmica de produção científica aberta. Este programa assenta na ideia de que o
crescimento e desenvolvimento da investigação, quer ao nível do financiamento,
quer ao nível das problemáticas científicas, serão potenciados com a atracção
de outras instituições e equipas de investigadores, nacionais e estrangeiros, para
colaborarem em todo o processo.
Esta abertura de um contexto com a dimensão e a complexidade dos
Perdigões a diversos programas de investigação obrigou à criação de uma coor-
denação geral responsável pela gestão integrada das diferentes linhas de investi-
gação que fossem surgindo, garantido níveis de homogeneidade e replicabilidade
entre os diferentes projectos, estabelecendo critérios e prioridades, gerindo e
disponibilizando informação e promovendo as relações transversais necessárias
à boa persecução do processo de produção de conhecimentos sobre o sítio, nas
diferentes escalas contextuais em que se integra.
Simultaneamente, outra atenção começou a ser prestada aos processos de
divulgação, pensados agora de forma articulada com o próprio processo de pro-
dução de conhecimento.
Se o primeiro grande passo no processo de divulgação dos Perdigões foi a
inauguração, em 2004, de uma exposição na Torre da Herdade Esporão, desde
2006 as escavações passaram a estar abertas a visitas públicas integradas nas
actividades do Enoturismo daquela herdade e mais recentemente em articulação
com o município local.
Esta abertura pública assenta na convicção de que ao público devem ser
proporcionada a percepção das condições sociais e objectivas de produção de co-
nhecimento (e não apenas o conhecimento como produto acabado), sejam como
factor pedagógico de entendimento das condicionantes desse mesmo conheci-
mento e do seu carácter relativo, sejam elas próprias como «objecto» de «museali-
zação viva» (respondendo à noção de Conhecimento em Construção).
Por outro lado, funda-se igualmente na noção de que a fruição pode ser
interpretada como posse, reconhecimento de valor e um acto de identificação. A
constituição de um sítio como património activo faz-se igualmente pela criação
de laços que levem as pessoas a sentir um sítio como seu, numa cumplicidade
que requer participação. Neste sentido, o recurso às potencialidades das redes
sociais tem sido intensificado nos últimos anos, gerando grupos de seguidores das
escavações (com informação disponibilizada quase diariamente) e da evolução dos
projectos de investigação, que assim se sentem mais participantes de todo o pro-
cesso. Assim, este não será um projecto onde décadas de escavação culminarão
com a apresentação da «verdade» científica, mas antes um projecto onde o públi-
co em geral poderá acompanhar (e em algumas situações participar activamente)
no processo de geração do conhecimento e das mensagens disponibilizadas.
56 Universidad de la República
c. O programa deverá ser pensado em rede com outras ofertas e potencia-
lidades locais e regionais e procurar envolver diferentes agentes. Deverá
evitar tornar-se num projecto localmente desenraizado e contribuir
para as dinâmicas identitárias locais.
d. O modelo de financiamento a adoptar será crucial para a sustentabilida-
de do projecto, sendo a diversificação fundamental para diminuição do
risco inerente à falha ou menor desempenho de uma das fontes. As re-
ceitas próprias deverão ter um papel importante, procurando o compro-
misso entre uma função social acessível a todos e um retorno financeiro.
e. Para tal verifica-se a necessidade da alocação de uma equipa de gestão
dedicada, com competências e perfis tão diversos como o marketing e
a comunicação ou a relação com investidores.
f. Necessidade de desenvolver condições de visitação e interpretação
acessíveis a diferentes públicos, sem por em causa aspectos estruturan-
tes do sítio e da sua relação com a paisagem.
g. Criação de produtos culturais e de lazer, actividade que tem a montante
a identificação e caracterização dos públicos alvo, com vista à criação de
ofertas adequadas a cada segmento. A oferta não pode cingir-se à oferta
do sítio em si, devendo contemplar uma rede de valor. A lógica de redes
permite cobrir uma percentagem maior da experiência total do visitan-
te, enriquecendo-a com outros produtos e serviços, muitas vezes com-
plementares, o que apresenta ainda a vantagem de contribuir para que
a região possa recolher maiores benefícios da economia de visitantes.
h. Definir uma estratégia de marca para o sítio, definir uma estratégia de
marketing para visitantes e investigadores e definir uma estratégia de
marketing para parceiros.
i. Definição de um modelo de gestão: será uma fundação, uma associação,
uma parceria público-privada, ou outra que se afigure mais adequada?;
definição das fontes externas de financiamento (patrocínio, mecenato,
fundos públicos ou financiamento bancário) e do mix de financiamento
de equilíbrio é vital, sendo a sua diversificação fundamental para a di-
minuição do risco.
j. Gestão de qualidade e definição de um plano de segurança.
k. Definição de um plano financeiro e avaliação do investimento, de onde
resultarão instrumentos fundamentais para programar a entrada inicial
de fundos bem como as verbas necessárias nos diferentes momentos de
evolução do projecto.
Presente e Futuro
Ao fim de uma década e meia, o projecto encontra-se num momento de
impasse no que respeita à vertente de valorização, mas continua a desenvolver-se
na sua vertente de investigação científica, ainda que a um ritmo lento.
58 Universidad de la República
arqueológicas» surgiram e todo um novo «território histórico» emergiu, com um
elevadíssimo potencial científico, cultural e identitário (figura 7).
Figura 7. Complexo arqueológico do Outeiro Alto: necrópoles do Neolítico
e da Idade do Bronze e recinto Calcolítico
60 Universidad de la República
minimização e os respectivos sítios não ficaram acessíveis à visitação (na maioria
estão sob terrenos agrícolas), pelo que a investigação e desenvolvimento de es-
tratégias de valorização e divulgação de património arqueológico não visitável se
constituiu como uma vertente central para o problema da justificação social de
todo o investimento realizado no processo de minimização e salvamento.
Trata-se de uma abordagem assente numa perspectiva de reflexividade, que
procura introduzir na dinâmica de investigação científica a preocupação com as
suas próprias condições sociais de actuação, contemplando diferentes dimensões
do seu retorno social e económico, na óptica do desenvolvimento sustentado.
Se a prática no que respeita ao problema da valorização e disponibilização do
património arqueológico se têm centrado em torno de elementos fixos no espaço
(sítios arqueológicos e/ou museus), pretendeu-se, neste projecto, investigar, de-
senvolver e avaliar soluções de disponibilização de conhecimento não ancorado
em espaços físicos concretos e imóveis, assim como avaliar o seu valor económi-
co e social a uma escala local e regional.
A estratégia de implementação passou por um desenvolvimento paralelo
das diferentes dimensões do projecto, por forma a poderem interrelacionar-se,
mas com os desfasamentos necessários e relacionados com precedências e objec-
tivos específicos.
Desta forma, para conjugar estas duas vertentes do projecto reuniu-se uma
equipa liderada pela Era Arqueologia s.a. constituída por investigadores e ins-
tituições com conhecimentos e experiência diversificadas e abrangentes das
diferentes problemáticas em análise. Na vertente da investigação das práticas
funerárias da Pré-História Recente trabalharam arqueólogos e antropólogos. No
que respeita à investigação da dimensão da disponibilização pública e avaliação
sócio económica, a equipa integrou investigadores com trabalho académico teó-
rico nesse âmbito, profissionais de instituições com currículo no desenvolvimen-
to e implementação de projectos de valorização patrimonial e investigadores
da área da economia ambiental, desenvolvimento sustentável e responsabilidade
social das empresas.
Para os efeitos pretendidos com o presente texto, interessa sobretudo esbo-
çar o trabalho realizado pelos investigadores do Instituto Superior de Economia
e Gestão, uma das instituições participantes no projecto, e que foi chamada a
colaborar devido à consciência de que, com demasiada frequência, se parte para
a implementação de projectos de valorização de património cultural sem um
prévio conhecimento das complexidades contextuais, dos interesses e expectati-
vas instaladas e das condicionantes objectivas da implementação.
O objectivo final deste trabalho é a construção de um modelo inicial, flexível
e com capacidade de adaptação a realidades concretas, para o desenvolvimento
de actividades de aproveitamento sócio-económico do potencial arqueológico
gerado pela Arqueologia de Minimização, partindo do conhecimento da reali-
dade concreta em presença e da forma como esse conhecimento pode informar,
em feedback, o modelo proposto.
62 Universidad de la República
e grandes promotores privados é elevado e as redes de comunicação e de rela-
ções identificadas revelam a presença de factores que dificultam processos de
implementação, sugerindo a necessidade de um esquema tutorial, com mentores
externos e credíveis.
No final deste projecto, que ocorrerá durante 2014, espera-se detalhar os
procedimentos e planeamento de processos de execução, construindo um guia
detalhado de actividades e sugestões de implementação que podem ser seguidas
pelos agentes locais e regionais no aproveitamento económico e cultural do co-
nhecimento produzido por toda aquele trabalho de arqueologia de salvamento.
Concluindo...
Tanto no projecto de investigação programada dos Perdigões, como no pro-
jecto de avaliação do potencial valor do conhecimento, enquanto património
intangível, que resulta da arqueologia de minimização de um mega empreendi-
mento, a partilha pública é assumida como vector essencial e como justificação
de última instância para o trabalho desenvolvido. Neste contexto, o conceito de
partilha implica uma participação, ou melhor, uma colaboração com o público
(aqui entendido como conjunto de grupos sociológicos activos) durante os pró-
prios processos de investigação e produção de conhecimento, mas também na
definição das estratégias de partilha, de forma que estas possam ser concordantes
e potenciadoras das dinâmicas sócio-económicas em curso e não conflituantes
com elas. Em ambos os casos se verifica que a solução passa pelo desenvolvimen-
to de redes em que a Arqueologia e o património arqueológico se procuram po-
sicionar como parceiros, evitando aparecer como algo desgarrado e totalmente
alógeno às realidades locais e regionais. Só assim a Arqueologia se conseguirá
justificar e, justificando-se, se tornará viável como disciplina e profissão com
dimensão sociológica. Caso contrário voltaremos à situação de exteriorização, de
que só alguns privilegiados beneficiam.
Bibliografía
Lago, M.; Duarte, C.; Valera, A.; Albergaria, J.; Almeida, F. e Carvalho, A. (1998),
«Povoado dos Perdigões (Reguengos de Monsaraz): dados preliminares dos trabal-
hos arqueológicos realizados em 1997», Revista Portuguesa de Arqueologia, vol. 1
n.º 1, Lisboa, pp. 45-152.
Valera, A. C. e Filipe, V. (2010) «Outeiro Alto 2 (Brinches, Serpa): nota preliminar sobre
um espaço funerário e de socialização do Neolítico Final à Idade do Bronze”»,
Apontamentos de Arqueologia e Património, 5, Lisboa, nia-era Arqueologia,
pp. 49-56.
————— (2009) «Práticas funerárias da Pré-História Recente no Baixo Alentejo e re-
torno sócio-económico de programas de salvamento patrimonial» (ptdc/hist-
arq/114077/2009), policopiado.
————— ; Jorge, P.; Lago, M. (2008) «O complexo arqueológico dos Perdigões: Breve
percurso de uma Arqueologia de minimização a uma Arqueologia em construção
e em sociedade». Almadan. ii série, n.º 16, pp. 115-123.
66 Universidad de la República
1. La investigación mediante la recuperación contextualizada de los datos
en excavaciones en el área y el análisis de estos materiales por especia-
listas de diversas disciplinas para conocer el proceso de formación pre-
coz de la civilización Caral a lo largo de los mil años de desarrollo, así
como las causas que ocasionaron la crisis y el abandono de los centros
urbanos monumentales.
Nuestro interés se ha centrado en la historia social, no solo en conocer
el diseño arquitectónico de cada asentamiento de los once que se vienen
investigando y del correspondiente a cada componente sino de las ac-
tividades realizadas en ellos, confrontando los registros de los espacios
ubicados en la secuencia estratigráfica entre sitios y con los resultados
de los análisis realizados por un equipo multidisciplinario a nivel nacio-
nal e internacional. Con esa información, sustentada en datos concretos
y relacionados con la información etnohistórica, etnográfica y del terri-
torio y sus recursos, se hacen las inferencias e interpretaciones acerca
del sistema social de la civilización Caral. Asimismo, en las excavacio-
nes se encuentran participando pobladores del entorno de los sitios
investigados, a quienes se los ha formado como técnicos y asistentes y
vienen siendo colaboradores muy eficientes.
2. La conservación de las evidencias arquitectónicas y de los bienes mue-
bles para que estos medios de transmisión de la historia social puedan
durar miles de años. Con este fin, se han organizado y realizado diversos
talleres de conservación y se ha enviado al personal de este campo a co-
nocer otras experiencias y a efectuar las propias en el ambiente donde
se trabaja. Así, se viene haciendo la consolidación, la restauración y el
monitoreo permanente de los bienes inmuebles y muebles, con pleno
respeto a la autenticidad e integridad de los monumentos y objetos.
Un aspecto considerado como prioritario ha sido la protección y defen-
sa del patrimonio cultural, para ello, se ha venido realizando:
a. las poligonales que definen el espacio protegido de los sitios ar-
queológicos y tramitando su designación como patrimonio cultural
de la nación para evitar su destrucción;
b. talleres y charlas de concientización e identificación con el patri-
monio arqueológico;
c. denuncias sobre las invasiones y tráfico de tierras, y de individuos
que no respetan los bienes patrimoniales de la nación.
3. La difusión cultural tiene como fin proyectar a la población la historia
social que se viene recuperando, a través de exposiciones museográficas
a nivel comunitario, rural y urbano, o nacional, en diversas ciudades del
país; y de circuitos turísticos con centros de información implementa-
dos en los sitios arqueológicos que están siendo puestos en valor por
nuestra entidad. Asimismo, se han editado «publicaciones ilustradas»
sobre la historia de la sociedad creadora de este patrimonio cultural, a
68 Universidad de la República
gestiones para obtener la atención a la solución de problemas existentes en las
poblaciones locales y lograr mejoras en sus condiciones de vida.
En relación con estos cuatro campos de acción, a la fecha, se obtuvieron los
emprendimientos y resultados que se detallan a continuación.
70 Universidad de la República
la interacción manejaron vías transversales de circulación de recursos y bienes
así como de intercambio de conocimientos y experiencias que beneficiaron a la
sociedad Caral y promovieron el desarrollo civilizatorio en el área norcentral del
Perú, en poblaciones con diferentes modos de vida, culturas e idiomas.
Son evidencias de esta interacción los elementos culturales compartidos e
identificados por otros investigadores con la denominación de tradición Kotosh
(Burger y Salazar-Burger, 1980), tradición Mito (Bonnier, 1997) o el uso de una
lengua de relación paleoquechua, como ha sido planteado a partir de la investi-
gación lingüística (Torero, 2002).
72 Universidad de la República
La comprobación de la gran antigüedad de la Ciudad Sagrada de Caral-
Supe causó un fuerte impacto a nivel nacional e internacional que motivó que
autoridades políticas, empresarios y medios de comunicación2 empezaran a
considerar seriamente las múltiples facetas del potencial de este sitio arqueoló-
gico (dit, 2002: 32-33).
Conforme se avanzó en los trabajos de investigación y se determinó la gran
antigüedad de la civilización Caral-Supe mediante los fechados radiocarbóni-
cos, tuvimos que afrontar los efectos de quienes no aceptaban los cambios en
el conocimiento planteados y hasta de quienes buscaron apropiarse de la inves-
tigación. No obstante, proseguimos con las responsabilidades asumidas y pre-
sentamos el expediente a unesco para la declaración de la Ciudad Sagrada de
Caral-Supe como Patrimonio Mundial en 2006. Este documento se extravió y
no llegó al Centro del Patrimonio Mundial, hubo que hacer un nuevo expediente
y se logró la inclusión de la Ciudad Sagrada de Caral en la Lista del Patrimonio
Mundial durante la 33.ª Reunión del Comité del Patrimonio Mundial con el
voto unánime de los miembros del mencionado «Comité».3
2 A los pocos días de conocerse la noticia que Caral era la ciudad más antigua de América, la
prestigiosa cadena bbc inició las gestiones ante las instancias pertinentes para la producción
del documental The Lost Pyramids of Caral (2002), traducido a varios idiomas y difundido
a nivel global.
3 La Ciudad Sagrada de Caral-Supe fue incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de acuer-
do con los siguientes criterios:
• Criterio 1: Caral es la mejor representación de la arquitectura del Arcaico Tardío y de
la planificación urbana en la civilización del antiguo Perú. Los edificios de plataformas,
las plazas circulares hundidas y el planeamiento urbano, desarrollados a lo largo de
siglos, influenciaron a los asentamientos cercanos y subsecuentemente a una gran parte
de la costa peruana.
• Criterio 3: Dentro del Valle de Supe, la manifestación más temprana conocida de la
civilización en América, Caral es el ejemplo más desarrollado y más complejo entre
los asentamientos del período formativo de la civilización (el período Arcaico Tardío).
• Criterio 4: Caral es impresionante en términos del diseño y complejidad de sus elemen-
tos arquitectónicos y espaciales, especialmente sus monumentales edificios de plata-
formas y sus plazas circulares hundidas, características que llegaron a dominar en gran
parte de la costa peruana por muchos siglos (whc-unesco, 2010).
74 Universidad de la República
La preservación del patrimonio arqueológico de la civilización Caral
Como se ha informado, con el fin de lograr una mejor comprensión del
sistema social del estadio de formación de la civilización Caral hemos ido exten-
diendo nuestra investigación, a través de los años, a otros asentamientos, diez en
la cuenca de Supe y uno en la de Huaura. Si bien, en el campo científico consi-
deramos necesaria esta comparación, la elección de los sitios se ha efectuado en
relación con las amenazas de su preservación, tal es el caso de Áspero, convertido
en botadero municipal por más de tres décadas después de las excavaciones de
Robert Feldman; de Allpacoto, en parte destruido por el acondicionamiento de
campos de cultivo, la excavación de canales de riego, la instalación de viviendas,
la conformación de un centro poblado y la extracción de materiales líticos de los
edificios antiguos para nuevas construcciones; de Miraya y Lurihuasi para evitar
que la población local continúe extendiendo sus parcelas agrícolas o construyen-
do en los espacios que están dentro de estos centros urbanos monumentales; del
mismo Caral, que encontramos invadido y dividido en parcelas de cultivo por
integrantes de una familia, atravesado por canales de riego, que han causado de-
terioro en los edificios; de Chupacigarro, destruido ya en un 50% para la amplia-
ción irresponsable de los campos de cultivo, la instalación de algunas viviendas
e incluso bajo permanente amenaza de desaparecer por los atentados con arado
industrial de algunos miembros de la misma familia mencionada para el caso
de Caral, quienes se han apropiado de las tierras y las alquilan a foráneos para
actividades agrícolas; de Pueblo Nuevo, donde se han asentado familiares de
habitantes del centro poblado vecino, Llamahuaca, y, también, pastores prove-
nientes de la sierra; de El Molino, convertido en centro poblado que ha perdido
el diseño del espacio construido, del cual solo quedan algunos edificios aislados
entre las viviendas actuales u ocupados por estas; de Piedra Parada, invadida por
criadores de ganado, que se ubicaron sobre los monumentos; o de Vichama, en el
valle de Huaura, que encontramos en parte ocupado y en proceso de lotización
por un traficante de tierras.
Un caso especial lo constituye el monumental sitio Era de Pando, con-
cesionado por el Ministerio de Agricultura como tierras eriazas a una asocia-
ción de supuestos agricultores, que nunca acondicionó allí campos de cultivo
y, sin embargo, dos décadas después, en contra de una disposición del referido
Ministerio, que dejó sin efecto la cesión por falta de uso, el Poder Judicial le
reconoció a dicha asociación derechos de propiedad ratificados en 2010 por
la Superintendencia Nacional de Registros Públicos del Perú (Sunarp) de la
ciudad de Barranca. En ninguna de las instancias fue solicitado el certificado
de inexistencia de restos arqueológicos que exige la norma. Este sitio había sido
declarado Patrimonio Cultural de la Nación desde el año 2000 y ratificado
con poligonal que definía sus límites en el año 2005. En la actualidad, los su-
puestos dueños, que nunca cultivaron en el sitio arqueológico Era de Pando y
que, no obstante recibieron titulación, lo han vendido en dos millones de dó-
lares. Mediante gestiones realizadas a lo largo de un año, nuestra entidad ha
76 Universidad de la República
Figura 9
(a) Exposición museográfica permanente, (b) orientador local guiando a los visitantes
en el museo comunitario, (c) talleres de dibujo y pintura relacionados con el patrimonio
arqueológico en el museo comunitario y (d) expoferia artesanal en museos comunitarios.
Fuente: Zona Arqueológica Caral, Ministerio de Cultura, Perú.
78 Universidad de la República
culturas andinas. Incluirá, además, las demás etapas de nuestra historia, susci-
tando reflexiones en la comparación entre el pasado y el presente. En el mencio-
nado centro se implementará un local de ventas de los bienes y productos de las
poblaciones de Supe y un instituto de formación y capacitación en producción
agraria; patrimonio cultural y en turismo rural.
80 Universidad de la República
la mayor cantidad de actividades y acciones formuladas, desarrollando para ello
coordinaciones con las autoridades y organizaciones de los centros poblados y
con funcionarios del gobierno central, regional, provincial y local; así como con
la empresa privada.
82 Universidad de la República
• Otras acciones sociales: Mediante gestiones se ha logrado la instalación
del sistema de electricidad de los centros poblados del valle de Supe y
«Mejoramiento de la carretera San Nicolás-Caral», que ha facilitado la
interconexión entre los centros poblados y la ciudad. Se ha conseguido
la implementación de un sistema de alcantarillado en el centro poblado
de Caral, para mejorar las condiciones de salubridad de la población
y que se establezcan los servicios básicos, necesarios para su actividad
turística. En el año 2007, se hicieron gestiones ante el Ministerio de
Vivienda, Construcción y Saneamiento con el fin de mejorar el ornato
del centro poblado de Caral, y en el año 2010 fue ejecutado el mejo-
ramiento de las vías de ingreso y la remodelación de la plaza central.
En la alianza estratégica con la empresa San Fernando s.a. se inició el
acondicionamiento urbano del poblado de Limán cuyo fin es mejorar y
formalizar su ordenamiento interno, la definición de áreas públicas y de
recreación, la arborización de calles y avenidas, la delimitación de la zona
patrimonial y la adecuada presentación de las viviendas. Se ha tramitado
la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial para que se norme
el uso adecuado del agua y suelos de la cuenca del río Supe. Como for-
ma de luchar contra la pobreza se está trabajando en la conformación
de comités destinados al fomento de la asociatividad entre agricultores
agroecológicos o algodoneros, mujeres emprendedoras, artesanos, em-
presarios turísticos, etcétera. Finalmente, se han organizado talleres para
nuestros trabajadores como técnicos en excavación, conservación y en
varios servicios turísticos, como se ha indicado. Asimismo se ha propi-
ciado la formación de algunos de ellos en institutos tecnológicos.
A modo de conclusión
La finalidad de nuestra entidad ha sido producir conocimientos sobre la
historia social y transmitirla a la población actual y a las generaciones venideras
a través de los bienes arqueológicos conservados. Asumimos con fuerte convic-
ción que el patrimonio arqueológico tiene un importante rol social y, por ello,
tratamos de lograr que este sea reconocido e integrado en los planes políticos
del Estado, a nivel local, provincial, regional y nacional. Solo de este modo,
promoviendo la difusión de conocimientos históricos y la reflexión sobre el te-
rritorio y sus recursos, el manejo que de ellos hicieron las sociedades que nos an-
tecedieron, la organización que implementaron y los resultados que obtuvieron,
estaremos coadyuvando a que se evalúe nuestra realidad presente y se propongan
los cambios que sean necesarios. Estamos trabajando con responsabilidad social
y perspectiva de logros a corto, mediano y a largo plazo, en relación con la
preservación y puesta en valor del patrimonio arqueológico (investigación, con-
servación y difusión de la historia social) y con el desarrollo de las poblaciones
actuales del área norcentral.
Bibliografía
Bonnier, E. 1997 «Preceramic Architecture in the Andes: The Mito Tradition». E. Bonnier
y H. Bischof, (eds.) Prehispanic Architecture and Civilization in the Andes.
Archaeologica Peruana 2, Mannheim: Reiss-Museum, Sociedad Arqueológica
Peruano-Alemana.
Burger, R. y Salazar-Burger, L. 1980. «Ritual and Religion at Huaricoto», Archaeology, 33
(6): 26-32.
Congreso de la República del Perú. 2006. Ley 28690, Ley que Declara de Preferente
Necesidad Pública la Inscripción, Investigación, Conservación, Puesta en Valor,
Registro, Protección, Preservación y Tutela Patrimonial del Sitio Arqueológico de
Caral», Lima, 18 de marzo.
dit International. 2002. Estudio de viabilidad de alojamientos rurales en zonas arqueológicas
del norte del Perú.
Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (peacs). 2005. Plan Maestro para un Desarrollo
Integral y Sostenible de Supe y Barranca, Lima, Mincetur-Plan Copesco.
Shady, R. 1997a. La ciudad sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú,
Fondo Editorial unmsm, Lima.
————— 1997b. «Caral: La Cité Ensevelie», Archéologie 340: 58-65, París.
————— 2000. «Sustento socioeconómico del estado prístino de Supe-Perú: Las evidencias
de Caral-Supe». Arqueología y Sociedad. 13: 49-66, Lima.
————— 2006. «La civilización Caral: sistema social y manejo del territorio y sus recursos.
Su trascendencia en el proceso cultural andino», Boletín de Arqueología pucp. 10:
58-89, Lima.
————— 2009. «Caral-Supe y su entorno natural y social en los orígenes de la civilización» J.
Marcus y P. Ryan Williams (eds.) Andean civilization: a tribute to Michael E.
Moseley, Cotsen Institute of Archaeology, ucla, Los Ángeles.
————— Haas, J. y Creame, W. 2001. «Dating Caral, a Preceramic Site in the Supe Valley
on the Central Coast of Peru», Science 292: 723-726.
————— y Leyva, C. 2003. La ciudad sagrada de Caral-Supe. Los orígenes de la civilización
andina y la formación del Estado prístino en el antiguo Perú, peacs/inc, Lima.
whc-unesco. s.f. Sacred City of Caral-Supe. Consultado en <http://whc.unesco.org/en/
list/1269> en agosto de 2010.
Torero, A. 2002. Idiomas de los Andes: lingüística e historia. ifea-Horizonte, Lima.
84 Universidad de la República
Capítulo 6
86 Universidad de la República
de caso que detallamos durante el seminario desarrollado en Montevideo, es
solamente uno de los ejemplos de nuestras acciones.
Consideramos que los diálogos con todos los participantes de la trama
3 —Trabajo en Red para la Acción Multivocal en Arqueología, Antropología
y Ambiente— de la Red cyted, es un camino importante para la construcción
de un campo de experiencias comunes para la valorización del patrimonio ibe-
roamericano. Esperamos de esta forma contribuir tanto a las discusiones teóricas
y metodológicas como a la realización de encuentros y fortalecimiento de esta
red de acción.
2 Consultado en <http://www.campinas.sp.gov.br/governo/cultura/patrimonio/bens-tom-
bados/listaBens.php> en noviembre de 2013.
88 Universidad de la República
alumnos cuentan con la supervisión de la coordinadora del pic y con el auxilio de
los practicantes laborales e investigadores para realizar sus actividades.
Para empezar a trabajar en estos proyectos, los alumnos del pic Jr. pasan
primero por un proceso de debates de los conceptos que sean importantes para
ellos y para el laboratorio. En ese momento, guiados por los practicantes del pic,
se eligen algunos textos (académicos y no académicos), películas y lugares que
sirvan de plataforma para los debates. Existe una igualdad de poder entre las vo-
ces del laboratorio y las de los pic Jrs, lo que no significa, de ninguna manera, la
ausencia de desacuerdos y conflictos. Por el contrario, la intención es promover
tanto las consonancias cuanto las disonancias existentes en el grupo con respecto
a las cuestiones patrimoniales y a las memorias nacionales/regionales/locales.
De esa manera, se destaca la inexistencia de una neutralidad en los procesos de
selección y manutención del patrimonio mientras se estimulan las lecturas críti-
cas del grupo sobre el mundo material e inmaterial que nos rodea. Creemos que
ese estímulo es fundamental para la valorización de las ganas de cambiar (o no)
los contextos en los cuales vivimos.
Las actividades desarrolladas en el laboratorio, además de promover los diá-
logos con los alumnos de bachillerato participantes del proyecto, buscan crear
condiciones para la formación conjunta en actividades técnicas de un laboratorio
de Arqueología, ya que los estudiantes del proyecto Arqueologia e Cidadania:
Leituras Plurais do Nosso Mundo Material, se dedican a actividades de curadu-
ría y análisis de los componentes de la colección arqueológica del pic.
Por otro lado, los trabajos realizados en el cedae se centran en actividades
relacionadas con el oficio del historiador, desarrollando análisis en los documen-
tos del intelectual brasileño Paulo Duarte —los cuales fueron donados al archivo
y quedan almacenados en carpetas— y en el registro de aquellos que se relacio-
nan a patrimonio, arqueología y memoria. La participación de estos estudiantes
de quince y dieciséis años en el trabajo cotidiano del laboratorio nos permitió un
sinnúmero de aprendizajes: desde el surgimiento de nuevas preguntas sobre los
artefactos nunca antes pensadas, hasta la conquista de una madurez en relación
con otras experiencias políticas y vivencias que pueden estar muy lejos de nues-
tro quehacer diario.
Por otra parte, entendemos que el proyecto también contribuyó con la for-
mación de los jóvenes investigadores. Lo demuestran los fragmentos de algunas
declaraciones hechas por ellos:
Como el Programa de Iniciação Científica Junior tiene el objetivo de aproxi-
mar a los jóvenes a la ciencia y a las investigaciones, puedo afirmar que eso
fue logrado. Durante los dos años que participé del proyecto Paulo Duarte,
aprendí cosas increíbles y tuve una experiencia que jamás había imaginado
tener. Pude aprender, practicar y obtener una visión amplia y crítica en lo que
se refiere a la arqueología, el patrimonio y la memoria. Esa experiencia fue ma-
ravillosa, aprendí cosas que llevaré conmigo para siempre e incluso obtuve la
90 Universidad de la República
Las discusiones abordadas en el cómic no se restringen al tema de la ar-
queología, sino que incluyen a los conceptos y sentidos sobre el patrimonio y la
memoria. Además de la narrativa histórica, el cómic tiene páginas extras con: so-
pas de letras, una sección de curiosidades llamada «¿Lo sabías?» y consejos para
transformarse en arqueólogo en Brasil. Las copias impresas de la publicación se
distribuyen gratuitamente en conferencias organizadas por el lap, en el proyecto
lap com as Escolas5 y a los alumnos de primer y segundo ciclo de las escuelas
públicas y privadas de Campinas. Con el objetivo de llegar a un público más am-
plio que el de los estudiantes de Campinas, el material se encuentra disponible
también para ser descargado en el sitio y en el blog del laboratorio.6
La elaboración del cómic fue una gran experiencia de investigación que
posibilitó la generación de nuevos datos y la ampliación de los temas ya estu-
diados sobre arqueología y patrimonio durante los trabajos realizados por las
alumnas dentro del laboratorio y del cedae. También permitió consolidar un
nuevo medio de difusión que hasta aquel momento no había sido trabajado en el
lap, el cómic, que derivó en una importante experiencia de aprendizaje, tanto en
las investigaciones para descubrir la estructura que debería tener el cuento, los
tipos de dibujos y diálogos, las expresiones y modos de los personajes, como en
la creación de un medio lúdico de (re)pasar informaciones.
En este año de 2013, se mantuvo el interés de los estudiantes de bachille-
rato por el lap, recibiendo cinco nuevos alumnos del proyecto pic Jr. (Mário
Augusto Gomes, Janayne Rocha, Tamires Naiara da Costa, Letícia Migliorini
Mendes e Rosana Godoy dos Santos)7. El proceso que vivencian es bastante
semejante, pero los resultados y las discusiones varían estructuralmente, pues
con un nuevo grupo los intereses son muy variados. Ellos, por ejemplo, eligieron
producir un juego de mesa para niños de entre nueve y doce años como el resul-
tado de sus experiencias en el lap.
En este juego, los participantes deben cumplir determinadas «Misiones
Patrimoniales». Los pic Jr. elaboran cartas que mostrarán un número preestable-
cido de patrimonios que los jugadores deberán conocer puesto que son bienes
reconocidos por la unesco y presentes en América del Sur. El juego, que aún no
posee un nombre, tiene como principal objetivo producir una reflexión sobre los
5 Para saber más sobre el proyecto que el lap desarrolla con las escuelas públicas y privadas:
<http://www.nepam.unicamp.br/lap/docs/de-dinossauros-ao-patrimonio-descobrindo-a-
arqueologia.pdf>.
6 El cómic se encuentra disponible en el sitio del lap (<http://www.nepam.unicamp.br/lap/>)
y en el blog Laboratório Virtual de Arqueologia Pública (<http://www.arqueologiapublica-
lap.blogspot.com.br/>).
7 Mário Augusto Gomes (18 años) estudia en la E. E. Patriarca da Independencia (Vinhedo,
San Pablo); Janayne Rocha (17 años) estudia en la E. E. Reverendo Eliseu Narciso
(Campinas, San Pablo); Tamires Naiara (17 años) estudia en la E. E. Parque São Jorge,
(Campinas, San Pablo); Leticia Migliorini Mendes (16 años) estudia en la E. E. Prof. Hilton
Federico (Campinas, San Pablo) y Rosana Godoy dos Santos (17 años) estudia en la E. E.
Prof. Joaquim Ferreira Lima (Campinas, San Pablo).
Consideraciones finales
La experiencia de trabajar con estudiantes de escuelas públicas de la región
de Campinas ha sido positiva y muy inspiradora, permitiendo a nosotros abrirse
a las voces que vienen de esos alumnos que, a pesar su corta edad, están llenos de
vivencias tan poderosas como las de cualquier otro ser humano. Por tanto, espe-
ramos que esa experiencia pueda servir de apoyo para la creación de reflexiones
entre la academia y aquellos que están fuera de ella, en relación con el complejo
mundo material que nos engloba, entre otras cosas. Consideramos que al debatir
cuestiones relativas a las políticas patrimoniales y, por lo tanto, a nuestras re-
presentaciones, abrimos espacio para «pensar lo impensado» (Lacapra, 1998) y
creamos alternativas a los contextos en los que vivimos. De este modo, el punto es
articular el pasado, nuestro presente y nuestros sueños para el futuro. Esperamos,
sin lugar a dudas, que ese futuro pueda ser marcado por la democratización de los
procesos de selección y gestión de los patrimonios que nos representan.
92 Universidad de la República
Bibliografía
Bezerra, M. 2013. «Os Sentidos Contemporâneos das Coisas do Passado: reflexões a partir da
Amazônia». Revista Arqueologia Pública, 7, Campinas sp, junio.
Carvalho, A. V. y Funari, P. P. 2009. «As possibilidade da Arqueologia Pública», Revista digi-
tal Historia é Historia, 24 de Marzo de 2009. Campinas sp, <http://www.histo-
riaehistoria.com.br/materia.cfm?tb=arqueologia&id=31. Acceso en Febrero 2016.
Foucault, M. 1996. A ordem do discurso, Loyola, San Pablo.
Hartog, F. 2013. Regimes de Historicidade –presentismo e experiências do Tempo, Autêntica,
Belo Horizonte.
Holtorf, C. 2007. Archaeology is a brand, Archaeopress, Oxford.
Koselleck, R. 2006. Futuro Passado: contribuições à semântica dos tempos históricos,
Contraponto / puc-rio, Río de Janeiro.
Lacapra, D. 1998. «Repensar la historia intelectual y leer textos». Giro Lingüístico e historia
intelectual, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires.
Lifschitz, J. A. 2011. Comunidades tradicionais e neocomunidades, Contra Capa, Río de Janeiro.
Lowenthal, D. 1985. The past is a foreign country, Cambridge University Press, Londres.
Morin, E. 2000. Complexidade e transdisciplinaridade, edufrn, Natal.
Salamão, A. A.; Rossi, A. V.; Alves, A. S.; Shimamoto, G. G.; Favaro, M. M. AM y Coelho,
T. B. 2010. «Iniciação Científica Júnior: experimentação e pesquisa integrando o
ensino médio e a universidade», xv Encontro Nacional de Ensino de Química (xv
eneq), Brasília, 21-24 de julio.
Vogt, C.; Cerqueira, N. y Kanashiro, M. 2008. «Divulgação e Cultura Científica». Com
Ciência, 100 [ online].
Witmore, C. L. 2007. «Symmetrical Archaeology: Excerpts of a Manifesto», World Archaeology,
39, 4: 546-562. Debates in World Archaeology, diciembre.
Woodward, K. 2000. «Identidade e Diferença: uma introdução teórica e conceitual». En
Identidade e Diferença, Silva, T. T. Da, (org.) Vozes, Río de Janeiro.
Patricia Salatino
Andrés Troncoso
Definitivamente desacralizado,
el Tiempo se presenta como una duración precaria
y evanescente que conduce irremediablemente
a la muerte
Eliade, 1979: 100.
Introducción
Partiendo de que tanto la arqueología como el patrimonio son productos
de la modernidad, nos preguntamos cómo se significan las materialidades del
pasado en localidades que han sido recientemente incorporadas a este proyec-
to hegemónico. En particular, asumiendo que dentro del campo patrimonial se
disputan representaciones legítimas del pasado, queremos preguntarnos prime-
ramente si dichas representaciones descansan siempre sobre los mismos funda-
mentos ontológicos, considerando la diversidad de sujetos colectivos que han
ingresado al campo en las últimas décadas.
Nuestro trabajo de campo se desarrolló con comunidades campesinas de los
valles de Rapel y Hurtado, en la cuenca alta del río Limarí, iv Región (Chile)
(figura 13). Su incorporación al proyecto de la modernidad dejó marcas en el te-
rritorio y en los sujetos, dando cuenta del lugar subalterno que las comunidades
campesinas ocupan dentro de este proyecto. A partir del análisis de los datos
recogidos en talleres grupales, entrevistas semiestructuradas y en profundidad,
entendemos que sus discursos sobre el pasado encierran distintas formas histó-
ricas de subalternización, entendidas como la formación de grupos «en base a
marcaciones selectivamente racializadas y etnicizadas desde lugares de poder
que reproducen desigualdades» (Briones, 2008: 14). Estos discursos devienen de
una construcción reflexiva del pasado que muestra «relaciones contradictorias y
complejas con la noción de indio» resultantes de un largo período de negación
del sujeto indígena por parte del Estado chileno (Ayala, 2007: 136).
96 Universidad de la República
muerto, nos preguntamos hasta qué punto una institución hegemónica como
el patrimonio, que objetiva el pasado y lo monumentaliza, ayuda a visibilizar la
diferencia sin riesgo de homogeneizarla, subsumiendo distintas temporalidades
bajo una sola dominante.
Los entierros pueden también ser indicados por llamas de fuego en el cerro,
que solo se le aparecen a ciertas personas (si es roja indica oro y si es blanca
plata); o por el carbunco, un «gusano casposo» y se ve como una lucecita azul
que baja del cerro y si se lo alumbra se convierte en palo. En un mismo orden de
cosas, también es frecuente la interacción con el patán, un duende que alguna
vez fue niño y murió sin ser bautizado. Estos seres suelen perseguir a otros niños
para llevarlos a jugar a las cuevas o a mujeres de las que se enamoran y difícil-
mente abandonan. Otras veces se siente la risa de los chonchones, que son brujos
que se metamorfosean en una clase de pájaro y producen gran temor a quien se
los encuentra.
Muchos de estos elementos son comunes a otros relatos registrados en
zonas rurales de los Andes y algunos investigadores señalan su entramado con
una religiosidad indígena transformada después de la conquista (Cruz, 2006;
Duviols, 1974; Farberman, 2005). Es decir, son configuraciones resultantes
4 Las ramadas son construcciones amplias sin divisiones internas, hechas de troncos y ramas
con hojas (monte) que sirven como espacio de reunión. El monte suele ser renovado todos los
años para el 18 de setiembre, día que se celebra la Independencia de Chile.
98 Universidad de la República
de procesos hegemónicos que actuaron durante la colonia y que actualmente
se integran a la práctica religiosa cristiana, cuya más notable manifestación es
la movilización masiva de personas desde los distintos pueblos en ocasión de
los festejos dedicados a santos y vírgenes patronos de la región (entre las más
importantes están la Virgen de Andacollo y el Niño Dios de Sotaquí). Estas
ocasiones, normadas por un estricto calendario ritual, constituyen momentos
de integración social, ampliamente valorados por la mirada de quienes que,
como veremos, advierten una progresiva desintegración de los lazos y valores
comunitarios.
Hurtado
Tanto las materialidades del paisaje como los recuerdos que en Hurtado
remiten a la antigua vida en el fundo son abundantes y diversos. Desde antiguas
casas patronales, pasando por los característicos pircados que delimitan caminos
y dividen terrenos, hasta antiguos molinos abandonados y una diversidad de for-
mas arquitectónicas domésticas. Conversando con los habitantes de los distintos
pueblos del valle de Hurtado descubrimos que estas formas arquitectónicas, al-
gunas todavía en uso y otras abandonadas, se relacionan con distintos momentos
del desarrollo de la hacienda, si bien algunas mostrarían una continuidad de
tradiciones constructivas de mayor profundidad temporal.
5 Lo que en estos valles se recuerda como «la reforma» fue un complejo proceso iniciado por
gobiernos democráticos en 1965, seguido por una contrarreforma que llevó adelante el go-
bierno militar a partir de 1973.
Rapel
Cuando preguntamos por los ranchos de quincha, como el que actualmente
habita la señora María en el valle de Hurtado, un parcelero de Las Mollacas nos
señaló un lugar en el cerro donde «hasta hace poco ahí vivían como indios». En
algunos pueblos del valle de Rapel, el uso de la categoría de indio para referirse
a un modo de ser distinto pero vigente hasta tiempos recientes, constituye el
contrapunto para construir un «nosotros» actual civilizado.
«Las generaciones de antes eran indiados, así, no como nosotros, que somos
civilizados. Antes mi abuelo andaba en ojotas. ¿Y eso era indio o español? Indio,
po. Mi abuelito era tipo indiado. Parece que era de por allá. Era Miranda el ape-
llido.» El apellido Miranda coincide con el de uno de los primeros latifundistas
de la región, que al igual que otros lo cedían a los trabajadores del fundo cuando
estos se inscribían en el registro civil (Pizarro Vega, 2001: 65), lo que advierte
la dificultad de reconocer una descendencia indígena a partir de los apellidos
actuales, tal como admite la legislación vigente en Chile.7
Si, por un lado, el ser indiado estaría definido por ciertas prácticas cultura-
les, como hacerse «las cotonas grandes» o los «pantalones de saco»; por otro lado,
su desaparición solo habría sido posible a condición de un reemplazo generacio-
nal, porque «después ya se fueron muriendo esos viejitos, otros se fueron yendo
y se acabaron las generaciones». Esto muestra que la categoría social de indio
se comprende en términos de raza dentro de un esquema a partir del cual una
mezcla (nunca completa) de sangres derivaría siempre en una mayor españolidad
y, en consecuencia, civilización.
7 Tal como indica la Ley Indígena 19.253, promulgada en 1993, en su punto (b) del artículo 2.
Como señala la antropóloga Patricia Ayala (2007), estos reconocimientos vienen de un Estado
que históricamente negó al sujeto indígena, de manera que muchas comunidades locales mues-
tran una relación «contradictoria y conflictiva con la noción de indio» (Ayala, 2007: 136).
8 No obstante, el actor local que cuenta con mayor poder para oponerse a la minera Hampton
es la empresa Bauzá, por lo que la cobertura del conflicto por los medios de comunicación
muestran mutuas acusaciones en torno a la competencia por la mano local o la especulación de
los terratenientes por el aumento del valor de los terrenos que podrían ser vendidos a la minera.
9 Véase <http://www.rutaantakari.cl/home.php>.
10 Durante fines del siglo xix, las haciendas de Chile estuvieron orientadas a la producción de
trigo y antes a la ganadería (Bengoa, 1990).
Reflexiones finales
En los altos valles del Limarí, los discursos sobre el indio reflejan el proceso
histórico a partir del cual los modos de vida junto con sus manifestaciones cultura-
les se transformaron con el avance de la modernidad. Ciertos modos de vida fueron
funcionales a un sistema colonialista basado en la hacienda, que desde la reforma
agraria fue reemplazado por un sistema moderno con base en la propiedad privada
y la expansión del capital. Desde esta perspectiva, el avance de la modernidad no
parece haber tenido el mismo alcance en Hurtado y Rapel. Esto se observa en el
hecho de que ciertas manifestaciones culturales aún vigentes en Hurtado, ya son
parte de un modo de vida indiado que pertenece al pasado en Rapel.
Los discursos que sostienen la extinción-desaparición del indio aparecen sol-
ventados por lo que denominamos narrativas de discontinuidad, que establecen al
menos dos rupturas en el tiempo: la que pone fin al indígena arqueológico con la
conquista y la que pone fin al indígena histórico con la modernidad. Estas rupturas
se fundan en las divisiones disciplinares entre arqueología e historia, que equiparan
la prehistoria con lo indígena y la historia con lo hispano y civilizado. Las narra-
tivas de discontinuidad también dieron sustento a los distintos patrimonios que
reconoce el Estado, entre los cuales se encuentra el arqueológico.
Agradecimientos
A las comunidades de Limarí que nos han abierto las puertas de sus hogares
y sus memorias. A la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología que financia
nuestros trabajos en la región a través del proyecto Fondecyt 1110125. A todos
lo/as compañera/os de terreno. A la red cyted por su colaboración e invitación.
11 A pesar de que en el año 2009 Chile ratificó la Convención para la salvaguarda del patri-
monio cultural inmaterial de la unesco (2003), «hasta ahora, no se encuentra recogido en
un cuerpo normativo que posibilite su protección y reconocimiento oficial» (Acuña Poblete,
2009: 5). Si bien bajo una escisión de lo material y lo inmaterial, que adquiere sentido desde
una epistemología occidental moderna, esta categoría hubiera sido la apropiada para recono-
cer la dimensión simbólica del lugar.
Introducción
Los estudios de multivocalidad y patrimonio desarrollados entre los grupos
rankülche1 del centro de Argentina constituyen algunos de los temas de estudio
del programa de investigación Incuapa (Investigaciones arqueológicas y paleon-
tológicas del cuaternario pampeano ) perteneciente a la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires.
El Incuapa se originó en el año1993 con la intención de comprender las carac-
terísticas de los procesos sociales de ocupación del espacio generados durante
el Pleistoceno tardío y el Holoceno en la región pampeana. También dentro de
este programa se encuentran proyectos dedicados a la Arqueología Pública y
a la Arqueología del Paisaje. Recientemente el Incuapa2 se ha constituido en
una Unidad Ejecutora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (Conicet), pasando a tener de esa forma una doble dependencia: de la
Universidad y del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación.
En los últimos años se desarrollaron diferentes líneas de investigación vin-
culadas con patrimonio, multivocalidad, paisaje e investigaciones arqueológicas
(Endere, 2007; Endere y Curtoni, 2006). En nuestro caso, se han efectuado
estudios en dos provincias del centro argentino, La Pampa y San Luis, en las
1 Para los académicos, los rankülches surgieron como entidad étnica hacia fines del siglo xviii
(Fernández, 1999), en un proceso de mezcla y reemplazo entre grupos locales anteriores e
indígenas chilenos que ingresaron al territorio argentino (Hux, 1998, 2003). Esta visión,
legitimada desde la historia, contrasta con la opinión de los representantes indígenas ac-
tuales quienes basados en tradiciones orales sostienen que habitan en la región pampeana
‘desde tiempos inmemoriales’. Tal como lo expresa Germán Canuhe, dirigente rankülche
«Los escritos contemporáneos, influidos tal vez por la prédica roquista, de que conquistaron
un desierto, para justificar el genocidio perpetrado contra los habitantes del Mamüll Mapu
(País del Monte), intentan minimizar la presencia de habitantes originarios en el Centro de
Argentina, adjudicándonos diversos orígenes menos el único y verdadero: Siempre estuvimos
aquí» (Canuhe, 2003: 3).
2 Gustavo Politis es el director de la Unidad Ejecutora Incuapa, Conicet de la Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires.
Multivocalidad
En términos generales, existen algunas instancias diferentes que directa e
indirectamente pueden promover proyectos de investigación multivocales, po-
lifónicos o dialógicos. En primer lugar, la normativa legal internacional como el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo del año 1989, rati-
ficado por Argentina mediante la Ley 24.071, establece que los estados miem-
bros deben garantizar una amplia participación de las comunidades indígenas en
todos los asuntos que los atañen, incluyendo los aspectos culturales y el respeto
a sus tradiciones, creencias y costumbres.
Por otra parte, las reformas constitucionales en algunos países sudamerica-
nos, como la del año 1994 en Argentina, plantean las bases para la definición
de estados nación pluriétnicos y de reconocimiento a la preexistencia étnica de
los grupos indígenas. Sin duda, estas reformas a las cartas magnas nacionales
han buscado adecuarse a las disposiciones regulatorias previstas a nivel inter-
nacional y estar en sintonía con el reconocimiento a la consulta previa y parti-
cipación efectiva de los pueblos indígenas. Asimismo, la Ley 25.517, del año
2001, de Argentina, en su artículo 3, establece que para la realización de todo
emprendimiento científico que tenga por objeto a las comunidades aborígenes,
incluyendo su patrimonio histórico y cultural, se deberá contar con el expreso
consentimiento de las comunidades interesadas.
De esta forma, las nociones de multivocalidad y polifonía implican no solo
múltiples y diferentes voces (lo cual no significa necesariamente todas), sino
también denotan inherentemente diversos locus de enunciación (condiciones
geopolíticas). La experiencia multivocal conduce a la interacción de actores y
voces situadas, las cuales conllevan la impronta geocronopolítica de su emer-
gencia y de la concurrencia de intereses. Ello equivale a decir que no todas las
voces posibles son las que emergen y las que surgen no están todas en un plano
de igualdad, sino atravesadas por condiciones de producción corpopolíticas de
los saberes, tienen cuerpo, color, género, lugar, etcétera.
3 Kamoya Kimeu (nacido en Kenia) es uno de los recolectores de fósiles humanos más impor-
tantes en el mundo. Comenzó como ayudante de Louis Leakey y Mary Leakey en la década
de los cincuenta. Luego colaboró con Richard Leakey. Actuaba de informante y guía de
campo de la familia Leakey contribuyendo con los hallazgos más relevantes para ellos.
4 El concepto de «epistemicidio» fue propuesto por Santos (2006) para referir a la muerte de
los conocimientos alternativos provocada por la instalación de la idea que el único saber váli-
do y riguroso es el científico. En consecuencia, esta monocultura del saber, al desacreditar y
descalificar los saberes «otros», reduce y contrae el presente, eliminando diferentes concepcio-
nes contemporáneas que no encajan dentro de los cánones y principios científicos modernos.
Interdisciplina
Existen al menos dos dimensiones de la práctica arqueológica insoslayables
a ella, como son los paisajes y los patrimonios. De esa forma, la arqueología
genera cronotopos y patrimonios asociados. Ahora bien, hay diversos actores,
agentes, e intereses que desarrollan sus propias prácticas y definen patrimonios
de acuerdo a sus propios fines. En otras palabras, la arqueología no es la única
práctica generadora de patrimonios. Los ejemplos mencionados, como el Parque
Indígena Leuvucó, dan cuenta de una conformación patrimonial relacionada, en
primera instancia, con intereses de autoridades provinciales, activando ideales de
patrimonio multicultural y con sentido reparador.
En definitiva, el patrimonio y los patrimonios son un campo de disputa de
diversas agencias con intereses que pueden ser contrapuestos. En ese contex-
to, la arqueología ha generado también diferentes miradas para dar cuenta de
esas relaciones. En muchas ocasiones, la arqueología, en sintonía con los ideales
decimonónicos de conformación y consolidación del estado nación, ha fomen-
tado una visión del patrimonio multidisciplinario. Diferentes disciplinas como
la arquitectura, la conservación, los paisajistas, urbanistas, artistas, etcétera, han
ofrecido sus miradas y aportes sobre el mismo fenómeno para promover un patri-
monio común, pero sin interrelacionar o intercambiar entre ellas. De esa forma,
las preocupaciones disciplinarias por generar interrelaciones concretas mutaron
el concepto hacia los de interdisciplina, multidisciplina y transdisciplina.
Si bien rápidamente desde las ciencias sociales se podría argumentar las
valoraciones positivas de las perspectivas interdisciplinarias y transdisciplina-
rias, se estima conveniente hacer algunas aclaraciones y disquisiciones. Ambas
Conclusión y síntesis
Lonko rankülche: «¿Qué apoyo nos pueden dar? ¿El arqueólogo qué nos va a
aportar?»
Lonko rankülche: «... lo que hemos visto hoy [visita a laguna en Telén] refuerza
un poco lo que venimos sosteniendo […] Pero falta lo principal, falta el recono-
cimiento científico, nosotros podemos decir: es acá y se acabó, pero no quere-
mos hacer las cosas así, queremos hacer las cosas con fundamentos científicos,
históricos y orales de que esto es Cura Lauquen, donde estaba Carripilum».
Arqueólogo: «La arqueología puede dar una aproximación para saber si era o
no un asentamiento de la época de Carripilum pero no decir con certeza que
era el lugar donde estaba Carripilum».
Arquitecto: «¿Usted tiene la certeza que la laguna donde estuvimos hoy es
Cura Lauquen?»
Lonko rankülche: «No, no estoy seguro, no lo puedo afirmar con certeza, hasta
que hagamos una asamblea nosotros, llevemos nuestros viejos y crucemos los
datos y podamos hablar con ellos […]. Yo creo que si nos unimos esto va a salir
a la luz; sabemos que tenemos razón, yo no tengo ninguna fuente fidedigna, yo
siento que es así».
Esta parte de las conversaciones con los rankülches pone de manifiesto al-
gunos de los aspectos discutidos en relación con la idea de multivocalidad y las
configuraciones patrimoniales asociadas a paisajes específicos. En ese contexto,
las valoraciones de los propios actores locales son puestas en escena para decidir
acerca de la relevancia de un lugar (laguna de Cura Lauquen) que es conside-
rado uno de los principales centros políticos del pueblo rankülche en el pasa-
do. La mayor parte de los monumentos y homenajes realizados a los rankülches,
Javier Vitancurt
Gradualidad
Los procesos de participación necesitan tiempo y gradualidad. Como se ve
en el caso de estudio de la comunidad de pescadores artesanales descripto muy
brevemente, todo se inicia con grupos informales de participación en torno a
temas puntales hasta que luego van avanzando a formas más complejas de orga-
nización, abordando temas más amplios. Los cambios generacionales también
son importantes en este aspecto, las nuevas generaciones, que ya están integra-
das al proceso participativo que viene de atrás, lo incorporan a su vida cotidiana
como parte de sus actividades. Esto lleva gradualmente al empoderamiento de
las comunidades de estos procesos participativos y es a partir de ese momento
que se avanza más rápido.
Adaptación
Aprender y revisar. El aprendizaje haciendo y revisando, analizando lo posi-
tivo y lo negativo permite una adaptación y corrección permanente de las expe-
riencias de participación. Cada área, cada comunidad, debe encontrar la forma
más adecuada de participación, que estará adaptada a su forma de vida, costum-
bres y uso de su tiempo.
En definitiva, en el Área Protegida Laguna de Rocha se ha desarrollado
un proceso de gestión participativa propio, que se ha ido adaptando a través del
tiempo a los diferentes cambios formales, institucionales y generacionales que se
han dado en el área y que aún continúan. La mayoría de los actores parecen estar
de acuerdo con ese modelo construido por ellos mismos, lo cual se ve expresado
en la visión del área elaborada por todos. Queda por delante el gran desafío que
es la implementación en forma participativa del plan de manejo que está próxi-
mo a ser aprobado.
Introducción
El patrimonio de la pesca artesanal refiere a las diversas manifestaciones de
las comunidades de pescadores artesanales que incluyen prácticas tradicionales
de pesca, modos de vida particulares y el conocimiento de especies, ecosistemas
y ciclos naturales (García Allut, 2003). La pesca artesanal tiene un carácter
cinegético, donde median entre pescador, especies y hábitats, recursos tecno-
lógicos, habilidades e incertidumbre. Es el resultado de la interrelación entre
los marcos culturales de los pescadores y los propios procesos ecológicos de las
especies y los ecosistemas que los sustentan (Pascual, 1991).
En este sentido, es posible visualizar la pesca como un sistema socioecoló-
gico complejo (ses, por sus siglas en inglés) en donde los sistemas sociales y eco-
lógicos se encuentran acoplados, caracterizándose por su interacción y sinergia.
Por esta razón, no es posible desde los principios actuales de manejo de pesque-
rías pensar el manejo y gestión de la pesca artesanal sin una visión holística de
las diferentes dimensiones que las componen (Berkes, 2008).
Desde esta perspectiva, los SES se correlacionan con el concepto de patri-
monio costero en tanto podemos entender este último como la conjunción entre
el patrimonio natural y cultural en zonas costeras (Kozachenko et al., 2004), y
que refiere a las manifestaciones del sentido de identidad, apego y pertenencia
socioterritorial de las poblaciones humanas con el territorio costero-marino en
que viven (Giménez, 2004).
En el tránsito entre el enfoque de sistemas socioecológicos y la patrimoniali-
zación de estos componentes a través de la idea de patrimonio costero encontra-
mos la cultura de la pesca. Esta se compone de los sistemas sociales y ecológicos
propios de la actividad pesquera (McGoodwin, 2002) tales como: la organización
social, el parentesco, las técnicas, herramientas y materiales de pesca, los sistemas
políticos y económicos que la rodean y la interrelaciones con las especies, los eco-
sistemas y dinámicas, el paisaje que componen conjuntamente con los sistemas
socioecológicos y, por último, el territorio en sí, como constructo geocultural
vivido y normado, por y en el tiempo (Ther, 2006; 2011).
Auge (1960-1990)
El auge del sector pesquero industrial, impulsado desde el gobierno durante
los años setenta lleva a la instalación de plantas pesqueras en La Paloma que
demandaron gran parte de las capturas de la pesca artesanal de la laguna. En tér-
minos de gestión, el Programa del Hombre y la Biosfera (mab, unesco) declara
al área, en 1976, como Reserva de Biosfera Bañados del Este (rbbe). Esto sería
reafirmado a nivel nacional al año siguiente con la promulgación del Decreto
260 que declara Parque Nacional Lacustre y Área de Uso Múltiple a la zona
integrada por las lagunas de José Ignacio, Garzón y Rocha.
El arroyo
Los pescadores de la Laguna de Rocha se agrupan en dos sectores: el ma-
yor, ubicado en la zona denominada Rincón de Laguna o La Barra y otro, en la
desembocadura del arroyo Rocha a la laguna, zona denominada como Puerto
de Los Botes. Este último fue históricamente un fraccionamiento habitado por
pescadores, sin embargo, actualmente solo nueve pescadores trabajan en el lu-
gar. Estos pescadores tienen una pesca más ligada a especies de arroyos, tales
como el bagre y la tararira, aun cuando se movilizan en la zona norte y sur de la
laguna. Las capturas son vendidas en Rocha o levantadas directamente por los
intermediarios en el puerto.
En Puerto de Los Botes y, su zona adyacente, La Riviera, ha tenido lugar
una expansión urbana, y es un foco para el turismo local y de pesca deportiva.
Este incremento de población, particularmente durante el verano y los feriados,
genera conflictos con los pescadores, por la suposición de usos de la única playa
del arroyo y por la instalación de redes caladas en la zona por parte de los pesca-
dores deportivos. No existen instalaciones en Puerto de Los Botes para apostar
las artes de pesca ni tampoco dónde ofrecer sus productos al turista y si bien
La Barra
En La Barra habitan alrededor de 150 personas, unas 17 familias, las cuales
en su mayoría están relacionadas por lazos de parentesco con quienes poblaron
inicialmente la laguna, tales como las familias Ballesteros y Lobato; y posterior-
mente, los Huelmo. La tradición de pesca en La Barra se extiende hasta una
tercera generación de pescadores.
El pueblo de pescadores corresponde a una agrupación de viviendas distri-
buidas paralelamente a la orilla de la laguna en dirección oeste y distante unos
veinte metros de la orilla. Las construcciones originales son ranchos de paja y
materiales conseguidos «playeando», es decir, fueron realizados con materiales
traídos por el mar y recogidos en la playa (Thompson, 2008). De estos ma-
teriales iniciales las viviendas fueron incorporando otros denominados livianos
para las construcciones, tales como chapas y techos de zinc, madera, plásticos,
y pórtland.
Las casas han sido construidas a medida que hijos y nietos van formando
sus propias familias, ubicándose en torno a la casa parental original. Algunas
unidades domésticas tienen galpones que son utilizados para filetear y donde
mantienen la pesca en frío e incluso se venden los productos a algunos particu-
lares (Vitancurt y Fageti, 1995; Thompson, 2008) (figura 21).
Figura 21. Ilustración del pueblo de pescadores de La Barra
Lorena Rodríguez-Gallego
Mariana Nin
1 Servicios ecosistémicos: los define como las condiciones y procesos a través de los cuales los eco-
sistemas y las especies que los componen sostienen y satisfacen la vida humana (Daily, 1997).
9. Zonificación
1. Visión: en el Paisaje Protegido Laguna de Rocha se promueven formas de vida, relaciones y comportamientos
responsables, mediante un modelo de gestión participativa basado en acuerdos y consensos, que realiza educación ambiental,
que asegura la permanencia de un hábitat humano saludable mediante el desarrollo socio-económico y cultural de su
comunidad, la conservación de la biodiversidad y de valores culturales, y sostiene un paisaje con identidad propia.
2. Objetos Focales de Conservación: Dinámica de la barra litoral, Paisaje cultural, Chorlos del pastizal y del litoral,
Humedal de plantas emergentes, Aves acuáticas prioritarias, Peces e invertebrados de importancia comercial, Franciscana.
3. Presiones y amenazas: apertura artificial de la barra, turismo no planificado, caza furtiva, prácticas agropecuarias
y pesqueras incompatibles, urbanización, efluentes urbanos, residuos sólidos, especies exóticas invasoras, expolio.
8. Programas de manejo: turismo, educación, conservación, manejo agropecuario, manejo pesquero y monitoreo.
9. Zonificación del área: zonas de intervención mínima, baja, media y alta.
Agradecimientos
Este artículo se basó en el texto del artículo Gianotti, C., Villarmarzo, E.,
Piazza, N., Nin, M., Rodríguez-Gallego, L. y Lembo, V. 2013. «El Paisaje
Cultural Laguna de Rocha como objeto focal de conservación: propuesta para
su integración dentro del plan de manejo de un área protegida». En Paisaje,
patrimonio, proyecto, desarrollo local. Paisajes culturales en Uruguay, Medina
M. (coordinadora académica), publicación del Grupo de Trabajo «Paisaje, pa-
trimonio, proyecto territorial, desarrollo local», Facultad de Arquitectura,
Universidad de la República [en prensa].
Camila Gianotti
Eugenia Villarmarzo
Jimena Blasco
Gastón Lamas
Bruno Gentile
Carla Bica
Introducción
En este artículo presentaremos algunos avances de los trabajos realizados
desde el Laboratorio de Arqueología del Paisaje y Patrimonio (lappu1) en el
Paisaje Protegido de Laguna de Rocha (snap, Dinama, mvotma2). Las acti-
vidades desarrolladas en esta área, si bien aún son incipientes, nos permiten
discutir algunos aspectos importantes sobre la conceptualización, alcance y re-
lación entre patrimonio y manejo de áreas protegidas (ap) introduciendo estos
ejes como elementos para la reflexión conjunta e intercambio crítico de la Red
Científica trama 3 (Trabajo en Red para la Acción Multivocal en Antropología,
Arqueología y Ambiente).
En este sentido, lo que presentaremos tiene varios cometidos. Por un lado,
nuestro caso de estudio nos permite aportar a la discusión sobre la integración y
abordaje de los temas culturales-patrimoniales en las políticas públicas vinculadas
con la conservación de la biodiversidad y la gestión de las áreas protegidas en nues-
tro país. En segundo lugar, nos permite analizar algunas de las conceptualizaciones
(con sus encuentros y desencuentros) que sostienen y conducen estos ámbitos y
proponer vías o marcos conceptuales alternativos (esto es, el Paisaje) como posi-
bles espacios comunes donde estas tengan cabida. Por último, nos permite mostrar
Contexto y Pretexto
Desde su creación en el año 2008, ha desarrollado diferentes líneas de in-
vestigación que tienen al Paisaje y el Patrimonio como ejes transdisciplinares
que transversalizan todas nuestras acciones. Los resultados derivados de nues-
tros proyectos de investigación no solo nos permiten evaluar la significación
científica, cultural e histórica de los elementos arqueo-antropológicos e innovar
en metodologías de investigación, sino que se reorientan con un sentido de uti-
lidad, para transformar ese conocimiento en herramientas para la gestión actual
del patrimonio, y se transfieren al entorno social, productivo y comunitario, ya
sea como servicios, productos o resultados, con gran potencial de aplicación,
como conocimiento y publicaciones de carácter especializado o divulgativo, o
como iniciativas de formación especializada.
Nuestro trabajo en áreas protegidas comienza en el año 2005 en el marco de un
proyecto de cooperación científica entre la Udelar y el Laboratorio de Arqueología
del Paisaje (lapa —hoy reconvertido en Instituto de Ciencias del Patrimonio,
Incipit, csic—) cinco años después de aprobada la Ley 17.234 de 2000, mediante
la que se crea el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Uruguay. En ese mo-
mento, las primeras actividades se orientaron fundamentalmente a generar estudios
de base y catalogaciones que permitieran dar cuenta de los valores culturales y su
significado arqueológico y patrimonial en algunas áreas protegidas para avanzar,
a partir del conocimiento de éstos, hacia el desarrollo de criterios para su gestión
integrada (Criado et al., 2006; Gianotti et al., 2007).
Una vez creado el lappu, y tras la firma de un convenio entre este y el snap,
se concretan trabajos que fortalecen la investigación arqueológica y patrimo-
nial en diferentes áreas protegidas ya declaradas del país (Cerro Verde, Cabo
Polonio, Laguna de Rocha, Parque San Miguel y Quebrada de los Cuervos) y
en otras en proceso de declaración (Laureles-Cañas). Durante estos estudios,
se realizaron diferentes tareas de inventario y catalogación de valores culturales
dentro de las áreas (Capdepont et al., 2010; Gianotti y Villarmarzo, 2011), se
impulsó la investigación sobre problemáticas arqueológicas e históricas concre-
tas (Bica y Marozzi, 2014; Sotelo, 2012; Lamas y Gentile, 2013); se realizaron
tareas de evaluación de impacto arqueológico (Villarmarzo et al., 2012), se de-
sarrollaron proyectos y actividades de socialización (Lamas et al., 2013), todo
ello en el marco del Programa Ciencia Pública del lappu (Vienni et al., 2012)
y de una filosofía y práctica basadas en la construcción participativa del patri-
monio (Cuesta et al., 2009). Por otro lado, gran parte de estos trabajos tienen
3 A pesar de que la ley de áreas protegidas (Ley 17.234 del año 2000) incluye dentro de los
objetivos de conservación (inciso 2 D y E) el mantenimiento de paisajes naturales y cultura-
les, y la protección de estructuras, sitios y objetos arqueológicos.
4 Resulta curioso ver, por ejemplo, la propia página web de snap o varios documentos técnicos
que emanan de allí, en los que sistemáticamente se trata la dimensión cultural o social como
«valor asociado».
5 Y también en el iv Informe Nacional al Convenio sobre Diversidad Biológica <https://www.
mvotma.gub.uy/estrategia-nacional.html>.
6 Evidentemente dentro de los técnicos hay diferentes visiones y por suerte, cada vez más están
los que adoptan enfoques transdisciplinares e integrales.
7 Proyecto Sistema Nacional de Áreas Protegidas con Enfoque de Paisaje en la Gestión. El
proyecto se focaliza en armonizar e integrar la gestión de las ap con la de los paisajes que las
rodean, con una activa participación de los gobiernos y las comunidades locales, siendo compa-
tible con lo dispuesto en la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sustentable (2008) y
la Ley de Descentralización y Participación Ciudadana (2009). Consultado en <http://www.
uy.undp.org/content/dam/uruguay/docs/Prodocs/prodoc%20uru-12-G32%20con%20fir-
ma.pdf> en abril de 2014.
Izquierda mapa de una científica que investiga en el área protegida (bióloga); derecha
mapa de guardaparques.
Fuente: Proyecto Cartografiando Patrimonios. Cartografía Social en Laguna de Rocha
(2012-2013). Archivo lappu
Agradecimientos
Agradecemos la colaboración de todos los investigadores y técnicos del área
protegida, de Apalco, de los pescadores de La Barra y del Puerto de los Botes.
Agradecemos a Javier Vitancurt y al snap por todo el apoyo, a la Comisión
Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio (cseam) y a la Comisión
Sectorial de Investigación Científica (csic) de la Universidad de la República por
sostener parte de la investigación y extensión, y al área de Ciencia y Sociedad de
cyted por dar cabida a estos temas como problema científico.
Introducción
Las distintas contribuciones expuestas en el libro reflejan adecuadamente la
heterogeneidad y multiplicidad del patrimonio, las formas de definirlo, estudiar-
lo y gestionarlo. Las tensiones e interacciones entre estas tres variables derivan
en distintos posicionamientos y formas de actuación cuyo comentario detallado
sobrepasa el propósito de estas reflexiones finales, que buscan más bien incisión
transversal que se conecte de uno u otro modo a las distintas intervenciones.
Todas ellas asumen de uno u otro modo que el patrimonio no es algo ‘dado’
y que ‘realmente existió’; que no es parte de una historia objetiva ni un objeto
valioso per se, sino que refiere más bien a los usos que del pasado se hacen en el
presente. Por tanto, dentro de esta concepción se incluyen las formas de adqui-
sición de conocimiento como tales, lo que hace del patrimonio un ámbito meta-
cultural extremadamente complejo. Así, la arqueología no descubre un pasado
‘realmente existente’ ahí afuera y lo desentierra, sino que igualmente lo interpre-
ta, incorporándose como disciplina como un actor social más en la producción
del patrimonio. Equiparar directamente el patrimonio con el pasado es el error
que las concepciones más tradicionales y estáticas de este repiten constantemen-
te, un paradigma desgraciadamente asumido por la mayor parte de instituciones
y tecnoburócratas. En él se produce lo que Latour (2007) denominaría un «salto
mortal» o, más recientemente, un «doble clic» (2013), según el cual el modo de
existencia del patrimonio vendría determinado por una declaración, una catalo-
gación, un descubrimiento, etcétera.
1 Las citas a textos en otros idiomas han sido directamente traducidas por el autor.