Vías o Medios de Proceder en El Sistema Contencioso Administrativo
Vías o Medios de Proceder en El Sistema Contencioso Administrativo
Vías o Medios de Proceder en El Sistema Contencioso Administrativo
Ezequiel Zamora
UNELLEZ.
Con respecto a las vías o medios de proceder que tiene el administrado al alcance de su mano
para interponer siempre que lo requiera ante el Contencioso Administrativo, existe, en primer
lugar, el contencioso de anulación de los actos administrativos, que persigue, únicamente la
anulación de un acto administrativo, sea que éste se trate de efectos generales, de efectos
particulares, o de un acto administrativo bilateral (contratos públicos). Este medio se encuentra
establecido en el artículo 21 párrafo 9 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia:
“Toda persona natural o jurídica, que sea afectada en sus derechos o intereses por una ley,
reglamento, ordenanza u otro acto administrativo de efectos generales emanado de alguno de los
órganos del Poder Público Nacional, Estadal o Municipal, o que tengan interés personal, legítimo y
directo en impugnar un acto administrativo de efectos particulares puede demandar la nulidad del
mismo, ante el Tribunal Supremo de Justicia, por razones de inconstitucionalidad o de ilegalidad. El
Fiscal General de la República y demás funcionarios a quienes las leyes les atribuyan tal facultad,
podrán también solicitar la nulidad del acto, cuando éste afecte un interés general”.
Sin duda alguna, en este artículo se plasma en su totalidad la posibilidad que tiene cada
administrado o particular de proteger sus derechos e intereses, siempre que la Ley los reconozca
como tal, así mismo el Fiscal General de la República y demás funcionarios tienen esta facultad, lo
que no los deja excluidos de pedir la nulidad de un acto administrativo que sea inconstitucional o
ilegal. Igualmente, a través del mismo, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, reguló en
igual forma el procedimiento de impugnación de leyes nacionales y estadales, y ordenanzas
municipales, y el de impugnación de reglamentos y demás actos administrativos de carácter
normativo o de efectos generales, los cuales pueden ser impugnados por vía de acción directa
ante el Tribunal Supremo de Justicia, en la Sala Político Administrativa y los demás tribunales
contenciosos administrativos, configurándose en ambos casos el recurso como una acción
popular.
En cuanto a la anulación de los actos administrativos bilaterales, constituidos por los contratos,
la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, establece la posibilidad de que se impugnen los
contratos que celebre la administración, pero por personas extrañas a la relación contractual, sin
duda alguna, es un proceso distinto al señalado anteriormente, pero que también se encuentra
contemplado en el artículo 21, párrafo 2 ejusdem:
“Toda persona natural o jurídica, o el Fiscal General de la República o el Defensor del Pueblo
podrá proponer ante el Tribunal Supremo de Justicia, demanda de nulidad, por ilegalidad o
inconstitucionalidad de contratos, convenios o acuerdos celebrados por los organismos públicos
nacionales, estadales, municipales o del Distrito Capital, cuando afecten los intereses particulares
o generales, legítimos, directos, colectivos o difusos de los ciudadanos y ciudadanas”.
Ahora bien, además de las pretensiones de anulación, también pueden llevarse a cabo
pretensiones de condena, lo que constituiría un medio contencioso de anulación de condena,
tratándose de que el Juez además de la anulación del acto, puede condenar a la administración al
pago de sumas de dinero, a la reparación de daños y perjuicios y al restablecimiento de las
situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por el acto anulado. En efecto el artículo 21, párrafo 18
ejusdem, dispone lo siguiente:
“En su fallo definitivo el Tribunal Supremo de Justicia declarará, si procede o no, la nulidad del acto
o de los artículos impugnados, y determinará, en su caso, los efectos de la decisión en el tiempo,
igualmente, podrá, de acuerdo con los términos de la solicitud, condenar el pago de sumas de
dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de la administración,
así como disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas
lesionadas por la actividad administrativa. Cuando la acción hubiese sido temeraria o
evidentemente infundada, impondrá al solicitante multa entre cincuenta (50) y cien (100) unidades
tributarias”.
Posee gran importancia este medio de proceder dentro del Contencioso Administrativo, pues,
cuando las pretensiones dependan de lesiones a situaciones jurídicas subjetivas producidas por
actos administrativos, en el mismo recurso de anulación pueden acumularse las pretensiones de
condena, con lo cual se sigue el procedimiento de los juicios de nulidad y no el de las demandas
contra los entes públicos. Además, se encuentra claramente expresado en el artículo 259 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, igualmente que el de anulación, pudiendo
tener su origen en la responsabilidad de la administración derivada del acto administrativo ilegal,
buscándose la condena de la administración al pago de sumas de dinero, a la reparación de daños
y perjuicios o al restablecimiento de la situación jurídica subjetiva lesionada por la actividad
administrativa. Esta variedad de pretensiones tiene efectos fundamentales en cuanto a la
legitimación activa y al contenido de la decisión del juez contencioso administrativo. Igualmente,
la legitimación activa, en el contencioso de anulación y condena no solo corresponde al titular de
un derecho subjetivo lesionado por el acto administrativo impugnado, sino también al titular de un
interés personal, legítimo y directo, lo cual, por supuesto, variaría según el tipo de pretensión de
condena.
Por tanto, cuando un acto administrativo es el que vulnera el goce o ejercicio de un derecho o
garantía constitucional, el medio judicial de amparo constitucional en principio, debe ser
precisamente el proceso contencioso administrativo de los actos administrativos que permite al
juez, de acuerdo al artículo 259 de la Constitución, al igual que lo hace el artículo 27 del mismo
texto fundamental, no sólo anular el acto que perturba el derecho (lo cual es el fundamento del
amparo en este caso) sino restablecer la situación jurídica subjetiva infringida.
Asimismo, la Ley Orgánica de Amparo sobre derechos y garantías constitucionales, establece en su
artículo 5 lo siguiente:
“La acción de amparo procede contra todo acto administrativo, actuaciones materiales, vías de
hecho, abstenciones u omisiones que violen o amenacen violar un derecho o una garantía
constitucionales, cuando no exista un medio procesal breve, sumario y eficaz acorde con la
protección constitucional. Cuando la acción de amparo se ejerza contra actos administrativos de
efectos particulares o contra abstenciones o negativas de la Administración, podrá formularse ante
el Juez Contencioso-Administrativo competente, si lo hubiere en la localidad conjuntamente con el
recurso contencioso administrativo de anulación de actos administrativos o contra las conductas
omisivas, respectivamente, que se ejerza. En estos casos, el Juez, en forma breve, sumaria, efectiva
y conforme a lo establecido en el artículo 22, si lo considera procedente para la protección
constitucional, suspenderá los efectos del acto recurrido como garantía de dicho derecho
constitucional violado, mientras dure el juicio”.
Una vez expuesto lo anterior, resulta necesario establecer las diferencias existentes entre estas
vías o medios de proceder y los recursos en sede administrativa, estos últimos son los medios de
que disponen los interesados para obtener por la vía administrativa la reconsideración de aquellos
actos que estimen contrarios a la ley, la equidad o la conveniencia colectiva, los cuales son tres; el
recurso de reconsideración, establecido en el artículo 94 de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, el cual procederá contra todo acto administrativo de carácter particular; el
recurso jerárquico, contemplado en el artículo 95 ejusdem, y procederá cuando el órgano inferior
decida no modificar el acto de que es autor en la forma solicitada en el recurso de
reconsideración, según el artículo 96 de la misma Ley, podrá ser intentado contra las decisiones de
los órganos subalternos de los Institutos Autónomos por ante los órganos superiores de ellos; y el
recurso de revisión, que de acuerdo al artículo 97 ejusdem, podrá intentarse ante el Ministerio
respectivo, entre otros, cuando la resolución hubiere sido adoptada por cohecho, violencia,
soborno u otra manifestación fraudulenta y ello hubiere quedado establecido en sentencia
judicial, definitivamente firme. Por otra parte, los recursos contencioso administrativos son los
medios de que disponen los interesados para someter ante un tribunal, en la forma legal, una
pretensión jurídica, con la finalidad de que esta sea satisfecha mediante una sentencia. Se
denominan “contenciosos” porque existe en ellos una disputa, controversia o contención
La diferencia principal entre estos dos tipos de recursos, la constituye que, los recursos
administrativos se plantean ante autoridades administrativas, los recursos contencioso
administrativos, en cambio, se plantean ante órganos jurisdiccionales, es decir, ante tribunales. De
igual manera, los recursos administrativos, pueden impugnar, la legitimidad o el mérito del acto, y
alegar rezones de derecho, errores de hecho, razones de equidad y de carácter técnico, mientras
que los recursos contencioso administrativos, se pueden fundar únicamente en infracciones de
reglas de derecho. Además, en los primeros, se puede llevar a cabo una reconsideración y una
revisión, que no significa que el acto quedará anulado, sino que más bien sufrirá una modificación;
y los segundos, generalmente persiguen la anulación del acto administrativo dictado por un
órgano de la Administración Pública. La autoridad administrativa que conoce de un recurso
administrativo tiene amplios poderes: confirmar, revocar, o modificar el acto impugnado e incluso,
conceder más de lo pedido por el recurrente; por otro lado, las facultades del órgano jurisdiccional
que conoce de un recurso contencioso administrativo son limitadas, y en ningún caso puede
incurrir ultrapetita, lo que significa que no puede conceder más de lo pedido por el recurrente. En
último lugar, la decisión que recae sobre un recurso administrativo, es un acto administrativo
sometido al régimen legal de este tipo de actos. El pronunciamiento que se emite en relación con
un recurso contencioso administrativo es una sentencia, provista de la autoridad de la cosa
juzgada.
Siguiendo el mismo orden de ideas, resulta fundamental hacer mención acerca de los requisitos
que deben cumplir los diferentes recursos contencioso administrativos intentados por los
administrados, en primer lugar, estos deben ser interpuestos en un lapso de tres meses contados
a partir del día siguiente de la notificación del acto administrativo, no podrán acumular
pretensiones que se excluyan mutuamente o cuyos procedimientos sean incompatibles, deberá
cumplirse el procedimiento administrativo previo a las demandas contra la República, los estados,
o contra los órganos o entes del Poder Público a los cuales la ley les atribuye tal prerrogativa,
deben acompañarse de los documentos indispensables para verificar su admisibilidad, no debe
existir cosa juzgada, basarse en conceptos respetuosos, no puede ser contraria al orden público, a
las buenas costumbres o a alguna disposición expresa de la ley.
Por último lugar, persiguiendo el objetivo de clasificar sintetizada, pero concretamente los
distintos recursos contencioso administrativos que pueden intentarse ante los órganos
jurisdiccionales, hay que hacer mención de los siguientes: el recurso Contencioso Administrativo
de Nulidad, es aquel intentado contra los actos del Poder Público de efectos generales, los cuales
pueden ser, entre otros, reglamentos, resoluciones ministeriales de efectos generales, entre otros,
este recurso fue denominado así por la Sala Político Administrativa de la extinta Corte Suprema de
Justicia (actualmente Tribunal Supremo de Justicia). El recurso Contencioso Administrativo de
Anulación; éste es un medio de impugnación jurisdiccional de los actos administrativos de efectos
particulares; por tanto es un acto del administrado dirigido a obtener la anulación judicial de un
acto administrativo por razones de contrariedad al derecho, y en su caso, la satisfacción de
pretensiones de condena, consecuencia de esa ilegalidad. Como todo medio de impugnación, es
de orden público y como consecuencia no puede ser relajado por convenio entre particulares, sino
que siempre procede su interposición, sin necesidad de ley expresa que lo prevea. El recurso de
Plena Jurisdicción en el Derecho Venezolano, aquel mediante el cual el recurrente solicita al
tribunal al que se dirige, condene a la Administración al pago de sumas de dinero y a la reparación
de daños y perjuicios originados en responsabilidad de la misma. Y el Recurso de Interpretación, el
cual está regulado genéricamente como competencia expresa del Tribunal Supremo de Justicia, en
relación con los contratos administrativos y las leyes, establecido en el artículo 5, numeral 25 de la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia: “Conocer de las cuestiones de cualquier naturaleza
que se susciten con motivo de la interpretación, cumplimiento, caducidad, nulidad, validez o
resolución de los contratos administrativos en los cuales sea parte la República, los estados o los
municipios, si su cuantía excede de setenta mil una unidades tributarias (70.001 UT)”.Asimismo, el
numeral 52 del mismo artículo dispone como competencia: “Conocer del recurso de interpretación
y resolver las consultas que se le formulen acerca del alcance e inteligencia de los textos legales, en
los casos previstos en la ley, siempre que dicho conocimiento no signifique una sustitución del
mecanismo, medio o recurso previsto en la ley para dirimir la situación si la hubiere”.
Sin duda alguna, es bastante amplio el abordaje acerca de las acciones que el Contencioso
Administrativo permite utilizar a los administrados que han sufrido una vulneración de sus
derechos individuales o colectivos, pues cada una de ellas se ajusta a la situación que haya
ocurrido, con fundamento constitucional y legal, siendo importante tener en cuenta las diferencias
existentes con la sede administrativa, en aras de obtener un conocimiento mucho más elaborado y
preciso que permita establecer los elementos concernientes y fundamentales a este importante
sistema y jurisdicción, encabezado por el Tribunal Supremo de Justicia y los demás tribunales que
contempla la Ley.