Sociedad Del Consumo en El Mundo
Sociedad Del Consumo en El Mundo
Sociedad Del Consumo en El Mundo
Primero, en las últimas décadas del siglo XIX, se combinó por un lado, la
unificación de Italia, y sobre todo de Alemania, y por otro, el aldabonazo que
supuso la Comuna de París(todo ello en 1870-71); si lo primero disparó el
crecimiento mercantil, industrial y científico técnico (Segunda Revolución
Industrial), lo segundo contribuyó a que se establecieran legislaciones que hicieron
aumentar los salarios, y ya con la conciencia de que el desarrollo de la demanda
interna permitía el crecimiento del beneficio. Quizá es más frecuente señalar como
hito la aplicación de la cadena de montaje a la fabricación de automóviles,
por Henry Ford en 1909, lo que permitió el abaratamiento del producto final; pero
sería mejor considerarlo un ejemplo, muy visible, de un proceso mucho más amplio.
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Después, como reacción a la Depresión de 1929, se fueron imponiendo políticas
basadas en las teorías de J. M. Keynes, que promovieron un aumento constante de
la demanda de los consumidores privados; estas políticas se generalizaron en el
mundo capitalista en las décadas de los 1950 y 1960.
La publicidad
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En segundo lugar, debe conseguir que el público compre el producto. Esto se
logra provocando primero en los consumidores el deseo del producto. Para ello los
técnicos en publicidad examinan y tienen en cuenta las más íntimas motivaciones
y deseos del ser humano, como es la necesidad de seguridad en uno mismo, el
éxito en la vida, la necesidad de aprobación por parte de los demás, etc.
El Marketing
Los expertos en marketing saben muy bien que la apariencia o imagen externa
del producto es signo de prestigio y distinción. De ahí la importancia que adquieren
las marcas y otros signos externos del producto, el establecimiento de compra, la
firma del diseñador o incluso un precio elevado en las estrategias de venta.
Frecuentemente la imagen del producto cuenta más que la calidad o su utilidad.
Si por un lado, hay quien afirma que la discusión sobre la bondad o maldad de la
sociedad de consumo es más de carácter ético o ideológico que estrictamente
económico, en cuanto a que la sociedad de consumo no sería sino un estadio
avanzado de las sociedades industrializadas con el objeto de cubrir las
necesidades y deseos de los consumidores; por otro hay quien señala que si la
economía es la ciencia encargada de satisfacer las necesidades humanas con
los recursos disponibles, es un problema económico de primer orden plantear en
qué medida la sociedad de consumo cubre nuestras necesidades, o bien destina
muchos recursos valiosos a satisfacer deseos fútiles (de poco aprecio o
importancia) y a stocks invendibles (conjunto de mercancías en almacén),
mientras deja de cubrir necesidades fundamentales como El derecho a un
ambiente adecuado que se deriva de otros como el derecho a una alimentación
adecuada, el derecho a la salud e, incluso, el derecho a la vida. Explícitamente ha
sido recogido en varias declaraciones de la ONU como la Resolución de la
Asamblea General 45/94.
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Una de las críticas más comunes sobre la sociedad de consumo es la que afirma
que se trata de un tipo de sociedad que se ha "rendido" frente a las fuerzas del
sistema capitalista y que, por tanto, sus criterios y bases culturales están sometidos
a las creaciones puestas al alcance del consumidor. En este sentido, los
consumidores finales perderían las características de ser personas humanas e
individuales para pasar a ser considerados como una masa de consumidores a
quienes se puede influir a través de técnicas de marketing, incluso llegando a la
creación de "falsas" necesidades entre ellos.
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de "moldear" al consumidor para convertirlo en el "consumidor ideal" que
pretenden las empresas que tienen el poder de hacerlo.
Por último, una de las mayores críticas a la sociedad de consumo viene de quienes
afirman que ésta convierte a las personas en simples consumidores y que el sistema
lo que propicia no es un intercambio de dinero por placer, sino que el placer se
encontraría en el mero hecho del consumo en sí mismo.
Referencias:
DE MIGUEL, A. y otros. “La década prodigiosa”. Ed. Grupo 16, Madrid 1987.
Aldana Rios
Pérez Rivera
Spinosa Gonzalez
Juarez