Apuntes Modelo Transteórico de Cambio
Apuntes Modelo Transteórico de Cambio
Apuntes Modelo Transteórico de Cambio
Hasta los años ochenta las intervenciones en conductas adictivas habían sido abordadas desde una
concepción del cambio como suceso dicotómico, es decir, abstinencia versus consumo, las que
enfatizaban la abstinencia como primer objetivo a lograr. Sin embargo, desde esos años comienzan
a aparecer diversos modelos basados en las fases de cambio, describiendo el cambio como un
proceso a lo largo del tiempo, lo cual permitió explicar comprensivamente el proceso de abandono
de las conductas adictivas (Sánchez-Hervás, Tomás Gradolí y Morales Gallús, 2004). El desarrollo
de estos modelos ha permitido integrar y validar diferentes técnicas en los tratamientos, mejorando
notoriamente la eficacia de las intervenciones.
McWhirter, Florenzano y Soublette (2002), mencionan que cerca del 45% de lxs pacientes que
llegan a terapia por conductas adictivas abandonan el tratamiento a las pocas sesiones, siendo un
predictor efectivo del abandono de la terapia el nivel de disponibilidad para el cambio que tiene el
paciente. Esto quiere decir que resulta fundamental construir estrategias de intervención que se
basen en la disponibilidad para el cambio de cada paciente, ya que de esta dependerá la disposición
de la persona a involucrarse activamente en la terapia y, por ende, el impacto de cualquier
intervención terapéutica.
Uno de los modelos más utilizados y efectivos para la intervención en conductas adictivas es el
Modelo Transteórico de Cambio desarrollado por Prochaska y DiClemente. Este modelo aporta
un marco donde situar las intervenciones en pacientes con conductas adictivas que se basa en el
análisis de las etapas constituyente del proceso de cambio de una conducta/comportamiento
(asociado o no a las drogas) en toda persona, con o sin ayuda de psicoterapia.
De este modo, las intervenciones terapéuticas se dirigen a: conocer cuándo las personas se deciden a
realizar cambios que modifican sus conductas adictivas, cómo se realizan estos cambios, y qué es lo
que necesitan cambiar para superar sus problemas particulares de adicción. Aquí, el «factor de
riesgo» es que, mientras se buscan las soluciones para que pueda darse un proceso en el que se dé el
«cambio», el sujeto retroceda a niveles en los que ya no se decida a cambiar (Sánchez-Hervás et al.,
2004).
Otro aspecto interesante de la propuesta de los autores es que las recaídas son vistas como un
eslabón más dentro del proceso de cambio debido a su frecuencia. Se entiende que las recaídas son
parte normal de la conducta humana en todo ámbito de la vida, volviéndose aún más comprensibles
al incorporar a la reflexión el concepto de craving. El craving y los impulsos por el consumo
tienden a ser automáticos y llegan a ser «autónomos», es decir, pueden continuar incluso aunque la
persona intente suprimirlos. Por ello, las recaídas deben ser integradas a las estrategias terapéuticas
como parte del cambio y no como un “fracaso” en la mantención de la abstinencia.
También cabe mencionar que este modelo considera esencial la colaboración entre paciente y
terapeuta, ambos entendidos como sujetos activos en el proceso, y tiene un enfoque motivacional.
La variable motivación se incluye en el modelo a partir de la operativización realizada por Janis y
Mann de los componentes motivacionales y cognitivos implicados en todo proceso de toma de
decisiones relacionado con un posible cambio conductual, los que se concretan esencialmente en los
beneficios (pros) y costes (contras) para unx mismx y para lxs demás de las diferentes alternativas
conductuales para abandonar la conducta adictiva (balance decisional) (Sánchez-Hervás et al.,
2004).
Se definen 6 estadios que delimitan los niveles de disponibilidad o preparación del sujeto para el
cambio, los cuales se recorren de manera circular o espiral, no lineal (Cabrera, 2000).
4. Acción: en este estadio las personas ejecutan las acciones que han preparado para superar
su problema (por ejemplo, dejan de fumar, botan la última cerveza, etc.), materializando el
cambio que se venía intencionando en las etapas previas. Requiere un compromiso
importante de parte del sujeto, y le exigirá un gran esfuerzo y tiempo. La acción es una
etapa reconocida como inestable por el potencial de recaída o por la rápida progresión a la
etapa de mantenimiento.
5. Mantenimiento: tiene lugar cuando se estabiliza el cambio (se considera a partir de los 6
meses de abandonada la conducta adictiva). Las personas trabajan activamente en la
prevención de la recaída o el relapso, usando una variada y específica serie de procesos de
cambio. En esta etapa las personas no tienen deseo ni tentación por volver a emitir la
conducta adictiva en cualquier situación problema, y aumentan progresivamente su
autoconfianza para mantener el cambio comportamental.
El avance a través de las distintas fases no se hace de forma lineal, sino que se suele pasar varias
veces por la misma fase hasta que se consigue mantener la abstinencia.
Recaída
La recaída ocurre cuando las estrategias que emplea la persona para mantener su abstinencia fallan.
Son parte del proceso de cambio antes de lograr el abandono definitivo del comportamiento adictivo
y suelen acompañarse de sentimientos de culpa, fracaso y posible desesperanza. Como
consecuencia de volver a emitir la conducta adictiva que se está intentando modificar, la recaída
genera un regreso a un estadio motivacional inferior, de tal forma, si la persona se encuentra en el
estadio de acción regresaría al de preparación o contemplación, y si estuviese en el estadio de
mantenimiento podría regresar al de acción, preparación o contemplación (son muy pocxs lxs
pacientes que regresan al estadio de precontemplación).
Técnicas de intervención para pasar de un estadio a otro (Arias, Barreiro, Berdullas, Iraurgui,
Llorente del Pozo, López, Madoz, Martínez, Ochoa, Palau, Palomares y Villanueva, 2010)
Determinadas técnicas terapéuticas pueden ayudar a lxs pacientes a progresar a lo largo de los
estadios de cambio. La probabilidad de que lxs pacientes utilicen los procesos de cambio, y por
tanto avancen a lo largo de las etapas, se incrementa si se utilizan técnicas que mejoran la
utilización de los procesos de cambio que son relevantes en determinados momentos del
tratamiento. Las técnicas terapéuticas son las siguientes:
3. Solución de problemas. Muchos pacientes pueden carecer de esta habilidad y con su uso se
incrementa la autoeficacia.
4. Establecimiento de metas. Se trata de que los pacientes diferencien entre objetivos realistas
y no realistas.
8. Técnicas cognitivas. Son útiles tanto para los procesos de cambio experienciales como
conductuales.
10. Clarificación del rol. Es una técnica utilizada para abordar los conflictos entre compañeros
de trabajo cuando alguno de ellos es también consumidor de drogas. El paciente aprende a
identificar el rol que ocupa y cómo el consumo de drogas puede afectarle en este aspecto.
La técnica incrementa el proceso de cambio de reevaluación ambiental.
11. Habilidades sociales y mejora de las habilidades de comunicación. El aprendizaje de las
habilidades incrementa el proceso de cambio de relaciones de ayuda, expandiendo de ese
modo sus apoyos.
1. Precontemplación: en esta fase el énfasis está puesto en la creación de una fuerte alianza
terapéutica con lx paciente, para aumentar el compromiso y la motivación de la persona a
comenzar el tratamiento. Suele utilizarse la entrevista motivacional para promover la
disponibilidad para el cambio.
3. Preparación: durante esta etapa lxs participantes que han elegido la opción de tratamiento
formalizan un plan individual y estructurado de tratamiento. El sujeto está listo para
comprometerse con su terapeuta como un total colaborador en el diseño de un plan de
tratamiento individual.
5. Mantenimiento: una tarea para lx especialista es reconocer situaciones de peligro para una
recaída y proveer a lx paciente de alternativas. El foco de tratamiento es construir seguridad
en la utilización de las estrategias de mantenimiento de prevención de recaídas.
Referencias
Arias, F., Barreiro, C., Berdullas, J., Iraurgui, J., Llorente del Pozo, J., López, A., Madoz, A.,
Martínez, J., Ochoa, E., Palau, C., Palomares, A. y Villanueva, V. (2010). Manual de
adicciones para psicólogos especialistas en psicología clínica en formación.
Socidrogalcohol: Valencia.
Mayor, L. (1995). El cambio en las conductas adictivas. Revista de Psicología de la PUCP, 13(2),
129-142.
Pedrero Pérez, E., Fernández Hermida, J., Casete Fernández, L., Bermejo González, M., Secades
Villa, R. y Tomás Gradolí, V. (2008). Guía clínica de intervención psicológica en
adicciones. Socidrogalcohol: Valencia.