Dialnet ElConventoDeSanFranciscoDeValladolid 1976618
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DE VALLADOLID.
NUEVOS DATOS PARA SU HISTORIA
por
INTRODUCCIÓN.
4 Noticias Chronographicasy Topographicas del Realy Relliosissimo convento de los Frailes Menores Ob-
servantes de S. Francisco de Valladolid, cabeza de la Provincia de la Inmaculada Concepción de N. Señora. El ma-
nuscrito original se quemó en 1939 pero se conserva una copia en B. N., Ms. 19.351. Además del manus-
crito de Sobremonte, son importantes para el conocimiento del convento, entre otros: J. ANTOLINEZ DE
BURGOS, Historia de Valladolid, Ed. Valladolid, 1887, p. 246-271; Fray F. CALDERÓN, Primera Parte de/a
Crónica de la Santa Provincia de la Purísima Concepción, Ms. en Archivo de PP. Franciscanos de Valladolid,
escrito en 1679; M. CANESI ACEVEDO, Historia Seculary eclesiástica de la ciudad de Valladolid, Lib. 2, Capítu-
los 10 a 17, Ms. en la Biblioteca de la Diputación de Vizcaya; 1. BOSARTE, Viaje artístico a varios pueblos de
España. Madrid, 1804; M. SANGRADOR VÍTORES, Historia de Valladolid, t. II, Valladolid, 1854, p. 231-240; J.
MARTÍ Y MONSÓ, Estudio Histórico-Artísticos relativos principalmente a Valladolid, Valladolid, 1898-1901 y
"Nuevas noticias de arte extraidas y comentadas de un libro hasta hace poco inédito", Boletín de la Socie-
dad Castellana de Excursiones, II, 1905-6, p. 1-11; C. GONZÁLEZ GARCÍA-VALLADOLID, Valladolid, Recuerdosy
grandezas, t. III, p. 225-250; A. DE NICOLÁS, "Un manuscrito curioso", Bol. Soc. Cas. Ex., I, 1903-4, p. 323-
330, glosando, al igual que Martí, el manuscrito de Sobremonte; J. AGAPITO Y REVILLA, "Las casas consis-
toriales de Valladolid", Bol. Soc. Cast. Ex., IV, 1909-10, p. 115-124; F. ANTÓN, "Obras de Arte que atesora-
ba el Monasterio de S. Francisco de Valladolid", B. S. A. A., IV, 1935-36, p. 19-49, elaborado igualmente
a partir de Sobremonte.
5 El plano se conserva en el Museo Arqueológico vallisoletano y fue reproducido por J. MARTÍ Y
MONSÓ, Estudios..., p. 356.
6 La documentación recogida hasta ahora, fruto en su mayoría de la investigación de Martí y Mon-
só y García Chico, se consigna en el lugar oportuno.
EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE VALLADOLID 413
zación la caja central de los sucesivos retablos mayores estuvo ocupada por
la escultura de la Inmaculada —titular del convento— realizada por Gregorio
Fernández, que había estado desde 1617 en la capilla de los condes de Ca-
bra.
El cuerpo de la iglesia estaba separado de la capilla mayor por una reja.
Originalmente el coro estuvo situado en el centro de la nave —como sucedía
en el convento de San Pablo— pero en 1509 se instaló en alto a los pies de la
iglesia, ocupando dos tramos de bóveda". Entonces se colocaría la sillería
de 84 sitiales entre altos y bajos, "obra de dos religiosos entalladores", de
que habla Sobremonte y que fue sustituida en 1735 por la interesantísima si-
llería rococó ensamblada por Fray Jacinto de Sierra y tallada por su hermano
Pedro'.
Cinco capillas, de variada dimensión y profundidad según se deduce
del plano, se situaban en el lado del Evangelio. Comenzando su enumera-
ción por el 'presbiterio y exceptuando la ya citada de los Rivera, comprendi-
da dentro de la capilla mayor y que luego se transformaría en capilla de Co-
pacabana, eran las siguientes: la dedicada a San Antonio, propiedad de los
Mancebos Sastres, conocida también por San Antonio el Rico, antes llama-
da de la Concepción; la de San Mancio, fundada por Ruy Pérez de Agraz y
que recayó en el Hospital de Esgueva, pequeña y oscura, situada entre dos
rejas de madera; la de San Carlos Borromeo, que en lo antiguo se llamó de los
Hermosilla; la de Santa Catalina, que junto a la anterior era propiedad de la
familia Venero y la de San Antonio, llamada de los Cañedos o de San Anto-
ña de Francia y el de la Epístola a San Bernardino, que fueron sustituidos en fecha imprecisa por "dos re-
tablicos poco lucidos" dedicados respectivamente a S. Francisco, con una imagen de bulto "que se lleva
en la procesión del corpus" ya Ntra. Sra. de la Peña de Francia, vestida. El segundo retablo mayor, colo-
cado hacia 1622, se desmontó alrededor de 1674 y fue vendido en 5.000 reales a la parroquia de Laguna
de Duero (Valladolid), donde lo asienta en 1679 el ensamblador Blas Martínez de Obregón (cfr. J. J.
MARTÍN GONZÁLEZ, Catálogo Monumental del PartidoJudicial de Valladolid, Valladolid, 1973, p. 61-62 y 66-
67). En 1675 se encargaron a Francisco Díez de Tudanca dos retablos colaterales para colocarlos "dentro
de la capilla mayor al pie de las gradas de piedra por donde se sube al altar mayor" (cfr. E. GARCÍA CHICO,
Documentos para el estudio del arte en Castilla. Escultores, Valladolid, 1941, p. 306). En enero de 1696 "se hi-
zo el camarín de nra sra de la Concepción, y se retocó el havito, excepto manos y cara, y también se hizo
la escalera y las puertas, y se abrió la ventana que ai a la calle de 011eros". R. FLORANES, Memorias para los
Anales de Valladolid desde 1600 basta 1783, B. N., Ms. 11.282, fol. 66.
Según Canesi el suelo del coro "que era de ladrillo y azulejos" fue costeado por Gonzalo Fernán-
dez de Córdoba, el Gran Capitán", que se hallaba en Valladolid, aposentado en el Convento". Las bóve-
das del coro se hundieron en 1567 siendo reparadas gracias a la generosidad de doña María de Mendoza,
viuda de Francisco de los Cobos. "En nuestros días —dice Sobremonte— hizo vicio (el coro) y se aseguró
en 1622 con dos pilares de sillería". Efectivamente, en el testamento de Pedro de Vega, maestro de cante-
ría, otorgado en 1622, manifestaba que el convento le debía dineros "de resto de los pilares del coro". E.
GARCÍA CHICO, Documentos... Arquitectos, Valladolid, 1940, p. 164. En 1612 Diego Valentín Díaz pintaba
un lienzo "para poner entre las dos puertas del coro". E. GARCÍA CHICO, Documentos... Pintores, II, .
Valladolid, 1946, p. 29.
12 Ventura PÉREZ, Diario de Valladolid, Valladolid, Ed. 1885, p. 133. El autor participó en su ensam-
blaje. La sillería, que, como es sabido, se conserva en el Museo Nacional de Escultura, ha sido abundan-
temente estudiada y elogiada. Se describe en un sermón impreso en Valladolid en 1741, donde se habla
también de otros aspectos del convento. B. MAESTRO, Sermonesy Descripción Histórica del Capítulo General
que la Religión Seráfica celebró en Valladolid en 4 de Junio de 1740, Valladolid, 1741. Cfr. M. P. DÁVILA FER-
NÁNDEZ, Los Sermones y el Arte, Valladolid, 1980, p. 254.
EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE VALLADOLID 415
nio el Pobre, situada debajo del coro, cuyo espacio anteriormente lo habían
ocupado las capillas de la Trinidad y de San Antonio; se renovó hacia 1623 y
en el siglo XVIII se consideraba como una de las mejores de la iglesia.
Entre las capillas de Santa Catalina y de San Antonio de los Cariedos se
abría la puerta principal de la iglesia, que primitivamente había estado a los
pies. Se hallaba precedida de un pórtico de sillería, abovedado y adornado,
situado en el amplio patio al que se accedía desde la entrada principal del
convento, en. la Plaza Mayor".
En el lado de la Epístola y en el espacio comprendido desde la reja de la
capilla mayor hasta el muro de los pies del templo se abrían otras cinco capi-
llas: la de San Diego, patronazgo del alcalde Escudero, con acceso al claustro
y al púlpito, en la que estuvo la escultura de San Diego de Alcalá, obra de
Gregorio Fernández, hoy en el museo de la Pasión"; la de la Encarnación,
.anteriormente llamada de Santiago; la de la Soledad, cuya primera advoca-
ción fue de San Bernardino, que perteneció a la familia Sevilla-Vega y en el
siglo XVII a don Francisco de Cárdenas, en ella estuvo el espléndido retablo
de la Piedad, asimismo obra de Fernández, que hoy se conserva en la parro-
quia de San Martín "; la del Santo Cristo, antes de San Andrés, propiedad del
Dr. Santamaría, situada enfrente de la puerta principal de la iglesia, y que te-
nía un interesante tríptico flamenco, en nogal, hoy en el museo de San Gre-
gorio; y otra llamada también de la Encarnación, antes de San Pedro, propie-
dad del convento, oscura a causa de estar debajo del coro y no tener posibili-
dades de iluminación. "Todas —dice Sobremonte— son de arcos de medio
punto y bóvedas fageadas y no tan capaces como las de enfrente porque co-
mo caen al lado del claustro principal no se les puede dar más fondo del
grueso del muro de la iglesia, pero sí bastante para el altar; algunas son mo-
dernas".
En el muro de los pies se abría una puerta que daba acceso a la llamada
nave de Santa Juana, construida perpendicularmente a la nave principal,
ocupando todo el ancho de ésta incluidas las capillas colaterales. Tenía a su
vez altar principal y ocho capillas, cuatro al lado del Evangelio: San Diego,
13 Sobre la portada del convento cfr. todas las fuentes citadas, especialmente J. AGAPITO Y REVILLA.
ob. cit., y además J. J. MARTÍN GONZÁLEZ, "Dibujos de monumentos antiguos vallisoletanos", B. S. A. A.,
XIX, p. 33 y J. URREA, Breve historia de la Plaza Mayor de Valladolid, Valladolid, 1981. En junio de 1592 Fe
lipe-de la Cajiga y Juan de Nates se obligaron a hacer las columnas de los soportales del "patio primero
Como entra en el Monesterio", encargándose el alarife Pedro de Mazuecos de toda la carpintería de la
obra. E. GARCÍA CHICO, Arquitectos, p. 96. Existió además una entrada secundaria al convento desde la ca-
lle de Santiago, la llamada Puerta de las Carretas, para cuyo adorno se hizo una portada en 1599, con ar-
co, cornisa y frontispicio con un nicho que albergaba una escultura de San Francisco trabajada en piedra
y alabastro. Ibidem,. p. 37.
14 Cfr. J. J. MARTÍN GONZÁLEZ, El escultor Gregorio Fernández, Valladolid, 1980, p. 251.
13 En 1589 el pintor vallisoletano Gregorio Martínez concertó con la familia Sevilla-Vega la reali-
zación de un retablo de escultura y pintura para la capilla, encargándose además de la decoración de sus
muros y bóvedas y del dorado de la reja. J. M. PARRADO DEL OLmo,."Nuevos datos sobre Gregorio Martí-
nez", B. S. A. A., XL-XLI, p. 689.
416 MARÍA ANTONIA FERNÁNDEZ DEL HOYO
San Miguel" b", Santa Ana —estas dos últimas daban también al cuerpo de la
iglesia— y del Sto. Cristo y otras tantas en el muro de la Epístola: San Cosme y
San Damián,Xtra. Sra. la Blanca, San Juan Bautista y otra también llamada
de Ntra. Señora. Esta nave de Santa Juana tenía acceso directo desde el claus-
tro y servía de "tránsito a la portería principal que sale a la plaza maior".
Al claustro principal, adosado al muro de la Epístola, se abrieron primi-
tivamente, además de otras dependencias, siete capillas pero en el siglo xvii,
después de las reformas, sólo tres tenían acceso a él. En el primer paño del
claustro: la de Santa Cruz, llamada de los Santistébanes, conceptuada como
la más antigua del convento; la de los Mirandas, llamada de San Antonio y
antes de San Pedro, "muy capaz y suntuosa""; y al segundo daba la del teso-
rero don Luis de Vitoria, que tenía por advocación la Porciúncula.
En el espacio comprendido "entre la sacristía nueva, la capilla mayor y
el claustro" se situaban cuatro capillas: la de los Condes de Cabra, que tuvo
diversas advocaciones según veremos; la famosa capilla del obispo de Mon-
doriedo, llamada del Sepulcro; la de los Leones, sin advocación precisa y que
no podía llamarse realmente capilla ya que su altar se retiró en 1576 cuando
"se fabricó la Sacristía Nueva, para dar tránsito al claustro y la iglesia" y la
llamada del Cristo de Burgos, cuyo mérito consistía en dar cobijo a una escul-
tura de San Antonio, obra de Juan de Juni, conocida como "San Antonio el
oscuro", actualmente en el museo de San Gregorio.
Situada al lado del Evangelio pero dentro de la capilla mayor tenía por
titular la Inmaculada Concepción". Según Sobremonte era "muy espaciosa
15 La capilla perteneció a Alonso de Vitoria, mayordomo del cabildo de la catedral, y a Ana Ló-
pez de Corcuera, su mujer, quienes en octubre de 1594 adquirieron para su entierro "un arco de los que
están nuevamente hechos.., en la obra nueva.., que es el segundo saliendo de la puerta de los pies de la
yglesia para el claustro", pagando por ello 2100 Rs, según tasación de Diego Praves y Juan de Nates, y con
derecho a poner sepulturas, retablo y una reja que se abriera solamente hacia la nave de San Diego (luego
de Santa Juana). (A.H.P.V., Leg. 653, fols. 2161,2174 y 2377). Pero al año siguiente obtuvo asimismo la
posibilidad de comunicar también la capilla con la iglesia principal y colocar otra reja, a cambio de una
limosna de 1100 Rs. (Ibidem, Leg. 654, fol. 877). En enero de 1595 el rejero García Ruiz se obligó a hacer
dos rejas de yerro, de dos órdenes, con pilares cuyo grosor debía asimilarse a los de la capilla de Juan de
Sevilla (de la Soledad) y el limado semejante a la del doctor Santamaría (del Sto. Cristo), con dos medias
puertas erf cada una (Ibidem, fol. 12). Al tiempo se encargó al entallador Juan de Vila un retablo que ha-
bía de ser "grande, del ancho y largo que conviniere para la capilla.., y de la manera que Ju.° de Nates di-
xere... y las colunas e todo lo demás.., entorchado conforme a un retablo quel dho Ju.° de Vila hizo ques-
ta en el m.° de sr san Quirce... a la pte de la epístola ques el altar de sr santiago... y en la caja principal a de
poner y hacer de bulto e de media talla.., la imagen de señor san miguel", pagándose 600 Rs. (Ibidem,
fol. 43).
16 En 1583 los escultores Francisco de la Maza y Manuel Alvarez concertaron el retablo de la capi-
lla (E. GARCÍA CHICO, Escultores, p. 85) a la vez que Marcos de Estrada, maestro de hierro y Juan de Villa-
Ión, rejero se encargaron de la reja. E. GARCÍA CHICO, Rejeros, Valladolid, 1966, p. 8.
17 Para exponer ordenadamente la nueva documentación comenzaremos por el presbiterio, ocu-
pándonos después de la reja, capillas del evangelio y de la epístola, claustro y capillas próximas a él y ca-
pilla de la V. O. T.
18 El especial empeño que la Orden Franciscana puso en la defensa del misterio de la Inmaculada
EL CONVENTO DE SAN ,FRANCISCO DE VALLADOLID 417
CAPILLA DE COPACABANA.
29 A. H. P. V., Leg. 686, fol. 1.409. El convento especificaba que "si el altar lo baxáramos nosotros
o nuestros sucesores se le a de dar entrada.., por la capilla de la Comunión para poder entrar e salir a la di-
cha capilla de San Bernardino libremente".
30 E. GARCIA CHICO, Pintores, II, p. 177.
31 En la ermita de la Vera Cruz, de La Cistérniga (Valladolid) existe un retablo, adornado con el
cordón franciscano, que perteneció "a la cofradía de Señor San Francisco, de los mercaderes de esta ciu-
dad» . No se conserva el San Francisco titular. Cfr. J. J. MARTIN GONZÁLEZ, Catálogo..., Valladolid, 1973,
p. 53.
32 SOBREMONTE, fol. 197. Con el cambio la dimensión del cuerpo de la iglesia "que era de 18 lechos
se alargó a 20°. Parece deducirse que se reinstaló la misma reja pero su modestia rio debía satisfacer a la
comunidad, que unos arios más tarde pensó en su sustitución.
" Ibidem. Canesi añade que ésta era "alhaja primorosa y de mucho valor". .
34 J. MARTI Y MONSO, »Nuevas noticias... » , p. 8 y A. GALLEGO DE MIGUEL, Rejería Castellana. Valla-
dolid, Valladolid, 1982, p. 156.
35 El documento, existente en Archivo de PP. Franciscanos de Valladolid, Carpeta 6, n.°9, lleva en
EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE VALLADOLID 421
portada el siguiente texto: "Papeles de la reja de hierro de la capilla mayor, obligaciones, pago y conoci-
mientos con Juan de Fullaondo para la capilla mayor y paño del claustro de la enfermería. Escritura de
Pedro Ortiz para llevar la reja a Miranda. Escritura y cartas de pago con Domingo de de Ubidea para ha-
cer una reja para el cuerpo de la Yglesia de Valladolid. Otros papeles referentes a la reja de hierro".
36 Fray Baltasar recibió también poder para comprar hierro.(20-XI-1596) "para quanto...,se a de
acer una rreja a la capilla de santo fray diego ya otras capillas qué son del convento ansí las una como la
otra y tanvién al claustro principal para todo lo qual es menester gran cantidad de hierro y ser mayor co-
modidad.yrlo-a comprar a bizcaya donde se puede deregar y librar mejor".
37 Aunque la escritura, hecha en Vitoria, no especifica la cantidad que se le pagaría, el 15 de di-
ciembre se .dicipor pagado de 6.961 rs. recibidos por 10.750 libras de "de fierro labrado.., que tengo entre-
gado".
38 Los 48 pilares pesaron 9.826 libras que a razón de 23 mrs. la libra daban un total de 6.647 rs. y
23 mrs.
422 MARÍA ANTONIA FERNANDEZ DEL HOYO
Don Carlos de Venero y Leyva, capellán del Rey Felipe III y canónigo
de la Catedral de Toledo, ostentó el patronazgo de estas dos capillas situa-
das en el lado del Evangelio. La primera de ellas, de San Carlos-Borromeo,
no tenía acceso directo a la nave de la iglesia sino al patio. "Estaba situada —
dice Sobremonte— más adentro de la capilla de San Mancio y de un tránsito
que va desde la de Sta. Catalina a la de San Antonio... era como recapilla de
la de Sta. Catalina.., en el libro antiguo del convento era llamada de los Her-
mosilla... la reedificó D. Carlos Venero en 1624" adornándola tanto en ar-
quitectura como en escultura y pmtura48.
Por el contrario, la capilla de Santa Catalina era, al decir de Sobremon-
te, "la más moderna y la más elegante, majestuosa y aseada de la iglesia". De
dimensiones superiores a las demás, tenía dos arcos abiertos a la nave. A las
noticias que dan los historiadores del convento podemos añadir las que pro-
porcionan las escrituras que para la concesión del patronazgo de la capilla se
otorgaron entre don Carlos Venero y el convento en los arios de 1602 y
1603.
Ambas parte litigaron por su propiedad. En ella había lechos sepulcra-
les de algunos de los linajes más ilustres de la ciudad: Leones, Mudarras, On-
degardos, Navas, Zárates, Veneros y Leyvas. Para- apoyar su pretensión don
Carlos aducía que entre ellos estaban sus antepasados "desde 200 años" y
enumeraba además las obras costeadas en la capilla por sus parientes y las
que él mismo financiaba entonces.
La capilla —se dice— "está la primera como entramos por la puerta prin-
cipal a la izquierda y tiene tres puertas, la una antes de entrar a la yglesia y la
otra sale al cuerpo de la yglesia y la tercera q ba a las capillas de la dha
yglesia... y la primera puerta está junto a la pila del agua". En 1590, por man-
dato de doña María Ondegardo se invirtió dinero en "renovar rejas de ma-
dera y lucir la dicha capilla y acer la boveda y carnero", suprimiendo "un re-
tablo y altar que estaba junto a la pila del agua bendita encajado en la misma
puerta", y renovando armas, letras y altar.
El 28 de marzo de 1602, don Carlos Venero, además de efectuar la do-
tación de misas y memorias, se comprometió a costear: "un chapado de pie-
desaparición de la capilia para hacer la de Copacabana remitimos a la nota 22. Dice Canesi que "en 1722
la cofradía de los Mancebos Sastres celebró solemnes festividades y con las limosnas "dió de blanco la ca-
pilla y la hermoseó con varias pinturas de sus maravillas", lo que parece confirmar la perviviencia de la
capilla.
48 En su testamento, otorgado en Toledo el 30 de septiembre del mismo 1624, don Carlos cedía a
los colegiales y familiares del Colegio de Santa Cruz de Valladolid, de donde él mismo había sido cole-
gial, la posibilidad de enterrarse en ella. Archivo del Colegio de Santa Cruz. Debemos este dato a nuestra
amiga M.' Angeles Sobaler.
48 A. H. P. V., Leg. 668, fols. 703 y ss. y 670, fols. 256 y ss.
EL CONVENTO 'DE SAN FRANCISCO DE VALLADOLID 425
Segunda capilla del lado de la Epístola a partir del presbiterio, había si-
do antiguamente de Alvaro de Medina quien la compró al escribano Her-
nán Sánchez. En las primeras décadas del siglo XVII perteneció a doña Afra
Cuon (o Con) que la legó a don Clemente Formento, Regidor perpetuo de
Valladolid. Dice Sobremonte: "La tienen los Formento muy decorosa y de-
centemente adornada con media rexa de yerro y retablo muy ayroso en la ca-
pacidad que allí ay". Efectivamente, Clemente Formento acometió en 1622
la reforma y reconstrucción de la capilla que entonces llevaba todavía la ad-
vocación de Santiago. A través de la documentación publicada por García
Chico y de la que ahora aportamos se puede reconstruir con bastante exacti-
tud su aspecto".
El 9 de marzo de 1622 el maestro de cantería Pedro de la Vega y los alba-
ñiles Antonio Morales y Domingo del Rey obtuvieron el contrato para reali-
zar la obra de esta capilla conforme a trazas y condiciones de los dos prime-
ros. Tenían que construir el arco de acceso a la capilla, de ladrillo, y entregar-
lo terminado en dos meses. Ignoramos por qué causa se retrasó la obra más
de un ario, pero en junio de 1623 el patrono decidió, de acuerdo con la co-
munidad, variar el proyecto empleando cantería en lugar de ladrillo, sirvién-
dose de la asesoría de los arquitectos Francisco de Praves y Rodrigo de la
Cantera, autores también de las nuevas trazas. Se pretendía que el arco tu-
viese "mayor firmeza y seguridad.., para que la ygla. no tenga peligro". En
julio Pedro de Vega y Domingo del Rey (Antonio de Morales había muerto
ya) se obligaron a hacer la obra "conforme a la trala dada por rrodrigo de la
Cantera'''. En la planta se señala también la reja que fue colocada inmedia-
tamente. El altar ocupaba el muro de la izquierda, siguiendo por tanto el eje
mayor de la iglesia, al igual que el resto de las capillas; en el muro del fondo
se abría la puerta al claustro.
La reja se encargó, el 31 de octubre del mismo 1623, a Matías Ruiz.
Constaba de "32 balaustres de yerro macilo labado y limado de alto y grues-
52 Cfr. J. J. MARTIN GONZÁLEZ y J. URREA, Monumentos..., p. 15.
53 Publicó GARCÍA CHICO los diseños del arco -cle entrada a la capilla (Arquitectos, p. 152 y láms.
XVII y XVIII). La documentación está muy extractada, sintetizando varios documentos de distintas fe-
chas. Cfr. A. H. P. V., Legs. 1.609, 1.659 y 1.660. Ver además J. URREA, Planos, Dibujosy Maquetas de Valla-
dolid, Valladolid, 1984.
54 Había de seguirse además "un borrador hecho por Francisco de Praves" que debe de ser el refle-
jado en la lám. XVIII, con anotaciones autógrafas del arquitecto. La planta y alzado de la lám. XVII serían
quizá de Cantera.
EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE VALLADOLID 427
SS A. H. P. V., Leg. 1.660. Es probable que el modelo fuera obra del propio Praves. 28 de los balaus-
tres medían 7 pies y medio y2 dedos de alto y el grueso conforme al modelo; los otros 4-2 para las esqui-
nas y 2 junto a las puertas— algo más gruesos, tallados con hojas en las mazorcas. La reja llevaba plantas
de hierro y cornisa de madera y asentaba sobre pedestal de piedra.
56 Esta noticia nos obliga a pensar en Matías Ruiz como autor de una de las rejas de la capilla de los
Vitoria. A. GALLEGO DE MIGUEL, ob. cit., p. 184 apunta ya esta posibilidad.
S7 E. GARCÍA CHICO, Pintores, II, p. 33. Sobremonte dice del cuadro que era "harto bueno".
58 A. H. P. V., Leg. 1.661, s. f., 23 junio 1625.
59 3 casullas, 3 frontales, 3 manteles y otros efectos: un guardapolvo, 2 candelabros de aljófar, una
campanilla de metal y un rodapié de madera pintado de azul. Ibidem, 30 diciembre 1626.
60 F. ANTÓN, ob. cit., p. 42.
428 MARÍA ANTONIA FERNÁNDEZ DEL HOYO
y ancho de la capilla "y antes a de subir lo ques la coronación del alto arriba
el cristo con su cruz y ansimismo a de llevar cuatro pirámides con sus piedes-
traves" (sic)".
Dentro del conjunto conventual parece ser que hubo cuatro claustros:
el principal o procesional, otro mediano, dos pequeños y "dos medios claus-
tros que unen los dormitorios y habitaciones de los religiosós"", a los que
hay que añadir el patio o jardín situado entre la portada principal y la iglesia,
y otros tres jardines.
Desconocemos la fecha de lá primera fábrica del claustro principal, si-
tuado, como es habitual, al lado de la epístola de la iglesia. Sobremonte dice
que uno de los paños altos fue costeado por Frájr Alonso de Burgos, obispo
de Palencia, el fundador del vallisoletano Colegio de San Gregorio, lo que
nos daría una cronología en los arios finales del siglo xv. Es indudable, por el
contrario, que el claustro se rehizo en los arios finales del siglo xvi. En octu-
bre de 1595 Diego de Praves se comprometió a hacer "la cantería del claus-
tro principal" según sus propias trazas y condiciones'. Durante el siglo XVII
el claustro se fue enriqueciendo con azulejos, pinturas y una fuente". En
1608 se empedró "de cintas de piedra y quadros de labores de guijarros
menudos" y en arios sucesivos se decoraron pilastras y lunetos con pinturas
murales de prelados e hijos ilustres del convento, colocándose entre ellos
grandes lienzos con historias de la vida de San Francisco.
Se conocía la intervención del pintor Felipe Gil de Mena en la realiza-
ción de esta serie de cuadros pero el documento que aportamos confirma y
amplía su trabajo al tiempo que da a conocer la contribución pictórica de
otro artista vallisoletano: Jacinto Rodríguez.
El 13 de junio de 1640 Rodríguez otorgó carta de pago por "12 ducados
de una luneta alta que es la de San Luis obispo y 14 ducados de 4 Reyes que
pinté". En la misma fecha Felipe Gil decía haber recibido "de la pintura que
he hecho para el claustro lo siguiente: de 4 lunetos grandes a 12 ducados, 48;
de 21 lunetos pequeños a 4 ducados, 84 ducados; de los dos quadros de la
entrada en Assis y sepulcro de s. frco. con el dorar de sus marcos, 54 duca-
dos; de los quadros de la limosna y la enfermedad de s. frco. y la cárcel y sus
marcos, 48 ducados; de los quatro de las esquinas de la cantería, 76 ducados,
que todo hacen 310 ducados'. Según Canesi algunas de estas pinturas fue-
ron "enmendadas y puestas en limpio" a comienzos del siglo xvm por el le-
go del convento Fr. Diego de Frutos que asimismo pintó en el claustro alto
la vida y milagros de San Pedro Regalado, hoy conservada en los almacenes
del Museo Nacional de Escultura al igual que varios de los cuadros de Felipe
Gil, a excepción del cuadro llamado de "la limosna", actualmente en el Mu-
seo Arqueológico y el cuadro del Milagro del Refectorio, en el Museo de la
Pasión.
El pintor Blas de Cerbera se encargó, en junio de 1641, de realizar la
pintura decorativa del claustro bajo, según sus propios diseños. Todas las
bovedillas y sus arcos se recubrieron con profusión de oro y labores policro-
mas de grutescos y florones. Los colores debían de ser "de lo mejor y más
perffeto y como lo que está en san pablo y la merced desta ciud"".
además a la cofradía "para hacer sus cavildos }r juntas la sala que está encima de la puerta principal... quel
valcón sale a la placa". A cambio de todo ello la cofradía debía pagar una limosna anual de 200 reales,
obligándose además a enterrar a todos los religiosos del convento acompañandoles con velas y blando-
nes. Posteriormente las cláusulas de la primera escritura se modificaron conformándose los cofrades
con "la sala donde se lehe teoloxia... donde hasta agora an echo y hazen sus juntas y cavildos", perdiendo
a cambio la obligación de enterrar a los religiosos. Se especifica también que la cofradía no podría aban-
donar el convento y que en caso de hacerlo, de acuerdo con éste, no podría llevarse la imagen ni lo demás
excepto el retablo. Igualmente, "guando y en qualquier tiempo que la ymaxen... se mudare a otra pte o
capilla deste dho monesterio la dha cofradía y cofrades ayan de passar y passen... el dho retablo". Parece
que en el ánimo de la comunidad estaba ya la idea de llevar la Inmaculada a la capilla mayor. Sobre la In-
maculada de G. Fernández, además de las fuentes citadas, cfr. J. J. MARTIN GONZÁLEZ, El escultor._ p. 233;
J. URREA, "Gregorio Fernández" en Vallisoletanos, t. III, Valladolid, 1984, p. 94.
69 J. MARTI Y MONSO, Estudios..., p. 358 y "Nuevas...", p. 2.
Archivo de PP. Franciscanos, Carpeta 6, n.° 10. Entre los testigos figura el pintor Bartolome de
Cárdenas. La ampliación del retablo que publica Martí y Monsó (ver nota anterior) pudo muy bien de-
berse a la necesidad de transformarlo al desaparecer la Inmaculada que, como ya se ha dicho, se instaló
en el altar mayor de la iglesia en 1622. En diciembre de 1621 Tomás de Prado otorga carta de poder para
cobrar "resto de la pintura del Retablo de Ntra. Sra. de la Concepción del convento de S. Fco.". Cfr. A.
H. P. V., Leg. 1.450.
432 MARIA ANTONIA FERNÁNDEZ DEL HOYO
75 I. BOSARTE, ob. cit., p. 184. Ponz había interpretado ka fecha como 1586 tomándola por la erec-
ción de la capilla. Opinión parecida a Bosarte manifiesta el historiador vallisoletano Matías Sangrador
respecto a la policromía de las esculturas del entierro: "una lamentable fatalidad hizo que el 1686 un pin-
tor poco entendido, con pretexto de limpiar estas figuras las retocase, causando en ellas grandes estra-
gos". M. SANGRADOR, ob. cit., p. 240.
76 A. H. P. V., Leg. 2.428, fol. 256. A las noticias sobre Manuel Martínez de Estrada (cfr. E. GARCÍA
CHICO, Pintores, II, p. 263-273 y J. J. MARTÍN GONZÁLEZ y J. URREA, Monumentos..., p. 293 y 303) podemos
añadir que en 1684 se obligó con la cofradía del Santísimo Cristo, sita en la iglesia parroquial de San Pe-
dro, de Valladolid, a dorar y estofar su retablo titular por precio de 11.000 rs. Fue testigo Francisco de Vi-
Ilota. A. H. P. V., Leg. 2.777, fol. 463.
77 Documento n.° 2.
78 La V. O. T., rama seglar del franciscanismo integrada por individuos de ambos sexos y diversa
condición social que, a modo de congregación piadosa, desarrollaban su vida espiritual bajo la dirección
de la 1." Orden, tuvo su ubicación en el convento vallisoletano a partir de 1609. Se contaron entre sus
hermanos personajes preeminentes que Canesi detalla.
434 MARÍA ANTONIA FERNÁNDEZ DEL HOYO,
79 A. H. P. V., Leg. 1.571, fol. 2.427. Además- del corral se les daba luz, puerta y ventana.
88 SOBREMONTE, ob. cit, fol. 308 v. 0 ; CANESI, ob. cit., Lib. II, Cap. 15, fol. 140; CALDERÓN, ob. Cit.
81 Dos escrituras otorgadas en 1654 entre Répide y la V. O. T., en 14 y 26 de septiembre, fijaron las
condiciones. A ellas acompaña una traza de la planta de la capilla firmada de ambas partes. La traza pré-
senta una iglesia de 90 pies (aprox. 25,20 m.) de largo desde los pies al testero, por 28 pies (aprox. 7,84 m.)
de ancho en el cuerpo de ella y 35 pies (aprox. 9,80 m.) en su capilla mayor. Del pilar superior del lado del
evangelio parte otro muro que debe corresponder a la sacristía. El acceso a la capilla se efectuaba a través
del muro de la epístola, por debajo del estrecho coro. Las diferencias que existen entre las dos escrituras
no son sustanciales. Según la primera la capilla mayor y su media naranja debían estar concluidas para el
día de Todos los Santos del mismo 1654 y lo demás para fin de febrero de 1655. Por todo recibiría 8.000
rs.; el arquitecto renunciaba a pedir cualquier demasía por mejoras. La segunda escritura persigue: "azer
y añadir más obra en la dha capilla mayor e iglesia como azer el crucero della". Se refuerzan, en efecto,
los pilares del crucero ahondando sus cimientos y añadiéndoles medio pie de ancho en superficie, acen-
EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE VALLADOLID 435
APENDICE DOCUMENTAL
DOCUMENTO N.° 1.
capiteles, repisas, cogollos, festones, tarjetas, cornisas, cuadros principal y laterales, etc., de un retablo,
al precio de 1.800 rs. (Ibidem, fol. 108). En 1676 unos carreteros de San Leonardo, tierra de Soria, concer-
taban con él la entrega de 20 carros de vigas de madera "de pino alvar de veta derecha todas ellas de 22
pies de largo", lo que dice mucho sobre la actividad del taller (Ibidem, Leg. 2.505, s. f.). En febrero de
1678 se comprometía a terminar para la parroquial de Mucientes (Valladolid) un retablo que había con-
tratado Pedro de Cea, acomodándose a las trazas y condiciones dadas por éste que le entregaría todo lo ya
hecho. Entre los testigos figura el escultor Pedro Salvador. Finalmente, en agosto de 1685, junto con su
hijo Francisco, redactó las condiciones para el retablo mayor de la iglesia de San Felipe Neri, que quizá
empezara pero que desde luego no llegó a concluir (Ibidem, Leg. 2.774, fol. 203). Antonio de Villota
murió el 24 de marzo de 1687 (A. G. D. San Pedro. Difuntos). Al mes siguiente sus hijos Francisco, Luisa
y Bernarda dirimían asuntos de su herencia (Ibidem, Leg. 2.777, fol. 730).
86 E. GARCÍA CHICO, Pintores, II, p. 252.
87 Pensamos que puede referirse a este retablo la descripción que se hace en un sermón impreso en
Valladolid en 1693, aunque por fechas podría referirse mejor al altar mayor de la iglesia principal. El ser-
món se compuso con motivo de la inauguración de un retablo "que se estrena el día de la Inmaculada, y
es de la orden Tercera la que celebra la fiesta". El retablo nuevo "con su talla, columnas, frisos y cornisas,
con sus puertas, targetas, pedestales, y armas, assi las de nuestra Orden como las Reales de León y Casti-
lla" tenía en el hueco principal una Inmaculada, sobre ella un San Francisco de Asís y en las calles latera-
les San Antonio de Padua y San Francisco de San Miguel. Todas las esculturas eran nuevas "sola la ima-
gen de la concepción se ha de quedar la antigua". Cfr. M. P. DÁVILA FERNÁNDEZ, ob. cit., p. 203.
Esta escultura, que las fuentes no identifican, fue objeto de interés y particular devoción para los
Terceros. En 1677 Alonso de Ordás, exministro de la V. O. T. puso pleito a ésta "sobre la colocación de
una ymaxen de nuestra señora de la concepción al retablo nuebo que se a echo en dha capilla" (A.H.P.V.,
Leg. 2.427, fol. 72). En 1684 Paula del Yerro, hermana profesa de la V. O. T., manifestaba en su testa-
mento su deseo de costear "un camarín para nuestra s de la concepción questá en la capilla de dha terce-
ra Orden", dedicando para ello una manda de 200 ducados (Ibidem, fol. 289).
88 V. PÉREZ, ob. cit., p. 31. Canesi sitúa el hecho el 15 de diciembre de 1708 pero nos merece mayor
crédito el escrupuloso Ventura Pérez, tan ligado además al convento franciscano.
89 E. GARCÍA CHICO, Pintores, II, p. 279, da la fecha de 1717. Ignoramos la probable relación fami-
liar que unió a ambos con el también dorador Manuel Martínez de Estrada que pinta la capilla del Sepul-
cro (ver nota 76). Manuel murió sin descendencia el 17-IX-1716 (A. G. D. San Lorenzo. Difuntos). Las ca-
pitulaciones matrimoniales de Cristóbal Martínez de Estrada con Isabel Díaz de Aragón se firmaron en
enero de 1705, no otorgándose la carta de págb de dote hasta siete años después (A. H. P. V., Leg. 1.992,
fol. 314). Cristóbal murió el 1-XII-1735. Si, como suponemos, Claudio y Cristóbal fueron hermanos, el
primero habría ya muerto al testar su hermano. En el testamento se menciona como acreedor al escultor
Antonio de Gautúa. Cfr. A. H. P.' V., Leg. 3.420, fol. 125 de 1735, citado por .l. C. BRASAS EGIDO, "Noticias
documentales de artistas vallisoletanos de los siglos xvii y XVIII", B. S. A. A., L, p. 474.
EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE VALLADOLID 437
tal que se hiciere tiene 50 balaustres grandes ya trechos 6 cajas con sus columnas todo lo qual
toma de ancho las dichas 14 varas que tiene toda la reja y luego sobre este horden a de assentar
una cornisa de madera que se a de hacer muy buena y sobre ella asientan 50 valaustrillos de ye-
rro pequeños que tenían de alto la quarta parte que los dichos de la primera horden y sobre
_estos otra cornisa y sobre ella otra horden de balaustres de yerro medianos que serán de la mi-
tad de altura que los primeros con sus seis cajas y colunas a trechos y con unas jarras de yerro
que asientan con las mismas colunas que son admirables y muy costosas y una jarra destas
puedese hacer de madera de la misma echura porque no queste tanto y sobre esta tercera hor-
den se a de poner otra cornisa de madera y sobre ella otra horden de otros 50 balaustrillos del
tamaño de los pequeños de la segunda orden y sobre esta otra cornisa de madera y sobre ella la
coronación de la qual no ay echa cosa si se quiere hacer de madera se aorrara mucho y lucirá
como si fuera de yerro y está tra lado que se aga en medio un gran escudo y sobre él un cristo
crucificado y luego a los lados alguna pirámide y luego otro escudo más pequeño y luego un
santo de bulto y todo de madera y luego otro escudo y otra pirámide y otro santo que venga a
hacer remate y otro tanto a la otra parte.
DOCUMENTO N.° 2.
tiene y las demás molduras questán blancas se an de metter de algunos colores el frisso de di-
cha cornissa que está donde están unas letras soi de parecer que finja un frisso de talla que será
de lucimiento y las letras se puedan acomodar en el zócalo del pedrestal primero las colunnas
questan entre santo y santo se an de jaspear y después se an de revestir unas ojas de talla unas
de oro y otras de colores con alguna bariadad y los pilares questán detrás de las colunas el oro
que tiene se a de aprovechar repasando lo maltratado que tubiere las echuras questán allí de
cuerpo entero se ande pintar de nuevo y encarnar y se ande adornar con orillas y algunas alca-
chofas de oro escurecidas y realcadas. Las armas questán en las esquinas se an de pintar de
nuevo y en el cielo de la ventana se a de fingir unos adornos de talla y mosqueado el canpo de
oro las armas Reales que cain sobre la concha se an de reparar de colores y los eslabones se an
de dorar dos echuras de medio cuerpo que tiene alado se ande adornar en correspondencia de
lo demás y el canpo se a de adornar de talla y el canpo se a de mosquear de oro el predestal que
le sigue se a de acomodar algunos colores el frisso de dicho pedrestal se a de aprovechar el oro
que tiene y la talla de reliebe se a de colorir con bariadad de colores el cocalo que se sigue es a
donde se an de acomodar las letras las repisas que ai dos ángeles en cada una se an de encarnar
y adornar y las figuras que están entre medias se an de adornar en la misma correspondencia
las alas de los ánjeles y adonde asientan aquel oro a de aprovechar y los despacios (sic) questán
entre repissa y repissa se a de adornar de talla en el arco que cai sobre la reza ay unos espacios
allisión (sic) de fingir unas enjutas de talla y por el arco los florones y faxas que tiene se a de
aprovechar y se a de bolver a renovar de colores la concha questa en el santo sepulcro todo el
oro que hai se a de aprovechar y unos ccnrtados que tiene se an de esqurecer y realgar y otros
tercios que tiene se a de azer un adorno de colores el frisso que se sigue en conformidad de lo
demás la prespetiva ques donde están los sayones se aia de retocar y barnigar las echuras que
tiene el santo sepulcro se aygan de encarnar y algunas ropas se aian de repasar de colores a los
lados dos figuras que (ai) de yesso se an de adornar de nuevo y colunas y pedrestal y pilastras
en correspondencia de demás. Es condición que los colores sean finos y de buena lei porque
sea permanente y todas las faltas que tubieren las echuras ansi en yesso como en madera y an-
damios puestos y quitados por mi quenta. Con estas condiciones me obligo azerlo a vista y sa-
tisfación de maestros en término de cinco mese desde principio de mayo deste dicho año de
86 en adelante=y ansimismo se a de adornar y dorar la reja de la capilla en correspondencia de
lo de adenttro y no se a de pedir mejoras aunque se agan y sean nezesarias en la misma obra y a
toda costa de manos y materiales se a de azer en precio de 300 ducados q se a de ir pagando co-
mo se fuere ttrabajando lo que faltare y se a de pagar a fin de la obra y lo firmamos en Vallado-
lid a 4 de maio de 1686.