Cesión de Derechos Obligaciones
Cesión de Derechos Obligaciones
Cesión de Derechos Obligaciones
de derechos
Cesión de créditos, Transmisión de deudas y Transmisión de la posición
contractual
1) Introducción
2) Investigación
I) Cesión de derechos
A) Cesión de créditos
B) Transmisión de deudas
3) Conclusión
4) Bibliografía
1) Introducción
El presente trabajo trata sobre la cesión de derechos en el nuevo código civil y comercial ubicada en
Libro tercer “Derechos Personales” Titulo IV “Contratos en particular” Capitulo 26 y 27.
Lo que trataremos de desarrollar a continuación serán los puntos que considero deberán tener gran
precisión a la hora de la labor de un profesional del derecho. Es una pequeña recopilación de
algunos pocos autores que nos brindan nociones breves y precisas respecto de : que se entiende por
cesión de derechos en el nuevo código civil y comercial, como lograremos resolver las distintas
problemáticas que nos surjan en dicho tema, cual es la importancia de conocer esta figura, porque
es tan relevante la notificación dentro de la cesión de derecho.
2) Investigación
I) Cesión de derechos:
Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que cuando hablamos de cesión de derechos debemos
referirnos a la transmisión o sucesión de los mismos entre los sujetos de la relación jurídica,
permaneciendo intacta y vigente. Quienes a partir de esta podrán ejercerlos a nombre propio
(art.1614 CCyC “Hay contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a la otra un derecho” ).
En cuanto al alcance y contenido de la cesión podemos decir que al transmitir el crédito de un sujeto
a otro, se efectúa con todos sus accesorios, garantías, cargas y vicios que tuviera. Respecto a su
clasificación la cesión de derecho será:
Según la extensión del título: a título universal o a título particular (art. 400 CCyC “sucesor a
titulo universal es el que recibe todo o una parte indivisa del patrimonio de otro; sucesor singular el
que recibe un derecho en particular”).
Según el origen: legal o voluntaria. La primera dispuesta por la norma (sucesión ab intestato
del causante), la segunda originada en la voluntad del sujeto.
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Según la causa de transmisión: por acto entre vivos o mortis causa (art. 2302 y ss.).
Podemos distinguir que la eficacia de la primera no dependerá del fallecimiento de aquel de cuya
voluntad emana, mientras que la segunda no producirá efectos sino hasta después del fallecimiento
del causante. Como principio general podemos decir que todos los derechos y obligaciones son
transmisibles (art. 398 Y 1616 CCyC “Todos los derechos son transmisibles excepto estipulación
valida de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe transgresión a la buena
fe, la moral o las buenas costumbres”. “Todo derecho puede ser cedido, excepto que lo contrario
resulte de la ley, de la convención que lo origina, o de la naturaleza del derecho” ). Podemos advertir
que este principio no es absoluto sino que existen excepciones y límites al mismo.
Por la naturaleza del derecho y/o obligación: ello sucede cuando nos encontramos frente a
derechos y obligaciones en los cuales la calidad de las personas impide toda posibilidad de
transmisión (art. 1617 CCyC “No pueden cederse los derechos inherentes a la persona humana”).
Se incluyen en esta categoría los derechos personalísimos por degradar su esencia, tales como: el
honor, la libertad, los atributos de la personalidad, nombre, capacidad, domicilio, estado. También
quedan incluidas a esta excepción las obligaciones “intuito personae” debido a que surgen
teniéndose en cuenta una confianza especial y/o cualidades personales y especificas del deudor,
razón por la cual la prestación no podrá ser realizada por otro.
Por voluntad de las partes: es el caso donde la intransmisibilidad surge del acuerdo entre las
partes en uso de la libre autonomía de la voluntad (art. 959 CCyC “Todo contrato válidamente
celebrado es obligatorio para las partes. Su contenido solo puede ser modificado o extinguido por
acuerdo e partes o en los supuestos en que la ley lo prevé”).
Por disposición legal: ello sucede cuando la ley impide dicha transmisión, generalmente por
hallarse en clara confrontación con el orden público, la moral o las buenas costumbres. Tal es el
caso del derecho de reclamar o percibir alimentos, el derecho real de habitación, ni por acto entre
vivos ni por mortis causa, entre otros.
Por la antigua regla proveniente del derecho romano nemo plus iuris (art. 399 CCyC “Nadie
puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que el que tiene, sin perjuicio de las
excepciones legalmente dispuestas”).
A) Cesión de créditos
Si hablamos de cesión de créditos nos referimos a un acto entre vivos que implica la sustitución de
la persona del acreedor por medio de una convención por la cual el acreedor (cedente) transfiere su
crédito a un contratante (cesionario), sin intervención del deudor (cedido). Como podemos apreciar
la naturaleza jurídica que le otorga el código civil y comercial es de un contrato nominado partiendo
de la premisa que es un acuerdo en principio destinado a transmitir un crédito (art. 1614 CCyC “Hay
contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a la otra un derecho. Se aplican a la cesión
de derechos las reglas de la compraventa, de la permuta o de la donación, según que se haya
realizado con la contraprestación de un precio en dinero, de la transmisión de la propiedad de un
bien, o sin contraprestación, respectivamente, en tanto no estén modificadas por las de este
Capítulo”).
Ahora bien para lograr identificarla y diferenciarla de otras figuras podemos decir que es:
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Consensual, ya que se perfecciona con el mero consentimiento del cedente y cesionario
siendo ajeno el deudor cedido (art. 957 CCyC “contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o
más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurídicas patrimoniales”)
Formal no solemne ya que impone la forma escrita pero no solemne cuya finalidad es
probatoria sin perjuicio de la transmisión del título por endosado o por entrega manual (art. 1618
CCyC “La cesión debe hacerse por escrito, sin perjuicio de los casos en que se admite la
transmisión del título por endoso o por entrega manual. Deben otorgarse por escritura pública: a) la
cesión de derechos hereditarios; b) la cesión de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales
sobre inmuebles, también puede hacerse por acta judicial, siempre que el sistema informático
asegure la inalterabilidad del instrumento; c) la cesión de derechos derivados de un acto
instrumentado por escritura pública“). Se trata de una forma ad probationem, ya que en el supuesto
de que se omita dicha formalidad, la cesión puede ser demostrada por otros medios de prueba, en
razón de que la norma no determina ninguna sanción de nulidad ante el incumplimiento de tal
formalismo. Es decir, su validez no está supeditada a la misma. Por otra parte debemos destacar
que en determinados supuestos se requiere que se efectué por escritura pública.
Unilateral o bilateral, según se trate, respectivamente, de una cesión de carácter gratuita –en
donde el cesionario no asume obligación alguna frente al cedente- o de carácter onerosa -en donde
existe una contraprestación a cargo del cesionario con motivo de la recepción del crédito que le
transite el cedente-.
Conmutativa, ya que el cesionario obtiene su objeto que es el crédito transmitido, sin
depender de aleatoriedad alguna. Cabe aclarar que ello es independiente del carácter aleatorio o
conmutativo que pueda presentar en sí mismo el crédito –por ejemplo en una cesión de crédito
litigioso- al respecto también debemos afirmar que el cedente en principio no garantiza la solvencia
patrimonial del deudor cedido excepto que se haya comprometido expresamente en cuyo caso se le
aplicaran las normas de la fianza u obrado de mala fe (art. 1628 CCyC “ Si la cesión es onerosa, el
cedente garantiza la existencia y legitimidad del derecho al tiempo de la cesión, excepto que se trate
de un derecho litigioso o que se lo ceda como dudoso; pero no garantiza la solvencia del deudor
cedido ni de sus fiadores, excepto pacto en contrario o mala fe”)
Dentro de la cesión de crédito son partes únicamente el cedente o acreedor primitivo –que es quien
transmite el crédito- y el cesionario – quien lo recibe- que pasara a ocupar el lugar del cedente en la
relación obligacional. Por ende debe quedar claro que el deudor cedido no es parte del contrato de
cesión de crédito, y si bien la transmisión efectuada le concierne, reviste el carácter de tercero
respecto de ella, hasta que se le notifique la cesión efectuada ya que no sufre ningún perjuicio; por lo
tanto, los efectos del acto no le serán oponibles hasta ese momento (art. 1620 CCyC “L a cesión
tiene efectos respecto de terceros desde su notificación al cedido por instrumento público o privado
de fecha cierta, sin perjuicio de las reglas especiales relativas a los bienes registrables”).
Debemos destacar que hasta que no se notifique al deudor cedido, ambas partes podrán adoptar las
medidas conservatorias necesarias para que el crédito no se perjudique (art. 1624 CCyC “Antes de
la notificación de la cesión, tanto el cedente como el cesionario pueden realizar actos conservatorios
del derecho”). Aunque una vez realizada dicha facultad solo corresponderá al cesionario por haber
adquirido la calidad de acreedor en la relación obligacional.
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Por otro lado al aplicarse a la cesión de créditos las normas del contrato, es indudable que se
aplican sus principios generales y en este caso las partes deberán poseer capacidad de derecho y
capacidad de ejercicio. Pudiendo quedar sin efecto, dicha cesión cuando implique una violación a las
reglas establecidas, es decir, nula o anulable según vulnere un interés público o particular
respectivamente.
Como principio general puede decirse que todo derecho de crédito puede cederse, esto fue tratado
líneas más arribas. Remitimos a dicha página (1).
Los efectos entre las partes que constituyen el contrato de cesión se producen a partir del
mero consentimiento expresado por el cesionario y el cedente sin la necesidad de la notificación
pertinente al deudor cedido. Es decir, que a partir del acuerdo de voluntades de manera expresa
entre estos se producen efectos de manera inmediata. Sin ser necesaria para los mismos la
notificación del deudor cedido.
Obligaciones exclusivas del cedente. Deberá transmitir el crédito al cesionario, por su monto
total, aunque se le haya pagado un monto menor; dicha transmisión incluye la fuerza ejecutiva del
crédito y todos sus accesorios. Asimismo, con dicha transmisión debe efectuar la entrega del título
del crédito si existiere (art. 1619 CCyC “El cedente debe entregar al cesionario los documentos
probatorios del derecho cedido que se encuentren en su poder. Si la cesión es parcial, el cedente
debe entregar al cesionario una copia certificada de dichos documentos.” ). Por otra parte responde
frente al cesionario por la garantía de evicción si la cesión es a título oneroso, pero no en caso de
ser gratuita (art. 1628 CCyC “Si la cesión es onerosa, el cedente garantiza la existencia y legitimidad
del derecho al tiempo de la cesión, excepto que se trate de un derecho litigioso o que se lo ceda
como dudoso; pero no garantiza la solvencia del deudor cedido ni de sus fiadores, excepto pacto en
contrario o mala fe”). El cesionario tendrá derecho a la restitución del precio abonado, con sus
intereses en el caso que el cedente obre de mala fe, si el título fue cedido como dudoso o litigioso o
si hubiera pacto entre las partes. Por ultimo en caso de ser la cesión parcial, el cedente debe
entregar al cesionario una copia certificada de dichos documentos (art. 1619 CCyC “ El cedente debe
entregar al cesionario los documentos probatorios del derecho cedido que se encuentren en su
poder. Si la cesión es parcial, el cedente debe entregar al cesionario una copia certificada de dichos
documentos“)
Obligaciones exclusivas del cesionario. Asume la obligación de pagar la contraprestación a
su cargo, si la cesión fuese onerosa. Respecto a los gastos de la cesión, si bien generalmente
resulta ser libremente pactado por las partes suelen caer sobre la cabeza del cesionario.
Obligaciones comunes al cedente y cesionario. Ya que, no se establece expresamente
sobre quien recae la obligación de notificar al deudor cedido sobre la cesión del crédito, podrá
realizarla cualquiera de las partes, pesando tal deber sobre ambas. Por su parte la práctica indica
que generalmente el cesionario es quien la efectúa, puesto que presenta un mayor interés en que se
perfeccione el acto frente a terceros y que se torne exigible frente al deudor cedido. Sin embargo,
recae cierto deber también sobre la cabeza del cedente ya que al notificar al deudor cedido que se
ha desprendido del crédito le brindara certeza respecto de a quién debe abonar su deuda
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Efectos entre el cesionario, el cedente y el cedido. Como venimos advirtiendo para que la
cesión se torne eficaz deberá cumplirse con la notificación correspondiente al deudor cedido, esto
con independencia de la entrega del título constitutivo del crédito, y aunque un cesionario anterior
hubiese estado en posesión del título. La notificación deberá ser realizada por un medio fehaciente
(instrumento público o privado) en el cual conste fecha cierta ya que esta será determinante para los
efectos. A partir de la misma el cesionario quedara investido de los poderes del acreedor y quedara
legitimado para actuar contra el deudor cedido, este deberá abstenerse de pagarle al cedente, ya
que su único y verdadero acreedor pasara a ser el cesionario. Cabe aclarar que antes de la
notificación, el deudor podrá liberarse pagando al cedente o bien puede ver extinguida su deuda por
otra causa, lo cual tiene efecto liberatorio (art. 1621 CCyC “Los pagos hechos por el cedido al
cedente antes de serle notificada la cesión, así como las demás causas de extinción de la
obligación, tienen efecto liberatorio para él”) por lo cual quedara habilitado para repeler cualquier
reclamo posterior que le efectué el cesionario. Estimamos que constituye una excepción a este
principio el caso en que se torna innecesaria la notificación cuando de los hechos y circunstancias
surgiere una connivencia fraudulenta entre el cedente y el deudor cedido, con el fin de que aquel,
aprovechando la situación percibiera el crédito con evidente intención de perjudicar al cesionario.
Efectos con relación a terceros. Se consideran terceros con interés legítimo en contestar la
cesión para conservar derechos adquiridos después de ella tanto los acreedores del cedente que
pueden verse perjudicados por la alteración en el patrimonio de su deudor, los cesionarios sucesivos
del mismo crédito (art. 1622 CCyC “En la concurrencia entre cesionarios sucesivos, la preferencia
corresponde al primero que ha notificado la transferencia al deudor, aunque ésta sea posterior en
fecha”) y el deudor cedido (art. 1620 CCyC “La cesión tiene efectos respecto de terceros desde su
notificación al cedido por instrumento público o privado de fecha cierta, sin perjuicio de las reglas
especiales relativas a los bienes registrables”)
Efectos ante la concurrencia de cesionarios y embargantes. Puede suceder que una
persona por error o por mala fe, ceda totalmente un mismo crédito a varios cesionarios de forma
sucesiva, lo cual platea un conflicto entre ellos respecto a quien tiene preferencia como cesionario.
Lo mismo puede ocurrir ante la concurrencia de los acreedores del cedente, quienes al ser terceros
interesados se encuentran legitimados para embargar el crédito cedido antes del a notificación. El
código civil y comercial dispone, la prevalencia del cesionario que primeramente ha notificado la
transferencia al deudor, aunque esta sea con posterior en fecha (art. 1622 CCyC). Si existen varias
notificaciones de una cesión en el mismo día sin indicación de la hora, los cesionarios quedan en
igual rango (art. 1626 CCyC). Respecto a la concurrencia de embargantes y cesionarios, el embargo
anterior a la notificación del deudor cedido imposibilita la cesión. Si el embargo fuera posterior a la
cesión, pero anterior a la notificación el embargante y el cesionario deben concurrir a prorrata. El
embargo con posterioridad a la notificación carecerá de virtualidad.
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novación el antiguo acreedor nada garantiza en cuanto a la legitimidad del crédito al nuevo acreedor
al tratarse de una nueva obligación.
Con el pago con subrogación. En la subrogación no se requiere el consentimiento del
acreedor ya que puede tener lugar sin su intervención en ciertos casos incluso en su ignorancia y
aun contra su voluntad cuando lo impone la ley. En esta figura el tercero que ha abonado solo podrá
cobrar aquello que ha efectivamente desembolsado para efectuar el pago y no la totalidad del
crédito. Por ultimo cabe decir que el pago con subrogación es un acto desinteresado, sin utilidad
alguna para el tercero subrogado; a diferencia de la cesión de créditos donde el cesionario llega en
ocasiones a realizar un acto especulativo, tratando de pagar un precio inferior al importe real del
derecho.
Con la reventa. La figura de la reventa se da, en el contrato de compraventa, cuando el
comprador revende la cosa cuya propiedad le prometió transferir el vendedor. Hay en ella un vínculo
contractual distinto al básico, no limitándose a dar lugar a la mera sustitución del acreedor; por ello,
mientras en principio—en la cesión de créditos el cedente no responde en caso de incumplimiento
por parte del cedido, el revendedor debe satisfacer al nuevo comprador cuando el vendedor
originario no cumple la entrega prometida.
Casos especiales. Cesión de garantía. Es un caso de los negocios indirectos por el cual,
para llenar una función de garantía, se formaliza la cesión de un crédito. Carece de regulación
específica, y deben serle aplicadas analógicamente en lo pertinente las normas estudiadas para la
cesión de créditos propiamente dicha. Una vez notificada la cesión en garantía, el cesionario queda
investido de las facultades de acreedor, y a él debe hacérsele el pago. Correlativamente, es ineficaz
el que sea realizado al cedente. Todo ello, claro está, en la relación externa del cedido con el
cesionario. En la relación interna del cesionario con el cedente, habrán de ajustar cuentas a tenor del
carácter indirecto (y fiduciario, en el caso) del negocio constitutivo de la cesión en garantía.
Prenda del crédito. La prenda del crédito es viable y exige la notificación al deudor del
crédito dado en prenda. Hay que distinguir las normativas civil y comercial:
En el orden civil, el acreedor prendario no tiene derecho a perseguir el cobro del crédito
mientras no le sea adjudicado, de modo que el titular de la prenda del crédito tiene en sus manos
únicamente la posibilidad de subrogarse en los derechos del acreedor respecto del deudor, y
reclamarle a éste el depósito judicial de su deuda, sobre el cual "se ejercería su derecho real de
prenda". Pero, de cualquier manera, cuando el deudor quiere cumplir, debe pagarle al acreedor
prendario aunque no se designe al titular de la prenda como uno de los sujetos a quienes el pago
"debe hacerse". En la esfera mercantil, el acreedor prendario tiene derecho a perseguir directamente
por sí el cobro del crédito contra el deudor.
Cesión impropia. En tanto la cesión propia implica en sí la mera transferencia del crédito,
con la cual agota su finalidad, la cesión impropia es un acto causal, toda vez que la transferencia del
crédito es realizada para extinguir una obligación anterior. Cesión pro soluto: Cuando la cesión
impropia es pro soluto (como pago), el cedente sólo responde de la existencia y la legitimidad del
crédito, pero no de la solvencia del cedido, conforme a las reglas generales ya analizadas. De tal
manera se expone a la insolvencia de dicho cedido, y corre el alea de quedar insatisfecho. Esta
figura es semejante a la dación en pago aunque, a diferencia de ella, versa sobre un crédito, no
sobre cosas. Cesión pro solvento: En la cesión impropia pro solvento (para pagar), el deudor
cedente asume el área de la insolvencia del cedido, salvo que ésta derive de culpa grave del
acreedor cesionario, con el efecto de que, si aquél no paga, su deuda originaria renace. Pero para
dirigirse contra este primitivo deudor debe, previamente, hacer excusión de los bienes del cedido.
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B) Transmisión de deudas
Dentro de sus requisitos podemos advertir la capacidad de los sujetos y la forma derivada por
analogía de la cesión de derechos con fines probatorios (art. 1618 CCyC “La cesión debe hacerse
por escrito, sin perjuicio de los casos en que se admite la transmisión del título por endoso o por
entrega manual. Deben otorgarse por escritura pública: a) la cesión de derechos hereditarios; b) la
cesión de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales sobre inmuebles, también puede
hacerse por acta judicial, siempre que el sistema informático asegure la inalterabilidad del
instrumento; c) la cesión de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura pública”).
Se trata de una figura compleja, ya que a través de ella se produce una transferencia integral de la
situación jurídica del cedente en el contrato, con asunción de sus derechos, facultades, deberes y
obligaciones (art. 1636 CCyC “En los contratos con prestaciones pendientes cualquiera de las partes
puede transmitir a un tercero su posición contractual, si las demás partes lo consienten antes,
simultáneamente o después de la cesión. Si la conformidad es previa a la cesión, ésta sólo tiene
efectos una vez notificada a las otras partes, en la forma establecida para la notificación al deudor
cedido”). Así mismo se refiere a la notificación como determinante del momento en que los efectos
de la cesión contractual surtirá efectos (art. 1637 CCyC “Desde la cesión o, en su caso, desde la
notificación a las otras partes, el cedente se aparta de sus derechos y obligaciones, los que son
asumidos por el cesionario.
Sin embargo, los co-contratantes cedidos conservan sus acciones contra el cedente si han pactado
con éste el mantenimiento de sus derechos para el caso de incumplimiento del cesionario. En tal
caso, el cedido o los cedidos deben notificar el incumplimiento al cedente dentro de los treinta días
de producido; de no hacerlo, el cedente queda libre de responsabilidad”). Sin perjuicio de que los co-
contratantes cedidos conserven sus acciones contra el cedente si han pactado con este el
mantenimiento de sus derechos para el caso de incumplimiento del cesionario. Finalmente se
refieren a las defensas que pueden oponer los contratantes al cesionario, las garantías prestadas
por el cedente y a las constituidas por terceros (art. 1638 a 1640 CCyC “ Los contratantes pueden
oponer al cesionario todas las excepciones derivadas del contrato, pero no las fundadas en otras
relaciones con el cedente, excepto que hayan hecho expresa reserva al consentir la cesión”. “El
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cedente garantiza al cesionario la existencia y validez del contrato. El pacto por el cual el cedente no
garantiza la existencia y validez se tiene por no escrito si la nulidad o la inexistencia se debe a un
hecho imputable al cedente. Si el cedente garantiza el cumplimiento de las obligaciones de los otros
contratantes, responde como fiador. Se aplican las normas sobre evicción en la cesión de derechos
en general”. Las garantías constituidas por terceras personas no pasan al cesionario sin autorización
expresa de aquéllas”). Podemos advertir que a este instituto se le aplican las normas de los
contratos onerosos y bilaterales.
3) Conclusión
Podemos advertir luego del estudio realizado que el código civil y comercial ha dado un tratamiento
mucho más amplio al título “cesión de derechos” ya que dentro del mismo comprende: la cesión de
créditos, la transmisión de deudas y la transmisión de la posición contractual.
Respecto a los diversos conflictos que puedan surgir durante nuestra labor como profesionales del
derecho advertimos que esta figura jurídica si bien tiene sus propias características. Las cuales
debemos conocer, ya que solo así lograremos identificar cuáles serán las normas específicas,
particulares que aplicaran a la misma luego de las disposiciones generales. También se rige al igual
que el resto del ordenamiento por los principios básicos del derecho. Como ser: el principio de buena
fe, evitar el abuso de derecho, evitar el fraude a la ley y uno de los que más destaca el principio de
autonomía de la voluntad, con sus respectivos límites: la ley, el orden público, la moral y las buenas
costumbres.
En cuanto a la notificación resulta ser muy relevante, ya que de ella dependerá en muchos casos
que el sujeto se haga con su derecho antes que otro, que su crédito se torne exigible frente a
terceros, tener por lo tanto bien marcada la importancia de la notificación nos permitirá evitar que se
frustren nuestros intereses y los de nuestros clientes.
4) Bibliografía