Suelos Monografia

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UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

FACULTAD DE INGENIERÍAS Y ARQUITECTURA


ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE INGENIERÍA
AMBIENTAL

ANALISIS Y TRATAMIENTO DE SUELOS


CONTAMINADOS

GEOESTADISTICA Y SIG EN SUELOS CONTAMINADOS

PRESENTADO POR LA ALUMNA


MOSCOSO JARA, SHEILA MADELEINE

DOCENTE
ING. POMA CHAVEZ, CRISTHIAN

HUANCAYO – PERÚ
2020
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION 3
1.CONTAMINACIÓN DE SUELOS 5
2.LA GEOESTADISTICA EN SUELOS CONTAMINADOS 8

3.SIG EN SUELOS CONTAMINADOS 10

CONCLUSIONES 6

BIBLIOGRAFIA 6

INTRODUCCION:

2
En este trabajo se pretende conocer mas sobre este mundo de la geoestadistica y
al sistema de información geográfica relacionado en los suelos contaminados.

Los suelos son cuerpos naturales cuyas propiedades varían en el tiempo (los
suelos evolucionan) pero también en el espacio, es decir, que desde un lugar a
otro los tipos y las propiedades de los suelos pueden variar, a veces
notablemente. Siendo así, los suelos pueden representarse mediante mapas y de
hecho, la elaboración de mapas es uno de los campos de trabajo más importantes
(aunque no el único, naturalmente) de la Edafología.

Ahora bien, aunque los mapas hechos en papel aportan información visual que
puede ser muy útil, resultan muy engorrosos si uno pretende realizar análisis y
cálculos que afectan a los suelos como unidades cartografiables. En otras
palabras, resulta muy complejo (aunque sea posible) contestar a preguntas como
éstas usando únicamente mapas sobre papel:

 ¿Cómo varían las propiedades de los suelos pertenecientes a un mismo


orden a lo largo del año en distintas zonas?
 ¿Dónde es mayor el riesgo de declaración de un incendio forestal en
función del combustible y el clima?
 ¿Cómo han cambiado las propiedades de los suelos de las fincas X a Y
desde tal o cuál tratamiento?
 ¿En qué lugar es mayor el peligro de contaminación del suelo o el agua si
se aplica el producto X?

Preguntas como éstas requieren el uso de modelos matemáticos para poder


realizar predicciones, o bien de cálculos y análisis numéricos más o menos
complicados. Pero al mismo tiempo afectan a los suelos que, como ya se ha
indicado, varían en el espacio. Salta a la vista, por tanto, que si dispusiéramos de
una herramienta de análisis que nos permitiese a la vez plasmar los resultados en
forma de mapas, todo sería mucho más fácil. Pues bien, esa herramienta existe y
es (o son) los Sistemas de Información Geográfica o SIGs.

3
Básicamente, un SIG combina dos componentes: una serie de herramientas
gráficas de representación de objetos (puntos, líneas y polígonos) organizados en
forma de capas, y una base de datos asociada a cada capa de información.
Supongamos que disponemos de una capa con datos sobre los suelos de una
zona determinada. Bien, la parte gráfica será el conjunto de recintos (polígonos)
que corresponden a cada tipo de suelo existente (con coordenadas geográficas de
referencia, unidades de medida sobre el terreno, etc.); la parte de datos estará
formada por una o más tablas con información referente a cada polígono (por
ejemplo, orden de suelos, cantidad promedio de C orgánico, porosidad, textura,
etc.). Los elementos gráficos y los datos de las tablas están vinculados, lo cual
implica que, si se modifican los unos, el cambio se refleja automáticamente en los
otros, y viceversa.

1.CONTAMINACIÓN DE SUELOS

4
El suelo, como resultado de la interacción de la atmósfera, litosfera, hidrosfera y
biosfera, tiende en cada circunstancia a alcanzar un equilibrio natural, que sólo se
ve modificado cuando uno de estos sistemas varía. Pero es la intervención del
hombre, un componente singular de la biosfera, lo que de forma más violenta
puede modificar un suelo y degradarlo. Por tanto, la degradación de un suelo, o
modificación que produce un deterioro, es consecuencia directa de la utilización en
cualquiera de sus vertientes (agrícola, forestal, ganadera, industrial, transporte,
etc.) Un tipo especial de degradación es la producida por la presencia de
sustancias químicas nocivas y en este caso se la denomina contaminación. Un
contaminante es un elemento o compuesto químico situado fuera de lugar, o
presente en concentraciones mayores de las normales que en general tiene un
efecto adverso sobre algún organismo.

Se deben distinguir los contaminantes de origen natural (p.e. los gases nocivos
emitidos por un volcán a la atmósfera) de los antropogénicos (p.e. metales
pesados en un suelo procedentes de la actividad minera). Los conceptos de
contaminación y de contaminante deben ser acordados por quienes los utilizan y
pueden variar de una a otra persona según sus intereses. Así, el uso de
insecticidas puede ser aceptable para unos si sólo ejercieran el efecto para el que
se suministran al suelo y no se movilizaran por debajo de las raíces de los cultivos,
o se dispersaran por la superficie, porque entonces podrían considerarse
contaminantes, al encontrarse en otros lugares no apropiados y en
concentraciones suficientemente altas como para causar daños a organismos; sin
embargo, para otros ningún insecticida debe usarse porque todos son
contaminantes. Otro término habitualmente usado para cierto tipo de
contaminantes es el de sustancia tóxica o peligrosa. Se trata de contaminantes
que pueden ser intensa o crónicamente tóxicos para la especie humana, en
oposición a ciertos contaminantes como el fósforo que puede no ser tóxico.

El grado de toxicidad de una sustancia representa la intensidad de los efectos


nocivos que el agente contaminante crea en los organismos. La posibilidad de que
una sustancia del medio pueda ser asimilada por un organismo se denomina

5
biodisponibilidad. Normalmente sólo una fracción de la sustancia o compuesto
existente en el medio es biodisponible, y su efecto puede ser positivo, negativo, o
indiferente para cada organismo específico. La biodisponibilidad de un elemento
es función de la forma química en que se encuentre en el medio y de la capacidad
de los organismos para absorberlo o ingerirlo. Los elementos biodisponibles
pueden ser acumulados en el organismo (bioacumulación) hasta tres, cuatro, o
cinco órdenes de magnitud mayores que la concentración encontrada en el
ambiente donde vive, y puede persistir durante bastante tiempo controlando la
peligrosidad potencial o futura. Los contaminantes del suelo pueden abandonarlo
por volatización, disolución y lixiviado, o erosión, y pasar a los organismos cuando
pueden ser bioasimilables, lo que normalmente ocurre cuando se encuentran en
forma más o menos solubles. En general, la peligrosidad de un contaminante
depende de la persistencia en el suelo.

El suelo actúa normalmente como una barrera protectora de otros medios más
sensibles (hidrológicos y biológicos) ejerciendo funciones de filtración,
descomposición, neutralización o almacenamiento de ciertos contaminantes y
evitando en gran manera su biodisponibilidad. Pero esta capacidad de depuración
no es igual para todos los suelos, y tiene un límite para cada situación. Cuando el
suelo deja de ser eficaz para actuar como barrera protectora para una o varias
sustancias, funciona como un suelo contaminado, fuente de contaminantes.

La capacidad depuradora de un suelo depende fundamentalmente de su


composición y de ciertas propiedades. En concreto de los contenidos en materia
orgánica, carbonatos, óxidos-hidróxidos de hierro y minerales de la arcilla, de la
capacidad de cambio catiónico, pH, Eh, textura, porosidad, permeabilidad y de la
actividad microbiológica. El poder de amortiguación de un suelo representa la
capacidad que tiene para controlar los efectos negativos de los contaminantes y
volverlos inocuos o inactivos por neutralización, degradación biótica o abiótica,
adsorción, precipitación-disolución, oxidación-reducción, formación de complejos
orgánicos o insolubilización. En función de las características del suelo la cantidad
máxima admisible de un contaminante, a partir del cual el contaminante está

6
biodisponible en cantidades que pueden resultar tóxicas, (carga crítica) marca su
umbral de toxicidad. Los tipos de contaminantes en suelos son:

• Nutrientes: N y P de fertilizantes, estiércol, aguas residuales, residuos sólidos


urbanos

• Plaguicidas • Sustancias peligrosas: combustibles, disolventes, compuestos


orgánicos volátiles

. • Acidificación por lluvia ácida o drenaje ácido de minas

• Salinidad y basicidad ocasionadas por sales de carreteras, aguas salobres de


irrigación, etc

. • Elementos traza: cationes metálicos y oxi-aniones, elementos normalmente


presentes en bajas concentraciones en suelos y plantas.

• Partículas sedimentables de suelos erosionados, emisiones volcánicas,


emisiones industriales y urbanas.

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2.LA GEOESTADISTICA EN SUELOS CONTAMINADOS

La geoestadística es una ciencia que utiliza la información recogida de la


superficie terrestre, expresada en cifras, para conocer la mayor o menor
probabilidad de existencia y distribución de yacimientos mineros. Ello permite, a la
vez, estimar el mejor modo de llevar a cabo los sucesivos procedimientos
extractivos.

Aunque fue creada a inicios de la segunda mitad del siglo pasado (60 – 70s), la
geoestadística alcanzó un brillo especial durante la década de los 90s. Tiene cinco
grupos de técnicas principales: la geoestadística lineal, no lineal, no estacionaria,
multivariada y las simulaciones.

Su herramienta básica se denomina “variograma”. Se emplea para medir la


relación entre muestras espacialmente diferentes y para proyectar estimadores de
los puntos que no participaron en el muestreo.

2.1. ¿Cómo funciona?

Una vez recogida la información que va a utilizarse, se decide qué modelos de


estimación se usarán. Existen dos grandes modelos actualmente utilizados: el
kriging (o krigeaje), que se subdivide en ordinario, simple y de indicadores, y el
kriging puntual y de bloques. Esto en honor al ingeniero sudafricano Danie Krige,
que comenzó a desarrollar la geoestadística durante su trabajo en las minas de
oro de Witwatersrand.

Además, existen otros modelos de kriging como el universal, el IRFk, el disyuntivo


y el log-normal. El kriging no sólo se usa en minería; tiene aplicaciones
hidrogeológicas, en las ciencias de la tierra, medioambientales, en el
procesamiento de imágenes satelitales e incluso en el diseño de aparatos que
utilizan microondas, entre otros.

En el campo de la minería, lo que busca el kriging en términos generales es


interpolar un valor (como la elevación, porosidades o presencia de contaminantes,

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por ejemplo) de un lugar que aún no ha sido observado en base a observaciones
realizadas en ubicaciones cercanas.

Así, la geoestadística puede realizar evaluaciones de reservas mineras, es decir,


la estimación de parámetros a partir de un número relativamente pequeño de
perforaciones y muestras diversas.

Íntimamente relacionadas a los modelos de estimación están los modelos de


simulación. Esto debido a la necesidad de una mayor precisión de la información
obtenida del kriging.

2.2. ¿Es mejor un modelo de simulación que uno de estimación?

Son diferentes y cada uno tiene sus ventajas y desventajas.

Por ejemplo, los modelos de estimación dependen mucho del número de muestras
y de cómo están distribuidos, cosa que no sucede en los modelos de simulación.

Por el contrario, los modelos de estimación no requieren de muchos recursos


informáticos, lo que sí es altamente demandante en el caso de los modelos de
simulación.

Al igual que en el caso de los modelos de estimación, aunque existen varios


modelos de simulación hay unos pocos que son más ampliamente conocidos y
utilizados. Entre esto se encuentran la simulación condicional, la gaussiana y la de
indicadores.

Como puede verse, la geoestadística es un campo en pleno desarrollo y alto en


complejidad. Justamente por estas causas los profesionales especializados en
esta área son altamente demandados y constituyen un pilar muy fuerte en
cualquier empresa minera.

9
3.SIG EN SUELOS CONTAMINADOS

Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) están diseñados para integrar,


almacenar, analizar, compartir y mostrar cualquier tipo de información
geográficamente referenciada, permitiendo de esta forma a los usuarios crear
consultas interactivas, analizar la información espacial, editar datos, comparar bajo
diferentes escenarios, elaborar mapas y presentar los resultados de todas estas
operaciones.

FUENTES DE DATOS PARA LA EVALUACION DE LA DEGRADACION DE

LOS SUELOS

La mayoría de las evaluaciones a escalas de parcelas en campo, de cuencas,


regionales y globales son basadas en ecuaciones y modelos predictivos que

relacionan las tasas de degradación con variables climáticas, topográficas, del


suelo y del uso y manejo de la tierra. Cuando se trata de pequeñas superficies
de tierra, la información detallada de suelos, topografía, clima y manejo,
necesaria para la evaluación, puede ser recolectada en el sitio. Sin embargo,
cuando se trata de la evaluación de grandes superficies de tierra, la
disponibilidad de recursos resulta en una limitante, haciéndose necesario recurrir a
las fuentes de información existentes.

3.1 Información climática, topográfica y del uso y manejo de la tierra.

Los datos climáticos pueden ser obtenidos de las estaciones meteorológicas


locales, o en su defecto pueden lograrse por interpolación de las estaciones más
cercanas. Otra alternativa son los generadores climáticos, tales como WGEN o
CLIMGN (Richardson y Wright, 1984; Richardson et al., 1987; citados por West y
Bosch, 1998). Generalmente, se dispone de mapas topográficos o, de otra
manera,

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estos pueden ser preparados a través de técnicas de sensores remotos. Los datos
de uso y manejo de la tierra si no se encuentran disponibles pueden ser derivados
mediante la interpretación de fotografías aéreas e imágenes de satélite. Sin
embargo la información referente al tipo de manejo ( incluyendo mecanización,
rotaciones de cultivo, uso de agroquímicos, etc.),que puede tener un apreciable
impacto en las tasas de degradación, se obtiene de los agricultores y expertos
locales. West y Bosch (1998) señalan que, a menudo, en las evaluaciones
regionales se usa un manejo estándar o el peor caso de manejo para identificar
los suelos y paisajes más frágiles y sujetos a la degradación.

3.2 Información de suelos

La fuente de información de suelos más común para las evaluaciones de


degradación son los estudios agrológicos o levantamientos de suelos. Estos
estudios contienen una gran variedad de datos acerca de las propiedades de
suelos y paisajes. Muchos de estos datos, sin embargo, están registrados en las
descripciones de los pedones que son información mayormente cualitativa, más
aún cuando se trata de estudios con un propósito general.

Comúnmente, poca información de la que es necesaria, como los datos para


alimentar modelos de simulación, se encuentra disponible a través de
los levantamientos de suelos, que debido a limitaciones de tiempo y recursos,
reducen el número de propiedades medidas en la caracterización rutinaria del
suelo. Ante esta situación dos métodos han sido comúnmente usados para
derivar datos no disponibles que son necesarios para alimentar ecuaciones
paramétricas y modelos de simulación (West y Bosch, 1998): (i) la extrapolación
de mediciones correspondientes a una serie de suelos de una localidad a otras
áreas, donde la misma serie se manifiesta; (ii) el desarrollo de relaciones entre
propiedades del suelo, para las cuales se carece de datos necesarios para la
descripción de procesos dinámicos físicos y químicos que ocurren en el suelo, y
otras propiedades más comúnmente disponibles tales como textura, carbono
orgánico y densidad aparente, lo cual se conoce como funciones de
pedotransferencia

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La erosionabilidad del suelo para su uso en la USLE y otros modelos de erosión
como el WEPP (Lane y Nearing, 1989; Nearing et
al., 1989) ha sido estimada a partir de propiedades del suelo (textura, estructura,
carbono orgánico y clase de permeabilidad) que son usualmente disponibles a
través de los levantamientos del suelo. También se han desarrollado funciones
de pedotransferencia para predecir, por ejemplo, conductividades hidráulicas,
capacidad de intercambio catiónico, capacidad de sorción de P. Tal tipo de
funciones de pedotransferencia han sido usadas con
éxito en varios modelos de simulación, pero se debe tener en cuenta que las
funciones de pedotransferencia deben ser usadas dentro de los límites de los
datos de los cuales fueron desarrolladas (Wagenet et al., 1991)..

Otro factor que debe ser considerado con relación a la información de suelos
para su uso en las evaluaciones de degradación es la variabilidad en suelos y
propiedades a través del paisaje. Uno de los propósitos de los levantamientos de
suelos es reducir esta variabilidad agrupando los suelos que tienen propiedades
similares. Sin embargo, a menudo, ocurre una considerable variabilidad
en propiedades dentro de una unidad cartográfica o en algunos casos dentro de
un
pedón.

La geoestadistica es útil en el estudio de la variabilidad del suelo, sin embargo,


no puede ser usada para predecir la variabilidad y distribución de las propiedades
del suelo sin un extensivo muestreo. Por lo cual, la cantidad de trabajo requerido
para caracterizar adecuadamente, aun una pequeña cuenca hidrográfica,
estará probablemente más allá del tiempo y los recursos disponibles. Esto, aparte
del hecho de que los análisis de la estadística normal y la geoestadística no son
adecuados para datos cualitativos (Bregt et al., 1992).

West y Bosch (1998) consideran que hasta que no se disponga de métodos


más adecuados para evaluar y predecir la variabilidad de los suelos a través del
paisaje se mantendrá la interrogante de ¿Cuáles datos son más representativos
de

12
una región: datos colectados de unas pocas y dispersas observaciones o datos
derivados de un levantamiento de suelos?. Los mismos autores señalan que el
mejor método para abordar dicha interrogante es mediante el uso de una
combinación de levantamientos de suelos y análisis estadísticos. Las evaluaciones
estadísticas de la variabilidad deben estar dentro, en lugar que a través, de las
unidades cartográficas para aprovechar la ventaja de la agrupación de los suelos y
paisajes definidos en el levantamiento de suelos (West y Bosch, 1998).

4. EVALUACION A DIFERENTES ESCALAS Y EXTRAPOLACION


DE

INFORMACION DE LA DEGRADACION DE SUELOS

Debido a lo costoso de la evaluación de la degradación de suelos in situ, la


información generada por los estudios que describen los procesos y la resistencia
del suelo a la degradación deben ser extrapolados a través de extensas áreas, a
menudo con limitada información de suelos, clima, topografía y manejo. La
manera en que esta extrapolación es hecha, las escalas y la fuente de los datos
utilizados pueden tener un gran impacto en los resultados de la evaluación.

La extrapolación más directa en evaluaciones de degradación de suelos es la que


se realiza derivando valores de parámetros y descripciones de procesos de
parcelas experimentales en el campo o de experimentos de laboratorio a lotes
mayores de terreno y a microcuencas (Evans, 1995). Sin embargo, a menos que
las condiciones experimentales sean cuidadosamente diseñadas para duplicar
las condiciones ambientales esperadas en el campo, la extrapolación de estas
tasas y procesos a áreas más extensas pueden resultar en sobre o subestimación
de las tasas y cantidades en que se expresa la degradación.

Sobreponiéndose a estas limitaciones, minimizando errores mediante un


cuidadoso control de las condiciones experimentales, muchos parámetros
derivados de experimentos en laboratorio y pequeñas parcelas en el campo, han
sido usados con éxito en modelos para la predicción de degradación de suelos a

13
nivel de microcuencas (Lock et al., 1989; Evans et al, 1994). De manera que,
actualmente, los experimentos de laboratorio y en pequeñas parcelas en el campo
son la manera más expedita para describir procesos importantes a varios tipos de
degradación, y para derivar valores de parámetros para ser usados en ecuaciones
paramétricas modelos de simulación.

Cuando se trata de evaluaciones de degradación de suelos a escala pequeña,


se puede contar con la información de los levantamientos de suelo. Sin embargo,
en muchas áreas del mundo, generalmente no se dispone de este tipo de estudios
a nivel detallado. Es así, que las evaluaciones de degradación, en esos casos a
menudo se hacen en la base de estudios de suelo de reconocimiento, a escala
pequeña.

En muchos casos, las unidades cartográficas, en estos estudios de


reconocimiento, no están basados en unidades de suelo como tales sino más bien
unidades que conjugan información general de suelos y topografía en una región
(Valenzuela y De Brouwer, 1989; Shields y Coote, 1990). Dada la limitada
cantidad de información de estas unidades cartográficas, la evaluación de la
degradación, en estos casos, debe ser basada en las clasificaciones del suelo y
en la limitada cantidad de datos cuantitativos que puede estar disponible.

Aun en el caso que del levantamiento de suelo solo pueda obtenerse la


clasificación del mismo, pueden usarse ecuaciones parámetricas para evaluar la
resistencia relativa del suelo a la degradación con base en propiedades inferidas a

partir de los horizontes diagnóstico (FAO-PNUMA-UNESCO, 1980). Esta técnica


ha
sido utilizada para producir evaluaciones de degradación de suelos en áreas

seleccionadas del mundo a escalas de 1:1.000.000 y 1:5.000.000 (FAO-PNUMA-


UNESCO, 1980; Oldeman et al., 1990). Estas evaluaciones no son cuantitativas,
pero los índices y las clasificaciones relativas de susceptibilidad a la degradación
de diferentes zonas son útiles para identificar áreas propensas a la degradación y

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proveer información para agencias nacionales de planificación de recursos y para
funcionarios encargados de la elaboración de políticas. Este tipo de evaluaciones
de escala pequeña a partir de información cualitativa puede también ser útil para
diferenciar áreas susceptibles de aquellas con menores riesgos de degradación,
de modo que los recursos disponibles puedan ser usados para una evaluación
más detallada de regiones propensas a la degradación.

Si la susceptibilidad de un suelo a un tipo específico de degradación ha sido


directamente relacionada a propiedades comunes en un levantamiento de suelos,

entonces la evaluación de la degradación puede ser hecha directamente de la


información de suelos.

La asunción en este tipo de evaluaciones directas es que la


resistencia relativa o susceptibilidad a la degradación de un particular grupo de
características de suelo, tal como definido por la unidad taxonómica, será igual en
áreas separadas geográficamente. West y Bosch (1998) dan por ejemplo suelos
susceptibles al desarrollo de condiciones de consolidación en Australia, los cuales
corresponden a un limitado número de taxa en el Sistema de Clasificación de
Suelos Australiano.

Así, el potencial de un área para desarrollar suelos consolidados puede


ser directamente evaluado de la información del levantamiento de suelos.
Debido a que el contenido de materia orgánica es relacionado al manejo y no
puede ser
fácilmente estimado a partir del levantamiento de suelos, la evaluación de
degradación solamente identificará áreas donde la condición de consolidación
puede desarrollarse si la materia orgánica en el suelo es reducida a causa del
manejo.

Evaluaciones detalladas de lotes de tierra de una región muestreadas con base


en un patrón estadístico, también han sido usadas para la evaluación de la
degradación de suelos a través de extensas regiones. Tal aproximación ha sido
usada por el Departamento de Agricultura de EE.UU. para inventarios de recursos

15
naturales.
En estos inventarios un gran número de bloques de tierra, de 15 hectáreas cada
uno, son seleccionados al azar, y datos detallados de suelo, topografía y manejo
sonrecolectados y usados para estimar tasas y cantidades de erosión hídrica y
eólica mediante métodos paramétricos. A partir de estas muestras, mediante
técnicas estadísticas, se estiman las tasas y cantidades totales de erosión del
suelo para condados, estados y para el país como un todo (West y Bosch, 1998).

A nivel mundial se hacen esfuerzos para lograr un mejor entendimiento,


predicción y descripción de la distribución de las propiedades del suelo a través
del
paisaje, mediante el uso de modelos suelo-paisaje, clasificación
continua,
geoestadística, métodos fractales y morfología matemática. La interfase de estos
métodos para predecir la distribución del suelo con modelos de simulación que
describen y predicen la degradación del suelo a través de Sistemas de
Información
Geográfica realzará la habilidad adquirida para extrapolar de manera precisa el
conocimiento de la degradación de los suelos, sobre extensas áreas, en una
variedad de escalas (West y Bosch, 1998).

5. APLICACIÓN DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRAFICA EN

LOS ESTUDIOS DE DEGRADACIÓN DE SUELOS

5.1 Definición y funciones de los Sistemas de Información Geográfica

Muchas definiciones de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) han sido


propuestas en la literatura dependiendo de las disciplinas de aplicación. Un tema
común de todas las definiciones considera a los SIG como un conjunto de
herramientas que permite reunir, introducir, almacenar, analizar,
recuperar,
transformar y cartografiar datos espaciales sobre el mundo real para un conjunto

16
particular de objetivos (Burrough, 1988), una aproximación a lo cual se representa
en la Figura 3.1.

Un SIG tiene capacidad para realizar operaciones espaciales integradas con una
base de datos. Las funciones de este tipo de programas (Figura 3.2) pueden
resumirse tal como sigue (Almorox et al., 1994):

• Introducción de información. Permite convertir la información geográfica del

formato analógico habitual en el mundo real, a un formato digital requerido por el


ordenador. Incluye procedimientos de eliminación de errores.

• Salida, representación gráfica o cartográfica de la información. Muestra al

usuario la información incorporada a la base de datos del SIG y los resultados


de las operaciones analíticas realizadas con ellos. Permite obtener mapas,
gráficos y tablas numéricas en diferentes soportes como papel, pantalla u otros
dispositivos.

17
Figura 3.1 El mundo real representado por un conjunto de capas de información
(Almorox et al., 1994).

• Gestión de la información espacial. Permite extraer, manipular y actualizar


la

información de la base de datos y reorganizar los elementos integrados en ella.

• Funciones analíticas. Constituyen el elemento más característico de un


SIG. El procesamiento de los datos integrados, la simulación y la
modelización, suministran nueva información que facilita la toma de decisiones.

Además de servir, como técnica de análisis, para la identificación de relaciones


espaciales entre elementos geográficos, un SIG puede ser utilizado para crear
mapas a diferentes escalas, en diferentes proyecciones y con diferentes colores.
Así mismo, partiendo de la información almacenada, un SIG permite deducir
nueva información sobre algún atributo, como por ejemplo, calcular el área
ocupada por una unidad de suelos.

Existen varios tipos de modelos de datos de los objetos geográficos. En mapas


o planos formados por puntos, líneas y polígonos se utilizan fundamentalmente

18
dos
aproximaciones: el modelo vectorial y el modelo reticulado, también denominado
raster. Los mapas tridimensionales o de volúmenes tienen sus propios modelos de

datos, clasificados según utilicen como elementos básicos puntos, líneas o


funciones matemáticas.

Figura 3.2 Funciones de los Sistemas de Información Geográfica (Almorox et al.,


1994).

Un modelo vectorial representa los objetos espaciales codificando sus fronteras.


Las líneas que actúan como límites están constituidas por segmentos rectos y se
establecen mediante las coordenadas de los puntos o vértices de los mismos. En
un modelo de datos raster no se codifican las fronteras de los objetos, sino que se
registra el interior de los mismos, quedando sus límites implícitamente
representados.
En este tipo de codificación, al mapa analógico fuente se le superpone una rejilla o

19
malla de unidades regulares, de igual forma y tamaño, y en cada unidad de la
rejilla
se registra el valor que el mapa analógico adopta. Las posiciones de los objetos
no se establecen con total exactitud y precisión, sino que se aproximan a una
posición
entera próxima (Almorox et al., 1994).

Varios paquetes de software para SIG han sido desarrollados durante los últimos
años, pero el Geographical Resource Analysis Support System (GRASS) y el
Arc/info han probado ser los más populares. Aunque la mayoría de estos paquetes
de software contienen capacidades tanto vectoriales como raster, cada uno
enfatiza uno u otro formato de la estructura de datos. (Petersen et al., 1998).

Son muchas las ventajas que pueden ser atribuidas a las aplicaciones de los
SIG en las diferentes disciplinas, pero deben a la par considerarse algunas de sus
limitaciones.

Así por ejemplo, la implementación de los SIG puede ser costosa. La


adquisición y mantenimiento de hardware y software y el costo de convertir los
mapas existentes y datos de atributos puede ser muy alto. Un alto nivel de
experticia técnica es también requerido para llevar a cabo complejas labores de
modelización y para sostener las bases de datos. El usuario también debe
estar advertido de la propagación de errores en los SIG que resultan de la
digitalización y manejo de escalas de manera imprecisa, y de la conversión de
datos entre formatos vectorial y raster entre otros (Petersen et al., 1998).

5.2 Aplicación de los Sistemas de Información Geográfica a la evaluación


de la degradación de los suelos.

En términos generales, actualmente, el uso de SIG en la evaluación de la


degradación de los suelos consiste en (Petersen et al., 1998): (i) la generación de
mapas temáticos de atributos que son indicadores de las áreas más afectadas o
susceptibles a la degradación del suelo, (ii) la parametrización de modelos de

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erosión del suelo/calidad del agua, y (iii) el desarrollo de interfaces entre SIG,
estos modelos y los sistemas de apoyo a la decisión espacial para mejorar la
eficiencia y velocidad del modelo, y a menudo la exactitud de los resultados de la
simulación. La Figura 3.3 presenta un diagrama de flujo que resume las fuentes de
datos, entradas y resultados de análisis SIG, y diferentes pasos de la
manipulación de datos, cuando se trata de la aplicación a la evaluación de la
degradación de los suelos.

5.2.1 Fuentes de datos espaciales

Actualmente las fuentes de datos espaciales requeridos por los SIG en su


aplicación a la evaluación de la degradación de suelos consiste de (Petersen et
al.,
1998): (i) mapas de suelo digitalizados que proveen información acerca de
la
erosionabilidad, permeabilidad, propiedades de la retención de humedad, textura y

estructura, etc., (ii) mapas topográficos y modelos de elevación digitales (MED) de


los cuales se extraen propiedades geométricas ( características de las
pendientes, sombreo del relieve, patrones del flujo, etc) y características de la red
de drenaje (densidad del drenaje, orden de los cursos de agua) de las cuencas
hidrográficas y (iii) fotografías aéreas, mapas de cobertura/uso de la tierra o datos
de sensores remotos de los cuales las clases de la coberturas del suelo pueden
ser derivadas.

21
Figura 3.3 Diagrama de flujo indicando las fuentes de datos, entradas y salidas
relativas a la aplicación de los SIG en la evaluación de la degradación de los
suelos (Petersen et al., 1998).

Avances recientes en aplicaciones de SIG han promovido el desarrollo de


tecnologías y bases de datos espaciales que realizarán el monitoreo y la
evaluación
de la degradación de suelos. Algunas de estas tecnologías son los Sistemas

22
Globales de Posicionamiento Global Positioning Systems, (GPS) y los
Cuadrángulos de Ortofotografía Digital Digital Orthophoto Quadrangles (DOQ).
El CPS permite al usuario registrar rápidamente coordenadas geográficas de
cualquier localidad en el campo, con precisiones en el rango de varios metros a un
centímetro.

Aun cuando propiedades individuales del suelo proveen una información


valiosa, ellas pueden no ser suficientes para explicar diferencias en la degradación
de los suelos. Por ello, las evaluaciones con SIG a menudo involucran la
integración de datos de diferentes tipos y fuentes. Esta aproximación consiste en
la superposición de mapas para derivar clasificaciones de la degradación potencial
de los suelos. Por ejemplo una capa digital interpretativa mostrando la distribución
de las clases de riesgo de degradación del suelo puede ser creada combinando
propiedades del suelo (textura, estructura, contenido de C orgánico, etc.),
vegetación (cobertura/uso de la tierra) y pendiente (Petersen et al., 1998).

5.2.2 Integración de modelos de simulación y Sistemas de


Información Geográfica

La integración de SIG a modelos de erosión/calidad del agua se ha vuelto muy


popular desde comienzo de los años noventa. El éxito de la integración depende
tanto del SIG como del tipo de modelo. Así, la parametrización de los modelos
empíricos para su integración al SIG se facilita ya que los coeficientes y
exponentes pueden ser fácilmente aplicados a cualquier capa del SIG. Los
modelos de basamento físico necesitan capas de datos detallados, lo cual dificulta
el enlace en la mayoría de los casos.

En cualquier caso, el procedimiento apunta hacia la elaboración o la


modificación de modelos, de manera que ellos funcionen en el ambiente del SIG, o

bien al desarrollo de técnicas de SIG que parcialmente parametricen los modelos


existentes. Este segundo tipo de procedimiento es el más comúnmente usado,

ejemplos de lo cual son la integración del modelo Agricultural Nonpoint Source,

23
AGNPS” (Young et al., 1994) con el Arc/Info (Tim y Jolly, 1994), y del modelo
Areal
Nonpoint Source Watersheed Environment Response Simulation ANSWERS”y
el GRASS (De Roo et al., 1989; Srinivasan y Engel, 1991).

5.2.3 Sistemas espaciales de apoyo para la toma de decisiones

Los Sistemas Espaciales de Apoyo para la Toma de Decisiones (Spacial


Decision Support System,SDSS) son sistemas computarizados interactivos,que se

presentan como aplicaciones de los SIG para los usuarios, particularmente


los encargados de la toma de decisiones, que les permiten aprovechar las
ventajas de las capacidades de los paquetes SIG para la resolución de
problemas, sin tener que ser expertos conocedores de sus operaciones y
funciones.

Por otra parte, se tienen otras aplicaciones de los SIG como los Sistemas
Expertos, (Expert Systems, ES) los cuales a diferencia de los SDSS dan al usuario

soluciones potenciales. Ellos no solo proveen capacidad de análisis de datos e


información para la toma de decisiones, sino también conocimiento experto y
reglas
de razonamiento para manipular y evaluar la información para usos específicos.

Actualmente, están siendo desarrollados SDSS para una amplia gama de


aplicaciones de SIG, en las ciencias ambientales. La mayoría de los que se
relacionan con evaluaciones de degradación de suelos han sido aplicados
utilizando la USLE; para ver ejemplos se pueden consultar las siguientes
referencias: James y Hewitt (1992), Heidtke y Auer (1992), Liao y Tim (1994).

5.2.4 Algunas bases digitales de datos desarrolladas que permiten la


aplicación de los SIG a la evaluación de la degradación de los suelos

Los conjuntos de datos regionales y globales son típicamente desarrollados por


la extrapolación de datos, basados en información de parcelas experimentales y

24
cuencas hidrográficas, a unidades cartográficas que cubren mayores superficies, o

bien mediante la provisión de enlaces entre datos espaciales con tablas que
contienen registros de interpretación. En general, estos conjuntos de datos
globales son diseñados para ayudar a los gobiernos y agencias internacionales
involucradas con la agricultura, para entender en forma global, los problemas
ambientales tal como lo es la degradación de los suelos. Un buen número de
bases de datos de suelos han sido desarrollados por agencias nacionales e
internacionales en muchas partes del mundo a escalas regionales y globales
(Petersen et al., 1998).

Una base digitalizada de datos de suelos ha sido desarrollada a escala


1:5.000.000 para todo el planeta, mediante digitalización del mapa mundial de
suelos FAO-UNESCO (FAO, 1994; citado por Oldeman y van Lynden, 1998). Los
datos espaciales están representados en cobertura Arc/Info, consistiendo de
4.930 diferentes unidades cartográficas. El conjunto de datos, sin embargo, solo
provee información de pendientes y textura del suelo, propiedades que son
necesarias en la mayoría de las evaluaciones de degradación de suelos.

El desarrollo de una base digital de datos más detallada, el World Soils and
Terrain, SOTER, tuvo su inicio bajo los auspicios de la FAO, la Internacional Soil
Science Society, (ISSSS) y el Internacional Soil Reference and Information Center

(ISRIC, 1993). El SOTER fue diseñado a la escala 1:1.000.000 y se acomoda a la


mayoría de los sistemas de clasificación de suelos. Debido a las necesidades
actuales para la evaluación de la degradación del suelo inducida por la actividad
humana, a través del proyecto Global Assessment of Soil Degradation, (GLASOD),
se produjo un mapa que usa los atributos de suelos y terrenos del SOTER
a una escala 1:10.000.000. La base digital de datos de GLASOD está siendo
desarrollada mediantela digitalización de unidades cartográficas y el registro de
datos de atributos en un SIG.

25
El mapa GLASOD fue generado con una base de datos incompleta debido a
que se espera que el SOTER sea completado dentro de 15 a 20 años. Por lo
tanto, el mapa GLASOD, en su versión actual, no provee suficientes detalles. Sin
embargo, la información provista se encuentra disponible a las entidades
gubernamentales y agencias de planificación para el establecimiento de
programas prioritarios (Petersen et al., 1998).

6. LA EVALUACION GLOBAL DE LA DEGRADACION DE SUELOS

El reconocimiento de la necesidad de una evaluación global de la degradación


de los suelos se inicia en la década de los sesenta. El hecho de la no existencia
de
mapas a escala continental, regional o nacional en Africa, que permitiera mostrar
donde la erosión había reducido la productividad del suelo, en el largo plazo, fue
destacado por la Asociación Mundial para la Conservación del Suelo y el Agua.
Fundamentalmente, estos mapas facilitarían a los planificadores y a las agencias
donantes tomar las más razonables decisiones en cuanto a la distribución de los
recursos escasos.

La United Nations Environment Program (UNEP) solicitó a un panel de


expertos ad hoc reunido en Nairobi, en mayo de 1987, considerar la posibilidad de
producir, con la base de la escasa información disponible, una evaluación global
de la degradación del suelo. Dicha evaluación debería ser científicamente
creíble y producida en el menor tiempo posible. Basado en las recomendaciones
de esa
reunión, la UNEP formuló un proyecto intitulado: Global Assessment of Soil
Degradation el cual llevaría a la publicación de un mapa mundial (World Map on
the Status of Human-Induced Soil Degradation) a una escala de 1:10.000.000 en
un
tiempo de 28 meses. El International Soil Reference and Information Center

26
(ISRIC), Wageningen, tuvo a su cargo la administración y coordinación del
proyecto. Dicho centro internacional fue asistido en la ejecución de actividades por
científicos del Internacional Institute for Aerospace Survey and Earth Sciences,
(ITC). El objetivo inmediato del proyecto Global Assessment of the Status of
Human-Induced Soil Degradation, (GLASOD) fue: “Fortalecer la percepción de
quienes toman decisiones y elaboran políticas acerca de los peligros que resultan
de un inapropiado manejo y uso de la tierra y el suelo para el bienestar global, y
facilitar el establecimiento de prioridades para programas de acción”.

Así, correlatores regionales -institutos o científicos individualmente- fueron

designados para dar su opinión de expertos con relación al estado de la


degradación del suelo inducida por la actividad humana, tarea que fue realizada
en consulta con científicos nacionales de la ciencia del suelo y el ambiente. El
mundo fue dividido en 21 regiones y más de 250 científicos fueron consultados.
Un esquema fue preparado para la evaluación de la degradación de los suelos,
para asegurar un cierto grado de uniformidad en el reporte.

Un mapa topográfico base estándar fue preparado para la evaluación, a dos


veces la escala del mapa final, teniendo como base el Topographic World Map,
publicado por el Institut Geographique Nacional. Solamente fueron indicados
límites continentales y de los países, principales características hidrológicas y
ciudades más importantes. Se les exigió a los correlatores delinear unidades
fisiográficas en estos mapas base usando mapas geológicos, topográficos, de
suelos, clima y vegetación que fuesen disponibles.

El siguiente paso fue evaluar, para cada unidad fisiográfica, la ocurrencia de los
distintos tipos de degradación de los suelos (Cuadro 3.6), su extensión relativa
(Cuadro 3.7) dentro de las unidades delimitadas, el grado de degradación, que
caracteriza el estado de la misma (Cuadro 3.8) y el tipo de intervención humana
causante del deterioro del suelo (Cuadro 3.9)

Cuadro 3.6 Lista de tipos de degradación de suelos incluidas en el mapa


GLASOD (Oldeman y van Lynden, 1998).

27
28
Obs: debe señalarse claramente que la degradación de la vegetación no es
considerada en la metodología GLASOD. Esto implica que, por ejemplo, el
sobrepastoreo, en este contexto, es solamente indicado si el
mismo conlleva a la erosión o a la compactación del suelo. De manera similar la
desforestación es solamente mencionada donde ésta conlleva a la erosión o a la
disminución de la materia orgánica.

Los 21 segmentos regionales fueron entonces compilados en un solo mapa del


mundo. La reducción en escala del mapa final resultó en una inevitable
generalización.
Aunque doce diferentes tipos de degradación de suelos fueron identificados en
total,
se decidió seleccionar solamente cuatro colores para representar los principales
tipos de degradación de suelos (erosión hídrica en verde azulado, erosión eólica
en marrón amarillento, degradación química en rojo y degradación física en
rosado).

La gravedad de la degradación (“severidad”) fue agrupada en cuatro clases


(Cuadro 3.10) basado en una combinación del grado y la relativa extensión del tipo
de degradación dentro de las unidades cartográficas. Esto fue destacado mediante
cuatro diferentes sombreados del color básico.

29
1 En este contexto, los trópicos incluyen Africa, Asia, América del Sur y
Central y Australia

2 La zona de tierras áridas se define como una región climática con


relación

precipitaciones- evaporación anual de 0,65 o menos (UNEP, 1992, citada por


Oldeman y van Lynden, 1998).

Oldeman y van Lynden (1998), referencia de la cual ha sido extraído este


resumen de la metodología GLASOD, señalan que el objetivo planteado por la
misma ha sido alcanzado. Así también, destacan que el estudio GLASOD es uno
de los más citados actualmente cuando se trata de la degradación global del
suelo. Los mismos autores citan a Thomasson (1992) quien, luego de una
revisión de GLASOD, indicó que “este es un proyecto valiente y ambi aspecto vital
de nuestros conocimientos en ciencia del suelo a escala global y en un
formato compresible por políticos, administradores y el público informado en

30
general”, aun cuando señala algunas anomalías, “sin duda debido a la dificultad de
aplicar estándares comunes a la calidad y cantidad de información, vastamente
diferente, emanada de países ricos y pobres”. Como una crítica importante se
señala el uso del mapa base con proyección Mercator. Es importante considerar
que la información derivada de GLASOD es basada en el juicio de expertos y por
consiguiente es subjetiva. El siguiente paso sería preparar bases de datos
digitales nacionales de suelo y terreno a escala 1:1.000.000 como punto de partida
para lograr un estimado más objetivo de la situación y riesgo de la degradación de
los suelos inducida por la actividad humana.

31
CONCLUSIONES:

La geoestadística permite, gracias al estudio de datos georreferenciados,


cuantificar la presencia de suelos contaminados en base a una técnica
matemática precisa. Así mismo, permite un análisis de las incertidumbres
asociadas a las estimaciones, haciendo posible realizar una toma de
decisión más controlada en cada etapa del proyecto.
Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) permiten realizar el análisis
ambiental de impactos y procesos, así como generar estimaciones y
modelos climáticos, predicciones, fotointerpretar las unidades territoriales,
análisis de suelos contaminados , entre otros muchas actividades, siendo
sin duda las más potentes y vanguardistas la interacción de los SIG con las
técnicas de Teledetección Ambiental y con las técnicas de marcaje y
radioseguimiento de individuos de fauna.

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