Trabajo Tema 4 La Constitucion Como Fuente Del Derecho Administrativo
Trabajo Tema 4 La Constitucion Como Fuente Del Derecho Administrativo
Trabajo Tema 4 La Constitucion Como Fuente Del Derecho Administrativo
Introducción
En el presente trabajo de investigación se desarrolló con el propósito de aclarar dudas, asi como
brindar la información necesaria acerca del rol fundamental que cumple las fuentes del derecho
administrativo en su aspecto conceptual. Cabe destacar que la misma son diferentes medias
maneras o procedimiento por los cuales se elaboran las reglas del derecho positivo, el derecho es
el sistema de norma jurídica que informa y regula efectivamente la vida de un pueblo de un
determinado momento histórico
En este aspecto se pueden encontrar diversas fuentes con su clasificación, la fuente formal, la cual
está constituida por los procesos de creación de las normas jurídicas, la fuente real real, la cual
representa los factores y elementos que determinan el contenido de tales normas y a su vez se
analizaran su conceptos, su clasificación, los diferentes aportes de cada una de ella para el estudio
y aplicación del derecho asi como la importancia que tienen los mismos en correcto
desenvolvimiento de la sociedad .
El valor normativo de la constitución de la constitución
Ello implica que en el análisis global del ordenamiento jurídico, se puede establecer
una distinción entre aquéllos actos de Estado que se dictan en ejecución directa e inmediata
de la Constitución, es decir, que son dictados directamente en ejercicio de poderes
constitucionales,
y aquéllos cuya ejecución no está directamente relacionada con la Constitución y
que se dictan en ejercicio directo de poderes establecidos en normas de derecho inferiores a
la Constitución. Estos son actos de ejecución directa e inmediata de la legislación y de
ejecución
indirecta y mediata de la Constitución5.
Los primeros, es decir, los actos realizadas en ejecución directa e inmediata de la
Constitución, precisamente por ello, sólo están y pueden estar sometidas a lo que dispone el
texto fundamental, no teniendo competencia el Legislador para regularlas mediante leyes;
los segundos, en cambio, son actos realizados en ejecución directa e inmediata de la
legislación
e indirecta y mediata de la Constitución, las cuales, precisamente por ello, además de
estar sometidas al texto fundamental (como toda actividad estatal), están sometidas a las
regulaciones establecidas, además de en la Constitución, en las leyes y en las otras fuentes
del derecho.
Los primeros por otra parte, dada la ejecución directa e inmediata de la Constitución,
sólo están sometidos al control de constitucionalidad a cargo de la Jurisdicción
Constitucional
que corresponde a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo (Arts. 334, 336,2 y
4); los segundos, en cambio, están sometidos al control de constitucionalidad y de legalidad
que corresponden a las otras Jurisdicciones del Poder Judicial, tanto a las ordinarias, como
sucede con las apelaciones y la Casación en lo que concierne a la actividad judicial; como a
la Jurisdicción Contencioso-Administrativa y a la Jurisdicción Contencioso-Electoral (Arts.
259, 297) cuando se trata de actividades administrativas.
Las actividades administrativas, por tanto y por esencia, constituyen actividades estatales
que se realizan siempre en ejecución directa e inmediata de la legislación y por tanto,
en ejecución indirecta y mediata de la Constitución; y precisamente por ello se dice que
esencialmente son de carácter sublegal, pues están sometidos no sólo a la Constitución sino
a la ley, y por eso es que su control corresponde a la Jurisdicción contencioso
administrativa
y en su caso, a la Jurisdicción contencioso electoral.
De lo anterior resulta, que toda actividad administrativa es, ante todo, desde el punto
de vista formal, una actividad que siempre es de carácter sublegal, es decir, de ejecución
directa e inmediata de la legislación (así las leyes reglamentarias correspondientes no se
hayan dictado) y de ejecución indirecta y mediata de la Constitución. Por supuesto, también
las actividades judiciales son siempre de carácter sublegal, siendo la diferencia entre una y
otra de carácter orgánico, en el sentido que las actividades judiciales siempre las realizan
órganos autónomos e independientes en ejecución de la función jurisdiccional, como lo son
los órganos que ejercen el Poder Judicial.
En cuanto a los actos de gobierno, son dictados por el Presidente de la República en
ejercicio sólo de atribuciones constitucionales6, razón por la cual no pueden estar regulados
o limitados por la Asamblea Nacional mediante leyes. Tienen el mismo rango que la ley, y
por ello, el control judicial sobre ellos es un control de constitucionalidad.
De lo anterior resulta, por tanto, que lo que constituyen las normas de derecho en relación
con cada órgano del Estado, varía y tiene un ámbito diferente dependiendo de la posición
que tiene cada norma o acto del Estado en el sistema jurídico jerarquizado. Por ello,
para el Legislador, legalidad quiere decir constitucionalidad o sumisión a la Constitución,
igual que para el Jefe de Estado con respecto a los actos de gobierno. En ambos casos,
dichos
actos se adoptan en ejecución directa e inmediata de la Constitución, sin la interferencia
de actos del Parlamento, en forma tal que sólo están subordinados a la Constitución y no
puede en general haber ley alguna que los condicione, dando origen al control judicial de la
constitucionalidad de los actos estatales (Jurisdicción constitucional).
Además de los actos dictados en ejecución directa e inmediata de la Constitución, en
los sistemas legales graduados que han dado origen a los sistemas de control judicial o
jurisdiccional
de la constitucionalidad, es evidente que el principio de legalidad, por su ámbito,
desempeña un papel mucho más importante en el segundo nivel de ejecución del
ordenamiento
jurídico, es decir, en aquellos actos del Estado dictados en ejecución directa e
inmediata de la legislación, o en ejecución indirecta y mediata de la Constitución. Aquí, el
principio de legalidad se ha desarrollado en el pleno sentido de la palabra, particularmente
con referencia a la Administración Pública, dando origen al control judicial o jurisdiccional
de la legalidad de los actos administrativos (Jurisdicción contencioso administrativa)8, y por
consiguiente, al derecho administrativo.
En consecuencia, en un Estado de derecho, el grado de sumisión de la Administración
Pública al principio de la legalidad, es de mayor ámbito que el de la sumisión a las normas
de derecho por parte de los órganos constitucionales del Estado. La Asamblea o el
Parlamento
están sometidos a la Constitución e, incluso, el Jefe de Estado o de Gobierno, cuando
dicta actos de gobierno sólo está sometido en general, a la Constitución; mientras que los
órganos y las autoridades administrativas están envueltos en un área de legalidad de mayor
ámbito puesto que están sometidos a la "legislación", la cual ejecutan. Esta es la razón por
la cual, en este campo, el principio de legalidad tomó el significado que normalmente tiene
en relación a la actividad administrativa del Estado contemporáneo.
Conclusión