Escuelas Criminologicas

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EVOLUCION DE LA CRIMINOLOGIA

“ESCUELAS”
En la historia de la Criminología iniciamos con la presentación temática de las
primeras escuelas jurídico penales, que han tenido gran influencia en el pensamiento
criminólogo, tomando en consideración los conceptos jurídicos con ámbito
criminológico; Luis Jiménez de Asua decía que las Escuelas penales son: “El cuerpo
orgánico de concepciones contrapuestas sobre la legitimidad del derecho pensando
sobre la naturaleza del delito y sobre el fin de las sanciones”.

De la misma manera, José Antonio Sainz Cantero definió las escuelas jurídicas
como: “La dirección del pensamiento que tiene una determinación de presupuestos
filosóficos – penales.”, Es por ello, que el comportamiento humano ha sido en todos los
tiempos motivo de interés y preocupación relativamente del comportamiento que están
basados o regulados en normas legales, el cual estudiaría modelos del comportamiento
humano que la ley describe como delito y todas las sanciones que se podrían aplicar
para cada comportamiento establecido.

Principalmente la criminología como tal desarrolla definiciones acerca de cuál es su


objeto y método de estudio, además de que caracteriza la definición de la conducta
antisocial, dado que esta se define desde el poder, es por ello que Pablo García de
Molina suscribe “La criminología como la ciencia empírica e interdisciplinaria, que tiene
por objeto el crimen, el delincuente, la víctima y el control social del comportamiento
delictivo.”

ESCUELA CLASICA
La Escuela Clásica se describe de doctores que no adoptaron a las nuevas ideas, así
como a los recientes sistemas bajo éticas de clásicos el cual sucede agrupar autores y
tendencias divergentes en muchos puntos de vista, por consiguiente, el mundo clásico
partió de su imagen excelsa, ideal del ser humano como centro del universo, como
dueño y señor absoluto de sí mismo, de sus actos, sin diferencia al comportamiento
entre un hombre delincuente y no delincuente.

Esto fundamenta la responsabilidad y de la misma forma es absurdo el


comportamiento delictivo pues se puede comprender como el mal uso de la libertad en
una situación concreta, para los autores clásicos el delincuente es una suerte de pecar
que adopta por portarse mal, cabe resaltar que es muy importante en la escuela clásica
que se encaje de sus autores, las diferentes individualidades y abusos del poder como
representaciones destacadas del derecho penal.

De la misma manera en el siglo XVII y XVIII, surgen nuevos grupos sociales entre los
que destacaban mercaderes, banqueros y hombres conocidos como burgueses,
quienes en la época de la Era de LA Ilustración, decían y sostenían que la razón
humana podría combatir la ignorancia y la suspensión de la tiranía para construir un
mundo mejor.

Para algunos autores, la Escuela Clásica fue fundada por Cesare Beccaria en el
espíritu del iluminismo europeo, publicando en 1764 la obra “De los delitos y de las
Penas”, quien en dicha obra compendia las leyes existentes y proponía escribir las
leyes para que estas pudieran ser comprendidas por todos los individuos y no solo por
los máximos juristas, tratando así de encontrar la igualdad de todos los ciudadanos ante
la ley, tratando de evitar una interpretación desviada por conceptos morales de los
juristas o de los jueces, y por último fin el de limitar el ámbito de las leyes penales al
mínimo necesario para disminuir el delito.

Se ha afirmado que gracias a la Escuela Clásica se pudo terminar con la barbarie y


la injusticia que el derecho penal representaba, procurando la humanización por medio
del respeto a la ley, el reconocimiento a las garantías individuales y de la limitación al
poder absoluto del Estado.

El profesor de Bolonia, Ginebra y Paris, Pellegrino Rossi es asesinado por los


pensamientos políticos que generaba, fue quien escribió el primer gran clásico
reconocido por todos, aunque no es posible olvidar otras aportaciones de sus
contemporáneos como Bentham, quien aporto con su obra Teoría de las Penas y de las
Recompensas escrita en 1840 y Romagnosi, con la obra Génesis del Diritto Penale en
1837, siendo para algunos este autor el que sienta las bases para la Escuela Clásica
con su obra Filosofía del Delito escrita en 1839.

Rossi consideraba que existía un orden moral que todos los seres libres e
inteligentes deberían seguir, pensando que aquello tendría que aplicarse en la sociedad
puestos que todos los individuos están hechos para vivir en sociedad, surgiendo un
orden obligatorio para toda una comunidad y del cual se derivarían todos los derechos y
obligaciones, pensando que la capacidad de juzgar le pertenece al superior, pero no
niega que todo hombre es inteligente y puede juzgar por igual.

Otro ilustre representante es Giovanni Carmignani, quien trata de explicar que el


castigo que se le impone a un criminal por un delito que cometió, no se hace con el
ánimo de tomar una venganza, sino de prevenir que en un futuro no realice otros delitos
semejantes, es considerado por algunos como el padre de la escuela clásica del
derecho penal, llevándolo a su verdadera esencia jurídica y cobrando gran importancia
porque cuando se hace referencia a la Escuela Clásica son las doctrinas de Carrara
generalmente las que se someten a examen.

El conjunto de doctrinas de Carrara representan el termino de la evolución de la


Escuela Clásica, sosteniendo que el derecho es connatural al hombre, siendo la ciencia
del derecho criminal un orden de razones emanadas de la ley moral, preexistentes a las
leyes humanas, el delito es un ente jurídico que reconoce dos fuerzas esenciales;
según Carrara el delito es la infracción de la ley del estado, promulgada para proteger la
seguridad de los ciudadanos , resultante de un acto externo del hombre, positivo o
negativo.

Dado que cada disciplina surge en el marco de un entorno socio – histórico


especifico, que de alguna manera caracteriza los supuestos explícitos e implícitos que
le dan sustento, es menester agregar que para estos tiempos en que surge la
criminología, comienza a desarrollarse un discurso que por primera vez articula una
concepción binaria de la sociedad: “Hay siempre dos grupos y dos categorías de
Individuos”.
ESCUELA POSITIVISTA
La aparición del positivismo fue consecuencia del auge alcanzado por las ciencias
naturales en los estudios filosóficos del siglo XIX, el cual se hizo sentir en todas las
disciplinas incluyendo el Derecho, la Psiquiatría, la Criminología y la Psicología, la
Escuela Positiva es una postura filosófica que tuvo un impacto y por tanto una influencia
enorme en el campo de lo científico, así como también la búsqueda del conocimiento
comprobable y valido también hizo eco, como se señalo anteriormente en la
criminología, el derecho penal y la política criminal.

Carlos Elbert decía que el positivismo es estrechamente ligado a la búsqueda


metódica sustentada en lo experimental, rechazando nociones religiosas, morales
apriorísticas o conceptos abstractos, universales o absolutos, llegando a la conclusión
de que lo que no podía ser materialmente demostrado por vía de experimentación
reproducible no podía ser científico. El positivismo por su parte se expandió
exitosamente, como un pensamiento progresista, revolucionario, capaz de sacar al
mundo del atraso y del oscurantismo religioso o supersticioso de los siglos precedentes.

Augusto Comte., es considerado como el padre del positivismo siendo él quien inicia
el interés por clasificar las ciencias, el postulado de escuela se basa en el culto a los
hechos, a los fenómenos, a lo dado; tomando patrones de las ciencias naturales y
pretendiendo trasladarlos al derecho penal, tres fueron los personajes más
representativos dentro de la Escuela Positiva entre los cuales tenemos a Lombroso,
Ferri y Garófalo.

La primera pregunta que se hacen los autores de la Escuela Positiva es como se


puede controlar el fenómeno de la criminalidad y el de cómo prevenirlo, los factores
favorables que estos autores usaron fueron: La comprobación de la ineficacia de las
concepciones clásicas para la disminución de la criminalidad y el aumento que esta
había experimentado, por otro lado, estaba también el descredito en que cayeron las
doctrinas espiritualistas y metafísicas, difundiendo la filosofía positivista.
El principal medio de difusión de la Escuela Positiva fue la revista “Archivi Di
Psichiatria Scienze Penali e Antropologia Crimínale”, Cesare Lombroso quien es
considerado como el fundador del positivismo biológico, desarrolla su teoría del hombre
criminal, estableciendo el concepto de criminal atávico, según el cual un delincuente
representaba una regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizando la conducta
delincuencial como innata, especificando que el criminal podía ser reconocido debido a
una serie de estigmas físicos o anomalías, como el excesivo desarrollo del cerebelo, la
asimetría del rostro, la dentición anormal, considerándolo como características
excepcionales.

Enrique Ferri por su parte, decía que la Escuela Positiva consistía en estudiar el
delito, primero en su génesis natural y después en sus efectos jurídicos, para así
adaptar jurídicamente diversos remedios a las diferentes causas que lo producen, así
mismo explica que la Escuela Positiva no consiste únicamente en el estudio
antropológico del criminal, pues constituye una renovación completa del método
científico en el estudio de la patología socio – criminal.

La Escuela Positiva realizo una ciencia de observación que se fundó en la


antropología, la psicología y la estadística criminal, llegando a ser la ciencia sintética
denominada como sociología criminal la cual aplicaría los métodos positivos al estudio
del delito y el delincuente.

ESCUELA CRÍTICA
La Escuela Critica o Criminología Critica como también es conocida, surge como una
nueva teoría de la desviación, la cual otorga a la criminalización connotaciones sociales
y comunitarias, más que patrones lógicos, tratando de especificar que el delito no es
fruto de que un individuo pertenezca al estrato social más bajo, por lo que esta escuela
se enfoca es a los problemas estructurales de la sociedad y en ella se resaltan otros
factores no considerados hasta ahora. Siendo de este modo, y con el objetivo de
esbozar concepciones de un orden social más pluralista, sucede que diversos autores
comienzan a revisar aquellas doctrinas de corte marxista, surgiendo así de esta manera
la llamada Escuela Critica, Criminología Critica o Nueva Criminología.

Ahora bien, entre los principales precursores de esta escuela, se encuentran a los
postulados de Chambliss en los Estados Unidos de América, quien plantea que la
criminalidad es un resultado de las imposiciones culturales que se encuentran
relacionadas con el consumo y las necesidades materiales, donde el crimen es el
principal producto de la políticas económicas, por su parte Quinney concluye y expone
que el estado burgués tiene la función de legitimar el modo de producción capitalista
atribuyendo sanciones legales generales de los intereses de una minoría, protegiendo
tales intereses con el uso de la fuerza y siendo el derecho penal un instrumento
coercitivo empleado para mantener el orden socioeconómico existente, también Platt
decía que el delito no depende exclusivamente de la pobreza sino que más bien es
producto de ciertas condiciones ideológicas de las relaciones sociales y de la ética
individualista.

Por otro lado, en la Criminología Critica Británica los mayores exponentes fueron Ian
Taylor, Paul Walton y Jack Young, quienes constituyeron un enfoque diferente sobre la
teoría vigente que se tenía de Criminología, usando para esto una alternativa neo –
marxista, con la finalidad de crear así una completa teoría social de la conducta
desviada, tratándose de un recorrido critico del pensamiento criminológico y
planteándolo como una historia de ideas pasadas que serian presentadas de forma más
o menos cronológicas, para ellos la teoría social debía estar libre de supuestos
biológicos y psicológicos, para así asumir la tarea de perfilar aquellos requisitos
formales y sustantivos de una teoría social de la desviación, donde la misma pueda
explicar las formas en que se asume el control social y las conductas desviadas en
sociedades desarrolladas.

Sin embargo, fue Alessandro Baratta con su libro Criminología Critica Y Critica Del
Derecho Penal, cuando este pasa a formar parte como uno de los exponentes más
importantes de la escuela critica, postulando que la criminología critica y la crítica del
derecho penal deben de constituir las bases sobre las cuales sea posible elaborar una
sociología jurídico-penal. Según Baratta, la teoría obtenida por la criminología critica y
siendo preparada por las corrientes más avanzadas de la sociología criminal liberal,
puede sintetizarse en una doble contraposición a la vieja criminología positivista, la cual
usaba un enfoque biopsicologico.

Es decir, la Criminología Critica partirá desde un enfoque macro – sociológico,


desplazando el objeto de estudio hacia los mecanismos estructurales de control social,
centrando su atención en los procesos de criminalización, para interpretar la realidad
del comportamiento desviado y así evidenciar la relación funcional o disfuncional con el
desarrollo de las relaciones político – económicas, resaltando la desigualdad que existía
ente la criminalización primaria, secundaria y la impunidad en que quedaban la mayoría
de los delitos, mostrando de esta manera la debilidad del ciudadano frente al sistema
de justicia penal y las fuentes de abuso de poder.

Se puede decir entonces que la escuela critica abordo como principal estudio el
control social, refiriéndose al desarrollo de las instituciones ideológicas y a la acción de
prácticas de coerción que permitan mantener la disciplina social, pero que a la vez
sirvan para reproducir un consenso, respecto a los principios axiológicos en que se
basan las sociedades, es por ello que según Baratta la criminología critica desarrolla
unas etapas fundamentales, donde se da un desplazamiento del enfoque teórico del
autor a las condiciones objetivas, estructurales y funcionales, los cuales se encuentran
en el origen de los fenómenos de la desviación, así como también el desplazamiento de
interés cognoscitivo desde las causas de la desviación criminal hasta los mecanismos
sociales e institucionales mediante la cual se elabora la realidad social de la desviación,
oponiendo así el enfoque biopsicologico al enfoque macro sociológico.

Por tanto, y siguiendo la perspectiva de la Escuela Critica, la criminalidad ya no será


una cualida ontológica de determinados comportamientos e individuos, sino que se
revelara más bien como un estatus asignado a determinados individuos por medio de
una doble selección entre: los bienes protegidos penalmente y los comportamientos
ofensivos a estos bienes, considerados como normas penalmente sancionados, es por
esto que la criminología deberá tener entonces como objetivo general de estudio, el
orden penal y los otros tipos de órdenes que tienen vinculación con él.
ESCUELA DE CHICAGO
La llamada Escuela De Chicago integrada principalmente por Robert Park, Ernenst
Burguess, Clifford Shaw, Henry McKay, Frederic Thrasher, William Thomas, surge por
la necesidad de encontrar un método que permitiese unir la certeza y el control de la
ciencia moderna con la posibilidad de aclarar la conexión del todo, presentando una
serie de investigaciones realizadas entre los años 1910 y 1940, las cuales se hacen
desde una mirada sociológica sobre la cuestión delictiva, apoyándose con los aportes
de Durkheim y Tarde, es que la Escuela de Chicago termina por instalar de manera
definitiva una sociológica en la comprensión y explicación del fenómeno delictivo.

De esta manera, la escuela de chicago rompe la matriz explicativa del positivismo


criminológico el cual explicaba el delito por el comportamiento individual del infractor,
porque esta escuela no solo estudio el tema del delito, sino que abarco una serie de
temáticas como: el alcoholismo, la locura, los divorcios, la inmigración, la pobreza, la
falta de viviendas y una serie de problemáticas sociales, las cuales estaban vinculadas
unas con otras en la ciudad de Chicago, pues la misma pasaba por grandes
transformaciones políticas, sociales, económicas y culturales que ocurrían en ese
entonces en los Estados unidos desde fines del siglo XIX.

La Escuela de Chicago utilizo en sus estudios la palabra ecología, como fuente de


inspiración de una metáfora que excedía claramente los principios de la ecología
biológica, donde las especies convivientes se desarrollaban de manera simbiótica pero
también conflictiva, no exento de procesos de dominación , competición y asimilación,
vinculado a esta inquietudes aparece entonces la noción clave de desorganización
social producto de las grandes transformaciones de la inmigración, la industrialización y
la movilidad propia de esta ciudad, así como también los mecanismos de control social
tradicionales como: la familia, el vecindario, la iglesia, la escuela, la comunidad, tienden
a debilitarse y pierden influencia sobre los miembros que allí habitan, siendo allí donde
a través de este funcionamiento deficitario toma sentido la delincuencia.
Es por ello, que los autores de la Escuela de Chicago, estudian la desorganización
social y el debilitamiento del control social presuponiendo una visión monista de la
sociedad, donde según ellos se establece un patrón único normativo que nos permitirá
diferenciar entre aquello que está bien y aquello que está mal, por ende, estos autores
ubican en el orden de lo patológico a los territorios que no se adecuan a lo prescrito
como lo correcto; donde ya no se tratara del individuo patológico del positivismo
criminológico, pero si se tratara de la comunidad o el hábitat patológico, intentando
intervenir con el fin de reforzar y ordenar ese control social que no puede reproducir el
orden social esperable, el cual se sostiene evidentemente sobre los propios valores de
los investigadores y no de los sujetos investigados.

El interés por parte de los investigadores es conocer las practicas y los valores de los
territorios de la desorganización social para poder comprenderlos y de esta forma lograr
que los modifiquen y se ajusten al código normativo convencional; pretendiendo
intervenir en la sociedad organizando los territorios o barrios que estudian, bajo su
propio código de clase y nacionalidad, así como también moral y normativo.

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