Resumen1°p SEMIOLOGIA UBA XX1
Resumen1°p SEMIOLOGIA UBA XX1
Resumen1°p SEMIOLOGIA UBA XX1
a.La Semántica
-Pueden estudiarse las relaciones de los signos con los objetos a los que son aplica-
bles.
- El conocimiento de los significados de los signos supone prestar atención a los
objetos, a los hechos y a los fenómenos que los signos señalan.
- Hay una doble perspectiva en la práctica semántica:
o una “intencional” por cuanto todo signo/enunciado designan alguna índole
propia de los objetos;
o otra perspectiva es “extensional” porque señala al conjunto de cosas/obje-
tos a los cuales se aplican las propiedades indicadas en los signos/enunciados.
- Semántica =/= Semiótica: la cátedra sostiene que la semántica es una disciplina
descriptiva y técnica de los significados de un determinado lenguaje (aplicable a textos ver-
bales, audiovisuales) mientras que la semiótica adopta una perspectiva más global y teórica
del conjunto de los lenguajes. Así, la semántica se subordina a la semiótica.
b.La Pragmática
- Se puede estudiar la relación de los signos con los intérpretes, con las personas que
utilizan los signos de modo concreto.
- Disciplina que analiza las formas y las estrategias concretas que asumen las ex-
presiones comunicativas, con el fin de descubrir las leyes que las rigen y establecer sus
características generales.
- Interés: estudio de los diálogos conversacionales, la etnolingüística, los enunciados
de los medios masivos en sus diversos contextos, etc.
c.La Sintáctica
- Se puede considerar la relación formal de los signos entre sí.
- La sintaxis se interesa por los sistemas formales (llamados “gramáticas”) diseña-
dos para analizar los lenguajes.
-Es muy difícil imaginar la existencia de un lenguaje en base a signos aislados ya que
los emisores y destinatarios de los mensajes solo logran interpretar un signo cuando lo ven
puesto en combinación estructural con otros.
Para Peirce, el signo es una categoría mental, una idea mediante la cual evocamos un objeto con
la finalidad de conocer y comprender la realidad o para comunicarnos. El proceso de aprehensión
del signo se llama semiosis y se desarrolla en forma de espiral que va integrando nuevos procesos
semiósicos, formándose la denominada semiosis infinita.
c. Esquema complementario
Según Zecchetto:
Un SIGNO es todo lo que está en lugar de otra cosa y la significa. Es la marca sensible de una in-
tención de comunicar un sentido. Se origina de la presencia del signo y la ausencia del objeto que
denota. Fuera de una sociedad los signos no existen.
El SIGNO tiene una composición ternaria. Si bien los elementos han sido denominados de diferen-
tes formas según el autor, los siguientes términos suelen utilizarse con más frecuencia:
1. El objeto (Peirce), Denotatum (Morris) o Referente (Ogden-Richards): La cosa o fenómeno que
denota el signo.
2. Interpretante/imagen mental (Peirce), Significado/idea/concepto (Saussure), Significatum (Mo-
rris) o Contenido (Hjelmlev): Lo que expresa el signo.
3. Representamen (Peirce), Significante (Saussure), Símbolo (Ogden-Richards) o Vehículo sígnico
(Morris): El signo propiamente tal.
b. Entidades culturales
La producción de signos es una estimulación programada por un grupo social, destinada a
manifestar y a expresar aspectos de su vida.
El significado de un signo es una unidad cultural definida en un campo semántico dado por
oposición a otras unidades culturales.
Los signos, como fenómenos culturales cambiantes, experimentan continuos procesos de
evolución. Así, los referentes (unidades culturales de experiencias) van transformándose por
la estrecha interacción que existe entre campos semánticos dados y los procesos sociocul-
turales en continua formación.
Circuito de la palabra
Saussure propone el circuito de la palabra para hallar el lugar de la lengua en los hechos del
lenguaje.
En el cerebro de A, un concepto dado desencadena en el cerebro la imagen acústica que
le corresponde, esto es un FENÓMENO PSÍQUICO. Le sigue un PROCESO FISIOLÓGICO, en
el que el cerebro de A transmite a los órganos de la fonación un impulso correlativo a la
imagen. Las ondas sonoras se propagan de la boca de A al oído de B, el otro individuo, esto
es un PROCESO FÍSICO. El circuito sigue en B de manera inversa: del oído al cerebro de B,
en este se produce una asociación PSÍQUICA de la imagen acústica con el concepto que
corresponde y así...
Entonces:
La lengua es una parte esencial del lenguaje. No es una función del sujeto hablante, es el
producto que el individuo registra pasivamente. Es a la vez un producto social de la facultad
del lenguaje y un conjunto de convenciones que permiten el ejercicio de esa facultad en los
individuos.
Características:
- Es un objeto bien definido en el conjunto heteróclito de los hechos del lenguaje.
- Es la parte social del lenguaje, exterior al individuo que no puede ni crearla ni modi-
ficarla por sí solo.
- Es un objeto que se puede estudiar separadamente.
- De naturaleza homogénea: es un sistema de signos en el que solo es esencial la
unión del sentido y la imagen acústica, las dos partes psíquicas.
- Es un objeto de naturaleza concreta, los signos de la lengua son “tangibles”, ya que
se pueden plasmar a través de la escritura.
Signo lingüístico: es la unión entre un concepto y una imagen acústica (ambos de carácter
psíquico). Saussure reemplaza la palabra “concepto” por “significado” e “imagen acústica”
por “significante”.
Características del signo:
- ARBITRARIEDAD: el signo lingüístico es arbitrario porque la unión entre significado
y significante es inmotivada, no existe motivo o razón natural por el cual exista una relación
entre estos dos elementos.
- LINEALIDAD: el signo es lineal porque el significante se desenvuelve sucesivamente
en el tiempo, es decir, no puede ser pronunciado simultáneamente a otro sino en unidades
sucesivas que se producen linealmente en el tiempo.
Valor lingüístico
La lengua consiste en una serie de oposiciones de sonidos combinados con una serie de
oposiciones de ideas, lo que genera un sistema de valores.
El pensamiento, al igual que los sonidos, antes de la segmentación de la lengua, es una masa
carente de toda forma y organización. Las subdivisiones realizadas por la lengua dan forma,
crean un sistema. La forma está constituida por unidades que tienen sentido dentro del sis-
tema al que pertenecen y no aisladamente. De esta segmentación se desprende la noción
de valor.
Básicamente, el valor de un signo surge por su relación con los otros signos del sistema. Un
signo adquiere valor cuando significa lo que otro no significa (esto supone que el valor de
un término se define negativa y diferencialmente por su relación con los otros términos del
sistema: ser lo que otros no son).
Por otro lado, dado el carácter sistémico de la lengua, para determinar su valor hay que es-
tudiar el signo en todas las relaciones posibles que pueda establecer con otros signos. Es la
relación con la totalidad lo que da el valor. En una frase, los signos lingüísticos se encadenan
linealmente, en una secuencia compuesta de dos elementos consecutivos, como mínimos,
y que se rigen necesariamente por un orden interno del sistema. Esto refiere a las relaciones
sintagmáticas. Por ejemplo: “Los turistas extranjeros recorrieron la ciudad” = las relaciones
sintagmáticas se dan entre las diferentes segmentaciones que pueden hacerse en la ora-
ción: entre sujeto (“los turistas extranjeros”) y predicado (“recorrieron la ciudad”); al interior
del sintagma nominal sujeto: “los” (determinante) + “turistas” (núcleo) + “extranjeros” (mo-
dificador); etc.
Independientemente de la relación en la secuencia efectiva del mensaje, los signos se aso-
cian en la mente en una serie mnemónica virtual, estableciéndose así las llamadas relaciones
asociativas (o paradigmáticas) por semejanza de algún tipo entre los signos: ya sea de sig-
nificante (“ciudad” puede establecer relaciones asociativas con “beldad”, “soñad”, “mitad”),
de significado (“ciudad” puede establecer relaciones asociativas con “pueblo”, “metrópoli”,
“capital”, “campo”), de significante y significado a la vez (“ciudad” se vincula con “ciudada-
no”, “ciudadanía”, “citadino”) y relaciones libres, de carácter personal (“ciudad” puede remitir
a “diversión”, “ruido”, “Buenos Aires”).
El mecanismo de la lengua operará simultáneamente sobre estos dos ejes de relación.
¿Por qué la lengua es forma y no sustancia para Saussure? La lengua sería una sustancia si sus
elementos tuvieran una identidad propia y autónoma respecto de los otros elementos que
la integran. La lengua es forma porque “da forma”, organiza, crea un sistema en aquello
que estaba amorfo, desorganizado. Y, fundamentalmente, la lengua es una forma porque las
unidades que deslinda no pueden ser consideradas en sí mismas como elementos aislados
sino dentro del sistema que ella organiza.
a. El interpretante es otro signo, o sea otra representación, que se refiere al mismo objeto que
el representamen y que puede asumir diversas formas:
- Un signo equivalente de otro sistema semiótico (palabra “perro” = dibujo de un perro)
- El dedo índice que apunte a un objeto
- Una definición ingenua o científica formulada en el mismo sistema de comunicación, en la
misma lengua en la que es contruido el representamen (sal = cloruro de sodio)
- La traducción del término a otra lengua (perro = dog)
- La traducción del término a otro de la misma lengua mediante un sinónimo (remedio =
medicamento)
- Una asociación emotiva con un valor fijo (perro = fidelidad)
3) Interpretante FINAL (también llamado normal): Presupone los otros dos tipos de
interpretantes. Es pensado como un hábito que hace posible la interpretación recurrente y
estable de un signo. Permite que ante un signo, “cualquier mente” llegue a un “único resulta-
do interpretativo”.
Ejemplo: la luz roja del semáforo que indica la detención del auto.
Principio de pragmatismo: consiste en considerar que el significado lógico de los conceptos se
encarna en los hábitos generales de conducta. Por ejemplo: el concepto de “estufa” como
objeto que calienta un ambiente desarrolla el hábito de conducta que consiste en prender
una estufa cuando hace frío.
b. El objeto es “esa otra cosa” que el signo debe representar para que sea considerado signo.
Peirce aclara que un signo puede tener más de un objeto (el denominado “objeto complejo”).
El objeto tiene la naturaleza de un signo, dado que pensamiento y signo son equivalentes.
El autor distingue dos tipos de objetos:
1) Objeto INMEDIATO: es interior a la semiosis. Es el objeto tal como es representado
por el signo mismo y cuyo ser es dependiente de la representación de él en el signo.
Ejemplo: Perón como objeto inmediato negativo (“el tirano prófugo”) o como objeto inmedia-
to positivo (“el primer trabajador”).
2) Objeto DINÁMICO: es exterior a la semiosis. Es la realidad que, por algún medio,
arbitra la forma de determinar el signo a su representación.
Ejemplo: Perón.
El fundamento: Es uno o varios rasgos de un objeto que permiten identificarlo, es decir, rasgos
distintivos que lo diferencian de otros objetos.
Semiosis1 infinita: el signo no está aislado sino que integra una cadena de semiosis: cada sig-
no es a la vez intepretante del que lo antecede e interpretado por el que sigue. Como todos
los pensamientos son signos también se remiten unos a otros. A su vez, como todo conoci-
miento es una relación entre signos, Peirce postula que todo conocimiento está determinado
por otros conocimientos. Ya que un interpretante es, en general, un signo más desarrollado
que el representamen, la cadena de semiosis infinita determina un paulatino aumento del
conocimiento sobre un objeto.
La semiosis es virtualmente infinita, por eso se distingue entre semiosis infinita y semiosis en
acto, que le pone un término provisional a la cadena cuando un interpretante final designa el
objeto de un representamen en un acto semiótico particular.
3. Las categorías
Existen tres modos (o categorías) de ser del fanerón (o idea):
- La PRIMERIDAD: implica considerar a algo tal como es sin referencia a ninguna otra
cosa. Se vincula con las ideas de libertad, posibilidad, indeterminación, comienzo, novedad.
En el signo, el representamen (cualidad) se corresponde con la categoría de primeridad.
- La SEGUNDIDAD: implica considerar a algo tal como es pero en relación con otra
cosa, es decir, establecer una relación diádica que no involucre a una tercera cosa. Se vincula
1 Los componentes formales de la semiosis son: el representamen, el objeto y el interpretante.
con la idea de existencia y de hecho en bruto. En el signo, el objeto se corresponde con la
categoría de segundidad.
- La TERCERIDAD: es la que hace posible la ley y la regularidad. En el signo, el inter-
pretante se corresponde con la categoría de terceridad, pues constituye una ley que pone en
relación a un primero (representamen) con un segundo (objeto) con el que él mismo está en
relación.
Los tres constituyentes de la semiosis son a su vez tricotomizados por Peirce sobre la base
de las tres categorías faneroscópicas, a partir de lo que se obtienen nueve tipos de signos:
4. Tipos de signos
Signos clasificados conforme a la propia naturaleza material del representamen:
- Cualisigno: es una cualidad -color, forma, textura, etc.- que en sí misma es una
mera posibilidad hasta que se manifiesta en un sinsigno.
- Sinsigno: es cualquier cosa existente que es un signo, es la materialización del cua-
lisigno y cobra significado gracias a un legisigno.
-Legisigno: es una ley que es un signo entendido como un tipo general integrado en
un sistema organizado. El legisigno vuelve significante a los sinsignos.
Peirce vuelve a referirse a las divisiones de los signos según la naturaleza del representamen
y denomina al cualisigno TONO, al sinsigno SEÑAL y al legisigno TIPO.
Para Peirce, todas las ideas novedosas de la ciencia nacen gracias a la abducción, cuyo
fruto es la postulación de una ley. Todo conocimiento constituye un proceso hipotético-de-
ductivo-experimental compuesto de tres momentos a los que les corresponde un tipo de
inferencia: a) abducción, que plantea una hipótesis sin fuerza probatoria; b) deducción, que
extrae de la hipótesis diversas consecuencias; c) inducción, que pone a prueba dichas con-
secuencias, con lo que se verifica o no la hipótesis.
TEXTO 6: BAJTÍN, MIJAÍL
¿Qué es un género discursivo?
Es un tipo relativamente estable de enunciado que usamos en diferentes ámbitos de la co-
municación y facilita la tarea de comunicarnos. No hace falta información teórica para usar
los géneros discursivos, naturalmente los reconocemos. Es imposible clasificarlos debido a
su cantidad.
- Estilo: se manifiesta en la manera personal en que cada hablante crea sus textos,
es el factor más personal del discurso. Sin embargo, aunque el estilo tiene un alto grado de
subjetividad (es decir que varía de acuerdo a cada persona), también suele ser relativamente
estable porque está muy vinculado al tema.
Ejemplo: cuando visitamos a un médico esperamos que en sus explicaciones sobre nues-
tra salud utilice ciertas palabras o expresiones que son “propias de los médicos”, también
esperamos que nos trate con cierta formalidad y distancia. Todos esos factores que se ob-
servan en lo que el médico nos “dice” tienen que ver con el estilo, y ese estilo no es sólo de
un médico, habitualmente es similar en todos los médicos. Por esa razón, el estilo es otro de
los factores que comparten los enunciados que se agrupan en un mismo género discursivo.
- Estructura: Ciertos tipos de enunciados tienen estructuras estables, esto quiere de-
cir que la organización de la información que contienen se hace casi siempre de la misma
manera.
Ejemplo: currículum vitae.
Enunciado como unidad real de la comunicación (unidad mínima de los géneros discursivos)
El discurso puede existir en la realidad tan sólo en forma de enunciados concretos pertene-
cientes a los hablantes o sujetos del discurso. Todos los enunciados poseen unos rasgos
estructurales comunes y tienen fronteras bien definidas. En síntesis: para Bajtín un enun-
ciado es una unidad de la comunicación discursiva, no es una unidad convencional, sino
real, determinada por el cambio de los sujetos discursivos. este tiene un sentido complejo,
entonación determinada, contexto, y es limitado por el cambio de sujetos.
Características:
- Su contexto es una situación comunicativa concreta, la realidad
- Se relaciona con los enunciados anteriores y posteriores
- Puede ser respondido porque se comprende su intención discursiva
- Sus límites se determinan por el cambio de sujeto hablante
- Es la unidad de la comunicación discursiva
- Pertenece a un hablante concreto
- Posee expresividad
Las fronteras de cada enunciado se determinan por el cambio de los sujetos discursivos, es decir,
por la alternación de los hablantes. Todo enunciado posee un principio absoluto y un final
absoluto. El cambio de los sujetos discursivos que enmarca al enunciado y que crea su masa
firme y estrictamente determinada en relación con otros enunciados vinculados a él es el
primer rasgo constitutivo del enunciado como unidad de la comunicación discursiva que lo dis-
tingue de las unidades de la lengua. Esto lo diferencia de la oración porque sus límites jamás
se determinan por el cambio de los sujetos discursivos.
Oración: para Bajtín es una unidad de la lengua que sirve para formar un enunciado, tiene una
naturaleza gramatical, límites gramaticales, conclusividad y unidades gramaticales.
- Los límites de la oración no se determinan por el cambio de sujeto como en el dis-
curso; la oración es una idea relativamente concluida que se relaciona de manera inmediata
con otras ideas del mismo hablante dentro de la totalidad de su enunciado (al concluir una
oración, el hablante hace una pausa y sigue con otra oración que continúe, complete, funda-
mente, etc. su idea anterior).
- Las oraciones y sus relaciones son preestablecidas por el género elegido.
- La oración no se relaciona de manera inmediata con el contexto externo extra verbal
(ej. situación, ambiente, prehistoria), lo hace a través del enunciado que integra.
- La oración no se relaciona de manera directa con los enunciados ajenos ni provoca
una respuesta.
- La oración como expresión de la lengua es inexpresiva y neutra (a diferencia del
enunciado sí es expresivo y no es neutro)
- Las oraciones y las palabras son impersonales (no orientada no pertenecen a nadie
ni se dirigen a nadie.
- La oración no puede determinar directa y activamente la posición responsiva del
hablante, lo logra al convertirse en enunciado completo.
¿Por qué el concepto de enunciado cuestiona la idea de un “hablante” y un “oyente” como partes estancas
de un diálogo?
En la lingüística persisten ficciones como el “oyente” y “el que comprende”, se ofrece un
esquema de los procesos activos del discurso en cuanto al hablante y de los procesos pa-
sivos de recepción y comprensión cuanto al oyente. Pero no siempre es así, el oyente al
percibir y comprender el significado del discurso, simultáneamente toma una activa postura
de respuesta, es decir el oyente se vuelve el hablante. Además, no siempre tiene lugar una
respuesta inmediata en voz alta, la comprensión del oyente puede traducirse en una acción
inmediata (cumplir una orden) o quedar por un tiempo como una comprensión silenciosa
(ejemplo la comprensión de los géneros liricos).
En síntesis: toda comprensión real tiene un carácter de respuesta activa y no es sino una
fase inicial y preparativa de la respuesta, mismo el hablante, no espera una comprensión
pasiva, que solo reproduzca su idea en la cabeza ajena, si no que quiere una contestación.
Todo hablante es de por si un contestatario, todo enunciado es un eslabón en la cadena de
otros enunciados.
Intertextualidad
Todo enunciado viene a ser un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva en una
esfera determinada. Está lleno de ecos y reflejos de otros enunciados con los cuales se re-
laciona: debe ser analizado como respuesta a los enunciados anteriores de dicha esfera. En
un enunciado se pueden descubrir todo tipo de discursos ajenos, implícitos, un enunciado
siempre contesta. El hablante nunca es el primero que aborda un objeto de discurso, este ya
se encuentra hablado, discutido, vislumbrado, valorado.
Además de contestar a discursos precedentes, el enunciado no solo se dirige a su objeto
sino también a discursos ajenos acerca de este último. El enunciado se construye desde el
principio tomando en cuenta las posibles reacciones de respuesta para las cuales se cons-
truye el enunciado
Por eso, el enunciado es un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva y no puede
ser separado de los eslabones anteriores que lo determinan por dentro y por fuera, generan-
do en él reacciones de respuesta y ecos dialógicos.
¿Qué crítica le realiza a Saussure? Bajtín le critica a Saussure que deja de lado el “habla”, ya que
ignora la función comunicativa del lenguaje, solo les interesa la función expresiva. Así, se
crea una ficción científica en donde el hablante es el sujeto activo y el oyente es pasivo. A
diferencia de Saussure, Bajtín plantea que el oyente se prepara para una acción, completa
el discurso, y la respuesta de este siempre está en formación a lo largo de todo el proceso
de audición y comprensión, todo entendimiento del discurso tiene un carácter de respuesta.
Destinador-(contexto-mensaje-contacto-código)-Destinatario
Crítica a Jakobson
HOMOGENEIDAD DEL CÓDIGO: es imposible que el destinador y el destinatario hablen exacta-
mente la misma lengua, es decir, un código común; no es posible que el mensaje pase de de
destinador a destinatario sin sufrir modificaciones, cambia al ser decodificado.
EXTERIORIDAD DEL CÓDIGO: es inexacto decir que el emisor, al confeccionar su mensaje, elige
libremente entre los ítems léxicos, sintácticos, etc., de sus aptitudes lingüísticas y dice lo que
quiere. Tiene limitaciones que restringen sus posibilidades de elección:
- Restricciones del universo discursivo: situación en que están el emisor y el receptor,
determinados por las restricciones propias del género elegido; el emisor elige determinadas
palabras para realizar su discurso teniendo en cuenta a su receptor (y su saber sobre el
tema, léxico, etc).
- Competencias ideológicas y culturales: saberes propios del sujeto sobre el mundo.
- Determinaciones PSI: psicología de los sujetos.
- Competencias lingüísticas y paralingüísticas: adquisición y desarrollo del lenguaje
- Modelos de producción e interpretación: reglas comunes a todos los hablantes para
producir y decodificar mensajes. No se emite un mensaje a un destinatario real, sino a lo que
el destinador cree saber del destinatario, y el destinatario decodifica el mensaje en función
de lo que cree saber del destinador.
Tipos de destinatario
- Destinatario directo (alocutario): es expresamente considerado por el emisor como su
compañero en la relación de alocucación (ej.: dirigiéndose a él con la mirada o con un pro-
nombre en segunda persona). Pueden estar físicamente presentes en la comunicación.
- Destinatario indirecto: no están integrados en la relación de alocución, son testigos (ej.: al
defender una tesis). Pueden estar físicamente presentes en la comunicación.
- Destinatario adicional: destinatario aleatorio que el emisor no puede prever, ni controlar
cómo interpretará el mensaje (ej.: una carta que cae en otras manos).
Clasificación de destinatarios
- Presente + locuente (intercambio oral)
- Presente + no locuente (conferencia magistral)
- Ausente + locuente (comunicación telefónica)
- Ausente + no locuente (la mayor parte de las comunicaciones escritas)
Enunciación en sentido amplio: La lingüística de la enunciación estudia las relaciones entre los
participantes, el enunciado, y el contexto en que se emite.
Sintaxis y contexto
Existen lenguas que tienen un orden de palabras en la frase relativamente libre mientras que
otras lenguas lo tienen más bien fijo. No es plausible pensar que en las lenguas cuyo orden
de palabras no viene fijado de manera estricta por la sintaxis, todas las variantes posibles
son absolutamente equivalentes. en todos los contextos y situaciones.
Resulta evidente que incluso algunos aspectos típicamente gramaticales como el orden de
palabras, están determinados por factores de tipo contextual o situacional. La cuestión no
puede plantearse en términos de corrección gramatical sino también de adecuación discur-
siva.
Referencia y deixis
Desde el punto de vista de la comunicación, comprender una frase no consiste simplemente
en recuperar significados, sino también en identificar referentes. No basta con entender las
palabras; hay que saber a qué objetos, hechos o situaciones se refieren.
Una parte importante de la interpretación de un gran número de enunciados depende deci-
sivamente de los factores extralingüísticos que configuran el acto comunicativo: conocer
la identidad del emisor o del destinatario y conocer las circunstancias de lugar y tiempo de
emisión se ha convertido en un requisito imprescindible para conseguir una interpretación
plena. También resulta evidente que solo desde una perspectiva pragmática se podrá tener
acceso al tipo de información necesaria para lograr este objetivo.
La necesidad de la pragmática: la distancia que existe entre lo que literalmente se dice y lo que
realmente se quiere decir, la adecuación de las secuencias gramaticales al contexto y a la
situación, o la asignación correcta de referente como paso previo para la comprensión total
de los enunciados, son tres tipos de fenómenos que escapan a una caracterización precisa
en términos estrictamente gramaticales.
Dos cosas son claras: hay una parte del significado que logramos comunicar que no se
puede reducir al modelo de un código que empareja convencionalmente significantes y sig-
nificados, y que para caracterizar dicho significado adecuadamente hay que tomar en consi-
deración los factores que configuran la situación en que las frases son emitidas.
Las explicaciones que ofrecen tanto la gramática como la pragmática deben entenderse
siempre como complementarias.
El destintario: con este nombre se designa a la persona a la que el emisor dirige su enunciado y con
la que normalmente suele intercambiar su papel en la comunicación de tipo dialogante. Destinata-
rio (sujeto al que se ha dirigido un mensaje) no es lo mismo que receptor (mecanismo de decodifi-
cación) ni es lo mismo que oyente (todo aquel que tiene la capacidad abstracta de comprender un
determinado código lingüístico). No puede considerarse destinatario a un receptor cualquiera o a
un oyente ocasional, este es siempre el receptor elegido por el emisor, el mensaje está construido
específicamente para él.
El enunciado: es la expresión lingüística que produce el emisor. Desde el punto de vista físico el
enunciado no es más que una modificación del entorno, sea el entorno auditivo (como en la co-
municación oral), sea el entorno visual (como en la escrita). Mensaje (designa cualquier tipo de
información transmitida por cualquier tipo de código) no es lo mismo que enunciado (se usa es-
pecíficamente para hacer referencia a un mensaje construido según un código lingüístico). Este
último tampoco es lo mismo que oración (unidad abstracta, estructural, definida según criterios
formales y perteneciente al sistema de la gramática).
Distancia social: es la relación que existe entre los interlocutores por el mero hecho de pertenecer
a una sociedad (es decir, a una organización humana con estructura social). Esta relación es la que
recibe el nombre de distancia social. Su papel en la comunicación es fundamental porque el emisor
construye su enunciada la medida del destinatario. Uno de los factores que debe tener en cuenta
es el grado de relación social entre ambos.
Semántica y pragmática: la pragmática se ocupará del estudio de los principios que regulan el uso
del lenguaje en la comunicación, entendido como el estudio de todos aquellos aspectos del signi-
ficado que, por depender de factores situacionales, quedan fuera del ámbito de la teoría semántica
(es decir, de los significados convencionales). Así, puede proponerse provisionalmente la siguiente
ecuación:
pragmática = significado - semántica
La pragmática tiene su teoría y posee algunas nociones básicas que constituyen su andamio teó-
rico y que le dan base y coherencia a sus prácticas científicas. Fundamentalmente, la Pragmática
del lenguaje humano admite dos postulados epistemológicos:
La pragmática es el estudio relacionado con la práctica y los contextos del lenguaje. Sus tareas
son:
- tratar de comprender el funcionamiento y la estructura de los procesos comunicativos de la len-
gua, y en consecuencia, tiene que ver con el análisis de las normas y principios que rigen la práctica
de las conversaciones, la forma interactiva del lenguaje que mantienen los actores humanos;
- lograr una descripción pertinente de los fenómenos de comunicación interpersonal y comunita-
ria, en sus múltiples aspectos y formas;
- investigar los hechos de la lengua en acción, los procesos comunicativos prácticos;
- ocuparse del idioma en movimiento, mientras se usa en forma viva, y los efectos que él produce
cuando funciona en los grupos, y las interpretaciones que le da la gente a los enunciados en deter-
minados contextos.
En el centro de toda la investigación pragmática, está la lengua oral o escrita, pero en sus formas
dialógicas y en un contexto de intercambio comunicativo ordinario y familiar para darle sentido a
lo que nos pasa.
Hay dos elementos que siempre están presentes en la pragmática del lenguaje y que la especifican
claramente:
- En primer lugar, el empleo del lenguaje tal como la sintáctica y la semántica lo proponen a
un grupo humano que comparte un idioma. Esto quiere decir que se asume el dato de la existencia
del sistema formalizado de una lengua.
- En segundo lugar, las referencias a contextos o informaciones extralingüísticas que con-
ducen a estudiar los sentidos conversacionales más allá de los límites estrictamente gramaticales
de la lengua.
Los actos de habla son enunciados pragmáticos que utilizamos en comunicaciones ordinarias, para
expresar nuestro modo de estar en el mundo y en la sociedad. El “acto de habla” es la unidad míni-
ma del lenguaje conversacional de la práctica verbal.
Hay tres aspectos en los Actos de Habla:
- El acto locutivo: la acción de hablar, la producción de “decir algo”.
- El acto ilocucionario: lo que realizamos al decir algo, por ejemplo, cantar, aconsejar, pedir,
interrogar, explicar, ordenar, amenazar.
- El acto perlocutivo: se refiere a los efectos de decir algo.
La distinción entre estos tres tipos es meramente teórica, en la práctica se mezclan simultánea-
mente.
Teoría de J. L. Searle
Reelabora la teoría de Austin relativa a los actos lingüísticos. El autor reconoce el lenguaje como
una acción, como una actividad humana. Mediante los “actos lingüísticos” la persona realiza acti-
vidades con el propósito de alcanzar ciertos objetivos. Searle considera, al igual que Austin, que las
oraciones son solo frases abstractas hasta tanto no se concretizan en actos de habla, que son las
verdaderas unidades de la comunicación humana.
Las normas que manejan y regulan la ejecución de todo acto de habla son:
- De contenido proposicional: restricciones al contenido de los enunciados.
- Preparatorias: delimitan la situación en la que los actos de habla tienen sentido.
- De sinceridad: relacionado con los sentimientos y creencias del hablante y su intención
de ejecutar lo que dicen el acto lingüístico.
- Esencial: corresponde a la definición esencial del enunciado y en la que se incluye la in-
tención ilocutiva.
Los actos de habla deben analizarse en términos de condiciones de éxito, y considerar el significa-
do de cada una de esas unidades analíticas compuestas de dos elementos:
- un indicador proposicional: es el contenido expresado en las proposiciones que se emiten;
- un indicador de fuerza ilocutiva: muestra la dirección en que debe interpretarse la oración, es de-
cir, señala el acto ilocutivo que se está realizando.
Searle llega a la conclusión de que la diferencia entre la semántica y la pragmática es bastante ar-
tificial y debería superarse o eliminarse, porque -en definitiva- cada acto de habla es convencional
y depende de las reglas lingüísticas.
Actos:
- Locucionario: pose significado.
- Ilocucionario: posee fuerza al decir algo.
- Perlocucionario: logra ciertos efectos por el hecho de decir algo.