Relación Entre Los Docentes, Los Padres y La Sociedad
Relación Entre Los Docentes, Los Padres y La Sociedad
Relación Entre Los Docentes, Los Padres y La Sociedad
Enviado por sandy_santamaria
1.
2. Contenido.
3. Conclusiones.
4. Bibliografía.
INTRODUCCIÓN.
Por medio de la realización de este trabajo se pretende llegar a conocer cual debe de ser la
relación idónea que debe de existir entre los docentes de las escuelas y colegios y los padres o
representantes de los alumnos que asisten a las mismas.
Conoceremos cuales son los aspectos más resaltantes dentro de esta relación y cuales son los
consejos que se pueden tener para conseguir una relación armoniosa. De la misma manera se
tratará el tema de las diversas problemáticas que puede presentar el alumnado de una
institución y como debe ser la relación entre el representante y el maestro para enfrentar dicho
problema y lograr superarlo con éxito.
Se analizará a fondo como debe ser la relación entre padres y docentes, en concordancia con
la sociedad en la que habitan e interactúan, conociendo de esta manera cual es la importancia
de la misma y como influye en la exitosa relación antes mencionada. De esta manera se
destacará la relevancia en cuanto al papel que juega la sociedad que nos rodea y los factores que
la conforman, siendo dos de ellos los padres y docentes; ambos de gran importancia para
el desarrollo de las nuevas generaciones de una sociedad.
CONTENIDO.
OBJETIVO GENERAL:
Determinar cuales son las principales características que debe de presentar la relación que ha
de existir entre los docentes, los padres y las sociedades a las que pertenecen.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
1. Identificar cuales son los principales problemas que se pueden presentar en los
estudiantes, y como debe ser la relación entre los docentes y padres para enfrentar dichos
problemas.
2. Analizar el rol que juegan y desempañan los docentes y padres dentro de la sociedad y
como interactúan las tres.
3. Establecer cuales son los aspectos más relevantes en relación a la relación existente
entre padres, maestros y la sociedad.
PROCESO EDUCATIVO:
Elementos que intervienen en la educación:
El sujeto educativo es toda persona que admite un proceso de educación.
Es el niño que está abriendo sus ojos a la realidad de la vida.
Es el niño quien necesita de la sociedad para que esta realidad que capte sea la más
perfecta posible.
En este abrir de los ojos a la realidad de la vida va a desarrollar todas sus facultades
humanas conforme a la edad que está viviendo.
"Los padres son los primeros educadores de sus hijos y no deben pensar que es una tarea
del gobierno y de los educadores el educar a sus hijos, ellos son parte importantísima de
este proceso".
2. LA FAMILIA: Es la base de la sociedad y la base de una buena educación. Se necesita de
Estabilidad Familiar ya que:
a. Ha de ser una persona con vocación educativa.
b. Debe pensar en como enseñar mejor el día de mañana.
c. Pensará en esos alumnos que han tenido problemas y ver la forma de
solucionarlos.
d. El educador debe cuidar su persona y ha de tratar de ser siempre un ejemplo
para sus alumnos, ya que los niños captan los mensajes y conductas transmitidas
por los mismos.
e. No debe causar desánimos en sus alumnos.
f. Debe estar siempre al día con el avance de los conocimientos.
g. Debe pensar que la educación es personalizada, que cada niño tiene una forma
distinta de ser y unas exigencias distintas. Esto obliga al docente a conocer
perfectamente a cada niño para saber cubrir sus necesidades educativas en un
momento preciso.
h. Debe caracterizarse por una gran capacidad de observación que le llevará a ver
fallas o problemas por los que está pasando un niño en especial y poder darle
la atención requerida.
"La vida del verdadero educador estará siempre pendiente de su labor educativa".
3. EL EDUCADOR: Debe presentar las siguientes características:
4. LA SOCIEDAD Y EL MEDIO AMBIENTE: Un niño de un ambiente sano tiene grandes
posibilidades de éxito, no sólo por la formación (costumbres, hábitos, etc. sino también
por la alimentación, nutrición, amistades, recursos económicos, políticos, etc.). De ser lo
contrario, un ambiente menos sano, el niño lo manifestará en su forma de ser o actuar.
Las influencias externas por las que pasa el niño son muy variadas, como por ejemplo
la televisión, el cine, el radio, las revistas, las amistades, etc.; son medios que pueden hacer una
gran labor educativa o perjudicar la labor que los docentes están realizando en clase.
RELACIÓN ENTRE DOCENTES Y PADRES:
Un rápido análisis permite afirmar que, hace unos pocos años, las familias contaban con
elementos de solidez propios muy superiores a los actuales: tenían unas ficciones más
profundas, mayor estabilidad, menor estrés, más miembros y mayores oportunidades
de interacción entre ellos, etc. En la actualidad, las familias, a pesar de sus mejores niveles de
formación y educación, están más afectadas por influencias sociales negativas y son más
débiles en su estructura, encontrándose inmersas, en muchos casos, en problemas reales que
afectan a su estabilidad. Carencia de ideales claros de vida, dificultades de convivencia o
ruptura del matrimonio, etc. Esas familias necesitan más que nunca ayuda en
la acción educativa profunda, y deben encontrar colaboración en el ámbito escolar, dentro de
un marco de confianza.
La peculiar relación existente entre escuela y familia, exige de ellas una exquisita coordinación.
Del mismo modo, la necesidad de personalización para una verdadera formación, y la
reciprocidad de la relación establecida, solicitan crecientes grados de participación
y comunicación entre ambas instituciones.
Una relación de confianza Padres y Maestros:
Son los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se da en el
seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda,
orientación, soporte, etc., que influyen y modifican los comportamientos de todos sus
miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.
Son, asimismo, los padres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño
desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto, la madurez:
un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica,
cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores.
Características de la relación Familia-Escuela:
El principio de subsidiariedad es el que marca esta relación. Es la familia quien tiene el
derecho-deber de la educación.
Son los padres quienes tienen la posibilidad de decidir acerca de las cuestiones
esenciales, sobretodo cuando los hijos son menores.
Son los padres quienes eligen el centro educativo, sobre todo en las etapas de
Educación Preescolar y Primaria. Ayudan a los hijos a elegir a los amigos, a situarles en
determinados contextos sociales donde se entablan las relaciones de la amistad.
Son los padres quienes, como consecuencia de su estilo de vida, relaciones,
conversaciones juicios, etc. van creando una cultura familiar que es clave en todo el proceso
de maduración de la persona, de tal manera que muchos de los referentes en la toma de
decisiones de las personas adultas se basan en actitudes y valores adquiridos en los
primeros años de vida.
Son los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se
da en el seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto,
ayuda, orientación, soporte, etc. que influyen y modifican los comportamientos de todos sus
miembros.
Los padres son quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño
desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto la
madurez; un crecimiento en libertas y responsabilidad que solamente es posible de manera
armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y
errores.
Pero de manera general los padres al elegir la escuela cuando la hacen partícipe de sus deseos,
ideales, valores y objetivos educativos, aunque con frecuencia no los tengan ellos mismos
suficientemente definidos o explicitados.
Establecen los padres con la escuela una particular relación de confianza, mediante la cual
delegan autoridad, funciones, objetivos familiares, etc., en la institución a la que confían sus
hijos.
La relación que se entabla entre familia y escuela es tan peculiar que sólo cabe situarla en el
marco de la confianza- es la escuela, corno parte de la familia, una prolongación suya,
adquiriendo así su pleno sentido.
Esa relación de confianza es la que determina, matiza y da forma al binomio familia - escuela,
que debe estar marcado por una actitud de responsabilidad compartida y complementaria en la
tarea de educar a los hijos. Ello implica una verdadera relación de comunicación donde padres
y maestros establezcan una vía abierta de información, de orientación, sobre la educación de
los hijos, constructiva y exenta de tensiones por el papel que cada uno de ellos desempeña.
En este sentido, la familia debe tener una actitud activa y participativa, más allá de las
aportaciones puntuales de información sobre los hijos, en la medida que lo requieran los
maestros: esto es, trabajar conjuntamente en la orientación de la persona en orden a
un proyecto común de educación.
Si no se produce ese acuerdo previo sobre cómo y para qué queremos educar a nuestros hijos,
la disfuncionalidad en la relación padres-maestros y en el mismo proceso educativo, estará
asegurada. Una escuela no puede limitar su actividad a los campos que sean de su
exclusivo interés, sin atender a las necesidades de la familia. Esa peculiar relación de
confianza-servicio es característica de la escuela, particularmente en los niveles de Primaria y
Secundaria.
Los padres de familia deben hacer uso de su derecho y obligación para ir y entrar al centro
escolar, para saber si su hijo entró a clases o no, o si tiene algún problema con respecto a la
educación de su hijo. Esto hace que no exista una buena comunicación entre el padre de familia
y la institución escolar. Los padres de familia deben buscar hacer una interrelación de apoyo y
de comunicación; con su hijo con su esposa y con el mismo maestro, para que esa buena
educación que el padre desea para su hijo se lleve a cabo de una manera más integral, y su hijo
pueda desarrollarse como un buen ciudadano y un buen ser humano.
Los padres deben buscar la manera de hacer un solo equipo de trabajo, entre el mismo, su hijo
y el maestro.
La Reeducación de los Maestros:
Es prioritario y fundamental que los maestros se olviden de sus viejas prácticas y aprenda a ser
más que nada un amigo para el alumno. Cuando el maestro aprende a escuchar, a ser receptor
y responder positivamente al alumno, entonces comienza a caminar correctamente hacia
una calidad en la educación. El maestro debe admitir y convencerse que el alumno, posee
igualmente un potencial de aprendizaje que hay que aprovechar y sobre todo; saber encausar.
En la perspectiva antigua de la educación, la escuela era el lugar en el cual la sociedad hacia al
niño a su imagen y semejanza; prohibiéndole, ordenándole y juzgándole continuamente. En la
perspectiva actual el maestro hará saber al alumno que es un ser humano libre con derechos y
también con obligaciones, para que el alumno tenga una perspectiva diferente de la vida. El
maestro como educador-formador, no debe olvidar que los niños de hoy vivirán cuando sean
adultos en un mundo profundamente diferente del mundo actual.
La "delegación" del padre:
Los padres, al entregar sus hijos a la escuela, están ejerciendo un deber y una obligación. En la
sociedad en que vivimos esta delegación es obligatoria. El padre no elige entre mandar a su hijo
o no mandarlo a la escuela. A lo sumo elige a qué escuela lo hará.
La "delegación" de la educación en manos de la escuela no es absoluta ya que, por un lado, los
padres siguen educando a sus hijos y, por otro, no deben permanecer ajenos a lo que la escuela
"hace" con sus hijos. La experiencia diaria muestra que muchos padres optan por la
cómoda actitud de "lavarse las manos". La educación de los hijos es "un problema de la
escuela". Para ellos mandar a sus hijos a la escuela es semejante a enviar un automóvil a una
estación de servicio: lo guardan, lo limpian y lo engrasan y luego se lo devuelven.
Lo primero que los docentes observan es que toda tarea educativa se vuelve estéril si no es
acompañada por los padres. Si los padres tiene un nivel cultural muy bajo, el aprendizaje de los
hijos se hace más difícil y, lo que es mucho más grave aún, si los padres no valoran
adecuadamente el aprendizaje, los hijos difícilmente se motiven por él.
Los valores que la escuela pretenda inculcar en sus alumnos no deberían estar en pugna con los
que se viven en su casa. Si los padres opinan que en este mundo hay que avanzar pisando
cabezas", mal podría la escuela tratar de infundir en el niño los valores de
la solidaridad amor al prójimo.
Los padres eligen la escuela de sus hijos, pero, evidentemente, no se puede reducir su
participación a la posibilidad de cambiarlos de escuela. Deben participar no sólo aceptando y
adhiriendo a lo que la escuela hace sino además aportando su creatividad, sus sugerencias y
opiniones y su trabajo para hacer una escuela mejor.
Los padres y la promoción:
Los padres fueron alumnos. Tienen experiencias y recuerdos de la vida escolar y por lo mismo
pueden tener prejuicios y rencores ocultos. Muchas veces tratan "que a mi hijo no le pase lo
mismo". Generalmente los padres ven en la escuela una estructura de la que se obtiene un
título. La mayor parte de su relación con la escuela se basa en la defensa de su hijo contra "las
injustas calificaciones". Que los padres se preocupan más por las calificaciones que por el
aprendizaje en sí mismo es, en líneas generales, una realidad que no podemos ignorar.
Para cualquier persona es muy difícil soportar que se critique o evalúe duramente a su hijo. El
instinto de conservación, que convierte en extremadamente agresivo a cualquier animal cuando
se ataca a sus crías, no es ajeno al ser humano. Por razones culturales algunos reaccionan de
manera más o menos civilizada, pero todo padre va a responder agresivamente a un supuesto
"ataque" a sus hijos. La escuela debe mostrar que lejos de "agredir" a sus hijos se "preocupa por
su crecimiento y maduración.
Celos y conflictos entre docentes y padres:
Otra dificultad para dar participación a los padres está en el hecho de que los docentes son
profesionales de la educación (o si se prefiere, trabajadores de la educación). Hacen de ello su
modo de vida y están capacitados especialmente para esta tarea. Los padres, en cambio, no son
especialistas ni viven de ello.
Cuando las "quejas de los padres" se convierten de manera casi automática en "regaños del
director" se va desarrollando una actitud negativa hacia la participación de los padres y, por el
contrario, si las quejas de los padres son rechazadas automáticamente por solidaridad con el
docente, los padres dejarán de participar.
En general los padres no están capacitados profesionalmente para juzgar el desempeño de un
docente, pero tampoco podemos dejar de escuchar lo que nos dicen. Quien ejerce
una función directiva no puede permitir que los padres le lleven una queja que no han vertido
previamente al mismo docente y deben informar leal y francamente al mismo de las que ha
recibido. Esas quejas no deben ser magnificadas ni ignoradas, pero deben servir, ante todo,
para la propia autocrítica del docente. Esa autocrítica será muy difícil si se pone al docente
entre la espada y la pared, o sea, entre el director y los padres.
El "manejo" de los padres:
Muchas veces la institución no presta atención a algunos "símbolos". Es cierto que si se dejara
la puerta de la escuela abierta a los padres, muchas de sus tareas se verían dificultades. Pero no
es menos cierto que una escuela que les cierra descortésmente las puertas, no puede pretender
que participen donde, cuando y como las autoridades desean. A veces una demora en comenzar
un acto escolar, la ausencia de sillas suficientes, o una actitud descortés de quien atiende a los
padres en la puerta puede ser un gesto mucho más significativo que unas hermosas palabras de
bienvenida o la más cordial invitación a participar e integrarse a la escuela.
Los padres invasores:
Muchas veces los padres van a pretender asumir roles conflictivos. Hay quienes, si se les
permite, van a llevarse por delante a los demás. Otros tratan de sacar provecho de su
participación: tratan de ganar prestigio, buenas calificaciones para sus hijos, o algo peor aún.
Esto va a ocurrir en cualquier escuela que intente darles participación. Las miserias humanas
van a aflorar como lo hacen en todas las instituciones. La respuesta no ha de ser negar la
participación sino generar estructuras y mecanismos que neutralicen adecuadamente estos
desbordes. La participación masiva suele ser el mejor antídoto contra estos últimos.
Los padres "benefactores":
Muchas veces se identifica participación de los padres en la escuela con organizar rifas para
juntar fondos. La contribución de los padres en los aspectos edilicios o económicos no puede
ser ni la única ni la principal área de su participación. Las contribuciones económicas que
puedan hacer deben manejarse con mucha discreción y debe ponerse de manifiesto que en la
institución no crean derechos ni privilegios.
Carencias y Desviaciones:
1.
a. Desarrollo psicofísico interior.
b. Mayor mortalidad.
c. Trastornos del lenguaje (retardo, tanto en la expresión como en la
comprensión).
d. Inferioridad en la Sociabilidad, se apegan a cualquiera con facilidad pero
superficialmente.
e. Su resistencia a las infecciones y enfermedades contagiosas es reducida.
f. Afecta en la personalidad del niño, el cual presenta dificultades para establecer
relaciones sociales normales. Presenta conductas agresivas,
amoralidad, prostitución y hurtos de comprensión afectiva.
g. Desajustes emocionales.
2. Ausencia o Indiferencia de la Madre puede causar:
a. Falta de confianza.
b. Inseguridad.
c. Sentimiento de inferioridad.
3. Hogares Desarmónicos, escenas violentas pueden causar:
a. Inseguridad.
b. Rencor.
c. Trastornos de comportamiento (robos, mentiras, etc.).
d. Sentimientos de inferioridad.
e. Trastornos de socialización.
4. Un hogar disociado (pérdida de equilibrio en el hogar por falta de uno de los padres o
juicios despectivos de uno por el otro) puede provocar:
Labor de la maestra:
La labor de los docentes al presentarse cualquier tipo de problemas ha de ser la siguiente:
Conectar con los padres y sensibilizarlos sobre la importancia evolutiva-afectiva.
Sensibilizarse y humanizarse, evitando etiquetar de mal alumno a un chico que es
víctima de situaciones familiares desequilibradas.
Cómo puede un padre darse cuenta si le está yendo bien a su hijo en la escuela:
Pedirla a los hijos que le muestre la tarea escolar, y fijarse en la nota y cualquier
comentario que escriba el maestro.
En el transcurso del año escolar, los hijos pueden tomar
diversas pruebas estandarizadas, incluyendo el examen de criterios estatales. Los puntajes
de los hijos y otra información pueden llegarle por medio de los mismos, o bien,
directamente por correo. Consultar con el maestro para averiguar cuándo se dan estos
exámenes y cuándo debe esperar recibir los resultados.
Averiguar si el maestro de los hijos usa el correo electrónico para comunicarse con los
padres. El uso del correo electrónico permite enviar y recibir mensajes en el momento más
conveniente para los padres.
Pedirle a los maestros que le muestren ejemplos de trabajo bien hecho y compararlo
con el trabajo de los hijos. Escuchar los comentarios sobre el trabajo de los hijos, y sobre lo
que ellos necesitan hacer para mejorar. Planear junto con el maestro cómo pueden
colaborar para ayudarle a producir trabajos mejores.
Usar las líneas telefónicas especiales sobre la tarea escolar, los sitios Web de la escuela,
y otros servicios disponibles por conexiones telefónicas para obtener información sobre las
actividades de la escuela o para hacerles preguntas a los maestros y al personal de escuela.
Asistir a las reuniones individuales entre los padres y el maestro que se programan
durante el año escolar.
Cómo se puede sacar mayor provecho de las reuniones individuales entre los
padres y el maestro:
Hacer citas con anticipación a principios del año escolar. Hacer saber al maestro que a
los padres les interesa la formación académica de los hijos y tener interés e información de
su progreso.
Hacer lo necesario para observar la enseñanza en el salón de clase de los hijos.
Después, habar con el maestro acerca de lo que se vio y cómo eso cuadra con las esperanzas
que se tiene para los hijos y sus necesidades.
Antes de las reuniones, escribir las preguntas que se deseen hacer y anotar lo que se
desea decir al maestro. Estar preparado para tomar apuntes durante la entrevista y pedir
una explicación en caso de que no se entienda algo.
Hablar con el maestro acerca de los talentos, los pasatiempos, los hábitos de estudio y
cualquier otra sensibilidad que se tenga de los hijos, tales como la preocupación por su peso
o las dificultades con el habla.
Decirle al maestro si se considera que los hijos necesitan ayuda especial y avisarle de
cualquier situación de familia o evento que pueda afectar la capacidad de los hijos para
aprender, como por ejemplo, un bebé recién nacido, una enfermedad o una mudanza
reciente o próxima.
Decirle al maestro qué clase de persona se quiere que sean sus hijos y cuáles valores son
importantes para los padres.
Pedirle a los maestro detalles concretos sobre el trabajo y el progreso de los hijos. Si los
hijos ya recibieron calificaciones, preguntar por el método o el sistema de evaluación.
Preguntar por actividades concretas que los padres puedan realizar para ayudar a los
hijos. Estando en casa, piense en lo que el maestro ha dicho y tratar luego de ponerlo en
práctica. Si el maestro dijo que el hijo necesita mejorar en ciertas materias, consultar de
nuevo en pocas semanas para ver cómo le va en ellas.
Dirigirse al maestro con un espíritu de cooperación y colaboración. Si el padre no está
de acuerdo con el docente respecto a un problema, no se debe discutir delante del hijo. Más
bien, hacer una cita para reunirse en privado con el maestro para abordar ese problema.
Antes de esa reunión los padres deben pensar lo que van a decir. Tratar de ser positivo y
mantener la calma. Escuchar con atención. Si la explicación del maestro no deja satisfecho
al padre, o no considera que pueda hacer más progreso discutiendo el asunto con el
maestro, tratar de concertar una cita con el director de la escuela o incluso con el
superintendente de escuelas.
Pueden enfocarse desde dos puntos de vista: influjos que la sociedad ejerce sobre la familia y
sobre el niño y así puede hablarse de los distintos tipos de ambientes geográficos, laborales,
culturales en que el niño vive y de las influencias que sobre él ejercen las tendencias, dinámicas
y presiones de las estructuras políticas y sociales en que está inmerso. Por otro lado, padres y
profesores pueden utilizar también como temas para sus contactos toda la gama de
disposiciones con repercusión directa o indirecta en la educación que dimanan de las
autoridades responsables de la sociedad. Cuestiones que impliquen un comentario de
estas leyes y disposiciones para su mejor conocimiento e interpretación y para encontrar el
modo de utilizarlas mejor en el quehacer educativo. O bien, cuestiones que pueden conducir a
arbitrar un sistema de ayudas de los organismos competentes en orden a un mejoramiento de
la educación. Igualmente, deben ser temas a tratar, todos los referentes a posibles conexiones
con otros. Centros preescolares, con otras asociaciones de padres o con otras asociaciones
educativas que favorezcan el intercambio de experiencias y de logros que supone siempre un
enriquecimiento mutuo.
Esta enumeración de cuestiones tienen sólo el valor indicativo de señalar los cauces para la
elaboración de contenidos interactivos. La riqueza de temáticas que pueden ser objeto
de entrevistas personales o de discusiones de grupos en las relaciones Familia-Maestro-
Sociedad, es tan grande que no parece que pueda agotar ningún índice por extenso que sea.
Esto se debe a las múltiples facetas que presenta el fenómeno educativo en el cual van
implicadas no solamente la personalidad de los sujetos y de los agentes del proceso sino los
conceptos del universo y las estructuras de la sociedad que sometidas a una dinámica de
cambio, da lugar continuamente a la aparición de nuevas cuestiones.
CONCLUSIONES.
Por medio de la elaboración del presente trabajo se pudo llegar a conocer la relación existente
entre los padres, los docentes y la sociedad en la que habitan e interactúan ambos.
Se conocieron aspectos de gran importancia en la relación de estos tres factores como cual es el
tipo de relación idónea que debe de existir, cuales son las principales problemáticas que se
presentan a la hora de la interacción de los mismos, cuales son las posibles soluciones a los
problemas, cuales son todos las cuestiones sobre las cuales deben de estar pendientes los tres
factores, etc.
Es de gran importancia el manejar este tipo de información ya que sirve como base para la
práctica de la carrera de educación preescolar. Se debe de tener en cuenta que la educación de
los niños y jóvenes no es una cuestión que dependa únicamente de los padres o de los maestros,
por el contrario, depende de la interacción y participación de los tres factores que se han
señalado en la realización de este trabajo. Depende de ellos, única y exclusivamente, el éxito de
la educación de las nuevas generaciones, lo cual beneficia a todos como sociedad.
Este trabajo cuenta con el aporte de consejos que los padres y docentes podrán adquirir para
poseer una mejor educación de los niños y jóvenes, como por ejemplo como participar de
manera efectiva y adecuada en el colegio, que se debe hacer para tener una educación continua
del niño tanto en el colegio como en la casa, etc. Todo lo antes mencionado influye y al mismo
tiempo se ve influenciado por la dimensión social, la cual juega un papel determinante dentro
de la educación, tanto para su mejoramiento como para influencia (buena o mala).
Esperamos que la realización de este trabajo sirva como medio de información tanto para
docentes como para padres en la construcción de una mejor sociedad a través de una mejor
calidad en la educación.