Efecto Del Clima Sobre El Animal
Efecto Del Clima Sobre El Animal
Efecto Del Clima Sobre El Animal
- Nutricionales
- De manejo
- De salud
- Climáticos
Sobre el efecto de los tres primeros en la producción se habla en otros capítulos. Estos pueden ser
manipulados por el productor con relativa facilidad, no así el clima, el cual, en condiciones de
estabulación, solo puede alterarse poco en forma económica.
En todo animal homeotermo (de sangre caliente) la temperatura corporal tiene que mantenerse
dentro de un rango estrecho, para que los procesos fisiológicos se desarrollen de forma normal.
Todo proceso metabólico conlleva la producción de calor. En el rumiante la actividad de los
microorganismos del tracto digestivo es una fuente adicional e importante de calor. El total de
calor así producido puede constituir entre el 25 y 40%, a veces aun mas, de la energía bruta
ingerida con el alimento. En el cuadro 3.1 se da un ejemplo de cómo aumenta la producción de
calor en función del peso corporal (mayor masa corporal viva y de la producción (mayor actividad
metabólica y mayor consumo de alimento) en el caso del vacuno.
Ternero 500 - -
FACTORES CLIMATICOS
La temperatura del aire es quizá el factor más importante en el ambiente físico del animal.
Temperatura se define como el grado de actividad molecular o el calor de una sustancia.
Durante el día la temperatura de una región esta determinada por la cantidad de radiación solar
que recibe. Esta depende del ángulo del sol y las características atmosféricas: nubes, polvo y humo
reducen la cantidad de energía radiante que llega a la tierra. Durante la noche parte de este calor,
acumulado en la tierra y capas inferiores de la atmosfera, es irradiado al espacio. La intensidad de
esta radiación depende igualmente de las características de la atmosfera, los mismos factores que
reducen la radiación durante el día reducen la perdida durante la noche. En zonas desérticas, en
las cuales la atmósfera es limpia y seca la temperatura desciende fuertemente durante la noche,
no así en zonas tropicales en las cuales la atmosfera tiende estar saturada de vapor de agua. La
temperatura ambiental se reduce con la altura, en el trópico, en promedio, es de 0.65°C por cada
100 m de aumento en altura sobre el nivel del mar.
Además del calor del aire el animal pude ganar o perder calor de los objetos que lo rodean con son
por ejemplo: edificaciones y en especial el suelo. En zonas áridas o semiáridas el suelo se calienta
fácilmente a una temperatura de 40°C o más e irradia calor que puede ser absorbido por el animal.
HUMEDAD ATMOSFERICA
1.- La velocidad de disipación de calor por evaporación del sudor y de la humedad en el tracto
respiratorio depende en gran medida de la humedad relativa del aire. Cuando es baja, la
evaporación es rápida, en zonas áridas a veces tan rápida produce que produce irritación de la piel
y de las mucosas e incluso deshidratación. Cuando es alta se reduce la tasa de evaporación
restringiendo así la disipación de calor.
3.- Una humedad atmosférica alta combinada con temperaturas elevadas favorece el crecimiento
de las plantas. En comparación con las plantas que crecen en climas templados o áridos, las
plantas que crecen en regiones tropicales húmedas tienden a tener mayor contenido de lignina y
uno menor de carbohidratos y proteína. Además de reducirse así el valor nutritivo del forraje se
reduce su palatabilidad.
ENERGIA RADIANTE
La fracción de la energía radiante del sol que interesa desde el punto de vista del animal es la
comprendida entre 0.1 mm (ultravioleta) y 100 mm (infrarroja). Desde el punto de vista energético
la radiación ultravioleta contribuye aproximadamente el 1%, la visible con 40-50%, y la infrarroja
con 50-60% del total de la energía que lleva al suelo.
Con excepción del aluminio, los demás materiales usados comúnmente para el techado de
construcciones rurales (hierro galvanizado, asbesto, cemento, teja de barro) absorben los rayos
infrarrojos por lo que se calientan y luego irradian calor hacia el interior. Se recomienda en estos
casos colocar una capa de material aislante en la parte interior del techo y pintarlo de blanco en su
superficie exterior. Material vegetal, por ejemplo hoja de palma, junco, tienen excelentes
cualidades térmicas para la construcción de techos, sin embargo su durabilidad no es muy larga y
el costo de la mano de obra para su colocación puede ser elevado.
VIENTO
El viento, al remover la capa de aire alrededor del animal, contribuye a modificar el balance
térmico del mismo.
1.- Remueve la capa de aire saturado de humedad que se forma alrededor del animal por efecto
de la evaporación del sudor facilitando así la evaporación.
2.- Dependiendo de su temperatura en relación con la temperatura del cuerpo del animal puede
remover o aumentar la carga del calor. Especialmente en animales jóvenes cuyos mecanismos de
termorregulación no está completamente desarrollado, vientos fuertes, sobre todo si son fríos y
húmedos, pueden causar una pérdida de calor excesiva.
En construcciones mal diseñadas pueden presentarse corrientes de aire, es decir vientos de una
sola dirección y baja intensidad. Estas corrientes causan una perdida lenta de calor de una
intensidad tal que no llega a activar los mecanismos de termorregulación. En especial en animales
pequeños la perdida de calor puede ser excesiva y causar trastornos de salud, particularmente
respiratorios.
PRECIPITACION PLUVIAL
La precipitación pluvial ejerce su mayor efecto sobre el animal en forma indirecta, ya que la
influencia la disponibilidad de alimentos y la humedad atmosférica con los efectos ya anotados.
4.- La cantidad de forraje que tiene que ser conservado en caso de existir una época de sequía.
FOTOPERIODO
En las zonas templadas del globo, a diferencia de los vacunos, los caprinos y ovinos demuestran
una estacionalidad sexual inducida por las diferencias estacionales en las horas de iluminación
solar. En los trópicos los cambios estacionales en el número de horas de luz son relativamente
pequeños y no logran afectar el comportamiento sexual de las especies. Cuando se reporta
estacionalidad sexual en cabras u ovejas en los trópicos, ésta es causada por cambios estacionales
en la disponibilidad de alimentos.
PRESION ATMOSFERICA
Los cambios de presión que acompañan a diversos fenómenos atmosféricos influencian hasta
cierto punto el comportamiento de los animales, por ejemplo, en vacunos se ha encontrado un
aumento en el consumo de alimento cuando baja la presión atmosférica y una reducción cuando
la presión sube.
La presión atmosférica se reduce con el aumento en la altura sobre el nivel del mar, llegando a
reducirse a la mitad a una altura de 5,400 m. cuando se mueve animales de zonas bajas a regiones
de más de 2,500 m se presenta, en ocasiones, el denominado “mal de las alturas” debido a la
insuficiencia de oxigeno en la atmosfera y cuyo síntoma más visible es una hinchazón en el área
pectoral. Por lo general este problema se presenta en animales debilitados por deficiencias en la
alimentación, enfermedades o parásitos. Animales sanos se adaptan a condiciones de alturas sin
mayores problemas, como lo demuestra la industria ovina en Sur América en áreas que
sobrepasan los 4,000 m.s.n.m.; igualmente resisten los cambios relativamente bruscos de presión
que acompañan las migraciones por ejemplo: en el Perú con cabras, desde el nivel del mar hasta
zonas de más de 3,000 m.
Geográficamente se define el trópico como el área entre los trópicos de Cáncer y Capricornio y los
subtropicos, como a las áreas adyacentes hacia el Norte y el Sur. El clima en estas áreas no es
uniforme y varía influenciado por factores de latitud, elevación, topografía, presencia de masas de
agua y corrientes marinas de tal manera que el límite de lo que desde el punto de vista del clima
se considera como trópico o subtrópico, se torna impreciso (fig. 3.1 y 3.2).
Existen diversas clasificaciones del clima; una sencilla es la propuesta por el Departamento de
Agricultura de los EE.UU. (USDA, 1941), la cual clasifica el clima en los trópicos en las siguientes
categorías: ecuatorial, húmedo, semi-húmedo, semiárido y árido. El clima subtropical puede
clasificarse igualmente en: húmedo, semihumedo, semiárido y árido. Esta clasificación no toma en
cuenta el clima de altura.
CLIMAS TROPICALES
CLIMA SEMIHUMEDO: En general, este tipo de clima se encuentra en zonas al Norte y al Sur de las
zonas de clima húmedo. La precipitación es menor, concentrada en uno, ocasionalmente en dos
periodos cortos en el año. Las variaciones estacionales de temperatura son más amplias. La
vegetación típica es la sabana, una mezcla de gramíneas y plantas arbustivas con arboles.
CLIMA DESERTICO: En su mayoría los desiertos se encuentran fuera de los trópicos, excepciones
son el Sur del Sahara, el Sur de la Península Arábica y la Costa del Perú y Norte de Chile. La
precipitación es sumamente irregular, las variaciones de temperaturas extremas (0-50°C). La
vegetación es efímera, como resultante de chubascos ocasionales.
CLIMAS SUBTROPICALES: En comparación con las respectivas categorías del clima tropical, las
variaciones estacionales de temperatura son más marcadas. La vegetación típica en las regiones
húmedas varía entre bosque deciduo y bosque de conífera y en las semiáridas es sabana.
CLIMAS DE ALTURA: Estos climas están caracterizados por las modificaciones que impone la altura
al clima típico de esa latitud. Estas modificaciones están dadas por el descenso en temperatura
con la altura, una mayor variación diaria en la temperatura, una mayor precipitación y una
disminución en la presión atmosférica.
Expuestos a un medio ambiente cálido, el animal inicialmente activo o acelera ciertos procesos
fisiológicos, con objeto de aumentar la tasa de pérdida de calor. Si estos mecanismos resultan ser
insuficientes para mantener la temperatura corporal constante, se inician procesos tendientes a
reducir la producción de calor, como son la reducción del consumo de alimentos y la reducción de
la actividad corporal. En un medio frío los procesos se invierten con objeto de disminuir la pérdida
de calor y aumentar la producción del mismo.
El calor es trasferido del núcleo del cuerpo a la piel: 1) Por conducción de partícula a partícula, y 2)
Por convección en la sangre; este último proceso es el más efectivo.
Entre los procesos fisiológicos que regulan el intercambio de calor con el medio están:
Cambios vasculares: Por lo general, la temperatura de la piel es inferior a la del núcleo del cuerpo
en unos 4-5°C. Esta gradiente causa un flujo de calor del núcleo a la piel, por conducción de
partícula a partícula y por convección, por medio de la sangre. Cuando la temperatura ambiental
es alta, se calienta la piel y se reduce la diferencia de temperatura con el núcleo y con ello la
transferencia de calor. Esta reducción es compensada con una dilatación de los vasos sanguíneos
superficiales, para que aumente el flujo de sangre a la piel. En el humano se ha encontrado que,
en condiciones cálidas, se duplica la cantidad de calor trasferido a la piel, en comparación con
aquella en condiciones termo neutrales. En el vacuno se ha encontrado también un aumento en el
volumen de sangre en la cavidad pulmonar.
Si bien un aumento en la frecuencia y el volumen respiratorios pueden ser efectivos para disipar
calor por periodos cortos, su continuación por tiempo largo causa serios problemas al animal:
2.- La actividad muscular requerida incrementa a su vez la cantidad de calor producido y demanda
energía que podría ser usada en otro caso para procesos productivos.
3.- En casos extremos se reduce el contenido de CO2 de la sangre, lo cual trae como consecuencia
una alcalosis.
La mayoría de los estudios sobre el comportamiento de los animales en climas cálidos, han sido
realizados en vacunos. Los trabajos existentes sobre ovinos y caprinos, así como la distribución de
éstos en el globo, indican que el ovino y más aún el caprino, están adaptados a soportar
temperaturas elevadas siempre que la humedad sea baja. En zonas tropicales húmedas las
poblaciones de estas dos especies son bastantes reducidas y los animales existentes tienen, por lo
general, una baja productividad.
Efecto Sobre el Consumo de Alimentos
En vacunos de origen europeo se ha observado repetidamente (por ejemplo Ragsdale y col., 1950
y 1951), una reducción en el consumo de alimentos cuando la temperatura es superior a 25-27°C;
mientras que en animales de tipo Cebú esta reducción se inicia recién a los 35-38°C. En cabras los
efectos de las altas temperaturas son menores, si bien parece que hay igualmente diferencias
entre las diversas razas. En animales Anglo Nubian, Apleman y Delouche (1958) encontraron una
reducción en el consumo cuando la temperatura llegó a 35-40°C; en cabras del Este de África,
enjauladas y expuestas al sol, Quartemain Broadbent (1974) no encontraron ninguna diferencia
con controles colocados a la sombra.
En general, animales de la misma especie son más pequeños en el trópico que en zonas
templadas. En zonas húmedas los animales tienden a ser especialmente pequeños, encontrándose
incluso razas enanas, por ejemplo: en caprinos la West African Dwarf, en ovinos la West African
Dwarf o Djalloke, en vacunos la N’dama y la West African Dwarf Shorthorn. En las zonas áridas los
animales son más grandes, menos compactos y con frecuencia de extremidades muy largas. En
vacunos de origen europeo se ha encontrado una reducción en su tamaño cuando son criados en
el trópico, no atribuible a deficiencias en la alimentación.
Si bien no hay datos conclusivos, por su mayor tolerancia a las temperaturas elevadas parece que
la cabra mantiene más fácilmente su nivel de producción en estas condiciones, en cambio es más
susceptible a las bajas temperaturas y a 0°C la producción puede llegar a ser únicamente el 30% de
aquella a 20°C (Faulkner y col., 1980).
En Venezuela Gonzales y col. (1974) encontraron estacionalidad sexual, tanto en cabras de origen
europeo, como en criollas, pero ésta no estaba relacionada con la temperatura, sino con la
disponibilidad de alimento; igualmente Chemineau y Xandé (1982) y Cognie y col. (1971)
encontraron en cabras criollas de Guadalupe una acumulación de las concepciones y una mayor
prolificidad en la época de lluvias. En Egipto Ashmaway (1978) encontró el máximo de fertilidad en
machos Balady a mediados del verano; en el Perú Vélez y Callacná (1979 y 1984) encontraron en
cabras criollas en pastoreo, una acumulación de las concepciones en los meses de mayor calor, los
cuales coinciden con los de mayor abundancia de alimentos; en animales Anglo Nubian
estabulados no encontraron diferencia en el número de concepciones entre la estación fría y la
cálida.
En ovinos de razas lanares las temperaturas elevadas afectan tanto la fertilidad de las hembras
(Thwaites, 1965) como de los machos (Loggins y col., 1964). En hembras preñadas sometidas
experimentalmente a temperaturas elevadas durante el último mes de gestación se encontró una
disminución en el desarrollo del feto (peso al nacimiento 2.3 Kg vs. 3.4Kg en ovejas a temperaturas
bajas), así como la maduración de los folículos lanares (Hopkins y col., 1980). Sobre el efecto de las
altas temperaturas en la fertilidad de los ovinos nativos del trópico se conoce muy poco.
Características Morfológicas
La cabra tiene un número menor de folículos pilosos y de glándulas sebáceas y sudoríparas por
unidad de superficie de la piel que el ovino o el vacuno. En el caprino el número de glándulas
sudoríparas varía entre 100 y 300/cm2, en el ovino lanar su número es mayor (2,000-3,000/cm2)
en consideración a que cada folículo lanar primario posee una glándula sudorípara; sin embargo la
producción de sudor de estas glándulas es baja y se aproxima a la del caprino: 23 y 30 g/m2/h
respectivamente. En comparación en el vacuno las cifras son de unas 1,000 glándulas/cm2/h
(Louca y col., 1982).
El caprino y el ovino disipan más calor por el tracto respiratorio que el vacuno. En el caprino el
manto ralo y la escasa deposición de grasa subcutánea facilitan la transmisión de calor al medio,
igual ventaja puede esperarse de los ovinos de pelo de cola o grupa gorda con su deposición
localizada de grasa. En ambos animales, en comparación con especies más grandes, constituyen
una ventaja adicional la menor relación superficie: volumen. En el ovino de lana ésta forma, en
climas secos, una capa aislante muy efectiva contra la radiación de calor al punto que se ha
encontrado diferencias de más de 30°C entre la temperatura de la piel y la de la superficie del
vellón (fig. 3.3).
Características Fisiológicas
Las cabras son más tolerantes a la deshidratación y menos susceptibles a la alcalosis respiratoria
que el ovino o el vacuno (McDowell y Woodward, 1982). Igualmente, tienen un menor
requerimiento de agua (cuadro 3.2) y una mayor capacidad de reducir la pérdida de agua en las
heces y la orina. En condiciones termo neutrales aproximadamente el 20% de la pérdida de agua
ocurre en las heces, bajo condiciones de temperatura elevada y poca disponibilidad de agua, esta
pérdida se reduce en un 20-30%. Igualmente el volumen de orina disminuye en un 50% y aumenta
la osmolalidad a 2800-3000 m Osm/litro H2O, un nivel comparable al de los ungulados del desierto
(Macfarlane, 1982). En el Negev la cabra Beduina Negra recibe agua cada 2-4 días; este animal
puede perder hasta el 40% de su peso y recuperarlo en pocos minutos una vez tiene acceso al
agua.
En condiciones de buena alimentación la cabra digiere el alimento igual que otros rumiantes. Se ha
encontrado, sin embargo, que con dietas pobres en proteína y ricas en fibra cruda, la cabra digiere
mejor la materia orgánica, la proteína y, en especial, la fibra. Parece ser que, bajo estas
condiciones, la cabra rumia más tiempo y recicla mejor la urea (Louca y col., 1982).