Filosofía Del Lenguaje - Monografia

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“Una defensa alternativa a la teoría de los

nombres propios en Frege”

Aragoita Mauro Nicolás

Profesor: Andrés Hebrard - Filosofía del lenguaje

Profesorado en filosofía

Facultad de humanidades y ciencias de la educación - UNLP

2016

Introducción

Las nociones descripcionistas de Russell y Frege, predominantes en la filosofía del

lenguaje, fueron puestas a prueba mediante el aporte de Kripke sobre una nueva concepción
del significado y la referencia en la década del 70. Este giro parece haber puesto en

dificultades la teoría de los nombres de Frege. En este texto se efectuará un recorrido por la

interpretación común de los nombres propios en Frege, tanto como las críticas principales de

Kripke, así como la reconstrucción de Dummett del “sentido de un nombre propio”, con el fin

de anular las objeciones de Kripke y reivindicar la postura Fregeana.

Los nombres propios en Frege

En Sobre sentido y referencia1 Frege entiende por “nombres propios” tanto a lo que

reconoce como nombres propios genuinos (aquellos como “pedro”, “juan” o “Russell”) como

a las descripciones definidas (“El primer rey de Francia”, “el escritor de La Divina comedia”)

porque, para él, ambos tipos de expresiones tienen la naturaleza para referirse a una única

entidad. Para los objetivos de este trabajo consideraremos sólo la categoria de nombres

propios genuinos.

En palabras de Frege, cuando se trata de un nombre propio genuino como

“Aristóteles” puede haber una bifurcación de opiniones respecto a su sentido. Así, para

algunos Aristóteles será el discípulo de Platón y para otros el maestro de Alejandro Magno.

Esta diferencia de sentido puede disculparse en tanto la referencia sea la misma, aunque esto

no debería suceder si se contara con un lenguaje perfecto.

Para Frege, según la interpretación común de su teoría, el sentido de un nombre

propio como “Aristóteles” es el sentido de una descripción asociada a él. En este aspecto se

anticipa la noción de cúmulo de descripciones al exponer que el sentido de un nombre propio

no sólo puede ser igual a una descripción sino de varias (como los casos del discípulo de

Platón y el maestro de Alejandro Magno).

1 Frege, G. “sobre sentido y referencia” en Valdés Villanueva, L. (comp.). La búsqueda del significado.
Tecnos, Madrid, 1991.
Las principales críticas de Kripke

Una de las críticas más importantes hacia Frege es la de Kripke en su primer

conferencia de El nombrar y la necesidad2, recurriendo a nociones ajenas a la terminología de

Frege tales como “necesidad”, “posibilidad” o “mundos posibles”.

Según Kripke, el primer error fundamental de la teoría descripcionista es advertida

por el propio Frege cuando indica que a un mismo nombre pueden atribuírsele diferentes

sentidos de acuerdo a la variedad de personas que se refieran a él. Retomando el ejemplo de

“Aristóteles”, la consecuencia que extrae Kripke es que dicho nombre puede resultar

ambiguo porque un mismo hablante puede seleccionar diferentes descripciones para

“Aristóteles” dependiendo de la situación y, también, ser incapaz de elegir un sentido como

principal3. De acuerdo con esto, si “Aristóteles” significa “el hombre que enseñó a Alejandro

Magno” entonces debería ser innecesario el enunciado “el maestro de Alejandro Magno”

porque resultaría una mera tautología. Sin embargo es un enunciado informativo y

contingente, por lo cual “Aristóteles” no significa o no abrevia la expresión “El maestro de

Alejandro”, en tanto ésta última no puede ser el sentido del nombre.

Respecto a la teoría del cúmulo de descripciones, Kripke explica que aunque no exista

ningún objeto que satisfaga las condiciones impuestas por la descripción asociada a un

nombre, no por eso deja éste de referir. En el caso de que Alejandro Magno no hubiera tenido

un maestro o Platón no haya tomado alumnos no significa que Aristóteles no haya existido.

De ahí la diferencia esencial para Kripke entre un nombre propio y una descripción individual

o un cúmulo de ellas.

2 Kripke, S. El nombrar y la necesidad. ;éxico, UNAM, 1995; Prefacio, conferencia I y II.


3 Kripke menciona la solución de algunos filósofos como Searle, quienes afirman que lo que asociamos a un
nombre no es una descripción particular, sino un cúmulo de descripciones. Sin embargo, para Kripke, aunque
esta teoría parecería más verosímil como análisis del lenguaje ordinario, ella enfrenta los mismos defectos de la
teoría clásica de Frege y Russell.
La reconstrucción de Dummett

Dummett cree que hay una malinterpretación en la teoría del significado de Frege, y

que los ataques de Kripke se cimientan en esta visión errónea, por lo cual plantea hacer una

resignificación para poder reafirmar las aportaciones y las limitaciones de la teoría

Kripkeana. El problema parte de que las críticas a Frege se sostienen en la interpretación

común de los nombres propios. Es cierto que Frege utiliza descripciones definidas como

ejemplos de posibles significados asociados a nombres propios, pero este recurso debería

entenderse como un método para sostener la caracterización que esboza sobre el sentido más

que para respaldar las críticas que Kripke le adjudica.

Dummett admite que el sentido de un nombre puede ser el mismo que el de una

descripción definida y también otra cosa como la capacidad para asociar el nombre al objeto

al cual se refiere4. En lo que respecta al sentido de un nombre propio, entendido de esta

manera, no tiene necesariamente que ser verbalizado cada vez de una forma alternativa al

nombre original. Que un hablante conozca la proposición expresada por una oración que

contenga un nombre propio no debe ser, en la explicación de Frege, una conexión

presupuesta de una manera particular de señalar a un objeto, sino simplemente la capacidad

de reconocerlo cuando se presenta en determinado contexto. De este modo Platón podría

llamar “Aristóteles” a Aristóteles sin tener que determinar cómo lo reconocía o por qué no lo

confundía con otra persona u objeto de su entorno.

Dummett explica que la capacidad de reconocer a un objeto es relativa a las

condiciones bajo las cuales se presenta dicho reconocimiento. Esta capacidad se subordina a

4 Michael Dummett, “Frege’s Distinction between Sense and Reference”, en Truth and Other Enigmas,
Duckworth, London, 1978.
una conciencia que cae bajo el concepto que determina el criterio apropiado para su

identidad. De esta manera para reconocer a Aristóteles en alguna escultura o pintura debemos

tener conocimiento de que era un hombre y filósofo, por ejemplo, y no cualquier otra cosa

como un ser inanimado.

En este punto tenemos que aclarar que, como ya había advertido Kripke, Frege usa

“sentido” de dos maneras diferentes: en la primera el sentido es el “significado” de una

expresión, tal como señalamos en la interpretación común; en la segunda, el “sentido” es la

manera de fijar la referencia, la cual defiende Dummett. Lo que es interesante respecto a esto

es que Putnam5 advierte que esta última concepción de la teoría fregeana de sentido requiere

la necesidad de una “capacidad captadora” para que sea comprensible. Es curioso puesto que

para Frege el sentido debía ser un contenido objetivo, pero como señala Putnam el ejercicio

de captar debe hallarse condicionado por un estado psicológico. Sabiendo que Frege

aborrecía el psicologismo, de hecho dedica una parte de Sentido y Referencia a diferenciar la

noción de sentido de las representaciones individuales, esto puede resultar erróneo. Aquí

Putnam señala que diferentes sujetos pueden encontrarse en estados psicológicos diferentes

pero que, aún así, resultan cualitativamente indistinguibles.

Habría que trazar la diferencia entre psicologismo, entendido como mecanismos o

explicaciones, y lo psicológico en lo que refiere a entidades y actividades. Esta introducción

de la capacidad de captar no es una base de la explicación Fregeana, sino una adecuación

descriptiva pertinente.

Significado y comprensión: distinción entre sentido y referencia

Lo expuesto anteriormente respecto al sentido permiten que Dummett problematizar

lo que él considera las inconsistencias de las teorías comunes del significado. Su primer

5 Hilary Putnam, El significado de “significado”, cuadernos de Crítica, UNAM, México, 1984.


crítica se enfoca en las teorías del significado basadas sobre la estructura de la semántica

lógica provenientes de las ideas de Alfred Tarski y, ante todo, a la propuesta de Donald

Davidson de otorgar el significado a las palabras mediante el significado de las oraciones

utilizando la noción de verdad de forma primitiva 6. La segunda crítica se dirige a la teoría de

los nombres propios de Kripke.

La propuesta de Davidson tiene muchas conexiones, en tanto proyecto, a las

inquietudes que preocupaban a Frege: Lo que Davidson pretende es construir una teoría de

significados que implique de manera formal, respecto a cualquier oración del lenguaje

estudiado, un teorema que especifique una condición necesaria y suficiente para que dicha

oración sea verdadera. Estos teoremas se derivarían de los axiomas que asignan propiedades

semánticas a los componentes de la oración y determinan los resultados semánticos de las

posibilidades de combinación. Davidson podría decir que “‘abanto’ se refiere a abanto”, pero

Dummett replica que cualquiera podría reconocer tal aseveración como verdadera sin que la

mayoría supiera qué significa “abanto”. Ante la posibilidad de que Davidson replicara que el

significado sólo se obtiene de las condiciones de verdad de la oración en la que se hace

presente aún así, diría Dummett, cualquiera sería capaz de reconocer la verdad de dicha

afirmación sin saber qué es un abanto.

Se puede decir, para contradecir a Dummett, que se vale de palabras que, aunque

poseen un significado y una referencia, soy muy poco utilizadas. Pero pasaría lo mismo en el

caso de oro, decir: “‘oro’ se refiere a oro” nada diría del significado de “oro”. Incluso si se

usara una expresión del tipo “‘oro’ se refiere al elemento de número atómico 79” nada diría

del significado de “oro”, simplemente determina su extensión. Utilizar esa referencia nada

dice de la palabra “oro” aunque podría usarse de manera adecuada por mero accidente.

6 Donald Davidson, “Truth and Meaning”, en The philosophy of language, A.P. Matinich, ed., Oxford
University Press. New York, 2001.
Por este motivo Dummett propone que el “sentido” es un componente de significado,

justamente el que permite “captar” la referencia. El sentido sería la condición necesaria para

encontrar la referencia, comprender palabras y oraciones e investigar si son verdaderas o

falsas.

La teoría de la referencia directa es presentada por Kripke como una consecuencia de

sus críticas a las teorías descripcionistas de los nombres propios. Estas teorías

descripcionistas pueden ser teorías del significado de los nombres propios, como también las

que dicen que el significado de un nombre propio es el significado de una o varias

descripciones definidas, así como teorías de la determinación de la referencia, como las que

dicen que para fijar el referente del nombre es necesario introducir una descripción, como

cuando alguien ingresa en un auditorio y pregunta “¿Quién es Juan?” y el referente del

nombre “Juan” se indica por una descripción: “Juan es quien tiene un martini en la mano”.

Ya hemos discutido algunos de los problemas de las teorías descripcionistas como

teorías del significado; pero las teorías descripcionistas como fijadores de referencia también

encuentran sus dificultades. La crítica de Kripke dice que se puede fijar la referencia de un

nombre encontrando una descripción, esta forma no es la más adecuada y ni siquiera es

necesaria. ¿Cómo es posible que, por ejemplo, la gente se refiera a Alejandro Magno? La

teoría descripcionista diría que 1) a cada nombre “x” le corresponde un cúmulo de

propiedades F; 2) una propiedad o un conjunto de propiedades selecciona únicamente a un

individuo; 3) si la mayoría de las F son satisfechas por un objeto y, entonces y es el referente

del nombre “x”; 4) si la mayoría de las F no determinan un objeto único entonces “x” no

refiere; 5) los hablantes saben a priori que si el referente de “x” existe entonces tiene la

mayor parte de las F; 6) es una verdad necesaria para los hablantes que si el referente de “x”

existe tiene la mayor parte de las F. La manera de determinar la mayor parte de la F por el

referente “x” no puede ser circular. Kripke halla contraejemplos para estas cuestiones en su
mayoría. En cuanto a la cuestión 2) el hecho de ser rey no determina un solo objeto, como

tampoco un cúmulo de propiedades “ser rey y haber nacido en Grecia”, pero, según Kripke,

la gente puede usar el nombre de “Alejandro Magno” como un nombre Alejandro Magno

aunque sólo sepan de él que fue rey. Respecto a la condición 3) Kripke comenta que un

cúmulo de descripciones que puedan referirse a Alejandro Magno es usada para referirse a

Alejandro Magno efectivamente, aunque dicha condición puede significar que los hablantes

se están refiriendo a otra persona cuando usan el nombre “Alejandro Magno”. La condición

4) puede refutarse con un caso como el de Jonás, puesto que en la oración “Jonás fue tragado

por un enorme pez y fue a Nínive a predicar” quizás ningún objeto satisfaga los predicados

“ser tragado por un enorme pez” e “ir a Nínive a predicar”, aunque es posible que, como lo

creen los estudiosos, Jonás haya existido realmente. Respecto a 5) se puede decir que es

posible que alguien tenga ciertas creencias en cuanto al referente de un nombre, incluso ser

verdaderas, pero que difícilmente esas creencias sean a priori. Finalmente, en cuanto a 6) que

una cosa puede seguir siendo la mismas cosas y tener muchas otras propiedades diferentes de

las que tiene.

Lo que Kripke propone es que podemos referirnos a Alejandro Magno y a otras cosas

con las que no hemos tenido interacción porque hay una “cadena causal”, una “cadena de

comunicaciones” entre el primer uso del nombre y el uso que nosotros hacemos de él. Esta

teoría ha sido llamada posteriormente “teoría de la referencia directa”. respecto a esto

Dummett dice que la “teoría causal de los nombres” provee de una explicación de cuáles son

las condiciones que debe poseer un objeto para ser el portador de cierto nombre. La

diferencia principal entre la teoría causal y las teoría descripcionista no es acerca de si tal

condición existe, sino si es posible formularla sin hacer hacer referencia esencial al nombre

mismo.
La teoría descripcionista de la fijación de la referencia diría que sí es posible fijar la

condición que debe satisfacer un objeto para ser portador de un nombre sin referirse al

nombre, es decir, usando sólo descripciones. La teoría de la referencia directa diría que para

fijar la referencia un nombre se utiliza el nombre mismo, dejando de lado las descripciones

porque no son explicativas. Dummett insiste en que ambas teorías fallan al no explicar cómo

puede asociarse la expresión (descripción o nombre) al objeto, y lo que hace posible tal

vinculación es el sentido Fregeano7. Aunque Dummett admite que Frege falla al explicar el

concepto de “sentido” porque cae en una circularidad: el sentido es lo que hace posible que

entendamos las expresiones del lenguaje, pero sólo podemos saber cuál es el sentido de una

expresión si ya conocemos el lenguaje. Frege se refiere explícitamente a esto en su ensayo

acerca del sentido y la referencia: el sentido es “comprendido” por cualquiera que esté

familiarizado con el lenguaje al cual pertenece el sentido.

Conclusiones

La teoría de Kripke pone en complicación la teoría de los nombres propios de Frege,

por lo menos en su interpretación estándar, porque la teoría tiene problemas en sus mismos

términos. Existe otro elemento para no aceptar la interpretación estándar: si se acepta que el

sentido de un nombre propio genuino es el sentido de una descripción asociada a él, queda

por explicar qué es el sentido de una descripción y qué es el sentido en general. La

interpretación de Dummett, fiel o no a Frege, promete dar una explicación en un paso: el

sentido es la capacidad para captar la referencia, donde el sentido de un nombre propio es la

capacidad para encontrar a su portador, sin saber descripción alguna de la referencia. Faltaría

por investigar si captaciones de ese tipo son reales o, por lo menos, posibles y descubrir sus

7 Ambas teorías parecen presuponer la doctrina de los nombres propios genuinos de Russell.
mecanismos de funcionamiento tanto para agregar claridad a la propuesta como para

mantenerse fieles al espíritu Fregeano.

Bibliografía

● Frege, G. “sobre sentido y referencia” en Valdés Villanueva, L. (comp.). La

búsqueda del significado. Tecnos, Madrid, 1991.

● Russell, B. “Sobre el denotar”. Simpson, T.M. Semántica filosófica:

problemas y discusiones. Buenos Aires. Siglo XXI, 1973.

● Donald Davidson, “Truth and Meaning”, en The philosophy of language, A.P.

Matinich, ed., Oxford University Press. New York, 2001.

● Michael Dummett, Philosophy of language, Duckworth, London, 1973.

● Michael Dummett, “Frege’s Distinction between Sense and Reference”, en

Truth and Other Enigmas, Duckworth, London, 1978, pp. 116-144.

● Kripke, S. El nombrar y la necesidad. ;éxico, UNAM, 1995; Prefacio,

conferencia I y II.

● Tarski, A. (1969) “Truth and Proof”, Scientific American, 220, 6, 1969.

● Hilary Putnam, El significado de “significado”, cuadernos de Crítica, UNAM,

México, 1984.

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