I. Introducción (Terra Ii)

TERRA
Entrenamiento de Reconexión con el Territorio
OTOÑO 2020
ENCRUCIJADA PAGANA
www.encrucijadapagana.org
TERRA www.encrucijadapagana.org
CONTENIDO
Bienvenida ..................................................................................................................................... 2
Calendario Orientativo .................................................................................................................. 3
Visiones sobre la Brujería .............................................................................................................. 3
La Brujería Tradicional................................................................................................................... 8
El Territorio ................................................................................................................................... 9
La Sombra .................................................................................................................................... 10
El Mapa........................................................................................................................................ 11
Los Cuatro Reinos ........................................................................................................................ 13
El Trabajo con la Luna ................................................................................................................. 14
Las Tres Líneas de Trabajo........................................................................................................... 15
Los Ciclos Terrestres .................................................................................................................... 16
El Calendario ........................................................................................................................... 16
Trabajo con Cuaderno ................................................................................................................. 18
Ejercicios con el cuaderno ....................................................................................................... 19
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BIENVENIDA
Durante las próximas semanas recibirás el acceso a los materiales en formato PDF y audio, que
incluirán algunas consideraciones teóricas, una práctica principal, una meditación guiada y
algunas prácticas opcionales.
Además del seguimiento propio que realices en tu cuaderno de trabajo, realizaremos un

acompañamiento en el grupo privado de Facebook, donde también puedes exponer tus
observaciones, dudas y comentarios, y compartir cualquier cosa que creas que pueda ser de
utilidad al grupo.
En esta introducción vamos a dar una visión general de la metodología y algunos conceptos con
los que trabajaremos durante el entrenamiento, así como las prácticas preparatorias.
TERRA ha sido pensado como un entrenamiento para hacer incidencia en el valor insustituible
de la práctica. La teoría, lo que yo pueda escribir, o lo que podamos leer de otros autores, es
sólo una herramienta de referencia, como lo es un plano. La práctica es lo que nos lleva a
levantar ese plano, y conocer de primera mano, con todos nuestros sentidos implicados en el
proceso, la experiencia que refieren las palabras.
En muchos casos, el secreto es que no hay secreto alguno. La Naturaleza, la realidad, dentro o
fuera de nosotros, no tiene nada que esconder. Somos nosotros los que hemos levantado una
barrera divisoria, una frontera imposible, dentro y fuera de nosotros mismos, y nos aferramos a
ella como si tuviéramos miedo a caer al vacío del sinsentido. Derribar esa barrera o, más bien,
hacerla permeable, implica recorrer un sendero de inversión del orden en el que estamos
atrapados. Y en este camino es posible que encontremos muchas cosas que no queremos ver
en realidad, pero también maravillas que no osábamos imaginar. Este viaje más allá de nuestros
límites conocidos, sin embargo, implica también un camino de regreso sin el cual ese encuentro
con lo extraordinario quedará incompleto, atrapado en los márgenes de la ensoñación, y
condenado a la esterilidad.
La mayor parte del material que presento en TERRA no procede directamente de fuentes
literarias, sino de la forma en la que esa información ha sido integrada en mi experiencia; las
respuestas a las dudas que me he planteado recorriendo mi camino, los métodos que han
funcionado mejor después de varias rondas de ensayo y error. Hay aquí también conversaciones
con personas muy queridas hasta las tantas de la mañana, y paseos solitarios por el bosque, la
playa, los campos o las montañas. Tiempos de buenas y malas cosechas, momentos de gloria y
de desesperación, algunas vivencias extraordinarias y el constante latir de lo absolutamente
mundano. Hay muchas fuentes de las que obtener información, pero si aprendemos algo, sin
duda procede de nuestras propias vidas.
En consecuencia, mi papel no es decir cómo son las cosas, sino dirigir tu atención hacia
determinados aspectos que tal vez hayas pasado por alto, para que puedas escuchar lo que
tienen que decirte, y ayudarte a conservar y aplicar en lo concreto la información que recibas.
No tengo ninguna duda de que todos aprenderemos mucho en este proceso, así que, de
antemano, agradezco tu presencia y disposición a compartir esta aventura.
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CALENDARIO ORIENTATIVO
17 Septiembre (Luna Nueva). Introducción.
Tierra. El Territorio y sus espíritus. El Vínculo. La Ofrenda. Sincronicidades.
1 Octubre (Luna Llena).
Fuego. La Vía Diurna y la Vía Nocturna. El alma múltiple y el doble. El hogar y culto
doméstico.
16 Octubre (Luna Nueva).
Aire. Las palabras y los símbolos. Oráculos, conjuros, amuletos y talismanes. El Arte de la
Memoria.
31 Octubre (Luna Llena). — Víspera de Noviembre —-
Agua. La Tierra Oculta. El Sueño y la Sombra. Los antepasados y la comunidad. El Banquete.
15 Noviembre (Luna Nueva).
Transmutación. Trabajo con los demonios y la Sombra.
30 Noviembre (Luna Llena).
Magia planetaria. El vínculo con las estrellas.
*El orden de los contenidos puede verse alterado por las necesidades del grupo.
VISIONES SOBRE LA BRUJERÍA
Todo el mundo tiene una idea de lo que es la brujería y, por extensión la bruja (o el brujo). Estas
palabras resuenan en el imaginario privado y colectivo y se vinculan a diferentes niveles de
interpretación. Más allá de una definición correcta o incorrecta, se trata de reconocer esta
simultaneidad de significados, a menudo entretejidos. Terra no es un curso de brujería, pero
está relacionada con ella, así que parecía correcto presentar nuestras ideas sobre la cuestión.
La imagen que se asocia con mayor frecuencia a la brujería está ligada las grandes persecuciones
que tuvieron lugar en la Edad Moderna en Europa y América, tanto entre cristianos como entre
protestantes. En las mentes, primero de inquisidores y demonólogos, pero luego de los poderes
Civiles y la población, la brujería se formula como la herejía definitiva, un culto al Diablo para el
que las brujas actúan como sirvientes, extendiendo toda clase de males sobre las tierras, el
ganado y las personas.
La diferencia entre la Caza de Brujas de la Edad Moderna respecto a anteriores persecuciones

por brujería es que hasta el momento las acusaciones se iniciaban a partir de un daño concreto,
supuestamente provocado por medios ocultos, pero la relación con un culto no era relevante.
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En la Edad Moderna esto se invierte, lo que se persigue es la supuesta pertenencia a un culto

organizado entorno a la figura del diablo, y los daños concretos pasan a un segundo plano, se
sobreentienden. Otro rasgo distintivo es la implicación de los poderes civiles en las acusaciones,
los juicios y ejecuciones. En los albores de la cultura científica, los trabajos de las brujas se
consideran una realidad comprobable por medios empíricos, las confesiones bajo tortura se
aceptaron como válidas y se imprimieron manuales con el fin de que cualquiera pueda detectar
a los seguidores del culto a combatir.
Los acusados, mujeres en su mayoría, eran detenidos y torturados para confirmar su

culpabilidad e intentar que delatasen a otros implicados. Muchos fueron ejecutados como
criminales comunes y, aunque hubo casos, a menudo estos acusados se contaban entre la
población más empobrecida, por lo que es poco lo que sus vecinos podían obtener del reparto
de los bienes que se les podían confiscar: estas personas eran realmente temidas por la
comunidad.
El fenómeno de las cazas de brujas tiene una gran importancia a nivel histórico, porque los
mismos mecanismos se repetirán siglos después sobre otros colectivos. El término “caza de
brujas”, tal como se emplea en la actualidad, procede de la crítica al Macartismo de mediados
del s. XX, que desencadenó una serie de acusaciones y procesos judiciales irregulares en contra
de personas sospechosas de comunistas. En este contexto Arthur Miller escribe Las Brujas de
Salem (1953), basándose en los procesos del siglo XVII.
La Caza de brujas nos legó una serie de ideas sobre la brujería que perdura en el imaginario
colectivo, creando un nuevo modelo a partir de un sustrato de creencias populares mezcladas
con la ideología del poder. No debe extrañarnos, por tanto, que todo aquel que osara
contradecir los postulados de esta ideología acabara por ser identificado, o identificándose a sí
mismo, con esa brujería demonológica convertida en referente simbólico. De esta oposición al
poder escribe Jules Michelet en “La bruja” (1862), presentando a las “brujas” como heroínas
entre los marginados sociales, rebeldes o incluso anacrónicas revolucionarias. La obra tuvo
cierto éxito en el s. XIX y sus ecos llegan al mundo actual, cuando vemos esas pancartas en las
manifestaciones con textos como “somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”. En
este contexto, que considera la brujería como una forma intencional de rebelión, surge también
la imagen del Diablo como Lucifer, modelo prometeico de antihéroe admirado por los artistas y
pensadores del romanticismo.
Otras variaciones de la idea del culto al Diablo entendido como una inversión del cristianismo
las encontramos en obras como “Juliette y las prosperidades del vicio” (1797), un escrito del
Marqués de Sade que excede ampliamente las descripciones de los manuales de los
inquisidores. En estas elaboraciones, la secta diabólica ya no está conformada por campesinos
oprimidos y descontentos, sino por adinerados nobles y burgueses. También este modelo ha
perdurado hasta la actualidad, en la forma de un mito moderno, un poco diluido por el cine,
pero aún vivo en la transmisión oral, en forma de leyendas urbanas y narrativa de
conspiraciones.
En este estado de cosas, no es extraño que, en el siglo XX, el neopaganismo, a menudo

relacionado con la brujería, siguiera las tendencias de la Nueva Era en el intento de contrarrestar
la imagen hipernegativa de la brujería, aunque fuera a costa de forjar otra imagen deformada
de la brujería y sus practicantes, esta vez idealizada. Del mismo modo, cuando a finales del siglo
XX y principios del XXI el tema de la brujería vuelve a ser foco de interés, ya sea por
intersecciones con los movimientos sociales o porque se convierte en un reclamo de ventas o
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turístico, la bruja va perdiendo sus rasgos inquietantes para ajustarse, de forma forzada, a las
imágenes de “partera”, “curandera” o “mujer sabia”, retomando el discurso romántico del
marginado heroico.
Las imágenes de la brujería que hemos comentado hasta el momento tienen más relación con
la imagen de la bruja creada en la Edad Moderna que con la práctica de la brujería. Aún así, no
deben ser obviadas debido a los numerosos fenómenos de ostensión – cuando algo pasa del
campo de la ficción a la realidad- producidos y acumulados a lo largo de los siglos. Ante aquello
de lo que no se sabe de la brujería (y los interrogantes que permanecen abiertos sobre este
tema son, en realidad, muchos), algunas personas interesadas en la práctica han llenado esos
vacíos de conocimiento con lo que han oído o leído o imaginado al respecto. Sin embargo, hay
que señalar que esto no es un fenómeno propio de nuestro tiempo, sucedía ya con algunos
cultos de la antigüedad.
A la hora de buscar los orígenes de la brujería, resulta tentador acudir a la etimología de la

palabra. En los últimos años, la hipótesis que cobra más fuerza es la que vincula la palabra
brujería a ciertos espíritus nocturnos y maléficos del folklore europeo. Bruja seria la persona
que, de forma voluntaria o involuntaria, forma parte de la compañía de espíritus nocturnos, o
se considera que hace lo mismo que ellos. Siguiendo esta línea algunos procesos del siglo XVII
las equiparan con lamias y striges. Independientemente de este origen, la palabra bruja se
extiende sobre otras prácticas, especialmente la hechicería.
Tanto el conocimiento de ciertos preparados, los encantamientos y procesos mágicos por un

lado como por otro el trato con diferentes espíritus o entidades y la capacidad de formar parte
de las reuniones o vuelos nocturnos son creencias documentadas desde siglos atrás, en el seno
de las culturas precristianas. A menudo se ha simplificado la cuestión con la idea de que el
cristianismo demonizó y persiguió todo aquello que no pudo aprovechar de las culturas
precedentes, pero el tipo de acciones que caracterizan lo que después se entendió por
“brujería”, ciertas formas de trato con los espíritus y la capacidad de dañar las tierras, el ganado
o las personas a través de medios ocultos, también eran mal vistas y severamente castigadas
entre los paganos.
Al lado de estas practicas encontramos también muchas pervivencias de la cultura mágica

popular, hechizos y formulaciones en las que a menudo se entremezclan elementos paganos y
cristianos y en los que el conocimiento de las propiedades de plantas y otras substancias
orgánicas es sólo una parte. Pervive también la consulta de oráculos, que servían al mismo
tiempo para realizar diagnósticos y para sanar, así como maldiciones, ataduras y otras acciones
que otorgaban poder al practicante sobre la comunidad, o le permitían ganar algún dinero
(librando a otras personas de ellos). Estas prácticas populares se llevaban a cabo antes de las
grandes persecuciones y siguieron después de ellas, normalmente sancionadas con multas o
castigos menores, hasta llegar a la actualidad.
Todo esto hace que sea difícil definir qué es lo que realmente caracteriza a la “bruja”, qué
practicas o creencias le pueden ser adjudicadas, porque la definición de “bruja” dependerá
necesariamente del momento histórico, de la región e incluso de cada persona. Lo cierto es que
la palabra “bruja” se ha convertido en un término que agrupa diferentes creencias, prácticas e
intenciones.
Este fenómeno queda muy claro a raíz de los estudios de Carlo Ginzburg en Los Benandanti
(1966), donde estudia el caso de la llegada tardía de los inquisidores a una región aislada de
Italia, donde se encontraron con las cofradías de los benandanti, cuya tarea era combatir a los
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malandanti para impedir que perjudicaran las cosechas; sus luchas se llevaban a cabo en el
contexto del viaje del alma o el vuelo nocturno. Esta se considera generalmente una de las
últimas expresiones de un conjunto de tradiciones europeas mucho más antiguas, pero a los
ojos de la brujería de la edad moderna, y por mucho que los benandanti se consideraran a sí
mismos cristianos, ambos grupos enfrentados fueron definidos externamente como
practicantes de brujería. No sólo la acusación, sino la misma definición de brujería acostumbra
a ser una imposición foránea sobre la realidad de creencias y prácticas (tanto benéficas como
maléficas) de los especialistas rituales de las comunidades, que en un primer momento no
parecen identificarse con el discurso de los inquisidores, pero tan solo en el transcurso de unas
décadas acaban asumiendo y haciendo propio.
Un caso excepcional, en este aspecto, se da en Irlanda, donde aún se conserva el término “Fairy
doctor”, que define al especialista en el trato con algunas entidades feéricas. Estos especialistas
obtienen ciertos conocimientos que les dan la capacidad de sanar males y enfermedades en
ocasiones provocados por el contacto con entidades feéricas. Es una idea similar a la de los
loberos, quienes podían controlar un grupo de lobos y, en ocasiones, poseían un don especial
para curar las heridas provocadas por sus ataques. Los Faery doctor en ocasiones se reúnen con
las criaturas feéricas, o visitan su mundo, conocen recitaciones, fórmulas y procesos mágicos
que implican la palabra y la sustancia. Son figuras algo ambiguas, mal vistas por las autoridades
y eventualmente acusados también como practicantes de brujería. En el pasado, como en el
presente, existieron muchos tipos distintos de practicantes, muchas corrientes a veces incluso
opuestas entre sí, cuyos nombres se han perdido de forma que han ido a parar al mismo saco.
Pero hasta que no seamos capaces de recuperar sus nombres, o de generar otros nuevos para
reconocer estas diferencias, seguiremos hablando de “brujería”, aunque en muchas ocasiones
no sea lo más adecuado.
La mayor parte del interés por la “brujería” en la actualidad se centra en la identificación de la

bruja como modelo o arquetipo del marginado o rebelde, en el contexto de las reivindicaciones
sociales. En segundo lugar, se aprecia la bruja como un elemento del imaginario fantástico
popular, en el contexto del entretenimiento. Esto nos da muchos problemas al hablar de
brujería, pues si consideramos a la bruja sólo como un espíritu nocturno, que muchos
interpretarán como un ser fantástico, podemos caer en la tentación de decir que las brujas no
existieron, y centrarnos sólo en las historias de mujeres u hombres injustamente perseguidos.
Por el contrario, si sólo nos centramos en las entidades, ignoramos los procesos sociales e
históricos que envuelven las cazas de brujas. Existe una evolución en los últimos siglos de la idea
de la bruja que hoy en día está cumpliendo una función que hace unos siglos sería impensable.
Nada nos impide, sin embargo, considerar de forma simultánea todos estos significados. El
problema es cuando una visión de la brujería que está forzosamente ligada a un contexto se
quiere imponer en otros contextos como “real” o como la única posible.
Una mirada más atenta sobre el fenómeno a lo largo del tiempo, sin embargo, descubre una
serie de complejas creencias, prácticas e interacciones entre los miembros de una comunidad y
el espacio que habitan. En el caso de los procesos por brujería que nos han llegado, por ejemplo,
este contexto es el de una profunda crisis. Rehuir la complejidad del pasado, sus matices y
complicaciones es rehuir también la de nuestro presente.
La Caza de Brujas de la Edad Moderna es uno de los frutos de un cambio de mentalidad esencial
del que somos herederos directos. La época Moderna establece un límite fijo en una frontera
que hasta entonces había sido permeable, corta las conexiones entre el mundo visible e invisible,
entre la experiencia objetiva y la subjetiva, entre el sueño y la vigilia, eliminando las zonas de
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sombra en las que éstos confluían y dialogaban. Con esto, corta también la conexión con una
parte de nosotros mismos, reconfigura y resignifica los vínculos humanos con el entorno y el
territorio. Este hecho afectará incluso a las sucesivas oleadas de practicantes de “brujería”, de
manera que el aspecto más conocido de la misma sea el más utilitario, la hechicería, mientras
que el trato con los espíritus o las funciones que los especialistas rituales cumplen respecto a
estas relaciones, ha quedado en segundo plano.
Sólo en las últimas décadas, más allá del romanticismo y la imagen del “buen salvaje” que el
eurocentrismo ha proyectado sobre las culturas originarias, empezamos a considerar las
múltiples y variadas funciones que los especialistas rituales cumplían en el mundo tradicional.
En una cosmovisión animista, estos individuos se encargaban de gestionar las relaciones entre
la comunidad humana y el resto de los espíritus que la rodean (minerales, vegetales, animales,
de tipo climático, ancestros…). En ocasiones esta práctica se lleva a cabo de forma voluntaria y,
en otras, de forma forzada, por imposición del destino. A menudo el especialista ritual acumula
el conocimiento y las funciones para favorecer la vida, pero también puede causar daños y,
eventualmente, ésta será su principal función. Así como para las sociedades industrializadas la
naturaleza es un lugar diferenciado que se puede visitar o ignorar por completo (en vez de ser
conscientes de que nosotros mismos formamos parte de la naturaleza), en la visión tradicional
animista, el mundo de los espíritus no es realmente ningún “otro mundo”, sino el mismo que
pisamos, del que sólo somos capaces de percibir una parte.
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LA BRUJERÍA TRADICIONAL
Desde hace algunos años el término brujería tradicional ha aumentado en popularidad,

especialmente entre aquellos que quieren desmarcarse de las corrientes populares de brujería
moderna, que acabaron arropándose al abrigo de la denominación “Wicca”, por poco que
tuvieran relación con la tradición Gardneriana y sus principales corrientes derivadas. Pero las
corrientes de brujería tradicional occidental, lejos de ser idénticas entre sí, conservan algunos
rasgos distintivos de base, como el encuentro, en distintas proporciones, entre la práctica y
creencias de la brujería popular y algunos elementos de la tradición letrada.
Esto significa que la brujería tradicional se proyecta más allá de la esfera de práctica folklórica
de la brujería, de las tradiciones familiares, de sanadoras y envenenadoras, de la proyección del
doble en el vuelo nocturno, el cambio de forma. Por otro lado, no reniega de nada de esto en el
momento de tratar, por ejemplo, con los genios planetarios o al considerar las obras de los
clásicos grecolatinos o las de sus herederos renacentistas. La brujería tradicional es el punto de
encuentro entre la profundidad de la tierra y los infinitos espacios celestes.
La Philosophia Perennis considera la existencia de un conjunto universal de verdades que

subyace a las religiones y filosofías de diferentes pueblos (lo cual, por supuesto, seria discutible).
Aunque el término se emplea inicialmente en el s. XVI en el contexto de la filosofía escolástica,
el filósofo Gottfried Leibniz fue el primero en emplearla para designar esta realidad subyacente,
en particular, referida a las corrientes místicas. La expresión “filosofía perenne” también ha sido
empleada como traslación del antiquísimo concepto hindú de Sanatana Dharma, la “verdad o
norma eterna e inmutable”. La palabra Dharma aparece ya en el Átharva Veda (I milenio a.n.e),
y hace referencia a la corriente que sigue la ley universal de la naturaleza, aquella que sustenta
y rige tanto a los seres humanos como al resto del universo, manifestándose por movimientos
regulares y cíclicos.
De acuerdo con los fundamentos de la filosofía perenne, a pesar de la diferencia entre culturas
y épocas, existe un legado de percepciones comparables sobre la realidad y el lugar que
ocupamos en ella. Entre estos rasgos comunes destaca, por ejemplo, la idea de que el mundo
físico no constituye la totalidad de la realidad, también se considera que el ser humano goza de
del potencial para comprender diversos aspectos de esta realidad extensa, pero ha quedado
atrofiado debido a los automatismos y la falta de uso.
Otro concepto de la filosofía perenne es naturaleza dual del ser humano, como hijo de los Cielos
y la Tierra, esto es, que algunos de sus componentes están sometidos a la concreción del tiempo
y el espacio físico, mientras que otros son capaces de trascender dichas limitaciones. En tanto
que el humano no sea capaz de unificar estos aspectos de sí mismo, la misma división se
mantendrá proyectada en el mundo que lo rodea.
El corazón de la Brujería tradicional se encuentra en la unidad más allá de la dualidad, y el

contacto con la otredad. La visión tradicional se enfoca en la conexión existente entre todas las
cosas, y la función de cada uno de los elementos de esta red. En este aspecto, la práctica brujeril
no es exactamente un oficio, ni un arte, sino una labor continuada de generación en generación.
En función de las necesidades del entorno, construirá o destruirá.
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Cuando hablamos de brujería histórica, tenemos registros acerca de la conexión con los
espíritus, pero no podemos hablar de que las brujas se preocupaban por el medio ambiente ni
por los derechos humanos, esa sería otra de las múltiples apropiaciones modernas de la imagen
de la bruja. Aquel era un tiempo distinto, y el contexto era otro.
Sin embargo, si la práctica de la brujería en el siglo XXI pretende ser algo más que un evento de
recreación histórica debe ser capaz de responder las necesidades del entorno en el presente.
Las diferentes corrientes de brujería tradicional son vías iniciáticas, destinadas a un número
limitado de individuos, esto no se trata de una forma de privilegio, sino de poseer las
características adecuadas para sostener el avance de etapa en etapa. Aún así las corrientes
tradicionales han conservado una visión de nuestro lugar en el mundo que puede ser útil a
cualquier individuo. En palabras de Nicholaj de Mattos: “Necesitamos tomar conciencia y
desarrollar nuestra posición y destino. Necesitamos encontrar nuestro lugar, que puede ser
distinto al que tenemos en mente”1.
EL TERRITORIO
El pensamiento materialista moderno es lineal, sostiene que toda la naturaleza puede ser
sometida al uso y manipulación humanos: la naturaleza no es más que un cúmulo de recursos a
explotar. No es difícil ver como las personas se han empezado a considerar como recursos. En
contraste con esta visión, las creencias animistas consideran que cualquier elemento del mundo
natural, así como determinados objetos, están dotados de alma o consciencia propia.
Actualmente el animismo se relaciona con las creencias y prácticas de sociedades escasamente
desarrolladas según los criterios de la modernidad, sin embargo, la noción de que el mundo está
vivo, como un tejido palpitante de relaciones, se encuentra también en los sistemas filosóficos
de las primeras civilizaciones. En palabras de Ram Swarup2, ante el fracaso de la visión moderna
y sus prácticas:
“El hombre se ve obligado a definir su actitud hacia elementos como la tierra, las aguas, el aire,
el cielo, los ríos. ¿Están muertos o vivos? ¿Son extraños o parientes cercanos: padre, madre,
hermanos, hermanas y amigos? ¿Son los océanos, la atmósfera, simplemente grandes
sumideros, enormes basureros? ¿Están ahí los minerales, las plantas, la gran creación animal
solo para la explotación humana? ¿No tienen vida y derechos propios? El Sanatana dharma
considera que tienen sus propios derechos y que tenemos deberes para con ellos. (…)
El hombre pertenece a una gran comunidad de muchas fuerzas, en su mayoría invisibles. Es un

punto de encuentro de muchas influencias; deriva su sustento, e incluso su ser, de muchos planos,
muchas fuentes. Pertenece a todo un universo de interconexiones; es parte de una biosfera
común y más grande, y más allá de ésta es parte de una psicoesfera aún mayor. (…) Sanatana
dharma enseña que hay un intercambio entre Dioses y hombres, entre el cielo y la tierra, entre
hombres y otros hombres, entre el pasado, el presente, el futuro, y cada uno se debe uno al otro.
Entiende la vida como un intercambio y transformación constante entre diferentes formas y
modos.”
1
De Mattos, N.: Craft of the Untammed, ed. Mandrake, Oxford, 2011.
2
Swarup, Ram.: On Hinduism: Reviews and Reflections, ed. Voice of India, New Delhi, 2000.
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Cuando hablamos de Territorio no nos referimos a los espacios definidos por la artificialidad de
las fronteras, sino a la red de conexiones a la que pertenecemos y que nos sustenta, dondequiera
que nos encontremos. El Territorio es el terreno a través del que nos movemos, bajo la luz de
los astros, y la profundidad que acoge nuestros restos o nuestras cenizas, como recogió los de
aquellos que estuvieron antes que nosotros. La humanidad emerge de sus propios restos,
generación tras generación, al igual que los animales, plantas y todo cuanto vive, en estos ciclos
de creación y disolución. En este camino de tiempo dejamos huellas y cantos cuyo recuerdo
contribuye al carácter del Territorio, que es un encuentro entre nosotros, el mundo natural, y
todos los seres visibles o invisibles a nuestros ojos, que lo pueblan.
Del mismo modo en que no somos mentes encerradas en una prisión de carne, nuestro
territorio, la tierra que pisamos, aún asfaltada, no es una parcela inanimada que explotar a
ciegas, y no estamos solos en ella. La humanidad surge del Territorio, que está vivo, como un
elemento más, con funciones a las que atender. Por esto cuando la brujería nos hace cuestionar
lo que somos, no tardamos en descubrir - contra los supuestos de nuestra educación – que
somos seres en relación con nuestro entorno. Por esta vía podemos recuperar las auténticas
dimensiones de nuestro ser.
Te he pedido que elijas un Territorio para trabajar, esto significa, en inicio, un espacio exterior
al que acudir físicamente para realizar las prácticas propuestas en el entrenamiento. Puede ser
un lugar en el bosque o en el campo o un rincón en una playa, si vives en una ciudad puedes
optar por un parque urbano, si cuentas con una casa con jardín, esa puede ser tu opción. Procura
que sea un lugar tranquilo, al menos por unas horas al día, en el que puedas permanecer algún
tiempo sin demasiadas interrupciones. Para tratar algunos aspectos del entrenamiento será
necesario ampliar el área inmediata de este territorio, entonces podrás considerar el barrio, o
la población, el bosque, la sierra, la costa, la región, como una red de vínculos y relaciones que
se extienden desde tu centro físico de trabajo.
LA SOMBRA
A grandes rasgos, la Sombra es el nombre moderno que damos a todo aquello que somos, pero
queda censurado por nuestro aspecto consciente. La Sombra es la parte de nosotros que queda
al “otro lado”. La Sombra contiene toda la información que recibimos del mundo pero que
escapa a nuestra conciencia, dado que ésta no puede hacerla caber en el apartado de la
memoria al que tiene acceso de forma ordinaria. Todo aquello que la conciencia, por practicidad,
o debido a nuestros patrones, censura o descarta: Las cosas que no queremos ver, las
posibilidades que no nos atrevemos a admitir, y también la memoria de nuestras capacidades
atrofiadas.
Para entender el trabajo con la Sombra es necesario ir más allá de la oposición

consciencia/subconsciencia o manifestación/potencia y contemplar el conjunto, considerar
ambos polos como aspectos interdependientes, y parte de un Todo. En última instancia, cuando
hablamos de sombras en la brujería no tratamos sólo con una serie de categorías psicológicas,
sino que esta noción se extiende a los diversos niveles de nuestra existencia, desde nuestro
cuerpo físico hasta los confines del universo.
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Si consideramos que el terreno de la Sombra es todo aquello que se extiende más allá de los
límites de nuestra consciencia, la Sombra es una personalización de estos contenidos, nuestro
doble nocturno, la parte de nosotros que sabe cómo moverse en este ámbito, y nuestra mejor
guía. La Sombra puede adoptar muchas formas, caracteres o voces distintas, precisamente
porque no está sometida a las limitaciones del ego o la personalidad consciente, sin embargo,
sabremos que es “nuestra” sombra porque nos amplía o completa nuestra expresión consciente
o autoimagen.
Debido a la posición dominante de la conciencia, la Sombra puede llegar a manipular nuestra

percepción, en ocasiones de forma violenta, pero más a menudo de forma subrepticia. Por este
motivo la conciencia debe mantenerse atenta y ser capaz de seguir el rastro de las huellas de
aquella que ha entrado en la casa mientras dormía, identificar las pautas, guiones o patrones en
acción y descubrir cómo desmantelar la trampa en caso de que sea necesario.
No se trata de invertir una situación de dominio, cuando trabajamos tanto los aspectos de la
Sombra como los de la conciencia, de forma simultánea y coordinada, ambos se ven modificados
y aprenden a colaborar. La conciencia – o personalidad consciente- deviene más flexible, abierta,
apreciativa, mientras que la Sombra aporta informaciones valiosísimas, favorece y sostiene los
procesos de transformación con una fuerza insospechada. Aprender a trabajar la Sombra propia,
no sólo nos da un acceso más seguro a las Sombras del Mundo, sino que es parte del trabajo por
superar la dualidad original, coordinar y unificar estos aspectos en nosotros mismos.
EL MAPA
Cuando iniciamos el trabajo con el Territorio es tan importante tener en cuenta que “el mapa
no es el territorio”, como ser conscientes de que el mapa tiene una función importante que
cumplir en la exploración. El Territorio es todo lo que hay, todo lo que se presenta ante nuestros
sentidos, internos o externos. Sin embargo, para poder acomodar ese cúmulo de información
en los estrechos compartimentos de nuestra conciencia ordinaria, es preciso reordenarla y crear
nuevos espacios en ella.
Para esto se emplea el lenguaje propio de la conciencia: las palabras, los esquemas, los sistemas,
los mapas. Los mapas con los que trabajaremos en TERRA son muy sencillos y su función es crear
una estructura en la que conservar todo aquello que nuestras experiencias nos aporten. Lo
importante es entender que no hay una forma única, o correcta, de ordenar esta información, y
que el sistema está pensado para favorecer el desarrollo a futuro de este trabajo.
Dicho de otro modo, puedes adoptar el sistema propuesto como una herramienta, que además
funciona como una referencia común en el trabajo del grupo. Al terminar el entrenamiento, es
posible que tu propio rodaje solicite la introducción de modificaciones. Esta es la manera en la
que realmente hacemos nuestro el conocimiento y lo incorporamos a nuestro ser; no
deformando la realidad según nuestras categorías mentales, sino siendo lo suficientemente
humildes como para dejar que los nuevos conocimientos las rompan y nos obliguen a recrearlas,
del mismo modo en el que las serpientes se deshacen de la vieja piel en la que ya no caben.
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Este gráfico contiene algunos conceptos básicos con los que trabajaremos a lo largo del
entrenamiento, voy a presentarlos brevemente, para que puedas tener una idea del conjunto.
El árbol representa el eje vertical, o “axis mundi”, atemporal e ilimitado que conecta las
profundidades con los espacios celestes más allá de la esfera terrestre. El eje horizontal,
representa la realidad manifiesta, siempre condicionada por el tiempo y el espacio.
La mitad superior de la esfera representa el mundo “sobre tierra” (o la conciencia), y la inferior
el mundo “bajo tierra” (o el subconsciente), dónde se hunden las raíces y yace la serpiente, como
potencia de la Sombra.
Las flechas representan, de arriba abajo, los procesos de disolución por los que la materia y la
forma se desintegran y reincorporan a la potencia de lo no-manifiesto, y de abajo arriba nos
encontramos con los procesos de generación, por los que esa totalidad informe, ese cúmulo de
posibilidades infinitas, se concreta en una forma manifiesta.
El fuego se localiza en el punto exacto en que ambos ejes se encuentran, el centro de la

encrucijada, del que parten todos los caminos y al que todos los caminos regresan. También esta
será, idealmente, nuestra posición a la hora de llevar a cabo la labor brujeril.
La perspectiva antropocéntrica no viene dada porque se considere al ser humano la cúspide de

la creación, sino porque -al menos por el momento- estamos en un cuerpo humano. De igual
modo, cuando consideremos los cuerpos celestes lo haremos desde una perspectiva
geocéntrica.
12
LOS CUATRO REINOS
Otro esquema con el que trabajaremos está basado en la división por elementos. Este modelo
tiene una función explicativa; los “planos” no constituyen realidades aisladas, sino que son
diferentes aspectos de una misma experiencia, conectados entre sí, que se influyen los unos a
los otros. Son aspectos que han formado parte de nuestra experiencia vital desde la infancia, de
forma natural, y de los que sencillamente iremos adquiriendo mayor consciencia y aprendiendo
a identificarlos tanto dentro como fuera de nosotros.
Parte de la literatura dedicada al tema ha clasificado estos mundos en “superiores” e

“inferiores”, cosa que normalmente conduce a desgraciadas confusiones. Si bien es cierto que
desde la altura de los reinos superiores podemos observar con mayor claridad aquellos que
quedan por debajo, cuanto más alto queramos llegar más sólida deberá ser la base en la que
apoyamos nuestra construcción. Este es el motivo por el que para sostener adecuadamente
nuestro desarrollo es necesario prestar atención a cada uno de los diferentes aspectos por igual.
TIERRA - El reino físico corresponde a nuestras experiencias corpóreas, e incluye los fenómenos
relacionados con el cuerpo sutil o doble etérico. Como es el mundo con el que aparentemente
estamos más familiarizados, existe cierta tendencia a querer “avanzar rápido y pasar a otra
cosa”. Sin embargo, esta idea de proximidad con el cuerpo acostumbra a ser ilusoria, de forma
que cuando empezamos a trabajar con él nos sorprendemos de nuestro propio nivel de
desconexión (dado que vivimos antes en la imaginación que en la corporeidad). El
funcionamiento de nuestro cuerpo es un reflejo del funcionamiento de la naturaleza, de sus
procesos, transformaciones y misterios: es el maestro más cercano que tenemos.
AGUA - El reino astral es aquel en el que generalmente se realizan las prácticas mágicas en el
sentido amplio del término. Es el reino de la imaginación – centrada o fuera de control-, así como
el área de las emociones, tanto positivas como negativas. El trabajo en el reino astral puede ser
fascinante, especialmente cuando nos damos cuenta de su facilidad y los excelentes resultados
que puede darnos sin demasiado esfuerzo. Desgraciadamente, muchos practicantes se
precipitan en este plano sin el apoyo del mundo físico y sin la conciencia de los mundos mental
y espiritual, y se extravían en consecuencia. Por lo general, esto no significa que hayan
enloquecido, pero a menudo se traduce en una pérdida de la capacidad de hacer algo efectivo
debido a la tendencia a creer en los propios fantasmas y proyecciones, ya se trate de criaturas
encantadoras o terribles.
AIRE - El reino mental se corresponde con las capacidades del intelecto, pero también con las
de la intuición más profunda. La importancia del reino mental reside en que desde él diseñamos
o escogemos las formas en las que invertiremos nuestros recursos. El desarrollo progresivo del
aspecto mental nos ayuda a “limpiar” las percepciones que nos llegan alteradas a causa de
nuestros deseos y temores. En él reside la “clara visión”, la capacidad de desterrar los espejismos
o proyecciones emocionales y descubrir la verdad tras las palabras o los gestos. Otro beneficio
del correcto desarrollo del plano mental es que nos permite encontrar soluciones y localizar la
información que necesitamos. Si en los reinos físico y astral surgen los deseos, la tarea del reino
mental es identificar la necesidad subyacente y elaborar una estrategia con el fin de satisfacerla
de la manera más adecuada.
13
FUEGO - El reino espiritual es un plano transcendente. Desde él, nos damos cuenta de que
somos más que nuestro cuerpo, nuestras emociones o nuestro intelecto, e incluso más que la
suma de los tres. El aspecto devocional forma parte de este reino. Mientras que lo puramente
espiritual puede tener un carácter trascendente y universal, el aspecto devocional se trabaja en
formas concretas (oraciones, ritos, ofrendas, danzas, etc.).
Para entender cómo funcionan estos reinos, o planos, de forma conjunta, imagina que quieres
hacer una jarra de arcilla. El reino físico sería la arcilla, la materia prima con la que vas a trabajar.
El reino astral, las emociones, serían el agua que hace maleable esa materia prima. El reino
mental, la idea de lo que queremos hacer y cómo lo haremos, sería el aire (espacio) que permite
dar forma a la mezcla anterior. Por último, el reino espiritual o trascendente corresponderá con
el fuego de la transformación, el que da cohesión a los diferentes aspectos trabajados y logra
que sean más que la suma de estos: la arcilla que hemos moldeado necesita pasar por el proceso
de cocción para cumplir su función, de otro modo terminará por deshacerse en nuestras manos.
EL TRABAJO CON LA LUNA
Tres meses es un periodo muy breve en términos de trabajo con el territorio, por lo que no está
de más aprovechar la influencia lunar. El reino terrestre es, en ocasiones, llamado Sub-Lunar: La
Luna es el cuerpo celeste más cercano a la Tierra, y su influencia es clave en los ciclos terrestres,
por ejemplo, en el ascenso y descenso de las mareas.
Las fases lunares, Nueva, Creciente, Llena y Menguante, son empleadas con frecuencia en los
trabajos mágicos, pero también en las formas tradicionales de cultivo y otros trabajos agrícolas
y ganaderos. Aún en la actualidad podemos encontrar lunarios, o almanaques lunares que nos
hablan de estas costumbres.
La Luna rige el subconsciente, el reino onírico y el mundo de las Sombras, por lo que será una
poderosa aliada en nuestra labor. Es el ciclo más breve con el que podemos vincularnos y nos
ayuda a observar nuestros propios cambios emocionales.
Los materiales de Terra se entregarán en las fechas de las lunas nuevas y llenas de estos meses,
como recordatorio de esta conexión. Adicionalmente puedes añadir el trabajo con la Luna a tu
práctica, especialmente la observación de la Luna Nueva y de la Luna Llena vinculándola al
objetivo personal que hayas escogido para este entrenamiento.
También puedes preparar un pequeño espacio dedicado a la Luna. Para esto, puedes usar un
pañuelo o trozo de tela blanco, la carta de la Luna del Tarot, o cualquier otra imagen lunar,
puede ser la representación de una divinidad, una fotografía de la luna, o un dibujo realizado
por ti. Añade un vaso o cuenco con agua y una vela y quema algo de incienso, otra opción es
usar un quemador de esencias que incorpora los tres elementos anteriores (la vela, el agua y la
ofrenda de perfume). La recomendación sería usar aromas que procedan de flores blancas,
como el jazmín o la gardenia, pero cualquier otro que consideres oportuno estará bien. También
puedes ofrendar una o varias flores blancas, siempre que sean frescas.
Como madrina de las actividades ocultas y luminaria de las sombras, la Luna nos ayuda a
familiarizarnos con todo aquello que no puede ser visto bajo la luz de la conciencia ordinaria.
Considera cuántas generaciones humanas ha contemplado la Luna, no hay historia que Ella no
14
haya visto repetirse bajo millones de pieles distintas. Tanto si conservas el espacio dedicado de
forma permanente como si prefieres ir al exterior a buscarla con la mirada, puedes acudir a la
Luna siempre que lo consideres necesario en busca de consejo, protección o ayuda. Sin
embargo, los tiempos de la Luna Nueva y la Luna Llena son especialmente relevantes, puedes
simplemente detenerte por unos minutos en estas fechas y agradecer a la luna por su ayuda en
este viaje. También puedes realizar algunas sencillas prácticas rituales:
En la Luna Nueva, el primer día después del momento de oscuridad total, puedes llevar a cabo
trabajos de atracción o aumento, relacionados con tu objetivo personal. Puede ser algo tan
simple como escribir aquello que quieres atraer o ver aumentar en un papel, y conservarlo en
ese espacio consagrado a la Luna.
Tres días después de la Luna Llena, puedes llevar a cabo trabajos de destierro relacionados
también con tu objetivo personal, escribe lo que quieras desterrar en un papel y luego quémalo.
En ambos casos, procura tener claro que es lo que quieres atraer o desterrar antes de escribirlo,
y escribirlo con concentración, cómo si sacaras esa imagen/idea de tu interior y le dieras un
revestimiento material (la palabra escrita). Al concluir, agradece a la Luna por su ayuda.
LAS TRES LÍNEAS DE TRABAJO
El concepto de las tres líneas de trabajo está extraído de Gurdijeff y la doctrina del Cuarto
Camino, una vía de desarrollo que corresponde a aquellas personas que viven en el mundo y se
enfrentan a los quehaceres y relaciones cotidianas, como una alternativa a las vías que
demandan alejarse del mundo. Estas tres líneas de trabajo discurren de forma paralela,
reforzando la dirección en la que orientamos nuestra labor.
La primera línea, sobre uno mismo, se centra en el estudio y la práctica, la observación de uno
mismo y el trabajo por cambiar nuestras respuestas y manifestaciones más mecánicas, así como
identificar los patrones no deseados en los que se pierde la energía vital y otros recursos que
queremos enfocar a otros fines más deseables. Para atender esta línea, la práctica principal va
a ser el trabajo con el cuaderno, y el seguimiento del objetivo personal que te hayas propuesto.
La segunda línea es el trabajo con otras personas, implica entre otras cosas comunicar
conocimiento e ideas o contrastar puntos de vista. Esto nos ayuda no sólo por la suma de fuerzas
o intenciones, sino porque algunas cosas sólo se entienden por completo cuando hacemos el
intento de hacerlas comprensibles a otra persona. Con frecuencia, en el trabajo en grupo, otras
personas iluminan nuestros puntos ciegos, ya sea a través del intercambio de puntos de vista, o
porque cuando no terminamos de aceptar la propia sombra, ésta puede proyectarse sobre otras
personas. Para trabajar esta línea tenemos el grupo de seguimiento en Facebook, y éste es el
motivo por el que insistí tanto en que estuvieras dispuesto a participar en él.
La tercera línea es el trabajo para la escuela. Aquí el lugar de la escuela lo ocupa el conjunto del
Territorio del que formamos parte. Aquí el trabajo “con otras personas” se amplía al trabajo
con los demás habitantes. Se trata de identificar lo que es necesario o útil en el presente y a
futuro, para las especies, los espíritus y las personas habitan y conforman la red o Territorio con
el que trabajamos, la conservación de sus recursos, su cultura o su legado. Esta línea es el motivo
por el que la participación en Terra incluye el voluntariado.
15
LOS CICLOS TERRESTRES
Si los ciclos lunares son los mismos para todos, los ciclos terrestres, usualmente vinculados al
ciclo solar, variarán en función del territorio físico en el que nos encontremos. En Europa, el
periodo comprendido entre el Equinoccio de Otoño y el Solsticio de Invierno es una época de
cosecha de los últimos cultivos de grano, almacenamiento y preparación para los meses más
oscuros y fríos del ciclo anual. De la mano de estas actividades van toda una serie de costumbres
populares colectivas, incluyendo el culto a los difuntos o las creencias en las huestes de espíritus
que surcan los cielos nocturnos y eventualmente visitan los hogares humanos.
Se trata de un camino de disolución de lo establecido que culmina con la época del desgobierno.
El orden, para poder ser renovado y fertilizado, será vencido por el caos. Tras este asalto caótico
emergerá nuevamente el orden, no como un tirano resistiéndose a abandonar su posición de
poder, sino como un joven héroe capaz de engendrar una nueva generación. Éste es también el
recorrido simbólico que realizaremos con TERRA, pero para nosotros, nuestra conciencia
ordinaria es ese viejo comodón y algo tirano, que deberá ser temporalmente vencido por el
asalto de la Sombra, y del que emergerá como una conciencia renovada. Otra manera de pensar
en este recorrido es recurrir al mito del Descenso de Inanna/Ishtar al Inframundo. Inanna cruza
umbral tras umbral despojándose de sus joyas y herramientas mágicas, se despoja de todos sus
atributos hasta llegar a lo esencial. Tras ser rociada con las aguas de la vida, emprende el camino
de regreso, volviendo a vestir sus atributos, pero de una manera distinta. Toda renovación nos
pide el sacrificio de algunos de esos atributos obsoletos con los que nos identificamos, para que
la fuerza vital, en vez de perderse en el esfuerzo de conservarlos, pueda concentrarse en generar
algunos nuevos.
Pero lo importante a la hora de trabajar con el Territorio observar qué está pasando allí donde
estés. Aunque durante la época invernal parte del mundo vegetal y animal cae en su propia
modalidad de letargo, muchas otras especies se mantienen activas. Las celebraciones y
costumbres de antaño perduran bajo otras formas y otros discursos, como hilos de los que
podemos estirar. Para determinar el ciclo terrestre en el que estamos necesitaremos prestar
atención a lo que encontremos al salir de nuestras casas; el clima, la actividad de los animales
en nuestro entorno, el estado de las especies vegetales, las festividades y eventos que celebra
la comunidad… Incluso cuando las grandes cadenas comerciales se hayan apropiado de ellos.
Si te encuentras en el hemisferio Sur, estarás a las puertas del Equinoccio de Primavera. Por
suerte, el proceso de descenso se puede realizar en cualquier época (al fin y al cabo, los trabajos
mágicos implican el viaje de ida y regreso en unos pocos días u horas), y la observación de los
ciclos naturales en tu entorno inmediato será igualmente importante.
El Calendario
A lo largo de estos meses será importante dirigir y centrar la atención hacia cosas que tal vez
hasta ahora hayan pasado un tanto desapercibidas. Para reforzar esta área puedes utilizar una
agenda, o simplemente añadir un calendario a tu cuaderno de trabajo. Después de cada visita al
territorio, pero también en tu cotidianidad, anota todo aquello que te llame la atención sobre
los cambios que percibes en tu entorno. Independientemente de si hasta ahora has funcionado
16
según el calendario laboral, o te has familiarizado con los calendarios de celebraciones propios
del neopaganismo, ambos están construidos sobre ciertas abstracciones y es importante que
conozcas el calendario de tu territorio y, de paso, el tuyo propio.
Considera este fragmento de C. Pinkola: “Cuando yo era pequeña en los bosques del norte, antes
de aprender que el año tenía cuatro estaciones, yo creía que tenía varias docenas: el tiempo de
las tormentas nocturnas, el tiempo de los relámpagos, el tiempo de las hogueras en los bosques,
el tiempo de la sangre en la nieve, los tiempos de los árboles de hielo, de los árboles inclinados,
de los árboles que lloran, de los árboles que brillan, de los árboles del pan, de los árboles
que sólo agitan las copas y el tiempo de los árboles que sueltan a sus hijitos. … Las estaciones
eran como unos importantes y sagrados invitados y todas ellas enviaban a sus heraldos: las
piñas abiertas, las piñas cerradas, el olor de la podredumbre de las hojas, el olor de la inminencia
de la lluvia, el cabello crujiente, el cabello lacio, el cabello enmarañado, las puertas abiertas,
las puertas cerradas, las puertas que no se cierran ni a la de tres, los cristales de las ventanas
cubiertas de amarillo polen, los cristales de las ventanas salpicados de resina de árboles. Nuestra
piel también tenía sus ciclos: reseca, sudorosa, áspera, quemada por el sol, suave. La psique y el
alma … también tienen sus propios ciclos y estaciones de actividad y soledad, de correr y
quedarse en un sitio, de participación y exclusión, de búsqueda y descanso, de creación e
incubación, de pertenencia al mundo y de regreso al lugar del alma. …Los niños son la naturaleza
salvaje y, sin necesidad de que nadie se lo diga, se preparan para la venida de todas estas
estaciones, las saludan, viven con ellas y conservan recuerdos de aquellos tiempos para grabarlos
en su memoria: la hoja carmesí del diccionario; los collares de semillas de arce plateado;
las bolas de nieve en la despensa; la piedra, el hueso, el palo o la vaina especial; aquel
caparazón de molusco tan curioso; la cinta del entierro del pájaro; un diario de los olores
de aquella época... Antaño vivíamos todos estos ciclos y estas estaciones año tras año y
ellos vivían en nosotras… por lo menos hasta que nos dijeron que, en realidad, el año sólo tenía
cuatro estaciones.”3
Anota, en tu calendario personal, el día en que te das cuenta de que empieza a refrescar o suben
las temperaturas o el día en que te das cuenta de que ciertas plantas han florecido, las verduras
de temporada que empiezan a aparecer, los nuevos aromas que llegan a tu olfato, o las aves que
aparecen surcando el cielo. Anota las celebraciones locales y la manera en la que movilizan a tu
familia o a tus vecinos y vecinas, los platos que se preparan en estas ocasiones especiales, el
“espíritu” que parece conservar y transmitir la fecha. Transcurridos los meses que ocupa Terra
puedes seguir anotando las observaciones hasta completar el ciclo anual, observar qué patrones
coinciden con tus propios ciclos, y que relaciones puedes establecer con el resto de los
pobladores del Territorio, por ejemplo, qué plantas puedes relacionar con los momentos en los
que te encuentras más animado, o qué elementos del paisaje te remiten a situaciones de calma.
3
Pinkola Estés, Clarissa: Mujeres que corren con los lobos. Ediciones B, Barcelona, 1998, p.209
17
TRABAJO CON CUADERNO
Es posible leer y hablar de brujería o magia, las teorías e instrumentos necesarios, estar
familiarizado con el folklore e incluso haber realizado algunos rituales, pero no haber vivido esta
experiencia de forma plena. La diferencia, como decíamos antes, es la misma que existe entre
contemplar un plano y recorrer físicamente el edificio que se ha levantado siguiendo sus
indicaciones. La práctica implica un cambio de percepción sobre la realidad que habitamos y
sobre nosotros mismos. La magia está también en este suelo que pisamos, en todo aquello que
nos rodea, y especialmente allí donde dejamos crecer nuestras raíces. Sencillamente, se trata
de empezar a observar esta realidad profunda y movernos cómodamente en ella.
La práctica aporta resultados reales; en algunos aspectos éstos serán más o menos subjetivos,
pero en cualquier caso la subjetividad se encuentra en la interpretación que damos a unos
cambios que se han producido de forma efectiva. El trabajo con cuaderno nos permite dejar un
registro de los efectos del mundo sutil (y no tan sutil) en nuestra cotidianidad, tomar conciencia
de nuestras capacidades y de los resultados que obtenemos al aplicarlas intencionalmente en
nuestra realidad.
El cuaderno funciona como un diario mágico en el que intercalamos algunos ejercicios

específicos. Escribir nos obliga a traducir en palabras (es decir, al lenguaje de nuestra conciencia
ordinaria) las impresiones recibidas y el contenido de nuestra psique. En el trabajo con la
sombra, esto es importante porque nuestra conciencia tiende a desechar todo cuanto escapa a
sus propias categorías, al transcribir nuestras experiencias es posible que dejemos anotadas
algunas cosas que cobrarán sentido más adelante, y que de otro modo jamás podríamos
recuperar.
Existe una tendencia natural, enormemente acrecentada por la sociedad actual, a vivir de
puertas hacia afuera, lo cual, en vez de hacernos más comunicativos con nuestros vecinos, nos
desvincula de aquello que somos, de nuestra mente, de nuestras emociones e incluso de nuestro
propio cuerpo. Buscamos referencias en el exterior, en los demás, en las instituciones o las
autoridades… Pero el exterior está lleno de mensajes contradictorios y distorsionados por
intereses concretos y ajenos a nosotros. La capacidad de autorreferencia es, por tanto, de la
mayor importancia, y parte de nuestro trabajo consiste en recuperarla.
La sinceridad con nosotros mismos es otra cuestión esencial. Debemos sentirnos seguros para
escribir aquellas cosas que no nos gustaría que otros leyeran, pero también aquellas que nos
puede doler aceptar o que nos cuesta expresar con palabras. En tal caso, puedes emplear
fragmentos de textos de otros autores o imágenes que te permitan plasmar aquello que aún no
te ves capaz de escribir.
Si venimos de una situación de descontento, corremos el riesgo de desanimarnos muy rápido

por no cumplir nuestras propias expectativas. Es importante recuperar la confianza en nosotros
mismos y esas capacidades que van saliendo del letargo y, por lo tanto, debemos ser pacientes
y dejarnos márgenes amplios. Los cambios pueden sucederse de forma muy rápida, pero para
que devengan perdurables, será necesario que estén bien fundamentados. Generalmente
nuestro ritmo irá aumentando, pero con el tiempo variará: puede volverse más lento, volver a
acelerarse o incluso detenerse. Cada etapa tiene un ritmo y aprendizaje propios.
18
Ser amables con nosotros mismos implica no darnos latigazos cuando las cosas no salen como
quisiéramos, si un día se nos olvida la práctica o si fallamos en cualquier otro pequeño (o no tan
pequeño) punto. También significa asegurarnos de elegir tareas y prácticas que no supongan de
entrada un esfuerzo o complicación demasiado grandes. La voluntad, en este contexto, significa
que realmente queramos hacer alguna cosa, no que sintamos que nos “sacrificamos”, ya que
una sensación de sacrificio generalizada acostumbra a derivar en un victimismo insano. No es
demasiado sensato vivir la práctica como un continuo sobreesfuerzo, es mejor hacer cosas que
nos aporten alguna satisfacción, de este modo, en vez de agotarnos, nos ayudarán a renovar
nuestras fuerzas.
Ejercicios con el cuaderno
01 - Presentación.
El primer ejercicio consiste en dedicar las primeras páginas del cuaderno para escribir quién eres
y que es lo que te ha llevado a inscribirte en TERRA, en esta fase puede ser muy útil dejar por
escrito todas las resistencias que hayas tenido al respecto.
– Anota cuál es el Territorio con el que has decidido trabajar, y qué relación tienes en este
momento con él.
– Anota cuál es la Causa o la Asociación con la que has decidido trabajar y que es lo que crees
que te ha llevado a esta elección.
– Anota qué aspecto de tu vida te gustaría cambiar o mejorar, cuál es tu Objetivo o Deseo
personal.
02 - Entradas del cuaderno.
Después de este ejercicio inicial, el cuaderno cumple las funciones de diario mágico. No es
necesario escribir cada día, pero sí cada dos o tres días, o al menos cada vez que realices alguna
de las prácticas principales. Los datos que registremos en cada entrada dependerán de cada
persona, pero en cualquier caso es importante incluir la fecha, especialmente al momento de
relacionarla con tu calendario personal. Conviene añadir también la fase lunar y, a medida que
los vayamos tratando, otros aspectos astrológicos de interés.
Práctica. En este apartado anotaremos las prácticas mágicas realizadas durante el día, como
parte de nuestro entrenamiento diario, así como trabajos y celebraciones concretas. Esto nos
servirá, más adelante, para ver hasta qué punto están funcionando y en qué podemos
mejorarlas. La práctica mágica que se reduce a los momentos de urgencia o a la celebración de
fechas señaladas es sólo un débil eco de lo que podría ser una “vida mágica”.
Es suficiente con elegir una o dos prácticas sencillas para alimentar el vínculo que nos conecta
con aquella parte de nosotros capaz de escapar de las trampa de las circunstancias. En Terra,
nuestro ejercicio básico será la práctica del “Centrado y Conexión”.
Diario Nocturno. Aquí anotaremos nuestros sueños, que pueden darnos mucha información
sobre nuestras necesidades no satisfechas, deseos y temores, pero también sobre los símbolos
preferidos por nuestro subconsciente para comunicarse. La disciplina de tomar nota y la
19
observación de los sueños nos permitirá diferenciar aquellos que son significativos para nosotros
y aprender del lenguaje de nuestra Sombra. Aunque el tema se tocará más adelante, es bueno
empezar a anotar los sueños desde el principio del entrenamiento, de modo que Sub Lunae, el
taller específico de trabajo onírico, estará disponible para descarga junto a esta introducción.
Observaciones Este apartado funciona como un diario personal, en el que escribiremos cómo
nos sentimos física y emocionalmente, y nos permitirá observar como nuestra intención
manifiesta y la práctica que realizamos afecta el desarrollo de nuestras vidas. Escribe libremente
todo cuanto se te ocurra, no sólo lo que has vivido, sino lo que opinas al respecto, cómo te
sientes, la canción o libro o película que te han recomendado y parece llegar en el momento
justo, o cómo te has acordado de una conversación que tuviste hace tres años con un conocido
en el metro. Podrás filtrar toda esa información más tarde, aquí lo importante es prestar
atención.
CENTRADO Y CONEXIÓN
Este es un ejercicio muy básico realizado por diferentes escuelas, cada una con sus variantes. La
función de estas meditaciones o visualizaciones guiadas no es otra que la de interiorizar
herramientas o patrones con el fin de poder emplearlos más allá de la superficie de la conciencia
ordinaria. No requiere mucho tiempo de dedicación y deberías realizarla de forma diaria, al
levantarte o antes de acostarte, de forma que consigas establecerla como una rutina. Pero
puede realizarse en cualquier momento del día, y es ideal como preparación antes de otras
prácticas o rituales.
Sugiero que empieces esta meditación en casa. Cuando estés familiarizado con ella, la llevarás
al territorio, aunque sea de forma simplificada. Realízala en un espacio seguro en el que no vayas
a ser interrumpido por algunos minutos. Puedes memorizar la secuencia o escuchar el audio
para ir siguiendo las instrucciones (la opción A incluye fondo sonoro, la opción B sólo voz).
Cualquier persona educada en el mundo occidental sabe que la brujería, como el amor, es cosa
de niños, tontos o locos. No hay necesidad de discutir con eso. Permítete ser cualquiera de esas
cosas sólo por unos minutos, y vamos a comprobar qué nos aporta la experiencia.
Encuentra una postura confortable, de pie o sentado, pero con la espalda derecha. Toma
conciencia de tu postura corporal, del espacio que ocupa tu cuerpo y su peso.
Respira profundo y, al exhalar, libera las tensiones físicas. Cierra los ojos. Respira profundo,
nuevamente y, al exhalar, libera la tensión emocional. Realiza una última respiración profunda
y libera la tensión mental.
Percibe cómo tu cuerpo está sostenido por la Tierra, cómo todo tu cuerpo está conformado por
la misma materia, y cómo esta materia adopta múltiples formas sobre la superficie y bajo tierra;
minerales, vegetales, animales. De ella procede todo aquello que te mantiene vivo.
Céntrate en el área del corazón, trata de percibir su latido. Sin prisas. Sabe que hay una
correspondencia entre ese latido y el de la propia Tierra que te sostiene. Toma una respiración
lenta y profunda, y al exhalar, dirige tu atención al vínculo que se extiende desde tu centro hacia
la Tierra, descendiendo por tu columna vertebral, atravesando como las raíces diversas capas
20
de tierra y roca, hasta llegar a lo profundo del mundo subterráneo. Toma conciencia de que la
Tierra percibe tu presencia, y responde a su manera, a través del mismo vínculo, desde las
profundidades, hasta tu corazón. Permanece unos segundos sintiendo la respuesta de la Tierra.
Sin dejar de sentir el área del corazón, recuerda cómo por encima de tu cuerpo están los infinitos
espacios celestes, el movimiento de las constelaciones, que acompaña el cambio de las
estaciones. Piensa en la luna cómplice que ha escuchado todas las historias desde el inicio de la
humanidad, y en las estrellas que han representado estas historias de generación en generación.
Hay una parte de ti que pertenece a esas lejanas esferas celestes, y recordando cada vez que
has mirado a los cielos, percibe como en el área de tu corazón brilla una pequeña llama que se
corresponde con el fuego de los astros. Toma una respiración lenta y profunda, y al exhalar,
dirige tu atención al vínculo que se extiende desde tu centro hacia los Cielos, ascendiendo por
tu columna vertebral, atravesando las capas nubosas, proyectándose más allá de la esfera
terrestre hacia los cielos. Toma conciencia de que los Cielos perciben tu presencia, y responden
a su manera, a través del mismo vínculo, desde las alturas, hasta tu corazón. Permanece unos
segundos sintiendo la respuesta de los Cielos.
Toma conciencia de la naturaleza de tu propio centro, el punto de encuentro entre la Tierra y

los Cielos. Siente como la llama danza al ritmo del latido y su resplandor dorado se va
acrecentando, empieza a circular por todo tu cuerpo y se extiende más allá de tu piel de forma
natural.
Permanece en la conciencia de este resplandor todo el tiempo que consideres oportuno. Luego,
regresa lentamente a tomar conciencia de tu cuerpo y el espacio que te rodea. Para cerrar el
ejercicio toma una respiración profunda, retén el aire frotando las palmas de tus manos y al
exhalar, pon tus palmas sobre tu frente y llévalas hasta tu nuca, deslizándolas por encima de la
cabeza.
Resumen ejercicios
Con uno mismo:
- Primeros ejercicios del trabajo con el cuaderno personal.
- Centrado y conexión.
- Trabajo con la Luna.
Con el grupo:
- Presentación en el grupo, incluyendo la causa y el territorio escogidos, así
como, si lo deseas, el objetivo o deseo personal.
Con el Territorio:
- Donación/ Voluntariado a la causa escogida.
- Calendario.
21

I. Introducción (Terra Ii)

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I. Introducción (Terra Ii)

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TERRA

Entrenamiento de Reconexión con el Territorio

Además del seguimiento propio que realices en tu cuaderno de trabajo, realizaremos un

17 Septiembre (Luna Nueva). Introducción.

Tierra. El Territorio y sus espíritus. El Vínculo. La Ofrenda. Sincronicidades.

1 Octubre (Luna Llena).

16 Octubre (Luna Nueva).

31 Octubre (Luna Llena). — Víspera de Noviembre —-

Agua. La Tierra Oculta. El Sueño y la Sombra. Los antepasados y la comunidad. El Banquete.

15 Noviembre (Luna Nueva).

Transmutación. Trabajo con los demonios y la Sombra.

30 Noviembre (Luna Llena).

Magia planetaria. El vínculo con las estrellas.

VISIONES SOBRE LA BRUJERÍA

La diferencia entre la Caza de Brujas de la Edad Moderna respecto a anteriores persecuciones

En la Edad Moderna esto se invierte, lo que se persigue es la supuesta pertenencia a un culto

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