Temas de Las Posadas 2019
Temas de Las Posadas 2019
Temas de Las Posadas 2019
Partamos desde el primer aspecto, María como modelo de fe. ¿En qué
sentido María es un modelo para la fe de la Iglesia? Pensemos en quién
fue la Virgen María: una joven judía, que esperaba con todo el corazón
la redención de su pueblo. Pero en aquel corazón de joven hija de Israel,
había un secreto que ella misma aún no lo sabía: en el designio del
amor de Dios estaba destinada a convertirse en la Madre del Redentor.
En la Anunciación, el mensajero de Dios la llama "llena de gracia" y le
revela este proyecto. María responde "sí", y desde ese momento la fe de
María recibe una nueva luz: se concentra en Jesús, el Hijo de Dios que
se hizo carne en ella y en quien que se cumplen las promesas de toda la
historia de la salvación. La fe de María es el cumplimiento de la fe de
Israel, en ella realmente está reunido todo el camino, la vía de aquel
pueblo que esperaba la redención, y en este sentido es el modelo de la
fe de la Iglesia, que tiene como centro a Cristo, la encarnación del amor
infinito de Dios.
Es hermosa esta realidad que María nos enseña: estar siempre unidos a
Jesús. Podemos preguntarnos: ¿Nos acordamos de Jesús sólo cuando
algo está mal y tenemos una necesidad? ¿O tenemos una relación
constante, una profunda amistad, incluso cuando se trata de seguirlo en
el camino de la cruz?
Tal como era la costumbre en aquella época, los hijos ayudaban a sus mamás
moliendo el trigo y acarreando agua del pozo y a sus papás en su trabajo.
Podemos suponer que en el caso de Jesús no era diferente. Jesús aprendió a
trabajar y a ayudar a su familia con generosidad. Él siendo Todopoderoso,
obedecía a sus padres humanos, confiaba en ellos, los ayudaba y los quería.
¡Qué enseñanza nos da Jesús, quien hubiera podido reinar en el más suntuoso
palacio de Jerusalén siendo obedecido por todos! Él, en cambio, rechazó todo
esto para esconderse del mundo obedeciendo fielmente a María y a José y
dedicándose a los más humildes trabajos diarios, el taller de San José y en la casa
de Nazaret.
Las familias de hoy, deben seguir este ejemplo tan hermoso que nos dejó Jesús
tratando de imitar las virtudes que vivía la Sagrada Familia: sencillez, bondad,
humildad, caridad, laboriosidad, etc.
La familia debe ser una escuela de virtudes. Es el lugar donde crecen los hijos,
donde se forman los cimientos de su personalidad para el resto de su vida y donde
se aprende a ser un buen cristiano. Es en la familia donde se formará la
personalidad, inteligencia y voluntad del niño. Esta es una labor hermosa y
delicada. Enseñar a los niños el camino hacia Dios, llevar estas almas al cielo.
Esto se hace con amor y cariño.
El Papa Juan Pablo II en su carta a las familias nos dice que es necesario que los
esposos orienten, desde el principio, su corazón y sus pensamientos hacia Dios,
para que su paternidad y maternidad, encuentre en Él la fuerza para renovarse
continuamente en el amor.
Así como Jesús creció en sabiduría y gracia ante Dios y los hombres, en nuestras
familias debe suceder lo mismo. Esto significa que los niños deben aprender a ser
amables y respetuosos con todos, ser estudiosos obedecer a sus padres, confiar
en ellos, ayudarlos y quererlos, orar por ellos, y todo esto en familia.
Recordemos que “la salvación del mundo vino a través del corazón de la Sagrada
Familia”.
La salvación del mundo, el porvenir de la humanidad de los pueblos y sociedades
pasa siempre por el corazón de toda familia. Es la célula de la sociedad.
Oración
“Oremos hoy por todas las familias del mundo para que logren responder a su
vocación tal y como respondió la Sagrada Familia de Nazaret.
Oremos especialmente por las familias que sufren, pasan por muchas dificultades
o se ven amenazadas en su indisolubilidad y en el gran servicio al amor y a la vida
para el que Dios las eligió” (Juan Pablo II)
“Oh Jesús, acoge con bondad a nuestra familia que ahora se entrega y consagra a
Ti, protégela, guárdala e infunde en ella tu paz para poder llegar a gozar todos de
la felicidad eterna.”
“Oh María, Madre amorosa de Jesús y Madre nuestra, te pedimos que intercedas
por nosotros, para que nunca falte el amor, la comprensión y el perdón entre
nosotros y obtengamos su gracia y bendiciones.”
“Oh San José, ayúdanos con nuestras oraciones en todas nuestras necesidades
espirituales y temporales, a fin de que podamos agradar eternamente a Jesús.
Amén.”
Las fuentes biográficas que se refieren a san José son, exclusivamente, los pocos
pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos
sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El
hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María.
La tradición popular imagina a san José en competencia con otros jóvenes
aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según
la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros
quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco
del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención.
Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer
Reflexión
Si dejamos actuar en nuestra alma los rasgos concretos de la
personalidad de san José, guiándonos para ello por la Sagrada Escritura,
entonces muy pronto constataremos una marcada semejanza y
parentesco entre él y el Salvador. San José está ante nosotros como:
¡Ahí está ante nosotros la persona de san José, bajo la luz de nuestra
propia grandeza, tal como nosotros hemos sido ideados por el Padre
Dios desde la eternidad.
¿Quién es María?
María nació en Nazaret, Galilea, 15 ó 20 años antes del nacimiento de Cristo. Sus
padres, según la tradición, fueron Joaquín y Ana. María era judía. Fue educada en
la lectura de los libros santos y en la obediencia a la ley de Dios. Hizo voto de
virginidad. Se desposó con José estando ambos de acuerdo en permanecer
vírgenes por amor a Dios. Un ángel del Señor se le apareció y le comunicó que el
Espíritu Santo descendería sobre ella, y que de ella nacería el Hijo de Dios (Lc. 1,
35). María aceptó tan maravilloso destino con estas palabras: «Hágase en mí
según tu Palabra», y en aquel instante Jesús fue concebido en su seno. El
nacimiento del Niño fue en Belén de Judea y fue acompañado de diversas
circunstancias, que refieren los Evangelios de Mateo y de Lucas.
Del Evangelio se desprende que María era humilde y pura; que era decidida y
valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de
reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y
caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca y sincera; que era leal y fiel.
María es, como mujer, un modelo para las mujeres. Es también para los hombres
el tipo ideal de mujer.