Merck - Caso de Etica
Merck - Caso de Etica
Merck - Caso de Etica
La ceguera del río es una enfermedad mortal que afecta a unos 18 millones de
personas sin recursos, que viven en lugares remotos cerca de los causes de loa ríos, en las
regiones tropicales de África y América Latina. La causa del mal es un pequeño gusano
parasito que se transmite de una persona a otra mediante el piquete de la mosca negra,
que se reproduce en las aguas rápidas de los ríos. Los diminutos gusanos se introducen
debajo de la piel, donde, al crecer, llegan a medir hasta 60 centímetros, y se enrollan dentro
de los nódulos que miden entre 1 y 1,25 centímetros de diámetro. Dentro de los nódulos el
gusano se reproduce dejando millones de descendientes microscópicos llamados
microfilarias, que se abren paso por todo el cuerpo bajo la piel, decolorándola a su paso;
además, causan lesiones y una comezón tan intensa que las victimas han llegado a
suicidarse. Con el tiempo las microfilarias, invaden los ojos y provocan ceguera en la victima.
En algunas aldeas de África occidental, el parasito ha llegado a cegar a mas del 60% de los
habitantes mayores de 55 años de edad. De acuerdo en estimaciones de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad a provocado ceguera a unas 270,000 personas y
discapacidad visual a otras 500,000.
En 1980 los doctores Bill Campbell y Mohammed Aziz, científicos investigadores que
trabajaban para Merck, descubrieron que el Ivermectín – uno de los medicamentos para
animales de mayor venta de la compañía – podía matar el parásito que causa la ceguera del
río. El doctor Aziz, quien ya había trabajado en África y conocía la ceguera del río, viajo a
Dakar, Senegal, donde probó el medicamento en aldeanos que sufrían infecciones activas.
De manera asombrosa, descubrió que una dosis única del medicamento no solo
exterminaba las microfilarias, sino que también hacía que el gusano quedará estéril e
inmunizaba al paciente durante meses. Cuando Aziz regresó a Estados Unidos, él y el doctor
Campbell visitaron al jefe de investigación y desarrollo de Merck, el doctor P. Roy Vagelos.
Le mostraron los resultados y le recomendaron que Merck desarrollara una versión del
medicamento para suministrarla a los seres humanos.
Vagelos sabía que enfrentaba una decisión que, como decía, “tenia un componente ético
importante”. Sin considerar el riesgo para la compañía y para su carrera profesional, era
claro que, sin el medicamento, millones de personas estarían condenadas a una vida de
sufrimiento intenso y a la ceguera total o parcial. Después de muchas discusiones con
Campbell, Aziz y otros directivos, Vagelos llego a la conclusión de que los beneficios
potenciales del medicamento para evitar la ceguera de río eran demasiado significativos
como para ignorarlos. A fines de 1980, aprobó un presupuesto que aportaba los fondos
necesarios para desarrollar una versión de Ivermectín para administrarse a seres humanos.
Después de siete años, Merck logró desarrollar la nueva versión del medicamento,
llamada Mectizán. Tomar una sola píldora una vez al año podría erradicar del cuerpo
humano todo rastro del parásito que causa la ceguera de río y prevenir nuevas infecciones.
Por desgracia, justo como lo había sospechado Vagelos, nadie corrió a comprar la píldora
milagrosa. En los años siguientes, los ejecutivos de Merck (especialmente Vagelos, quien
para ese entonces era el director general de Merck) solicitaron a la OMS, al Gobierno de los
Estados Unidos, y a los gobiernos de las naciones aquejadas por el mal, que alguien – quien
fuera – comprara el medicamento para proteger a los 100 millones de personas que en
riesgo de contraer la enfermedad. Nadie respondió a los ruegos de la compañía.
Consideraciones
• Dicen los expertos que la ética en los negocios es una contradicción de términos (un
oxímoron), porque existe un conflicto inherente entre la ética y la búsqueda
interesada de ganancias. Se insinúa que cuando la ética entra en conflicto con las
ganancias, los negocios siempre elegirán a las segundas sobre la primera.
• Preguntes, si es mas probable que usted, como consumidor compre el producto de
una empresa a la que reconoce como honesta y confiable, o el de una que se ha
ganado la reputación de deshonesta y poco confiable.
• Pregúntese si, como empleado, es mas probable que sea leal a una compañía cuyas
acciones hacia usted son justas y respetuosas, o a una que habitualmente trata a sus
empleados de manera injusta e irrespetuosa.