Que Es La Comunicacion Politica Ensayo D
Que Es La Comunicacion Politica Ensayo D
Que Es La Comunicacion Politica Ensayo D
Ensayo de un modelo
Manuel Alejandro Guerrero
En las ciencias sociales existe una cantidad importante de términos y nociones cuya
embargo, pocos conceptos resultan ser al mismo tiempo tan ambiguos y tan ambiciosos
convertir en un campo de estudio sin tener siquiera un consenso mínimo, no ya sobre sus
límites –pues todo campo de estudio está en permanente expansión—, sino sobre dónde
habría que buscar los puntos de partida más allá de la mera mercadotecnia política (también
conocida como marketing político). Así, al hablar de “comunicación política” se puede uno
En la historia se puede rastrear los orígenes de los vínculos entre comunicación y política
prácticamente desde la era de los papiros y la escritura cuneiforme, pasando por los
república, hasta llegar a nuestros días cuando los individuos en las sociedades modernas
tienen en los medios a su principal fuente de información política. Pero si bien el vínculo
Por ello, el propósito de este trabajo es proponer los trazos de un posible modelo de
comunicación política relativamente acotado, pero preciso en sus términos, que pretende
criterios para evaluar su desempeño con el fin de hacer de éste un concepto de uso práctico.
El trabajo está dividido en tres partes. En la primera se hace un breve recuento del estado en
fin de buscar en ellos consensos mínimos sobre lo que debe entenderse por dicho concepto.
modelo de comunicación política. Este modelo, a pesar de ser muy utilizado, tiene algunas
debilidades, sobre todo, a la hora de plantear el lugar de los medios y de los políticos dentro
política, pero diferenciado de otros campos nuevos que han aparecido como resultado del
comunicación electoral.
A pesar de que sería posible rastrear los vínculos entre comunicación y política desde hace
segunda mitad de los años cincuenta en Estados Unidos.1 Esto no significa que los estudios
sobre la relación entre comunicación y política daten también de esos años. De hecho,
desde principios del siglo XX existía ya un creciente interés por estudiar los efectos de la
1
Ver Heinz Eulau, Samuel James Eldersveld y Morris Janowitz (eds.), Political Behavior, Nueva York, Free
Press, 1956.
2
Los estudios sobre comunicación de masas desde principios de siglo y hasta finales de los años treinta se
caracterizaban esencialmente por una creencia casi absoluta en el poder de los medios para ejercer una
influencia muy persuasiva. Esta idea se sustentaba en tres premisas. Primero, la aparición de audiencias
masivas en una escala sin precedentes gracias a las nuevas tecnologías (cine, radio e impresoras rotativas).
Segundo, la idea de que la creciente urbanización e industrialización había ya destruido –usando la famosa
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 2
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
entre comunicación y política no se referían a su área de estudio como “comunicación
política” y más bien se insertaban dentro de los estudios generales sobre comunicación de
masas.
se empezaba ya a desconfiar del poder absoluto de los medios para manipular a los
individuos. En general, los estudios sobre comunicación de masas desde los años cuarenta
de "medir" el poder de influencia de los medios sobre sus audiencias. Determinantes para
esta nueva cautela sobre el poder de la comunicación sobre los individuos resultaron los
estudios de Lazarsfeld, Berelson y Gaudet de 1940 (publicados en 1944 bajo el título The
People´s Choice) y de 1948 sobre las elecciones en Estados Unidos, así como el resto de
los trabajos que aparecieron auspiciados por la Universidad de Columbia. Los estudios de
durante las campañas políticas, por lo que el poder de influencia de los medios se limita, en
b) Las campañas políticas resultan ser muy poco efectivas y básicamente alcanzan a
c) La mayor influencia de los medios sobre los individuos no es directa, sino a través de un
proceso indirecto en el que juegan un papel esencial los “líderes locales de opinión” (es
dicotomía de Tönnies-- prácticamente todo vestigio de “comunidad” (Gemeischaft) y la había sustituido por
patrones más cercanos a una “sociedad” (Gesellschaft) caracterizada por una existencia individual aislada,
inestable, sin raíces, alienada e inherentemente susceptible a la manipulación. Finalmente, en apariencia la
propaganda utilizada durante la primera guerra mundial y el ascenso del fascismo "demostraba" el enorme
poder de los medios y la comunicación para manipular a los individuos. Así, a los medios se les reconocía una
completa capacidad para moldear opiniones y creencias, cambiar hábitos de vida, moldear la conducta e,
incluso, llegar a imponer regímenes políticos aún contra la resistencia inicial de los propios individuos.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 3
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
decir, individuos a los que se les reconoce cierta autoridad para hablar sobre determinados
temas; desde el cura local hasta el hijo que ha cursado estudios universitarios).3
Esta idea de que los medios no eran directamente determinantes de ningún efecto en los
individuos fue la tesis central de un importante artículo de Berelson,4 retomada después por
un discípulo de Lazarsfeld, Joseph Klapper,5 quien resumía esta nueva concepción de los
audiencias.6
Así, se impuso casi hasta mediados de la década de 1960 la idea de que la comunicación
que se transmitía a través de los medios servía para reforzar actitudes previas. Sin embargo,
los estudios que le siguieron concluían que los individuos tienden a exponerse a ciertos
contenidos en los medios que son acordes con sus creencias, valores y actitudes y, de
entrada, rechazan los que resultan contrarios a ellos. Esto concordaba con teorías de
psicología importantes en la época, como las de disonancia cognitiva, para las cuales el
los individuos y ya para fines de los sesenta había trabajos importantes en este sentido,
3
La idea de la influencia indirecta mediante líderes de opinión (two-step flow) la desarrollaron Elihu Katz y
Paul Lazarsfeld en su Personal Influence, (Nueva York, Free Press, 1955).
4
"The state of communication research", en Public Opinion Quarterly, número 23 de 1959.
5
The Effects of Mass Communications, Nueva York, Free Press, 1960.
6
Ibid., p.8.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 4
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
como los de Kurt Lang y G. Lang8, Valdimer Key9, Jay Blumer10 y también James
Halloran11.
Algunos de estos nuevos estudios defendían la idea de que los individuos practican una
retiene de acuerdo a ciertas necesidades, para luego utilizarla de diversas formas y con
idea de una sociedad semejante a un panal de abejas compuesto por una innumerable serie
de pequeños grupos vinculados por una rica red de nexos personales, laborales y locales.
política, que comienzan también a aparecer los primeros estudios sobre algo que empieza a
durante las décadas de 1970 y 1980, también se incluyeron en los estudios de comunicación
7
Ibid., p.15.
8
"The mass media and voting", en E.J. Burdick y A.J. Brodbeck (eds.), American Voter Behaviour, Nueva
York, Free Press, 1959.
9
Public Opinion and American Democracy, Nueva York, Knopf, 1961.
10
"British Television: The outlines of a research strategy", en British Journal of Sociology, núm.15, 1964.
11
The Effects of Mass Communication, with Special Reference to Television, Working Paper núm.1,
Leicester, Leicester University Press, 1964.
12
Ver el trabajo clásico de Phillipe Elliot, “Uses and Gratifications Research: A Critique and a Sociological
Alternative” en Jay G. Blumer y Elihu Katz (eds.), The Uses of Mass Communication, Beverly Hills,
California, Sage Publications, 1974.
13
Un buen ejemplo de este tipo de estudios sería el de Bernard L. Brock y Robert Lee Scott (eds.), Methods of
Rethorical Criticism, Detriot, Wayne State University Press, 1980.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 5
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
para “fijar la agenda” del debate político,14 hasta ampliarse hacia estudios que buscaban
estudios de comunicación política de los años noventa cubren una gran cantidad de temas
que incluyen desde la propaganda política, los debates políticos, las relaciones entre medios
En fin, se trata de un campo en expansión, pero que aún es bastante indeterminado, pues
bajo el término “comunicación política”, como se puede apreciar, aparece todo tipo de
condición que se agrava debido a que ha aumentado el número de publicaciones que desde
diversas disciplinas buscan ganar legitimidad en esta área tan poco determinada. Esta
carencia de acuerdos normativos sobre lo que debe cubrir la comunicación política y la falta
de consensos mínimos sobre lo que debe entenderse por dicho término15 no representan los
mayores problemas en sí mismos (pues ya otras disciplinas con más años y tradición siguen
aquejadas de estos mismos males). El verdadero dilema se debe a que, a la hora de llevar a
14
Ver Donald L. Shaw, “Agenda Setting and Mass Communications Theory”, en International Journal for
Mass Communications Studies”, Vol.XXV, núm.2, abril-junio, 1979.
15
Como ejemplos de la falta de consensos sobre el significado del término comunicación política basten
cuatro ejemplos de distintos momentos en la breve historia de dicha área de estudio:
a) La comunicación política es cualquier “actividad ‘comunicacional’ (communicatory) que se considera
política en virtud de las consecuencias que tiene, sean reales o potenciales, para el funcionamiento del
sistema político” (Richard Fagen, Politics and CommunicationBoston, Little Brown, 1966, p.20).
b) La comunicación política se refiere “al papel de la comunicación en el proceso político” (Steven H.
Chaffee, Political Communication, Beverly Hills, California, Sage, 1975, p.15).
c) La comunicación política es cualquier intercambio de símbolos o mensajes que en un alto grado han sido
moldeados por, o tienen consecuencias para, el funcionamiento del sistema político” (Robert G. Meadow,
Politics as Communication, Norwood, N.J., Ablex Publishing, 1979, p.4).
d) La comunicación política es “el conjunto de técnicas y procedimientos de que disponen los actores
políticos, en especial los gobernantes, para atrer, controlar y persuadir a la opinión pública (ya sea en
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 6
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
legitimidad como un área en sí misma dentro del campo mayor de la comunicación de
masas. Asimismo, cuando ello se ha intentado el resultado ha sido la confusión con otras
mercadotecnia política.
Uno de los autores que recientemente han hecho un esfuerzo por pensar un modelo
los discursos contradictorios de los tres actores que poseen la legitimidad de expresarse
públicamente sobre la política, a saber los políticos, los periodistas y la opinión pública
mediante los sondeos”.17 Para Wolton esta definición permite una nueva valoración del
favor de una acción o de la pasividad)” (en Jacques Gerstlé, La communication politique, París, Presses
Universitaires de France, 1992, p.4).
16
D. Wolton, Penser la communication, París, Flammarion, 1997.
17
D. Wolton, “La communication politique: construction d’un modéle”, en Revista Hermès, número 4, Le
nouvel espace public, París, Ediciones del CNRS, julio de 1989, p.30
18
D. Wolton, “La communication politique. Entre l’impensé, les a priori et les typologies”, en Revista
Hermès, núms. 17-18, Communication et politique, París, Ediciones del CNRS, 1995, p.9.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 7
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
Wolton sostiene que la comunicación política es un fenómeno específicamente moderno
que se ha ido desarrollando desde hace más de doscientos años como consecuencia de la
creciente democratización en los sistemas políticos y las sociedades occidentales. Por ello,
cada vez más ocurre dentro de procesos comunicacionales que no son otra cosa sino el
Así, al identificar a los tres actores principales de la comunicación política –los políticos,
los periodistas y la opinión pública a través de los sondeos--, Wolton busca entenderla
como un proceso dinámico y abierto y no como una técnica para transmitir mensajes. Un
proceso dialógico en donde los intereses de estos tres actores se enfrentan para discutir los
asuntos políticos de cada momento. Por tanto, se trata de una lógica de interacción que no
sólo tiene equilibrios cambiantes en las relaciones de fuerza entre los tres actores (como se
A continuación se presentan las características y los papeles que desempeña cada uno de los
tres actores principales en la comunicación política. El papel de los políticos --de los
hombres políticos (hommes politiques)-- se define por una lógica que toma como base tanto
realidad de acuerdo con sus propios intereses en la competencia electoral y sus calendarios.
La comunicación política tiene entonces una función concreta desde la perspectiva de los
19
D. Wolton,
“¿Qué es la “…construction d’un modéle”,
comunicación política? Ensayoart.cit, p.30.
de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 8
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
hombres políticos: la del convencimiento y el logro de apoyos tanto de otros políticos como
del elector. Por su parte, el papel de los periodistas (journalistes) –a quienes Wolton
identifica con “los medios de comunicación”, pues usa ambos términos de forma
indistinta20-- es informar sobre los sucesos, pero pudiendo también ejercer un “cierto
derecho de crítica”21 que les permite estar casi frente a frente con los políticos. Los
periodistas (o los medios) ocupan, sin embargo, una posición clave dentro de la
comunicación política no sólo porque son ellos los que, en última instancia, aseguran y
llevan a cabo el proceso comunicacional como tal, sino porque para hacerlo deben hallarse
“a medio camino” entre la opinión pública y los hombres políticos.22 Finalmente, el papel
de la opinión pública tiene como fundamento la idea del derecho de los ciudadanos a
expresarse y a manifestar sus puntos de vista sobre los asuntos de interés público, es decir
sigue una lógica de comunicación. La opinión pública representa (al lado de los sufragios)
la manera en la cual la “sociedad”23 se comunica con los políticos. Para Wolton, la mejor
forma de “medir” la opinión pública es mediante los sondeos de opinión, cuyo objetivo es
reflejar una “realidad” que no tiene existencia objetiva, sino que en todo caso, sólo refleja
un instante casi fotográfico del estado que guarda la opinión de determinados sectores en un
votar, pero también, de manera más imperfecta (y también menos claramente definida) en
20
Ver su libro y artículos ya citados, así como sus “Les médias, maillon faible de la communication politique”
en Revista Hermès, núm.4, Le nouvel espace public, París, Ediciones del CNRS, julio de 1989 y también su
“Les contradictions de la communication politique”, en Revista Hermès, núms. 17-18, Communication et
politique, París, Ediciones del CNRS, 1995.
21
D. Wolton, “…construction d’un modéle”, art.cit, p.35.
22
D. Wolton, “Les médias...”, art.cit., p.177.
23
La representatividad del sondeo depende, desde luego, de la precisión de la serie de criterios técnicos que se
establecen para cada caso. Esta representatividad de los sondeos siempre es necesariamente aproximada y
cambiante, pero es, hasta el momento y con todas sus imprecisiones, la herramienta más utilizada para
“medir” la opinión pública.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, 9
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
su capacidad para opinar legítimamente sobre los asuntos públicos. Aquí cabe destacar que
el ‘público’ del que se obtiene la ‘opinión pública’ mediante los sondeos nunca es un
perfecto equivalente del cuerpo electoral, por lo que la muestra de opinión pública que se
obtiene de los sondeos no debe conducirnos a pensar que la opinión pública como tal se
agota en ellos. No obstante, en términos prácticos y empíricos, los sondeos siguen siendo
Estos tres actores entran en tensión constante debido a que sus lógicas al entrar en la
comunicación política son, en la mayoría de los casos, antagónicas. A los políticos los
juicios y posiciones frente a los hechos y decisiones que tienen lugar en la vida política. El
predominio de un actor sobre los demás –el desequilibrio en las relaciones de fuerza—
a) En momentos de crisis, los que prevalecen son los hombres políticos. Siguiendo a
b) En momentos electorales, en cambio, son los sondeos lo que juegan el papel dominante.
tomadas por los políticos. Pero también interpretan y analizan los hechos, manteniendo
así el espacio de la crítica abierto. De este modo, los periodistas se han convertido en
pública mediante los medios, que los vinculan a través de su labor informativa. El esquema
Figura A
Modelo de Comunicación Política de Wolton
Políticos
Periodistas
(medios)
Información
por una parte, tiene un sentido “descendente” desde la política hasta los individuos pasando
desde la opinión pública hasta los hombres políticos a través de la intermediación de los
24
D. Wolton, “…construction d’un modéle”, art.cit, p.37.
25
Este esquema se refiere a mi interpretación del modelo de comunicación política de Wolton.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,11
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
sondeos. Esto le imprime un carácter dialógico a la comunicación política en el modelo de
intercambian los discursos contradictorios de tres actores que tienen legitimidad para
que transmiten los medios a las audiencias, pero raramente en las relaciones entre
a un creciente número de ciudadanos, sobre los asuntos políticos con el fin de que estos
ésta sólo comprende los intercambios entre los ya referidos actores sobre los asuntos
públicos del momento, lo cual significa que los contenidos de tales intercambios varían
económicos, en otros la política exterior, etc. Por lo tanto, queda abierta la posibilidad
de que las interpretaciones de la realidad y las posiciones de cada uno de los tres actores
sobre los asuntos que aparecen con cierta regularidad en la agenda (por ejemplo, la
26
D. Wolton,
“¿Qué es la “…construction d’un modéle”,
comunicación política? Ensayoart.cit, p.30.
de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,12
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
4. Su definición otorga un nuevo valor a la política frente a la comunicación gracias al
cual ésta última no absorbe a la primera, sino que solamente le permite expresarse a
través de un modo más extenso y amplio. Esto es acorde con la necesidad democrática
entre medios, políticos y opinión pública, por lo que la comunicación política “no es
sólo el intercambio de discursos entre la clase política y la clase ‘mediática’, sino que
En el modelo de Wolton hay que reconocer un primer intento sistemático por ordenar la
disparidad y la heterogeneidad en los estudios que, al menos bajo sus propias aspiraciones,
Asimismo, es necesario señalar algunas de las virtudes del modelo de Wolton que, desde mi
(políticos, medios y opinión pública) sobre los asuntos políticos del momento, Wolton
también define los límites espacio-temporales precisos que el estudio de dicha área debe
de las lógicas que mueven a los tres actores, Wolton reconoce una lucha de intereses
diversos entre ellos. Finalmente, frente a un sujeto tan difícil de asir como es la opinión
No obstante, el modelo de Wolton tiene una serie de debilidades importantes que conducen,
en última instancia, a una serie de dificultades para todo propósito empírico. Sin adelantar
demasiado (pues de ello trata la tercera parte de este trabajo), simplemente habría que
señalar que, para empezar, la definición de Wolton sobre los políticos, en tanto que
“hombres políticos” es bastante limitada para cualquier entendimiento de los intereses que
definen las acciones y que llevan a cabo los hechos en la política moderna. En segundo
periodistas”, a quienes confunde con “los medios” sin reconocer una serie de tensiones en
el interior de estos últimos que son, las que a final de cuentas, definen lo que se informa.
Asimismo, falla al no reconocer en los medios una doble capacidad: no sólo la de informar
al público, sino también la de comunicar a los políticos (funciones que se explican más
abajo). Este punto también resalta las dificultades del modelo de Wolton por definir quién
establece la agenda de temas del momento. En fin, sin una serie de nuevas definiciones
sobre los actores y los intereses dentro de la comunicación política, el modelo presenta
27
Ibid., p.33.
28
La opinión pública podría caracterizarse, de forma muy sintética, como la opinión que los particulares
tienen de la cosa pública, o como diría Goldhamer (cit. en Valdimer O. Key, Opinión Pública y democracia,
trad. A. Sánchez, Buenos Aires, Bibliográfica Omeba, 1967, p. 24) una opinión es pública si se refiere a un
objeto de interés público, que puede variar en el tiempo y diferir entre una sociedad y otra. Ésta definición no
circunscribe la opinión pública a las cuestiones relacionadas con la política, sino que la hace abarcar todo
aquello que es del interés de los ciudadanos. La opinión pública tiene que ver también, por ejemplo, con las
opiniones que se tienen de los candidatos, los partidos, la relación entre gobierno y sociedad, así como con
cualquier opinión de importancia política (Ibid., pp. 24 y 25).
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,14
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
Tercera Parte: ensayo de un modelo de comunicación política
política que presenta Jean-Marie Cotteret, para quien ésta se entiende como “el intercambio
gobernados”.
informales”.
política. La comunicación política, como fenómeno, puede ocurrir solamente a partir de las
revoluciones burguesas de fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX al desarrollarse
una esfera pública en la cual los individuos –no todos, pero en creciente número—van
adquiriendo derechos civiles y políticos que los transforman en ciudadanos. Éstos no sólo
los asuntos públicos con el fin de darle sentido tanto a su propia participación como a la
29
Citado en Gabino Vázquez Robles, “Comunicación y marketing político”, en Revista Mexicana de
Comunicación, núm.53, marzo-abril, 1998, texto colocado en la internet en:
www.cem.itesm.mx/dacs/buendia/rmc/rmc53 .
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,15
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
Jürgen Habermas ha desarrollado en una temprana obra30 su idea de la aparición de un
público nace como consecuencia del creciente poder –adquirido originalmente en el plano
económico-- de una nueva clase con ambiciones políticas, la burguesía, la cual empezó a
contar con mayores recursos y tiempo para crear una red de instituciones dedicadas a la
bibliotecas, más universidades, museos, etc., a partir de los cuales reforzó su poder político
al crear un espacio público de opinión que antes no existía. Idealmente, este espacio público
en la economía. Pero, si bien ello les da una base de autonomía frente a los estamentos,
30
Jürgen Habermas, Strukturwandel der Offentlichkeit, Berlín, Leuchterhand, 1962: traducido al castellano
como Historia y crítica de la opinión pública: la transformación estructural de la vida pública, trad. Antoni
Doménech, Barcelona, G. Gili, 1981.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,16
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
Con esta idea de la esfera pública como marco de referencia, es posible entender el carácter
nueva concepción acerca de la legitimidad del gobierno31 se encuentra una serie de ideas
que se refiere al derecho ciudadano a estar informado de los asuntos públicos, así como a la
hora de tomar las decisiones para el diseño de las políticas públicas. Asimismo, se hace
referencia implícita a la idea de un ejercicio del poder público limitado y vigilado por el
El filósofo británico John Stuart Mill sintetiza, de manera brillante, los argumentos liberales
eran esenciales con el fin de mantener un espacio en el cual el libre intercambio de ideas y
(entendida como el argumento racional que desacredita el error y las ideas equivocadas
mediante el debate público y abierto),33 así como a evitar la tiranía de una mayoría que
31
Existe un gran debate en torno a la idea de “legitimidad política”. Sin desconocer este aspecto que
merecería muchas páginas, en este trabajo la utilizo en un sentido amplio simplemente para referirme al hecho
de que la “legitimidad” del ejercicio del poder en las sociedades modernas occidentales descansa en una serie
de valores y normas democráticas a las que más o menos se apegan.
32
John Stuart Mill, “On Liberty” (1859), en J.S. Mill, On Liberty and Other Writings, editado por Stefan
Collini, Cambridge Texts in the History of Political Thought, Cambridge, Cambridge University Press, 1989.
Ver especialmente su segundo capítulo “On the liberty of thought and discussion” y su tercer capítulo “Of
individuality, as one of the elements of the well-being”.
33
Ibid., p.23.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,17
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
busque aplastar a la minoría (protegiendo así el individualismo),34 y también a prevenir a
los individuos contra las tendencias tiránicas y corruptas de los gobiernos.35 Estas ideas
liberales se fueron asociando con el transcurrir del siglo XIX, y ya de forma clara en el XX,
con la democracia a partir de la extensión del derecho al voto y de definiciones más amplias
tomar en cuenta los intereses de los ciudadanos a la hora de la elaboración de las políticas
(al menos a todos los que se definan como ciudadanos) y de mantener una línea abierta de
liberal en donde tiene lugar entonces la comunicación política, pues en cualquier otro tipo
desvanecerse la idea del ciudadano ante el cual el poder es, en última instancia,
responsable.37
34
Ibid., pp. 8-9.
35
Ibid., p.19.
36
Quiero enfatizar este punto, pues aun en democracias consolidadas como Estados Unidos, por ejemplo,
existe un porcentaje relativamente alto de la población (20 por ciento, según Bruce I. Newman, The
Marketing of Politics, 1999, p. ) que prefiere no enterarse de asunto alguno relacionado con la política.
Asimismo, a la hora de votar los porcentajes de abstencionismo en elecciones federales suelen llegar hasta el
35 por ciento o más (contrariamente a lo que se pudiera creer el abstencionismo es una posición política y no
una actitud “apolítica”). Lo que habría que destacar es que independientemente de las preferencias de los
individuos a la hora de participar o no en la vida pública, las democracias ofrecen, al menos, la posibilidad de
hacerlo siempre que el ciudadano así lo considere.
37
Habría también que señalar que en el caso de los totalitarismos, la información tiene un carácter doctrinario
y propagandístico y, en sentido estricto, la comunicación política como tal no existe. En los regímenes
autoritarios, la información, si bien no sufre nunca de los controles extremos de los totalitarismos, se
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,18
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
No obstante, esta idea romántica del intercambio de información entre gobernantes y
política, resulta insuficiente para explicar el desarrollo real que dicho intercambio ha tenido
creciente falta de tiempo para dedicarse a estar enterado de la política de manera directa
(aquí también habría que tomar en cuenta el “derecho” de los individuos a “no enterarse”
de ella). En fin, las sociedades modernas –en donde la relación directa entre gobernantes y
para transmitir la información política a los individuos y para conocer la opinión de estos
sobre diversos asuntos (aunque en este aspecto no debe pensarse que todo mecanismo de
sin tomar en cuenta una serie de mecanismos de intermediación, aunque como ya se señaló
caracteriza por una limitación en sus aspectos críticos, abiertos y autónomos, al menos en lo que corresponde
a la información sobre la política del país.
38
Como sostiene V. O. Key “los gobiernos tienen que interesarse por las opiniones de sus ciudadanos aunque
no sea más que con objeto de contar con una base para la represión del descontento” ( Key, Opinión Pública...
op.cit, p.15).
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,19
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
arriba sólo en regímenes democráticos tiene lugar la comunicación política. Ahora bien,
Para empezar, habría que destacar que en las sociedades modernas, la mayoría de la
información política que los individuos reciben es a través de los medios masivos de
comunicación (televisión, radio y prensa).39 Por tanto, los “canales de transmisión” a los
Wolton, me parece que los medios juegan un doble papel en la comunicación política: por
una parte informan a los individuos de los hechos y las acciones que tienen lugar en la
esfera política y, por la otra, también sirven de vínculo comunicativo entre los políticos
Sobre la función informativa de los medios también me separo de la idea que propone
Wolton debido a que pasa por alto el hecho de que los medios son organizaciones con una
39
Melvin L. De Fleur y Sandra J. Ball-Rokeach argumentan en relación con la comunicación de masas que,
Cada vez está más claro, que al igual que los hombres de la caverna de Platón, estamos experimentando –de
forma progresiva—un mundo transmitido por los medios (mediado) más que por la propia realidad. Sin
embargo, a diferencia del espectáculo de las sombras de Platón, nuestros medios de comunicación habituales
expanden, en vez de reducir, lo que llega a nuestros ojos u oídos; pero, en cualquier caso, lo que percibimos
son representaciones y no la realidad, y esto ha de tener forzosamente algún impacto en nosotros. Así pues,
uno de los principales aspectos de nuestra actual transición hacia la era de las comunicaciones de masas es
que estamos en contacto, de forma creciente, con representaciones mediadas de un mundo social y físico
complejo, más que con los rasgos objetivos de nuestro restringido entorno personal (Teorías de comunicación
de masas, México, Paidós Comunicación, 1996 (1989), pp.333-4).
40
Estos canales de transmisión también pueden ser desde los folletos informativos que se imprimen en los
despachos y secretarías del Estado hasta los discursos públicos. Así, aunque los canales de transmisión no se
limitan de ningún modo a los medios masivos de comunicación, resulta insoslayable el hecho de que para un
enorme número de individuos en las sociedades modernas, estos les proporcionan la mayor parte de la
información política que reciben.
41
La democracia es una forma de gobierno en la que no sólo cuentan los votos por más que la mayor parte de
la literatura y de las construcciones idealistas de la democracia nos quieran convencer de ello. El “lado oculto
de la democracia”, pero absolutamente real, tiene que ver con los pesos de las influencias de diferentes
grupos de interés. Así, la democracia se refiere a un tipo de régimen en el que se cuentan votos, pero también
se pesan influencias. Un rastreo de esta concepción puede hacerse en la idea republicana de Madison, Jay y
Hamilton en El Federalista. Esta idea la desarrollo en un artículo que se encuentra en revisión.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,20
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
serie de intereses propios42 y que, por tanto, la información que transmiten –desde la
definición de lo que es, o no es, noticia, hasta la decisión de transmitir, o no, cierta
información, pasando por la forma en cómo se transmite—no es una acción neutra, sino
orientada por sus mismos intereses. Existe una amplia literatura sobre la forma en la cual se
noticias (newsmaking studies, que se concentran en las prácticas y rutinas que dan lugar a la
“fijación de agenda” (agenda setting). La presentación de las noticias no está exenta de una
Ahora bien, en cuanto a la función comunicadora de los medios deben distinguirse dos
aspectos. Uno en el cual los medios sirven de vínculo comunicativo entre grupos políticos y
otro en el cual los medios también son un vínculo entre grupos políticos y grupos de interés
(desde grupos empresariales hasta sindicatos, que pueden o no estar detrás de un tipo de
42
Más adelante, al definir a los actores principales de la comunicación política se aborda el tema sobre la
formulación y definición de intereses en los medios.
43
El concepto de “gatekeeper” o portero lo desarrolló Kurt Lewin en un estudio sobre el cambio de hábitos en
los patrones de alimentación. Los primeros estudios de comunicación que lo emplearon fueron los de D.
White (“The Gatekeeper: a Case Study in the Selection of News”, en el Journalism Quarterly, núm.27, 1950)
y W. Gieber (“Accross the Desk: A Study of 16 Telegraph Editors”, en Journalism Quarterly, núm.33, 1956).
La discusión ha girado desde entonces en torno a la posibilidad de crear modelos de selección de noticias (en
donde las variables han sido “las personas involucradas en la selección”, “el momento” y “la localización de
la noticia”) con el fin de verificar si estos responden a ciertos patrones establecidos o bien a criterios
subjetivos. Añadiría que a estas variables debe también sumarse otra sobre “el tipo de medio en cuestión”,
que no sólo establezca las diferencias entre diversos tipos de medios (escritos y electrónicos), sino también
que tome en cuenta la localización social y el prestigio de la organización (no es lo mismo una determinada
noticia en el Sun que en el London Times). Estos estudios también han recibido varias críticas por el hecho de
otorgarle una importancia excesiva a los editores a la hora de definir las noticias (Ver por ejemplo John
Downing, Internationalizing Media Theory: Transition, Power, Culture, Londres, Sage, 1996, capítulo 7).
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,21
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
medio determinado). En algunos países, como Suecia, la prensa está directamente vinculada
a los partidos políticos, de quienes recibe fondos. En otros países, como Estados Unidos o
México, hay casos en los que ciertos diarios muestran preferencias políticas relativamente
abiertas y le otorgan más espacio a ciertos políticos que a otros.45 En el caso británico, un
autor muestra la manera en que la prensa –sobre todo la del sector financiero—favoreció al
grupos políticos, lo cual abre la posibilidad de que se aprovechen los espacios para “enviar
mensajes cifrados” entre ellos. Esto no tiene nada de extraño. La forma en la que se reporta
una noticia en un determinado diario no es necesariamente neutra, sino que puede llevar
una intención implícita. Esto se puede ver más claramente gracias a la concentración de la
propiedad de los medios por parte de grandes corporaciones durante las últimas décadas.
Por ejemplo, en Inglaterra entre 1969 y 1986 sólo 9 grandes corporativos –no todos ligados
tres compañías (CBS, ABC y NBC) controlaban cerca de dos tercios del mercado de la
televisión, en otras áreas, tales como la producción de series, también otras grandes
corporaciones han empezado a dominar. Tales son los casos de Matsushita Electric
44
Estos estudios tienen una metodología prácticamente etnográfica debido a que el investigador debe recoger
los datos directamente en el ambiente de estudio mediante entrevistas y observación sistemática de las
prácticas.
45
Las simpatías del Chicago Herald por el partido republicano o de La Jornada por el partido de la
revolución democrática sirven para ejemplificar este punto tan sólo en el plano nacional.
46
Ver Greg Philo, "Political advertising, popular belief and the 1992 British general election", en Media,
Culture and Society, vol.15, núm.3, julio 1993.
47
James Curran y Jean Seaton, Power without Responsibility: The Press and Broadcasting in Britain,
Londres, Routledge, 1988.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,22
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
Industrial Company que en 1990 adquirió MCA, el mayor productor de series televisivas en
Hollywood, o de la General Electric que en 1986 adquirió NBC. En Australia dos hombres
–Packer y Murdoch—controlan hoy día más del ochenta por ciento del mercado de revistas
(Murdoch además controla el 63 por ciento del mercado de periódicos) y tres hombres
ésta última, además, se expande con ventajas en la radio, el mercado de revistas y la prensa
deportiva. Un autor señala que debido a este creciente control corporativo sobre los medios,
es natural que estos tiendan a defender lo que perciben como sus propios intereses
estas prácticas sólo pueden escandalizar a los puristas de la democracia –de una que no
votos como de pesar influencias de grupos y ningún país “democrático” se escapa a esta
realidad.
Una vez definidos los transmisores y, en el caso de los medios, su doble función de
política es su dimensión temporal restringida a tratar los asuntos de interés político del
momento, los cuales se definen a partir del choque de intereses y lógicas que mueven a
cada uno de los tres actores principales (los medios/periodistas, los políticos y la opinión
pública medida por sondeos). Por tanto, como se decía arriba, se trata de una lógica de
48
Douglas Kellner, Television and the Crisis of Democracy, Bouldner, Westview Press, 1990, p.172.
49
El caso de El Norte, por ejemplo.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,23
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
interacción que no sólo tiene equilibrios cambiantes en las relaciones de fuerza entre los
tres actores, sino también en los asuntos mismos a discutir. ¿Por qué circunscribir la
comunicación política a los asuntos del momento? Para empezar, los “asuntos del
opinión registrados acerca de determinados temas, que por diversos motivos (que deben
investigación debe necesariamente tomar como base los asuntos (issues) sobre los que
exista suficiente información acerca de las posiciones e intereses de los tres actores de la
los tres actores, debe orientarse a tratar asuntos que son o han sido relevantes en
determinados momentos (en los que se cuente con información sobre la posición de los tres
actores) con el objeto de identificar las lógicas que mueven o impulsaron a cada uno. Es en
este sentido, que hay que entender “los asuntos del momento”, que resultan más de una
embargo, como se verá más adelante, este carácter temporal restringido de la comunicación
comunicación política. Tomando como punto de partida los tres actores que menciona
Wolton en su modelo de comunicación política, lo que se propone aquí es, sobre todo, una
nueva definición de cada uno de ellos con objeto de superar algunas de las ambigüedades
de dicho modelo.
políticos” no pueden limitarse a ser los hombres políticos. “Los políticos” deben concebirse
también como las instituciones y organismos a los que representan y que, con base en una
lógica organizacional tienen intereses propios. De esta forma, los partidos políticos, las
secretarías, los gobiernos y legislaturas estatales, etc., también forman parte de “los
comunicación política nunca están dados ni se hallan fijos en el tiempo. Por ejemplo, frente
a un mismo “tema del momento”, pongamos el caso de la ratificación del TLC en Estados
Unidos, dentro de un mismo partido se podían hallar votos cruzados a favor y en contra. La
definición entonces de quiénes son “los políticos” a la hora de llevar a cabo estudios de
comunicación política depende del tema (a partir de él se puede tomar como unidad de
Por lo que toca a los medios, la confusión que hace Wolton entre estos y los periodistas
asuntos de su interés. Esto haría pensar que los medios son meros vehículos de la
transmisión de noticias y, además, que son informadores neutros. Concebir a los medios de
esta forma es olvidar que estos tienen la capacidad de definir sus intereses y comportarse
que ellos también tienen una base de poder, que tienen diversos tipos de relaciones y
cercanías con distintos grupos sociales, de interés y políticos, que tienen la posibilidad de
presentan la información y abordan los temas políticos. En este sentido, habría que
considerar a los medios como actores desagregados en, al menos, prensa, radio y televisión.
A partir de ello es entonces posible intentar establecer los intereses de ciertos medios a la
definen por equilibrios cambiantes a partir del constante conflicto entre dos lógicas:
impacto de las condiciones económicas sobre los medios; y la relación entre dueños y
básicamente tres: informar a los individuos con el fin de participar en los asuntos
públicos, vigilar al poder y servir como un foro de debates y discusión para diferentes
grupos con el fin de comunicar sus intereses (ciudadanos, ONG’s, políticos, grupos
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,26
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
empresariales, sindicatos, etc.). Este aspecto tiene que ver esencialmente con el grado
En una estructura de mercado no se puede pasar por alto que los medios son una industria
que para mantenerse debe ser rentable y producir beneficios. Pero los medios no son sólo
eso, pues el mero hecho de que ocupan un espacio importante en la esfera pública les obliga
comunicadores.50 Los medios viven así, en las sociedades con regímenes democráticos
liberales, en una constante contradicción donde el peso de cada uno de esos dos aspectos no
está nunca garantizado. Si la lógica de los mercados y del juego de poder político empujan
definición de Wolton de entenderla –sin limitarla—para todo fin práctico como el resultado
de los sondeos de opinión sigue siendo la estrategia más práctica en términos empíricos.51
50
Pensar en los medios como instituciones meramente cautivas de los dictados de sus dueños y de la lógica
del mercado bien puede ser un error como lo demuestra el siguiente ejemplo: en abril de 1984 Tiny Rowland,
el presidente ejecutivo del corporativo Lonrho (cuyas inversiones básicas están en hotelería y minería), le
sugirió al editor del diario inglés Observer (que es parte del mismo corporativo) no publicar una noticia
acerca de una matanza en Zimbabwe por parte del gobierno, pues el corporativo tenía ahí inversiones que le
redituaban más de 15 millones de libras de ganancias. Finalmente, después de un debate en el interior del
diario, el editor recibe apoyo de los directivos y periodistas y publica la nota causando gran escándalo y gran
disgusto entre los altos funcionarios del corporativo. (cit. en J.Curran, “Mass media and democracy: a
reappraisal”, en James Curran y Michael Gurevitch (eds.), Mass Media and Society, Londres, Edward Arnold,
1991).
51
La dificultad que implica el término “opinión pública” lo resume muy bien Key al señalar que tratar de
precisar el término es casi equivalente a definir al “Espíritu Santo” (Key, Opinión pública y democracia…
op.cit., p.8). Existe una amplia discusión acerca del término “opinión pública”. Para un análisis de la historia
de los términos y de su unión ver Keith Miciael Baker, “Public opinion as political invention”, en K.M.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,27
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
El debate aquí debe centrarse en algunos de los siguientes aspectos. Deben aclararse los
la aplicación de la metodología. Hay una serie de criterios que no son fáciles de establecer.
Por parte del “público” es necesario saber a quiénes se incluye (al público en general, a los
que votan, a los informados, a los que les afecta y toman parte activa en determinado
asunto) y a cuántos se dejan fuera (a la mayoría de una comunidad, a ciertos grupos por
género, religión, raza). Por parte de la “opinión” y dependiendo de la finalidad del sondeo
Asimismo, hay que ver también quién encarga el sondeo y quién o quiénes lo llevan a cabo.
La intencionalidad política del mismo no debe imponerse sobre los criterios técnicos. Esto
significa que, en muchas ocasiones, quien encarga o diseña un sondeo puede determinar
fácilmente el resultado del mismo.52 Así, es muy fácil caer en, ciertos momentos –
pensemos por ejemplo en tiempos electorales--, en una guerra de sondeos en donde cada
una de las partes interesadas presenta resultados que les son favorables sin que se tenga la
Baker, Inventing the French Revolution: Essays on French political Culture in the Eighteenth Century,
Cambridge, Cambridge University Press, 1990. Es importante destacar que durante buena parte del siglo XIX,
el debate en torno a la definición de opinión pública se centraba en establecer si ésta trascendía o no la suma
de opiniones individuales y reflejaba un bien común abstracto. Pero si para los seguidores de Rousseau la
opinión pública representaba la forma de realizar la voluntad general, para los seguidores de los Utilitaristas
ingleses, aquélla debía ser reflejo de la mayoría de los individuos de una comunidad. Sin embargo, para
principios del siglo XX, con la introducción de metodologías más rigurosas, estas definiciones de la opinión
pública resultaron ser muy poco operativas en las investigaciones. Se optó finalmente por tener definiciones
operacionales más concretas y se puede decir que desde los años cuarenta se ha optado por considerar a la
opinión pública como el resultado que arrojan los sondeos de opinión en grupos relativamente delimitados de
individuos.
52
Hay muchos estudios que muestran cómo afectan las opiniones la alteración en el orden de ciertas palabras
o el uso de sinónimos (ver por ejemplo H. Hippler, N. Schwarz y S. Sudman (comps.), Social Information
Processing and Survey Methodology, Nueva York, Springer Velag, 1987.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,28
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
oportunidad de saber cómo se hizo el sondeo, cuáles fueron sus criterios de medición o cuál
es la representatividad de la muestra.
públicas de interés del momento. De este modo si bien la definición de Cotteret se halla en
la base de la definición propuesta hay dos elementos que subrayan una diferencia muy
importante.
a una dimensión temporal concreta: los asuntos de interés político y de políticas públicas
del momento. Estos asuntos de interés mencionados se vinculan, entonces, con cuatro
Políticos
(actores y
organizaciones)
Medios
(Organizaciones
con intereses)
Comunicación Información de
(sondeos) hechos y
acciones y
fijación de
agenda
importante concluir este trabajo mencionando algunas de las preguntas que los estudios de
53
Gabino Vázquez, art. Cit.
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,30
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
a) ¿Qué tanta “comunicación” (y representatividad) existe entre las decisiones y las
opiniones sobre un asunto? ¿Hacia qué grupos va dirigido determinado discurso? ¿Qué
b) ¿Quiénes fijan la agenda sobre los asuntos del momento: los medios, los políticos, o la
opinión pública? ¿En qué momento pesan más unos que otros para fijar la agenda y por
qué?
c) ¿Cómo se define el interés de los medios (estudiarlo por casos) frente a un asunto
determinado? ¿Cómo afecta esto el modo en el que informan? ¿Cómo afecta la forma
en la que comunican (los intereses detrás de los medios –financieros, corporativos, etc.)
informar o la de comunicar?
----------0----------
Como consideraciones finales se puede decir entonces que la restricción temporal para
tratar sólo los asuntos del presente, el contenido de los asuntos a tratar y su carácter
de comunicación comparten a los tres actores básicos, la forma de concebir a los medios y a
En el caso de los medios, para la comunicación política estos resultan ser organizaciones
cuyos intereses pueden afectar de diversas formas los modos de comunicar la información.
existan condiciones de mercado que posibiliten el acceso hacia ellos por parte de las
“opinión pública” (medida mediante los sondeos); en cambio, para la mercadotecnia los
individuos “objetivo” son básicamente los ciudadanos, es decir quienes sufragan (aun
cuando también se valgan de mecanismos para medir la opinión). Por tanto, mientras que la
políticos hacia abajo” con el fin de lograr, en última instancia, el apoyo electoral. No
únicamente a los tiempos electorales –aunque en estos momentos acumula su mayor fuerza
y presencia--, sino que es parte también de la publicidad que los políticos llevan a cabo en
contrastan lo que, de acuerdo a este trabajo, resultan ser los tipos ideales de comunicación
Tabla 1.
Tipos ideales de Mercadotecnia Política y Comunicación Política
Tipo de Actores Dimensión temporal
comunicación
Comunicación Políticos Medios Opinión pública Restricción a los asuntos
política (individuos y organizaciones (organizaciones con medida con base en de interés del momento
(dialógica) gubernamentales y partidos) intereses) los sondeos de
opinión
“¿Qué es la comunicación política? Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación,32
vol.5, Otoño-Invierno 2003.
Mercadotecnia Políticos Medios Ciudadanía cuya Comunicación
política (individuos, organizaciones (vehículos respuesta esperada es gubernamental y de
(unidireccional) gubernamentales y partidos) relativamente en el terreno electoral partidos en tiempos de
neutros) (y cuyo apoyo se normalidad y en tiempos
cuenta en votos) electorales
En México, la disciplina apenas empieza a desarrollarse y sus primeros pasos han seguido
ciudadanos.
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