SENTENCIA1214 - 2012 Notificación

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1214/2012

Sucre, 6 de septiembre de 2012

SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional

Expediente: 01349-2012-03-AAC
Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 95/2012 de 19 de julio, cursante de fs. 147 vta. a 149


vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional,
interpuesta por Richard Ángel Gutiérrez Pantoja en representación de
Adán Cordich Rivera contra Adhemar Fernández Ripalda y Edgar
Molina Aponte, Vocales de la Sala Civil Primera del Tribunal
Departamental de Justicia y Alberto Borda Cegerer, Juez Décimo
Tercero de Partido en lo Civil y Comercial; todos del departamento de
Santa Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memoriales presentados el 2 de mayo de 2012, cursante de fs. 125 a


135 vta., y subsanación de 25 de junio del año referido (fs. 137 a 138), el
accionante, señaló que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

a) Antecedentes del caso

Luego de haber apelado la Sentencia dentro el proceso ejecutivo seguido por


su representado contra Carola Estensoro de Suárez y Ricardo Suárez
Zambrana, al no haberse provisto los recaudos de ley, el Juez Décimo Tercero
de Partido en lo Civil y Comercial mediante Resolución de 4 de junio de 2010,
declaró ejecutoriada la misma.

Refiere que, el anterior abogado de los ejecutados, en lugar de reclamar algún


defecto procesal, formuló directamente recurso de compulsa, que fue declarado
ilegal, precluyendo su derecho a reclamar algún defecto procesal; sin embargo,
en forma inadecuada, los ejecutados plantearon un incidente de nulidad de
notificación, trámite que nunca debió ser admitido ni tramitado; pero fue
resuelto por Auto 49/11 de 31 de marzo de 2011, declarando probado el
incidente de nulidad de citación, por lo que apelo dicha Resolución,
pronunciándose la Sala Civil Primera mediante Auto de Vista 444 de 5 de
octubre del mismo año confirmando la resolución apelada.

Señala que las autoridades demandadas no cuidaron su función al revisar los


defectos legales de la tramitación del juicio ejecutivo sino la correcta aplicación
e interpretación de la ley, excediendo sus atribuciones y fuera del límite de lo
que establece el art. 236 del Código de procedimiento Civil (CPC).

b) Acto denunciado como lesivo a los derechos de la parte accionante

El accionante, mediante memorial de amparo, denunció que la Resolución


49/11 de 31 de marzo de 2011, pronunciada por el Juez Tercero de Partido en
lo Civil y Comercial en suplencia legal de su similar Decimo Tercero, constituyó
un acto lesivo a los derechos de su representado, ya que viola y atropella
resoluciones que tienen calidad de cosa juzgada; toda vez que, el Auto de Vista
de 31 de agosto de 2010, emitido por los Vocales de Sala Civil Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia, declaró ilegal la compulsa intentada por el
entonces apoderado de los ejecutados referente al Auto 180/10 de 4 de junio
de 2010, mediante el cual se declaró ejecutoriada la Sentencia.

La emisión del Auto de Vista 444 dictada por los Vocales de Sala Civil Primera
vulneró la garantía al debido proceso y a la seguridad jurídica, al interpretar
erróneamente la norma establecida en el art. 236 del CPC.

I.1.2. Derecho y garantía supuestamente vulnerados

El accionante considerado lesionado el derecho de su representado al debido


proceso y la garantía a la “seguridad jurídica”, citando al efecto los arts. 115.I y
II y 178 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita “admitir” la acción de amparo y se disponga la anulación del Auto


incidental 49/11 de 31 de marzo de 2011 y Auto de Vista 444 de 5 de octubre
de 2011, se ordene la vigencia de todos los actuados procesales anulados con
el Auto incidental 49/11 y la prosecución de la causa en el estado en que se
encontraba.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Efectuada la audiencia pública el 19 de julio de 2012, según cursa de fs. 142 a


147, se produjeron los siguientes hechos:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El accionante ratificó en todos los extremos su demanda.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Las autoridades demandadas no asistieron a la audiencia, tampoco presentaron


informe alguno.
I.2.3. Intervención de terceros interesados

Yves Ortiz Zuñiga y Mario Suárez en representación de Carola Estensoro de


Suárez y Ricardo Suárez Zambrana -terceros interesados- en audiencia refirieron:
1) Gerardo Céspedes Vélez, Juez Tercero de Partido en lo Civil y Comercial,
nunca fue demandado existiendo falta de legitimación pasiva, la persona que
incurrió en el acto ilegal no fue demandado, debiendo estar presente a objeto de
que explique por qué pronunció la resolución que anuló la notificación (SC
1910/2011 de 7 de noviembre); 2) No basta alegar actos ilegales y por otra
derechos fundamentales vulnerados, siendo necesario que exista un vínculo de
causalidad entre ambos, explicando de que forma el acto ilegal habría vulnerado
derechos fundamentales (SC 0365/2005 de 13 de abril); 3) Lo que se pretende
con la acción es que se declare ejecutoriada una Sentencia, al presente se tiene
un Auto de Vista de 12 de junio de 2012, donde se confirma la citada resolución,
habiendo logrado ya, lo que querían; 4) El punto iv de la demanda refiere que se
hubiera interpretado inadecuadamente el art. 236 del CPC, vulnerándose la
correcta aplicación e interpretación del art. 16 de la actual Ley de Organización
Judicial (LOJ), pretendiendo convertir la acción de amparo constitucional en una
instancia de revisión de la legalidad ordinaria; 5) La problemática en si consiste
en que se habría operado la preclusión, porque cuando presentaron su compulsa
no se habrían referido a la notificación; sin embargo, cuando presentaron la
compulsa dijeron que la notificación fue ilegal; y, 6) El objeto de la compulsa
únicamente determina si la apelación fue de buena o mala manera concedida
terminando la competencia del tribunal y el objeto del incidente de nulidad, se
circunscribió determinar si la notificación fue correcta o incorrectamente
realizada; entonces, son dos figuras jurídicas totalmente diferentes en cuanto a
su naturaleza, formalidades y contenido.

I.2.4. Resolución

La Sala Civil y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de


Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 95/2012
de 19 de julio, cursante de fs. 147 vta. a 149 vta., denegó la acción de
amparo constitucional solicitada, argumentando que: i) La Resolución de 31 de
marzo de 2011, fue dictada por Gerardo Céspedes, Juez Tercero de Partido en
lo Civil y Comercial (en suplencia legal) y posteriormente designado el titular de
ese tribunal, Alberto Borda Segerer, quedando claro que la acción de amparo
constitucional debió ser dirigida contra las dos autoridades judiciales; ii)
Cualquiera sea la estrategia: incidente o compulsa, estas versan sobre
cuestiones totalmente diferentes en sus límites de procedencia, no siendo
adecuado pretender vincular la resolución de compulsa al incidente, dado que
son figuras totalmente diferentes; y, iii) El Tribunal demandado identificó que
la notificación no fue cumplida en forma adecuada, por lo que era necesario
practicarla nuevamente.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establecen las siguientes conclusiones:
II.1. Dentro del proceso ejecutivo seguido por Adan Cordich Ribera contra
Carola Estensoro de Suárez y Ricardo Suárez Zambrana, el Juez Décimo
Tercero de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Santa
Cruz, mediante Sentencia 10/2010 de 16 de marzo, declaró probada la
demanda e improbadas la excepciones opuestas por los ejecutados,
disponiendo la prosecución del trámite hasta el estado de remate en
subasta pública de los bienes embargados (fs. 23 vta., a 24 vta.).

II.2. Por memorial presentado el 19 de abril de 2010, Carola Estenssoro de


Suárez y Ricardo Suárez Zambrana -terceros interesados- mediante su
apoderado, formularon recurso de apelación contra la Sentencia de 16 de
marzo del mismo año (fs. 29 a 30 vta.).

II.3. Mediante Auto de 11 de mayo de 2010, el Juez de la causa concedió el


precitado recurso de apelación en el efecto devolutivo “…debiendo
remitirse el expediente original y quedar fotocopias legalizadas del
expediente en el juzgado” (sic) (fs. 36 vta.), resolución que fue notificada
a los ejecutados -ahora terceros interesados- en 26 de mayo de 2010, en
su domicilio de la calle Celso Castedo 126 (fs. 38).
II.4. Ante la solicitud de ejecutoria de la Sentencia de 16 de marzo de 2010,
por parte del ejecutante, previo informe evacuado por Secretaria de ese
despacho (fs. 43), mediante Auto de 4 de junio de 2010, el Juez Décimo
Tercero de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Santa
Cruz, declaró la ejecutoria de la misma en el que afirmó que la parte
apelante, no cumplió con lo previsto por el art. 242 del CPC, por lo que
en aplicación del art. 243 de la misma norma procesal civil, declaró la
ejecutoria de la sentencia apelada (fs. 43 vta.).

II.5. La parte ejecutada mediante su apoderado, por memorial de 9 de junio


de 2010, interpuso recurso de compulsa considerando que: ”…Juez
13avo de partido en materia civil comercial de la Capital, quien sin
justificativo alguno y aplicando incorrectamente el Art. 241 del mismo
procedimiento dispone la remisión del expediente original debe ser
elevado al tribunal de alzada, y quedar Fotocopias legalizadas del
expediente y que la parte apelante debe proporcionar los recaudos de ley
en franca Violación a lo establecido por el Art. 22 de la ley 1760, que
dice totalmente lo contrario es decir e mi condición de apelante nunca
pedí Fotocopias legalizadas del expediente que en lo real resulta que se
vuelve excesivamente oneroso para mi persona…” (sic) (fs. 47 y vta.).

II.6. Remitido el expediente de recurso de compulsa, la Sala Civil Segunda del


Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, mediante Auto de 31
de agosto de 2010, declararon ilegal la misma (fs. 53 y vta.).

II.7. Mediante memorial de 9 de marzo de 2011, los ejecutados, ahora


terceros interesados, promovieron incidente de nulidad contra la
notificación de fs. 226 del proceso ejecutivo (fs. 65 a 66).

II.8. Absuelto el traslado corrido con el memorial del incidente planteado, el


Juez Tercero de Partido en lo Civil y Comercial, por Auto 49/11 de 31 de
marzo de 2011, aceptó y declaró probado el incidente formulado, por lo
que determino la nulidad de la notificación de 26 de mayo de 2010,
cursante a fs. 226 del proceso ejecutivo (fs. 90 y vta.).

II.9. Por memorial de 9 de abril de 2011, el ahora accionante mediante su


apoderado, formuló apelación incidental contra el Auto 49/11, solicitando
la revocatoria del mismo y en consecuencia la ejecutoria del Auto 182/10
de 4 de junio de 2010, alegando que cualquier derecho que pretenda
anular la diligencia precluyó (fs. 93 a 96 vta.).

II.10.La Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Santa Cruz mediante
Auto de Vista 444 de 5 de octubre de 2011, confirmó en su totalidad el
Auto apelado de 31 de marzo de 2011 (fs. 117 y vta).

III. FUNDAMENTOS JURIDÍCOS DEL FALLO

Corresponde ahora precisar con claridad el objeto y la causa de la presente


acción; en ese orden, se tiene que el objeto de la activación de este mecanismo
de defensa, es la petición del accionante por su representado a la tutela
constitucional para el resguardo de su derecho al debido proceso y la garantía a la
“seguridad jurídica”, contenidos en los arts. 115.I y II y 178 de la CPE; asimismo,
el acto denunciado como lesivo al derecho de la parte accionante, constituye en la
especie la Resolución de 49/11, decisión pronunciada por Gerardo Céspedes Vélez,
Juez Tercero de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Santa Cruz; y,
Auto de Vista 444, emitido por la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de
Justicia del mencionado departamento, mediante los cuales se anuló obrados, sin
tomar en cuenta que el derecho de la parte apelante para observar la diligencia
erróneamente practicada habría precluido, resoluciones que pasaron por encima
de fallos que gozaban la calidad de cosa juzgada y excediendo sus atribuciones
fuera del límite establecido por el art. 236 del CPC.

En consecuencia y luego del desarrollo dogmático y jurisprudencial a ser


desarrollado, se analizará si en el presente caso, corresponde la concesión o no
de la tutela solicitada.

III.1. La acción de amparo constitucional. Su configuración


constitucional

El Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de su SCP 0002/2012 de


13 de marzo, estableció: “El orden constitucional boliviano, dentro de las
acciones de defensa, instituye en el art. 128 la acción de amparo
constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra
los 'actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o
de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la
ley'.

Del contenido del texto constitucional de referencia puede inferirse que


la acción de amparo constitucional es un mecanismo de defensa
jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección
se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías
que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los
bolivianos, como la acción de libertad, de protección, de privacidad,
popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos
contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y
omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores
públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su
protección.

En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión


procesal, se encuentra concebido como una acción que otorga a la
persona la facultad de activar la justicia constitucional en defensa de sus
derechos fundamentales y garantías constitucionales, -frente a los actos
u omisiones ilegales provenientes de los servidores públicos o
particulares-.

El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de


nomenclatura, que no incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una
verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para la
reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, y
dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso
constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales
diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura
procesal distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la protección
y restitución de derechos fundamentales y con una causa distinta a la
proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o
inminente de derechos fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales o
indebidos y con un régimen jurídico procesal propio.

En este orden de ideas, la acción de amparo constitucional adquiere las


características de sumariedad e inmediatez en la protección, por ser un
procedimiento rápido, sencillo y sin ritualismos dilatorios. A estas
características se añade la de generalidad, a través de la cual la acción
puede ser presentada sin excepción contra todo servidor público o
persona individual o colectiva.

Finalmente cabe señalar que dentro de los principios procesales


configuradores del amparo constitucional, el constituyente resalta la
inmediatez y subsidiariedad al señalar en el art. 129.I de la CPE que esta
acción: '(…) se interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso
legal para la protección inmediata de los derechos y garantías
restringidos, suprimidos o amenazados'.

Lo señalado, implica que la acción de amparo forma parte del control


reforzado de constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías
al constituirse en un mecanismo constitucional inmediato de carácter
preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y respeto de los
derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no exista
otro medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez
agotadas no han restablecido el derecho lesionado, lo que significa
problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela”.

III.2. En cuanto a los derechos invocados por el accionante

III.2.1. El art. 115.II de la CPE, establece que: “El Estado garantiza el


derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia
plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”
(las negrillas son ilustrativas).

En ese sentido la jurisprudencia constitucional desarrollada en


las distintas etapas de progresión de la jurisdicción
constitucional boliviana, el debido proceso es un derecho
fundamental consagrado constitucionalmente en varias normas
de nuestro texto constitucional, y contiene un alcance expansivo
idóneo para resguardar los derechos fundamentales de hechos y
actuaciones contingentes que pretendan instaurar actos
contrarios al orden constitucional, por medio de la actuación del
Órgano Judicial.

Al respecto la jurisprudencia constitucional y la SC 0293/2011-R


de 29 de marzo,que acoge la misma línea, definen el debido
proceso como: “'…el derecho de toda persona a un proceso
justo y equitativo, en el que sus derechos se acomoden a lo
establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar (…)
comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en
las instancias procesales, a fin de que las personas puedan
defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto
emanado del Estado que pueda afectar sus derechos'” (SSCC
0418/2000-R, 1276/2001-R y 0119/2003-R, entre otras)”.

Así, la SC 0999/2003-R de 16 de julio, señaló que: “La garantía


constitucional del debido proceso, consagrada en el art. 16 CPE,
asegura a las partes el conocimiento de las resoluciones
pronunciadas por el órgano judicial o administrativo actuante
durante el proceso, a objeto de que pueda comparecer en el
juicio y asumir defensa, y en su caso hacer uso efectivo de los
recursos que la ley le franquea. En virtud de ello, los órganos
jurisdiccionales que conozcan de un proceso deben observar los
principios, derechos y normas que la citada garantía resguarda,
infiriéndose de ello que ante la vulneración de los mismos se
tiene por conculcada la referida disposición constitucional.

La importancia del debido proceso, está ligada a la búsqueda


del orden justo. No es solamente poner en movimiento
mecánico las reglas de procedimiento sino buscar un proceso
justo, para lo cual hay que respetar los principios procesales de
publicidad, inmediatez, libre apreciación de la prueba; los
derechos fundamentales como el derecho a la defensa, a la
igualdad, etc., derechos que por su carácter fundamental no
pueden ser ignorados ni obviados bajo ningún justificativo o
excusa por autoridad alguna, pues dichos mandatos
constitucionales son la base de las normas adjetivas procesales
en nuestro ordenamiento jurídico, por ello los tribunales y
jueces que administran justicia, entre sus obligaciones, tienen el
deber de cuidar que los juicios se lleven sin vicios de nulidad,
como también el de tomar medidas que aseguren la igualdad
efectiva de las partes”.

En ese sentido la SC 0758/2010-R de 2 de agosto, entendió


que:”El debido proceso, reconocido como una garantía
jurisdiccional por los arts. 16.IV de la CPEabrog; art. 117 de la
CPE, y como derecho humano en los arts. 8 del Pacto de San
José de Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, es entendido como el derecho de toda
persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus derechos
se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas
generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una
situación similar, es decir, comprende el conjunto de requisitos
que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que
las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier
tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar esos
derechos reconocidos por la Constitución Política del Estado así
como los Convenios y Tratados Internacionales”.

En cuanto a la vulneración de la seguridad jurídica,


denunciada por el accionante, el extinto Tribunal mediante la SC
0157/2010-R de 17 de mayo, y a través de la SC 0096/2010-R
de 4 de mayo, ha dejado establecido que: “'la seguridad
jurídica' es un principio, y al ser un principio, no puede ser
tutelado por el recurso o acción de amparo constitucional que
tiene por finalidad proteger derechos fundamentales -no
principios-, reconocidos por la Constitución, las normas
internacionales de derechos humanos reconocidos y/o
ratificados por el país (que conforman el bloque de
constitucionalidad) y las leyes; sin embargo, por su
reconocimiento constitucional, no puede ser inobservado por las
autoridades jurisdiccionales y/o administrativas, a momento de
conocer y resolver un caso concreto sometido a su competencia,
por tanto es de inexcusable cumplimiento”.

La SC 0982/2010-R de 17 de agosto, señaló que: “…en un


Estado Constitucional de Derecho, tanto gobernantes como
gobernados, deben someterse al imperio de la ley, a fin que no
sean los caprichos personales o actuaciones discrecionales, las
que impongan su accionar, desconociendo lo anteladamente
establecido por la norma positiva, vulnerando el principio de
seguridad”.

En ese sentido, cuando se vulnera un derecho fundamental en


esa instancia procesal sea judicial o administrativa, deviene en
la inobservancia a este principio de orden general y procesal; es
decir, es un efecto o consecuencia; más sin embargo, ello no
implica que sea tutelable, precisamente y como se tiene
explicado, por no ser un derecho autónomo, como sostuvo la
pasada jurisprudencia de este Tribunal. Por ello, cuando se
exigía la tutela en su generalidad se lo hacía unido a otros
derechos como lógica consecuencia, no así de manera
independiente.

III.3. Respecto a la legalidad y validez de las notificaciones

A través de la SC 0335/2011-R de 7 de abril de 2011, se indicó que: “…la


finalidad de la notificación, no es cumplir una formalidad, sino que la
determinación judicial o administrativa llegue a conocimiento del
destinatario; en ese sentido, la SC 0486/2010-R de 5 de julio, refirió:
'…aún cuando la notificación sea defectuosa, pero que llegue a
conocimiento de la parte, se tendrá por cumplida y como válida…”.

Asimismo, se ha establecido en la SC 0575/2010 de 12 de julio que cita a


su vez la SC 1845/2004-R de 30 de noviembre, que: “…desde una
interpretación sistemática, se extrae que las garantías consagradas en el
art. 16.II y IV de la CPEabrg, y arts. 115.II y 117.I de la CPE, tienden a
garantizar que la tramitación de los procesos judiciales o administrativos
se desarrollen revestidos de las garantías del debido proceso; y dentro
de ello, que el amplio e irrestricto derecho a la defensa no se constituya
en un enunciado lírico y meramente formal sino que tenga plena eficacia
material (…), finalidad que no se cumple si las resoluciones judiciales no
llegan a su destinatario….

'En ese entendido, los emplazamientos, citaciones y notificaciones


(comunicaciones judiciales en sentido genérico), que son las modalidades
más usuales que se utilizan para hacer conocer a las partes o terceros
interesados las providencias y resoluciones de los órganos
jurisdiccionales o administrativos, para tener validez, deben ser
realizados de tal forma que se asegure su recepción por parte del
destinatario; pues la notificación, no está dirigida a cumplir una
formalidad procesal en sí misma, sino a asegurar que la determinación
judicial objeto de la misma sea conocida efectivamente por el
destinatario, (así SC 0757/2003-R de 4 de junio); dado que sólo el
conocimiento real y efectivo de la comunicación asegura que no se
provoque indefensión en la tramitación y resolución en toda clase de
procesos…'”.

La jurisprudencia constitucional establecida en la SC 1376/2004-R de 25


de agosto, en cuanto a la notificación válida, ha señalado que: “…es
necesario recordar que se ha establecido claramente que la sola falta de
formalidad en una notificación no implica vulneración al citado derecho,
sino que debe demostrarse que con ello se impidió que el interesado
hubiera tomado conocimiento material del proceso en su contra, pues si
la notificación aún defectuosa cumplió su objetivo no existe vulneración
al derecho a la defensa, por lo tanto, el defecto o error procedimental no
tiene relevancia constitucional para ser tutelado por la vía del amparo…”.

III.4. Respecto a la impugnación tardía de las nulidades

“En concordancia con éste último principio se tiene a la impugnación


tardía de las nulidades, que siguiendo al mismo autor Couture, op. cit. p.
396, se da en cuatro supuestos: 1) Cuando la parte que tiene en su
mano el medio de impugnación de una sentencia y no lo hace valer en el
tiempo y en la forma adecuada, presta su conformidad a los vicios del
procedimiento, y en ese caso su conformidad trae aparejada la
aceptación; 2) Si tiene conocimiento de la nulidad durante el juicio y no
la impugna mediante recurso, la nulidad queda convalidada; 3) Si
vencido el plazo del recurso y pudiéndola atacar mediante un incidente,
deja concluirse el juicio sin promoverlo, también consiente, y; 4)
Pudiendo promover un juicio ordinario, hace expresa declaración de que
renuncia a él, también debe reputarse que con su conformidad convalida
los vicios y errores que pudieran existir en el proceso.

Más adelante la misma sentencia concluyó: '…toda nulidad debe ser


reclamada oportunamente a través de los recursos e incidentes que la
ley procesal establece como medios idóneos y validos para dejar sin
efecto el acto procesal afectado de nulidad, más cuando se tuvo
conocimiento del proceso y asumió defensa utilizando esos medios de
defensa al interior del proceso, dicho en otros términos, un acto procesal
es susceptible de nulidad solo cuando es reclamado oportunamente o
cuando el litigante no tuvo conocimiento de la existencia del proceso,
hecho que le causo indefensión, afectando su derecho a la defensa,
razonando en contrario, no se puede solicitar la nulidad cuando teniendo
conocimiento del proceso y asumiendo defensa dentro del mismo, no
interpuso incidente alguno contra el acto procesal objetado de nulidad,
dejando ver a la autoridad judicial, que ese acto se encuentra
plenamente consentido o convalidado, mereciendo en consecuencia su
improcedencia'” (SC 0823/2011-R de 3 de junio).

En consecuencia un actuado procesal es susceptible de nulidad sólo


cuando es reclamado oportunamente o cuando la parte supuestamente
afectada no tuvo conocimiento de la existencia del proceso; empero, si
fue parte activa del mismo, no se podría considerar que hubo
indefensión.

III.5. La legitimación pasiva en la acción de amparo constitucional y


su alcance respecto a la autoridad que supuestamente ocasionó
el agravio, no obstante de no encontrarse detentando el cargo al
momento de la interposición de la acción

“La legitimación pasiva en materia de derecho procesal, implica la


facultad de la parte demandada para presentarse en la demanda; lo que
significa que a quien se hubiese demandado, cuente con las obligaciones
y/o derechos que el demandante pretende que se diluciden dentro del
proceso de la acción interpuesta.

En términos absolutamente simples; legitimación pasiva significa, que de


quien se pretende algo, si sea la persona que pueda responder al
reclamo efectuado.

El art. 128 de la CPE, señala que: 'La Acción de Amparo Constitucional


tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los
servidores públicos, o de personas individual o colectiva, que restrinjan,
supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por
la Constitución y la ley'.

Por su parte el art. 73 de la LTCP indica: 'La Acción de Amparo


Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidas
de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos y
garantías reconocidos por la Constitución Política del Estado y la ley'.

Ahora bien de acuerdo a lo expuesto en los lineamientos


jurisprudenciales anteriormente referidos y del análisis de las normas
citadas anteriormente, la acción de amparo constitucional si bien debe
hallarse dirigida contra la autoridad que detenta el cargo al momento de
la interposición de la misma, es debido a que se debe otorgar certeza al
administrado, concluyéndose que lo relevante es el cargo en sí, no
obstante que sea la anterior autoridad la que supuestamente haya
lesionado los derechos y que ésta ya no forme parte de la entidad, todo
esto en el sentido de no traer confusión alguna al respecto” (SCP
0275/2012 de 4 de junio).

III.6. Análisis del caso concreto

En el caso concreto, el accionante mediante memorial de amparo


denuncia que la Resolución de 49/11 y Auto de Vista 444, pronunciadas
por las autoridades ahora demandadas constituyen actos lesivos a los
derechos de sus representado, ya que por estas decisiones, se anularon
obrados dentro un proceso ejecutivo en el cual se dictó Sentencia, la que
adquirido su ejecutoria.
En este marco, considera que para la parte ejecutada -ahora tercero
interesado- precluyó su derecho de impugnar una diligencia
indebidamente practicada; pues, se habrían limitado a tramitar un
recurso de compulsa -que fue declarado ilegal por la Sala Civil Segunda
del Tribunal Departamental de Santa Cruz-.

Refiere que, el citado incidente de nulidad, nunca debió ser tramitado, ni


mucho menos resuelto, en vista de que ese procedimiento irregular
regresó a la vida jurídica, resoluciones ejecutoriadas.

Concluyendo que, los Vocales demandados al emitir el Auto de Vista 444,


vulneraron el derecho al debido proceso y la garantía a la seguridad
jurídica al interpretar erróneamente la norma establecida en el art. 236
del CPC.
En ese contexto a la luz de las reglas del debido proceso debe analizarse
el alcance y efectos de las resoluciones cuestionadas.

En el marco de los lineamientos citados precedentemente y de acuerdo a


la problemática planteada, conforme a los antecedentes que corren en
obrados, se colige que dentro de la acción que se revisa se constató que,
mediante Auto 182/10 de 4 de junio de 2010, se declaró la ejecutoria de
la Sentencia dictada dentro del proceso ejecutivo seguido por el ahora
accionante contra Carola Estensoro de Suárez y Ricardo Suárez
Zambrana, por lo que la parte ejecutada formuló recurso de compulsa
contra el citado fallo, que fue declarado ilegal por Auto de 31 de agosto
de 2010; destacando que en el fundamento del citado memorial, se hace
entrever que el: ”Juez 13avo de partido en materia civil comercial de la
Capital, quien sin justificativo alguno y aplicando incorrectamente el Art.
241 del mismo procedimiento dispone la remisión del expediente original
debe ser elevado al tribunal de alzada, y quedar Fotocopias legalizadas
del expediente y que la parte apelante debe proporcionar los recaudos
de ley en franca Violación a lo establecido por el Art. 22 de la ley 1760,
que dice totalmente lo contrario es decir e mi condición de apelante
nunca pedí Fotocopias legalizadas del expediente que en lo real resulta
que se vuelve excesivamente oneroso para mi persona” (sic).

Ahora bien, en ese antecedente, considerando que la compulsa sólo


procede en los casos prescritos por el art. 283 del CPC, los fundamentos
del memorial de compulsa refiere taxativamente consideraciones que
coindicen concretamente con lo dispuesto en el Auto de 11 de mayo de
2010, supuestamente desconocidos por los ejecutados; situación que
posteriormente derivaron en la formulación del incidente de nulidad
contra la diligencia practicada el 26 de mayo de 2010.

Si bien no se constató que, la determinación judicial fue conocida


efectivamente por la parte apelante debido a una mala diligencia
practicada (Fundamento Jurídico III.3), no se establece que los
ejecutados -ahora terceros interesados- se encontraron en absoluto
estado de indefensión; pues, los ejecutados promovieron el recurso de
compulsa que como ya se dijo, -en sus fundamentos expresan aspectos
inherentes a lo resuelto por Auto de 11 de mayo de 2010-, de lo que se
colige, que pudieron promover el incidente de nulidad en lugar de
formular la compulsa; pues, en ese entendido toda nulidad debe ser
reclamada oportunamente, a través de los medios de impugnación
-recursos e incidentes- que la norma procesal determina, como medios
idóneos, aptos y válidos para dejar sin efecto el hecho procesal afectado
de nulidad, más aún si se tuvo conocimiento de la causa y si se asumió
defensa utilizando otros medios de impugnación al interior del proceso
(Fundamento Jurídico III.4.), dicho en otros términos, un acto procesal
es susceptible de nulidad sólo cuando es reclamado
oportunamente o cuando el litigante no tuvo conocimiento de la
existencia del proceso, hecho que le causo indefensión,
afectando algún derecho fundamental, razonando en contrario, no
se puede solicitar la nulidad cuando teniendo conocimiento del proceso y
asumiendo defensa dentro del mismo, no interpuso incidente alguno en
su oportunidad contra el acto procesal objetado de nulidad, situación que
la autoridad jurisdiccional a quo ahora demandada, al asumir la
tramitación del incidente formulado, vulneró el derecho del accionante,
en vista de que todo acto contrario al orden constitucional, por medio de
la actuación jurisdiccionales afecta el derecho a un debido proceso, así
desarrollado en el Fundamento Jurídico III.2. de la presente Sentencia;
fundamentos precedentemente expuestos, que debieron ser observados
por los Vocales de Sala Civil Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Santa Cruz; pues, al confirmar la
Resolución emitida por el Juez inferior convalidaron actos que vulneran
derechos y garantías constitucionales, que fueron inobservados por el
Juez inferior al emitir la Resolución 49/11, fallo de segunda instancia
emitido por los Vocales codemandados que no se encuadra dentro del
marco del principio de razonabilidad en coherencia con los
antecedentes del caso.

Por último, la presente acción de defensa, debió ser interpuesta, contra las
dos autoridades del tribunal inferior o a quo, que conoció la causa; sin
embargo, acorde la jurisprudencia glosada al Fundamento Jurídico III.5. si
bien la acción de amparo constitucional debe ser dirigida contra la autoridad
que vulnero un derecho, lo relevante en el caso es el cargo en sí, no
obstante que sea una anterior autoridad la que supuestamente haya
lesionado los derechos y que ésta ya no forme parte de la institución,
siendo clara y precisa la jurisprudencia establecida al respecto, por lo que al
haber admitido la acción no se vulneró derecho alguno, de una u otra
autoridad que fue demandada, no siendo previsible mayores
consideraciones, al respecto.

Consecuentemente, en virtud a los argumentos expuestos, se evidencia que el


Tribunal de garantías, al denegar la acción de amparo constitucional, no ha
evaluado en forma correcta los datos del proceso y las normas aplicables al
mismo.

POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la
autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en
revisión, resuelve:

1° REVOCAR, la Resolución 95/2012 de 19 de julio, pronunciada por la


Sala Civil y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías; y en consecuencia,
CONCEDER la tutela solicitada.

2° Dejar sin efecto el Auto de Vista 444 de 5 de octubre de 2011 dictada


por los Vocales de la Sala Civil y Comercial Primera del mismo Tribunal
Departamental, en consecuencia emitir un nuevo fallo dentro del marco
de los fundamentos expuestos en la presente Sentencia.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez


MAGISTRADA

También podría gustarte