Resumen Encuesta de Riesgos
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Resumen Encuesta de Riesgos
preocupaciones en 2018
22 de enero de 2018
Por segundo año consecutivo, los riesgos ambientales dominan la Encuesta de Percepción de
Riesgo Global
A nivel económico, la perspectiva económica es positiva por lo que los expertos ven una buena
oportunidad para enfrentar las debilidades sistemáticas que afectan a las sociedades
Ciudad de México, a 23 de enero de 2018.- En el marco del Foro Económico Mundial se publicó el
Informe Global de Riesgos 2018, donde la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales, aplicada a
casi 1,000 responsables de decisiones de todo el mundo, destacó que, por segundo año
consecutivo, los riesgos ambientales son el peligro que genera más preocupación entre los
expertos.
En este contexto, por segundo año consecutivo, los riesgos ambientales juegan nuevamente un
papel fundamental. Sin duda alguna, 2017 se caracterizó por la presencia a nivel mundial de
huracanes de alto impacto, temperaturas extremas y, a nivel nacional, una serie de terremotos
que dejaron daños importantes en la infraestructura del país. Todos estos fenómenos ponen en
evidencia los términos de probabilidad e impacto para el panorama global de los próximos 10
años.
Con mayor presencia que en años anteriores, la ciberseguridad aparece como una de las grandes
preocupaciones de los líderes mundiales. Los ataques en contra de empresas prácticamente se
han duplicado en cinco años y comienzan a ser una realidad cada vez más constante que están
generando repercusiones financieras importantes para las empresas. Sin embargo, una tendencia
creciente en el uso de ciberataques es la que apunta hacia la infraestructura esencial y que puede
provocar en el peor de los caos el colapso de los sistemas que mantienen a sociedades enteras en
funcionamiento.
A nivel geopolítico, el mundo ha entrado en una nueva fase que inquieta a los expertos. Las
crecientes tensiones militares, las disrupciones económicas y comerciales, así como las
condiciones políticas internas que atraviesan los países enfrentan a las relaciones internacionales
con diversas y múltiples movidas que requieren una evaluación de riesgos que logre anticiparse a
posibles crisis y donde será necesaria la participación activa tanto del sector público como del
privado.
Por otro lado, el informe presenta una perspectiva económica positiva que incluso habla de un
crecimiento económico para este año que enfrenta las debilidades sistemáticas y afecta a las
sociedades, las economías, las relaciones internacionales y al medio ambiente. Los expertos
consideran esta situación como una oportunidad de oro única que debe ser aprovechada para
enfrentar los riesgos anteriormente descritos, sin embargo debe ser tratado con cautela pues aún
se cuentan con algunas preocupaciones que han estado presentes desde la crisis global que se
presentó hace una década.
Informe Global de Riesgos 2018 del Foro Económico Mundial
Cada año, el Informe Global de Riesgos trabaja con expertos y líderes (tomadores de decisiones)
de todo el mundo para identificar y analizar los riesgos que son más probables que tengamos que
hacer frente durante el año. A medida que se acelera el ritmo del cambio y se profundizan las
interconexiones de riesgo, el informe de este año destaca la creciente presión que estamos
ejerciendo sobre muchos de los sistemas mundiales: "La naturaleza estructural e interconectada
de los riesgos en 2018 pone en peligro el sistema en el que se basan las sociedades, las economías
y las relaciones internacionales".
Cada año, el Foro Económico Mundial clasifica estos peligros percibidos por impacto y
probabilidad. Si bien las armas de destrucción masiva conservaron su lugar como el riesgo más
destructivo, se consideró que su uso era el menos probable. Los eventos climáticos extremos y
otros desastres naturales fueron los siguientes más impactantes, y también fueron calificados
como los más propensos a ocurrir. Los riesgos próximos más probables son: ciberataques, fraudes
de datos masivos o robos, y una falla para frenar el cambio climático.
Según el GRPS, las amenazas cibernéticas están creciendo en importancia, los ciberataques a gran
escala ocupan ahora el tercer puesto en términos de probabilidad, mientras que la creciente
ciberdependencia se clasifica como el segundo motor más importante que configura el panorama
de riesgos globales en los próximos 10 años.
Los riesgos económicos, por otro lado, ocupan un lugar menos destacado este año, lo que lleva a
algunos expertos a preocuparse de que la mejora en las tasas de crecimiento del PIB mundial
puede conducir a la complacencia sobre los riesgos estructurales persistentes en los sistemas
económicos y financieros mundiales. Aun así, la desigualdad ocupa el tercer lugar entre los
factores subyacentes del riesgo, y la interconexión de riesgos más frecuentemente citada es entre
las consecuencias adversas de los avances tecnológicos y el alto desempleo estructural o el
subempleo.
Futuros Shocks
Muerte del comercio: las guerras comerciales producen efectos cascada y las instituciones
multilaterales son demasiado débiles como para responder.
Ataduras en democracia: las nuevas olas de populismo ponen en riesgo el orden social en una o
más democracias maduras.
Extinción de la precisión: los barcos piloteados por drones llevan la pesca ilegal a niveles nuevos y
más insostenibles.
El abismo: otra crisis económica resulta demasiado como para que puedan crearse políticas en
respuesta, y da lugar a un período de caos.
Guerra sin reglas: un conflicto entre estados escala impredeciblemente en ausencia de reglas
acordadas para la guerra cibernética.
El mundo continuará transitando por una complicada y peligrosa senda durante 2018, cada vez
más cerca de un abismo global. Un precipicio al que no nos aproximábamos tanto desde los años
más críticos de la Guerra Fría. Sin embargo, lo hacemos inmersos en un contexto muy distinto.
Probablemente los actores que están detrás de las amenazas se parecen pero el entorno ha
mutado. Es un marco en el que el cambio climático, internet y el ciberespacio han venido a
condicionar buena parte de las amenazas. Como todos los años por estas fechas, coincidiendo con
el World Economic Forum en Davos, se ha publicado el Global Risks Landscape 2018. Tomamos
como base este reputado informe para exponer las tendencias globales de riesgo.
En esta ocasión no encontramos en este estudio elementos realmente sorprendentes, sino una
consolidación de las amenazas globales. Si atendemos al impacto de las mismas, en las dos
primeras posiciones figuran (al igual que en 2017) las armas de destrucción masiva y los
fenómenos meteorológicos extremos. Les siguen desastres naturales, fallos relacionados con la
adaptación al cambio climático y crisis por el agua.
Sin embargo, si atendemos a la probabilidad percibida, los eventos extremos relacionados con la
meteorología continúan ocupando un año más el primer lugar seguidos de: desastres naturales,
ciberataques, fraudes masivos de datos y fallos relacionados con la adaptación al cambio
climático. Por lo tanto, las amenazas vinculadas al medio ambiente y elementos tecnológicos son
las más probables.
Vamos ahora a ir poniendo el foco en las amenazas más probables para el recién comenzado año.
Si se echa un vistazo a la matriz del Informe Global de Riesgos del World Economic Forum, puede
observarse como todos los riesgos relacionados con eventos climáticos extremos, aumento de
temperatura, contaminación y vinculados se encuentran en la zona de mayor probabilidad e
impacto.
La contaminación pasó a primer plano como un problema en 2017: la contaminación del aire en
interiores y exteriores es responsable en conjunto de más de un décimo de todas las muertes a
nivel mundial cada año de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es probable
que la contaminación del aire urbano empeore ya que la migración y las tendencias demográficas
impulsan la creación de más megaciudades.
La Comisión estima que el costo anual total de la contaminación para la economía mundial es de
4.6 billones de USD, lo que equivale a alrededor del 6,2 % de la producción.
El año pasado fue en parte el resultado de la evolución en China, donde las olas de calor
mencionadas anteriormente llevaron a un aumento del 6,3 % en el consumo de energía y la sequía
extrema en el norte del país llevó a un cambio de la generación de energía hidroeléctrica a roja
carbón. Pero, además, el año pasado el presidente Trump anunció planes para retirar a los Estados
Unidos del Acuerdo de París. Destaca por tanto en el informe el riesgo de qué factores políticos
puedan afectar los esfuerzos para mitigar el cambio climático.
Además de enfrentar los desafíos ambientales inmediatos, también debemos enfocarnos más en
los posibles riesgos económicos y sociales que puedan surgir. Por ejemplo, cambios drásticos en la
forma en que se produce la energía pueden desencadenar un mercado laboral a gran escala. Los
cambios económicos estructurales en los países y regiones afectados también podrían avivar los
riesgos sociales y geopolíticos.
Damos un salto desde el medioambiente a los riesgos cibernéticos que se intensificaron en 2017.
Los ataques están aumentando, tanto en prevalencia como en potencial disruptivo.
Solo en 2016, se lanzaron 357 millones de nuevas variantes de malware y se compraron “troyanos
bancarios” diseñados para robar detalles de inicio de sesión de la cuenta por 500 millones de USD.
Además, los ciberdelincuentes tienen un número exponencialmente creciente de objetivos
potenciales. Los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS) se han vuelto comunes,
aumentando su frecuencia en un 140 % solo en 2016. En 2017, es probable que el objetivo
promedio de DDoS sea golpeado 32 veces durante un período de tres meses.
Los costos financieros de los ciberataques están aumentando. Un estudio de 2017 de 254
empresas en siete países cifró el costo anual de respuesta a los ciberataques en 11.7 millones de
libras por compañía, un incremento interanual del 27,4 %. Se espera que el costo del cibercrimen
para las empresas en los próximos cinco años sea de 8 trillones de USD.
Respecto al tipo de ataque, los ataques de ransomware representaron el 64 % de todos los correos
electrónicos maliciosos enviados entre julio y septiembre del año pasado, lo que afectó al doble
del número de empresas en comparación con 2016. Ejemplos notables fueron el ataque de
WannaCry, que afectó a 300.000 computadoras en 150 países, y Petya y NotPetya, que causó
grandes pérdidas corporativas. Por ejemplo, Merck, FedEx y Maersk reportaron pérdidas en el
tercer trimestre de alrededor de 300 millones USD como resultado de NotPetya.
Por cierto, el impacto final de WannaCry fue relativamente bajo, pero evidenció la vulnerabilidad
de una amplia gama de organizaciones.
Una de las conclusiones más llamativas del Global Risks Landscape 2018 del World Economic
Forum es la importancia reducida de los riesgos económicos. Esto continúa la tendencia observada
en el informe en los últimos años. Los riesgos económicos se han desvanecido bruscamente y se
reemplaza la preocupación, cada vez más, por los riesgos ambientales. Los últimos resultados se
producen en un momento de mejora en la economía mundial, aunque relativamente modesto. El
Fondo Monetario Internacional (FMI) espera un crecimiento global del PIB del para 2017, frente al
3,2 % en 2016. La recuperación está en marcha en todas las principales economías, lo que lleva a
una fuerte mejora en el sentimiento.
¿Pero es optimismo o complacencia? Ciertamente, hay razones para ser cauteloso: no es necesario
buscar muy lejos las señales de tensión económica y financiera. El año pasado trajo nueva
evidencia de problemas económicos crónicos, particularmente relacionados con los ingresos y la
desigualdad. En su último Informe Global de Salarios, la Organización Internacional del Trabajo
destacó que el crecimiento de las ganancias mundiales se ha desacelerado desde 2012. Exigió,
entre otras cosas, un mayor uso de la negociación colectiva para revertir esta tendencia. Si bien la
desigualdad mundial está disminuyendo, dentro de la desigualdad del país es un problema cada
vez más corrosivo en muchos lugares. Según el FMI, en las últimas tres décadas el 53 % de los
países ha visto un aumento en la desigualdad de ingresos, con esta tendencia particularmente
pronunciada en las economías avanzadas. Además, las tensiones económicas actuales pueden
sembrar las semillas de problemas a más largo plazo. Los altos niveles de deuda personal, junto
con las provisiones de ahorro y pensiones inadecuadas, son una razón para esperar que las
frustraciones se profundicen en los próximos años.
No deberíamos sorprendernos si esto tiene efectos políticos y sociales más amplios. De nuevo, la
tecnología y la 5ª Revolución Industrial nos empuja a nuevos escenarios de riesgo.
En términos más generales, las cuestiones de cultura e identidad están causando tensión política
entre un número creciente de los países de la Unión Europea, incluidos Polonia, Hungría y, de
diferentes maneras, España (obviamente con Cataluña), aunque el informe no la nombra
explícitamente.
La polarización entre grupos con diferentes herencias culturales o valores parece que seguirá
siendo una fuente del riesgo político en los países occidentales en 2018 y más allá.
La tendencia hacia un poder cada vez más personalizado tiene lugar en medio de una volatilidad
geopolítica creciente. La escalada de los riesgos geopolíticos fue una de las tendencias más
pronunciadas de 2017, particularmente en Asia, donde se podría decir que con la crisis de Corea
del Norte el mundo está más cerca de lo que ha estado durante décadas del posible uso de armas
nucleares. Hay muchos otros potenciales polvorines en todo el mundo, especialmente en Oriente
Medio, donde un número cada vez mayor de fuerzas desestabilizadoras podría conducir al
estallido de nuevos conflictos militares además de los de Siria y Yemen.
Los riesgos geopolíticos se ven agravados por la continua disminución del compromiso con el
multilateralismo basado en normas. En 2017, el presidente Trump cumplió algunas de sus
promesas de campaña unilaterales, retirando a los Estados Unidos tanto del Acuerdo de París
sobre cambio climático como del acuerdo comercial de la Asociación Transpacífica. Aunque
Estados Unidos no se ha retirado del acuerdo diseñado para detener el programa de armas
nucleares de Irán, el Plan de Acción Integral Conjunto, el presidente Trump señaló su insatisfacción
al negarse a certificar que Irán está cumpliendo con él.