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Poe y lo fantástico decadente

TEORÍA GENERAL DE LA LITERATURA Y LAS ARTES

LITERATURA GENERAL Y COMPARADA

Lorena Martínez Fernández

02725984-R

0
ÍNDICE

 Introducción (pág. 2)

 Los límites del decadentismo (pág. 3)

 Lo fantástico y lo decadente (pág. 4)

 La influencia de Poe en los decadentes y simbolistas (pág. 5)

 La obra de Poe (pág. 8)

 Conclusiones (pág. 11)

 Bibliografía (pág. 12)

1
INTRODUCCIÓN

Aunque lo más común es situar el movimiento decadente en las últimas dos


décadas del siglo XIX, con obras como el Art Poètique (1882) o Langueur (1883) de
Verlaine o À rebours (1884) de Huysmans, lo cierto es que este, como muchos
movimientos artísticos, es mucho más difícil de circunscribir en el tiempo, tanto por
aquellos a los que consideramos sus antecesores o padres, me refiero sobre todo a
Baudelaire, como por las huellas que el movimiento decadente ha dejado en la literatura
y el arte posteriores.

La publicación de la Las flores del mal en 1857, aunque no pertenezca


propiamente a las obras del Decadentismo va a influir de forma decisiva en los poetas
posteriores haciendo del erotismo, lo macabro, lo diabólico y la locura una nueva
estética y dando lugar a temas fecundos para las décadas posteriores. Existen también
otros autores, anteriores a esta cronología decadente que, si bien no al nivel de
Baudelaire, han sido considerados precursores de esta estética decadente, es el caso del
Conde de Lautréamont, con su obra Los cantos de Maldoror, donde la demonología, la
crueldad y la violencia tienen también un importante papel en una obra de corte
surrealista.

Mi objetivo en las siguientes páginas es resaltar los puntos de conexión entre el


movimiento decadente y sus autores y el género fantástico así como los motivos y temas
que le son propios. Para justificar esta deriva de un movimiento y un género que en
principio no parecen tener mucha relación, he tratado sobre todo la influencia de Poe en
algunos de los autores más representativos del decadentismo, así como la necesaria
relación entre la influencia que Poe ejerció en Baudelaire y la influencia que este en el
resto de autores decadentes, llegando a ser considerado como el padre de este
movimiento.

Si bien soy completamente consciente de lo anacrónico de afrontar el análisis de


los textos de Poe desde los motivos decadentes creo que encontrar en ellos los puntos de
conexión con la idea de lo fantástico decadente nos puede ayudar a comprender la
influencia que tuvo en los autores posteriores.

2
LOS LÍMITES DEL DECADENTISMO

Antes de nada es importante ver que el decadentismo no es un movimiento


cerrado, sino que se encuentra en relación con otros movimientos y tendencias. Por una
parte el simbolismo, considerado por algunos autores como una continuación necesaria
del decadentismo o incluso como dos etapas de un mismo movimiento, va a compartir
muchas de las características e incluso los autores del decadentismo, así como una
conciencia de fin del siglo, aunque también van a tener marcadas diferencias, quizá la
más importante de ellas es que el simbolismo sí constituye una escuela como tal1.

También es importante, sobre todo si queremos tratar la relación del decadentismo


con ‘lo fantástico’, ver la relación que existe entre este y el romanticismo ya que ambas
corrientes tienen una relación marcada con el género pero desarrollos distintos. Existen
muchos puntos en común entre el movimiento romántico y el movimiento decadente
aunque también diferencias, se podría decir que, hasta cierto punto ambos son una
reacción a lo mismo aunque de formas distintas. Existe en ambas corrientes un rechazo
a la modernidad, a la revolución industrial y sus consecuencias en la sociedad, existe
también un rechazo a las formas de arte puristas previas a ellos, al la tradición clasicista
en el caso de Romanticismo y más al parnasianismo en el caso del Decadentismo.
Además, ambas corrientes experimentan como reacción a todo esto una importante
conciencia del yo, un individualismo que nos lleva al genio romántico y al dandi
solitario y excéntrico.

Sin embargo, esta reacción se lleva a cabo de formas distintas, el romántico aboga
por una revolución, por retomar las raíces, el pueblo, el folklore, por cambiar el arte. El
esteta decadente no piensa en una rebelión de carácter transformador, no quiere
transformar nada, sino que proyectan una solución individual en que el artista
decadente, de salvarse, se salva solo a sí mismo. El romántico tiende hacia el pueblo, el
decadente hacia lo aristocrático.

Otra de las grandes diferencias es que en Decadentismo se pierde esa huída a la


naturaleza y el pasado idílico tan propias del Romanticismo, por el contrario, el
decadente tiende a una fuga artificiosa y a un rechazo de lo natural:

1
DE DIEGO, Rosa, "Lo fantástico en el cuento decadente", en El relato fantástico en lengua francesa de
Hoffmann a Poe, Concepción Palacios Bernal (ed.), Ediesser Libros, Murcia, 2009, págs. 170 y 171.

3
“La aversión por lo natural que en Baudelaire conduce a la alabanza de la modernidad
como artificialidad, en Des Esseinteses llevada hasta sus últimas consecuencias al
constituir no un mero escape o aislamiento, sino una perversión, la violación
antirromántica de la naturaleza. El nuevo mal du siécle provocaba la huida idealista de
la realidad social no a la naturaleza como en la fuga romántica, sino a un mundo más
artificioso”2.

LO FANTÁSTICO Y LO DECADENTE

En las últimas décadas del siglo XIX vemos como la narrativa experimenta un
cambio de rumbo y se dirigen, desde la inquietud religiosa hacia el espiritismo a las
ciencias ocultas o el misticismo. Desde la historia literaria, podemos situar a los
decadentes entre el naturalismo y el simbolismo: "El programa estético decadente es
realista, pero se concentra en la excepción, en lo raro, en el individuo como ser único y
diferente, en la degeneración de la raza"3.

Ese contexto social de desigualdad y esa confrontación de la ciencia y sus nuevas


explicaciones del mundo con la religión hacen que haya una pérdida de sentido y que se
necesiten nuevas formas de idealismo, surge así un interés por lo sobrenatural.

"El artista decadente se convierte en un ser aislado de la sociedad, desequilibrado,


extremadamente delicado y nervioso, que se encierra en su universo interior al que
convierte en un paraíso de contemplación estética. Esta huida de la realidad le conduce
a un mundo de fantasía"4.

El género fantástico es de vital importancia en la estética decadente, en la que el


héroe decadente busca, tras la decepción del mundo que le rodea, refugiarse en espacios
imaginarios: "El fantástico decadente es, en este sentido, una bisagra entre el fantástico
romántico y lo maravilloso surrealista"5. Lo fantástico decadente, con esa base de
realismo por una parte y por otra con los avances que la ciencia ofrecía, tiene un alto
grado de verosimilitud, escapa de la simpleza del relato gótico, y lo sobrenatural pasa a
estar en un segundo nivel más profundo y subjetivo, muchas veces como consecuencia
de alteraciones psíquicas. A lo fantástico decadente le interesan sobre todo las
2
SÁEZ MARTÍNEZ, Begoña, Las sombras del Modernismo. Una aproximación al Decadentismo en España,
Institució Alfons el Magnánim, Valencia, 2004, pág. 18.
3
DE DIEGO, Rosa, Op. Cit., págs. 168 y 169.
4
DE DIEGO, Rosa, Ibid., pág. 170.
5
DE DIEGO, Rosa, Ibid., pág. 172.

4
obsesiones, los sueños, las pesadillas, etc. La influencia de Edgar Allan Poe, cuyas
obras llegan a Francia a partir de la segunda mitad del siglo, resulta indispensable,
calando sobre todo sus representaciones del miedo, a angustia, las obsesiones y la
locura. En estos relatos también hay una fuerte presencia de prácticas como el
ocultismo, el espiritismo y la magia negra6.

Otra de las grandes diferencias con el cuento gótico o lo fantástico romántico es


que, en su aversión por lo natural, el cuento fantástico decadente tiende a situarse
siempre en un decorado urbano. También se introducen las drogas o sustancias
alucinógenas como causantes de estas situaciones mórbidas o paranormales, pero
también como vía para trasgredir lo real7.

El surrealismo, por su parte, hará especial hincapié en la importancia del sueño y


la exploración del subconsciente, así como la revalorización de lo artificial y la
seducción de la modernidad8.

LA INFLUENCIA DE POE EN LOS DECADENTES Y SIMBOLISTAS

La parte más oscura de la visión literaria de Poe tuvo una gran influencia en la
literatura decadente francesa de fin de siglo. Impulsado por el esteticismo perverso de
Baudelaire, cuentos como Berenice o La caída de la casa Usher influyeron
enormemente en las obras decadentes y sus gustos. Bajo el seudónimo de Rachilde,
Marguerite Eymery escribió novelas como Míster Venus o El Malabarista donde
encontramos la perversión sexual y la belleza grotesca. En Jean Lorrain, perteneciente al
movimiento simbolista, también encontramos una fuerte influencia de Poe con historias
llenas de una fascinación por la muerte y de sueños neuróticos. Odilon Redon, pintor
simbolista, tituló su álbum de litografías publicado en 1882 A Edgar Poe en el que se
incluían ilustraciones de cuentos como The teeth (Berenice)9 o El corazón delator10.

Si la novela de Jois-Karl Huysmans, À rebours, es probablemente la obra más


representativa de la estética y el modo de vida del esteta decadente, Huysmans coquetea
también con el género fantástico, en su novela Allá lejos (1891), en el que trata la
6
DE DIEGO, Rosa, Op. Cit., pág. 172.
7
DE DIEGO, Rosa, Ibid., págs. 175 y 176.
8
DE DIEGO, Rosa, Ibid., pág. 178.
9
Ilustración de portada.
10
HAYES, Kevin, J., Edgar Allan Poe in Context, Cambridge University Press, Cambridge, 2013, pág. 47.

5
atracción del artista por el mal así como la magia negra y las prácticas satanistas. Ya en
À rebours, Des Esseintes, el protagonista, que, como ya se mencionó al tratar el
decadentismo, encarna el prototipo del esteta decadente, trata numerosas ocasiones su
fascinación por la oscuridad de los relatos de Poe, parece ser el autor que mejor encaja
con las sensibilidades de Des Esseintes, es el primer autor en identificar y explorar los
impulsos irresistibles de la mente inconsciente, los efectos paralizantes del miedo en la
voluntad del hombre11.

“[…] En literatura, fue el primero que, bajo ese título emblemático El demonio de la
Perversidad había espiado esos impulsos irresistibles que la voluntad experimenta y
soporta sin conocerlos realmente […]. Con atroz fascinación insistía con todo lujo de
detalles sobre los efectos del terror, sobre el desmoronamiento de la voluntad […]” 12.

Huysmans también nos habla de la relación entre Poe y Odilon Redon,


refiriéndose a la angustiosa contemplación de los dibujos de este relaciona los efectos
que producen en él con los efectos de los cuentos de Poe:

“Estos dibujos […] superaban los límites de la pintura, y aportaban un universo


fantástico especial e innovador, un nuevo tipo de fantasía surgida de la enfermedad y
del delirio. […] Preso de una indefinible sensación de malestar ante la contemplación de
estos dibujos, al igual que le ocurría […] al acabar una lectura de Edgar Poe cuyos
espejismos alucinantes y cuyos efectos aterradores Odilon Redon parecía haber
transferido al arte de la pintura”13.

Otra de las obras que no podemos olvidar son los Cuentos Crueles de Villiers de
L'Isle-Adam, considerados como representantes de la estética decadente, en los que
predomina lo sensual, lo frívolo, los personajes perversos y amorales y el modelo de
aristócrata refinado dispuesto a explorar los lugares más oscuros del alma con tal de
deshacerse del spleen. Des Esseintes nos relaciona también estos Cuentos Crueles y en
general la obra de este autor con la obra de Poe.

“[…] toda literatura le parecía insípida después de haber probados estos terribles filtros
importados de América. Entonces recurría a la lectura de Villiers de L'Isle-Adam, en
cuya obra dispersa podía encontrar observaciones sediciosas, vibraciones que aún
resultaban espasmódicas […]”14.
11
HAYES, Kevin, J., Op. Cit., pág. 47
12
HUYSMANS, Joris-Karl, A contrapelo, edición de Juan Herrero, Cátedra, Madrid, 2015, págs. 331-332.
13
HUYSMANS, Ibid., págs. 188-189
14
HUYSMANS, Joris-Karl, Op. Cit., pág. 333.

6
Baudelaire descubre a Poe en 1847, realizando a partir de entonces diversas
traducciones. De hecho, se considera que las traducciones que Baudelaire hizo de Poe
son una de las partes más importantes de su producción literaria e incluso, junto con Las
flores del Mal, su única obra unitaria y conclusa. Baudelaire también cuenta con
diversos ensayos sobre el escritor norteamericano en lo que algunos catalogan como una
obsesión por el autor15. Hacia 1852, Baudelaire había dedicado ya un largo estudio
reivindicativo a la obra de Poe que se completa más tarde con los estudios previos a
Histoires extraordinairies (1856) y Nouvelles histoires extraordinairies (1857).
Baudelaire se apropia de Poe y facilita también que lo haga el resto de la cultura
europea, definiéndole como un poeta extraterritorial16: "Repito que yo me he persuadido
de que Edgar Poe y su patria no estaban al mismo nivel"17.

Por su parte, Mallarmé aprenderá inglés para acercarse más a la obra del autor y
también realizará traducciones de su obra, si bien su obsesión no llegará al punto de la
de Baudelaire, y le dedicará el soneto Le tombeu d'Edgar Poe.

Las similitudes entre Poe y Baudelaire van desde el plano de su vida personal,
escasez de dinero, problemas conyugales, desamparo social o alcohol entre otras, hasta
su obra, el propio Baudelaire justificaba su interés en la obra de Poe diciendo que
encontró en él, ya desarrolladas, muchas de sus ideas.

La fascinación de estos dos autores por el Mal no tiene tanto que ver con una
entidad sobrenatural sino con una característica intrínseca del hombre depravado que
busca el ideal de lo absoluto, es la depravación de la búsqueda de la eternidad.

"Lo terrorífico, llevado a unos extremos asombrosos, no se da en ellos fuera del mundo
natural; ninguno de los dos necesita fantasmas ni diablos para alcanzar unos climas, de
horror en Poe, y de angustia en Baudelaire, superiores en intensidad a los de cualquier
historia puramente fantástica: y es que lo terrible está en lo real o en asociaciones,
insólitas pero verosímiles, de realidades; y este mundo terrorífico que surge en el arte
traduce el desamparo del hombre eterno encarnado en el hombre moderno" 18.

15
DEL PRADO BIEZMA, Javier: "Poe, Baudelaire y Mallarmé (El nacimiento del poema moderno)" en
Revista de Filología de la Universidad de La Laguna, 2010, Nº 28, pág. 103.
16
Introducción de José Francisco Ruiz Casanova a POE, Edgar Allan, Poesía completa, Cátedra, Madrid,
2016.
17
BAUDELAIRE, Charles, Edgar Allan Poe, introducción de Emilio Olcina Aya, Editorial Fontamara,
Barcelona, 2002, pág. 84.
18
Introducción de Emilio Olcina Aya a BAUDELAIRE, Charles, Edgar Allan Poe, Editorial Fontamara,
Barcelona, 2002, pág. 13.

7
LA OBRA DE POE

En Poe tenemos ya muchas de esas características de las que hemos hablando al


tratar lo fantástico decadente. Baudelaire ve en Poe esa perversión de la naturaleza y ese
giro de lo fantástico en ese segundo nivel de complejidad, en la que la aparición de
aquello que subvierte los esquemas se enfrenta a un mundo y a un hombre científico y
racional:

"Ningún hombre, repito, ha contado tan mágicamente las excepciones de la vida


humana y de la naturaleza […] la alucinación que primero deja lugar a la duda, poco
después llena de convicción y razonadora como un libro; lo absurdo instalándose en la
inteligencia y gobernándola con una espantosa lógica; la histeria usurpando el sitio de la
voluntad […]"19.

Poe tiene dos vertientes principales, la de los cuentos y la de los poemas, ninguna
de las dos pasó inadvertida a los artistas decadentes, y tanto Baudelaire como Mallarmé
quisieron tratar y traducir estas dos facetas:

"Como autor de relatos y como novelista, Edgar Poe es único en su género […] se
encuentran ahí bufonadas violentas, lo grotesco en estado puro, aspiraciones
desenfrenadas hacia lo infinito y una gran preocupación por el magnetismo" 20.

"Como poeta, Edgar Poe es un caso aislado. Representa, casi él solo, el movimiento
romántico al otro lado del Océano. Ha sido el primer americano que realmente ha
convertido su estilo en un instrumento. Su poesía, profunda y quejumbrosa, es a pesar
de todo muy trabajada, pura, correcta y brillante como una joya cristalina" 21.

Para ejemplificar todos estos temas y motivos de gran influencia de los que he
hablado he querido escoger un ejemplo de cada. De entre sus poemas, probablemente el
más conocido, El cuervo, y de entre sus relatos Berenice. Ambos fueron comentados por
Baudelaire y ambos de gran influencia en la estética decadente posterior.

Comenzando por el cuento, una de las cosas más estremecedoras que Baudelaire
encuentra en este relato es su verosimilitud, “Puedo asegurar al lector que no hay anda
tan lógico y posible como esta historia”22.

19
BAUDELAIRE, Charles, Op. Cit., págs. 107-108.
20
BAUDELAIRE, Charles, Ibid., pág. 56.
21
BAUDELAIRE, Charles, Ibid., págs.. 54-55.
22
BAUDELAIRE, Charles, Op. Cit., pág. 63.

8
En Berenice, Baudelaire ve un claro ejemplo de "las enfermedades del espíritu",
las mismas que asediaban al héroe decadente y que asediaban al intelectual de fin de
siglo, encerrado en su estudio y dedicado al cultivo del espíritu. En este caso, la extraña
enfermedad que asedia al protagonista del relato de Poe me ha evocado la insólita
condición del protagonista de la obra de Hugo von Hofmannsthal. Para empezar porque
a ambos se les queda corto el lenguaje para explicar lo que les está ocurriendo y porque
esta dolencia, si se le puede llamar así, afecta en ambos casos a su forma de enfrentarse
al mundo a un nivel puramente cognitivo.

Lord Chandos pierde la facultad para hablar o pensar sobre los grandes temas
(espíritu, alma, cuerpo), sin embargo, ante los sucesos más pequeños, el veneno
esparcido a las ratas de la bodega o el insecto que nada en la regadera se encuentra
desbordado:

“[…] y un ditisco que rema en la superficie de esa agua de una oscura orilla a la otra; si
esa combinación de nimiedades me estremece con tal presencia de lo infinito, me
estremece desde las raíces de los pelos hasta los tuétanos del talón de tal manera de
desearía prorrumpir en palabras […]”23.

En Egaeus, el protagonista de Berenice, tenemos una enfermedad que él mismo


considera casi imposible de explicar y que, de nuevo, le obliga a detenerse en la
obsesión por las cosas más fútiles:

“[…] consistía en una irritabilidad morbosa de esas propiedades de de la mente que la


ciencia psicológica designa con la palabra atención. Es más que probable que no se me
entienda; pero temo, en verdad, que no haya manera posible de proporcionar a la
inteligencia del lector corriente una idea adecuada de esa nerviosa intensidad del interés
con que en mi caso las facultades de meditación (por no emplear términos técnicos)
actuaban y se sumían en la contemplación de los objetos del universo, aun de los más
comunes”24.

También podemos ver en la figura de Berenice, tanto antes como después de su


enfermedad ese modelo de mujer salvaje que el hombre decadente temía, así como esa
oposición entre el hombre, que se crea a sí mismo y es por tanto artificial, construido y
esa mujer, por entero natural, expuesta a los instintos, inconsciente y por tanto temible:
23
HOFMANNSTHAL, Hugo von, Carta de Lord Chandos, traducción de Antón Dieterich, Alianza Eitorial,
Madrid, 2008, págs. 24 y 25.
24
Berenice en POE, Edgar Allan, Cuentos completos, traducción de Julio Cortázar, Páginas de Espuma,
Madrid, 2008, pág. 295.

9
“Pero crecimos de distinta manera: yo, enfermizo, envuelto en melancolía; ella, ágil,
graciosa, desbordante de fuerzas; suyos eran los paseos por la colina; míos, los estudios
del claustro; yo, viviendo encerrado en mí mismo y entregado en cuerpo y alma a la
intensa y penosa meditación; ella, vagando despreocupadamente por la vida, sin pensar
en las sombras del camino o en la huida silenciosa de las horas de alas negras” 25.

Con el final del cuento Poe explora en otro de los grandes temas que interesarán a
lo fantástico, el del poder del subconsciente y la pérdida de la voluntad, de la lógica y
del raciocinio en pro de una fuerza mayor, inexplicable. Así, su protagonista, ha visto su
voluntad subyugada a esa obsesión por los dientes de Berenice sin poder recordar el mal
que ha hecho.

Sobre El Cuervo nos dice Baudelaire "El acento es grave, casi sobrenatural, como
los pensamientos del insomnio; los versos caen uno a uno, como lágrimas monótonas 26".
En este poema tenemos de nuevo al erudito encerrado en su cámara dedicado por
completo al estudio que se ve irrumpido por el hecho angustioso, de nuevo, desde la
completa verosimilitud.

Otro rasgo que tomará lo fantástico decadente es que la amenaza no sea externa
sino interna, que nazca del propio hombre: la amenaza del pájaro no existe como tal
sino que es la mente del protagonista la que crea el horror haciendo las preguntas a las
que sabe que el pájaro contestará siempre lo mismo. Es el hombre el que, en ese clima
de ensoñación que se torna pesadilla identifica al ave con el diablo, tornando su
conversación con tintes de espiritismo.

El hecho de que el cuervo, fruto de ese terror irracional que consume al hombre se
pose precisamente sobre el busto de Palas no lleva de nuevo a esa confrontación, tan
explorada después por los decadentes, entre conocimiento e irracionalidad.

CONCLUSIONES

Con estos textos de Poe he intentado poner de relieve algunas de las


características de su literatura que serían de gran influencia en los autores decadente y
simbolistas de las décadas posteriores, siendo gran parte de esta influencia gracias a la

25
Berenice en POE, Edgar Allan, Op. Cit., pág. 294.
26
BAUDELAIRE, Charles, Op. Cit., pág. 55.

10
mediación de Baudelaire, en sus ensayos, sí, pero también en la apropiación de estos
motivos en su propia literatura.

De la misma forma he tratado de explicar un desarrollo particular del género


fantástico en estos autores decadentes, que se aparta de esos primeros desarrollos de lo
fantástico ligados al romanticismo, que se pueden resumir, en la novela gótica, pero que
también se diferencia del desarrollo posterior del género y que he dado de definir como
lo fantástico decadente. Así como la fuerte influencia que la obra de Poe ha tenido en el
surgimiento de este.

BIBLIOGRAFÍA

 BAUDELAIRE, Charles, Edgar Allan Poe, introducción de Emilio Olcina Aya,


Editorial Fontamara, Barcelona, 2002.
 DE DIEGO, Rosa, "Lo fantástico en el cuento decadente", en El relato
fantástico en lengua francesa de Hoffmann a Poe, Concepción Palacios Bernal
(ed.), Ediesser Libros, Murcia, 2009, págs. 167-180.
 HAYES, Kevin J., Edgar Allan Poe in Context, Cambridge University Press,
Cambridge, 2013.

11
 HOFMANNSTHAL, Hugo von, Carta de Lord Chandos, traducción de Antón
Dieterich, Alianza Eitorial, Madrid, 2008.
 HUYSMANS, Joris-Karl, A contrapelo, edición de Juan Herrero, Cátedra,
Madrid, 2015.
 DEL PRADO BIEZMA, Javier: "Poe, Baudelaire y Mallarmé (El nacimiento del
poema moderno)" en Revista de Filología de la Universidad de La Laguna,
2010, Nº 28, págs. 95-122.
 POE, Edgar Allan, Cuentos completos, traducción de Julio Cortázar, Páginas de
Espuma, Madrid, 2008.
 POE, Edgar Allan, Poesía completa, edición de José Francisco Ruiz Casanova,
Cátedra, Madrid, 2016.
 SÁEZ MARTÍNEZ, Begoña, Las sombras del Modernismo. Una aproximación
al Decadentismo en España, Institució Alfons el Magnánim, Valencia, 2004.

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