Nancy del Carmen Gálvez Zúñiga solicita autorización judicial para suplir la autorización de su marido Manuel Antonio Moris Muñoz en la venta de un departamento y el cobro de un depósito a plazo que heredó. Ella y su marido han estado separados por 49 años, sin contacto, y él abandonó a su hija cuando era una niña. Nancy necesita vender estos bienes propios para comprar otra propiedad y evitar una multa de casi 25 millones de pesos.
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Nancy del Carmen Gálvez Zúñiga solicita autorización judicial para suplir la autorización de su marido Manuel Antonio Moris Muñoz en la venta de un departamento y el cobro de un depósito a plazo que heredó. Ella y su marido han estado separados por 49 años, sin contacto, y él abandonó a su hija cuando era una niña. Nancy necesita vender estos bienes propios para comprar otra propiedad y evitar una multa de casi 25 millones de pesos.
Título original
Autoriación para suplir autorización de marido para enajenar inmueble
Nancy del Carmen Gálvez Zúñiga solicita autorización judicial para suplir la autorización de su marido Manuel Antonio Moris Muñoz en la venta de un departamento y el cobro de un depósito a plazo que heredó. Ella y su marido han estado separados por 49 años, sin contacto, y él abandonó a su hija cuando era una niña. Nancy necesita vender estos bienes propios para comprar otra propiedad y evitar una multa de casi 25 millones de pesos.
Nancy del Carmen Gálvez Zúñiga solicita autorización judicial para suplir la autorización de su marido Manuel Antonio Moris Muñoz en la venta de un departamento y el cobro de un depósito a plazo que heredó. Ella y su marido han estado separados por 49 años, sin contacto, y él abandonó a su hija cuando era una niña. Nancy necesita vender estos bienes propios para comprar otra propiedad y evitar una multa de casi 25 millones de pesos.
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PROCEDIMIENTO: Voluntario
MATERIA : Autorización judicial para suplir autorización
marital en la venta de inmueble propio y para cobrar depósito bancario propio. DEMANDANTE: Gálvez Zúñiga, Nancy del Carmen RUT: 6.366.751-K. ABOGADO Y APODERADO: Giacaman Valle, Lucia Graciela RUT: 4.841.058-8 EN LO PRINCIPAL: Solicita autorización judicial para suplir autorización del marido en la venta de inmueble y cobro de depósito a plazo propios; PRIMER OTROSÍ: Acompaña documentos; SEGUNDO OTROSI: Ofrece información sumaria de testigos.; TERCER OTROSI: Patrocinio y poder.
S.J.L.
NANCY DEL CARMEN GALVEZ ZUÑIGA, jubilada,
domiciliada en calle José Luis Araneda Nº 92 Departamento Nº 23, comuna de Ñuñoa, Región Metropolitana, a US respetuosamente digo: 1.- Soy dueña del Departamento Nº 23 del segundo piso del Edificio de calle Luis Araneda Nº 92, comuna de Ñuñoa, Región Metropolitana, construido de acuerdo al plano archivado bajo el Nº 4042 y sus láminas respectivas en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago; y, dueña, además, de derechos en proporción al valor de lo adquirido en unión de los otros adquirentes en los bienes comunes, entre los cuales se encuentra el terreno, que deslinda: Norte, en parte con Cristina Muñoz de Frías y en parte con don Alberto Uranga; Sur, con propiedad de don Elías Chuaqui; Oriente, con un frente de veintidós metros quince centímetros con calle José Luis Araneda; y, Poniente, con propiedad de Raúl Meza y Rafael Aravena, con un contra frente de veintiocho metros. Adquirí la referida propiedad y derechos por herencia testada de doña Georgina Zúñiga Torres según consta del auto de posesión efectiva inscrito a fojas 62.774 número 91.190 del Registro de Propiedad del Conservador Bienes Raíces de Santiago correspondiente al año 2019. La inscripción del testamento se practicó a fojas 62.774 número 91.191 y la inscripción de herencia se practicó a fojas 62.775 número 91.192, ambas del mismo Registro, Conservador y año citados. 2.- Soy dueña, asimismo de un Depósito a Plazo Renovable Nº 0100- 00006019913 del Banco del Estado de Chile, por la suma original de $ 50.000.000, hoy incrementada con los intereses devengados. Este depósito a plazo también lo adquirí por herencia de doña Georgina Zúñiga Torres según consta en el Inventario de los bienes quedados al fallecimiento de doña Georgina Zúñiga Torres protocolizado con fecha 2 de Marzo de 2018 bajo el número 12, Repertorio 3.785-2018, en la Notaría de Santiago de don Iván Torrealba Acevedo. Al efecto, se acompañan las copias de inscripción de posesión efectiva, de inscripción de testamento, de inscripción de herencia y del inventario protocolizado individualizados precedentemente. 3.- Es el hecho que soy casada en régimen de sociedad conyugal con don Manuel Antonio Moris Muñoz, según consta del certificado de matrimonio que acompaño. En consecuencia, los bienes señalados precedentemente- recibidos en herencia- constituyen bienes propios y no son bienes de la sociedad conyugal. No obstante, en estos casos, el cónyuge es el administrador de los bienes propios de la mujer- con ciertas limitaciones- y de los bienes de la sociedad conyugal-también con limitaciones. 4.- Contraje matrimonio el 16 de Abril de 1968 con mi cónyuge mencionado, a la edad de 14 años, y de nuestro matrimonio nació una hija, Claudia Elena Moris Gálvez. Mi cónyuge me expulsó del hogar común al año y medio de matrimonio, conjuntamente con nuestra hija, y me abandonó, circunstancia en la cual me recogió una tía y comencé a trabajar desde esa temprana edad para subsistir, no volvimos a vivir juntos ni a cohabitar, no volví a verlo y él jamás volvió a ver a su hija ni a mí . Inicialmente, sólo a través de mi suegra tuve noticias de él los primeros años y al fallecer ésta ya no tuve noticias de su paradero, y con posterioridad, no volví a saber de él porque aparentemente se habría trasladado al extranjero, debiendo mantenerme y educar a la hija común en todo este período y hasta que ella fue adulta, con los ingresos producto de mi trabajo y con enorme esfuerzo, y, finalmente, frente a rumores de su fallecimiento que habría acaecido en el extranjero opté por tramitar la muerte presunta de mi cónyuge, según consta de los autos Rol del V-289-2018 del 11º Juzgado Civil de Santiago. No obstante, y para mi absoluta sorpresa, mi cónyuge estaría vivo por lo menos hasta el 16 de Mayo de 2016 ya que habría solicitado la renovación de su cédula de identidad a través de un Consulado según información hecha saber en esos autos por el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile, ignorando si a esta fecha habrá fallecido. De lo expuesto fluye que ni siquiera coincide con mi marido la acepción o concepto de administrador de la sociedad conyugal, si en la práctica no hay bienes de la sociedad conyugal, y lo único que tengo son estos bienes propios heredados y no bienes adquiridos en forma onerosa por mi cónyuge durante la vigencia del matrimonio y más aún habiendo tenido que trabajar duramente en la confección de sábanas, cubrecamas y plumones durante 50 años para subsistir y educar a mi familia, lo que lamentablemente me dejó una exigua jubilación un poco superior a Cien Mil Pesos. 5.- Tengo absoluta necesidad de vender el inmueble heredado individualizado en el punto 1 precedente y de cobrar el Depósito a Plazo individualizado en el punto 2 precedente, ya que sin medir las consecuencias y no entendiendo en materias legales y pensando que contaría con los ingresos de la venta de la propiedad raíz heredada y del cobro del Depósito a Plazo me comprometí a comprar y pagar un inmueble consistente en el Departamento Nº 301, el Estacionamiento Nº 20 y la Bodega Nº 35 del “Edificio Doctor Johow 654” ubicado en calle Doctor Johow Nº 654,comuna de Ñuñoa, Región Metropolitana, cuya nuda propiedad será adquirida en un porcentaje pequeño por una hija ( el 10% o 20%) y cuyo usufructo vitalicio será adquirido por mí ( en un 80 a 90%) a fin de vivir en él en forma vitalicia, hasta el fin de mi existencia. De no cumplir con esta compra en el más breve plazo nos veremos obligadas a pagar una multa ascendente al 20% del precio de compraventa, el cual asciende a UF 4.429, esto es, la multa ascendería a UF 885,8 que a valor actual bordea la suma de $ 24.818.929., lo que constituiría un enorme perjuicio, casi irreparable para mi hija y para mí. Sería pagar con una suma enorme- de la que no dispongo- en circunstancias que podría suplir la autorización marital con la autorización de la justicia. Al efecto, acompaño copia de la promesa de compraventa por el referido inmueble. 6.- En estas circunstancias, me enteré y me veo enfrentada al hecho que debiera ser mi cónyuge - al que no veo ni sé de él hace 49 años aproximadamente - quién debería vender el inmueble con mi autorización y cobrar o autorizarme a cobrar el depósito a plazo del Banco Estado, circunstancias imposibles e impensables para mí, si se encuentra ausente del país por el plazo indicado, si ni siquiera ha regresado a Chile nunca más, es de difícil ubicación, no lo he vuelto a ver, ignoro si a esta fecha estará fallecido, no ayudó a su hija a la cual dejó de verla desde que nos arrojó a la calle cuando era una niña pequeña y lo que es más grave, si un día lograra hipotéticamente ubicarlo para estos efectos no solo no me prestaría su autorización sino que es probable que me exigiera que le pagara por ello. A ello se agrega la premura con que requiero estos fondos para no perder la propiedad prometida comprar y para no tener que pagar más encima una elevada multa. Vivo de una pequeña jubilación que no alcanza para mis gastos básicos, menos aún para una multa de esta naturaleza. 7.- Si estos bienes que requiero vender y cobrar fueran bienes sociales, y yo me viera obligada a ejercer o aceptara la administración extraordinaria de la sociedad conyugal requeriría de una autorización judicial dada con conocimiento de causa para enajenarlos o cobrarlos, pero en la especie se trata de bienes propios, heredados ahora en mi vejez, cuando más lo necesito, de una tía que fue prácticamente mi madre, a la cual quise y cuidé como si lo fuera, a la que acompañé en todas las circunstancias de su vida, razón por la cual me designó como su heredera universal a su fallecimiento. No requiero de una administración extraordinaria de la sociedad conyugal ni de una separación judicial de bienes para administrar mis propios bienes, porque estos son los únicos bienes que poseo, son propios, no existen bienes sociales ni requiero otros trámites relacionados con mi patrimonio propio o con un supuesto patrimonio social. Solo requiero la autorización judicial dada para este caso particular y preciso y en conformidad a la ley. 8.- A la vez, tengo comprador para el inmueble heredado por la suma de $ 85.000.000.- y en el Banco del Estado se encuentra disponible el depósito a plazo que requiero retirar, con lo cual puedo pagar la propiedad de calle Doctor Johow, pero en ambos casos requiero la autorización de mi cónyuge, y, en su defecto, autorización judicial para disponer de ambos. 9.- El artículo 135 del Código Civil señala que “por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes entre los cónyuges, y toma el marido la administración de los de la mujer según las reglas que se expondrán en el título De la sociedad conyugal”. El artículo 138 inciso primero del Código Civil dispone que “ si por impedimento de larga o indefinida duración, como el de interdicción, el de prolongada ausencia, o desaparecimiento, se suspende la administración del marido, se observará lo dispuesto en el párrafo 4º del título De la sociedad conyugal.” Al trasladarnos al Párrafo 4º del título De la sociedad conyugal, artículos 1758 y siguientes del Código Civil, éste trata De la administración extraordinaria de la sociedad conyugal, esto es, de la necesidad de la mujer- o de designar a un tercero- para administrar un patrimonio social, muchas veces cuantioso, por períodos largos y con las limitaciones que dicha administración conlleva, lo que no es el caso de autos. Por lo anterior, la necesidad de la mujer de ser designada curadora del marido y tomar la administración extraordinaria de la sociedad conyugal- como su nombre lo dice- implica administrar los bienes sociales y también los del marido, y, en cualquier caso su administración está circunscrita a los actos que puede realizar libremente y a aquellos actos que solo puede realizar con autorización judicial. Lo anterior queda más claro aún al examinar el artículo 1760 que agrega que “todos los actos y contratos de la mujer administradora, que no le estuvieren vedados por el artículo precedente, se mirarán como actos y contratos del marido, y obligarán en consecuencia a la sociedad y al marido, salvo en cuanto apareciere o se probare que dichos actos y contratos se hicieron en negocio personal de la mujer” En ninguna parte de este párrafo 4º del título De la sociedad conyugal esta administración se refiere a los bienes propios de la mujer, los que consecuencialmente deben ser administrados por ella con la limitación y cautela de disponer de ellos con autorización judicial en forma supletoria a la autorización marital. Si volvemos al artículo 138 inciso 2º (en el cual ya no se aplica la administración extraordinaria de la sociedad conyugal) se expone el concepto del perjuicio, es decir, la facultad de la mujer de actuar respecto de los bienes del marido, de los de la sociedad conyugal y de los suyos que administre el marido, con autorización del juez, con conocimiento de causa, cuando de la demora se siguiere perjuicio. El legislador ha introducido un concepto para los casos en que debe actuarse con premura para evitar un mal, una pérdida económica, a veces irreparable, y para subsanar una situación que es, a todas luces, imprescindible, conveniente y justa. 10.- En el presente caso, cualquier trámite de larga duración para resolver este problema sería tarde, siendo de suma urgencia poder resolver la venta del inmueble y el cobro del depósito judicial a la brevedad para no sufrir un perjuicio incalculable y tratándose de bienes propios y no de disponer de bienes sociales, vengo en solicitar que se me otorgue autorización judicial para vender el inmueble -insertándose la sentencia en la escritura de compraventa- y para cobrar el depósito a plazo del Banco Estado- oficiándose al efecto a dicha institución bancaria o sirviendo la sentencia de suficiente oficio. Carecería de la más elemental justicia que se me negara o se rechazara mi solicitud o que se me derivara a la exigencia u obligación de trámites tan largos y complejos como la separación judicial de bienes, divorcio, administración extraordinaria de la sociedad conyugal o cualquiera otro similar sin siquiera conocer con exactitud la ubicación de mi cónyuge, o que si aun conociéndola, por el solo hecho de vivir en el extranjero no es de fácil contacto ni requerimiento. 11.- Cabe señalar, por lo demás, que será la única vez que deba solicitar esta autorización, toda vez que no existen bienes sociales que hayan quedado de nuestra corta convivencia marital y no tengo otros bienes propios que deba enajenar o administrar en un futuro y son estos bienes los que me permitirán afrontar la necesidad de casa habitación hasta mi fallecimiento y menos aún- según he expuesto- tengo bienes de ninguna naturaleza derivados de un patrimonio social que nunca existió y, como corolario de lo anterior, si de la falta de autorización marital o judicial se sigue un perjuicio extraordinario. 12.- Frente a lo expuesto, por lo demás, no hay gestión alguna que no pueda ser ejercida y validada por la justicia, la que puede en este caso autorizar con el mérito de autos que se proceda a la venta del inmueble y ordenar el cobro del depósito, sentencia que debe ser acatada por todo aquel que pretendiera impedir o invalidar las referidas operaciones. Todas las gestiones imaginables en el derecho se subsanan precisamente con la intervención del juez que, con conocimiento de causa y para el caso preciso, ordena la ejecución de un acto, la celebración de un contrato, la reparación de una deuda, y cualesquiera otras gestiones que se puedan dar en el derecho y que no tengan solución por o0tra u otras vías. 13.- Finalmente, cito la disposición del Art. 829 del Código de Procedimiento Civil, que reglamenta la manera de dar la autorización judicial para actos judiciales, pero que en la práctica se aplica tanto a actos judiciales como extrajudiciales, puesto que el juez, al dar la autorización para que la mujer
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