Teoría Neoclásica de La Admon
Teoría Neoclásica de La Admon
Teoría Neoclásica de La Admon
ANTECEDENTES
La Escuela Neoclásica está formada por los continuadores de los clásicos de la administración:
TAYLOR y FAYOL. Incluye a varios autores, los cuales aceptan íntegramente las pautas
filosóficas y metodológicas de los precursores, pudiendo definir dos grandes ramas:
Cronológicamente se la encuadra entre los años 1925 y 1946 junto con la escuela de
Relaciones Humanas (Mayo), aunque su verdadero momento de producción y actuación se dio
entre 1930 y 1948.
Precisamente en ésta dimensión ocurrió que los hechos sucedidos transformaron a las
organizaciones, obligando a los investigadores a estudiar formas de adaptación y
modernización de las técnicas tradicionales de eficiencia y racionalización.
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Estos sucesos fueron la 2º Guerra Mundial, la expansión económica de los Estados Unidos, el
constante grado de concentración económica y la evolución del nivel tecnológico, que
generaron las siguientes características diferenciales:
Con estas características hubo otras que no variaron desde el momento en que Taylor y Fayol
aportaron sus desarrollos, las cuales son:
Su finalidad era adaptar y ajustar los esquemas clásicos a las nuevas exigencias del contexto
sin modificar sustancialmente los modelos clásicos.
Formada por ingenieros que continuaron desarrollando los métodos y técnicas de Taylor, Gantt
y Gilbreth, centrando su atención sobre la fábrica y el estudio de los métodos y tiempos.
Autores como Barnes, Nadler y otros, modificaron y desarrollaron estos métodos logrando
adaptarse al nuevo entorno.
Podemos citar a los siguientes autores: Gulick, Urwick, Mooney, Koontz, etc.
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Trataron de dar respuesta a las necesidades referidas a los problemas de dirección de las
empresas (en especial a principios, estructura y control).
Gulick y Urwick mostraron mayor preocupación por el tratamiento de los principios tratando de
lograr una aplicación al real problema de las organizaciones.
Gulick expone que la tarea de administrar consta de siete elementos, dos más que Fayol
(prever, coordinar, organizar, dirigir y controlar):
1) Planificación.
2) Organización.
3) Formación del plantel
4) Dirección.
5) Coordinación.
6) Rendición de cuentas
7) Confección de presupuesto.
Con las iniciales de éstos elementos se forma la palabra: POSDCORB, con la cual denomina su
modelo de administración.
William Newman agrega una sexta función a las enunciadas por Fayol, a la que llama
Excepción: ejecución por parte de los administradores de tareas no delegadas.
Estos autores recibieron muchas críticas a la estructura de principios por ellos enunciada,
debido a falencias explicativas y normativas de algunos de ellos. Los principios más
importantes a los cuales los autores neoclásicos prestaron mayor atención fueron:
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FAYOL expuso este principio como: para una acción cualquiera, un agente no debe recibir
órdenes más que de un jefe. GULICK observa, apoyando a este principio, que las unidades
administrativas bien dirigidas tienen en su gran mayoría al frente a un solo administrador,
exponiendo además que las unidades administrativas dirigidas por comités o comisiones fallan
debido a que su mecanismo es inevitablemente lento, engorroso, antieconómico e ineficaz y no
es fácil hacerlo colaborar con otros departamentos.
Los neoclásicos establecen las formas de especialización que existen dándoles, por supuesto,
un carácter principista.
La primera es la “especialización por finalidad”, que consiste en agrupar las distintas tareas de
la empresa por tipo de actividad o por fines comunitarios.
La tercera forma es la “geográfica o por zonas”, que consiste en especializar por subdivisión
zonal.
2) Autoridad y Responsabilidad.
Entre los principios neoclásicos se acuerda especial interés a la correlación que debe existir
entre autoridad y responsabilidad. Podemos citar las definiciones de Koontz y O´Donnell que
establecen su concepción al explicar que:
La autoridad formal sigue la fuerza básica que hace del trabajo directivo lo que es. La
autoridad es la única fuerza cohesiva que existe en la empresa. Urwick señala al respecto que
la responsabilidad de los que posean autoridad debe ser absoluta dentro de los límites que
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define el cargo. Explica además que los supervisores son responsables personalmente por los
actos de sus subordinados y que, en todos los niveles, autoridad y responsabilidad deben
coincidir y ser iguales.
Por la forma en que la Escuela Neoclásica resolvió los problemas estructurales y en especial por
su aplicación inflexible de los principios de unidad de mando y de especialización, se vieron
forzados a desarrollar mecanismos de coordinación que flexibilizaran el concepto de
autoridad, sin perder el control. El notable incremento en la cantidad de miembros y en la
multiplicidad de fines en las empresas, obligó a los neoclásicos a buscar la forma de aplicarlo,
sin perder ni la unidad de mando ni la responsabilidad de cada función.
Gulick y Urwick coinciden en que a medida que crecen el volumen y la escala de la labor de la
organización, crece la necesidad de que a los altos administradores los ayude constantemente
un número cada vez mayor de expertos y especialistas, reconociendo también que la
multiplicación de estos expertos del estado mayor ha colocado a los altos administrativos ante
nuevos y complejos problemas de coordinación.
La enunciación del principio de autoridad de línea tradicional y rígida, fue extraída de los
manuales militares y de los conceptos de autoridad de Fayol. Unido a éste, definieron el
concepto de ESTADO MAYOR ESPECIAL a quien el administrador suministra responsabilidades
específicas de asesoramiento en temas que escapan a su dominio, consecuencia de una mayor
especialización y de la multiplicidad de fines y metas.
También enunciaron el principio de ESTADO MAYOR GENERAL, cuya misión debe ser la ayuda al
funcionario de línea en la consecución de las metas de dirección, coordinación y control.
Este ESTADO MAYOR GENERAL no es solamente un asesor, sino que debe además preparar y
transmitir órdenes, debe coordinar y controlar las tareas, aunque todo lo hace como
representante del funcionario de línea y en función de las decisiones que éste haya adoptado.
Este principio intenta actuar como parche de la ineficiencia que genera la aplicación de los
otros, y no hace otra cosa que aumentar la confusión y obligar a la “Doctrina Administrativa
Neoclásica” a dar otro paso hacia su definitivo derrumbe.
Este principio consiste en limitar la cantidad de subordinados a cada superior, para que éste no
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pierda la posibilidad de controlarlos, siendo este principio el único en el cual encontramos
discrepancias en el pensamiento de los diferentes autores neoclásicos; dichas diferencias se
refieren a la cantidad o número de personas que sería el límite de control y no a aspectos de
fondo o de concepción del principio.
Urwick señala que el límite máximo de alcance del control está entre cinco o seis subordinados
por cada superior. Gulick no define números e intenta analizar los factores que influyen en la
decisión, como por ejemplo aptitudes de mando del superior, su cercanía a los subordinados y
el tipo de trabajo que ejecutan. Newman fija límites entre 3 y 7 subordinados para las tareas de
mayor nivel, y entre 15 y 20 empleados cuando se trate de tareas operativas de menor nivel.
Koontz y O´Donnell hablan de 4 a 8 subalternos para los niveles superiores y de 8 a 15
empleados para los niveles inferiores.
El manual de funciones, autoridad y responsabilidad describe éstos elementos para cada cargo.
Los autores neoclásicos elaboraron un modelo de estructura denominado ACME, sigla
representativa de la Association of Consulting Management of Engineers, para responder a las
necesidades de contar con un modelo matriz para estructurar sus operaciones.
Con éste modelo se trata de establecer un organigrama estándar para todo tipo de
organizaciones y se sigue utilizando hoy en día.
CONCLUSIONES.
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Fueron formalistas y no reconocieron la influencia de las variables de la conducta.
Fueron modelos mecanicistas y estáticos.
Su falta de rigor científico los obligó a apoyarse en los principios de la administración, los
cuales carecen del aspecto más importante de la tarea científica: lograr descripciones y
explicaciones del fenómeno.
Las técnicas derivadas de los principios son aplicables en algunos casos, pero presentan
falencias estructurales que obligan a un análisis de aplicación y por lo tanto son poco seguras
y prácticas.
Ejemplos:
Todas éstas herramientas han sido formuladas de tal forma que para su utilización se deben
efectuar tantos controles previos y tantos ajustes y recortes que no justifican su pretensión de
modelos.
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