Cómo Iniciarse en La Investigación Académica Una Guía Práctica Págs 82 A 101

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3.2.

Delimitación del tema y planteamiento del problema


3.2.1. ¿Dónde empieza la elección de un tema?
Para los autores un tema de investigación comienza a desarrollarse en nuestra
cabeza formulándonos preguntas. Las preguntas que dan inicio a nuestras
primeras motivaciones provienen de la curiosidad por conocer y entender algo
que llama nuestra atención. ¿Qué sentido tiene la fe en los derechos humanos?,
¿Por qué persisten formas de machismo en varios ámbitos de nuestra sociedad
moderna? Estas, entre otras, son solo algunas de las preguntas que pueden
surgir de forma “inmediata” e “ingenua” en nuestra mentes cuando estamos
atentos a nuestro entorno, especialmente, cuando empezamos a lidiar con la idea
de que tenemos que plantear un tema que, al final del camino, nos lleve a realizar
un trabajo de investigación.

3.2.1. Elección y delimitación del tema


En cuanto a la elección y delimitación del tema lo primero se tiene que decidir
entre todas las preguntas posibles, cual es la que llama en mayor medida nuestra
atención. Debemos focalizar nuestra atención y escoger un tema que sirva como
referente de intereses. Tal tema elegido el asunto preliminar de investigación y es
definido como el objeto preciso y específico sobre el cual va a plantearse y
desarrollarse nuestra investigación. Es fundamental, porque será nuestro eje de
referencia, nuestro norte. En el trabajo de investigación se busca construir una
posición intelectual que pueda fundamentarse y defenderse suficientemente. Para
que esto suceda, el tema elegido debe ser viable, es decir, contar con suficientes
fuentes de consulta especializados y fiables. Dadas estas condiciones, conviene
precisar que existen ciertas pautas que nos permitirán delimitar adecuadamente el
asunto, de modo que pueda funcionar como tema de de investigación. Hay cuatro
criterios básicos de delimitación, el temático, que el criterio fundamental; el
espacial; el temporal; y, el referido a los recursos materiales.

Respecto al criterio temático, definir uno o algunos de los aspectos de un tema


resulta imprescindible a la hora de elaborar una organización inicial de las ideas.
Esta labor de definir consiste en delimitar, es decir, en establecer límites al campo
de asuntos múltiples que se abre en nuestra mente cada vez que un tema
empieza a rondar nuestra cabeza. Esta delimitación habrá de ubicar el aspecto

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preferencial de nuestro tema de investigación, lo cual supone simultáneamente
restringir otros aspectos que quedarán de lado o pasaran a un segundo plano:
escoger uno o unos pocos aspectos de un tema de investigación implica relegar a
otros. De esta manera respondemos a la pregunta que nosotros, como
investigadores, nos hemos de plantear: ¿en qué aspectos quiero profundizar?
Delimitar un tema implica, pues, identificar, y establecer el eje de nuestra
investigación. Delimitar es tratar de escoger razonable y disciplinadamente un
tema viable de investigación. Nos podemos valer de una lluvia de ideas
relacionadas con el tema elegido, a partir de esta lluvia de ideas será posible
luego armar un esquema o mapa de ideas donde se organice, vincule y relacione
toda la información previa, lo cual redundará en una comprensión más detallada
y profunda del tema de nuestra parte. En sentido estricto, no hay reglas a priori
sobre cuales aspectos hay que escoger; simplemente vamos hallando pistas,
articulando ideas e identificando el orden de los aspectos de un tema que nos
parecen importantes hasta darnos cuenta, no por un impulso ni por una emoción,
sino por una percepción razonable y clara que brota a partir de nuestra lluvia de
ideas, de que los aspectos escogidos lleva a una investigación viable. Respecto a
la delimitación de un tema complejo, sabemos que una investigación académica
es un sano desafío a nuestra inteligencia; una forma muy eficaz de completar
nuestra formación. No debe ser nunca una muletilla académica o una mera
formalidad. Los temas complejos además, nos permiten darnos cuenta de que la
delimitación puede ser más fina, más justa, más rigurosa, si el tema así lo exige
para su completa calidad de enfoque.

En la delimitación espacial, se responde a la pregunta ¿Cuál es el marco


referencial para desarrollar nuestra investigación?, con la delimitación temporal,
respondemos a la pregunta ¿Qué momento especifico del tema queremos o
precisamos abordar? Los criterios de delimitación espacial y temporal no son de
valor “universal”, como si lo es el criterio de delimitación temática.

El cuarto criterio de delimitación refiere a la consideración de los recursos que


están a nuestra disposición (o no) para realizar nuestra investigación. Es un
criterio muy importante y responde, sin embargo, a un elemento de consideración
pragmática muy simple: ¿tenemos lo necesario para sacar adelante nuestra

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investigación?, ¿disponemos de fuentes de información pertinentes, en número
suficiente?¿contamos con los laboratorios o la infraestructura necesaria en el
caso de investigaciones que lo demanden (que no es el caso de las
investigaciones bibliográficas)?, ¿tenemos recurso económicos suficientes, si es
que la investigación demanda gastos en viajes, materiales, estadías? ¿contamos
con tutores o asesores competentes si es que la investigación o demandase?
Debemos ser capaces de responder a estas preguntas de forma afirmativa si es
que aparecen como necesarias para afrontar una investigación académica o
científica. Si podemos responder afirmativamente, entonces podemos seguir
adelante.

En resumen, el criterio temático permite identificar y establecer el je de la


investigación; el criterio espacial, determina un marco geográfico referencial del
fenómeno por estudiar; el criterio temporal, define el momento preciso del
fenómeno que queremos estudiar y por último los recursos materiales son con los
que contamos para realizar la investigación.

3.2.1.¿Es lo mismo delimitar y escoger un título?


Según el texto no, no hay que confundir ambas cosas, aunque en los enunciados
respectivos. Son dos momentos de un mismo proceso. El enunciado del tema
delimita de la manera más precisa y clara posible un área de investigación, a la
que se ha dado ya una dirección, una serie de parámetros y restricciones, sobre
todo, un enfoque prioritario. En tanto es el indicador y la guía de nuestro
compromiso académico sobre el tema, su enunciación debe seguir una pauta
clara: debe tener la forma de una frase nominal con todos los detalles suficientes
para entender de manera precisa y transparente el asunto específico que
queremos investigar. Su finalidad es metodológica y no exige ser retóricamente
sugerente. Por otro lado, el titulo de un trabajo de investigación es el nombre que
le asignamos al texto resultante de nuestra investigación y, por ello su principal
propósito es que llame la atención de los lectores potenciales. Para tal fin, el título
suele tener forma de frase nominal relativamente breve, sugerente y tractiva, que
motive suficientemente a alguien para que se interese por nuestro trabajo. En fin
debe revelar claramente el tema de investigación.

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3.2.1. Planteamiento de la pregunta de investigación
En lo que respecta al planteamiento de la pregunta de investigación los autores
refieren que preguntar es la clave de una buena investigación. Plantear una
pregunta implica proponer un problema intelectual, un problema de investigación
y, en ese sentido, salir de la conocida “zona de confort”, el espacio de ideas y
“certeza” donde nos sentimos a salvo. Una vez que tengamos y estando
dispuestos a que aparezcan distintas inquietudes en nuestra mente el tema
delimitado los autores proponen que convirtamos esas inquietudes en preguntas
claras, precisas y estrechamente alienadas con nuestro tema de investigación.
Responder a esas preguntas será nuestra finalidad con la investigación.
Buscaremos responder con claridad, orden y rigor a todas las preguntas
pertinentes que vayan surgiendo. Si hemos empezado a leer y cuestionar lo que
leemos, nos daremos cuenta de que estas preguntas que nos hacemos no tienen
la misma inmediatez e “ingenuidad” que aquellas que motivaron nuestro primer
interés por un tema que, finalmente, debió ser delimitado con rigor y claridad:
estas preguntas están, más bien, motivadas a partir del tema ya delimitado. De
todas ellas, habrá que escoger una, la principal, aquella que reúna a todas las
demás. Esa pregunta será la central y constituirá el eje del problema de
investigación que deberá ser resuelto. Esa pregunta se convertirá en nuestro foco
de atención, como nuestro faro de dirección; por ella nos guiaremos hacia delante
y gracias ella no perderemos la dirección; nos dirá que debemos responder de
manera principal y nos cuidara, en lo posible, para no dejarnos seducir por todas
aquellas cuestiones que irán apareciendo tangencialmente y que podrían también
in interesarnos.

En suma, la pregunta de investigación constituye el eje del problema de


investigación que será abordado. Marca la ruta del proceso. La lectura y la
reflexión proporcionan recursos para definir con claridad la pregunta central. Para
finalizar, los autores recomiendan prestar atención a las siguientes pautas en el
proceso de elaboración de preguntas de investigación:

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Primero, hay que tener presente que nos lleva muy lejos plantear preguntas
obvias y muy generales: ¿hay corrupción en el país? La hay como en todos los
países. Si se desea hacer relevante esta pregunta, ser mejor preguntar, entonces,
del modo siguiente: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿De qué manera? ¿Por qué? Así,
podremos abrir camino a una respuesta justificada y explicada.

Segundo, por esta última razón, nos debe quedar claro que la pregunta no
debería resolverse con un dato preciso que ya este ampliamente difundido en
textos de difusión general e, incluso, libros de textos escolares; como por ejemplo:
¿de que comprende la clorofila?, ¿Cuál es la velocidad del sonido? La pregunta
debe plantear un reto intelectual claro y preciso.

Tercero, la pregunta no debe remitir asuntos que están más allá del alcance
razonable de la justificación académica, por ejemplo, ¿existe Dios?, ¿existe los
platillos voladores?, ¿es posible una sociedad interplanetaria?, o a temáticas
esotéricas que hagan imposible una investigación realmente seria y rigurosa de
nuestra parte, por ejemplo, ¿esta nuestra alma conectada al universo? ¿Podemos
controlar nuestro destino si conducimos bien nuestro karma?.

En conclusión, las pautas en el proceso de elaboración de preguntas tiene que


ver con (i) evitar plantear preguntas obvias (ii) formular preguntas que planteen
retos intelectuales precisos y (iii) plantear preguntas que posibiliten vías
razonables para fundamentar académicamente una posible respuesta.

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