Almacenamiento de La Cebada
Almacenamiento de La Cebada
Almacenamiento de La Cebada
2. Almacenamiento de la cebada
La cebada es más estable seca y mantenida a baja temperatura. Si ha sido recolectada por
una cosechadora cuando su contenido en agua era superior al 15% suele secarse en la granja o
en las materias. El proceso de secado tiene que llevarse a cabo de tal forma que permanezca
viable a la planta embrionaria contenida en cada grano; por consiguiente, es necesario evitar el
uso de temperaturas demasiado altas y para acelerar la desecación debe recurrirse a aumentar
la velocidad del flujo de aire y a un calentamiento gradual del mismo.
En una operación de secado típica de dos horas de duración, el aire utilizado para desecación
debe hallarse inicialmente a 54ºC e ir elevando su temperatura hasta los 66ºC, pero la
temperatura del grano nunca debe sobrepasar 52ºC. El calentamiento tiene habitualmente otro
efecto ventajoso, el de reducir el tiempo necesario para finalizar el período durmiente (estado
de reposo). Un tratamiento típico consiste en desecarla hasta un 12% de agua y almacenarla
luego a 25ºC durante 7-14 días. Es habitual reducir después la temperatura a 15ºC, mientras
se efectúan las operaciones de limpieza y clasificación de los granos por tamaño. El movimiento
del oxígeno, necesario para que los embriones respiren.
Si está húmedo, el grano es fácilmente atacado por los insectos y los hongos causantes de su
deterioro, especialmente si la temperatura supera los 15ºC. El metabolismo de los insectos y el
de los hongos, cuando se establecen, produce agua y eleva localmente la temperatura, lo que
favorece la extensión de la infección. Bajo condiciones extremas, la elevación de la temperatura
puede incluso causar el incendio del grano. Es, por tanto, conveniente tener en cada silo varios
elementos termosensibles, de este modo se puede detectar cualquier subida significativa de
temperatura y tomar las medidas oportunas para evitar un deterioro grave.
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