Jonathan Burrows Postdance Conference Traduccic3b3n

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Discurso de apertura de Jonathan Burrows para la

Conferencia Postdanza en Estocolmo


CURADA POR ANDRÉ LEPECKI PARA MDT Y CULLBERG BALLET, ESTOCOLMO, OCTUBRE 14, 2015.

Buen día y bienvenidos.

Andre Lepecki me insinuó que esta Conferencia Postdanza


era una oportunidad para encontrar un tiempo y un espacio
(y acentuó un tiempo y un espacio)
para reflexionar sobre los desarrollos y fuerzas que han dado forma a la imaginación coreográfica
desde la década de 1960 hasta hoy,
y cuando vi el énfasis puesto en el tiempo y el espacio
Sentí el terrible peso de lo coreográfico
y la tarea que tenemos por delante.

¿De qué modo hablamos sobre esta historia reciente de la danza?


¿Cómo podemos reconocer el presente?
¿O imaginar que es lo que podría pasar después?
¿Qué quieren escuchar?
¿Qué es lo que eventualmente podría decir?

La historia es una línea recta aunque mi cuerpo no piensa lo mismo,


hay cosas en mi memoria motriz que todavía piensa que está en 1978,
mi cuerpo no es bueno con las fechas,
o con los argumentos estéticos,
o con lo que está o no está de moda.

Estoy tratando de encontrar la manera de acercarme a esto


sin certidumbre académica
y al mismo tiempo sin nostalgia,
pero necesito el pensamiento de la academia para mantener el rumbo porque mi cuerpo no es
confiable,
y la nostalgia va y viene,
como siempre.

Esta charla es bastante subjetiva a falta de una imagen clara,


y ver lo que mi cuerpo podría pensar sobre la historia, en relación con el futuro, si me arriesgara a
preguntárselo.

Y resulta que tengo muchos pasos1 en mí que van hacia atrás


Y algunos de ellos están de moda y otros son muy sospechosos,
pero mi cuerpo es notablemente desprejuiciado en contra de estos modelos
y vomita lo viejo contra lo nuevo con una lógica de acero en la que intento no confiar.

Y la nostalgia resulta absorbida en el movimiento

1. Se refiere a secuencias de movimiento.

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Y entonces todo parece igual cuando danzas.

Es una forma de arte indiferente cuando se reduce a ello,


y piensas en el tiempo que lleva descifrar algo
y la rapidez con la que podemos fecharlo poco después,
y luego pensar por cuánto tiempo más ese material fechado se situará en tus músculos,
y estás en tu lecho de muerte y tus piernas todavía están pensando en las rutinas de danza bajo-
Cunningham (sub-Cunningham).

Judson para mi generación


eran las técnicas de contact y release,
el movimiento feminista y la improvisación
en aquel momento nadie hablaba demasiado sobre el Trio A.

Para ver el Trio A tenías que hacer cola en la Biblioteca Pública de Nueva York
y te pasaban un video U-matic en un cuchitril,
al que veías con los auriculares puestos
frente a un televisor en una sala pública colmada.

Era muy exótico.

Mientras tanto, mucho de lo introducido en nuestros cuerpos llegaba mediante una especie de
ósmosis
que fluía de un/a bailarín/a a otro/a,
y todo parecía posible y sin el peso de una comprobación histórica.

En 1980 o 1981 fui al Festival Dartington en Inglaterra


(como dije antes, mi cuerpo no es demasiado bueno con las fechas)
y terminé, por accidente, en una recreación de Satisfyin Lover de Steve Paxton,
nunca se nos ocurrió que estábamos cruzándonos con un ícono,
era solo algo que compartíamos en un taller del festival,
a él le gustó que algunos se rieran
porque la risa contenida parecía una respuesta más directa,
después fuimos a una discoteca.

Y cuando Ramsay Burt me mostró su colección de films sobre la Judson


dije “Pero esto parece más moderno que lo postmoderno”, pensé en Merce Cunningham,
y me pregunté sobre el momento posterior a la Judson
cuando surgió toda aquella delicada inteligencia en los 70, pensábamos que era Judson aunque no
era exactamente así,
de todos modos, basamos nuestra idea de la Judson en aquello
principalmente porque era la misma gente
diez años después y en algo más rico y más extraño
que parecía y se sentía postmoderno y de alguna manera alimentaba todo,
y que ahora está en peligro de ser eclipsado por el gigante del icónico archivo de la Judson en su
borroso blanco y negro.

Y puedo entender que alguien joven podría pensar que el Trio A estuvo siempre disponible,

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subido en You Tube,
pero en ese momento tuvimos que tomar la palabra de Sally Banes sobre él.

Y parece ser que ella y otros llamaron a la Judson post-moderna en parte porque apareció
“después de la danza moderna”,
y, por otro lado, la expresión quedó atrapada en el actual término filosófico
lo cual confundió las cosas, por años,
y a partir de ahí cualquier cosa vagamente pedestre se llamó posmoderna,
luego, y para confundir aún más las cosas, casualmente comenzamos a leer sobre posmodernismo
y entonces fue fácil pensar que lo que estábamos haciendo siempre había sido efectivamente
posmoderno
y tal vez lo fue.

Realmente no tengo idea, no puedo recordar qué pensaba sobre lo que estaba haciendo u
observando
o lo que otros pensaban sobre lo que estaban haciendo.

Escuché que hubo una reunión en la Judson hace un tiempo


y Simone Forti dijo que el problema estaba en que nadie había rechazado a la Judson,
y debo decir que, de alguna manera realmente parece inexplicable que Judson sea todavía el
futuro,
y es difícil determinar cuáles podrían ser las consecuencias de esto.

En los 80, la Judson era el pasado reciente que había abierto una puerta
y el futuro aún no se había prendido a algún momento perfecto del pasado histórico.

Porque nuestra mente-cuerpo no funciona así,


es realmente más anárquica y no se someterá a las jerarquías del conocimiento.

Somos como esos programas de TV


sobre personas que acumulan cosas inútiles
y por sobre todo no queremos que el caos se ordene,
e incluso si lo hiciéramos, no hay una disociación entre Trisha Brown y un video de Michael
Jackson,
porque nuestra memoria motriz clasifica de acuerdo a similitudes de movimiento,
que es tanto una maldición como una bendición y es la fuente de nuestro trabajo.

Y Ramsay Burt habla sobre "el modo desinteresado de la performance"


al que considera el modo dominante,
y yo sé lo que quiere decir y lo que se siente,
y llegué a notar recientemente cuando lo uso y cuando no
y lo uso principalmente cuando siento que debería ser más contemporáneo.

Como en la “danza contemporánea”,


la cual ha sido contemporánea por los últimos 50 años,
lo cual hace que sea un poco difícil para nosotros ubicar el presente,
mucho menos el pasado,
o las oportunidades futuras.

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Y, al mismo tiempo, mi yo performativo recuerda otras formas de involucrarme,
Y me las sugiere como una solución serena,
y como un acto de resistencia,
en contra de la idea de que lo contemporáneo podría ser fácilmente representado
por un tipo de caminata particular,
o por un par de zapatillas deportivas.

Porque continuamente la danza está ocupada


en eliminar el desorden y luego reciclar todo lo que el cuerpo podría expulsar y permitir,
en qué área de conflicto lo queer, el folk, el pop, el “trash”, el burlesque, lo negro, el kitsch, la calle
y el vodevile
son pérdidas constantes y ocasionalmente victorias triunfantes,
y por mucho tiempo también florecen
independientemente de ese constructo llamado lo contemporáneo,
porque el futuro lo contiene todo.

O como Anne Teresa de Keersmaeker dijo a uno de los primeros grupos de estudiantes en
P.A.R.T.S.,
“¿Por qué se conformarían con menos?”

Esto es subjetivo,
esto es un caos,
porque así es como se sintieron los últimos 50 años a nivel celular,
lo cual es nuestra gran fortaleza y también una bendición,
por difícil que sea entender lo que realmente está pasando.

Robert Cohan, bailarín de Martha Graham y fundador de la primera compañía de danza moderna
de Londres,
fue a observar un ensayo de sus antiguos bailarines y al retirarse se dirigió a mí y dijo,
“Jonathan, en este lugar la gente piensa que la danza todavía tiene sentido”,
lo miré y pensé que tenía razón aunque no estaba tan seguro sobre qué hacer con todo eso.

Y todavía ronda la posibilidad de que la danza podría tener un significado,


a nivel celular,
o al menos uno podría decir que muchos de nosotros experimentamos ocasionalmente un
momento de expresión culpable,
que se alza como un fantasma y debe ser contextualizado.

Y la ubicación del significado se ha trasladado


desde el cuerpo, al teatro, al espectador
pero el sentimiento es mutuo cuando lo sientes
por eso a la mayoría de nosotros nos gusta bailar.

Fui al Museé de la Danse de Boris Charmatz en la Tate Modern


y pensé “Ésta es mi gente”,
y pensé "No me importa dónde hacen esto, pero una galería es tan buena como cualquier otro
lugar, siempre y cuando continúen haciéndolo",
y me pregunté qué era lo que estaban haciendo y
si era viejo o nuevo,

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y aquello parecía desafiar una ubicación exacta y pensé
que tal vez eso es lo que estamos haciendo,
de alguna manera seguir ocupando estos espacios que no se pueden identificar fácilmente
pero que viven en el cuerpo
y pueden ser activados en cualquier lugar,
y por mucho que nos preocupemos porque deberíamos ser más populares,
disfrutamos de este lugar de desvío privilegiado que atrae a la gente,
y no tiene nada que ver con la historia sino que se trata de volverse desafiante e inteligente.

Y no creo “en el momento”


pero odiaría ver al culto del archivo situarse como un elefante en nuestro pragmático olvido.

Y odiaría ver la máquina de Facebook


hacernos estúpidamente olvidadizos,
de tal modo que solo podemos tolerar lo que sucede en un día
e inmediatamente tirar todo lo demás,
incluidos a nosotros mismos,
y a nuestros amigos,
y al trabajo que amamos,
y necesitamos.

Entonces comencé a escribir una lista de todos los artistas de la danza todavía vivos
y aún activos,
cuyo trabajo amo,
y necesito,
y la lista se hizo más y más larga y seguí escribiendo
y se las iba a leer,
e iba a terminar la lista con aquellos que extrañaba
diciendo tú, y tú, y tú, y tú,
y tú, y tú, y tú.

Y algunos de ellos ya estaban creando desde hace 50 años atrás


pero no se sienten historia,
no a nivel celular.

El problema es que seguimos mirando los 50 últimos años


para intentar y asegurarnos si lo que estamos haciendo es nuevo,
y nos olvidamos de que tenemos esta cosa llamada cuerpo
que no ha cambiado mucho en los últimos 150.000 años,
y que es un lugar muy especial desde el cual resistir todo esto,

Y de todos modos, el culto a lo nuevo impulsa el consumismo descontrolado


lo cual es algo que debemos y podemos resistir.

Y todo es nuevo en el momento de la performance si así lo quieres.

Seguimos mirando los pasados 50 años para asegurarnos de que lo que estamos haciendo es nuevo
pero como dijo el artista Grayson Perry sobre la pintura,
dado que no hay nada nuevo, terminas buscando un matiz,

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una pequeña variación que puedas hacer tuya,
y la mayoría de los matices ya fueron tomados.

Hace 50 años no éramos muchos y todos nos conocíamos


pero ahora somos miles
y todos estamos buscando un matiz,
y el mercado ama un producto nicho2
pero todo se siente un tanto insostenible.

Y depende de nosotros no inclinarnos ante esta máquina destructiva


impulsados por redes de productores
a merced de una escena cultural mercantilizada,
sino más bien evaluar lo que pasamos a través y lo que pasa a través de nosotros
y crear nuestra propia agenda para los próximos 50 años,
que honra la historia en nuestros cuerpos
y deja espacio para el caos que emerge
y la humanidad,
reinventada con cada generación
no tiene nada que ver con el pasado.

Este es el comienzo de la Conferencia Postdanza,


es un desafío especial dirigido al centro del problema,
después de estos 50 años nos encontramos un poco inseguros sobre si ya no queremos seguir
bailando más.

Lo que no significa que no nos guste bailar,


sino que no estamos seguros de a dónde vamos con eso.

Y hemos inventado el término “campo post coreográfico”,


y todos acampamos ahí bajo las estrellas
mientras resolvemos lo que significa,
lo cual es complicado.

Y Hans-Thies Lehmann y Helene Varopoulou escribieron una carta imaginaria a Brecht


por acontecimiento del Nuevo Teatro Epico de Tom Plischke y Kattrin Defeurt3,
y la carta decía que deberíamos resistir las “tentaciones del neo-Barroco”,
y pensé ah!, pero este barroco describe exactamente aquella ornamentación que es fundamental
para la danza,
y contiene todos nuestros detalles rítmicos sentidos intensamente a nivel celular
que abre mundos y mundos y cambia todo.

Y pensé, ¿cómo rechazamos este asunto del Rey Sol?


tan correctamente aquí criticada,

2. Producto que atrae específicamente a un grupo en particular.


3
. Kattrin Deufert y Thomas Plischke son artistas alemanes aclamados por la crítica en el campo de la danza y el espectáculo
contemporáneos. Desde 2001 trabajan como "artistwin" deufert & plischke. Han estado persiguiendo su objetivo de un nuevo
teatro épico. Épico debido a su entrelazamiento de la realidad teatral, la colectividad situacional y la documentación narrativa
personal.

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¿cómo afirmamos y recuperamos nuevamente esa alegría radical y necesaria que sentimos
cuando hacemos malabarismos con nuestras sinapsis en un juego de detalles que circunnavega
todo significado concreto
y sin embargo tiene mucho sentido?

Porque como Deborah Hay señaló,


la danza es siempre un acto político.

Y aquí en Estocolmo 14 años atrás,


el Festival Panacea de Mårten Spånberg
aparecía como el nacimiento de algo nuevo que ahora llamamos conceptual,
que fue un caos de pensamiento
y solo después se convirtió en historia,
caos que podríamos aprovechar y celebrar
y no llamarlo conceptual
o post-post conceptual,
sino más bien una manera nueva de lidiar con cómo vemos, con qué es lo que vemos y lo que
importa,
ya sea danzando o no,
para lo cual el uso del término dramaturgia es un poco inadecuado y profesoral,
y lo que hace cambiar la percepción es la verdadera revolución.

Que nos volvimos inteligentes para re-contextualizar todo el caos con el que el cuerpo
nos abruma,
y con el que abruma a la audiencia,
y así apartarnos sutilmente de los usuales intentos torpes para resolver esta forma de arte llamada
danza
cuando la mayoría de nosotros preferiríamos pararnos y hacer.

Y mientras tanto los departamentos de danza de las universidades se expandieron


junto con la difusión de los estudios coreográficos,
lo cual es una maldición y también una bendición,
y las universidades se benefician de los cursos y los impulsan para que se vuelvan facturables
y resulten aptos para conseguir empleo
lo cual es una batalla continua,
y como dije antes, las cosas se volvieron más multitudinarias,
pero muchos de nosotros hemos encontrado allí refugio, y un tiempo y un espacio
y una cultura que nos sostenga,
y los límites se están volviendo más fluidos
y el viejo cerco está cayendo.

Y el fallecimiento de Pina Bausch nos dejó la pregunta


¿qué es lo que el tanztheater podría ser en el siglo XXI?

Y el fallecimiento de Merce Cunningham nos dejó la pregunta


¿Qué oportunidad existe para la danza abstracta en el siglo XXI?

Y el Océano Atlántico se quedó donde estaba


y la gente creó a ambos lados de él

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y permanecieron algo escépticos recíprocamente
y un poco nerviosos por las cuestiones de la apertura.

Y el hip hop convirtió el virtuosismo en un acto político


y cruzó todos los continentes
y encontró su camino lentamente en nuestra memoria motriz colectiva.

Y la cultura rave encendió el mundo con la danza


Y los medios y los políticos pensaron que tenía que ver con las drogas
aquella danza folklórica se había vuelto global.

Y las mujeres artistas han continuado la lucha para volverse visibles


y los artistas negros han continuado la lucha para volverse visibles
y los artistas discapacitados han continuado la lucha para volverse visibles
y los artistas más viejos han continuado la lucha para mantenerse visibles.

Y los artistas con discapacidad


nos han mostrado cuán limitada es nuestra idea de habilidad.

Y como dice Jérôme Bel,


YouTube se ha transformado en nuestra primera biblioteca,
lo cual cambia todo aunque realmente no sabemos cómo.

Y el futuro es virtual y también no virtual.

Y luchamos para sobrevivir


la muerte del autor
y el ascenso del curador
y su amigo el espectador
escondido atrás
para evitar convertirse en un participante reacio,
y el ojo externo pagado por el productor,
y el avance de la comercialización y los mercados
y ese ejercicio vacío de valor llamado aplicación para financiamiento.

Y todas las consecuencias económicas también las debemos discutir,


y digerir,
y conquistar,

Y una generación más joven ha llegado fuera de todo esto


e inventó sus propios medios de distribución,
colectivamente, por debajo del mercado, más allá del consenso,
socialmente activa,
inteligente con las instituciones,
rechazando lo icónico
y en un absoluto post-nada, solo presente
porque tuvieron que hacerlo.

Todo esto no ha pasado desapercibido para las galerías de arte

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quienes transformaron en hermosa virtud aquellas cualidades de nuestra forma artística de las que
siempre nos hemos avergonzado,
como la endeble, olvidable inexistencia de todo,
lo cual es bueno siempre que resistamos cuando nos dicen que sus espacios son los mejores
y luego marginando la mitad de lo que hacemos
(porque ¿por qué se conformarían con menos?).

O prestándonos los modelos de una Biennale


que puede marginar a la gente después de una carrera de cinco años
y todos perdemos
en la vieja persecución hiper-capitalista de lo nuevo.

Porque la historia se desplaza lateralmente en el cuerpo


y se superpone
y más o menos ignora la moda
o la línea oficial del tiempo.

Y como dije antes, todo esto, tiene 150.000 años de antigüedad en un cálculo conservador,
así que no hay apuro.

Este es como un paseo en el bosque


con un guía a quien los árboles no dejan ver el bosque,
y cada árbol está siempre casi en algún lugar
que es el mejor lugar para estar.

Siempre casi estamos en algún lugar y las mejores obras nunca llegan totalmente
Y nos dejan pensando de antemano en lo que podría pasar después.

Nos dejan pensando en lo que podría pasar después


y nunca más que en una performance de 4 horas,
o en 24 horas de performance
(porque ¿por qué se conformarían con menos?).
o una performance de 24 minutos.

Y estamos siempre casi en algún lugar lentamente


y las mejores obras nunca llegan
sino que permanecen inminentes,
aquí es en donde los dejaré,
aquí mismo,
correctamente crítico pero de paso,
hoy aquí y mañana no estaré.

Gracias.

With grateful thanks to Ramsay Burt, Katye Coe, Mette Edvardson, Sue MacLaine and Chrysa
Parkinson for help and advice on the subtleties of it all.

© Jonathan Burrows 2015

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