Como Debo Hablarles de Sexo A Mis Hijos
Como Debo Hablarles de Sexo A Mis Hijos
Como Debo Hablarles de Sexo A Mis Hijos
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5 de mayo de
2020
Sexo. ¡Shhhhh! Esta es una tarea obligada para los padres, pero a la vez incómoda. Día
a día veo a más padres hablar con naturalidad de estos temas con sus hijos, pero aun
con una deuda de un plan definido. Es decir, cada padre habla desde su trinchera, su
vivencia y su cosmovisión particular. A pesar de que los padres de hoy en día tienen
más anuencia y conciencia al hablar, aún nos falta afinar un poco más el enfoque. A fin
de cuentas, ¿dónde aprende de sexualidad la comunidad cristiana? ¿Quién inventó el
sexo?
Es más, ¿quién es el sexólogo más reconocido del Universo? Todas son preguntas que
tienen su fundamento en Dios. Entonces, ¿cuál es el plan basado en el consejo de Dios
que tenemos para hablar de sexualidad con nuestros hijos? Ahí es donde los padres se
diferencian entre los “regulares” y los “extraordinarios e intencionados”.
Mientras escribo esto, mi hija de 14 años hace preguntas difíciles, y mi hijo de 11 toma
nota y luego me las replantea de una manera distinta. Soy sujeto de esos temores en
cuanto a las decisiones que mis hijos tomarán dentro de muy poco tiempo, y también
esclavo de la tranquilidad de pensar que aún son muy chicos para estos temas. El
tiempo de hablarles sobre sexo es ahora, porque hay un mundo entero allá afuera que
quiere discutir estos temas con ellos.
La iglesia debe empezar con esta premisa: “La mayoría de los padres quieren que sus
hijos tomen buenas decisiones referentes al sexo, pero no tienen idea de dónde
empezar”. Una vez más, allí entramos los líderes y la iglesia, como una herramienta
para la familia.
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Cualquier experto en estos temas te dirá que el mejor ambiente para enseñar sexualidad
a nuestros hijos se da en una familia tradicional. Papá y mamá. Y aun me permito hacer
una observación personal. A pesar de que la labor de enseñar sexualidad es de ambos
padres, he visto que funciona mucho mejor si la carga de las hijas es llevada por las
madres y la de los hijos por los padres. Hay un asunto simplemente de empatía que yo
no puedo tener con mi hija de 14 y mi esposa sí puede. Y hay un sinfín de cosas que mi
hijo siente y pensamientos que tiene, que mi esposa nunca experimentó, así que me es
más sencillo a mí hacerlo.
Evidentemente estoy consciente de que la familia tradicional dejó de ser la norma hace
mucho tiempo. Pero parte de la recomendación que deberíamos de hacer a los padres,
es la de buscar referentes para nuestros hijos, tanto masculinos como femeninos. Esto,
en el caso de que el hijo esté siendo guiado solo por uno de los padres. No estoy
sugiriendo que una mamá le consiga un “papá” a su hijo para que le enseñe estas cosas,
sino que busque a un varón maduro, cristiano, de buen testimonio y confiable; que
pueda afirmar las cosas que mamá le está enseñando al hijo.
Otra cosa que los expertos enseñan es que la dinámica con los hijos se da en un
ambiente de conversación. Es decir, logramos mejores resultados cuando hablamos
CON ellos en lugar de sentarnos y sermonearlos. Dios ha honrado a nuestros hijos con
un cerebro, así que es posible razonar con ellos, y hablar en el campo de lo intelectual,
no solo desde la óptica de la orden de un padre. Los hijos pueden ser llevados a la
verdad de Dios a través de la instrucción. Así que hablemos “con” ellos y no solo “a”
ellos.
Muchos padres limitan su educación sexual a decirle a sus hijos: “No sexo hasta que se
casen”. Y si bien la declaración puede tener matices de verdad, la educación sexual en la
casa es mucho más amplia que eso. Como padre no puedo esperar que el estándar final
para mis hijos sea que se “casen vírgenes”. Desde luego que deseo eso, pero además
deseo que consideren la sexualidad como fue creada por Dios. Que aprendan a verla
como algo bueno, disfrutable y como un regalo de Dios. La virginidad hasta la noche de
bodas es solo una manifestación de haber entendido todas estas cosas. Virginidad hasta
el matrimonio no significa una vida sexual plena y gratificante.
Sexualidad Distorsionada
El gran maestro Jesucristo dijo en cierta ocasión que si un ciego guiara a otro ciego
ambos caerían en un pozo. La pregunta que la iglesia debe hacer de manera obligada a
los padres es: ¿Qué dice la Biblia con respecto a la sexualidad? Sería muy triste ver al
padre junto con su hijo cayendo al hoyo porque ambos eran ciegos. Es responsabilidad
del padre ver la sexualidad con ojos bíblicos.
Esto es lo que llamamos pensamiento bíblico. Que todas las cosas, aun el sexo, se miran
desde la óptica de Dios. Solo comunicamos lo que sabemos. Y el padre cristiano debe
tener claro de dónde viene lo que él sabe. No podemos esperar que nuestros hijos
adquieran información correcta si no la tenemos nosotros. Si los padres miran el sexo
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con morbo, vergüenza, egoísmo o como una herramienta de manipulación que maquilla
los problemas de una pareja, entonces nunca lo verán desde la perspectiva maravillosa
que tiene. La enseñanza del sexo en los hijos empieza en la cosmovisión del padre.
Hay padres que sufrieron abusos en su juventud, o vivían en hogares donde su madre
era violada frecuentemente por su padre. Algunos de ellos nunca hablaron de sexo en
sus hogares y por consiguiente lo miraban como algo sucio o malo. Otros de ellos
cayeron en fornicación siendo jóvenes. Algunos tuvieron a sus hijos como resultado de
una relación nociva y hay muchas madres que han aprendido a ser solo objetos sexuales
para un esposo egoísta. ¿Crees que esto afecte la forma en la cual miran la sexualidad;
visión que luego transmitirán a sus hijos? La iglesia no puede quedarse callada al
respecto.
Dios es cuidadoso en decirnos: “Practiquen lo que les digo”, así que permíteme darte
dos consejos desde la óptica de padre de dos adolescentes y pastor de una iglesia.
No me considero viejo, pero en mis tiempos de adolescencia era mucho más sencillo
para mis padres controlar las cosas a las que yo me veía expuesto. Hoy no es así. Los
tiempos cambiaron y deberíamos aprovechar aun las cosas incorrectas, vulgares o
malintencionadas que nuestros hijos miran, para poder platicar del tema.
Mi hijo de 11 años está en ese proceso espantoso donde, poco a poco, abandona la
inocencia. Puedo mirarlo en sus ojos cuando me hace preguntas. Y debo de estar listo
para responder con pláticas y no con rubor a sus inquietudes.
Para esto se necesita algo llamado INTENCIÓN. Recién estuve de viaje con él, y en la
habitación donde nos hospedábamos tuvimos pláticas muy profundas y cortas de la
sexualidad (sí, dije “cortas” porque un chico de 11 años no mantiene demasiado tiempo
su atención en lo que un papá le diga). Sin embargo, puedo darte fe que eso no solo nos
une como padre e hijo, sino que además a él le da la sensación de que tiene la puerta
abierta con papá. Una puerta donde siempre va a encontrar respuestas a sus preguntas.
Muchísimos padres tienen el deseo de que sus hijos aprendan, pero no el tiempo para
sentarse a platicar con ellos.
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¡Sé el mejor sexólogo del mundo! La Biblia como primera fuente. Aprende qué dice Dios
de cada detalle. No vas a encontrar temas de sexualidad ni de pornografía, pero
definitivamente encontrarás los principios una y otra vez. Hay decenas de historias que
apuntan a esto.
Hace 3 años mi esposa empezó a leer, con mi hija, un libro escrito por mis amigos Lucas
Leys y Jim Burns. Fue un proceso de varios capítulos y muchas referencias bíblicas
donde ellas pudieron pasar tiempo platicando y evacuando dudas. Gran parte de la
sanidad mental sexual que tiene mi hija, es producto de ese tiempo con mi esposa.
Empiezo a leer el libro con mi hijo en 2 semanas…
¡Iglesia!, como lo he escrito varias veces en este libro, debemos de proveer espacios para
que los padres hagan mejor su trabajo con sus hijos. Haz tu propia encuesta local en
cuanto a cómo ayudarles a ser mejores en la comunicación de la sexualidad a las nuevas
generaciones.
Este artículo fue extraído del libro «Lo que los padres necesitan de la iglesia» –
Una guía para pastores y líderes – de Esteban Obando.
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Esteban Obando
Director nacional de e625 en Costa Rica y pastor de la iglesia Cristo Viene en Cartago. Editor general
de la Serie de libros de Consejería: Manual de consejería para el trabajo con niños y adolescentes.
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