ETICA CORTE 1 Extracción de Recursos y La Ética
ETICA CORTE 1 Extracción de Recursos y La Ética
ETICA CORTE 1 Extracción de Recursos y La Ética
RESUMEN
Hoy en día varios países desarrollados, en su mayoría, imponen reglas para evitar el
derrame de químicos, emisión de gases, contaminación de suelo y agua, etc.
1 INTRODUCCIÓN
El presente documento se dirige al análisis del pensamiento ético de las personas a cargo
de dichas empresas y como manejan los procesos de la extracción de recursos,
empezando con una explicación sobre la ética del trabajo, la contaminación de recursos
naturales, la ética y la educación en valores sobre el medio ambiente y enfoques éticos
para la extracción de recursos.
2 Ética en el trabajo
Los valores y la ética en el lugar de trabajo son importantes para mantener el orden y
garantizar que el negocio funcione y sea rentable. Sin embargo, la mayoría de las empresas
en el sector carecen de manuales o reglamentos donde se establezcan las conductas
permitidas y no permitidas dentro de los centros de trabajo y puede ser contraproducente.
Desde hace mucho tiempo existen dos enfoques en la ética ambiental para encontrar un
equilibrio entre el uso de los recursos de la Tierra y la protección del planeta. Un enfoque
se centra en la conservación de los recursos naturales, el otro hace hincapié en la
preservación de los recursos de la Tierra.
Los conservacionistas creen que la mejor manera de administrar y mantener los recursos
naturales es asegurar que estos bienes estén disponibles para el uso humano de manera que
mantengan el recurso para las generaciones futuras. Para tomar un ejemplo sencillo, los
árboles del bosque pueden ser cortados, pero el bosque debe ser replantado a una tasa igual
o mayor que la de cosecha.
Los preservacioncitas tienen un enfoque distinto. Ellos creen que la mejor manera de
administrar y mantener los recursos de la Tierra es:
Volviendo al ejemplo del bosque, las preservacioncitas se abstendrían de cortar los árboles
para proteger la biodiversidad natural del bosque –algo que, una vez destruido, no puede ser
restaurado simplemente con replantar árboles.
Y sólo hasta décadas muy recientes, este tema ha pasado a tener una preocupación ética
notable, salvo el caso de la medicina que ha tenido una tradición en el asunto desde la
antigüedad.
Nos dice Hans Jonás (1979), que todas las éticas habidas hasta ahora –ya adoptasen la
forma de preceptos directos de hacer ciertas cosas y no hacer otras, o de una determinación
de los principios de tales preceptos, o de la presentación de un fundamento de la
obligatoriedad de obedecer a tales principios– compartían tácitamente las siguientes
premisas conectadas entre sí:
2) Sobre esa base es posible determinar con claridad y sin dificultades el bien humano.
Pero la época que se inició desde mediados del siglo XX, con la capacidad del hombre de
romper esa relación constante del hombre con la naturaleza, mediante el desarrollo
científico-tecnológico, ha modificado sensiblemente el panorama.
Antes de nuestra época, las intervenciones del hombre en la naturaleza, tal y como él
mismo las veía, eran esencialmente superficiales e incapaces de dañar su permanente
equilibrio. Pero ahora, las cosas han cambiado.
Porque ya no se trata de que los hombres hagan las cosas con la diligencia del deber
cumplido. De lo que se trata es de que las hagan con responsabilidad, es decir, teniendo en
cuenta la existencia de la naturaleza, las acciones incluyen al presente y al futuro. Es el
futuro indeterminado más que el espacio contemporáneo de la acción, el que nos
proporciona el horizonte significativo de la responsabilidad, exigiendo una nueva clase de
imperativos éticos.
Carlos Osorio M (noviembre 15 de2000): “Ética y Educación en Valores sobre el Medio Ambiente para el siglo XXI En línea:
https://www.oei.es/historico/valores2/boletin11.htm
La ética y la educación en valores sobre el medio ambiente
La educación en valores puede ser considerada como una parte de la educación ética,
siempre y cuando los valores que transmita estén acordes con principios éticos universales,
y en este caso hablaremos específicamente de educación en valores morales. Con ello
queremos decir, que nos referiremos siempre a educación en valores morales, cada vez que
mencionemos el tema de los valores, pero sin olvidar que valores también son aquellas
normas y costumbre del gusto y deseo propios de una comunidad, pero que pueden no ser
exactamente valores morales.
Esto nos lleva, por consiguiente, al plano no solo de las elecciones, sino de las decisiones y
por consiguiente de las responsabilidades. ¿Porqué se toma esta o aquella decisión? ¿Quién
la toma y en función de que criterios? ¿Cuáles son los mecanismos de toma de decisiones?
¿Qué consecuencias trae determinada decisión en el corto, mediano y largo plazo? ¿En
definitiva, en función de qué sistema de valores ha sido tomada tal decisión? (Giordan y
Souchon, 1997).
Como vemos se trata de preguntas de la mayor importancia para una sociedad, preguntas
que la escuela puede promover y desarrollar como mecanismo de aprendizaje para el debate
social. La escuela puede ser uno de los mejores espacios para aprender a clarificar el
sistema de valores que se oculta detrás de una intervención ambiental. De ahí que, en el
caso de la escuela, la educación ambiental no deba ser un dispositivo de transmisión de
unos valores predeterminados, no debe ser esa su función primordial; el objetivo de la
educación ambiental, con relación al tema de los valores, a nuestro juicio, es permitir a la
comunidad educativa, avanzar en la construcción de conductas, criterios y comportamientos
hacia la sostenibilidad de una determinada sociedad, sin perder de vista el planeta en su
conjunto.
Se trata de una actividad de construcción de valores, no de imposición de valores. "En la
medida en que la moral no sea una imposición heterónoma, una deducción lógica realizada
desde posiciones teóricas establecidas, un hallazgo más o menos azaroso o una deducción
casi del todo espontánea, podemos decir que solo nos cabe una alternativa: entenderla como
una tarea de construcción o reconstrucción personal y colectiva de formas morales valiosas.
La moral no está dada de antemano ni tampoco se descubre o elige casualmente, sino que
exige un trabajo de elaboración personal, social y cultural" (Puig Rovira, 1998).
Decimos también que la educación en valores desde una perspectiva ambiental se enfoca
centralmente en el tema de la sostenibilidad, puesto que, como sabemos, la sostenibilidad
busca no comprometer la capacidad medioambiental de las futuras generaciones, además
que propende por valorar bajo otras condiciones, por ejemplo, el de la desaparición de una
especie, o bien el valorar ciertos hábitats, que en términos económicos pueden ser muy
bajos, pero de gran beneficio ambiental.
Por último, mencionamos que, en conjunto, hay que tener presente no solo la sostenibilidad
de la sociedad en la que está inmersa la institución, sino también la del planeta, puesto que
cualquier decisión ambiental puede desencadenar consecuencias insospechadas en otros
lugares.
Pero tener en cuenta el planeta o, al menos un espacio mayor de análisis, significa, tener
presente un conjunto más amplio de circunstancias y relaciones económicas y sociales, y,
por consiguiente, de relaciones de poder, desigualdad, riqueza, etc.
Si hemos dicho que la educación ambiental, desde el ámbito de los valores, es una
construcción, por consiguiente, se puede plantear en términos de las teorías de la
construcción de la personalidad moral. En este sentido, hay que tener en cuenta cuáles son
los aspectos que conciernen a la personalidad moral, que puedan ser objeto de una
educación ambiental centrada en los valores.
Desde una perspectiva que involucra más a la ciencia y la tecnología y su relación con el
medio ambiente, algunos autores han propuesto el llamado Ciclo de Responsabilidad, como
una manera de aprender a trabajar en el aula el tema ético (Waks, 1988). En este caso, la
dimensión ambiental es un compromiso con la acción, y por consiguiente las formas de
reconocimiento de sí mismo, que también constituyen la primera fase del Ciclo, es un
criterio para identificar nuestras imágenes y deseos que, proyectados al futuro, nos exigen
un compromiso con el medio ambiente. Como vemos, aparece la necesidad de
responsabilidad intergeneracional, que es el corazón de la sostenibilidad. Responsabilidad
hacia el futuro, cual es la base de la ética moderna, la que salió de finales del siglo XX y
tiene mucho por transitar en el siglo XXI.
Carlos Osorio M (noviembre 15 de2000): “Ética y Educación en Valores sobre el Medio Ambiente para el siglo XXI En línea:
https://www.oei.es/historico/valores2/boletin11.htm
La contaminación por parte de Recursos Naturales y Ética
Para que las empresas del sector petrolero adopten la ética de una manera integral en la
ejecución de sus programas de Responsabilidad Social, es evidente que se demande
estructurar los códigos de ética en las mismas y que dichas acciones lideren la
responsabilidad social y no sean uno de los componentes aislados de la misma. Las
empresas petroleras operan entre las comunidades más vulnerables y ecosistemas frágiles
en zonas alejadas, donde no llega el control de la sociedad civil (Gorbaneff, 2013).
Hoy en día, la contaminación de hidrocarburos es uno de los problemas más grandes que
acecha al medio ambiente, en una cantidad exorbitante a nivel del planeta tierra. Esta
contaminación por minerales fósiles empieza desde la destrucción de la fauna y flora de la
zona, con la finalidad de construir plantas de producción de hidrocarburos como lo muestra
la figura 2, para obtener el principal elemento utilizado en la elaboración de los diferentes
derivados del petróleo.
Sin embargo, en varios países del mundo, especialmente en los países desarrollados, la ley
gubernamental es drástica con este tipo de temas, por lo cual las compañías realizan planes
de responsabilidad social empresarial, para el cuidado del medio ambiente y esencialmente
para continuar con su operación.
Razón por la cual, las empresas requieren velar por la seguridad ambiental de
nuestro ecosistema, para vivir en un mundo sano y sin los efectos secundarios que estos
derrames podrían causar, entre ellos están:
Efectos directos sub letales: motivados por el contacto directo (fundamentalmente a nivel
de los tejidos corporales) tras la ingestión de los hidrocarburos contaminantes por el
organismo, 5 sin que lleguen a provocar la muerte del mismo, aunque sí alteraciones
genéticas, bioquímicas o fisiológicas que pueden reducir su viabilidad y eficacia biológica.
Aquí se encuentran todos los efectos tóxicos de los hidrocarburos, en particular de los
HAPs (Hidrocarburos aromáticos policíclicos), que, aunque menos evidentes al inicio de
episodio, son de mayor importancia con el paso del tiempo. La bioacumulación de los
contaminantes puede determinar efectos sub letales de considerable relevancia, incluso en
organismos que aparentemente no han estado en contacto con el fuel del vertido (Ministerio
para la Transición Ecológica, 2018).
Las fuentes de información de la investigación del presente documental son los libros,
enciclopedias, archivos históricos y otros.
Para realizarla primero se elaboró un plan que permita ordenar las actividades de manera
organizada, posteriormente se hizo la recopilación del material, el cual se hizo en
repositorios, revistas indexadas y artículos en línea. En el caso de los datos e información
que se considere relevante para el tema que se está investigando.
4 Conclusiones
Podemos decir que la ética es uno de los factores más importantes que nos ayuda a
construir una conciencia sobre la correcta forma de extracción de recursos naturales y
valorarlos para que puedan ser disfrutados por las generaciones venideras.
Carlos Osorio M. (2000) “Ética y Educación en Valores sobre el Medio Ambiente para el
siglo XXI”, En línea: https://www.oei.es/historico/valores2/boletin11.htm