Jaime I El Conquistador, Así Se Gestó El Rey Templario
Jaime I El Conquistador, Así Se Gestó El Rey Templario
Jaime I El Conquistador, Así Se Gestó El Rey Templario
CONQUISTADOR, ASÍ
SE GESTÓ EL REY
TEMPLARIO
Jaime I el Conquistador, así se gestó el rey Templario.
Hoy nos encontramos ante la historia de unos de los reyes más importantes de la
Corona de Aragón. Podemos decir que además fue uno de los más conocidos, tanto
por ser el más longevo en el cargo, con más de 60 años en el mismo, como uno de los
mayores conquistadores entre los reyes aragoneses. A pesar de lo cual su valoración
histórica se reparte entre los que le culpan de la extraña línea fronteriza que hoy
separa las comunidades de Cataluña y Aragón, y los que le alaban como el fundador
de los reinos cristianos de Valencia y Mallorca.
El extraño engaño que propicio el nacimiento de Jaime I
La historia de nuestro personaje comienza en la primavera del año 1207, con el
rey Pedro II camino del Castillo de Miraval situado en la Occitania, durante el
periodo que este perteneció a la Corona de Aragón. El motivo del viaje encontrase
con alguna de las doncellas occitanas, con las
cuales solía tener encuentros amorosos, debido a
su nula convivencia con la reina María de
Montpelier. Pero la trampa está servida por la
nobleza, sobre el lecho se encontraba la reina, la
necesidad de un heredero de la Casa de Aragón
bien valía la treta. Según la tradición el rey cayó 1
en el engaño, y nueve meses después en
Montpelier nací un niño muy rubio y con ojos
claros.
La elección del nombre del recién nacido corrió a
cargo de un extraño juego. La reina mandó hacer doce
grandes lirios, a los cuales bautizó con los nombre de los
doce apóstoles, luego mandó prenderlos al unisonó con la
promesa de poner al niño el nombre del que tardará más
tiempo en consumirse. De esta manera fue bautizado en Montpelier con el nombre de Jaime, por el
apóstol Santiago.
Jaime I rey a los cinco años
Pero Pedro II no pareció que perdonara muy fácilmente el engaño. A los cuatro años el joven
Jaime fue entregado al noble occitano Simón de Monfort, el motivo a simple vista pareció ser doble,
por un lado casarse con la hija de este y por otro alejarlo de la reina. Lo cierto es que las relaciones
entre el rey Pedro y el noble occitano no pasaban por un buen momento, el llamamiento del Papa
Inocencio III a la cruzada albigense enfrentaba las aspiraciones de ambos.
Por un lado Simón de Monfort debía defender los intereses católicos del Papa frente a los
herejes cátaros, por otro el rey Pedro, aunque declarado católico debía temer el apoyo de los
cátaros, verdaderos aliados de la Corona de Aragón, frente al poder central de los Capeto franceses.
Sin duda estos pretendían usar la cruzada para arrebatar a los aragoneses el reino occitano.
allegados como una especie de cárcel, o al menos es lo que se deduce de las memorias escritas por
Jaime I. En las cuales describe su salida del Castillo de Monzón con un lacónico “no podían
tenernos encerrados más tiempo”. Lo dicho, una incógnita y más tras ver como se acabará
convirtiendo en uno de los reyes aragoneses más prolíferos en cuanto a conquistas, de la mano de
sus supuestos raptores los Templarios de Aragón.
Por otro lado destacar que el camino al Castillo de Monzón no fue realizado de forma directa.
El clima de preguerra entre las diferentes facciones nobiliarias hizo que los nobles más afines al
joven príncipe prepararan las denominadas “primeras cortes Catalano-aragonesas”. Estas se
celebraron en el castillo de la Suda en la ciudad de Lérida, a pesar de que suelen considerar las
primeras, gran parte de la historiografía duda de esta afirmación. El motivo la gran preparación con
la que contaban dichas cortes, a las mismas asistieron gran parte del clero, encabezado por
arzobispos, obispos o los principales abades, los más destacados nobles y al menos diez jueces que
debían atestiguar lo que allí se firmara.
De esta forma y en los brazos del arzobispo de Tarragona, Aspargo, entró el joven Jaime en el
palacio de la Suda, donde se convirtió en Jaime I. Mientras Nuño Sánchez uno de sus protectores
quedaba como regente del reino, el nuevo rey partía hacia Monzón para convertirse en un rey a la
usanza de los templarios.
La salida del Castillo de Monzón
El primero en ser “liberado” de Monzón fue Ramón Berenguer, tras un supuesto pacto con los
templarios fue rescatado una noche y conducido al puerto marítimo de Salou, donde embarcó
camino de la Provenza.
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Por lo que respecta al rey Jaime I de Aragón fue rescatado unos días después por una serie de
nobles contrarios a Nuño Sánchez, este último parecía estar disconforme con la salida del joven rey
de Monzón, era evidente su futura pérdida de influencia.
Pese a estas discrepancias, dos días después de salir del Castillo de Monzón, el rey Jaime I
hacia su entrada en Zaragoza, bajo las muestras de júbilo de sus ciudadanos. Acompañado de
Rodrigo de Lizana, o Pedro Fernández entre otros, y ataviado con su primera cota de malla
prestada. Tenía nueve años y todavía tuvo que esperar uno más, para que de nuevo en las Cortes de
Lérida fuera declarado mayor de edad el 2 de septiembre de 1218.
De esta forma se ponía marcha uno de los reinados más fructíferos de la Corona de Aragón.
Jaime I tuvo dos esposas, cinco hijas y cuatro hijos, dos de ellos llegaron a convertirse en reyes,
como Pedro III y Jaime II. Pero además y junto a sus socios templarios y tras neutralizar las
diferentes revueltas de la nobleza, conquistó las Islas Baleares, Valencia y por último Murcia, esta
última perdida previamente por los castellanos. Jaime I el rey Templario murió en el año 1276.
Lectura recomendada: Biografía de Jaime I “El legado de Jaime I el Conquistador”