Emocion, Atencion y Espera
Emocion, Atencion y Espera
Emocion, Atencion y Espera
1
Pilcomayo 5149. [email protected]. Conferencia presentada en las Jornadas de Intervención
Psicomotriz en el Desarrollo Temprano, organizadas por el Instituto Universitario Cediap. 10, 11 y 12 de
noviembre, 2005.
2
Ulriksen de Viñar, Maren “Construcción de la subjetividad del niño. Algunas pautas para organizar una
perspectiva”. Revista Uruguaya de Psicoanalisis 2005; 100:339-355.
2
2
3
Y para evitar esta colonización de parte nuestra, es necesario entre otros muchos aspectos,
que trabajemos para tomar contacto con elementos inconcientes de cada uno de nosotros,
que puedan obturar, distorsionar, perjudicar tanto el encuentro con el bebe y sus padres,
como los verdaderos objetivos de nuestro proyecto terapéutico.
4
Pérez de Plá, Esperanza; Carrizosa, Silvia (compiladoras), agosto 2000, “Sujeto, inclusión y diferencia. Investigación
Psicoanalítica y psicocial sobre el Síndrome de Down y otros problemas del desarrollo”. En esta obra se plantea el
enfoque psicoanalítico como alternativa para los niños con trastornos del desarrollo, y en especial se jerarquiza el
concepto de constitución subjetiva. Hacer de los discapacitados personas con deseos propios y no seres entrenados,
siempre pensados por otros, es es el único camino de una verdadera integración educativa y laboral.
5
Haag, G. (1990) “Les troubles de l’image du corps dans les psychoses infantiles”, Trabajo presentado en las XIX
Jornadas Anuales de Terapia Psicomotriz organizada por el S.N.U.P, París.
3
4
Porque como dice G.Devereux 6, para el científico de la conducta, en este caso nosotros
psicomotricistas, el insight debe empezar por sí mismo. Y Weston La Barre 7, en el prólogo
de la obra de Devereux “de la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento”,
señala: “El examen de la contratransferencia subjetiva es una exigencia molesta, difícil y
muy desagradable… y mientras no abordemos este problema, no hay posibilidad de una
auténtica ciencia social, sino sólo de posturas carismáticas, y de cambios de moda
insustanciales en el folklore, racionalizado por la “metodología”, que se refiere al hombre”
Hace poco tiempo dos situaciones clínicas bien diferentes me llevaron como tantas veces a
lo largo del año, a cuestionarme acerca de mis convicciones terapéuticas psicomotrices.
Por un lado una niña de unos 17 meses, a la que atendía por presentar un retraso en su
desarrollo psicomotor, muy frágil, temerosa y pasiva, que contaba con un entorno familiar
que sobreatendía sus más tenues señales, no favoreciendo a mi entender, su expresividad
emocional, sus gestos de petición, en fin su apropiación sobre el mundo.
Cada vez que su mamá al salir de su casa, le anunciaba que vendría a la sesión de
psicomotricidad, decía enérgicamente: “¡¡dale! dale! dale!!” repitiendo una palabra que
utilizaba en mi encuentro con ella para animarla a gatear, caminar, trepar, etc. Cuando
jocosamente me lo trasmitieron, sentí que la niña me estaba indicando claramente que mi
intervención hacia ella, estaba resultándole intrusiva.
6
Devereux, G. (1977) “de la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento”, Siglo Veintiuno editores S.A.,
México.
7
Weston de la Barre, prólogo del libro de Devereux, G. (1977) “de la ansiedad al método en las ciencias del
comportamiento”, Siglo Veintiuno editores S.A., México.
4
5
Por otro lado, me referiré a otra niña de unos 25 meses, a la que atendía por primera vez,
luego de recibir tratamientos de tipo cognitivo-comportamental en otro país, también por
presentar un retraso en su desarrollo psicomotor. Repetía en forma casi estereotipada las
canciones que su madre iniciaba para que ella finalizara con una palabra o sílaba, repetía
gestos, o señalaba partes de su cuerpo en forma mecánica cada vez que se lo requerían,
quedando pasiva, inexpresiva, como paralizada, esperando que le “dieran cuerda” para
continuar respondiendo al lugar alienante en el que había quedado colocada. En este caso el
medio familiar aconsejado por las prácticas de estimulación temprana, era el intrusivo,
anulando la espontaneidad, creación, pensamiento, etc. de la niña. Cuando en los primeros
encuentros, mientras la madre participaba de la sesión y la psicomotricista intentaba
disminuir la hiperestimulación materna hacia la niña, siguiendo a la niña en sus tímidas
señales, tratando de vibrar en un encuentro emocional, atendiendo en forma conjunta hacia
un mismo centro de interés, aumentando el tiempo en que pudiera surgir una respuesta
genuina por parte de la niña, comenzó lenta pero segura a imitar, a repetir palabras, a variar
sus expresiones. La mamá se integró al juego de aparecer-desparecer, la niña trepaba por el
colchón y la madre se escondía agachándose, cuando la niña llegaba a la cima la
descubría!! Y ambas reían!! La madre le solicita un beso y la niña gateando le da un beso,
la madre se emociona, y dice: “… eres un pedacito de gente, mi niña..” y dirigiéndose a mi
con reconocimiento: “¿qué es esto? ¿Que haces tu con esto de la psicomotricidad?...” le
respondo: “voy viendo… qué le emociona, qué le interesa”… y ella me contesta “es una
técnica bien intuitiva, qué bueno!”.
Mi posición se podía resumir en estos dos casos según las señales recibidas, como más que
nada intrusiva en un caso y como muy intuitiva en el otro. Comencé a preguntarme acerca
del punto de equilibrio que me ayudaría a destrabar el camino en una –la primera niña- y
mantener viva “la intuición” que estaba desbloqueando rápidamente funciones, en la
segunda. El punto de partida como bien sabemos está en uno, en la capacidad de insight, de
comprender qué nos pasa, que sentimos, que nos mueve un paciente y otro, y en
comprender la singularidad de cada uno siendo bien diferentes con uno que con otro.
5
6
Objetivo y cuestionamientos.
8
Concepto manejado por D. Stern en su libro “La Constelación Maternal”, editorial Paidos, 1995. Barcelona
España.
9
“Descubriendo las capacidades del discapacitado” .Ravera, C. González, A.Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y
Técnicas corporales, cuyos co-directores son Juan Mila y Don Pedro Pablo Berruezo. Mayo 2002- Nº
.¿Qué entendemos y qué atendemos del desarrollo psicomotor del bebé?” Ravera, C., Trabajo presentado en el 2º
Congreso Internacional “Entre Educación y Salud” del Instituto Dr. Domingo Cabred 16 a 18 de setiembre, 2004
6
7
Las emociones son nuevamente consideradas en especial por las neurociencias pero
también por los psicólogos del desarrollo y por los psicologos del apego quienes estudian el
papel que cumplen las emociones en el establecimiento de la capacidad empática y de las
conductas de apego, bases del desarrollo moral del bebe. El Dr. Lorenzo10, señala que su
retorno se conjuga con la creciente dedicación de neurofisiólogos e histopatólogos en el
sistema límbico, la amígdala, las cortezas orbitofrontales y singulares.
Pero los psicomotricistas sabemos bien, que quien creó una teoría a partir de ellas fue H.
Wallon. Gracias a ellas el bebé y el adulto establecen sus primeros vínculos; a su vez
constituyen un instrumento por el cual el bebé es capaz de regular y controlar sus conductas
en relación al otro. El valor de las emociones es principalmente el de función expresiva, tan
importante para la especie humana como para el bebé-11
Yendo a la clínica… Nos preguntamos como percibir las emociones de ese bebe –muchas
veces apagadas, o exageradas, o desorganizadas- para conectarlas con las nuestras en un
encuentro interactivo y en lo posible lúdico. ¿Qué hacer cuando no lo logramos? Algunas
reflexiones que pueden ser útiles:
10
Lorenzo., J.; Montan Sheitler, L., “Fundamentos de neuropsicología clínica”, Universidad de la República.
Facultad de Medicina. Departamento de Neuropsicología. Instituto de Neurología. Oficina del Libro, Mvdeo,
2004.
11
Wallon H., “Los orígenes del carácter en el niño” Ediciones Nueva Visión, Bs.As., l979.
7
8
En primer lugar y como nos comentara la Profa. Maren Ulriksen “para que se cree un
espacio de encuentro es necesario desprendernos de modelos, juicios, proyecciones que los
padres puedan realizar sobre nosotros y sobre el bebé. No aplicar teorías, quedando toda la
formación en espera. De este modo seguramente trasmitiremos al bebé que hay alguien que
espera su protagonismo en la interacción.”12
Comprender las “idas y venidas” con soltura, sin exigirnos “tener que hacer cosas”, tolerar
las evitaciones que pueda realizar el bebé sin insistir en las búsquedas y sin sentirnos
rechazados, darán la flexibilidad necesaria para que se vaya abriendo un espacio de
comunicación, teniendo un efecto en los padres que observan al psicomotricista y su bebé.
Esto a su vez, se verá favorecido por el amplio espacio que brinda la sala de
psicomotricidad y por el espejo –elemento fundamental en el trabajo con bebés- gracias al
cual observaremos con mayor detalle expresiones faciales-corporales-emocionales de los
padres y/o del bebé.
Una actitud empática con el bebé supone sin lugar a dudas, regresiones hacia etapas
tempranas de nuestro propio desarrollo. De este modo lograremos entrar en el tiempo del
bebé, donde todo parece enlentecerse, apreciarse de una manera sensorial y sutil. El tiempo
parece quedar de algún modo “suspendido, a la espera de…”, uno debe dejarse llevar,
navegar un poco a la deriva, trasmitiendo esa sensación “estoy aquí, disponible para ti, sin
apuros”. Tal vez el libro “Diario de un bebé” de Daniel Stern13, ilustre muy bien este
mundo de sensaciones en el que se encuentra contenido el bebé; ni que hablar de la
importancia de la Formación Personal por Via Corporal como vía reggia para conocer
desde el bebé.
12
Ulriksen de Viñar, Maren, trasmisión verbal.
13
D, Stern, “Diario de un bebé”, Paidos, Barcelona, l990.
8
9
cuerpo, las posturas, el tiempo, el espacio, la intensidad del estímulo, el contraste, etc.,
cumpliendo funciones por él, en especial la autorregulación.14
Por ello y en primer lugar respetaremos la distancia que pone el bebé y el tiempo que le
lleva confiar en el otro, no invadiéndolo, aún cuando no percibamos de parte de él, una
señal evitativa o de rechazo hacia la proximidad del otro. El tomar el bebé en brazos puede
llevar varias sesiones y esto tiene que ver no sólo con el bebé sino con los padres, en
especial la madre, aspectos principales que no profundizaremos aquí.
14
Emde, R.; Desarrollo terminable e interminable, Revista de Psicoanálisis; XLIV-4, Buenos Aires, l987,
Emde habla de autorregulación no sólo para la fisiología, sino para los diferentes sistemas de conducta.. Jerarquiza la
importancia de las funciones autocorrectoras, gracias a las cuales el iindividuo en desarrollo, mantiene su integridad en
medio de grandes peripecias y de perturbaciones ambientales. El desarrollo se orienta hacia metas y existen diversos
caminos para alcanzar metas importantes para la especie.
15
Ravera, C., González, A., “Descubriendo las capacidades del discapacitado”, Revista Iberoamericana de
Psicomotricidad y Técnicas corporales, cuyos co-directores son Juan Mila y Don Pedro Pablo Berruezo. Mayo 2002- Nº 8
16
Ulriksen de Viñar, M., op cit. Pag. :339-355.
9
10
10
11
17
Stern, D. (l985) Afeect attunement. En J. Calli, E. Gallenson, R. Tyson (eds), Frontiers of infant psychiatry, Vol 2.
18
Díaz Rosselló, J., Guerra, V., Strauch, M., Rodríguez Rega, C., Bernardi, R., “La madre y su bebe. Primeras
interacciones” , Roca Viva Editorial, pag. 199.
19
Ciccone, A., (Francia) “Psicopatología de la primera infancia”, (octubre 2005) Clínica de la perinatalidad y trastornos
de los vínculos tempranos. Organizado por la Cátedra de Psiquiatria Pediátrica de la Facultad de Medicina, de la
Universidad de la República.
11
12
Nada podremos hacer con la emoción por sí sola, por fuera de la comunicación humana y
sobre todo de la intención de comunicar. Como insistiera una y otra vez H. Wallon 20 la
emoción oficiaría de bisagra entre el organismo y el psiquismo, siendo la acogida que el
entorno realice de las mismas el elemento clave para su evolución hacia procesos
superiores de simbolización.
La Psic. Sandra Queirolo21, en observaciones semanales que realiza de nuestra forma de
abordaje nos comenta: “en esta práctica los psicomotricistas hacen un apuesta importante
a las fuerzas del desarrollo, el hecho de tomar al bebé en brazos supone una implicación
corporal muy grande, y ustedes se van dejando captar por lo que el niños les da. Presenciar
al psicomotricista logrando disfrutar con el bebé, y el bebé con él, es de una gran
impregnancia para el observador. La mayoría de los padres disfrutan o se enganchan con
esto. Las madres comienzan a cambiar las expresiones de su cara cuando ven a su hijo
disfrutar con el psicomotricista”.
Pasar de la emoción, a la atención, tiene que ver de algún modo con eslabonar y unir
emociones de cada integrante de la díada, hacia un punto de encuentro, de miradas, de
sonrisas, de situaciones, de objetos, de personas, etc.
20
Wallon, H., “Los orígenes del carácter en el niño”. Ediciones Nueva Visión, Bs.As., l979.
21
Psic. Queirolo, Sandra, trasmisión verbal durante su Observación semanal a las prácticas de Clínica del Bebé, en el
Servicio de Neuropediatría del Hospital Pereira Rossell. EUTM. Fac. de Medicina. Udelar.
12
13
La atención oficiaría de brújula que regula la orientación afectiva y cognitiva a la vez que
sostiene la dirección tomada por los protagonistas de la interacción22.
Pero esta atención irá seleccionando dentro de lo que va surgiendo y no de acuerdo a algo
previsto, programado o calculado. Manteniendo nuestra implicancia emocional, más que la
explicación verbal, dejando descansar la interacción cuando sea necesario, captando la
duración tolerable, marcando nuestra tolerancia, siempre buscando un estar flojos,
cómodos, sin sofocamiento hacia ninguna de las partes, lograremos darle continuidad a la
interacción.
Al respecto D. Marcelli nos dice que “investir el pensamiento en continuidad” permite al
sujeto;
desprenderse de la urgencia de las necesidades pulsionales o de las amenazas
recurrentes de hundimiento, acceder al “placer de pensar”, como actividad de goce
autónomo basada en una
o actitud atenta:
o de anticipación activa y
o de tolerancia a lo extraño y a la sorpresa,
desplegar una actividad psíquica creativa fuente de satisfacción.
Y agrega: “Es en los juegos interactivos donde abundan sorpresas y esperas trampeadas,
que la madre “enseña a su bebé que el pensamiento es fuente de placer. Ellos crean las
reglas juntos, establecen esperas y se regocijan mutuamente con la sorpresa: el placer de
pensar. Se apoya en la incertidumbre, a condición que ésta sea contenida en un encuadre
donde nada esencial sea amenazado. Crear pensamientos gira alrededor de este placer: el
sujeto busca dominar su objeto de pensar gracias a las reglas pero acepta las anomalías que
tienen tantas motivaciones suplementarias”. 23
Tal vez resulte oportuno reflexionar acerca de los diferentes tipos de interacciones lúdicas,
tratando de relacionarlas con la construcción de la representación del cuerpo como
totalidad, como unidad, producto de la discriminación entre lo que permanece igual y lo
22
Ravera, C., Mila, J.L: “La atención su construccion como función. Perspectiva desde la clínica psicomotriz del bebé”
2das. Jornadas Uruguayas de Psicopedagogía. 2º Congreso Latinoamericano de Psicopedagogía. “Una mirada
transdisciplinar del aprender” Organizadas por el Cediaap y por la Aup. Oct.2002, Montevideo,
23
Marcelli, D., “La capacité de surseánce” in “Position autistique et naissance de la psyché”, 1986.
13
14
que varía, entre las constantes corporales y las transformaciones motrices-. El bebé realiza
un arduo trabajo de discriminación continua entre la “ilusión perceptiva” y la “actividad
perceptiva”, o dicho en palabras de Piaget: “la imagen mental no es la prolongación de la
percepción como tal, sino la de la actividad perceptiva”24
Interacciones madre-bebe y
construcción del cuerpo como totalidad.
24
Piaget, J. “Formación del símbolo”, Fondo de Cultura Económica de México, 2da reimpresión, 1973
14
15
o temporal.
o Está- no está.-
d) Interacciones lúdicas que favorecen la exploración y análisis CONTINENTE-
CONTENIDO
adentro-afuera del cuerpo propio
adentro-fuera del cuerpo de la madre
adentro-afuera del objeto.
e) Interacciones lúdicas que favorecen el fortalecimiento DEL EQUILIBRIO Y LA
MUSCULATURA ESTRIADA:
De oposición y fuerza
tironear soltar,
empujar soltar.
De abandonarse tónicamente y recuperarse.
f) Interacciones lúdicas que favorecen la des-dramatización de ANGUSTIAS ARCAICAS:
De caídas: caballito gris, el avioncito
g) Interacciones lúdicas que favorecen los procesos de IDENTIFICACION: De imitación:
* Gestuales:
Con manos
Con rostro
Con cuerpo
* Linguísticos
h) Interacciones lúdicas de tipo simbólico.
15
16
* No traducir en forma trasmodal y quedar en una imitación fiel de las producciones del
bebe lo que no le permite a éste último analizar las divergencias y convergencias.
25
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, decimonovena edición, Madrid, l970.
26
Stern, D., “La primera relación madre hijo”, tercera edición, Ediciones Morata, Madrid. 1983
16
17
Espera y Sorpresa .
Ubicaríamos estas esperas dentro de los microrritmos y no de los macrorritmos según la
concepción de Marcelli29, donde la espera se gesta en los juegos en los que prima la
sorpresa en una base de confianza. El bebe puede así investir a nivel cognitivo la
incertidumbre y a nivel afectivo la capacidad de tolerar la frustración, siendo la sorpresa
como dice el autor “la sorpresa es la daga que sirve para cortar la circularidad del tiempo
arcaico, quebrando las repetición del instante....no hay sorpresa sin el surgimiento del otro,
y es por ese otro que se opera la abertura de lo circular a lo lineal30”.
27
De Ajuriaguerra, J., “Otogénesis de las posturas: yo y el otro” in “Cuerpo y Comunicación”, Editorial
Pirámide, Madrid, 1982
28
Battro, A., “Diccionario de Epistemología genética”, primera edición en castellano, Editorial Proteo,
Bs.As., l971. Concepto de “duración vivida”, pág: 79, estraído de « Le developpement de la notion de temps
chez lènfant », Presses Universitaires de France, París, l946.
29
Marcelli, op cit.
30
Marcelli, op cit.
31
Marcelli, op cit.
17
18
nuestra creatividad resultan elementos claves para que el bebé pueda confiar, dejarse
sorprender, descubrir y disfrutar lo novedoso, el cambio.
32
V. Guerra Clase sobre “Trastornos del sueño”, Curso dictado durante los años 2003-04.
18
19
Secuencia Insoslayable
Tal vez esta secuencia insoslayable que parte del encuentro emocional, hacia una atención
mutua, culminando en una espera reflexiva, se encuentre condensada en lo que Marcelli
habla acerca de la función de surséance. Según dicho autor: “La función de surseánce que
permite que surja en el bebe un pensamiento que no resulta de una activación perceptivo-
sensorial directa y actual, pensamiento que lo podemos resumir como : “después de esto
vendrá otra cosa”, sin que esa otra cosa pueda ser precisamente definida.” 33 Respetando el
lenguaje de este trabajo sería: “A partir de la emoción del encuentro con otro, tendí mi
interés hacia tal objeto o situación, ahora espero que venga otra cosa que YO pueda
disfrutar y dominar”.34
Y agrega que la capacidad de surseánce se conforma por tres elementos:
1) la capacidad de atención,
2) la capacidad de memorización-anticipación,
3) la tolerancia a al frustración.35
33
V. Guerra Clase sobre “Trastornos del sueño”, Curso dictado durante los años 2003-04, en APPIA.
34
Marcelli, D. op. Cit. “Surseánce significa diferir, posponer por un tiempo. También es sinómino de
remanencia, que designa un fenómeno por el cual la sensación visual subsiste por un corto instante después de
la desaparición de la excitación objetiva”
19
20
Reflexiones finales.
El trabajo en terapia psicomotriz con bebés con problemas del desarrollo que afectan la
comunicación no resulta fácil para el terapeuta en psicomotricidad.
Por ello entendemos que constantemente debemos trabajar sobre nuestros aspectos internos,
de las más diversas formas: en el psicoanálisis personal, en la formación personal, en las
instancias de supervisión clínica, en la formación teórica permanente, en la construcción
docente, en la producción escrita…
Sostener una clínica psicomotriz desde el paradigma de la complejidad, nos lleva a convivir
con zonas oscuras, inciertas, dejando de la lado la excelencia, aquello de que “es bueno
porque lo aprendí como lo mejor”, y “si es bueno para mí es bueno para el otro”. Tal vez
sea un camino más difícil, el de “sentipensar”, pero sin lugar a dudas más creativo y
genuino.
Eduardo Galeano
El Libro de los abrazos.36
36
Galeano, E. “El libro de los abrazos” Ediciones del Chanchito, Montevideo, Uruguay. l989
20
21
21