Emocion, Atencion y Espera

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EMOCION, ATENCION Y ESPERA…

Secuencia insoslayable en el encuentro con el bebé con


compromiso en su desarrollo psicomotor.
Lic. Claudia Ravera1

“La capacidad de anticipación de la madre


que deja un lugar vacio, de espera y de confianza
en que el niño va a responder desde un lugar singular y único,
expresándose como otro, como un ser diferente,
constituye uno de los pilares del advenimiento del sujeto”

“El defecto en el cuerpo tiñe, condiciona y


limita las representaciones imaginarias del bebe en la mente de la madre,
fijando una unica imagen dañada de su condición humana”.

Maren Ulriksen de Viñar.2

Pensar en realizar nuevos aportes que conduzcan a un crecimiento conceptual de nuestra


disciplina, me ha llevado una vez más hacia la clínica y hacia su trascendencia necesaria en
la docencia.
En varias oportunidades durante supervisiones de material clínico, tratando de comprender
cómo se sentían los jóvenes psicomotricistas, en el encuentro con la madre y el bebé, éstos
me decían “me quedé en blanco, no sabía qué hacer…”. Es de este “quedar en blanco”, o
sea de los procesos internos que pueblan en la mente y el sentir del psicomotricista durante
su encuentro terapéutico con el bebé y sus padres, que de algún modo quisiera reflexionar.

1
Pilcomayo 5149. [email protected]. Conferencia presentada en las Jornadas de Intervención
Psicomotriz en el Desarrollo Temprano, organizadas por el Instituto Universitario Cediap. 10, 11 y 12 de
noviembre, 2005.
2
Ulriksen de Viñar, Maren “Construcción de la subjetividad del niño. Algunas pautas para organizar una
perspectiva”. Revista Uruguaya de Psicoanalisis 2005; 100:339-355.
2

ALGUNAS PRECISIONES CONCEPTUALES.

Antes de comenzar realizaremos algunas precisiones conceptuales que hacen a nuestra


comprensión clínica piscomotriz:
a) Acerca de la Psicomotricidad:
En primer lugar, ¿qué concepto de psicomotricidad sustentamos?
“A nuestro entender, la psicomotricidad es una disciplina que suministra en el marco de una
perspectiva psicoanalitica e interrelacionada con otras disciplinas un excelente modo de
enlazar ese eslabón perdido que es la cualidad emocional -expresada a través del tono
muscular- con el acontecimiento, para restituirlo cuando no inscribirlo en el mundo
representacional”.3
Como vemos, concebimos una psicomotricidad que:

 Jerarquiza los aspectos interrelacionales tanto en la construcción psiquica del bebe


como de sus funciones neuropsicologicas.

 Considera la existencia de un inconciente y la necesidad de aproximarse y tratar de


comprender las angustias en especial las corporales-primitivas,

 Se apoya en la interdisciplina como modo de abordar la clínica pero también de


construir una teoría del sujeto psicomotor

b) Acerca de la Terapia Psicomotriz del Bebé.

¿Estimulación temprana o terapia psicomotriz del bebé?


Preferimos hablar de Terapia Psicomotriz del bebé, y no de Estimulación Temprana, ya que
el sustantivo estimulación nos hace pensar en la presencia de alguien que estimula en forma
activa a otro sujeto pasivo o alienado, que recibe aquello que según el deseo del otro es
considerado “bueno para su aprendizaje y desarrollo”. Considero que el objetivo teórico en
Clínica Psicomotriz del Bebé se dirige al logro de un desarrollo psicomotor armónico
dentro de las posibilidades neurofisiológicas del bebé, contextualizado en el vínculo
3
Ponce de León, E; Queirolo, S; Bonnevaux, M; Ravera, C. “La psicomotricidad en el abordaje interdisciplinario de los
trastornos del desarrollo en el niño” Trabajo presentado en el panel “Abordaje psicomotriz y equipo interdisciplinario” en
el 1er. Congreso Regional de Atención Temprana y Psicomotricidad. Noviembre de l994. Carrera de Psicomotricidad.
E.U.T.M. Facultad de Medicina.

2
3

madre/ambiente-bebé, y sobre todo respetuoso de las necesidades, deseos e intereses del


bebé.
Sostenemos por tanto, una visión del desarrollo psicomotor y de su abordaje terapéutico
desde:

 Lo interrelacional y no solo desde la adquisición de conductas.

 La integración somato-psíquica de ese bebé singular en su contexto vincular e


histórico-social.

 El posicionamiento, el investimento que los padres, profesionales, instituciones


educativas y sociedad puedan realizar de ese bebe como sujeto y no como
depositario de sus proyecciones patógenas o como portador de patología.

Como dice Esperanza Pérez de Plá4, lo específico y capital de la estimulación temprana es


promover el desarrollo del bebé como persona, como sujeto psíquico evitando la
colonización de su mente por parte de personas de su entorno humano.

Y para evitar esta colonización de parte nuestra, es necesario entre otros muchos aspectos,
que trabajemos para tomar contacto con elementos inconcientes de cada uno de nosotros,
que puedan obturar, distorsionar, perjudicar tanto el encuentro con el bebe y sus padres,
como los verdaderos objetivos de nuestro proyecto terapéutico.

b) Acerca del Terapeuta en Psicomotricidad.


Si bien Genevieve Haag5, señala que los psicomotricistas desarrollan todo un arte a través
del/de la:

 Conocimiento e intuición del estado corporal y


mental de un niño en un momento dado
 Conocimiento de las angustias corporales
 Dosificación de sus proposiciones

4
Pérez de Plá, Esperanza; Carrizosa, Silvia (compiladoras), agosto 2000, “Sujeto, inclusión y diferencia. Investigación
Psicoanalítica y psicocial sobre el Síndrome de Down y otros problemas del desarrollo”. En esta obra se plantea el
enfoque psicoanalítico como alternativa para los niños con trastornos del desarrollo, y en especial se jerarquiza el
concepto de constitución subjetiva. Hacer de los discapacitados personas con deseos propios y no seres entrenados,
siempre pensados por otros, es es el único camino de una verdadera integración educativa y laboral.
5
Haag, G. (1990) “Les troubles de l’image du corps dans les psychoses infantiles”, Trabajo presentado en las XIX
Jornadas Anuales de Terapia Psicomotriz organizada por el S.N.U.P, París.

3
4

 Elección de la modalidad de expresión


…consideramos que la mayoría de estos aspectos constituyen tanto nuestra riqueza como
nuestro gran obstáculo, ya que remiten a nuestro trabajo en niveles arcaicos y primarios de
la comunicación y es sobre todo en el psicoanálisis personal y en la formación personal por
vía corporal que estos aspectos afloran en nosotros y nos permitirán identificarnos luego
con el bebe y su familia.

Porque como dice G.Devereux 6, para el científico de la conducta, en este caso nosotros
psicomotricistas, el insight debe empezar por sí mismo. Y Weston La Barre 7, en el prólogo
de la obra de Devereux “de la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento”,
señala: “El examen de la contratransferencia subjetiva es una exigencia molesta, difícil y
muy desagradable… y mientras no abordemos este problema, no hay posibilidad de una
auténtica ciencia social, sino sólo de posturas carismáticas, y de cambios de moda
insustanciales en el folklore, racionalizado por la “metodología”, que se refiere al hombre”

Entre la Intrusión y la Intuición…

Hace poco tiempo dos situaciones clínicas bien diferentes me llevaron como tantas veces a
lo largo del año, a cuestionarme acerca de mis convicciones terapéuticas psicomotrices.
Por un lado una niña de unos 17 meses, a la que atendía por presentar un retraso en su
desarrollo psicomotor, muy frágil, temerosa y pasiva, que contaba con un entorno familiar
que sobreatendía sus más tenues señales, no favoreciendo a mi entender, su expresividad
emocional, sus gestos de petición, en fin su apropiación sobre el mundo.
Cada vez que su mamá al salir de su casa, le anunciaba que vendría a la sesión de
psicomotricidad, decía enérgicamente: “¡¡dale! dale! dale!!” repitiendo una palabra que
utilizaba en mi encuentro con ella para animarla a gatear, caminar, trepar, etc. Cuando
jocosamente me lo trasmitieron, sentí que la niña me estaba indicando claramente que mi
intervención hacia ella, estaba resultándole intrusiva.

6
Devereux, G. (1977) “de la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento”, Siglo Veintiuno editores S.A.,
México.
7
Weston de la Barre, prólogo del libro de Devereux, G. (1977) “de la ansiedad al método en las ciencias del
comportamiento”, Siglo Veintiuno editores S.A., México.

4
5

Por otro lado, me referiré a otra niña de unos 25 meses, a la que atendía por primera vez,
luego de recibir tratamientos de tipo cognitivo-comportamental en otro país, también por
presentar un retraso en su desarrollo psicomotor. Repetía en forma casi estereotipada las
canciones que su madre iniciaba para que ella finalizara con una palabra o sílaba, repetía
gestos, o señalaba partes de su cuerpo en forma mecánica cada vez que se lo requerían,
quedando pasiva, inexpresiva, como paralizada, esperando que le “dieran cuerda” para
continuar respondiendo al lugar alienante en el que había quedado colocada. En este caso el
medio familiar aconsejado por las prácticas de estimulación temprana, era el intrusivo,
anulando la espontaneidad, creación, pensamiento, etc. de la niña. Cuando en los primeros
encuentros, mientras la madre participaba de la sesión y la psicomotricista intentaba
disminuir la hiperestimulación materna hacia la niña, siguiendo a la niña en sus tímidas
señales, tratando de vibrar en un encuentro emocional, atendiendo en forma conjunta hacia
un mismo centro de interés, aumentando el tiempo en que pudiera surgir una respuesta
genuina por parte de la niña, comenzó lenta pero segura a imitar, a repetir palabras, a variar
sus expresiones. La mamá se integró al juego de aparecer-desparecer, la niña trepaba por el
colchón y la madre se escondía agachándose, cuando la niña llegaba a la cima la
descubría!! Y ambas reían!! La madre le solicita un beso y la niña gateando le da un beso,
la madre se emociona, y dice: “… eres un pedacito de gente, mi niña..” y dirigiéndose a mi
con reconocimiento: “¿qué es esto? ¿Que haces tu con esto de la psicomotricidad?...” le
respondo: “voy viendo… qué le emociona, qué le interesa”… y ella me contesta “es una
técnica bien intuitiva, qué bueno!”.
Mi posición se podía resumir en estos dos casos según las señales recibidas, como más que
nada intrusiva en un caso y como muy intuitiva en el otro. Comencé a preguntarme acerca
del punto de equilibrio que me ayudaría a destrabar el camino en una –la primera niña- y
mantener viva “la intuición” que estaba desbloqueando rápidamente funciones, en la
segunda. El punto de partida como bien sabemos está en uno, en la capacidad de insight, de
comprender qué nos pasa, que sentimos, que nos mueve un paciente y otro, y en
comprender la singularidad de cada uno siendo bien diferentes con uno que con otro.

5
6

Objetivo y cuestionamientos.

El objetivo de esta presentación se dirige a la profundización de nuestra herramienta


práctica, -la empatía tónico-emocional-, analizando nuestra necesaria implicancia
emocional, la atención compartida y la espera reflexiva, con el fin de evitar caer en la
hiperestimulación, y/o en la inercia, alienación, fijación o estereotipia, en el tratamiento con
pequeños niños con los que de un modo u otro nos cuesta establecer un encuentro
interactivo y lúdico, a la vez que crear hipótesis que den cuenta del modo de ser-estar
corporal del bebé.
No nos interesa, hoy, la madurez a la que ha alcanzado su desarrollo, ni el riesgo de
patología ni la patología instalada que pueda tener el niño, sino el “puerto de entrada”8 que
con esos niños vamos pudiendo construir o no, en los momentos interactivos del
tratamiento psicomotor del bebé. Tampoco hablaremos del encuadre, ni de la situación de
los padres, ni de nuestro trabajo con ellos, aspectos fundamentales que han sido
presentados en trabajos anteriores.9 Hoy queremos detenernos en una instancia del
complejo proceso terapéutico con el bebé y sus padres.

De ahí el título de este trabajo, porque la secuencia entre la necesaria implicancia


emocional del psicomotricista y del bebé, la atención conjunta sobre un mismo centro de
interés así como la espera donde pueda desarrollarse la capacidad reflexiva, resulta una
secuencia donde no podemos sortear “sustancias” ni “tiempos”.
Por tanto como cuestionamientos disparadores nos planteamos:
 ¿Cómo sostener nuestra implicancia emocional en la espera de expresiones tónico-
emocionales del bebé?
 ¿Cómo canalizar dichos aspectos en una atención mutua relativamente continua
en el tiempo?

8
Concepto manejado por D. Stern en su libro “La Constelación Maternal”, editorial Paidos, 1995. Barcelona
España.
9
“Descubriendo las capacidades del discapacitado” .Ravera, C. González, A.Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y
Técnicas corporales, cuyos co-directores son Juan Mila y Don Pedro Pablo Berruezo. Mayo 2002- Nº
.¿Qué entendemos y qué atendemos del desarrollo psicomotor del bebé?” Ravera, C., Trabajo presentado en el 2º
Congreso Internacional “Entre Educación y Salud” del Instituto Dr. Domingo Cabred 16 a 18 de setiembre, 2004

6
7

 ¿Cómo mantener y sostener (en el bebé y en nosotros mismos) la espera reflexiva,


por lo general prolongada, a partir de la cual surgirán las transformaciones más
activas, genuinas, creativas de ese bebé ya sea gestuales, motrices, prelingüísticas,
sociales, etc.?

1. ¿Cómo sostener nuestra implicancia emocional en la espera de


expresiones tónico-emocionales del bebé?

Las emociones son nuevamente consideradas en especial por las neurociencias pero
también por los psicólogos del desarrollo y por los psicologos del apego quienes estudian el
papel que cumplen las emociones en el establecimiento de la capacidad empática y de las
conductas de apego, bases del desarrollo moral del bebe. El Dr. Lorenzo10, señala que su
retorno se conjuga con la creciente dedicación de neurofisiólogos e histopatólogos en el
sistema límbico, la amígdala, las cortezas orbitofrontales y singulares.
Pero los psicomotricistas sabemos bien, que quien creó una teoría a partir de ellas fue H.
Wallon. Gracias a ellas el bebé y el adulto establecen sus primeros vínculos; a su vez
constituyen un instrumento por el cual el bebé es capaz de regular y controlar sus conductas
en relación al otro. El valor de las emociones es principalmente el de función expresiva, tan
importante para la especie humana como para el bebé-11
Yendo a la clínica… Nos preguntamos como percibir las emociones de ese bebe –muchas
veces apagadas, o exageradas, o desorganizadas- para conectarlas con las nuestras en un
encuentro interactivo y en lo posible lúdico. ¿Qué hacer cuando no lo logramos? Algunas
reflexiones que pueden ser útiles:

Dejar un tiempo inicial libre.

10
Lorenzo., J.; Montan Sheitler, L., “Fundamentos de neuropsicología clínica”, Universidad de la República.
Facultad de Medicina. Departamento de Neuropsicología. Instituto de Neurología. Oficina del Libro, Mvdeo,
2004.
11
Wallon H., “Los orígenes del carácter en el niño” Ediciones Nueva Visión, Bs.As., l979.

7
8

En primer lugar y como nos comentara la Profa. Maren Ulriksen “para que se cree un
espacio de encuentro es necesario desprendernos de modelos, juicios, proyecciones que los
padres puedan realizar sobre nosotros y sobre el bebé. No aplicar teorías, quedando toda la
formación en espera. De este modo seguramente trasmitiremos al bebé que hay alguien que
espera su protagonismo en la interacción.”12
Comprender las “idas y venidas” con soltura, sin exigirnos “tener que hacer cosas”, tolerar
las evitaciones que pueda realizar el bebé sin insistir en las búsquedas y sin sentirnos
rechazados, darán la flexibilidad necesaria para que se vaya abriendo un espacio de
comunicación, teniendo un efecto en los padres que observan al psicomotricista y su bebé.
Esto a su vez, se verá favorecido por el amplio espacio que brinda la sala de
psicomotricidad y por el espejo –elemento fundamental en el trabajo con bebés- gracias al
cual observaremos con mayor detalle expresiones faciales-corporales-emocionales de los
padres y/o del bebé.
Una actitud empática con el bebé supone sin lugar a dudas, regresiones hacia etapas
tempranas de nuestro propio desarrollo. De este modo lograremos entrar en el tiempo del
bebé, donde todo parece enlentecerse, apreciarse de una manera sensorial y sutil. El tiempo
parece quedar de algún modo “suspendido, a la espera de…”, uno debe dejarse llevar,
navegar un poco a la deriva, trasmitiendo esa sensación “estoy aquí, disponible para ti, sin
apuros”. Tal vez el libro “Diario de un bebé” de Daniel Stern13, ilustre muy bien este
mundo de sensaciones en el que se encuentra contenido el bebé; ni que hablar de la
importancia de la Formación Personal por Via Corporal como vía reggia para conocer
desde el bebé.

Regular el tiempo y el espacio de acercamiento al bebé.


Oficiamos de “incubadora psicomotriz”, creando las condiciones para que ese bebé surja en
su gesto espontáneo, en su iniciativa, evitando invadir con la nuestra. No regulamos el
oxígeno, ni la temperatura, pero sí podemos regular en tanto él no pueda hacerse cargo, su

12
Ulriksen de Viñar, Maren, trasmisión verbal.
13
D, Stern, “Diario de un bebé”, Paidos, Barcelona, l990.

8
9

cuerpo, las posturas, el tiempo, el espacio, la intensidad del estímulo, el contraste, etc.,
cumpliendo funciones por él, en especial la autorregulación.14
Por ello y en primer lugar respetaremos la distancia que pone el bebé y el tiempo que le
lleva confiar en el otro, no invadiéndolo, aún cuando no percibamos de parte de él, una
señal evitativa o de rechazo hacia la proximidad del otro. El tomar el bebé en brazos puede
llevar varias sesiones y esto tiene que ver no sólo con el bebé sino con los padres, en
especial la madre, aspectos principales que no profundizaremos aquí.

Captación de las más mínimas señales de expresión emocional.


Como decíamos en un trabajo anterior: “Captar sus más tímidas señales, que surgirán si
es que somos capaces de esperar y trasmitirlo a través de nuestra actitud tónica, ... que
estamos ahí con él... que permaneceremos en el vínculo atentos a su respuesta tan valiosa
para continuar o iniciar nuevos diálogos. Si nos adelantamos haremos primar nuestro
deseo. Es importante resaltar que seguimos el deseo del niño y no lo avasallamos con el
nuestro. Tengamos en cuenta lo trascendente de esta actitud en bebés que han sido
llevados a múltiples consultas, a varios y complicados estudios, que han sido internados,
etc.”15
Buscamos acceder a lo propio de ese niño, a facilitar su apropiación del entorno, dejando a
un costado el peso ideológico de la patología orgánica o psíquica que puede pesar sobre él
(síndrome de down, parálisis cerebral, sordera, etc) porque “el defecto en el cuerpo tiñe,
condiciona y limita las representaciones imaginarias del bebe en la mente de la madre, y de
nosotros todos- fijando una única imagen dañada de su condición humana”.16
Si prima la ansiedad en nosotros será difícil reconocer estos momentos donde el bebe emite
tímidas señales, y para esto el psicomotricista se volcará a la vez, hacia su propio sentir.

14
Emde, R.; Desarrollo terminable e interminable, Revista de Psicoanálisis; XLIV-4, Buenos Aires, l987,
Emde habla de autorregulación no sólo para la fisiología, sino para los diferentes sistemas de conducta.. Jerarquiza la
importancia de las funciones autocorrectoras, gracias a las cuales el iindividuo en desarrollo, mantiene su integridad en
medio de grandes peripecias y de perturbaciones ambientales. El desarrollo se orienta hacia metas y existen diversos
caminos para alcanzar metas importantes para la especie.
15
Ravera, C., González, A., “Descubriendo las capacidades del discapacitado”, Revista Iberoamericana de
Psicomotricidad y Técnicas corporales, cuyos co-directores son Juan Mila y Don Pedro Pablo Berruezo. Mayo 2002- Nº 8
16
Ulriksen de Viñar, M., op cit. Pag. :339-355.

9
10

Dar a conocer nuestra expresión emocional


Ver los efectos que genera en el niño nuestro acercamiento, nuestra mirada, sonrisa, modo
de iniciar y finalizar un gesto, de mantenerlo. A la vez ir tratando de conectar con nuestro
sentir sobre el bebé - el encuentro es del bebe conmigo y mío con el bebé- protagonista
principal. El bebé captará más que nadie si somos genuinos y nos encontramos disponibles
emocional y afectivamente, si estamos “aquí y ahora junto con él”

¿Tomar la iniciativa y proponer una interacción lúdica?


Muchas veces nos encontramos haciendo lo que pensamos no hay que hacer… pero es que
la respuesta del bebé como creación nueva, como novedad, tarda varias sesiones en surgir y
en casos más graves mucho más tiempo. En tanto su mirada se mantenga relativamente
atenta, o dé señales esporádicas de comunicación, por un período inicial “llenar” con
canciones a las que les modificaremos las letras, historizando al niño, con juegos frente al
espejo, esperando su demanda y repetición lúdica. Con la niña descrita en al viñeta inicial,
la que me llamaba “dale, dale, dale”, durante un largo período fue muy difícil obtener
respuestas, permaneciendo pasiva motrizmente pero muy atenta visualmente. No toleraba la
cercanía física, y a través de canciones y gestos referidos a lo que iba sucediendo, nos
comunicábamos sobre todo al través del espejo. Cuando llegaba a su casa repetía los
movimientos realizados durante la sesión e intentaba en su jerga reproducir las canciones.
La mamá –que no siempre podía llevarla a la sesión- en algunas oportunidades me llamaba
por teléfono y me preguntaba a qué habíamos jugado, o qué había cantado para ella, etc
para poder participar y comprender el juego de su hija. Esto fue un periodo relativamente
largo, en que comencé a angustiarme pues me sentía más como una animadora de un
programa televisivo infantil…que una psicomotricista ya que yo hacía, hacía, hacía y la
niña miraba, sonreía, miraba, sonreía, imitaba- pero no hacia propuestas por sí misma.
Finalmente esto resultó fermental, como de algún modo lo intuí al principio. En la medida
en que se gestaba un vínculo confiable, un encuadre continente, comenzó a apropiarse del
entorno a través de sus gestos -sonriendo, enojándose, etc.-, de sus vocalizaciones -con una
intención de diálogo-, con sus movimientos disfrutando de explorar nuevas posibilidades de
dominar su cuerpo, el espacio y los objetos.

10
11

Sintonía afectiva y percepción transmodal.


A través de la sintonía afectiva, descrita por Stern como “la realización de comportamientos
que expresan la calidad emocional de un estado afectivo compartido, pero sin imitación
exacta de su expresión comportamental”17, el bebé irá aprendiendo sobre sus estados
afectivos internos y que se pueden compartir en forma transmodal18
En psicomotricidad utilizamos muchísimo este recurso que consiste a partir de una sintonía
afectiva, traducir una experiencia a otros registros sensoriales: la esencia del ritmo del
lenguaje pero expresado en golpecitos, o decir con gestos algo que fue dicho con palabras,
etc.

Riesgos en los que puede caer el Terapeuta en Psicomotricidad:


* Aferramiento a modelos, ejercicios, recetas, que inevitablemente se sustentan en una
ideología de la excelencia, de “lo mejor”, de “lo normal”.
* Proyección sobre el bebe de aspectos personales. No olvidemos lo que nos señalara
recientemente el Prof. A. Ciccone19 acerca de que el bebé es un fuerte “atractor de
proyecciones sobre sí”, de los padres, de los terapeutas, etc. Tener cierta claridad sobre el
por qué de nuestro trabajo con bebés, aspectos reparatorios personales, etc.
* Maternidad omnipotente. Destacamos dentro de las proyecciones, la de la maternidad
omnipotente. Intentaremos hacer concientes aspectos inconcientes que nos puedan llevar a
“apropiarnos de ese bebé”, “a fagocitarlo”, a abalanzarnos sobre él con besos, caricias,
palabras como si fuéramos la madre!!... sin mantener la distancia adecuada.

* Hiperestimulación. Como ya señalarámos es frecuente que dada la lentitud de las


respuestas del bebé, la ansiedad o características personales nuestras, nos lleven a
invadirlo con nuestras propuestas, palabras, etc., en forma repetida y estereotipada
desbordando las posibilidades neurológicas y psíquicas de ese niño.

17
Stern, D. (l985) Afeect attunement. En J. Calli, E. Gallenson, R. Tyson (eds), Frontiers of infant psychiatry, Vol 2.
18
Díaz Rosselló, J., Guerra, V., Strauch, M., Rodríguez Rega, C., Bernardi, R., “La madre y su bebe. Primeras
interacciones” , Roca Viva Editorial, pag. 199.
19
Ciccone, A., (Francia) “Psicopatología de la primera infancia”, (octubre 2005) Clínica de la perinatalidad y trastornos
de los vínculos tempranos. Organizado por la Cátedra de Psiquiatria Pediátrica de la Facultad de Medicina, de la
Universidad de la República.

11
12

* Aburrimiento, inercia, repetición, fijación… El no encontrar respuestas por parte del


niño, o el no saber captarlas, nos puede llevar a la frustración, aburrimiento, cual si
estableciéramos un monologo con nosotros mismos en forma fija y repetitiva. Los
silencios resultan pesados y largos… y todo requiere de una gran energía de nuestra parte
tanto psíquica y como físicamente.

2. ¿Cómo canalizar dichos aspectos en una atención mutua


Relativamente continua en el tiempo?

Nada podremos hacer con la emoción por sí sola, por fuera de la comunicación humana y
sobre todo de la intención de comunicar. Como insistiera una y otra vez H. Wallon 20 la
emoción oficiaría de bisagra entre el organismo y el psiquismo, siendo la acogida que el
entorno realice de las mismas el elemento clave para su evolución hacia procesos
superiores de simbolización.
La Psic. Sandra Queirolo21, en observaciones semanales que realiza de nuestra forma de
abordaje nos comenta: “en esta práctica los psicomotricistas hacen un apuesta importante
a las fuerzas del desarrollo, el hecho de tomar al bebé en brazos supone una implicación
corporal muy grande, y ustedes se van dejando captar por lo que el niños les da. Presenciar
al psicomotricista logrando disfrutar con el bebé, y el bebé con él, es de una gran
impregnancia para el observador. La mayoría de los padres disfrutan o se enganchan con
esto. Las madres comienzan a cambiar las expresiones de su cara cuando ven a su hijo
disfrutar con el psicomotricista”.
Pasar de la emoción, a la atención, tiene que ver de algún modo con eslabonar y unir
emociones de cada integrante de la díada, hacia un punto de encuentro, de miradas, de
sonrisas, de situaciones, de objetos, de personas, etc.

20
Wallon, H., “Los orígenes del carácter en el niño”. Ediciones Nueva Visión, Bs.As., l979.
21
Psic. Queirolo, Sandra, trasmisión verbal durante su Observación semanal a las prácticas de Clínica del Bebé, en el
Servicio de Neuropediatría del Hospital Pereira Rossell. EUTM. Fac. de Medicina. Udelar.

12
13

La atención oficiaría de brújula que regula la orientación afectiva y cognitiva a la vez que
sostiene la dirección tomada por los protagonistas de la interacción22.

Pero esta atención irá seleccionando dentro de lo que va surgiendo y no de acuerdo a algo
previsto, programado o calculado. Manteniendo nuestra implicancia emocional, más que la
explicación verbal, dejando descansar la interacción cuando sea necesario, captando la
duración tolerable, marcando nuestra tolerancia, siempre buscando un estar flojos,
cómodos, sin sofocamiento hacia ninguna de las partes, lograremos darle continuidad a la
interacción.
Al respecto D. Marcelli nos dice que “investir el pensamiento en continuidad” permite al
sujeto;
 desprenderse de la urgencia de las necesidades pulsionales o de las amenazas
recurrentes de hundimiento, acceder al “placer de pensar”, como actividad de goce
autónomo basada en una
o actitud atenta:
o de anticipación activa y
o de tolerancia a lo extraño y a la sorpresa,
 desplegar una actividad psíquica creativa fuente de satisfacción.
Y agrega: “Es en los juegos interactivos donde abundan sorpresas y esperas trampeadas,
que la madre “enseña a su bebé que el pensamiento es fuente de placer. Ellos crean las
reglas juntos, establecen esperas y se regocijan mutuamente con la sorpresa: el placer de
pensar. Se apoya en la incertidumbre, a condición que ésta sea contenida en un encuadre
donde nada esencial sea amenazado. Crear pensamientos gira alrededor de este placer: el
sujeto busca dominar su objeto de pensar gracias a las reglas pero acepta las anomalías que
tienen tantas motivaciones suplementarias”. 23
Tal vez resulte oportuno reflexionar acerca de los diferentes tipos de interacciones lúdicas,
tratando de relacionarlas con la construcción de la representación del cuerpo como
totalidad, como unidad, producto de la discriminación entre lo que permanece igual y lo

22
Ravera, C., Mila, J.L: “La atención su construccion como función. Perspectiva desde la clínica psicomotriz del bebé”
2das. Jornadas Uruguayas de Psicopedagogía. 2º Congreso Latinoamericano de Psicopedagogía. “Una mirada
transdisciplinar del aprender” Organizadas por el Cediaap y por la Aup. Oct.2002, Montevideo,
23
Marcelli, D., “La capacité de surseánce” in “Position autistique et naissance de la psyché”, 1986.

13
14

que varía, entre las constantes corporales y las transformaciones motrices-. El bebé realiza
un arduo trabajo de discriminación continua entre la “ilusión perceptiva” y la “actividad
perceptiva”, o dicho en palabras de Piaget: “la imagen mental no es la prolongación de la
percepción como tal, sino la de la actividad perceptiva”24

Interacciones madre-bebe y
construcción del cuerpo como totalidad.

a) Interacciones que favorecen el despertar de sensaciones a nivel de las ENVOLTURAS:


 Corporales – presiones ritmicas, acunamiento
 sonoras – canciones de cuna
 lingüísticas – palabras y en especial prosodia
Estas apuntan sobre todo a la sensibilidad táctil, de la piel, y a la sensibilidad protopática,
cuando se ejercen presiones. Prima el contacto corporal suave, rítmico, donde se producen
presiones, masajes, estiramientos, pero también, vibraciones de labios sobre la piel, soplos,
estimulación táctil, etc.

b) Interacciones lúdicas que favorecen la PERDIDA Y RECUPERACION de LIMITES


CORPORALES,
Estos juegos son por lo general realizados más a instancias del padre, y movilizan la
sensibilidad a nivel laberíntico, de las articulaciones, de la musculatura estriada..
o Avioncito
o Lanzar hacia arriba y atajar
o Bailar
o Trepar por el cuerpo, etc.

c) Interacciones lúdicas que favorecen la SEPARACION Y ENCUENTRO de la MAMA:


o espacial - la proximidad-distancia. Cerca lejos, topa topa,
o de deformación perceptiva.

24
Piaget, J. “Formación del símbolo”, Fondo de Cultura Económica de México, 2da reimpresión, 1973

14
15

o temporal.
o Está- no está.-
d) Interacciones lúdicas que favorecen la exploración y análisis CONTINENTE-
CONTENIDO
 adentro-afuera del cuerpo propio
 adentro-fuera del cuerpo de la madre
 adentro-afuera del objeto.
e) Interacciones lúdicas que favorecen el fortalecimiento DEL EQUILIBRIO Y LA
MUSCULATURA ESTRIADA:
 De oposición y fuerza
 tironear soltar,
 empujar soltar.
 De abandonarse tónicamente y recuperarse.
f) Interacciones lúdicas que favorecen la des-dramatización de ANGUSTIAS ARCAICAS:
 De caídas: caballito gris, el avioncito
g) Interacciones lúdicas que favorecen los procesos de IDENTIFICACION: De imitación:
* Gestuales:
 Con manos
 Con rostro
 Con cuerpo
* Linguísticos
h) Interacciones lúdicas de tipo simbólico.

Riesgos en que puede caer el Terapeuta en Psicomotricidad


* Confundir el placer sensoriomotor del bebe con la excitación, y caer en la
hiperestimulación.
* No tolerar la incertidumbre, los momentos de descanso de la interacción,
* Perder lo genuino de su disponibilidad emocional, y “actuar” para el bebé.
* No dejar espacio a expresiones de angustia. No hay por qué estar todo el tiempo
estimulando, y haciendo “reir” al bebé.

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* No traducir en forma trasmodal y quedar en una imitación fiel de las producciones del
bebe lo que no le permite a éste último analizar las divergencias y convergencias.

3. ¿Cómo mantener y sostener (en el bebé y en nosotros mismos) la


espera, por lo general prolongada, a partir de la cual surgirán las
transformaciones creativas de ese bebé.?

El término atender figura en el diccionario25 como “esperar o aguardar. Acoger


favorablemente o satisfacer un deseo, ruego o mandato. Tener en cuenta o en consideración
alguna cosa. Mirar por alguna persona o cosa, o cuidar de ella” La atención se ubica de
algún modo entre el deseo y la espera, siguiendo el lenguaje de este trabajo entre la
emoción y la espera.

Cuando hablamos de espera nos referimos a la espera dentro de la secuencia interactiva


pero también a la espera una vez finalizada ésta. La gran diferencia es que la primera se da
dentro de la interacción, y la segunda por fuera de ella. Respetar esta espera por fuera de la
interacción, pero por dentro del mundo de ensoñación del bebé, resulta fundamental en el
pasaje de éste hacia la transicionalidad.

Espera durante la interacción

Cuando hablamos de espera en la interacción, nos referimos a los pequeños intervalos en la


comunicación “por turnos”26 donde uno deja lugar a una respuesta imaginaria o apuesta al
surgimiento de una respuesta real por parte de ese bebé. Este concepto se articularía con el
de “rupturas tónico-emocionales” descritas por el Prof. B. Aucouturier, que apuntan a una
discriminación yo- no yo: “hasta aquí me apropié de mi tiempo en la comunicación
contigo, ahora te apropias de tu tiempo para comunicarte conmigo”

25
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, decimonovena edición, Madrid, l970.
26
Stern, D., “La primera relación madre hijo”, tercera edición, Ediciones Morata, Madrid. 1983

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Es en el transcurso de los intervalos –nos enseña de Ajuriaguerra27- entre los


movimientos espontáneos del bebé y la interpretación que la madre le otorga, que ambos
protagonistas se abren a la comunicación. A su vez Piaget 28 señala que la duración vivida
no es otra cosa que los tiempos transcurridos en los intervalos entre los acontecimientos,
siendo espacio y tiempo inseparables entre sí ya que como el mismo expresa: “el espacio
es una instantánea tomada en el tiempo y el tiempo es el espacio en movimiento. El tiempo
propio es plástico, se dilata a raíz de las lentificaciones o se contrae a raiz de las
aceleraciones de la accion”

 Espera y Sorpresa .
Ubicaríamos estas esperas dentro de los microrritmos y no de los macrorritmos según la
concepción de Marcelli29, donde la espera se gesta en los juegos en los que prima la
sorpresa en una base de confianza. El bebe puede así investir a nivel cognitivo la
incertidumbre y a nivel afectivo la capacidad de tolerar la frustración, siendo la sorpresa
como dice el autor “la sorpresa es la daga que sirve para cortar la circularidad del tiempo
arcaico, quebrando las repetición del instante....no hay sorpresa sin el surgimiento del otro,
y es por ese otro que se opera la abertura de lo circular a lo lineal30”.

En muchos de los juegos antes descritos, la sorpresa es un condimento fundamental, y es


según Marcelli31 en torno de ella que se construye la primer marca del tiempo en el espíritu
del hombre: “Alrededor de esta espera, se construye la representación psíquica de lo
inscripto, sobre el ritmo de la mano o de la prosodia que viene a hacer cosquillas en el
cuerpo antes de excitar el alma. Hablar de sorpresa implica hacer un desvío sobre el tiempo
y su lugar en los proceso del pensamiento”
Generar un clima, un motivo, una razón para que el bebe espere una sorpresa, algo
imprevisto, novedoso, que él tiene que descubrir, no es fácil cuando prima la monotonía, la
lentitud, la repetición, la circularidad y de algún modo la desesperanza. El encuadre y

27
De Ajuriaguerra, J., “Otogénesis de las posturas: yo y el otro” in “Cuerpo y Comunicación”, Editorial
Pirámide, Madrid, 1982
28
Battro, A., “Diccionario de Epistemología genética”, primera edición en castellano, Editorial Proteo,
Bs.As., l971. Concepto de “duración vivida”, pág: 79, estraído de « Le developpement de la notion de temps
chez lènfant », Presses Universitaires de France, París, l946.
29
Marcelli, op cit.
30
Marcelli, op cit.
31
Marcelli, op cit.

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nuestra creatividad resultan elementos claves para que el bebé pueda confiar, dejarse
sorprender, descubrir y disfrutar lo novedoso, el cambio.

 Sorpresa y Desequilibrios Cognitivos .


La sorpresa implica lo novedoso, el cambio, lo nuevo, todos elementos que suponen una
acomodación por parte del bebé de “lo nuevo a lo viejo”. Está en nuestra capacidad creativa
el poder provocar desequilibrios cognitivos, lo más ajustados posibles al desarrollo de ese
bebé en particular. Esto nos exige un conocimiento profundo de la psicología de la
inteligencia para poder “desmenuzar” el desarrollo de ese bebe y ubicarnos en el
“escaloncito” desde el cual seguir avanzando.

b) Espera por fuera de la interacción


En la espera por fuera de la interacción, se puede plantear la hipótesis de que el bebe revive
sus experiencias anteriores, atiende y explora, tanto hacia fuera como hacia adentro de sí
pero no ya en dependencia total con su madre o con el adulto que interactua con él.
Winnicott llama relajamiento, a las experiencias de no integración, de repliegue sobre sí.
Señala el psicoanalista Victor Guerra32 que resulta fundamental observar cuánto tolera la
madre los ciclos de atención y de repliegue.
Podríamos decir que el bebé en la espera:
 Registra a nivel psíquico, la experiencia vivida hasta el momento
 Aprende que hay un tiempo propio y un tiempo de otro
 Aprende a soportar la frustración
 Toma contacto con aspectos internos de su vida emocional e intelectual.
 Crea y recrea vivencias

32
V. Guerra Clase sobre “Trastornos del sueño”, Curso dictado durante los años 2003-04.

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Secuencia Insoslayable

Tal vez esta secuencia insoslayable que parte del encuentro emocional, hacia una atención
mutua, culminando en una espera reflexiva, se encuentre condensada en lo que Marcelli
habla acerca de la función de surséance. Según dicho autor: “La función de surseánce que
permite que surja en el bebe un pensamiento que no resulta de una activación perceptivo-
sensorial directa y actual, pensamiento que lo podemos resumir como : “después de esto
vendrá otra cosa”, sin que esa otra cosa pueda ser precisamente definida.” 33 Respetando el
lenguaje de este trabajo sería: “A partir de la emoción del encuentro con otro, tendí mi
interés hacia tal objeto o situación, ahora espero que venga otra cosa que YO pueda
disfrutar y dominar”.34
Y agrega que la capacidad de surseánce se conforma por tres elementos:
1) la capacidad de atención,
2) la capacidad de memorización-anticipación,
3) la tolerancia a al frustración.35

Riesgos en los que puede caer el terapeuta en Psicomotricidad.


 No tolerar la espera de la lenta respuesta del bebé…
 No tolerar experiencias de relajamiento y repliegue en el bebé y en sí mismo.
 Intervenir cuando el bebé no lo necesita
 Falta de creatividad para sorprender al bebé con novedades y para generar
desequilibrios cognitivos
 Temor a regresar a etapas primitivas donde prima lo sensorial, y los procesos de
pensamiento quedan a un lado.

33
V. Guerra Clase sobre “Trastornos del sueño”, Curso dictado durante los años 2003-04, en APPIA.
34
Marcelli, D. op. Cit. “Surseánce significa diferir, posponer por un tiempo. También es sinómino de
remanencia, que designa un fenómeno por el cual la sensación visual subsiste por un corto instante después de
la desaparición de la excitación objetiva”

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Reflexiones finales.

El trabajo en terapia psicomotriz con bebés con problemas del desarrollo que afectan la
comunicación no resulta fácil para el terapeuta en psicomotricidad.

El bebé es un “potente atractor de proyecciones”donde uno pueda depositar su propia


patología, y cuánto más comprometido se encuentre su desarrollo más aumentará el riesgo
de ser colonizado por nuestros pensamientos y acciones.

Por ello entendemos que constantemente debemos trabajar sobre nuestros aspectos internos,
de las más diversas formas: en el psicoanálisis personal, en la formación personal, en las
instancias de supervisión clínica, en la formación teórica permanente, en la construcción
docente, en la producción escrita…

Sostener una clínica psicomotriz desde el paradigma de la complejidad, nos lleva a convivir
con zonas oscuras, inciertas, dejando de la lado la excelencia, aquello de que “es bueno
porque lo aprendí como lo mejor”, y “si es bueno para mí es bueno para el otro”. Tal vez
sea un camino más difícil, el de “sentipensar”, pero sin lugar a dudas más creativo y
genuino.

“¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus


pedazos? Desde que entramos en la escuela o la
iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a
divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón.

Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los


pescadores de la costa colombiana que inventaron la
palabra sentipensante para definir el lenguaje que dice
la verdad”

Eduardo Galeano
El Libro de los abrazos.36

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Galeano, E. “El libro de los abrazos” Ediciones del Chanchito, Montevideo, Uruguay. l989

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